AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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I . LLegó el momento. [Sousuke]
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I . LLegó el momento. [Sousuke]
Ya deben de estar en flor los arboles de Sakura.
Fue hace tiempo cuando quise salir a descubrir mundo, solo que el destino cambio a placer, demostrándome que tenía las riendas de mi vida y no yo misma. Que ironía, pensar en que en algún momento yo tenía control de mi vida, cuando en realidad pagaba la deuda a alguien que me salvo de un empalamiento seguro. Que cerca estuve, pero cuando todo se había vuelto oscuro, alguien, con unos colmillos afilados, me rescato, percatándose de que tendría que llevar la carga de soportarme de vez en cuando.
Ya hacía mucho tiempo que no le veía. Bien tenia ordenes de verle, de informarle cualquiera que fuesen las noticias que sucumbieran la atención de tanta gente. De camino a la Residencia Asakura, el bosque se estrechaba a mis espaldas cuando un nuevo paisaje, de aquel aspecto oriental del que tanto echaba de menos. Del que tantos días y años me separaban de mis antiguos recuerdos. No quería recordar, sino pensar en el futuro y en cómo me vería el líder de los Asakura. Bien, le conocía por varias pero secas pláticas con él, después el olvido llego a separarnos, quizás ya ni se acordaría de mí, ni de mi rostro.
Aparte, Kuro me llamaba, pero él desconocía que era yo, o posiblemente, lo sabía. Desconocía si lo hacía o no, solo que posiblemente me estuviera acobardando. Un bofetón me di, para despertar, esta no era yo misma, si tan solo me viera en algún reflejo, no me podría reconocer. Suspiré con cierta lentitud, andando lentamente por el camino de hojas secas, arraigadas al suelo como las raíces de los arboles, mis pasos eran lentos, pensativos para cuando después me pare a mas de cinco metros más o menos. Vaya, menuda sorpresa, aunque era de esperar que hubiera un muro de piedra, enorme, similar al de la muralla china rodeando la Residencia.
Seria algo gracioso de verme desnuda, en el despacho principal de mi señor y sin nada de ropa por encima, dando un escueto informe. Así que, por mucho que hubieran construido aquella gran muralla, saque unas garras con las que me servían para poder ir escalando por las montañas, a pesar de poder ir volando, solo que tenia la desventaja de que las ropas se despegaban de mi cuerpo, dejándolas sin cuerpo alguno para rellenar y quedándome yo avergonzada. Bien subí unos tramos y no esperaron en hacer sonar la alarma.
-Kuso....la noche es perfecta para matar...pero no para enturbiar...-Chasque la lengua, maldiciendo por lo bajo, lejos de los oídos ajenos de quienes venían. Uno, dos...cinco. Bien, cinco contra uno.
¿La justicia? ¿Donde se quedo?
Fue hace tiempo cuando quise salir a descubrir mundo, solo que el destino cambio a placer, demostrándome que tenía las riendas de mi vida y no yo misma. Que ironía, pensar en que en algún momento yo tenía control de mi vida, cuando en realidad pagaba la deuda a alguien que me salvo de un empalamiento seguro. Que cerca estuve, pero cuando todo se había vuelto oscuro, alguien, con unos colmillos afilados, me rescato, percatándose de que tendría que llevar la carga de soportarme de vez en cuando.
Ya hacía mucho tiempo que no le veía. Bien tenia ordenes de verle, de informarle cualquiera que fuesen las noticias que sucumbieran la atención de tanta gente. De camino a la Residencia Asakura, el bosque se estrechaba a mis espaldas cuando un nuevo paisaje, de aquel aspecto oriental del que tanto echaba de menos. Del que tantos días y años me separaban de mis antiguos recuerdos. No quería recordar, sino pensar en el futuro y en cómo me vería el líder de los Asakura. Bien, le conocía por varias pero secas pláticas con él, después el olvido llego a separarnos, quizás ya ni se acordaría de mí, ni de mi rostro.
