El show debe continuar [Libre]

por **Juliette Blackwood** Mar Jun 08, 2010 11:08 am

Era y siempre había sido una mujer de carácter y por sobre todo muy profesional en mi trabajo, era por eso que me molestó bastante cuando una de las chicas no presentó su numero para entretener a los clientes, además aquellos shows eran la mejor vitrina para obtener un buen cliente, así que como era obvio me ofrecí para reemplazarla.

Me subí al escenario como estaba vestida, no mucha ropa ni nada demasiado producido, no me hacía falta, me paré ahí frente a todos, con sus miradas expectantes puestas sobre mi, comenzó a sonar la música y yo empecé a bailar al ritmo de esta, primero rápida y ágil, con varias piruetas de por medio, y luego lenta y sugerente, casi hipnótica, bastante bien para ser ser una simple cortesana. Tenía la capacidad de llenar el escenario por mi misma. Hice varios ademanes de quitarme la ropa y mostrar un poco más de mi blanca piel, más no lo hice, era solo la intención de tentar al espectador.

Jugueteaba además con una bufanda de plumas, en medio de mi baile. Cuando el show acabó vi a un hombre con su mirada fija en mi, no era él único, pero fue él quien me llamó hasta la zona del bar donde se encontraba sentado. -Bonne nuit, monsieur- le saludé era importante ser educada cuando correspondía y este era el caso.

-Qué le ha parecido mi baile??- le pregunté interesada sacudiendo mi cabello y humedeciendome los labios sugerentemente.

por **Laurent Poulin** Miér Jun 09, 2010 10:02 pm

Aquel fin de semana EunMi había recibido la paga de sus multiples trabajos diarios. Luego de limpiar la tienda del profesor Soren Kaarkarogf por tercera vez, finalmente había logrado conseguir lo suficiente para comprar vegetales y carne para alimentar a su madre y hermana toda la semana. Generalmente él no solía gastarse el dinero en ociosidades, especialmente en ese 'tipo' de ociosidades concernientes al goze de la carne.

¿Porqué había terminado en el burdel? No estaba muy seguro, creía que lo odiaba, partiendo del hecho de que su madre y su hermana se habían hecho putas para sobrevivir. Había algo allí que de alguna manera le ataba, quizás era el hecho de que su primera experiencia sexual había sido precisamente con una prostituta. De cualquier forma ahí estaba, observando el show entre los demás caballeros, usando su mejor traje, que obviamente lucía humilde y reflejaba su condición, sin embargo limpio e impecable.

Una de las mujeres llamó su atención, a pesar de no revelar nada, su sensualidad era increible. Algo en su interior se removió mientras la encantadora cortezana danzaba sobre la plataforma de madera. EunMi quizo saber más de ella y luego de pensarlo dos veces, decidió llamarla. La voz de ella al pronunciar 'monsieur' fue tan exquicita como el baile mismo.

- Excelente bella dama - Comentó con una sonrisa - Por unos momentos creí que observaba a una ave del paraiso, ¿Donde aprendió tal gracia? -

por **Juliette Blackwood** Miér Jun 09, 2010 10:21 pm

Me mantuve de pie junto a aquel muchacho de apariencia humilde, lo analicé con la mirada de manera poco disimulada, no se suponía tampoco que lo fuera, era una cortesana simplemente, aunque una bien educada, pero el no debía saberlo, ¿no?. -Tendrá dinero para costear mis servicios- me pregunté después de todo junto con mi hermana eramos de las cortesanas más caras del burdel.
-Muchas gracias por le cumplido- respondí haciendo una cortes reverencia, mientras miraba a mi alrededor como el ambiente parecía ya a esas alturas lleno de vida, busqué a mi gemela entre la gente más no la encontré.
Sonreí gracilmente ante su pregunta -La vida me ha enseñado muchas gracias, monsieur- respondí con un dejo de misterio, no me gustaba entregar demasiada información de mi a mis clientes, después de todo no era necesaria. -Además la mujeres debemos guardarnos nuestros secretos- añadí guiñándole un ojo.

