Observando sin ver (Damian)

por **Soren Kaarkarogf** Dom Ene 30, 2011 2:35 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Semanas habían pasado desde la última vez que había visto a su pintor. No era la primera vez que se dejaban de ver por un lapso de tiempo tan largo, como tampoco era el tiempo un problema para alguien como él. ¿Que era una semana, un mes o un año para un ser inmortal? Eran como un suspiro. Lo extraño del asunto era que, desde que había conocido a a ese humano, el tiempo había adquirido un nuevo sentido para él y tenía la impresión de corría a una velocidad diferente.

Ahora las horas se hacían eternas en su compañía, como en el sopor de un sueño.

A Soren le aterraba ese hecho y al mismo tiempo le gustaba descubrir ese tipo de sensaciones hasta ahora desconocidas, descubrir nuevas cosas gracias a su compañía, porque la curiosidad era lo que fluía por sus venas como la misma sangre. Era feliz a su modo y quería que siguiera siendo así.

Aquella noche gélida de invierno, nuestro torpe vampiro se encontraba en la biblioteca cercana a la Universidad, había ido a investigar algunos libros para sus clases ya que el nuevo director había resultado ser bastante estricto en comparación con el anterior. Y entre estantes polvorientos y eventuales alumnos que casi metían sus narices dentro de los textos; lo vio.

Y lo reconoció casi al instante. Un rostro de ángel abandonado en la tierra no era fácil de olvidar, como tampoco el hecho de que le había visto en cercana compañía con Anuar un par de días atrás. Se escondió tras un estante de libros por unos segundos y luego asomó su cabeza disimuladamente para observar al joven de cabellos oscuros. ¿Quien era y que relación tenía con su pintor? Se preguntaba con la curiosidad envolviéndole como una serpiente. Quizás no volvería a tener una oportunidad como esa para conocerle.

Soren se tragó su timidez y caminó hacía él – Hola... – Murmuró.

por **Soren Kaarkarogf** Jue Abr 14, 2011 6:32 pm

Le vio tropezar y caer, por lo que una sonrisa se dibujó en los labios del vampiro. No era que disfrutara del dolor ajeno (Bueno, sólo a veces) pero sabía de antemano que nada malo le sucedería a Damian mientras él tuviera todo controlado, ningún dolor físico por lo menos. Le esperó hasta que estuvo cerca y entonces noto, como el rostro del chico se iluminó ampliamente al contemplar su recuerdo de Anuar, un recuerdo que quizás era el más precioso e importante de todos. ¡Que sentimental se había vuelto!

- Si...es un buen dibu...- Se cortó antes de terminar la palabra, porque pareció notar algo que antes no había logrado discernir. Sublime no era una palabra que precisamente describiera un dibujo boceteado a lapiz, el cuadro como tal no tenía mucho de especial si se comparaba con el cuadro de algún artista famoso e importante en la historia, y no era que Soren no gustara de las pinturas de Anuar, era que 'Sublime' era demasiado para la situación, por lo que su mente llegó pronto a otra conclusión: Damian no estaba hablando del cuadro. Estaba hablando de Anuar.

¿Anuar sublime? Se cuestionó, no, Anuar podría pasar como un chico cualquiera, guapo si, pero 'sublime' volvía a ser una palabra demasiado grande para él, ahora catalogarlo de ángel... ¿Cómo podría catalogarlo de ángel si tenian una simple amistad? entonces la idea que lo sobrecogió le dejó un mal sabor en la boca, Damian y Anuar eran probablemente algo más que amigos, porque un ángel era un ser demasiado perfecto y bello como para ser materializado en la tierra y Damian le daba esos objetivos a penas conocerlo ¿Le estaba dando demasiadas vueltas al asunto? ¿Se estaba volviendo loco?

Sintió un terrible ataque de celos, como espinas ponzoñosas que se le enterraban en la piel, el rostro de Damian era sin duda el rostro de una persona enamorada, Soren se imaginaba que el mismo debía poner esa cara de idiota cuando veía a Anuar.

- Si... es... un chico guapo - Murmuró apretando los labios - ¿Por cierto... desde cuando lo conoces y como... como lo conociste? - No pudo evitar preguntar y cientos de preguntas más se formularon en su cabeza. ¿Y te gusta? ¿Y le quieres? ¿Y has intentado atraparle?

Soren idiota.

