The night is my life {privado}

por **Kei Koizumi** Sáb Abr 02, 2011 12:49 am

Siempre le había gustado el invierno, aún siendo humano. Desde que se había transformado en un ser que vivía bajo la oscuridad de la noche el clima había dejado de ser algo por lo cual preocuparse. Aún así, amaba esa estación del año.

Era justo por esa razón que salía en estos días simplemente a caminar por las calles de esta ciudad a la que apenas estaba acostumbrándose. Aunque eso era un decir. Vivir en una u otra ciudad no le parecía un gran inconveniente. Por eso era que le gustaba viajar tanto. No sentía apego por ningún sitio en específico. Había logrado crear lazos con ciertas personas a lo largo de su historia, pero aún así, una vez que ya no estaban allí, sus razones para quedarse en el mismo sitio desaparecían.

Ahora estaba allí porque había seguido a una persona que le era importante. Y por ello, era casi seguro que se quedaría hasta que algo hiciese que la situación cambiase.

Estaba distraído cuando se dio cuenta de que no sabía qué camino había tomado. Había avanzado sin prestar atención. No era como si fuese a extraviarse, solo que había perdido el sentido de lo que hacía por un momento.

Por esas calles ya no había mucha gente. Se detuvo de improviso y su vista se encontró con algo que le pareció peculiar. Era una niña. Y no pudo luchar contra el impulso de acercarse a ella. No sabía por qué, simplemente quería hacerlo.
Estaba en la otra acera, así que cruzó, quedando a un par de metros de ella y le sonrió de manera amable.

-Buenas Noches...
Sintió que se estaba arriesgando, se había aproximado sin tener idea de lo que estaba haciendo o d elo que quería decir.

por **Jazhara Elsbeth** Dom Abr 03, 2011 5:14 pm

La noche estaba despejada y hacía un frío que calaba hasta los huesos, más si como yo, casi no tenías carne que cubriera los huesos. Me había decidido a ir al campamento de gitanos para curarme por fin de la enfermedad que me aquejaba, me dolía la espalda y las costillas del esfuerzo que hacía por toser, mi garganta estaba muy irritada y tenía mucho sueño puesto que había veces en que ni la fiebre ni la tos me dejaban dormir en paz. Iré mañana. Pensé seriamente mientras continuaba mi camino hacia donde quería ir. Quería ir hacia ese espacio entre dos tejados que me permitía dormir y arroparme sin que el viento me golpeara en la cara o en cualquier otra parte del cuerpo, el espacio que era como mi hogar y en donde tenía un par de mantas delgadas que me cubrían por las noches, el lugar donde podía pegar mi espalda a los ladrillos donde seguramente del otro lado había una chimenea. Ladrillos calientitos.

Llegué al lugar donde se encontraba ese lugar y empecé a sentir la cabeza flotante, como si me pesara y se elevara todo al mismo tiempo, de nuevo la fiebre y el dolor de tripas de no haber comido nada en unos días. Necesitaba ese pedazo de pan duro que había escondido entre mis mantas. Miré hacia arriba el espacio que debía trepar entre botes de basura y espacios apenas perceptibles en la pared para colocar tanto las manos como los pies sintiéndome de pronto muy cansada. Estúpido invierno, estúpida tos, estúpida fiebre, estúpida forma de ser huérfana en la peor época del año.

Bajé a Honey que se escapó rápidamente probablemente para ir a buscar comida o para hacer sus necesidades. Sabía que volvería, siempre lo hacía. Me quité la manta de los hombros y la amarré alrededor de mi cintura antes de estirar las manos hacia arriba para subirme a uno de los barriles con el impulso de mis brazos. Un intento. Dos intentos. Un suspiro y el tercer intento fallido. Algo le pasaba a mis brazos. Falta de fuerza, falta de comida, falta de salud. Gruñí algo inentendible a cualquiera que quisiera escucharme antes de escuchar los pasos. ¿Serían los dueños del tejado que venían a decirme que no podía estar ahí? Adiós a las noches calientitas para siempre, seguro lo tapiarían y no tendría oportunidad de volver a entrar. Me encogí antes de escuchar la voz, antes de girarme, esperé un grito, un golpe, un jalón para alejarme, sin embargo nunca me imaginé que fueran a ser tan educados.

Entrecerré los ojos escuchando el saludo y tardando lo mío en girarme para mirar de frente a la persona que me hablaba. Me hice hacia atrás instintivamente. Aquí nadie sabía quién era bueno y quién era malo. -Buenas noches- Contesté con un hilillo de voz luchando contra el cansancio. Decidí hacer de cuenta que no tenía idea de qué iba todo y lo miré a los ojos alzando los ojos esperando a que me dijera algo. A lo mejor pensaba que estaba robando o revisando la basura. ¿Eso era un delito? -Hace una bonita noche, ¿No?- Distráelo y huye. Solamente necesitas un momento para echar a correr y que no te encuentre. Sólo un momentito.

por **Kei Koizumi** Dom Abr 03, 2011 5:44 pm

Al observarle de cerca sintió cierto impulso. Podía sentir que la temperatura de su cuerpo no era la habitual incluso aunque había cierta distancia entre ellos.

