El desayuno del día (Djibril Jawara)

por **Lionel** Lun Nov 14, 2011 4:27 am

El astro rey está asomando iluminando con sus primeros rayos las sombras del bosque y el pelaje de un pequeño guepardo moteado lastimado y muy delgado, que camina sin rumbo fijo entre los árboles pensativo. Hace solo unas horas estaba resibiendo una paliza de su "querido" padre en la costa cuando tuvieron que tratar de escapar de la policía que los encontró... por desgracia su padre no pudo ir muy lejos y lo apresaron, mientras él pudo escaparse, en su forma de gatito, de las garras de aquellos hombres con uniforme, para después tener que escapar de los pescadores que creian que quería robarles sus pescados... ha decir verdad, esa hubiera sido una gran idea.

Tras esconderse en el limite del bosque, regresó a su forma humana y caminó el resto de la noche por el borde de aquel frondoso bosque. Cuando un nuevo día empezó, se transformó en un pequeño guepardo, su forma favorita, nunca se sintió cómodo en su forma humana, prefería mil veces estar como animal... así era mucho más facil escapar de los golpes. No pudo dormir en toda la noche, asustado al no saber que hacer ahora, no está su padre, no puede ir a casa... ¿para qué regresar a ese lugar?...

Un olor peculiar llega hasta él, un olor que conocía: Carne. Sin perder tiempo, corre hasta encontrar el origen de aquel olor, el cadaver de un ciervo. Lo mira desde un arbusto y su pancita hace ruido. Lleva dos días sin comer, y su unica comida de esa semana ha sido un pedazo de pan rancio y un canario. Se relame el hocico ante esta fuente de alimento... pero por el olor y teniendo en cuenta que el cadaver está intacto, es una presa reciente eso significa que el dueño de esta presa debe estar cerca, pero la tentación es demaciada. Lentamente sale del arbusto y se acerca agazapado al cadaver del ciervo, lo olfate y abre su boca para comenzar a comer cuando un ruido de alguien o algo acercandose lo detiene y levanta la cabeza para ver de qué se trata... al parecer el dueño de esta presa ha regresado...

por **Jason Schwaitzen** Lun Nov 21, 2011 10:37 pm

“Comparte lo que tienes, incluso las penas.”

Le había pasado por subestimar a su oponente. Ahora él yacía desplomado y sin vida en el área que podía calificar como “sus territorios”, caído bajo el yugo de las garras y los colmillos de quien había luchado contra leones, guepardos y una infinidad de animales que sólo podían encontrarse en su Tierra, aunque ahora extrañamente sintiera aromas muy similares. Eso no tenía lógica para el jovencito que ahora se miraba el rostro magullado con ayuda del reflejo del agua que corría por una ribera oculta que había descubierto hace poco tiempo. Ese ciervo le había causado muchos más problemas de los esperado y ahora tenía un ojo hinchado y morado, aunque eso no le importaba demasiado en su forma humana; era su propia animalidad la que se vería afectada afortunadamente por poco tiempo gracias a la medicina que había logrado aplicarse, todo gracias a los conocimientos que había obtenido por parte de sus congéneres en la tribu, aprendiendo a utilizar distintos tipos de plantas que por suerte o por destino había logrado encontrar también en ese lugar que era un mundo completamente nuevo.

Se levantó en dos pies y se estiró cansado, preparado para poder disfrutar adecuadamente de la presa que había cazado y se dirigió al lugar, pero antes percibió un olor que lo puso alerta. La postura cuadrúpeda se hizo presente una vez más y empezó a acechar con sus ojos oscuros, usando los dedos de una manera tan sigilosa que ya se la quisiera la pantera que prontamente reemplazó al joven de piel y cabello negro que acechaba lo que había sucedido con su alimento. Pero grande fue su sorpresa al ver a un pequeño cachorro de guepardo justo frente al ciervo, pero cuya vista estaba fija en el enorme felino que se aparecía ante él y se acercaba más aún, rodeándolo en una caminata circular que parecía inspeccionarlo y que, por su gesto posterior de intentar mover el cuerpo enorme hacia él, parecía traducirse en un resultado positivo para el cachorro. Djibril esperó que le entendiera y empezase a comer, ya que él lo necesitaba más al ser más pequeño. Él seguro no sabía cazar, y no sabía cómo sobrevivir, y en base a esas suposiciones al menos le ayudaría en lo que pudiera.

