AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Al amanecer.
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Al amanecer.
Ligeras oleadas por parte del viento lograban empujar el agua de las orillas hacia las puntas de sus pies. El agua, más helada de lo que jamás había sentido, logró despertarla fácilmente del letargo de cansancio en el que había estado, después de cada transformación dormía sin descansar; era una de las únicas cosas que Erato solía odiar irracionalmente de ser una licántropa, el cansancio y el dolor que ésto le infundía, que, sin duda alguna, eran más molestos que insoportables. La rubia se resignaba a soportar cada transformación sin quejas, sabía que era un mal necesario.
Las piedras, igual de frías que el agua, hacían que sintiera escalofríos debajo de su desnudo cuerpo, se dio la vuelta -ya que había permanecido boca abajo- y varias punzadas de dolor recorrieron sus miembros, así como su espalda, gimió quedamente, si bien nadie del otro lado de la laguna la había visto aún, un grito la evidenciaría. Con sumo cuidado se sentó y abrazó sus piernas, el dolor ya no era tan persistente, pero ahora comenzaba a temblar de frío, se acerco al agua de la laguna y con miedo a la frialdad de ésta tomó un poco y comenzó a lavarse el cuerpo, unas cuántas manchas de sangre y tierra, pero no percibió sangre humana. Se puso de pie dispuesta a buscar la ropa que la tarde anterior había guardado en el hoyo de un árbol, con cierta desesperación esperaba encontrarla entera y sin mordidas de ratones.
Recorrió el bosque mirando minuciosamente cada árbol, de su cabello escurrían gotas de agua que caían sobre su piel, haciéndola temblar cada vez más violentamente, cuando logró divisar retazos de tela blanca debajo del tronco de un árbol robusto y fuerte corrió hacia él hallando consuelo a su frío. Para cuando terminó de ajustarse el corsé de la sencilla vestimenta comenzó a escuchar crujir las ramas del suelo y un aroma singular atravesó por su nariz, se quedó quieta ocultándose detrás del árbol.
Las piedras, igual de frías que el agua, hacían que sintiera escalofríos debajo de su desnudo cuerpo, se dio la vuelta -ya que había permanecido boca abajo- y varias punzadas de dolor recorrieron sus miembros, así como su espalda, gimió quedamente, si bien nadie del otro lado de la laguna la había visto aún, un grito la evidenciaría. Con sumo cuidado se sentó y abrazó sus piernas, el dolor ya no era tan persistente, pero ahora comenzaba a temblar de frío, se acerco al agua de la laguna y con miedo a la frialdad de ésta tomó un poco y comenzó a lavarse el cuerpo, unas cuántas manchas de sangre y tierra, pero no percibió sangre humana. Se puso de pie dispuesta a buscar la ropa que la tarde anterior había guardado en el hoyo de un árbol, con cierta desesperación esperaba encontrarla entera y sin mordidas de ratones.
Recorrió el bosque mirando minuciosamente cada árbol, de su cabello escurrían gotas de agua que caían sobre su piel, haciéndola temblar cada vez más violentamente, cuando logró divisar retazos de tela blanca debajo del tronco de un árbol robusto y fuerte corrió hacia él hallando consuelo a su frío. Para cuando terminó de ajustarse el corsé de la sencilla vestimenta comenzó a escuchar crujir las ramas del suelo y un aroma singular atravesó por su nariz, se quedó quieta ocultándose detrás del árbol.
Erato Poémelune- Mensajes : 187
Fecha de inscripción : 12/03/2011
Re: Al amanecer.
La noche la había pasado en vela.Ultimamente no dejaba de pensar en todo lo que me había sucedido.Mi cabeza daba vueltas,demasiadas.Necesitaba una pausa.Siempre como el viento.Sin parar.Ahora aquí,después allá.Mis facciones me deltaban mas de lo debido.Estaba pálida,ausente y parecía una muerta andante.Algunas veces había deseado lo peor para mi persona.No sabía cuanto podría aguantar mas.Suspiré y miré alrededor mío.Me había perdido.
