AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
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En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
Se había ido al cementerio, porque había descubierto que de todos los lugares posibles, era el más tranquilo. No le gustaba el bullicio de la ciudad, aunque a veces se sentía atraído a él. Justo hoy, quería tranquilidad y había terminado allí.
Pasó entre los sepulcros hasta llegar a un lugar en que las sombras parecían más densas. Eran debido a un gran árbol que parecía haber permanecido allí por mucho tiempo. Sonrió y puso su mano sobre él.
Le encantaban esos árboles grandes y robustos que parecían soportar el tiempo como si fuese nada. Finalmente se recargó en él y se dejo caer al suelo tras un momento que le había parecido casi eterno. Cerró los ojos escuchando el sonido de las ramas moverse ligeramente con el viento. Era casi tan relajante como escuchar el agua.
No abrió los ojos, incluso cuando sintió la presencia de alguien en aquel lugar. No era nada peligroso, así que decidió no moverse. Él estaba apartado de la entrada, así que aún no estaba tan cerca.
Escuchaba aquellos pasos ligeros; estaban acercándose. Traía un sombrero de copa, así que aunque hubiese abierto los ojos, a lo mucho observaría solo los pies de la persona que ahora se encontraba a unos cuantos metros.
Se quedó quieto, preguntándose si quizás le había visto, pero lo dudaba. Había entrado en una especie de estado de calma y dudo en moverse para hacerle notar su presencia.
Tampoco quería sobresaltarle. Así que se movió lentamente, haciendo ruido y acomodándose el sombrero. Se levantó con cuidado y se sacudió las ropas con la misma calma con la que se había levantado.
Salió de la sombra del árbol, buscando que ella pudiese verlo con un poco más de claridad, no tenía idea de por qué creía que eso ayudaba a las personas a sentirse con un poco más de confianza. Tal vez se había hecho a la idea porque la incertidumbre solía causar miedo en los mortales.
-Buenas Noches, Bella Dama... -Dijo aquello acompañado de una sonrisa y haciendo una reverencia a la persona que sabía ahora le observaba.
Pasó entre los sepulcros hasta llegar a un lugar en que las sombras parecían más densas. Eran debido a un gran árbol que parecía haber permanecido allí por mucho tiempo. Sonrió y puso su mano sobre él.
Le encantaban esos árboles grandes y robustos que parecían soportar el tiempo como si fuese nada. Finalmente se recargó en él y se dejo caer al suelo tras un momento que le había parecido casi eterno. Cerró los ojos escuchando el sonido de las ramas moverse ligeramente con el viento. Era casi tan relajante como escuchar el agua.
No abrió los ojos, incluso cuando sintió la presencia de alguien en aquel lugar. No era nada peligroso, así que decidió no moverse. Él estaba apartado de la entrada, así que aún no estaba tan cerca.
Escuchaba aquellos pasos ligeros; estaban acercándose. Traía un sombrero de copa, así que aunque hubiese abierto los ojos, a lo mucho observaría solo los pies de la persona que ahora se encontraba a unos cuantos metros.
Se quedó quieto, preguntándose si quizás le había visto, pero lo dudaba. Había entrado en una especie de estado de calma y dudo en moverse para hacerle notar su presencia.
Tampoco quería sobresaltarle. Así que se movió lentamente, haciendo ruido y acomodándose el sombrero. Se levantó con cuidado y se sacudió las ropas con la misma calma con la que se había levantado.
Salió de la sombra del árbol, buscando que ella pudiese verlo con un poco más de claridad, no tenía idea de por qué creía que eso ayudaba a las personas a sentirse con un poco más de confianza. Tal vez se había hecho a la idea porque la incertidumbre solía causar miedo en los mortales.
-Buenas Noches, Bella Dama... -Dijo aquello acompañado de una sonrisa y haciendo una reverencia a la persona que sabía ahora le observaba.
Kei Koizumi- Vampiro Clase Alta
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Re: En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
Antes de llegar a los bosques, me entretuve viendo la belleza que tenía la luna en el amplio cielo oscuro de la noche. Me engatusaba de una manera que todo mi alrededor no existía para nada, solo estabamos ella y yo en el mundo. Cuando me quise dar cuenta, tenía a mi caballo parado en mitad de un descampado cerca de la ciudad Parisina. Me quise dar una vuelta, pero el ambiente lo notaba muy cargado para mi gusto. Ultimamente, el silencio se hacia simpática al llegar la noche.
El silencio era la reina del sagrado lugar por el que caminaba bajo mis pies. Esa noche, decidí darme una vuelta por los amplios bosques negros de la noche, pero sin saber como me encontré con dos caminos a elegir. Dificil decisión, pero me decanté por el lado izquierdo del camino y me puse con un temor en el cuerpo que me hacía ir lentamente por aquel camino, pero a la vez, me excitaba la aventura que podría encontrarme allá donde me llevara este camino. Seguí caminando por el camino a lomos de mi caballo con cautela por el oscuro camino, apenas visible. La luna iluminaba parte del camino, pero aun así no era suficiente.
Llegamos y pude ver una cupula de cristal con una cruz en todo lo alto. Fui llegando al lugar y me encontré un cementerio, repleto de tumbas y estatuas de angeles esculpidos en bellos retratos eclesiasticos. Me desmonte de mi caballo blanco como la nieve y me dispuse simplemente a buscar un sitio el cual descansar del corto viaje, pero para cuando veo un gran arbol que parece que haya estado shi toda la vida, divisé una silueta en las sombras que me hablaron con una voz seductora pero calmada. Fué saliendo de las sombras y se inclinó en una reverencia. Era un hombre apuesto y respondí igual. Me acerqué un poco hacia el y me incliné en una reverencia y me mantuve a una distancia para que tuvieramos un poco de espacio.
-Buenas noches, Monseiur-Volví a incorporarme mientras sonreía finalmente a aquel desconocido que me había encontrado en el cementerio. El me miraba con una sonrisa, pero yo intentaba ocultar mi cautela al encontrarme a un hombre, solo y en mitad del cementerio. Mil cosas se me ocurrian en la cabeza, pero lo más probable es que fuera no mortal. La noche se hizo más bella cuando el silencio inundo de nuevo el cementerio. Miré alrededor y vi un banco de piedra cerca de una estatua de un angel que llevaba en brazos un gran ramo de flores de todo tipo. La escultura estaba esculpida con esmero y cuidado, hasta se veía el sentimiento de la estatua que intentaba transmitir el escultor. Muchas estatuas similares estaban repartidas por todo el cementerio.
Pero mi mirada volvió hacia aquel hombre junto al gran árbol y cada vez me inquietaba aún más.
El silencio era la reina del sagrado lugar por el que caminaba bajo mis pies. Esa noche, decidí darme una vuelta por los amplios bosques negros de la noche, pero sin saber como me encontré con dos caminos a elegir. Dificil decisión, pero me decanté por el lado izquierdo del camino y me puse con un temor en el cuerpo que me hacía ir lentamente por aquel camino, pero a la vez, me excitaba la aventura que podría encontrarme allá donde me llevara este camino. Seguí caminando por el camino a lomos de mi caballo con cautela por el oscuro camino, apenas visible. La luna iluminaba parte del camino, pero aun así no era suficiente.
Llegamos y pude ver una cupula de cristal con una cruz en todo lo alto. Fui llegando al lugar y me encontré un cementerio, repleto de tumbas y estatuas de angeles esculpidos en bellos retratos eclesiasticos. Me desmonte de mi caballo blanco como la nieve y me dispuse simplemente a buscar un sitio el cual descansar del corto viaje, pero para cuando veo un gran arbol que parece que haya estado shi toda la vida, divisé una silueta en las sombras que me hablaron con una voz seductora pero calmada. Fué saliendo de las sombras y se inclinó en una reverencia. Era un hombre apuesto y respondí igual. Me acerqué un poco hacia el y me incliné en una reverencia y me mantuve a una distancia para que tuvieramos un poco de espacio.
-Buenas noches, Monseiur-Volví a incorporarme mientras sonreía finalmente a aquel desconocido que me había encontrado en el cementerio. El me miraba con una sonrisa, pero yo intentaba ocultar mi cautela al encontrarme a un hombre, solo y en mitad del cementerio. Mil cosas se me ocurrian en la cabeza, pero lo más probable es que fuera no mortal. La noche se hizo más bella cuando el silencio inundo de nuevo el cementerio. Miré alrededor y vi un banco de piedra cerca de una estatua de un angel que llevaba en brazos un gran ramo de flores de todo tipo. La escultura estaba esculpida con esmero y cuidado, hasta se veía el sentimiento de la estatua que intentaba transmitir el escultor. Muchas estatuas similares estaban repartidas por todo el cementerio.
Pero mi mirada volvió hacia aquel hombre junto al gran árbol y cada vez me inquietaba aún más.
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Re: En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
La observó moverse, aunque intento no verle tan fijamente. Tenía esa mala manía y no quería incomodarla.
Era extraño ver a alguien en esos sitios debido a la hora que era, pero tampoco era algo imposible. A él le gustaba estar allí, observando los detalles en los sepulcros. Siempre le había gustado ver con detalle esculturas o detalles arquitectónicos, así que no era nada extraño.