Spoiler:

por **Lionel** Vie Dic 16, 2011 6:58 pm

Su cuerpo tensado, su cola entre las patas, sus orejas levantadas y su mirada fija en aquella pantera, eran los signos inequivocos de que el pequeño guepardo está asustado. No esperaba que el dueño de aquel ciervo muerto regresara tan pronto, había esperado poder comer al menos un par de bocados antes de irse corriendo… y ahora tendría que irse con el estómago vacío y no solo eso… tendría que correr rapidamente si quería escapar de esta pantera adulta para que no le haga daño, cosa que le costaría bastante con el hambre que tiene, su pancita hace ruido y sus costillas son bastante notorias, hace dos días que no prueba bocado alguno y lo único que ha comido en esta semana fue un pedazo de pan rancio que encontró entre la basura y un canario que logró atrapar en su jaula, eso no se puede considerar alimento, aunque él está algo acostumbrado a pasar días sin comer.

Se agazapa contra el suelo al ver que aquella pantera se mueve. La pantarea lo rodea inspeccionarlo y el pequeño guepardo se mueve siguiendo sus movimientos, algo que ha aprendido es a nunca, jamás, darle la espalda a un enemigo o en este caso a alguien más grande, fuerte y peligroso que él. La pantera termina de rodearlo y queda el cuerpo del ciervo en medio de ambos, y entonces la pantera hace algo que no esperaba… empuja el cuerpo hacia él, en una clara invitación a que comiera. El guepardo bebe parpadea sorprendido, mira a la pantera y mira al ciervo y otra vez a la pantera, no estaba muy seguro de esta situación, pero el hambre es demaciado. Lentamente y sin quitarle la vista de encima a la pantera se acerca al ciervo, clava sus colmillitos y tira cortando la carne y logrando sacar un pequeño trozo de carne. Cuando logra obtener ese pequeño trozo se aleja rapidamente del ciervo y de la pantera, se sienta cerca de un arbusto y se come el pedacito de carne en dos pequeños bocados, vigilando a la pantera. Se nota que está asustado y que no está acostumbrado a que le dejen comer tranquilo.

Se relame el hocico y mira a la pantera y de nuevo al ciervo. Lo que acaba de comer no es suficiente para calmar su hambre, pero no se anima a volver a acercarse y arrancar otro trozo, aparte que le cuesta poder cortar la piel del ciervo con sus pequeños dientes, la piel le resulta bastante dura de morder.

por **Jason Schwaitzen** Vie Dic 23, 2011 9:40 am

Sin otra intención más que brindarle el alimento que necesita se queda en el lugar en el que había posado su poderoso y negro cuerpo, observándolo con la dedicación de un padre y la admiración de un hijo. Y fue en esos instantes de calma que reflexionó y tomó más atención aún al pequeño que a esas alturas ya se había devorado el trozo de carne que sus pequeños colmillos habían alcanzado apenas a coger y degustar. Sintió su esencia, y ensanchó sus pupilas al notar lo que era realmente: otro como él. Eso le sorprendió, ya que ya había sentido a muchos en aquel lugar, y siempre había creído que sólo en sus Tierras había criaturas de ese tipo. ¿Qué quería decir? ¿Eran una plaga? ¿O acaso él era una plaga?

En medio de sus cuestionamientos notó que el pequeño parecía seguir hambriento, y hasta algo atemorizado. ¿Timidez? Pudo oír sonar su estómago, y eso fue suficiente prueba para la bestia que volvía a ponerse de pie para acercarse a la víctima de turno del Ángel Negro. La zarpa derecha se cerró sobre uno de los largos muslos del desgraciado animal y los huesos se trizó ante el poder de las fauces de la Pantera, quien ahora entregaba aquel jugoso trozo para el completo disfrute del pequeñín cuyo estómago no paraba de sonar. “Pobrecito” pensó la Pantera, pero ahora estaba tranquilo porque esa denominación ya no sería posible. Ahora estaba él a su lado.

