[Caminante no hay camino, si no estelas en la mar]

por **Gyula** Dom Abr 17, 2011 10:36 pm

Las olas en la mar estaban apacibles cuando desembarqué y la luna en el horizonte me sonreía de manera clara y luminosa. Había gastado mis últimas pagas en ése boleto. No solía durar más de unas semanas trabajando de grumete en cualquier navío. Solía enrolarme en otro barco justo cuando bajaba de otro. Era la rutina, la rutina de un errante. Para muchas personas ésa rutina puede ser monótona pero no para mi, alguien que disfruta de la suave brisa del mar y su oleaje en diferentes estados de ánimo. Si...la mar tiene estados de ánimo, cual mujer regida por la influencia lunar. Al llegar al puerto, tomé mis pocas pertenencias y caminé por el muelle. Los olores franceses golpearon fuertemente a mi fina nariz, no diré que son buenos o malos olores...simplemente eran nuevos olores. la gente me ve con recelo y muchos con desdén. Les entiendo, soy un gitano...y un gitano extranjero. La fama nos precede y muchas veces de manera justa.

Mientras la gente me huía de manera no tan disimulada, caminé con paso lento, disfrutando del salpicar salado de unas pocas olas inquietas a la orilla del muelle. Mi mirada esmeralda, regalo de mamá, buscaba algún rostro familiar, pero debía estar soñando...puesto que estaba lejos de casa y este lugar no tenía rostro familiar y mucho menos amistoso. Caminé hasta un lugar apartado del gentío y cuando estuve cerca de un peñasco me senté a disfrutar del aire acariciando mi cabello y mi última comida: una manzana.

por **Dana Luminita** Dom Abr 17, 2011 10:47 pm

Las noches se vuelven más oscuras en esta sombría ciudad y este viento no llena ese vacío que tengo en el pecho. Todas las noches, si, todas las noches en este día, sin faltar alguno, me siento aquí, fue ese día cuando todo se nubló. ¿Lo recuerdas Juana? No es el mismo puerto lo sé, pero se siente la misma brisa.

Mi traje, un traje que uso como si fuera un caballero de época, oscuro, con una camisa de holanes , y esa levita oscura que se ondea con el viento. El bastón en la mano con el conejo rabioso abriendo la boca y mostrando los incisivos de forma amenazante, es divertido hacerse pasar por un caballero, llama menos la atención que el colorido traje de arlequín, el maquillaje en el rostro mal hecho como si nunca me hubiese visto en el espejo. Mi cabello rubio había perdido los destellos rosas de las puntas, solo era rubio casi platinado que caía sobre mis hombros y con el sombrero de copa que parecía querer ser arrebatado por el viento sin lograrlo.

Me detengo un momento a ver las olas y aquel reflejo de la luna sobre el mar que orgullosa se refleja en este. Un espejo perfecto, en un mar que en alguna vez me sumergí y por siglos, nunca logré salir. Sigo caminando con ese estilo elegante, perfecto, igual que un joven francés que pasea por aquel puerto, aspirando aquel aire salino y que acompaña el aroma de los peces, también están los corazones en la lejanía que cantan sus palpitares en mis oídos. Alguien está acerca, ¿Le escuchas Juana?... un aroma sutil de las manzanas invade el aire junto con su aroma a sal. Mis pasos avanzan sigilosos en el peñasco hasta quedar como una sombra sigilosa detrás del devorador de manzanas.

por **Gyula** Dom Abr 17, 2011 11:16 pm

Devoré velozmente ésa pequeña manzana rojiza. Sabía exquisita, no como un buen platillo gitano pero no tenía mejores opciones. Mientras el pensamiento se perdía en lo negro de la mar y los recuerdos azotaban como olas enfurecidas mi mente, un olor en particular interrumpió el monólogo de mi soliloquio. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal y como gato acechado me levanté de golpe. Mis finos ojos se adaptaron a los haces de luz por parte de la luna, receloso observé poco a poco al joven que estaba frente a mí. El maquillaje de payaso que lleva me inquieta pero no lo demuestro. Su ropa y el bastón con aquel conejo perturbador me hacen pensar que es alguien ostentoso. Mi cabeza se inclinó de manera reverente pero no humillante, mis manos tomaron la tosca bolsa de cuero con mis pertenencias, no por miedo a ser robado sino para huir de ser necesario.

