AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Volviendo a casa [Soren]
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Volviendo a casa [Soren]
Recuerdo del primer mensaje :
Se sentó encima de aquella valija de diminutas dimensiones que mantenía guardada en el fondo de la parte inferior de su cama, repleta con polvo y telarañas la habia tenido que lavar una y otra vez hasta que el olor a humedad habia cedido y se había perfumado con un agradable aroma de madera y almendra. Apoyo todo su peso comenzando a cerrar el cierre, una labor difícil tenia que asegurar teniendo en cuenta las dimensiones del objeto, el tiempo que pasarían fuera y por ende la ropa que debía llevar. Además habia metido entre aquellas prendas los pocos, nulos y escasos objetos que había mantenido consigo desde su llegada de Rumania, quizás su padre los quería de vuelta y le parecía un descaro y desinterés total no llevarlos, aunque cavia la posibilidad de que regresase con ellos, porque iba a regresar o por lo menos eso esperaba.
Doblo las mangas de su camisa de lino blanca y acomodo sus cabellos con un rápido movimiento de muñeca. Observo lo que habia sido su vivienda por cuatro años y anoto en una diminuta hoja algunos recuerdos para Lit e indicaciones, porque aunque habia hablado ya con ella al respecto del viaje debía recordar que era una persona importante de su vida, a un lado de la hoja blanca y envidiable caligrafía yacía una diminuta bolsa de cuero con algunas monedas yacentes en su interior, las cuales, tintinearon en el sonido no de la codicia sino de la humildad al golpetear contra el mueble de madera vieja. Dinero suficiente para pagar el piso y la comida de un mese pues ganaba mucho más, y por mucho se refería aun a un mínimo, como cargador que como su verdadera vocación y anhelo.
Inspiro fuertemente para llenar sus pulmones con el aroma de aquel lugar y a su vuelta comenzaría a remodelarle, cambiaria la ventana rota y sellaría el agujero que se encontraba en el baño aunque ahora en épocas de escaso frio y venidero calor comenzaba a ser, mas que algo incomodo un defecto agradable –volveré- susurro con la maleta a cuestas y los brazos temblándole con suavidad. Cerro la puerta de la habitación andando por la galería hasta toparse con aquel amplio marco sellado con madera lijada que le habían colocado después del incidente con la joven bruja y los delincuentes que habían llegado hasta el primer piso de aquel edificio, pensó, y desde aquella ocasión no había vuelto a sufrir daños tan severos en aquel, y ahora, no tan frágil cuerpo.
-¡cuidado!- bramo ofuscado, dejando caer su maleta para apresurarse a ayudar a aquellos escualitos hombres que con perladas frentes y temblorosos brazos colocaban el inmenso ataúd sobre el carruaje que les llevaría a la estación, porque intentar llevarlo a cuestas seria un suicidio sin precedentes, los brazos se le caerían seguramente antes de llevar la mitad de la distancia recorrida aunque estaba ya acostumbrado a cargar aquello era, pues lo estaba comprobando ya, un objeto demasiado pesado.
Trepo al carruaje después de que el ataúd estuvo debidamente acomodado y no pudo evitar rozar con el dorso de su mano la tapa superior del mismo cuestionándose al respecto de la persona que yacía bajo aquella superficie, el mismo se había encargado que el ataúd estuviese completamente sellado quería, que aunque el ferrocarril se saliera de la vías y el ataúd cayese dentro del agua, que aun en aquel instante completamente fantasioso estuviese totalmente sellado, que su interior no se mojase y el ser que yacía dentro tampoco, pues se imagino los rayos del sol como el agua, sinuosa y flexible. Y si su interior se mojada con aquellos magníficos y amarillos…ni pensarlo.
El camino a la estación le resulto agobiantemente largo y se cuestiono a si mismo si el viaje a su natal seria igual de sofocador pues las ansias le carcomían por dentro y cada minuto en espera era un minuto de agonía que parecía jamás terminar y de asi hacerlo, vendría otro igual y a su espera un millón más de aquellos, como si no fuese suficiente preocuparse por el bienestar de su primo Vasile.
Y como si no fuese dueño de su propio cuerpo el tiempo de agonia que habia pasado dentro de la carreta era ahora contradictorio pues los minutos pasaron rapidos y la espera fue inexistente, de pronto, se encontraba viendo como subían su maleta y el ataúd en la parte trasera del coloso de metal en el cual viajaría, de pronto comprendió la magnitud de todo aquello y el agobio no se hizo esperar, desabotono su camisa moviendo sus manos sobre su rostro con rapidez, como si sufriese algun bochorno de aquellos que no conocía. Partirían en quince minutos y la mayoría de las personas aguardaban ya en el interior de aquella pesada estructura ¿habia ideado Soren la forma para lograr verse por las noches? Buscaría un lugar cercano a la parte trasera, eso era seguro.
Y de nuevo como si su cuerpo fuese controlado por alguien más recobraba la conciencia en uno de los tantos asiento, uno que le permitía observar a través de la ventanilla como el cielo de pintaba del color del arrebol, el fuego y el oro se fundían en una sola inmensidad y los cielos se tañían con el resonar del corazón de aquel invento del hombre ¿andaban ya o seguían varados? No lo sabia, lo único que sabia era que anhelaba ver por aquella misma ventana el castillo que le indicaría su llegada.
Se sentó encima de aquella valija de diminutas dimensiones que mantenía guardada en el fondo de la parte inferior de su cama, repleta con polvo y telarañas la habia tenido que lavar una y otra vez hasta que el olor a humedad habia cedido y se había perfumado con un agradable aroma de madera y almendra. Apoyo todo su peso comenzando a cerrar el cierre, una labor difícil tenia que asegurar teniendo en cuenta las dimensiones del objeto, el tiempo que pasarían fuera y por ende la ropa que debía llevar. Además habia metido entre aquellas prendas los pocos, nulos y escasos objetos que había mantenido consigo desde su llegada de Rumania, quizás su padre los quería de vuelta y le parecía un descaro y desinterés total no llevarlos, aunque cavia la posibilidad de que regresase con ellos, porque iba a regresar o por lo menos eso esperaba.
Doblo las mangas de su camisa de lino blanca y acomodo sus cabellos con un rápido movimiento de muñeca. Observo lo que habia sido su vivienda por cuatro años y anoto en una diminuta hoja algunos recuerdos para Lit e indicaciones, porque aunque habia hablado ya con ella al respecto del viaje debía recordar que era una persona importante de su vida, a un lado de la hoja blanca y envidiable caligrafía yacía una diminuta bolsa de cuero con algunas monedas yacentes en su interior, las cuales, tintinearon en el sonido no de la codicia sino de la humildad al golpetear contra el mueble de madera vieja. Dinero suficiente para pagar el piso y la comida de un mese pues ganaba mucho más, y por mucho se refería aun a un mínimo, como cargador que como su verdadera vocación y anhelo.
Inspiro fuertemente para llenar sus pulmones con el aroma de aquel lugar y a su vuelta comenzaría a remodelarle, cambiaria la ventana rota y sellaría el agujero que se encontraba en el baño aunque ahora en épocas de escaso frio y venidero calor comenzaba a ser, mas que algo incomodo un defecto agradable –volveré- susurro con la maleta a cuestas y los brazos temblándole con suavidad. Cerro la puerta de la habitación andando por la galería hasta toparse con aquel amplio marco sellado con madera lijada que le habían colocado después del incidente con la joven bruja y los delincuentes que habían llegado hasta el primer piso de aquel edificio, pensó, y desde aquella ocasión no había vuelto a sufrir daños tan severos en aquel, y ahora, no tan frágil cuerpo.
-¡cuidado!- bramo ofuscado, dejando caer su maleta para apresurarse a ayudar a aquellos escualitos hombres que con perladas frentes y temblorosos brazos colocaban el inmenso ataúd sobre el carruaje que les llevaría a la estación, porque intentar llevarlo a cuestas seria un suicidio sin precedentes, los brazos se le caerían seguramente antes de llevar la mitad de la distancia recorrida aunque estaba ya acostumbrado a cargar aquello era, pues lo estaba comprobando ya, un objeto demasiado pesado.
Trepo al carruaje después de que el ataúd estuvo debidamente acomodado y no pudo evitar rozar con el dorso de su mano la tapa superior del mismo cuestionándose al respecto de la persona que yacía bajo aquella superficie, el mismo se había encargado que el ataúd estuviese completamente sellado quería, que aunque el ferrocarril se saliera de la vías y el ataúd cayese dentro del agua, que aun en aquel instante completamente fantasioso estuviese totalmente sellado, que su interior no se mojase y el ser que yacía dentro tampoco, pues se imagino los rayos del sol como el agua, sinuosa y flexible. Y si su interior se mojada con aquellos magníficos y amarillos…ni pensarlo.
El camino a la estación le resulto agobiantemente largo y se cuestiono a si mismo si el viaje a su natal seria igual de sofocador pues las ansias le carcomían por dentro y cada minuto en espera era un minuto de agonía que parecía jamás terminar y de asi hacerlo, vendría otro igual y a su espera un millón más de aquellos, como si no fuese suficiente preocuparse por el bienestar de su primo Vasile.
Y como si no fuese dueño de su propio cuerpo el tiempo de agonia que habia pasado dentro de la carreta era ahora contradictorio pues los minutos pasaron rapidos y la espera fue inexistente, de pronto, se encontraba viendo como subían su maleta y el ataúd en la parte trasera del coloso de metal en el cual viajaría, de pronto comprendió la magnitud de todo aquello y el agobio no se hizo esperar, desabotono su camisa moviendo sus manos sobre su rostro con rapidez, como si sufriese algun bochorno de aquellos que no conocía. Partirían en quince minutos y la mayoría de las personas aguardaban ya en el interior de aquella pesada estructura ¿habia ideado Soren la forma para lograr verse por las noches? Buscaría un lugar cercano a la parte trasera, eso era seguro.
Y de nuevo como si su cuerpo fuese controlado por alguien más recobraba la conciencia en uno de los tantos asiento, uno que le permitía observar a través de la ventanilla como el cielo de pintaba del color del arrebol, el fuego y el oro se fundían en una sola inmensidad y los cielos se tañían con el resonar del corazón de aquel invento del hombre ¿andaban ya o seguían varados? No lo sabia, lo único que sabia era que anhelaba ver por aquella misma ventana el castillo que le indicaría su llegada.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 25/06/2010
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Re: Volviendo a casa [Soren]
La tela de la camisa que censuraba antes su torso se abría ahora con parsimonia, rozando los bordes de su pecho y resbalando sin caer por sus brazos, cerró los parpados cuando los labios del vampiro abordaron su cuerpo. Fruncía el ceño ladeando el rostro hasta casi tocar con su mentón su hombro derecho, sus labios entreabiertos permitían escapar su cálido aliento como si ahora por corazón llevase lenguas de fuego que como brazas ardiendo hacían evaporar su respiración calentando su pecho y mejillas.
El sonido de las ovejas le pareció ajeno y los movimientos del vagón inexistentes, las cajas bajo el eran solidas como tierra firme y sus ásperas manos intentaban aferrarse a ellas cuando lo único que lograba sujetar eran astillas y aire –de saberlo perdería algo de magia- susurro volteándole a ver con las manos apoyadas detrás de su espalda ¿necesitaba mencionar ya cual de los dos caballeros había ganado? Le parecía bastante obvio. Se inclino tanto como su cuerpo se lo permitió atrapando nuevamente aquellos labios como si en el acto pretendiese apoderarse de ellos. Bajo por su mejilla dejando un rastro de besos y humedad en su rostro, un rastro que le llevo a su cuello -¿Dónde has dicho que me vas a morder?- la pregunta afloro con tanta facilidad de sus labios y en el tiempo venidero nisiquiera se cuestiono al respecto porque prudencia se habia esfumado al igual que responsabilidad.
