Payasos, bailarinas y guerreros (Emhyr,Jamal)

Era mi cumpleaños.

Estaba bastante ilusionada con la idea de cumplir los dieciocho años, no por el hecho de que fuese más mayor, si no por el el hecho de que por primera vez en casi once años tenía alguien con celebrarlos, alguien a quien le importaba realmente, alguien con quien merecía la pena celebrar que había pasado un año más. Si, ese alguien era Emhyr.

Nos habíamos encontrado después de una amarga separación, pero después de todo él estaba bien y yo estaba llena de felicidad. No le quise preocupar en mis reencuentros posteriores con el problema que Jamal y yo no teníamos entre manos, ya habría otro momento para discutir aquello. Este era el momento de disfrutar. De olvidar las penas. Si, estaba llena de optimismo, mi rostro rebosaba felicidad y alegría, en todo el día la sonrisa no se borró de mi cara y quizás por eso pensaba que aquel día era magnifico.

Me había ataviado con un vestido azul lacio, con una cinta marrón bajo el pecho que formaba un gran lazo en la espalda,de manga larga y cuello cuadrado, aquellos de uso diario de la damas más afortunadas de todo París, lo había comprado en el mercado, era un vestido de segunda mano, barato, bonito. Justo lo que necesitaba para aquel día especial. Había comprado también unos zapatos nuevos de color marrón y con un poco de tacón y sobre mis hombros una capa del mismo color que el lazo y los zapatos.De mi cuello colgaba aquella cruz de plata que Jamal me había regalado (no supe porque me la puse, quizás por una vez me había salvado la vida) Dejé mi pelo ondulado y rojo como el fuego suelto.

Salí precipitadamente del pabellón de caza que se había convertido en mi nuevo hogar.

Una hora después, tras recorrer calles y callejuelas me encontraba allí en el circo gitano. Eran alrededor de las ocho de la noche y a las nueve comenzaba una función para la cual yo había comprado un par de entradas con el dinero que Elinor me ayudó a conseguir. No me importó mucho malgastarlo en aquel espectáculo que yo había visto a medias cuando vivía en la carreta con Calé. Pero pese a que gran parte de mi vida había vivido con los gitanos del circo esta vez lo veía todo mucho más diferente.

Spoiler:

Las carpas del circo parecían mucho más coloridas, habían payasos y zingaras intentando atraer más clientela.Pero lo cierto era que ya no podía haber más vida en la zona, gente de lo más variopinta, de todas las edades se habían contagiado de la felicidad que aquel día tenía yo. Observé entre la gente, con los dos boletos de las entradas en la mano por si veía a Emhyr, la función iba a comenzar pronto, yo le había dicho de quedar allí a esa hora pero no le dije para que. aun que se lo pudo imaginar.

Y allí estaba, entre el gentio, con aquellos ojos marrones penetrantes, cálidos como ningunos otros. No podía confundirlo con ninguna otra persona, pues con un solo golpe visual ya fuesen de sus manos, de su cabello, de sus ojos de sus labios, sabía quien era. Podía reconocerle entre un millar de gente. Buscaba con la mirada a aquella joven de cabellos rojos que la había citado, me buscaba.

-¡EMHYR!- grité al tiempo que agarraba las faldas y corría entre la gente para llegar a donde el turco se encontraba.-¡Emhyr!- dije nuevamente a su lado.

-Pensé que no ibas a venir. Te estaba esperando.¿No hay demasiada gente? ¡Ah! se me olvidaba.- dije tendiendo mis mano derecha en la cual sujetaba los dos boletos de papel.-Vamos a ver la función.-sonreí ampliamente esperando a que aceptara la entrada para poder ponerlos a la cola de la entrada de la carpa lo antes posible, pues había demasiada gente aquel día en el circo.

Otra noche más, la verdad, considerada tranquila. Más que las anteriores, y más que aquella en la que se había llevado cierta sorpresa. Tantos años habían pasado en la huida y en cuanto sus pies se habían detenido en aquella ciudad, la sorpresa se había hecho. Sus pies detenidos en una ciudad, la cual ahora mismo pensaba Emhyr que iba a ser su ciudad fija por una vez en la vida, al menos una temporada si no decidía volver a marcharse por voluntad propia ya que la huida había finalizado para el licántropo novicio.

Tantas cosas inesperadas en pocos días, ellos le habían encontrado, sus perseguidores desde su ciudad natal le había encontrado, de nuevo había conseguido esquivarlo y para su sorpresa, uno de sus perseguidores era una persona la cual daba por muerta, él mismo hacía ya doce años en su huida le había clavado en el ojo un estilete, pero al parecer había sobrevivido y ahora, no venía solo, sino con un individuo que Emhyr aun no había conseguido descifrar, ya que no sabía "quién era" o más bien "lo que era".

Emhyr suspiró mientras se adentraba entre el curioso gentío, de un modo insólito iba vestido para lo que significaba su día a día y él mismo. Su típica camisa blanca, pero ésta de un tejido más diferente, más rico, al igual que aquel negro gabán que le quedaba un poco grande, se notaba que aquello no le pertenecía ¿y su típico abrigo viejo e oriental? La verdad, Emhyr llevaba en aquella noche, un aspecto más occidental, como si fuese una persona de una clase más alta a la que pertenecía. Incluso aquella barba que solía tener de dos o tres días había desaparecido, dejando solamente una pequeña perilla poco crecida, muy típico en su país entre los hombres de la nobleza. Totalmente afeitado y aseado continuaba con su caminar, haciéndose irreconocible, emanando orgullo y cierto poderío, rasgos que sin querer no podía evitar a veces desprender, la causa, llamémosle “vestigios de su pasado”, a fin y al cabo siempre iba a quedarle remanentes de su cuna, aunque las cosas hubiesen cambiado.

Agunas caras le eran bien conocidas, incluso muchos le saludaban. En su llegada a París había pasado unas cuantas noches visitando el circo gitano para llevar a cabo alguno de sus negocios y estafas. Su guitarra le había sido útil y sus dotes como ilusionista y mago también. Aquel lugar rebosaba de color y felicidad, era confortable para darse un descanso de todo aquello sucedido en los días anteriores.

Si tuviese que elegir un instante de aquellos días, Emhyr tenía claro que el reencuentro con Nimue era el momento con el que se quedaba. Si, aquellas sensaciones que había vuelto a experimentar y experimentaba, con su mera presencias, extrañas, pero demasiado agradables para perdérselas. ¿Por qué no darle la oportunidad a ella? Debía de dársela, además, le debía demasiado, a pesar de que ella no fuese consciente de ello, era así.

A su espalda Emhyr escucho su nombre siendo pronunciado, o más bien usado como una llamada. Sus ojos castaños buscaron velozmente encontrándola finalmente. Mientras se acercaba una sonrisa incrédula se dibujo en sus labios, Emhyr abrió sus brazos para recibirla. ¿De dónde había sacado aquellas ropas? La verdad nunca se la habría imaginado con aquel aspecto, parecía toda una dama, toda una mujer, dejaba en cierto modo su aspecto infantil atrás. Estaba muy bonita ¿bonita? Hermosa, tan... Emhyr suspiró ante sus pensamientos, más le valía no pensar en eso en aquel momento.

-Pero, ¿de dónde sales tú? -Le pregunto, y sus brazos se frenaron posándose solo en sus hombros, dejando atrás la intención inicial de aquel gesto. Todo ello en cuanto vio cierto detalle demasiado nuevo, con un olor muy peculiar. Una cruz de plata parecía. Plata, debía tener cuidado con aquel material. -¿Función? Sería la primera vez en años que veo una y no soy el que las hace.

Bromeó, estaba de demasiado buen humor, la verdad, desde que se reencontró con cierta persona. Aquella persona que casi le había vestido aquella noche.
Emhyr tocó en su bolsillo un pequeño objeto, asegurándose que allí se estaba. Pensó que debía tener paciencia, ya se lo daría más adelante más le valía la espera.

De repente Emhyr le lanzó una mirada ofendida, al menos fingió ese gesto.

-¿Cómo es eso de que no esperabas mi presencia?

Dificilmente se puede escapar del pasado , mas a un cuando es tormentoso , loco con tintes desquiziantes que entre-tejen una maraña de mentiras y recuerdos bizarros , no se encontraba así mismo y el mismo no se entendía muy bien que digamos , los dolores de cabeza se amplificaban , variaban ya no probaba bocado pues este le sabia amargo , el sueño se volvió algo del pasado y por diferentes cosas su vida daba un giro de 360 grados , estaba volviendose loco , loco , si claro el ya sabia que no era normal eso de oír voces y a un tío enfermo que gusta de violar chicas ...No , empezaba a odiar a una mujer , a una de tantas que se cruzaron en su vida y eso era por que ella se llevo su sueño tranquilo , su tranquilidad se esfumo con ella , si ella era la culpable de todo ...ella y solo ella .


Por su culpa no podía dormir ya que cada que cerraba los ojos veía su rostro y el rojo de sus cabellos parecian danzar frente a el , sus labios le llamaban con dulzura y el sonido producto de esa deliciosa alucinacion hacía que Set riera como desquiciado , burlonamente repetía las palabras que su ensoñacion le decía , para susurrarle al oído que era de otro , que el era un completo imbecil por codiciar una mujer que nunca sería de el , Error , para alguien como Jamal aquello era una invitación a tomarlo , podría raptarla y encerrarla y así la tendría solo para el .

¿ Pero que rayos le pasaba ?

-Maestro ...Vayamos a jugar con alguna delciosa cortesana o bien busquemos a "nuestra hermana " ...


Su risa sardonica rayaba en lo burlón , era un peligro , un peligro latente estar en aquel dilema , pero por mas que trato de buscar distracciones y demas siempre volvía a su pesadilla recurrente .


Por eso dejo que sus pasos le guiaran a un lugar nuevo , uno al que había evitado debido al inclemente ruido molesto , pero , había bebido suficiente ajenjo como para que Set se callara y como para que aquel molesto ruido y gentío no le motestaran , sin darse cuenta se encontro en una especie de Circo Gitano , por lo que mezclando su apariencia entre la gente del lugar consiguió ropas de acuerdo al los chicos gitanos haciendo un trueque ya que su traje negro era demasiado llamativo , de lejos bien podría pasar por uno de ellos pero su fisiologia lo delataba por mucho paseo por entre la gente mientras mas oscurecía mas caras , olores , ruido , ese maldito ruido ...como le molestaba la gente aveces ...


Pero , algo atrajo su mirada antes de que diera media vuelta y se marchara del lugar , un olor , tenue pero ahí estaba por lo que recorrió el lugar con verdadero esmero al darse cuenta que le era familiar ,muy familiar , pensó , la robare , " la matare " coreo Set "matemosla así solo sera nuestra " ...No , eso no negaba con la cabeza olvidando de pronto el incesante dolor , si era ella ...paso entre un grupo de personas con algo de ansiedad mientras el pulso se le aceleraba , doki-doki parecía decir .


Despues de correr pudo notar al cabello rojo , el rostro conocido que mostraba una expresión sin dudas hermosa , se detuvo como vil idiota admirando aquello ella estaba ahí y las ganas terribles de echar a correr hacia ella se le fueron al suelo al verle con un hombre ...

Ahora estaba intrigado , ¿quien maldita sea era ese hombre ? , ladeo la cabeza avanzando lentamente sin perderlos de vista , mantuvo su distancia lo suficiente como para no ser visto , pudo escuchar algo acerca de una ...¿Función ? .


-Maestro , para que ...

-Callate ... no te metas ...


Su voz salio de entre sus dientes acompañado por un gruñido , si que le hacia era un maldito animal y que ...si algo le quedaba de humano lo averiguaría hoy .

