Punto sin retorno [Priv.]

por **Lydia Sforza** Jue Mar 24, 2011 11:38 am

Tirada ahí en el piso en medio de la oscuridad tan densa que me franqueaba mis alrededores, trate de recuperar el dominio de mi misma. No era la primera vez que estaba al borde de la muerte, y para el camino en el transitaba debía tener claro que no sería la última. Sin embargo estas experiencias siempre dejan a uno en una posición de paranoia y terror sanguinarios, la sangre de Lucían en mis guantes no ayudaba…

La última vez que me había encontrado así, tenía a Jean a mi lado, consolándome con su presencia y con sus promesas, ahora no tenía nada salvo mi propia conciencia.

No sabía hace cuanto había partido mi sirviente, el tiempo se había difuminado en el silencio pero tenía el presentimiento que no tardaría. Como pude me puse de pie, teniendo las dificultades de un muñeco de madera, me acomode la capa que Lucian me había sujetado y me abrace a mí misma a causa del frio. Y mientras contemplaba el castillo distante, barajee mentalmente mis cartas. No podía regresar al castillo y refugiarme en mi jaula dorada como un pájaro herido, debía esperar a Evelyn. Darle una única oportunidad de demostrarme de lo que era capaz y ayudar a Lucian, donde quiera y en las condiciones que estuviera. Si las cosas salían bien, entonces Evelyn von Clevier iba a ser mi carta maestra.

Como invocada aparecieron mis cómplices, no sabía cómo debía verse mi cara pero por la expresión mortificada de Evelyn no debía ser muy encantadora ni positiva que digamos.La mire en silencio y luego, aparto un poco su mano le hice un ademan al cochero.

--- Ayúdanos --- ordene, con la voz acerada. Primero subió a Evelyn y seguidamente a mí. Sin añadir nada más cerré las puertas y tome asiento en el interior, no sabía exactamente como comenzar con esto---. Te necesito, Evelyn. Necesito que encuentres a la persona dueña de esta sangre --- Dije, extendiendo mi guante---. Si todo lo que me has dicho es cierto, puedes y debes hacerlo.

por **Evelyn von Clevier** Vie Abr 01, 2011 6:36 am

Un temor irracional se apoderó de mi cuerpo como si mil diablos tiraran del mismo degradandome a la categoría de títere, sí, eso es lo que era, un condenado títere del destino cuya única misión era recuperar la libertad a costa del don que se me había otorgado. El susodicho temor que poco a poco me iba haciendo presa se centraba en la figura de Dominique, mis ojos la contemplaban sin cesar en un intento de escudriñar qué diantres era aquello que tanto necesitaba de mí, pues no era habitual en ella mandarme a llamar de tal modo.
Me olbigué a mi misma a respirar hondo y relajarme, pues aquello era lo único que podía hacer por el momento y lo que me ayudaría a disipar las dudas con tal de ofrecerme la anhelada claridad que todo brujo necesitaba.

La voz de Dominique me liberó de mis divagaciones, aquel "ayúdanos" sonó tan desgarrador que por un instante me pareció oir la lacrimógena voz de los espíritus llorando de pena completamente conmovidos ante tal despliegue emocional.
Entonces, me adentré en el lugar indicado y tomé asiento cerca de Dominique alisandome las faldas con ambas manos, pese al temor no estaba dispuesta a perder la compostura.

-Le ayudaré, mi señora, no temáis por ello. En su día le dije que si en algún momento precisaba de mi don no dudaría en concederle mi tiempo.- Hice una breve pausa y examiné el guante que mi buena amiga me estaba mostrando. - No obstante, me será imposible ayudar si no me cuenta con todo lujo de detalles lo ocurrido, pese a poseer el don, cualquier tipo de ayuda será bienvenida y nos facilitaría las cosas.- Mientras aguardaba a que Dominique procediera a contarme su relato, comencé a examinar el guante como si esperara ver en él algún tipo de pista pese a desconocer la historia.