Aparte, Kuro me llamaba, pero él desconocía que era yo, o posiblemente, lo sabía. Desconocía si lo hacía o no, solo que posiblemente me estuviera acobardando. Un bofetón me di, para despertar, esta no era yo misma, si tan solo me viera en algún reflejo, no me podría reconocer. Suspiré con cierta lentitud, andando lentamente por el camino de hojas secas, arraigadas al suelo como las raíces de los arboles, mis pasos eran lentos, pensativos para cuando después me pare a mas de cinco metros más o menos. Vaya, menuda sorpresa, aunque era de esperar que hubiera un muro de piedra, enorme, similar al de la muralla china rodeando la Residencia.
Seria algo gracioso de verme desnuda, en el despacho principal de mi señor y sin nada de ropa por encima, dando un escueto informe. Así que, por mucho que hubieran construido aquella gran muralla, saque unas garras con las que me servían para poder ir escalando por las montañas, a pesar de poder ir volando, solo que tenia la desventaja de que las ropas se despegaban de mi cuerpo, dejándolas sin cuerpo alguno para rellenar y quedándome yo avergonzada. Bien subí unos tramos y no esperaron en hacer sonar la alarma.
-Kuso....la noche es perfecta para matar...pero no para enturbiar...-Chasque la lengua, maldiciendo por lo bajo, lejos de los oídos ajenos de quienes venían. Uno, dos...cinco. Bien, cinco contra uno.
¿La justicia? ¿Donde se quedo?
Shina- Cambiante Clase Baja
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Fecha de inscripción : 11/02/2012
Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]
Los graznidos de uno de los principales cuervos mensajeros del Clan Asakura rompieron con el silencio que solía predominar en la habitación del Daimyo, quien permanecía recto y estoico en el centro de ésta, con su Katana delante y sus ojos cerrados, cual muerto viviente que era. La última secuencia del arma cruzando el aire coincidió con el aterrizaje del ave, dándole cuenta sólo con aquel gesto, sólo con aquel movimiento de cabeza que duró un segundo, de lo que sucedía aunque él ya lo supiese, como si lo hubiera predecido. Y con esa misma calma, como si no estuviera pasando nada Sousuke se incorporó envainando en su cintura y dirigiéndose al lugar de los hechos con esas artimañas que eran tan propias de él, y sin embargo irreconocibles para el común de los seres...
En cuanto la alarma sonó, las cinco siluetas rodearon a la intrusa, sacando cada uno un arma que variaba entre cuchillos carniceros, palos con clavos y escopetas para los ataques a distancia.- ¡Los intrusos deben ser eliminados! - exclamó uno de ellos, tomando una postura de combate callejero junto con los demás, conservando la vista fija en aquella joven mujer de vestimentas cortas y oscuras, identificándose como uno de aquellos guerreros que servía y luchaba desde las sombras; mismo lugar desde el cual una figura esbelta observaba con un entusiasmo muy bien escondido la situación que se iba a desarrollar en el momento, y que él mismo había creado.
- Ataquen.
En cuanto la alarma sonó, las cinco siluetas rodearon a la intrusa, sacando cada uno un arma que variaba entre cuchillos carniceros, palos con clavos y escopetas para los ataques a distancia.- ¡Los intrusos deben ser eliminados! - exclamó uno de ellos, tomando una postura de combate callejero junto con los demás, conservando la vista fija en aquella joven mujer de vestimentas cortas y oscuras, identificándose como uno de aquellos guerreros que servía y luchaba desde las sombras; mismo lugar desde el cual una figura esbelta observaba con un entusiasmo muy bien escondido la situación que se iba a desarrollar en el momento, y que él mismo había creado.
- Ataquen.
Sousuke Asakura- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 28/12/2011
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Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]
No muchos me verían dormitar.
No muchos verían mis alas batir al levitar.
