Perfume familiar [Doreen Caracciolo]

por Invitado Lun Jul 25, 2011 12:12 am

Recuerdo del primer mensaje :

Una noche más sobre esta mugrosa ciudad, el vampiro pateaba lo que a su paso, el solo pensar que está viviendo en lugares como esos le dio un escalofrío, “No mereces esto, tu mereces más” se repitió una y otra vez mientras paseaba con mala cara entre las calles con las manos en los bolsillos. Llegando así hasta las calles disque mas galantes, para galantes solo él, todo eso era una bazofia y genial el clima empezó a cambiar para su mala suerte, que suerte, la lluvia empezó a empañar su hermoso caminar, vio a la gente dispersarse, que más le daba si quería mantenerse fresco y galante debía buscar refugio uno alejado de las mujeres que le devoraban con la mirada. Uno donde solo el luciera.

Se recargo en la pared de un restaurante menos apestoso que los otros en los que ya había estado, miro la lluvia adueñándose de las calles, de lo que era suyo, no podía caminar entre ellas alzando las miradas por un buen rato, finamente encendió un cigarrillo, le dio una bocana y echo el humo hacia arriba cuando se disperso un olor coqueto y atrevido le llamo la atención, era perezoso para buscarlo, si él no suele buscar a la gente, prefieren que le busquen y le rueguen, pero apenas se asomo fuera de la acera para comprobar si había cesado la lluvia por completo. Un ¿Rostro conocido? Imposible, “Tú no recuerdas a nadie, son ellos los que deben de recordarte” volvió a su lugar cuando descubrió que una briza de agua pasaba todavía, la gente iba fluyendo ya. Se quedo absorto si ese olor era familiar.

por Invitado Sáb Jul 30, 2011 5:45 pm

Meneo el dedo indicie en señal de negación cuando hecho la espalda hacía tras. – Te equivocas querida, no te educo para tomar tu sangre, si no para que me sirvieras como esposa hasta el último de tus días. – pensó tranquilamente en el padre de la rubia, los humanos tenían ese hilillo de amor aun diciéndose que se odiaban y al vampiro le causaba repulsión. – Tu padre, tu padre… - repitió serenamente hasta que se le salió de nuevo esa furia dejando ver sus caninos – ¡¡Te vez ridícula!! – le miro con seducción una a la que nadie se podía resistir, un encandilamiento, mientras sus dedos pasaban por esa vena de su cuello que se movía cual jugoso gusano sobre una rama.

-Tengo que rechazar tu invitación la noche es larga – le dejo en paz por un momento, aun sin dejarle de ver. La pobre estaba muriendo de miedo y a Isaí le gustaba ese olor combinado con la sangre era una mezcla que lo llevaba al éxtasis. – Solo quiero que la deuda se salde y sabes bien que significa eso cierto? – Sonrió mirándole de nuevo de pies a cabeza admirando la belleza que poseía. Que agradable seria tener alguien más a sus servicios pensó el vampiro mientras chaqueaba la lengua.

por **Doreen Jussieu** Sáb Jul 30, 2011 11:31 pm

Su pecho subía y bajaba de manera acelerada debido al miedo que ya no era capaz de intentar si quiera esconder. Pegada a la puerta queriendo traspasarla y salir corriendo pero eso era tan imposible como que el creyera que tenía poder en su persona. Doreen alzo una de sus manos colocándola en la cadena que descansaba sobre su pecho. Esta sujetaba un hermoso anillo, ella se lo mistro. - No puedes reclamar mi presencia en tu vida, tu siempre me trataste mal, no soy tuya, nunca lo fui, mucho menos lo seré... Esto que tengo aquí es la prueba de que alguien más cuida de mi al caminar, es aquel al que estoy dispuesto a servir y amar, tu no... - Susurró dejando claro que ella era de alguien más. - No me importa cuanto le hayas dado a mi padre... No me tomaste cuando pude haber sido tuya, no me tomarás ahora que pertenezco a alguien más - Su mirada se poso en la suya mostrando seguridad por completo. Podía verse incluso hermosa con una mueca en el rostro.