Aunque en esta ocasión solo había ido buscando un poco de paz.
Después de tanto tiempo, estar acompañado le gustaba, pero justo ese día, aquella sensación de querer ir a un lugar apartado y tranquilo le había invadido.
Pero ya había disfrutado de estar allí un par de horas. A veces hacía cosas como aquella.
-A riesgo de sonar impertinente, quisiera preguntar... -había ladeado el rostro un poco, dudando si era buena idea estar hablando de esa manera -¿Alguna razón especial le trae a este sitio?
Tenía curiosidad. Aunque no parecía ser de ese modo, preguntar directamente le parecía lo más viable.
Solía ser algo imprudente a veces, aunque tenía tiempo que no se preocupaba por ello.
No tenía razones para hacerlo, después de todo. Ya había pasado por la época en la que se había esforzado por crear relaciones que pudiesen ser convenientes para él, ser parte de la sociedad ya no era algo que le importase mucho.
Por ahora, tenía lo necesario para seguir viviendo sin preocuparse, así que había decidido dejar de fingir ser algo que no era.
Al fin, no pudo resistirse y le observó con detenimiento. Sentía como si ella tuviese un aura diferente al de la personas que había conocido hasta ahora.
Era extraño ver a alguien en esos sitios debido a la hora que era, pero tampoco era algo imposible. A él le gustaba estar allí, observando los detalles en los sepulcros. Siempre le había gustado ver con detalle esculturas o detalles arquitectónicos, así que no era nada extraño.
Aunque en esta ocasión solo había ido buscando un poco de paz.
Después de tanto tiempo, estar acompañado le gustaba, pero justo ese día, aquella sensación de querer ir a un lugar apartado y tranquilo le había invadido.
Pero ya había disfrutado de estar allí un par de horas. A veces hacía cosas como aquella.
-A riesgo de sonar impertinente, quisiera preguntar... -había ladeado el rostro un poco, dudando si era buena idea estar hablando de esa manera -¿Alguna razón especial le trae a este sitio?
Tenía curiosidad. Aunque no parecía ser de ese modo, preguntar directamente le parecía lo más viable.
Solía ser algo imprudente a veces, aunque tenía tiempo que no se preocupaba por ello.
No tenía razones para hacerlo, después de todo. Ya había pasado por la época en la que se había esforzado por crear relaciones que pudiesen ser convenientes para él, ser parte de la sociedad ya no era algo que le importase mucho.
Por ahora, tenía lo necesario para seguir viviendo sin preocuparse, así que había decidido dejar de fingir ser algo que no era.
Al fin, no pudo resistirse y le observó con detenimiento. Sentía como si ella tuviese un aura diferente al de la personas que había conocido hasta ahora.
Kei Koizumi- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 27/02/2011
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Re: En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
Le vi que se acercaba lentamente hasta donde me encontraba sentada cerca de las estatuas de piedra. Caminaba con suma elegancia y procuraba no inquietarme por la velocidad en la que andaba.-Me perdí.-Un temblor salió de mi voz si nisiquiera quererlo.
Me calmé, dado que mi cuerpo comenzaba a estar nervioso por su presencia.-En principio, iba en busca de encontrar algo de paz, y pensé en el bosque, pero me encontré dos caminos a elegir y me decanté por uno el cual me condujo hacia aqui.-Dije con la voz y el cuerpo mucho mejor.
Era un hombre apuesto que iba vestido con ropas muy elegantes. Su melena morena y hasta por encima de los hombros, proyectaba una presencia que contenía mucha confianza en si. Se paró delante de mi, a una distancia en la cual ambos pudieramos tener nuestro espacio.
Hizo una revisión muy deliberada de todas esas cosas, pues se encontraba realmente tranquilo, en realidad más de lo que se atrevía a admitir, por encontrar algo tangible que pudiera justificar la sensación siniestra de que se acercaba el momento de conocernos más a fondo.
También había que considerar el clima, pues durante la última semana había hecho en París un frío inesperado. Quizás el efecto de aquellos días sofocantes de verano y sin aire hubiera sido acumulativo. Era una idea, aunque sinceramente no parecía muy buena, pues lo cierto es que la fría sensación que emanaba de aquel cementerio, me encantaba dado que era algo diferente si me ponía a comparar la tumba que había en mi antiguo hogar en Rumania. Un antiguo amigo, que odiaba la idea de tener un cementerio dentro de casa, solía decir que era extraño que se hubiera enamorado él de una salamandra. A veces las metáforas de mi amigo no se entendían del todo bien, pero hace tiempo que no lo veo.
Cambié de postura y me erguí en el asiento de piedra que ocupaba junto a la estatua de piedra, tratando de recuperar la compostura del porte que suelo llevar todo el rato. El valor, desde el momento mismo en que despertó en mí la curiosidad de salir tan tarde de mi nuevo hogar a las afueras de París, me disponía a mirar las cosas cara a cara. Me avergonzaba de ello, pues la causa de ese estado de ánimo amedrentado que atenazaba era tan trivial, tan fantástica, tan excesivamente estúpida que ahora estaba con alguien que en cuanto le vi mejor la cara, un recuerdo me vino a la mente de repente.
-¿Usted también buscaba paz?-Dije con una suave sonrisa en mi rostro.
Me calmé, dado que mi cuerpo comenzaba a estar nervioso por su presencia.-En principio, iba en busca de encontrar algo de paz, y pensé en el bosque, pero me encontré dos caminos a elegir y me decanté por uno el cual me condujo hacia aqui.-Dije con la voz y el cuerpo mucho mejor.
Era un hombre apuesto que iba vestido con ropas muy elegantes. Su melena morena y hasta por encima de los hombros, proyectaba una presencia que contenía mucha confianza en si. Se paró delante de mi, a una distancia en la cual ambos pudieramos tener nuestro espacio.
Hizo una revisión muy deliberada de todas esas cosas, pues se encontraba realmente tranquilo, en realidad más de lo que se atrevía a admitir, por encontrar algo tangible que pudiera justificar la sensación siniestra de que se acercaba el momento de conocernos más a fondo.
También había que considerar el clima, pues durante la última semana había hecho en París un frío inesperado. Quizás el efecto de aquellos días sofocantes de verano y sin aire hubiera sido acumulativo. Era una idea, aunque sinceramente no parecía muy buena, pues lo cierto es que la fría sensación que emanaba de aquel cementerio, me encantaba dado que era algo diferente si me ponía a comparar la tumba que había en mi antiguo hogar en Rumania. Un antiguo amigo, que odiaba la idea de tener un cementerio dentro de casa, solía decir que era extraño que se hubiera enamorado él de una salamandra. A veces las metáforas de mi amigo no se entendían del todo bien, pero hace tiempo que no lo veo.
Cambié de postura y me erguí en el asiento de piedra que ocupaba junto a la estatua de piedra, tratando de recuperar la compostura del porte que suelo llevar todo el rato. El valor, desde el momento mismo en que despertó en mí la curiosidad de salir tan tarde de mi nuevo hogar a las afueras de París, me disponía a mirar las cosas cara a cara. Me avergonzaba de ello, pues la causa de ese estado de ánimo amedrentado que atenazaba era tan trivial, tan fantástica, tan excesivamente estúpida que ahora estaba con alguien que en cuanto le vi mejor la cara, un recuerdo me vino a la mente de repente.
-¿Usted también buscaba paz?-Dije con una suave sonrisa en mi rostro.
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Re: En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
Le sonrió de manera amable.
-Asi que se ha perdido... Parece que tiene un espíritu aventurero...
Le agradaba aquella presencia que proyectaba. Podía escuchar el latir de su corazón claramente, con ello podría saber si le ponía o no nerviosa su presencia. Eso o si decía algo fuera de lugar seguro que notaría un cambio en aquel palpitar.
-Si, esa es exactamente la razón que me ha traído aqui... aunque probablemente hay otros lugares en los que podría haber encontrado calma, he terminado por decidir que este era el mejor lugar... Aunque tal vez muchos no estarían de acuerdo con esa idea...
Bien, aquello era un cementerio, la mayoría no pensaría en ir allí solo porque quería tranquilidad. Observó uno de los sepulcros que tenía cerca.
La verdad es que se sentía atraído por lugares así. No era lo más convencional, pero él no era un simple ser humano y las cosas le afectaban en un nivel distinto.
Este lugar no tenía el mismo significado para él desde que era un ser que no podía morir con facilidad. Solo el calor abrasante del sol podía lograrlo. Y su cuerpo jamás descansaría en un sitio como este, porque para la humanidad, él había dejado de existir hace más de un milenio.
Pasó sus dedos por una de aquellas figuras. Aquellos angeles bonachones, le gustaba el detalle que tenían algunas esculturas. Era un trabajo realmente admirable en algunos casos.
Era esa la razón por la que terminaba en sitios como ese o en construcciones como las catedrales. Podían ser realmente atrayentes para él.