No hice caso aquella mirada teatral por parte de Emhyr,estaba segura de que en realidad mis palabras no le habían ofendido. Por eso sonreí y le aferré del brazo y comencé a andar a su lado entre la gente para guardar un lugar en la larga cola que se había formado en la entrada de la carpa principal del circo gitano.

Mientras caminaba no paraba de mirar hacia detrás, sentía como una mirada se clavaba en mi espalda y eso me atormentaba, pensaba en un primer momento que al ser de noche podía ser Marian, eso sería un grave problema puesto que a mi elegante acompañante no le había comentado nada de lo pasado hacía apenas tres noches atrás, donde una vez más mi vida casi termina. Aún así no le quise dar demasiada importancia a aquella sensación más infundada en el miedo a que la velada se estropease que en la pura realidad.

sonreí ampliamente acompañando los gritos de entusiasmo que se hicieron más notable aún cuando un gitano vestido de forma muy extravagante abrió las telas que formaban las puertas de la carpa principal y comenzó a recoger las entradas de la gente poco a poco. La fila avanzaba lentamente, pero las ganas de los presentes por entrar aumentaban de una forma demasiado rápida.

-¡No es eso!- dije a Emhyr cuando recordé que sus palabras requerían una contestación, aunq ue por mi parte fue un poco tardía. - Es que, llevo aquí mucho tiempo esperando, estoy nerviosa. Entiendelo, es mi cumpleaños y...estás tu. - la vergüenza cubrió mis mejillas de aquel color rosado que ya parecía típico en mi rostro cuando me encontraba cerca de Emhyr.-De todas maneras. ¿Qué importa ya? Estas aquí y aun que no te guste esta noche me la dedicarás única y exclusivamente a mi. Soy ...soy...bueno da igual quien sea, la cosa es que me tienes que tratar como a una reina.- dije casi con una carcajada.

De nuevo aquella sensación de ser observada hizo que dejara de reír en seco. Miré a mi alrededor nuevamente y me pareció ver unos rasgos conocidos. Piel morena, pelo corto, pero solo fue un reflejo de alguien, pues la persona a la que me recordaba no se vestiría como un gitano del circo. Suspiré en el fondo,aliviada.

Había llegado ya nuestro turno, entregué a aquel trabajador del circo - el cual conocía de cuando vivía con Calé en las carretas- me saludó con una muestra de sorpresa y timidez e hizo una reverencia para que pasáramos. Al entrar en la carpa todo parecía mucho más grande que visto desde fuera, yo ya conocía cada parte del circo como si fuera la palma de mi mano, pero visto desde los ojos del espectador todo era muy diferente. No teníamos sitio en los lugares más privilegiados, pero aún así estaba segura de que aquella noche iba a ser inolvidable.

-Te lo advierto, a veces, pero solo a veces...soy como una niña pequeña.-dije como comentario mientras miraba las entradas de nuevo que me había devuelto a la entrada y miré que tenía dibujado una luna. Este circo tenía la peculiaridad de que podías sentarte en los bancos de madera tanto el primero, como el último, pero siempre y cuando el dibujo de tu entrada se correspondiera con la figura que golpaba sobre las cabezas de los presentes. En este caso, la luna estaba colgada en el centro de la carpa, el en el oeste y la estrella en el este.

Reí ante la coincidencia de la Luna.

-Ten cuidado Emhyr, hoy hay luna llena, no des tu el espectáculo.- dije bromeando mientras señalaba la gran luna paleteada y completamente redonda que colgaba del techo de la carpa.-Tenemos que ir a aquellos bancos de allá.- dije nuevamente, esta vez ya sin burla en mi tono mientras señalaba los asientos que nos correspondían.

Mucha gente ya estaba sentada en los bancos, gritando para que el espectáculo comenzara. Pero aún quedaba gente por entrar.

Spoiler:

Al sentir su brazo aferrarse a él, su gesto de reproche quedo borrado y de nuevo aquel cosquilleo volvió a removerse en su interior, su mente se situó en la nube.
Sus pies le siguieron dócilmente, y en cuanto ella comenzó a hablarle, su mente cayó de la nube, por un instante no pudo saber como había llegado a aquella cola de gente, aquello le extraño. Rápidamente su gesto sereno volvió al teatro del reproche fingido. Un beso cariñoso posado sobre aquellos cabellos rojos.

-¿Te sigo poniendo nerviosa? -Dijo con tono burlón para picarla, mientras le daba un golpecito en la nariz, al ver sus mejillas sonrosadas. Le encantaba ese gesto en ella, le daba un toque inocente que en pocas mujeres podía ver. Y si, estaba demasiado de buen humor, las cosas estaba cambiando de un modo que parecía ir todo para bien. Esperaba que aquello durase bastante. -Si, señora. Como usted ordene. -Le contesto a aquello último que dijo con un tono más serio, usando el “Señora” como para ponerla en un escalón más alto con respecto la edad.

De repente y mientras penetraban en la carpa, su nariz se arrugó sintiendo un olor que le era reconocible, su instinto se lo decía, cerca había otro licántropo. Pero Emhyr procuró no preocuparse, Adrianne le había indicado que había otros como él y ella, que poseían una vida normal y corriente entre los humano ¿Humanos? ¿Ya estaba desplazando a su anterior condición? ¿Clasificándolos? Emhyr lamento ese pensamiento, ya que eso significaba que estaba ya desplazando su parte humana hacia un lado.

Nimue continuaba hablándole, él la escuchaba lejano entre sus pensamientos, su gesto era meditabundo. De todo aquellos que le había dicho solo escucho su hermosa risa y las últimas palabras referidas a la Luna Llena.

-¿Cómo? ¡Perdona! Me había distraído, es que me pareció que... Bueno, tranquila no daré el espectáculo... A no ser que me paguen para ello. -Un guiño malicioso le dedico.

Sentados en los bancos, Emhyr se sintió desconocido de sí mismo, acostumbrado a estar al otro lado, había olvidado totalmente lo que era ser espectador, y la verdad estar sentado allí le enervaba de algún modo.
La gente no dejaba de entrar y los palcos comenzaron a llenarse. De repente el turco se volvió silencioso, observador, de vez en cuando tocaba su bolsillo asegurándose que cierto regalo continuaba en su lugar.

-¿Emhyr? ¡Canalla! -La voz de un hombre moreno y con bigote, a su lado sentado que le hablaba en otro idioma, y el sentir un golpe en su cabeza hizo que Emhyr se quejará, y sus ojos castaños se volviesen dorados, dispuesto a devorar a su agresor con una simple mirada.

Emhyr cogió el objeto con el que el habían golpeado un bastón tallado, arrebatándoselo a su dueño, el cual al instante lo reconoció.

-¿”Reinos”? -El gesto feroz que en el rostro del turco se había dibujado se apagó, al igual que el dorado de sus ojos. Emhyr comenzó a hablar en aquel idioma. -Reinos, el domador de “caballos bailarines”, ¿qué haces aquí viejo? -De repente Emhyr se volvió enseguida a Nimue, no debía olvidarla y más en su noche. De nuevo volvió a hablar en francés para ella. -¡Ah! “Reinos”, ésta es Nimue, mi... Mi... -”¿Tú qué Emhyr?” Pensó. “Reunos” confuso, esperaba su respuesta. -Mi... Compañera.

No sabía porque, pero el gitano del bigote, comenzó a reír a carcajadas cuando Emhyr dijo aquello. Emhyr, resoplo con fastidió, de repente su comportamiento serio, frío y a veces arisco, se había transformado, parecía como si hubiese rejuvenecido con aquel hombre se comportaba como si fuese más joven de lo que era. Emhyr miró a Nimue, e intentando hacerse el desentendido con respecto a las risas de “Reinos”, encogió los hombros e hizo un ademán que le indicaba “ésta loco”.

-Nimue, el es “Reinos”, criados y domador de caballos “bailarines”. Estuve viajando con los suyos un par de años. Y...

-...Y se largo, básicamente. -Le interrumpió, mirando a Nimue y ofreciéndole su mano para saludarla de un modo cortés. -Entonces, eres su “compañera”. Mmmm... ¿cuánto te va a durar Emhyr? La demás, no te duraban ni un día.

Emhyr le insulto en castellano, el idioma del gitano, y comenzó a soltarle un largo discurso de regañina, el gitano le contesto del mismo modo reprochándole algo. Los dos estuvieron un largo rato discutiendo, no se gritaban, parecía aquellos una conversación amena y tranquila aunque sus rostro decían todo lo contrario. El rostros del gitano dió un cambio radical y se puso serio mientras escuchaba a Emhyr, de vez en cuando miraba a Nimue.

Los palcos de aquel circo continuaban llenádose, hasta que llego el momento en el que dejo de entrar gente. La espera se hacía interminable para algunos que ya comenzaban a quejarse de la tardanza.

“Reinos”, se levanto de su sitio dejando aquel libre, al parecer faltaba quien lo ocupase. Su mano se poso en el hombro de Emhyr y luego le dedico una sonrisa a Nimue.

-Realmente tienes suerte, al parecer has enganchado bien a mi “chico”. Cuidamelo. -Dijo en su francés que la verdad, no era muy bueno. -¡Luego nos vemos! Tenemos que empezar. No tenéis excusa para no aparecer, o al menos hacernos una visita. Encantado, Nimue.

El gitano se marcho desapareciendo. Emhyr miró el bastón que le había dejado “Reinos”, seguro que se lo había olvidado “casualmente”, como siempre “Reinos” era de aquel modo, buscando excusas para volver a verle, esta vez con la forma de ese bastón. Después de su mirada al bastón, silencioso, Emhyr miró a Nimue esperando a que ella dijera algo.

Desde donde se encontraba pudo apreciar mas de lo que hubiera querido, ya que por su estúpida forma de ser empujo a las personas que estaban delante de el , trastabillo al lanzarse a agarrarlas y no cayeran , sin saber por que sintió como la sangre se le subía ala cabeza y ahogando un gruñido tuvo que morderse los labios para que este no saliera disparado ...

Los siguió por la fila y aunque no contaba con boletos se las ingenio para colarse , no era algo complicado aquello simplemente era cosa de estar alertas , se sentó un par de gradas detrás de ellos , y al ver que aquel hombre de la entrada se acercaba peligrosamente se colo por debajo de las gradas , casi se medio mata en aquel intento por escabullirse , o eso hubiera querido de no ser por que era un laycan y todo eso , bajo de un salto y calculando mas o menos la altura de los asientos de ellos dos , medito .


-¿Los tiramos ?

- No hombre , quiero saber que tiene de "especial " aquel tipo . no me parece la gran cosa ..¿.y a ti ?


-Vaya loco ,¿ le preguntas a tu conciencia o a tu demonio interno ?

se quedo un buen rato ahí escuchando todo , ganas no le faltaban para ir ahí y echarle el pleito al tio aquel por cualquier idiotes , quería molerlo a golpes , ¿Pero por que ? " por que tomo a "tu" chica ? , soltó una risa divertido tonto sonaba aquello tonto y estúpido ...

Estaba ahí tratando de convencerse de que era una real tontería interferir pero el comentario , el ultimo que escucho de la platica a unado con la primera parte que le pareció entendible , ¿Conocida? bah , ¿Enganchado ? doble bahh. Jamal no podía esperar para ser presentado como el futuro ammm, "amigo "

Debajo de las gradas había papeles en los que se anunciaba el lugar de suficiente tamaño , así que camino por debajo evadiendo tubos y demás cosas molestas , hasta que encontró un poco de carbón , cerca de donde estaba la entrada , mientras caminaba fue trazando y cuando llego al lugar donde se encontraban se colo nuevamente por entre el espacio , uno dos golpes y ya arriba como si nada . con el papel en la boca salio justo delante de ellos dos , miro con cierta saña embustera al hombre aquel , gruño bajo sin poder evitarlo , pero petulante ante todo enarco la ceja , tenia la firme resolución que no le tocaría ni un pelo al tio aquel , no mientras fuera de interes para Nimue .


