AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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¡Que buen comienzo!... [Reservado]
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¡Que buen comienzo!... [Reservado]
Mis piernas se entumecían al querer mantener el paso que llevaba, mi respiración agitada se volvía cada vez mas insuficiente por cada paso. Corría desesperada, huyendo de cazadores furtivos, y aunque esta vez lo hacia a dos piernas al parecer de verdad estaban molesto. Las calles luminosas de París se habían vuelto mas pequeñas y oscuras por mis malas elecciones pero, no le encontraba vuelta atrás.
Siento entonces, el rostro manchado con barro, el vestido un poco mas pesado de lo normal a causa del agua, a pesar de que al menos medio kilo de tela había quedado en el bosque. Allí les había encontrado a ese par de ratas, cazando venados, asesinando por placer por codicia... ¡Cuanto asco!. Fue entonces que había decidido lanzar un flechazo al brazo de uno de ellos, mas precisamente al que estaba apuntando con su ballesta aquel inocente animal. Entonces me convertí en presa...
- ¡Ya casi la alcanzamos! - Gritó uno de ellos mientras volvía a doblar en un callejón oscuro, húmedo, mal oliente... - Maldita mocosa, me las pagaras. Venderé tu cuerpo para pagar mis medicamento por lo que me has hecho. - Les llevaba cierta ventaja pero aún así la desesperación por no ser alcanzada ni descubierta en mi mayor secreto comencé a detenerme y golpear algunas puertas. En ninguna de ellas parecían tener la intención de abrir.
Doblé entonces a mi derecha, adentrándome a un pasillo aun mas angosto y sombrío. Las risas de los hombres eran tan audibles como si de gritos estuviera hablando. - Esa será tu última vuelta. - ¿A que se refería?...
A pesar de la oscuridad, que apenas cortaba con la luz que brindaba la luna por las angostas paredes, asomaba mas gente por el lugar. Seguramente no muy lejos había alguna reunión, algún tipo de refugio sin que tuviera que recurrir a la transformación. Y tras tropezar con la gente pude ver una luz cálida, era la hoja semi-abierta de una puerta que permitía salir el resplendor de las luces.
Apuré mis piernas, engañándolas con que sería la ultima tirada que tenían que correr. Uno de mis pies tropezó con un saliente en la vereda... Como si fuera acaso posible ver con tanta desesperación y oscuridad. Sin rendirme siquiera por dos segundos me levanté retomando el paso como si nada me hubiese pasado, llegué a la puerta casi tirando todo el peso de mi cuerpo sobre esta para abrirla, metiéndome dentro como si fuera mi casa, o aún peor. Di un giro sin soltarme del picaporte, y cuando tramaba cerrar la puerta, una mugrosa mano se extendió hasta mi cuello para tomarme de mi collar de perlas.
- Así que eres rica... ¡Que suerte la mía!. - El rostro de aquel hombre, nada mas podía compararse con la de un mandril, velluda con sus dientes mal cuidados. Y ciertamente horroroso, llego a espantarme con el complemento de sus ojos color miel.
- ¡Suélteme! - Le dije y forcejé con mi otro brazo para poder zafar de su agarre, pero el collar cedió antes cortándose y viendo ya lo perdido azoté la puerta contra su brazo. Lo quitó aullando como un lobo.
Cerré la puerta y me apoyé intentando tranquilizarme. Miré a mi alrededor y la "reunión" resultaba ser una taberna de mala vida, gente tendida sobre las mesas del lugar, sin saberse si acaso aún estaban con vida... Otros mirando curiosos desde la barra, desde todos los ángulos y algunos rateros tomando de las perlas que habían quedado dentro.
Les miré con cierto miedo, y estos simplemente se sonreían torcidamente, mostrando la carencia de algunos de sus dientes. Me observé el vestido, manchado, desgarrado y percudido. Toqué mi rostro, ciertamente sucio, me quité los guantes y los largué al piso... Debía adaptarme como tal o estaría entre la jaula de los leones y los cazadores furtivos.
Iba a separarme de la puerta, cuando un intento de abrirla me empujó hacia adelante, el ruido seco de la madera delataba el forcejeo. - ¡Abre la puerta! - la voz gruesa y áspera de aquel hombre volvía a entumecer hasta mis huesos ¿o sería que ya tenía frió?. Bloquee la puerta con el cierre de madera y me aleje asustada, temblando... Por el miedo o por el frió, ni siquiera estaba segura. Aunque mi reflejo en uno de los espejos rotos dejaban entrever que claramente mi cabello estaba desmarañado, mojado y embarrado al igual que el resto de mi vestimenta.
Siento entonces, el rostro manchado con barro, el vestido un poco mas pesado de lo normal a causa del agua, a pesar de que al menos medio kilo de tela había quedado en el bosque. Allí les había encontrado a ese par de ratas, cazando venados, asesinando por placer por codicia... ¡Cuanto asco!. Fue entonces que había decidido lanzar un flechazo al brazo de uno de ellos, mas precisamente al que estaba apuntando con su ballesta aquel inocente animal. Entonces me convertí en presa...
- ¡Ya casi la alcanzamos! - Gritó uno de ellos mientras volvía a doblar en un callejón oscuro, húmedo, mal oliente... - Maldita mocosa, me las pagaras. Venderé tu cuerpo para pagar mis medicamento por lo que me has hecho. - Les llevaba cierta ventaja pero aún así la desesperación por no ser alcanzada ni descubierta en mi mayor secreto comencé a detenerme y golpear algunas puertas. En ninguna de ellas parecían tener la intención de abrir.
Doblé entonces a mi derecha, adentrándome a un pasillo aun mas angosto y sombrío. Las risas de los hombres eran tan audibles como si de gritos estuviera hablando. - Esa será tu última vuelta. - ¿A que se refería?...
A pesar de la oscuridad, que apenas cortaba con la luz que brindaba la luna por las angostas paredes, asomaba mas gente por el lugar. Seguramente no muy lejos había alguna reunión, algún tipo de refugio sin que tuviera que recurrir a la transformación. Y tras tropezar con la gente pude ver una luz cálida, era la hoja semi-abierta de una puerta que permitía salir el resplendor de las luces.
Apuré mis piernas, engañándolas con que sería la ultima tirada que tenían que correr. Uno de mis pies tropezó con un saliente en la vereda... Como si fuera acaso posible ver con tanta desesperación y oscuridad. Sin rendirme siquiera por dos segundos me levanté retomando el paso como si nada me hubiese pasado, llegué a la puerta casi tirando todo el peso de mi cuerpo sobre esta para abrirla, metiéndome dentro como si fuera mi casa, o aún peor. Di un giro sin soltarme del picaporte, y cuando tramaba cerrar la puerta, una mugrosa mano se extendió hasta mi cuello para tomarme de mi collar de perlas.
- Así que eres rica... ¡Que suerte la mía!. - El rostro de aquel hombre, nada mas podía compararse con la de un mandril, velluda con sus dientes mal cuidados. Y ciertamente horroroso, llego a espantarme con el complemento de sus ojos color miel.
- ¡Suélteme! - Le dije y forcejé con mi otro brazo para poder zafar de su agarre, pero el collar cedió antes cortándose y viendo ya lo perdido azoté la puerta contra su brazo. Lo quitó aullando como un lobo.
Cerré la puerta y me apoyé intentando tranquilizarme. Miré a mi alrededor y la "reunión" resultaba ser una taberna de mala vida, gente tendida sobre las mesas del lugar, sin saberse si acaso aún estaban con vida... Otros mirando curiosos desde la barra, desde todos los ángulos y algunos rateros tomando de las perlas que habían quedado dentro.
Les miré con cierto miedo, y estos simplemente se sonreían torcidamente, mostrando la carencia de algunos de sus dientes. Me observé el vestido, manchado, desgarrado y percudido. Toqué mi rostro, ciertamente sucio, me quité los guantes y los largué al piso... Debía adaptarme como tal o estaría entre la jaula de los leones y los cazadores furtivos.
Iba a separarme de la puerta, cuando un intento de abrirla me empujó hacia adelante, el ruido seco de la madera delataba el forcejeo. - ¡Abre la puerta! - la voz gruesa y áspera de aquel hombre volvía a entumecer hasta mis huesos ¿o sería que ya tenía frió?. Bloquee la puerta con el cierre de madera y me aleje asustada, temblando... Por el miedo o por el frió, ni siquiera estaba segura. Aunque mi reflejo en uno de los espejos rotos dejaban entrever que claramente mi cabello estaba desmarañado, mojado y embarrado al igual que el resto de mi vestimenta.
Hélèn Laughton- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/01/2011
Localización : Oculta entre las noches parisinas
Re: ¡Que buen comienzo!... [Reservado]
Era un día más, casi rutinario.
Me encontraba de nuevo siguiendo a alguien, un humano, mi clienta me había contratado porque sospechaba de él, que la engañaba, que tenía un amante, llevaba alrededor de una semana siguiéndolo, pero lo único que había visto de él hasta ahora era su mal gusto tanto en lugares como en compañías.
En mi forma humana solía llevar una Katana atada a la espalda, ya que no tan fácil podría transformarme, cuando era bestia, solía ir desnudo (ya que sería raro, además de incómodo llevar alguna muda de ropa) generalmente mis dientes ayudaban a defenderme, o en tal caso, la velocidad de mis piernas
Él se había dirigido hacia una taberna de mala muerte, en la cual había todo tipo de personas, mal olientes, desaliñadas, en fin, mi sombrero no dejaba ver mi rostro, de cualquier manera aun no sabía que le seguía, entre casi 10 minutos después de él, y me senté en una esquina que no daba la luz, la obscuridad era mi aliada, aunque no me convirtiera, mis ojos me ayudaban en la obscuridad, lo cual era un buen arma, y me ayudaba en la realización de mi trabajo.
Comenzó a llover, tanto que parecía que la noche quisiera llevarse el local completo. Había peleas, riñas, pero por lo demás era sumamente aburrido, pero pude ver cómo aquel hombre llevaba o iba con algunas de las ‘chicas’ que llegaron después, al parecer la esposa de este hombre tenía razón. Estaba por concluir mi día para poder poner a hacer mi informe respecto al suceso, pero abruptamente la puerta se abrió de par en par dejando ver a una chica sumamente asustada.
La expresión que llevaba la chica era realmente de asustarse, me asusté por ella, sus ropas estabas desgarradas, toda ella estaba cubierta de barro y notablemente estaba agitada, una mano la tomó del cuello e iba a salir ‘el héroe’ que habitaba dentro de mí, cuando de pronto el collar que llevaba hizo que la mano de aquel despreciable ser la soltara.
