AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Sangre, Sudor & Lágrimas
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Sangre, Sudor & Lágrimas
La noche se alzaba joven y bella sobre París y yo como siempre salía de mi hábitat para disfrutarla lo máximo posible. Aquello sin duda era una desventaja para nosotros. El no poder disfrutar del día completo y tener que limitarme a la noche, muchas horas se quedaban desperdiciadas más de alguna u otra manera acababa aprovechandolas como pudiese. Ya fuera para dormir o bien quedarme con mi presa de la noche anterior, si las llevaba a mi casa no solía dejarlas marchar hasta que volvía a oscurecer. A mitad tampoco tenían ni fuerzas para resistirse del "ejercicio" y la sangre que les había quitado aun así mi resistencia era mucha. Me aseguraba de agotarla hasta el máximo para con un par de horas volver a estar otra vez en pie y recargado.
Así pues me dispuse a acechar a mi próxima presa. Podía aguantar varios días sin beber ¿pero porque hacerlo con lo deliciosa que era la sangre? muchos se contentaban con beber de animales por no hacer daño a los humanos. Yo no acababa de entender el porque de ese cuidado hacia ellos pues eran quien nos daban caza o nos temían con solo saber de nuestra existencia. Ya que sin darles motivo lo hacían yo me aseguraba de darles buenos motivos. Que su temor no fuese en vano.
Todo lo había aprendido de Edgar, el bastardo de Edgar. Hacía ya casi un año que no sabía nada de él y no me iba tan mal en solitario, extrañaba algo de compañía vampira de vez en cuando, no podía negarlo pero también aprovechaba mi soledad. Mi tranquilidad que tanto habia estado buscando.
Entré a aquel lugar, el burdel, y me dirigí directamente hacia la barra para pedir un whisky, sería una buena manera de empezar la noche. Me apetecía una presa fácil ¿y que más fácil que una prostituta? algo de dinero era suficiente para comprarla o, tal vez con suerte, no sería tampoco del todo fácil. Todo humano tenía un precio pero también una personalidad, esta podía ser sumisa o agresiva. Llegué bastante pronto, no había mucha gente, por lo que me senté en una de las mesas. Solo tenía que esperar a que alguna cayera; no tardaría mucho.
Así pues me dispuse a acechar a mi próxima presa. Podía aguantar varios días sin beber ¿pero porque hacerlo con lo deliciosa que era la sangre? muchos se contentaban con beber de animales por no hacer daño a los humanos. Yo no acababa de entender el porque de ese cuidado hacia ellos pues eran quien nos daban caza o nos temían con solo saber de nuestra existencia. Ya que sin darles motivo lo hacían yo me aseguraba de darles buenos motivos. Que su temor no fuese en vano.
Todo lo había aprendido de Edgar, el bastardo de Edgar. Hacía ya casi un año que no sabía nada de él y no me iba tan mal en solitario, extrañaba algo de compañía vampira de vez en cuando, no podía negarlo pero también aprovechaba mi soledad. Mi tranquilidad que tanto habia estado buscando.
Entré a aquel lugar, el burdel, y me dirigí directamente hacia la barra para pedir un whisky, sería una buena manera de empezar la noche. Me apetecía una presa fácil ¿y que más fácil que una prostituta? algo de dinero era suficiente para comprarla o, tal vez con suerte, no sería tampoco del todo fácil. Todo humano tenía un precio pero también una personalidad, esta podía ser sumisa o agresiva. Llegué bastante pronto, no había mucha gente, por lo que me senté en una de las mesas. Solo tenía que esperar a que alguna cayera; no tardaría mucho.
Última edición por Victorio Lambert el Dom Jul 10, 2011 7:54 pm, editado 1 vez
Victorio Lambert- Vampiro Clase Media
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Re: Sangre, Sudor & Lágrimas
La noche. Amaba la noche sobre todas las cosas... y antes del atardecer, ya estaba lista... unas finas medias unidas a un liguero negro, un sugerente vestido negro con un escote pronunciado y como no, abierto por los laterales de cada pierna, sus excelentes tacones daban envidia... resonaban al bajar la escalera de caracol que unía los tres pisos del burdel. Como no, muchos que se encontraban ocupados, no podían hacer otra cosa que reparar en ella, en aquella joven de cabellos plateados... y esa sonrisa misteriosa y a la par dulce... pero en esos ojos se podía leer tantas cosas que ¿Cuál sería la verdadera? Su dedo índice, se paseaba por su collar de perlas...tan blancas como sus dientes, conocía algún que otro cliente y saludaba con suavidad de forma cortés...
Antes de nada y de todo, necesitaba tomar algo, algo que le empezase a entrar en calor... y como no, se dirigió a la barra, donde un joven bastante atractivo aguardaba a las peticiones de los clientes, con un pequeño vasito de tequila era más que suficiente, o quizás dos … su otra mano la deslizó por la barra moviendo las caderas de aquella forma hipnotizadora, no lo hacía a propósito y no podía ser más tentadora. Apoyó ambos codos en la barra, inclinada y puso morritos al ver que aquel joven no había reparado en ella.
-James... mi tequila cuando puedas por favor, si no...será como si aún no hubiese despertado- el joven la miró excusándose guiñándole un ojo a lo que ella le siguió con una suave risa... en un par de minutos ya tenía lo pedido, lanzó un beso en el aire al chico y se giró, para así observar a su alrededor y con suerte encontrar a su cliente de esa noche. Tomó la bebida con dos dedos y con mucha lentitud se lo empezó a beber de golpe... y allí estaba, sus ojos se clavaron en un joven que parecía buscar algo..y ella sabía qué... tras terminarse aquella copa... dejó el vaso sin mirar en la barra y se relamió..sin despegar su mirada de su “víctima”...
Y no se sentó , solo se acercó dando una vuelta lenta por la mesa mientras conversaba, así veía perfectamente todo el movimiento del burdel y sus inquilinos.
-Bon soir...monsieur...-susurró con un excelente francés mientras pasaba su mano por su espalda- ¿Busca a alguien? Si es así la ha encontrado...-podía parecer sumisa pero ¿lo sería? Todo era cuestión de verse.
Antes de nada y de todo, necesitaba tomar algo, algo que le empezase a entrar en calor... y como no, se dirigió a la barra, donde un joven bastante atractivo aguardaba a las peticiones de los clientes, con un pequeño vasito de tequila era más que suficiente, o quizás dos … su otra mano la deslizó por la barra moviendo las caderas de aquella forma hipnotizadora, no lo hacía a propósito y no podía ser más tentadora. Apoyó ambos codos en la barra, inclinada y puso morritos al ver que aquel joven no había reparado en ella.
-James... mi tequila cuando puedas por favor, si no...será como si aún no hubiese despertado- el joven la miró excusándose guiñándole un ojo a lo que ella le siguió con una suave risa... en un par de minutos ya tenía lo pedido, lanzó un beso en el aire al chico y se giró, para así observar a su alrededor y con suerte encontrar a su cliente de esa noche. Tomó la bebida con dos dedos y con mucha lentitud se lo empezó a beber de golpe... y allí estaba, sus ojos se clavaron en un joven que parecía buscar algo..y ella sabía qué... tras terminarse aquella copa... dejó el vaso sin mirar en la barra y se relamió..sin despegar su mirada de su “víctima”...
Y no se sentó , solo se acercó dando una vuelta lenta por la mesa mientras conversaba, así veía perfectamente todo el movimiento del burdel y sus inquilinos.
-Bon soir...monsieur...-susurró con un excelente francés mientras pasaba su mano por su espalda- ¿Busca a alguien? Si es así la ha encontrado...-podía parecer sumisa pero ¿lo sería? Todo era cuestión de verse.
Maia Schuster- Mensajes : 35
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Re: Sangre, Sudor & Lágrimas
Mis ojos no tardaron en captar la atención de una de las muchachas de allí. Pasó ciertamente un rato considerable y mi vaso estaba por terminarse. No iba a pasarme allí toda la noche ni mucho menos, habría presas más asequibles y además gratis fuera de aquel lugar o tal vez mejores en otros burdeles. No conocía mucho de aquellos sitios, iba en casos puntuales cuando estaba lo suficientemente vago como para pagar a una mujer, normalmente me agradaba acechar a mis propios cautiverios, aquello era ir por el camino fácil. Claro que una vez al año no hacia daño, en mi caso, varias veces al año. No las contaba realmente, nunca tenía en cuenta el tiempo, ni sabía a que día nos encontrabamos. No era importante para mi cada día podía ser el mismo. No necesitaba de un ridiculo nombre que lo apodara.
Una suave fragancia de perfume llegó hasta mis fosas nasales despertandome de mi propio mundo y haciendo que alzara la mirada hacia la mujer que se acercaba a mi. Exactamente la que antes había "atrapado" con la mirada; ella podía no haberse dado cuenta más por una cosa u otra había acabado viniendo a mi.
Sus palabras sonaron suaves y ciertamente elegantes, no demasiado coquetas o presuntuosas. Tampoco excesivamente sugerentes. Tenían un toque que me gustaba y por eso la agarré del otro brazo que tenía libre, de un movimiento rápido sentandola sobre mis piernas. Por ende pasando uno de mis brazos alrededor de su cintura con el propósito de mantenerla bien agarrada a mi cuerpo - Como bien has dicho, ya no busco a nadie - mis orbes azules se posaron en los de la muchacha, inclinando levemente mi cuello pero lo suficiente como para sugerirle que se agarrara a él con alguno de sus brazos.
Alargué mi brazo no ocupado y tomé el vaso de whisky, bebiendome lo que me quedaba de trago; el culo. - Y bien monada ¿qué tal si charlamos sobre tus condiciones en este negocio? - dejé con decisión el vaso sobre la mesa y la mano acabó por descansar sobre una de las piernas de la prostituta - ¿Algo que aclararme? - me relamí suavemente los labios, tocandome con la punta de la lengua uno de mis colmillos de paso.
No me importaba demasiado lo que ella pudiera pensar de mi más tenía claro que no quería encontrarme con ninguna sorpresa a mitad de la noche por lo que siempre prefería aclararar las cosas antes de empezar con la diversión.
Una suave fragancia de perfume llegó hasta mis fosas nasales despertandome de mi propio mundo y haciendo que alzara la mirada hacia la mujer que se acercaba a mi. Exactamente la que antes había "atrapado" con la mirada; ella podía no haberse dado cuenta más por una cosa u otra había acabado viniendo a mi.
Sus palabras sonaron suaves y ciertamente elegantes, no demasiado coquetas o presuntuosas. Tampoco excesivamente sugerentes. Tenían un toque que me gustaba y por eso la agarré del otro brazo que tenía libre, de un movimiento rápido sentandola sobre mis piernas. Por ende pasando uno de mis brazos alrededor de su cintura con el propósito de mantenerla bien agarrada a mi cuerpo - Como bien has dicho, ya no busco a nadie - mis orbes azules se posaron en los de la muchacha, inclinando levemente mi cuello pero lo suficiente como para sugerirle que se agarrara a él con alguno de sus brazos.