por **Lionel** Dom Ene 01, 2012 1:32 pm

Su pequeño estomago todavía exige más alimento con sonoros sonidos de protesta que el pequeño guepardo intenta ignorar con todas sus fuerzas, al igual que el dolor que le produce el vació de su estómago. Su atención regresa de inmediato a la pantera al ver como se levanta y se acerca a la presa, observa como el enorme felino desgarra, destroza y arranca una pata del ciervo como si los huesos fueran de papel para sus fuerte mandibula y filosos dientes, para el pequeño guepardo eso es algo imposible de realizar, al menos por el momento.

Su cuerpo se tensa al ver a la pantera acercarse a él. Cierra sus ojos y agazapa su cuerpo esperando algún golpe o algo así, pero lo único que pasa es que la pantera se detiene frente a él y un ruido sordo golpea el suelo. Al animarse a abrir los ojos se sorprende al ver la pata del ciervo frente a él y al enorme gato de pelaje negro sentado, esperando que empiece a comer. La mira unos segundos y finalmente salta sobre la pata, incando sus dientecitos y comenzando a comer.

Tarda bastante en poder cortar los trozos de carne, el cuero del animal es duro para él, pero no se rinde y lentamente va comiendo deprisa, casi sin masticar. Come hasta saciarse y cuando termina se relame el hocico y se acerca a la pantera. Se frota contra sus patas ronroneando en agradecimiento y lo mira con su carita manchada con la sangre de la presa. Su pancita ahora está llena y eso se nota a simple vista.

Off: Perdoname por la tardanza, pero he estado sin mucha inspiración u.u

por **Jason Schwaitzen** Vie Ene 13, 2012 7:26 am

La nostalgia se apoderó del “gato grande” al verlo comer con tal ahínco y energía, tal y como era él de pequeño. Recordó esas largas tardes en el bosque con sus superiores, aprendiendo caza y orientación; divirtiéndose luego en un lago al que se lanzaba ya en forma humana agarrado de una liana, divirtiéndose con toda naturalidad, sin sentir esas miradas llenas de oscuridad que después conocería. Todo era sonrisas.

Hasta que llegó aquel día. Djibril cerró los ojos para tratar de detener la inevitable conversión de aquella nostalgia en rencor y angustia, pero fue un ronroneo infantil el que logró el cometido que estaba buscando interiormente. Abrió los ojos y las miradas se cruzaron: el guepardo tenía sangre.

Casi por acto reflejo se acercó con su rapidez y sorpresa característicos y aquel líquido se deshizo en la garganta de la pantera por las reiteradas lamidas que había realizado en la humanidad del pequeñín, que se removía nervioso y molesto por la maniobra. Pero él lo entendía, quizás demasiado bien.

Spoiler:

por **Lionel** Mar Ene 17, 2012 3:38 pm

El pequeño guepardo deja de restregarse contra las patas de aquella pantera para levantar su cabeza y mirarlo, sin lugar a dudas era muy grande, el pequeño podría sin lugar a dudas ser un poco más grande que la cabeza de aquel gran felino. Al ver que el nombrado animal baja su cabeza hacia él, el pequeño se agacha hasta estar casi recostado en el suelo y cierra los ojitos asustado, talvez todo fue una treta para poder cazarlo… una lamida…. Abre los ojos y parpadea sorprendido… la segunda lamida… sacude su cabeza y levanta la mirada para enfocarla en el gato negro… con la tercera lamida en su cara ya entiende las intenciones de la pantera y maulla como protesta sacudiendo su cabeza, dificultando el trabajo de la pantera que sigue con su tarea de limpiar el rostro del pequeño.

Cuando el trabajo de la pantera casi termina el pequeño da un saltito para alejarse del animal que le acaba de dar un baño felino. Sacuede su cabeza y se pasa repetidas veces una de sus patitas por el rostro en una clara señal de molestia. Se da vuelta y mira a la pantera, había algo en ella que le decía que no era un animal común, pero no sabía que era. La mira un largo rato hasta que un bostezo le impide seguir haciendo su observación.