Como diablos había llegado hasta aquél …lugar?Volví a observar el lugar y detrás de mí analizando cada detalle.Estaba tan desorientada… Me daban ganas de pegarme a mi misma.¿Que había en mi cabeza? Empezaba a ponerme nerviosa y dejarme abrazar por el pánico.Sentía necesidad de dormirme alli mismo y no volver a despertar.Algunas veces tanta soledad me cansaba,me dejaba sin aliento…sin…vida.
Después de seguir caminando un buen rato y escuchar el ruido de las ramas crujir bajo mis pies y el sonido del viendo mezclado con la armonia del agua,llegué a un lugar llano.Me senté en el suelo sin importarme lo mucho que podía enfermarme y tapé mi cara con las manos.Suspiré y lloré en silencio.Me hacía bien y más si nadie podía observarme.Lloraba en silencio,de vez en cuando se podía escuchar un suspiró.Después me limpiaba las lágrimas y seguía.
Pero mis lágrimas dejaron de correr por mis mejillas ya que sentí como si alguien me estuviera mirando.Me limpié rapidamente el rostro y miré casi desesperadamente a todos los lados.Fruncí el ceño y carraspeé para que mi voz no pareciera tan debil.
-¿Quién anda alli?-pregunté mientras en mi mente intentaba recordar algún hechizo de protección.Siempre estaba a la defensiva y eso lo tenía bien justificado.
Me levanté despacio,aunque mi corazón iba a mil palpitaciones,sentía que se me salía del pecho.”Intenta tranquilizarte” me dije a mi misma.
-¿Hola?-volví a preguntar. Si nadie me contestaba,no me quedaría ni un segundo mas en ese sitio.A saber que podía salir de entre aquellos árboles.Y me daba miedo aunque no lo mostrara.
Como diablos había llegado hasta aquél …lugar?Volví a observar el lugar y detrás de mí analizando cada detalle.Estaba tan desorientada… Me daban ganas de pegarme a mi misma.¿Que había en mi cabeza? Empezaba a ponerme nerviosa y dejarme abrazar por el pánico.Sentía necesidad de dormirme alli mismo y no volver a despertar.Algunas veces tanta soledad me cansaba,me dejaba sin aliento…sin…vida.
Después de seguir caminando un buen rato y escuchar el ruido de las ramas crujir bajo mis pies y el sonido del viendo mezclado con la armonia del agua,llegué a un lugar llano.Me senté en el suelo sin importarme lo mucho que podía enfermarme y tapé mi cara con las manos.Suspiré y lloré en silencio.Me hacía bien y más si nadie podía observarme.Lloraba en silencio,de vez en cuando se podía escuchar un suspiró.Después me limpiaba las lágrimas y seguía.
Pero mis lágrimas dejaron de correr por mis mejillas ya que sentí como si alguien me estuviera mirando.Me limpié rapidamente el rostro y miré casi desesperadamente a todos los lados.Fruncí el ceño y carraspeé para que mi voz no pareciera tan debil.
-¿Quién anda alli?-pregunté mientras en mi mente intentaba recordar algún hechizo de protección.Siempre estaba a la defensiva y eso lo tenía bien justificado.
Me levanté despacio,aunque mi corazón iba a mil palpitaciones,sentía que se me salía del pecho.”Intenta tranquilizarte” me dije a mi misma.
-¿Hola?-volví a preguntar. Si nadie me contestaba,no me quedaría ni un segundo mas en ese sitio.A saber que podía salir de entre aquellos árboles.Y me daba miedo aunque no lo mostrara.
Shy'm Sulzbach- Mensajes : 100
Fecha de inscripción : 11/03/2011
Re: Al amanecer.