por **Laurent Poulin** Miér Jun 09, 2010 11:07 pm

Valla, entonces era una de esas chicas dignas. Pensó observándo la actitud de esa nueva diosa que acababa de conocer. Digna, le gustaba que fueran orgullosas. Eso garantisaba más pasión en la cama. Aunque esa noche, precisamente EunMi no estaba particularmente pensando en sexo, de hecho, dudaba si gastar el poco dinero que tenía en una mujer, cuando habían otras dos mujeres que realmente amaba, esperándole en casa.

Ella había guiñado un ojo y su rostro de muñeca de porcelana se había convertido por unos instántes en una pícara bruja. Definitivamente aquella chica no era una simple cortesana más, había mucho más en ella, lo que implicaba que probablemente fuera de las más costosas. EunMi suspiró largamente y se maldijo así mismo por ser pobre.

- Es verdad, entre más misteriosa, más interesante - Comentó alzó una mano para llamar al barman - ¿Aceptaría un trago de este joven? Prometo no revelar a nadie ningún secreto, después de todo, tomemos esto como parte de una investigación sobre los misterios de la mujer -

Para venir de cuna humilde, EunMi era versado en palabras. A él la vida también le había enseñado como sobrevivir.

por **Juliette Blackwood** Jue Jun 10, 2010 9:13 am

Luego de algunos minutos de pie, me cansé y decidí sentarme, por lo que acerqué una silla a donde él se encontraba sentado y me senté cruzando las piernas, dejando claramente a la vista mis largas y pálidas piernas. Saludé a varios hombres que pasaron que parecieron decepcionarse al ver ocupada conversando con aquel chiquillo.

Reí suavemente cuando él me dio la razón -Lo se, es algo que he oído muchas veces- Reconocí con cierto orgullo, no tenía problemas en reconocer lo que era, luego de tantos años en esa profesión. Me pensé un poco su ofrecimiento, una copa no me haría nada, quizás me ayudaba a terminar la noche. -Esta bien, aceptaré solo una copa- le respondí con una sonrisa seductora en los labios.

-Pero sepa usted, monsieur, que una copa no hará que esta cortesana revele sus secretos- le advertí para que no se hiciera muchas ilusiones de obtener respuestas de mi, era bastante inteligente y hábil para eludir las preguntas que no quería responder. -Prefiero mantener el misterio- me humedecí los labios y miré en dirección al barman.

por **Laurent Poulin** Jue Jun 10, 2010 9:36 pm

Finalmente la joven se sentó a su lado. Aceptó la copa, por lo cual EunMi sonrió abiertamente. Su sonrisa era tan transparente que la gente solía inmediatamente sentir sus verdaderas intenciones. Ser demasiado honesto y franco podría traer problemas a veces, especialmente en personas que querían aprovecharse de su buena voluntad, pero a pesar de los golpes de la vida EunMi continuaba sonriendo aún con más fuerza. Esa era su filosofía.

- No pretendo que los reveles con una sóla copa, de ser así estaría claramente desilucionado - Respondió bebiéndo un poco de la suya, La miró con ojos soñádores, puros a pesar de ser negros como guijarros - Seré franco, no soy el hombre de alta cuna al cual, probablemente estás acostumbrada, por lo que, no aspiro a que tan bella y fina dama, se fije en mi, así que puedes beber con tranquilidad, no tengo segundas intenciones -

Volvió a sonreír. A decir verdad, pesaba más sobre él la situación de su familia. ¿Como podría acostarse con una prostituta cuando su propia madre era una? Era sin duda una ironía muy grande y también dolorosa. Pero tenía que aceptar que al comienzo había llegado allí buscando un poco de diversión y sexo, pero la actitud digna de la cortezana le había hecho cambiar de opinión, ahora le interesaba ella como 'persona' y no sólo como 'objeto'.