Ofreció sus muñecas y seguidamente su cuello terminando con la mirada fija en su pantalón, debatiéndose por el mejor sitio de todos señalo con su dedo índice algun punto de su abdomen -también por aquí pasa- rio por lo bajo acostándose completamente sobre las cajas de madera, con una mano sobre su pecho y la otra yaciente a un lado de su rostro, pegar su mejilla a la madera no era igual de satisfactorio que rozarla contra las sabanas de su cama, de modo que se limito a no hacerlo.
-hay muchas…pasan también por aquí- le indico tocando la parte trasera de su rodilla y de pronto se sintió como uno de aquellos pedestales en los que exhibían los mejores vinos o confites. Su mano habia viajado inconscientemente de su pecho a su cuello, el cual sujetaba con cierta firmeza –a veces las siento también en mi pie- rio por lo bajo volteándole a ver.
El sonido de las ovejas le pareció ajeno y los movimientos del vagón inexistentes, las cajas bajo el eran solidas como tierra firme y sus ásperas manos intentaban aferrarse a ellas cuando lo único que lograba sujetar eran astillas y aire –de saberlo perdería algo de magia- susurro volteándole a ver con las manos apoyadas detrás de su espalda ¿necesitaba mencionar ya cual de los dos caballeros había ganado? Le parecía bastante obvio. Se inclino tanto como su cuerpo se lo permitió atrapando nuevamente aquellos labios como si en el acto pretendiese apoderarse de ellos. Bajo por su mejilla dejando un rastro de besos y humedad en su rostro, un rastro que le llevo a su cuello -¿Dónde has dicho que me vas a morder?- la pregunta afloro con tanta facilidad de sus labios y en el tiempo venidero nisiquiera se cuestiono al respecto porque prudencia se habia esfumado al igual que responsabilidad.
Ofreció sus muñecas y seguidamente su cuello terminando con la mirada fija en su pantalón, debatiéndose por el mejor sitio de todos señalo con su dedo índice algun punto de su abdomen -también por aquí pasa- rio por lo bajo acostándose completamente sobre las cajas de madera, con una mano sobre su pecho y la otra yaciente a un lado de su rostro, pegar su mejilla a la madera no era igual de satisfactorio que rozarla contra las sabanas de su cama, de modo que se limito a no hacerlo.
-hay muchas…pasan también por aquí- le indico tocando la parte trasera de su rodilla y de pronto se sintió como uno de aquellos pedestales en los que exhibían los mejores vinos o confites. Su mano habia viajado inconscientemente de su pecho a su cuello, el cual sujetaba con cierta firmeza –a veces las siento también en mi pie- rio por lo bajo volteándole a ver.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 25/06/2010
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Re: Volviendo a casa [Soren]
Correspondió el beso que el chico le dio al inclinarse y la pregunta le envió un escalofrío por todo el cuerpo. Tembló ligeramente mientras le observaba hablar tan descaradamente sobre el lugar donde lo mordería. Si hubiera tenido un corazón vivo se habría acelerado como el mismisimo tren, si hubiera podido respirar, se habría agitado como un corredor olímpico, el vampiro se levantó un poco y se inclinó sobre Anuar que acababa de recostarse en las cajas.
-Estás...bastante alegre ¿no? - Comentó apoyándose como pudo sin caerse sobre él y las cajas crujieron con su peso - ¿De verdad puedo morder donde yo quiera? - Preguntó con voz juguetona, le parecía extraño que Anuar hubiese dicho algo así , generalmente era un chico serio y parco, poco expresivo se atrevía a decir, a veces inclusive no decía nada y Soren debía adivinar lo que estaba pensando e interpretar sus silencios para continuar la conversación.
¿Sería acaso por el vino que había bebido? No habían sido muchas copas, le parecía que apenas dos, entonces la tolerancia del chico al alcohol era muy pequeña, no como Gerard que casi podía beber a la par con él y eso que él era un vampiro y el alcohol no le afectaba rió suavemente contemplando el bocadillo que estaba a punto de comer – ¿Que me dices de ti? ¿Quieres morderme también? - Le ofreció con una risita – Creo recordar que... mi sangre te gustó bastante...¿verdad? -
El vampiro se inclinó para besar una vez más el torso de Anuar, la musculatura era completamente otra historia, fornida, dura y mucho más marcada, nunca se cansaría de descubrir ese cuerpo, pues cada vez era una experiencia distinta, su lengua dibujó y contorneó sus pectorales y luego mordisqueó el área también, los colmillos apenas si hacían presión sobre la piel del chico, no lo suficientemente fuerte como para romper la piel.
-Estás...bastante alegre ¿no? - Comentó apoyándose como pudo sin caerse sobre él y las cajas crujieron con su peso - ¿De verdad puedo morder donde yo quiera? - Preguntó con voz juguetona, le parecía extraño que Anuar hubiese dicho algo así , generalmente era un chico serio y parco, poco expresivo se atrevía a decir, a veces inclusive no decía nada y Soren debía adivinar lo que estaba pensando e interpretar sus silencios para continuar la conversación.
¿Sería acaso por el vino que había bebido? No habían sido muchas copas, le parecía que apenas dos, entonces la tolerancia del chico al alcohol era muy pequeña, no como Gerard que casi podía beber a la par con él y eso que él era un vampiro y el alcohol no le afectaba rió suavemente contemplando el bocadillo que estaba a punto de comer – ¿Que me dices de ti? ¿Quieres morderme también? - Le ofreció con una risita – Creo recordar que... mi sangre te gustó bastante...¿verdad? -
El vampiro se inclinó para besar una vez más el torso de Anuar, la musculatura era completamente otra historia, fornida, dura y mucho más marcada, nunca se cansaría de descubrir ese cuerpo, pues cada vez era una experiencia distinta, su lengua dibujó y contorneó sus pectorales y luego mordisqueó el área también, los colmillos apenas si hacían presión sobre la piel del chico, no lo suficientemente fuerte como para romper la piel.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Volviendo a casa [Soren]
-¿alegre?...no, no demasiado- pensó negando con tranquilidad, sintiendo como la madera rozaba su cráneo dolorosamente y sin embargo sin llegar a lastimarlo realmente, como un golpe que no deja hematoma y pero logra adormecer el musculo por lapsos prolongados de tiempo –casi…- susurro contrayendo las rodillas hasta que las suelas de sus zapatos quedaron apoyadas sobre las cajas, si estas se rompían terminarían cayendo encima de un montón de papas y no estaba seguro si amortiguarían el golpe o solo asentarían los dolores pues si bien su peso podría o no aplastarlas podían también enterrarse en su piel sin lacerar.
-es como…es como el vino pero mejor…¡es tu!- era el en toda su esencia y palabras, Soren con cada letra de su nombre, cada una de ellas resonaba en su paladar con suculencia y un dulzón inusual, un sabor que la sangre no debía poseer se encontraba latente en la de el. Habia probado su propia sangre, y no porque fuese alguna clase de degenerado con trastornos psicológicos o porque tuviese delirios vampíricos, la habia probado por aquellas veces en que uno intenta detener el sangrado con los labios y el sabor salado y metálico habia retumbado en su paladar como un recordatorio de lo que no debía hacer. Más con la sangre de Soren era diferente, el único registro en sus recuerdos era el de la exquisitez y el éxtasis.
-eso seria absurdo- asevero con la tranquilidad que un ebrio no podia poseer –que me guste o no no es la cuestión, para lo que debo decir que si, me encanto, sin embargo ¿de que serviría entonces? Si la sangre que yo te otorgue me la vas a regresar y terminaras con sed nuevamente y entonces deberás tomar el doble de porción- intento explicarle con ayuda de sus dedos más su mano viajo frenética hasta su rostro, para situarse sobre sus labios en lo que más se asimilo a un bofetón o fuerte golpe.
Sus rodillas se oprimieron contra los costados del vampiro, sus parpados se cerraban con fiereza y sus manos cubrían sus labios reprimiendo asi cualquier gemido, grito o muestra alguna de satisfacción y deseo. Acomodo sus caderas al sentir el pantalón oponiendo resistencia a estirarse –no es bueno jugar antes de comer- soltó de pronto acariciando con la mirada la cabeza del vampiro.
-es como…es como el vino pero mejor…¡es tu!- era el en toda su esencia y palabras, Soren con cada letra de su nombre, cada una de ellas resonaba en su paladar con suculencia y un dulzón inusual, un sabor que la sangre no debía poseer se encontraba latente en la de el. Habia probado su propia sangre, y no porque fuese alguna clase de degenerado con trastornos psicológicos o porque tuviese delirios vampíricos, la habia probado por aquellas veces en que uno intenta detener el sangrado con los labios y el sabor salado y metálico habia retumbado en su paladar como un recordatorio de lo que no debía hacer. Más con la sangre de Soren era diferente, el único registro en sus recuerdos era el de la exquisitez y el éxtasis.
-eso seria absurdo- asevero con la tranquilidad que un ebrio no podia poseer –que me guste o no no es la cuestión, para lo que debo decir que si, me encanto, sin embargo ¿de que serviría entonces? Si la sangre que yo te otorgue me la vas a regresar y terminaras con sed nuevamente y entonces deberás tomar el doble de porción- intento explicarle con ayuda de sus dedos más su mano viajo frenética hasta su rostro, para situarse sobre sus labios en lo que más se asimilo a un bofetón o fuerte golpe.
Sus rodillas se oprimieron contra los costados del vampiro, sus parpados se cerraban con fiereza y sus manos cubrían sus labios reprimiendo asi cualquier gemido, grito o muestra alguna de satisfacción y deseo. Acomodo sus caderas al sentir el pantalón oponiendo resistencia a estirarse –no es bueno jugar antes de comer- soltó de pronto acariciando con la mirada la cabeza del vampiro.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Volviendo a casa [Soren]
- Lo comprendes perfectamente - Exclamó sorprendo por la respuesta de Anuar - Cuando bebo de ti, no es sólo alimento, cuando bebo de ti, eres tú y todo lo que representas lo que entra en mi cuerpo - Le explicó, recordaba haber sentido esa mágica conexión aquella noche que bebió de él por primera vez en el consultorio de Erkki. Aquella noche por supuesto, no sentía nada por él, bueno, si sentía el deseo ocasionado por la sed, pero no un sentimiento. Sin embargo la conexión había estado allí, desde el momento en que su deliciosa sangre había entrado en su organismo. La cuestión era que en ese momento no podría haberlo entendido. Sólo ahora luego de tantas cosas juntos, podía entender esa sensación y aceptarlo sin miedo.
- No seas exagerado... no voy a darte un litro de mi sangre, es sólo un poquito - Susurró, alternado sus palabras con los besos que daba en su pecho - Pero ahora que estamos viajando, me preocupa perderte de vista o que te pase algo, si renovamos el vínculo, será más seguro - Y era increíble que en un momento como ese de pasión desenfrenada, estuviera pensando en cosas como su seguridad y en las posibilidades que le deparaba el futuro, pero no podía evitarlo, cuando algo tenía que ver con cuidar a Anuar, su cerebro siempre estaba dispuesto a pensar coherentemente.
El vampiro notó como Anuar se llevaba las manos a la boca para evitar que algún ruido escapara, se deleitó con su expresión y con todos esos sonidos que para oídos ajenos serían inexistentes, pero que para él eran claros y audibles, su respiración y sus suspiros. Entusiasmado desabotonó el pantalón y lo bajó hasta los mulsos, contempló por unos instantes, la entre pierna del humano y reprimió el impulso de acariciarlo hasta hacerle enloquecer.
La cabeza de Soren se perdió entonces entre sus muslos su frío aliento como una ráfaga de invierno rozó la piel de la ingle, los labios se cerraron sobre el área y la mordisqueó primero con suavidad, como intentando prepararlo para lo que vendría después, sus manos temblaban mientras sostenía los muslos y entonces le mordió, un mordisco certero que agarró la vena femoral y el torrente de sangre se deslizo fácil y espeso hacía su garganta. Tuvo que cerrar los ojos, porque o sino las pupilas se le saldrían de sus órbitas, tuvo que aferrarse con las uñas a la piel o de lo contrario caería a un vacío inexistente que sólo existía en su mente...
