En la clandestinidad de la noche (libre)

por **Vashni Indih** Vie Oct 05, 2018 10:06 am

Una noche como cualquier otra, los negocios me habían llevado a un lugar en las afueras, los cazadores se estaba uniendo en París, cada vez era mas complicada nuestra existencia y aunque la mayoría de nosotros eramos personas completamente adaptadas a la sociedad que habitábamos y que no dañábamos a la humanidad, seguimiento siendo perseguidos y asediados.

Atravesé las callejuelas con hedor a sexo, a orín y a enfermedad, había una fabrica vieja en el barrio donde abundaba la delincuencia mas peligrosa, el jefe de la manada de los cuatro lagos había conseguido un objeto antiguo, según él tenía ciertos poderes que podrían ayudarnos en esta guerra milenaria que nunca acababa.
Ingrid, la bruja que desde hacía tiempo ayudaba a mi manada podía quizás saber algo sobre el poder que la piedra encerraba, así que decidimos que en la clandestinidad de la noche mandaría a alguien que me la entregara, una vez supiéramos algo mas del objeto lo oportuno sería unir a los licanos de París para poder hablar sobre la táctica a seguir.

Ademas habíamos escuchado rumores sobre la aparición de una vieja manada que se había instalado en las ruinas de una vieja aldea casi deshabitada. Poco o nada sabíamos de los integrantes de aquel clan pero hablaban de la fuerza de Gaia que allí se acumulaba. El nombre de su lider, Askar Wolf era susurrado por toda la ciudad y eso podía ser peligroso, a ningún alfa nos gustaba la idea de claudicar ante otro y bien podía este romper el equilibrio y la paz que tanto nos había costado encontrar.

Apoyé mi espalda en la pared, los haces plata de una luna creciente iluminaban levemente aquel lugar dotando mi imagen de luces y sombras. Saqué papel de liar, dejé caer en el las hierbas y empecé a envolverlo despacio prensando con mis dedos el contenido.

por **Cinder Grimm** Sáb Oct 06, 2018 4:57 pm

A vece hay que cambiar de mascara
dos caras de la misma moneda...

Ciertos negocios hacen que llevar el carruaje no fuera lo más indicado, igual que su aspecto, tenía que estar el peinado y la vestimenta lo suficientemente modificada para que no la relaccionaran con la cara de imagen pública de la condesa, gabardina negra, largo pelo suelto, muy oscuro carmín y sombra de ojos negra, la imagen aunque fuese una mujer de alguien con quien no te meterías si no querías problemas, algunos asuntos disponían de mucha discrección, sobre todo el negocio que se traía con el inglés, solo clientes y socios factibles, discretos, y que tuvieran el suficiente dinero para permitirse llevar esos negocios. Asi que tras hacer una reunión discreta donde se firmarían los acuerdos, se darían las correspondientes señales, y firmaran los contratos de estricta confidencialidad Cinder se retiraba. Por supuesto antes de hacer negocios se había estudiado con precisión a los sujetos para poder asegurarse si eran de fiar y si era seguro hacer negocios con ellos. Su pasado como mercenaria sin contar los factores que le daban el don de la licántropia la hacían que la condesa fuese una formidable rastreadora entre otros talentos de naturaleza mucho más peligrosa, pero el inglés había invertido muchisimo de su tiempo en convertirla en toda una dama, asi que estos asuntos se aseguraba de hacerlos lejos de la lupa, lo importante era un historial intachable, nada que relacionara con nada.
La licántropa atravesaba la ciudad a pasos acelerados, acelerados, como mercenaria en el pasado la condesa seguía custodiando con cierta territorialidad determinados sitios de París, asi que darse una discreta vuelta hacía que la loba negra también despejase un poco patruyando el territorio que consideraba dentro de su zona en particular.

Ahora que le se permitía el lujo de despejar la mente de las preocupaciones propias de alguien de la realeza empezó a prestar atención a su lado animal, incluso entre sus cosas de la realeza, y demás asuntos que atender con Charles también prestaba atención a otro tipo de rumores, sobre todo si eran rumores de otros licántropos, si había manadas nuevas en la ciudad era algo que ella consideraba que tuviera que saber, quizá ese fuera el motivo que la empujase a realizar una ronda sobre su territorio, y de paso enterarse de los chismes y otras cosas, ella tenía sus contactos, gente con la que trabajó en el pasado, hacían las veces de ojos y oidos en distintos sitios para saber como andaba el lado más oscuro de la francesa ciudad, el lado sobrenatural que pasaba invisible ante muchos humanos, y era mejor asi, al menos hasta cierto punto, que siguieran siendo presas de las leyendas y mitos para creer que todo aquello no existía.

Pero para los metidos entre ellos, la territorial licántropa no estaba contenta con los rumores, fue entonces como paseando por las callejuelas con el sonido que hacen sus tacones, más su olfato obró mucho antes que su vista que había otro licano por la zona, frunció el ceño pero mantuvo el paso seguro y decidido por un camino que daba a la vieja fabrica, su rostro estaba serío mientras avanzaba muy decididamente. A medida que siguió el rastro hasta ver a lo lejos una figura masculina recostada contra la pared liandose un cigarrillo, la licántropa entrecerró los ojos ligeramente mientras se aproximaba hacía él. -Buenas noches mi lord...- Saludó de manera fria antes de posicionarse a cierta distancia del otro licano. - No recuerdo haberle visto antes por aquí.- Mostró cierta territorialidad, más se mantuvo de brazos cruzados.

Alzaba una ceja observando al individuo que tenía ante ella, más no había motivo para comportarse como una bravucona estupida, prefería escuchar antes de enseñar los colmillos, más de una vez ser una bravucona la había metido en lios en el pasado, y ya había pasado el tiempo de partirse la cara solo para echar de su zona, en realidad prefería tantear, los rumores sobre la nueva manada recorrían la ciudad, y queria identificar al que tenía, si pertenecía a otra zona de París o por el contrarío eran ciertos los rumores.

por **Vashni Indih** Jue Nov 15, 2018 11:15 am

Una morena apareció en el callejón, seguramente sería alguna zapadora de alguna manada que al ver un alfa en su terreno había sido enviada para tantear cuales eran mis intenciones.
Seguí liando el cigarro con calma mientras la licana se cruzaba de brazos manteniendo la distancia adecuada y me preguntaba en pocas palabras ¿que hacía allí?

Lamí el papel para cerrarlo y llevando un extremo a mis labios prendí con el cipo la otra punta dando un par de caladas rápidas para que la punta se prendiera.
Cuando las sombras de la farola lamía mi piel solo la punta rojiza del cigarro alumbraba mis facciones sombrías.

-No veo que el callejón tenga dueño -dije tranquilo -¿quieres -le ofrecí sin variar mi gesto calmo, la loba no me causaba ningún miedo.
Yo no era de esos que daban explicaciones a la primera de cambio, si quería saber algo de mi mejor que se identificara y me llevara ante su alfa, yo no era un lacayo, era Vashni y como tal actuaba.

No tardarían de venir aquellos con los que había quedado, los cazadores se estaban uniendo y si no llegábamos a acuerdos acabarían dándonos caza. Ademas la manada de Askar era vieja, antigua y no habían empezado a mover ficha.
Su guerra parecía tener mas que ver con los Black que con los cazadores, pero algo me decía que si los buscaban, los encontrarían.

-¿quieres algo? Ademas de tabaco poco mas puedo ofrecerte, como tu, yo no te conozco de nada.
Di una nueva calada dejando emerger entre mis labios el humo blanquecino, por mi nariz salio como si fuera un dragón.

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