Aunque sabía que muchos sentían algo parecido a eso. Era casi inevitable, según su propia opinión. Lso seres humanos no tenían límites a su parecer. Le gustaba ver el esfuerzo que ponían en ciertas cosas, esas que a él ele gustaba admirar, aunque a veces pasasen inadvertidas.
-Sin embargo, tal vez no debería arriesgarse tanto... Siendo tan noche y dado que Paris no es tan seguro como algunos afirman...
-Asi que se ha perdido... Parece que tiene un espíritu aventurero...
Le agradaba aquella presencia que proyectaba. Podía escuchar el latir de su corazón claramente, con ello podría saber si le ponía o no nerviosa su presencia. Eso o si decía algo fuera de lugar seguro que notaría un cambio en aquel palpitar.
-Si, esa es exactamente la razón que me ha traído aqui... aunque probablemente hay otros lugares en los que podría haber encontrado calma, he terminado por decidir que este era el mejor lugar... Aunque tal vez muchos no estarían de acuerdo con esa idea...
Bien, aquello era un cementerio, la mayoría no pensaría en ir allí solo porque quería tranquilidad. Observó uno de los sepulcros que tenía cerca.
La verdad es que se sentía atraído por lugares así. No era lo más convencional, pero él no era un simple ser humano y las cosas le afectaban en un nivel distinto.
Este lugar no tenía el mismo significado para él desde que era un ser que no podía morir con facilidad. Solo el calor abrasante del sol podía lograrlo. Y su cuerpo jamás descansaría en un sitio como este, porque para la humanidad, él había dejado de existir hace más de un milenio.
Pasó sus dedos por una de aquellas figuras. Aquellos angeles bonachones, le gustaba el detalle que tenían algunas esculturas. Era un trabajo realmente admirable en algunos casos.
Era esa la razón por la que terminaba en sitios como ese o en construcciones como las catedrales. Podían ser realmente atrayentes para él.
Aunque sabía que muchos sentían algo parecido a eso. Era casi inevitable, según su propia opinión. Lso seres humanos no tenían límites a su parecer. Le gustaba ver el esfuerzo que ponían en ciertas cosas, esas que a él ele gustaba admirar, aunque a veces pasasen inadvertidas.
-Sin embargo, tal vez no debería arriesgarse tanto... Siendo tan noche y dado que Paris no es tan seguro como algunos afirman...
Kei Koizumi- Vampiro Clase Alta
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Re: En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
-Opino lo mismo que usted, dado que hace un tiempo no muy lejano tuve un encuentro fatal con la muerte y por poco me lleva con ella.-Dije con una sonrisa. Veia que seguía deambulando entre las estatuas del cementerio. Parecía un enamorado solitario que deambulaba por la soledad buscando algo con que soñar.
Una suave brisa comenzó a acariciarme el cabello con suavidad por encima de mis hombros. Mi pelo moreno oscuro, junto con mis ojos azules, sentían el cosquilleo de la brisa acariciarme suavemente. Aquel hombre cada vez estaba más cerca de mi. Le miré más calmada y pude observar que parecía triste o eso me parecio a mi.
-Sin embargo, París me resulta muy superficial. Cuando regreso cada noche del orfanato a mi hogar, que esta a las afueras de París, me siento que salgo de algo que tiene carencias. En cambio, el aire libre, la naturaleza en si,-Me pare y eché un vistazo al cementerio.-este cementerio por ejemplo es en cambio...-Pare de nuevo y vi las tonterías que estaban saliendo por mi boca. Los nervios me habían traicionado ciegamente y yo hablaba sin cesar.
-Siento si estoy diciendo sandeces-Hice una pausa.-pero me acuerdo que me dijo mi madre, que cuando de tu alma sólo queden jirones de humanidad, cuando no puedas distinguir la noche de la oscuridad que oprime tu pecho, cuando los días se sucedan como pálidos despojos de niebla, y el tiempo que transcurre entre ellos te parezca una sustancia pegajosa, infectada con el pútrido aroma de la vida y la luz; entonces podrás hundirte dulcemente en las tinieblas de tu mente, y allí encontrarás consuelo-Dije intentando recordar las palabras que siempre me decía mi madre para seguir adelante. Raras palabras de ánimo, pero por raro que pareciese, me animaba. A todo esto, habia visto a un caballero atractivo y apuesto, acercándose poco a poco a mi con cautela, pero con la elegancia de un aristocrata de alta clase. Elegante y elige bien sus palabras. Pero, desconocía su nombre.
-Siento ser tan impertinente-Dije con educación-Pero...no me ha dicho su nombre...-Dije, a la vez que lo miraba con curiosidad.
Una suave brisa comenzó a acariciarme el cabello con suavidad por encima de mis hombros. Mi pelo moreno oscuro, junto con mis ojos azules, sentían el cosquilleo de la brisa acariciarme suavemente. Aquel hombre cada vez estaba más cerca de mi. Le miré más calmada y pude observar que parecía triste o eso me parecio a mi.
-Sin embargo, París me resulta muy superficial. Cuando regreso cada noche del orfanato a mi hogar, que esta a las afueras de París, me siento que salgo de algo que tiene carencias. En cambio, el aire libre, la naturaleza en si,-Me pare y eché un vistazo al cementerio.-este cementerio por ejemplo es en cambio...-Pare de nuevo y vi las tonterías que estaban saliendo por mi boca. Los nervios me habían traicionado ciegamente y yo hablaba sin cesar.
-Siento si estoy diciendo sandeces-Hice una pausa.-pero me acuerdo que me dijo mi madre, que cuando de tu alma sólo queden jirones de humanidad, cuando no puedas distinguir la noche de la oscuridad que oprime tu pecho, cuando los días se sucedan como pálidos despojos de niebla, y el tiempo que transcurre entre ellos te parezca una sustancia pegajosa, infectada con el pútrido aroma de la vida y la luz; entonces podrás hundirte dulcemente en las tinieblas de tu mente, y allí encontrarás consuelo-Dije intentando recordar las palabras que siempre me decía mi madre para seguir adelante. Raras palabras de ánimo, pero por raro que pareciese, me animaba. A todo esto, habia visto a un caballero atractivo y apuesto, acercándose poco a poco a mi con cautela, pero con la elegancia de un aristocrata de alta clase. Elegante y elige bien sus palabras. Pero, desconocía su nombre.
-Siento ser tan impertinente-Dije con educación-Pero...no me ha dicho su nombre...-Dije, a la vez que lo miraba con curiosidad.
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Re: En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
Un encuentro cercano con la muerte. No había podido evitar sentir curiosidad por esas palabras. Pero decidió dejarlo pasar. Le escuchaba atentamente, hasta que detuvo aquella frase acerca del sitio en el que se encontraban. Esta vez no tuvo oportunidad de decir nada, pues ella había ocmenzado a a hablar de nuevo.
-Eso es bastante peculiar, supongo que la persona que ha dicho tales palabras también lo era...
Se preguntó por qué lo había dicho de aquel modo, probablemente era por la forma en la que su acompañante había usado sus palabras un momento antes.
Pero aquello dejaba ver un punto de vista que le parecía realmente interesante.
Cuando escuchó la última pregunta no pudo más que pensar que era un despistado. Era la segunda vez que se le olvidaba presentarse. Y la otra ocasión en la que había pasado no tenía mucho de haber sucedido.
¿Acaso su mente estaba siendo afectada por el ambiente en París? ¿Qué pasaba con él?
-Claro que no... Ha sido una descortesía de mi parte... Mi nombre es Koizumi Kei...
Hizo una reverencia. Le habría dado la mano, pero aún estaba a una distancia prudente de ella, lo que no lo permitía.
Había escuchado lo del orfanato, lo del ambiente y lo de su madre. Estaba intrigado de algún modo por todo lo que decía. De algún modo era bueno que ella fuese quien hablara, porque él a veces solía dejarse llevar y decir cosas que podían desconcertar a más de una persona.
-Eso es bastante peculiar, supongo que la persona que ha dicho tales palabras también lo era...
Se preguntó por qué lo había dicho de aquel modo, probablemente era por la forma en la que su acompañante había usado sus palabras un momento antes.
Pero aquello dejaba ver un punto de vista que le parecía realmente interesante.
Cuando escuchó la última pregunta no pudo más que pensar que era un despistado. Era la segunda vez que se le olvidaba presentarse. Y la otra ocasión en la que había pasado no tenía mucho de haber sucedido.
¿Acaso su mente estaba siendo afectada por el ambiente en París? ¿Qué pasaba con él?
-Claro que no... Ha sido una descortesía de mi parte... Mi nombre es Koizumi Kei...
Hizo una reverencia. Le habría dado la mano, pero aún estaba a una distancia prudente de ella, lo que no lo permitía.
Había escuchado lo del orfanato, lo del ambiente y lo de su madre. Estaba intrigado de algún modo por todo lo que decía. De algún modo era bueno que ella fuese quien hablara, porque él a veces solía dejarse llevar y decir cosas que podían desconcertar a más de una persona.
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Re: En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
-¿Usted no es de aqui, verdad?-Me extrañe cuando me dijo su nombre.-Lo digo, porque su nombre no es muy parisino que digamos.-Dije entre una sonrisa tímida.