- No seas exagerado... no voy a darte un litro de mi sangre, es sólo un poquito - Susurró, alternado sus palabras con los besos que daba en su pecho - Pero ahora que estamos viajando, me preocupa perderte de vista o que te pase algo, si renovamos el vínculo, será más seguro - Y era increíble que en un momento como ese de pasión desenfrenada, estuviera pensando en cosas como su seguridad y en las posibilidades que le deparaba el futuro, pero no podía evitarlo, cuando algo tenía que ver con cuidar a Anuar, su cerebro siempre estaba dispuesto a pensar coherentemente.
El vampiro notó como Anuar se llevaba las manos a la boca para evitar que algún ruido escapara, se deleitó con su expresión y con todos esos sonidos que para oídos ajenos serían inexistentes, pero que para él eran claros y audibles, su respiración y sus suspiros. Entusiasmado desabotonó el pantalón y lo bajó hasta los mulsos, contempló por unos instantes, la entre pierna del humano y reprimió el impulso de acariciarlo hasta hacerle enloquecer.
La cabeza de Soren se perdió entonces entre sus muslos su frío aliento como una ráfaga de invierno rozó la piel de la ingle, los labios se cerraron sobre el área y la mordisqueó primero con suavidad, como intentando prepararlo para lo que vendría después, sus manos temblaban mientras sostenía los muslos y entonces le mordió, un mordisco certero que agarró la vena femoral y el torrente de sangre se deslizo fácil y espeso hacía su garganta. Tuvo que cerrar los ojos, porque o sino las pupilas se le saldrían de sus órbitas, tuvo que aferrarse con las uñas a la piel o de lo contrario caería a un vacío inexistente que sólo existía en su mente...
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Volviendo a casa [Soren]
Tembló conforme su pantalón resbalaba por sus piernas dejando las mismas al descubierto, en aquella parte superior seguían siendo de la tonalidad lechosa de en antaño. Apretó sus labios cuando los colmillos perforaron su piel y por poco e introducía sus manos en su boca por la fuerza con la cual oprimía.
Tenso su espalda teniendo como primer y único reflejo cerrar las piernas, su estomago se contraía con pronunciados espasmos que hacían vibrar su cuerpo entero como en alguna especie de convulsión. Sus manos viajaron de su rostro al cabello del vampiro, del cual se aferraron acariciándole con suavidad y tirando de el. El oleaje de placer que tenia por epicentro aquella zona recorría su cuerpo entero haciéndole temblar como una hoja al viento sin soporte alguno.
-S…Soren- pronuncio con el rostro completamente deformado por el gesto de complacencia que exhibía su rostro, sus labios entreabiertos exhalando solo cálido aire, sus mejillas encendidas y los parpados apretados, sintió que su cuerpo se despegaba del suelo y se elevaba hasta las nubes y más alla, era ahora liviano y capaz de surcar los mares, llegar a las profundidades y rozar las estrellas y la luna.
Cubrió con una de sus manos su creciente hombría, incapaz de esconderla de cualquier otra manera –para, para…para- repitió comenzando a respirar apresuradamente, se sento de pronto y con brusquedad tirando nuevamente de sus cabellos y su rostro –detente, detente- le rogo con las mejillas contraídas hasta casi desaparecer contra su parpado, sus piernas se sacudían como movidas por corrientes eléctricas y su rostro entero se teñia de rojo escarlata.
Sentía que no podía, sentía que debía detenerlo, que absurdo y que simple correrse por una mordida. Como si nunca antes me hubiese mordido ya, sentía que me moría de placer y vergüenza a la par.
Tenso su espalda teniendo como primer y único reflejo cerrar las piernas, su estomago se contraía con pronunciados espasmos que hacían vibrar su cuerpo entero como en alguna especie de convulsión. Sus manos viajaron de su rostro al cabello del vampiro, del cual se aferraron acariciándole con suavidad y tirando de el. El oleaje de placer que tenia por epicentro aquella zona recorría su cuerpo entero haciéndole temblar como una hoja al viento sin soporte alguno.
-S…Soren- pronuncio con el rostro completamente deformado por el gesto de complacencia que exhibía su rostro, sus labios entreabiertos exhalando solo cálido aire, sus mejillas encendidas y los parpados apretados, sintió que su cuerpo se despegaba del suelo y se elevaba hasta las nubes y más alla, era ahora liviano y capaz de surcar los mares, llegar a las profundidades y rozar las estrellas y la luna.
Cubrió con una de sus manos su creciente hombría, incapaz de esconderla de cualquier otra manera –para, para…para- repitió comenzando a respirar apresuradamente, se sento de pronto y con brusquedad tirando nuevamente de sus cabellos y su rostro –detente, detente- le rogo con las mejillas contraídas hasta casi desaparecer contra su parpado, sus piernas se sacudían como movidas por corrientes eléctricas y su rostro entero se teñia de rojo escarlata.
Sentía que no podía, sentía que debía detenerlo, que absurdo y que simple correrse por una mordida. Como si nunca antes me hubiese mordido ya, sentía que me moría de placer y vergüenza a la par.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Volviendo a casa [Soren]
El primer trago lo envió al infierno, a pesar de que su sabor no era tan dulce como el de antaño, cuando le había profanado su castidad, morder a Anuar siempre implicaba mucho más que el mero acto de beber sangre, de hecho y aunque beber le produjera placer, Soren lo veía más como el tipo de placer que uno siente cuando bebe y está sediento o cuando se come cuando se lleva todo el día en ayunas, no un placer sexual, no una sensación que lo enviara al otro mundo.
Por supuesto con Anuar era otra cosa distinta, no era lo mismo que beber de algún anciano pescador en un oscuro puerto, Anuar era su pintor, le deseaba no sólo física, sino también mental y espiritualmente, por lo que beber de él era mágia pura. El segundo trago lo mantuvo entonces en un climax agradable en el que el sabor se extendía por su garganta y posteriormente por todo el cuerpo aliviándolo todo y quizo quedarse así para siempre, únido a él de aquella extraña manera.
Soren estaba consciente, quizás más consciente de lo que debería estar, llevaba muchos años bebiendo sangre humana y sabía cuando parar. Al comienzo de su vida vampirica, cuando no podía controlar sus impulsos, había llevado al borde y a la muerte misma a todas sus victimas, por la incapacidad e detenerse luego de unos cuantos sorbos, pero con el tiempo, Soren había aprendido a calcular, cuanto podía beber sin provocarle al humano un desmayo o algún tipo de enfermedad.
Por eso le sorprendió escuchar a Anuar pidiéndole que se detuviera, cuando él apenas si había comenzado ¿Le dolía mucho? Fue lo que se le ocurrió, sus colmillos debían estar ocacionándole un agudo dolor, como un par de agujas o delgados puñales de marfil. Luchó mentalmente con el deseo de dar otro sorbo, porque sabía que dos tragos eran poco y él podría resistir hasta 10, el cuerpo humano tenía mucha sangre para ofrecer sin que se pusiera en peligro la vida.
Anuar está sufriéndo, ¡suéltalo!
Le dijo una voz en su mente y el vampiro no pudo separarse así tan fácil, por lo que se dio otro trago, el que tristemente sería el último, abrió los ojos buscando encontrar el dolor en el rostro de Anuar y así tener el valor de detenerse, pero lo que encontró fue completamente distinto, conocía ya esa expresión y sabía muy bien que la provocaba. Sin pensarlo dos veces, succionó con sus labios y bebió su cuarto trago, facinado con la idea de que, ese acto estuviera produciéndole placer. Lamió la herida sin separar los labios de la piel, como si osara con su lengua penetrar la carne, no se detuvo, por supuesto que no, era más el morbo y la curiosidad de saber el resultado de esa extraña reacción, que su propia consciencia de lo que era correcto.
(( *-* this make my day!))
Por supuesto con Anuar era otra cosa distinta, no era lo mismo que beber de algún anciano pescador en un oscuro puerto, Anuar era su pintor, le deseaba no sólo física, sino también mental y espiritualmente, por lo que beber de él era mágia pura. El segundo trago lo mantuvo entonces en un climax agradable en el que el sabor se extendía por su garganta y posteriormente por todo el cuerpo aliviándolo todo y quizo quedarse así para siempre, únido a él de aquella extraña manera.
Soren estaba consciente, quizás más consciente de lo que debería estar, llevaba muchos años bebiendo sangre humana y sabía cuando parar. Al comienzo de su vida vampirica, cuando no podía controlar sus impulsos, había llevado al borde y a la muerte misma a todas sus victimas, por la incapacidad e detenerse luego de unos cuantos sorbos, pero con el tiempo, Soren había aprendido a calcular, cuanto podía beber sin provocarle al humano un desmayo o algún tipo de enfermedad.
Por eso le sorprendió escuchar a Anuar pidiéndole que se detuviera, cuando él apenas si había comenzado ¿Le dolía mucho? Fue lo que se le ocurrió, sus colmillos debían estar ocacionándole un agudo dolor, como un par de agujas o delgados puñales de marfil. Luchó mentalmente con el deseo de dar otro sorbo, porque sabía que dos tragos eran poco y él podría resistir hasta 10, el cuerpo humano tenía mucha sangre para ofrecer sin que se pusiera en peligro la vida.
Anuar está sufriéndo, ¡suéltalo!
Le dijo una voz en su mente y el vampiro no pudo separarse así tan fácil, por lo que se dio otro trago, el que tristemente sería el último, abrió los ojos buscando encontrar el dolor en el rostro de Anuar y así tener el valor de detenerse, pero lo que encontró fue completamente distinto, conocía ya esa expresión y sabía muy bien que la provocaba. Sin pensarlo dos veces, succionó con sus labios y bebió su cuarto trago, facinado con la idea de que, ese acto estuviera produciéndole placer. Lamió la herida sin separar los labios de la piel, como si osara con su lengua penetrar la carne, no se detuvo, por supuesto que no, era más el morbo y la curiosidad de saber el resultado de esa extraña reacción, que su propia consciencia de lo que era correcto.
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Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Volviendo a casa [Soren]
Sus manos se hundieron sin delicadeza y con fuerza en los cabellos de trigo maduro del vampiro, se enredaron en el mismo tirando de este, pretendiendo realmente alejar sus colmillos de su cuerpo. Encorvo su espalda hasta que su cuerpo cubrió casi por completo el del vampiro –no puedo- susurro girando el rostro en todas direcciones, revolviéndole los dorados cabellos, masticando su labio inferior al grado de lacerarlo y arrancar por completo la primera capa de piel.
Se dejo caer hacia atrás nuevamente, esta vez sin cuidado alguno, su espalda golpeo contra las cajas rechinando contra el peso, su cabeza azoto solo después de su espalda y sus brazos quedaron sobre su rostro, embargado por la pena y la indecisión. Rodeo con sus piernas el rostro del vampiro, sus pies terminaban en punta y su vientre seguía con aquellos inusuales espasmos que le obligan a tensar y relajar los músculos –ya no puedo- repitió intentando sujetarse a la inexistente sabana de aquella caja no por menos áspera.
Estaba encima de un campo de verdes flores y aquella caja a la que habíamos ido a dar en la parte trasera del tren, aquel coloso de metal que no llevaría a mi pasado, el lugar con el que tanto esfuerzo habia intentado olvidar más ahora comprendía que las cosas que uno pretende más dejar atrás nos persiguen cual fantasma impertinente, memorias que con cincel y martillo quedaban guardadas en nuestras pupilas. Recordaba aun con claridad la primera mordida, la sensación no habia sido igual a la que ahora tenia lugar, el placer que no habia amenazado con dejarle al borde del abismo.