De momento estaba ‘a salvo’, aunque en este tipo de lugares tal vez no estaría en las mejores condiciones que pudiera ella haber previsto. La vi temblar terriblemente asustada, vi como varios hombres querían aprovecharse de la confusión de la temblorosa chica, negué con la cabeza, sabía que no era mi problema, pero mi educación, no me permitiría dejar aquello inconcluso.
El dueño de la taberna grito a la chica por haber cerrado la puerta, pero yo ya me encontraba lo suficientemente cerca, saqué mi Katana de su funda, y quedé a unos pasos de la chica, justo cuando el hombre que había agarrado su cuello segundos antes ya que pude distinguir el tatuaje del brazo.
El hombre ni siquiera notó mi presencia, logre darle un fuerte puntapié en la rodilla lo que lo hizo caer, con mi mano derecha alce mi Katana y con la izquierda oculté a la chica detrás de mi -¿te encuentras bien?-Pregunte seriamente a la chica.
Los demás retrocedieron notablemente, lo cual hizo que en mi rostro se dibujara una amplia sonrisa.
Ilhan- Mensajes : 220
Fecha de inscripción : 11/12/2010
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Re: ¡Que buen comienzo!... [Reservado]
De momento a otro un joven apareció entre la nauseabunda multitud, notablemente mucho mas pulcro de quienes lo rodeaban, agregando me a tal lista también. Sus cabellos eran rubios, y claramente en su mano llevaba un katana. ¿Mi suerte comenzaba a mejorar?. El dueño de la taberna, un hombre morrudo y de bastante mal carácter se estaba apartando de la barra para tomar dirección hacia donde estaba mi tan reciente protector, o mejor llamarlo héroe, salvador. Escuché su pregunta, y nada mas pude asentir con la cabeza. ¿Obviaba que no podía verme?...
El paso del hombre, de brazos anchos como damajuanas, y piernas como macetas se acercaba a paso seguro. Y no tenía mejor idea que tomar el hombro del muchacho y tirarlo conmigo hacia atrás no quería que saliera lastimado, incluso reflexionaba sobre pedirle groseramente que se fuera, a ver si así se ofendía y se iba pero, no tenía con que aire decirlo... Apenas si podía respirar, ver y pensar, y no estaba pensando de lo mas claro.
Voltee a ver la puerta y la madera, me aferré a esta ultima y la saqué de su lugar, era tiempo de dejar ese papel de "doncella en peligro" que tanto detestaba pero que a veces era inevitable llevar. Me volteé y mire al hombre con los ojos entrecerrados, fácilmente este me sacaba unas cuatro cabezas.
Me puse junto al joven y levanté el pedazo de madera amenazante.
Tras nosotros los cazadores no estaban perdiendo el tiempo, sin llegar a entender como al parecer habían notado que la puerta se había destrabado. Mis hombros dejaban casi caer el peso de la madera al peso, mi mueca de molestia era mucho mas que obvia. - Si desea marcharse caballero aún esta a tiempo. - Temía mas por se seguridad que la mía, al fin y al cabo si la situación no me daba mas salidas, podía transformarme y sacar buena tajada de una mala partida.
Giré nuevamente encontrando el rostro mal cuidado del cazador que había jalado de mi collar de perlas, mas allá del costo o de los precios, había sido el ultimo regalo que mi padre me había dado, últimamente ni siquiera podía verlo gracias a mi madrastra. Calculé la distancia y le lancé un golpe derecho a la frente, el hombre se tambaleó hacia atrás algo confundido, pero todavía le iban a faltar sus buenos golpes como para caer muerto, cosa que no iba hacer.
Detrás de este y en lo que apenas había podido tomar un respiro, venía su compañero, al que le desconocía la voz por completo, y ahora gruñía como un animal con rabia. Preparé mi segundo golpe, y lo largué golpeando el cuello del hombre, que se tambaleó también.
Suficiente de golpes para mi, tomé la puerta desesperada y cuando estaba a punto de darme a la fuga, recordé al muchacho que se estaba jugando el pellejo por prestarme ayuda.
Me volví y tomando de su vestimenta lo tironee. - ¡Hora de irnos!. Nuestro navío ya zarpa. - Quería casi arrastrarlo pero su cuerpo, claramente mas robusto que el mio me lo impedía...
El paso del hombre, de brazos anchos como damajuanas, y piernas como macetas se acercaba a paso seguro. Y no tenía mejor idea que tomar el hombro del muchacho y tirarlo conmigo hacia atrás no quería que saliera lastimado, incluso reflexionaba sobre pedirle groseramente que se fuera, a ver si así se ofendía y se iba pero, no tenía con que aire decirlo... Apenas si podía respirar, ver y pensar, y no estaba pensando de lo mas claro.
Voltee a ver la puerta y la madera, me aferré a esta ultima y la saqué de su lugar, era tiempo de dejar ese papel de "doncella en peligro" que tanto detestaba pero que a veces era inevitable llevar. Me volteé y mire al hombre con los ojos entrecerrados, fácilmente este me sacaba unas cuatro cabezas.
Me puse junto al joven y levanté el pedazo de madera amenazante.
Tras nosotros los cazadores no estaban perdiendo el tiempo, sin llegar a entender como al parecer habían notado que la puerta se había destrabado. Mis hombros dejaban casi caer el peso de la madera al peso, mi mueca de molestia era mucho mas que obvia. - Si desea marcharse caballero aún esta a tiempo. - Temía mas por se seguridad que la mía, al fin y al cabo si la situación no me daba mas salidas, podía transformarme y sacar buena tajada de una mala partida.
Giré nuevamente encontrando el rostro mal cuidado del cazador que había jalado de mi collar de perlas, mas allá del costo o de los precios, había sido el ultimo regalo que mi padre me había dado, últimamente ni siquiera podía verlo gracias a mi madrastra. Calculé la distancia y le lancé un golpe derecho a la frente, el hombre se tambaleó hacia atrás algo confundido, pero todavía le iban a faltar sus buenos golpes como para caer muerto, cosa que no iba hacer.
Detrás de este y en lo que apenas había podido tomar un respiro, venía su compañero, al que le desconocía la voz por completo, y ahora gruñía como un animal con rabia. Preparé mi segundo golpe, y lo largué golpeando el cuello del hombre, que se tambaleó también.
Suficiente de golpes para mi, tomé la puerta desesperada y cuando estaba a punto de darme a la fuga, recordé al muchacho que se estaba jugando el pellejo por prestarme ayuda.
Me volví y tomando de su vestimenta lo tironee. - ¡Hora de irnos!. Nuestro navío ya zarpa. - Quería casi arrastrarlo pero su cuerpo, claramente mas robusto que el mio me lo impedía...
Hélèn Laughton- Cambiante Clase Alta
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Re: ¡Que buen comienzo!... [Reservado]
Comencé a pelear con varias personas dentro de la taberna, la persona a la que había ido a observar notablemente habia desaparecido de aquel lugar sin pagar la cuenta, típico, al igual que varios de los comenzales ahí presentes.
Con la Katana, logré cortar varios brazos, piernas, pero nada tan graba como para quitarles sus miembros definitivamente, la chica sorprendentemente logró golpear a dos de ellos, lo cual me hizo sonreir un poco, al parecer no era tan indefensa, logre lastimar a uno que otro en esos momentos.
La chica pidió que me fuera a lo cual negué con la cabeza, con vehemencia.-No me iré mademoiselle, no se en que problemas esté, pero no puedo dejar a una dama en estas condiciones y con este tipo de gente, usted disculpe-Volví a decir con vehemencia, mientras seguia luchando con otras dos personas
La chica salía del lugar muy rápido, jalaba de mis prendas, la mayoría de los atacantes se detenia un poco al ver el daño que podría producirles a todos, y optaron con atender a los heridos.
Dejé que me empujara hacia afura, pues iba practicamente cubriendonos las espaldas.
-¿como te encuentras?-Pregunté mirando a la chica mientras prácticamente huíamos de aquel lugar, colocándome de nuevo la Katana en la espalda al ver que ya no nos seguían.
Con la Katana, logré cortar varios brazos, piernas, pero nada tan graba como para quitarles sus miembros definitivamente, la chica sorprendentemente logró golpear a dos de ellos, lo cual me hizo sonreir un poco, al parecer no era tan indefensa, logre lastimar a uno que otro en esos momentos.
La chica pidió que me fuera a lo cual negué con la cabeza, con vehemencia.-No me iré mademoiselle, no se en que problemas esté, pero no puedo dejar a una dama en estas condiciones y con este tipo de gente, usted disculpe-Volví a decir con vehemencia, mientras seguia luchando con otras dos personas
La chica salía del lugar muy rápido, jalaba de mis prendas, la mayoría de los atacantes se detenia un poco al ver el daño que podría producirles a todos, y optaron con atender a los heridos.
Dejé que me empujara hacia afura, pues iba practicamente cubriendonos las espaldas.
-¿como te encuentras?-Pregunté mirando a la chica mientras prácticamente huíamos de aquel lugar, colocándome de nuevo la Katana en la espalda al ver que ya no nos seguían.
Ilhan- Mensajes : 220
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Re: ¡Que buen comienzo!... [Reservado]
Empecé asentir frenéticamente, sonriendo a medias y sin saber del todo que decir a su pregunta. Heroicamente el había prevalecido a mi lado durante la pelea, y de alguna forma debía de agradecérselo. - ... he. He estado en mejores condiciones. Pero, mas que claro que podré contarlo. - Le sonreí mientras corria uno de mis desobediente mechones de mi rostro.
- ¿Como podría agradecerle tal actitud. Caballeros como usted pocos se encuentran. - Nada mas el pensar como hubiese escapado de esta, me nacía fácilmente incluso pagarle con oro tal acción. Miré a mi al rededor, en la corrida habíamos salido de la oscuridad en la que estaba sumida la taberna, y sin embargo yo seguía tan o peor de perdida que hacia media hora atrás.
Sumamente disimulada comencé a olfatear el aire, buscando mi propio aroma, para poder encontrar el camino de regreso a mi corcel. El cual había tenido que abandonar ante su cansancio... Sin embargo, mi aroma no se cautivaba en el medio, quizás habíamos doblado hacia el otro lado, y ni siquiera lo había notado por la desesperación.
- Ahora que lo veo mejor, creo que no es por este camino por el que había venido. - Mi rostro claramente podía estar demostrando preocupación. - No se hacia donde se dirige usted pero... Yo he de ir por allá. - Y señale con mi mano el lado contrario del callejón. - Puede acompañarme si así realmente lo desea. - y acentué mis cordiales y refinadas palabras con una sonrisa, al momento que recordé que siquiera sabía su nombre y el mucho menos el mio.
