Los jeroglificos de un veneno ~Libre~

-Encima de la copa de un árbol fuerte para soportar su peso estaba el brujo pensando en los ingredientes que le habian pedido para hacer una de las pociones mas significativas de todo brujo, lo primero a lo que se dedicaban despues de las pociones de amor era a las pociones que se bifurcaban en medicinas para la salud lo segundo en las plantas que servian para que los espiritus o la mala suerte se alejasen raudos- Ahi estabas maldita comadreja -Con habilidad saltó de un árbol a otro que estaba más cercano bajando por las ramas con confianza hasta que pisó el suelo caminando con prisas hacia donde habia encontrado al animal que buscaba era bastante escurridiza ¿de que animal se trataba? de nada mas y nada menos que de una serpiente cuyo veneno era esencial para usars een medicina, la gente confiaba mas en los remedios de lbrujo que a los caros e incluso antiestéticos remedios de los medicos-

Te dije que te cazaria y eso hice -Tomó la cola de la serpiente que amenazó con morderle, el brujo era hábil habia lidiado con insectos venenosos mucho antes de que ese bicho hubiera nacido, eran ya cerca de 15 los años que se habia dedicado a ello ¿o eran 20? daba igual total los años le servirían poco si tenia que enfrentarse a esos animales sin preparación, cuando le tomó la cabeza colocó los dientes de laserpiente en un bote de ese modo la serpiente segregaba el veneno llenando el mismo, cuando se quedase sin demasiado veneno estaria suficientemente debil como para no atacarle cuando la dejase en el suelo, mientras el bote de se llenaba sintió a alguien una presencia, no era de los espiritus que normalmente había alli sino de alguien humano- Puedes salir, no te haré daño ni esta astuta tampoco -habia tenido sus mas y sus menos con esa misma srpiente, unas veces habia ganado ella otras veces habia ganado él-

Había salido a caminar aun a pesar de lo difícil que le era, por que? Por que a veces la soledad de su vida le sobrepasaba y simplemente sentía que no había nada ahí… cuando eso pasaba salir…ver el cielo y darse cuenta de todo lo que había afuera siempre le ayudaba.

Había comenzado a caminar, salir de la mansión había sido relativamente incomodo, los sirvientes le veían extrañados, como queriendo decirle algo pero sin atreverse. Aquella extraña cercanía tan lejana siempre le hacia sentir extraña. Como si no perteneciese a la vida de los que le rodeaban. Bueno, la verdad es que no pertenecía a nada, simplemente a la vida que alguien alguna vez le había dado, la vida que alguien mas había salvado el día que precisamente todo su mundo se había venido abajo.
Suspiro y sus grandes ojos vieron su alrededor, solo había arboles a su alrededor, recordaba haber cruzado el pequeño puente que cruzaba el riachuelo que pasaba junto a la mansión…después haber comenzado a caminar bajo la sombra de los arboles. Después de eso… no recordaba demasiado, se había quedado absorta pensando en nada como muchas tantas veces.

-tonta…- se rio de si misma recargándose de un árbol, ahora que era consiente las piernas habían comenzado a molestarle… las acaricio aun por encima de la tela cuando un ruido y una voz masculina la sobresaltaron haciéndola dar un respingo.

“Ahi estabas maldita comadreja “ “Te dije que te cazaría y eso hice”

Con cuidado se asomo desde detrás del árbol algo recelosa de quien podría estar al otro lado.

“Puedes salir, no te haré daño ni esta astuta tampoco”

Despacio fue saliendo de detrás del árbol, fue increíblemente consiente de el sonido de su vestido al rozar la hierva, de el siseo cortado de la serpiente…y del sonido mismo del viento rozando su rostro y moviendo sus cabellos como seguramente movieron por un segundo los del joven que atrevido sostenía una serpiente contra un frasco frente a ella…Clara seña de que sus sentidos se habían puesto alerta… como siempre que alguien desconocido aparecía frente a ella..Incluso con los conocidos aun sentía la necesidad de cuidarse… de protegerse a si misma. Después de todo ya no había nadie que lo hiciere por ella.