La comida le dio sueño, es hora de buscar algún lugar donde dormir un ratito, antes iría corriendo a su casa, pero ahora… estaba solo, su padre ya no estaba y no era seguro regresar a casa. Mira a su alrededor y decide irse de ahí. Se pone de pie, corre hacia la pantera y se frota en sus patas como despedida y se aleja caminando despacito. No se aleja mucho, solo camina hasta un árbol y se tumba en las raíces de este, sin darse cuenta que queda a la vista de cualquier depredador. Se lame las patitas.

por **Jason Schwaitzen** Lun Ene 23, 2012 9:40 am

El humano escondido en el pelaje negro sonreía lleno de nostalgia al verlo tan disgustado por el baño felino que le había dado. Le hubiera dicho que se veía más lindo sin sangre en el rostro, pero por motivos obvios (o no tan obvios) no lo pudo hacer. Luego se volteó y se miraron fijamente, notando Djibril la intencionalidad de aquella observación. Simplemente se quedó tranquilo, moviendo a ratos aquella larga cola dejando que el cachorro hiciera lo que quisiera. De hecho, dejó que se frotara en sus patas en un tierno ronroneo y que se alejara hasta ponerse en la base de un árbol para, al parecer, descansar un rato. Sin embargo la experiencia del africano le dijo que no era un lugar adecuado para hacerlo, o para al menos reposar con seguridad de que no habrían ataques; así que avanzó hacia el felino, acortando la distancia en sólo unas cuantas pisadas y le cogió hábilmente del pescuezo, alzándolo para que quedara "en el aire"; e iniciando una caminata aparentemente tranquila hacia un lugar que la pantera aún estaba decidiendo mientras andaba, ya que en parte su concentración se veía algo mermada por los constantes y tiernos gruñidos y pataleos del pobre cachorro que parecía reclamar "¿Qué hice mal?"

Spoiler:

por **Lionel** Sáb Feb 11, 2012 6:28 am

Se había hecho una bolita entre las raices de aquel arbol bajo un tibio rayo de sol que se filtraba entre las ramas, estaba a punto de dormirse cuando una sombra le tapa aquella tibieza. Abre sus ojos para ver a la pantera frente a él, bosteza y cuando estaba por gruñir preguntando “¿Qué pasa?”, se ve colgando en el aire debido a la pantera que lo levanta de la piel de su cuello y se lo lleva. Eso hace que se despierte de golpe y comienza a mover sus patitas tratando de hacer que le suelte y gruñendo molesto por la interrupcion de su siesta matutina.

Pero por más que gruñera y pataleara aquella pantera no lo soltaba en ningún momento. Al darse cuenta que la pantera no iba hacer caso a su demanda se queda quieto con sus patitas recogidas, permitiendo a la pantera andar con él. Él pequeño guepardo miraba interesado aquel bosque que no conocía y cada ruido le hacía levantar las orejas y mirar, para él se trataba de un paseo interesante, aunque le gustaría poder corretear por el lugar y explorar, pero se conforma con que la pantera lo lleve de esa forma.

Mira a la pantera de reojo y gruñe haciendo una pregunta que cualquier niño sin importar especie preguntaría… “¿Dónde vamos? ¿Falta mucho?”

por **Jason Schwaitzen** Miér Feb 15, 2012 12:51 pm

Se sentía como todo un adulto al cargar a aquel animalito en su hocico, aunque realmente fuese un adolescente. Avanzaba con la elegancia propia de su forma animal a pesar de la enternecedora protesta del cachorro, pasando troncos y charcos con la tranquilidad de un rey sobre sus tierras, esas que estaba en proceso de conquistar tras diversas luchas con otros de su tipo y otros que no lo eran. Daba igual, él los vencía a todos.

Su acompañante gruñió impaciente, cómo no, y Djibril respondió con un gruñido ahogado por la propia piel de quien interrogaba, pero suficiente para decirle que faltaba poco. Y así fue, ya que al llegar a una zona bastante escondida y rebuscada de bosque le dejó suavemente en el pasto. Aquel lugar lo había descubierto en medio de uno de sus múltiples paseos de exploración, y era como su pequeño escondite cuando quería estar lejos de tanto vértigo animal. Y esperaba que volviera a cumplirle.

