Tres son multitud (?) [Privado]

Mis pensamientos estaban perturbados, mi corazón demasiado agitado, mis escasos bellos que tenia sobre mi cuerpo en mi forma humana estaban erizados algo andaba mal en mi interior o quizás seria en el exterior, estar sola no era la mejor combinación para la paranoia a la que había estado escapando hacia mucho tiempo, el pintor no estaba y no llegaría en mucho tiempo. Sentía miedo de salir a mis andanzas por las calles de París. Di un suspiro escuchando un suave eco en la vacía galería donde en un tiempo hubieron muchas pinturas que me hacían sentir mas viva que en muchos años. -Tengo que enfrentar mis miedos - dije en voz alta para escuchar lo que en realidad necesitaba oír, un confort aunque fuera dado por mi misma. Ya no aguantaba el encierro, extrañaba la naturaleza la energía proveniente de ella y lo que echaba mas de menos era mi transformación, ser un animal libre poder correr por los campos, entre la nieve cazar algún ave para mi alimentación. Extrañaba los días en que el miedo no existía.

Decidí salir, afrontar lo que en esta vida estaba preparado para mi. No era una mujer para estar encerrada en cuatro paredes y que tan solo contemplaba el ocaso de su ventana. Pero este día o mejor dicho este atardecer seria diferente. Seria otra vez libre, de miedos, de vestimenta, de ser una humana hoy seria la fiera oculta en mi interior. Me acerque al balcón del pequeño apartamento que compartía con el pintor y estire mi mano para sentir la temperatura, no quería ir muy abrigada ni mucho menos sabiendo que mis vestidos quedarían tirados por alguna parte del bosque de la ciudad. Salí del lugar con una energía que hasta yo misma me sorprendí, baje los tres pisos casi saltando de la emoción pero siempre siendo sumamente silenciosa no me gustaba hacer ruido algo muy felino como para ser humana. empuje la gran puerta que daba al exterior y sentí como la briza helada calaba ligeramente sobre mi rostro descubierto. Mire el callejón que parecía interminable y sonreí animada ¿De cuando que no salia del balcón? la cuenta de los días ya la había perdido la cuenta pero... no pensaría mas en ello. El callejón parecía desierto quizás por la hora o mas bien por el frió invernal que nos envolvía, cosa que no me importo en lo mas mínimo.

Comencé a correr por las calles, mi vestido se mecía acorde a mis movimientos y mis cabellos ondulados parecían liberarse en ese mismo momento, la sangre que corría por mi cuerpo hacia que mi corazón latiera con fuerzas sintiendo como en mi cuello la arteria palpitara con gran fiereza. Las sonrisas, el animo y las energías estaban de mi parte, haciéndome correr aun con mas rapidez haciendo de mis pasos una simple danza que solo yo la disfrutaría. Corrí por mucho tiempo hasta dejar atrás las calles parisinas y logre ver los arboles del bosque un lugar donde siempre iba de caza, pero hoy iría en la otra dirección vería una parte aun desconocida para mi, los famosos pantanos misteriosos para muchos e indescifrables para otros pero para mi solo seria un lugar mas el cual me daría el gusto de disfrutar. Mi andar se volvió mas pausado mientras me adentraba a una zona donde la humedad estaba a flor de piel, una suave briza me envolvió llenándome de aquel olor tan característico a tierra mojada, lodo y plantas autóctonas de un lugar como aquel. Rodee el pantano sintiendo como una extraña sensación inundo mi cuerpo,¿Miedo?, en realidad ¿que era el Miedo? moví mi cabeza y deje de pensar en todo lo que me trajera ese sentimiento. Comencé a correr al rededor de la laguna mientras preparaba mi cuerpo y mi mente para mi transformación, aun sentía aquella extraña angustia pero lo deje pasar... mientras corría comencé a sentir como mis latidos se triplicaban era el primer paso para transformarme y cuando llegaría al punto máximo un ruido extraño proveniente de muy cerca me alerto y pare en seco comencé a mirar el lugar con la respiración agitada, mis latidos no cesaban y aquello me permitía tener mayor percepción de lo que me rodeaba, mis ojos se graduaron, mi oído se agudizo y mi olfato fue sensibilizándose rápidamente. Había alguien... de aquello estaba segura, el olor a Perro me perturbo e hizo que prácticamente quedara paralizada en ese mismo lugar - ¡Quien anda ahí! - dije alzando la voz menos que un grito y mas que mi tono habitual. Volví al silencio mientras mis instintos seguían a flor de piel.