~Peculiar bastón...~ dije de manera respetuosa mientras comencé a avanzar sin quitarle la vista de reojo.

por **Dana Luminita** Dom Abr 17, 2011 11:46 pm

El aire es más fuerte en el peñasco. El panorama es impresionante, pero no me llama tanto la atención como los movimientos de ese hombre, que parece un felino asustado, gracioso... ¿No lo crees Juana?... sus ojos, son extraños, claros... esos ojos... Los míos de un azul intenso, parecido a un océano frío y olvidado se fijan en ellos, en esos ojos esmeralda, miro sus movimientos, respondo a su saludo con elegantes movimientos de un caballero, levantando un poco mi sobrero de copa y haciendo una leve reverencia.

Miro sus manos y su voz que parece volátil con el viento llega a mí como un golpe sutil y miro el bastón con la empuñadura de conejo que con la boca abierta muestra esos dientes filosos, encantador.
-Peculiar –respondo y mi voz delata mi naturaleza, una encantadora voz femenina- Es una noche que se ahoga en soles... y esta noche el mar solo canta sinfonías que la luna aun espera... tal vez salgan los lobos... y vengan a cantarle a la luna...

por **Gyula** Lun Abr 18, 2011 12:52 am

La voz contradictoria a lo que mostraba momentos anteriores, hace que me detenga en seco. ¿Una dama vestida de caballero? Fruncí el ceño y me giré lentamente, su mirada fría como un océano muerto me estremecía. Tenía algo, no podía definir que era pero ella tenía algo que me hacía pensar en las pesadillas que acechan en los rincones oscuros. Me acerqué titubeante y le hice una reverencia más cortés que la anterior, tal cual se saludaba a las damas de la época.

~No tan peculiar como lo que me revela su voz, algo no afín a lo que muestra sus movimientos y su ropa...mi señora...~ contesté secamente y un tanto confundido, su maquillaje seguía desconcertándome.

~Los lobos no me agradan...~ interrumpí su mensaje poético. ~Creo que éste lugar no es un lugar para alguien como usted...~ hablé calmadamente mientras me giraba para observar la pálida luna sobre la mar. El salobre oler en el aire comenzaba a desagradarme, no era tan interesante como el que se podía respirar sobre una proa en movimiento.

por **Dana Luminita** Lun Abr 18, 2011 1:31 am

No vuelvo a saludar, no importan las cortesías, para mí no habían niveles sociales ni nada, aunque siempre me crecieron entre la realeza rumana y la etiqueta es importante para alguien de sociedad. Puedo ver sus gestos y me causan cierta gracia, pero no emito ningún movimiento, me quedo tranquila escuchando ese corazón cantarín que tiene en el pecho ¿Lo escuchas Juana?... es un olor especiado, como aquellos que les gusta osarse de las caravanas, como aquellos ojos que pidieron ser llevados al infiernos, esa ave que me dio ese tesoro, ese tesoro que tiene él en algún lugar de este mundo.

Muevo el bastón al escucharle, me causa gracia de nuevo al que me llame señora...
-No importa que sea lo que sea... no importa el lugar donde mis pies caminen... yo no juzgo a las personas por lo que usan o por lo son... simplemente me dejo llevar por las noches y disfruto el tiempo... de esta primavera que se avecina.

Di un paso más con un equilibro felino en el borde del peñasco sobre aquellas botas rojas, su estatura puede rebasarme cerca de veinte centímetros con todo y sombrero.
-¿Ha que sabe la miel?... ¿Cuál es el sabor de las manzanas?

por **Gyula** Lun Abr 18, 2011 1:46 am

Me encogí de hombros al escuchar lo que decía, supuse que para las personas de su estrato social, a veces les da igual algunas cosas y con el tiempo apetecen de compañías bizarras y de otros estratos sociales. ~Entiendo...~ me limité a decir y observé la agilidad que tenía para estar sobre el peñasco rocoso y algo inclinado. ~Tenga cuidado...~ dije acercándome un poco por si tenía que ayudarle pero respetando su espacio privado.