Nadie me vería pues yo era la sombra que
les hacia dormitar en la soledad de las sombras
que arrullan al pájaro de alas negras.
Bien, dícese que necesitaría una pequeña ayuda, solo que meramente no la necesitaba pues los campos estaban en silencio, rodeando una mínima parte de él que me advertía de una conocida presencia. Ocre corazón de serpiente que se tiñe los colmillos de rojo con la sangre ajena de sus enemigos, como un cuento popular de tiempos infantes sonreía, posiblemente viendo el final del cuento de cada uno de las cinco sombras que rodeaban el espacio y que lo iban estrechando sin temor. Las manos estimulando la invocación del ying-yang se movían agiles, produciendo, elevando el efecto del Kuji Kiri- ichi, ni, san, yon, go, roku, nana, hachi, kyū, jū....Hao!-Mi fuerza de gran nivel había aumentado.
Y con amenaza sacaba del interior de la bolsa que llevaba conmigo, el arma que había adquirido de los viejos monjes en las montañas a través de tantos viajes de ida y venidas, un Kusarigama, De diente afilado sujeto en la cola con una gran cadena con un contrapeso al otro extremo. Al suelo, pensé decir para que se cubrieran las espaldas pero el baile, ahora me apetecía moverme al son del...¿Silencio sepulcral que había por aquellos extensos jardines de pino y abeto? La Kusarigama bien era instrumento de baile entre las cuerdas vocales de la gente apaciguando sonidos bastos de ira.
- ichi, ni, san, yon, go. . . . .-Aquella sonrisa de piñón en mis labios asomaba. ¿Qué gracia tenia hacer aquello sino era para engatusar al más inocente. Debo decir que eran artes de seducción pues ya uno menos pareció inquietarse al encanto de aquel leve gesto que profese- irassharu...to...-Dije con suavidad, dejando en descanso el instrumento que sujetaba en ambas manos. Solamente fueron varios los segundos para ver enseguida el ahorcamiento de aquella persona y enseguida la decapitación de dos más.
Tres.
Ahora quedaban dos.
¿Quién era el siguiente?
No muchos verían mis alas batir al levitar.
Nadie me vería pues yo era la sombra que
les hacia dormitar en la soledad de las sombras
que arrullan al pájaro de alas negras.
Bien, dícese que necesitaría una pequeña ayuda, solo que meramente no la necesitaba pues los campos estaban en silencio, rodeando una mínima parte de él que me advertía de una conocida presencia. Ocre corazón de serpiente que se tiñe los colmillos de rojo con la sangre ajena de sus enemigos, como un cuento popular de tiempos infantes sonreía, posiblemente viendo el final del cuento de cada uno de las cinco sombras que rodeaban el espacio y que lo iban estrechando sin temor. Las manos estimulando la invocación del ying-yang se movían agiles, produciendo, elevando el efecto del Kuji Kiri- ichi, ni, san, yon, go, roku, nana, hachi, kyū, jū....Hao!-Mi fuerza de gran nivel había aumentado.
Y con amenaza sacaba del interior de la bolsa que llevaba conmigo, el arma que había adquirido de los viejos monjes en las montañas a través de tantos viajes de ida y venidas, un Kusarigama, De diente afilado sujeto en la cola con una gran cadena con un contrapeso al otro extremo. Al suelo, pensé decir para que se cubrieran las espaldas pero el baile, ahora me apetecía moverme al son del...¿Silencio sepulcral que había por aquellos extensos jardines de pino y abeto? La Kusarigama bien era instrumento de baile entre las cuerdas vocales de la gente apaciguando sonidos bastos de ira.
- ichi, ni, san, yon, go. . . . .-Aquella sonrisa de piñón en mis labios asomaba. ¿Qué gracia tenia hacer aquello sino era para engatusar al más inocente. Debo decir que eran artes de seducción pues ya uno menos pareció inquietarse al encanto de aquel leve gesto que profese- irassharu...to...-Dije con suavidad, dejando en descanso el instrumento que sujetaba en ambas manos. Solamente fueron varios los segundos para ver enseguida el ahorcamiento de aquella persona y enseguida la decapitación de dos más.
