Today's Lesson [Carmmine Von Misson]

por Invitado Lun Mayo 02, 2011 7:33 pm

Habían pasado un par de días desde que había decidido llevar a su casa a la señorita Von Misson, ella se encontraba más recuperada pues ya había tenido oportunidad de comer. Daniil tenía la cabeza hecha un lío por el repentino viaje a Italia que se veía inminente y por todo lo que había conversado con la señorita Noiret, aún preguntándose quién podía ser ese tal Indro Galeotti. Nada de eso era de la incumbencia de su nueva inquilina, así que decidió no abrumarla con sus asuntos hasta que su partida (por unos días) fuese inminente.

Decidió, sin embargo, que era momento adecuado de la primera lección como el maestro que se había ofrecido a ser. La noche estaba en todo su esplendor y pensó que el jardín sería un buen lugar para charlar y ver hacía dónde dirigiría sus clases, prefería conocer primero a sus estudiantes antes de agobiarlos con lecturas, lecciones y debates. Le gustaba que sus pupilos tuvieran confianza con él, por eso tomaba pocos, esta vez era sólo una y se prometió hacer un buen trabajo, en el pasado había tenido tanto triunfos como fracasos, quería que Carmmine cayera el la primera categoría.

Le envió el anuncio con un sirviente que la estaría esperando al amparo de la noche en el jardín de la mansión, él estaba ahí desde hacía varios minutos mirando el cielo, le fascinaba la astronomía, pero no era su especialidad, era más como un aficionado. Tarareaba un viejo vals mientras caminaba entre las flores que había mandado plantar, pensó en alguien que se burlaría de él al saber de eso, de su jardín lleno de flores, rió para si mismo y siguió caminando, esperando que su nueva alumna lo encontrara ahí como se lo había mandado decir.

por **Carmmine Von Misson** Lun Mayo 02, 2011 8:37 pm

Ya recuperada de su descuidada fatiga, gracias al plasma que el señor Stravinsky guardaba en su residencia, Carmmine tuvo tiempo suficiente para relajarse y darse un cómodo baño en su nueva habitación. Hasta llegada la hora de la inconsciencia, donde su mente finalmente descansaría de las emociones del día.

Habían pasado ya unos días, y aun no conseguía acostumbrarse del todo, quizás porque su maestro se encontraba en constante tensión, aunque no sabía a ciencia cierta el motivo. Una cálida noche de primavera, uno de los sirvientes fue a su habitación a informarle que su maestro solicitaba su presencia en el suntuoso jardín de la residencia.

- Muchas gracias, por favor dígale que me otorgue unos minutos para presentarme de forma adecuada – necesitaba tiempo, para dotarse a sí misma de una elegancia tal, que minimizara la primera impresión que su maestro se había llevado de ella.

- Maestro… mi maestro - se repetía a sí misma, como queriendo dotarle de la importancia que el título merecía.

Con la prisa del viaje, Carmmine solo había empacado unos cuantos vestidos, pero eran sus vestidos favoritos, los azules. Que se le ceñían al cuerpo tan perfectamente como una segunda piel. Creyó apropiada la sobriedad, nada de joyas recargadas, solo el ligero collar de zafiro. Y el último detalle, el perfume, una fragancia natural de flores silvestres. Toda esta preparación denotaba su interés en darle a su maestro la mejor impresión.

- Estoy lista – dijo entre suspiros, mientras bajaba las escaleras hacia el precioso jardín – Los claveles son mis favoritos, pese a no ser una flor tan elegante como una rosa ni tan simpática como las margaritas.

por Invitado Lun Mayo 02, 2011 9:01 pm

Se giró con una sonrisa cuando la escuchó acercarse, la vio mucho mejor y se alegró de ello, ahora no sólo lucía recuperada, se había esmerado en la presentación para esa noche y eso era un indicio de que ella estaba comprometida con el trato que tenían.

-Buenas noches, Carmmine -se refirió a ella por su primer nombre ya que pasarían varias horas juntos y la formalidad de nada les serviría, sería un estorbo en todo caso.

Ofreció su brazo para que ambos deambularan por el jardín mientras él le podía explicar que era lo que iban a ver juntos, las lecciones que tendrían. Suspiró pues hacía años que no tenía un pupilo y se dio cuenta de cuánto extrañaba poder ilustrar a un joven dispuesto.

