Violette Alexis Princewater - Ficha

por **Violette Princewater** Sáb Oct 27, 2018 2:34 pm

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Violette Alexis Princewater

▲EDAD▲

29 años

▲ESPECIE▲

Cazadora

▲FRASE▲

"Si lo que se hace, no es con el corazón,
mejor no lo hagas, porque no estará bien hecho."
Friedrich Wilhelm Nietzsche

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Clase Media

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Heterosexual

▲LUGAR DE ORIGEN▲

Bolonia, Italia

▲HABILIDADES/PODERES▲

Pelea cuerpo a cuerpo.
Firearms & melee.
Diseño y confección de protectores corporales.
Diseño y confección de venenos.
Diseño y confección de trampas.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Violette tiene un don para comprender cuáles son las necesidades de las personas. Observa, conoce, juzga y actúa en consecuencia haciendo que los demás se sientan a gusto a su lado. Su carácter es ligero como la brisa, suave, refrescante y agradable. Mantiene una expresión benevolente con todos, incluso aquéllos que buscan sacarla de quicio. Carece del rasgo histérico propio de la mayor parte de las mujeres. Los exabruptos los evita como una mujer corre de los ratones. Le disgusta que alguien se salga de sus cabales. Cuando le sucede un evento desafortunado, procura dialogar y calmar los ánimos. En caso contrario, emitirá una disculpa y se alejará de ahí hasta que el individuo en cuestión pueda hablar con tranquilidad. Considera que la vida es demasiado corta para envenenarla con odios y resentimientos, así que trabaja en ello todo el tiempo. Se mantiene alejada de las personas tóxicas y de sus estallidos, optando por sumergirse en su cuarto de trabajo donde deja salir las frustraciones de la interacción humana, en cada diseño que crea y manipula a su antojo.

Gobernar su mente es difícil, manipularla es más factible porque tiene el afán de dar a manos llenas a los demás. Cuidar de ellos es una de las líneas más firmes de su personalidad. Quien entiende esto, puede hacer con Violette lo que desee dentro de sus límites. Si bien es una mujer comprensiva, en cuanto nota el abuso de su persona, da media vuelta para alejarse sin mirar atrás. Los únicos que pueden salvarse de que los abandone, son sus seres queridos. Ellos recibirán una advertencia con ese tono bajo y suave que le caracteriza a la Princewater. Prefiere razonar que pelear. Cuando fue el día de la repartición de la paciencia, Violette se formó siete veces siete, como dice la biblia. Luego entonces, es difícil que pierda los estribos. De las pocas ocasiones en que lo lograron, apuñaló con despiadada frialdad al provocador con un tono susurrante, exponiendo todos sus puntos flacos y dejando en evidencia su experto estudio de las personalidades. Quien recibe una dosis de esta medicina se aleja definitivamente.

Es decidida. Cuando elige algo, lo persigue con ahínco. Carece del rasgo de líder, prefiere acompañar que conducir. Y quien decida sobre su vida, tendrá que ser más astuto que la propia cazadora porque de lo contrario, al voltear, notará que está solo. Seguir a alguien por inercia se aleja de su personalidad. Es una buena compañera, trabajadora, dedicada y atenta. Considera que en la forma del pedir, está el dar. Una orden puede ser acatada a menos que sea irreflexiva. Buscará razonar los por qué no, esperando los por qué sí. Valorará y actuará. Eso no significa que su amabilidad se empañe. Si bien es una oveja, tiene su propio criterio. Si tiene que cambiar de rebaño, lo hará sin dilaciones. Mejor ser una oveja viva a una muerta.

HISTORIA

Dice la leyenda que los Princewater fueron fundadores de la Inquisición en Inglaterra. Como tal, migraron a Italia, cuando Enrique VIII rompió relaciones con el Vaticano. Abandonaron así sus orígenes en Inglaterra, con tal de seguir en la religión católica que les abrazó desde generaciones. De sus múltiples descendientes, Hugh Princewater, tecnólogo de la Inquisición y Julieta Martinelli, hija del mentor de su prometido, contraen matrimonio asentándose en Bolonia. Es ahí donde nace la que sería su única hija. En el calor del hogar, la pequeña aprendió que en el pedir, está el dar. Se acostumbró a mantener el tono bajo y relajado cual calca del de sus padres. Los exabruptos en su casa eran escasos. Puede que los hubiera más por agentes externos que por los que habitaban ahí debido a las personalidades tan agradables y serenas de sus progenitores, quienes eran apreciados por sus vecinos y familiares.