Pero ahora, estábamos en un campo, un mar de plastas verdes y coloridas, el aire olia a polen y frescura y el sol resplandecía hermoso sobre nuestras cabezas…¿un sol? Entre sueños me abalance sobre mi vampiro cubriéndolo con mis fornidos brazos y ancha espalda, porque ahora no era solo más alto sino mas ancho que el -¿te ha hecho daño?- le cuestione en voz baja pero mi voz resonó solo en mi cabeza y mis mundos apócrifos de quimeras y epitafios. Su sonrisa perfecta, sin marca alguna de prominentes caninos o piel lacerada por el sol, me obligo a regresar a la realidad, porque mi vampiro se desharía entre mis brazos en presencia del astro rey y ese aspecto no podia pasar desapercibido inclusive en un sueño como aquel.
Su mano rebusco algo de donde sujetarse y por fin encontró la mano del vampiro sobre su muslo, la arranco, prácticamente de aquella zona entrelazándola con sus dedos y oprimiendo con tal fuerza que, de ser un humano usual seguramente sus dedos se encontrarían ya apilados verticalmente. Contrajo la respiración cesando de moverse, a excepción de esporádicos movimientos en sus piernas, no abrió los parpados porque no podía concebir lo que acababa de ocurrir, no habia necesitado siquiera de caricias -lo lamento- susurro con el rostro compungido, porque la sensación de placer se habia esfumado para dar paso a la culpa que no era suya.
Comencé a ver chispas de colores dentro de mis ojos, aquel mar de tranquilidad y plenitud que iban acompañados de un gesto no demasiado agradable, sentía la entrepierna húmeda y la sensación solo me hizo desear desaparecer, era consciente de los movimientos que hacia mi cuerpo y sin embargo no los podia reprimir o controlar –lo lamento- susurre sin abrir los parpados, porque no podia dejarlo ver a través de unos ojos de pecador, le estaba haciendo un favor.
Se dejo caer hacia atrás nuevamente, esta vez sin cuidado alguno, su espalda golpeo contra las cajas rechinando contra el peso, su cabeza azoto solo después de su espalda y sus brazos quedaron sobre su rostro, embargado por la pena y la indecisión. Rodeo con sus piernas el rostro del vampiro, sus pies terminaban en punta y su vientre seguía con aquellos inusuales espasmos que le obligan a tensar y relajar los músculos –ya no puedo- repitió intentando sujetarse a la inexistente sabana de aquella caja no por menos áspera.
Estaba encima de un campo de verdes flores y aquella caja a la que habíamos ido a dar en la parte trasera del tren, aquel coloso de metal que no llevaría a mi pasado, el lugar con el que tanto esfuerzo habia intentado olvidar más ahora comprendía que las cosas que uno pretende más dejar atrás nos persiguen cual fantasma impertinente, memorias que con cincel y martillo quedaban guardadas en nuestras pupilas. Recordaba aun con claridad la primera mordida, la sensación no habia sido igual a la que ahora tenia lugar, el placer que no habia amenazado con dejarle al borde del abismo.
Pero ahora, estábamos en un campo, un mar de plastas verdes y coloridas, el aire olia a polen y frescura y el sol resplandecía hermoso sobre nuestras cabezas…¿un sol? Entre sueños me abalance sobre mi vampiro cubriéndolo con mis fornidos brazos y ancha espalda, porque ahora no era solo más alto sino mas ancho que el -¿te ha hecho daño?- le cuestione en voz baja pero mi voz resonó solo en mi cabeza y mis mundos apócrifos de quimeras y epitafios. Su sonrisa perfecta, sin marca alguna de prominentes caninos o piel lacerada por el sol, me obligo a regresar a la realidad, porque mi vampiro se desharía entre mis brazos en presencia del astro rey y ese aspecto no podia pasar desapercibido inclusive en un sueño como aquel.
Su mano rebusco algo de donde sujetarse y por fin encontró la mano del vampiro sobre su muslo, la arranco, prácticamente de aquella zona entrelazándola con sus dedos y oprimiendo con tal fuerza que, de ser un humano usual seguramente sus dedos se encontrarían ya apilados verticalmente. Contrajo la respiración cesando de moverse, a excepción de esporádicos movimientos en sus piernas, no abrió los parpados porque no podía concebir lo que acababa de ocurrir, no habia necesitado siquiera de caricias -lo lamento- susurro con el rostro compungido, porque la sensación de placer se habia esfumado para dar paso a la culpa que no era suya.
Comencé a ver chispas de colores dentro de mis ojos, aquel mar de tranquilidad y plenitud que iban acompañados de un gesto no demasiado agradable, sentía la entrepierna húmeda y la sensación solo me hizo desear desaparecer, era consciente de los movimientos que hacia mi cuerpo y sin embargo no los podia reprimir o controlar –lo lamento- susurre sin abrir los parpados, porque no podia dejarlo ver a través de unos ojos de pecador, le estaba haciendo un favor.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Volviendo a casa [Soren]
El cuarto había sido el último sorbo que había dado a su sangre, el último era siempre el mejor, al igual que el primero, le daba la impresión de que su efecto era mucho más intenso. Sin perderse un minuto de aquella sinfonía de susurros y respiros, el vampiro contempló anonadado lo que provocaban sus labios ¿O eran sus colmillos?. Dejó de beber cuando el cuerpo de Anuar se arqueó en un espasmo enérgico y cayó de espaldas sobre las cajas, inclusive temió que se hubiera golpeado demasiado fuerte con el impulso.
Entonces Soren comprendió que se trataba de un orgasmo de verdad, que le había hecho correr sólo con morderlo. Sintió entonces la humedad sobre su mejilla y entonces notó que por la cercanía había resultado bañado por la semilla de Anuar y ahora se sentía tibia y pegajosa.
Lo siguiente fue extraño, pues sintió como el deseo aumentaba y aumentaba amenazando por consumirlo y destruirlo entero, pero al mismo tiempo, le hizo gracia que hubiera resultado untado por accidente. Lamió la herida para que esta se cerrara más rápido, pues dentro de las muchas facultades de su raza, estaba la capacidad de cerrar heridas con la saliva, aunque no borrar las cicatrices. Detuvo la hemorragia y besó la piel suavemente, antes de sacar su rostro de allì.
Me has salpicado – Murmuró llevándose una mano a la mejilla para limpiarse, una risita afloró de sus labios, no era burla, era autentica gracia gracias a la sorpresa – Eso fue muy sexy – Confesó y entonces fue cuando sintió los efectos del alcohol en su organismo, de repente se sintió más liviano y mucho más poderoso, capaz de mover el cielo y la tierra, capaz de volar por los aires.
Agarró a Anuar por las caderas y lo atrajo contra si mismo, buscando sus labios entre risitas tontas – Eres demasiado sexy – Murmuró y se encontró con que la palabra 'sexy' (que bajo ningún otra circustancia se habría atrevido a pronunciar) ahora le salía de lo más fácil – Me encanta esa carita que pones... - Agregó besándole los labios.
Quien lo escuchase pensaría que no era él, que ese Soren no habría dicho tales cosas, pero el alcohol del vino estaba en su sistema ahora y apenas si era consciente de la mitad de lo que hacía. Soren se separó un poco y se mordió el labio inferior haciéndo presión con sus colmillos, dos finas cortadas se abrieron en su labio y la sangre no tardó en brotar de allí, se inclinó hacía el humano una vez más y atrapó sus labios con los suyos...
Entonces Soren comprendió que se trataba de un orgasmo de verdad, que le había hecho correr sólo con morderlo. Sintió entonces la humedad sobre su mejilla y entonces notó que por la cercanía había resultado bañado por la semilla de Anuar y ahora se sentía tibia y pegajosa.
Lo siguiente fue extraño, pues sintió como el deseo aumentaba y aumentaba amenazando por consumirlo y destruirlo entero, pero al mismo tiempo, le hizo gracia que hubiera resultado untado por accidente. Lamió la herida para que esta se cerrara más rápido, pues dentro de las muchas facultades de su raza, estaba la capacidad de cerrar heridas con la saliva, aunque no borrar las cicatrices. Detuvo la hemorragia y besó la piel suavemente, antes de sacar su rostro de allì.
Me has salpicado – Murmuró llevándose una mano a la mejilla para limpiarse, una risita afloró de sus labios, no era burla, era autentica gracia gracias a la sorpresa – Eso fue muy sexy – Confesó y entonces fue cuando sintió los efectos del alcohol en su organismo, de repente se sintió más liviano y mucho más poderoso, capaz de mover el cielo y la tierra, capaz de volar por los aires.
Agarró a Anuar por las caderas y lo atrajo contra si mismo, buscando sus labios entre risitas tontas – Eres demasiado sexy – Murmuró y se encontró con que la palabra 'sexy' (que bajo ningún otra circustancia se habría atrevido a pronunciar) ahora le salía de lo más fácil – Me encanta esa carita que pones... - Agregó besándole los labios.
Quien lo escuchase pensaría que no era él, que ese Soren no habría dicho tales cosas, pero el alcohol del vino estaba en su sistema ahora y apenas si era consciente de la mitad de lo que hacía. Soren se separó un poco y se mordió el labio inferior haciéndo presión con sus colmillos, dos finas cortadas se abrieron en su labio y la sangre no tardó en brotar de allí, se inclinó hacía el humano una vez más y atrapó sus labios con los suyos...
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Volviendo a casa [Soren]
Quiso ser tan diminuto para caber entre las hendiduras de la caja, desaparecer entre las papas y quizás con suerte asfixiarse en las yucas y terminar flotando en el almuerzo de alguien. Quiso ser tan blanco que su color fuese invisible aun a los ojos expertos y conocedores del vampiro, deseo con toda su alma se devorado por la obscuridad y perderse como los querubines en un batir de alas que en ese lugar seria un soplo inhumano proveniente de ningun lugar que como vestigio de existencia dejaría solo un halo de virutas luminosas que al contacto con el suelo arderían cuales tizones encendidos por el sol y con su fogosidad y luminosidad todo comenzaría a arder.
-oh diablos…lo lamento- se apresuro a pronunciar colocando sus manos sobre sus mejillas para regular el calor que de estas emergía y comprendió que lo que debía estar haciendo era limpiar el rostro de Soren, si antes no habia deseado correrse en su rostro no era ahora la excepción. Abofeteo prácticamente su mejilla, un golpe sin fuerzas ni precisión, de un manotazo extermino todo rastro posible de vergüenza tangible en su imagen y de haber proseguido de aquella manera comenzaría a arder de adentro hacia afuera.
-claro que no fue sexy- asevero negando energéticamente mesándose los cabellos y suspirando ampliamente para enfriar su interior –fue embarazoso…debería poder contenerme mejor- susurro callando solo cuando los labios del vampiro sellaron los propios con un fugaz beso y de alguna extraña manera aquella cercanía le tranquilizo.
Beso sus ensangrentados labios una fracción de segundo para apartarse de el negando, abrazándole con firmeza y escondiendo su rostro contra su hombro, el a diferencia del humano poseia aun cada una de sus prendas acomodadas y abotonadas –voy a morir de calor- asevero en voz baja percatándose hasta aquel instante de una punzada inusual en su espalda, quizás el rebote habia sido demasiado pesado.
-oh diablos…lo lamento- se apresuro a pronunciar colocando sus manos sobre sus mejillas para regular el calor que de estas emergía y comprendió que lo que debía estar haciendo era limpiar el rostro de Soren, si antes no habia deseado correrse en su rostro no era ahora la excepción. Abofeteo prácticamente su mejilla, un golpe sin fuerzas ni precisión, de un manotazo extermino todo rastro posible de vergüenza tangible en su imagen y de haber proseguido de aquella manera comenzaría a arder de adentro hacia afuera.