Alargué mi brazo no ocupado y tomé el vaso de whisky, bebiendome lo que me quedaba de trago; el culo. - Y bien monada ¿qué tal si charlamos sobre tus condiciones en este negocio? - dejé con decisión el vaso sobre la mesa y la mano acabó por descansar sobre una de las piernas de la prostituta - ¿Algo que aclararme? - me relamí suavemente los labios, tocandome con la punta de la lengua uno de mis colmillos de paso.
No me importaba demasiado lo que ella pudiera pensar de mi más tenía claro que no quería encontrarme con ninguna sorpresa a mitad de la noche por lo que siempre prefería aclararar las cosas antes de empezar con la diversión.
Victorio Lambert- Vampiro Clase Media
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Re: Sangre, Sudor & Lágrimas
Como le pareció indicar, uno de sus brazos fue pasado por el cuello del joven a la vez que se acomodaba mejor sobre él, más bien...empezó a mover las caderas con sensualidad...provocándole, su boca se entreabrió relamiéndose y por consiguiente se inclinó a los labios de su posible cliente, tomando cualquier gota de whisky que pudiesen quedar entre ellos. Sonrió a medias complacida por su agarre, inevitablemente su vestido se abrió al como estaba sentada dejando ver sus torneadas piernas. Se encogió de hombros negando con la cabeza a lo de si aclaraba algo, la verdad es que... no era ella precisamente la que ponía las condiciones... su otra mano, empezó a descender por su cuello, muy despacio y sin pausa, dejándose sentir... el suave y cálido tacto de la chica empezó hacer mella aún sobre su ropa...
Su boca, quedó apretada lo suficiente como para que el labio inferior quedase por encima del superior, pura tentación...aquellos labios rojos como la misma pasión y sensualidad que desprendía no era otra cosa que aclamarle a él.
-No mi querido ángel, vos sois el que pone las condiciones, haré lo que me digais pero... no creais que os lo pondré tan fácil...-le tomó del pecho para atraerlo hacia ella y pasar su lengua por el colmillo, sin aparentar miedo ninguno y es que a Maia pocas cosas le asustaban, esperaba que le dejase claro que era digna de él esa noche... porque en ningún momento le había dejado de mirar a los ojos- ¿Y bien? ¿Porqué no vamos a un sitio más íntimo? Aunque no me importa tener espectadores, lo hacen mucho más interesante...-mordisqueó su labio inferior con cierta fuerza, hasta soltarlo y reír divertida...- Espero que tu cuerpo sepa tan bien como tu boca...- intensificó más el roce entre ambos y claro, entre tanto movimiento sus pechos quedaron un tanto más descubiertos. Rodeó la silla con las piernas, no iba a marcharse... claro que no... y también como estaba sujeta de la cintura... dejó su cuerpo caer hacia atrás para que él pudiese observarla más de cerca, pasando ambas manos por lo que podía estar a su vista. Totalmente dispuesta. Muchos murmuraban por lo bajo y dejaban escapar una mueca de fastidio al ver que la rubia ya no estaba disponible , sonrió coqueta.
-Teneis suerte...porque esta noche me tendreis...¿porqué sereis mejor que el resto? puedo elegir , tengo varios... decidme porqué y puede que acepte-puro fuego, un juego demasiado tentador...
Su boca, quedó apretada lo suficiente como para que el labio inferior quedase por encima del superior, pura tentación...aquellos labios rojos como la misma pasión y sensualidad que desprendía no era otra cosa que aclamarle a él.
-No mi querido ángel, vos sois el que pone las condiciones, haré lo que me digais pero... no creais que os lo pondré tan fácil...-le tomó del pecho para atraerlo hacia ella y pasar su lengua por el colmillo, sin aparentar miedo ninguno y es que a Maia pocas cosas le asustaban, esperaba que le dejase claro que era digna de él esa noche... porque en ningún momento le había dejado de mirar a los ojos- ¿Y bien? ¿Porqué no vamos a un sitio más íntimo? Aunque no me importa tener espectadores, lo hacen mucho más interesante...-mordisqueó su labio inferior con cierta fuerza, hasta soltarlo y reír divertida...- Espero que tu cuerpo sepa tan bien como tu boca...- intensificó más el roce entre ambos y claro, entre tanto movimiento sus pechos quedaron un tanto más descubiertos. Rodeó la silla con las piernas, no iba a marcharse... claro que no... y también como estaba sujeta de la cintura... dejó su cuerpo caer hacia atrás para que él pudiese observarla más de cerca, pasando ambas manos por lo que podía estar a su vista. Totalmente dispuesta. Muchos murmuraban por lo bajo y dejaban escapar una mueca de fastidio al ver que la rubia ya no estaba disponible , sonrió coqueta.
-Teneis suerte...porque esta noche me tendreis...¿porqué sereis mejor que el resto? puedo elegir , tengo varios... decidme porqué y puede que acepte-puro fuego, un juego demasiado tentador...
Maia Schuster- Mensajes : 35
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Re: Sangre, Sudor & Lágrimas
No me sorprendió el que no tuviese nada que especificarme, no todas eran igual de quisquillosas y eso me agradaba. Iba a pagarle unos cuantos francos por aquello y dado que el dinero no me sobraba me gustaba gastarlo en cosas de provecho, tampoco tenía mucho más a parte de mi humilde casa, para mi suerte, la comida humana no era precisamente mi punto fuerte. Nunca la provaba a no ser que fuese estrictamente necesario, yo amaba la sangre. La sangre humana o bien de alguna otra especie mientras no fuera de un animal. Y conseguirla era totalmente gratis. Solo de vez en cuando me daba algún capricho por el burdel como en ese momento y me aseguraba de amortizarlo hasta el máximo, eso siempre.
Mis manos se colocaron en sus muslos cuando se sentó a horcajadas sobre mi, dando unas fuertes cachetadas sobre estos al depositarse encima. Oyendose el ruido que produjeron. No impedí en ningún momento que empezara a jugar conmigo y con su propio cuerpo, eso me excitaba, me agradaba no ser siempre el que controlaba todo.
Pasé uno de mis dedos por sus ligueros juguetonamente, como aquel que lo pasa por el elastico de una prenda íntima, a modo de jugueteo. Se lo habría arrancado de no ser porque la noche nada más empezaba, debía controlarme o se quedaría sin ropa que ponerse. Era muy dado a arrancarla por mis instintos y la gran fuerza que poseía. - Espero que no me lo pongas fácil, me gustan los retos - enfatizé en la primera palabra, relamiendome los labios tras la sugerente mordida. Tan sugerente como todo lo demás. Y la idea de hacerlo allí mismo tampoco me parecía mala siendo sincero, las miradas de los demás hombres muertos de envidia me excitaban más aún.
Dí otra cachetada cuando escuché esa especie de reclamo para que le suplicara por sus servicios, dándole a entender con ello que iba por el camino equivocado. Podía concederle algo de poder más el que mandaba allí era yo - No te equivoques monada, yo no suplico - torció su sonrisa ligeramente maliciosa, echando su cuerpo hacia detrás, acomodandolo bien en aquel asiento que se asemejaba a un pequeño sofá. - Ambos nos arriesgamos con el otro ¿por qué yo? ¿por qué tú? preguntas estúpidas - apreté sus muslos con ambas manos, de un agarrón pegandola completamente a mi pecho - ¿Aceptas o lo dejas? No hay más que hablar - mis orbes se clavaban en los de ella mientras hablaba, dejandole bien claro lo que habría aquella noche junto a mi.
Mis manos se colocaron en sus muslos cuando se sentó a horcajadas sobre mi, dando unas fuertes cachetadas sobre estos al depositarse encima. Oyendose el ruido que produjeron. No impedí en ningún momento que empezara a jugar conmigo y con su propio cuerpo, eso me excitaba, me agradaba no ser siempre el que controlaba todo.
Pasé uno de mis dedos por sus ligueros juguetonamente, como aquel que lo pasa por el elastico de una prenda íntima, a modo de jugueteo. Se lo habría arrancado de no ser porque la noche nada más empezaba, debía controlarme o se quedaría sin ropa que ponerse. Era muy dado a arrancarla por mis instintos y la gran fuerza que poseía. - Espero que no me lo pongas fácil, me gustan los retos - enfatizé en la primera palabra, relamiendome los labios tras la sugerente mordida. Tan sugerente como todo lo demás. Y la idea de hacerlo allí mismo tampoco me parecía mala siendo sincero, las miradas de los demás hombres muertos de envidia me excitaban más aún.
Dí otra cachetada cuando escuché esa especie de reclamo para que le suplicara por sus servicios, dándole a entender con ello que iba por el camino equivocado. Podía concederle algo de poder más el que mandaba allí era yo - No te equivoques monada, yo no suplico - torció su sonrisa ligeramente maliciosa, echando su cuerpo hacia detrás, acomodandolo bien en aquel asiento que se asemejaba a un pequeño sofá. - Ambos nos arriesgamos con el otro ¿por qué yo? ¿por qué tú? preguntas estúpidas - apreté sus muslos con ambas manos, de un agarrón pegandola completamente a mi pecho - ¿Aceptas o lo dejas? No hay más que hablar - mis orbes se clavaban en los de ella mientras hablaba, dejandole bien claro lo que habría aquella noche junto a mi.
Victorio Lambert- Vampiro Clase Media
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Re: Sangre, Sudor & Lágrimas
A quella cachetada no pudo otra cosa que soltar un quejido por lo bajo, seguido de un sensual gemido...era excitante y su sola presencia hacía que tan solo lo mirase a él, fijamente a medida que sus manos la recorrían... sonrió ampliamente al oír aquello, bien, pues se lo pondría difícil, ella de por sí era complaciente pero con algunos hombres era mejor no dárselo todo, así te daban incluso más de lo que podrías imaginar... Maia lo miró a los ojos alzando bien la barbilla, así que no suplicaba...perfecto, era un hombre con las ideas claras... y esa noche iba a retozar entre sus sabanas, sus movimientos pélvicos fueron aún más intensos, dejando escapar algún que otro suspiro...
- Soy una chica mala y me encanta recibir mi castigo...Acepto... no os defraudaré...-uno de sus dedos índices, lo paseó por su mentón, dibujándolo con suavidad... mientras que su boca se acercaba peligrosamente a la suya... pero no hizo nada, solo hacer un tanto presión y sonreír de aquella forma tan divertida- ¿Nos quedamos o nos vamos? En cualquiera de los casos os daré lo que necesitais...-los pechos quedaron totalmente alzados y uno de sus tirantes se deslizó por su hombro, dejándolo completamente desnudo, más de lo que parecía y como no...al no llevar ropa interior superior, parte de su pecho quedó al descubierto, siendo ofrecido, intensificó el movimiento...de manera circular, iba despacio... sin prisa... y ella misma, deslizó el otro tirante para quedar desnuda de la parte de arriba...ambos pechos quedaron a la merced de aquel misterioso hombre... y Maia se echó hacia atrás el cabello , para que no le molestase ni un ápice....
-Me muero de ganas con saber qué me hareis... -se relamió y lamió sus labios sin dejar de mirarle a los ojos en ningún instante...quería que notase su bien formado cuerpo aún con la ropa puesta, que la desease y que más tarde o ahora mismo cumpliese todo lo que estaría pensando, dejó escapar un gemido cerrando los ojos... una mano descansaba en su nuca para guiarse ella misma y la otra bajaba por su pecho, de la manera más sugerente posible...- No le tengo aprecio a este vestido ni a lo demás... así que... si estais pensando en tirar todo lo que hay en la mesa, arráncarmelo y hacerme vuestra hacedlo... siempre podemos seguir jugando...-lo susurró con un tono muy suave pero realmente encantador... y a medida que terminaba, su boca bajó lentamente por su cuello, dedicándole los más suaves mordiscos y lamidas, saboreando su piel suave y helada... que no podía hacer otra cosa que pedir más y más...