-eso es una...serpiente?- pregunta tonta sin duda pero verle sostener a semejante peligroso animal con tanta seguridad le hizo dudar de si aquello era real. Avanzo un paso hacia el, con precausion y la piel le molesto un poco negandose a seder en sus piernas, apenas y pudo hacer una ligera exprecion de molestia antes de recomponerce y mostrarce como si nada.

Lo mejor seria que volviera a la mancion... pero... ahora que lo pensaba no sabia bien por donde regresar, giro distraidamente la cabeza hacia atras como si buscace algo, tal vez si simplemente caminaba hacia atras regresara a casa, no recordaba haber tomado difurcaciones ni nada por el estilo.

-sabes donde estamos?- se atrevio a preguntar al extraño y al instante se arrepintio. Lo peor que podia hacer era mostrarce debil o desvalida frente a un extraño.

-El animal cautivo solo se oponia con gestos taciturnos de su larga cola destrozando los fantasmas de los insectos e incluso el mismo aire sufría de los movimientos desesperados ¿desesperados? era necio por pensar que la susodicha no conocía el destino una vez que los dedos del brujo se afianzaron sobre su rostro apretando el pulgar para que a cada movimiento el dolor pareciese aumentar, el veneno que podia quebrar a los fantasmas o incluso dar vida a los desdichados que él escogía porque friamente si lo pensaba no queria estar rodeado de espíritus inutiles que no tuvieran ninguna utilidad para el propio brujo. Al fin la presencia que habia sentido hizo aparición en forma de mujer de vestido elegante que nada más mirarla podía decir que la pobreza no formaba parte de su vida aun asi podía equivocarse con la sociedad jugando a mentirosos marqueses- Lo es -repitio lo evidente mientras miraba el interior del bote que estaba empezando a dar señales de uso mientras el veneno de la serpiente recorría como una cruel gotera el cristal interior forjando asi la necesidad de escupir, escupir a riesgo de que aquello le dejara debil con tal de poder vengarse de aquel humano que esta vez le habia ganado la batalla aunque esta vez dejo de dar coletazos dejando que su destino recolectase el fruto de su vida-

¿que hace una dama en el bosque? No es más que una curiosa pregunta que me permito - Establecio contacto visual con la mujer por vez completa mientras ninguna sonrisa mostraba su afabilidad al mismo que tampoco habia señales de que fuera un hombre brusco, era el silencioso respeto lo que le mantenía en la sociedad de los más altos rangos pues no se dedicaba a ofrecer falsos rostros ni tampoco falsa apatía para que la gente se acercase, quien le conocía sabia bien el caracter que tenia el brujo- Estamos alejados -solo dijo eso, volviendo a cortar la mirada con la mujer para prestar atencion al bote que tenia entre sus manos. No deseaba abusar del poder ni tampoco de una serpiente única que a duras penas aunque no queria reconocerlo en voz alta le sería util en más de una ocasión.

La soltó dejando asi que el libre albedrio de esta determinase el camino pero impuso un hechizo para que no se le ocurriese salir en direccion a la mujer. Dió unos pasos, situándose cerca de un árbol que tenia aspecto decrépito por los años- El tiempo te ha maltratado - se sumergio en su mundo de palabras confusas, sacó una navaja de aspecto limpio e incluso mas brillante que las habituales golpeando él arbol con firmeza sintiendo la tensión de sus músculos especialmente del brazo que hacia presión- Te daré un uso si tu me dás lo que busco - Como si el árbol no tuviera más opción dejo expulsar un líquido blanquecino que tomó en otro bote de menor tamaño que el anterior pero que no por ello perdía la importancia, volvió pues a mirar a la mujer como si se hubiera de nuevo percatado de su presencia- ¿A donde quieres ir? debo de ir a Paris despues de recolectar algo más