Gruñió otra vez, contándole que ese era el lugar (por si el pobre no se había dado cuenta( y que allí podría descansar o corretear cuanto quisiera. Tras esas indicaciones se dirigió a paso lento a un riachuelo que nacía de una cascada para beber un poco de agua y se terminó echando bajo un frondoso árbol. Era hora de digerir la comida.

por **Lionel** Dom Mar 04, 2012 8:18 am

"Falta poco." La tipica respuesta que siempre obtiene de cualquier adulto cuando hace esas preguntas. Y la respuesta nunca es sincera, le dicen que falta poco y en realidad falta una eternidad y el termina aburriendose mas y vuelve a preguntar y obtiene la misma respuesta.

Dejo que este gran felino lo cargara hasta donde sea que iban a ir, y como habia predicho, faltaba mucho, mucho para llegar al lugar. Otro gruñido se escucha de su parte, volviendo a preguntar por decima vez "Cuanto falta?". Se esta cansando de estar colgando de su cuello sin saber a donde van.

Se estaba durmiendo cuando de golpe cae sobre el cesped. Habian llegado. Mira el lugar con curiosidad y sorpresa. Ese lugar era muy hermoso, esa cascada le daba un toque de misterio. Se pone d epie y mira alrededor, el sueño que tenia desaparece y nace la curiosidad. Se pone a observar y a olisquera por todo el lugar.

Un saltamontes salta frente a el y eso solo significa una cosa. Hora de jugar!! Se prepara y da un salto tratando de atrapar al saltamontes con sus patitas. Lo persigue por el lugar. Esta tan concentrado que no se da cuenta que el suelo termina y antes de poder pensar, cae al agua del riachuelo. Gruñe sorprendido y asustado y sale del agua rapidamente.

Corre y se esconde detras de la pantera como si el riachuelo quisiera volverlo a tirar al agua.

Spoiler:

por **Jason Schwaitzen** Dom Mar 18, 2012 11:17 am

Djibril permanece con los ojos cerrados, pero su oído y olfato lo mantienen alerta, pendiente de lo que sucede a su alrededor y principalmente de lo que le sucede al pequeño que parece absuelto de todo signo de adormecimiento. Sus sentidos están tan despiertos que pareciera observar el juego del cachorro con el saltamontes con los ojos cerrados, y apenas entreabre esos ojos "abiertos" al escuchar el estruendo que hace el pequeño cuerpo contra el agua. Ríe internamente al sentir los temblorcitos propios del frío en aquel cambiaformas tan travieso y se ladea para lamerle la cara y tratar de evitar que las gotas siguiesen cayendo, pero eso seguiría sucediendo de todas formas. Más bien era una muestra de cariño hacia el pequeñín para la que había encontrado una buena situación como excusa. Le ronroneó para tranquilizarlo y lo empujó sutilmente con la cabeza para que fuera a jugar con el saltamontes que parecía esperarle para seguir jugando, animándole a no tener miedo de los insectos. Él también jugaba de pequeño con algunos, pero a menudo lo regañaban con que no se podía jugar con la comida.

Bostezó enseñando sus feroces fauces y se recostó por completo quedando echado, relajándose bruscamente confiando en que nada malo sucedería. Y sometido en esa misma confianza fue que se quedó dormido...

por **Lionel** Miér Abr 11, 2012 4:27 am

Su cuerpito tiembla de frío y mira feo al río como si hubiera sido la culpa de él el haberse caido y mojado con el agua fría. Levanta las orejas al sentir una lamida en su cuerpo y mira a la pantera, resibiendo un lenguetazo en su cara, gruñe en protesta pero se deja lamer para que le quite el exceso de agua de su cara. Se tranquiliza y le ronronea de regreso mira al saltamones, se prepara y salta para atraparlo volviendolo a correr. Salta, rueda corre y vuelve a saltar intentando atrapar al escurridizo saltamontes. El saltamontes salta a unos arbustos y él también. Se detiene al ver una criatura extraña. Un sapo. Se acerca despacio para olerlo. Huele raro. Con una patita le da golpecitos para ver si se mueve, pero no lo hace. Le da un golpecito más fuerte, y el sapo de golpe croa, inflandose para asustar al cachorro, Funciona.