En un momento, algo sucedió en mi interior. El corazón empezó a latir desenfrenadamente, mis ojos junto con mi cuerpo se giraron hasta dar un giro de 180 grados. Parpadee varias veces sorprendida viendo el aleteo entre la maleza del bosque que rodeaba el cementerio. Algo cerca se movía alrededor de donde yo estaba sentada. Cuando dirigí mi mirada hacia Kei, el parecia estar en alerta.
-¿Has oido eso, no Kei?-Pregunté por saber si el también lo habia captado. Miraba de lado lado a lado y cuando me incorporé de pie en suelo de piedra del cementerio, un aullido feroz salió entre la noche. Un mal augurio sentía en mi interior.Nada bueno.
Sin darme cuenta, el miedo hizó que me abrazara con miedo al torso fuerte de Kei. El latir del corazón de Kei se detuvo unos instantes, se quedo quieto, esperando a que algo sucediera. Pero no fue así. El silencio volvió a reinar la noche. Me arme de valor y me dispuse a hablar, pero me callé. No había nada. El bosque y el cementerio estaba inundado por la niebla, pero lejos de parecer tenebroso era hermoso a su manera. Di dos pasos, alejándome lentamente de Kei. No pensaba quedarme ni un minuto más allí. Vi su mirada sobre la mía y vi que lo había incomodado. Me separe al instante.
-Perdón, me asusté-Dije mientras miraba al suelo avergonzada de mi comportamiento. Pero al decir verdad, me habia sentido muy agusto en sus brazos.
En un momento, algo sucedió en mi interior. El corazón empezó a latir desenfrenadamente, mis ojos junto con mi cuerpo se giraron hasta dar un giro de 180 grados. Parpadee varias veces sorprendida viendo el aleteo entre la maleza del bosque que rodeaba el cementerio. Algo cerca se movía alrededor de donde yo estaba sentada. Cuando dirigí mi mirada hacia Kei, el parecia estar en alerta.
-¿Has oido eso, no Kei?-Pregunté por saber si el también lo habia captado. Miraba de lado lado a lado y cuando me incorporé de pie en suelo de piedra del cementerio, un aullido feroz salió entre la noche. Un mal augurio sentía en mi interior.Nada bueno.
Sin darme cuenta, el miedo hizó que me abrazara con miedo al torso fuerte de Kei. El latir del corazón de Kei se detuvo unos instantes, se quedo quieto, esperando a que algo sucediera. Pero no fue así. El silencio volvió a reinar la noche. Me arme de valor y me dispuse a hablar, pero me callé. No había nada. El bosque y el cementerio estaba inundado por la niebla, pero lejos de parecer tenebroso era hermoso a su manera. Di dos pasos, alejándome lentamente de Kei. No pensaba quedarme ni un minuto más allí. Vi su mirada sobre la mía y vi que lo había incomodado. Me separe al instante.
-Perdón, me asusté-Dije mientras miraba al suelo avergonzada de mi comportamiento. Pero al decir verdad, me habia sentido muy agusto en sus brazos.
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Re: En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
Claro que había escuchado aquello. Era imposible que no lo hiciese. Cuando le escucho disculparse regresó a la normalidad.
-Ah, no... no se preocupe por eso...
Dijo haciendo un movimeinto con la mano. En realidad es que si su talante había mostrado alguna expresión era porque se había puesto a la defensiva.
-No me ha molestado, solo me ha tomado desprevenido...
Sonrió de la manera más calmada que pudo. Si llegara a haber problemas, ella descubriría que era un vampiro. No sabía que tan problemático sería que eso sucediese. De hecho, el asunto era que se había preocupado al verle abrazarse a él porque pensó que lo notaría. No se había alimentado recientemente, loq ue hacía más evidentes las doferencias. Cabía la posibilidad de que ya lo supiese, no podía descartar eso tampoco.
Él se había concentrado en aquel sonido. El ente responsable no estaba lo suficientemente cerca ahora, pero no podía confiarse. Como fuese, si estuviese solo no sería un problema. El podía enfrentarle o salir de allí sin dificultad. Pero teniendo un acompañante humano, éste se volvía su prioridad. No quería hacerle correr ningún riesgo.
-Sobre lo que dijo antes... ciertamente no soy de París, he llegado hace poco tiempo... pero creo que no pertenezco a ningún sitio... Mi país de origen, no he vuelto allí desde hace tanto tiempo, que creo que ya no podría decir que sea mi hogar... Aunque ciertamente me gustaría ir de
nuevo alguna vez...
Estaba diciendo eso para calmar el ambiente.
-Tal vez será mejor que vuelva a su hogar... como decía, París no es tan seguro por las noches... Yo podría acompañarle si eso no le es ningún inconveniente...
Se ofreció porque no se sentía tranquilo dejándole ir sola. No podía ser de otra forma. Aunque ella dijese que quería marcharse sola, iría detrás de ella, como una sombra, hasta asegurarse de que estaba a salvo. Era algo que no podía evitar.
-Ah, no... no se preocupe por eso...
Dijo haciendo un movimeinto con la mano. En realidad es que si su talante había mostrado alguna expresión era porque se había puesto a la defensiva.
-No me ha molestado, solo me ha tomado desprevenido...
Sonrió de la manera más calmada que pudo. Si llegara a haber problemas, ella descubriría que era un vampiro. No sabía que tan problemático sería que eso sucediese. De hecho, el asunto era que se había preocupado al verle abrazarse a él porque pensó que lo notaría. No se había alimentado recientemente, loq ue hacía más evidentes las doferencias. Cabía la posibilidad de que ya lo supiese, no podía descartar eso tampoco.
Él se había concentrado en aquel sonido. El ente responsable no estaba lo suficientemente cerca ahora, pero no podía confiarse. Como fuese, si estuviese solo no sería un problema. El podía enfrentarle o salir de allí sin dificultad. Pero teniendo un acompañante humano, éste se volvía su prioridad. No quería hacerle correr ningún riesgo.
-Sobre lo que dijo antes... ciertamente no soy de París, he llegado hace poco tiempo... pero creo que no pertenezco a ningún sitio... Mi país de origen, no he vuelto allí desde hace tanto tiempo, que creo que ya no podría decir que sea mi hogar... Aunque ciertamente me gustaría ir de
nuevo alguna vez...
Estaba diciendo eso para calmar el ambiente.
-Tal vez será mejor que vuelva a su hogar... como decía, París no es tan seguro por las noches... Yo podría acompañarle si eso no le es ningún inconveniente...
Se ofreció porque no se sentía tranquilo dejándole ir sola. No podía ser de otra forma. Aunque ella dijese que quería marcharse sola, iría detrás de ella, como una sombra, hasta asegurarse de que estaba a salvo. Era algo que no podía evitar.
Kei Koizumi- Vampiro Clase Alta
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Re: En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
Me seguía diciendo que París era insegura. Lo sé. Yo misma había vivido un encuentro que por poco me llevaba a la muerte. Se ofreció en acompañarme para que no estuviera en mi vuelta a mi hogar, pero quería estar aqui, en este cementerio. Me temía que le molestara mi presencia y posiblemente fuese así.
-Si le molesta mi presencia, me iré, pero gracias por ofrecerse a acompañarme por la noche a mi hogar.-Dije educadamente al acercarme más a el.-Me iré sola y no se preocupe, no me pasará nada.-Dije para calmar la mirada inquieta que me estaba echando en esos momentos. Me alejé hacia la salida, pero un agarre me detuvo en el sitio, girándome y vi que me agarraba por el codo a modo de protesta. Intenté mover el brazo, pero no me soltó.
-Por favor..-Dije con temor-No me va a pasar nada.-Dije para asegurarle de verdad que no me iba a pasar nada. Le miraba en la noche. Me acercó a el y una tensión entre nosotros comenzó a formarse en el ambiente. Le mire a su barbilla con miedo a mirarle a esos ojos penetrantes que tanto me inquietaban de el.
Pude notar como el latido de su corazón apenas latía con fuerza y como volvía a moverse rapido. El aflojó el agarre y yo me volví a separar. Esta vez le miré a sus ojos y mi cara fruncia el ceño esta vez. Su apariencia elegante, tapaba el caracter de alguién protector con los que podía. Algo de repente me hizo pensar sobre el.
-¿Qué es usted?-Dije a la vez que intuía una afirmación.
-Si le molesta mi presencia, me iré, pero gracias por ofrecerse a acompañarme por la noche a mi hogar.-Dije educadamente al acercarme más a el.-Me iré sola y no se preocupe, no me pasará nada.-Dije para calmar la mirada inquieta que me estaba echando en esos momentos. Me alejé hacia la salida, pero un agarre me detuvo en el sitio, girándome y vi que me agarraba por el codo a modo de protesta. Intenté mover el brazo, pero no me soltó.
-Por favor..-Dije con temor-No me va a pasar nada.-Dije para asegurarle de verdad que no me iba a pasar nada. Le miraba en la noche. Me acercó a el y una tensión entre nosotros comenzó a formarse en el ambiente. Le mire a su barbilla con miedo a mirarle a esos ojos penetrantes que tanto me inquietaban de el.