Doreen caminó lentamente hasta posar su cuerpo en un buró dando la espalda al caballero, quería cerrar los ojos y al abrirlos encontrarse en un lugar donde no sintiera miedo, saco dentro del cajón una cuchilla bendita y la enredo en las faldas de su vestido de manera sutil. La verdad era que no se veía. Se giró para verlo de nuevo - Significa que debe ir a cobrar toda su inversión erronea con mi padre y no decirme cosas que no me importan en lo absoluto - Sonrió un poco. ¿Por que mostrar valor cuando en cualquier momento rompería en llanto? Pediría porque Milo viniera a traerla más temprano casi de manera suplicante dentro de su mente, le gritaría para que se apareciera pero ¿pasaría? La delicada jovencita hizo una reverencia al caballero invitándolo a recapacitar sus deseos... Algo muy tonto.

por Invitado Mar Ago 02, 2011 5:33 pm

Excusas y entre ellas era el amor cosa que la rubia usaba para salvar su pellejo, pero a Isaí le divertía, ridículamente se burlo de ella, al ver aquel anillo, prueba de amor, absurdo que sus carcajadas se podían escuchar hasta sus tierras le divertían los humanos especialmente aquella que temblaba como una flama frágil ante el fuerte viento. – Lo zorra no se te quita? – se inclino a verla pegando su frente contra la ajena mirando sus orbes que casi derramaban lagrimas. Rogando porque el príncipe le viniera a rescatar del ser malvado eso era imposible los humanos no podían hacer mucho contra el vampiro. – Esperemos que encuentre el amor que bello cuento de hadas pero eso es lo que siempre deseaste. – se burlo guiñándole el ojo descaradamente, recorrió sus dedos por donde bajaba su manos sosteniendo el anillo.

Paso su lengua sobre sus labios saboreando cada olor de la chica cada gesto de pavor – Creo que importándote o no ya estas revolcada entre todo este asunto y ya te lo dije no te libraras de mi – sonrió maléficamente antes de pronunciar con mucho cuidado cada una de las siguientes palabras – está bien dices que no importa y que salde mi deuda con tu padre, su sangre, la de tu madre, hermano y padre serán mi paga – el Vampiro estaba por marcharse para poder cobrar de otra manera su deuda.

Off. Perdona el retraso tenía mucha gripe estos días y exámenes.

por **Doreen Jussieu** Mar Ago 02, 2011 5:52 pm

Las primeras palabras retumbaron en su oído dejando a Doreen petrificada. Nunca nadie antes le había hablando de esa manera. En el pequeño pueblo donde nació todos la respetaban por ser una chica de principios que no se le veía con otro hombre a no ser que fuera su padre, su hermano o algún mandato otorgado para que ella estuviera a fuerza con alguien. La gente sabia lo pura y tierna que era y bueno al llegar a Paris solo había estado y entregado su amor a Milo. ¿Cómo se atrevía a decirle eso? La chica soltó una lagrima llena de enojo y rabia. Tembló al sentir la lengua del vampiro sobre sus labios, soltó un suspiro y al final lo de su familia la dejo caer frente a él tomando la mano del hombre. Las lagrimas no dejaban de salir de su rostro - No, no les hagas nada por favor... Dime que quieres que haga, dímelo, pero no los toques - Alzo la vista para encontrarse con la risa macabra de aquel hombre.

Se puso de pie e intento limpiar sus lagrimas. Doreen estiro su muñeca - Si quieres mi sangre por la de ellos entonces te la doy... - Susurró temblosa, ¿cómo se había metido en eso? Siempre había querido hacer las cosas bien, siempre había luchado por todo lo necesario. Sus modales siempre eran finos y recatados. - ¿Por qué me haces esto? - Varias lagrimas corrieron por sus ojos sin parar. Se acercó un poco más temblando hasta sentir como su cuerpo rozaba con el de él - Dime que desea - Susurró temblorosa de nuevo.

por Invitado Mar Ago 02, 2011 7:37 pm

Lagrimas, lagrimas, más estúpidas lagrimas que eran plegarias, quería verla retorciendo, arrastrándose, rogando y a su merced, Isaí un vampiro excelso y odiado por muchos y admirado por mas estaba siendo de las suya quién lo diría recién llegado y ya teniendo victimas y recordando su asqueroso pasado junto a esos asquerosos humanos – Me parece que no has decidido, dices que no te importa, fuiste clara al decir que saldara cuentas con tu padre y eso hare – giro la perilla de la puerta principal, dispuesto a marchase, haciendo que sus labios se curvaran en signos de maldad.