-Aunque no se lo estaba ofreciendo abiertamente le estaba diciendo que si queria acompañarle aunque claramente tendría otras cosas más interesantes que hacer que prestarse a estar con un brujo, quien, por el momento tenia planes pensados para la noche en la que los fantasmas despertases-

Mas que preocuparme por que seas un estorbo me preocuparía por tu salud - no se referia al ambiguo dicho de los hombres "al ser una mujer no debes de ir sola por..." el nunca osaria decir aquello cuando las mujeres habian demostrado tener mucha mas fuerza que la propia raza masculina, comprobo que el poco tacto que habia empleado para con la mujer no habia sido del todo grosero o que por ende a ella no le habia importado pues una persona normal o se habria enfurecido o habria buscado una excusa para replicarle. Miró a la serpiente fijamente notandola cansada, el veneno casi llegaba a donde deseaba y cuando lo hizo se colocó delante de la mujer justo cuando ella se habia presentado...no es que no quisiera hacerle caso pero era peligroso. Soltó a la serpiente siseando bruscamente al ver que se detenia con intenciones de atacar pero al final lo penso bien y se marchó corriendo hacia otro refugio- Aetos

-Dijo su nombre, pues no necesitaba ni siquiera usar el apellido, parecia vanal, solo con el nombre bastaba- no tengo que buscar mas reptiles lo unico que he de buscar es savia de un árbol más como la que estoy sacando además de hojas de menta que es lo que hará que el jarabe tenga un sabor al menos no demasiado amargo -era ademas de brujo curandero ¿o no era lo mismo? algunas personas escupian a su paso pero eran las mismas que reclamaban los servicios, podia ver a la serpiente volver pero solo para pasar a otro lado, por eso la habia asustado dos veces quizás porque se sentia poderosa al notar que no habia sido sacrificada- vamos, mademoiselle

-Elevó la mano para que ella la tomase, los modales a pesar de su indiferencia no se habian perdido sino que los mostraba cuando era obligatorio, debian de pasar por un lugar algo empinado, de ser necesario no dudaria en tomar el cuerpo de la mujer en sus brazo aunque al bajarla se ganara una bofetada ¿doleria? la clara respuesta era no pues en la vida habia cosas que dolían más que una simple bofetada. el aire poseia un almizcle de sabores extraños que se complementaban entre si como el amargor de las plantas con la dulzura de los frutos caídos, los animales extraños con los que monótonamente se contemplaban día tras día. suspiró, débil como siempre volviendo a caminar hacia un montículo- veremos Paris, asi te ayudará a confiar en mi

-El camino no era fácil para alguien que tenía unos zapatos como su acompañante incluso seria dificil para alguien que no estuviese acostumbrado a estar en el bosque por eso aun cuando no ganase nada con ello, ayudaba a la mujer hasta que estuvieron finalmente en un llamo lo suficientemente alto como para que al fin elevando la mano derecha y extendiendo el índice señalase hacia Paris, se veía a lo lejos como una mezcla de espejismos de casas altas y pequeñas hechando algunas humo mientras que otras daban la sensacion de tener frío, los árboles se mecían con el viento indicando que como siempre su temperatura se vería gradualmente más fría conforme siguieran andando. No era traicionero y avisaba de primera mano lo que sucedia...pues cuando habia silencio de por medio el peligro acechaba mientras que como ahora cuando el bosque parecia farfullar rumores entre sus hojas todo estaba monótonamente tranquilo sin nada de que preocuparse- Un jarabe bueno para la salud ¿acaso el jabon no está hecho muchas veces hasta de la piel de los insectos muertos?

