Dinero + Comida + Mal humor [Hiroshi]

Por un instante se topó con los ojos (un poco peculiares) de la joven de la mesa contigua, pero en un instante el mesero se colocó de espaldas a él y le limito la visión sacudió un poco la cabeza y comenzó a mirar cada rincón del restaurante como si lo analizará detenidamente intentando buscar algún defecto para poder salir de allí. Por alguna extraña razón no se encuentra muy cómodo en ese lugar, puede que sean tantos olores mezclados o simplemente la ciudad está putrefacta.

En estos días el joven de cabellos negros ha pensado en marcharse del lugar a pesar de que es un recién llegado, pero desde que se convirtió en lo que es no ha permanecido más de una semana en un lugar, por una extraña razón ha permanecido más tiempo aquí y eso le irrita un poco, los bosques no son muy extensos o se encuentran lejos, en todo momento hay personas caminando por las calles como si no tuvieran cosas mejores que hacer, en diversas ocasiones un instinto asesino lo envuelve sin motivo aparente y eso es a lo que teme, volver a matar no está en sus planes.

Termino de revisar el lugar minuciosamente y solo vio al mesero marcharse, cualquier intento por llamar la atención de alguien que lo pudiera atender era inútil, en ese momento un extraño impulso hizo que volviera la vista a la joven y no evito sonreírle cortésmente. Al parecer no era muy bueno haciendo amigos - ¡Ho! Lo siento mucho no fue mi intención incomodarla – se disculpó cortésmente – Solo que su ojos han llamado mi atención, lamento se un atrevido señorita – termino de decir para poder hablar con un mesero que por fin se había dado cuenta que él existe – Me trae un Chateaubriand con un vino blanco seco por favor – ordeno tranquilamente, necesita carne después de pasar días tan agotadores llevo su vista hacia la joven de tez blanca y le sonrío, ahora que iba a comer ¿Por qué no ponerse de un buen humor? – Creo que un Pay de Zarzamora no la llenará mucho señorita – dijo sin pensar - ¿No gusta acompañarme? Hace un tiempo que no tengo una buena charla – volvió al sonreír esperando una respuesta favorable, aunque es una invitación atrevida de su parte, lo hace porque el olor de la joven (cuyo nombre aún desconoce) la delata, aún tiene esa mezcla humana pero definitivamente, su olfato nunca le ha fallado a Hiroshi ella es un Licántropo como él.

Su sonrisa seguía pero sus labios intentaban mantener las carcajadas por dentro, no creí muy conveniente comportarse de esa forma en un lugar así. Puede que sus modales sean “exagerados” o demasiado molestos pero creció de esa forma rodeado a comparación de otras personas con gente buena y humilde, aún era un chiquillo que no conocía tanto mal en el mundo pero como lobo había sido un asesino implacable el contraste de su personalidad nadie la explicaba pero eso era él vivía humanamente respetando la vida de los demás sin importarle la suya pero como un animal prefería salvar su vida antes que le atacarán… aunque eso podría estar por cambiar ya que su mente comenzaba a hacerse presente en el animal que era en noches de luna llena.
Su buen humor lo invadió a pesar de no haber comido aun, no se encontraba todos los días con mujeres tan interesantes como Nell, personas que Vivian y no les importaba nada más que eso Vivir y disfrutar, algo que ojinegro debería hacer.

Abrió ampliamente los ojos cuando pregunto por qué no echaba a correr -¿Por qué lo haría? – se limitó a decir e intento cruzar su mirada con la de ella – No tengo nada que temer y jamás correré si no he comido aún, así que si me disculpa tendré que correr después de haberme alimentado… digo después de todo será un buen ejercicio – le guiño el ojo esperando su respuesta.
-La gente es una inútil y estoy de acuerdo con usted – asiento con la cabeza –Pero no es usted una tonta y por eso es rechazada – se lleva su dedo índice a la cien y golpea un poco – Al menos usted piensa y eso es un don que no muchas mujeres tiene – no lo dijo con ánimos de ofender pero era verdad, mujeres de esta época preocupadas por otras cosas que en su propio comportamiento ruin y asqueroso, no la gente era basura que veía a los de abajo con odio por que al menos ellos eran felices.

