La Luna del Cazador (Doreen)

Había esperado lo suficiente para que todas estuvieran dormidas en aquel lugar. Doreen estaba completamente lista. Se había quedado con su ropa, no se había puesto ropa de dormir al meterse a la cama. Ya la habían descubierto varias veces fuera de ese lugar así que tenía que fingir que había dormido de hace tiempo para que no la estuvieran vigilando. Salió disparada de la cama colocándose un abrigo encima de la ropa. No espero mucho tiempo y salió disparada en dirección a la puerta. No hacía mucho ruido al correr ya se sabía las mañas incluso las maderas que a su paso rechinaban. Por eso las evitaba. En un ágil movimiento pudo salir por la puerta delantera como si esta tuviera permitido salir a altas horas de la noche. Tenía ganas de divertirse, todas sus salidas eran por cosas que le torturaban. Esta vez sólo quería pasarla bien. Y la única persona que le venía a la cabeza era Galen. La primera vez que lo vio le pareció un tipo bastante encantador. De hecho la había hecho reír en muchas ocasiones, pero sobre todo ella podía sentirse completamente segura a su lado, por eso lo buscaría. Además en el bosque podría encontrar todo tipo de criaturas, era mejor empezar a buscarlo por ahí.

Comenzó a acelerar el paso con temor a que vinieran siguiéndola, la verdad es que desde que había salido de casa y había sido atacada, se había vuelto miedosa, temía por su seguridad, en algunas ocasiones soñaba con aquella criatura que la había atacado. Pero por extraña razón a Galen no le temía incluso se sentía en paz, como si estuviera en su hogar cerca de él. Soltó un suspiro adentrándose al bosque, soltó una risita traviesa y siguió caminando con cuidado. - Galen - Dijo en voz alta creyendo que su amigo la ayudaría. Recordó sus ojos. Aquellos ojos que le daban paz y tranquilidad. Su cabello, su piel, incluso sus labios, pero rápidamente borro ese pensamiento de su cabeza, aunque borrará el pensamiento de su cabeza no podía negar que su amigo era bastante atractivo y que en una que otra ocasión había estado pensando en él. Pero suponía que eso era normal a causa de lo bien que se sentía a su lado.

Al poco tiempo sus piernas ya estaban cansadas de tanto avanzar, no tenía señal de vida de nadie. Estaba a punto de rendirse, incluso sus ojos se llenaron de lágrimas. La chica tenía unas malditas ganas de verlo, pero no entendía porque se ponía de aquella manera. Dio la media con suavidad, tenía que volver, sino lo veía entonces no valía la pena el riesgo de salir y arriesgar la noche. Pero cuando toda esperanza de verlo se había esfumado, escuchó su voz con atención y se dirigió hasta donde se encontraba el sonido. Sus ojos se iluminaron por completo al verlo. - Galen - Mi voz se alzo, parecía una especie de grito, mi mano se alzo haciendo una seña para que este pudiera verme. Le sonreí con sinceridad acercándome lo más que podía hasta él.

Fue entonces que recordó porque pensaba tanto en él. Se dio cuenta que necesitaba a alguien con quien sentirse segura. Ese amigo que nunca había tenido pero que le había abierto las puertas de su vida sin pensarlo. Doreen nunca había experimentado que era tener un amigo verdadero, es más nunca había experimentado tener un amigo por eso para ella esto era demasiado valioso. Por eso para ella pensar en alguien de aquella manera quería decir que nunca lo olvidaría pasara lo que pasara. Fue entonces cuando se dio cuenta que estaba haciendo lazos con Galen, porque él ya se había convertido en alguien importante, se había convertido en alguien con quien podría contar siempre, alguien al que podría buscar para platicarle las cosas que sentía dentro de ella, un buen confidente. La chica le sonrió al acercarse. - Galen ¡Que alegría verte! Te estaba buscando, pensé que no te encontraría, estaba a punto de irme que bueno verte - Le sonrió con sinceridad y luego le dio un gran abrazo sentándose a su lado. Lo cierto era que en París se podía apreciar el anochecer de manera clara, y se veía demasiado hermoso.

La chica soltó un gran suspiro mientras abría la gran bolsa que tenía en la mano. Dentro de ella se podían apreciar bastantes embaces de bebidas. En algunos traía un poco de comida. Tenía planeado no volver a casa temprano por lo que llevaba comida para ella y para cualquiera que necesitará comida. - ¿Cómo has estado? - Pregunto con suma tranquilidad. De sus ojos podía reconocerse un poco de emoción y seguridad. Estar con alguien con quien puedas confiar era algo demasiado bueno, te hacía ser tú mismo, incluso te hacía poder hacer o decir cosas que nunca lo decir con alguien más. Daba gracias por haber conocido a Galen después de escapar de casa, tal vez sino lo hubiera conocido y hubiera sentido su apoyo de cierta manera, ella hubiera vuelto a casa. Pero aun tenía fuerza y ahora que sentía que la fuerza se le estaba perdiendo necesitaba de alguien que le devolviera su fuerza para seguir adelante con sus decisiones.