Le dio un suave masaje en la nuca abriéndose más de piernas, empezaba a tomar una temperatura de lo más agradable y adictiva, aquel joven con sus formas le habían encendido como muy pocas veces habían conseguido, la mano ascendió por el pecho y le tomó del cuello para que echase la cabeza hacia atrás y así poder dedicar tanto besos como mordidas en su garganta, muy suaves....
-Espero que todo vuestro cuerpo sepa también como me sabeis ahora mismo-su aliento chocó contra su cuello... respiración entrecortada... totalmente dispuesta a hacer lo que él quisiese.
- Soy una chica mala y me encanta recibir mi castigo...Acepto... no os defraudaré...-uno de sus dedos índices, lo paseó por su mentón, dibujándolo con suavidad... mientras que su boca se acercaba peligrosamente a la suya... pero no hizo nada, solo hacer un tanto presión y sonreír de aquella forma tan divertida- ¿Nos quedamos o nos vamos? En cualquiera de los casos os daré lo que necesitais...-los pechos quedaron totalmente alzados y uno de sus tirantes se deslizó por su hombro, dejándolo completamente desnudo, más de lo que parecía y como no...al no llevar ropa interior superior, parte de su pecho quedó al descubierto, siendo ofrecido, intensificó el movimiento...de manera circular, iba despacio... sin prisa... y ella misma, deslizó el otro tirante para quedar desnuda de la parte de arriba...ambos pechos quedaron a la merced de aquel misterioso hombre... y Maia se echó hacia atrás el cabello , para que no le molestase ni un ápice....
-Me muero de ganas con saber qué me hareis... -se relamió y lamió sus labios sin dejar de mirarle a los ojos en ningún instante...quería que notase su bien formado cuerpo aún con la ropa puesta, que la desease y que más tarde o ahora mismo cumpliese todo lo que estaría pensando, dejó escapar un gemido cerrando los ojos... una mano descansaba en su nuca para guiarse ella misma y la otra bajaba por su pecho, de la manera más sugerente posible...- No le tengo aprecio a este vestido ni a lo demás... así que... si estais pensando en tirar todo lo que hay en la mesa, arráncarmelo y hacerme vuestra hacedlo... siempre podemos seguir jugando...-lo susurró con un tono muy suave pero realmente encantador... y a medida que terminaba, su boca bajó lentamente por su cuello, dedicándole los más suaves mordiscos y lamidas, saboreando su piel suave y helada... que no podía hacer otra cosa que pedir más y más...
Le dio un suave masaje en la nuca abriéndose más de piernas, empezaba a tomar una temperatura de lo más agradable y adictiva, aquel joven con sus formas le habían encendido como muy pocas veces habían conseguido, la mano ascendió por el pecho y le tomó del cuello para que echase la cabeza hacia atrás y así poder dedicar tanto besos como mordidas en su garganta, muy suaves....
-Espero que todo vuestro cuerpo sepa también como me sabeis ahora mismo-su aliento chocó contra su cuello... respiración entrecortada... totalmente dispuesta a hacer lo que él quisiese.
Maia Schuster- Mensajes : 35
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Re: Sangre, Sudor & Lágrimas
La situación empezaba a ponerse caliente y eso me gustaba. Me gustaba la rapidez con la que me había echo excitarme pues eso quería decir que mi cuerpo no estaba aburrido, dada la gran tendencia a aburrirme con suma facilidad algo nada fácil de conseguir. Cada gesto, palabra o movimiento de ella era commpletamente insinuante; insinuaciones que no pasé por alto. De vez en cuando mi pelvis se movía ligeramente haciendola botar, como parte de aquel "baile" que estabamos teniendo, correspondiendole. Era muy bella, eso no podía negarlo y por las miradas que mi nuca continuaba recibiendo -bastante molestas cabe destacar- intuía que era mínimamente conocida además de deseada. Pues iba a tener que aguantarse, porque una vez la cogiese, no la soltaría en toda la noche.
Le dí otro azote esta vez más en lo que venía siendo el trasero completo, pellizcándoselo a continuación. Iba a recibir su castigo sí y aquello solo era una pequeña muestra. Una muy pequeña muestra de lo que podría hacerle. La tendría jadeando, suplicando y gritando mi nombre debajo o encima en no muy pocas horas. Podía asegurarlo, prometerlo y poner una mano en el fuego. Nunca fallaba; aquella noche no iba a ser la excepción.
Una de las manos -la que solo acariciaba su muslo- subió por su cuerpo, bordeandolo de manera sensual hasta los pechos. Pechos que ella misma había dejado al descubierto haciendo que mi miembro latiera ensanchandose dentro de la ropa y provocando que yo mismo diera un movimiento de pelvis. Asegurandome de que ella no lo pasara por alto - Oh si preciosa, vas a recibir tu castigo pero no será ni aquí ni ahora - llevé uno de mis dedos hasta el pezón de uno de los senos, acariciandolo por encima muy superficialmente. Únicamente rozando la llema con la punta. Me encantaba ver como con ese simple roce se iba erectando lentamente; de paso haciendola sufrir con aquello. Cosa que también me encantaba, aunque eso realmente fuera una minudencia.
Sabía que los roces suaves y lentos podían ser la mayor tortura, no solo para ella, también para mi. Claro que no dejaría que tal cosa ocurriera. Yo podía jugar; yo ponía las reglas del juego. Yo era el Rey y mandaba a partir de ese mismo instante en que me había aceptado.
Continué jugueteando con ambos pezones, intercalando el rozar primero uno y después el otro hasta que ambos se erectaron por completo - Está bien que no te importen tus ropas, pensaba arrancartelas durante la noche quisieras o no - Dí otro movimiento de pelvis solo que esta vez mayor, haciendo que su cuerpo se quedara apoyado en el mio hacia delante, por consiguiente, aprentado sus senos contra mi pecho. Me gustaba el tacto endurecido aunque mi propia ropa empezaba a molestarme, sin embargo, no habíamos acabado de jugar en público.
Me relamí los labios y una sugerente sonrisa se presentó en mi rostro; no solía hacerlo a menos que me estuviera divirtiendo. - Se me olvidó decirte que no te soltaré hasta que amanezca, dudo que tengas otro cliente en la noche. Espero no suponga un problema - susurré y mordí con fuerza su lóbulo, procurando no clavar mis colmillos, todavía no era el momento de provar su sangre o no se me podría quitar ese sabor de la mente. A veces mi deseo resultaba incontrolable. - Realmente me da igual si es o no un problema, desde el momento en que has aceptado por esta noche eres mía y yo hago lo que quiero con lo que es mio - esto sonó más una orden que una sugerencia pero no pensaba mentir. Podía ser ególatra o todo de lo que quisieran calificarme pero así era yo; a quien no le agradara que no se relacionase conmigo.
Una vez más un nuevo azote sacudió su trasero, esta vez introduciendo ambas manos por debajo de la ropa interior - No te voy a follar aquí; pagaré por tí y seré yo el único que te vea desnuda y el único que te escuche gritar mi nombre en cada orgasmo - estiré el trozo de lóbulo anteriormente mordido, con fuerza. - Pero si quiero jugar un poco; antes de meter el gol siempre hay que calentar - y ambas manos abrieron sus nalgas, dándole un pequeño masaje en ellas. Un masaje erótico, claro, pues sus manos se habían adueñado de toda esa parte.
Deslizé uno de mis dedos sin pudor alguno entre sus nalgas hasta que me encontré con lo que buscaba, su ano. Lo presioné suavemente, como aviso. - Vamos a jugar un poco con esto de aquí, veremos que tan puta puedes ser - lo introduje de un golpe y hasta el fondo, atacando a la misma vez su cuello. Mordiendolo nada más con la intención de marcarla, como ya he dicho anteriormente, aún no era el momento para tomar su sangre.
Le dí otro azote esta vez más en lo que venía siendo el trasero completo, pellizcándoselo a continuación. Iba a recibir su castigo sí y aquello solo era una pequeña muestra. Una muy pequeña muestra de lo que podría hacerle. La tendría jadeando, suplicando y gritando mi nombre debajo o encima en no muy pocas horas. Podía asegurarlo, prometerlo y poner una mano en el fuego. Nunca fallaba; aquella noche no iba a ser la excepción.
Una de las manos -la que solo acariciaba su muslo- subió por su cuerpo, bordeandolo de manera sensual hasta los pechos. Pechos que ella misma había dejado al descubierto haciendo que mi miembro latiera ensanchandose dentro de la ropa y provocando que yo mismo diera un movimiento de pelvis. Asegurandome de que ella no lo pasara por alto - Oh si preciosa, vas a recibir tu castigo pero no será ni aquí ni ahora - llevé uno de mis dedos hasta el pezón de uno de los senos, acariciandolo por encima muy superficialmente. Únicamente rozando la llema con la punta. Me encantaba ver como con ese simple roce se iba erectando lentamente; de paso haciendola sufrir con aquello. Cosa que también me encantaba, aunque eso realmente fuera una minudencia.
Sabía que los roces suaves y lentos podían ser la mayor tortura, no solo para ella, también para mi. Claro que no dejaría que tal cosa ocurriera. Yo podía jugar; yo ponía las reglas del juego. Yo era el Rey y mandaba a partir de ese mismo instante en que me había aceptado.
Continué jugueteando con ambos pezones, intercalando el rozar primero uno y después el otro hasta que ambos se erectaron por completo - Está bien que no te importen tus ropas, pensaba arrancartelas durante la noche quisieras o no - Dí otro movimiento de pelvis solo que esta vez mayor, haciendo que su cuerpo se quedara apoyado en el mio hacia delante, por consiguiente, aprentado sus senos contra mi pecho. Me gustaba el tacto endurecido aunque mi propia ropa empezaba a molestarme, sin embargo, no habíamos acabado de jugar en público.
Me relamí los labios y una sugerente sonrisa se presentó en mi rostro; no solía hacerlo a menos que me estuviera divirtiendo. - Se me olvidó decirte que no te soltaré hasta que amanezca, dudo que tengas otro cliente en la noche. Espero no suponga un problema - susurré y mordí con fuerza su lóbulo, procurando no clavar mis colmillos, todavía no era el momento de provar su sangre o no se me podría quitar ese sabor de la mente. A veces mi deseo resultaba incontrolable. - Realmente me da igual si es o no un problema, desde el momento en que has aceptado por esta noche eres mía y yo hago lo que quiero con lo que es mio - esto sonó más una orden que una sugerencia pero no pensaba mentir. Podía ser ególatra o todo de lo que quisieran calificarme pero así era yo; a quien no le agradara que no se relacionase conmigo.