Después de un ligero y austero intercambio de miradas para con el "acompañante" miro con diversión a la chica quien lucia realmente muy hermosa de cerca , le sonrió con encanto y tomando el papel en sus manos comenzó a trazar regresando su mirada a ella y luego al papel .

-Nos volvemos a encontrar Amore ...

Le dijo sin tomar reparo en el joven Laycan que estaba alado de ella , con ropas sinceramente mas elegantes que las suyas en esos momentos , pero aun así no le daba pena estar en aquellos andrajos , ni que estuviera acompañada . Al terminar su obra le extendió el papel ala chica sonriendo con petulancia .

-Feliz cumpleaños Amore ...me eh enterado por un brujo que hoy es el gran día en hora buena .

Hubiera preferido decir algo como " invitame a mi la proxima ves " pero se guardo el comentario , el pedazo de papel mostraba el rostro perfecto de Nimue con aquel leve sonrojo que le encantaba , el gris del carbón parecía haber cobrado vida al colorear el cabello , ya que daba la impresión de ser rojo , los ojos reflejaban aquel brillo suplicante y cegador , hizo una elaborada reverencia esperando la reacción de la joven .

Aquel domador de caballos, Reinos, parecía ser de aquellas personas que siempre estaban sonriendo y buscando el lado positivo de las cosas. Tenía el rostro bonachón y enseguida supe por su forma de hablar que enseguida tomaba confianza con la gente. No pude evitar sonreír al pensar en él como uno de esos padres que lo dan todo por sus hijos. Parecía buena persona y pensar en ello me hizo sentirme un poco más feliz. Pero mi sonrisa se torció cuando pronunció aquella frase.

Dentro de mi algo quería salir para pedirle explicaciones a Emhyr, el miedo que siempre había tenido a que yo para él fuera un simple capricho había aflorado gracias a las palabras de Reinos, que ahora más que el aspecto de un padre tenía aspecto de la Parca. Escuchaba de lejos las palabras que Reinos y Emhyr se intercambiaban en un idioma que yo no entendía, aunque por el tono de sus voces no sería nada agradable lo que Emhyr le estaba diciendo a Reinos. volví de mis cavilaciones con unas nuevas palabras de Reinos hacia a mi, en un francés no muy bueno, pero si lo bastante como para entenderlo. Pero yo no le entendía realmente, se había contradicho el solo. ¿en que quedábamos? ¿Era solo una más o realmente había cambiado esa afición mujeriega de Emhyr? Pensándolo bien, tampoco quería saberlo...

-Hasta luego Reinos.-dije despidiendome de él para luego sentarme en el lugar correspondiente de nuevo, con brazos cruzados sobre el pecho y mostrando una actitud ofendida.-¿Tu compañera Emhyr? conocida, amiga, amante incluso, pero...¿compañera? ¿Compañera de qué? ¿De trabajo? Que sepas que eres muy poco elocuente- dije sonriendo de nuevo ampliamente, en realidad no estaba enfadada, pero intentaba estarlo.-Se ha dejado el...¡JAMAL!- grité al ver aparecer delantede mi a aquel chico moreno con el que pocos días antes había tenido un encuentro algo...no sabría como calificarlo.

Ese chico me había sorprendido nuevamente con aquellas palabras melosas y con su mirada cargada de misterio. Aun que algo en el parecía cambiado, las ropas, las ropas no eran suyas, la noche que lo había visto en la taberna vestía de forma elegante , como si fuese un lord de algún país lejano, ahora vestía como un gitano. Sin duda alguna lo había hecho para entrar al circo.Me había quedado anonadada con su aparición y por un momento solo pensé en su existencia, hasta que me tendió un trozo de papel.

Mi ojos se posaron en la mirada de aquella chica dibujada a carboncillo, reconocí de inmediato esa mirada solitaria y llena de pasión, llena de orgullo y amor, de desesperación...aquellos cabellos ondulados y sueltos cayendo por sus hombros y aquella cruz de plata que adornaba su cuello. Era yo.

Por inercia y como gesto de agradecimiento me incliné hacia delante y le di un efusivo abrazo, sin duda alguna había sido todo un detalle por su parte regalarme aquel precioso dibujo.

-¡Es precioso Jamal!- dije separandome poco a poco de él cuando caí en la cuenta de que mis actos podían ofender a Emhyr.-Muchas gracias, pero no tenías que molestarte...Ha sido todo un detalle. ¡Ah! Se me olvidaba, Jamal, este es Emhyr, mi "compañero"- dije con una sonrisa burlona mirando a Emhyr.- Y él es Jamal- me incliné un poco hacia Emhyr y le susurré al oido:

-El lobo que haré lo que tu no tienes agallas para hacer.- no lo había dicho en tono de reproche, aun que quizás pudo haberse malinterpretado mis palabras. Me separé nuevamente de Emhyr y sonreí.- Pero de verdad, no debías haberte molestado, creo que con esto...-dije cogiendo la cruz que llevaba en el cuello entre mi mano. - era suficiente.

En el fondo me sentí culpable por haber ignorado un poco a Emhyr, era cierto que no le había contado la parte de como conocía mi "madre" y como le conocía él, había sido un error por mi parte no contárselo antes, estaba segura de que aun que no se enfadara le iba a molestar que no se lo hubiese contado y no hubiese confiado en él. Se pondría furioso, o más que furioso decepcionado conmigo. En aquel momento quise morirme, pero intenté hacer de tripas corazón y sonreír no darle demasiada importancia al tema. Aun que en mis ojos se veía aquel brillo característico de la persona que se iba ha echar a llorar de un momento a otro.

-Por cierto...¿Qué haces aquí...?- mi voz se vio eclipsada por la voz potente de un hombre, vestido de forma elegante, le conocía, había sido la mano derecha de Calé cuando vivíamos en el circo, para Calé fue como un padre.

-Damas y caballeros, viendenidos a nuestro humilde circo gitano. Con la llegada de la primavera, han florecido las más bellas flores que jamás se han visto, pero permitanme decirles que jamás hubo flores tan bellas como estas muchachas, procedentes de Rumanía harán templar de envidia hasta el mismo sol.- siete bailarinas, ligeras de ropa salieron bailando al son de panderetas , rebosaban sensualidad y misterio. Yo me hice a un lado, pegando mi cuerpo al de Emhyr e indicándole a Jamal que se sentara al otro lado para no molestar a la gente que quería ver el espectáculo. Miré hacia arriba de mi cabeza y observé como aquella gran pelota amarilla que simulaba el sol poco a poco se encendía debido a que alguien había prendido fuego a la vela que había dentro.

Ambos se despidieron del gitano Emhyr continuaba a la espera de sus palabras. A saber con que le iba a salir ella, ahora.
Si, lo sabía, ofendida pero... ¿Cómo podía presentarla..? Y más en aquel idioma. Conocida le sonaba como algo muy frío e impersonal, amiga tenía miles, amante... “Reinos” reiría al escuchar el definirla de aquel modo, seguro que se afianzaba su creencia de que Emhyr era todo un mujeriego y casanova, que ciertamente no se equivocaba en ello.
La verdad en su idioma la palabra “compañera” significaba mucho más de lo que al parecer significaba en aquel francés. Una compañera era una amante con la que se convive, pero sin estar por medio el matrimonio, y no solo se refiere a la unión de lo amoroso, sino al mismo pensamiento. Por ello Emhyr vio adecuada su forma de definir su relación, porque... No iba a llamarla “hermana”, a pesar que era muy corriente en su cultura que los amantes se llamasen hermanos, y no solo en su cultura sino en la mayoría de las orientales. Cualquier francés que le escuchase el usar “hermana” para definir su relación seguro que se extrañaría.

Emhyr movió los labios justo para contestarla pero... ¿Ese olor de nuevo? El turco arrugó su nariz, era de nuevo aquel licántropo que antes había detectado, y de cuya presencia se había silenciado ante Nimue, ya que recordaba aun el aviso de Adrianne de que aquello iba a ser normal en su vida.

Sellados quedaron sus labios en su contestación y al principio el gesto confuso al ver que la joven conocía al tal “Jamal”. El gesto quedo borrado por la seriedad, la observación y examen muy habitual en él. De arriba a abajo sus ojos se pasearon por el físico de hombre, describiéndolo y llegando a la conclusión de que éste era mucho más robusto que él, más musculado y grande, además también capto otra cosa con tan solo escuchar la palabrería que usaba con Nimue, los gesto y la escena. Era el interés que parecía poseer por su compañera, ya que en todo momento parecía buscar una cierta aprobación de ella y su interés. No lo hacía directamente, pero lo hacía. Y ella parecía responder perfectamente a ésto; en el momento en el que Emhyr pudo ver el abrazo de ella hacía él como agradecimiento, saco algo en claro, ella le había buscado para que él la hiciera una de ellos.

Tomó aire con fuerza y luego lo exhalo muy lentamente buscando una cierta calma, sus ojos se había dorado tan efímeramente que no se había hecho casi apreciable. Adrianne se lo había advertido, al principio todo aquello iba a ser así, las emociones se iba a intensificar demasiado y más la empatía, una empatía que Emhyr a veces pensaba que no poseía, y ello se debía a su carácter solitario e individualista.

Emhyr hizó un ademán cortés como saludo al Jamal, a causa de la presentación de Nimue, no sin previamente lanzarle un gesto a ella como diciendo “Muy graciosa”.

Luego ella se acerco a su lado y le susurró unas palabras que le confirmaban su hipótesis.

“Como si no lo hubiese olido”. Pensó, mientras su actitud se volvía de aquel modo más habitual en él, la frialdad, seriedad y hasta la parte arisca.
Recordó cierta historia donde un vampiro intentó convertir a una humana. Beber la sangre hasta llegar a la última gota, llegar al momento de la muerte, al borde del abismo donde comienza la lucha y... Ella caer en el abismo para morir. ¿Por qué? La ignorancia, aquel vampiro joven no sabía que la mordida no bastaba para crear a otro, debía haber vertido su propia sangre en el organismo de su compañera agonizante y el proceso se habría completado y todo ¿por qué? Porque...

-Nimue, te recuerdo, que me perdí esa parte la lección donde los unos creaban a otros... No estoy seguro de como se hace, no voy arriesgarme sin saber.... -Él le susurraba muy bajo, para que ella solo le escuchase. “Sin saber, si solo basta la mordida para crear a un licántropo”Pensó. -Solo se como se hacen vampiros, y ya sabes porque sé eso...

Emhyr sabía más de vampiros que de licántropos, estaba fascinado por ellos, es más hasta hacía poco esperaba iniciarse en aquel mundo, el cual tenía recorrido en cierto modo por su actitud masoquista al dejar que “algunos” bebieran de él.

No sabía porque, pero mientras ella le hablaba a aquel hombre, notó una actitud extraña en la joven como si le ocultase algo. La cabeza de Emhyr dejaba de cavilar y cavilar, y éstos pensamientos se vieron interrumpido en cuanto entre las bailarinas que salían al espectáculo reconoció a una en particular, la hija de “Reinos”.

Encantado recibió con mas que jubilo el abrazo sintiendo en su cuerpo una pequeña descarga eléctrica su rostro busco cobijo entre sus cabellos y aunque no estaba sola ese abrazo haría que valiera la pena , aspiro su aroma y paso sus manos por la espalda de ella correspondiendo al gratificante abrazo , se separo de ella con su sonrisa de medio lado , lo que mas le gustaba de dibujar era ver la reacción de la gente al ver sus trabajos , y con Nimue había logrado su cometido lo que le produjo un atisbo de felicidad que no sentía en mucho tiempo .