Que linda muñequita dando todo por la familia por al que escapo, cuanto amor, esa escena era de lo mas asquerosa y patética pero cómica a su vez. –Mis deseos han quedado claros, preciosa y ya sabes que tu sangre no la quiero – cerró la puerta dejándola atrás, no le tomaría mucho llegar donde sus padres de la rubia. Y acabar con ellos de a uno por uno, un festín digno de alguien como él. Delicioso.

por **Doreen Jussieu** Mar Ago 02, 2011 8:21 pm

Lo miro salir. Su cuerpo había quedado estatico en aquella sala. ¿De verdad lo haría? ¿De verdad los mataría? Su corazón sintió una punzada inmensa, un dolor recorrió su cuerpo haciendo que incluso su piel se erizaba, tembló por unos momentos pero poco a poco se fue relajando para así comenzar a caminar. Abrió la puerta, miró hacía ambos lados buscando la silueta del vampiro y no lo encontró. Sus lagrimas no dejaban de resvalar por su rostro y fue entonces cuando Doreen carraspeo la garganta - Isaí... Si me escuchas... regresa, no los dañes, te daré lo que quieras - ¿Qué más podía hacer? No había más aquella noche, si corría a casa de Darcy a pedir ayuda seguramente sería el tiempo en el que el tardaría en llegar a la casa de sus padres.

La lluvia volvió a golpear su cuerpo, sintió como las gotas de agua recorrían su pequeña figura, el frio comenzó a perturbarla y a medida que pasaba el tiempo y el no respondía su corazón se aceleraba de manera exagerada como nunca antes. Giró su cuerpo adentrándose a la casa. Sin importar lo mojada que estaba la chica se acunó en uno de los sillones, abrazándose. Cerró los ojos por unos momentos sintiendo su respiración, disfrutando incluso ese vació que el vampiro le estaba provocando. ¿Qué más podía hacer? La rubia estaba odiando estar lejos de Milo

por Invitado Lun Ago 08, 2011 1:09 pm

El vampiro estuvo todo el tiempo sobre el tejado de la casa, escuchándola y riendo triunfador, bajo lentamente y entro como una ráfaga de viento de nuevo al interior del hogar de la rubia, se sentó frente a ella mirándole con los brazos cresados y con esa expresión seria. – está bien empezaras a servirme, serás mi – antes de pronunciarlo se carcajeo de una manera espectral era patético que cumpliera sus caprichos como un vampiro de trescientos años – esposa – culmino, pensando que parecía un niño peleando por un juguete con casi todas su medios haciendo un berrinche mas. Pero es así como era Isaí, a veces parecía un crío cualquiera. Pero también alguien de cuidado y peligroso. Miro a la joven llorando, compadeciéndose y resignándose mientras él esperaba respuesta alguna.

Off:Hay lo siento estuve muy enfermo estos días perdona la demora

por **Doreen Jussieu** Lun Ago 08, 2011 3:28 pm

Sus ojos estaban completamente cerrados, no se había dado cuenta que él se encontraba frente a ella. Su voz la hizo incorporarse por completo en el sillón. Limpió su rostro hinchado y ya rojo de tanta pena y llanto mientras lo veía. Aquellos ojos la estaban dominando por completo. Pero Doreen siempre había sido así con los hombres de su época, se le había educado para respetarlos y servirlos en ningún momento podía fallar y ante tales amenazas mucho menos podía revelarse a una criatura de la noche. Tembló con su última palabra. Trago saliva, se puso de pie y asintió - Dije que todo lo que pidas - Susurro pasando un mechón de cabello detrás de la oreja propia.

