Diversión de amigos (Pablo)

por **Lourdes Bourmont** Miér Abr 13, 2011 4:38 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Ah.... Luego de otra semana de trabajo, por fin un día libre! Camino despreocupada pues traigo ropa de hombre, buscando algo divertido que hacer.

Y la respuesta vino a la vuelta de la esquina: Detrás de un edificio ví los maravillosos juegos del parque de diversiones! Me acerqué feliz a la entrada pero... no tenía suficiente dinero para la entrada...

Me alejo triste, pero los gritos de alegría hacen devolverme: "Si no puedo entrar por un lado, será por otro..." y así empiezo a buscar en la pared la mejor parte para cruzarla, saltarla o lo que sea necesario!

Diversión de amigos (Pablo) - Página 3 2csi2c7

por **Lourdes Bourmont** Sáb Jul 16, 2011 9:03 pm

Off: ¡Perdona la demora!

Noto que a Pablo le cambia la cara con mis preguntas... Aunque su boca muestra una sonrisa, su mirada se vuelve sombría, tanto que me da un poco de miedo. De hecho, mi corazón se encoje al oir su voz gruesa, no porque me hable mal, de hecho siento una profunda pena en su interior, pero algo me dice que no debo hacerlo enojar.

- Pues, no. -sonrío de lado, tratando de ocultar mi nerviosismo- Sentí ese movimiento en el estómago, pero lejos fue mucho más divertido que la rueda gigante.

Bajo la mirada, jugando con mis dedos, preocupada por ese temor, infundado desde luego, por él. Pablo es un joven violinista que pasa hambre igual que yo, trabajando en la calle, donde cualquier persona le puede tratar mal. ¿Por qué mi interior me dice que debo temerle?

- Mira, está empezando a anochecer, pero me gustaría verte tocar el violín, no sé, mañana o cuando sea, tu dime cuando. -Una vocecita me dice que debo irme, pero al mismo tiempo quiero probarme a mí misma que esta sensación de peligro no es nada. Miro sus ojos y me empiezo a preguntar si de verdad ví algo malo en él. Pablo se ve tan tierno que nuevamente me enojo de estar disfrazada de hombre.

por Invitado Lun Jul 18, 2011 2:13 am

Tuve que estar de acuerdo, un carrusel no se comparaba con la rueda de la que se podía ver todo París a la distancia. Me giro para ver el cielo cuando él apunta que está anocheciendo y en un segundo fugaz comienzo a hacer cuentas, no será noche de luna llega y suspiro aliviado, tal vez más sonoramente de lo que me hubiera gustado; no será noche de luna llena pero está cerca, además no suelo pasar las noches fuera de casa por el temor y trauma que mi condición me ha impuesto. Las noches de luna llena son diferentes, tengo que correr al bosque y resguardarme para no hacerle daño a nadie. Miro el cambio en Lou, tal vez no sabe lo que soy pero, quizá lo intuya, nunca me he detenido a preguntarme cómo es ser un humano común y corriente y tener que convivir con alguien como yo, casi toda mi vida he sido esto.

-¿Quieres que vayamos a casa?, podemos hacernos compañía hasta llegar a la ciudad –le ofrezco, caminar de regreso juntos sería un buen modo de despedirnos, me cuesta tanto trabajo socializar que no quiero perderlo como amigo, es probable que después, dependiendo de cómo se den las cosas, tenga que confesarle mi naturaleza.

Me quedo observando unos segundo su expresión, y lo que hay detrás, sus rasgos delicados, más parecidos a los de un niño o a los de una mujer, y sonrío, esa especie de vulnerabilidad me hace darme cuenta que no somos tan diferentes.

por **Lourdes Bourmont** Miér Jul 20, 2011 1:07 am

Su suspiro me confunde, ¿acaso no me quiere tener como público cuando toque su violín? Pero luego me ofrece su compañía para llegar a la ciudad. Eso es contradictorio con su suspiro anterior, pero muestra nuevamente su sonrisa sincera y en sus ojos veo bondad.

¡Al diablo la vocecita de la cordura! ¿Qué daño me puede hacer Pablo, si piensa que soy un chico igual que él?

- Si, vamos! -acepto sonriendo y tomo su mano para guiarlo hacia la entrada del recinto. ¡Torpe! ¡Los chicos no se toman de las manos!

