Es un demonio, pero para mí es un ángel (Lestat)

por **Agnes Pasteur** Sáb Feb 26, 2011 10:11 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Es un demonio, pero para mí es un ángel (Lestat) - Página 2 Inside-notre-dame-bilk_thorn

Anochece en la ciudad y me he quedado rezando más de la cuenta por observar los hermosos juegos del sol antes de apagarse los vitraux. Los santos se veían tan humanos con esos tonos dorados...

El silencio me rodea, pero no me alarmo pues me encanta deambular sola, siempre buscando alguien para compartir el momento, así que permanezco allí, orando por la paz mundial, el fin del hambre, y el encuentro con un ser especial...

por **Agnes Pasteur** Dom Abr 10, 2011 5:43 pm

- ... lujuria... -suspiro al sentir sus labios en mi cuello y me acomodo hacia un lado para darle toda la libertad de movimiento. En ese roce uno de mis pechos queda totalmente a la vista pues el corte de la tela sigue cediendo ante nuestro abrazo.

De pronto, junto con su lengua siento un leve ardor en mi cuello... Una punzada de dolor le sigue, pero algo me impide alejarme, o siquiera moverme... Tengo miedo de caer, pero sus manos me sujetan firmemente, entonces razono: Agnes, no seas tonta... Tu ángel pide un sacrificio de sangre... déjalo hacerlo... Si, un sacrificio de sangre, y no sé porqué mi mente viaja a mi primera vez, cuando luego que el amante de mi madre me tomara la sabana se había manchado de sangre... También a cada mes, excepto cuando he estado en cinta... Y toda la sangre que salía con los bebés al nacer...

- No te detengas, mi ángel... -digo con un hilo de voz, al sentir sus dientes retirarse, pero él me advierte que no debía haberlo traído aqui- Dime dónde es el lugar y allí estaré! -exclamo fervorosa, ansiosa de complacerlo más, pero él mira hacia atrás, escuchando algo que yo no...- ¿Qué ocurr... -pero me callo al oir los pasos de gente aproximándose. ¡Oh no! Si esas chismosas le descubren, ¿qué no le harán junto al sacerdote?! me preocupo por la suerte de mi hermoso visitante y olvidando que tengo algunas partes de mi cuerpo desnudas, le tomo de la mano y le indico que me siga en silencio. Si llegamos a tiempo al pasadizo, estaremos a salvo en los jardines de la catedral.

por **Lestat De Lioncourt** Mar Abr 12, 2011 9:09 pm

Sangre, sangre, sangre… sangre… sangre… SANGRE!
Era lo único que podía ver en su mente, no pensaba en otra cosa. Apenas pude apartarme de ella. Me quede inmóvil, embriagado con el sabor de su sangre aun en mi boca. Podía oír los pensamientos de las mujeres en la catedral, no sabían por donde iniciar su búsqueda, Agnes solía huir del convento por lo que buscarían a su alrededor.

Cuando la sentí asir mi mano no le permití moverme del lugar donde estaba, permanecí petrificado, no cedí y al instante se dio cuenta de que querer mover mi cuerpo era como pretender trasladar, de un lugar a otro, a una estatua de granito. Me propuse que me conociera como lo que realmente era.

No te engañes -susurre-. Te estas ilusionando. Cometes el viejo pecado de creer en lo que ves, y yo no soy lo que ves. No soy un ángel -estiré los labios y le mostré los colmillos un instante.

Esa mueca suele espantar a los mortales, un instinto, una reacción primitiva de alarma en el organismo. En ese momento cometió un error garrafal, retrocedió, casi por intuición, sin poder evitarlo y ese gesto le hizo parecer mi victima. Mi deseo de sangre, se había incrementado.

por **Agnes Pasteur** Miér Abr 13, 2011 4:31 pm

Perdón por la sangre, pero Agnes no tiene filtro!