Se mordía su labio inferior impidiendo que alguna lagrima saliera más. La rubia camino hasta por primera vez de manera voluntaria y propia hasta quedar rosando su cuerpo con el del vampiro que se encontraba sentado. Estiro su mano y con la yema de los dedos acaricio la mejilla del vampiro - No seré tu esposa, seré tu esclava porque de buena gana no estaré contigo - Sostuvo con firmeza sintiendo el roce frío de él contra su suave y delicada piel.

por Invitado Lun Ago 08, 2011 4:08 pm

Isaí aplaudió de manera victoriosa y un tanto arrogante, típico, se levanto y se mordió el labio inferior, al mirar a la joven delante de él, por fin tenia lo que deseaba, suspiro como si de un alivio se tratara y le tomo de la mano – Vamos entonces, esta misma noche se celebrara una boda – bajo el rostro sonriendo por la pena que sentía, realmente sentía? Se pregunto, no, eso es de humanos y el ya no lo era.

Forzó a que se levantara – Prepárate ya que nos vamos esta noche eres de mi propiedad, la oveja volvió donde las demás – le miro y acomodo sus cabellos casi de manera frágil y beso su frente como si de una pareja se tratase. – Tan fácil que es – le tomo de la mano mientras beso su mejilla, para que sintiera hastío, odio porque eso emanaba el vampiro.

por **Doreen Jussieu** Lun Ago 08, 2011 4:24 pm

La había dejado completamente sorprendida, aquella delicadeza con la que la había tratado en pocos momentos. Doreen se quedo estatica, sin saber que hacer, que decir, que sentir, estaba en un punto en que sentía que su corazón, lo que sentía se había despegado de su cuerpo. Sintió un escalofrío cuando tomo su mano - ¿HOY? - Alzó su voz mientras soltaba su mano de manera brusca. Si hoy era la boda entonces no le daría tiempo de pedir ayuda, no le daría tiempo de escapar. - ¿Me llevaré mis cosas? ¿Ya no viviré aquí? - Doreen comenzó a llorar de nuevo, se sentiría una malagradecida sino se despedía de la señora, infeliz si no volvería a ver a Darcy, sola si no estaba con Sybelle y destrozada si Milo no estaba más en su vida. La desesperación la invadió de nuevo sin saber que hacer. No había escapatoria. Sin dejar de llorar lo jalo y empujo contra la cama - Entonces dame tiempo - Susurro mientras sacaba una bolsa de viaje y colocaba algunas de sus pertenencias dentro de ella. Una hermosa piedra rosa que la hizo llorar más. Algunos detalles recibidos, todo aquello que tuviera un valor sentimental y que le hiciera recordar cuando estuviera lejos de todo lo que amaba que estarían bien.

Cuando terminó de hacer aquello, ni siquiera volteo a verlo, comenzó a bajar las escaleras del lugar y abrió la puerta principal saliendo de ella. Se quedo en la entrada, la noche estaba demasiado avanzada, la luna estaba imponente, era luna llena, seguro su teniente estaba cuidando del conde y cuando viniera a verla sería demasiado tarde. Se quedo esperando al vampiro, en silencio. Algo le decía que su infierno apenas estaba empezando.

por Invitado Lun Ago 08, 2011 8:12 pm

Acaso estas sorda? Claro que dije que hoy – Isaí tenía poca paciencia para esperar que ella derramara lágrimas por cada mueble empolvado que había dentro. La miro correr desesperada, odiaba que le cuestionaran hacia todo por impulso no reparo en que ella tenía que vivir con él ni nada, el momento era ahora, el vampiro vivía de acuerdo al presente. – No hay tiempo, no para ti. – sonrío en el momento que la tomo entre sus brazos y le cargo acunándola en ellos. – espero no quieras despedirte de alguien más, porque de un parpadeo estaremos frente al altar – sí, el vampiro pensaba usar esa habilidad de poder surcar los cielos para su cometido. En cuanto la rubia cerrara los ojos estarían de frente al sacerdote.

[Off:De aquí que haremos?]

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