-Siempre es un placer Amore ..-respondió de forma encantadora , mientras era presentado no le quito los ojos de encima a la chica debido a que no le daba importancia o eso quería dar a entender - Un placer, ¿Tu compañero ? -regreso su vista hasta el turco - Vaya , entonces yo que vendría siendo ...

No fue una pregunta si no que era algo así como un comentario divertido , solo eso , asintió mientras ella tomaba la cruz de plata entre sus manos , -Maestro ....- Cerro los ojos era Set otra ves al abrir nuevamente las orbes marrones buscaron al dueño de la voz imaginaria y ahí estaba el , recargado en el hombro del chico lobo e inclinandose para mirarlo mas de cerca reía con petulancia .

-Es un lobo tambien ¿No? sería divertido sacarlo de quicio , eh Jamal ...


Intercambio miradas con Set quien había puesto una expresión bastante ...¿extraña?, Jamal opto por sentarse alado de Nimue pero no en la grada normal si no que e sentó en el piso por así decirlo , no era bueno ser visto .

-Escondeme un poco Amore ¿quieres ?


Le dijo apenas y en un susurro son la sonrisa torcida se recargo un poco en las piernas de ella , su fino oído capto apenas si partes de lo dicho por el hombre en la voz noto la preocupación que le mataba , el salir vivo , el moreno suspiro mientras dejaba que su mente recordara aquellas cosas aprendidas cuando era parte del grupo cazador mas eficiente de Italia , recordó así su propia transformación y lo doloroso que estas eran en cada luna llena , había clavado su mirada marrón en el escenario principalmente en la esfera que parecía su Diosa de plata .

Inclino un poco su rostro lo suficiente para que desde abajo mirada el perfil de la chica .

-Si te digo que por el espectaculo , mentiría , eh estado buscandote desde aquella ves ...

quiso decir mas , pero su voz tambien fue opacada por la música y los gritos de la gente al ver alas doncellas bailando , bajo la mirada algo insatisfecho , algo decepcionado de si mismo ...

El baile era grácil las chicas hacían piruetas que se dibujaban desde lo alto como flores en botones abriendose al calor de la primavera , bañadas por aquella luz imitadora del astro amarillo se formaron para luego dejar entrar ala protagonista del baile , la chica que apareció ataviada de un vestido grande y hasta presuntuoso giraba por el escenario con sus manos haciendo movimientos embrujantes los cuales daban la impresión de ser dos serpientes gobernando sus extremidades , en un acto el vestido cayo , la chica representaba la flor marchita floreciendo en la nueva primavera , floreciendo a un nuevo sol ..

-No, basta, no quiero ahora hablar de eso.- dije a Emhyr en un susurro mientras mis ojos no se apartaban de la arena del circo, viendo a aquellas chicas bailar de una forma casi hipnotizante, me olvidé por completo de Jamal e incluso de Emhyr y mi mente se alejó de todos aquellos pensamientos que intentaban confundirme y apartarme de toda realidad.

Apenas fui consciente de que Jamal, ignorando el asiento que le había ofrecido se sentó en el suelo apoyando su espalada el mis piernas, de la misma manera que yo sin darme apenas cuenta comencé a acariciar los cabellos cortos y negros del recién llegado. Suspiré al percatarme que la atención de Emhyr ya no se centraba únicamente en mi. Pero lo cierto era que si aquello había pasado era porque yo queriendo o no, le había prestado hacia unos segundos más atención a Jamal que a él. La música exótica y los bailes de las jóvenes dejo de satisfacerme. Mi mirada se perdió entre la multitud intento buscar un rostro conocido.

Justo bajo la estrella todavía apagada, la sombra de lo que antes había sido una mujer bella se alzaba entre todas las personas, su rostro iluminado por una palidez de difunto quedaba adornada con aquellos ojos escarlatas que relampagueaban con odio cargado de amor.Reconocí al instante esa sonrisa afable que se dibujó en sus labios, y cuando estuve apunto de gritar su nombre y advertir a los dos chicos que en aquel momento me acompañaban aquella sombra había desapareció de la misma forma que había llegado, bajo la estrella no quedaba nada, solo las personas que habían ido a disfrutar del espectáculo.

Confundida mis ojos se centraron de nuevo en aquellas bailarinas que con sus movimientos parecían las llamas de una hoguera recién encendida. Mi mano derecha dejó de acariciar el pelo de Jamal y se deslizó sin apenas movimiento hasta encontrar la pierna de Emhyr, donde la dejé reposar en busca de aquel calor tan característico de Emhyr que siempre me había tranquilizado, el tacto de su piel que tanto me gustaba.Mientras que con la otra mano seguía enredando los cortos mechones de pelo de Jamal entre mis dedos.

-¿La habéis visto? - pregunté cuando la música dejó de sonar y fue sustituida por unos aplausos y unos vitoreos de gente que parecía encloquecida. -¿La habeís visto? Decidme que si, porque si no creoq ue me estoy volviendo loca.- dije más para mi que para ellos, pero tenía la necesidad de obtener una respuesta para volver a tranquilizarme, necesitaba que me dijeran que aquello había sido obra de mi imaginación.

De nuevo salió aquel presentador que más bien parecía un vendedor de ilusiones. Las bailarinas se retiraban salundando al pulblico. El silencio se hizo de nuevo.

-¿Os han gustado estas bellisimas flores?- preguntó aun que en realidad conocía la respuesta por la reacción del público.-Pues bien, no os dejéis engañar por su bello aspecto, porque cuenta la leyenda que estas jóvenes fueron encontradas en medio de un bosque y con cada luna llena abandonan esa piel y el aroma a flor para convertirse en uno de los seres más temidos. - su voz se había tornado misteriosa y sombría y aquella forma de contar su historia había cambiado el estado de animo de los espectadores y sumidos a todos en una curiosidad tremenda. - sus dientes se vuelven afilados y sus cantos se convierten en aullidos de dolor.- la luna plateada que se alzaba sobre nuestras cabezas se iluminó de la misma forma que anteriormente lo había el sol, poco a poco en los rostros de todos los espectadores de aquella grada se proyectó el resplandor plateado de la luna. Al mismo tiempo que el hombre hablaba cuatro hombres vestidos de payasos comenzaron a poner aros por toda la arena y todo tipo de instrumentos. -Estas mujeres os arrancaran la piel, temedles, y no os dejéis engañar por su apariencia, porque en el fondo son unas lobas indomables.

fue entonces cuando entraron dos mujeres de las que anteriormente había bailado arrastrando una gran jaula.Cuando la pusieron en el centro del escenario los cuatro lobos que habían en su interior comenzaron a aullar con fuera y desespero, su aullido parecía reclamar la libertad que le nosotros, los humanos le habíamos robado, y al escucharles sentí que ni Jamal ni Emhyr, ni aquellos que compartían el encarcelamiento del lobo que albergaba en su interior eran unos monstruos, si no nosotros mismos, los humanos, por arrebatarles la libertad.

-Pero la noche alberga incluso más peligros que el de estas jóvenes damas, pero debemos dar gracias, porque ella siempre estará aquí para protegernos.- Salió de la nada y tras una cortina de humo. Era ella, no podía confundirla con nadie, sus cabellos negros , sus ojos rojos, aquel rostro pálido. Mi cuerpo se tensó y apreté con fuerza la pierna de Emhyr, era Marian, era aquel vampiro que iba tras mi vida. No fue una coincidencia que el espectáculo que fuera así y aquello me asustó. Las dos bailarinas abrieron la puerta de la jaula y los cuatro lobos se abalanzaron hacia la inmortal, una música agradable comenzó a sonar, y Marian esquivaba a los lobos con movimientos gráciles y graciosos, estaba bailando con los cuatro lobos que intentaban matarla.

-Es ella...quiere matarme Emhyr, a mi, a ti y a todos. Ha comenzado a jugar sus cartas y para ella l juego solo acaba de empezar....- entendía perfectamente aquella sonrisa que se dibujaba en el rostro de la mujer, solo intentaba asustarme, se deleitaba con el mero hecho de crear en mi aquel sentimiento de miedo. Le divertía jugar. Y esa noche mi vida no solo era la que corría el peligro, no había luna llena realmente, de modo que aquellos lobos solo podían ser lobos de verdad.-Va a jugar con vosotros como lo esta haciendo con esos lobos.os quiere a vosotros no a mi.- lo comprendí cuando su mirada se había posado en la mía y obligó a uno de los lobos a saltar por el aro. EL público enloqueció debido a la emoción.-Tenemos que salir de aquí.Ya, Emhyr...-giré la cabeza buscando su mirada.-Te debo una explicación de todo esto. Jamal, no deberías estar aquí tu tampoco, vamonos, tenemos que irnos, por favor...- mi tono era suplicante y desesperado no podía estar segura de si aquella noche iba Marian a cumplir su venganza o si solo quería asustar a los dos lobos y a mi.

Aunque al principio parecía ajeno a todo aquello que sucedía, Emhyr vigilaba de reojo, a la nueva presencia que se había añadido en aquella noche, una presencia que por ahora no le perjudicaba, pero de la cual observó y detecto, su gran interés por Nimue. Descarado y sin detenerse en llamar su atención constante, confirmaba todas las suposiciones sobre gusto que Jamal poseía con respecto a ella.
Emhyr en todo momento permaneció indiferente, despreocupado, aunque por una parte algo interiormente se removía, pero... Tal consideraba ganada la batalla con respecto a ella, tanta era su seguridad, que esa vocecita interna que le pellizcaba quedaba ahogada entre el murmullo.

De nuevo sus ojos castaños y serios se dirigieron al espectáculo, en particular a aquel rostro que había reconocido. Aquella chica estaba hecha toda una mujer comparada con aquella adolescente delgada e inquieta que había conocido, aquellos movimientos de sus manos, sus pies gráciles, le hizo evocar un recuerdo del pasado... Ella creaba aquellos fascinantes movimientos y ondulaciones con sus caderas, su cuerpo creaba un cierto embrujo exótico, muy propio de ella. Entre las ígneas hogueras de aquel bosque rumano, sus dedos acariciaban el aire, sus brazos lentos y detenidos seguía a la música de aquel violín llevado por el anciano Enmanuel; un anciano frágil en aspecto, pero el cual se retorcía en extremas e imposibles posturas a las que se veía obligado, para poder lograr aquel sonido extraordinario, chirriante en su fuerza y llorando en la agonía melancólica... En conjunto aquel momento a Emhyr le había parecido sobrenatural, ambas almas unidas en aquellas escena hipnotizante, parecían poseídos por el poder del mismo diablo que captaba la atención de todos.

Astraido del mundo, olvidando donde estaba, llevado por su hechizo, perdido en sus recuerdos... ¡Qué susto! Emhyr dio un pequeño repullo al sentir la pequeña mano pálida de Nimue aferrada a su pierna. Sin darse cuenta las bailarinas se había marchado ya del escenario y aquel hombre que presentaba el espectáculo continuaba con su cuento de misterios creado para ganar la atención del público, Emhyr chasqueo su lengua con un gesto irónico, luego volvió sus castaños ojos tranquilos hacia la dueña de aquellos dedos nerviosos y temerosos.

Sin decir nada, escucho sus palabras y con sus ojos busco entre el público. Era cierto que había notado la presencia de tres inmortales desde su entrada a al feria, pero las reconocía y por ello no las tomó en cuenta.