Erato ladeó tanto la cabeza que sólo se dio cuenta cuando ésta ya rozaba su hombro derecho, la levantó unos centímetros y siguió mirando con atención. Había llegado a una parte del bosque en donde un claro se alzaba justo debajo del sol, regresó la mirada hacia la laguna, ya casi no se divisaba ni el brillo de la helada sustancia de la que estaba cubierta. Encogió su cuerpo a causa del frío y desvió la mirada hacia el centro del claro, confirmó que ya no se hallaba sola, una figura vaporosa y cansina se había sitiado ahí y por alguna dolorosa causa lloraba lamentosamente. Erato agudizó la mirada, ¡habría podido tratarse de un muerto!
Los azules ojos de la mujer carecían de brillo, y solamente una pequeña chispa delataba vida en ellos, sus labios, aunque blancos, denotaban cierta ternura a la que Erato no se habría resistido de tenerla cerca. Tenía la piel más pálida y opaca que la rubia había visto jamás en una mujer -quizá en los vampiros pero no solía ser igual-, parecía cansada, más que eso, parecía veraderamente muerta. Llevaba el cabello algo revuelto y la expresión de alguien que ha corrido mil vueltas alrededor de una glorieta, muerta de cansancio pero sin querer detenerse.
Y de pronto, de los labios de la frágil figura comenzaron a salir cuestiones, que, de seguro, iban dirigidas a Erato pues no había nadie más alrededor, nadie que ella pudiera percibir. La mujer tenía la voz rota, quebrada de seguro por la tristeza, el cansancio, o lo que fuese que la aquejara. Entonces la parte más humanitaria de la rubia se apoderó de ella, y dando tres pasos hacia el frente intentó que la extraña figura al centro del claro tomará atención de su presencia.
– Yo, y no creo que nadie más –un escalofrío la recorrió al instante, el frío de la mañana seguía azotando contra ella y con el cabello mojado aún, era de esperarse que Erato sufriera, se acarició los brazos intentando calentarse mientras esperaba respuesta.
Los azules ojos de la mujer carecían de brillo, y solamente una pequeña chispa delataba vida en ellos, sus labios, aunque blancos, denotaban cierta ternura a la que Erato no se habría resistido de tenerla cerca. Tenía la piel más pálida y opaca que la rubia había visto jamás en una mujer -quizá en los vampiros pero no solía ser igual-, parecía cansada, más que eso, parecía veraderamente muerta. Llevaba el cabello algo revuelto y la expresión de alguien que ha corrido mil vueltas alrededor de una glorieta, muerta de cansancio pero sin querer detenerse.
Y de pronto, de los labios de la frágil figura comenzaron a salir cuestiones, que, de seguro, iban dirigidas a Erato pues no había nadie más alrededor, nadie que ella pudiera percibir. La mujer tenía la voz rota, quebrada de seguro por la tristeza, el cansancio, o lo que fuese que la aquejara. Entonces la parte más humanitaria de la rubia se apoderó de ella, y dando tres pasos hacia el frente intentó que la extraña figura al centro del claro tomará atención de su presencia.
– Yo, y no creo que nadie más –un escalofrío la recorrió al instante, el frío de la mañana seguía azotando contra ella y con el cabello mojado aún, era de esperarse que Erato sufriera, se acarició los brazos intentando calentarse mientras esperaba respuesta.
Erato Poémelune- Mensajes : 187
Fecha de inscripción : 12/03/2011
Re: Al amanecer.
Off: Quien rolea ahora? O entro yo y que el orden sea:
Erato
Yo
Shy'm
????????
Erato
Yo
Shy'm
????????
Invitado- Invitado
Re: Al amanecer.
Off: Bueno creo que sería: yo, Shy'm y tu. Pero pues esperemos a Shy'm o responde ^^
Erato Poémelune- Mensajes : 187
Fecha de inscripción : 12/03/2011
Re: Al amanecer.