(( hehe como se ahoga en un vaso con agua el menso este ))

por **Damian Montague** Dom Abr 17, 2011 9:17 pm

Con la rapidez que sus torpes movimientos le permitían, se puso de pie. Impactado por ese rostro angelical, sus labios se entreabrieron lentamente, quería pronunciar palabras que le hiciesen justicia a lo que sus orbes podían preciar, pero la verdad era que ni la lírica más hermosa jamás ejecutada antes, ni siquiera por Orfeo, podría aproximarse a la belleza que Damian apreciaba en el recuerdo de Soren. Sus pasos lentos, temerosos, le condujeron hasta estar a escasos centímetros de Anuar. A lo lejos escuchaba las palabras que el profesor logró articular, estuvo a punto de rosar su dedo índice con la mejilla perfecta –desde la visión de Damian- de su amigo, pero fue interrumpido por la voz del vampiro, lo cuál también provocó que desviara su mirada hasta él -¿eh? –Sacudió su cabeza para salir de aquel ensimismamiento en el que se encontraba, emergió hasta la realidad. Sus mejillas se incendiaron en un color rojizo al prestar atención a lo que su mente había capturado inconsciente –Yo, este… yo… ¿Cómo le conocí?- cuestionó tratando de cambiar el tema referente a la belleza de Anuar –pues en una de mis vagancias… - se mordió el labio inferior al sumergirse en sus recuerdos, en esas memorias de antaño en las cuales se refugia para escapar de su soledad en aquella penumbra insólita en la cual vive día con día, noche tras noche, sin diferenciar realmente la diferencia entre el uno y el otro –pasa que suelo ser un ciego muy testarudo que, pese a todas las advertencias dadas, me aventuro en las calles sin nadie que me procure y, en una de esas me tope con Anuar… - frunció su ceño y poco después apareció una sonrisa casi perfecta en sus delicados labios. Las facciones en su rostro expresaban no solo la felicidad que sentía al memorizar ese instante, si no también el agradecimiento que le tenía al joven humano por aparecer en su vida –tropecé con su cuadros y rompí algunos de ellos por culpa de mi imprudencia- Gira su cabeza para mirarlo de nuevo, esta vez sí toco su mejilla que, bajo la luz de la luna parecía porcelana fina. Los labios de Damian se aproximaron hasta los de Anuar pero se contrajo repentinamente. Sí, tenía ganas de besarle, más su razón le advertía que aquello no era permitido, sus orbes se enfocaron en la pintura que sostenía el pelirrojo en sus manos.

por **Soren Kaarkarogf** Mar Abr 19, 2011 12:01 am

Soren sabía que no era apropiado. Meterse en la intimidad de alguien y violarla era lo peor, él siempre lo había creído así y en su trabajo con el Sherif vampirico de Estocolmo, aún cuando debía hacer el trabajo sucio de espionaje militar, se había negado a meterse en la mente de otras personas para leer sus pensamientos o adivinar sus sentimientos. Aquello irrumpía toda ética y moral, además si se imaginaba que algo parecido le hiciesen a él no le gustaba en lo absoluto el hecho de que alguien le robara sus más íntimos anhelos.

¿Porqué en ese momento se sintió tan tentado a entrar en la mente de Damian y descubrir la verdad sobre lo que pensaba y sentía por Anuar? De repente se le hacía tan odioso verle tan cerca aún cuando era un mero recuerdo y le dio la impresión de que casi lo besaría. ¡Que extraño sería aquello! besando una imagen proyectada por su subconsciente de una memoria vivida meses atrás.

- Yo le conocí justamente de la manera como lo vez ahora, él dibujaba en el bosque y yo le caí encima de este árbol - Le explicó señalando la copa del árbol con el dedo - Naturalmente no me verás ahí, porque no puedo recordarme a mi mismo en tercera persona - Aquella noche había peleado contra un hombre lobo y había puesto en riesgo su propia vida por el chico sin saber porqué.

