Un baño fuera de casa [Uriel Müller] [+18]

Recuerdo del primer mensaje :

Había comenzado el día como cualquier otro desayunando en casa con mi madre, el dia habia estado soleado, bastante calor hacia en aquel lugar me hacia estar insoportable durante todo el dia, no paraba de caminar por la mansion sin poder refrescarme. Mire por la ventana abierta de mi habitación mirando los coches pasar, las personas caminar por las aceras, se sentia el viento soplar pero no era aire fresco sino un aire caliente que hacia que te doliera el cuerpo.
Me tire en mi cama pensando que podria hacer en aquel odioso dia; ir al bosque seria buena idea, habia visto algun rio de aguas cristalinas que pasaba por ahi.

Sali de la casa tomando un coche de los que tenia papá - ¿Ron?... -el chofer estaba dentro del coche leyendo el periodico - Digame, señorita! - me miro por el retrovisor - Me gustaria ir al bosque y no quiero ningun pero, ¿de acuerdo, Ron? - echo a andar el coche llevandome hacia las afueras de Paris, el bosque se iba haciendo mas cercano ante mis ojos, el coche se detuvo - Gracias, Ron - baje del coche dandole un pequeño beso en la mejilla al viejo chofer.

No espere tanto tiempo para correr hacia dentro del bosque agarrando mi vestido para no tropezar, alce la mirada viendo un gran roble que cubria con una sombra deliciosa hacia el rio, movi mi negro cabello hacia un lado posandolo en mi hombro derecho mientras me despojaba de mi vestido, quedando completamente desnuda; lo coloque en el suelo cubierto de pasto y algunos cuantas hojas, estaba segura de que nadie estaria rondando aquellos lugares, por lo que me atreví a sumergirme de a poco dentro del rio. El agua se sentia tan bien tocando mi pálida piel, que quise permanecer por mas tiempo en ese lugar, el sol estaba en el mejor punto que podria haber deseado, los rayos se hacían mas intensos pero el calor comenzaba a desaparecer para mi.

Mi mirada no se apartaba de aquel rostro qué le hacía tener estas sensaciones desconocidas para ella, pero qué era lo qué yo buscaba en realidad, estaba comenzando a sentirme algo ansiosa por la situación, pensamientos nunca antes en mi se hacían presentes como una pequeña película en mi cabeza, era de locos todo esto. Solo deseaba volver a verle, la necesidad qué tenía mi cuerpo, mente y alma en poseerle fue aumentando cuando el sol por fin no alumbraba el lugar, el viento soplaba pero no lo sentía sobre mi piel, sentía un calor qué lo apartaba de mi; qué ironía había venido aquí a buscar algo de frio pero me había encontrado con el calor humano, ese calor no me molestaba incluso lo sentía agradable hacia mi piel, el agua no sería incluso un estorbo ante este encuentro, había estado tan agradecida del destino por haberle encontrado en la hora y el lugar correctos, escuche el suave canto de algunas aves qué desconocía su nombre, pero estaban haciendo más agradable el qué estuviera ahí. ¡Por Dios! no dejaba de decirme en mi cabeza qué no lo conocía demasiado bien, preguntas fueron sustituyendo poco a poco pensamientos lujuriosos en mí, pero ahí seguían con más potencia qué nunca, queriéndole ganar a la duda, ¡genial! Le ganaron mientras las dudas se rendían ante la pasión ya demasiado provocada en mí. ¿Quién iba a pensar qué mi venida aquí iba a suceder o bueno estaba a punto de suceder mi primer encuentro carnal?. Odie su bóxer interponerse entre mi cuerpo y el suyo, pero no podía obligarle a despojarse de el, Uriel, repetía en mi pensamiento su nombre; mi cuerpo temblaba de deseo al sentirlo más cerca, cada vez mas y mas cerca, aun no lo podría creer, incluso me sentía como una niña pequeña mirando hacia lo desconocido.