por **Juliette Blackwood** Vie Jun 11, 2010 6:14 pm

Le guiñé el ojo al barman, me llevaba bien con él, así que rápidamente nos sirvió las dos copas, miré al chico a mi lado, asombrada de su cálida sonrisa, parecía ser como un libro abierto, mientras yo, era una persona escondía tras una espesa capa de niebla, como si estuviese custodiada por una fortaleza, solo una persona en el mundo me conocía verdaderamente y esa era mi gemela, para el resto del mundo, era y seguiría siento un total misterio,
Lo oí en silencio dejándolo hablar, alcé una ceja sin comprenderlo -Acaso no quiere acostarse conmigo??- pensé confundida, aquello me había sacado casi completamente de mi esquema, lo que demostré en mi rostro sorprendido -Entonces que desea, monsiuer, No lo comprendo- Admití y le di un sorbo a mi trago.
No aparté mi vista de él estaba aun bastante sorprendida -Entonces como pretende que esta simple cortesana le rebele sus secretos??- Le pregunté con interés, uno poco inusual en mi, no era del tipo de interés que generalmente me generaban los hombres, era un interés en su forma de pensar, que me anonadaba y me causaba curiosidad.

por **Laurent Poulin** Dom Jun 13, 2010 4:21 am

El barman parecía conocerla bien y era de esperarse si ella trabajaba allí. EunMi contempló sus posibilidades y se sintió patético. Era pobre, el apellido de su familia no tenía ningún significado en ese país y fuera de eso se acostaba con prostitutas. Pero lo peor de todo era quizás, él hecho de que nunca podría vivir como lo que realmente era. Nunca podría vivir como una mujer y tener una vida digna.

Ella pareció confundida por unos instantes y su pregunta también le desconcertó a él. En realidad no estaba muy seguro de lo que quería.

Tomó la copa y bebió 3 largos tragos. El licor bajó por su gargánta quemándole con fuerza. Cerró los ojos por unos instantes mientras el ardor pasaba y volvió su rostro a ella una vez más.

- Sólo quiero conversar - Le dijo sinceramente - Si quieres compartirme algo sobre ti esta bien, si sólo quieres fingir interés y escucharme, está bien ¿Que te parece? no tienes nada que perder, si te aburro igualmente te pagaré -

Y ahí estaba de nuevo, comprando compañía. Después de todo, ¿Quien amaría a una persona que ni siquiera acepta su propio cuerpo?

por **Juliette Blackwood** Dom Jun 13, 2010 6:02 pm

Alcé una ceja algo sorprendida, llevaba años trabajando como cortesana y nunca había tenido una petición tan extraña, al menos a mi parecer, si bien era común conversar con los clientes una vez cumplido con mis servicios, incluso guardar sus secretos, casi como los secretos de confesión que guardaban los sacerdotes e incluso aconsejarles, nunca me habían solicitado solo para conversar. -Que hombre mas extraño- pensé aun dándole vueltas al asunto en mi cabeza.Volví a cubrir mi expresión de sorpresa, con mi típica sonrisa seductora que utilizaba cada noche.
Bebí otro trago de mi copa en silencio antes de responder -Está bien, no tengo ningún problema en conversar- le dije relajándome en el asiento, después de todo esta algo cansada y me solían los pies, pero me mantuve altiva y digna, como siempre.
-Después de todo aun estoy cansada desde anoche- confesé riendo descarada, y lo miré a sus oscuros ojos con curiosidad, mientras bebía y casi acababa mi trago. -Y bien... De que desea conversar, monsieur??- le pregunté interesada en saber que idea tenía aquel chico en mente, aunque no quisiera admitirlo, le tenía bastante fe a la conversación que se podría dar entre ellos.

por **Laurent Poulin** Dom Jun 13, 2010 9:10 pm

Parecía como si ella estuviera un tanto incómoda con su petición. Quizás estaba acostumbrada mejores clientes y no era difiícil de entender porque, su gracia al bailar y su belleza eran exquicitas, cualquier hombre pagaría lo que fuera por hacerla suya. Suspiró largamente escuchando las respuestas de ella, parecía estar cansada y Eunmi lo entendía perfectamente, por experiencia de su madre que siempre llegaba al borde de la muerte en la madrugada.