-Primero lo primero -comenzó a decir, aunque su tono fue más solemne, pues adoptó la posición de maestro, su actuar seguía siendo desenfadado-, me gustaría que me dijeras que esperas de esta pequeña sociedad que hemos creado -la miró sonriendo, esperando escuchar las expectativas de Carmmine.

por **Carmmine Von Misson** Mar Mayo 03, 2011 4:03 pm

Se sorprendió de sobremanera en el momento en que su maestro la llamó por su primer nombre. Significaba mucho, toda esa confianza, pero al mismo tiempo, denotaba las grandes expectativas que tenía puestas en ella.

Amablemente su maestro le ofrece su brazo, tras lo cual comienzan a caminar juntos por el precioso jardín salpicado de flores. Y ahora cambiando a un tono más solemne, le pregunta sobre sus expectativas de esta relación maestro y alumna.

- Sería una descortesía no tener expectativas de esta sociedad – admite- Seré honesta con usted.

De pronto comienza a pensar en los problemas que trae, por un lado, esconder los sentimientos a una persona hasta que todo se derrumba, y por otro, el exceso de sinceridad también puede ocasionar problemas. Pero esta vez optó por lo segundo.

-Había perdido las ganas de seguir con esta suerte de vida, aunque no se le puede llamar así, lo que busco es aprender sobre todo, y encontrar un arte o ciencia, que me apasione al extremo de volverse una obsesión- dice abiertamente – Pero si se refiere usted a cosas de aspecto práctico, me gustaría aprender el truco del pequeño sorbo, porque no sé hasta qué punto mi consciencia podrá soportar otra muerte a causa mía.

Entonces, se vienen a su mente, las pocas imágenes del día en que fue convertida, y como Azael en su desesperación y rabia, acabó con la tripulación del Victoire.

por Invitado Miér Mayo 04, 2011 7:15 am

Asintió escuchándola con atención mientras miraba sus pasos, un pie detrás del otro, y los de ella al mismo compás. Le gustó en primera instancia que estuviera interesada en las artes y las ciencias, ya encontrarían una que fuera adecuada, él dominaba varias a pesar que su verdadera profesión era sólo la medicina y era la que más lo apasionaba. Y en segundo lugar, tal vez más relevante aún, que no le gustara quitar vidas, que quisiera aprender el truco del pequeño sorbo, que si bien él aplicaba no lo dominaba del todo aún.

-Excelente -la miró con calma, era muy joven, había sido transformada muy joven y pensó en qué tan terrible puede ser eso, aunque muchas mujeres eso quisieran, quedar perpetuamente congeladas en la flor de su belleza-, veremos arte, ciencia, humanidades, incluso oficios si así lo quieres, también a controlar esos poderes tuyos que obviamente nadie encaminó en su momento y te enseñaré a sobrevivir sin necesidad de matar -porque él tampoco era capaz de cargar en su conciencia con la muerte de otro ser.

-No te enseñaré una cosa a la vez, porque sería aburrido para ambos -finalmente le dijo-, ven -deshizo el agarre de sus brazos para tomarla de la mano.

Sin que ella tuviera oportunidad para reaccionar ambos ingresaron a la mansión y la condujo a la biblioteca que tenía en el lugar, era un salón amplio iluminado por candelabros haciendo que la madera de los estantes luciera dorada. No era tan grande como la que tenía en Nóvgorod pero era suficiente.

-El jardín nos servirá para algunas clases de astronomía, física y química, pero aquí pasaremos la mayor parte del tiempo -la soltó y caminó a lo largo del pasillo central, rodeado de libros, mapas y demás documentos-, siéntete libre de venir aunque no tengamos lección -le ofreció y se acercó a ella.

-¿Por dónde quieres empezar?, ¿qué disciplina siempre ha despertado tu curiosidad? -le preguntó para empezar, pues quería que sintiera entusiasmo desde la primera vez., ya verían si eso que eligiera era algo para ella o no.