-Es una bonita noche... pero algo fría... -Contestó a lo que ella había dicho.
Sonrío, su presencia parecía ponerle nerviosa. Si él estuviese en su situación tampoco confiaría en alguien que se acercara de ese modo.

-Pero no parece que eso sea bueno para ti.... ¿Estas bien? -finalmente preguntó, aunque la respuesta sentía que ya la tenía. Sin poder evitarlo acercó una mano a su frente, sin preocuparse porque su frío tacto pudiese causarle un sobresalto.

Comprobó lo que ya había notado en un inicio. Realmente parecía que la estaba pasando mal, y sintió la necesidad de ayudarle. Eso no era común en él, aunque tampoco es que fuera tan inhumano. Tal vez su apariencia y edad estaban teniendo cierto efecto en él.

Iba a preguntar si podía hacer algo para ayudarle, aunque realmente creía que estaba de más. Si quería ayudarla podía hacerlo y ya. No sabía por qué le daba vueltas, pero sentía que si se iba, probablemente no la encontrase en ese mismo sitio.

Se giró justo un momento antes de decir cualquier cosa o recibir alguna respuesta. Había escuchado algo que normalmente pasaría inadvertido a los oídos humanos. El sonido ligero del caminar de un felino.

No había podido evitar distraerse con eso. Además le había tomado desprevenido, por lo que había dejado su mano cerca del rostro de la pequeña. Regresó su mirada a ella y le sonrió amablemente. No quería causarle molestias.

por **Jazhara Elsbeth** Dom Abr 03, 2011 11:14 pm

Si que era una noche fría, como todas las demás de este invierno que se había dejado caer sin piedad sobre nosotros, los lagos congelados, la nieve cayendo, el viento helado cortándote la piel. Parpadeé un par de veces cuando lo vi sonreir, no parecía ser el dueño de la casa y tampoco alguien que quisiera impedirme llegar ahí arriba pero nunca se sabía. -En realidad es una noche muy fría- Hice hincapié en el 'muy' porque yo me estaba básicamente congelando ahí afuera vestida solamente con un conjunto de falda y blusa, las mismas sandalias de siempre y una manta para los hombros. Me llevé instintivamente la mano a la frente sintiéndola arder aunque para mi mano eso fue un alivio porque era lo único que se sentía calientito de mi cuerpo. ¿Estaba bien? Ya llevaba un buen rato con ese resfriado y se estaba poniendo cada vez peor, la fiebre iba y venía cada noche y por más que lo intentaba a veces no lograba dejar de toser. ¿Qué se supone que debía decirle?

Tampoco es que hubiera podido elegir alguna otra cosa, si, estaba enferma, y si, me sentía mal, pero ¿Qué podía hacer al respecto? Ladeé la cabeza mirándolo fijamente y notando en su aura los colores de alguien que se preocupa. ¿Preocupado por mi? Di un bote cuando puso su mano fría en mi frente sacándome de mis cavilaciones sobre los colores de su aura. Me encogí sobre mi misma esperando a que dijera algo porque seguro se habría dado cuenta de lo que le pasaba, en lugar de contestarle a su pregunta, dijo algo que seguramente él ya sabía. -Tienes la mano muy fría- Levanté la mano para agarrar con ella su muñeca notando que su piel era incluso más fría que la mía en la intemperie y luego la solté notando cómo se giraba hacia otro lado siguiendo la dirección de su mirada. ¿Buscaba algo?

Me aclaré la garganta provocando un acceso de tos, de esas que dolían. Me doblé un poco resguardándome con las manos abrazando mi cuerpo a la altura de las costillas mientras mi garganta gritaba de dolor. Una vez que hubo pasado lo miré con lagrimillas que se escpaban de mis ojos y me las limpié rápidamente. -Si le digo que no estoy bien, ¿Qué va a hacerme?- No me gustaban los médicos, ya había habido gente que me llevaba con ese tipo de gente y acababan mirándome mal, diciendo que debía comer bien y tomar medicinas que sabían raro. Eran mucho mejores los brebajes de los gitanos. Señalé hacia arriba empezando a ver algo borroso. -Ahí duermo... pero no puedo subir... no tengo fuerza A lo mejor si quería ayudarme podía echarme una mano a llegar a mi cama.

por **Kei Koizumi** Dom Abr 03, 2011 11:55 pm

-No lo sé... por eso es que me veo en la necesidad de preguntar si puedo hacer algo por ti...

Observó hacia el lugar que ella le señalaba. Eso no era complicado.

-Haré lo que me pidas... -dijo al momento de quitarse el abrigo que traía y pasárselo por los hombros -Te llevaré allí si es lo que quieres...