- Oh!, pero que pésima educación la mia. - Aunque habia sido educada por los mejores mentores que podían nombrarse, lo mio a veces no eran las diplomacias. - Me presento, mi nombre es Evelyne Laughton, y hace menos de una semana he llegado a París. - eso justificaría porque me habia metido al nido de ratas, mis palabras fueron seguidas de una sutil reverencia, sofisticada y calculada en cada uno de los movimientos.
- ¿Como podría agradecerle tal actitud. Caballeros como usted pocos se encuentran. - Nada mas el pensar como hubiese escapado de esta, me nacía fácilmente incluso pagarle con oro tal acción. Miré a mi al rededor, en la corrida habíamos salido de la oscuridad en la que estaba sumida la taberna, y sin embargo yo seguía tan o peor de perdida que hacia media hora atrás.
Sumamente disimulada comencé a olfatear el aire, buscando mi propio aroma, para poder encontrar el camino de regreso a mi corcel. El cual había tenido que abandonar ante su cansancio... Sin embargo, mi aroma no se cautivaba en el medio, quizás habíamos doblado hacia el otro lado, y ni siquiera lo había notado por la desesperación.
- Ahora que lo veo mejor, creo que no es por este camino por el que había venido. - Mi rostro claramente podía estar demostrando preocupación. - No se hacia donde se dirige usted pero... Yo he de ir por allá. - Y señale con mi mano el lado contrario del callejón. - Puede acompañarme si así realmente lo desea. - y acentué mis cordiales y refinadas palabras con una sonrisa, al momento que recordé que siquiera sabía su nombre y el mucho menos el mio.
- Oh!, pero que pésima educación la mia. - Aunque habia sido educada por los mejores mentores que podían nombrarse, lo mio a veces no eran las diplomacias. - Me presento, mi nombre es Evelyne Laughton, y hace menos de una semana he llegado a París. - eso justificaría porque me habia metido al nido de ratas, mis palabras fueron seguidas de una sutil reverencia, sofisticada y calculada en cada uno de los movimientos.
Hélèn Laughton- Cambiante Clase Alta
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Re: ¡Que buen comienzo!... [Reservado]
Las calles de pronto parecieron increíblemente vacías, volteaba de vez en cuando a ver a la chica y parecía mucho más tranquila, comenzó a hablar con su angelical voz, la cual me agradaba mucho escuchar, al parecer agradeciendo el que aún seguíamos con vida, lo cual me agrado en demasía.
Los halagos que ella hacía hacia mi persona, me hacían sentir sumamente sonrojado, pude notar su comportamiento, ¿olfateaba?, lo dudaba mucho dentro de mi mente no creería que aquella chica olfateara el ambiente, más bien quise ver que ella trataba de orientarse en aquellos caminos-¿Qué ocurre madeimoselle, ¿se encuentra perdida?- Comenzaba a decir la hermosa chica, pero de pronto dijo no encontrarse en el lugar por donde había llegado.
Con todo respeto la hubiera invitado a mi casa para que pudiera darse un buen baño, la pobre aun estaba cubierta de la cabeza a los pies y seguramente el vestido podría pesar más de una tonelada a causa del agua, lodo y demás aunque ciertamente podría notarse que faltaban pedazos considerables del mismo atuendo de la doncella.
De pronto indicó un camino del cual no estaba muy seguro de que pudiera llevar a algún lugar, la damisela no tenía el por qué preguntar si iba o no a acompañarle, la verdad era que la seguiría hasta saber que estaba a salvo, mi carruaje se encontraba a unas calles del otro lado del camino que ella me mostraba, no podría haberme presentado en un lugar así sin un transporte decente, tome a la chica del brazo arrepintiéndome después por el atrevimiento de mi descortesía y mi falta de modales.
-Si me permite madeimoselle, mi carruaje se encuentra a una calle un poco mas allá-señale en sentido contrario del lugar hacia donde ella se dirigía-Permítame el honor de transportarla a donde desee-Con una reverencia dije las palabras para poder disuadirla que caminara por las calles tan peligrosas, pero fue hasta este momento en que la dama tenia absoluta razón, la falta de modales, el no saber aun su nombre ni haberme presentado como se debía.
-Discúlpeme usted a mi madeimoselle-Se presento ella primero y su nombre tan hermoso como la portadora-Es un placer conocerla madame Evelyne, lamento que hayan sido en este tipo de circunstancias, pero sigo honrado de haberla conocido-Sonreí al tomarle su mano y besarla sutilmente con una reverencia-Mi nombre es Ilhan Istenek-Seguí sonriendo y después de pronunciar mi nombre pude levantarme después de la reverencia ofrecida a tan amable y hermosa dama.
Los halagos que ella hacía hacia mi persona, me hacían sentir sumamente sonrojado, pude notar su comportamiento, ¿olfateaba?, lo dudaba mucho dentro de mi mente no creería que aquella chica olfateara el ambiente, más bien quise ver que ella trataba de orientarse en aquellos caminos-¿Qué ocurre madeimoselle, ¿se encuentra perdida?- Comenzaba a decir la hermosa chica, pero de pronto dijo no encontrarse en el lugar por donde había llegado.
Con todo respeto la hubiera invitado a mi casa para que pudiera darse un buen baño, la pobre aun estaba cubierta de la cabeza a los pies y seguramente el vestido podría pesar más de una tonelada a causa del agua, lodo y demás aunque ciertamente podría notarse que faltaban pedazos considerables del mismo atuendo de la doncella.
De pronto indicó un camino del cual no estaba muy seguro de que pudiera llevar a algún lugar, la damisela no tenía el por qué preguntar si iba o no a acompañarle, la verdad era que la seguiría hasta saber que estaba a salvo, mi carruaje se encontraba a unas calles del otro lado del camino que ella me mostraba, no podría haberme presentado en un lugar así sin un transporte decente, tome a la chica del brazo arrepintiéndome después por el atrevimiento de mi descortesía y mi falta de modales.
-Si me permite madeimoselle, mi carruaje se encuentra a una calle un poco mas allá-señale en sentido contrario del lugar hacia donde ella se dirigía-Permítame el honor de transportarla a donde desee-Con una reverencia dije las palabras para poder disuadirla que caminara por las calles tan peligrosas, pero fue hasta este momento en que la dama tenia absoluta razón, la falta de modales, el no saber aun su nombre ni haberme presentado como se debía.
-Discúlpeme usted a mi madeimoselle-Se presento ella primero y su nombre tan hermoso como la portadora-Es un placer conocerla madame Evelyne, lamento que hayan sido en este tipo de circunstancias, pero sigo honrado de haberla conocido-Sonreí al tomarle su mano y besarla sutilmente con una reverencia-Mi nombre es Ilhan Istenek-Seguí sonriendo y después de pronunciar mi nombre pude levantarme después de la reverencia ofrecida a tan amable y hermosa dama.
Ilhan- Mensajes : 220
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Re: ¡Que buen comienzo!... [Reservado]
Sonreí con timidez y nerviosismo, su propuesta de llevarme consigo era tentadora. A pesar de ser casi un completo desconocido algo en mis instintos salvajes me decían que podía confiar en el. Casi, como ser de la misma materia... Un sentir sencillamente extraño.
Pero, no podía abandonar a Freya tan cercano a los bosques, si algo le sucediera, no podría jamás perdonármelo, esperé a que terminara su presentación, escuchando atentamente su presentación.
- El honor Ilhan, créalo... Es todo mio. - Respondí melodiosamente obsequiándole una sonrisa humilde. - Y opino que ha sido la mejor situación para conocerlo, no puedo pensar que habría sido si no hubiera ido a mi ayuda en la taberna. - dejé entonces las palabras en suspenso, aún tenia que explicarlo lo sucedido con mi caballo.
- Sin embargo, insisto con volver por donde he venido. - me reí avergonzada. - De otra forma no podría guiarme para encontrar a mi corcel. - aquellas ultimas palabras casi salieron de mis labios susurrando, no era demasiado bien visto que una dama cabalgara a cualquier horario del día, pero prefería ser mal vista, que dejar a su suerte a tan fiel animal.
Pero, no bastaba con ello, necesitaba darle una explicación de lo que habia sucedido, y mas vale era de una vez por todas. - Los hombres que me perseguían eran unos cazadores. - ¿y ahora como sigo? es decir: Y como puedo transformarme en animal, siento un gran dolor en ver como solo por vicio cazan a seres inocentes. ¿No es genial?, ¿quieres ver mis enormes colmillos?.
No, eso era como para ir directamente a la hoguera. - ... No podía permitirles que mataran al tierno venado. Y yo les ataque a ellos con un flechazo en el brazo. - concluí mi breve explicación con un gesto de verguenza y duda por saber que pensaría.
- He sido yo la culpable de mi desastroso suceso, me siento apenada que se haya visto enredado. - Agregué para suavizar la situación, ya casi dando por sentado la cantidad de injurias que me diría respiré profundo y levanté el rostro con cierta pena y me alejé lentamente.
Pero, no podía abandonar a Freya tan cercano a los bosques, si algo le sucediera, no podría jamás perdonármelo, esperé a que terminara su presentación, escuchando atentamente su presentación.
- El honor Ilhan, créalo... Es todo mio. - Respondí melodiosamente obsequiándole una sonrisa humilde. - Y opino que ha sido la mejor situación para conocerlo, no puedo pensar que habría sido si no hubiera ido a mi ayuda en la taberna. - dejé entonces las palabras en suspenso, aún tenia que explicarlo lo sucedido con mi caballo.
- Sin embargo, insisto con volver por donde he venido. - me reí avergonzada. - De otra forma no podría guiarme para encontrar a mi corcel. - aquellas ultimas palabras casi salieron de mis labios susurrando, no era demasiado bien visto que una dama cabalgara a cualquier horario del día, pero prefería ser mal vista, que dejar a su suerte a tan fiel animal.
Pero, no bastaba con ello, necesitaba darle una explicación de lo que habia sucedido, y mas vale era de una vez por todas. - Los hombres que me perseguían eran unos cazadores. - ¿y ahora como sigo? es decir: Y como puedo transformarme en animal, siento un gran dolor en ver como solo por vicio cazan a seres inocentes. ¿No es genial?, ¿quieres ver mis enormes colmillos?.
No, eso era como para ir directamente a la hoguera. - ... No podía permitirles que mataran al tierno venado. Y yo les ataque a ellos con un flechazo en el brazo. - concluí mi breve explicación con un gesto de verguenza y duda por saber que pensaría.