Aunque le iba a enseñar de todo un poco se iba a ir enfocando en lo que demostrara más habilidad para finalmente concentrarse en unas pocas áreas que fueran su fuerte y poder especializarla en algo, era un proceso largo y frustrante, esperaba que siendo tan joven no se desesperara.

por **Carmmine Von Misson** Vie Mayo 06, 2011 5:23 pm

Se había alimentado hace muy poco, por lo que cuando su maestro, de improviso le tomó la mano para llevarla de vuelta a la mansión, no pudo sino sonrojarse.

- Es… impresionante – dijo mirando la enorme y bien dotada biblioteca.

De pronto, no pudo sino recordar lo que su padre le comentó cuando de joven le expresó su interés por la filosofía y la literatura. A lo que salvajemente le contestó que esas no eran cosas para señoritas. Así que en cuanto su maestro le preguntó por la disciplina que despertaba su curiosidad, no pudo responder otra cosa.

- Filosofía, literatura, astronomía… y kendo – dijo de forma inmediata y sonriendo desafiante después de la última palabra – aunque sé que quizás lo último no sea lo más apropiado, menos con este vestido.

El amor por la filosofía y la literatura, lo había conocido a ver a Azael, su creador, pasarse noche a noche leyendo libro tras libro, tanto así que se olvidaba de que debía alimentarse, al igual que le ocurría a ella en ciertas ocasiones. Respecto a la astronomía, fue lo primero que pudo pensar al ver la hermosa noche primaveral en el jardín de la mansión de su maestro. Y el kendo… ¿Por qué no? Su padre estaba muerto y ya no podría prohibirle nada.

De pronto al ver en una estantería un antiguo libro con un precioso lomo de color carmín, se soltó de la mano de su maestro para ir por el libro, como una niña en una dulcería.

- La República, de Platón – dice entre suspiros – Las cosas que funcionan en el mundo de las ideas pero no en la realidad – dice de forma melancólica.

por Invitado Vie Mayo 06, 2011 8:18 pm

La miró con una sonrisa en su rostro admirar su biblioteca, pensando en qué pensaría si viera aquella que tenía en Rusia que doblaba a ésta en tamaño. La escuchó enumerar sus intereses y no pudo evitar reír un poco.

-Puedo ayudarte con la filosofía, literatura y astronomía, para las artes marciales buscaremos alguien que nos auxilie -porque en realidad nunca se había enfocado a ningún deporte y no quería enseñarle algo a medias, lo suyo era el pensamiento y las ciencias, no tanto la actividad física-, pero no te preocupes, encontraremos a alguien.

La observó acercarse a uno de los libreros, Platón había llamado su atención y la escuchó reflexionar sobre aquella obra: "La república", se alegró saber que ya estaba familiarizada, sonrió ampliamente.

-Veo que no eres indiferente a Platón -comentó para luego hacer una pausa, se alejó unos pasos y le dio la espalda pensando-, ¿en verdad la idea de 'bien' es universal? -preguntó, aunque parecía una reflexión personal y luego se giró para mirarla -aunque estableció bases para la filosofía, ¿en realidad sus ideas pueden aplicarse a la actualidad? -preguntó mientras el mismo meditaba al respecto, considerando filósofos modernos y contemporáneos, que iban desde Descartes a Kant.

Quería saber las ideas de Carmmine, el objetivo de una disciplina como la filosofía no era sólo aprender y memorizar los postulados de cada filósofo, había que formarse una idea propia, y quería conocer lo que su nueva alumna creía.

por **Carmmine Von Misson** Sáb Mayo 07, 2011 3:48 am

Estaba entusiasmada con la enorme biblioteca, nunca había tenido acceso a una tan organizada. La que tenían en Inglaterra con su creador, era un caos estructurado en el que solo él podía manejarse. Tan absorta estaba mientras acariciaba las gruesas tapas del libro, que apenas escuchó la voz de su maestro, y al momento despertó de aquel trance para responderle.

- No, tanto el término como el concepto de bien, ni siquiera en una misma época y en un mismo lugar. El juicio valórico que conlleva la idea hacen imposible su universalización – dijo girándose para mirar a su maestro, quien la miraba sonriente y al parecer muy entusiasmado, estaba dispuesta a darle un ejemplo gráfico para respaldar su idea – Hasta el peor de los tiranos busca un bien, aunque sea el propio, lo mismo podría aplicarse a los adictos al opio, donde son obvias las nefastas consecuencias aunque para ellos siga siendo un bien.