Tiro de la mano de mi ángel, pero no nos movemos. Me doy vuelta y uso toda mi fuerza, rasgando más mi hábito con el esfuerzo, pero él sigue igual:

- Mi amor, si ellas te encuentran te harán cosas horribles... -pero no veo ni pizca de temor en sus ojos. De hecho, sus ojos brillan de forma... siniestra? Él me dice que no me deje engañar con ilusiones:

- Pero... -no logro articular ninguna palabra más, pues me fijo en sus dientes más grandes que el tamaño normal... La lujuria da paso al miedo, pues él ya no parece ser mi ángel del amor...

Atemorizada, doy un paso hacia atrás por seguridad, pero veo la muerte en su mirada! ¡Ni alcanzo a gritar cuando me caigo al tropezar con otra estatua, pero nunca toco el suelo: sus manos me sujetan firmemente!

- ¿Es esto un castigo? -susurro con el hilo de voz que me queda, tratando inúltimente de taparme los pechos con mis manos.

por **Lestat De Lioncourt** Sáb Abr 16, 2011 2:46 pm

Su corazón latía aceleradamente y el gesto en su rostro incremento mi sed. Podía oler el temor que emanaba de aquella joven. Al retroceder tropezó con una de las estatuas del lugar, el ruido que ocasionaría el golpe de su cuerpo contra el suelo llamaría la atención de las monjas inquietas en el exterior. No quería testigos, ni victimas. Mi mente no pensaba en otra cosa que no fuese la mujer ante mí y rápidamente había llegado hasta ella evitando su caída.

Estaba levemente inclinado con ella en mis brazos obligándola a permanecer con su cuerpo hacia atrás. Miré hacia su garganta; el azul pálido de la arteria bajo la piel, bien visible, como si ella quisiera que yo la contemplase. El deseo que sentí fue imparable. Deslice afectuosamente mi mano izquierda por su cuerpo, desde su cintura, subiendo por sus costillas y el camino entre sus pechos que dejaba visible la rasgadura de su vestimenta. Le obligue apartar sus manos. Deje mi palma sobre su garganta, sintiendo el pulso de su arteria y el calor de su piel.

¿Un castigo? Si… -susurre con mi peculiar voz sensual y acariciadora- Por todos tus pecados... Yo he venido a liberarte de todos ellos. No más sacrificios de sangre – la obligue a recostarse en el suelo y la besé en el cuello- Tu sangre ahora me pertenece.

Abrí mi boca lentamente, clavé mis colmillos en su carne y la sentí tensarse bajo mi cuerpo.

OFF: Descuida, ella no tiene como saber que Lestat lee su mente.

por **Agnes Pasteur** Vie Abr 22, 2011 10:21 pm

Mi ángel... no, ahora empiezo a entender cuando un demonio puede tomar las formas de un ángel... Bueno, el demonio más lindo que he visto en toda mi vida, me tiene presa entre sus brazos. No veo que haga ni un esfuerzo, pero no puedo moverme en lo absoluto.

Mi corazón late a mil por hora, pero entremedio de todo mi miedo, cuando su mano recorre mi costado, mis pezones se endurecen ante el contacto de sus dedos. Me retira mis manos y mi torso queda disponible para sus ojos. Entonces siento su mirada hambrienta y la suavidad de sus gemas en mi garganta. Quizás él no me hará daño, sino que sólo quiere mi cuerpo... Sin querer, un esbozo de sonrisa llega a mis labios y me relajo al tiempo que el miedo disminuye... hasta que dice que sí me va a castigar!

Abro los ojos para observar que sus grandes dientes se aproximan a mí, pero algo en lo azul de sus prístinos ojos me paraliza y me dejo acostar en el suelo del taller. Siento su cuerpo sobre el mío, frío es verdad, pero presente y perfecto, y cierro los ojos cuando él besa mi cuello.