Su expresión se había suavizado. El frío era un problema que no iba a afectarle, si llevaba puesto un abrigo era porque le gustaba usarlos, no porque lo necesitase.
Siempre le habían atraído los días de invierno, y cuando era un mortal solía salir a pasear justo como ahora. Tal vez se le había quedado como una manía.

Por experiencia, no se inmiscuía en la vida de otros ni les obligaba a hacer lo que a él le pareciese mejor, así que esta vez no tenía que ser la excepción, por muy intranquilo que pudiese estar acerca de su condición.

La tomó en brazos y subió sin dificultad. Habría volado hasta allí, pero eso habría revelado su naturaleza sobrehumana. La dejo con cuidado en el suelo una vez que llegó a la azotea. Cuando decía que haría lo que quisiese estaba hablando en serio.

-Listo... ¿Es aquí donde duermes?
Dijo observando el lugar, aunque su expresión no cambió al hacerlo. Luego fijo sus ojos en ella de nuevo. Tenía un bonito color de ojos, pensó. Eran realmente hermosos.
Siempre le habían atraído los ojos claros como los suyos, le parecían encantadores. Se había apoyado en una de sus rodillas y seguía en la misma posición. Se obligó a dejar de verle tan fijamente. Ya sabía que no era una buena costumbre hacerlo, pero era un hábito que le era difícil controlar.

Tal vez era porque no solía estar cerca de personas la mayoría del tiempo que cuando hablaba con alguien tendía a mirarle de esa forma imperturbable que solía incomodar a algunos.

por **Jazhara Elsbeth** Lun Abr 04, 2011 12:27 am

-No quiero ir al doctor Porque todo eso se resumía en una sola cosa: Más dinero. Me sorprendí un poco cuando me pasó su abrigo por encima de los hombros porque no me esperaba ese tipo de atención. Tampoco esperaba sinceramente que me ayudara en serio a llegar ahí porque por experiencia sabía que los adultos siempre creían saber más que uno al respecto de la vida de todo el mundo, así que lo que esperaba que hiciera era que esperara a que durmiera para llevarla al doctor y entonces despertaría en un cuarto blanco, sintiéndome mejor físicamente pero peor anímicamente. Eso no era lo que yo quería. Alcé las cejas cuando abrigándome mejor con su abrigo y mirando hasta dónde me llegaba el largo del mismo, casi al suelo.

Dejé que me tomara en brazos y me sorprendí lo mejor que podía con la cabeza algodonosa por la rapidez con la que subimos a la azotea, a mi hogar. Una vez en el suelo y sintiendo el calor que emanaba de la pared donde al otro lado había una chimenea, gateó hasta su nido de mantas y se arropó con ellas por encima del abrigo. Al menos por un momento, después se lo devolvería. -Gracias- Asentí con la cabeza sintiendo las mejillas arderme de la fiebre y pegando mi espalda a la pared calientita de la que he estado hablando desde el principio del rol esperando que eso fuera suficiente. Eso esperaba. -Aquí no da tanto el viento y tiene techo para que no me caiga nieve encima... Lo miré bajando la voz sin atinar a esbozar una sonrisa pero pensando que a lo mejor de pensar que estaba sonriendo, pasaría de ser sólo un pensamiento a ser de verdad. -Si se pega a esta pared... se siente el calorcito de la chimenea de al lado Comenté como si fuera el secreto mejor guardado del planeta tierra.

No me molestaba que me mirara así como me miraba, en realidad estaba muy acostumbrada a ese tipo de cosas, así que le regresé la mirada con la misma intensidad, había algo en él que me parecía bastante atrayente pero con la cabeza como la tenía y sin fuerza suficiente, no estaba en condiciones para saber qué exactamente. Estiré una mano hacia uno de los lados y rebusqué entre los pliegues de la otra manta hasta encontrar un trozo de pan lo bastante grande como para que me durara dos días. Era toda una hazaña tener comida para sobrevivir más del día presente pero ahora tenía compañía y uno no debía perder los pocos modales que tenía sólo pr estar enferma así que estiré la mano hacia él. -¿Quieres? Está bueno- Era poco lo que podía darle pero lo compartiría si lo quería.

por **Kei Koizumi** Lun Abr 04, 2011 11:48 am

Tocó la pared por inercia. Aún antes de poner sus dedos sobre ella sintió la calidez que amanaba.
Le sonrío dulcemente cuando le ofreció el pan.
-No, no te preocupes por mí... estoy bien así, pero te lo agradezco...

Luego se ubicó en lo que había dicho antes. Así que no quería ir a ver a un médico. Bueno, podía intentar hacer algo diferente.

-Por otro lado... podría conseguirte alguna otra cosa si quieres... Algo de fruta o tal vez otra cosa... conozco a un buen cocinero al que no le molestaría que probases lo que prepara...

Había recordado que en la casa tenían alimentos que realmente sobrepasaban lo que necesitaban.