Tres.
Ahora quedaban dos.
¿Quién era el siguiente?
Shina- Cambiante Clase Baja
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Fecha de inscripción : 11/02/2012
Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]
- Ichi, Ni, San, Yon, Go, Roku, Nana, Hachi, Kyu, Jyu, Hao...- Aquellas palabras se replicaron en la mente de quien vigilaba aquel combate con la preocupación de quien ve una exhibición, pero con la atención de quien ve una confrontación final entre dos rivales históricos. El Cuervo pronto danzó entre las sombras, cayendo los cuerpos, las cabezas y la sangre iluminadas por las estrellas que ni unidas podían hacer frente a la estrella negra que observaba acechante cual Tigre y feroz cual Dragón a los dos infortunados que por la voluntad del Daimyo eran una ínfima prueba para probar y averiguar si había progresado en todo sentido, aunque él ya lo supiera ciegamente desde el principio. ¿Sousuke, confiando en alguien? ¿Teniendo fe? No, era simplemente un pensamiento lógico, fríamente calculado. Le había salvado de una muerte segura, y lo lógico era que se debiera a él, a su "Santo Demonio", a su Salvador, a su Daimyo.
Aquellos dos disimulados "peones" no temblaban de miedo como normalmente deberían reaccionar ante semejante demostración de efectividad asesina. Estaban estoicos en posición de guardia, confiados como si la ventaja numérica fuera más que suficiente para tener a la mujer de ojos rasgados a sus pies. No tenían idea de nada, ni tampoco de lo que iba a sucederles en ese mismo momento: el aire frío se congeló por el susurro del Líder Asakura y los dos cuerpos cayeron como dos piedras al agua, hundiéndose en la profunda oscuridad de la muerte súbita. Los cinco habían caído.
Una nueva brisa recorrió el lugar, haciendo que aquella mirada desapareciera de donde estaba, reapareciendo el Daimyo a cinco metros del Cuervo, observando su cuerpo y su alma al mismo tiempo, recorriéndola como el viento hacía con sus cabellos negros. No dijo nada, el silencio era suficiente comunicación para él.
Aquellos dos disimulados "peones" no temblaban de miedo como normalmente deberían reaccionar ante semejante demostración de efectividad asesina. Estaban estoicos en posición de guardia, confiados como si la ventaja numérica fuera más que suficiente para tener a la mujer de ojos rasgados a sus pies. No tenían idea de nada, ni tampoco de lo que iba a sucederles en ese mismo momento: el aire frío se congeló por el susurro del Líder Asakura y los dos cuerpos cayeron como dos piedras al agua, hundiéndose en la profunda oscuridad de la muerte súbita. Los cinco habían caído.
Una nueva brisa recorrió el lugar, haciendo que aquella mirada desapareciera de donde estaba, reapareciendo el Daimyo a cinco metros del Cuervo, observando su cuerpo y su alma al mismo tiempo, recorriéndola como el viento hacía con sus cabellos negros. No dijo nada, el silencio era suficiente comunicación para él.
Sousuke Asakura- Vampiro Clase Alta
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Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]
¿Quién era el cazador y quien era el animal?
La historia de la niña de cabellos oscuros que se encontró con el cazador, yo en cambio me encontré finalmente con el Daimyo frente a frente si tener más demora. Silencio. El silencio era nuestra moneda de cambio en esos instantes. No todo el mundo podría hacer tal silencio. El que nosotros hacíamos, era imposible de imitar.
Los minutos eran horas, los segundos minutos.