“Tienes que centrarte.Solamente eso.No dejes que todo lo que has hecho hasta hoy se venga abajo.No debes caer.No importa las veces que he dicho que me voy.No importan los momentos en los cuales me quedé sin poder respirar.Aun sigo preguntandome que paradero habrá sido el tuyo.”
Me estremecí,no por miedo,sino por el simple hecho de que estaba empezando a tener frío.Solían decirme que este era el compañero de la tristeza.Tu sangre corre lentamente por las venas,sin aquella energía que pueda dar color a las mejillas y te hagan parecer sano.Fruncí el ceño y observé como aquella mujer salía de entre los árboles.Al ver que tenía el pelo mojado y aquella mirada… extraña,hice un paso hacía atrás.¿Quién estaba tan loco para bañarse en medio del invierno,cuando el agua estaba casi helada?
Seguí con el ceño fruncido,cosa que empeoraba mi aspecto de muerta andante y me aclaré la voz.
-¿Entonces tenemos compañía?-pregunté mirando hacía un lado,esperando que de algun lugar saliera a saber que.Esto empezaba a dejar de gustarme.Era extraño… Vamo,pero me lo tenía merecido.
Demonios.Había contestado de una manera bastante tonta.-Disculpe…-susurré llevando una mano a mi frente y cerrando los ojos,intentando hacer desaparecer todos aquellos pensamientos fantasmagoricos que se encontraban en mi cabeza.
Me acerqué con cierta duda hacía la rubia,que era una mujer bastante bella,y me quité el abrigo,el cual puse sobre sus hombros.
-Tome,a usted le vendrá mejor que a mi.-Dije sonriendo de medio lado.Ese era mi labor,cuidar de los demás.Y siempre lo había hecho.Por debajo llevaba una camisa como las que solían llevar los hombres y…pantalones.Ya sabía lo extraño que era eso,pero mi trabajo no me permitía llevar faldas.Nunca había trabajado cómoda con tantos trapos doblados miles de veces.Poco me importaba lo que decían los demás.
Me dí cuenta que el frío no era tan fuerte,quizás había exagerado.Nisiquiera lo sentía.O es que mi cuerpo se había vuelto inmune.
[chicas,disculpen las molestias,no estaba inspirada estos dias u.u]
Me estremecí,no por miedo,sino por el simple hecho de que estaba empezando a tener frío.Solían decirme que este era el compañero de la tristeza.Tu sangre corre lentamente por las venas,sin aquella energía que pueda dar color a las mejillas y te hagan parecer sano.Fruncí el ceño y observé como aquella mujer salía de entre los árboles.Al ver que tenía el pelo mojado y aquella mirada… extraña,hice un paso hacía atrás.¿Quién estaba tan loco para bañarse en medio del invierno,cuando el agua estaba casi helada?
Seguí con el ceño fruncido,cosa que empeoraba mi aspecto de muerta andante y me aclaré la voz.
-¿Entonces tenemos compañía?-pregunté mirando hacía un lado,esperando que de algun lugar saliera a saber que.Esto empezaba a dejar de gustarme.Era extraño… Vamo,pero me lo tenía merecido.
Demonios.Había contestado de una manera bastante tonta.-Disculpe…-susurré llevando una mano a mi frente y cerrando los ojos,intentando hacer desaparecer todos aquellos pensamientos fantasmagoricos que se encontraban en mi cabeza.
Me acerqué con cierta duda hacía la rubia,que era una mujer bastante bella,y me quité el abrigo,el cual puse sobre sus hombros.
-Tome,a usted le vendrá mejor que a mi.-Dije sonriendo de medio lado.Ese era mi labor,cuidar de los demás.Y siempre lo había hecho.Por debajo llevaba una camisa como las que solían llevar los hombres y…pantalones.Ya sabía lo extraño que era eso,pero mi trabajo no me permitía llevar faldas.Nunca había trabajado cómoda con tantos trapos doblados miles de veces.Poco me importaba lo que decían los demás.