Emhyr aun recordaba los meses anteriores, su búsqueda de la inmortalidad, sus conjuros evocando a aquellos que se la proporcionaría. La noche en al que conoció a Nimue, su desaparición y luego su reencuentro. Entre una noche y otra habían pasado semanas, semanas que habían estado en la penumbra para todos ¿qué había pasado en aquella semanas en las que Emhyr daba por desaparecida a Nimue y luego se produciría el encuentro?
Al parecer el hechizo había surtido efecto, y el turco se había encontrado con los que había iniciado su particular obsesión en tierras lejanas, aquella obsesión por llegar a ser inmortal como ellos, una obsesión que le había traído hasta allí.
Era cierto que él guardaba en su interior demasiado secretos, era un misterio en sí, ya que poco hablador era, sumándole el no mostrar su mundo interior en el que se encerraba. De algún modo Emhyr poseía un lado oscuro y extraño que a veces dejaba de relucir. Había que recordar que a él no le importaba el medio por el que acceder a sus deseos, que cualquier sacrificio era válido en el camino, si tenía que causar la muerte... Lo hubiese hecho, solo por conseguir un trato, además cabe añadir su actitud masoquista ante aquellos que habían bebido de él, ya que él a pesar de sentir debilidad y engaño siempre acudía a encontrarse con ellos. Se había vuelto de algún modo adicto a la sensación dolorosa y embriagadora del hechizo creado por los vampiros, por ello todas aquella cicatrices.
En aquella semanas llenas de lagunas para la joven, ya que Emhyr nunca le había dicho que había estado haciendo, conoció a Annette, Marian y sus compañeros vampiros. Annette había sido la principal responsable de que iniciase su peregrinaje en su búsqueda, ella solo le pedía una cosa a cambio de proporcionarle la inmortalidad... Beber de él, y que él fingiese que la amaba como una humana cualquiera. En cambio Marian, que “casualmente” también había probado su sangre, le daría la inmortalidad a cambio de su sangre y el que le proporcionará el gusto de saciarse en unos deseos.... Más... Por así decirlo, oscuros.
En el camino de la oscuridad y la desconfianza, Emhyr se encontraría por casualidad a Adrianne, la licántropo, ella sería al luz en éste camino y su segunda opción en el caso en el que las inmortales no cumpliesen su parte del trato... Exactamente ocurrió de aquel modo, ambas se aburrieron de él, juegaron a hacer trampas y Emhyr decidió la opción más segura para obtener poder y longevidad.

Que sorpresa fue, el que en su búsqueda dentro del espectáculo viese a Marian formando parte de él, jugando con dos lobos. A Emhyr le extraño que Nimue la conociese, por un instante miró a Jamal de mal modo, como pidiéndole explicaciones.

-¿Matarte? ¿No me digas que conoces a Marian, la compañera de Annette? -Pausó un instante, si gesto cambio por completo endureciéndose. -¿Qué has hecho Nimue?- Su mano morena y cálida se posó sobre la mano de ella, por un instante temió que ella hubiese hecho algún trato con inmortales. -¿Nos quiere? Dudo que quiera jugar “más” conmigo... Con tú amigo, no sé...

Al ver aquella actitud de Nimue, Emhyr se levantó de su asiento, más le valía sacarla de allí se estaba poniendo demasiado nerviosa. Un gesto a las gradas donde les había olido para Jamal, como si quisiese que estuviese atento.

El baile continuaba al compás de la música y Jamal como si fuera la mascota de la linda chica era acariciado , esto lo hizo reír en el fondo ya que de una u otra forma siempre terminaba siendo así , incluso llego a pensar que el chico a un que joven era un buen tipo , tal ves mejor prospecto para Nimue aún así no podía negar que su naturaleza tosca y terca le volvieran un ser persistente y hasta estúpidamente posesivo con algo que no era suyo y tal ves nunca lo sería , pero a el le venia valiendo un reverendo pepino .

Pronto su atención se concentro a un olor particular y debido a tanta gente que estaba ahí y los diferentes aromas , no podía identificar muy bien a que se debía , ¿Tal ves sería por el eflivio del licantropo que estaba cerca de el ? no lo sabia con certeza pero su vista viajo de un lugar a otro , el no saber que olor era ese le puso nervioso .

Sus musculos se tensaron al encontrar una mirada conocida , de reojo volteo a ver a Nimue y a su acompañante pudo advertir que ella se había dado cuenta y al seguro que si por el aroma amenos claro que estuviera igual de confudido que el ,pero no parecía ser el caso ya que el estaba tranquilo , demasiado tranquilo . Había pensado en dejarlos e ir por ella y darle caza , olfateo un poco mas y a tientas noto ¿uno mas ? no estaba muy seguro pero no venia sola seguramente venia a terminar el trabajo , por lo que ir por ella no era buena idea pensando que lo que quería era a Nimue y nada mas , tal ves de pilón se lo llevarian de corbata ...

]u]-El bono extra Maestro [/u].

dijo sonriente Set quien le susurraba al oído .

En cuanto la música termino Jamal se paro sin decir palabra se sentó ahora en las gradas a un lado de la chica con los dientes apretados y casi dejando escapar un gruñido bajo .

-Es ella

siseo , se dejo llevar por su afán de protegerla llevando su mano ala espalda de la mujer con los musculos a un tensados y listos para salir , el espectaculo seguia de una manera grotesca habían cambiado la obra por lo que suponía , el acto de los lobos se le antojo como una burla , un gruñido mas y deseo con tantas ganas que esa luna artificial fuera la real y entonces cayo en la cuenta el por que su olfato fallaba , el humo que estaban usando contenía pequeñas dosis de anís , así estuviera rodeado de vampiros no lo sabría , son su olfato dañado apenas si descubriría a dos máximo.

Su mente trabajo tan rápido como pudo , el podría quedarse a detenerla o detenerlos si era el caso mientras el niño se llevaba lejos a Nimue, se mordio los labios deseando que fuera de otra manera, se levanto al oír la voz suplicante de la chica mirando su estado era entendible que tuviera miedo por ella y por "el" , ah que agrias le sabian esas palabras , nego con la cabeza como contestación ala pelirroja , el no iría , despues de todo el estaba ahí para cazar , era un cazador despues de todo .


Pero , el niño por fin demostraba algo mas que apatía , lo que mas sorprendió a Jamal no fue eso , si no su reacción , sus palabras todo en el indicaba que conocía a aquellas alimañas y lo peor que les tenia cierto apreció , frunció su ceño y sin saber el por que tomo de la cintura ala chica jalandola contra su cuerpo y pasandola detrás de el inteerponiendose entre el ahora lycan chupasangre y Nimue .

-¿Jugar contigo ? es broma ? ...tienes tratos con aliñas como esas?


Tantas preguntas , tantos reproches , la ira comenzó a llenar sus sentidos mientras miraba con mas que ira al joven licantropo por que ¿Como era posible ? su naturaleza y entrenamiento le decian que eso era una blasfemia era algo anti-natura .

-Debemos irnos ahora


Se giro a Nimue buscando aprobación a sus palabras ahora todo cambiaba ya que no se separaría de ella , no hasta que estuviera a salvo .

Tras una corta, pero intensa, meditación sin apenas darme cuenta los tres nos encontrábamos de pie en aquella grada, yo tras Jamal , que enseñaba su rabia sin intención de contenerla. En un principio no me había percatado de el peso de las palabras de Emhyr pero luego perpleja por el significado de estas entreabrí la boca debido a la sorpresa.

La gente comenzaba a pedir que por favor nos sentásemos o nos fuésemos, pero los dos chicos parecían estar al margen de los demás y estar más preocupados por quien era el más adecuado para proteger mi vida que por guardar las apariencias ante una multitud de humanos ajenos a toda aquella realidad. Un grito distrajo la atención que había puesto a los dos licantropos morenos que parecían pelearse en su fuero interno. Miré de nuevo al escenario. Marian había desaparecido y a su paso había dejado los cadáveres de las bailarinas ensangrentadas en lugar del cuerpo de los lobos con los cuales había estado bailando momentos antes, se había saciado con las almas de aquellas pobres bailarinas y no solo eso, había logrado calar en lo más hondo de mi con aquella burla o prediccion de lo que iba a pasarles a mis dos acompañantes aquella noche o incluso a mi misma

Mi mirada se cargo de rabia y también de desprecio, Marian , había cambiado, ya no valoraba la vida como lo había hecho en el convento, había enloquecido, y la gente al ver aquel acto despiadado y cruel comenzó a blasfemar contra la inmortal, aun que muchos aplaudieron sorprendidos por la valentía y la fuerza de la mujer. Sin mediar palabra me interpuse entre los dos licantropos y les aferré a ambos de las ropas para sacarles fuera de la carpa del circo. mientras caminábamos mi mente intentaba ordenar las palabras de Emhyr, los sucesos que me habían ocurrido e intentar crear una buena excusa por la cual no pude contarle a Emehyr que me había pasado.

una vez fuera les llevé a ambos a un sitio apartado de los pocos gitanos del circo que aún estaban fuera de la carpa.

-Bien, no es momento de discusiones. Jamal , lo que él haga o no haga mantenlo al margen , tu vida o lo que quieres hacer con ella y con la mía no tiene nada que ver con Emhyr, yo ya conocía de su obsesión por los inmortales, no me pilla de sorpresa así que tranquilízate o me pondrás más nerviosa a mi.- intentaba mantenerme estoica ante la adversidad para así intentar controlar a aquellas bestias enjauladas, pero lo cierto es que era un manojo de nervios y mis dedos temblaban de forma descontrolada.

-Bien bien, bien, no nos pongamos nerviosos. Emhyr el caso es que Marian...

-Marian ha sido la madre de Nimue durante los primeros siete años de su vida y es gracias a ella que esta joven pelirroja sigue con vida y a tu lado.- la voz era conocida, era ella, había aparecido tras de mi y tenía en el rostro una gran sonrisa dibujada , una sonrisa burlona.- Emhyr... Cuanto tiempo sin veros, pensé que había muerto en su intento desesperado por atrapar aquello que yo le había negado. ¡Y que pequeño es el mundo! Mi pequeña niña me traiciona por el hombre al que yo traicioné, ¿No es una casualidad? Pero he de confersarte una cosa, si llego a saber que todo esto saldría así, yo misma hubiera quemado a Nimue junto con el convento en la hoguera como si fuese una bruja, pues aun que no disponga de magia ha logrado embrujar a dos hombres con su belleza y matar a uno de mis hijos más queridos.¡Jamal! ¡Que alegría volver a verte! ¿contento por haber matado a Lemaitre? ¿Satisfecho por haber conocido a la persona a la que Nimue le debe lealtad, fidelidad y a la que le a regalado su cuerpo virgen a cambio de promesas de amor falso? Porque Emhyr es así Jamal...Incapaz de dar amor verdadero , mujeriego como él solo. Pero ...recuerdos del pasado aparte. He venido aquí para proponeros un trato. La vida de Nimue a cambio de la mía. Se acabaron todos vuestros problemas. Motivo de la controversia solucionado, para ti Jamal, que deseas mi muerte, y para ti también Emhyr que no deseas atarte a una mujer. ¿Que me decís?

Me di la vuelta para ponerme tras Emhyr y Jamal, mirando entre sus cuerpos aquella sonrisa pétrea y aquellos ojos rojos sedientos. Recordé como me había ayudado a aprender a escribir , a leer, a cocinar, como me había salvado de muchas palizas del cura con sus mentiras, me había enseñado a sonreír pese a los problemas, a respetar a la gente, a sentirme viva y a agradecer todo lo que tenía. Pero la imagen de aquella Marian a la que había conocido con tan solo unos meses de vida se había esfumado de mi recuerdo en tan solo en unas semanas y había sido sustituida por aquella inmortal enloquecida por el desamparo y la angustia de la soledad.

-Después de todo, dime Jamal, ¿vas a dar la vida por una mujer que no corresponde tus deseos? Y tu Emhyr...¿Vas a dar la vida por una mujer que te miente como todas aquellas con las que has compartido los días de tu solitaria vida? Si me la entregáis os dejaré marchar ahora , si no, volveré con la próxima luna llena para bailar un poco con vosotros y acabar con vuestras vidas y también la de ella.