Cronos había parado para nosotros esta noche. Bien no sabía que hacía yo sin arrodillarme frente a quien le debía la vida, a quien me había ayudado aquella noche en el santuario ¿Bien, que iba a hacer? Con amplitud sonreí de lado, saque un cinto negro del escote de encaje negro que se sujetaba con firmeza sobre la curvatura de mi cuello, mirando con cierto interés desinteresado al Líder del clan Asakura. Bien había pasado tiempo, el cinto negro, para entonces se había expandido en un hermoso pañuelo, grande de color...negro.
De una de las esquinas lo sujetaba con firmeza. Miraba a quien era el líder aun de esta dinastía a la que tengo el honor de proteger, lo miraba con firmeza para después ir danzando con el pañuelo como una de aquellas bailarinas exóticas del Sahara, de aquellas que solían encantar a los hombres con leves movimientos de caderas y hacer que cayeran bajo su influjo, pero ¿Lo haría el hombre más frio de la tierra? Tengo por entendido, lo poco que pude ver del hombre al que me acercaba con cierta diversión, era que estaba quieto en su sitio. No había viento fatuo que lo derribara de su sitio, como las montañas. Terco y quieto. Seguro y calculador sobre sus movimientos.
No más ya a menos de cinco, seis, quince pasos estaba ya frente al líder. Una reverencia hice sin ascos- Daimyo...-Palabras secas y sin melodía salieron sin más, como una rutina. Odiaba las rutinas. Miraba los pies, cerré los ojos y mantuve la posición hasta ¿Nueva orden? Quizás, no lo sabía con exactitud. ¿Qué puede hacer un ser tan humillado como yo? Solo puedo responder a la llamada del más fuerte puesto que solamente soy uno más en la protección del clan Asakura.
La historia de la niña de cabellos oscuros que se encontró con el cazador, yo en cambio me encontré finalmente con el Daimyo frente a frente si tener más demora. Silencio. El silencio era nuestra moneda de cambio en esos instantes. No todo el mundo podría hacer tal silencio. El que nosotros hacíamos, era imposible de imitar.
Los minutos eran horas, los segundos minutos.
Cronos había parado para nosotros esta noche. Bien no sabía que hacía yo sin arrodillarme frente a quien le debía la vida, a quien me había ayudado aquella noche en el santuario ¿Bien, que iba a hacer? Con amplitud sonreí de lado, saque un cinto negro del escote de encaje negro que se sujetaba con firmeza sobre la curvatura de mi cuello, mirando con cierto interés desinteresado al Líder del clan Asakura. Bien había pasado tiempo, el cinto negro, para entonces se había expandido en un hermoso pañuelo, grande de color...negro.
De una de las esquinas lo sujetaba con firmeza. Miraba a quien era el líder aun de esta dinastía a la que tengo el honor de proteger, lo miraba con firmeza para después ir danzando con el pañuelo como una de aquellas bailarinas exóticas del Sahara, de aquellas que solían encantar a los hombres con leves movimientos de caderas y hacer que cayeran bajo su influjo, pero ¿Lo haría el hombre más frio de la tierra? Tengo por entendido, lo poco que pude ver del hombre al que me acercaba con cierta diversión, era que estaba quieto en su sitio. No había viento fatuo que lo derribara de su sitio, como las montañas. Terco y quieto. Seguro y calculador sobre sus movimientos.
No más ya a menos de cinco, seis, quince pasos estaba ya frente al líder. Una reverencia hice sin ascos- Daimyo...-Palabras secas y sin melodía salieron sin más, como una rutina. Odiaba las rutinas. Miraba los pies, cerré los ojos y mantuve la posición hasta ¿Nueva orden? Quizás, no lo sabía con exactitud. ¿Qué puede hacer un ser tan humillado como yo? Solo puedo responder a la llamada del más fuerte puesto que solamente soy uno más en la protección del clan Asakura.