- He sido yo la culpable de mi desastroso suceso, me siento apenada que se haya visto enredado. - Agregué para suavizar la situación, ya casi dando por sentado la cantidad de injurias que me diría respiré profundo y levanté el rostro con cierta pena y me alejé lentamente.
Hélèn Laughton- Cambiante Clase Alta
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Re: ¡Que buen comienzo!... [Reservado]
Aquella era la más noble de las acciones, el defender a los animales, a esos tan indefensos animales que la gente caza unicamente por diversión.
Me había visto ya varias veces en peligro de ser asesinado cuando era un animal, una bestia, para lo cual iunicamente hacía crecer en mí la pasión por los animales.
Siendo un cambiaformas, no podría entender que fuera de otra forma, además... como ella había mencionado, estaba preocupada por su corcel, lo que únicamente hizo que mi admiración hacia ella creciera.
Pero no podría dejarla ir sola, ademas, si habia llegado ahi corriendo, no podría estar muy lejos, solo habría que ver que el pobre animal no hubiera huido ya.
Cuando sentí que se iba, volví a tomarla, pero ahora del hombro para evitar que se marchara-Entiendo su preocupación madame, pero como puede comprender no puedo dejarla ir sola, vuelvo a insistir, si me permite acompañarla, dejeme hacerlo, así ambos estaremos tranquilos, acepte mi protección por favor, siento que... si los cazadores sabe que volverá por su tan apreciado corcel estén ahora esperandola ahi ¿no lo cree?-Esperaba que madeimoselle Laughton me permitiera acompañarla, de cualquier forma, podría regresar al carruaje, desprenderme de mis ropas y seguirla como pantera, la noche seguiria siendo mi amiga.
Me había visto ya varias veces en peligro de ser asesinado cuando era un animal, una bestia, para lo cual iunicamente hacía crecer en mí la pasión por los animales.
Siendo un cambiaformas, no podría entender que fuera de otra forma, además... como ella había mencionado, estaba preocupada por su corcel, lo que únicamente hizo que mi admiración hacia ella creciera.
Pero no podría dejarla ir sola, ademas, si habia llegado ahi corriendo, no podría estar muy lejos, solo habría que ver que el pobre animal no hubiera huido ya.
Cuando sentí que se iba, volví a tomarla, pero ahora del hombro para evitar que se marchara-Entiendo su preocupación madame, pero como puede comprender no puedo dejarla ir sola, vuelvo a insistir, si me permite acompañarla, dejeme hacerlo, así ambos estaremos tranquilos, acepte mi protección por favor, siento que... si los cazadores sabe que volverá por su tan apreciado corcel estén ahora esperandola ahi ¿no lo cree?-Esperaba que madeimoselle Laughton me permitiera acompañarla, de cualquier forma, podría regresar al carruaje, desprenderme de mis ropas y seguirla como pantera, la noche seguiria siendo mi amiga.
Ilhan- Mensajes : 220
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Re: ¡Que buen comienzo!... [Reservado]
El me había tomado por el hombro, y por una milésima de segundo estaba pensando en que querría hacerme daño. Pero, seguramente eran simples ideas mías. Así todo no había podido ocultar mi rostro de sorpresa, que ahora buscaba cubrir casi encarecidamente, bajado la mirada, volviendo a levantar y sonriendo con algo de timidez.
Afirme entonces a su petición, aunque luego sentí la obligación de decirlo con palabras, y mas claramente - Acepto su compañía. Si acaso esta de acuerdo en tener mas aventuras. - Me reí quitando los cabellos rebeldes de mi rostro con ambas manos. - Estoy segura que algo mas tiene que pasar. - Lucí una sonrisa alegre por aquellos pensamientos, después de todo, mientras no saliera mal herida o terminara por muerta, toda experiencia era un feliz recuerdo para reír luego.
Observé su mano aun en mi hombro, y era incluso hasta aquel momento que me daba cuenta que también había sido tomada del brazo, y que siquiera me había quejado por ello, quizás estaba dándole la imagen de mujer fácil, pero ya era tarde para quejarse... Demasiado. Así que opté por quitar su mano suavemente de mi hombro, tomando contacto con su piel, ya que me había despojado de mis guantes en la taberna.
Me puse en paralelo a el, observándole a los ojos y extendiendo la mano para tomar de su brazo, pero sin hacerlo... Esperando a que este lo cediera por si mismo. - Una ultima pregunta antes de seguir con este. - Busque la palabra justa para lo que sucedía pero no tuve mas opción que recurrir a lo básico. - Viaje. ¿Me veo muy mal?. - mordí mi labio inferior mientras apenas me atrevía a mirar el desastre que había hecho de mi misma, parecía una niña de corta edad con tales "fachas", y ello me hacia sentir algo incomoda ante el muchacho tan... Atractivo.
Afirme entonces a su petición, aunque luego sentí la obligación de decirlo con palabras, y mas claramente - Acepto su compañía. Si acaso esta de acuerdo en tener mas aventuras. - Me reí quitando los cabellos rebeldes de mi rostro con ambas manos. - Estoy segura que algo mas tiene que pasar. - Lucí una sonrisa alegre por aquellos pensamientos, después de todo, mientras no saliera mal herida o terminara por muerta, toda experiencia era un feliz recuerdo para reír luego.
Observé su mano aun en mi hombro, y era incluso hasta aquel momento que me daba cuenta que también había sido tomada del brazo, y que siquiera me había quejado por ello, quizás estaba dándole la imagen de mujer fácil, pero ya era tarde para quejarse... Demasiado. Así que opté por quitar su mano suavemente de mi hombro, tomando contacto con su piel, ya que me había despojado de mis guantes en la taberna.
Me puse en paralelo a el, observándole a los ojos y extendiendo la mano para tomar de su brazo, pero sin hacerlo... Esperando a que este lo cediera por si mismo. - Una ultima pregunta antes de seguir con este. - Busque la palabra justa para lo que sucedía pero no tuve mas opción que recurrir a lo básico. - Viaje. ¿Me veo muy mal?. - mordí mi labio inferior mientras apenas me atrevía a mirar el desastre que había hecho de mi misma, parecía una niña de corta edad con tales "fachas", y ello me hacia sentir algo incomoda ante el muchacho tan... Atractivo.
Hélèn Laughton- Cambiante Clase Alta
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Re: ¡Que buen comienzo!... [Reservado]
Al final Evelyne aceptó mi oferta y definitivamente me sentí bien, el cuerpo se relajó en tal punto que pude sentir de nuevo mis extremidades, no había pensado ni siquiera imaginado que pudiera ser tan aprensivo tan de repente y mas aún con una mujer tan deslumbrantemente hermosa.
-Sería un placer seguir teniendo aventuras con usted madeimoselle Laughton, pienso como usted, solo que ahora no nos tomaran tan desapersividos-Estaba sonriendo cuando sugirió hacerme una pregunta a lo cual asentí sonriendo.
¿si se veía mal?, como poder contestar a aquella pregunta, para mi era el ángel más bello jamás visto por ojos humanos, un poco sucio claro, pero hasta los ángeles tienen sus etapas difíciles ¿cierto?.
saqué el pañuelo de mi bolsillo, ofreciendoselo tendiendo mi mano con una ppequeña reverencia de cortesía-Se ve usted muy bien madeimoselle, solo un poco de barro logro caerle en su dulce cara pero, tome mi pañuelo, o si me lo permite, podría limpiar el barro por usted-seguí sonriente, en modo amable, no quería que se ofendiera, pero no sabia mentir, y por ello habia optado por decir la verdad a medias.
Ya que era muy bien sabido que el tema de la belleza era increiblemente delicado tratarlo con las damas.
Ofrecí mi brazo para que pudiera tomarse de él, y así emprender una vez más la aventura que no habiamos podido terminar dentro de la taberna.
-Sería un placer seguir teniendo aventuras con usted madeimoselle Laughton, pienso como usted, solo que ahora no nos tomaran tan desapersividos-Estaba sonriendo cuando sugirió hacerme una pregunta a lo cual asentí sonriendo.
¿si se veía mal?, como poder contestar a aquella pregunta, para mi era el ángel más bello jamás visto por ojos humanos, un poco sucio claro, pero hasta los ángeles tienen sus etapas difíciles ¿cierto?.
saqué el pañuelo de mi bolsillo, ofreciendoselo tendiendo mi mano con una ppequeña reverencia de cortesía-Se ve usted muy bien madeimoselle, solo un poco de barro logro caerle en su dulce cara pero, tome mi pañuelo, o si me lo permite, podría limpiar el barro por usted-seguí sonriente, en modo amable, no quería que se ofendiera, pero no sabia mentir, y por ello habia optado por decir la verdad a medias.
Ya que era muy bien sabido que el tema de la belleza era increiblemente delicado tratarlo con las damas.
Ofrecí mi brazo para que pudiera tomarse de él, y así emprender una vez más la aventura que no habiamos podido terminar dentro de la taberna.
Ilhan- Mensajes : 220
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Re: ¡Que buen comienzo!... [Reservado]
Me sonreí algo intimidada por su actitud de querer limpiar mi rostro. Y a pesar que jurara que me veía "naturalmente" hermosa, yo seguía apelando que estaba hecha un verdadero desastre... Aun me preguntaba a mi misma porque dije tal obviedad, incluso lo había hecho sentir comprometido, o al menos eso ¿presentía?.
Sin embargo, tome de su mano nuevamente y junto con su pañuelo limpié mi rostro, en pocas palabras simplemente lo hacia por lo que se podría llamar cortejo o coqueteo, y yo definitivamente estaba empezando a coquetear.
- Espero que no... - Lo guié entonces hacia el callejón, con paso tranquilo, aunque por dentro aun me quedaban esas ganas de salir corriendo por donde mismo había llegado. Guarde entonces silencio por algunos momentos, y fue cuando pude sentir ese aroma en el, tan... tan peculiar, y familiar. Era casi como... ¿Como olfatearme a mi misma?.
¿¡Que clases de locuras estaba pensando!?, me reí sin poder contenerme, cortando con aquel molesto silencio. - Lo siento, estaba pensando tonterías. - mientras ahogaba mi risa forzosamente, me sentía mas distendida, disfrutando de su compañía casi como si lo conociera ya de hace varios meses, una completa locura.