La luna estaba saliendo entre las enormes y gruesas nubes que cubrian la noche. Doreen se sentía bastante inquieta, para ser honestos la chica no creía que las cosas terminaran bien después de todo, algo la hacía tener cierto miedo sabiendo que muchos hombres terminarían siendo lícantropos. Para empezar la chica le tenía miedo a aquellas criaturas por ser las primeras en conocer, porque al salir de casa estas mismas la atacaron y le dejaron marcas profundas en el cuerpo que hasta la fecha no se le habían borrado, también porque por poco iba a ser deborada. A pesar de tener todas aquellas experiencias malas al respecto no había descartado la idea de poder tener un amigo como Galen, pero el solo hecho de pensar que podría convertirse en su peor pesadilla la hacía querer salir huyendo sin decir más. Sin embargo la mirada de su amigo le dio un poco de valor, un poco de fe y la invito a quedarse junto a la prima de este esperando a que pudiera presenciar nada. Es decir esperando a que Galen no tuviera problema alguno, que no hubiera necesidad de que lo amordasaran, dispararán o mataran. La simple idea de lo último hizo que la chica sintiera un escalofrío recorrer el cuerpo. Noto con atención como lo adaptaban de manera necesaria para poder pasar de "Buena" manera la noche. Quiso entrar en aquella sofa y abrazarlo, quiso incluso quedarse a su lado por temor a no volver a ver aquellos hojos de humano que la habían cuidado desde el primer día, pero sabía que si hacía eso, le costaría la vida tanto a ella como a él, por eso busco fortaleza en su interior. Buscó los ojos de la prima de Galen pidiendo un consuelo en ellos. Busco incluso un abrazo o una palabra de aliento para que pudiera permanecer con calma en aquel lugar, pero conforme avanzaba el tiempo los nervios de la chica iban incrementando y era bastante notorio. Empezó a caminar en circulos alrededor de la fosa sin importar que hubiera algunas más a los lados y los riesgos que esto llevaba, observo a Galen y mientras lo hacía sollozaba un poco de manera torpe queríendo que este no pasara dolor alguno, sus manos se habían puesto a la altura de su pecho entrelazando los dedos y jugueteando con ellos, de vez en cuando mordía su labio inferior intentando calmar sus ansiedades, al final opto por sentarse en la orilla mientras buscaba de nuevo la mirada de su acompañante por la velada.

Después de andar con aquellas ansiedades la chica sintió una especie de mareo, dejo su cuerpo caer hacía atrás recostandose en el frío terrero - ¿Se pone muy mal? - Preguntó al aire esperando a que su acompañante de verdad la escuchará, al menos no perdía la esperanza en que la oyera pero entre tanto movimiendo a su alrededor era mejor volver a hablar - Galen estara bien ¿Verdad? - Su voz sonaba como una especie de suplica porque le afirmaba que su amigo no tendría problema alguno. Con cuidado se llevo una mano a la frente y la otra la colocó a la altura del viente, nunca antes Doreen había sentido esas sensaciones tan extremas y tristes de angustía. Era una especie de seguridad porque tal vez todo estaría bien pero una pena por pensar que podría perderle - ¿Cómo puedes soportar esto? - Pregunto mientras se volvía a incorporar del piso y se paraba con cuidado, se limpió un poco las ropas que traía y luego se colocó a su lado intentando ahora por primera vez en la noche poder ver su mirada ya que temía a que el miedo la delatara y soltará lágrimas desesperadas por la incognita de lo que podría pasar, la chica odiaba esas sensaciones que estaba experimentando. Quería cerrar los ojos y que al abrirlo el amanecer ya estuviera presente y con ese amanecer sentir la tranquilidad de que todo estaba bien, que solo había sido una noche común y corriente.

Después de varios intentos por calmarse la chica lo había conseguido de manera satisfactoria. Relamió sus labios un poco sintiendo que tenía sed, que debía tomar algo pero se quedo alado de su acompañante tenía varias preguntas que hacerle - ¿Alguna vez Galen te habló de mí? - Aquella pregunta tenía una curiosidad bastante notoría, quería saber si para su amigo ella era lo suficientemente importante como para ser mencionada a su prima. Se encogió de hombros, Doreen siempre tenía ese detalle de ser algo o más bien bastante pesimista ya que su vida no había sido la mejor de todas, ya que su vida había sido restricciones, penas y dolores, por eso descartó la idea de poder ser mencionada. - Lamento la pregunta - La rubia soltó una risa corta y traviesa que más que nada era ocasionada por los nervios que por todo lo demás. - No tienes que contestar algo tan evidente, mejor dime ¿Cómo es que viven? ¿Cómo lo manejan? - Aquellas preguntas tal vez tendrían una respuesta más rápida, lógica y no tan dolorosa como la primera, se pregunto si Galen la reconocería cuando estuviera en forma de lobo, se pregunto incluso si los lobos soñaban. Preugntas tontas y basicas pero que de verdad se necesitaba hacer para mantenerse un poco distraída necesitaba pensar en algo aunque fuera lo más tonto para poder tener los nervios calmados. Observó de nueva cuenta a Galen dormido y se sintió tranquila al ver la tranquilidad en sus ojos ¿Él la habría dañado como ese licantropo que casi le roba la vida? ¿Su amigo tendría aquel deseo por verla muerta? ¿Galen perdería el control al tenerla solos en un lugar sin protección ni custodios? Malditas inseguridades volvian a rondar su cabeza pero ahora las cuestiones no eran tan descabelladas, ahora las cuestiones eran un poco más realistas, un poco más reales.