Le entusiasmaba mucho la filosofía y la literatura, la astronomía era nueva para ella y el kendo quizás un privilegio, se preguntó si sería complicado encontrar a un maestro dispuesto a enseñarle a una joven, aunque el dinero ayude, los verdaderos maestros son los que escogen a sus alumnos por lo que ven en ellos. Estaba pensando en ello, absorta, cuando recordó la segunda pregunta de su maestro, mientras volvía a poner el pesado tomo en su lugar.

- Ojala pudiesen aplicarse – suspiró decepcionada – pero con el nivel de demagogia existente en la clase política, solo conseguirían implantar una forma perversa de sus ideas. De ahí la existencia de “La Política”, más realista – dijo señalando el libro citado, que se encontraba algo más lejos.

por Invitado Dom Mayo 08, 2011 2:26 am

La escuchó atento, asintiendo inconscientemente a cada palabra y con una sonrisa sobre su rostro, estaba entusiasmado de tener una alumna tan dispuesta y que no era indiferente a muchas cosas que a lo largo de sus clases serían tocadas. De su lado tenían los días (o noches, mejor dicho) que nunca acababan para ellos, un sin fin de tiempo para enseñar todo lo necesario, lo posible y lo deseado. Puso ambas manos en su espalda y caminó a lo largo de los pasillos sin esperar ser seguido, su mirada se colaba entre los pequeños espacios que los libros de tamaños desiguales dejaban, observando a Carmmine que seguía en su mismo sitio.

-Excelente -alabó -creo que sin irnos más lejos, el concepto de "bien" se transforma en nosotros, los vampiros, y en cada uno muta diferente -trató de explicarse -para muchos el alimentarse es supervivencia, otros placer, para otros, como tú y como yo es aberrante hasta cierto punto, pero necesario -siguió caminando y alzaba la voz para ser escuchado, ayudado por la acústica del lugar de techo alto y muros de mármol con cornisas de madera fina.

-No, pero no te decepciones -pudo notar aquel tono en la voz de su alumna al decir que las ideas de Platón no pueden aplicarse a su actualidad -como toda disciplina, la filosofía evoluciona y adopta formas y se adapta a los tiempos, hoy es más aceptado el concepto de "ética" que el "bien" per se -explicó en pocas palabras.

Siguió deslizándose por los pasillos, hablando y reflexionando. No quería alejarse aun de Platón, porque como en todo, había un proceso que seguir.

-¿Pero no fue Aristóteles quién dijo que ese "bien" era un fin, y que ese fin era la felicidad?, ¿en realidad el meollo de esto que llamamos vida es la felicidad o simplemente se trata de una carrera infinita en su búsqueda y al final no importa si se consigue o no? -preguntó tratando de conocer qué era lo que Carmmine pensaba al respecto.

por **Carmmine Von Misson** Dom Mayo 08, 2011 3:35 am

Habiendo terminado de responder a la pregunta de su maestro, Carmmine cayó en cuenta de que él transitaba por los pasillos de la biblioteca. Esto le recordaba a lo que Azael le había explicado sobre la escuelas en la antigua Grecia.

- La escuela la hacen los maestros y alumnos, no la infraestructura – pensó, y no pudo sino sonreír al imaginar al señor Stravinsky con un grupo de alumnos tratando de seguirle el paso a través de las transitadas plazas de París.

Cuando su maestro alabó su respuesta, se sintió aún más entusiasmada, sabía que no siempre iba a acertar en las respuestas, y que por lo tanto no siempre la iban a felicitar. Pero siempre es mejor pecar hablando de más, que quedarse con las dudas para uno mismo. Así que comenzó a seguir a su maestro con la mirada hasta encontrar el valor para seguirlo por los pasillos de la biblioteca o donde fuera que él la llevara.

- Todo hombre desea por naturaleza conocer – dijo pensando en voz alta – pero esta frase de Aristóteles sería algo más acertada si rezara, todo ser desea por naturaleza ser feliz – dijo pensando en que así incluiría a los seres como ellos, que no podían ser incluidos de forma exacta en la palabra “hombre”, mientras que la segunda modificación hacía referencia a la decadencia de la sociedad actual, donde los lujos y el poder forjaban el ideal de felicidad, aún más que las ansias de conocimiento.