Una vez más un nuevo azote sacudió su trasero, esta vez introduciendo ambas manos por debajo de la ropa interior - No te voy a follar aquí; pagaré por tí y seré yo el único que te vea desnuda y el único que te escuche gritar mi nombre en cada orgasmo - estiré el trozo de lóbulo anteriormente mordido, con fuerza. - Pero si quiero jugar un poco; antes de meter el gol siempre hay que calentar - y ambas manos abrieron sus nalgas, dándole un pequeño masaje en ellas. Un masaje erótico, claro, pues sus manos se habían adueñado de toda esa parte.
Deslizé uno de mis dedos sin pudor alguno entre sus nalgas hasta que me encontré con lo que buscaba, su ano. Lo presioné suavemente, como aviso. - Vamos a jugar un poco con esto de aquí, veremos que tan puta puedes ser - lo introduje de un golpe y hasta el fondo, atacando a la misma vez su cuello. Mordiendolo nada más con la intención de marcarla, como ya he dicho anteriormente, aún no era el momento para tomar su sangre.
Victorio Lambert- Vampiro Clase Media
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Re: Sangre, Sudor & Lágrimas
Sabía lo que se hacía, sus senos reaccionaban a cada estímulo y las formas que tenía de atraerla no hacían otra cosa que querer saber más de aquel misterioso y atractivo joven, de piel helada y suave. La boca de la chica se relamió al sentir como botaba sobre él y como golpeaba aquel miembro cada vez más duro, sonrió al ver que había logrado su cometido, complacida por sus palabras, se inclino dejando un suave beso en los labios, inclinándose del todo y frotando sus pechos sobre la ropa de su acompañante, en ningún momento cerró los ojos... quería seguir perdida en aquellos ojos tan hechizantes, si ya de por sí nada existía a su alrededor cuando se hablaba de un cliente...él definitivamente le hacía olvidarse de todo y envalentonarse aún más a cada movimiento y cada roce...
Sus piernas, se enroscaron en las suyas, moviéndolas de tal forma que la ropa del joven se subiese un tanto y así sentir la piel cálida de la joven.
-¿Problema? No sé de qué me hablais... ya supe desde el primer instante en que me senté sobre tu amiguito que íbamos a pasarlo bastante bien...-la otra mano de la chica se coló por debajo de su ropa para recorrer la piel de su espalda, intentando no dejar de dedicarle esos movimientos con la palma de su mano, donde enroscaba su miembro y lo hacía endurecerse más si se podía. Sonrió complacida al notar como notaba su tacto directo contra su trasero el cual empezó a mover de forma que sus manos bajasen y subiesen por todo él, aunque no hizo falta porque empezó a masajearlo y por culpa de aquel movimiento su sexo también se abrió un tanto más, incluso mojando la ropa interior...de él emanaba ya la necesidad de jugar... y por ello se mordió el labio inferior.
-A ver si sabes como calentarme entonces... quiero correrme aún con la ropa... ¿podrás hacerlo?-no debió decirlo pero quería provocarlo , ser castigada y es que eso le gustaba demasiado...no se lo quería poner fácil y así sacar más y más de él porque sabía que era el principio y esto era una muestra de que podía darle.
Su cuerpo se arqueó al sentir su dedo en su interior, en aquella cavidad más estrecha... lo recibió gustosa y dejando escapar un pequeño grito que se convirtió en un gemido deseoso... su cabeza se echó a un lado pegándose totalmente a él, empezaba fuerte y su reacción fue reir entre jadeos, moviendo su trasero para que se moviese aquel dedo en su interior y disfrutarlo... se relamía, e intentó mordisquear al igual que él su cuello pero sabía como hacerlo y no podía hacer otra cosa que disfrutar de aquello... logró que su miembro quedase a la vista, solo un poco ya que no le dejaba bajarle más la prenda de ropa pero lo sentía, duro, frotarse contra su sexo de una manera incontrolada al igual que ella se movía sobre él... sin cerrar los ojos...
-¿Solo vas...a meterme el dedo? Ah...que jugamos...tendremos que jugar también contigo...porque no creas que solo vas a hacerlo tú, me da igual que no te agrade, pero te dije que no te lo voy a poner nada fácil, ahora mismo estoy a tu merced pero cuando lo estés a la mía no pienso dejar ni una parte de tu cuerpo por recorrer y hacerte todas las cosas prohibidas que se me ocurran...-su mano lo atrajo por la nuca hacia sí para susurrarle aquello al oído, muchos se asomaron a mirar la escena e incluso se tocaban imaginando ser el afortunado que estuviese haciéndole eso a la chica, los miró de reojo y se alzó un tanto para que él tuviese plena vista y accediese a sus pechos con su boca, casi quería obligarle a ello.- Me encanta jugar, pequeño ángel... ¿quién saldrá vivo de esto? Y ya puedes pagar... tu noche ha comenzado.,-lamió sus labios seguido de una risa, una risa que inundó el bar.
Sus piernas, se enroscaron en las suyas, moviéndolas de tal forma que la ropa del joven se subiese un tanto y así sentir la piel cálida de la joven.
-¿Problema? No sé de qué me hablais... ya supe desde el primer instante en que me senté sobre tu amiguito que íbamos a pasarlo bastante bien...-la otra mano de la chica se coló por debajo de su ropa para recorrer la piel de su espalda, intentando no dejar de dedicarle esos movimientos con la palma de su mano, donde enroscaba su miembro y lo hacía endurecerse más si se podía. Sonrió complacida al notar como notaba su tacto directo contra su trasero el cual empezó a mover de forma que sus manos bajasen y subiesen por todo él, aunque no hizo falta porque empezó a masajearlo y por culpa de aquel movimiento su sexo también se abrió un tanto más, incluso mojando la ropa interior...de él emanaba ya la necesidad de jugar... y por ello se mordió el labio inferior.
-A ver si sabes como calentarme entonces... quiero correrme aún con la ropa... ¿podrás hacerlo?-no debió decirlo pero quería provocarlo , ser castigada y es que eso le gustaba demasiado...no se lo quería poner fácil y así sacar más y más de él porque sabía que era el principio y esto era una muestra de que podía darle.
Su cuerpo se arqueó al sentir su dedo en su interior, en aquella cavidad más estrecha... lo recibió gustosa y dejando escapar un pequeño grito que se convirtió en un gemido deseoso... su cabeza se echó a un lado pegándose totalmente a él, empezaba fuerte y su reacción fue reir entre jadeos, moviendo su trasero para que se moviese aquel dedo en su interior y disfrutarlo... se relamía, e intentó mordisquear al igual que él su cuello pero sabía como hacerlo y no podía hacer otra cosa que disfrutar de aquello... logró que su miembro quedase a la vista, solo un poco ya que no le dejaba bajarle más la prenda de ropa pero lo sentía, duro, frotarse contra su sexo de una manera incontrolada al igual que ella se movía sobre él... sin cerrar los ojos...
-¿Solo vas...a meterme el dedo? Ah...que jugamos...tendremos que jugar también contigo...porque no creas que solo vas a hacerlo tú, me da igual que no te agrade, pero te dije que no te lo voy a poner nada fácil, ahora mismo estoy a tu merced pero cuando lo estés a la mía no pienso dejar ni una parte de tu cuerpo por recorrer y hacerte todas las cosas prohibidas que se me ocurran...-su mano lo atrajo por la nuca hacia sí para susurrarle aquello al oído, muchos se asomaron a mirar la escena e incluso se tocaban imaginando ser el afortunado que estuviese haciéndole eso a la chica, los miró de reojo y se alzó un tanto para que él tuviese plena vista y accediese a sus pechos con su boca, casi quería obligarle a ello.- Me encanta jugar, pequeño ángel... ¿quién saldrá vivo de esto? Y ya puedes pagar... tu noche ha comenzado.,-lamió sus labios seguido de una risa, una risa que inundó el bar.
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Re: Sangre, Sudor & Lágrimas
El dedo que le introduje en el ano empezé a moverlo a medida que ella movía sus propias caderas para estimularse, claro que la fuerza con la que se lo metía no podía compararse. Algunas veces me daba por ser sensible y suave, esta no iba a ser una de ellas. Simplemente no me apetecía ser así con esa puta, me había puesto increiblemente cachondo con sus movimientos cosa que no pude pasar por alto y por ello no iba a ser bueno con ella en ningún momento. Para que mentirme a mi mismo, en muy extrañas ocasiones resultaba delicado en la cama. Mi instinto me llevaba a morder, arañar y torturar a aquellos que caían en mis brazos por puro placer. El placer de oir gritar y gemir. Un placer totalmente distinto al que sentía en mis épocas más oscuras, haciendo cosas de las que no estaba demasiado orgulloso. De las que prefería nisiquiera acordarme o corría el riesgo de aguar ese momento.
Le dí una nalgada con la mano libre afirmandome así que volvía a concentrarme en el juego, observando que para entonces me había puesto sus pechos en bandeja. Bastante apetecibles cabe decir. Y sin pensarlo agarré uno con una mano, estrujandolo, moviendolo tan descaradamente como movía el dedo en su interior. Dedo que pronto tuvo la compañía de otro que la penetró, hasta el fondo sin esperar a que se acostumbrara o algo parecido sino moviendose con rapidez. Ya se notaba que se acostumbraba rápido a aquello.
Me aparté ligeramente de su cuerpo y apoyé mi espalda contra el sofá, cómodamente, de manera que pudiera tener una completa visión del cuerpo ajeno montado en ese momento sobre el mío. En ningún momento dejé de tocarla. - Te correrás antes de que puedas darte cuenta ¿podrás conseguirlo tú? - sonreí desafiante y dí una leve embestida a la mano que agarraba mi miembro para que notara que se ponía cada vez más grande y duro. - Y claro que vas a poder jugar conmigo, sin embargo, eso será cuando yo acabe contigo. Para entonces no podrás mantenerte ni de pie pero te invito a intentarlo - otro desafio que cayó en la cuenta que acababa de empezar a sumarse entre ellos.
Introduje un tercer dedo, ahora notando que empezaba a resultarme algo más dificil el moverlos pero no por ello deteniendome. Tenía la suficiente fuerza como para desgarrarla y en el caso de que fuese necesario no dudaría en hacerlo - Puedo meterte la mano por el culo, no me tientes - di un apretón al seno que mi mano mantenía agarrado, con soberana fuerza más un tanto por ciento muy pequeño de la que en verdad poseía. Me concentré en su pezón el cual empezé a estirar hacia mi, retorciendolo con esos simples dedos como si se tratara de una peonza para luego soltarlo, movimiento que realizé sucesivas veces intercalando el pezón derecho con el izquierdo.
Posiblemente tardaría en hacer llorar a esa belleza de mujer pero lo conseguiría, tenía claro que conseguiría hacerle disfrutar y sentir cosas que hasta el momento ningún otro hombre habría echo. Ni sabía cuantos hombres habrían pasado por su vida ni me importaba en lo más mínimo.
- ¿Qué? ¿Te gusta? - incliné ligeramente mi cuerpo hacia delante para volver a darle un fuerte mordisco en el cuello. Dándole a entender con aquello que si quería que atendiera sus pechos con esa misma boca tendría que suplicarmelo o mejor dicho, rogarmelo. - ¡Vamos! Que puedes hacerlo mejor - saque mis tres dedos de golpe de su ano solo para azotarla con fuerza al mismo tiempo que le retorcía al máximo uno de sus pezones y le clavaba mis colmillos, todavía sin sacarle ni una gota de sangre. Únicamente para hacerla sufrir con ese roce puntiagudo.