- No quiero ser entrometida. Pero... ¿Y tus padres?. ¿No estarán preocupados por tu ausencia?. - Le pregunté mientras simulaba un poco mi olfateo nuevamente para tirarlo hacia la izquierda ahora, entrando a un callejón mas húmedo, pero claramente mas iluminado... Aunque no recordaba haber pasado por tantos charcos. ¿Me estaba extraviando otra vez?. ¿Y si no estaba siguiendo mi rastro?... Necesitaba transformarme urgentemente, así sería de la única forma que podría diferenciar mejor los aromas.
¿Sería su rastro el que estaba siguiendo?. Empezaba a confundirme de mal en peor, pero continué caminando como si supiera a donde iba, aunque en realidad mi rostro comenzaba a mostrarse algo preocupado, mientras fruncía un poco los labios y el entrecejo, y buscaba alguna pista que me recordara que si había pasado por allí.
Sin embargo, tome de su mano nuevamente y junto con su pañuelo limpié mi rostro, en pocas palabras simplemente lo hacia por lo que se podría llamar cortejo o coqueteo, y yo definitivamente estaba empezando a coquetear.
- Espero que no... - Lo guié entonces hacia el callejón, con paso tranquilo, aunque por dentro aun me quedaban esas ganas de salir corriendo por donde mismo había llegado. Guarde entonces silencio por algunos momentos, y fue cuando pude sentir ese aroma en el, tan... tan peculiar, y familiar. Era casi como... ¿Como olfatearme a mi misma?.
¿¡Que clases de locuras estaba pensando!?, me reí sin poder contenerme, cortando con aquel molesto silencio. - Lo siento, estaba pensando tonterías. - mientras ahogaba mi risa forzosamente, me sentía mas distendida, disfrutando de su compañía casi como si lo conociera ya de hace varios meses, una completa locura.
- No quiero ser entrometida. Pero... ¿Y tus padres?. ¿No estarán preocupados por tu ausencia?. - Le pregunté mientras simulaba un poco mi olfateo nuevamente para tirarlo hacia la izquierda ahora, entrando a un callejón mas húmedo, pero claramente mas iluminado... Aunque no recordaba haber pasado por tantos charcos. ¿Me estaba extraviando otra vez?. ¿Y si no estaba siguiendo mi rastro?... Necesitaba transformarme urgentemente, así sería de la única forma que podría diferenciar mejor los aromas.
¿Sería su rastro el que estaba siguiendo?. Empezaba a confundirme de mal en peor, pero continué caminando como si supiera a donde iba, aunque en realidad mi rostro comenzaba a mostrarse algo preocupado, mientras fruncía un poco los labios y el entrecejo, y buscaba alguna pista que me recordara que si había pasado por allí.
Hélèn Laughton- Cambiante Clase Alta
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Re: ¡Que buen comienzo!... [Reservado]
Limpié su rostro tiernamente,- Espero que no... – Ella dijo de pronto y de repente comenzó a dar vueltas en diferentes lugares, como si hubiera encontrado la pista de algo o alguien, me recordaba un poco a mi mismo cuando era una bestia aunque definitivamente no era como la raza canina, era mucho más fino, al principio creí que era una gran coincidencia el que ella hubiera llegado hasta la taberna por el mismo lugar y el mismo camino en que había llegado yo hasta ahí.
Lo siento, estaba pensando tonterías. –De pronto expresó la voz amable de la hermosa damisela que acompañaba –Perdón Madeimoselle, pero de ninguna manera puedo creer que usted piense tonterías, mas todo lo contrario, sé que es una mujer sumamente inteligente-Expresé esbozando una amplia sonrisa seductora, comenzaba a encantarme la actitud de aquella dama obviamente sabia el por qué lo había dicho, cuando uno piensa o llega a pensar cosas que no van a la situación, al momento o simplemente divaga… era a modo de broma, sabía de antemano que ella no se consideraba tonta, sonreí nuevamente a aquella hermosa damisela.
- No quiero ser entrometida. Pero... ¿Y tus padres? ¿No estarán preocupados por tu ausencia? – Vi en su rostro reflejando la angustia, ¿no reconocía en donde se encontraba?, era realmente raro, pues comencé a preocuparme, ya que la calle era absolutamente conocida por mí…
Nos encontrábamos en mi casa, bueno la casa de mis padres adoptivos, de aquí había salido a medio día para seguir a aquel hombre que me había llevado a la taberna, lo cual me hizo encontrarme con ella… ¿El deseo había ganado esta vez con la susceptibilidad de mi ser?, ¿Qué había ocurrido si no pude haberme dado cuenta de que ella me había seguido?
Aunque en el momento que pensé aquello, lo deseché, porque realmente se reflejaba la angustia en su rostro-Pues, no creo que se preocupen más, ya que nos encontramos en su casa—Señalé hacia el frente, y del otro lado de la calle se encontraba la casa de mis padres.
Lo que no alcanzaba a comprender aún era el porqué habíamos llegado a MI casa y no al lugar en donde ella quería estar o al lugar a donde ella quería ir.-Lo que no entiendo es cómo llegamos a la casa de mis padres y no con su amado corcel-Dije conteniendo una risa, pero a la vez estaba preocupado, quería invitarla a pasar a que se diera un baño, mi madre la proporcionaría de ropas limpias y tal vez ella se sentiría mejor, pero no sabía cómo podría tomarlo.
Lo siento, estaba pensando tonterías. –De pronto expresó la voz amable de la hermosa damisela que acompañaba –Perdón Madeimoselle, pero de ninguna manera puedo creer que usted piense tonterías, mas todo lo contrario, sé que es una mujer sumamente inteligente-Expresé esbozando una amplia sonrisa seductora, comenzaba a encantarme la actitud de aquella dama obviamente sabia el por qué lo había dicho, cuando uno piensa o llega a pensar cosas que no van a la situación, al momento o simplemente divaga… era a modo de broma, sabía de antemano que ella no se consideraba tonta, sonreí nuevamente a aquella hermosa damisela.
- No quiero ser entrometida. Pero... ¿Y tus padres? ¿No estarán preocupados por tu ausencia? – Vi en su rostro reflejando la angustia, ¿no reconocía en donde se encontraba?, era realmente raro, pues comencé a preocuparme, ya que la calle era absolutamente conocida por mí…
Nos encontrábamos en mi casa, bueno la casa de mis padres adoptivos, de aquí había salido a medio día para seguir a aquel hombre que me había llevado a la taberna, lo cual me hizo encontrarme con ella… ¿El deseo había ganado esta vez con la susceptibilidad de mi ser?, ¿Qué había ocurrido si no pude haberme dado cuenta de que ella me había seguido?
Aunque en el momento que pensé aquello, lo deseché, porque realmente se reflejaba la angustia en su rostro-Pues, no creo que se preocupen más, ya que nos encontramos en su casa—Señalé hacia el frente, y del otro lado de la calle se encontraba la casa de mis padres.
Lo que no alcanzaba a comprender aún era el porqué habíamos llegado a MI casa y no al lugar en donde ella quería estar o al lugar a donde ella quería ir.-Lo que no entiendo es cómo llegamos a la casa de mis padres y no con su amado corcel-Dije conteniendo una risa, pero a la vez estaba preocupado, quería invitarla a pasar a que se diera un baño, mi madre la proporcionaría de ropas limpias y tal vez ella se sentiría mejor, pero no sabía cómo podría tomarlo.
Ilhan- Mensajes : 220
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Re: ¡Que buen comienzo!... [Reservado]
Después de oír su respuesta estaba segura que mi rostro había empalidecido, puesto que sentía un extraño cosquilleo en mi rostro, y estaba segura que ese peso que sentía en mis pies era mi propia sangre. Lo miré por ultima vez a los ojos, confundida.
¿A quien seguía?, de hecho si su casa estaba cruzando el callejón, significaba que tal vez seguia a alguien de su familia, su padre, madre abuela... ¿O a él mismo?. ¿Y si el estaba enterado de los cambiaformas?. No podía arriesgarme, mi reputación, mi vida "normal", . El poco respeto que me tenía mi padre... Todo podía perderse para siempre con solo un par de palabras. Me solté entonces de su brazo, negando casi frenética, queriendo hablar y sin poder hacerlo. ¿Que clase de explicaciones podría darle?: Olle sabes, soy una cambia formas, seguí el rastro de alguien de tu familia o el tuyo. ¿Eres cambiaforma? woow genial... ¡YO TAMBIÉN!
No definitivamente no podía mencionarlo, opté por darme a la fuga, corriendo por donde veníamos y doblando de por donde había salido sin darme cuenta hasta casi la mitad del callejón. Para mejorar mi suerte... El dueño de la taberna y uno de los cazadores venían doblando hacia donde yo mismo iba, me paré en seco casi resbalando por el lodo.
- ¡Ahí estas maldita mocosa!. - Mi rostro de sorpresa pudo superar cualquier tipo de grito, pero no lo hice, ahorre el aire y salí corriendo hacia el lado contrario, donde creí por primera vez debía ir... Y ahora mismo me estaba dirigiendo con toda la velocidad que mis piernas me podían brindar. En el camino largue barriles tendederos con ropa y cualquier cosa que pudiera estorbarles.
Lamentaba haber dejado a Ilhan así nada mas, tan amable y apuesto... ¡Y dios mio corre Evelyne!, me decía a mi misma para evitar que mi mente se distrajera del camino. - Ya basta me cansé. - Dije entrecerrando un poco los ojos mientras en la corría intentaba manipular el nudo de la parte de atrás de mi vestido. Me lo sacaría para transformarme, y asi no quedar sin ropas para después, ya que tenía un buen tramo para volver a recorrer.
Rebuscando algún lugar, dí con otro callejón peor de oscuro y llegando hasta el final de este, me acuclille. Intentaba terminar de desatar el corset del vestido. Pero, los nervios me estaban jugando una mala pasada y me estaba tardando mas de lo que deseaba. - Por el Santo Grial, ¡desátate! - mi susurro casi cortado por el llanto por sentirme realmente como un gato en una jaula.
¿A quien seguía?, de hecho si su casa estaba cruzando el callejón, significaba que tal vez seguia a alguien de su familia, su padre, madre abuela... ¿O a él mismo?. ¿Y si el estaba enterado de los cambiaformas?. No podía arriesgarme, mi reputación, mi vida "normal", . El poco respeto que me tenía mi padre... Todo podía perderse para siempre con solo un par de palabras. Me solté entonces de su brazo, negando casi frenética, queriendo hablar y sin poder hacerlo. ¿Que clase de explicaciones podría darle?: Olle sabes, soy una cambia formas, seguí el rastro de alguien de tu familia o el tuyo. ¿Eres cambiaforma? woow genial... ¡YO TAMBIÉN!