Carmmine no conseguía enfocarse en la segunda pregunta, porque no podía dejar de pensar en términos personales, haciéndose las mismas preguntas

- ¿Se acabaría la búsqueda algún día? De ser así, ¿Sería favorable el resultado? – pensó, tratando de enfocarse en lo que su maestro le había preguntado, hasta que finalmente recordó.

- La teoría del acto y la potencia – dijo al momento en que se le iluminaba el rostro – todo ser tiene un su interior infinitas posibilidades de desarrollo de acuerdo a su naturaleza, que es la que constituye su finalidad, posibilidades que se van actualizando hasta que el ser llegue a su máxima perfección, y toda la potencia sea acto – recitó casi textual a como se lo habían enseñado - Pienso que el asunto no es si importe o no que se consiga, sino que si el desinterés por ello influye en el desarrollo del ser. No creo que exista caso alguno en que algún ser haya rozado siquiera la perfección, eso sería autoimponerse un límite, cosa que tendría nefastas consecuencias – dijo pensando en toda esa gente con talento y habilidades extraordinarias, pero que por falta de los medios y el ánimo, se desperdiciaban en trabajos miserables o aun peor, que caían en el ocio. También pensaba en aquellos que puliendo sus habilidades, habían llegado a cierto punto que creían su cúspide, idea que les impedía llegar incluso mas allá.

por Invitado Dom Mayo 08, 2011 9:05 pm

Comenzaron ambos a caminar entre los pasillos en una suerte de cacería sin fin, mientras hablaban e intercambiaban ideas. Daniil era de la idea de enseñar con práctica y encaminando, para él sería más fácil pararse en una tarima y comenzar a hablarle de un montón de cosas sin dejarla intervenir, si aprendía o no sería algo sin importancia, pero por supuesto que no iba a hacer tal cosa, quería sinergia y hasta aprender él algo de ella, porque sabía que de todas las personas (sin importar condiciones, vampiro, licántropo o humano) se podía aprender algo.

-A veces creo que en realidad lo que intentamos no es alcanzar la felicidad, sino evitar la miseria -reflexionó, pero ese era un punto de vista personal. Carraspeó y siguió caminando tratando de no encontrarse con Carmmine entre los estantes de libros.

-Y a todo esto, hablamos de finalidad o meta, pero no hablamos de cómo conseguir eso que se desea, los medios para llegar o tratar de llegar... ¿el fin justifica los medios? -preguntó esperando una respuesta.

Porque podían seguir hablando del por qué, pero no habían tocado el cómo y había quienes creían que no importaba ese cómo, sino llegar a lo que se deseaba, por eso tanta gente había matado en pos de una herencia, tantos habían mentido con tal de adquirir una tierra o simplemente omitido la verdad para ganar los favores de algún poderoso.

por **Carmmine Von Misson** Dom Mayo 08, 2011 10:33 pm

- Maquiavelo – susurró al conseguir relacionar la frase – Pero esa es una frase que ha sido desfigurada y vulgarizada con el paso del tiempo – dijo más tímidamente, temiendo que su maestro se lo tomara como una corrección.

Había tenido ocasión de leer mucho mientras estuvo en Inglaterra, pero la mayor parte era mérito de su creador, quien le había explicado las líneas básicas del pensamiento político y filosófico.

Su maestro seguía caminando raudamente, como si así la desafiara a alcanzarlo, y por supuesto ella estaba dispuesta a hacerlo.

- Cuando el acto lo acusa, el resultado debería excusarlo, y cuando el resultado es bueno, siempre se le absolverá – citó de forma textual – El uso de medios que resulten contrarios a la moral son permitidos cuando la urgencia o importancia de la situación de la que se trate lo amerite – explicó seriamente.

Ya había corregido la frase inicial de su maestro, pero siempre cabía la posibilidad de que él hubiese usado esa expresión solo para simplificarle la compresión de la pregunta. Y fue debido a esto último, que decidió dar un ejemplo más gráfico y personal.