-¡NO! - grité con los ojos llenos de lágrimas.- Iré contigo, haré todo lo que me pidas, pero a ellos...a ellos no les hagas nada...- dije ya con las lágrimas recorriendo mi rostro. La sonrisa de Marian se ensanchó aún más , esa era la respuesta que esperaba.

El bullicio había quedado atrás entre risas y aplausos, unas miradas divertidas otras confusas por el final del acto, algunas quejas en cuanto ellos se levantaron de sus asientos y taparon la visión de estos, pero estas quedaron calmadas en cuanto ellos se marcharon.

En todo el camino Emhyr no había soltado aquella pálida mano a la que se aferraba con fuerza. Desde que había finalizado sus palabras quedó mudo y con el rostro endurecido, tanto que ni siquiera había respondido a las palabras que manaban desprecio hacia los inmortales, de Jamal.

Emhyr no se sentía ofendido ni lo más mínimo, estaba acostumbrado ya, al rechazo que en sus conocidos causaba al ser revelada su obsesión particular. Además en Jamal era normal, teniendo en cuenta su naturaleza, una naturaleza cánida que según los mitos y leyendas decía que “debían” o “estaban” enfrentados a la de los inmortales.
El turco aun no lo comprendía del todo, creía que lo comprendería en cuanto su naturaleza cambiase, pero a pesar de ello, no sentía que ningún instinto oculto le instigada a odiar a los vampiros o acabar con sus vidas. Por ello no entendía aquella rivalidad encendida entre aquellas dos especies, ¿no existía ya rivalidad entre iguales? Los de misma naturaleza creaban ya una rivalidad por iniciativa propia, eso significaba que ninguna naturaleza dictaba aquello, tal vez un destino desconocido...

“Maktub – Esta escrito...” Pensó recordando aquella simple palabra o creencia que recorría su piel tatuada en todos los idiomas con los que se había topado en sus viajes.

Tras las carpas, el genio y las carrozas, en las afueras del circo se notaba como la profunda noche se había vuelto gélida, París era así, a pesar de la primavera diese sus primeros días de calor, sus nocturnas continuaban heladas.

Una parada seca y ella estaba frente a ellos con aquellos ojos escarlatas, dando señal que se había alimentado hacía poco, y no solo esos ojos revelaba aquello, sino aquel rubor y calor que por su cuerpo recorría dándole más aspecto humano de lo normal.

Emhyr soltó la mano de Nimue y dio un paso al frente, mientras con tranquilidad se las mentía en los bolsillos.

Las palabras de la vampiro le sorprendieron por un momento “¿Su madre? Intento no mostrar sorpresa en su rostro, aunque de reojo se volvió a Nimue y luego a Jamal. “Él lo sabía y a mí no me ha...”
La vampiro continúo hablando, los labios de Emhyr se curvaban en una extraña sonrisa. Las palabras de Marian le parecieron vanas, vacías y sin sentido para él. Como habían errado Annette y ella a la hora de juzgarle, creyendo conocerle desde un principio ¿Estaba segura Mariam de que él era tan predecible? Al parecer tenía esa seguridad, pero no solo de él sino de todos los humanos. Por un momento a Emhyr se le olvido aquel detalles, no era ya humano, aunque rápidamente recordó. La etapa de acondicionamiento parecía continuar...

Emhyr dio la espalda a la vampiro por un instante, en cuanto escucho a Nimue. Ella no le había contando nada. Su gesto parecía desconcertado lleno de dudas, de un modo tan... Repentino. Miró a Nimue como herido camino hacía ella y tomo sus manos, sin decir nada largamente. Sus ojos castaños se clavaron en los de ella, le miraba pensativo como si estuviese decidiendo algo, y el mirala a los ojos le fuese a dar su respuesta para la vampiro. Un susurro en otro idioma, mientras besaba las manos pálidas de la pelirroja y luego con cierto desprecio las retiro. Al hacerlo los resto de un extraño polvo que envolvía las manos de Emhyr quedo en las manos de ella.

Paso firme y veloz hacia Marian, situado frente a ella a una distancia no muy precavida.

-Mi sangre te dio a conocer mi naturaleza... Las acciones... -Emhyr tomó cintura de Marian y la aprentó contra él, como siempre había hecho con ella. El rostro de la vampiro se alzó hacia el cielo, cuando el turco tiro de su cabello obligándola a tomar aquella postura, y con una sonrisa satisfecha sabía lo que el turco iba a decir. -...Mis vicios, los cuales he compartido con todo el gusto contigo. Sabes mi respuesta a tu proposición.

Cabizbajo, cerro los ojos, mientras soltaba la cintura de la criatura y sus dedos comenzaron a moverse frente al rostro de ella, desprendiendo aquel polvo que comenzó a manchar la piel marmórea. Las motas volaban vagas, parecía ceniza voladora, ligera... Una chispa en una de ellas, luego seguida por las demás. Emhyr empujó a la vampiro, sabía lo que iba a pasar con tan solo exhalar su respiración sobre ella, lo mismo que ocurrió en la noche que conoció a Nimue.

Un soplido y el polvo estallo en miles de llamas, cubriendo a la vampiro que gritaba con agonía.

-Suficiente para tenerla entretenida un rato... ¿Qué hacemos aquí?

El salir del circo le dio una ligera muy ligera confianza de que tenia una oportunidad de ganar su corazón , tal ves ella también se había dado cuenta de el peso de las palabras de Emhyr y lo que significaba , por eso se dejo llevar hasta ahí donde el viento soplaba frió refrescando un poco su cabeza alejando por un breve momento las burlas desidiosas de Set , al llegar a un lugar solitario la chica de cabellos rojos le soltó una bomba , bueno en realidad no fue así pero sus palabras tuvieron ese efecto en el moreno , el cual solo la miro así tan fijamente que se olvido de todo , no sabía que hacer si reír a carcajada abierta o tomarla por los hombros y sacudirla hasta que entrase en razón ...sin evitarlo soltó una risilla sarcastica tomando su rostro con una mano la cual la pasaba con saña y hasta fuerza , dio media vuelta para ponerse de espaldas a ellos , mientras Set se acercaba riendo a carcajada abierta ,.."TE LO DIJE " recitaba en un Francés malo y pobre , Jamal trato de apartarlo del camino pero el le cerro el paso tomandolo de los hombros , en ese momento el olor a vampiro se hizo presente y la voz gélida y monotona le llego a los oídos raspando lo que quedaba de su buena cordura o lo que para el era su paciencia .


Se giro lentamente solo para poder apreciar el cuerpo putrefacto de aquel ser pestilente, si el fuera humano seria muy seguro que caería en la feroz ilusión ya que ella lucia como una humana bella , imponente y sobretodo letal , el moreno bien sabia que no se debe caer en provocaciones , pero le dio tanta risa las palabras de Marian que se soltó a reír sin poder evitarlo , era risible todo lo que escupía por su boca .


-Matarlo no fue nada ...aun no estoy satisfecho .

Era verdad lo único que se cruzaba por su mente era el destazarla en bastantes pedazos los suficientes para que no se volviera a saber nada de ella , su rabia estaba en el borde y sin poder tener un blanco mas para descargarla , Set por otro lado disfrutaba aquello ya que siempre que las emociones dominaban a jamal era un pase seguro para divertirse también y claro aveces también servían para que el pudiera "salir a jugar " , esperaba paciente con los brazos cruzados son su sonrisa satisfecha y petulancia , "DEVORALA " decía el ,


sus manos se tensaron ya que el impulso por usar aquellas garras animales se le antojaba , se había inclinado un poco su rostro había tomado un semblante mas astuto , serio y penetrante regreso la vista hasta Nimue quien estúpidamente se había ofrecido a ser la mártir del cuento , ¡Que tontería ! .

Decir que daría mil veces su vida , no era suficiente aun si no le correspondían , ya se enteraría el por que no le convenía , pero jamas dejaría a una mujer se entregara para salvar la suya , eso no lo podía tolerar , ni que su "enemigo " le salvara eso no era parte de su vocabulario ni mucho menos de su lógica racional .

Al girar de lado vio en intercambio de miradas y caricias de parte de aquel lobo y la chica se sintió ajeno a todo eso , pero su mente no lograba encontrar respuesta ¿Por que demonios se sentía así ? no era la primera vez que le quitaba la novia a alguien , ni que estaba involucrado en un triangulo amoroso , pero si era la primera ves que se sentía , con cierto temor ...que idiota .

Bufo molesto al ver el acercamiento de Emhyr para con Marian , el aprovecho para acercarse nuevamente hasta la pelirroja y tomarla de la mano con el semblante serio le dio un apretón mas para que reaccionara y le jalo levemente , entonces ocurrió Emhyr hizo su movimiento prendiendo fuego ala vampiro el moreno hizo una mueca de asco en realidad soltó la mano marmorea antes de que se arrepintiera eh hiciera lo que siempre hace cuando quiere algo .

Le sonrió mientras caminaba petulante hasta que sus pasos le alejaron un poco de la chica , paso su mano por detrás de su cuerpo , sacando de la parte de su cinto una daga que en inscripciones arameas tenia su Apellido , por sobre su hombro volteo a verlos .

-Ustedes se van ...yo me quedo , eh dicho que no estare satisfecho hasta que me arregle con ella , y Amore sera un placer teminar nuestro trato sin embargo ahora voy a ha...


su corazón se paro , solo así se paro , su agudo oído había captado los sonidos de la carpa , de la gente que empezaba a entrar en pánico por lo ocurrido dentro , pero no pudo notar cuando fueron rodeados por el aquelarre de Marian , su Madre y ama estaba en llamas instigados por protegerla los rodearon para que no tuvieran escapatoria , Jamal comenzó a respirar lento y profundo mirando a todas direcciones ya que con el olfato tan dañado y su oído también debido al ruido de la carpa , le puso nervioso , aspero.

Set se paseo por delante de el , divertido de aquello - ¿De que te preocupas Maestro? nosotros sabemos pelear así , fuimos cazadores ...que te preocupa .


con un brazo recargado en el hombro de Jamal Set le susurraba , ambos voltearon la vista hasta el joven licantropo y Nimue ala cual no pudo evitar mirarla con ...casi ...¿Devoción ?

-Esta bien Jamal, deja eso de una buena vez ...ella si no sale viva de aquí nunca sera nuestra ...¿Entiendes?

-Entiendo .

Aun vigilante se acerco lentamente sin querer hacer mucho movimiento , los vampiros comenzaron a bajar de sus escondites con sigilo , el moreno se acerco hasta los dos .

-Tendrán que escapar en cuanto vean la oportunidad ,¿ entendieron ? y niño cuídala .


llevo su mano libre nuevamente hasta su cinto en la parte trasera para desenvainar otra daga escondida , hizo una elaborada reverencia a la chica sonriendole con encanto .

-Guarda bien lo que te di ...no lo pierdas .

como despedida le guiño el ojo , esperando que fuera suficiente con el para abrir una brecha y que ellos escaparan .los vampiros sisearon uno tras otro comenzó a mostrar sus colmillos como hacen los gatos cuando tienen un perro de frente , eso le pareció divertido , que mas daba ya estando aquí ...

Todo se había truncado, Emhyr había envuelto mis manos con las suyas dejando trás su roce unos polvos que brillaban con la luz de las farolas que iluminaban los alrededores, lo vi marchar hasta Marian casi con impotencia, me negaba a creer lo que era más que evidente. Siempre había querido apartar aquellos pensamientos de mi cabeza, hacer como si para él la única mujer que existiera fuese yo. Pero nuevamente me veía ante una realidad demasiado cruda como para poder soportarla.

