Noche ociosa o no

Los largos viajes tenían a Wenkyel algo abrumada, pero por fin había encontrado los dias necesarios para dedicarse un poco al ocio, salir de el ajetreo y sobre todo encontrar tiempo para leer, al menos había aprovechado para acercarse a la biblioteca y conseguir un par de libros que se le antojaban leer para ampliar más conocimientos, conocimientos que no se podían ni estaría bien revelar, pues aunque la pelirroja era muy consciente de los posibles problemas que podía acarrear el conocer la magia negra, no estaba dispuesta a dejar pasar el adquirir más conocimientos sobre ella, pero claro...pasear por París con una lectura de naturaleza tan oscura en sus brazos podría quizá llamar la atención de quienes no deseaba, y no era un riesgo que Wenkyel estuviera dispuesta a arriesgar, asi que con sencillos encantamientos la tapa de piel de los libros cambiaría y lo que las gentes de la francesa ciudad solo verían a una joven de clase alta leyendo lo que desde fuera se veria como una torrida y romantica novela, algo mucho mejor visto en la sociedad.
Ademas esa tarde había hecho un tiempo lo suficientemente agradable para que el negro abrigo de la joven fuera mucho más que suficiente para conservar el calor, y mantenerse en una temperatura agradable mientras la brisa acariciaba sus rostro y sus ojos estaban clavados en la lectura, hasta que llegó el momento en que leer las palabras era costoso por la baja luminosidad que había en el ambiente, indicando asi a la joven que se había hecho bastante tarde, la bruja suspiró pesadamente cerrando el libro y guardandolo.


Se levantó del parque donde había disfrutado de la sinuosa lectura, para adentrarse por las calles parisinas, mientras observaba varias personas que se dirigian sin duda hacia la opera, no había nada más que observar las exquisitas galas con las que vestian, suspiró mientras seguía sin rumbo fijo, lo cierto es que la joven aun no tenía ganas de regresar a la mansión, a su sinuosa mansión donde residia, no por que no le gustase, si no por que hacía bastante que no paseaba por la Francesa capital, y deseaba hacerlo algo más antes de que algo surgiera y volviera a alejarse de París a saber por qué motivos, unas ruinas que quisiera investigar, o simplemente viajaba para adquirir más conocimientos.
Sus pasos mientras estaba sumida en sus pensamientos, lo que había hecho buscar un atajo para dirigirse al centro en busca de alguna cafetería o algo que se le antojase calido para sentarse a degustar un café caliente y algo dulce sin duda alguna.
Pero cuando atajó por los callejones empezó a escuchar unos pasos a su espalda, en lo que pudiera ser algun maleante que observó el elegante abrigo negro de la muchacha y quizás pensaba en robarla, lo que hizo que la pelirroja frunciese el ceño, empezando a estar alarmada, aceleró el paso cuando un segundo la corto el paso, la bruja se detuvo alarmada y mirando a un lado a otro. -Dejadme en paz...- Dijo con tono notablemente alarmado cuando observó como el que la acechaba frente a ella se aproximó con aspecto amenazante.