- Nosotros los… vampiros – susurró, ya que casi nunca solía usar esa palabra para referirse a ella o a otros de la especie – Nuestro fin es sobrevivir, pero para ello debemos asesinar, he aquí la finalidad y el medio. Preguntarnos si es correcto lo que hacemos es muy difícil de responder, es nuestra vida o la de un humano, de entre las que debemos escoger. Esto también se aplica en cierta medida a los humanos, la guerra y a la ganadería, pero es sin duda complicado – suspiró, recordando la sangre caliente, el plasma frío y el truco del pequeño sorbo que era lo que aspiraba a aprender.

por Invitado Mar Mayo 10, 2011 11:30 am

Seguían en aquel juego de gato y ratón en medio de los pasillos de la biblioteca, ella había comenzado a desplazarse también y ahora él jugaba a evitarla, sólo para hacerlo más interesante, el movimiento ayudaba, los mantenía atentos, alerta y avispados.

La escuchó con atención, feliz que tuviera un punto de vista propio, pues no quería que sólo lo escuchara y tomara su palabra como verdad absoluta, porque no había nada más alejado de la realidad, él sólo se encargaría de encaminar, y se estaba dando cuenta que no estaba partiendo de un punto aleatorio hacia la nada, Carmmine ya tenía ideas claras y conocimientos previos.

-Es complicado -repitió sus últimas palabras más para sí mismo que para ella-, pero dime, que es lo que tú crees respecto a nuestro caso particular -se iba a desviar un poco tan sólo para conocer lo que ella creía personalmente, sin autores, sin estudios, quería su opinión visceral.

por **Carmmine Von Misson** Jue Mayo 12, 2011 5:42 am

- Nosotros… - susurro pensativa – los usamos como si fuesen meros productores, eso no está bien. Menos hacerlo sin su consentimiento, pero por otro lado, parece no haber otra forma, aunque exista el plasma almacenado, aunque exista el truco del pequeño sorbo... Son ellos o nosotros.

Sin duda era un tema demasiado complejo, se hablaba de la existencia propia de los inmortales, toda una raza que sobrevivía sesgando la vida de los humanos. Algunos por sobrevivencia, otros por mera maldad. Aun así ninguna de esas parecía ser una excusa que librara la consciencia de Carmmine del peso de las muertes que tenía a su haber.

- Tengo ciertos recuerdos, algo borrosos, del día en que me transformaron en esto – contó con tristeza – recuerdo que mi creador lo hizo por piedad, por evitarme una muerte sin duda dolorosa, por culpa de ello él ahora odia a los humanos, acabo con toda la tripulación del barco en que desafortunadamente fui atrapada.

Ya no se podía contener los sollozos, no sabía cómo llegó desde la filosofía hasta sus duros días de cautiverio en el Victoire. Ya no podía seguirle el paso a su maestro, no podía siquiera mantenerse en pie, por lo que se desplomo en el gélido piso de la espaciosa biblioteca.

- Los mató por rabia, por lo que me habían hecho, luego la rabia se volvió placer, y el placer en vicio – dijo con sus ojos opacados, sin duda Carmmine no estaba en un estado consciente, sino algo que se parecía más a un estado de duermevela – murieron… por mi culpa… incluso el resto de los cautivos… eran inocentes... y murieron… por mi culpa… mi culpa -

por Invitado Jue Mayo 12, 2011 11:06 am

Desde donde estaba, separados por pasillos de libros y documentos, Daniil la escuchó, nada parecía fuera de lo normal en su respuesta, incluso ya tenía qué preguntas formular después, pero todo aquello careció de sentido cuando ella comenzó a contar cómo había sido transformada, o parte de aquel recuerdo desvanecido.

Caminó por los pasillos hasta llegar a donde ella estaba, en el suelo, llorando, la miró unos momentos sin saber qué hacer, sintiéndose culpable de haber provocado aquello en su estudiante, pero qué iba a saber él. Se agachó y la tomó por los hombros.

-No fue tu culpa -le dijo, aunque no estaba al tanto de los detalles estuvo seguro que poco o nada tuvo que ver Carmmine directamente, si aquel vampiro había decidido matar a la tripulación del barco había sido una determinación unilateral.

-No se puede guiar al que pretende elegir por sí su propio camino -citó a un viejo autor inglés, pues era la verdad, qué podía haber hecho ella si aquel hombre así lo había querido, él había tomado aquel sendero.