El pequeño guepardo da un salto para atrás y regresa corriendo junto a la pantera, sentandose al lado de esta mirando hacia el arbusto y pensando en no acercarse a esa cosa de nuevo. Bosteza. Empieza a sentir sueñito. Frota su cuerpito contra el pelaje negro ronroneando. Le lame el hocico y sin pedir permiso se acurruca entre las patas delanteras del gran felino dando un bostezo.

por **Jason Schwaitzen** Mar Abr 24, 2012 12:15 pm

Apenas notó los tiernos movimientos del animal contra su cuerpo, ya que estaba casi dormido. Sin embargo, atinó a juntar levemente sus patas, cobijando aún más a la criaturita sin notarlo. También ronronea, pero de forma más grave y sonora que su pequeño acompañante y bosteza una última vez antes de caer sometido al sueño, durando aquel descanso un par de horas hasta que su estómago felino rugió con fuerza. La digestión había sido rápida y efectiva.

Se iba a mover en búsqueda de la satisfacción de sus entrañas cuando unos ronquiditos le alertaron y recordaron que no estaba solo, y sonrió internamente al ver a aquel cachorro apegadísimo a su piel negra, al parecer disfrutando lo que su mente proyectaba en aquel estado de somnolencia. No quiso pecar de aguafiestas así que le dejó dormir un poco más sin dejar de observarlo y de lamerle sutilmente la cabecita con el cariño que un padre tendría con su hijo, cuidando de no moverlo demasiado ya que su lengua era prácticamente media cabeza de él. Le había cogido mucha estima en un tiempo extremadamente corto, y eso no le molestaba en lo más mínimo. ¿Por qué molestarle si había conseguido un nuevo amigo, por muy pequeño que fuera?

por **Lionel** Vie Jun 01, 2012 7:37 pm

Se hizo una bolita entre las patas delanteras de la pantera y en poco tiempo quedó profundamente dormido, con sus patitas tapando su hociquito, y ronroneando suavemente y bajito, signo de que el sueño finalmente lo venció. Hacía mucho que no dormía tranquilamente, sin preocuparse de que algo o alguien quisiera dañarlo, y por primera vez en tiempo tuvo un sueño tranquilo y lindo.

Soñaba con una gran pradera acariciada por los calidos rayos del sol, con mariposas e insectos que podía perseguir sin parar una y otra vez y nunca se cansaba. Hasta que aquella barrera comienza a temblar y empieza a sentir su cabecita un poco mojada. El sueño empieza a alejarse de su cuerpo y su mente adormilada. Siente algo pasar por su cabecita y se acurruca más queriendo seguir durmiendo, pero ya no podía. Da un pequeño bostezo y gira su cabecita para ver a la pantera pero lo que ve y siente es una lengua pasar por su carita.

-Graaawww- “Basta.”

Protesta sacudiendo la cabeza aún dormido. Lo mira y le lame el hocico con su pequeña lengüita que solo puede hacerle cosquillas a la pantera. Vuelve a bostezar.

por **Jason Schwaitzen** Lun Jun 04, 2012 1:54 pm

Desafortunadamente para Djibril, su accionar estaba provocando lo que precisamente él no quería: privar a ese cachorro en desarrollo de un rato más de sueño. Sin embargo, inconscientemente deseaba que despertara, para así poder alimentarse ambos, como quedó de manifiesto en ese nuevo rugido de su estómago. Tras la lamida ajena hizo una más y acarició delicadamente el cuerpito con su cabeza. - Acompáñame, iremos a cazar.- Dijo en esa comunicación tan fascinante que tenían los animales entre sí y se incorporó y emitió un bostezo abriendo el hocico de tal forma en que el guepardito podría perfectamente ser el bocado que la pantera requería. Se espabiló estirándose desde los bigotes hasta la punta de la cola y esperó que su acompañante (o aprendiz) estuviera listo para que le siguiera. El refugio ya había cumplido su función, ahora era el momento de seguir adelante.