Pude notar como el latido de su corazón apenas latía con fuerza y como volvía a moverse rapido. El aflojó el agarre y yo me volví a separar. Esta vez le miré a sus ojos y mi cara fruncia el ceño esta vez. Su apariencia elegante, tapaba el caracter de alguién protector con los que podía. Algo de repente me hizo pensar sobre el.
-¿Qué es usted?-Dije a la vez que intuía una afirmación.
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Re: En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
-Lo siento, me he dejado llevar.. pero lo cierto es que no me molesta su presencia... solo que me preocupaba su seguridad...
No iba a darle vueltas al asunto si no era necesario.
¿Qué soy? No sabía si debía contestar a la ligera aquella pregunta.
-¿Qué le hace pensar que soy diferente? -preguntó finalmente, aunque al hacerlo sabía que dejaba aquello abierto a cualquier cosa.
Era como decirle que quería saber primero qué era lo que pensaba y sentía que era como admitir que había algo diferente en él al mismo tiempo.
Pero no había nada que hacer. No le gustaba mentir. Decir mentiras a medias era una cosa, pero dado que le había hecho una pregunta tan concisa le costaba responder. Sobre todo cuando estaban hablandod e su propia naturaleza.
Tampoco estaba mal ver cómo se desarrollaban las cosas de este modo. Tenía cierta curiosidad, por eso es que dejaba que sucediera.
Pero no podía decir simplemente que era un vampiro. Eso sería extraño a su propio parecer. Por otro lado, el estar en esa situación era su culpa, había actuado por impulso al retenerla allí. A veces no se podía controlar y terminaba por hacer cosas así sin pensárselo mucho.
No iba a darle vueltas al asunto si no era necesario.
¿Qué soy? No sabía si debía contestar a la ligera aquella pregunta.
-¿Qué le hace pensar que soy diferente? -preguntó finalmente, aunque al hacerlo sabía que dejaba aquello abierto a cualquier cosa.
Era como decirle que quería saber primero qué era lo que pensaba y sentía que era como admitir que había algo diferente en él al mismo tiempo.
Pero no había nada que hacer. No le gustaba mentir. Decir mentiras a medias era una cosa, pero dado que le había hecho una pregunta tan concisa le costaba responder. Sobre todo cuando estaban hablandod e su propia naturaleza.
Tampoco estaba mal ver cómo se desarrollaban las cosas de este modo. Tenía cierta curiosidad, por eso es que dejaba que sucediera.
Pero no podía decir simplemente que era un vampiro. Eso sería extraño a su propio parecer. Por otro lado, el estar en esa situación era su culpa, había actuado por impulso al retenerla allí. A veces no se podía controlar y terminaba por hacer cosas así sin pensárselo mucho.
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Re: En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
Sus ojos parecían ser obligados a ocultarme una verdad. Me soltó y se disculpó con lo que me hizo sentir aliviada. No quería molestar a la gente con mis problemas y menos si iban a correr peligro a mi lado.
-Discúlpame a mi-Dije intentando calmar la tensión que se había formado.- No quiero que corras peligro a mi lado, es decir, si algún ente maligno me atacara, podrías resultar herido si yo soy atacada.-Dije a la vez que me cruzaba de brazos.-Me..-Me callaré. Estaba dándole vueltas a un punto de comienzo que no me iba a llevar a ninguna parte. Pensé que era mejor dejar el tema.
La pregunta que me hizo después de su disculpa me hizo sonreír y sentirme la persona más segura de la tierra.-Es su forma de ser. Por lo poco que te he visto aquí en el cementerio, su comportamiento me parece muy refinado, como si naciera de usted y como si lo estuviera haciendo desde hace mucho tiempo. En cambio, otros hombres, los cuales he conocido en mi país era como si fuera un empujón de voluntad a la fuerza, como si se sintieran obligados a seguir un protocolo que tienen que seguirlo como si fuera una dictadura aplastante.-Le hablaba con demasiada calma. Ya había entrado en un ambiente cómodo con Kei y no me sentía insegura. Solo hace unos instantes, me había sentido encerrada por querer acompañarme.
Si le pasara algo a Kei mientras me acompañara de vuelta a mi hogar, entonces no me lo podría perdonar en la vida. Si apenas supiera cómo moverme o defender a alguien, no me sentiría tan nerviosa. Mi hermoso caballo estaría aun esperando en la puerta del cementerio. Me alejé de Kei por un instante haciendo una reverencia antes de irme hacia la salida. Mis pasos ligeros fueron con prisa hacia la salida con esperas de que mi caballo siguiera de una pieza. Mi corazón comenzó a palpitar apresuradamente, pero cuando llegué a la salida no vi a mi caballo. Ay de mí, lo había dejado aquí atado junto a un árbol para que no se fuese a ninguna parte. Busque por los alrededores y cuando giré la esquina del muro que separaba el cementerio del descampado de tierra, vi un liquido oscuro que iba por el suelo de tierra en línea recta hasta girar la otra esquina del cementerio. El recinto que estaba formado por el cementerio, era lo bastante grande como para perderse.
Mi cuerpo se había quedado petrificado al pensar que aquel líquido pudiera ser algún rastro que me pudiera llevar a mi caballo. Las riendas de cuero con las que sujeté a mi caballo, estaban rotas de haber sido forzadas por alguien. Volví al cementerio donde dejé a Kei con la cara perplejo de mi repentina huida, pero cuando llegué al lugar en donde le dejé, no estaba. Estaba con las riendas de cuero de mi caballo en la mano. Ahora no encontraba a Kei por ninguna parte. Cerca de donde me encontraba, había una capilla donde había un cristo y un banco de madera. Me acerqué a la pequeña capilla y me arrodillé junto al cristo. Junté mis manos y me dispuse a rezar.
-Tatăl nostru
care eşti în ceruri
Sfinţească-se numele......-Comenzé a rezar para mis adentros implorando en mi idioma que me ayudara a encontrar la paz en mi interior.
-Discúlpame a mi-Dije intentando calmar la tensión que se había formado.- No quiero que corras peligro a mi lado, es decir, si algún ente maligno me atacara, podrías resultar herido si yo soy atacada.-Dije a la vez que me cruzaba de brazos.-Me..-Me callaré. Estaba dándole vueltas a un punto de comienzo que no me iba a llevar a ninguna parte. Pensé que era mejor dejar el tema.
La pregunta que me hizo después de su disculpa me hizo sonreír y sentirme la persona más segura de la tierra.-Es su forma de ser. Por lo poco que te he visto aquí en el cementerio, su comportamiento me parece muy refinado, como si naciera de usted y como si lo estuviera haciendo desde hace mucho tiempo. En cambio, otros hombres, los cuales he conocido en mi país era como si fuera un empujón de voluntad a la fuerza, como si se sintieran obligados a seguir un protocolo que tienen que seguirlo como si fuera una dictadura aplastante.-Le hablaba con demasiada calma. Ya había entrado en un ambiente cómodo con Kei y no me sentía insegura. Solo hace unos instantes, me había sentido encerrada por querer acompañarme.
Si le pasara algo a Kei mientras me acompañara de vuelta a mi hogar, entonces no me lo podría perdonar en la vida. Si apenas supiera cómo moverme o defender a alguien, no me sentiría tan nerviosa. Mi hermoso caballo estaría aun esperando en la puerta del cementerio. Me alejé de Kei por un instante haciendo una reverencia antes de irme hacia la salida. Mis pasos ligeros fueron con prisa hacia la salida con esperas de que mi caballo siguiera de una pieza. Mi corazón comenzó a palpitar apresuradamente, pero cuando llegué a la salida no vi a mi caballo. Ay de mí, lo había dejado aquí atado junto a un árbol para que no se fuese a ninguna parte. Busque por los alrededores y cuando giré la esquina del muro que separaba el cementerio del descampado de tierra, vi un liquido oscuro que iba por el suelo de tierra en línea recta hasta girar la otra esquina del cementerio. El recinto que estaba formado por el cementerio, era lo bastante grande como para perderse.
Mi cuerpo se había quedado petrificado al pensar que aquel líquido pudiera ser algún rastro que me pudiera llevar a mi caballo. Las riendas de cuero con las que sujeté a mi caballo, estaban rotas de haber sido forzadas por alguien. Volví al cementerio donde dejé a Kei con la cara perplejo de mi repentina huida, pero cuando llegué al lugar en donde le dejé, no estaba. Estaba con las riendas de cuero de mi caballo en la mano. Ahora no encontraba a Kei por ninguna parte. Cerca de donde me encontraba, había una capilla donde había un cristo y un banco de madera. Me acerqué a la pequeña capilla y me arrodillé junto al cristo. Junté mis manos y me dispuse a rezar.
-Tatăl nostru
care eşti în ceruri
Sfinţească-se numele......-Comenzé a rezar para mis adentros implorando en mi idioma que me ayudara a encontrar la paz en mi interior.
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Re: En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
Cuando ella había ido a la entrada le había seguido. Observó lo mismo que ella, pero siguió aquel rastro sin pensar demasiado, aún cuando pensó que lo mejor era volver para que ella le encontrara en el sitio donde le había dejado. Sin embargo, sus sentidos se vieron atrapados por aquella escena. Era sangre, después de todo. Sus instintos estaban reaccionando a ello y decidió echar un vistazo.