-claro que no fue sexy- asevero negando energéticamente mesándose los cabellos y suspirando ampliamente para enfriar su interior –fue embarazoso…debería poder contenerme mejor- susurro callando solo cuando los labios del vampiro sellaron los propios con un fugaz beso y de alguna extraña manera aquella cercanía le tranquilizo.
Beso sus ensangrentados labios una fracción de segundo para apartarse de el negando, abrazándole con firmeza y escondiendo su rostro contra su hombro, el a diferencia del humano poseia aun cada una de sus prendas acomodadas y abotonadas –voy a morir de calor- asevero en voz baja percatándose hasta aquel instante de una punzada inusual en su espalda, quizás el rebote habia sido demasiado pesado.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Volviendo a casa [Soren]
- No lamentes nada...- Le aseguró sin desdibujar esa sonrisita - Las personas siempre buscamos la perfección, pero a veces... las cosas imperfectas son más bonitas...y más reales- Le explicó aún en el abrazo ¿Que hacía hablando de esas cosas un obsesionado perfeccionista? Si la situación hubiese sido al contrario, Soren estaría ya metido en un agujero, jurando no volver a salir por el resto de su existencia. Pero en ese momento no le importó en lo absoluto, de hecho, le parecía no sólo sexy sino también muy adorable, le agradaba saber que, su relación era tan íntima que podían llegar a compartir esas extrañas situaciones y que eso no afectara la imagen que tenían el uno del otro.
¿No era esa la verdadera esencia de una relación? Reflexionó, poder ser uno sin miedo a lo que pensara el otro, equivocarse y estropear los momentos, y aún así recibir un abrazo o unas palmaditas en el hombro, no le importaba que se hubiera corrido, no le importaba estar a medio camino de su propio orgasmo, le quería así, con todas las cosas inesperadas que le sucedían con él.
Le iba a confesar lo que quería hacer en ese momento, cuando el rechazo le dejó frío (metafóricamente hablando claro, él ya estaba frío), cortó el abrazo y se separó un poco, unos 30 centímetros del humano sin comprender porque había evitado el beso.
- ¿Por qué...? - Murmuró con un hilo de voz - ¿No quieres rehacer el lazo? - Preguntó y la alegría y la euforia de segundos atrás se esfumó tan rápido como había aparecido, el alcohol además de hacerle sentir poderoso y capaz de decir y hacer lo que quisiera, tenía el poder mágico de deprimirlo fácilmente, por supuesto eso no lo sabía, la única vez que se había embriagado, había sido por culpa de Gerard y había tenido que beberse casi 6 botellas para sentir los efectos porque obviamente no estaba dispuesto a morder a su adorado alumno, aquello seria un completo sacrilegio. De cualquier forma, la sonrisa se deshizo en su boca y su mirada reflejó la tristeza y las cientos de dudas que le atacaban en ese momento.
- Dijiste... que te gustaba mi sabor - Susurró con algo de indignación en sus palabras.
¿No era esa la verdadera esencia de una relación? Reflexionó, poder ser uno sin miedo a lo que pensara el otro, equivocarse y estropear los momentos, y aún así recibir un abrazo o unas palmaditas en el hombro, no le importaba que se hubiera corrido, no le importaba estar a medio camino de su propio orgasmo, le quería así, con todas las cosas inesperadas que le sucedían con él.
Le iba a confesar lo que quería hacer en ese momento, cuando el rechazo le dejó frío (metafóricamente hablando claro, él ya estaba frío), cortó el abrazo y se separó un poco, unos 30 centímetros del humano sin comprender porque había evitado el beso.
- ¿Por qué...? - Murmuró con un hilo de voz - ¿No quieres rehacer el lazo? - Preguntó y la alegría y la euforia de segundos atrás se esfumó tan rápido como había aparecido, el alcohol además de hacerle sentir poderoso y capaz de decir y hacer lo que quisiera, tenía el poder mágico de deprimirlo fácilmente, por supuesto eso no lo sabía, la única vez que se había embriagado, había sido por culpa de Gerard y había tenido que beberse casi 6 botellas para sentir los efectos porque obviamente no estaba dispuesto a morder a su adorado alumno, aquello seria un completo sacrilegio. De cualquier forma, la sonrisa se deshizo en su boca y su mirada reflejó la tristeza y las cientos de dudas que le atacaban en ese momento.
- Dijiste... que te gustaba mi sabor - Susurró con algo de indignación en sus palabras.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Volviendo a casa [Soren]
Sus parpados se abrieron desmesuradamente y sus labios formaron una inmensa o al tiempo que sus manos se extendían a los lados de su rostro dejando en el un gesto gracioso e inusual –no, no esque no comprendes- asevero tomando las manos del vampiro para colocarlas sobre su pecho y en su rostro. Si bien su piel no ardía sentía como las lenguas rozaban su interior, sentía como por dentro todo comenzaba a arder y derretirse, pronto escupiría lumbre como los dragones de cuentos de hadas e historias de terror.
-realmente moriré de calor- y la verdad era que no deseaba morir aun. Relamió sus labios intentando refrescar asi su rostro, si la mordida le habia llevado al orgasmo y a poseer ahora tan altas temperaturas, la sangre seguramente le haría calentarse aun más, como una olla encima de una parilla con una hoguera debajo de la misma aguardando hacer hervir el agua y el no deseaba evaporarse como agua condensándose en el techo para caer después como gotas de nada, se esfumaría como lo habia deseado instantes atrás solo que ahora…no deseaba desaparecer.
-y me gusta…pero me gusta también vivir ¿qué no ves que me estoy quemando?- le cuestiono en voz baja enarcando una ceja, como si y en efecto fuese la cosa más obvia del mundo ¿esque acaso no veía el rubor en sus mejillas? ¿no sentía el calor manar de su piel? Como si exudara lumbre y humo de las cosas que dentro comenzaban a quemarse, consumirse y desaparecer.
Se levanto de las cajas subiéndose la ropa interior y abrochándose el pantalón aun asi decidió no colocarse la camisa de vuelta pues aquello acorralaría el calor en su cuerpo y lo que deseaba era dejarlo escapar, se apoyo del borde de la caja de madera para respirar profundamente y sonreír –y si me quemo de nada serviría el lazo ¿cierto? Asi que debemos esperar a que el fuego se apacigüe- asevero asintiendo repetidas veces de una manera obvia y pronunciada.
-realmente moriré de calor- y la verdad era que no deseaba morir aun. Relamió sus labios intentando refrescar asi su rostro, si la mordida le habia llevado al orgasmo y a poseer ahora tan altas temperaturas, la sangre seguramente le haría calentarse aun más, como una olla encima de una parilla con una hoguera debajo de la misma aguardando hacer hervir el agua y el no deseaba evaporarse como agua condensándose en el techo para caer después como gotas de nada, se esfumaría como lo habia deseado instantes atrás solo que ahora…no deseaba desaparecer.
-y me gusta…pero me gusta también vivir ¿qué no ves que me estoy quemando?- le cuestiono en voz baja enarcando una ceja, como si y en efecto fuese la cosa más obvia del mundo ¿esque acaso no veía el rubor en sus mejillas? ¿no sentía el calor manar de su piel? Como si exudara lumbre y humo de las cosas que dentro comenzaban a quemarse, consumirse y desaparecer.
Se levanto de las cajas subiéndose la ropa interior y abrochándose el pantalón aun asi decidió no colocarse la camisa de vuelta pues aquello acorralaría el calor en su cuerpo y lo que deseaba era dejarlo escapar, se apoyo del borde de la caja de madera para respirar profundamente y sonreír –y si me quemo de nada serviría el lazo ¿cierto? Asi que debemos esperar a que el fuego se apacigüe- asevero asintiendo repetidas veces de una manera obvia y pronunciada.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Volviendo a casa [Soren]
Ojala las cosas fueran así de fáciles de entender siempre, pensaba Soren mientras escuchaba a Anuar decir sus razones. Esa era quizás la primera y única vez que Anuar le decía una cosa que pudiera entender inmediatamente, sin rodeos o metáforas complicadas, simple y directo. ¿Sería producto del vino? Se cuestionó y la sonrisa y el color de la alegría volvieron a su rostro con la comprensión. Conclusión: Demasiadas sensaciones para un cuerpo en muy poco tiempo.
- Olvidé como funciona el cuerpo humano... - Comentó y agregó - Es que... estoy ansioso... demasiado tiempo sin tenerte cerca... No quise presionarte - Se disculpó ya que le parecía que estaba siendo demasiado intenso con el asunto y debía tener en cuenta que, el humano quizás necesitaría esperar un poco y relajarse. - Oh... ¡ya lo tengo! -
Se le ocurrió una buena idea, de esas que no se le ocurrían a menudo y comenzó a desvestirse; Se quitó el saco oscuro, tomándose su tiempo para doblarlo debidamente y ponerlo sobre la caja a un lado de Anuar, luego prosiguió a desabotonar la camiza, parecía bastante concentrado en lo que hacía y finalmente su pecho quedó al descubierto y la camiza (doblada debidamente, hay que agregar) fue a parar al mismo lugar que el saco. De haber existido algún haz de luz en esa bodega, el torso pálido de Soren habría brillado como la luna.
Acortó la distancia entre ambos y bordeó a Anuar con sus brazos trayéndolo contra su cuerpo, procurando que las pieles hicieran contacto en su totalidad - Se siente frio ¿Verdad? - Comentó volviendo a sonreír con su magnifica idea de enfriar a Anuar con su gélida piel. El vampiro se quedó abrazándole y recostó su cabeza en el hombro de Anuar, cerrando los ojos, arrullado por el traqueteo del tren y los ocasionales balidos de las ovejas. - ¿Sabes una cosa? - Dijo al fin abriendo de nuevo los ojos - Yo siempre creí que el sexo no tenía sentido - Le confesó - Siempre creí que más allá de ser un intercambio de fluidos con el fin de preservar la especie, era una tontería, entonces cambié de idea cuando tuve mi primera vez con Claire, con ella me di cuenta de lo increíble que era...- Levantó el rostro y se quedó mirando de frente a Anuar - Pero sólo contigo... he logrado comprender, lo que realmente es, ¡contigo es magia! Descubrí el universo dentro de tu cuerpo - Inclinó levemente la cabeza para dejar escapar otra risita - Contigo... todo parece tener sentido -
- Olvidé como funciona el cuerpo humano... - Comentó y agregó - Es que... estoy ansioso... demasiado tiempo sin tenerte cerca... No quise presionarte - Se disculpó ya que le parecía que estaba siendo demasiado intenso con el asunto y debía tener en cuenta que, el humano quizás necesitaría esperar un poco y relajarse. - Oh... ¡ya lo tengo! -
Se le ocurrió una buena idea, de esas que no se le ocurrían a menudo y comenzó a desvestirse; Se quitó el saco oscuro, tomándose su tiempo para doblarlo debidamente y ponerlo sobre la caja a un lado de Anuar, luego prosiguió a desabotonar la camiza, parecía bastante concentrado en lo que hacía y finalmente su pecho quedó al descubierto y la camiza (doblada debidamente, hay que agregar) fue a parar al mismo lugar que el saco. De haber existido algún haz de luz en esa bodega, el torso pálido de Soren habría brillado como la luna.