Durante sus primeros cinco años de existencia, vivió una vida plena hasta que una epidemia cobró la vida de su madre. Asustado por los síntomas que Violette presentaba, Hugh decidió cambiar de aires yendo a Venecia para asentarse entre sus familiares que ahí habitaban. Su hija dio muestras de mejoría en estas nuevas tierras superando los primeros síntomas. Solos en el mundo, Hugh le prestó más atención a su hija, llenándola de toda clase de atenciones y procurando su bienestar generando un lazo irrompible entre ellos. Incapaz de resignarse a la pérdida de su esposa a quien amó, idealizó su imagen, haciendo que la propia Violette hiciera lo mismo, impidiendo que superara su complejo de Edipo con estas conductas.

Al ser la única descendiente, a Hugh le pareció curioso que desde muy pequeña se interesara en su labor como tecnólogo y como tal, el hombre tenía una habilidad envidiable para la reparación de armas, careciendo de la facultad de concebir y crear nuevos artefactos. Aspecto que quedó cubierto con su hija, que desde la infancia le llevaba toda clase de ideas que ponían en práctica. Fracasaron incontables veces, en lugar de fomentar la frustración de Violette, Hugh era más astuto. La incitaba a seguir investigando, a consultar a otros inquisidores que les rodeaban para que aprendiera y se cultivara. Cada fracaso implicaba una nueva búsqueda que a la pequeña Princewater le permitía correlacionarse con otras personas e introducir en su mente, métodos novedosos que ponía en práctica con su padre, como la creación de trampas inclusive.

Su desarrollo en Venecia estuvo caracterizado por sus labores hombro con hombro con su padre y sus investigaciones. Tomó las riendas de su hogar a los catorce años, acostumbrándose a tener organización, orden y limpieza. Era una buena ama de casa y muchos hombres empezaron a pretender su mano. Violette se negó a ello, el amor que sentía por su padre fue idealizado hasta convertirlo en un modelo de perfección tal, que a los jóvenes pretendientes sería imposible de imitar. Ésto, aunado al recuerdo de su madre, le hizo casi imposible la idea de dejar a su padre solo. Su carácter firme y decidido que gobernaba la casa alejaba rápido a cualquier pretendiente pues era su dominación, muy típico de las matriarcas italianas.

Es en esta época cuando su padre decide mandarla a entrenar, a aprender a defenderse quizá vislumbrando que su hija se quedaría solterona. Le enseñaron a pelear cuerpo a cuerpo, a dominar las armas blancas porque las de fuego desde hace mucho que ya las controlaba gracias a sus constantes experimentos. La joven Violette, alcanzó los veinte años de edad con una experiencia basta en la cacería y los métodos que su padre dominaba. ¿Por qué no ser parte de la Inquisición? Es un misterio que se acrecentó con su llegada a la ciudad de París, a dos meses de cumplir sus veintiún años de edad. Destinada estar con su tío quien es un mayordomo en una mansión, Violette oculta la verdad sobre las razones que la trajeron de no ser por la carta que su padre le envió a su pariente más lejano.

Su destino fue estar con una inquisidora en París y si bien, su intento de volver a casa fue frustrado en múltiples ocasiones, comprendió que su regreso sería contraproducente para los hombres que seguían muy de cerca los pasos de su padre y se quedó entrenando y ayudando a su jefa. Los años pasaron y con ello, la joven evolucionó con los adiestramientos de la mujer Condenada a quien servía y cuidaba. Sin embargo, hace más de tres meses que no vuelve de una misión. Violette cumplió ya sus veintinueve años y si bien, todavía anhela volver a su tierra, tiene muy claro que eso sería lo último que lograra hacer y no sólo su vida corre riesgo, también la de su padre. Y si los rumores son ciertos, puede ser que Violette se haya quedado incluso sin jefa a quien servir.

DATOS EXTRA

- Tiene una gran habilidad con el dibujo.
- Es adicta al té negro.
- Sigue manteniendo comunicación con su padre por carta.
- Tiene un Trastorno Obsesivo Compulsivo con el orden.
- Acostumbra usar más atuendos con pantalones que vestidos, le disgustan las faldas que no le permiten moverse.
- Ama a los gatos, jamás pudo tener uno porque su padre era alérgico, pero en París, tiene dos.
- Habla latín, italiano, francés, inglés y español.

por **Administración** Lun Nov 05, 2018 11:42 pm

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