¿Mi sangre es suya? -no entiendo sus palabras hasta que siento los afilados colmillos rasgar mi piel, pero no puedo gritar, sólo apretar mis manos del dolor. Arqueo mi espalda y mi torso choca con el torso desnudo de mi demonio, pero sólo mis pechos se excitan con el roce, pues el resto de mi cuerpo está paralizado en este trance.

Off: Pobrecita Agnes! T_T

por **Lestat De Lioncourt** Jue Abr 28, 2011 8:25 pm

Su cuerpo experimentaba una maravillosa parálisis y sentí que la boca se me llenaba lentamente de sangre, y junto con su sangre succioné su vida y sus sueños.

Sostuve mi cuerpo con una de mis manos que se hallaba a la altura de su cabeza, de esta manera no cargaría con todo mi peso. Yo había saciado mi sed, la había po¬seído a mi manera, y retiré mis colmillos, besando los orificios de su cuello, deslizando la punta de mi lengua sobre su piel, cicatrizando las heridas para no dejar rastro, sintiendo que el sopor se apoderaba de mí, y en¬tonces, suavemente, con delicadeza deslice mis labios hacia su oído.

No temas querida mía… -le murmuré dulcemente-

El torrente de sangre me producía unas descargas eléctricas que me recorrían todo el cuerpo. Su sangre había templado mi piel. Percibí como poco a poco sus ojos se cerraban y su cuerpo permanecía inmóvil. Se hallaba debilitada por mi ataque, su respiración era lenta, su rostro apacible. Bese su mejilla y luego volví a ronronear en su oído.

No duermas aun mi bella criatura. Debo preguntarte algo. –le suplique con afecto-

Incline mi cuerpo hacia atrás, acomode su hábito y cubrí la zona de su piel que se hallaba descubierta. Su piel ahora mas blanca, pero aun hermosa y suave como el terciopelo. Pasé mis manos por la parte de atrás de su espalda y de sus piernas, y entonces, con mucho cuidado, me levanté con ella en brazos. Me lamí la sangre del labio y traté de vencer la sensación de mareo que se apodero por un momento de mi cuerpo. Escudriñe la catedral, esperando que nadie se encontrara cerca del lugar donde habíamos estado en un principio. Ya seguro de que las monjas se hallaban aun lejos, caminé lentamente fuera del taller con Agnes en mis brazos.

¿Deseas volver a verme Agnes?-le pregunté en un susurro-

OFF: No le ocurrirá nada malo

por **Agnes Pasteur** Vie Abr 29, 2011 10:19 pm

Ay, ay, ¿por qué me castigas, mi dulce demonio?

Siento cómo mi cuerpo empieza a perder fuerza mientras mi cuello arde donde él chupa mi sangre. No sé cuanto tiempo ha pasado, pero he recordado cuando mi madre me descubrió con su amante y me pegó... Yo no hacía nada de malo, sólo que lo mismo que ella...

Me empiezo a adormecer, pero algo ha cambiado: mi demonio ya no está frío sino que tibio y agradable, si tan solo me hubiera tomado como un hombre y no como un espíritu, pero no pierdo más tiempo con esos pensamientos y dejo mi mente ir en blanco, en paz...

Escucho que me dice que no tema, pero la muerte es parte del plan de Dios, así que no temo...

Despierto con un beso, suave y tierno, pero al abrir los ojos veo que sigo en sus brazos. Me pide que no me duerma, pero no puedo responderle con palabras, aunque quisiera decirle que si es su deseo, permaneceré despierta...

Siento que floto, liviana como una pluma de ganso y le escucho preguntar si lo quiero ver de nuevo. Por supuesto que sí, mi ángel, aquí y en el cielo, pienso, pero a duras penas mantengo mis ojos abiertos. Ninguna de las monjas me había dicho que eso de morir era tan largo...

por **Lestat De Lioncourt** Sáb Abr 30, 2011 10:03 pm

Entonces volveremos a encontrarnos –susurró respondiendo a su pensamiento- Te estaré observando, te vigilaré y regresaré algún día, cuando menos lo imagines.