Observé sus botas escarlatinas perdiéndome un poco y volví al escuchar sus preguntas. ~¿A qué sabe la miel y las manzanas?~ cuestioné algo confundido ~¿Nunca ha probado las manzanas y la miel?~ pregunté inquisitivamente. Mis dedos juguetearon un poco con los enmarañados rizos cenizos de mi cabeza. ~No podría explicarlo, tendría que vivenciarlo, es como explicarle a un ciego de que color es la mar...~ hablé lo más educado que podía y volví a sentarme sobre una parte de la enorme piedra, dejando la bolsa de cuero frente a mis pies.

por **Dana Luminita** Mar Abr 19, 2011 2:50 pm

Las palabras no fluyen mucho esta noche y solo me quedo observando el abismo del risco, sintiendo esa brisa marina que golpea mi rostro que amenaza a mi sombrero por arrebatarlo de mi cabeza. Vuelvo con la mirada azul a observarle cuando dice que tenga cuidado y una sonrisa sublime y tétrica se plasma en mi boca, pensando que un humano quiere cuidar a Luminita. En esta ocasión no están las torres humanas que son mis sombras, esperan en el carruaje.
-Usted debe tener cuidado... –mi voz sale tranquila, como si de terciopelo se tratase, escucho caer una roca lentamente por todo el peñasco y azotándose sobre la espuma que se chocaba con la orilla.
-No, nunca he probado la miel, ni las manzanas –ahora esta voz que dulce sale de mis labios, tiene tintes de amargura- Los ciegos pueden ver más de lo que nosotros creemos.- Imito un perfecto suspiro sin mirarle quedándome como una estatua perfecta apoyándome de mi bastón y respondo- Puedo imaginarlo... no podré saber a qué sabe, pero puedo entenderlo...–al menos eso quiero creer, aunque nuestros placeres no se parecen en nada a ellos, me gustan sus olores, sus sabores en su piel- ¿Puede contarme cual es el sabor de las mieles y de las manzanas?

por **Gyula** Mar Abr 19, 2011 6:04 pm

"Usted debe tener cuidado..." resonaba una y otra vez. ¿A qué se refería? Le observé de reojo y vi una perfecta estatua con un porte que para muchos sería agradable y para mí era tétrico al igual que su maquillaje. ~No le temo a nada...~ dije altivo y saqué a relucir mi legado gitano. Mis manos inquietas juguetearon con la correa de mi bolsa de piel. ~Es una lástima que no haya probado las manzanas y la miel. Es algo maravilloso y más cuando se saca recién del panal, las abejas molestan un poco pero es la mejor miel...~ contesté sin expresión alguna en mi rostro pero mi voz cantarina me delataba, extrañaba la casa...mi casa.

~Los ciegos quizás pueden ver de otras maneras...supongo que se refiere a éso...~ comenté observándole nuevamente de reojo- La mujer vestida de caballero me inquietaba y no sabía exactamente por qué. Fruncí el ceño al escuchar su petición ~Lo intentaré...~ contesté de manera seria y cerré los ojos. Pronto estuve bajo la sombra de aquel gran árbol de manzanas rojizas. Las rojas siempre fueron mis preferidas. ~Tienen un sabor agridulce, causa un poco de escozor a los lados de la lengua y conforme masticas la manzana sientes un goce que puedo comparar como el danzar de las mariposas...~ suspiré y al abrir los ojos me topé con aquella imagen: un muelle salino, barcos anclados y la estatua tétrica perdida en su mundo.

por **Dana Luminita** Mar Abr 19, 2011 7:35 pm

Mi sonrisa se vuelve a dibujar al escuchar no tengo miedo a nada. ¿Qué tipo de persona temeraria es?... es solo un humano, uno que nos presta estas tierras, en las cuales caminamos. ¿Le escuchas Juana?... es bueno que no tenga miedo, es bueno no temer. Aunque me gusta sentir ese miedo, me gusta alimentarme de él, el miedo es genial.
-Me gustaría probar la miel – comento después de imaginarme la miel del panal, y en un día soleado, espantando abejas, mordiendo la colmena inundada de esa tersa y dulce miel, saber que no puedo hacerlo nunca me hace un escozor en el pecho- algo así... los ciegos no pueden ver, pero sus otros sentidos son más agudos... nadie nos impide imaginar...

Espero un relato, un verdadero relato de los cuenta cuentos, pero solo llega aquellas frases que no me llenan como espero, quiero más, Shhh escucha Juana... escucha con atención.
-Pensé que las manzanas se parecían a los corazones, tenían el color dependiendo del dueño, rojo, amarillo o verde, crujen cuando alguien las muerde y sueltan ese sabor dulce dependiendo de su madurez...