Me dí cuenta que el frío no era tan fuerte,quizás había exagerado.Nisiquiera lo sentía.O es que mi cuerpo se había vuelto inmune.
[chicas,disculpen las molestias,no estaba inspirada estos dias u.u]
Shy'm Sulzbach- Mensajes : 100
Fecha de inscripción : 11/03/2011
Re: Al amanecer.
El frió y el dolor me inundaban y no permitían que los pensamientos que rápidamente se arremolinaban en mi cabeza fueran siquiera coherentes, lo ultimo que lograba recordar era el dolor de como mis huesos cambiaban de forma y mis músculos se despedazaban para regenerarse en un cuerpo nuevo, la transformación había sido tan dolorosa como todas las lunas llenas y el cuerpo me dolía como siempre en estos tiempos. De repente recordé algo que mi adormecido cuerpo había olvidado momentáneamente mientras estaba en el limbo entre la consciencia y la inconsciencia, antes de mi transformación yo había estado acompañada, por una bruja, Shy'm, una antigua conocida. Abrí los ojos de golpe preguntándome que seria de ella-¿Le habré hecho daño?¿Dónde esta?-el pensamiento me golpeo de tal manera que las ansias y la preocupación me invadieron sin control. Me percate que me encontraba en una cueva, no sabía como había llegado aquí ni en donde específicamente estaba, pero ahora, estaba más preocupada por Shy'm que por mi misma, me sentiría muy, muy culpable si no lograba encontrarla. Concentre todo mi poder para intentar ver a través de sus ojos:
Tome un fuerte suspiro y salí de la cueva siguiendo mis instintos de licántropo para guiarme a través del bosque al encuentro de Shy'm y de la desconocida que se encontraba con ella.
Regrese a donde estaba, a la cueva húmeda y fría, y un escalofrió recorrió mi cuerpo, estaba desnuda y el frío me calaba hasta los huesos, no sabía como o donde podría encontrar ropa en estos momentos, pero al girarme encontré la ropa que había estado usando hasta que me desprendí de ella antes de mi transformación y supongo que se le había Shy'm, de seguro ella había hecho un hechizo para que cuando regresara a ser humana esta fuera a mi, o no lo se, pero mi ropa estaba hay así que ese era un problema menos que resolver, me puse la vestimenta, muy extraña para la época, mi ropa interior, unas bragas negras con encaje y un corset bien ajustado, sobre de esto unos pantalones de cuero negro, y un corset superior también negro que era con tirantes un poco gruesos, me coloque las botas de piel negras que iban abajo sobre del ajustado pantalón e introduje las dagas y navajas, que siempre llevaba conmigo y que estaban con el resto de mi ropa, en el cinturón de mi pantalon y luego me puse los guantes que no podían faltar en cualquier atuendo que llevara, tenia unas cicatrices en mis antebrazos que no me agradaba que nadie viera.Estaba en un pequeño claro en medio del bosque, a lo lejos se podía ver la orilla de una laguna después de los tupidos y frondosos arboles que eran el bosque a su alrededor, había una mujer frente a ella, tenía un aspecto pálido, con ojeras y cansado, estaba adolorida, se veía en su rostro, tenía el cabello rubio dorado mojado y escurriéndose por sus hombros, su rostro tenía forma de corazón, con unos ojos azul grisáceo enmarcados con unas pestañas largas, su cuerpo estaba vestido con ropa sencilla, se notaba que ella misma se había colocado el corset, me hizo creer que tal vez la chica había tenido una transformación al igual que yo, pero hasta no poder olerla o estar lo suficientemente cerca de ella como para saberlo a ciencia cierta.
Tome un fuerte suspiro y salí de la cueva siguiendo mis instintos de licántropo para guiarme a través del bosque al encuentro de Shy'm y de la desconocida que se encontraba con ella.
Invitado- Invitado
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