Ojala hubiera podido reaccionar antes cuando ya me encontraba en brazos de un típico ejemplar licantropo el olor fuerte a perro mojado era evidente ni el perfume mas caro de todo Paris podía ocultar aquel aroma tan asqueroso, pero no fue solo unos brazos que me atraparon en un abrir y cerrar de ojos ya estaba en brazos de otro, de la misma especia con el mismo aroma y con el mismo... ¿rostro? - ¡Hey!, ¡ suéltame! - alegue mientras me me quitaba el brazo de uno de aquellos tipos, por lo menos ya sabia el nombre de uno Vinicius. Cuando ya pude soltarme de aquel, di varios pasos alejándome de aquellas dos bestias, aun en su forma humana eran torpes y mal educados. Me quede quieta sintiendo como mi corazón aun seguía con ese mismo latido acelerado pero no de miedo sino de sentir la adrenalina correr por cada vena de mi cuerpo.

Los quede mirando a ambos con cierto recelo dos licantropos una cambiaformas, nada bueno saldría de todo aquello, escuche algo sobre olor, claramente mi olor era mas agradable y menos fuerte que el de esos dos tipo, moví la cabeza rápidamente mientras intentaba ver las diferencias entre aquellos dos, pero no había nada eran como dos perfectas estatuas, pero en ese momento tenia que aprovechar mis sentidos desarrollados y no quedarme atrás, bien en escasos segundos tenia que sacar conclusiones certeras o no, eso aun no lo sabría. Vinicius me había tomado por sorpresa al parecer quería algo de mi, y definitivamente nada bueno eso lo podía notar por el tono de voz y por el latir de su corazón que lo lograba oír a la perfección, el Vinicius II me ayudo pero de igual forma me aprisiono entre sus brazos, su tono era mas protector pero eso no le quitaba de encima que fuera un lobo.

Comencé con mucho cuidado y siendo lo mas silenciosa que podía a dar pasos hacia atrás ¿Por que siempre tenia que toparme con licantropos? aquella pregunta surgía en mi cabeza, todos mis extraños encuentros con los de su clase me hacían desconfiar mas en ellos y claramente temerlos en una cierta medida, aun mientras me movía con delicadeza repare en las palabras anteriores de Vinicius II ¿yo inocente?, si bien no he cometido ningún acto delictivo no soy la persona mas inocente en este mundo... pero que quería decir con todas aquellas palabras. - ¡Tú! no me vuelves a atrapar y tú... tampoco - primero apunte al Vinicius y luego al segundo. Sabia que hablar en ese momento no era lo mas adecuado pero la energía que tenia en mi no me permitía quedarme en completo silencio. Los quede mirando seria sin gesticular ninguna accion en mi rostro con los ojos fijos en un punto donde ambos estuvieran a mi vista.

Aquellos dos me confundían cada vez mas no sabía que hacer en ese mismo momento, mi corazón seguía desbordado y la adrenalina seguía corriendo por mis venas llenándome de muchos sentidos y haciéndome escuchar más allá de las simples voces de aquellos dos hermanos, de uno sentía la excitación por tomarme como presa y del otro la furia por la que el par quería hacer. – Mi corazón… no es el problema… el me pillo casi a punto de mi transformación… para calmarlo tengo… - las palabras salieron atropelladas por mis labios no entendía nada. Dios mi cabeza, uno hablaba de una lucha y el otro intentaba ¿ayudarme?.

Gracias por la ayuda – replique al que me había zafado de los brazos del que parecía ser el chico malo, eran iguales dos gotas de agua solo sus personalidades eran diferentes, eso lo podía percibir pero no me ayudaba mucho en que hacer o que no. ¿Qué quería de mí? Sangre, carne… dios como odiaba a los lican… siempre tenían que ser ellos los que me encontraban ¿Por qué? Mi vida giraba en torno a los miedos causados por uno de su especia, ¿acaso con eso no bastaba? Al parecer era un imán para las bestias de ese tipo.

¡No me harás nada! – le grite al chico malo mientras comenzaba alejarme tomaría el consejo del otro hermano y me largaría de una vez. Me gire muy rápidamente y comencé a huir por el pantano, sin mirar hacia atrás, sin pensar en lo que me podía pensar, sin medir lo que pudiera pasar necesitaba mi transformación ahora. Mi corazón seguía agitado aún más de lo que hace escasos segundos estaba, me metí en el pantano en si y mi mente se nublo, mis ojos dejaron de ver lo que tenía frente de mí y mi cuerpo cambio, logre sentir como el agudo dolor recorría por mi columna, la excitación que emanaba mi interior había superado la transformación, la histeria se había apoderado de mi y eso era malo… muy malo.

Mi vestido se hizo pedazos y el pelaje me cubrió por completo ya no era una simple humana si no que era más que eso. Era un guepardo, rugí con fuerzas haciendo vibrar las escasas plantas que estaban a mí alrededor. Mis oídos más agudos lograron escuchar los pasos de los gemelos, sus corazones y el respirar que chocaba contra mis oídos como si de golpes se trataran. Lentamente comencé a moverme intentando de no mover nada más que solo mi cuerpo. Ya no habría comunicación… ahora estaba presente la fiera que tenía en mí, Leis así me habían nombrado los gitanos hace algunos años atrás.