Le mire con detenimiento...
-¿Cómo se llama?... usted no es de estos rumbos... –fijo mis ojos en los de él tratando de ver sus recuerdos.

por **Gyula** Mar Abr 19, 2011 8:02 pm

Conforme sus palabras salían como golpes marinos, una a una, algo me pareció extraño y la electricidad subiendo por mi espina dorsal de manera juguetona me hizo pararme rápidamente, mis manos dieron justo dentro de la bolsa de piel, donde llevaba los ajos y cebollas amarrados con un trozo de listón rojo. Su mirada fría como témpano de hielo se cruzó con mi mirada cálida como las olas en verano. ~Las manzanas no son corazones...~ comenté guardando la compostura y tratando de pasar saliva lentamente. No me importaba morir, no era miedo, era sorpresa de encontrarme quizás ante alguno de los seres fantásticos que juraba y perjuraba sólo existían en los rincones de niños mal portados.

~No importa mi nombre...~ le interrumpí, decían por ahí los mitos que si le revelabas el nombre a algún ser extraño podrías volverte su esclavo, ésas creencias los compartían en mi gente. Supuse que por mi manera de vestir y acento al hablar, no era difícil imaginar que venía de lejos. Los pensamientos pasaban rápido, intentando recordar datos de mis viajes y lo que se podía escuchar en las tabernas. Y como si fuese un relámpago llegó aquella palabra a mi mente, aquella palabra que no me atreví a pronunciar. Su gracia, su voz casi angelical, la facilidad para parecer una estatua y por supuesto sus reflejos. Mis ojos curiosos se concentraron en la persona que tenía enfrente y entonces pude ver ésa falta de destellos en su aura, ella no tenía alma... ~Usted no pertenece al mundo de los vivos...~ dije casi en forma de susurros, más para mí que para ella.

por **Dana Luminita** Mar Abr 19, 2011 8:45 pm

Mi sombrero sigue haciendo esa danza sobre mi frente, queriéndose ir a gozar por otros rumbos, pero no puede, se queda ahí impune sobre mi cabeza.
-Tienen la misma forma, de un corazón sonriente. –Vuelvo todo el cuerpo para mirarle enteramente y observar sus movimientos, esa mano que se dirige a su bolsillo y que mueve algo que desprende esos olores picantes de ajo y otras especias. –Tiene razón, no importa el nombre... pero esta noche podría llamarle menusino.

-No crea todo lo que dicen en los pueblos, esas cosas solo sirven para hacer un buen caldo... –una risa divertida sale de mi pecho, y me apoyo sublime sobre el bastón, entre yerbas y piedras del peñasco, observo sus cálidos ojos que hacen que descubra un nuevo mar de sus recuerdos, ese mar de mares.
-La condena se lleva en el alma, y todos tenemos este mundo prestado, vivimos... caminamos por estas tierras y luego derramamos nuestras cenizas...
Su curiosidad me llama o esa intriga que tiene adentro hace que me pique la piel y es gracioso, me gusta. El miedo se incrementa poco a poco, pero no me atrevo a romper la máscara que nos limita nuestras leyes de condena.
-Entonces... usted es un gitano...

por **Gyula** Mar Abr 19, 2011 8:54 pm

Sus contestaciones afirman mis sospechas y su aura no miente. Una de mis manos no sale completamente de la bolsa de cuero y continuo viéndole fijamente, ahora con odio. ~Usted no tiene alma...~ quizás fui grosero y sabía que podía costarme la vida pero no podía ser de otra forma con una...no estaba seguro de quererle llamar persona como ella. No le veía la gracia, aunque para la dama que tenía enfrente todo parecía un chiste. ~Si soy Gitano...~ contesté orgullosamente y alcé el rostro de manera altiva, yo siempre estaba orgulloso de mis raíces, quizás estaba muy lejos de casa pero mi legado siempre estaba conmigo.

~Muchos no vivos como usted, le han dado caza a mi gente...~ comenté de manera amarga, recordando los relatos de la abuela y cayendo en la cuenta que realmente habían pasado. No sé que me podía más, si no haberle creído a la abuela en su momento o el dolor de mi pueblo. ~Regrese por donde vino...un Gitano no se junta con un no Gitano y menos con una bestia como usted...~ hablé fieramente, mostrándole odio y valentía en mis ojos.

por **Dana Luminita** Mar Abr 19, 2011 10:26 pm

Sin moverme en ese porte que poseo de caballero galante me quedo, estatua de mármol, sus emociones fluyen para alimentarme, es tan agradable su odio, es tan agradable todo aquello que va fluyendo de su ser, es normal, es normal que todo lo que sienta sea así.
-Los gitanos tienen buenas historias... me sé una historia de gitanos... –Recuerdo en ese momento esa historia del gitano que suplica que le saque los ojos, que suplica que le arrebate la vida, sin premura, sin siquiera amenazarlo- Sí, tienen un sabor excelente, ese sabor picante lleno de especias, tiene ese sabor dulce de las maldiciones y del lo prohibido, del alcohol y la alegría, tienen mucho en su sangre... es diferente al resto.