De inmediato lo suelto, y... improviso:

- Disculpa, es que no quería que nos perdiéramos entre tanta gente...

por Invitado Vie Jul 22, 2011 3:59 am

Se queda atento a mí más de lo que a mí me gustaría y entorno los ojos, trato de saber qué es, ¿sabrá que en las noches de luna llena me transformo en una bestia?, no, eso es imposible, recién lo vi tratando de meterse a este sitio sin pagar supe que era un humano, uno común y corriente, tal vez sólo estoy haciendo conjeturas, sacudo la cabeza y comienzo a caminar. De pronto me toma de la mano, me giro para verlo con sorpresa, pero más tardo yo en hacer ese movimiento que lo que tarda él en soltarme, me giro para ver a mí alrededor y no hay tanta gente como para perderse, según asegura él.

-No te preocupes –le digo en medio de una risa complicada, incómoda y avergonzada, todo a la vez, también mis movimientos se descontrolan, no me siento ofendido o algo parecido, pero… desde que soy un adolescente estoy consciente que no sólo las mujeres me atraen y eso es lo que me pone así de pronto-. No pasa nada –concluyo y lo rodeo con mi brazo por los hombros, si yo soy delgado, Lou es un palito junto a mí, una ramita de un árbol.

Sigo caminado, jalándolo un poco pues no lo suelto y nos encaminamos a la salida.

-¿Dónde vives?, ¿o tienes que ir a trabajar? –continúo hablando para poder salir airoso del momento previo.

por **Lourdes Bourmont** Miér Jul 27, 2011 1:22 am

Me sonrojo totalmente y miro al piso, tratando de ocultar mi rostro de sus ojos. Oigo su risa nerviosa y le evito más porque ahora sé que le he dejado incómodo también. Mis hormonas me dicen que no puedo ocultar de mí misma que soy una mujer, así como no puedo ocultar que lo encuentro fascinante.

De pronto él me abraza.

Siento sus brazos tibios sobre mis hombros y suspiro emocionada. La sensación es tan agradable que no me arranco, sino que trato de retener cada segundo en mi memoria. Camino a su lado, pisando las nubes, aunque nunca libre pues la realidad infelizmente no abandona mi cabeza tampoco.

Veo el gran portón de la salida, el mismo que antes evitamos ahora nos despide como si todos los asistentes fuéramos amigos. En estas pocas horas, Pablo y yo jugamos a que no éramos pobres, y nos divertimos mucho, pero al traspasar esa salida volveremos a nuestra cotidianeidad:

- No, hoy es mi día libre. -suspiro antes de seguir- Vivo en el sector de Blanc-Mesnil, -¿para qué añadir que es uno de los sectores más pobres de Paris? De seguro él lo sabe...- en un edificio donde alquilo una habitación de 1 ambiente. -Aún no me atrevo a mirarle nuevamente, y en esta evasión, mis ojos se encuentran con el sol que dora la ciudad antes de esconderse. La noche pronto llegará pero no quiero separarme de Pablo... No ahora que he descubierto que me gusta tanto su cercanía.

por Invitado Jue Jul 28, 2011 8:08 am

Noto su sonrojo pero no digo nada para no incomodarlo más. ¿Será qué…?, quién sabe, su apariencia frágil no ayuda a disipar mis dudas, pero tampoco debo hacer conjeturas apresuradas, seguimos caminando en esa posición de camaradería aunque, quien sabe, quizá él quiera algo más, y quien sabe, quizá yo también. Pero qué estoy diciendo, nos acabamos de conocer.

Asiento cuando me dice que es su día libre, y luego donde vive, un barrio que conozco muy bien pues es de los más necesitados de París.

-Si quieres puedo acompañarte –le digo torpemente, me ayuda el hecho de que no nos miramos a los ojos-, o podemos vernos después –aquello salió sin previo aviso, no sé de dónde, no sé que me orilló a decírselo, pero no sonaba descabellado, habíamos pasado un grato momento juntos, no veía por qué no repetirlo.

-Y… -prolongo esa palabra más de lo que debía -¿cómo es trabajar en los calabozos? –pregunto para aligerar el ambiente, quiero saber un poco más de él, sólo sé que trabaja ahí pero supongo que siendo un chico tan pequeño debe ser todo un reto, aseguró ser muy bueno en su trabajo, pero eso no me da a entender en verdad cuál es su experiencia y qué le gusta y qué no.

por **Lourdes Bourmont** Miér Ago 03, 2011 12:56 am

- Si, me gustaría. -admito antes de elaborar la frase. Nuevo sonrojo, el cual ahora no logro ocultar pues es demasiado notorio- Digo... me gusta mucho la música. -rectifico al paso.

Sin embargo, Pablo no me deja de abrazar, y esa caminata me parece como las caminatas de las parejas que observo en las calles más bellas de Paris. Giro mi cabeza y le observo el rostro. Es tan joven pero ahora que no está riendo se ve tan cansado...