Emhyr, pese a saber el daño que aquellos inmortales podían haberme causado y que seguro me causarían , estaba fascinados por ellos, haber tenido la longevidad no suponía nada para él, aquella obsesión que tenía con los vampiros parecía seguir en su fuero interno. Lo que más me sorprendió y me dolió, es que tuvo la desfachatez de decir abiertamente o al menos de insinuar, que Marian ocupaba uno de los puestos mas elevados en su lista de mujeres y caprichos. Casi estallo a llorar de pura rabia, en aquel momento mientras venía como se alejaba de mi para encontrarse con el cuerpo marmoleo de Marian quise que la imortal acabara con su vida. Pero tras ver brillar nuevamente mis manos lo entendí todo.

En el cuerpo marmoleo de la inmortal tambien resplandecían aquellos polvos, que con tan solo un movimiento de Emhyr prendieron fuego al cuarpo de la inmortal. Supiré aliviada, pero tenía demasiado miedo como para reaccionar. Pronto todo aquelle se lleno de vampiros leales a Marian. Todo parecía peor que una pesadilla. Emhyr nuevamente estaba donde yo, sentí la cálida mano de Jamal, una despedida y una petición pero yo no quería que aquello ocurriera así.

-¡No! Basta, por favor. ¡No quiero que peelees tu solo con ellos! No, Iré con ellos, el problema es mio no de vosotros. -Vi con terror como Jamal sacaba las dagas. Tres vampiros rodearon a Jamal mientras que otros intentaban apagar el fuego que poco a poco recorria las ropas de Marian. Volvi a mirar suplicante a Emhyr, no iba a marcharme de allí, no iba a dejarles atrás.

-Tienes que hacer algo Emhyr, no pienso dejarle atrás, ni a él ni a ti, aytudale...por favor...

-¡Malditos perros falderos! Esta me las pagareis. Voy a quitaros lo que más deseais en esta vida. ¡ Louis, Claude, Loida! Traedme a la chica. -Marian comenzaba a hurdir en su mente un plan de vengaza contra los chicos, protno comprendí que una de las cosas que más les importaba proteger, tanto a Emhyr como a Jamal era a mi, en el caso de Emhyr porque sentía algo muy poderoso por mi, en el caso de Jamal porque sin mi su plan estaría incompleto. - ¡La quiero vivia! ¡Esos perros van a sufrir con creces lo que me estan haciendo!- elfuego de la ropa de Marian ya se había consumido. Pero esta se dio la vuelta y comenzó a caminar por la oscuridad bastante cansada por el esfuerzo.

Loida la otra chica presente del alquelarre se dio la vuelta y me miró con una sonrisa burlona dibujada en sus labios. Los tres vampiros que roseaban a Jamal se avalanzaron sobre él para quitarle las dagas y que no supusiera una problema de mayor envergadura para el cometido de Lois, Claude y Loida.

Estos tres últimos comenzaron a andar con pasos lentos y graciosos hacia Emhyr y hacia a mi. Me quedé paralizada al ver aquellos cuerpos perfectos , curtidos, de una belleza insuperable. Pero al mismo tiempo letales. Uno de los chicos alzó la pierna y golpeó en el pecho a Emhyr, mientras los demás reían con fuerzas.

-¡NO!- grité yo poniendome entre medias de los tres vampiros y de Emhyr, mientras mis ojos buscaban a Jamal entre los tres vampiros que le rodeaban.

-¡Separate de él estupida!- comenzóa decir Loida.-No pongas las cosas más díficiles, ven con nosotros , se una de los nuestros y todo acabará, creeme que todo acabará...

Sus palabras eran bastante tentadforas. Yo quería salvar sobre todas las cosas la vida de Emhyr. Pero algo en mi me invitaba a luchar, a no ser una carga ni para él ni para Jamal. Levanté el vestido y de una correa que llevaba atada a la pierna saqué una daga, mucho más grande que las dos de Jamal, era la daga con la que Emhyr en nuestra primera luna llena juntos había utilizado para cortar mi mano y así protegerme. Aun no sabía que iba a hacer con ella pero tenía muchqas opciones. Me decanté por la más ligrosa de todas.

Corté con la daga la manga del vestido e hice un corte vertical en la muéca, aguantando el grito de dorlor. La herida comenzó a sangrar abundantemente. Los vampiros, tanto los tres que tenía frente a mi y a Emhyr como los que luchaban contra Jamal se pararon en seco y comenzaron a relamerse llos labios por el olor de la sangre.

El brillo del mármol resplandeciente y duro, gracias a las llamas creadas por aquel polvo que Emhyr había vertido poco a poco se vio consumido. Había aparecido varios vampiros, aquellos que había olido en anterioridad, era de suponer que tarde o temprano aparecería.

Emhyr blasfemó mientras volvía a estar junto a Nimue y Jamal. Al parecer el licántropo se veía dispuesto a luchar, ya que había sacado dos dagas y le había dedicado aquel gesto a Nimue, como en las historias de los libros donde el héroe se despide de la dama, dispuesto a darlo todo por ella.
El lanzarse de aquel modo al enemigo, al turco le pareció una necedad, pero ¿por qué considerarlo una necedad si el mismo solía actuar del mismo modo? Movido por el impulso.
Por un instante pensó que en realidad aquella acción llevada por el licántropo le vendría perfecta como distracción para llevarse la de allí, poco le importaba el resultado que iba a tener éste ahora solo le preocupaba dos cosas: Nimue y su propia vida, que ciertamente antes creía que no tenía importancia pero desde que se había encontrado hacía unos días con cierta persona, ahora le había dado más valía de la que poseía. Ya que Emhyr anter de perderla tenía un asunto muy importante que realizar y no iba a arriesgarse a perderla.

Marian comenzó a echar todo tipo de maldiciones para ellos, Emhyr debería estar serio, temeroso, preocupado, pero no, una enorme sonrisa se había dibujado en sus labios, parecía como si estuviese satisfecho de haber enfurecido a aquel demonio.

-¡Oh vamos Marian! ¡No prometas cosas que no vas a cumplir! ¡Tú y yo sabemos que no eres capaz de ello! ¿Recuerdas? -Más leña al fuego, pero así era él a veces, no podía soltar su lengua, siempre había sido de ese modo, en su juventud en más de una ocasión le había pedido la boca por así decirlo, pero en esas ocasiones solamente había recibido algún que otro castigo físico o había sido encerrado por su osadía, no arriesgaba su vida. -¿Dónde ésta esa inmortalidad que me prometiste?

La sonrisa de Emhyr continúo en sus labios, de repente recordó que se había dejado el bastón de “Reinos” entre los asientos, ¡Anda que acordarse de ese tipo de cosas en momentos como éste! El turco resopló con fastidió mientras sacaba de su bolsillo más polvo infamable, poco le quedaba. Nimue de repente le estaba rogando que ayudase a Jamal, éste le miró como si estuviese pensándose el hacerlo o no. Puso los ojos en blanco, su mirada luego recorrió al licántropo y luego a los ojos de Nimue.

-Solo porque quiero saber cómo se hace, aunque no pierdo nada por preguntarle a Adrianne. -Con ello se refería al motivo por el que iba a hacerle caso a ella. -Procura defenderte, ¿vale? Toma. -Un poco de aquel polvo le dio mientras decía unas palabras carentes de sentido. -Si te lo frotas en la piel evitará que te quemes y ellos arderán, las palabras que he dicho son la clave.

Girar su cuerpo, y ya estaban rodeados, de repente un golpe duro y con fuerza sintió en el pecho, aquello le hizo retroceder varios pasos torpes que le separaron de ella. Tantos que incluso iba a caer al suelo, debía de ser aquella nueva fuerza y agilidad que le proporcionaba su nueva condición, si fuese aun humano seguro que se hubiese dado un buen golpe.

De nuevo otra blasfemia en aquel idioma susurrante y ronroneante que sonaba tan bien. Emhyr tosió con fuerza, era como si el golpe hubiese desprovisto de aire a sus pulmones y así había sido. Frotándose el pecho y con la tos más calmada algo hizo que su rostro gacho se alzara enseguida atraído por un singular olor, un olor que residía en una parte de su memoria, una parte inconsciente, la del lobo.

El castaño se encendió en la oscuridad de la noche mediante el áureo feroz, su nariz de arrugo efímeramente en un gesto poco humano. Recordaba pero no recordaba aquello que comenzaba a sentir, eran vestigios de algo que había sucedido en unas noches anteriores, en una noche de luna llena donde la conciencia humana había sido atrapada por la de la bestia, y era el deseo de sentir aquella sangre que ahora emanaba por su piel entre sus labios, su carne desnuda e indefensa estremecerse entre aquellos colmillos que ahora no poseía. ¿De verdad era el deseo del alimento o era más allá de todo ello movido por el instinto de la bestia?

Emhyr era un lobo joven, a veces perdía el control de sus acciones y demasiadas veces su humor se volvía cambiante como en aquel momento, que parecía más mirarla como si fuese un objeto de deseo o una presa por la que competir contra aquellos vampiros, que aquella a la que quería proteger.

El sonido del viento al ser cortado con el acero no sangra pero llora , el cuerpo del moreno vibraba por alguna razón ilógica estaba disfrutando de sentir las garras de esos asquerosos seres cerca de su cuello listos para rebanarlo en tajos en cualquier descuido , las garras provocaban también un sonido particular que aunado con el que el producía formaban juntos una partitura " dance macabre " era la canción que su hermana toco para el una ves ...El fulgor de unos colmillos paso por su mejilla apunto de rasgar su piel , sintió el golpe del viento al ser empujado con violencia , se movía con agilidad y esquivaba golpes y zarpazos seguros pero por alguna loca razón estos no daban en el blanco , por alguna razón sus golpes no eran lo suficientemente efectivos a pesar de que sus oponentes no eran mas rápidos que el ni fuertes , parecía todo ir con lentitud y el jugando con ellos en ves de acabarlos ...¿Por que ?


-Por que no esta en tus manos Maestro ...

La voz que resonó en su mente fue una conocida pero se oía lejana como un eco a muchos pasos de distancia , pero cargada de seguridad y autoridad , Jamal retrocedió esquivando a dos vampiros quienes mostraban sus largos colmillos escupiendo saliva ala hora de atacar , pero el con gracia les miraba con la sonrisa completamente ancha en esa mueca loca y demente , que el no quería poner , que el no era consiente de hacer , sus manos temblaron junto con su labio inferior al percibir en el aire el seductor aroma metálico , de la sangre ...sus tres oponentes pararon en seco imitando de la misma forma Jamal se giro para buscar con la mirada al dueño de aquel olor .

su mente se congelo , sintió miedo y repulsión ante su visión ...sangre ...no es que no aya estado en escenas sangrientas ni que fuera vulnerable esta , si no que era diferente , no era cualquier sangre la que se derraba ni un juego de danza , apretó fuerte los puños hiriendo la palma de su mano , sintió el deseo de ir a su encuentro , solo para una sola cosa , abofetearla y decirle que una estupides como esa no era necesaria ...pero sabía que se engañaba sabía que solo quería tomarla y largarse .

Un coro de voces gritaron apagadas , unas rieron otras siseaban ....pero ninguna era clara , la voz de Set estaba lejana también ya que su risa sarcastica y burlona era apenas si un murmullo , entonces se dio cuenta , sus pies no se movieron ya que seguía en el mismo lugar que antes , sus manos no tenían las dagas por lo que se miro las manos confundido , aturdido , al levantar la vista se dio cuenta de que todo estaba borroso bañado por una capa de neblina que se espesaba de manera alarmante " Nimue ¡¡¡" grito , pero su voz no estaba siendo escuchada ....