Shina- Cambiante Clase Baja
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Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]
El viento volvió a manifestarse moviendo toda materia capaz de ser superada por aquella fuerza de la naturaleza, incluso los cabellos y ropas de la persona más fuerte e importante para Shina, a quien parecía hablarle por medio de su mirada acompañada por el silencio de sus labios. Aquella mirada se mantuvo clavada en ella al asumir el protagonismo del reencuentro, bailándole con destreza y soltura a Su Señor, rindiéndole un pequeño homenaje que Sousuke veía como algo rutinario y obligatorio en todo sirviente que quisiera estar a su cargo. No podían no alabarlo, oh no...sino las cabezas rodaban en un espectáculo rojizo digno del más crudo sacrificio tribal.
En todas esas circunstancias el vampiro se mantendría y mantenía igual, sin necesidad de utilizar sus músculos de la cara para expresar parte de su singular forma de pensar. Los que "lo conocían" sabían eso de sobra. Y también se quedó impasible cuando los giros y movimientos del pañuelo cesaron derivando en una reverencia acompañada en pocos segundos posteriores por el silencio; ese silencio que caracterizaba de forma tan precisa y perfecta al líder de los Asakura. - Shina. - Dijo con ese tono cortante que tantos habían conocido y temido, algunos respetado y otros desafiado con crueles consecuencias - ¿Qué te trae por tierras occidentales? - Preguntó sin tapujos, por mucho que supiera la respuesta gracias a sus brillantes habilidades mentales, esas que eran uno de los pilares para que todos los que escuchasen el nombre de Sousuke Asakura empezasen a temblar ni bien aquel nombre y apellido atravesasen sus oídos como dos kunai. Sabía que lo estaba buscando, sabía que volvería a él...sabía que lo quería a él...pero quería oírlo de sus labios.
En todas esas circunstancias el vampiro se mantendría y mantenía igual, sin necesidad de utilizar sus músculos de la cara para expresar parte de su singular forma de pensar. Los que "lo conocían" sabían eso de sobra. Y también se quedó impasible cuando los giros y movimientos del pañuelo cesaron derivando en una reverencia acompañada en pocos segundos posteriores por el silencio; ese silencio que caracterizaba de forma tan precisa y perfecta al líder de los Asakura. - Shina. - Dijo con ese tono cortante que tantos habían conocido y temido, algunos respetado y otros desafiado con crueles consecuencias - ¿Qué te trae por tierras occidentales? - Preguntó sin tapujos, por mucho que supiera la respuesta gracias a sus brillantes habilidades mentales, esas que eran uno de los pilares para que todos los que escuchasen el nombre de Sousuke Asakura empezasen a temblar ni bien aquel nombre y apellido atravesasen sus oídos como dos kunai. Sabía que lo estaba buscando, sabía que volvería a él...sabía que lo quería a él...pero quería oírlo de sus labios.
Sousuke Asakura- Vampiro Clase Alta
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Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]
¿Tenia que decirlo? ¿Tenía que humillarme delante del líder Asakura?
-Nacemos para vivir, por eso el capital más importante que tenemos, es el tiempo, es tan corto nuestro paso que por este planeta que es una pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que no tiene límites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos.....-Aquella era mi respuesta. ¿Evasión? Quizás, no se dejaría burlar incluso por alguien de un rango superior al de ella-.....el pasado siempre aparece cuando menos lo espera uno...-No iba a demostrar orgullo, pero tampoco me quedaría atrás, pudiendo demostrar valentía, aquella que me había ayudado hasta pisar tierra de la residencia Asakura.
¿Ahora qué? Me deshice de la reverencia para mirarle fijamente a aquellos ojos que había faltado ver durante tantas lunas. Solo un segundo basto para rodear las cadenas de las mortíferas armas con las que había aniquilado a los intrusos por alrededor de mi cuello. Nadie me engañaba. Un guardia Asakura, siempre llevaba el emblema de los Asakura, no iban de negro al completo. Las cadenas rozaban mi piel, las cuchillas y el contrapeso caían hacia abajo. El tul negro de seda lo rodee alrededor de mi cuello, para con ello hacerme una improvisada capucha que ocultaría mi rostro.