La miró de reojo cuando se negó a que la llamaran señorita no dijo nada solo se limitó a ver al mesero él cual serbia el delicioso vino, escucho lo de la comida y no dudo reír internamente ¿Qué si la chica es mal educada? Sí ¿Qué si no se sabe comportar y solo lleva a contraría? Sí ¿Qué si le gusta molestar a la gente y se hace notar? Sí pero… ¿qué más da? Se puede decir que en su vida no hay esa rebeldía y no la necesita pero al estar rodeado por personas tan desagradables agradece ese tipo de situaciones una mujer diferente con la cual se podría divertir, el solo pensar las historias que tiene para contar lo emociona, una persona más interesante en Paris no podría existir.

Miro su copa y comenzó a dar pequeños círculos con su muñeca acercándose dicha pieza a su nariz para poder inundarse de su aroma, bebió un poco y saboreo lentamente sintiendo como bajaba ese placer por su garganta – Que buen vino – miro el transparente vidrio de su mano con un líquido delicioso dentro –No cabe duda soy Excelente eligiendo vinos – se río un poco y levo su vista a Nell, su modestia a veces le ganaba pero el tipo no era un arrogante como todos - ¿Mi nombre? – volvió a prestar su atención a su copa, la dejo en la mesa, tomo la mano de la joven – Ya se lo había dicho – sonrío y acerco se acercó un poco más – Pero me presento nuevamente soy Ikeda Hiroshi y puede llamarme como quiera – beso la mano de su acompañante con la molesta educación que es tan irritable.

No disfrutaba de un buen vino desde hace tiempo ya que últimamente no tenía ganas de nada, bueno en realidad nunca tenía ganas de nada, siempre tan patético con su miserable vida ensimismándose sin hacer caso a los demás pero afortunadamente encontraba una buena compañía, alguien con quien claramente pudiera reír y ser el mismo. Sí es verdad de vez en cuando un tipo arrogante como todos los riquillos de la zona pero quería cambiar, lo tenía todo y en solo una noche acabo como si de un sueño se tratase, hace cinco años que sufría de una “maldición” que lo alejo de su familia, pero ya era hora de cambiar y eso espera hacer en parís, sí por eso no se ha ido quiere dejar de ser un ser errante y madurar un poco.

-Sí lo sé, todos corren- contesto simplemente, lo sabía muy bien todos corren al saber que eres una persona que con el resplandor perfecto de una luna llena se convierten en lobos perdiendo toda conciencia de sí mismo asesinando a su paso entonces… ¿por qué correr de algo así? No evito sonreír sarcásticamente cunado todo eso le vino a la mente, él mato a toda su tripulación el primer día de convertirse en lobo tal vez ellos corrieron al verle, pero de allí en fuera todos se quedaban quietos y temerosos así fueron presas más fáciles.
Le miro detenidamente no había escuchado a una mujer hablar de esa forma y se sorprendió un poco, por primera vez una mujer que piensa así que no evito reír plácidamente –Perdone pero es la primera vez que una mujer piensa de esa manera – no fue con intenciones de menos preciarla pero tenía mucha razón un cerebro no sirve de nada si no piensas por ti mismo y controlas tus acciones, a veces las personas son los animales más tontos que pudieran existir – Me alegra que dentro de una mujer tan hermosa haya un cerebro más que rescatable, todas las personas que vemos dentro de este lugar no les importa nada más que uno mismo e incluso tú Nell y yo no nos interesa otra cosa – Bebí un poco más de vino esperando ver su reacción. No les importaba nada, ya que si en verdad les preocupará en algo la pobreza o los problemas harían algo para detenerlo.

La comida llego y sus ojos se iluminaron, junto sus manos y las froto animadamente si darse cuenta de que el mesero había hecho tal grosería, si hubiera alzado la vista el mesero se encontraría muerto ya que Hiroshi no soporta que traten a una mujer de mala gana –Por fin comida – fue loi único que dijo y escucho las palabras de Nell – No en realidad no se mucho, solo es lo que he aprendido, mi francés es muy malo pero hago lo que se puede – si no se equivoca la comida iba primero que el postre así que aparto su pay de zarzamora con muchas zarzamoras como lo pidió y acerco su plato a ella –Creo que él mesero es un poco tonto, al ver a dos personas es lógico que las dos quieran comer o al menos pedir nuevamente la orden, pero bueno – Le alcanzo un tenedor para que le acompañara a alimentarse el cual es un arte sagrado para él.