-No te preocupes Maestro , ella se esta convirtiendo en algo peligroso , no perderemos la vida por nadie ...


Su voz ronca y audible llena de sarcasmo y altanería resonó en el silencio formado por todos los presentes , aun y con el ruido escaso de la gente huyendo , el acento italino de Set fue lo bastante audible para todos ,lo que provoco una ancha sonrisa en los labios de Marian , Set había luchado con los tres vampiros pero solo jugando con ellos , solo esperando el momento , ahora solo miraba a un objetivo la chica de cabellos rojos quien estaba empezando a ser rodeaba por los hambrientos seres , el moreno se inclino como si estuviera en su forma animal mostrando los dientes y medio riendo con esa loca demencia ....

" no lo hagas Set ..."

su cuerpo congelado solo fue testigo de como, su cuerpo "real" se agazapaba gruñendo , sus nervios crispados y llenos de adrenalina alteraron todo .

"no lo hagas "

Un intercambio de miradas , y así como un as de luz veloz embistió a la chica , los cabellos rojos rociaron el viento con aquel aroma natural , la esencia se escapaba no solo de las manos de Marian y su alquelarre si no que también de los lycan presentes , el moreno al lanzarse le echo el brazo ala cintura moridiendo al mismo tiempo su brazo , un fino polvo le roció el brazo con el que la sostenía ..Jamal impotente solo miraba apunto del calapso , ¿Como detenerle ?


Marian abrió mucho los ojos e institivamente se inclinaba hacia adelante gritando ordenes de seguirlos , de recuperar a la chica y matar al lobo , todo fue tan rápido , que en un suspiro se escapaba , el brazo del moreno al hacer fricción con el viento prendió, su hombro así como su espalda prendieron en llamas , por acto reflejo soltó ala mujer dedicandole una mirada asesina despues de apagar con la otra mano las llamas

Solo era consciente de la sangre que corría por mi brazo aun que no solo de eso. Mis ojos solo veían las figuras acechantes de los vampiros que se iban congregaron a mi alrededor debido al aroma irresistible de la sangre humana. escuchaba de lejos las ordenes de Marian y sentí en aquel momento como uno de los vampiros aferró con fuerza mi mano y la levantó en busca del corte del que emanaba la sangre para succionarla. Cual fue la sorpresa cuando la mano de este comenzó a arder y no tubo más remedio que retirarse al lado de su creadora casi llorando lágrimas de sangre por el dolor que el fuego le había causado.

Los demás vampiros al percatarse de que yo había utilizado el mismo truco que Emhyr solo hicieron que agudizar aún más sus sentidos y pensar como podía tocarme sin prenderse fuego a si mismos. comencé a marearme, veía como las figuras de Emhyr y Jamal perplejas por mi comportamiento cada vez eran más y más borrosas. Mi acción era, más que temeraria, suicida, pero con ella sabía que les daba a ambos la oportunidad de aprovechar el único punto débil de los vampiros: la sangre. Era pues el único momento que se veían dominados por su naturaleza y por lo tanto, el momento que eran más vulnerables. Sonreí en mi fuero interno al haber sido capaz de pensar tal cosa en un momento de horror. dos vampiros, asustados por lo pícara que había sido comenzaron a dar pasos hacia atrás y a preocuparse por su eterna vida. Se habían dado cuenta de que si se abalanzaban a beber de mi sangre sería su fin pues arderian en llamas y no solo eso, los dos lobos irían tras ellos hasta darles muerte mientras estos se dejaban llevar por sus ganas de alimentarse.

Pensaba que todo saldría según lo previsto , pero un fuerte golpe me devolvió un poco de conciencia para ver como Jamal ,me había aferrado había corrido varios metros y como consecuencia a ello su hombro y parte de su brazo ardieron y yo caí al suelo. con la mirada busqué a los vampiros que olvidando a Emhyr se deslizaban por las calles sin tocar el suelo para encontrarse de nuevo con nosotros.

-Idiota...- dije en su susurro al ver que había sacrificado mucho para que él que no se diera cuenta del porque lo había hecho.- Eres idiota Jamal...- la sangre comenzaba a brotar con más fuerza del brazo y el dolor era casi insoportable, busqué desde el suelo , sentada , a Emhyr, si debía morir , quería que el fuese la última imagen. Quería que el fuese mi último recuerdo....pero no encontré aquel cuerpo que tanto calor me había proporcionado en muchas ocasiones, iba a morir quizás desangrada, quizás a manos de un vampiro, sin ver la imagen que me había dado la vida.

Loida ya estaba frente a mi, era la única que había logrado llegar con apenas unos segundos de diferencia al lugar donde Jamal y yo nos encontrábamos ahora. su mirada parecía diferente, no tenía aquel color de ojos escarlata, su mirada dejaba entre ver una melancolía infinita, comprendí que ella lo que más anhelaba era volver a ser humana.

-Debes marchar Nimue, te prometo que haré lo posible para que esto acabe...- dijo mientras se inclinaba sobre mi a toda velocidad y me alzaba con mucho cuidado de no tocar mis manos.- Emhyr estará bien, pero ahora el problema no somos nosotros si no la ira de Marian. Deberás esconderte y...

-¡TRAIDORA!- gritó Marian la cual había llegado a donde nos encontabamos. -Suéltala. - Loida no hizo ademán de soltarme de aquel abrazo gélido.- si lo haces te daré una última oportunidad. ¡abandona ya esos sentimientos humanos! ¡Hace mucho tiempo que dejaste de ser uno de ellos!- pero ella seguía presionando mi cuerpo intentando que no sangrara más. La gente empezaba a salir de la carpa del circo y muchos de los vampiros comenzaron a mezclarse con la gente, otros simplemente desperecieron. Emhyr estaba a salvo, ahora el problema eramos nosotros.

Como si de una aguja se hubiese tratado, aquel olor al férreo escarlata se había clavado en su olfato de tal modo que algo en su interior se había removido, algo que deseaba ser desatado de aquellas cadenas de piel humana. La luna llena estaba bien lejana pero el prematuro licántropo no era capaz aun, de controlar aquel instinto de sed feroz más allá del hambre y la destrucción, aquella emociones que se mezclaban y turbaban su humor y consciencia humana.

De repente se vio ajeno, atraído, ajeno a quienes le rodeaban, esos vampiros que parecían estar más distraídos por la sangre que ella vertía que por el propio ataque ígneo, pero él no quedaba atrás ya que su atención estaba situada en el mismo punto y sus instinto parecían estar llamando a lo mismo que llamaba a los inmortales.
Parado en seco con un gesto indescriptibles, Emhyr no tenía aquellos ojos seguros y preocupado parecía estar en una clase de trance, como si algo hubiese golpeado su cabeza y le hubiese hecho que sus pensamientos fluyesen lentos. Sus ojos ahora dorados parecían parecían de aquel que acecha a una víctima, un trozo de carne por la que había que competir, ya que aquello ahora se había convertido en una clase de competición.

Un vampiro avanzo hacia Nimue, Emhyr arrugo su nariz y apretó sus dientes de tal modo que solo le faltaba emitir algún que otro gruñido cánido. Un paso cauteloso y luego uno hacia atrás cuando los labios del vampiro se vieron mancillados por la llamas dolorosa de aquella argucia llevada por la joven. Por un instante la conciencia humana que luchaba por el control pensó en que ella había sido lista y parecía estar aprendido de sus propias acciones.

Ahora todos estaba distraído, ahora era su oportunidad para poder hacerse con aquella piel cálida y pálida, tierna segura entre sus dedos y sus colmillos, ¿colmillos? ¿Qué colmillos tienes ahora maldito humano? Su consciencia lupina rugió en su interior con fastidio. Otro paso tras otro, otro inconveniente otro obstáculo frío con el de aquella noche, pero aquellos no eran tan pequeños ni iban solos, son demasiados... Pero tu puedes con todos, ahora si puedes con todos... Una sonrisa confiada, maquiavélica en el gesto lobuno.
Sus manos fueron llevadas en el cuello de uno de los vampiros que le rodeaban, aprovechando la distracción del momento y sin quererlo en un abrir y cerrar de ojos, se veía escupiendo la carne desagradable de aquel vampiro que había tomado entre sus manos. Ahora este se retorcía en el suelo con todo el cuello desgarrado, vertiendo una sangre muerta que antes no era la suya.

La vista de nuevo fue a buscar a la joven, ¿dónde estaba ahora ella? Una blasfemia que habría removido a todos los demonios de la tierra y sus piernas se pusieron en marcha en una veloz carrera ignorando a aquellos que le perseguían, el olor de ella seguía en el aire junto con el de aquel otro licántropo... Otro considerado competidor ni más ni menos, que le estaba robando aquello que era suyo.

Por fin fueron alcanzados, la conciencia humana se ganaba camino con respecto a la de la bestia y tras un parpadeo largo de sus ojos, que se veían apagados poco a poco del dorado, esta se hizo de nuevo con su mente. Y el turco toco con sus dedos aquellos labios surcados por ríos de rubíes, no sabía si estaba allí o al otro lado, ya que su mente aun vagaba en el desconcierto que aquellos cambios creaban en él, más se preguntaba ¿qué había sucedido para que tuviese aquel mal sabor de boca y aquellas manchas de sangre? ¿Y cómo había llegado allí durante aquel breve momento en el que la razón fue nublada?

Jamal al parecer había puesto a salvo a Nimue que sangraba con abundancia, y una inmortal estaba defendiéndola, dándole la oportunidad de huir. Emhyr les alcanzo ya al rato cuando la escena ya estaba bien álgida.

La respiración de Emhyr estaba agitada, encogida, como si hubiese recorrido demasiada distancia y ahora el aire no fuese el suficiente para sus pulmones, su corazón parecía haber seguido aquel ritmo veloz ya que no solo destrozaba con su percusión su pecho sino también su cabeza causando cierta sensación de mareo. Estos poco a poco se iban calmando, Emhyr se agacho levemente mirando el suelo apoyando sus manos en las rodillas, inclinado el tronco nada más, sintiendo aquel nervio indescriptible que parecía colarse por debajo de su piel, era algo más fuerte que un subido de adrenalina, más electrizaste... Era la calma aun no alcanzada, la lucha dentro de aquella cárcel de piel hueso para el lobo.

Su rostro se alzó y ni se topo con Nimue, sino fue directo a Jamal. Aquel gesto que le mostró era como si quisiese decirle al licántropo que él seguro que sabía cual era la sensaciones que él estaba experimentando, dándole a entender la lucha que en su interior se libraba y solo por el mero hecho de aquel olor agrio de la sangre de Nimue, la cual quiso probar en su primera luna llena.

Y llegó la que nos faltaba, pensó por un instante.

-Marian tiene que ser jodido que no puedas coger un buen moreno con la luz del sol, ¿cuánto queda para que amanezca? Mmm... ¿Minutos?

Era cierto, las estrellas ya había desaparecido en el firmamento y la oscuridad del azul comenzaba a tornar sus tonos en violetas

-Oye... -A pesar de la inseguridad que su rostro mostraba al mirar al otro licántropo su voz sonaba demasiado segura, Emhyr estaba usando una de sus miles máscaras de interpretación. -Nimue llevalos amabos... -Sabía que en cuanto la vampiro que los sontenía intentase entrar al la cabaña de los pantanos esta quedaría frenada y tal vez las luces solares acabasen con ella. Ciertamente estaba ayudándoles, pero para Emhyr poco le importaba usarla como escudo o más bien que fuese un sacrificio que no iba a sentir. -... a Jamal, al lugar donde vi la primera luna, donde talle los símbolos en la madera, ¿recuerdas ese lugar?

Emhyr parecía ignorar a Marian a su rabia, era como si ya hubiese ganado la batalla. Era tan extraña aquella actitud, pero todo tenía un motivo.