-No tuvo reparo en indicarle aquello pero si callo con lo que muchas veces la gente hacia las cremas especialmente las nuevas que se compraban las mujeres de clase alta, insectos, piel, animales muertos, hasta sangre porque según indican tienen unas propiedades capaces de dejar la piel igual de tersa que el barro solo que claramentr al tener un color blanco y un aroma (sacado de alguna que otra planta ) no parecia ser tan ofensivo para el medio ambiente, se miró el morral, tenia que conseguir por lo menos la savia de ese árbol pues las hojas eran muy fáciles de encontrar especialmente la de menta que crecía casi alrededor de todo el bosque enespecial de los árboles más vivos- Sigame

-Concreto el tiempo de mirar el paisaje, cualquiera habria reprochado o buscado la causa para quedarse más tiempo pero no era el tiempo lo que le preocupaba sino que éolo el dios del viento quisiera hacer una de las suyas aprovechando que estaban los dos en el bosque, adentrandose un poco más profundo- Ese es -indico satisfecho un árbol que poseía tantas espinas como ramas u hojas, las espinas cuando se arrancaban emanaban una sabia de aspecto sólido, esa lo que necesitaba para que el jarabe tuviera esa pizca de aroma, ademá la usaba en casi todos sus "brebajes" como muchas veces indicaban sus guardianes y era demaiado importante, como habia indicado antes los jarabes se hacen de cualquier cosa, cosas naturales sobretodo que influyen de forma positiva en nuestro cuerpo pero como es mejor que la ignorancia siga su rumbo se escogia hierbas con excesivas propiedades aromáticas-

¿Fines específicos? –Arqueó una ceja cuando la miró a los ojos, seguramente ella seria de las personas que pensaban que él se dedicaba a hacer aquello para engañar a las personas o algo parecido pero no podía culparle era demasiado extraño obviamente a lo que se dedicaba era como si le dijesen a un pintor de que material estaba hecho su lienzo y él lejos de pensar en ello compraba más a riesgo de poder ser algún contaminante o de acabar con algún animal solo por tener que hacerlo, de hecho cuando la gente muchas veces deseaba saber como se hacía la medicina después parecía tener deseos de no saberlo, pensaban “oh dios mio” cuando le decias lo que llevaba e incluso con cara de asco cuando se tenia que introducir algún animal pero lejos de aplanarse seguían con sus planes de comprar pues si no lo hiciesen su cuerpo no podría recuperarse. El perfecto ejemplo es el de la orina, la orina de los humanos contiene un exceso de amoniaco por lo que cuando un mosquito o un insecto te pica a veces para rebatir el veneno o la picadura muchos indígenas usaban sus propios orines pues de ese modo podían seguir luchando un día más. Habia notado que la pierna de la muchacha estaba cojeando un poco, era un curandero por lo que si no se hubiera dado cuenta sería algo estúpido-¿Qué tiene en la pierna?

-Dijo pero después de decirlo tomó en brazos a la muchacha sin que ella tuviera que hacer nada, le miró con una sonrisa en los labios mientras le envolvía con fuerza de manera que aunque quisiera no se pudiera escapar, siguió andando un buen trecho mirando hacia abajo especialmente para comprobar si había alguna piedra donde apoyarse, al encontrar una lo suficientemente cómoda, camino hacia ella, al menos estaba cerca del camino donde debía de parar, también se acercaban y alejaban al mismo tiempo de Paris pero no por mucho pues después de conseguir la sabia de aquel árbol llegarían en un abrir y cerrar de ojos a la ciudad, dejándola a la mujer a su casa sin preocuparse por nada, ladeó el rostro ojeando si había algun insecto que preocupase a aquella mujer acomodándola finalmente, le miró a los ojos- ¿Necesitas algo?

-Su tono parecía indicarle “o te revisaré yo mismo” si ella no hablaba, la gente solia decir que no tenía unos modales demasiados buenos especialmente con los enfermos, muchos médicos solian decir que debía de ser alguien con un buen carácter para poder recuperar los clientes o tener más clientes o darles por el momento algo por lo que vivir, en cambio él siempre decía “si vas a vivir vivirás” porque no tenía que preocuparse por infundirle falsas esperanzas, él era un buen curandero, pero también era un temible sepulturero pues cuando alguien se le escapaba de sus manos, deseaba saber por qué asi que tomaba el cuerpo de aquella persona y lo diseccionaba para escribir todo lo que pudiese y mucho más acerca de la enfermedad-