Junte mis manos haciendo el saludo rutinario-Daimyo....-Mi mirada bajo considerablemente, con aun las manos juntas me incline un poco-...-No le preguntaría si estaba bien, se veía que si lo estaba, era palpable-....-De nuevo en silencio pues esperaba alguna contestación del contrario-...Quizás el pasado venga para proteger el futuro del Clan....Kami-Sama....-Dijo pues bien conocía que al líder, le gustaba los halagos y más si eran mayoritarios, como por ejemplo, Dios, Señor...adjetivos que transmitieran poder, pues él se creía que era el centro del universo-...Mas he de decir que todo lo que tira vuelve ¿no cree?-Piensa en una peonza que es tirada al suelo para que ruede y después vuelva a ti dando vueltas y mas vueltas.
-Nacemos para vivir, por eso el capital más importante que tenemos, es el tiempo, es tan corto nuestro paso que por este planeta que es una pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que no tiene límites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos.....-Aquella era mi respuesta. ¿Evasión? Quizás, no se dejaría burlar incluso por alguien de un rango superior al de ella-.....el pasado siempre aparece cuando menos lo espera uno...-No iba a demostrar orgullo, pero tampoco me quedaría atrás, pudiendo demostrar valentía, aquella que me había ayudado hasta pisar tierra de la residencia Asakura.
¿Ahora qué? Me deshice de la reverencia para mirarle fijamente a aquellos ojos que había faltado ver durante tantas lunas. Solo un segundo basto para rodear las cadenas de las mortíferas armas con las que había aniquilado a los intrusos por alrededor de mi cuello. Nadie me engañaba. Un guardia Asakura, siempre llevaba el emblema de los Asakura, no iban de negro al completo. Las cadenas rozaban mi piel, las cuchillas y el contrapeso caían hacia abajo. El tul negro de seda lo rodee alrededor de mi cuello, para con ello hacerme una improvisada capucha que ocultaría mi rostro.
Junte mis manos haciendo el saludo rutinario-Daimyo....-Mi mirada bajo considerablemente, con aun las manos juntas me incline un poco-...-No le preguntaría si estaba bien, se veía que si lo estaba, era palpable-....-De nuevo en silencio pues esperaba alguna contestación del contrario-...Quizás el pasado venga para proteger el futuro del Clan....Kami-Sama....-Dijo pues bien conocía que al líder, le gustaba los halagos y más si eran mayoritarios, como por ejemplo, Dios, Señor...adjetivos que transmitieran poder, pues él se creía que era el centro del universo-...Mas he de decir que todo lo que tira vuelve ¿no cree?-Piensa en una peonza que es tirada al suelo para que ruede y después vuelva a ti dando vueltas y mas vueltas.
Shina- Cambiante Clase Baja
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Fecha de inscripción : 11/02/2012
Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]
Evasivas. Lo supuso, como todo lo que rondaba alrededor de sus súbditos. Y no sólo lo suponía, lo tenía todo controlado y manipulado de una forma tan perfecta que la palabra "error" no era conocida por él. ¿Sousuke, cometiendo errores? Eso era tan imposible tanto al pensarlo como en la realidad. Desde que lo habían transformado en eso, jamás había cometido un solo error. Ni siquiera fingiéndolo o deseándolo. La perfección estaba pegada a él con una fidelidad tan ciega como la de la mujer que estaba en frente. Lástima que aquella perfección no fuera aparentemente perfecta para los planes que él decía tener.