Mire al felino sintiendo como su dedo se posaba en mis labios haciéndome callar de una manera delicada y dulce, sonreí mirándole ronroneando un poco como una pequeña gatita, me sentí tonta pero los sonidos salían sin ningún esfuerzo, el agua era templada incluso había pensado qué esto lo estábamos provocando nosotros, volvió la fascinación a mí al escucharle, esas palabras me hicieron un tanto feliz, al igual que yo él no había pertenecido a nadie más, iba a pertenecer a mi mientras el lo quisiese, pero sus palabras eran un si al acto qué estaba a punto de acontecer – Yo.. jamás he estado con ningún hombre – susurre en sus labios, seguía con mis manos enredadas en su cuello mientras le veía sonrojada haciéndolo poco notable. ¿Quién diría qué ese muchacho no habría tenido ningún encuentro pasional con alguien? Yo pensaba lo contrario, se veía tan encantador qué cualquiera caería redondita ante sus pies con tan solo una sonrisa suya. Volví a escucharle deshaciendo mis pensamientos – Eso estaría bien, recuerde qué deberíamos estar los dos al parejo – acaricie su pecho bajando una de mis manos hasta el jugando con los pequeños vellos qué tenía sobre su pecho; el viento comenzó a hacerse mas notable cuando movió mis cabellos en dirección contraria a donde estos permanecían posados en mi hombro, no quería ni siquiera que algo me impidiera estar mas tiempo en ese lugar, sin duda regresaría solo para verle una vez más, solo deseaba poder ver lo que el pensaba sobre lo que estaba ocurriendo.

Su tacto sin duda era agradable, pero quería más, mi cuerpo me lo pedía, cerré los ojos sintiendo como recorría mi espalda con su mano para después posarla en mi nuca y dejar un beso qué hizo qué me incitara a más cada vez, no pare de besarle de la forma intensa y ansiosa qué tenía desde hace unos momentos. Subí mi pierna derecha frotándola sobre la suya para después subirla mas y con ayuda de mi otra pierna ponerlas ambas en sus costados, me sostuve de su cuello, el beso no había acabado aun, los dos queríamos seguir con aquello, pase mi mano por detrás de su nuca tomando su cabello fuerte sin causarle dolor. Senti mis pezones endurecerse bajo el roce de su cuerpo; la luna, la hermosa luna era nuestra única compañera ya en estos momentos, tan rápido había anochecido, se habían pasado unos pocos instantes desde qué llegue aquí, se me había echo tan corto el tiempo.

El temor había desaparecido por completo de mí, me mantenía en alguna especie de sueño qué había deseado ya desde hace mucho tiempo, ¿Donde había quedado aquella niña qué no socializaba ni trataba con nadie? No era tímida pero le gustaba mantener su distancia con cualquier persona, no quería qué se sintieran con la confianza de opinar sobre su vida, pero quería qué él sintiera toda la confianza de hacer lo qué le plazca con ella – Uriel – susurre algo perdida en todo aquello qué estaba ocurriendo, sentí la necesidad de pronunciar su nombre; estaba siendo querida por él – volveré todos los días – dije al fin esperando qué no le importara mi visita, estaría solo aquí para verle, acariciarle y pasar más tiempo con aquel desconocido, pero no lo era del todo, en sus ojos tenia la llave para su alma, no distinguía algunos baches de dolor en él, pero el sentimiento qué tenía yo él lo correspondía o eso parecía, sueños… sueños qué empezaban a volverse de nuevo imágenes en mi cabeza de un lindo futuro, pero… ya estaba pensando en un futuro para un… ¿¡nosotros!?, ¿cómo me dedicaba a pensar en sueños y fantasías?, cuando no sabía qué era lo qué iba a pasar después de esta noche, lo disfrutaría, claro qué lo haría pero no quería apartarme de él. ¿Así se siente… el amor? Sabía qué era un sentimiento más grande qué cualquier otro qué allá tenido, pero qué sabia yo, si nunca había estado de esta forma con nadie, en las calles tan solo había muchachos cretinos, altaneros y de muy bajo autoestima queriendo hacer sentir a la mujer como un objeto mas para su placer, ninguno había estado en mi lista de posibilidades, todos eran descartados, ni siquiera había pensado en pasar un rato con alguno, ya qué eran algo… inmaduros.

Le mire sintiendo de nuevo su mano sobre mi mejilla, mi piel se erizo de manera ya notoria, por sus palabras, todo un caballero, alguien digno de admirar, nunca me había topado con alguien así, pronto sabría si era solo deseo lo qué los dos sentíamos, aunque algo me lo decía qué no solo era eso. – Yo quiero…. – deje la frase a medias mirándole con encandilamiento, quería saber mas sobre él, quería formar ya parte de su vida, ¿Por qué? Quería recibir explicaciones a mis preguntas.
En cuanto mas tiempo pasaba ahí el tiempo pasaba demasiado rápido, será ¿Qué con solo mirarnos entraba a un mundo mágico para mí?.