-Una carcajada salió de pronto en los labios de Aetos, normalmente era un hombre muy serio que gustaba de su posicion imponente, nunca utilizaba en exceso los sentimientos porque despues de todo los hombres nobles podían leerle como un libro abierto, habia asistido muchas veces a esa clase de confesiones de hombre derrotados que hacian clamar que debido a sus movimientos incautos habian sido robados o dejados en la ruina pero no solo eso sino que para sobrevivir en el mundo que se encontraba la caridad era necesaria y al mismo tiempo un lastre, habia pocas veces para dejar fluir aquella risa que por el momento casi nadie (por no decir absolutamente nadie) habia escuchado. Estaba completamente tensa, asi lo estaria Aetos si alguien le hubiera cogido de la nada dejándole sobre una piedra, pero parecia incluso asustada por pensar que el brujo se le ocurrira darle algo de los brebajes que utilizaba con sus pacientes- No debes pensar que voy a darte veneno en estado puro jovencita, para empezar los jarabes han curado la vida de muchas personas pero antes deben de tener un proceso

-Encogio finalmente los hombros y se puso en pie tomando su morral, desgraciadamente no tenia mucho agua del que presumir porque habia venido solo con un pellejo medio vacio, seguramente el agua estaria ya asquerosa por el calor al que habia estado sometida, él era un humano pero se olvidaba de lo más importante cuando estaba trabajando, fijó por unos minutos sus ojos en el pellejo que traia, pensativo ¿donde habia un lago potable por ahi cerca? Miró despues de reojo a la mujer, sabia que no era buena idea dejarla sola durante mucho tiempo, se acordaba de que habia otro lado por alli que estaba cerca de una cascada, después se dió cuenta de que si hacia eso solo por complacer a la mujer se alejaria de su autentico destino, aquello que necesitaba. Era egoista eso seguro pues Aetos nunca se habia conmovido por nada, ahora mismo les quedaba un largo viaje a paris no demasiado largo pero al menos de una hora más- Esta bien... he de cogerte una ultima vez, puedes golpearme una vez lleguemos

-Le tomo una vez más contra su cuerpo dejando que su rostro estuviera cerca del ajeno, le miró fijamente a los ojos ya sin ningun indicio de sonrisas, comenzó a caminar hacia la cascada, podía dejarle alli bebiendo y remojándose los pies mientras él estaba luego cogiendo el ingrediente que le faltaba, camino una media hora, sin mostrar señal de fatiga, sus musculos se mostraban bajo su camisa como siempre exhibiendo inconscientemente su figura atlética, asi que no tenia problemas él habia cargado muchas veces cosas incluso más pesadas. Cuando finalmente llegaron depositó en la hierba a la mujer cerca de la orilla para que pudiera reposar sus problemas sin problemas, con uno de los tarros vacios lo llenó de agua entregándoselo de un modo más saludable ya que lo que llevaba seguramente...no seria muy bueno para ella, a él no le importaba pero ya que estaba empezando a cuidar de ella debia de cuidarle de todos los modos-

¿Podras quedarte aquí unos minutos sola? -dijo mirando despreocupadamente el reloj, si caminaba a su ritmo en unos minutos estaria para recoger lo que necesitaba-

No me interesa abandonarle, si tuviera tal intencion lo habria hecho nada mas verla -Su sincera a veces causaba que las personas se incomodasen, el brujo no era alguien que estuviera escondiendo lo que quería o lo que no ya que no le interesaba mucho sociabilizar con los humanos para temer que su reputacion saliese herida, era conocido por ser silencioso, estricto pero ante todo alguien bastante extraño que a veces murmuraba para si mismo (ya que la gente no veia a los muertos como él) pero que de ese modo venía su fama...miró de nuevo el reloj poniendose en marcha hacia donde tenia que estar, seria un espectáculo desagradable para una dama recolectar esos materiales que sobre todo cuyo olor no era especialmente agradable.

