Danza de hielo. -Libre.-

por **Arikel Voerman** Dom Ene 13, 2019 9:08 am

La noche era susmamente fria, heladora, la nieve inhundaba París esos días, cosa que personalmente a Arikel le encantaba, le recordaba a su tierra, aunque aquí no hacía tanto frio, o más bien ella por su condición no lo sintiera, esa sería la respuesta más probable a su falta de frio. Se dirigía a ese particular teatro, aquel donde los vampiros que fingían ser humanos, que fingían ser vampiros, y lo peor de todo es que a la gente le encantaban, incluida a la rubia, que había asistido en repetidas ocasiónes, más cuando vió la oportunidad, ella se había presentado entre bastidores para pedir su ingreso como parte de la compañía, que en principio se mostró algo recelosa, pero parecía que les hacía falta un violinista, y ya que la edad de la vampiresa era cuantiosa había tenido mucho tiempo para perfeccionar su forma de tocar el violín, asi que pidió una oportunidad que en un principio no parecían estar muy convencidos, pero parece que finalmente decidierón darle una oportunidad a la vampiresa. La aparentemente joven vampiresa llevaba ya un tiempo en París y había empezado a asentarse a la luz de los acontecimientos, habíendo encontrado un sitio donde podría estar largo tiempo o esa era su opinión.
La intención de estar un tiempo en París ahora que había encontrado algo a lo que aferrarse, pero era momento de buscar algún trabajo, algo que hacer con que costearse el estilo de vida con el que se estaba haciendo, aunque aun quedaba por hacer.

Ella se presentó al inicio de la noche entre bastidores, algo nerviosa por la actuación, naturalmente tuvo que cambiar sus vestimentas y maquillarse, vistiendola de tal forma que parecía más bien de caracter angelical, para poner a prueba su maestría en cuanto al violín, la actuación se iniciaba, todo preparandose para abrir de cara al publico, la obra funcionaba bien, aunque ella de latirle el corazón iría a mil por hora por ganas de salir y el nerviosismo que tenía por dar su actuación, hasta que finalmente fue su turno. Arikel respiró hondo antes de atreverse a alzarse con una melodía de caracter festivo para deleitar al público, la chica no mentía cuando aseguró que tenía una gran habilidad para con los instrumento de cuerda, la verdad siempre le gustó la musica, y aunque la vampiresa solía ser de naturaleza golosa hacia la sangre, el arte le encantaba, gran afición por el teatro, la opera y la música, quizá una mezcla de todo aquello era lo que la impulsó a pedir su ingreso.

Tocó y danzó durante su actuación, la joven podía moverse de manera elegante, su constitución delgada, y las elegantes ropas hacían que diera un buen efecto visual, hasta que terminó su pieza y para su sorpresa o mejor dicho, para que su ego creciera parece que el numero gustó, lo cual tras inclinarse a modo saludo se retiró. Para volver entre bastidores, parecia que convencería para su contratación, asi que al terminar esa obra que más bien parecía una danza macabra, sonrió de medio lado para vestirse con us habituales ropas negrasm tapada para que pareciese que el frio si conseguía alcanzarla y metió su preciado violín en su estuche, dispuesta a abandonar aquel sinuoso y mistico lugar, para pasear por las calles de París, empezando a adentrarse entre las parisisnas calles, mientras parecía que su atención se disipaba, alzó sus azules ojos al cielo que empezaba a nevar, cosa que dibujó una timida sonrisa en los labios de la vampiresa, había echo bien en decidir ir paseando en vez de volver al hogar en alguno de los carruajes.
Lo cual de divertida por la decisión y deleitarse de ver como nevaba, asi que avanzó de manera lenta, distraidamente, mientras cargaba con su estuche portando el violín, mientras tanto su abrigo negro como el oscuro estuche empezaban a estar adornados de blanco debido a los copos de nieve que se quedaban posados sobre las oscuras superficies, que por otro lado daban una imagen algo fantasmagorica.