Such a beautiful night...[Lenneth P. Stratowski]

por **Kwon Jae Wook** Sáb Mar 05, 2011 2:55 pm

Recuerdo del primer mensaje :

-El chico, salió de la habitación donde había pasado la tarde escondido de los rayos del sol, escribiendo sobre los sucesos que recordaba de su vida anterior, allá, en el campo, donde el sonido de las aves, lo despertaba, y el perfume de la vegetación, así como la tierra recién trabaja, lo hacían sentirse...vivo. Portaba un elegante traje en color opacos, lo que hacía menos vistoso, que antes. Y sobre su cabello, ladeado, ocultando una parte de su perfil, un sombrero gris con un listón en plata.

Caminó hasta el lobby, y de allí enfilo al pequeño bar dentro del hotel. Estaba cálido alli dentro. Apenas unas cuantas personas, mientras el sonido de un violín se escuchaba al fondo. Se sentó sobre la barra, pidiendo cualquier cosa, no notaría el sabor, pero si ese olor que de humano lo mareaba, pero que ahora, de una forma particular, llamaba su atención.

¿que hacer esa noche?, se preguntó, mientras daba un sorbo y miraba alrededor

por **Kwon Jae Wook** Vie Abr 29, 2011 12:26 pm

Apenas y se limitó a encoger sus hombros cuando escuchó aquel “gracias”. El no era alguien muy servicial, no se le daba muy bien. Siempre que hacia algo bueno, ahora que era vampiro, terminaba casi siendo acosado y obligado a cosas, como aquella noche que preferia enterrar en el jardin botánico.

Podia ver dentro de ella, y aquellas palabras, no eran del todo ciertas. Conversaciones pasadas. Un espiritu curioso. Algún día podria sufrir por ese tipo de cosas… Con gesto ausente, alli, de pie, seguía sus movimientos. ¿en verdad no le molestaba nada mas su presencia alli? Vaya, y el que pensaba aquello sería mas… interesante. . ¡Por los dioses! Aquello estaba saliendo raro, y lo llamba a él extraño? El no era quien se disponía a cambiarse siendo una mujer ante un hombre desconocido.
¿Acaso no tenía una de esas ridiculas costumbres de “resguardar” ciertas cosas y reputación? Esa mujer empezaba a darle un ligero dolor de cabeza. Era como si no estuvieran en sintonía alguna. El pensaba una cosa, hacia algo, y ella terminaba dandole la vuelta por completo, pero no de una manera razonable, como aquella cortesana, que sin duda, era mucho mejor estratega que el mismo, aunque se negara a admitirlo

- La verdad, quería jugar contigo.. pero… de pronto creo que me ha dado hambre-El chico dijo todo aquello con tono distante mientras ella estaba tras el biombo. Lo dicho, no tenia nada más que hacer ali, En la calle quizás encontrara un ladronzuelo con el cual divertirse esa noche. Abrí la puerta de la habitación, saldría de manera diferente a como habia entrado.--Hasta otra, Lenneth, espero ya no sufra esos mareos, pase buena noche

por Invitado Sáb Abr 30, 2011 12:51 pm

Hacia como que me vestía tras el biombo, pero en realidad no me había cambiado en absoluto. Aún llevaba puesta mis ropas de calle y escuché lo que me dijo. Que ilusa había sido. Se habría comportado como una loca ante sus ojos y hacerle ver que había cosas que no cuadraban. Me reí en silencio al haber escuchado aquello de los mareos. En la habitación del hotel, de repente comencé a estar incómoda. Escuché como cerraba la puerta lentamente y como dejaba paso a la soledad. Me deshice el moño que llevaba puesto y me quité la parte de arriba.

Agarré el camisón y lo recoloque hasta que se puso del derecho. Me lo metí por la cabeza y lentamente fue deslizándose por mi cabeza hasta que lo tuve cubriendo mi cuerpo. Me deshice de la falda y me coloqué encima la bata blanca del hotel. El tacto de la bata contra mi piel, era de un suave toque de seda, con bordados dorados y una flor de lis en un lado de la bata.

-Muy bien...-Dije al ver que todo estaba listo. Cogí la nota que me llegó de los secuestradores y la leí de nuevo. Alcé mi cabeza mirando firme. Me senté en el borde de mi cama y saqué una bolsita blanca de lino, el cual contenía un mechón gris de pelo. El mechón lo observaba con cariño y por mínimo que hubiera sido el detalle, estaba abriendo una herida en el pasado.

Mi madre solía llevar su cabellera azabache con un lineado gris, haciéndola más segura. Las lágrimas que salieron de mis ojos empezaron a rodar por las líneas de tinta del trozo de pergamino que sostenía en mis manos, las letras se corrían y apenas ya era visible la nota. Menos mal que le hizo una copia a su padre el cual podría estar pensando ya en una forma de rescatarla. El tiempo puede cambiar el destino, pero no a las personas. Se había convertido en una mujer fría que no atendía a cosas paranormales, pero ahora tendría que pensar de otra forma. Dejé la nota en la mesa de noche pero, seguía tocando el mechón por unos segundos más.

–Espero que estés bien...querida madre-Dije a la nada. Ella no me iba a oír, pero necesitaba escupirlo, necesitaba sacar de mi todo lo que había estado aguantando durante cuatro años enteros. Miré alrededor y solo estaban los adornos y el mobiliario de la habitación. Me acordé de que el caballero gris se había ido.

Me tumbé en mi cama, cerré los ojos y me dispuse a soñar o al menos a intentar relajarme y alejar todo el mal que he pasado durante tanto tiempo. Quería caerle bien a la gente, intentaba ser educada, agradable, pero posiblemente conseguía que me vieran como una loca o algo incoherente a los ojos de la gente. No quería que eso ocurriera. Ya ha vivido sola durante mucho tiempo.

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