- Damian... ¿Te gustaría ver algo más de él? - Le preguntó a continuación mordiéndose el labio inferior con expresión sumisa - Tengo muchos recuerdos de él... no he podido evitar ver como tu rostro se iluminaba y se llenaba de gozo al verle... entiendo que en el mundo real, no puedas usar tus ojos para verle, supongo que le percibes a través de su olor, su tacto y su voz... - Se detuvo unos segundos indeciso ¿Porqué hacía algo así? - Por lo que... pienso que te agradaría ver más aspectos de él ¿Quieres?-

por **Damian Montague** Dom Mayo 01, 2011 4:59 pm

La adrenalina corría por sus venas, los espasmos en su cuerpo hacían que su corazón bombeara con mayor rapidez ese veneno para los amantes de la noche, la adicción de las bestias y la perdición de quienes aún se negaban a aceptarlo. La sonrisa en la comisura de sus labios se extendía más allá de lo verosímil, realmente se encontraba extasiado por conocer de forma física al hombre que le acompañó esa tarde en la que necesitaba de una muy buena razón para seguir en este mundo tan decadente, sí... le agradecía a Anuar las conversaciones regaladas y los pensamientos compartidos, además de esas lecciones que no olvidará pese a que los años pasen por su rostro.

Asentía a las palabras que Soren le decía hasta que levanto su mirada a la copa de ese mismo árbol, esperando ver el suceso que se le estaba narrando, la lógica empleada por el profesor no fue cuestionable, sacudió su cabeza y se encogió de hombros. ¿Ver algo más de él? ¡Por supuesto! Quería conocer todas y cada una de las facetas en las que el profesor había visto a Anuar ¿Cómo es que se pone cuando está enojado? Sus reacciones cuando está triste, cuando sonríe, había tantas emociones que apreciar en el rostro de una persona que él desearía capturarlas todas y guardarlas con recelo en sus pensamientos, para su desgracia el destino le jugó una trampa. –No sólo me baso en eso, digamos que las personas tienen cierta presencia – Desfiguró sus labios en una mueca –dirá que estoy loco pero es como el sentir su esencia, su aura- Frunció el ceño y medito lo que había dicho –¡sí, quiero conocer todo de él!- exclamó.

Estar allí, apreciando con sus pupilas los recuerdos de alguien más era una completa locura, pero ¿no se supone que todo el mundo se encuentra demente hasta que el psiquiatra demuestre lo contrario? Y si el doctor también está loco ¿Cómo saber cuál es la verdad? Todas y cada una de esas preguntas lo llevaban hasta el límite de su capacidad, siempre tratando de analizar al mundo de una forma tan subjetiva que él mismo se daba pena, pero ese es su mundo, lo que puede palpar aún cuando no lo aprecie de la misma forma que los demás. Entonces se descubrió el mismo indagando en la vida del vampiro –Y… ¿usted es su profesor?- Realmente hubiese querido preguntar ¿Qué es usted de él? estaba tan interesado que la imprudencia no le importó.

por **Soren Kaarkarogf** Jue Mayo 05, 2011 12:57 pm

Hasta ese momento no lo había pensado bien, pero resultaba extraño que un joven como Damian pudiese aceptar con tanta facilidad el hecho de que un profesor aparecido de la nada le estuviese dando la facultad de ver, una que ni siquiera los médicos más preparados del mundo podrían darle nunca ¿Como es que n estaba extrañado o asustado? ¿Cómo es que no hacía cientos de preguntas?.

Soren comenzó a caminar y le indicó con la mano que lo siguiera. Caminaron por el bosque y conforme avanzaban el bosque se iba desvaneciendo tras sus pies para formar otros escenarios oscuros, pues ninguno de los recuerdos del vampiro estaban bañados con la luz del sol.

- No soy su profesor - Respondió sin detenerse - Tampoco nos conocimos por la Universidad o algo parecido, pero compartimos el arte como gusto común - Y ahora que lo pensaba, era poco lo que de arte había discutido con Anuar, aquello más bien sonó como una vaga excusa - Somos... amigos - Continuó - Muy cercanos -

Entonces nuevas imágenes aparecieron a diversos lados del camino, como si existiesen pantallas invisibles gigantescas que reflejaran diferentes recuerdos del mismo Anuar; en un momento apareció mirando en blanco con su expresión apática y fria de siempre y luego más adelante se le vió riendo con ganas, una risa que deformaba el rostro de Anuar de manera extraña, como si no estuviese acostumbrado a estirar los labios en ese gesto.

Anuar comía pastel en otra escena con una avidez y rapidez que daba la impresión de que se atragantaría, en otra imagen aparecía zurciendo unas muñecas y pegando unas figurillas de animales de circo hechas pedazos.

- ¿Cómo es que... no te sorprendes de estar en este lugar? - Le preguntó al fin.

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