No hizo intento alguno porque dejara de llorar, probablemente era algo que necesitaba y se calmaría cuando lo ameritara, se limitó a quedarse ahí a su lado, consolándola, lentamente la abrazó y la llevó contra su pecho, sin decir una palabra. El silencio era adecuado.

por **Carmmine Von Misson** Vie Mayo 13, 2011 1:39 pm

Sin duda le avergonzaría la horrorosa vista que tendría de ella misma en estos momentos, eso si estuviera consciente siquiera de su propia humanidad.

Probablemente cuando recuperara la consciencia no se perdonaría a si misma haber dado dicho espectáculo, menos frente a su maestro.

Apenas y sintió que la tomaban por los hombros, seguramente era su maestro ¿Quién más se preocuparía por ella en esta ciudad? Solo él. “No fue tu culpa” escuchó. Ella lo sabía, sabía que no hubiese podido detener a Azael.

- Nosotros… los matamos por una necesidad, al menos la mayoría… - dijo en un estado de sopor, casi delirando – Pero eso no justificara jamás todas las muertes que hemos causado – su consciencia aun deseaba responder a su maestro.

Luego siguió ahí, llorando, pero no desconsoladamente. Solo eran una tibias lagrimas que resbalaban de su rostro, no había ruido, solo silencio. Y su consciencia luchando con su locura para poder tomar el control de su cuerpo.

- Lamento… todo esto – consiguió decir finalmente – No es mi intención causarle problemas, pero no… no puedo evitar estos… incidentes

por Invitado Vie Mayo 13, 2011 6:32 pm

No podía hacer más, sólo acompañarla, se alegró cuando los sollozos se fueron apaciguando. No la juzgó ni culpó por tener aquel episodio en su presencia, todos tenían algo que terminaba por quebrarlos, pero por lo poco que la conocía y porque así eran los vampiros, incluso él, sabía que estaría avergonzada de demostrar tal debilidad.

La escuchó tratar de decirle algo, pero sus ideas aún era muy desordenadas, la miró sin responder. Lo que llamó su atención más que cualquier cosa fue algo que ella dijo: "no puedo evitar estos incidentes", ¿quería decir que era común que se pusiera mal?, ¿que no era la primera vez?, si era así tenía otra cosa con la cual trabajar entre manos, aunque no estaba seguro de ser él el indicado, pues si alguien era emocional ese era él, cómo iba a enseñarle a controlar esos pasajes si no controlaba los propios.

-No hay nada que lamentar -se puso de pie y ayudó a que ella hiciera lo mismo, pensó que al menos se arrepentía de todas esas muertes innecesarias y eso ya era una ventaja-, ¿qué te parece si damos terminada la clase por hoy? -le sonrió, no iba a presionarla, era evidente que no estaba en condiciones de seguir.

por **Carmmine Von Misson** Sáb Jun 04, 2011 3:08 pm

Finalmente de pie, de vuelta al mundo presente, Carmmine miró fijamente a los ojos a su maestro como queriendo en parte desafiar.

- Se merece usted una explicación después de tan vergonzoso espectáculo – dijo bajando lentamente la mirada – y una disculpa.

Sabía que tendría que contarle todo aquello que hubiese preferido esconder, pero en su interior tuvo la certeza, desde aquella noche en que las luces del puerto propiciaron su encuentro, que no tenía nada que ocultarle, y no tenía intención de hacerlo.

- Tiene usted razón… - no pudo concluir la frase, pues no encontraba el vocativo apropiado para la ocasión – ¿Ha atendido usted a militares o pescadores con objetos incrustados que a veces es mejor sacar de golpe? Le agradecería que pudiésemos conversar esto ahora, para poder descansar de este dolor y dar una explicación como corresponde – dijo con un semblante tan serio que en sus facciones ya no parecía ella misma.

Sin duda la biblioteca no era el lugar adecuado, no quería empañar un lugar que marcaba casi en lo sagrado con recuerdos de un pasado que por voluntad había decidido odiar. Así que bajando la cabeza se ubicó al lado de su maestro para seguirlo a un lugar más apropiado para estos temas.

- Si hubiese un lugar más cómodo en el cual conversar… - de nuevo no pudo terminar la frase, esta vez debido a que no quería parecer más de lo que era, una invitada – Quizás podamos sacar de esto una lección y así no sea necesario interrumpir la clase, supongo que a veces no sirve de mucho estudiar a los autores si no se tiene una visión propia con ejemplos prácticos.

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