Mi sonrisa se planta maldita y me acerco un poco más. Giro mi bastón con gracia y cierta magia.
-Tiene razón, soy una bestia, tal vez, esta noche tenga suerte que no tengo ánimos de jugar con sus entrañas, me encuentro de excelente humor... –vuelvo a girar mi bastón y me apoyo de forma grácil mirándolo de forma encantadora- Aunque me causa cierta curiosidad, esa curiosidad que no puedo explicar, tal vez es su sangre y creo que usted tiene esos ojos... que podría comerme un día... pero creo que se ven mejor en su rostro...-Suelto una risita juguetona- Los gitanos siempre me causan curiosidad, aunque nuestra sangre es diferente, y la mía no puede ser menor que la suya.

por **Gyula** Mar Abr 19, 2011 10:37 pm

La interrumpí justo cuando mencionaba que mi pueblo tenía buenas historias, si siempre habíamos tenido buenos relatos. ~No vuelva a mencionar a mi pueblo con ésa lengua demoníaca que posee...~ mis ojos se habían convertido en dos carbones ardientes queriendo carbonizar a la dama que tenía enfrente. ~Será mejor que pare a su perorata, porque los Gitanos no sólo poseemos buen sabor, relatos maravillosos y maldiciones...también poseemos algo que usted no conoce...respeto por la vida...~ dije lanzándole una mirada fúrica.

Ése momento había sido el momento más excitante de mi vida, estaba casi seguro que moriría. La no muerta podría decir que tenía buen humor pero según las viejas historias, ésos demonios desalmados sólo se divertían con el sufrimiento ajeno y parecía que a la dama de rostro tétrico le divertía ver el mio. ~Podrá arrebatarme todo lo que quiera pero hay algo que no podrá arrebatarme...mi libertad de expresión...~ le contesté altaneramente. ~Y se equivoca mi señora, su sangre vale mil veces menos que la de cualquier hombre o mujer sobre la faz de la tierra, porque sencillamente usted...está muerta...~ finalicé y comencé a ascender por la peña, quería irme...no por miedo, si no por la ira que comenzaba a desatarse en mi interior.

por **Dana Luminita** Mar Abr 19, 2011 11:31 pm

No pude evitar sonreír a todas las palabras que dice. Su pueblo, su gente, todos ellos son iguales, por eso mueren sin dejar su orgullo. “lengua demoniaca”, no me siento ofendida, me causa gracia.
-Nosotros también conocemos las reglas de la vida, fuimos humanos y una parte de nosotros lo seguirá siendo. Tenemos que sobrevivir, somos las bestias que no pedimos ser, estamos condenados a caminar en tierras prestadas y así seguiremos eternamente, pagando pecados que nosotros mismos cometimos, esa es nuestra maldición y no me importa lo que diga y juzgue. Puede hablar todo lo que quiera como una cotorra, solo son palabras, que unas pueden terner significados y otras pueden significar nada...

Mis cejas se unieron con seriedad, y una sonrisa torcida se vuelve a plasmar en mis labios, mis hombros se mueven imitando un suspiro y apoyada en el bastón sin perder la postura una risa vuelve a brotar, graciosa.
-Sí estoy muerta, soy un endemoniado ser que no debe existir, tengo más fuerza y soy más veloz, pero existe, puedo escuchar sus pasos, y le puedo seguir en un parpadeo, no puede llegar lejos, solo es un capricho... mi capricho de esta noche y no podrá huir tan fácil de mi.

por **Gyula** Mar Abr 19, 2011 11:47 pm

Todo lo que dijo se convirtió en un discurso sin sentido, en parte por su mal acento Romaní y por otro tanto porque no quería oírle más. Pude haberme ido y desaparecido si lo hubiese querido, y debía haberlo hecho, sin embargo sus últimas líneas me hicieron entrar en furia. Yo casi todo...menos un cobarde. Me giré molesto, mi mirada, mis expresiones corporales, todo indicaba que no la estaba pasando bien y la causante de todo éso, era la desconocida que tenía enfrente.