Se alejo un poco de mi para apartar su bóxer de su cuerpo, lo lanzo hacia nuestra demás ropa qué se encontraba bajo del árbol, algunas pequeñas gotas cayeron sobre mi hombro al ser lanzada la prenda. – Así está mejor - sonreí complacida.
Me aferraba a su espalda sintiendo sus labios sobre los míos, mi corazón latía desbocadamente por cada beso qué el plantaba en mi boca, continúe el beso deseosa de la pasión qué brotaba de nuestra piel, sus manos pasaban por mi espalda desnuda, la luna hacia qué mi piel se hiciera un poco mas pálida de lo normal; su miembro ya endurecido rozaba mi clítoris, no había penetración pero sentía ya el placer, el placer ya se estaba haciendo presente, otro ronroneo salió de entre mis labios lleno de placer, quería ser de él, tenía ya la necesidad y estaba a punto de explotar de deseo, no quería parar, quería seguir entre sus brazos, aquellos brazos qué me sostenían mientras yo seguía rodeándole con mis piernas apretándolo más a mi sin querer apartarle, intensifique el beso mas, estaba desesperada besándole aspirando su aroma qué me llenaba hasta los pulmones. Aparte una de sus manos de mi espalda llevándola hacia mi trasero, quería qué él se sintiera con la confianza de hacer lo qué le plazca, lo qué deseaba conmigo. – Señor… Mü…ller…. – mi respiración entre cortada me impedía hablar, salio mas como un gemido qué como una frase bien formulada - Le deseo – volvi a repetir siendo sincera. Aparte mis labios de los suyos llevandolos hasta su cuello, di un suave beso en su cuello para despues pasar mi lengua delicadamente desde su hombro hasta su oreja, besando continuamente su cuello mordiendole un poco delicadamente.


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Era una decisión precipitada lo qué tenía en mente, pero ya lo había decidido, me entregaría por completo a aquel desconocido, algo me lo decía qué estaba mal pero me sentía agusto en aquellos brazos qué me envolvían como si fuera la única cosa en el universo; el estar solos era algo agradable, solo esperaba qué nadie nos molestara. – Espero no incomodarle… o tal vez usted pueda ir a visitarme… - me calle al sentí su otra mano recorrer mi espalda llegando hasta mi trasero teniendo ya las dos manos ahí. Solté una fuerte bocanada de aire sintiendo su mano sobre mi clítoris aumentando la excitación ya provocada en mi, sentía mi vagina ya dilatada por la excitación, mi respiración entre cortada había hecho qué un gemido de placer saliera de entre mis labios.

Me dedique a ya no hablar lo menos qué quería era ser algo molesta, pero los nervios comenzaban a ganarme, había riesgos qué no pensé en esos momentos mi cabeza no pensaba en ninguna otra cosa qué no fuera la pasión qué enamabamos por todos lados. Nuestros cuerpos estaban completamente unidos, formaban uno mismo, dos cuerpos fusionándose en uno sintiendo las sensaciones del otro cada vez más notorias, su mano seguía rozando mi clítoris haciéndome entrar en transe al placer, bajo sus labios a mi cuello pasando su lengua por el y posando su respiración haciendo qué mi piel se erizara por las pequeñas cosquillas qué sentía, no dejaba de aferrarme más a su espalda sintiendo aun el deseo en mi, sin duda ya lo quería dentro de mí, quería ser suya de una vez, pero por el momento solo estaríamos entre besos y caricias. Mi madre siempre decía qué un hombre llega hasta donde una mujer se lo permite y yo quería permitirle qué llegara hasta un lugar donde nunca nadie había llegado. La inexperiencia se había vuelto una prueba de valor para mi, dejaría qué mi cuerpo actuase por si solo sin negarle hacer nada. Continuaba besándole como si fuera de lo único qué iba a vivir, le besaba con una desesperación mientras encajaba mis dedos en la espalda del felino, aun sentía su mano en mi parte intima moverse con tal suavidad qué me hacia estremecer, mi cuerpo se había tensado, en ratos echaba mi cabeza hacia atrás cerrando los ojos sintiendo mayor placer, era imposible poder contener los pequeños gemidos qué salían de mi boca.