Pero cuando él me mira, rápidamente miro hacia adelante. Esta sensación extraña y única me inunda y por primera vez me empiezo a preguntar si le confieso que soy una mujer...

- Pues, todos dicen que es difícil, pero me he adaptado muy bien. -suspiro recordando mis defensas con mi querido escobillón, golpeando en la boca del estómago a varios sujetos- Lo entretenido es que varios reos creen que pueden derribarme fácil porque soy pequeño, y por supuesto se han engañado una y otra vez.

Si... mi aparencia engaña... Yo engaño para sobrevivir, sólo eso. Pero dentro de esta coraza hay una chica que ya no quiere engañar más...

por Invitado Vie Ago 05, 2011 2:18 pm

Reí con expresión complicada, cuando volvió a sonrojarse. ¡Vamos!, no soy un tipo atractivo, ni interesante, ni nada, aunque de una cosa ahora sí estoy seguro, Lou parece disfrutar de mi compañía, demasiado, quizá es como yo que a la hora de elegir pareja y no se fija en el sexo, lo cual es una ventaja si eres como yo cuyas habilidades románticas son prácticamente nulas, al menos así mis posibilidades son más amplias. Miro a mi compañero de reojo, su apariencia femenina no ayuda en absoluto y ahora soy yo el que se sonroja.

-Entonces debes tener mucha diversión en tu trabajo –le respondo para tratar de aligerar el ambiente, para no ahondar en nuestro sonrojos, suficiente incomodidad tenemos ya, sería peor si los señaláramos.

Me observa demasiado y me da miedo que descubra la bestia en la que me transformo las noches de luna llena, me avergüenza, suspiro y seguimos caminando en las inmediaciones del parque de diversiones, como si ninguno quisiera despedirse.

-Y claro… -miro al suelo, no podría hablar mirándolo a él –cuando quieras puedo tocar algo para ti –me llevo las manos a los bolsillo y digo encogiendo los hombros, con esa postura parezco yn niño regañado.

por **Lourdes Bourmont** Sáb Ago 13, 2011 9:14 pm

Mientras nos adentramos en el bairro donde está el edificio donde vivo, más y más se hace notoria la presencia de mendigos en las calles. Y una chica joven, quizás un año menor que yo, con un bebé llorando en sus brazos, me hace reflexionar sobre mi realidad: Yo me disfrazo de hombre para poder trabajar y no terminar abandonada como ella, con un pequeño niño implorando por algo de comer.

Vuelvo a mirar a Pablo, y la desconfianza por la conducta de los hombres me hace borrar de mi mente el confesarle mi verdad en este momento.

- Mira, ya casi llegamos, así que pongámonos de acuerdo: ¿cuándo tocarás tu violín? Iré a verte ese día. -digo sonriendo. Sé que debo separarme de él ahora, pero será menos doloroso si guardo la esperanza de verlo de nuevo otro día...

por Invitado Mar Ago 16, 2011 8:38 pm

Avanzamos y trato de sólo ver al frente, o a Lou en su defecto, este barrio me recuerda mis primeros días en París en los que también tuve que dormir en la calle, gracias a un poder que no puedo comprender encontré a Nell con el tiempo y ahora vivo en condiciones menos infrahumanas, sin embargo, no puedo negar lo que soy, un pobre diablo como los que nos rodean estirando las manos pidiendo por un franco o un pedazo de pan. Volteo cuando me dice que estamos cerca y lo sonrío.

-Verás –comienzo –yo toco diario, sólo que no tengo un sitio específico, a veces es una plaza grande, a veces una esquina, normalmente estoy por el centro, por si un día andas por ahí… -me encojo de hombros y luego una mejor idea viene a mí –o quizá, si tu quieres, podría venir y tocar algo sólo para ti –le sonrío y me doy cuenta de lo que acabo de decir, no, mi ofrecimiento no va con una doble intención incluso habiendo notado que tenía la capacidad de sonrojarlo, mi oferta es seria, quiero agradecerle lo que hoy hizo por mí y no tengo otra cosa de mi lado que no sea la música.

-Gracias –le digo cuando nos detenemos frente a un edificio-, sin ti jamás me hubiera atrevido a entrar a ese lugar, y me divertí mucho –le dije con expresión de niño pequeño que ha ido al parque de diversiones por primera vez-. Entonces… nos vemos pronto –me despido ondeando la mano antes de dar media vuelta y emprender mi camino de regreso a casa.

TEMA TERMINADO

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