Algunas encimas de los árboles en cambio engañaban teniendo costras de salvia que la gente odiaba tocar pues parecia una herida abierta que cuando apretadas un olor apestoso salia, lo que nadie sabia (porque nadie se quedaba a averiguar el suficiente rato ) era que si apretabas un poco más empezaba a surgir un agradable aroma parecido a la miel que era beneficioso para los síntomas del resfriado si se tomaba en un remedio de leche caliente con unas hojas de menta. ¿Se habia visto alguna vez a un indígena resfriado? porque ellos a pesar de carecer de alimentos los tomaban de otros modos, de los bichos, la salvia de los árboles la madera incluso de las hojas que a cualquiera nos daria asco coger, todas aquestas cosas asquerosas eran despues de todo algo que daba al ser humano la fuerza.

No tardó mucho en coger habilmente sus ingredientes lamiendo suavemente de su dedo indice un poco de salvia, estaba en perfecto estado, igual tomo algunas plantas que le serian utiles guardandolo todo para volver a caminar hacia donde habia dejado a esa muchacha. Parecia que tenia que ser de un alto cargo noble especialmente por su lenguaje o sus modales, los más debiles siempre eran los ricos porque nunca se exponian suficiente al aire o a la putrefacción, de hecho siempre culpaban a los pobres cuando estaban enfermos...ella no parecia de ese modo sino le habria abofeteado cuando tuvo ocasión- Ya he vuelto -Su voz no hizo falta elevación alguna para ser escuchado, dejando el morral en el suelo y arrodillándose para limpiarse con un poco de agua sus manos dejando sus dedos lejos de esa solución pegajosa que habia tomado-

-Le miró de reojo, claro que era una mirada penetrante de las que pocas veces pasaba desapercibida mientras miraba de arriba hacia abajo su físico especialmente las piernas, no le había pasado por alto como las estaba masajeando asi como que su complexión parecía atlética también tenía ese punto de fragilidad que por mucho que se deseara era imposible no pedir ayuda, habia ocasiones donde importaba mas tu orgullo que te reconozcan débil porque entonces te lo estarían recordando durante mucho tiempo pero otras era mucho mejor pedir ayuda a alguien porque mas valia pedirla y llegar sano y salvo a no pedirla y haber firmado tu muerte, asi lo veía un hombre como Aetos habituado a su ley de la selva donde el más fuerte es el que se salva pero el más fuerte no significaba ser el más fuerte físicamente, músculoso o étc, incluso los mentirosos o ladrones podían derrocar a los dioses, una mano rápida, una lengua valiosa capaz de confundir a cualquiera esos eran los que a pesar de ser débiles podían formar un elenco muy peligroso, la contempló después mientras el agua acariciaba sus dedos.

La superficie pegajosa era débil al agua, se extinguía en soledad sin necesidad de arrastrarla hacia su destino ella sola seria pasto de los peces, si es que los peces adecuados llegaban a devorarla, podía ser un veneno para otras especies, asintió silenciosamente clocando las manos en el agua hechándola en su rostro, cerro los ojos para sentir la frialdad del agua, ésta contraía los músculos de sus facciones aunque se mostrase calmado la frialdad era buena para el rostro, no solo tenía curas para la virilidad de los hombres sino cosmética y consejos para las mujeres, en otro mundo habría sido un vividor que se dedicaba a todo con tal de unas monedas pero ahora era uno de los fuertes que no pestañearía a la hora de negociar con tu cabeza si era necesario, abrió los ojos, viendo primero borroso pues el agua habia entrado en sus cuencas sin causar mucho peligro después antes de dar otra bocanada de aire volvió a hechar agua a su rostro levantándose.

Se levantó a prisa, las primeras gotas cayeron por su barbilla manchando su camisa, no les prestó demasiada atención sino que desvió la vista hacia el cielo- No tardaremos mucho -afirmó cuando afianzó el morral con una mano mirando una vez más a la muchacha, como siempre su mirada fija parecía estar sobre la muchacha, no era una mirada amenazadora o una mirada fría que le daría alguien cuando el otro era una carga, más bien todo lo contrario era una mirada tranquila pero confiando en que la otra persona no fuese una carga, unos segundos de cortesía y empezó a caminar, formaba rápidamente el mejor camino, que no fuera corto y con demasiados obstáculos pero tampoco sencillo y demasiado largo, una mezcla estaría bien eso era precisamente lo que buscaba.