Ya llevaban un rato mezclados con el bosque, y un aroma les llamó la atención a los dos, o a uno más que otro. Era otro ciervo, pero más pequeño. Djibril concluyó para sus adentros que se trataba del hijo del que habían degustado anteriormente y no se hizo problema por ello. Había que sobrevivir. - Ven - Le llamó y se ocultó en unos matorrales que le dejaban en perfecta posición de ataque y de defensa al mismo tiempo - Quédate quieto - Dijo y se colocó en posición de cacería, saltando hacia su presa cuando estuvo cerca. Obviamente, no tuvo complicaciones: la mordida en el cuello fue certera y la víctima cayó desprovista de vida entre las patas del animal negro. Cuando le cogió más fuerte para tirar del cuerpo hacia donde estaba el cachorro, su agudo oído le alertó de algo. No estaban solos.

por **Lionel** Lun Jun 04, 2012 9:37 pm

Su cabeza se mueve de arriba abajo en su intento de no volver a dormirse. El movimiento del hocico de la pantera contra su cabeza en una caricia le hace despejar el sueño de su mente y ronronea suavemente antes de bostezar y mirarlo medio dormido. Levanta las orejas atentamente al escucharle decir que iban a cazar.

-¿Cazar?... pero hace poco comimos… ¿cazarás de nuevo?-

Pregunta sorprendido con sus gruñiditos. No podía comprenderlo. Él con suerte comía una vez al día, nunca, jamás pensaría en poder comer otra comida en un mismo día. Se pone de pie de un saltito y estira sus patas delanteras y se sacude. Lo mira y lo sigue trotando para poder seguirle rápido. Cuando él le dice se sienta tras unos arbustos escondido de la vista del ciervo que persiguen y lo ve alejarse para atacarlo.

El pequeño guepardo no ve la caza de la pantera porque mientras bostezaba una mariposa paso frente a él y el pequeño sin dudarlo fue tras ella a perseguirla escondido entre los matorrales y alejándose de la pantera sin darse cuenta.

La mariposa finalmente se apoya sobre un grueso tronco. El pequeño felino se acerca con sigilo. Se prepara y salta clavando las garritas en el gran tronco ahuyentando a la mariposa que se fue volando. Pero algo anda mal… este tronco no se siente como otros… es peludo y… se mueve… y… gruñe y……. El “tronco” de golpe se pone en dos patas y se gira… era un enorme oso de color negro y ojos terriblemente furiosos que miraban al pequeño cachorro. Dio un rugido con fuerza y una de sus zarpas se dirige al pequeño que al agacharse logra esquivar.

El guepardo sin dudarlo sale corriendo seguido por el oso que no tarda en alcanzarlo y lograr darle con una de sus zarpas y hacer que se golpee contra un árbol. El pequeño manchado sacude su cabeza y mira al enorme oso parado en dos patas frente a él.

-¡¡¡Aaaah!!! ¡¡Ayuda!!!-

Gruñe con fuerza y miedo al ver esos largos colmillos y esas largas uñas dirigirse a su pequeño cuerpecito.

por **Jason Schwaitzen** Jue Jun 14, 2012 11:44 pm

Un gruñido que no fue ni del cachorro ni del venado le llamó la atención, y le hace voltearse en tal dirección, encontrándose conq ue un oso negro estaba ante el pequeño guepardo. El contraste de tamaños y fuerzas era arrollador, pero precisamente lo primero había salvado a su amiguito que ahora corría para alejarse del oso pero sin éxito, siendo golpeado contra un árbol. - ¡Maldito! - rugió Djibril y acudió a su rescate usando sus fuertes patas para saltar y clavar sus garras en la espalda del oso, que ahora usaba sus patas delanteras en medio de su dolor para sacárselo de encima con un azote que recordaba una llave de Judo; mas Djibril se repuso y continuó atacándole con fiereza y furia instintiva y protectora, llegando a pararse en dos patas en más de una ocasión para luego patear su abdomen, pero el oso era tan o más fuerte que él, rechazando y empujando con violencia a la pantera, logrando darle un zarpazo en el rostro que le hizo gemir de dolor. El africano gruñió de impotencia e insistió, pero fue lanzado pesadamente contra un árbol, quedándose por fin quieto para fortuna del úrsido que había perdido toda atención en el bebé felino y se acercaba a rematar a la pantera que gruñía adolorida y cansada por el esfuerzo.