Después de todo, no había muchas personas que pudiesen aprovechar aquello. Los dos residentes principales de la casa eran él y su discípulo, y no necesitaban ese tipo de alimento. Junno, como su mayordomo se había quejado más de una vez acerca de aquello. Cocinaba solo para él y generalmente parecía algo decaído por ese hecho. Más d euno había alabado sus habilidades culinarias.

Podía ir y volver a una velocidad en la que nadie notaría lo apartada que estaba la mansión que habitaban. Además Junno era experto con plantas, tal vez podía hacer algo que le ayudase a mejorar y seguro que no tardaría. Ciertamente su especialidad eran los venenos, pero hacer algo como eso debía ser realmente fácil para él. Su familia se había destacado en otras épocas por ello. Esa era la razón por la que nunca habían necesitado médicos en el clan. Ni antes ni ahora.

por **Jazhara Elsbeth** Lun Abr 04, 2011 5:23 pm

Dejé caer la mano con el pan en mi regazo con la falta de fuerza que ya me embargaba por completo. Miré el pan que se soltó de entre mis dedos y se quedaba ahí encima de las mantas. Tenía hambre pero ya comería, en un momentito. Le sonreí de regreso porque sabía lo que sucedía, el pan duro no es para todos, ¿No es cierto? Me acomodé mejor las mantas encima de mis hombros mirándolo con los ojos brillosos de la fiebre que iba subiendo conforme hablábamos y pensando en su propuesta. Fruta. Cocinero. Me relamí los labios con esas dos palabras retumbándome en la cabeza y asentí levemente para aceptarlo. -¿Manzanas? Hace mucho que no como manzanas Hace mucho que en realidad lo único que comía era pan porque el pan llenaba la tripa más rápido. -¿Cómo se llama ese cocinero?

Suspiré profundamente dejando que el calorcito de la pared se me metiera en el cuerpo, si ese cocinero quería que yo probara cosas, entonces probaría cosas, era verdad que tenía muchísima hambre y con la promesa de comer algo, sentía que mis tripas sonaban incluso más fuerte. ¿Me podrían escuchar en Rumania? Estiré la mano hacia el pan para comer un poco o más bien raspar con mis dientes las moronas y comérmelas despacito mientras seguía mirándolo. Necesitaba dormir. Comer y dormir, en ese orden. -Y agua... tengo sed Tal vez ya era demasiado pedir, manzanas y agua, a saber lo que estab dispuesto a traerme pero yo tenía hambre y sed y sueño y frío. Mucho frío.

Negué con la cabeza rápidamente cuando terminé de hacer mi petición pensando que había pedido demasiado, al fin y al cabo no tenía porqué ayudarme a nada. Ni siquiera nos conocíamos. -No... no importa... e-es... Me quedé callada debatiéndome entre la idea de comer algo y la idea de no pedirle nada. ¿Ahí también contaba eso de ser desconocidos? Empezaba a sentir que deliraba pero me mantuve coherente por un momento más. Sólo un momentito. -Yo me llamo Jaz, ¿Y tu? Dije rápidamente, así ya éramos conocidos, así podría traerme algo de comer y no me dejaría ahí sola, así sabría mi nombre. ¿O no funcionaba así?

por **Kei Koizumi** Lun Abr 04, 2011 5:53 pm

-Mi nombre es Koizumi Kei... y esa persona de la que hablo se llama Junno...

Le dijo sonriendo. Manzanas, si, eso no era una dificultad. Observó el cielo. Estaba despejado y podía ir tan rápido que realmente no se notaría mucho su ausencia.
-Puedo traerte eso... solo tendrás que esperarme un momento...

-Ah... y el abrigo... -dijo señalando el que había traído puesto hasta hace un momento -Puedes quedártelo...

Se puso de pie, sacudiendo su ropa. Era más una manía, porque no tenía mucho sentido que lo hiciese justo ahora.
Antes lo evitaba un poco, pero desde que había llegado vestía siempre con ropas negras. Justo ahora se preguntaba si eso no acentuaba la palidez de su piel.

No tenía sentido pensar en ello. Se acomodó el cabello y observó la dirección en la que se encontraba el lugar que ahora era su hogar.
No quería dejarla sola, pero no tenía muchas alternativas si quería cumplir lo que acababa de decir.
-Volveré enseguida... ¿está bien?
Se movió hasta la orilla del tejado. No podía salir volando desde allí como si nada. Era un vampiro, no es que eso estuviese muy bien visto por algunos. No tenía forma de saber si esa niña le temía o no a los de su especie. Además, no conocía a muchos seres de la noche de los que habitaban esta ciudad, pero sabía, que igual que en otros sitios había de todo tipo. No iba a arriesgarse a algo innecesario por ahora.

Echó un último vistazo a la pequeña antes de saltar. Le había ofrecido una sonrisa antes de hacerlo, era un gesto con el que intentaba decirle que confiase en él, que regresaría rápidamente.