Aunque después de verla regresar su mente le dijo que lo mejor que podía hacer era volver y hacerle compañía. Desistió en su intento de investigar lo que había pasado, de cualqueir forma no había muchas opciones. Le vio entrar en la capilla.
Había dicho que corría peligro estando con ella. Eso le parecía extraño. Pero él no era una persona cualquiera, era poco probable que le hiciesen daño, al menos hablando de algo significativo.
Se acercó con pasos ligeros, probablemente no podría escucharle y si se acercaba demasiado podía asustarle. Así que decidió hablar para hacerle ver que estaba a sus espaldas.
-Lo siento...
Se disculpó por desaparecer y reaparecer de ese modo, auqnue bien podía decirse que en realidad lo decía porque sentía que aunque no era su culpa, el podría haber hecho algo. Frunció el ceño. Había olido la sangre momentos antes, sin embargo, su mente no fue capaz de procesar la situación a tiempo.
-Escucha... no deberías preocuparte por mí...
No, claro. El se preocupaba más por ella, porque sabía que era más vulnerable de lo que él podía llegar a ser si se metían en algún problema. Y si ella no se perdonaría que algo le pasase a quien le acompañaba, él estaba exactamente en la misma situación.
-Siento preguntarlo en este momento... ¿Puedes decirme tu nombre?
No sabía por qué salía con eso justo ahora, tal vez porque había pensado en que no sabía cómo llamarle un momento antes.
Aunque después de verla regresar su mente le dijo que lo mejor que podía hacer era volver y hacerle compañía. Desistió en su intento de investigar lo que había pasado, de cualqueir forma no había muchas opciones. Le vio entrar en la capilla.
Había dicho que corría peligro estando con ella. Eso le parecía extraño. Pero él no era una persona cualquiera, era poco probable que le hiciesen daño, al menos hablando de algo significativo.
Se acercó con pasos ligeros, probablemente no podría escucharle y si se acercaba demasiado podía asustarle. Así que decidió hablar para hacerle ver que estaba a sus espaldas.
-Lo siento...
Se disculpó por desaparecer y reaparecer de ese modo, auqnue bien podía decirse que en realidad lo decía porque sentía que aunque no era su culpa, el podría haber hecho algo. Frunció el ceño. Había olido la sangre momentos antes, sin embargo, su mente no fue capaz de procesar la situación a tiempo.
-Escucha... no deberías preocuparte por mí...
No, claro. El se preocupaba más por ella, porque sabía que era más vulnerable de lo que él podía llegar a ser si se metían en algún problema. Y si ella no se perdonaría que algo le pasase a quien le acompañaba, él estaba exactamente en la misma situación.
-Siento preguntarlo en este momento... ¿Puedes decirme tu nombre?
No sabía por qué salía con eso justo ahora, tal vez porque había pensado en que no sabía cómo llamarle un momento antes.
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Re: En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
Tenía razón. Me había seguido hasta ver el rastro de sangre pero hasta el momento no le dije mi nombre. Ay de mi, que descortés había sido por mi parte.
-Me llamo Lenneth Paganini-Dije mientras mantenía mi mirada al cristo. Me giré entonces a el a la vez que me icorporaba de pie. Miré por última vez al cristo y me disponía a salir de la pequeña capilla. Algo le había pasado a mi caballo, pero ahora no podría ponerme a buscarlo en mitad de la noche dado que era una fuerza menor y apenas se por donde ir.
-Hace una noche maravillosa, a pesar de los acontecimientos ocurridos, ¿No le parece?-Dije sarcásticamente.-En mi país, esto estaría plagado de seres de la noche, que invaden la paz de los hogares de la gente y destruyen familias enteras,-Dije mientras me disponía a andar entre las tumbas del cementerio. Iba caminando y estuve así por un rato. De repente, la imagen de mi abuela, llegó a mi mente como un rayo en una tormenta. Después una brisa me rozó mi mejilla derecha, haciendo que me diera media vuelta y encontrarme cara a cara con Kei.
-¿Ocurre algo?-Pregunté a Kei que me miraba sonriendo. La luna estaba envidiosa esta noche, pues brillaba más que otras veces. El suave viento acariciaba la cabellera de Kei removiendolo hacia la derecha y algunos mechones se movían rebeldes por delante de su rostro. Mi mano fue inconscientemente a retirar uno de sus mechones. Le retiré el pelo de la cara a la vez que mi dedo rozó si querer en una caricia la suavidad de piel. Salté en un tic al caer en la cuenta de lo que estaba haciendo.
-Ahora puedo verle mejor la cara-Dije terminando en una sonrisa de lado a lado.-¿Cree que el destino nos haya reunido aqui por algo?
-Me llamo Lenneth Paganini-Dije mientras mantenía mi mirada al cristo. Me giré entonces a el a la vez que me icorporaba de pie. Miré por última vez al cristo y me disponía a salir de la pequeña capilla. Algo le había pasado a mi caballo, pero ahora no podría ponerme a buscarlo en mitad de la noche dado que era una fuerza menor y apenas se por donde ir.
-Hace una noche maravillosa, a pesar de los acontecimientos ocurridos, ¿No le parece?-Dije sarcásticamente.-En mi país, esto estaría plagado de seres de la noche, que invaden la paz de los hogares de la gente y destruyen familias enteras,-Dije mientras me disponía a andar entre las tumbas del cementerio. Iba caminando y estuve así por un rato. De repente, la imagen de mi abuela, llegó a mi mente como un rayo en una tormenta. Después una brisa me rozó mi mejilla derecha, haciendo que me diera media vuelta y encontrarme cara a cara con Kei.
-¿Ocurre algo?-Pregunté a Kei que me miraba sonriendo. La luna estaba envidiosa esta noche, pues brillaba más que otras veces. El suave viento acariciaba la cabellera de Kei removiendolo hacia la derecha y algunos mechones se movían rebeldes por delante de su rostro. Mi mano fue inconscientemente a retirar uno de sus mechones. Le retiré el pelo de la cara a la vez que mi dedo rozó si querer en una caricia la suavidad de piel. Salté en un tic al caer en la cuenta de lo que estaba haciendo.
-Ahora puedo verle mejor la cara-Dije terminando en una sonrisa de lado a lado.-¿Cree que el destino nos haya reunido aqui por algo?
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Re: En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
Cerró los ojos al sentir aquella caricia. Era un acto reflejo al sentir la calidez de su mano.
-Debo decir que no creo en el destino... pero hace mucho alguien me dijo que las casualidades no existen... y nunca he podido olvidar sus palabras...
Abrió los ojos lentamente.
-No ocurre nada...
Sus ojos le estaban fijos en los de Lenneth, pero su mente estaba divagando entre los recuerdos grabados en su mente. Era la segunda vez que alguien le hacía recordar a esa persona... Cuando vivía, nunca había pensado en qué tanto le apreciaba. Fue mucho después que lo entendió, cuando el paso del tiempo le había demostrado que él también podía sufrir la pérdida de los seres que habían estado cerca de él durante su vida mortal. Sin embargo, ni una sola vez miró atrás. Tampoco se arrepintió. Estaba seguro de que le había entendido de alguna manera. Porque le había conocido y sabía cómo era, su carácter indiferente, su desapego... siempre había sido así. Pero tenía la esperanza de que hubiese notado que le importaba, aún cuando desapareció sin dejar rastro dejándoles atrás junto con todo lo que había conocido hasta ese momento.
Luego se concentró en lo que acababan de decirle. No le había dado importancia, pero ahora que lo pensaba... 'seres de la noche que invaden la paz de los hogares de la gente y destruyen familias enteras' Quería preguntar al respecto, pero no sabía qué tan mala idea podría ser. No parecía algo en lo que simplemente pudiese indagar solo porque sentía cierta curiosidad. Además, no sabía que tan dispuesta estaba la persona delante de él a contarle el por qué le había dicho aquello.
Como fuese, probablemente debía preocuparse más por la situación actual.
-Debo decir que no creo en el destino... pero hace mucho alguien me dijo que las casualidades no existen... y nunca he podido olvidar sus palabras...
Abrió los ojos lentamente.
-No ocurre nada...
Sus ojos le estaban fijos en los de Lenneth, pero su mente estaba divagando entre los recuerdos grabados en su mente. Era la segunda vez que alguien le hacía recordar a esa persona... Cuando vivía, nunca había pensado en qué tanto le apreciaba. Fue mucho después que lo entendió, cuando el paso del tiempo le había demostrado que él también podía sufrir la pérdida de los seres que habían estado cerca de él durante su vida mortal. Sin embargo, ni una sola vez miró atrás. Tampoco se arrepintió. Estaba seguro de que le había entendido de alguna manera. Porque le había conocido y sabía cómo era, su carácter indiferente, su desapego... siempre había sido así. Pero tenía la esperanza de que hubiese notado que le importaba, aún cuando desapareció sin dejar rastro dejándoles atrás junto con todo lo que había conocido hasta ese momento.