Deposité su cuerpo suavemente sobre la banca, aquella que se hallaba cercana a una de las imágenes de Cristo. Le obligue con dulzura a apoyar sus manos cruzadas sobre su abdomen. Me arrodillé junto a ella y besé su mejilla disfrutando de aquel momento. Luego susurré una vez más en su oído.

No morirás querida mía, pero necesitas dormir. Duerme mi hermosa Agnes, descansa. –susurré con voz suave y segura-

Deje el pañuelo blanco de seda que me había arrebatado anteriormente de mi cuello entre sus manos. Me puse de pie, mirándola desde arriba, luego me di a la tarea de ajustar mi camisa para cubrir mi pecho, arreglar mi levita y ordenar mi cabello.

Pero… ha hecho un desastre con mi apariencia…

La contemple por un instante y mi rostro era una perfecta mascara de indiferencia. Aunque tenía un nudo en mi garganta al verla tan indefensa ante mi. Pero así fue desde un principio ¿No? ¿Por qué… que podía hacer ella ante mis caprichos, ante mi deseo de sangre y ante mi egoísmo? Absolutamente nada…

Adieu mademoiselle –murmuré-

Caminé lentamente hacia las puertas principales de la catedral. Al salir y respirar el aire fresco agradecí la brisa que golpeaba contra mi rostro. Continúe mi camino en dirección al hotel donde me hospedo en Paris, escuche desde la distancia los pasos de las colegas de Agnes dirigirse hacia el lugar donde se localizaba. No tardarían en descubrirla, adormecida en una de las bancas cercana a la imagen de Dios.

Eleve mi rostro y contemplé las estrellas en el firmamento, entonces, en mi mente cruzaron unas simples palabras que me hicieron sonreír.

Cuando Agnes despierte, encontrara mi pañuelo entre sus manos, intuirá que esto no fue un sueño y tendrá más cuidado cuando pretenda seducir otra vez a este magnifico diablo.

por **Agnes Pasteur** Lun Mayo 02, 2011 2:46 am

Finalmente no me morí...

Desperté dos días después, pálida y muerta de hambre, pero viva. Las monjas me trajeron sopitas y no me dejaron levantar en todo el día, por lo que ya en la noche, cuando dormían, me levanté a caminar sin problemas.

Llegué a la baranda y miré la luna creciente en esta cálida noche primaveral. Apreté en mis manos la delicada tela del pañuelo que le quité... en realidad, que mi demonio/ángel me dejó.

Al recordar lo pasado, rápidamente puse mis manos en mi cuello, pero ninguna cicatriz atestigua que he perdido sangre. O más bien, la ofrenda de sangre que le dí involuntariamente...

Busco en la oscuridad de los jardines pero no veo ningun par de ojos claros como el cielo de verano... Siento un mareo y regreso a la cama, pensativa aunque no comprendo toda mi experiencia con la más bella encarnación de Lucifer.

por Contenido patrocinado

Es un demonio, pero para mí es un ángel (Lestat)

Es un demonio, pero para mí es un ángel (Lestat)

Re: Es un demonio, pero para mí es un ángel (Lestat)

Re: Es un demonio, pero para mí es un ángel (Lestat)

Re: Es un demonio, pero para mí es un ángel (Lestat)

Re: Es un demonio, pero para mí es un ángel (Lestat)

Re: Es un demonio, pero para mí es un ángel (Lestat)

Re: Es un demonio, pero para mí es un ángel (Lestat)

Re: Es un demonio, pero para mí es un ángel (Lestat)

Re: Es un demonio, pero para mí es un ángel (Lestat)

Re: Es un demonio, pero para mí es un ángel (Lestat)

Re: Es un demonio, pero para mí es un ángel (Lestat)