No tocó el piso siquiera al caer. Caminó unos cuantos metros comprobando si había personas que pudiesen verle al elevarse por los aires. Una vez que pudo hacerlo, salió a toda velocidad hacia el lugar que había fijado como destino. No quería tardarse mucho. Un par de minutos y estaría allí.

por **Jazhara Elsbeth** Lun Abr 04, 2011 11:24 pm

Koizumi Kei... Koizumi Kei... Me quedé repitiendo su nombre que en mi estado podría olvidarlo para cuando abriera los ojos porque en ese momento, los ojos se me estaban cerrando, lo único que me impedía dormir en ese momento era que en cuanto mis párpados se cerraban, la imagen de una mujer que quería llevarme a algún lado y que era protagonista frecuente de mis pesadillas, aparecía de pronto haciendo que me despertara de inmediato nuevamente. -Está bien, Koizumi Kei Dije un poco adormilada y son una sonrisa que confirmaba mi estado, el calorcito estaba logrando que me diera sueño pero las costillas todavía palpitaban por el esfuerzo de estar todo el día tosiendo y las pesadillas estaban ahí, palpables, dispuestas a salir disparadas como soldados ante su primer fuego en cuanto yo perdiera la conciencia.

Abrí los ojos grandes grandes cuando mencionó el abrigo pensando que iba por otro lado su afirmación. ¿Quería que me quitara el abrigo? Cielos, si seguramente pensaría que me estaba aprovechando... y que olería mal cuando me lo quitara, estaba por removerme entre mis pobres mantas para quitármelo cuando dijo que me lo podía quitar. No me lo creí. Si hubiera sabido lo que era Navidad, hubiera pensado seriamente que estaba a punto de ser la primera Navidad de mi vida. -¿Es en serio? Murmuré haciendo que no me escuchara, instintivamente me abracé a mi misma protegiéndome no solo a mi sino también mi nuevo abrigo. MI abrigo. Nunca había podido decir eso. Si que era Navidad.

No pude evitar sonreir murmurando un montón de gracias aun cuando ya se había ido, así de agradecida estaba que se lo hacía saber no sólo al protagonista de la buena acción del invierno, sino también a las paredes que habían sido mudas testigos del obsequio y a mis mantas que cubrían el regalo bastante bien. Con ese abrigo sería invencible. Ni siquiera me di cuenta de que no estaba, mis ojos se habían cerrados y yo conservaba la conciencia por momentos, momentos pequeñitos pero momentos al fin y al cabo. Manzanas. Ojalá soñara con manzanas, ojalá la señora que me llevaba se fuera por fin sabiendo que nunca iría con ella. Ojalá que Kei no se tardara mucho.

por **Kei Koizumi** Lun Abr 04, 2011 11:40 pm

Tardó un poco más de lo esperado porque Junno solía ser bastante apasionado. Le había hecho preguntas mientras acomodaba las cosas que le había dado. Luego desapareció un momento y regresó diciendo que todo estaba listo.

Estaba frente a aquel edificio nuevamente. Suspiró. ¿Cuánto había tardado. Llevaba cargando una canasta. Su mayordomo había acomodado todo allí diciendo que le costraí llevar las cosas de otro modo. Suponía que no necesitaba llevarla de regreso.

Subió con cuidado, después de todo había visto lo que Junno había metido en el interior. Le había visto meter un par de botellas con agua y leche, manzanas, pan y otro frasco con una sopa que solía hacer para sí mismo. Cuando veía la cara de las personas que disfrutaban de los platilloos que hacía, eran las únicas veces que pensaba que sería bueno poder disfrutar algo como aquello.

Como se lo había pedido, había hecho un remedio para ella. y le había visto meterun frasquito y una nota. No había revisado lo que decía, pero suponía que eran instrucciones o algo. Junno era detallista a morir.

La observó un segundo antes de hablarle. No había hecho mucho ruido. ¿Estaba dormida? Escuchaba el sonido de su corazón, pero no estaba seguro de si estaba consciente o no.

-Jaz, he vuelto... -dijo en voz baja, solo por si acaso. Dejo las cosas cerca de ella y se sentó cruzando las piernas.

Sonrió sin darse cuenta al verle. Acercó una de sus manos y le acomodó el cabello. Esas manías eran las que le causaban problemas a veces, pero creía que esta vez estaba bien.

por **Jazhara Elsbeth** Mar Abr 05, 2011 12:29 am

Había empezado a correr, un pie tras el otro, se escuchaban mis pisadas sobre el asfalto cada vez más fuertes, retumbaban en mis oidos y hacían eco por toda la calle. Estaba cansada, a saber cuánto llevaba corriendo y estaba lloviendo, el invierno había terminado y los charcos se acumulaban en los desniveles del piso. Me detuve para coger aire y miré a mi alrededor, no se veía como las calles de París, no se veía como las calles de Rumania, no sabía dónde estaba. Ya había sucedido antes pero ahora empecé a sentir una angustia en forma de vacío en mi estómago que se hacía más y más grande, dando vueltas y vueltas en un espiral. Todo comenzó a unirse al vacío de mi barriga y empezó a dar vueltas, los contornos de las cosas se desdibujaban de lo rápido que iban y yo no podía moverme. ¿A dónde podía ir? Di un paso adelante pero me mareé haciendo que cayera de rodillas y sostenida también por mis manos en el suelo. Jadeé buscando aire, parecía que me apretaban los pulmones, aire adentro, aire afuera, aire adentro... los ojos apretados pero cuando me atreví a mirar, vi que se hacía una grieta en el suelo, una grieta enorme que me haría caer... una grieta por la que desaparecería para siempre. La grieta se hacía más grande y más grande y yo resbalaba cada vez que intentaba ponerme de pie, la grieta alcanzaba mis manos. Iba a caer, en cualquier momento, estaba cayendo, la oscuridad se cerraba sobre mí, aplastándome.