Acortó la distancia entre ambos y bordeó a Anuar con sus brazos trayéndolo contra su cuerpo, procurando que las pieles hicieran contacto en su totalidad - Se siente frio ¿Verdad? - Comentó volviendo a sonreír con su magnifica idea de enfriar a Anuar con su gélida piel. El vampiro se quedó abrazándole y recostó su cabeza en el hombro de Anuar, cerrando los ojos, arrullado por el traqueteo del tren y los ocasionales balidos de las ovejas. - ¿Sabes una cosa? - Dijo al fin abriendo de nuevo los ojos - Yo siempre creí que el sexo no tenía sentido - Le confesó - Siempre creí que más allá de ser un intercambio de fluidos con el fin de preservar la especie, era una tontería, entonces cambié de idea cuando tuve mi primera vez con Claire, con ella me di cuenta de lo increíble que era...- Levantó el rostro y se quedó mirando de frente a Anuar - Pero sólo contigo... he logrado comprender, lo que realmente es, ¡contigo es magia! Descubrí el universo dentro de tu cuerpo - Inclinó levemente la cabeza para dejar escapar otra risita - Contigo... todo parece tener sentido -
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Re: Volviendo a casa [Soren]
Le observo con la legamosa respiración emergiendo de su nariz como el humo del tren en el cual iban a bordo, le observo cuanto pudo que realmente no era demasiado sino solo los vestigios de movimientos que realizaba frente a el, como si se estuviese despojando de sus vestimentas. La frialdad del cuerpo del vampiro fue como un apacible hálito en medio del desierto, le hizo sentirse fresco aunque el calor seguía penetrando en cada poro de su piel y más aun emergiendo de estos como lava en un volcán –se siente agradable- aseguro en voz baja acariciando los dorados cabellos del vampiro mientras su otra mano le rodeaba por la cintura para mantenerse cercano a el pues debía admitir la temperatura comenzó a descender y el deseo de yacer en una cama, y extrañamente a lo que pudiesen pensar quería una cama para dormir junto a el, le agobiaban tortuosamente al saber que aquello sería imposible por las próximas semanas, inclusive una vez en Rumania su deseo marchitaría.
Su mano sobre la cintura del vampiro se cerro contra su piel al escuchar dicho nombre, a veces pensaba que esa mujer debía ser la mas repulsiva de todas las suripantas y perendecas y deseaba que en su oficio conociera la enfermedad y la desgracia y en otras ocasiones creía que era una especie de santa, una mujer angelical sin la cual quizás Soren no hubiese tenido el valor de estar con el si algo comprendía bien y era ese el motivo de su anterior descontento y despedida era, que el vampiro carecía de confianza y quizás de no haber yacido antes con una mujer sus emociones para con el le habrían aterrado y tarde o temprano había terminado huyendo y era ante esos pensamientos que agradecía la existencia de dicha mujer que más allá del nombre quizás jamás lograría conocer y no estaba seguro de desear lo contrario.
Se abalanzo con tal fuerza contra el que no le hubiese resultado extraño encontrarse en el suelo al abrir los parpados porque mientras las palabras del vampiro manaban de sus labios las sentía como agua helada en su rostro y aquella misma sensación fue la que le orillo a cerrar los parpados resguardándose asi de la ventosa y torrente. Y aunque el no tenia nadie más con quien comparar sus experiencias sabia que a nadie más deseaba de aquella manera y que no necesitaba experimentar para descubrir que pertenecía con el, aunque no negaba la curiosidad a veces le atormentaba.
Sus labios viajaron fugaces por todo su rostro –es mejor que cualquier sueño- asevero y aunque su cuerpo estaba frio aquella fogata en su interior no parecía extinguirse del todo –y lo mejor esque es real…ya no necesito dormir para ser feliz- lo estrecho entre sus brazos riendo –a veces tengo miedo de despertar y que no estés más, a veces me da miedo morir… no me gusta discutir contigo por eso…no me gusta que me veas con esos ojos- asevero besando su mejilla con rapidez, con aquellos ojos que lo delataban, había hecho algo indebido y le había herido.
-…las manzanas se van a echar a perder…-
Su mano sobre la cintura del vampiro se cerro contra su piel al escuchar dicho nombre, a veces pensaba que esa mujer debía ser la mas repulsiva de todas las suripantas y perendecas y deseaba que en su oficio conociera la enfermedad y la desgracia y en otras ocasiones creía que era una especie de santa, una mujer angelical sin la cual quizás Soren no hubiese tenido el valor de estar con el si algo comprendía bien y era ese el motivo de su anterior descontento y despedida era, que el vampiro carecía de confianza y quizás de no haber yacido antes con una mujer sus emociones para con el le habrían aterrado y tarde o temprano había terminado huyendo y era ante esos pensamientos que agradecía la existencia de dicha mujer que más allá del nombre quizás jamás lograría conocer y no estaba seguro de desear lo contrario.
Se abalanzo con tal fuerza contra el que no le hubiese resultado extraño encontrarse en el suelo al abrir los parpados porque mientras las palabras del vampiro manaban de sus labios las sentía como agua helada en su rostro y aquella misma sensación fue la que le orillo a cerrar los parpados resguardándose asi de la ventosa y torrente. Y aunque el no tenia nadie más con quien comparar sus experiencias sabia que a nadie más deseaba de aquella manera y que no necesitaba experimentar para descubrir que pertenecía con el, aunque no negaba la curiosidad a veces le atormentaba.
Sus labios viajaron fugaces por todo su rostro –es mejor que cualquier sueño- asevero y aunque su cuerpo estaba frio aquella fogata en su interior no parecía extinguirse del todo –y lo mejor esque es real…ya no necesito dormir para ser feliz- lo estrecho entre sus brazos riendo –a veces tengo miedo de despertar y que no estés más, a veces me da miedo morir… no me gusta discutir contigo por eso…no me gusta que me veas con esos ojos- asevero besando su mejilla con rapidez, con aquellos ojos que lo delataban, había hecho algo indebido y le había herido.
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Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Volviendo a casa [Soren]
La reacción de Anuar lo sorprendió, porque pocas veces Anuar era tan efusivo, Soren había aprendido a conocerle luego de tanto tiempo juntos y sabía que medía sus actos y pensaría las cosas mil veces antes de se vieran reflejadas en su rostro, había aprendido a resolver los enigmas en sus ojos amielados y a tener que adivinar lo que quería decir en sus largos silencios. Entonces era extraño la manera en como saltó y le llenó de besos, aunque también había sido extraño que Soren hablara tan fluidamente de sus sentimientos, directo y sin rodeos.
Todo estaba resultando extraño esa noche. A lo mejor las ovejas tenían poderes mágicos que influían sobre su personalidad de manera misteriosa o quizás era sólo coincidencia.
- Yo también siento eso a veces... pienso cuando me retiro a dormir, que a la noche siguiente cuando abra los ojos tu no existirás y que todo fue una fantasía - Le confesó, sentía cosquillas por todo el rostro gracias a sus besos y eso le provocó una nueva risa - Pero tenía más miedo a que te cansaras de mi - Agregó y sus manos se atrevieron a acariciar esa espalda musculosa ahora desnuda y tibia, tenía razón estaba hirviendo, pensó y envidió ese calor que emanaba de su cuerpo, él había olvidado como se sentía tener calor , sudar y sentir el corazón latiendo agitado, envidió la vida contenida en Anuar.
- A veces tengo miedo de lo que puedas pensar de mi... cosas tontas como, si te gusta mi cabello o si te molesta mi áspera barba... también que me veas desnudo - Rió ¿Un momento porqué reía diciendo cosas como esa? - Alguien tan escuálido como yo... como un esparrago... ¿Como podrías desearme? - Concluyó, esta vez escondió su cabeza en el cuello de Anuar, porque aún bajo los efectos del alcohol en su sangre, sentía vergüenza de aceptar cosas como esas - Seguramente piensas que estoy obsesionado con eso y que sólo quiero sexo... pero si fueras vampiro lo entenderías... - Murmuró con la boca contra la piel del cuello y la última frase apenas si se pudo entender.
Pensar en la muerte de Anuar era un tema que intentaba evitar, sobre todo ahora, luego de lo ocurrido en el teatro. No quería enfrentarse con la realidad porque era un cobarde y su único acto de valentía le había frustrado demasiado, así que prefería hacerse el desentendido al respecto, no quería cometer el mismo error dos veces.
Todo estaba resultando extraño esa noche. A lo mejor las ovejas tenían poderes mágicos que influían sobre su personalidad de manera misteriosa o quizás era sólo coincidencia.
- Yo también siento eso a veces... pienso cuando me retiro a dormir, que a la noche siguiente cuando abra los ojos tu no existirás y que todo fue una fantasía - Le confesó, sentía cosquillas por todo el rostro gracias a sus besos y eso le provocó una nueva risa - Pero tenía más miedo a que te cansaras de mi - Agregó y sus manos se atrevieron a acariciar esa espalda musculosa ahora desnuda y tibia, tenía razón estaba hirviendo, pensó y envidió ese calor que emanaba de su cuerpo, él había olvidado como se sentía tener calor , sudar y sentir el corazón latiendo agitado, envidió la vida contenida en Anuar.
- A veces tengo miedo de lo que puedas pensar de mi... cosas tontas como, si te gusta mi cabello o si te molesta mi áspera barba... también que me veas desnudo - Rió ¿Un momento porqué reía diciendo cosas como esa? - Alguien tan escuálido como yo... como un esparrago... ¿Como podrías desearme? - Concluyó, esta vez escondió su cabeza en el cuello de Anuar, porque aún bajo los efectos del alcohol en su sangre, sentía vergüenza de aceptar cosas como esas - Seguramente piensas que estoy obsesionado con eso y que sólo quiero sexo... pero si fueras vampiro lo entenderías... - Murmuró con la boca contra la piel del cuello y la última frase apenas si se pudo entender.
Pensar en la muerte de Anuar era un tema que intentaba evitar, sobre todo ahora, luego de lo ocurrido en el teatro. No quería enfrentarse con la realidad porque era un cobarde y su único acto de valentía le había frustrado demasiado, así que prefería hacerse el desentendido al respecto, no quería cometer el mismo error dos veces.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Volviendo a casa [Soren]
-no podría jamás cansarme de mi vampiro- porque solo de aquella manera y en aquel estado entre la cordura y la ebriedad era capaz de pronunciar con tanta facilidad su pertenencia, era de su propiedad y si bien estaba dispuesto a compartir con el mundo su persona e inteligencia, su arte e hipótesis estaba negado, completamente contrariado a compartirlo con otro ser, sus labios le pertenecían solo a él, sus brazos quizás no porque no le negaba otorgar abrazos, su corazón no latente si bien jamás encadenado o atado a si le gustaba creer que tenia si sino desde mucho antes de siquiera comprender aquello.
-no ha toda la gente le gustan los espárragos…pero a mi si- sonrio de medio lado cuestionándose entonces si a Soren le gustaba su nuevo corte o prefería el anterior, si su falta de barba y bigote le incomoda o si le prefería mas fornido aun, quizás el vampiro ya no pero el podia cambiar –pero no lo soy- pronuncio tajantemente, no era un vampiro y aquello ocurría por decisión propia, no era un vampiro y no estaba seguro de quererlo ser pues el único anhelo a aquel cambio era la vida alado de a quien amaba –y antes de pensar en serlo quiero que estemos seguros…y que no nos perdamos nada, ni tu de una relación con un humano ni yo…de mi existencia como uno-
Suponia que antes de decidir aquello debían pasar ciertas cosas entre ambos, experiencias de vida que no podrían tener ya una vez muertos, muertos y revividos y si bien sabia que en aquel transcurso de tiempo su corazón podia dejar de latir por motivos ajenos a la conversión le aterraba más aun decidir deliberadamente transformarse y en el proceso perecer ante una fuerza mayor a el y al vampiro mismo pues entonces no habrían vivido todo lo que merecía.