No definitivamente no podía mencionarlo, opté por darme a la fuga, corriendo por donde veníamos y doblando de por donde había salido sin darme cuenta hasta casi la mitad del callejón. Para mejorar mi suerte... El dueño de la taberna y uno de los cazadores venían doblando hacia donde yo mismo iba, me paré en seco casi resbalando por el lodo.
- ¡Ahí estas maldita mocosa!. - Mi rostro de sorpresa pudo superar cualquier tipo de grito, pero no lo hice, ahorre el aire y salí corriendo hacia el lado contrario, donde creí por primera vez debía ir... Y ahora mismo me estaba dirigiendo con toda la velocidad que mis piernas me podían brindar. En el camino largue barriles tendederos con ropa y cualquier cosa que pudiera estorbarles.
Lamentaba haber dejado a Ilhan así nada mas, tan amable y apuesto... ¡Y dios mio corre Evelyne!, me decía a mi misma para evitar que mi mente se distrajera del camino. - Ya basta me cansé. - Dije entrecerrando un poco los ojos mientras en la corría intentaba manipular el nudo de la parte de atrás de mi vestido. Me lo sacaría para transformarme, y asi no quedar sin ropas para después, ya que tenía un buen tramo para volver a recorrer.
Rebuscando algún lugar, dí con otro callejón peor de oscuro y llegando hasta el final de este, me acuclille. Intentaba terminar de desatar el corset del vestido. Pero, los nervios me estaban jugando una mala pasada y me estaba tardando mas de lo que deseaba. - Por el Santo Grial, ¡desátate! - mi susurro casi cortado por el llanto por sentirme realmente como un gato en una jaula.
Hélèn Laughton- Cambiante Clase Alta
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Re: ¡Que buen comienzo!... [Reservado]
De pronto sentí como la dama soltaba mi brazo y se hechaba a correr, debía de actuar demasiado rápido, pero al ver que la dama no miraba atrás, decidí entrar a la casa de mis padres, despojandome por completo de mis ropas me transforme en la pantera negra que tanto amaba la obscuridad de la noche y que pasaría facilmente desapercibida ante los demas.
Otra cosa que me ayudaría eran las almoadillas de mis patas al ser un jaguar negro, no se escucharían, además de ser un animal absolutamente rapido y ágil.
Pronto me encontré con 'su rastro', apesar del lodo, el sudor y los efluvios entremezclados de todos los humanos, brujos y vampiros de los alrededores, lo cual era un absoluto alivio.
¡Ahí estas maldita mocosa!.-Escuché a lo lejos a aquel hombre de la taberna, logré verlos a ambos y a Evelyne corriendo despavorida hacia donde no pudiera alcanzarla aquel hombre, conocia esas calles mejor que la palma de mi mano, así que pude cortar camino y encontrarme con aquel ser que la seguía logrando lastimarlo de gravedad, sin matarlo, no solía hacerlo ni con la peor de las creaturas aunque se lo mereciera... Bueno, al menos si mi vida dependiera de ello, aunque... Al parecer la vida de Evelyne si dependia de ello.
Tome la desición más amarga tal vez del momento, pero sentía que era una de las mejores que pudiera correr en la sirtuación en la que nos encontrabamos, mordí su yugular con extremada violencia, logrando arrebatarle su vida.
Trotaba con una parsimonia digna de quien no quiere ser descubierto, logrando adentrarme en uno de los callejones a donde me llevaba el efluvio de Evelyne disfrazado con algo de tierra mojada, pude observar que quería desacerse de su vestido,...
Tal vez sería por que le estorbaba al correr, por el miedo a ser atrapada con ese vestido imaginandome que sería sumamente pesado, no me atrevía a mirarla mas, así que decidí darme la vuelta para darle su espacio, pero atento a que nadie más se le acercara a la bella y hermosa dama cual diosa que estaba detrás mío.
Otra cosa que me ayudaría eran las almoadillas de mis patas al ser un jaguar negro, no se escucharían, además de ser un animal absolutamente rapido y ágil.
Pronto me encontré con 'su rastro', apesar del lodo, el sudor y los efluvios entremezclados de todos los humanos, brujos y vampiros de los alrededores, lo cual era un absoluto alivio.
¡Ahí estas maldita mocosa!.-Escuché a lo lejos a aquel hombre de la taberna, logré verlos a ambos y a Evelyne corriendo despavorida hacia donde no pudiera alcanzarla aquel hombre, conocia esas calles mejor que la palma de mi mano, así que pude cortar camino y encontrarme con aquel ser que la seguía logrando lastimarlo de gravedad, sin matarlo, no solía hacerlo ni con la peor de las creaturas aunque se lo mereciera... Bueno, al menos si mi vida dependiera de ello, aunque... Al parecer la vida de Evelyne si dependia de ello.
Tome la desición más amarga tal vez del momento, pero sentía que era una de las mejores que pudiera correr en la sirtuación en la que nos encontrabamos, mordí su yugular con extremada violencia, logrando arrebatarle su vida.
Trotaba con una parsimonia digna de quien no quiere ser descubierto, logrando adentrarme en uno de los callejones a donde me llevaba el efluvio de Evelyne disfrazado con algo de tierra mojada, pude observar que quería desacerse de su vestido,...
Tal vez sería por que le estorbaba al correr, por el miedo a ser atrapada con ese vestido imaginandome que sería sumamente pesado, no me atrevía a mirarla mas, así que decidí darme la vuelta para darle su espacio, pero atento a que nadie más se le acercara a la bella y hermosa dama cual diosa que estaba detrás mío.
Ilhan- Mensajes : 220
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Re: ¡Que buen comienzo!... [Reservado]
Mi respiración agitada, mi corazón saltando como si tal canguro se tratara. ¡Y el maldito vestido que no se desataba!. Gruñe y bufe maldiciendo el condenado vestido... Un momento... ¿Acaso eso había sido un grito?.
No me atreví siquiera a preguntármelo nuevamente, ni a saber que sería lo que sucedería allí fuera. Si por mi podrían matarse entre ello, sacarse sus propios ojos y morir luego. Me daba igual, prefería muertos ellos, que muerta yo. ¿ Egoísta?, quizás un poco.
Finalmente el condenado vestido se desato. - Finalmente desgraciado...- Susurré empujando para quitármelo y resbalando al piso torpemente, gracias a los tacos. Maldecía por ello también, y lo largué a un rincón con desprecio. Cuanto detestaba vestir tan... Pomposa.
Me concentré, esta vez no les tendría piedad. Había llegado al colmo de mi paciencia, la cual era bastante extensa, pero no infinita; había corrido como una demente por barrios bajos, sin olvidar las caídas, los desgarrones, los papelones frente a la sociedad... Con tal de no matarlos pero ahora el cuento era otro. Escogería la mas grande y fuerte de mis transformaciones; el tigre de bengala blanco.
Así lo hice, quedando sobre ahora mis cuatro patas, majestuosas y con garras lo suficientemente grandes como para despegar la carne de los huesos.
Rugí con ferocidad, sin pena, comenzando con un trote moderado hacia la salida del callejón, cuando... Era ese aroma nuevamente, y a pesar de no querer perder tiempo en ello, comencé a olfatear el aire mientras aminoraba el paso. Pero, sin necesidad de seguir haciéndolo levanté la mirada y a escasos pasos había otro... ¿Camarada?. Era a lo que definirían "un gato grande". Era casi como verme a mi misma transformada en un jaguar boreo.. .Pero no, este era completamente oscuro...
Gruñí, agazapando mi cuerpo. En aquellos segundos mi instinto animal había sobre pasado mi razón. Me esforcé por retomar el control... Sabía de alguna forma que algo no encajaba, y era aquel aroma. Que curiosamente me recordaba a... ¿Ilhan?.
Me enderecé, asustada, como si realmente ahora fuera un gato encerrado, hice hacia atrás mi orejas, estaba atrapada.
¿Y si no fuera?... ¿Si fuera un cazador?. Jah!, que irónico. Quizás se pasaba horas frente a un espejo intentando matarse para hacerse un abrigo de piel.
Me agache, estirando mis patas delanteras hacia el frente. Ronronee, manteniendo el ritmo, pero sin bajar las defensas del todo. Sólo quería... Solo quería seguir mintiéndome y creer que no había revelado mi situación con tal, Torpeza.
No me atreví siquiera a preguntármelo nuevamente, ni a saber que sería lo que sucedería allí fuera. Si por mi podrían matarse entre ello, sacarse sus propios ojos y morir luego. Me daba igual, prefería muertos ellos, que muerta yo. ¿ Egoísta?, quizás un poco.
Finalmente el condenado vestido se desato. - Finalmente desgraciado...- Susurré empujando para quitármelo y resbalando al piso torpemente, gracias a los tacos. Maldecía por ello también, y lo largué a un rincón con desprecio. Cuanto detestaba vestir tan... Pomposa.
Me concentré, esta vez no les tendría piedad. Había llegado al colmo de mi paciencia, la cual era bastante extensa, pero no infinita; había corrido como una demente por barrios bajos, sin olvidar las caídas, los desgarrones, los papelones frente a la sociedad... Con tal de no matarlos pero ahora el cuento era otro. Escogería la mas grande y fuerte de mis transformaciones; el tigre de bengala blanco.
Así lo hice, quedando sobre ahora mis cuatro patas, majestuosas y con garras lo suficientemente grandes como para despegar la carne de los huesos.
Rugí con ferocidad, sin pena, comenzando con un trote moderado hacia la salida del callejón, cuando... Era ese aroma nuevamente, y a pesar de no querer perder tiempo en ello, comencé a olfatear el aire mientras aminoraba el paso. Pero, sin necesidad de seguir haciéndolo levanté la mirada y a escasos pasos había otro... ¿Camarada?. Era a lo que definirían "un gato grande". Era casi como verme a mi misma transformada en un jaguar boreo.. .Pero no, este era completamente oscuro...
Gruñí, agazapando mi cuerpo. En aquellos segundos mi instinto animal había sobre pasado mi razón. Me esforcé por retomar el control... Sabía de alguna forma que algo no encajaba, y era aquel aroma. Que curiosamente me recordaba a... ¿Ilhan?.
Me enderecé, asustada, como si realmente ahora fuera un gato encerrado, hice hacia atrás mi orejas, estaba atrapada.
¿Y si no fuera?... ¿Si fuera un cazador?. Jah!, que irónico. Quizás se pasaba horas frente a un espejo intentando matarse para hacerse un abrigo de piel.