Luego se concentró en lo que acababan de decirle. No le había dado importancia, pero ahora que lo pensaba... 'seres de la noche que invaden la paz de los hogares de la gente y destruyen familias enteras' Quería preguntar al respecto, pero no sabía qué tan mala idea podría ser. No parecía algo en lo que simplemente pudiese indagar solo porque sentía cierta curiosidad. Además, no sabía que tan dispuesta estaba la persona delante de él a contarle el por qué le había dicho aquello.
Como fuese, probablemente debía preocuparse más por la situación actual.
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Re: En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
-¿Está seguro?-Pregunté un tanto confusa. Su mirada seguía puesta en mí, pero no podría quedarme ahí plantada mirándole como una boba. Por si la noche no era más que una joven caprichosa que aparecía dejando pasó a los desconocidos de las sombras para que se movieran a su aire.
Ahora lo que me preocupaba era el cómo volver a mi hogar. Lentamente fui acercándome a la salida, procurando no ser descortés al romper la mirada de Kei con la mía. Me giré y me dirigí hacia el umbral de la puerta del primer muro del cementerio, que separaba por secciones las miles y miles de tumbas que componían el cementerio. Anduve lentamente, a paso lento para que Kei pudiera seguirme, pero aún le veía a él sin ninguna prisa, o eso me parecía a mí. Me quede de brazos cruzados y esperé a que Kei hiciera algo. O se movía o me iba sola.
Esto me recordaba a cuando vine una vez con mi abuela al cementerio cuando tenía solo 16 años. De repente, un recuerdo amargo invadió mi alegría transformándolo en un gesto triste que comenzaba a reflejarse en mi rostro. Miré hacia la luna con mis ojos azules como el mar. Una lágrima rebelde, se escapó de mis ojos recorriendo la curva de mi mejilla.
Me apoye delicadamente sobre una columna de piedra que había junto con una estatua que representaba a un ángel que alzaba el vuelo y tendía su mano hacia el suelo. Me senté en pequeño hueco que había y me quede mirando la estatua, fue como si me estuviera invitando a irme con él. Mi mano desnuda, acarició la fría piedra con suavidad. Entonces, aquel ángel de piedra pareció haberme dirigido su mirada hacia mí.
Yo estaba en mi mundo, pero de repente un aullido en la noche, brotó cerca de donde estábamos. La maleza del bosque, se removía rebelde a causa del viento que se fue levantando poco a poco, removiendo hojas y flores. Alguien parecía traer consigo la amenaza de una noche de gritos temerarios y no de burla. Mí mirada se desvió hasta Kei. El me miraba en el mismo sitio donde le había dejado al principio. ¿Qué le pasaba? Se había quedado petrificado. -Pensé un tanto extrañada.
Me incorporé lentamente, alisando la falda de mí vestido a la vez que me iba levantando y acicalando poco a poco. Mi melena azabache se movía en rebeldía con el aire que se había levantado. Me dispuse a caminar por el suelo de piedra y con mi mala suerte, me caí de bruces contra el frio suelo, con un poco de suerte, mis manos fueron a parar justo delante de mi cara, impidiendo que me la lastimara.
Ahora lo que me preocupaba era el cómo volver a mi hogar. Lentamente fui acercándome a la salida, procurando no ser descortés al romper la mirada de Kei con la mía. Me giré y me dirigí hacia el umbral de la puerta del primer muro del cementerio, que separaba por secciones las miles y miles de tumbas que componían el cementerio. Anduve lentamente, a paso lento para que Kei pudiera seguirme, pero aún le veía a él sin ninguna prisa, o eso me parecía a mí. Me quede de brazos cruzados y esperé a que Kei hiciera algo. O se movía o me iba sola.
Esto me recordaba a cuando vine una vez con mi abuela al cementerio cuando tenía solo 16 años. De repente, un recuerdo amargo invadió mi alegría transformándolo en un gesto triste que comenzaba a reflejarse en mi rostro. Miré hacia la luna con mis ojos azules como el mar. Una lágrima rebelde, se escapó de mis ojos recorriendo la curva de mi mejilla.
Me apoye delicadamente sobre una columna de piedra que había junto con una estatua que representaba a un ángel que alzaba el vuelo y tendía su mano hacia el suelo. Me senté en pequeño hueco que había y me quede mirando la estatua, fue como si me estuviera invitando a irme con él. Mi mano desnuda, acarició la fría piedra con suavidad. Entonces, aquel ángel de piedra pareció haberme dirigido su mirada hacia mí.
Yo estaba en mi mundo, pero de repente un aullido en la noche, brotó cerca de donde estábamos. La maleza del bosque, se removía rebelde a causa del viento que se fue levantando poco a poco, removiendo hojas y flores. Alguien parecía traer consigo la amenaza de una noche de gritos temerarios y no de burla. Mí mirada se desvió hasta Kei. El me miraba en el mismo sitio donde le había dejado al principio. ¿Qué le pasaba? Se había quedado petrificado. -Pensé un tanto extrañada.
Me incorporé lentamente, alisando la falda de mí vestido a la vez que me iba levantando y acicalando poco a poco. Mi melena azabache se movía en rebeldía con el aire que se había levantado. Me dispuse a caminar por el suelo de piedra y con mi mala suerte, me caí de bruces contra el frio suelo, con un poco de suerte, mis manos fueron a parar justo delante de mi cara, impidiendo que me la lastimara.
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Re: En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
Se había quedado quieto, aunque observaba sus movimientos con detalle. Sus músculos se habían tensado de pronto. Sentía a aquella creatura cerca. Su mente estaba alerta y aunque quería moverse rápidamente y sacarla de allí, no lo hizo. Le observó acercarse a la figura de piedra y vio aquella lágrima, pero no se movió.
Parecía estar esperando algo, aunque no era eso por lo que se había quedado de pie en aquel lugar.
Al verla caer, su cuerpo reaccionó en automático, acercándose y ayudándola a levantarse.
-¿Está bien? Sugiero irnos de este lugar cuanto antes...
Su voz era calmada, como de costumbre. Aún cuando el movimiento que había hecho al acercarse había sido un poco más rápido de lo que hubiese deseado.
No podía esperar a que algo más sucediese. Sabía de antemano que debía haberle convencido de irse justo cuando le encontró en el oratorio. Se reprendió a sí mismo por no hacerlo.
No debía ponerle en peligro, esa era la primera regla y ya creía haberla quebrantado.
Observó a su alrededor, solo por si acaso. No necesitaba hacerlo, pero aún así, pensó que era mejor asegurarse. Tal vez su oído podía engañarle.
Bien, ya no tenía que seguir dudando, eso no era habitual en él. Lo que tenía que hacer era sacarle de allí cuanto antes. No importaba cómo cambiase la situación. Si era necesario se enfrentaría a lo que viniese. Aún cuando eso significase poner en evidencia lo que era frente a ella.
Parecía estar esperando algo, aunque no era eso por lo que se había quedado de pie en aquel lugar.
Al verla caer, su cuerpo reaccionó en automático, acercándose y ayudándola a levantarse.
-¿Está bien? Sugiero irnos de este lugar cuanto antes...
Su voz era calmada, como de costumbre. Aún cuando el movimiento que había hecho al acercarse había sido un poco más rápido de lo que hubiese deseado.
No podía esperar a que algo más sucediese. Sabía de antemano que debía haberle convencido de irse justo cuando le encontró en el oratorio. Se reprendió a sí mismo por no hacerlo.
No debía ponerle en peligro, esa era la primera regla y ya creía haberla quebrantado.
Observó a su alrededor, solo por si acaso. No necesitaba hacerlo, pero aún así, pensó que era mejor asegurarse. Tal vez su oído podía engañarle.
Bien, ya no tenía que seguir dudando, eso no era habitual en él. Lo que tenía que hacer era sacarle de allí cuanto antes. No importaba cómo cambiase la situación. Si era necesario se enfrentaría a lo que viniese. Aún cuando eso significase poner en evidencia lo que era frente a ella.
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Re: En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
Me ayude para levantarme de la fuerza de Kei al ayudarme a levantarme del suelo. Estaba de acuerdo en salir del cementerio pero sin medio de transporte, no sabía cómo lo íbamos a hacer.
-Sí podemos salir de aquí, ¿pero cómo?-Pregunté un poco confusa mientras aún estaba agarrada en los brazos de Kei. Cuando me di cuenta, me separé de el de inmediato, acicalándome de nuevo y recolocándome el pelo. Vi que él se reajustaba la corbata y el traje que llevaba. La incomodidad del momento, me hizo reír tímidamente y le vi que se escondía dándose la vuelta. Paré pues puede que le estuviera incomodando mi risa de algún modo.
Le eché un vistazo y algo me hizo despertar una atracción hacia a él. Me escondí tímidamente y algo de repente, me hacía cosquillas en mi estómago, un cosquilleo que me producía cosquillas y me empecé a rascar la barriga disimuladamente. Le volví a mirar y un encanto que no había visto en un principio me hizo comportarme de una manera cohibida.
