¿Donde estoy? [Ainé]

por Invitado Vie Jun 11, 2010 4:40 pm

¿Cómo podía existir una persona tan cruel? Era imposible, no veía cómo. No podía creer que su sangre corriera por mis venas, que él era mi padre.
Otra vez con prostitutas, estaba harta. Trataba de evitar los rostros de las mujeres y ocultaba de mirada de los hombres, otra vez corriendo, escapando de esa prisión llamada "casa", donde siempre estaba encerrada. Menos mal que con los años me había enseñado a mí misma como huir de ese lugar tan frío y muerto.
Cuando pase la ciudad, sin que nadie pudiera visualizar mi rostro, ya que llevaba una capucha, empece a correr lo más rápido que pude hasta que me encontré totalmente perdida, sin que me importaba. Sabía que cuando volviera me esperaría el peor de los castigos pero... ¿y si no volvía?. Una sonrisa se dibujo en mi rostro ante esa posibilidad.
Empece a explorar aquel lugar, al que jamas había ido -a decir verdad, jamas iba a ningún lado-, y me gustaba, estar lejos de todo, sin tener que esconderme, era un buen sentimiento.
Mis pasos eran gráciles y ligeros, gracias a las exigentes clases de ballet que había tomado de pequeña. La leve brisa era un alivio para mi acalorada piel, jamás me había gustado el calor, pero era algo con lo que aprendí a lidiar.
Pasé bastante rápido por un callejón, sin prestarle mucha importancia al principio pero volví al ver una figura: al parecer era una mujer. Tenía curiosidad, pero decidí quedarme parada allí, quien sabe para qué...

por Invitado Vie Jun 11, 2010 5:05 pm

Un día más Ainé se vio impulsada a caminar por las penumbras de los callejones más pobres y lúgubres de París. Ya lo había tomado como una rutina que debía realizar cada cierto tiempo. Le relajaba, le desconectaba de la vida, no sabía bien porqué pero le hacía sentirse más independiente y un tanto invisible. Le gustaba pasar desapercibida y cuando caminaba por entre las calles de las afueras de la ciudad se sentía etérea.

En eso mismo estaba pensando cuando el sonido de unos zapatos golpeando el suelo empedrado con rapidez la sacó de su pequeño mundo de reflexiones. Se giró con rapidez hacia el lugar de donde procedía el pequeño ruido que debido al silencio y al eco que se producía en el callejón parecía más el trote de cien hombres. Se quedó observando las sombras que se producían en la callejuela, no le parecía que fuera ningún ladrón ni un vampiro pues estos no habrían hecho ruido. Cerró los ojos y se concentró en sus oídos, podía escuchar levemente el sonido agitado y a la vez algo asustado de una persona respirando. Volvió a abrir los ojos y ahora sí pudo percibir a lo lejos entre la oscuridad la silueta de lo que a ella le pareció una joven.

Se le pasó por la cabeza preguntar quién era en voz alta pero descartó la idea, quizás no fuera más que una chica de burdel a la que habían engañado y no había podido cobrar sus servicios y ahora corría en busca de su estafador. Aunque por lo que se podía apreciar a cerca de sus vestimentas desde esa distancia no hacía referencia a ninguna prostituta, tenía un vestido elegante, más bien coincidía con el vestuario de alguien de una clase media-alta. Se quedó en silencio observando con curiosidad a la joven sin pronunciar palabra.

por Invitado Lun Jun 28, 2010 3:05 pm

Tragué saliva dramáticamente: La mujer me estaba viendo. Sentí una extraña sensación, la sensación que tenían las personas aisladas y antisociales cuando por fin veían gente. Era realmente tonta la sensación, pero nadie en su sano juicio estaría sola por esas calles tan desoladas y oscuras, excepto yo, claro.
Me quedé tildada unos cuantos minutos más, pero luego me limité a suspirar resignada y empezar a caminar, a encontrar el camino a casa. Me gustaba salir, escaparme y olvidarme de todo, pero no era tonta, no quería dormir en las calles, sin protección alguna y con tantos locos sueltos.
Empecé a caminar, esta vez poniéndome la capucha en la cabeza y diciéndole adiós a mi paseo, preparandome para lo que vendría: retos, golpes, aislamiento.

por Invitado Dom Jul 18, 2010 5:01 pm

Ainé aún observaba a la muchacha que había comenzado a caminar con una capucha sobre la cabeza, no sabía por qué pero esa joven le hacía sentir una extraña sensación de angustia. Cerró los ojos por un momento, una ráfaga de sentimientos horribles le habían venido de golpe, se intentó contralar. Ya antes le había pasado, no sabía por qué pero en ocasiones era como si sintiera lo que otra persona sentía, no le había pasado con frecuencia, solo unas contadas ocasiones y todas se producían cuando se encontraba a solas con otra persona. Abrió los ojos y volvió a mirar a la muchacha que ya se había alejado un cacho.

¿Y si necesitara ayuda?, nunca le había gustado meterse en la vida ajena de las personas pues a ella no le gustaba que una persona se introdujera en su vida de una forma brusca cuando nadie lo había invitado a ella. Pero esta vez un impulso se apoderó de su voluntad y sin pensarlo más caminó tras ella, a una distancia a la que se le podía atribuir el nombre de seguridad. Varias veces estuvo por llamar a la chica en voz alta pero estaba segura que reaccionaría corriendo y Ainé no tenía ganas de perseguir a nadie. Por ese motivo principalmente se limitó a observar lo que pasaba.

(Perdona por contestarte a estas alturas, pero he estado ausente y no he podido hacerlo antes, espero que no te importe :S )

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