Me agache, estirando mis patas delanteras hacia el frente. Ronronee, manteniendo el ritmo, pero sin bajar las defensas del todo. Sólo quería... Solo quería seguir mintiéndome y creer que no había revelado mi situación con tal, Torpeza.
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Re: ¡Que buen comienzo!... [Reservado]
Seguía en la obscuridad de la calle, en la misma posición de asecho, agazapado en el piso realmente concentrado en que nadie más se acercara, escuchaba bastante bullicio en la calle, sobre todo encima del cadáver que habia dejado atrás antes de entrar en el callejón en donde se encontraba Evelyne.
De repente mis oidos felinos escucharon… ¿Un rugido?, volteé mi cabeza por instinto, aún estaba agazapado, como buen gatito ‘amaestrado’… Vi a un tigre blanco, que sin duda era una de mis más fuertes transformaciones, además de ser mi favorita.
Era como poder verme a mi mismo dentro de mi transformación, aunque las rayas definitivamente eran una huella distintiva de aquel tigre blanco que estaba frente a mí.
Aquel animal llebaba tan impregnado dentro de su piel el aroma a Evelyne… Mi mente aún no quería aceptar tantas coincidencias entre nosotros, tanto en común, ¿Acaso Evelyne era una cambiaformas al igual que yo?, Y… ¿También un tigre de bengala blanco?, ¿Qué otras cosas más había en ésta chica?.
No!, mi mente aún no podía engañarse más, no debía y mucho menos con una extraña, bella, hermosa como una diosa, amable y linda dama como Evelyne que apenas si acababa de conocer… ¿O no?, pero como no poder llegar a las conclusiones si a lado del majestuoso animal, a tan solo unos cuantos metros se encontraba el antes vestido de Evelyne…
De repente me sacó del ensimismamiento aquel tigre, comenzó a juguetear y a ronronear, ¿Acaso me había reconocido?, de tal forma a lo mejor era por eso que ella jugueteaba de esa manera, y como no… Debía de haberse dado cuenta de mi aroma, al final de cuentas había sido ella la que había encontrado la casa de mis padres.
Suspiré pesadamente, sabía que no quedaba nada más, ya estabamos descubiertos, el uno del otro, y lo demás tan solo era una falsa pantomima al querer hacernos los desentendidos de lo ocurrido, así que decidí hanlarle de una vez.
-Hola Evelyne, así que ¿tenemos algo en común cierto?, soy Ilhan-Suspiré de nuevo e hice una sonrisa gatuna, comencé a ronronear como ella, aunque en cierto era que aún me sentía tieso, pero más contento de saber que alguien en especial, una chica como ella, que sabía era una chica especial, supiera mi secreto, era la primera vez en mi vida que podia sentirme en verdadera conección con alguien.
Tan sólo me quedaba esperar qué reacción tendría ella, no sabía como podría reaccionar, ya que a mi me había tomado verdaderamente por sorpresa.
De repente mis oidos felinos escucharon… ¿Un rugido?, volteé mi cabeza por instinto, aún estaba agazapado, como buen gatito ‘amaestrado’… Vi a un tigre blanco, que sin duda era una de mis más fuertes transformaciones, además de ser mi favorita.
Era como poder verme a mi mismo dentro de mi transformación, aunque las rayas definitivamente eran una huella distintiva de aquel tigre blanco que estaba frente a mí.
Aquel animal llebaba tan impregnado dentro de su piel el aroma a Evelyne… Mi mente aún no quería aceptar tantas coincidencias entre nosotros, tanto en común, ¿Acaso Evelyne era una cambiaformas al igual que yo?, Y… ¿También un tigre de bengala blanco?, ¿Qué otras cosas más había en ésta chica?.
No!, mi mente aún no podía engañarse más, no debía y mucho menos con una extraña, bella, hermosa como una diosa, amable y linda dama como Evelyne que apenas si acababa de conocer… ¿O no?, pero como no poder llegar a las conclusiones si a lado del majestuoso animal, a tan solo unos cuantos metros se encontraba el antes vestido de Evelyne…
De repente me sacó del ensimismamiento aquel tigre, comenzó a juguetear y a ronronear, ¿Acaso me había reconocido?, de tal forma a lo mejor era por eso que ella jugueteaba de esa manera, y como no… Debía de haberse dado cuenta de mi aroma, al final de cuentas había sido ella la que había encontrado la casa de mis padres.
Suspiré pesadamente, sabía que no quedaba nada más, ya estabamos descubiertos, el uno del otro, y lo demás tan solo era una falsa pantomima al querer hacernos los desentendidos de lo ocurrido, así que decidí hanlarle de una vez.
-Hola Evelyne, así que ¿tenemos algo en común cierto?, soy Ilhan-Suspiré de nuevo e hice una sonrisa gatuna, comencé a ronronear como ella, aunque en cierto era que aún me sentía tieso, pero más contento de saber que alguien en especial, una chica como ella, que sabía era una chica especial, supiera mi secreto, era la primera vez en mi vida que podia sentirme en verdadera conección con alguien.
Tan sólo me quedaba esperar qué reacción tendría ella, no sabía como podría reaccionar, ya que a mi me había tomado verdaderamente por sorpresa.
Ilhan- Mensajes : 220
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Re: ¡Que buen comienzo!... [Reservado]
El jaguar negro se había girado, y estaba mirándome de frente, y fueron aquellos ojos la que terminó por convencerme que realmente si era Ilhan. Bajé la mirada, no tenía el valor para mirarlo fijo, no fuese que me avergonzara por lo yo que soy y mucho menos que me molestara que él tambien lo sea. Solo que esto nada mas significaría que de normal no habría nada, ni seguiría habiendo, y mucho menos sería que alguna vez mi vida haya sido algo normal.
Largué un suspiro casi al unisonancia al suyo, lo cual tampoco dejaba de sorprenderme. Pero, claramente era mayor mi preocupación que la sorpresa. Fue curioso escuchar su voz aún suave, y cálida... Y dios. ¿Que rayos le pasaba a mi rabo?, curiosamente se movía como si de una serpiente se trataba, me sentía nerviosa, y a la vez algo alegre aunque preocupada. Si, sumamente preocupada.
Asentí con la cabeza ante su pregunta, al parecer eramos mas parecidos de lo que aparentábamos realmente.
- Lo sé. - Conteste en un susurro aun sin poder míralo, y finalmente terminando de recostarme sobre la fría roca que era en totalidad la vereda. - Sé que eras tu, me temía que fueras tú. - Momento, ¿desde cuando lo tuteaba?, incline mi cabeza a un lado, realmente no entendía... Aunque el gesto era claramente idiota, tenía cosas mas importante de las cuales preocuparme. Levanté mis orejas y con ellas mi vista también. - No puedes decirle a nadie, júramelo. - me adelante arrastrándome sobre la vereda, estirando las patas hasta tocar las suyas. Estaba rogándole, y no de manera literal, que guardase mi secreto.
Podía oír pasos en el callejón a las espaldas de Ilhan, pero me despreocupaba a razón de que también oía muchas voces, sobre todo de sorpresa. Pensé durante un momento, sobre aquel grito, y ahora estando mas cerca también podía sentir el aroma a sangre que desplegaba el osico de Ilhan. - ¿Fuiste tu?. - Pregunté, mientras mi felino rostro parecía arrugarse con la confusión; ya casi saber mucho en que pensar. Por un momento estaba confusa, como desde el momento que lo había conocido, desde entonces me daba en que pensar.
Largué un suspiro casi al unisonancia al suyo, lo cual tampoco dejaba de sorprenderme. Pero, claramente era mayor mi preocupación que la sorpresa. Fue curioso escuchar su voz aún suave, y cálida... Y dios. ¿Que rayos le pasaba a mi rabo?, curiosamente se movía como si de una serpiente se trataba, me sentía nerviosa, y a la vez algo alegre aunque preocupada. Si, sumamente preocupada.
Asentí con la cabeza ante su pregunta, al parecer eramos mas parecidos de lo que aparentábamos realmente.
- Lo sé. - Conteste en un susurro aun sin poder míralo, y finalmente terminando de recostarme sobre la fría roca que era en totalidad la vereda. - Sé que eras tu, me temía que fueras tú. - Momento, ¿desde cuando lo tuteaba?, incline mi cabeza a un lado, realmente no entendía... Aunque el gesto era claramente idiota, tenía cosas mas importante de las cuales preocuparme. Levanté mis orejas y con ellas mi vista también. - No puedes decirle a nadie, júramelo. - me adelante arrastrándome sobre la vereda, estirando las patas hasta tocar las suyas. Estaba rogándole, y no de manera literal, que guardase mi secreto.
Podía oír pasos en el callejón a las espaldas de Ilhan, pero me despreocupaba a razón de que también oía muchas voces, sobre todo de sorpresa. Pensé durante un momento, sobre aquel grito, y ahora estando mas cerca también podía sentir el aroma a sangre que desplegaba el osico de Ilhan. - ¿Fuiste tu?. - Pregunté, mientras mi felino rostro parecía arrugarse con la confusión; ya casi saber mucho en que pensar. Por un momento estaba confusa, como desde el momento que lo había conocido, desde entonces me daba en que pensar.
Hélèn Laughton- Cambiante Clase Alta
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Re: ¡Que buen comienzo!... [Reservado]
Miré a Evelyne y le dediqué una sonrisa felina. Se aclaró el hehco de por qué habiamos llegado a casa de mis padres en vez del lugar de donde había ella dejado a su amado corcel.
-No entiendo por que temías que fuera yo-la miré con mucha ternura, no alcanzaba a comprender el por qué ése temor de ella, sabia que no era por el hecho de que tubiera miedo por que en cierta forma eramos iguales.. Cambiaformas...
Estaba a punto de acercame hacia ella, pero ella fué quien se precipitó a hacerlo, pero cuando escuché que me pedía que no le dijera a nadie era un tanto irónico y no pude evitar sonreirle aún más ya que ambos nos encontrábamos en la misma situación...
Además yo también me había expuesto demasiado al tratar de segirla, y en ésa premura, no me detuve a pensar ni siquiera a 'olfatear' si nadie estaba en los alrededores de la casa de mis padres cuando súbitamente salió una pantera negra de su casa, cual animal domesticado...
Pero de todas formas todo lo que yo había arriesgado había sido por ella, por su seguridad, temía por su vida...
-Creo que ambos estamos en el mismo lio, yo te juro por la vida de mis padres que jamás diré nada a nadie, no tendría por que hacerlo, pero de todos modos... Pido que tampoco digas lo de mi condición-Sonó más como un trato, pero aun sabiendome que mis padres eran adoptivos, la vida que había llevado con ellos habia sido excelente, me habian tratado de lo mejor y merecían mi respeto, era por ésa razón por la que me atreví a jurarle en su nombre.