El odiaba eso más que nada en el mundo y le costaba demaciado aceptar esa realidad en su familia.

- No se que hago aquí... sinceramente - Comenzó a hablar observando su copa semi-vacía - Mi madre... trabajába en este burdel también, al igual que mi hermana - Le explicó - De alguna manera... siempre terminó viniéndo aquí sin saber porque - Se giró hacía ella y la miró con ojos tan transparentes como las páginas de un libro abierto. - Odiaba más que nada en el mundo que mi madre llegara cansada y desecha a la madrugada todos los días... era como una maldición y no entendía porqué... - Hizo otra pausa para suspirar - Ahora soy mayor y finalmente puedo entrar a este lugar... no se porqué continuo viniendo -

por **Juliette Blackwood** Lun Jun 14, 2010 12:04 pm

Oí en silencio aquella historia, me costaba tanto ponerme en su lugar, yo era prostituta y lo disfrutaba, al igual que mi hermana, pero no sabía lo que era tener una familia detrás sufriendo por aquello, mi madre estaba en Inglaterra, lejana de todo aquello y a nuestras forma de vida. -Lamento mucho lo que ha tenido que vivir. Vaya debe ser complejo trabajar en esta profesión teniendo una familia detras...- susurré pensativa, nunca antes había pensado en aquello, solo pensaba en mi y en mi gemela. -El cansancio es común, sobre todo si te sobre exiges mucho- le comenté mientras acaba de beberme el trago. Comencé a a pensar en la posible razón por la que aquel muchacho volví al lugar -Quizás solo quieres conocer el ambiente en el que tu madre vivió pro tanto tiempo- me encogí de hombros, era buena analizando a los hombres, pero aquel simplemente me desconcertaba.
Miré alrededor y vi a las personas disfrutando de los nuevos shows, a la gente riendo, bebiendo, algunas muchachas conversaban con sus clientes sentados en sus piernas. Y a lo lejos vi a mi gemela retirarse con un hombre un tanto extraño. Miré de vuelta al chico a mi lado, y le indiqué para que la viera -Dos gotas de agua, no? Mi gemela también trabaja aquí- le comenté como única confesión acerca de mi, levanté la mano y le pedí dos tragos más al barman.

por **Laurent Poulin** Mar Jun 15, 2010 1:38 am

EunMi le escuchó hablar, por lo que decía la mujer allí a su lado parecía no tener una familia, no pudo evitar preguntarse los motivos por los cuales trabajaba allí. ¿Estaría obligada a hacerlo? ¿Que tipo de vida llevaba?. No estaba seguro de si su intención era conocer el ambiente en el que su madre había trabajado, pero podría ser, tenía sentido.

Observo a la gemela y quedó impactado. Nunca había visto dos personas tan idénticas.

- Valla - Dejó escapar una exclamación - Ambas habeís sido dotadas con la misma gracia y belleza - Comentó y luego se giró hacía ella. Parecía para nada perturbada por el hecho de que su hermana ejerciera la prostitución como ella.

- Estoy... realmente impresionado - Comentó luego de beber un poco más, el alcohol estaba comenzando a hacer efecto en su cabeza y sentía que el cuerpo se le calentaba - Quiero decir... tu actitud, es... tan digna, a pesar de todo y yo... me he convertido en lo que soy para evitar que las mujeres que más amo en este mundo, tengan que prostituirse... - Se quedó pensando por unos segundos y agregó - No te ofendas... no estoy queriéndo menospreciarte, al contrario... estoy impresionado de tu valor -