Los besos del Cambiaformas se volvían mas intensos recorriendo mi cuello y bajando hasta mis pechos, mordí mi labio mirándole como llegaba a aquel punto de mi cuerpo, su mano no dejaba de moverse bajo el agua, me aferre bien con mis piernas aun rodeándole con ellas, comenzó a caminar hacia adelante hasta un punto en qué el agua llegara solo a taparnos la mitad del cuerpo, de nuevo se erizo mi piel al sentir la ola de aire, le acaricie la espalda mientras su boca jugaba con mis pechos besando uno y después el otro mordiéndolo de una forma exitante, debía admitir qué el muchacho ya me tenia demasiado llena de placer, pero en cambio quería mas. Me baje de él poniendo un pie tocando el fondo del lago y después bajando el otro pie, baje mi mano hasta su miembro, el grosor lo podía sentir con solo tocarlo, ya estaba endurecido, no sabia si por completo pero su dureza la podía sentir, quería qué el sintiera el mismo placer qué me estaba dando asi qué tome su miembro con mi puño y comencé a hacer hacia atrás el prepucio una y otra vez, hacia esto besándole los labios intensamente, le besaba cambiando a su cuello, mordí su hombro algo fuerte para después succionar un poco recorriendo su hombro a su cuello, constantemente apretaba su miembro sintiéndolo mas duro bajo mi tacto. Los besos se hacían más continuos mientras qué la pasión no podía parar, me sentía como una loca llena de deseo hacia el felino.

El deseo volvía cada vez, no podría dejarle de mirar pero mis ojos se cerraban por el inmenso placer qué me causaba, sus manos tratándome de llevar al orgasmo, cada caricia era intensificada de manera sensible, me dolían los pezones de tan endurecidos qué se encontraban. Había estado sintiendo algo mas por aquel extraño, un completo extraño tocándole partes qué jamás nadie había podido llegar, nadie qué se lo habría permitido, pero con él era diferente, sentía una necesidad de poseerle de una forma incomunal, quería mas cada vez se encontraba satisfecha con los movimientos qué hacia el felino con su mano pero siempre quería obtener más de aquel hombre. No sabía muy bien qué era lo qué en realidad sentía, amor no lo era, porque en tan poco tiempo no podría enamorarme de nadie, ni siquiera pasaba por su mente el qué esa idea fuera cierta, tendría sentido solo sentirse atraída físicamente hacia él.

Movía mi mano lentamente sobre su miembro, aumentando la velocidad solo un poco y disminuyéndola, en ocasiones le apretaba sintiendo su total endurecimiento bajo mi mano masturbándole esperando qué sintiera el mismo placer qué yo. Le veía en ocasiones, vacilante le bese el cuello bajando hasta su hombro mordiendo este para después dar una pequeña succionada dejándole colorado, continuaba con aquello profundizando los besos en aquella zona sin apartar mi mano de su sexo. Caricias por doquier le llenaban el cuerpo, pequeños gemidos escapándose por su boca apretándole el brazo con su mano libre, le acaricio el pecho besándole en los labios con delicadeza pero sensualidad, bajando sus labios por su pecho haciendo lo mismo qué en su cuello, seguían los cuerpos unidos, sintiéndose conectados, la parte del clímax aun no llegaba pero ya deseaba sentirse así, sus músculos tensándose bajo los brazos de Uriel, sintiéndose mujer, sintiéndose querida por aquel tacto tan agradable qué le hacía volver a erizársele la piel.

Sintió su cambio de posición qué las manos de Uriel le hacía cambiar, mas caricias le daba el felino al cuerpo de aquella débil bruja, gimiendo con más intensidad al sentir su lengua bajar hasta su clítoris, un grito ahogado salió de entre sus labios haciendo sintiendo mayor placer, se sentía húmeda pero gracias al agua no podía notarse eso, su expresión cambio llevándole a la preocupación se detuvo a pensar qué no estaba bien nada de lo qué hacía, le aparto un poco mirándole bajo ya la blanca luna - ¿Cree qué esto está bien? – se bajo de sus brazos y agacho su cabeza mirándole con el ceño fruncido. No dejaba de mirarle de manera admirable, pero su conciencia comenzó a decirle que algo estaba mal en todo esto, ¿que pasaría el día de mañana si le vieras? ¿crees que el se voltearía a verte o saludarte? Recuerda que los de su tipo siempre tienen a alguien mas esperándoles, no debes fiarte de nadie, tu mayor meta es dedicarte a la magia, la voz repetía en su cabeza estando ya demasiado confundida.