Me acerque a ella y con mi ocico acaricié su rostro gatuno, aun convertida en un tigre de bengala se me hacia un ser demasiadamente tierno.
En el callejón que había dejado atrás empecé a escuchar murmullos de la gente, muchos pasos, y pude darme cuenta de que habían hallado al cuerpo que había dejado atrás, al hombre a quien había arrebatado su vida antes de que lo hiciera con la hermosa Evelyne.
Ella supo que había sido yo el causante de tal barullo y cuando me lo preguntó directamente asentí con mi cabeza con cierta timidez...
-Si fui yo...-Acepté también timidamente
-Temía tanto por tu vida que sólo pude pensar "Ella o él", y preferí acabar con su vida antes de que siquiera pudiera pensar en hacerte algo, lo siento...-Siento causarte problemas, siento que te sientas de ésta manera... tal vez... ¿responsable?, pero quien demonios era yo como para poder ser juez y verdugo con la vida de alguien...
-Esta muerto...-a mis oidos llegaron las palabras de aquella muchedumbre-Fue una bestia sin lugar a dudas...-Fragmentos de conversaciones se hacian oir cada vez más-Vamos vayan todos por sus armas...- -...Si aún está por aquí ése animal arriesgamos a todos y a nuestras familias a su fortuna...-Comence a preocuparme, ya no había salida, si nos encontraban ahí, nos asesinarian a ambos.
-Evelyne... Creo que lo mejor será irnos de aqui, y pronto-me transformé en Mahul, así era mucho muy dificil que sospecharan de un gato y fácilmente podríamos pasar entre ellos sin que nadie se diera cuenta de nada.
-Realmente lamento haberte metido en éste lío, ¿me sigues?-iriamos sin duda a mi casa, tardaría una eternidad vistiéndose y con la gente de cacería... Dudaba que pudieran pensar que no fuera algo así como una sospechosa, además mis ropas aún estaban en casa de mis padres.
Deseaba que salieramos bien librados de ésta.
Ilhan- Mensajes : 220
Fecha de inscripción : 11/12/2010
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Re: ¡Que buen comienzo!... [Reservado]
Escuchaba los comentarios de la gente, y en parte me entristecí por la decisión que el había tomado, matar a una persona por defenderme. Nadie había hecho algo así por mi jamás en lo que llevaba de vida, en parte no podía permitirle tales cosas y por otro lado me sentía tan; apreciada, valorada... Algo que pocas veces, increíblemente casi nunca había sentido. Me incomodé un poco, sabía que tenía que hacer algo a cambio... Después de todo el mismo había dicho que estábamos tapados en el mismo lodo.
- Espera un momento, aún tienes el osico manchado. - Le susurré ya viéndolo transformado en un extraño pero, exótico gatito. De alguna forma me hacía recordar a Rufus. Recordando las caricias que había hecho en mi rostro, ahora las devolvía con... Vaya lamidas. Para quitar aquellas manchas de sangre de su rostro y así no quedasen sospechas ni pruebas de que tan lindo felino pudo cometer tal atrocidad.
Sin embargo, mi vestido delataría la existencia de un cambiaformas, al menos. Cuanto odiaba a la sociedad pre juiciosa, que por unos dos o tres terminaban por excluir a todos. Pensé por un momento, mientras aún no daba respuesta al llamado de Ilhan. - No sé, estoy pensando. - le contesté para que esperara un momento mas a mi respuesta. Si salía de huida transformada en tigresa, y con mi delatante vestido a cuestas sería como gritar: ¡Hey! Miren aquí.. Soy una cambia formas: ¡Disparen!. Demasiado obvio.
- ¿Que hago con el vestido?. - Le pregunté finalmente sin saber muy claramente que hacer, después de todo no andaría desnuda por toda su casa como si tal cosa, estaba bien que me salvara la vida, pero... Lo demás estaría de sobra. gente iba y venia frente al callejón oscuro y retorcido en el que nos encontrábamos por momento con Ilhan.
Obligada debí agazapar me para evitar ser vista, mientras esperaba su respuesta, me preparaba para cualquier cosa. Ya había tenido suficientes sorpresas por el día.
Un joven pasó a paso veloz con un arco y flechas, se volvió y observó el callejón, casi hubiera jurado que estaba mirándome fijamente pero, en realidad el joven apenas podría ver su nariz si llevaba mucha suerte.
- ¡Oigan!. - Dijo el muy cabrón al resto de la multitud, y pude sentir como mi corazón galopaba mientras mis garras se asomaban por encima de mis mullidas patas... - Deberíamos revisar este callejón. Podría estar escondido alli. - Eres todo un genio, maldito condenado. Pensé a mis adentros mientras lentamente me volvía hacia atrás, mirándolo fijo para asegurarme si percibía mi movimiento o no.
Claramente no, por lo que quedé junto a Ilhan nuevamente y con un movimiento de cabeza le indiqué fuéramos hasta el fondo. Desgarraría mi vestido para ocultar cualquier tipo de pista que pudiese delatarme. - Solo déjame romper mi vestido y nos vamos a donde tú mandes. - Le susurré casi inaudito para no levantar mas sospechas, mientas con mis garras comenzaba tan laborioso trabajo sobre las costosas telas del vestido.
- Espera un momento, aún tienes el osico manchado. - Le susurré ya viéndolo transformado en un extraño pero, exótico gatito. De alguna forma me hacía recordar a Rufus. Recordando las caricias que había hecho en mi rostro, ahora las devolvía con... Vaya lamidas. Para quitar aquellas manchas de sangre de su rostro y así no quedasen sospechas ni pruebas de que tan lindo felino pudo cometer tal atrocidad.
Sin embargo, mi vestido delataría la existencia de un cambiaformas, al menos. Cuanto odiaba a la sociedad pre juiciosa, que por unos dos o tres terminaban por excluir a todos. Pensé por un momento, mientras aún no daba respuesta al llamado de Ilhan. - No sé, estoy pensando. - le contesté para que esperara un momento mas a mi respuesta. Si salía de huida transformada en tigresa, y con mi delatante vestido a cuestas sería como gritar: ¡Hey! Miren aquí.. Soy una cambia formas: ¡Disparen!. Demasiado obvio.
- ¿Que hago con el vestido?. - Le pregunté finalmente sin saber muy claramente que hacer, después de todo no andaría desnuda por toda su casa como si tal cosa, estaba bien que me salvara la vida, pero... Lo demás estaría de sobra. gente iba y venia frente al callejón oscuro y retorcido en el que nos encontrábamos por momento con Ilhan.
Obligada debí agazapar me para evitar ser vista, mientras esperaba su respuesta, me preparaba para cualquier cosa. Ya había tenido suficientes sorpresas por el día.
Un joven pasó a paso veloz con un arco y flechas, se volvió y observó el callejón, casi hubiera jurado que estaba mirándome fijamente pero, en realidad el joven apenas podría ver su nariz si llevaba mucha suerte.
- ¡Oigan!. - Dijo el muy cabrón al resto de la multitud, y pude sentir como mi corazón galopaba mientras mis garras se asomaban por encima de mis mullidas patas... - Deberíamos revisar este callejón. Podría estar escondido alli. - Eres todo un genio, maldito condenado. Pensé a mis adentros mientras lentamente me volvía hacia atrás, mirándolo fijo para asegurarme si percibía mi movimiento o no.
Claramente no, por lo que quedé junto a Ilhan nuevamente y con un movimiento de cabeza le indiqué fuéramos hasta el fondo. Desgarraría mi vestido para ocultar cualquier tipo de pista que pudiese delatarme. - Solo déjame romper mi vestido y nos vamos a donde tú mandes. - Le susurré casi inaudito para no levantar mas sospechas, mientas con mis garras comenzaba tan laborioso trabajo sobre las costosas telas del vestido.
Hélèn Laughton- Cambiante Clase Alta
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Re: ¡Que buen comienzo!... [Reservado]
Estaba vigilando aquel callejón aún, esperando la respuesta de Evelyne con cierta... ¿desesperación?... estaba mas bien ansioso de salir de aquel callejón, temia por su seguridad, por ella, por lo que pudiera pasar...
Pero algo hizo que saliera por completo de ese estado de 'vigilante', ella estaba limpiando mi ocico, mis bigotes... todo mi rostro de los rastros de sangre que aún habia en mi, relamía mis labios a cada lenguetada que ella me dirigia para limpiare, en verdad era algo muy dulce, no estaba acostumbrado a ser atendido de ninguna manera, desde niño me enseñaron a cuidarme y hacer las cosas por mi mismo, y ella cuidaba de mi.
Demonios!, cuanto hubiera deseado ser un humano para poder darle un beso como se debia, lo deseaba sin duda...
- ¡Oigan!. - Escuché aun más cerca, y sacandome subitamente de mis pensamientos, miré a Evelyne, ell sabia que nos encontrabamos cada vez más acorralados dentro de aquel callejón sin salida (de ahi que estaba tan obscuro), estaba agazapada aun sin saber que podriamos decidir con aquel vestido-Deberíamos revisar este callejón. Podría estar escondido alli.-Demonios!!, estaban aquí, se me ocurrieron tantas cosas que hacer con su vestido, pero lamentablemente no llebaba fuego conmigo, ni nada... Habia cambiado de forma a un gatillo pequeño, y a ella se le ocurrió terminarlo de romper.
Le ayudé a romperlo por completo, de aquel hermoso vestido tan solo quedaban los vestigios. Los pasos se escuchaban cada vez más, y olia a... ¡Traian sus linternas!... Era ahora o nunca!!!.
-Vamos Evelyne ¿no puedes transformarte en algo que ellos no puedan considerarlo como peligroso, vienen con linternas!!-Mi ruego era como un susurro casi imperceptible, aquel hombre al final del callejón supe que habia escuchado algo, por el respingo que dió...
-Apresurense, creo que escuché algo-Y los pasos dejaron de serlo, se convirtieron en pisadas aun mas precipitadas... se encontraban corriendo-miau!!!-logré maullar ahi en medio de todos ellos-sigueme por favor-de nuevo el susurro hacia Evelyne, ya no podria hablar despues de eso, las linternas habian llegado, salí despavorido de aquel callejon ansiando de verdad que Evelyne me siguiera de cerca con una transformación completamente inofensiva.
Salí corriendo entre los pies de aquella multitud.-Epa!! estúpido gato!!!-Escuché tras mi partida entre ellos
Ilhan- Mensajes : 220
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