-yo no creo que solo quieras eso…no siempre lo hacemos- asevero riendo por el movimiento de sus labios sobre su cuello –tendria que negarme si nuestra relación cayese en un encuentro fogoso cada que nos viésemos, no niego que son emocionantes pero creo que como grandes momentos deben ser administrados y entregados en dosis o podríamos terminar volviéndonos adictos ¡adictos!-
-no ha toda la gente le gustan los espárragos…pero a mi si- sonrio de medio lado cuestionándose entonces si a Soren le gustaba su nuevo corte o prefería el anterior, si su falta de barba y bigote le incomoda o si le prefería mas fornido aun, quizás el vampiro ya no pero el podia cambiar –pero no lo soy- pronuncio tajantemente, no era un vampiro y aquello ocurría por decisión propia, no era un vampiro y no estaba seguro de quererlo ser pues el único anhelo a aquel cambio era la vida alado de a quien amaba –y antes de pensar en serlo quiero que estemos seguros…y que no nos perdamos nada, ni tu de una relación con un humano ni yo…de mi existencia como uno-
Suponia que antes de decidir aquello debían pasar ciertas cosas entre ambos, experiencias de vida que no podrían tener ya una vez muertos, muertos y revividos y si bien sabia que en aquel transcurso de tiempo su corazón podia dejar de latir por motivos ajenos a la conversión le aterraba más aun decidir deliberadamente transformarse y en el proceso perecer ante una fuerza mayor a el y al vampiro mismo pues entonces no habrían vivido todo lo que merecía.
-yo no creo que solo quieras eso…no siempre lo hacemos- asevero riendo por el movimiento de sus labios sobre su cuello –tendria que negarme si nuestra relación cayese en un encuentro fogoso cada que nos viésemos, no niego que son emocionantes pero creo que como grandes momentos deben ser administrados y entregados en dosis o podríamos terminar volviéndonos adictos ¡adictos!-
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Volviendo a casa [Soren]
Volvió a sonreír ante la mención de ese título de propiedad que con tanta seguridad el humano le daba. En cualquier otro momento le habría parecido inapropiado nombrar a otro ser humano como propiedad suya sin importar el lazo que existiera, una persona no era un objeto bajo ninguna circunstancia, sin embargo y contrario a todo lo que siempre había pensado, una vez más Anuar le hacia cambiar sus prejuicios, le gustaba saberse una propiedad, saber que le pertenecía como un esclavo le pertenecería a un amo.
La respuesta tajante de Anuar le hizo retirar el rostro del hombro y observarlo a la cara, tanta determinación y cordura en una persona tan joven era difícil de encontrar ¿No era demasiado afortunado? ¿No le daba el mundo, Dios, el destino o lo que fuera, una oportunidad única? Debería sentirse avergonzado por no valorarlo como debería, estaba seguro de que, jóvenes como Anuar no abundaban en los árboles y que pasarían quizás unos 500 antes de que naciera otro como él.
- Tienes razón... como siempre - Susurró con la mirada perdida en algún punto de su clavícula, porque le daba pena mirarle a los ojos - Perdóname, digo tonterías sin pensar - Y aunque se sentía avergonzado, al mismo tiempo la latente posibilidad de que Anuar quisiera convertirse estaba allí, temía que hubiese sido descartada - Soy egoísta por pensar así y no tener en cuenta tu punto de vista... resulta difícil a veces... saber que ya no es uno sino dos y que no uno no puede tomar decisiones a la ligera sin contar en el otro -
Lo que dijo a continuación le pareció un tanto... ilógico y le costó comprenderlo. ¿Adicto? ¿Y no lo eran ya? Bueno, Soren se consideraba adicto, le era inevitable pensar en esas cosas cuando estaba con él y desearlo con tanta intensidad, justo como ahora. Claro que su deseo tenía justificación, llevaba 4 meses sin sentirlo y si bien antes nunca le había hecho falta, ahora que sabía lo que se sentía estar con él, no podía imaginarse como podría sobrevivir sin ello. Anuar había marcado una etapa en su vida, las cosas eran muy diferentes antes de conocerlo.
- Yo...ya soy adicto - Murmuró con las mejillas encendidas como claveles - Y...y...si no insisto es porque respeto lo que piensas... - Logró decir, ¿Porqué sentía tanto calor cuando su piel seguía fría como un témpano? ¿Porque sentía como si la cabeza le fuera a estallar? ¿Porqué sentía como si se fuera a fundir de deseo? decidió que no quería que Anuar viera su cara, se sentía más expuesto que nunca.
La respuesta tajante de Anuar le hizo retirar el rostro del hombro y observarlo a la cara, tanta determinación y cordura en una persona tan joven era difícil de encontrar ¿No era demasiado afortunado? ¿No le daba el mundo, Dios, el destino o lo que fuera, una oportunidad única? Debería sentirse avergonzado por no valorarlo como debería, estaba seguro de que, jóvenes como Anuar no abundaban en los árboles y que pasarían quizás unos 500 antes de que naciera otro como él.
- Tienes razón... como siempre - Susurró con la mirada perdida en algún punto de su clavícula, porque le daba pena mirarle a los ojos - Perdóname, digo tonterías sin pensar - Y aunque se sentía avergonzado, al mismo tiempo la latente posibilidad de que Anuar quisiera convertirse estaba allí, temía que hubiese sido descartada - Soy egoísta por pensar así y no tener en cuenta tu punto de vista... resulta difícil a veces... saber que ya no es uno sino dos y que no uno no puede tomar decisiones a la ligera sin contar en el otro -
Lo que dijo a continuación le pareció un tanto... ilógico y le costó comprenderlo. ¿Adicto? ¿Y no lo eran ya? Bueno, Soren se consideraba adicto, le era inevitable pensar en esas cosas cuando estaba con él y desearlo con tanta intensidad, justo como ahora. Claro que su deseo tenía justificación, llevaba 4 meses sin sentirlo y si bien antes nunca le había hecho falta, ahora que sabía lo que se sentía estar con él, no podía imaginarse como podría sobrevivir sin ello. Anuar había marcado una etapa en su vida, las cosas eran muy diferentes antes de conocerlo.
- Yo...ya soy adicto - Murmuró con las mejillas encendidas como claveles - Y...y...si no insisto es porque respeto lo que piensas... - Logró decir, ¿Porqué sentía tanto calor cuando su piel seguía fría como un témpano? ¿Porque sentía como si la cabeza le fuera a estallar? ¿Porqué sentía como si se fuera a fundir de deseo? decidió que no quería que Anuar viera su cara, se sentía más expuesto que nunca.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Volviendo a casa [Soren]
-seremos adictos cuando no podamos hacer nada más…y entonces deberemos detenernos, porque a mi me gusta hablar contigo sin necesidad de haber sexo de por medio, a mi me gusta ir al circo…deberíamos intentarlo otra vez- asevero pensando en la posibilidad con entusiasmó, la ultima vez le habían reptado serpientes por la pierna, habia visto leones enjaulados y un hombre con un machete les habia perseguido sin olvidar cierta ofensa que habían recibido. Aun asi se le antojaba regresar para rememorar sus inicios.
Rozo, con las puntas de sus dedos los labios del vampiro a los cuales se habia adherido la sangre que manaba de aquellas dos hendiduras que se habia producido con los colmillos –hay que aprender a hacer de todo- asevero asintiendo al tiempo que relamía las puntas de sus dedos donde yacían la sangre escarlata con aquel sabor de mangar que no debía poseer y que más sin embargo se encontraba latente –deberíamos también aprender medicina…deberías enseñarme a usar un arma- se lo pensó unos instantes observando un punto lejano en la pared contraria la cual sin lograr ver con claridad estaba seguro se encontraba ahí.
-ya no soy tan frágil…me disloque el hombro ¿te lo e contado? Y e visto como un hombre se rebano el dedo cortando pescado, lo malo esque no lo encontraron- sonrio de medio lado pensando en la posibilidad que se hubiese colado con el resto de mariscos y pescado, entre viseras y residuos. Se llevo ambas manos al rostro, cubriendo sus labios para evitar que la risa que comenzaba a manar de sus labios cual cantico o motete se colase por debajo de la puerta para despertar a todos aquellos que con el arrullo del tren estaban ya en brazos de Morfeo, en su propio mundo de ensueños.
-podrías también enseñarme algo de historia…fui a la escuela de niño pero mi padre decidió que no era necesario, nunca e tenido un buen maestro me refiero ninguna aparte de ti- la locuacidad con que hablaba le sorprendia a si mismo y sin embargo nada podia hacer para evitarlo, se percato entonces que el vampiro no le observaba ¿no habia sido el quien acababa de cometer el acto mas impúdico y vergonzoso de todos?
Rozo, con las puntas de sus dedos los labios del vampiro a los cuales se habia adherido la sangre que manaba de aquellas dos hendiduras que se habia producido con los colmillos –hay que aprender a hacer de todo- asevero asintiendo al tiempo que relamía las puntas de sus dedos donde yacían la sangre escarlata con aquel sabor de mangar que no debía poseer y que más sin embargo se encontraba latente –deberíamos también aprender medicina…deberías enseñarme a usar un arma- se lo pensó unos instantes observando un punto lejano en la pared contraria la cual sin lograr ver con claridad estaba seguro se encontraba ahí.
-ya no soy tan frágil…me disloque el hombro ¿te lo e contado? Y e visto como un hombre se rebano el dedo cortando pescado, lo malo esque no lo encontraron- sonrio de medio lado pensando en la posibilidad que se hubiese colado con el resto de mariscos y pescado, entre viseras y residuos. Se llevo ambas manos al rostro, cubriendo sus labios para evitar que la risa que comenzaba a manar de sus labios cual cantico o motete se colase por debajo de la puerta para despertar a todos aquellos que con el arrullo del tren estaban ya en brazos de Morfeo, en su propio mundo de ensueños.
-podrías también enseñarme algo de historia…fui a la escuela de niño pero mi padre decidió que no era necesario, nunca e tenido un buen maestro me refiero ninguna aparte de ti- la locuacidad con que hablaba le sorprendia a si mismo y sin embargo nada podia hacer para evitarlo, se percato entonces que el vampiro no le observaba ¿no habia sido el quien acababa de cometer el acto mas impúdico y vergonzoso de todos?
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Volviendo a casa [Soren]
Asintió tan rápidamente y enérgicamente con su cabeza que se sintió mareado por unos instantes y tuvo que cerrar los ojos, cuando los abrió se apresuró a decir - ¡Haremos todo eso y mucho más! - La idea de compartir todas esas cosas con Anuar le parecía la mar de emocionante, a pesar de haber acumulado experiencias a lo largo de 292 años, estaba seguro que vivirlas con Anuar sería como experimentar todo desde 0. En su compañía todo parecía más divertido, más intenso y más interesante, estaba por supuesto encantado con la idea, pero tal parecía que Anuar no lograba comprender el punto.
- Ten cuidado... - Murmuró y acarició con ambas manos los hombros desnudos del chico, moviendo las yemas de sus dedos en círculos, el musculo parecía estar perfectamente en su lugar mientras lo presionaba en diferentes puntos - Definitivamente estás mucho más fuerte, pues la lesión ha sanado bien, no me habría dado cuenta si no me lo dices -
Dejó escapar un suspiro cargado de frustración, tal parecía que Anuar creía que él sólo quería tener sexo, en vez de vivir todas las etapas de una relación de pareja, como siempre Soren no se hacía entender o mejor dicho no se sabía expresar, de lo contrario Anuar habría comprendido lo que en realidad quería decir: Soren estaba excitado justo en ese momento. Así de simple y tenía como unas mil razones para justificarlo. Los cuatro meses de espera por ejemplo, se veían agravados en la medida de que al ser vampiro el impulso era más fuerte, pero sobre todo el motivo por el cual quería hacerlo en ese momento era porque ver a Anuar alcanzar un orgasmo gracias a su mordida, había sido mejor que todos los afrodisíacos del mundo servidos en una copa.
Al fin y al cabo, además del maestro, del erudito en artes y del ser pensante, seguía siendo una criatura con necesidades primarias, su cuerpo respondía a los impulsos así él no lo quisiera. Era simplemente natural. Ahora su miembro dolía apretado contra el pantalón, la cercanía con el tibio cuerpo de Anuar sólo empeoraba las cosas. Pero sus evasivas no pronosticaban un futuro alentador, tenía la impresión de que esa noche sólo su compañero iba a quedar satisfecho.
Y por supuesto, por mucho vino que ahora circulara por su sangre, no podría afrontar la humillación de pedirle ese alivio que necesitaba.
Moriría primero de vergüenza.
