En un lugar...muy diferente.

Recuerdo del primer mensaje :

Por primera vez en su estancia en París no se había escapado, pero tampoco sabía bien donde ir...porque siempre acababa perdida y sin saber como volver, a cada paso que daba era como si le pesase y en vez de sentirse libre...se sentía enjaulada, ¿dónde ir? Había tantas cosas por conocer en París que no sabía donde empezar y como si ya oyese a su madre, la cual estaba a unos cuántos kilómetros de allí la frase sería exactamente “Bryanna Lynn Appleby, una señorita de clase alta no puede ir sola y a la aventura, ¿y si te pasa algo?” pero ¿qué le iba a pasar? Hasta ahora, no le había ocurrido nada... y ahora mismo , en su mente no había nada interesante... ¡lo que daría porque así fuera! Al menos un entretenimiento...

Su vestido rosado, rozaba el suelo sin poder evitarse, poco le importaba ella no tendría que limpiarlo pero últimamente, había llovido bastante en aquella ciudad, a pesar de ser primavera.. las calles estaban más transitadas como de costumbre, y es que todos aprovechaban que estaban así para así pasear o en cambio realizar sus compras ¿pero y ella? Nada. Caminaba sin rumbo, hasta adentrarse entre gente de todas clases, bueno... de todas clases menos la alta alcurnía, voces en alto, murmullos, gente a tropel y...puestos anclados en las calles, aquello le llamó tanta la atención que no dudó en adentrarse en todo aquel espectáculo, nadie reparaba especialmente en ella...eso pretendía creer, pero destacaba demasiado debido a su apariencia, de todas maneras... Bryanna no tardó en asomarse a todo escaparate que le llamase la atención.

Muchos, se chocaban con ella...algunos de forma tan brusca que tenía que girarse para llamarle la atención de alguna manera, la última vez, un señor muy alto corría entre la gente que no calculó bien , empujó a la joven y ésta no tardó en revelarse.
Con aquel ceño fruncido, sus infinitos ojos azules puestos en la espalda de él, no tardó en soltar de todo por aquella boca de pecado, solo parecía oírsela a ella y que espectáculo estaba dando, en medio de aquel mercado gritándole a un hombre que ya no le oía, caminando hacia atrás como si tal cosa... hasta que fue más que inevitable que chocara con brusquedad con alguien , lo que le faltaba, se giró tan enfadada y con el dedo índice alzado, buscando la mirada de aquel causante y señalarlo, por muy feo que estuviese.

-¡Tened más cuidado! ¡La calle no es vuestra! Desde luego...-resopló y le miró de arriba abajo enarcando una ceja- Vaya...¿de dónde habeis salido?-sí, era sincera además de malhumorada, qué le iba a hacer. Se sacudió un tanto el vestido resoplando bastante resignada , sus ojos se perdieron de nuevo entre la multitud , sin saber donde ir, eso estaba a la vista de cualquiera.

¿Falta de confianza? Puede, pero no lo llamaría así, nadie era digno de ella ¿egocéntrico? Puede, pero ella lo veía así, no quería ser como todas... dejarse llevar por aquello llamado: tentación. Todo el mundo era tentado y sí, muchos lo habían conseguido pero nadie había obtenido el resultado de "un final feliz". Negó con la cabeza a su pregunta de si era falta de confianza hacia el otro sexo y lo miró fijamente, oyendo cada una de sus palabras, como todo en esta vida... no siempre llovía al gusto de todos y algo parecido debía de ser aquello, le llamó la atención una frase en concreto "cerrar los ojos y pensar en otra persona", y ella se hizo una pregunta mentalmente... intentó no decirla en alto pero le fue totalmente imposible porque lo susurró y él pudo oírlo a la perfección.

-¿Pensar en otra persona? ¿Pero en quién? ¿En quién diablos si no...? -como si estuviese enfadada consigo misma, negó con la cabeza, frunció el ceño y acto seguido gruñó, cruzándose de brazos bastante afectada... no debió preguntar ni tampoco decirlo en voz alta pero ya estaba hecho... sonaba bien eso que decía, no era un oficio para nada desagradable, lo encontraba excitante, misterioso, lujurioso entre otras palabras...¿qué si sentía curiosidad? Por supuesto, es más, ella era la reina de la maldita curiosidad pero ese no era el problema... no había conocido nadie que quisiese saborearlo, tomar esa miel y disfrutar de esas caricias y contacto que él describía a la perfección, desde luego...aquel joven tenía que ser muy bueno en su trabajo, su forma de expresarse, de desenvolverse y demás, era una mezcla perfecta y por ello...por ese pensamiento se le formó una sonrisa de lo más divertida, aquel joven italiano de ojos azules tenía que ser un maestro en su arte y seguro que más de uno había caido totalmente rendido a sus encantos, lo admiraba...

-La curiosidad mató al gato Vittorio y no puedo negar que no sea curiosa, que alguna vez me haya planteado esas cosas y es bonito como intrigante eso de "dejar ver mi alma", pero no... no he dejado a nadie que lo haga, sé que si alguna vez cediese esa persona jamás se olvidaría de mí, quedaría tatuada en su piel cada caricia, cada beso...suena de nuevo egocentrista pero sabes tan bien como yo que será así ¿quién sería el afortunado? eso nadie lo puede saber...-antes de elegir embarcación, tomándolo aún el brazo, enarcó una ceja dejando como no... escapar una risa ante su oferta, era muy tentadora... mucho y hasta aquel breve silencio, que pudo prometer y parecer cualquier cosa... pareció eterno. Cerró los ojos, dejando que la suave brisa acariciase su rostro y sin mirar eligió al azar la segunda embarcación, siendo ella la que tirase de él para subir, el hombre la ayudó y ella mientras eligió el sitio, dando la espalda al mundo pero mirándole a él.

-Vittorio, Vittorio, Vittorio...-aquella respuesta seguía en el aire y el rostro de la chica no podía ser más encantador a la vez que insinuante...¿en qué estaría pensando? Pensaba en sus palabras, en ponerle cara a esa persona que pudiese desnudar su alma...¿pero sería él? Era el sueño de cualquiera y aunque no podia negar que sentía cierta atracción por él como misterio en saber más, algo no terminaba de encajar. Suspiró hondamente y le señaló los remos, era mejor que ella no remase o ¿porqué no intentarlo? iban a terminar en el río como si lo viese así que esperó a que se sentase para ella colocarse justo al lado, el decoro y ella no estaban muy familiarizados así que... tomó uno de los remos ayudándole sonriendo de lo más divertida.

-¿Crees que podrías hacer que desease que vieses mi alma? No lo pongo en duda pero... no creo que eso fuese posible, sabes que soy sincera... no dudo de tus capacidades, de todo lo que tenga que ver contigo, sé que serías capaz pero ni sé como lo harías ni...creo que una barca sea el lugar más indicado-lo miró de reojo con una breve sonrisa dejándose mecer...