Abrazando el pasado [LIBRE]

por **Alaia Capadoccian** Mar Abr 05, 2011 4:38 pm

La vida de Alaia no se había tornado más fácil a raíz de la noticia que había recibido de la vampira que había sido una madre para ella, o lo más cercano a eso pues no sabía como tendría que ser la relación… ni siquiera podía decir que tenía la conciencia más tranquila, al contrario: Se vio forzada a asesinar a esta mujer que había sido su único apoyo, había asesinado a su hermano por instinto, había creído que el amor de su vida estaba muerto y ni siquiera había tenido la fortaleza para corroborarlo pues dolería demasiado saber la verdad… y ahora… se sentía lo suficientemente egoísta para tratar de encontrarlo de nuevo.

Aún retumbaban en sus oídos, fuertes y profundas, las palabras de Beatrice, su grito desesperado: ¡SEBASTIAN ESTÁ VIVO!

¿Lo estaba?.... ¿Realmente podía estarlo? La única explicación que aquello podría tener sería que Sebastián hubiera sufrido un destino parecido al de ella… una conversión a algo eterno, fuerte inclusive en contra del maldito tiempo. Ahora tantas cosas se aclaraban… si así hubiera sido su familia tendría que ser más parecida a la de Alaia de lo que siquiera se hubiera imaginado ¿Sería por esto que habían mantenido una rivalidad enraizada por tantos años?

Todo esto había estado dando vueltas en su cabeza en el tiempo en que había regresado a París, pues ahí sus pensamientos eran seguros del yugo familiar. Desde un tiempo atrás tenía cierto interés en la familia enemiga de la suya, pero por su puesto, no había alguna biblioteca que abriera de noche ¿Dónde más podría encontrar información? Pero estaba decidida…

Salió a las calles tal vez demasiado bien vestida, pero no quería levantar sospechas. Al encontrarse frente al gran edificio, destinado a ser la cárcel de centenares de libros, suspiró al ver la enorme puerta, a pesar de las muertes que había dado por su necesidad de alimentación, jamás había cometido un crimen del mundo humano – y ahora irrumpiré en horas no apropiadas en una biblioteca -

Caminó hacia la puerta preparándose para deshacer la cerradura o el candado que la separaban del interior, pero no fue necesario, pues la puerta estaba entreabierta… -Tal vez debería ser otra noche – pensó para si estática en la entrada. – Pero si soy más rápida que cualquier cosa que esté ahí adentro, yo no seré culpada – apretó los puños y dio un paso dentro. Escuchó una voz un poco histérica y giró la cabeza para conocer la identidad de aquella persona o criatura que la había descubierto.

por **Aetos** Dom Mayo 01, 2011 7:25 am

-Los pasos del brujo eran lentos como las agujas del reloj de uno de los cucos, amantaba al silencio con pasos tranquilos pero imponentes mientras los vástagos de la noche le perseguían sin hacer el menor de los ruidos ¿que otros vástagos eran sino los fantasmas? la gente ignorante especialmente los soñadores decian que la noche pertenecía a los vampiros pero eso no era del todo cierto porque los fantasmas eran otros de los que dominaban en la oscuridad especialmente a medianoche, lo que habia empezado como un tópico fué gustando a los propios espiritus que tomaban esa hora como la salida hacia la libertad.

Habia muertos que no descansaban o no seguían al brujo que escuchaba incesantes deseos e incluso voces que teatralmente le pedían una oportunidad más, otros se desvanecían con gemidos de dolor porque su tiempo habia acabado...las noches para él consistían en recolectar todas las almas que pudiera para sus planes como aquellos en los que servía sus venganzas personales asi que hacia contratos con ellos ya fuera verbalmente o con una hoja especial que habia fabricado el mismo. Firmaba, luego quemaba el susodicho para que aquel contrato fuera respetado a toda hora nunca le habia dado el caso de que tuvieran que recordárselo, Aetos siempre respetaba todo lo que firmaba ya fuera con los muertos o con los vivos era algo de lo que se avergonzaba, el ser un hombre de palabra.

Se detuvo, cuando una sonrisa traviesa se cruzó en su camino señalando hacia la biblioteca, no iba a hacer caso a ese espiritu pero todos dos o tres más se sumaron con los dedos apuntando a algo que no tuvo más remedio que observar ¿una mujer? que tenia de interesante para ellos una dama escondida que no deseaba ser descubierta pensó incluso que era extraño que fuera alguien que interesara a los muertos porque estaba mirando la biblioteca como si fuera un refugio, miró a su espalda habia obedientes muertos siguiendole, se podía dar por satisfecho por ello inició su caminata situándose justo detrás de la mujer- No abrirá por mucho que la observe my lady. - Sacó un reloj de bolsillo...al abrirlo las luces de las farolas temblaron solo por unos segundos hasta que lo volvió a esconder entre sus ropas descanso lejos de la presencia de los espiritus que le seguian, solo la traviesa figura de humo con una sonrisa cada vez mas ancha y fúnebre seguia a su lado señalando acusadoramente a la mujer- Es de mala educación señalar -El alma no pudo hacerle menos caso entonando una risa estúpida-

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