Desperté de golpe cuando la oscuridad fue demasiada, di un bote y empecé a toser todo al mismo tiempo. No supe si había despertado por el tacto de Kei, su voz, o simplemente por el sueño que había tenido. Odiaba las pesadillas. Tardé unos momentos en que el mundo real se acomodara de nuevo frente a mis ojos y cuando lo hizo, lo primero que vi fue la sonrisa de Kei. -¿Me he dormido mucho tiempo? Pregunté con la voz ronca y sin saber si todo el asunto de las manzanas lo había soñado, si en serio se había ido o si al ver que me quedaba dormido, se quedaba conmigo para que no me muriera en el proceso. Me palpé el pecho como para determinar si estaba muerta o no y al final sonreí de regreso cuando divisé la canasta. Esas canastas solían estar llenas de cosas ricas para comer y aun cuando intenté no verme demasiado ansiosa por ponerle las manos encima, mis propias tripas me traicionaron sonando fuertemente dentro de mi barriga. -¿Son manzanas? Pregunté en un susurro señalando la canasta y casi sintiendo que todos los males del mundo desaparecían de golpe.

por **Kei Koizumi** Mar Abr 05, 2011 12:55 am

-Bueno... no estoy seguro de eso.... acabo de volver...

Se había acercado un poco más al verle toser, en un intento de hacer algo al respecto, pero lo cierto es que se había quedado estático esperando que estuviese bien.
Volvió a sonreírle cuando encontró con su vista la canasta que acababa de dejar allí.

-Manzanas y alguna que otra cosa que Junno considero buena idea que trajese... Debo decir que él es mejor para esto que yo...

Si, sobre todo porque Junno era un humano, no como él.
-Adelante, puedes revisar... de cualquier forma eso se quedará aquí... -dijo señalando las cosas.

Observó sus movimientos, mientras recargaba la cabeza en uno de sus brazos. No estaba muy seguro de si había algo más en el interior, pues no había prestado suficiente atención, se había puesto a contestar las preguntas que su mayordomo le hacía mientras se movía sin cesar por la cocina.

-¿Estabas soñando algo?
Había escuchado el palpitar de su corazón un momento antes, le había dado la impresión de que el ritmo había cambiado justo antes de que despertase y por alguna razón no creía que se debiese al acceso de tos que había tenido después. Era algo inevitable para él escuchar el latido de cualquier ser humano y más a esa distancia.

Se movió ligeramente para estar más cómodo. Después de todo planeaba quedarse ahí un rato más.

por **Jazhara Elsbeth** Miér Abr 06, 2011 7:26 pm

Las palabras claves eran "alguna que otra cosa" Eso quería decir que había más comida dentro, era como un regalo de Navidad atrasado. Me incliné hacia delante para mirar dentro de la canasta percibiendo el olor a pan calientito. Pan calientito que era mío, sentí el dolor en la mandíbula de cuando se te hace agua la boca y metí la mano para partir un trocito del pan y comérmelo. Sólo un poco para que me durara mucho mucho tiempo. Seguí rebuscando con la mano dentro de la canasta topándome con algo de vidrio y sacándolo de inmediato para ver que era leche. Era un sueño. No podía ser otra cosa, probablemente en cuanto quisiera comerme todo eso, desaparecería en un 'puff' y yo despertaría triste, sola, hambrienta y enferma otra vez.

Levanté la mirada sacando una de las manzanas y asentí a su pregunta. -Siempre la misma pesadilla... voy corriendo, caigo y el suelo se abre... Pero en ese momento el mal sueño era lo que menos me importaba, saqué la otra botella y el frasco de sopa sin poder evitar sonreir cada vez más ampliamente a cada cosa que encontraba. Saqué por fin el frasquito y la nota y la abrí frunciendo el ceño y mirando los caracteres ininteligibles para mi. Le di la vuelta un par de veces antes de entregársela a Kei. -¿Me la lees? Yo no sé No era algo que me avergonzara, era simplemente algo que no sabía hacer pero que ya aprendería, como el francés y bailar, seguramente sería buena en ella pero primero alguien debía enseñarme.