Me presente ante ella una segunda vez y acabamos de hablar al mismo tiempo –Bueno si ya sabía mi nombre ¿Por qué me lo pregunto otra vez? – intento hacer un tono de reclamo pero no salió como esperaba, era como si dijera alguna broma o algo ya que parecía divertido. Sonrió de medio lado haciendo una mueca un poco extraña y coloco el hombro izquierdo pesadamente en la mesa mirándola un poco desilusionado –Nadie me respeta – fingió un tono triste gimoteo solo unos segundos.

Le miro un poco y la joven parecía confusa o pensativa, al menos eso le pareció. Miles de recuerdos surcaron su mente un tanto desagradables pero no lo suficiente como para que le quitase el sueño. No evito reír estridentemente al ver su reacción en verdad no esperaba eso, hasta ahora se daba cuenta que él es como ella, pero bueno todos maduran a su paso. Se dobló un poco de la risa la escena fue un poco chusca por decirlo de una manera – Bueno mejor tarde que nunca – fue lo que pudo decir al momento que el aire se le cortaba por reír tanto. Fue una sensación placentera e indescriptible – Lo bueno es que tu no tendrás que correr de mí, no suelo atacar a los míos – le guiño el ojo y su eterna sonrisa se hizo más pronunciada, demostrándole de esta manera que es una persona confiable, puede que no sea el mejor conversador del mundo pero al menos es un “perro” fiel –Lo que no entiendo es ¿por qué tardaste tanto en saber lo que soy? – coloco su mano en la barbilla.

Nell tenía muchas en contra, uno el mundo en el que se vive es una basura llena de arrogantes, dos es una mujer que es capaz de pensar y mostrar a la sociedad que no la pueden someter por lo que es una vergüenza para su familia, tres una mujer que se convierte en lobo las noches de luna llena y capaz de atacar a cuento se le cruce en el camino, cuatros sigue siendo una mujer. En estos tiempos el solo hecho de llevar falda les hace personas tontas, debes ser sumisa, complacientes y de más tonterías que los hombres les han impuestos, sin embargo a Hiroshi le era absurdo todo eso. Las mujeres de su tierra eran iguales que las del viejo mundo pero al menos él intentaba que tuvieran una vida, que pensaran por si mimas y pudieran controlar su entorno. – Sí… tú problema es que piensas, pero eso no quiere decir que seas extraña, más bien los extraños son todos los demás ¿qué acaso piensan que las mujeres son objetos sin sentimientos? – hizo una mueca de enojo, lo más molesto que pudiera considerar era una ofensa a una bella dama, ya que son las más preciadas joyas de la vida, nadie, absolutamente nadie las puede ni debe lastimarlas.

Analizo sus palabras un momento –Sí – se limitó a decir, tomo un poco de aire –Me dice que esta dispuesta a dar el dinero que trae en ese paquete a las personas pobres – afirmo mirándola fijamente –Yo creo que no. Usted y yo somos personas egoístas y no… no me diga que no por favor. Darle un poco de dinero a las personas pobres no es nada malo y hace que las conciencias estén limpias pero… jamás nos desprenderemos de nada fácilmente – suspiro y se acomodó mejor es su lugar – Confieso que más de una vez me he arrepentido de haber dado dinero a un pobre, no necesitaba ese dinero pero mi mente me atacaba constantemente provocando arrepentimiento. Esto me indica que a pesar de saber qué haces cosas buenas uno seguirá siendo un pobre egoísta – no tenía intención de atacarla de alguna forma, solo es su manera de pensar miles de veces la mente le ha jugado muy mal.

La comida por fin había llegado, una gran y deliciosa pieza de carne de res asada a la parrilla con papas igualmente asadas y demás cosas que deseaba comerse de un solo bocado –Por fin un poco de carne – exclamo más que contento y son sonrisa infantil –Esto es lo mejor después de una trasformación, carne, carne, carne – tomo el tenedor y cuchillo cortando un poco –Mira prueba está a medio cocer, ósea está perfecta – le acerco un poco de comida para que le diera su visto bueno –Lo mejor de este platillo es que es lo suficientemente grande para dos personas – volvió a sonreír ampliamente esperando respuesta.