~Yo NO soy el capricho de nadie...ni si quiera de La madre Mar...~ hablé fuertemente y estuve seguro que las personas a lo lejos pudieron escucharme. ~Y no huyo de NADIE...yo NO te tengo miedo, no le temo a la muerte...y NO tengo mucho que perder, así que lo que vayas hacer...hazlo ya...~ recité mientras le aventé la bolsa de cuero, rompiendo todas las etiquetas y protocolos habidos y por haber. Quería que entendiera que no le tenía respeto y que me daba asco.

por **Dana Luminita** Miér Abr 20, 2011 12:02 am

Mis pasos se alargaron detrás suyo, despacio y calmada apoyándome de mi bastón. No recuerdo si lo digo bien o estoy pronunciando mal la lengua gitana, mis años de perseguirlos y estudiarlos me ha llevado a prender su idioma, mucho tiempo los odié por las maldiciones y por una parte estoy así, loca, por otra... siempre les guardé respeto. El se da vuelta y no es necesario a que le siga más. Me detengo:
-¿La madre mar?... ¿Crees que mereces morir esta noche?... no eres mi capricho para alimentarme, te dices hombre y orgulloso de lo que eres, pero también te reniegas a conocer más de lo que no conoces, me extraña, siendo alguien temerario que se baña en un mar, un navegante que atraviesa los oncéanos tenga tantos prejuicios... ¡Estoy segura que nunca has conocido el mar!

Luego al ver que me avienta aquella bolsa la esquivo de forma celérica, fue un movimiento invisible sin moverme un cabello. Y quedo luego tan cerca de él apretándole del cuello y levantándolo un poco del suelo, aunque era una diminuta mujer a su lado. Por más que intente zafarse no puede porque estoy igual de dura que una roca.
-No tientes tu suerte menusino. Me gustará que corras y perseguirte hasta que los pulmones te exploten... Quieres pelear con el demonio, entonces... te daré ventaja... –lo suelto y me pongo en distancia- Nunca habías visto algo como esto...-mis colmillos afilados salieron a su cauce sobre mis labios-.

por **Gyula** Miér Abr 20, 2011 12:15 am

Si tal vez era prejuicioso, pero no más de lo que la gente presuponía de mi raza. Me ofendió que dijera que no conocía a la mar. Mi mirada siguió fulminante sobre ella, la retaba con ésta. La gente de su clase me molestaba y más sabiendo que era una no muerta. Abrí los ojos de manera desorbitante al ver sus rápidos movimientos y pronto ésos pensamientos se esfumaron al sentir sus potentes manos. Unos grilletes pesados rodearon mi cuello y me hicieron sentir dolor. Me atraganté con mi propia saliva intentando zafarme pero no tenía la fuerza suficiente para lograrlo.

El corazón se me aceleró, pensé que moriría pero fue más mi ira y mi orgullo que terminé escupiéndole el rostro. Odiaba que se divirtiera a expensas mías. En otro acto de diversión me soltó y caí como costal de papas sobre el roído y salino muelle. Mi respiración agitada no podía controlarla por más que lo intentaba, me puse de pie temblando. Ya no sabía si de miedo, rabia o ambas. Mi mirada se topó con aquellos afilados colmillos, nunca había visto algo así. Ella tenía razón. Arremetí con todas mis fuerzas contra ella, intentando embestirla desde la cintura, sabiendo que quizás perdería la vida...pero lo haría como lo hace un Gitano...luchando...

por **Dana Luminita** Miér Abr 20, 2011 12:41 am

Todo el mundo se viene abajo cuando quieres hacer lo correcto, por eso siempre tomamos caminos equivocados, por eso siempre tropezamos con el destino. Su corazón palpita de forma rápida, me gusta ese sonido, la sangre fluye con fiereza. Su desgarro hace que me mueva un poco atrás y sin dejar mi postura elegante me limpio el desaire. Vuelvo a sonreír de forma más maldita que antes, y en ese momento no importa nada. Y su corazón palpitaba casi desbordando por su piel, pudo moverme un poco de mi posición y mi bastón cayó al piso, por primera vez en mucho tiempo no había usado la presdigitación para sostenerlo, pero usé una ilusión para hacerle ver mi verdadera forma humana, la inexistente.

Aun así cruzando la mirada con el que tenía un mar cálido en sus ojos y esos ojos me recordaron las lunas que perdí en mares y luego se abrieron los míos que son un océano congelado con ese recuerdo que me perforo el pecho. Mis dientes los abrazaron con en la clavícula, ni siquiera para alimentarme solo era para herirle. No quiero matarlo, pero no puedo resistirme al olor de su sangre, a su sabor y lo aprieto con mis manos, sin soltarle, aunque el luchara, no lo soltaría.

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