por **Lionel** Miér Jun 20, 2012 2:27 pm

Esperaba sentir un fuerte dolor pero en lugar de eso escucha un fuerte rugido de parte del oso, un rugido de dolor. Tomando valor abre los ojos y ve que el oso se había alejado de él y a la pantera atacarlo para distraerlo del pequeño guepardo. El pequeño mira la escena asustado, petrificado al pie de aquel árbol, preocupado por la pantera y sorprendido por la gran pelea que esos dos animales llevaban a cabo. Baja las orejas y mira preocupado como ese oso golpea a la pantera y como esta se queda quieta tras chocar contra ese árbol.

Se asusta y se preocupa al ver al oso acercarse más y más a la pantera. El pequeño cachorro se arma de mucho valor y corre hacia el oso lo más rápido que puede, escala la gran espalda hasta la cabeza del enorme animal y sin pensarlo dos veces le muerde fuertemente una oreja para distraerle. Funciona. El oso gruñe molesto y se sacude para sacarse al pequeño de encima. El pequeño guepardo lo suelta y cae al suelo, rápidamente empieza a correr siendo perseguido por el enorme animal y esquiva los zarpasos por los pelos. No se detiene hasta llegar a la enorme cascada y comienza a escalarla con dificultades siendo seguido por el oso que escala con menos dificultades que él.

Un viejo tronco de árbol caído está a la mitad de la cascada que sirve como puente para cruzar al otro lado y el pequeño guepardo lo empieza a cruzar con cuidado ya que el árbol hace ruido… un movimiento brusco del tronco le hace girar y ve al enorme oso subirse al tronco y caminar hacia él. El pequeño guepardo se agazapa asustado y va retrocediendo alejándose del oso con cuidado, pero de golpe se escucha un fuerte ruido y el árbol se quiebra en dos porque no soporta el peso del oso. Ambos animales caen por la cascada y se hunden en el agua. Unos segundos después el pequeño guepardo sale flotando gruñendo suavemente por ayuda porque no sabe nadar…

La corriente lleva al pequeño, que se había desmayado, hasta la orilla.

por **Jason Schwaitzen** Jue Jun 28, 2012 9:00 pm

Djibril había quedado bastante aturdido tras el feroz golpe, y eso le causaba una instintiva impotencia bastante fuerte que se mezcló con una preocupación igual de fuerte cuando lo vio en su valiente accionar, escalando el pelaje y mordiendo la oreja del oso para evitar que continuara dándole aquellos golpes que se convertirían en poco en una paliza. Lo sigue con la mirada hacia la cascada que es cuando se incorpora lentamente e intenta avanzar, pero no tiene la agilidad de siempre. En ese momento era una carga para el pobre cachorro que, a pesar de sus recursos tan reducidos como su tamaño, se las arreglaba para hacer que el oso cayera y muriera seguramente ahogado, porque no salía la superficie. Su amiguito sí lo había hecho, y trató de acercársele pero estaba muy lejos de la corriente, así que esperó a que llegara a la orilla y lo cogió del pescuezo para ponerlo a salvo. Lo veía toser y supo que no podría salvarlo en su forma animal, así que aprovechando la situación cambió el pelaje negro por la piel negra y sus zarpas que ahora eran manos humanas masajeaban el cuerpo del guepardo bebé hasta que lo vio escupir un poco de agua, provocando su relajo momentáneo. Lo puso en cuatro patas a ver si podía mantener el equilibrio pero al final fue él el del problema, porque las rodillas se fueron al suelo y una mano a su cabeza. Estaba mareado, tanto que se dirigió a tomar agua tambaleante, respirando profundamente para recuperarse. Incluso se mojó la nuca y la espalda, a ver si el contraste de temperatura servía. Suspiró botando un poco de aire y de inmediato se dirigió a él, pero el volteo fue suficiente para dejarlo parado. El crío había despertado, y le estaba mirando.

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El desayuno del día (Djibril Jawara)

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