Me dediqué a pegarme la manzana a la nariz para olfatearla y saborear ese momento con toda la alegría del mundo. No quería morderla porque sentía que se estropearía pero al final, con un rugido de tripas, le hinqué los dientes superiores que rompieron la piel y la carne de la manzana ayudándome con el labio inferior para soltar el trozo de la fruta sintiendo un hilillo de jugo correrme por la comisura de los labios y la barbilla y masticando la fruta. Junno necesitaba escuchar que estaba muy agradecida.

por **Kei Koizumi** Jue Abr 07, 2011 1:02 am

Tomó la nota y se quedó viéndola un momento.
-Dice que te tomes la mitad... que eso debería ayudar con la fiebre...
Claro, Junno se había esmerado en escribir mucho para lago tan simple, él lo había resumido. El hecho de que hubiese enviado una dosis doble era hasta algo que se debía esperar de él. Siempre hacía cosas así.

-Junno sabe mucho de plantas... -dijo devolviéndole la nota. Al decirlo de ese modo sonaba a que no era nada impresionante, aunque la verdad era que pensaba que las habilidades del joven eran algo digno de admiración.

-¿No sabes leer? Quizás él podría enseñarte... así podrías conocerle también... diría que yo puedo hacerlo, pero creo que él lo haría mejor...

Con eso estaba diciendo que quería encontrarse de nuevo con ella. Lo había pensado en el camino. Verle de vez en cuando, si era posible. Así podría estar seguro de que se encontraba bien.

Eran contadas las ocasiones en las que se preocupaba por alguien, pero cuando lo hacía solía comportarse de aquel modo.

-¿Te molestaría eso? Es decir, que te buscase de nuevo... -tenía que preguntarlo, era como para asegurarse.

Off: lo siento... me mata el dolor de cabeza... si escribí algo incoherente ya no supe @_@

por **Jazhara Elsbeth** Vie Abr 08, 2011 5:37 pm

Asentí mirando todo lo demás y casi sintiendo que tenía mi propio banquete, si tuviera un vestido podría jugar a que me había comprado mi castillo y estábamos celebrando algo con una gran cena. Miré el frasquito con el remedio recibiendo entonces la nota y mirando las letras ininteligibles para mi y acabando por guardarla en el bolsillo del abrigo sintiéndome mucho mejor tan sólo por estar comiendo aunque estaba muy segura de que la fiebre seguía elevándose. -¿Y con eso voy a curarme? Junno en serio tenía que ser un genio. Sabía leer, y cocinar, y cosas de plantas, y era bueno.

Negué a su pregunta, sabía muchos idiomas apenas para poder comunicarme con la gente pero ni siquiera sabía cómo se llamaban las letras, sabía todo fonéticamente y con eso me había bastado por el momento. Mordí otro trozo de mi manzana y lo miré fijamente asintiendo sin preguntar nada más, tal vez no estaba segura de que quisiera aprender a leer pero definitivamente quería conocer a Junno, al menos para darle las gracias. Cuando se mencionó el mismo caí en cuenta de algo importante. ¿Ya había dado las gracias? Ladeé la cabeza y sonreí después de pasarme la manzana. -Gracias- No sabía qué más decirle y no tenía nada más qué darle así que cuando escuché que quería volver a verme me quedé callada más tiempo del necesario.

¿Porqué habría de molestarme? A mi la gente me gustaba a menos que me hiciera daño y él no había hecho nada malo así que si quería, podíamos vernos muchas veces más. Negué inmediatamente. -Pues no, me gustaría verte otra vez... y muchas veces más...

Off: xDDD nada incoherente, no te preocupes... perdón por la tardanza

por **Kei Koizumi** Miér Abr 13, 2011 4:43 pm

Observó su rostro detenidamente mientras tanto.
-Al menos te quitará la fiebre... De eso estoy seguro...
Aquel mayordomo no solo era bueno para esas cosas. Se sintió culpable, él pertenecía a aquel clan que le había seguido a lo largo de su existencia. Y Junno, al igual que los anteriores había sido entrenado como un asesino. Y por si fuese poco tenía que ser su sirviente.

Aunque él lo viese como lo más natural del mundo, no le gustaba ver que dedicaban su vida a él. Seguía siendo extraño, sin importar cuánto tiempo hubiese pasado.

-Entonces te buscaré de nuevo... Prometo traerte fruta u otras cosas de comer...

Estuvo a punto de decir algo como 'porque yo no puedo comerlas' pero se detuvo a tiempo. A veces se le olvidaba que no podía soltar cosas como esa a la ligera. Y justo ahora tenía la guardia baja.

-¿Siempre estás sola?
Preguntó de repente y sin saber por qué. Se le había venido a la mente y lo había dicho en voz alta. No había reparado en ello hasta ese momento, pero parecía que no esperaba a nadie cuando la encontró.