Off: Siento muchísimo la tardanza, he estado de examenes y me fue imposible retomar el rol. Mil perdones. D:

por **Lydia Sforza** Sáb Abr 02, 2011 6:22 pm

Dejando mis manos sobre mi falda, sujetaron la tela para evitar temblar. Con reverencia y la ternura de una madre Evelyn me atendió, dispuesta a ayudarme en todo con la única condición de que le relatara con detalles todo. Hice una mueca, el hecho de hablar ya de por si me era molesto, pero mas ahora lo era el estar hablando cuando cada segundo podía ser definitorio. Aspire una bocada de aire y asentí, no había otro remedio, no tenia muchas mas salidas.

--- Yo... suelo salir por las noches --- revele a media voz, pero no por ella menos autoritaria--- tengo unos negocios con un cazador que me lo meritan. Hoy era una de esas noches, y en vez de hacer lo que tenia que hacer me encontré con un viejo conocido... el portador de la sangre de mi guante, Lucian Greymark... --- Una persona mas que sabia mi secreto esa noche, aquello rompía con todos mis votos, con todas mis prevenciones. La situación parecía irse me de las manos, algo que no podía tolerar--- Platicamos y cuando estaba apunto de dejarme en este coche para regresar alguien nos ataco... los disparos del sicario me apuntaban a mi, era a mi quien buscaba... y Lucian como pudo me hizo subir al coche y huir, el estaba herido y se quedo a perseguir al atacante...

No sabia que mas añadir, aunque sentía que debía hacerlo.

por **Evelyn von Clevier** Lun Abr 25, 2011 8:51 am

Pese a que la situación me escandalizaba en gran medida, luché por mantener la compostura, y de hecho lo hubiera logrado de no ser porque estabamos hablando del peligro que corría la vida de aquella amiga mía de la infancia. Tragué saliva y escuché con atención todos y cada uno de los detalles de su relato con el fin de hallar una conexión coherente entre los sucesos citados.

-De acuerdo, si lo que desea es hallar al portador de esa sangre, es menester que me conduzca a un lugar seguro y alejado de miradas indiscretas, pues para hacer gala de mis dotes adivinatorias a parte de realizar un pequeño ritual para alejar presencias negativas es conveniente que nadie nos vea, pues nos enviarían a la hoguera y no es deseo de ninguna de las dos morir abrasadas.- Dije con calma y profunda seriedad, de algún modo me inquietaba el hecho de que todo se sucediese de forma tan extraña.

-Dominique... ¿Tiene usted consciencia de quien querría matarla? Podría ser un dato significativo para también hallar al culpable.-

por **Lydia Sforza** Miér Abr 27, 2011 2:03 am

“Alejar presencias negativas” Antes claro, tendría que alejarme a mi, pero lo veía algo complicado. Aspire una bocanada de aire mas y asentí, debía mantenerme con el mentón en alto y la mirada firme, debía dirigir la modulación tensa de mi voz para que no temblara, debió… debía… ¡Maldita sea! Ya ni siquiera lo sabía. Evelyn me miraba con un terror y una dulzura que me recordaban a otros tantos ojos, parecía ser que toda persona importante en mi vida iba a mirarme así: Desde lo alto, con afecto y compasión maternal. Como si fuera una estúpida niña que necesitaba de cariño y protección.Sin decir mas pues era capaz de ponerme a gritar, asentí a Evelyn y me puse de pie, abriendo la carroza para observar al tembloroso chofer.

--- Llevamos cuanto a un lugar cercano, pero lo suficientemente inhóspito. Ahora. --- Cerré la puerta en su cara para que no se le ocurriera rebatirme el mandato y volví a tomar asiento, desviando la mirada de Evelyn para que no notara mi enfado o mi confusión. Cualquiera de los dos podía resultar peligroso a veces ---. No tengo idea, Evelyn. Podría ser solo un atentado a la corona, o quizás algo mas personal. Enemigos siempre sobran... De hecho --- La mire sutilmente de reojo, con la mascara de firmeza mejorando a cada segundo--- si todo sale bien con esta búsqueda, espero que tú misma me ayudes a averiguarlo.

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