Volví a introducir esta vez cuatro dedos, anunciandole que como bien le había dicho la mano entera me cabía perfectamente ahí dentro. Y si no cabía yo mismo le haría sitio; eso también podía considerarse como una amenaza.
Le dí una nalgada con la mano libre afirmandome así que volvía a concentrarme en el juego, observando que para entonces me había puesto sus pechos en bandeja. Bastante apetecibles cabe decir. Y sin pensarlo agarré uno con una mano, estrujandolo, moviendolo tan descaradamente como movía el dedo en su interior. Dedo que pronto tuvo la compañía de otro que la penetró, hasta el fondo sin esperar a que se acostumbrara o algo parecido sino moviendose con rapidez. Ya se notaba que se acostumbraba rápido a aquello.
Me aparté ligeramente de su cuerpo y apoyé mi espalda contra el sofá, cómodamente, de manera que pudiera tener una completa visión del cuerpo ajeno montado en ese momento sobre el mío. En ningún momento dejé de tocarla. - Te correrás antes de que puedas darte cuenta ¿podrás conseguirlo tú? - sonreí desafiante y dí una leve embestida a la mano que agarraba mi miembro para que notara que se ponía cada vez más grande y duro. - Y claro que vas a poder jugar conmigo, sin embargo, eso será cuando yo acabe contigo. Para entonces no podrás mantenerte ni de pie pero te invito a intentarlo - otro desafio que cayó en la cuenta que acababa de empezar a sumarse entre ellos.
Introduje un tercer dedo, ahora notando que empezaba a resultarme algo más dificil el moverlos pero no por ello deteniendome. Tenía la suficiente fuerza como para desgarrarla y en el caso de que fuese necesario no dudaría en hacerlo - Puedo meterte la mano por el culo, no me tientes - di un apretón al seno que mi mano mantenía agarrado, con soberana fuerza más un tanto por ciento muy pequeño de la que en verdad poseía. Me concentré en su pezón el cual empezé a estirar hacia mi, retorciendolo con esos simples dedos como si se tratara de una peonza para luego soltarlo, movimiento que realizé sucesivas veces intercalando el pezón derecho con el izquierdo.
Posiblemente tardaría en hacer llorar a esa belleza de mujer pero lo conseguiría, tenía claro que conseguiría hacerle disfrutar y sentir cosas que hasta el momento ningún otro hombre habría echo. Ni sabía cuantos hombres habrían pasado por su vida ni me importaba en lo más mínimo.
- ¿Qué? ¿Te gusta? - incliné ligeramente mi cuerpo hacia delante para volver a darle un fuerte mordisco en el cuello. Dándole a entender con aquello que si quería que atendiera sus pechos con esa misma boca tendría que suplicarmelo o mejor dicho, rogarmelo. - ¡Vamos! Que puedes hacerlo mejor - saque mis tres dedos de golpe de su ano solo para azotarla con fuerza al mismo tiempo que le retorcía al máximo uno de sus pezones y le clavaba mis colmillos, todavía sin sacarle ni una gota de sangre. Únicamente para hacerla sufrir con ese roce puntiagudo.
Volví a introducir esta vez cuatro dedos, anunciandole que como bien le había dicho la mano entera me cabía perfectamente ahí dentro. Y si no cabía yo mismo le haría sitio; eso también podía considerarse como una amenaza.
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Re: Sangre, Sudor & Lágrimas
Cerró un ojo al notar como introducía un nuevo dedo dentro, solo de pensar en que no iba a detenerse temía a la par que la excitaba... no era como los clientes a los que acostumbraba, este hombre tenía otro toque, otro toque diferente y sabía bien lo qué quería y cómo lo quería, más a su favor porque se lo daría todo... le había llamado la atención, muchísimo además.
A cada nalgada que le regalaba se deshacía en un breve ronroneo y una suave risa, cada vez más alzada. ¿Dudaba de sus capacidades? Así que aquel muchachito tendría que darle de beber de su propia medicina, la mano que no tocaba su miembro le tomó de la barbilla para que la mirase incluso más fijamente de lo que podía ya hacerlo.
-¿Cómo podré jugar entonces si acabas conmigo? aunque así fuera, no dejaré que lo hagas... ¿porqué? porque quiero jugar, quiero disfrutarte y aunque me termines atravesando con tu puño seguiré dispuesta a por más ¿no quieres eso? porque yo sí...soy muy avariciosa y muy egoísta, lo quiero todo para mí sola... pero creo que hablar no va a ayudar a calmar nada...-sonrió de forma cínica sintiendo como cada vez aquel orificio se abría a su paso y de sus labios no podían salir otra cosa que no fueran gemidos, dos de sus dedos los pasó por sus labios, como tentándolo...pero ella quién era tentada ahora mismo.
Sus pezones se erizaron enseguida a aquel brusco movimiento y ella, era la que marcaba el ritmo también con sus caderas, las cuales se movían ahora a un compás considerable, teniendo en cuenta que tres de los dedos del joven se encontraban dentro de ella, se mordió los labios con una suave mueca de dolor que no podía ser si no otra cosa entre una mezcla de satisfacción, dolor y deseo... sobre todo deseo, le gustaba, le encantaba sentirse poseída y ver disfrutar a su cliente, como bien era este caso.
-Más...más te va a gustar a ti cuando no para de moverme sobre tu cuerpo...-¿mejor? abrió los ojos de golpe al sentir esos cuatro dedos y gimió de dolor, un gemido que se iba aumentando por cada embestida y aquel mordisco no hizo otra cosa que hacerla gritar entre risas, dolía... y mucho pero su cuerpo reaccionó queriendo más, es más, él pudo notar como de repente se mojó completamente incluso llenando la ropa del acompañante.- Quiero que sigas... quiero más...-una suave lágrima descendió por su mejilla, pero aquella sonrisa no desaparecía, muchos agolpados en la puerta que incluso animaban a que siguiesen y eso que acababan de empezar... le quedaría marca de aquel mordisco, seguramente... pero sus senos... esos senos quedaron totalmente erectos, deseando ser atendidos pero si no suplicaba no iba a ser así- ¿A qué esperas? quiero que me hagas gemir, gritar y retorcerme de placer ¿Acaso es lo único que sabes hacer?-
Fue ella quién con la fuerza que le quedaba que era mucha , ya que parecía frágil pero no lo era en absoluto, le dio una bofetada , sí... no sabía si eso le cabrearía pero para rematar le tomó del cuello de forma firme, no era como las demás y eso estaba por verlo... lo provocaba con las palabras al igual que aquellos movimientos que no cesaban si él supiera... se movía mucho más rápido que eso, era un aperitivo... el cual era el espectáculo del burdel aquel anochecer...
A cada nalgada que le regalaba se deshacía en un breve ronroneo y una suave risa, cada vez más alzada. ¿Dudaba de sus capacidades? Así que aquel muchachito tendría que darle de beber de su propia medicina, la mano que no tocaba su miembro le tomó de la barbilla para que la mirase incluso más fijamente de lo que podía ya hacerlo.
-¿Cómo podré jugar entonces si acabas conmigo? aunque así fuera, no dejaré que lo hagas... ¿porqué? porque quiero jugar, quiero disfrutarte y aunque me termines atravesando con tu puño seguiré dispuesta a por más ¿no quieres eso? porque yo sí...soy muy avariciosa y muy egoísta, lo quiero todo para mí sola... pero creo que hablar no va a ayudar a calmar nada...-sonrió de forma cínica sintiendo como cada vez aquel orificio se abría a su paso y de sus labios no podían salir otra cosa que no fueran gemidos, dos de sus dedos los pasó por sus labios, como tentándolo...pero ella quién era tentada ahora mismo.
Sus pezones se erizaron enseguida a aquel brusco movimiento y ella, era la que marcaba el ritmo también con sus caderas, las cuales se movían ahora a un compás considerable, teniendo en cuenta que tres de los dedos del joven se encontraban dentro de ella, se mordió los labios con una suave mueca de dolor que no podía ser si no otra cosa entre una mezcla de satisfacción, dolor y deseo... sobre todo deseo, le gustaba, le encantaba sentirse poseída y ver disfrutar a su cliente, como bien era este caso.
-Más...más te va a gustar a ti cuando no para de moverme sobre tu cuerpo...-¿mejor? abrió los ojos de golpe al sentir esos cuatro dedos y gimió de dolor, un gemido que se iba aumentando por cada embestida y aquel mordisco no hizo otra cosa que hacerla gritar entre risas, dolía... y mucho pero su cuerpo reaccionó queriendo más, es más, él pudo notar como de repente se mojó completamente incluso llenando la ropa del acompañante.- Quiero que sigas... quiero más...-una suave lágrima descendió por su mejilla, pero aquella sonrisa no desaparecía, muchos agolpados en la puerta que incluso animaban a que siguiesen y eso que acababan de empezar... le quedaría marca de aquel mordisco, seguramente... pero sus senos... esos senos quedaron totalmente erectos, deseando ser atendidos pero si no suplicaba no iba a ser así- ¿A qué esperas? quiero que me hagas gemir, gritar y retorcerme de placer ¿Acaso es lo único que sabes hacer?-
Fue ella quién con la fuerza que le quedaba que era mucha , ya que parecía frágil pero no lo era en absoluto, le dio una bofetada , sí... no sabía si eso le cabrearía pero para rematar le tomó del cuello de forma firme, no era como las demás y eso estaba por verlo... lo provocaba con las palabras al igual que aquellos movimientos que no cesaban si él supiera... se movía mucho más rápido que eso, era un aperitivo... el cual era el espectáculo del burdel aquel anochecer...
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Re: Sangre, Sudor & Lágrimas
Para mi sorpresa no tardé mucho en ver una pequeña lágrima recorrer su rostro, gesto que me complació en sobremanera haciendo que mi miembro se endureciera otro poco más. No tardé en acercarme para lamerla con mi lengua y aprovechando el momento también mordí su mejilla; estirandola hacia mi. Mi grito hizo el efecto que quería en ella pues pude notar como a parte de erectarse más sus pezones su cuerpo también se estremecía, ponía más empeño en ello. Esa lágrima era la clara prueba de ello. La estaba haciendo llegar al límite aunque no lo admitiera y eso solo era la mitad de una primera ronda. Ronda que por lo que estaba notando en mi pantalón no tardaría mucho en acabar; humedad era lo que notaba pues estaba completamente húmeda.
Bajé la vista hacia allí para observar un poco como estaba la zona encontrándome con el panorama de mi miembro erecto y sus bragas perdidamente mojadas. Podía verse la mancha y ciertamente me daban ganas de tocarla para hacerle sufrir más, sin embargo, me aguanté las ganas.
Moví con más fuerza sus manos ante el ruego, estremeciendose mi cuerpo tras la cachetada recibida. Ese gesto hizo que mi liquido preseminal empezara a brotar del glande, ya podía afirmar que ambos nos habíamos humedecidos. Con esto le había dejado claro que era un perfecto masoquista en ese tipo de juegos, claro que, en otras situaciones los golpes los devolvía por doble. En cierto modo también pensaba devolverle esa cachetada. Introduje hasta lo más hondos aquellos cuatro dedos que permanecían en su interior, hasta que noté como su ano se ensanchaba claro que aquello no había acabado.