Spoiler:

por **Jazhara Elsbeth** Jue Abr 14, 2011 12:18 am

Si me quitaba la fiebre entonces no era un remedio, era un milagro porque yo llevaba con la fiebre unos cuantos días y a cada paso que daba se iba haciendo cada vez peor. -Si que quiero conocer a Junno... ¿Puedo? Aunque ahora se me juntaban las personas a las que tenía que agradecer y yo no tenía nada qué darles y lo único que sabía hacer era bailar y hablar en rumano y ver auras ajenas. Sonreí sin poder evitarlo mientras seguía comiendo la manzana empezando a ser víctima nuevamente del cansancio pero sin muchas ganas de echarme a dormir.

Algo me hacía feliz esa noche y era que al fin dormiría calientita junto a Honey a quien no me acuerdo dónde dejé en este tema pero ya encontraré la respuesta ahora que lea de nuevo. Terminé la manzana e incluso me comí el corazón tan sólo escupiendo las pocas semillas que tenía viendo la posibilidad de tener comida para saciar mi hambre como una bendición caída del cielo. Su pregunta me tomó algo por sorpresa. ¿Sola? Negué con la cabeza porque hasta donde yo sabía, Honey vivía conmigo. -Tengo un gatito que vive conmigo, soy su humana Yo había escuchado decir que los gatos en realidad se creen como los dueños de nosotros y sinceramente yo no veía nada de malo en ello, los dos nos pertenecíamos y nos conocíamos y vivíamos uno junto al otro en total armonía. ¿Qué importaban nimiedades sobre quién mandaba a quién? El apenas era un bebé.

-Se llama Honey y es una ternurita A mi me encantaba tenerlo y él parecía contento de tenerme a mi porque siempre volvía de donde quiera que se fuera a vagar. Me dejé resbalar de ladito hasta quedar acostada sobre uno de mis hombros y entre mis mantas viejas todavía mirando a Kei.

por **Kei Koizumi** Jue Abr 14, 2011 9:34 am

-Claro que puedes conocerle... Él no tendría ningún inconveniente... Nunca le he visto fallar en nada, así que seguramente eso que ha preparado para ti no sea la excepción...

Había captado algún pensamiento. Es que justo ahora no estaba prestando mucha atención y sin querer había abierto su mente a ello. No le gustaba hacer eso, pero había momentos como ese en que se confiaba y terminaba así.

-Ah, un minino ¿eh? ... 'Su humana', una forma acertada de decirlo...
Si, le encantaban los felinos, eso venía desde su época como un mortal. Aunque las personas solían creer que ellos les pertenecían, los gatos tenían una visión diferente, ellos eran los amos y señores, no al revés.

Siempre le habían gustado por su carácter independiente y seguro.
-Honey, un lindo nombre...

Luego le observó acomodarse. No estaba seguro de la hora, como siempre. Eso de que el viviera su vida en la oscuridad de la noche y que se quiara solo por sentir el acercamiento de el amanecer no ayudaba en momentos como este.

-¿Estás cansada? Sería mejor si te dejo descansar, ¿cierto?

por **Jazhara Elsbeth** Jue Abr 14, 2011 6:51 pm

Me sentí contenta de que pensara que me aliviaría con eso que me había mandado el ángel anónimo quien esperaba que pronto dejara de ser anónimo. Sonreí ya acostada y mirando la canasta y las cosas que había sacado como si fuera un sueño y si parpadeaba distraida fuera a desaparecer en un ¡puf!. Uno de esos sueños de la fiebre. Estiré una mano para tomar el frasquito de la medicina y lo abrí dedicándole toda mi atención a este movimiento para no tirar ni una gota asintiendo a lo de Honey. -Cuando venga le daré leche para que duerma tranquilo Era parte de nuestro trato implícito, compartir todo lo que teníamos, él no tenía nada y yo tenía poco pero nos apañábamos los dos solitos.

-Creo que debería beberlo ya Me enderecé un poco oliendo el líquido y arrugando la nariz al sentir el aroma a hierbas medicinales que me hicieron hacerme hacia atrás. Ya había escuchado que la medicina sabía mal pero nunca la había bebido hasta ahora. Lo miré como preguntándole si estaba seguro de que no me mataría pero era uno de esos momentos en que debes de confiar ciegamente en que no quieren envenenarte, después de todo, ¿De qué le serviría a él envenenarme? Apoyé mi codo más cercano al suelo y empiné la botellita apretando los párpados y bebiendo lo que yo consideraba que era la mitad separando la botella de mis labios, soltando una exclamación suave y mirando la botellita con una mueca para verificar que en serio hubiera tomado la ración indicada por Junno. Ahora no se veía tan angelical a mis ojos.

Pasé el trago amargo por mi garganta y aclaré mi garganta esperando ver el cambio inmediato. Si tenía que beber algo tan feo, debía servir de algo. No me quejé, no era de las que se quejaba pero mi cara debió decirlo todo así que mejor cambié de tema agarrándome al que él proponía y negando a su propuesta. -Yo estoy bien pero el amanecer ya viene y no quiero que te pille aquí... Dediqué una mirada a la ventana sin darle más explicaciones de cómo sabía que era un vampiro y tan sólo señalé hacia afuera. -No tengo cortinas-

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