Optó por el camino distinto al que habían tomado, era mejor, bastante aunque tenía algunas piedras que se clavaban en los pies sería el más directo a la civilización, a él le gustaba todo aquesto, los bosques eran parte de su vida, era un lugar calmado sin tener que escuchar a los hombres con sus absurdas teorías de supervivencia, paseó los dedos por su cadera secándo aun los dedos húmedos que al apoyarse en los troncos para asegurarse del camino se manchaban de tierra, una paso... otro totalmente en silencio con un paso no demasiado ligero pero tampoco demasiado lento, era enérgico sin ser sacrificado, los primeros sonidos se carretas llegaron desde lejos, despues de una media hora larga caminando el seguir aquel camino dió como era de esperar los frutos que deseaba contemplar-

-Bello pero a la par aterrador, la naturaleza sabía bien como jugar sus cartas especialmente con aquellos que no gustaban del bosque, era hermoso para aquellas personas que pasaban mucho tiempo andando y perdiéndose en aquellos parajes pero a su vez era un dibujo que cambiaba para las personas que poco acostumbradas solo veían la presencia de insectos, por eso pudo olvidarse pero prestar la atención necesaria a aquella mujer que se había convertido en su acompañante, Aetos había pasado toda su vida entre bosques especialmente cuando era pequeño podía decirse que su vida había estado siempre en el mar o en el bosque, alejado de la sociedad sin querer ensuciarse precisamente con ella.

Alzó el rostro solo por unos instantes suficientes para observar el tiempo que hacía aunque algo entorpecido por algunas ramas, se sentía libre a excepción de que no estaba solo. Cuando finalmente distinguió las calles de Paris a lo lejos al igual que un caminito que indicaba que bastaba poco para que llegasen a su fin contempló a la mujer, era cierto podía ella sola ir a donde quisiera- No -respondió sincero- no necesito nada. ¿Quiere que la acompañe un poco más? -no preguntó si estaba segura, sería una falta de respeto.

Esa mujer al menos habia mostrado algo, que no era una de esas típicas crias que gritaban de dolor por cada roce, habría sido una verdadera molestia incluso bien sabía el brujo que si se hubiera mostrado de ese modo no le habría ni dirigido la palabra sino que la habría dejado allí perdida por el bosque. Se acomodó el morral que llevaba colocando la mano en el tirante para colocarlo más cómodamente en su hombro, mientras tanto caminaban para que no se atrasaran en llegar, él cuando llegara tenía sus cosas que hacer igual que ella cuando llegase las suyas- Si no está lejos podría llevarle en cambio si desea ir sola nos podemos separar en esa bifurcación -encogió los hombros de una manera casi evidente mientras caminaba, quedandose quieto en aquella bifurcación para que eligiese ella-

Bajo un poco al cabeza en señal de agradecimiento- gracias, le agradezco en verdad todo lo que ha hecho por mi hoy, pero no deseo importunarlo mas, suficiente ha hecho por mi ya- hablo deseando que el no le viese mas de su lado mas débil, las piernas le dolían en verdad y solo deseaba llegar a casa y descansar, aislarse nuevamente de todo.

Klett asintió nuevamente en señal de agradecimiento- nuevamente gracias- dudo uso segundos y después se regaño a si misma por dudar, levanto un dedo señalo al castillo que alcanzaba a verse en lo alto de una colina, en la lejanía, ella había estado en una de las casas menores de la ciudad antes de perderse, regresaría ahí de momento pero solo para que la llevaran al castillo- ese es mi hogar- hablo señalando el lugar- si necesita algo alguna vez, algo con lo que pueda devolverle el favor, solo hágamelo saber, ahora… ya es tiempo de que me marche, que tenga un buen camino- decidiéndose a marcharse de una vez por todas.