Me relamí los labios ligeramente y abrí los ojos, mirandola fijamente junto a una sonrisa socarrona - ¿Acabará tan pronto el juego? - dí un movimiento de pelvis de manera que mi miembro se frotara con su mano y también con su entrepierna húmeda; dándole a entender que sabía como estaba por esos lugares. Entonces una pequeña idea se me vino a la mente, al parecer no le desagradaba la idea de que "jugara" un poco más con su ano así que provaría unas cuantas cosas que tal vez profundizaría más hondo al estar en privado.
Me incliné hasta uno de sus pezones, haciendo que ella apoyara su espalda en la mesa mientras yo los atendía. Mordía uno mientras acariciaba el otro simultaneamente, así hasta que ambos los hube casi perforado con mis colmillos. Algo de dolor añadido al que seguramente estaría sintiendo en su trasero.
No tardé en volverla a pegar a mi cuerpo, llevando la mano que ahora estaba libre hacia su nalga para azotarla con fuerza. Apoyé y mentón sobre su hombro para observar la zona afectada, notando ese color rojizo sobre la piel blanca. Después de unos cuantos meneos más por parte de mis dedos los saqué del lugar, acariciando ahora las nalgas con ambas manos. - Vamos a jugar - reí ligeramente y uno de mis brazos se estiró hasta coger uno de los vasos que había en la mesa. Un vaso de tubo que ya estaba allí cuando llegué y en el que al parecer habían bebido cerbeza, eso deduje por los rastros que quedaban. Necesitaría algo de preparación por lo que dejé de nuevo el objeto sobre la mesa y dirigí mis "instrumentos" hacía el lugar requerido. Se deslizaron hasta meterse entre las nalgas, palpando ese pequeño agujerito que dentro de poco se ensancharía precisamente porque con ambas manos lo agarré, estirando con cada una de ellas hacia su correspondiente lado. Al principio solo lo agarré con un par de dedos por cada lado pero no tardé mucho en poner uno más; ejerciendo así la máxima fuerza que me permitía utilizar en esos casos.
Jugué durante unos minutos, agrandandolo y volviendolo a su lugar original sin introducirle nada dentro. Quería que notara como tenía el agujero abierto; como no le entraba otra cosa que no fuese aire. Tras unos segundos cuando consideré que ya debía estar lo suficientemente ensanchado lo solté con una de las manos y fui a por ese vaso que esperaba impaciente. Baso que no dudé en introducir por su parte baja. Me costó un tanto pero cuando ya estuvo el inicio pude empezar a meterlo con suavidad y lentitud, obviamente, por el momento no tendría gracia que fuese de golpe - ¿Qué tal cielo? Si te duele mucho tú me avisas - susurré junto a su oído -el cual mordí- y con una cierta ironía en mis palabras pues eran todo lo contrario a amables.
Por el momento solo estaban unos milimetros más que la punta, esperando por su reacción; entonces decidiría como continuar.
Bajé la vista hacia allí para observar un poco como estaba la zona encontrándome con el panorama de mi miembro erecto y sus bragas perdidamente mojadas. Podía verse la mancha y ciertamente me daban ganas de tocarla para hacerle sufrir más, sin embargo, me aguanté las ganas.
Moví con más fuerza sus manos ante el ruego, estremeciendose mi cuerpo tras la cachetada recibida. Ese gesto hizo que mi liquido preseminal empezara a brotar del glande, ya podía afirmar que ambos nos habíamos humedecidos. Con esto le había dejado claro que era un perfecto masoquista en ese tipo de juegos, claro que, en otras situaciones los golpes los devolvía por doble. En cierto modo también pensaba devolverle esa cachetada. Introduje hasta lo más hondos aquellos cuatro dedos que permanecían en su interior, hasta que noté como su ano se ensanchaba claro que aquello no había acabado.
Me relamí los labios ligeramente y abrí los ojos, mirandola fijamente junto a una sonrisa socarrona - ¿Acabará tan pronto el juego? - dí un movimiento de pelvis de manera que mi miembro se frotara con su mano y también con su entrepierna húmeda; dándole a entender que sabía como estaba por esos lugares. Entonces una pequeña idea se me vino a la mente, al parecer no le desagradaba la idea de que "jugara" un poco más con su ano así que provaría unas cuantas cosas que tal vez profundizaría más hondo al estar en privado.
Me incliné hasta uno de sus pezones, haciendo que ella apoyara su espalda en la mesa mientras yo los atendía. Mordía uno mientras acariciaba el otro simultaneamente, así hasta que ambos los hube casi perforado con mis colmillos. Algo de dolor añadido al que seguramente estaría sintiendo en su trasero.
No tardé en volverla a pegar a mi cuerpo, llevando la mano que ahora estaba libre hacia su nalga para azotarla con fuerza. Apoyé y mentón sobre su hombro para observar la zona afectada, notando ese color rojizo sobre la piel blanca. Después de unos cuantos meneos más por parte de mis dedos los saqué del lugar, acariciando ahora las nalgas con ambas manos. - Vamos a jugar - reí ligeramente y uno de mis brazos se estiró hasta coger uno de los vasos que había en la mesa. Un vaso de tubo que ya estaba allí cuando llegué y en el que al parecer habían bebido cerbeza, eso deduje por los rastros que quedaban. Necesitaría algo de preparación por lo que dejé de nuevo el objeto sobre la mesa y dirigí mis "instrumentos" hacía el lugar requerido. Se deslizaron hasta meterse entre las nalgas, palpando ese pequeño agujerito que dentro de poco se ensancharía precisamente porque con ambas manos lo agarré, estirando con cada una de ellas hacia su correspondiente lado. Al principio solo lo agarré con un par de dedos por cada lado pero no tardé mucho en poner uno más; ejerciendo así la máxima fuerza que me permitía utilizar en esos casos.
Jugué durante unos minutos, agrandandolo y volviendolo a su lugar original sin introducirle nada dentro. Quería que notara como tenía el agujero abierto; como no le entraba otra cosa que no fuese aire. Tras unos segundos cuando consideré que ya debía estar lo suficientemente ensanchado lo solté con una de las manos y fui a por ese vaso que esperaba impaciente. Baso que no dudé en introducir por su parte baja. Me costó un tanto pero cuando ya estuvo el inicio pude empezar a meterlo con suavidad y lentitud, obviamente, por el momento no tendría gracia que fuese de golpe - ¿Qué tal cielo? Si te duele mucho tú me avisas - susurré junto a su oído -el cual mordí- y con una cierta ironía en mis palabras pues eran todo lo contrario a amables.
Por el momento solo estaban unos milimetros más que la punta, esperando por su reacción; entonces decidiría como continuar.
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Re: Sangre, Sudor & Lágrimas
Sentir su miembro duro sobre sobre su mano le hizo estremecerse aún más, no podía dejar de mover las caderas puesto que estaba mojada y mucho, su respiración se entrecortaba. Así que aquello de la cachetada le gustó, una sonrisa muy maliciosa apareció en su rostro, lo que había notado era la fuerza de aquel joven e incluso el impetu brusco que tanto le había llamado la atención...Negó a su pregunta, no iba a acabar pronto el juego, ella se encargaría de que siguiese aquello, aquella incertidumbre de saber qué iba o no iba a pasar. Él no paraba de provocarla con sus movimientos pélvicos, la apoyó y ella se dejó hacer mostrándose por completo, o casi al completo...sus pezones lo apuntaban dándole a entender que él tenía que calmar todo aquello y aquella ropa interior... dio un grito al notar aquella presión que aparte de dolor le daba un placer inmejorable, por lo que ronroneó, haciendo incluso presión en su nuca para atraerlo todo lo que pudo más hacia sí...se relamió los labios queriendo más, sus piernas se abrieron un tanto para notar más próximo el cuerpo del extraño que tanto placer como dolor le estaba dando.
La respiración entrecortada se juntaba con esos ronroneos que le estaba regalando, sus caderas no podían dejar de moverse, aquellos dedos la estaban haciendo perder el juicio pero... ¿qué era eso que quería hacer ahora? Al ver de reojo que era un vaso largo se echó a reír mirándole desafiante, preguntando con la mirada si era verdad que iba a atreverse de hacerle eso....
No iba a quedar todo ahí, sabía lo que haría... y dejándolo hacer llegó el momento, aquel cristal se introdujo en ella y no pudo hacer otra cosa que apoyar ambas manos en el pecho de él y clavar sus uñas, desquebrajándole la piel sin darse cuenta... dos lágrimas cruzaron de nuevo su rostro pero aún así ella misma hacía presión con sus caderas... las cuales no paraban quietas sobre él, todo el mundo era espectador y eso le hacía incluso ponerle la piel de gallina.
Entreabrió los labios, relamiéndose... no dijo si le dolía o no...solo quería seguir y sus caderas por increíble que pudiese, se empezaron a mover incluso más deprisa como si realmente estuviesen haciéndolo allí mismo, una risa salió de su garganta, tan ahogada como sus jadeos pero sí, se lo preguntó.
-Así que te vales de otras cosas para no tener que usar esto que tenemos...aquí ¿no? Es que... no sabes... ¿Verdad? -lo provocó haciendo presión con toda la mano y moviéndolo con la misma fuerza con la que se movía sobre él... aquel arañazo se podía notar en su pecho... el cual... ella al inclinarse, lo lamió... varias veces mordisqueándolo después con cierta fuerza...
La respiración entrecortada se juntaba con esos ronroneos que le estaba regalando, sus caderas no podían dejar de moverse, aquellos dedos la estaban haciendo perder el juicio pero... ¿qué era eso que quería hacer ahora? Al ver de reojo que era un vaso largo se echó a reír mirándole desafiante, preguntando con la mirada si era verdad que iba a atreverse de hacerle eso....
No iba a quedar todo ahí, sabía lo que haría... y dejándolo hacer llegó el momento, aquel cristal se introdujo en ella y no pudo hacer otra cosa que apoyar ambas manos en el pecho de él y clavar sus uñas, desquebrajándole la piel sin darse cuenta... dos lágrimas cruzaron de nuevo su rostro pero aún así ella misma hacía presión con sus caderas... las cuales no paraban quietas sobre él, todo el mundo era espectador y eso le hacía incluso ponerle la piel de gallina.
Entreabrió los labios, relamiéndose... no dijo si le dolía o no...solo quería seguir y sus caderas por increíble que pudiese, se empezaron a mover incluso más deprisa como si realmente estuviesen haciéndolo allí mismo, una risa salió de su garganta, tan ahogada como sus jadeos pero sí, se lo preguntó.
-Así que te vales de otras cosas para no tener que usar esto que tenemos...aquí ¿no? Es que... no sabes... ¿Verdad? -lo provocó haciendo presión con toda la mano y moviéndolo con la misma fuerza con la que se movía sobre él... aquel arañazo se podía notar en su pecho... el cual... ella al inclinarse, lo lamió... varias veces mordisqueándolo después con cierta fuerza...