Rio un poco e intentaba tragar lo que tenía en a boca –Bueno no se preocupe ya le dije puede llamarme como quiera, siempre me dicen Hiro es extraño muy pocas personas me llaman Hiroshi – río un poco ante un pequeño recuerdo –Bueno con decirte que me han llamado Sushi, eso sí fue demasiado – tomo un poco de vino provocando un mejor sabor en su paladar.

Intento calmarse al escucharla, la situación había siso graciosa y su seriedad se había perdido en ese instante –Bueno cada quien interpreta los olores de diferente manera- se dio un poco de aire con la mano intentando quitar el calor provocado por su estridente carcajada –Por ejemplo a mí, no me provoca repulsión pero si me hace estar alerta… es odioso tener que cuidarte de ellos, además ¿Qué diablos les he hecho? – dijo un tanto irritado y negando con la cabeza bebiendo un tanto de vino para calmarse –Es odioso tener que estarnos peleando a cada instante- una sonrisa infantil se mostró en él –Es muy fácil- dijo con el meñique arriba –Cuando no distingas un olor o no estes segura de que es- Extendió las manos hacia ella –Pues es un lican y si te equivocas- su tono serio provocaba que uno pusiera tención –Corres sin más, puede que sea algo más fuerte que tú y no, no, no. Imagínate – se estremeció un poco –Lo digo por experiencia recuerdo que una vez me acerque a un lindo gatito y resulto ser un tipo extraño… que me persiguió desnudo por media ciudad y con un hacha en la mano – conto con tono serio y pensativo intentado recordar los hechos –En ese momento no sabía si morirme de miedo, de risa o atacarlo. Fue algo… digamos RARO – eso había pasado en Inglaterra y desde ese día se juro no regresar a esa ciudad y no volver a tocar a un gato en su vida.

No era esa su intención más bien era eso lo que le molestaba que los demás se refirieran a una mujer como objeto, que pensarán que no valían nada y que solo existían para complacer a los demás. No mentira al decir que no ha pagado por los servicios de una mujer pero… jamás las ha considerado como algo que se deseche y nunca lo hará, para él lo más preciado que puede existir en esta vida es una mujer. Su madre siempre fue buena con él y su padre la trataba como lo que era toda una reina la cual podía mandar en su hogar sin que le gritasen o la insultaran de alguna forma, tal vez por eso Hiroshi se había creado esa imagen de la mujer “Un ser al que se debe complacer, tratar con delicadeza, ser dulce y cariñoso. Y amarlas a como dé lugar” –Serías extraña si no hicieras lo que consideras correcto o lo mejor para ti. He crecido con una mujer que siempre hizo lo que quería hacer, por eso considero a las mujeres de todos los lugares pájaros enjaulados deseosas de volar por una vez, eso me entristece ya que una mujer debe mostrar su belleza y que no necesita a nadie para lograr lo que quiere. Eso es una mujer normal. Así que… para mí tú lo eres- dijo sin más explicaciones mirando sus ojos directamente, fue tanto que se consideraría una ofensa en esa sociedad.

La conversación era muy cálida, abierta sin penas o intentar aparentar algo que no era. Él era el verdadero Hiroshi uno sin miedo a decir las cosas sin importarle que piensen que tiene obsesión por las mujeres (no era esto cierto, pero no dudaba en admirarlas cada que podía hacerlo) tomo el tenedor y el cuchillo cortando un poco de carne para comerla, está al solo tacto era como si se desasiera en la boca tan suave y deliciosa con el jugo de la misma recorriendo el paladar a la perfección –Sí es perfecta- continuo comiendo en ese momento glorioso. De fondo comenzó a sonar un violín dando un ambiente más agradable de lo que era.

Le miro un poco divertido al ver su expresión supo inmediatamente que no sabía a lo que se quiso referir –Te lo explicaré- bebió un poco de vino y llamo al mesero para pedir otra botella –Soy japonés y allá hay un platillo hecho a base de arroz cocido y se coloca un poco de salmón o huevera de salmón crudo y eso es un Sushi, como mi nombre termina en Shi lo asociaron inmediatamente al Sushi – rolo los ojos con cara de pocos amigo –Ya sabes una broma de mal gusto y con ganas de molestar al extranjero que no hablaba el idioma- su vista se dirigió nuevamente a su comida, esperando una respuesta de su acompañante ante su peculiar historia -¡Hu! ¡Carne!- tomo otro trozo y se o metió a la boca, su rostro de niño con juguete nuevo se hizo presente.