- Creo... que va siendo hora de que te vistas...- Murmuró separándose de él y el vacío al no sentir su piel resultó agobiante, era bastante difícil tratar de coordinar cuando el cuerpo y la mente no estaban en sinfonía - Me... resulta... bastante tentador y se vuelve molesto... -
- Ten cuidado... - Murmuró y acarició con ambas manos los hombros desnudos del chico, moviendo las yemas de sus dedos en círculos, el musculo parecía estar perfectamente en su lugar mientras lo presionaba en diferentes puntos - Definitivamente estás mucho más fuerte, pues la lesión ha sanado bien, no me habría dado cuenta si no me lo dices -
Dejó escapar un suspiro cargado de frustración, tal parecía que Anuar creía que él sólo quería tener sexo, en vez de vivir todas las etapas de una relación de pareja, como siempre Soren no se hacía entender o mejor dicho no se sabía expresar, de lo contrario Anuar habría comprendido lo que en realidad quería decir: Soren estaba excitado justo en ese momento. Así de simple y tenía como unas mil razones para justificarlo. Los cuatro meses de espera por ejemplo, se veían agravados en la medida de que al ser vampiro el impulso era más fuerte, pero sobre todo el motivo por el cual quería hacerlo en ese momento era porque ver a Anuar alcanzar un orgasmo gracias a su mordida, había sido mejor que todos los afrodisíacos del mundo servidos en una copa.
Al fin y al cabo, además del maestro, del erudito en artes y del ser pensante, seguía siendo una criatura con necesidades primarias, su cuerpo respondía a los impulsos así él no lo quisiera. Era simplemente natural. Ahora su miembro dolía apretado contra el pantalón, la cercanía con el tibio cuerpo de Anuar sólo empeoraba las cosas. Pero sus evasivas no pronosticaban un futuro alentador, tenía la impresión de que esa noche sólo su compañero iba a quedar satisfecho.
Y por supuesto, por mucho vino que ahora circulara por su sangre, no podría afrontar la humillación de pedirle ese alivio que necesitaba.
Moriría primero de vergüenza.
- Creo... que va siendo hora de que te vistas...- Murmuró separándose de él y el vacío al no sentir su piel resultó agobiante, era bastante difícil tratar de coordinar cuando el cuerpo y la mente no estaban en sinfonía - Me... resulta... bastante tentador y se vuelve molesto... -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Volviendo a casa [Soren]
-tiene ya algunas semanas quizás más de un mes…quizás casi dos- asevero pensando en la fecha exacta de aquel incidente y el primer recuerdo que tuvo fue que no llegaba demasiado tiempo con tan arduo labor. Quizás después de dos o tres semanas, las más pesadas cavia mencionar después de fuertes dolores de cabeza por insolación y quemaduras por todo el cuerpo y en el rostro, después de casi morir sofocado y acalorado habia logrado acostumbrarse, su cuerpo se habia resignado no por la monotonía o la costumbre sino por la necesidad, necesidad de un sustento económico que le permitiese comer más alla de panes y frutas y carne de aquella que sobraba porque ni la gente rica ni de clase media la deseaba.
Molesto habia dicho ¡Soren estaba molesto! Y en ese instante no quizo sino poder leer su mente para descifrar el acto, palabra o momento exacto de su descontentó ¿en que parte de sus pensamientos habia estado cuando el vampiro se habia molestado? ¡debía remediarlo! Se apresuro a ponerse la camisa suponiendo que si le estaba pidiendo aquello algo tenia que ver con aminorar el sentimiento de malestar, quizás repudiaba su cuerpo y su aspecto ahora le daba asco, quizás olia mal.
-¿por qué estas molesto?- le cuestiono en voz baja abrochando de abajo hacia arriba los botones de su camisa de blanca tela y fresca caída fue entonces que su mente proceso la cuarta palabra de la ultima oración, tentador ¿queria morderle nuevamente acaso? Meneo la cabeza confundido y ofuscado al borde de mesarse los cabellos hasta arrancarlos de su cráneo y esparcirlos como abono sobre el suelo del vagón. Contrajo los labios pensando, una y otra vez, ideando, creando y modificando cada posibilidad.
-¡Ah!- exclamo una única y precisa vocal que lo significaba todo y a la vez no decía nada. Se acerco a el atrapando su labio con rapidez, quizás estaba molesto porque no habia bebido de su sangre para reanudar el lazo, si seguramente era aquel el motivo de su enojo. Y fue en aquel instante mientras succionaba y lamia el labio lacerado del vampiro que su pierna se presiono sobre la entrepierna, ahora rígida, de Soren -¡ah!- exclamo nuevamente golpeándose con el dorso de la mano la frente despejada aunque sus labios se negaron a despegarse de los ajenos al sentir el embriagante, aun mas que el vino, sabor de la sangre bajar por su tráquea.
Molesto habia dicho ¡Soren estaba molesto! Y en ese instante no quizo sino poder leer su mente para descifrar el acto, palabra o momento exacto de su descontentó ¿en que parte de sus pensamientos habia estado cuando el vampiro se habia molestado? ¡debía remediarlo! Se apresuro a ponerse la camisa suponiendo que si le estaba pidiendo aquello algo tenia que ver con aminorar el sentimiento de malestar, quizás repudiaba su cuerpo y su aspecto ahora le daba asco, quizás olia mal.
-¿por qué estas molesto?- le cuestiono en voz baja abrochando de abajo hacia arriba los botones de su camisa de blanca tela y fresca caída fue entonces que su mente proceso la cuarta palabra de la ultima oración, tentador ¿queria morderle nuevamente acaso? Meneo la cabeza confundido y ofuscado al borde de mesarse los cabellos hasta arrancarlos de su cráneo y esparcirlos como abono sobre el suelo del vagón. Contrajo los labios pensando, una y otra vez, ideando, creando y modificando cada posibilidad.
-¡Ah!- exclamo una única y precisa vocal que lo significaba todo y a la vez no decía nada. Se acerco a el atrapando su labio con rapidez, quizás estaba molesto porque no habia bebido de su sangre para reanudar el lazo, si seguramente era aquel el motivo de su enojo. Y fue en aquel instante mientras succionaba y lamia el labio lacerado del vampiro que su pierna se presiono sobre la entrepierna, ahora rígida, de Soren -¡ah!- exclamo nuevamente golpeándose con el dorso de la mano la frente despejada aunque sus labios se negaron a despegarse de los ajenos al sentir el embriagante, aun mas que el vino, sabor de la sangre bajar por su tráquea.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Volviendo a casa [Soren]
Tres meses no parecían nada y de repente eran tanto al escucharle hablar de su problema en el hombro, el vampiro se preguntaba entonces, cuantas cosas más de su vida se habría perdido y cuantas más se perdería al no poder compartir las valiosas horas bajo la luz del sol. Esa era la realidad de su relación, el tiempo se volvía un enemigo al igual que el astro rey.
La pregunta lo tomó por sorpresa - ¿Molesto yo? - Preguntó contrariado y la afanosa manera en como el chico comenzó a vestirle, le preocupó, tal parecía que estaba interpretando las cosas erróneamente (para variar) ¿Cómo demonios le iba a explicar lo que realmente sucedía? - ¡No! no... no estoy molesto, no es eso lo que quiero expresar – Se apresuró a decir y la exclamación del otro y su gesto casi le hicieron reír. Demasiado expresivo para ser Anuar.
El beso pareció quemarle desde adentro y se dejó guiar por los labios de Anuar, cerrando los ojos y apretándose contra él. Las heridas en sus labios se habían cerrado casi por completo, dudaba que saliera mucha sangre por ellos, aunque si Anuar succionaba con fuerza, seguramente lograría tomar un buen trago, tembló ligeramente al sentir el ardor de la herida en sus labios y fue inevitable que el concepto de lo que hacían en ese momento no le emocionara y llenara de una efusiva felicidad.
Años y años de soledad. Años y años en los que juró que no daría a beber de su sangre a nadie. Años de no creer...
Y con Anuar el mundo se reconstruia para manifestarse de manera tan distinta, el mundo y todo cuan conocía se transformaba y se volvía a sentir como un pequeño niño que sale por primera vez a explorar el jardín trasero. Un mundo nuevo de posibilidades. Sus manos viajaron para apretujar el cuerpo de Anuar con el suyo, envolviéndolo con sus brazos como tentáculos de calamar.
-Volvemos a estar conectados – Murmuró entre el beso, sintiendo la nariz tibia del humano contra la suya como dos empinadas montañas - ¿Puedes sentirme dentro de tu cuerpo? - Agregó cortando el beso para poder hablar, pero volviendo a sumergirse en sus labios en cuanto tuvo oportunidad – Casi puedo sentir lo que sientes y ver tus pensamientos – Y no estaba seguro de que Anuar pudiera sentirlo de la misma manera, pero una cosa era cierta, Soren tenía la impresión de estar absorbiendo su alma, su esencia y todo su ser.
- ¿Puedes sentir lo que siento? - Susurró apoyando la frente contra la de él, extrañando el flequillo que siempre había estado allí – Cierra los ojos y concéntrare – Le indicó mientras buscaba las manos de Anuar y las únia a las suyas, entrelazando los dedos, deseaba que pudiese experimentar esa sensación de estar dentro del otro, de pertenecer al otro sólo a través de la sangre.
La pregunta lo tomó por sorpresa - ¿Molesto yo? - Preguntó contrariado y la afanosa manera en como el chico comenzó a vestirle, le preocupó, tal parecía que estaba interpretando las cosas erróneamente (para variar) ¿Cómo demonios le iba a explicar lo que realmente sucedía? - ¡No! no... no estoy molesto, no es eso lo que quiero expresar – Se apresuró a decir y la exclamación del otro y su gesto casi le hicieron reír. Demasiado expresivo para ser Anuar.
El beso pareció quemarle desde adentro y se dejó guiar por los labios de Anuar, cerrando los ojos y apretándose contra él. Las heridas en sus labios se habían cerrado casi por completo, dudaba que saliera mucha sangre por ellos, aunque si Anuar succionaba con fuerza, seguramente lograría tomar un buen trago, tembló ligeramente al sentir el ardor de la herida en sus labios y fue inevitable que el concepto de lo que hacían en ese momento no le emocionara y llenara de una efusiva felicidad.
Años y años de soledad. Años y años en los que juró que no daría a beber de su sangre a nadie. Años de no creer...
Y con Anuar el mundo se reconstruia para manifestarse de manera tan distinta, el mundo y todo cuan conocía se transformaba y se volvía a sentir como un pequeño niño que sale por primera vez a explorar el jardín trasero. Un mundo nuevo de posibilidades. Sus manos viajaron para apretujar el cuerpo de Anuar con el suyo, envolviéndolo con sus brazos como tentáculos de calamar.
-Volvemos a estar conectados – Murmuró entre el beso, sintiendo la nariz tibia del humano contra la suya como dos empinadas montañas - ¿Puedes sentirme dentro de tu cuerpo? - Agregó cortando el beso para poder hablar, pero volviendo a sumergirse en sus labios en cuanto tuvo oportunidad – Casi puedo sentir lo que sientes y ver tus pensamientos – Y no estaba seguro de que Anuar pudiera sentirlo de la misma manera, pero una cosa era cierta, Soren tenía la impresión de estar absorbiendo su alma, su esencia y todo su ser.
- ¿Puedes sentir lo que siento? - Susurró apoyando la frente contra la de él, extrañando el flequillo que siempre había estado allí – Cierra los ojos y concéntrare – Le indicó mientras buscaba las manos de Anuar y las únia a las suyas, entrelazando los dedos, deseaba que pudiese experimentar esa sensación de estar dentro del otro, de pertenecer al otro sólo a través de la sangre.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
- Mensajes : 2734
Fecha de inscripción : 05/06/2010
Localización : Entre libros de historia y lienzos manchados.
DATOS DEL PERSONAJE
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