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Re: Sangre, Sudor & Lágrimas
Las palabras de la chica podía notar perfectamente como querían provocarme. Y no iba a conseguirlo, no era fácil de exaltar ni provocar. Tampoco necesitaba provocarme. Si quería que fuese más bravo solo tenía que pedirlo por esa boca y en cierto modo lo había pedido, de manera camuflada, pero lo había echo. Y no me negué a ello pues empezé a introducir lo que quedaba de vaso dentro de su agujero, con el mínimo cuidado de que no se le metiera del todo. Podía ser rudo pero ello no quitaba que por un simple polvo matara a mis acompañantes, siempre mantenía una mínima de consciencia. Aunque en mi esa palabra suene extraña por mis actos pues si, si tenía una. Pequeña y posiblemente escondida en mi subconsciente pero la tenía.
El olor exquisito de la sangre fue entonces cuando empezó a llegarme al olfato. Miré de reojo en la sala pero tal y como pensaba no podía ser de nadie más. La penetración había acabado por hacer mella en su cuerpo y no esperaba menos. ¿Sádico? Tal vez pero ella tampoco me lo había impedido, ni se veía aterrorizada. Todo lo contrario. Le gustaba. Y eso me gustaba.
Sonreí, separandome sin soltar el objeto que la penetraba pero si poniendo la otra mano sobre su cintura. Acerqué mi rostro y mi lengua lamió una de sus lágrimas, más como algo sexual que afectivo, obviamente. Si carecía de sentimientos habitualmente en un momento como ese todavía más. - ¿Conseguiré superar tu prueba? Esto de aquí me dice que si - sonreí ligeramente al mismo tiempo que uno de mis dedos se aventuraba a acariciar por sobre la tela de su ropa interior que permanecía completamente húmeda ante los fluídos que, posiblemente, tendría escondidos. Esos fluidos que ella si que no había sido capaz de ocultar. Si algo sabía del cuerpo de una mujer es que era sumamente sincero hasta en los peores momentos. Y desdeluego no todas las mujeres aguantarían un momento como aquel de la manera en que ella lo hacía.
La penetración empezó a hacerse más constante y a medida que pasaban los segundos movía mi mano con más rapidez. Con más fuerza. Mordí su cuello, de nuevo, dejando otra marca y volviendo a pegar su pecho al mio. Frotando a proposito sus pezones contra mi cuerpo. - Sé que te gusta, cariño, pero recuerda que aquí también hay algo que necesita atenciones - llevé mi mano hasta la que tenía ella sobre mi miembro y la moví ligeramente hacia arriba. Un leve escalofrío me recorrió el cuerpo, no lo demostré en ningún momento pero así fue, me estremecí. Se podía notar que al igual que ella no me faltaba mucho para llegar al orgasmo.
El olor exquisito de la sangre fue entonces cuando empezó a llegarme al olfato. Miré de reojo en la sala pero tal y como pensaba no podía ser de nadie más. La penetración había acabado por hacer mella en su cuerpo y no esperaba menos. ¿Sádico? Tal vez pero ella tampoco me lo había impedido, ni se veía aterrorizada. Todo lo contrario. Le gustaba. Y eso me gustaba.
Sonreí, separandome sin soltar el objeto que la penetraba pero si poniendo la otra mano sobre su cintura. Acerqué mi rostro y mi lengua lamió una de sus lágrimas, más como algo sexual que afectivo, obviamente. Si carecía de sentimientos habitualmente en un momento como ese todavía más. - ¿Conseguiré superar tu prueba? Esto de aquí me dice que si - sonreí ligeramente al mismo tiempo que uno de mis dedos se aventuraba a acariciar por sobre la tela de su ropa interior que permanecía completamente húmeda ante los fluídos que, posiblemente, tendría escondidos. Esos fluidos que ella si que no había sido capaz de ocultar. Si algo sabía del cuerpo de una mujer es que era sumamente sincero hasta en los peores momentos. Y desdeluego no todas las mujeres aguantarían un momento como aquel de la manera en que ella lo hacía.
La penetración empezó a hacerse más constante y a medida que pasaban los segundos movía mi mano con más rapidez. Con más fuerza. Mordí su cuello, de nuevo, dejando otra marca y volviendo a pegar su pecho al mio. Frotando a proposito sus pezones contra mi cuerpo. - Sé que te gusta, cariño, pero recuerda que aquí también hay algo que necesita atenciones - llevé mi mano hasta la que tenía ella sobre mi miembro y la moví ligeramente hacia arriba. Un leve escalofrío me recorrió el cuerpo, no lo demostré en ningún momento pero así fue, me estremecí. Se podía notar que al igual que ella no me faltaba mucho para llegar al orgasmo.
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Re: Sangre, Sudor & Lágrimas
Un grito salió de su boca, aquello le había dañado y un fino hilo de sangre recorrió sus nalgas hasta incluso salpicar al joven, la mano que no tocaba su miembro se deslizó sinuosa hasta el lugar en cuestión y recogió un tanto de su sangre, aún entre jadeos de dolor... incluso en momentos como ese...tenía ganas de todo y más, sonriente le mostró el dedo índice... el cual mostraba un hilo más pequeño carmesí, no se lo pensó... ella como le había dicho quería jugar y así fue, se lo acercó a los labios para que lo probase y acto seguido lamerle éstos, no podían saber mejor..
Su cuerpo no podía de dejar de moverse sobre él, quería disfrutar más...era todo un aperitivo ahora vendría el plato fuerte. Cerró los ojos cuando el maldito empezó a entrar en ella con sus dedos... cerró los ojos muerta de placer, quería que siguiese y así se lo indicó sus caderas, se relamió notando la presión que cada vez tenía más de su miembro y no podía dejar de acariciarle, solo que... no se conformaba con eso... pero de la manera en la que estaba no podía hacer otra cosa, se lo iba a hacer pagar con creces... se relamió bajando un tanto más su vestido hasta quedar atrancado en su cintura y así, que pudiese ver no solo sus colmados y perfectos pechos niveos, ahora endurecidos por su culpa
-¿Y quién te ha dicho, mi ángel, que no voy a hacerte cositas en cierto lugar? En cuanto me sea posible voy a hacerte ver no las estrellas, el firmamento...haré lo que quieras... -movía sus caderas con solturas, como un baile eterno y verdaderamente diabólico a este paso no iba a tardar en explotar en un intenso orgasmo, apretó los dientes, como movía esos dedos... que bien sabía lo que hacía, empezaba a dudar si en ese juego era él el que pudiese disfrutar... incluso un hilo de saliva se le escapó, saliendo de la comisura de los labios, echando hacia atrás la cabeza... su mano no podía dejar de moverla sobre su miembro, hacienddo un tanto de fuerza... sin soltarlo, la mano que antes le había dado de beber... se la llevó a los labios humedeciéndose los dedos de forma que aquella saliva se impregnase en la zona de él... su dedo índice jugó con la punta de su sexo... estimulándole , sintiendo como aquello tomaba unas formas que ni en sueños se hubiese pensado que tenía escondido... alzó un tanto las caderas para hacerse hueco con su miembro, quería metérselo dentro, disfrutar el doble... correrse de una maldita vez, solo de pensar en qué sentiría si hiciese eso... gimió con más fuerza, aquella presión de sus pechos le encantaba, se endurecían más acariciando el pecho duro del chico, de tacto frío... en vez de sorprenderle le creaba adicción por lo que quería más y más...
No podía más, lo haría, unos cuantos movimientos de caderas más y explotó, explotó en su mano ...aquel orgasmo inundó parte de su mano y relamiéndose abrió aquellos ojos color café se clavaron en los suyos mientras se relamía...
-Quiero que riegues mi boca...así que ya sabes, suéltame de una vez...-intentó deslizarse entre sus piernas para realizar lo que le había dicho...quería descubrir como sabía.
Su cuerpo no podía de dejar de moverse sobre él, quería disfrutar más...era todo un aperitivo ahora vendría el plato fuerte. Cerró los ojos cuando el maldito empezó a entrar en ella con sus dedos... cerró los ojos muerta de placer, quería que siguiese y así se lo indicó sus caderas, se relamió notando la presión que cada vez tenía más de su miembro y no podía dejar de acariciarle, solo que... no se conformaba con eso... pero de la manera en la que estaba no podía hacer otra cosa, se lo iba a hacer pagar con creces... se relamió bajando un tanto más su vestido hasta quedar atrancado en su cintura y así, que pudiese ver no solo sus colmados y perfectos pechos niveos, ahora endurecidos por su culpa
-¿Y quién te ha dicho, mi ángel, que no voy a hacerte cositas en cierto lugar? En cuanto me sea posible voy a hacerte ver no las estrellas, el firmamento...haré lo que quieras... -movía sus caderas con solturas, como un baile eterno y verdaderamente diabólico a este paso no iba a tardar en explotar en un intenso orgasmo, apretó los dientes, como movía esos dedos... que bien sabía lo que hacía, empezaba a dudar si en ese juego era él el que pudiese disfrutar... incluso un hilo de saliva se le escapó, saliendo de la comisura de los labios, echando hacia atrás la cabeza... su mano no podía dejar de moverla sobre su miembro, hacienddo un tanto de fuerza... sin soltarlo, la mano que antes le había dado de beber... se la llevó a los labios humedeciéndose los dedos de forma que aquella saliva se impregnase en la zona de él... su dedo índice jugó con la punta de su sexo... estimulándole , sintiendo como aquello tomaba unas formas que ni en sueños se hubiese pensado que tenía escondido... alzó un tanto las caderas para hacerse hueco con su miembro, quería metérselo dentro, disfrutar el doble... correrse de una maldita vez, solo de pensar en qué sentiría si hiciese eso... gimió con más fuerza, aquella presión de sus pechos le encantaba, se endurecían más acariciando el pecho duro del chico, de tacto frío... en vez de sorprenderle le creaba adicción por lo que quería más y más...
No podía más, lo haría, unos cuantos movimientos de caderas más y explotó, explotó en su mano ...aquel orgasmo inundó parte de su mano y relamiéndose abrió aquellos ojos color café se clavaron en los suyos mientras se relamía...
-Quiero que riegues mi boca...así que ya sabes, suéltame de una vez...-intentó deslizarse entre sus piernas para realizar lo que le había dicho...quería descubrir como sabía.
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Re: Sangre, Sudor & Lágrimas
Mi verga sufrió una ligera sacudida cuando sentí el orgasmo de la chica. Su culo se apretó y no dejó que sacara hasta unos instantes después lo que la penetraba. Su sexo estaba completamente mojado, chorreando sobre mis pantalones y si bien mi pierna estaba cubierta por la ropa aún así pude sentir la humedad. Un orgasmo sin haberla tocado allí ¡Wow! Eso si tenía que ser frustante y al mismo tiempo satisfactorio. No sabía lo que podía sentir en ese momento, ni mucho menos, pero el echo es que si había llegado a correrse tan mal no lo debería estar pasando. En el fondo aunque nadie lo aceptara por pudor o miedo de lo que otros pudiesen pensar todos tenían una parte masoquista que salía durante el sexo. Una pequeña parte.
No dudé en retirarme de su interior y mis labios se curbaron en una ladina sonrisa al escucharla. Las palabras también eran importantes en el juego y ella sabía como jugar bien con ellas. Me relamí ligeramente los labios y solté el vaso que la había penetrado en el suelo, me importó poco que se rompiera. Simplemente lo solté. - Voy a cumplir tu deseo, por haber sido buena - mi voz no era del todo normal, era altiva y señalando que era yo el que tenía el poder en esa situación. Sí, como todo macho alfa. ¿Típico? Puede, pero me gustaba y eso era lo único que importaba. Y bueno, también le gustaba a ella.