-Bueno... ¿Buscamos alguna manera de salir del cementerio?-Pregunté un poco tímida. Era muy raro en mí. Suelo ser prudente, pero no era yo.- ¿Ha venido usted en algún modo de transporte?-Pregunté ahora un poco insegura. No me di cuenta de que estaba jugando inconscientemente con el rizo del bajo de los volantes de la cinturilla que componían mi vestido, como si fuese una niña nerviosa por no saber a dónde ir o que hacer en este mismo instante.
Vi que intentaba escuchar algún sonido extraño que procediera del exterior del cementerio. Me acerqué a él un poco para que la inseguridad no me atrapara por completo y sin pensarlo, ya me había agarrado a la suave tela aterciopelada de su casaca azul marino.
-Sí podemos salir de aquí, ¿pero cómo?-Pregunté un poco confusa mientras aún estaba agarrada en los brazos de Kei. Cuando me di cuenta, me separé de el de inmediato, acicalándome de nuevo y recolocándome el pelo. Vi que él se reajustaba la corbata y el traje que llevaba. La incomodidad del momento, me hizo reír tímidamente y le vi que se escondía dándose la vuelta. Paré pues puede que le estuviera incomodando mi risa de algún modo.
Le eché un vistazo y algo me hizo despertar una atracción hacia a él. Me escondí tímidamente y algo de repente, me hacía cosquillas en mi estómago, un cosquilleo que me producía cosquillas y me empecé a rascar la barriga disimuladamente. Le volví a mirar y un encanto que no había visto en un principio me hizo comportarme de una manera cohibida.
-Bueno... ¿Buscamos alguna manera de salir del cementerio?-Pregunté un poco tímida. Era muy raro en mí. Suelo ser prudente, pero no era yo.- ¿Ha venido usted en algún modo de transporte?-Pregunté ahora un poco insegura. No me di cuenta de que estaba jugando inconscientemente con el rizo del bajo de los volantes de la cinturilla que componían mi vestido, como si fuese una niña nerviosa por no saber a dónde ir o que hacer en este mismo instante.
Vi que intentaba escuchar algún sonido extraño que procediera del exterior del cementerio. Me acerqué a él un poco para que la inseguridad no me atrapara por completo y sin pensarlo, ya me había agarrado a la suave tela aterciopelada de su casaca azul marino.
Invitado- Invitado
Re: En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
-Acerca de eso...
Rió nerviosamente. A veces se olvidaba de detalles como ese. Él no necesitaba un transporte, así que realmente no había nada esperándole allá afuera. Aún así, quedarse allí, no creía que fuese lo mejor. Se puso serio. El cementerio estaba apartado. Si se aventuraban a ir así como así, podría resultar mal. No porque les fuese a pasar algo, no permitiría algo así.
Sin embargo, empezaba a dudar de lo que hacía, lo cual ya era suficientemente malo.
-He venido a pie...
Dijo al fin. En realidad había llegado volando, pero esos detalles estaban de más por ahora. Ya que algo parecía inhibir su capacidad de tomar desiciones en este instante, dejaría que las cosas tomasen un rumbo diferente.
-¿Qué crees que sea lo mejor? ¿Quedarnos aquí o intentar marcharnos?
Cualquiera de las opciones suponía lo mismo para él. ¿Por qué? su objetivo era protegerle, la diferencia era cómo y qué tan lejos iba a llegar. Si revelaría su naturaleza, lo cual si se daba alguna especie de enfrentamiento sería inevitable, a decir verdad.
Se quedó en silencio un instante. Luego ya no pudo evitar querer saber algo más.
-Cuándo dijiste lo de seres de la noche y eso... ¿a qué te referías?
No quería suponer cosas o tener que preocuparse si no era necesario.
Rió nerviosamente. A veces se olvidaba de detalles como ese. Él no necesitaba un transporte, así que realmente no había nada esperándole allá afuera. Aún así, quedarse allí, no creía que fuese lo mejor. Se puso serio. El cementerio estaba apartado. Si se aventuraban a ir así como así, podría resultar mal. No porque les fuese a pasar algo, no permitiría algo así.
Sin embargo, empezaba a dudar de lo que hacía, lo cual ya era suficientemente malo.
-He venido a pie...
Dijo al fin. En realidad había llegado volando, pero esos detalles estaban de más por ahora. Ya que algo parecía inhibir su capacidad de tomar desiciones en este instante, dejaría que las cosas tomasen un rumbo diferente.
-¿Qué crees que sea lo mejor? ¿Quedarnos aquí o intentar marcharnos?
Cualquiera de las opciones suponía lo mismo para él. ¿Por qué? su objetivo era protegerle, la diferencia era cómo y qué tan lejos iba a llegar. Si revelaría su naturaleza, lo cual si se daba alguna especie de enfrentamiento sería inevitable, a decir verdad.
Se quedó en silencio un instante. Luego ya no pudo evitar querer saber algo más.
-Cuándo dijiste lo de seres de la noche y eso... ¿a qué te referías?
No quería suponer cosas o tener que preocuparse si no era necesario.
Última edición por Kei Koizumi el Lun Abr 04, 2011 2:41 pm, editado 1 vez
Kei Koizumi- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 7371
Fecha de inscripción : 27/02/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: En el silencio y la oscuridad... {Lenneth}
Cuando mis oídos escucharon esas palabras, pude notar curiosidad mezclada con un poco de molestia entre las letras y las interrogaciones.
-Me refería a una noche atroz, una bandada de vampiros, liderados por el enemigo que repudiaba a mi padre por un tema de líos amorosos, nos atacaron deliberadamente en mitad de una fiesta anual que celebrábamos todos los años.-Dije intentando ocultar las lagrimas de mis ojos en el brazo de su casaca.-Me quede sola, y después de cuatro años me vine a París en busca de algo nuevo.-Dije terminando mientras me soltaba del brazo de Kei poco a poco. Me aleje unos centímetros de él y de repente le encontré tenso por el cuerpo. Le abracé. Coloque mis brazos alrededor de su cintura y me miró, pero yo no le miré a él.
-No estés tenso, Kei-Dije desde un principio.-Tu no eres como los demás, me temo.
Mantuve mi abrazo alrededor de Kei pero sentía como quería zafarse de mí abrazo por temor a hacerme algo. Le fui soltando poco a poco y entonces le miré. Nos miramos mutuamente y otro aullido salió de la nada en la inmensa noche oscura. Aparté mi mirada sobre Kei y me dispuse a mirar atentamente el cementerio con ojos vigilantes. La luna iluminaba las tumbas grises del cementerio haciendolas mas tenebrosas aún en el ambiente. Me coloqué detrás de Kei y me mantuve alerta por si atacaba por detrás aquella amenaza que estuviera afuera. Pensé que Kei era humano, pero al encontrarmelo aquí, de noche, en un cementerio, a solas y de aspecto saludable, aparte de tener un atractivo inhumano, entonces pensé usar otros metodos de socialización para poder acercarme a el. Pero mis sospechas se cumplieron al ver a Kei con el cuerpo tenso.
Por lo que pude ver de Kei, si hubiera sido un enemigo de la raza humana, me hubiera atacado sin pensarselo dos veces, pero no lo hizo. Kei era diferente, un ser diferente que no era como el resto de su raza. Miré a Kei y una sonrisa picara se asomó por mis labios seductores.
-Me refería a una noche atroz, una bandada de vampiros, liderados por el enemigo que repudiaba a mi padre por un tema de líos amorosos, nos atacaron deliberadamente en mitad de una fiesta anual que celebrábamos todos los años.-Dije intentando ocultar las lagrimas de mis ojos en el brazo de su casaca.-Me quede sola, y después de cuatro años me vine a París en busca de algo nuevo.-Dije terminando mientras me soltaba del brazo de Kei poco a poco. Me aleje unos centímetros de él y de repente le encontré tenso por el cuerpo. Le abracé. Coloque mis brazos alrededor de su cintura y me miró, pero yo no le miré a él.
-No estés tenso, Kei-Dije desde un principio.-Tu no eres como los demás, me temo.
Mantuve mi abrazo alrededor de Kei pero sentía como quería zafarse de mí abrazo por temor a hacerme algo. Le fui soltando poco a poco y entonces le miré. Nos miramos mutuamente y otro aullido salió de la nada en la inmensa noche oscura. Aparté mi mirada sobre Kei y me dispuse a mirar atentamente el cementerio con ojos vigilantes. La luna iluminaba las tumbas grises del cementerio haciendolas mas tenebrosas aún en el ambiente. Me coloqué detrás de Kei y me mantuve alerta por si atacaba por detrás aquella amenaza que estuviera afuera. Pensé que Kei era humano, pero al encontrarmelo aquí, de noche, en un cementerio, a solas y de aspecto saludable, aparte de tener un atractivo inhumano, entonces pensé usar otros metodos de socialización para poder acercarme a el. Pero mis sospechas se cumplieron al ver a Kei con el cuerpo tenso.
Por lo que pude ver de Kei, si hubiera sido un enemigo de la raza humana, me hubiera atacado sin pensarselo dos veces, pero no lo hizo. Kei era diferente, un ser diferente que no era como el resto de su raza. Miré a Kei y una sonrisa picara se asomó por mis labios seductores.
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