por **Juliette Blackwood** Miér Jun 16, 2010 12:22 am

Asentí ante lo que decía sobre mi hermana y yo, la reacción de la gente solía ser la misma: sorpresa, rara vez era diferente. Miré en la dirección por donde mi hermana había desaparecido con una sonrisita de orgullo -Gracias por el cumplido- dije sin dejar de sonreír.
Lo miré alzando una ceja sin comprender que era lo que lo tenía tan sorprendido, mi vida yo la tenía asumida desde hacía mucho tiempo, por lo que decidí oírlo en silencio antes de responderle, eso hasta que comencé a sentirme algo ofendida por sus palabras e hice un ademan de ponerme de pie mientras le daba un largo trago a mi copa, aunque me detuve cuando hizo su aclaración. Sus palabras me había hecho pensar de mas, aunque mantuve una sonrisa fingida en el rostro, mi alma pareció oscurecerse de algún modo, incluso me costó que mi voz volviese a salir, por lo que tuve que beber otro sorbo del trago antes. -Créame, monsieur, que hay cosas mucho peores en esta vida que ser una cortesana- le respondí algo misteriosa, mientras recordaba a mamá -Como ser una campesina, analfabeta, violada por su patrón, con dos hermosas bastardas, destinadas a correr su misma suerte- pensé recordando la historia de mi madre, sin duda su vida había sido mucho peor que la mía y de mi gemela. -Si no fuese una prostituta, no sabría siquiera leer, ni escribir- le expliqué mientras miraba algo distraída mi copa.

por **Laurent Poulin** Jue Jun 17, 2010 8:19 am

Eunmi no era experto entendiendo los sentimientos de la gente, pero era claro que lo que había dicho había indispuesto a la dama. ¿Y como no? Que te averguenze y moleste que tu madre sea una prostituta, no significa que otras mujeres no lleven la profeción con dignidad. Dio un último trago a su copa, y se giró con preocupación.

- Lo siento... no quize ofenderla... - Intentó disculparse - Realmente no soy nadie para jusgarte a ti o a tu hermana ¿que voy a saber yo de vuestros sentimientos? -

Intentó levantarse pero de repente todo a su alrededor se puso borroso, no había bebido mucho, pero si muy rápido y como era usual no había comido mucho en la noche, por lo que era más fácil que el alcohol se le subiera a la cabeza.

- Era muy pequeña... quiero decir pequeño - Hipó y se llevó una mano a los labios. Al parecer no sólo estaba ebrio sino también loco. ¿Como podía equivocarse deliberadamente en frente de otra persona? su secreto debía ser guardado por encima de cualquier cosa - Y siempre vi esto como algo malo, porque mi mamá tenía que hacerlo para darme de comer... era como una obligación -

por **Juliette Blackwood** Miér Jun 23, 2010 9:26 am

No me gustaba por donde iba el asunto, no me gusta recordar nada que aquello, el tema de mamá era algo duro para mi. -No pensaré en ello, soy fuerte... Los clientes no pueden verme triste- pensé sonriendo, miré a mi alrededor y me fui alegrando, era difícil estar triste en aquel ambiente, al menos para mi.
Negué con la cabeza intentando restarle importancia al asunto -A estas altura de mi vida.... Ya poco me importan los prejuicios de la gente. No se preocupe, monsieur- sonreí de lado y me encogí de hombros, mirándome las uñas por algunos segundos. Acabé mi copa de un trago y la deje con algo más de fuerza de la necesaria sobre la mesa, lo que me llevó a quebrarla y hacerme un pequeño corte, escondí la mano bajo la mesa, apretándola, pero no dije nada.
Alcé una ceja ante su error en su genero, generalmente hubiese sido suspicaz al respecto, pero no estaba de animo, veía distraída mi mano bajo la mesa. Luego volví a centrarme en lo que había dicho -Lo que ocurre es que usted siente algo de culpa, se siente culpable de que su madre debiera ser cortesana para alimentarlo. ¿Pero no debería sentirse orgulloso de su valor?- Le dije con seriedad mirándolo a los ojos, intentando brindarle un nuevo punto de vista.

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