La solté y bajé su cuerpo hasta que estubo de rodillas bajo la mesa, al mismo tiempo que abría mis piernas. En un impulso me agaché, agarrandola de el cabello para que alzara su rostro y besé sus labios con fiereza. La que podría tener cualquiera en ese momento.
Al volver a erguirme, sin soltarla, recorrí esos mismos labios con los dedos que anteriormente habían penetrado su ano y no tardé en meterselos. Un par exclusivamente. La recorrieron, explorando la cavidad y dejando que ella se recreara y su lengua jugara con ellos, como lo iba a hacer con su falo no mucho después. Rocé con las yemas sus dientes, provocandola. También sus colmillos y muelas. No quedó lugar de su boca que no recorriera, haciendole al mismo tiempo tragar el sabor de su propio cuerpo. Y mi sexo estaba completamente ya excitado, con el presemen saliendo lentamente de la punta.
- Vamos, aquí tienes lo que querías. Ahora haz un buen trabajo - saqué los dedos y con la mano que agarraba su cabello acerqué el rostro hasta el falo. No hasta pegarlo pero si hasta que la punta rozó la comisura de los labios ajenos. Provocandola al mismo tiempo que jugaba con ella. En mi rostro ya había desaparecido la sonrisa, aunque me estuviese divirtiendo, no era un hombre de muchas sonrisas. Solo cuando la situación y mi cuerpo lo requería.
No dudé en retirarme de su interior y mis labios se curbaron en una ladina sonrisa al escucharla. Las palabras también eran importantes en el juego y ella sabía como jugar bien con ellas. Me relamí ligeramente los labios y solté el vaso que la había penetrado en el suelo, me importó poco que se rompiera. Simplemente lo solté. - Voy a cumplir tu deseo, por haber sido buena - mi voz no era del todo normal, era altiva y señalando que era yo el que tenía el poder en esa situación. Sí, como todo macho alfa. ¿Típico? Puede, pero me gustaba y eso era lo único que importaba. Y bueno, también le gustaba a ella.
La solté y bajé su cuerpo hasta que estubo de rodillas bajo la mesa, al mismo tiempo que abría mis piernas. En un impulso me agaché, agarrandola de el cabello para que alzara su rostro y besé sus labios con fiereza. La que podría tener cualquiera en ese momento.
Al volver a erguirme, sin soltarla, recorrí esos mismos labios con los dedos que anteriormente habían penetrado su ano y no tardé en meterselos. Un par exclusivamente. La recorrieron, explorando la cavidad y dejando que ella se recreara y su lengua jugara con ellos, como lo iba a hacer con su falo no mucho después. Rocé con las yemas sus dientes, provocandola. También sus colmillos y muelas. No quedó lugar de su boca que no recorriera, haciendole al mismo tiempo tragar el sabor de su propio cuerpo. Y mi sexo estaba completamente ya excitado, con el presemen saliendo lentamente de la punta.
- Vamos, aquí tienes lo que querías. Ahora haz un buen trabajo - saqué los dedos y con la mano que agarraba su cabello acerqué el rostro hasta el falo. No hasta pegarlo pero si hasta que la punta rozó la comisura de los labios ajenos. Provocandola al mismo tiempo que jugaba con ella. En mi rostro ya había desaparecido la sonrisa, aunque me estuviese divirtiendo, no era un hombre de muchas sonrisas. Solo cuando la situación y mi cuerpo lo requería.
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Re: Sangre, Sudor & Lágrimas
Nunca antes había tenido un orgasmo tan intenso, la mayoría de las veces casi nunca los tenía solo se dejaba hacer y ya, fingía como la mejor actriz siempre y cuando sus acompañantes quedasen satisfechos, podía notar como entre sus brazos se estremecían...como pedían más y ella se lo daba pero eso sí, era bien sabido que Maia no solía recibir a cualquiera en sus aposentos, ella siempre elegía y él había sido el elegido para esa noche. Un orgasmo digno de un demonio y como le gustó, en vez de saciarla quería más...no se conformaba solo con eso ¿le haría explotar otra vez? Aquellos ojos que en determinadas ocasiones parecían inocentes cuando ella era la que estimulaba, cambiaban totalmente cuando disfrutaba y hace un par de minutos lo había hecho, lo había puesto todo perdido y no recordaba que hubiese estado así de mojada alguna vez... lo peor es que seguía estándolo y su sexo palpitaba lleno de fuerza y con más deseo que nunca...¿qué quería? Sentir aquello que había rozado porque si con un roce había logrado eso ¿cómo sería llenarle de él?
Sus palabras no pudieron complacerle más, quería probarlo...saber a que sabía aquel demonio de la tentación, ese aura que le había avisado que supiese donde se metía...la curiosidad pudió con todo lo demás y ahora se encontraba allí frente aquel miembro deseoso de ser devorado, era pefecto...de un gran considerable tamaño y por como sabía sus mordiscos en su piel aquello debía ser la gloria. Pero antes, probó aquella boca que le propinó un beso aún más tentador que su cuerpo, se lo estaba ofreciendo todo, el infierno entero y el paraíso a la vez... lo besó con la misma furia, deleitándose en todas las partes de su boca, uniendo su lengua con la suya en un baile digno de dos diablos, mordisqueó su labio inferior e incluso lamió sus dientes de lo más deseosa...que bien sabía...ahora sí que tenía curiosidad cómo sería lamer eso tan rico que le estaba esperando.
Sus dos manos tomaron el miembro, moviendo con una aquel lugar con maestría...dejándole ver que efectivamente no iba a quedar todo ahí, recibió sus dedos con ganas y jugó con ellos, mordiéndolos, succionando y recorrerlos con su lengua, disfrutando de su propio sabor y parte del ajeno...pero era la hora, tenía que hacerlo ¿un buen trabajo? Estaba hecho porque solo quería verlo estremecerse, su boca se entreabrió besando primero la punta, recorriéndolo a lo largo de arriba abajo solo con los labios, por entero... su lengua se atrevió a asomarse lo suficiente para que pudiese sentirla un tanto...haciéndose de rogar y por lo que una risa ahogada salió de su boca, mirándole a los ojos en todo momento, para ella eso era como un tesoro el cual tenía que cuidar y sacar brillo y claro que lo haría...
Su lengua, dejó su escondite para aventurarse sobre aquella piel dura...sustrayéndole su sabor, incitándole a más, mientras su cuerpo se movía bajo la mesa...su trasero más que nada, hacía eses sin poder evitarlo, pura provocación hasta que su boca se aventuró a introducirlo lentamente...era demasiado grande por lo que no lo introdujo del todo, como con sus dedos empezó a presionar con su lengua , moverse un tanto de forma más rítmica... aquellos labios succionaron su punta y la de su lengua se introdujo en aquella pequeña abertura, moviéndola de tal manera que el placer se intensificaría... de golpe y sin avisar, aquel miembro terminó oculto tocando incluso su garganta, las penetraciones se hicieron más constantes y de su propia garganta salió un gemido de satisfacción, aquel líquido preseminal empezó a navegar por su sentido del gusto y no podía estar más delicioso....
La mano libre que no ayudaba a mover el miembro , se tocaba los propios pechos porque éstos también le ayudarían más tarde a su labor, acercó uno de ellos a aquel lugar que le estaba simplemente enloqueciendo y su pezón duro fue directo a la punta , moviéndolo para estimularlo y su mano no dejaba de hacer el mismo movimiento constante de abajo hacia arriba...ahora era el turno de su boca, volvió a introducírselo pero a medida que lamía se fue sentando frente a él, abriendo las piernas para que la viese bien dentro de lo posible... se arqueó un tanto para que sus dos pechos quedasen entre aquel falo y su boca no dejase de lamer....ahora sí, empezó a moverse para que lo sintiese todo con aquella mirada que volvía a ofrecerle todo, todo y más.
Sus palabras no pudieron complacerle más, quería probarlo...saber a que sabía aquel demonio de la tentación, ese aura que le había avisado que supiese donde se metía...la curiosidad pudió con todo lo demás y ahora se encontraba allí frente aquel miembro deseoso de ser devorado, era pefecto...de un gran considerable tamaño y por como sabía sus mordiscos en su piel aquello debía ser la gloria. Pero antes, probó aquella boca que le propinó un beso aún más tentador que su cuerpo, se lo estaba ofreciendo todo, el infierno entero y el paraíso a la vez... lo besó con la misma furia, deleitándose en todas las partes de su boca, uniendo su lengua con la suya en un baile digno de dos diablos, mordisqueó su labio inferior e incluso lamió sus dientes de lo más deseosa...que bien sabía...ahora sí que tenía curiosidad cómo sería lamer eso tan rico que le estaba esperando.
Sus dos manos tomaron el miembro, moviendo con una aquel lugar con maestría...dejándole ver que efectivamente no iba a quedar todo ahí, recibió sus dedos con ganas y jugó con ellos, mordiéndolos, succionando y recorrerlos con su lengua, disfrutando de su propio sabor y parte del ajeno...pero era la hora, tenía que hacerlo ¿un buen trabajo? Estaba hecho porque solo quería verlo estremecerse, su boca se entreabrió besando primero la punta, recorriéndolo a lo largo de arriba abajo solo con los labios, por entero... su lengua se atrevió a asomarse lo suficiente para que pudiese sentirla un tanto...haciéndose de rogar y por lo que una risa ahogada salió de su boca, mirándole a los ojos en todo momento, para ella eso era como un tesoro el cual tenía que cuidar y sacar brillo y claro que lo haría...
Su lengua, dejó su escondite para aventurarse sobre aquella piel dura...sustrayéndole su sabor, incitándole a más, mientras su cuerpo se movía bajo la mesa...su trasero más que nada, hacía eses sin poder evitarlo, pura provocación hasta que su boca se aventuró a introducirlo lentamente...era demasiado grande por lo que no lo introdujo del todo, como con sus dedos empezó a presionar con su lengua , moverse un tanto de forma más rítmica... aquellos labios succionaron su punta y la de su lengua se introdujo en aquella pequeña abertura, moviéndola de tal manera que el placer se intensificaría... de golpe y sin avisar, aquel miembro terminó oculto tocando incluso su garganta, las penetraciones se hicieron más constantes y de su propia garganta salió un gemido de satisfacción, aquel líquido preseminal empezó a navegar por su sentido del gusto y no podía estar más delicioso....
La mano libre que no ayudaba a mover el miembro , se tocaba los propios pechos porque éstos también le ayudarían más tarde a su labor, acercó uno de ellos a aquel lugar que le estaba simplemente enloqueciendo y su pezón duro fue directo a la punta , moviéndolo para estimularlo y su mano no dejaba de hacer el mismo movimiento constante de abajo hacia arriba...ahora era el turno de su boca, volvió a introducírselo pero a medida que lamía se fue sentando frente a él, abriendo las piernas para que la viese bien dentro de lo posible... se arqueó un tanto para que sus dos pechos quedasen entre aquel falo y su boca no dejase de lamer....ahora sí, empezó a moverse para que lo sintiese todo con aquella mirada que volvía a ofrecerle todo, todo y más.
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