La última visita. (Odoric Eichelberger)

por **Lothaire Grosvenor** Dom Mayo 29, 2011 3:58 pm

Un ramo de flores silvestres descansaba en mi mano. Las había recogido de camino al cementerio, eran sus preferidas. Mis pasos eran lentos, casi temerosos. No quería verle más. Un año es tiempo suficiente para olvidar y superar...Esta sería la última visita.

El viento zigzagueaba entre las tumbas con esa naturalidad que lo hacía uno de mis elementos preferidos. Antes de irse por el este, me despeinó un poco el cabello y me dio el empujón extra que necesitaba para encaminarme hacia donde estaba Tom. Corrección, donde aguardaban los restos putrefactos de Tom.

Respiré profundo antes de mirar. Allí estaba, bajo esa tumba tan regular. No me parecía un lugar propio para alguien que había hecho tanto por mí. Lo mejor hubiera sido quemar sus restos, y dejar que se esparcieran por toda la naturaleza...Sí, eso habría querido.

Me agaché y arranqué una pequeña planta que comenzaba a crecer en la lápida. Le dediqué una última lágrima, dejé las flores, y me alejé de él, para así adentrarme en el cementerio.

Leer lápidas siempre había sido uno de mis pasatiempos preferidos cuando era pequeño. Tenía cierta curiosidad mórbida, supongo. O tal vez era que veía la muerte de una forma diferente que la gente normal.

por **Odoric Eichelberger** Dom Mayo 29, 2011 4:32 pm

Sin nada que hacer preferí irme de paseo como siempre hacía en mis días aburridos y sin ningún plan que hacer. Pero esta vez decidí llevarme el libro, mi querido libro de hechicería, que mejor pasatiempo que aprender trucos nuevos para atacar a la gente que te cae mal o malvada, o simplemente por diversión. Mientras caminaba con mis manos en los bolsillos del pantalón y el libro entre mi axila, pensé en ir a hacer una visita a los muertos, entonces felizmente fui hacia el cementerio de París, era muy amplio y habían muchas tumbas, empecé a leer los nombres de las lápidas que habían, algunos con unos nombres interesantes y raros y otros más simples, pobre gente, algunos habían fallecido muy joven, que pena, con la larga vida que les quedaba por vivir, pero nada, a la muerte uno no puede salvarse por mucho que quiera.

Me senté en césped húmedo del cementerio y abrí el libro, de repente una gran niebla densa empezaba a cubrir todo el cementerio, si abriendo el libro podía provocar eso a saber lo que podía hacer recitando un conjuro, aunque prefería invocar a algún espíritu y mandarle algo, por ejemplo asustar a alguien que estuviera paseando por estos lugares, aunque con la niebla ya estarían muy asustados. Cuando busqué la página indicada me fijé en un joven que estaba en frente mía, bueno traspasando algunas lápidas, la verdad es que me dio algo de pena porque estaba viendo una lápida, cerré el libro y me levanté, la niebla no se disperso, seguía ahí con nosotros. Poco a poco me acerqué al chico y ya al estar al lado suya puse mi mano sobre su hombro. Lo siento mucho. Dije algo apenado por él, pensando en que se le había muerto un familiar cercano.

por **Lothaire Grosvenor** Lun Mayo 30, 2011 1:56 pm

Sin apenas darme tiempo a notar su presencia, una espesa cantidad de niebla se materializó a mi alrededor. Mi visión se redujo considerablemente, apenas veía lo que estaba a unos pocos metros de mi. De pronto sentí una mano en mi hombro, y me sobresalté ante el inesperado tacto. Al voltearme, vi a un joven cuyas palabras robaron una pequeña sonrisa de mis labios.

- Gracias por sus palabras. Pero no se preocupe, no es una pérdida reciente. -

Lo cierto era que hacía ya un año desde su misteriosa muerte, pero aún así sus palabras fueron algo reconfortantes en ese momento. Lo observé rápidamente, y noté que cargaba un libro consigo, con una cubierta peculiar, que me recordó a uno de hechizos que tenía en casa. Si se trataba de un brujo, explicaría la extraña niebla en plena primavera. Una parte de mi deseó no haberme encontrado con uno de esos nigromantes peligrosos que frecuentan cementerios para hacer extraños rituales o cosas de ese estilo.

- ¿De paseo por el cementerio? -

Mi pregunta fue acompañada por una sonrisa algo más amistosa, y comencé a caminar lentamente hacia la derecha, alejándome aún más de la tumba de Tom. Explorar un poco el cementerio de París parecía una buena idea para pasar la tarde.

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