- Todos terminan regresando a mí. Es el Destino de todo mortal e inmortal llegar hasta mi Figura. - Esa misma figura cuyo rostro mostraba un cambio notorio con esa sonrisa amplia que dejaba ver los colmillos que eran la ferviente prueba de su condición, mostrando esa arrogancia y satisfacción que le causaban esos halagos que, aunque repetidos, siempre gustaba de escuchar. - Espero que aquel Pasado permanezca a mi lado para cumplir aquella tarea, tal y como se le encomendó anteriormente. - Comentó como si aquel Pasado fuera otra persona o entidad, cuando realmente estaba a menos de cinco metros. - Y que vuelva a ser mi Mano Derecha, claro...-se acomodó un par de mechones con un movimiento elegante y le miró altivo, admirándola de arriba a abajo. No había tenido complicación alguna contra aquella improvisada guardia y eso estaba totalmente dentro de sus expectativas; sería un mentiroso de primera si dijera que no lo esperaba. ¿Y si era un mentiroso?
Dio un paso a un costado para voltearse, y miró de reojo a Shina, quien aún se mantenía inclinada en aquella reverencia. - ... - Sin decirle nada empezó a caminar hacia el interior de su Residencia, esperando y obviando que le seguiría, tal y como todos los demás.
- Todos terminan regresando a mí. Es el Destino de todo mortal e inmortal llegar hasta mi Figura. - Esa misma figura cuyo rostro mostraba un cambio notorio con esa sonrisa amplia que dejaba ver los colmillos que eran la ferviente prueba de su condición, mostrando esa arrogancia y satisfacción que le causaban esos halagos que, aunque repetidos, siempre gustaba de escuchar. - Espero que aquel Pasado permanezca a mi lado para cumplir aquella tarea, tal y como se le encomendó anteriormente. - Comentó como si aquel Pasado fuera otra persona o entidad, cuando realmente estaba a menos de cinco metros. - Y que vuelva a ser mi Mano Derecha, claro...-se acomodó un par de mechones con un movimiento elegante y le miró altivo, admirándola de arriba a abajo. No había tenido complicación alguna contra aquella improvisada guardia y eso estaba totalmente dentro de sus expectativas; sería un mentiroso de primera si dijera que no lo esperaba. ¿Y si era un mentiroso?
Dio un paso a un costado para voltearse, y miró de reojo a Shina, quien aún se mantenía inclinada en aquella reverencia. - ... - Sin decirle nada empezó a caminar hacia el interior de su Residencia, esperando y obviando que le seguiría, tal y como todos los demás.
Sousuke Asakura- Vampiro Clase Alta
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Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]
Deshaciéndome de aquella reverencia que me mantenía viendo el suelo, dude en seguirle.
¿Lo habría decepcionado al abrir mi boca para decir aquellas palabras? Estuve peleando durante unos segundos contra mi conciencia, pero mis labios lamí para incorporarme y quedar mirando hacia su espalda y recuperar algo de saliva-mala suerte....-Andaba con tranquilidad, quizás un poco más adelantada que el líder del clan para atrapar una flecha que vino desde uno de los pinos de alrededor-....Y tenga cuidado, se pilla antes a un mentiroso, que a un cojo...-El viento acariciaba mis cabellos cortos, aquellos de los que me despedí para tener más agilidad en mi equilibrio.
No es que tuviera un estilo, no es que siguiera una moda. Seguía mi instinto, pero reconocía que nadie tenía tanta soberbia como la que yo había tenido durante todo este tiempo. Mire de reojo al igual como me había mirado el líder del clan Asakura.
-No lo niegue....me esperaba...sabía que iba a volver....-No haría más esperas en el camino-...-No dije palabra pues lo que hice fue fijar mi mirada al frente y sonreír para comenzar nuevamente a caminar hasta una de las puertas principales la cual finalmente abrí para dejar paso a un frente mayor.
-Tenga en cuenta que no siempre le abriré...”las puertas”...-Algunas personas las cuales había conocido anteriormente de haber llegado aquí, aquel termino lo habían entendido por otro camino. Gente desvergonzada que pensaba nada más que en otra cosa que no fuera abrirse de piernas. Obviamente tampoco lo pudieron lograr. Nadie puede. Nadie- No tengo esa barata costumbre....-Aun miraba al frente, mis palabras eran firmes y severas.
Miré con firmeza hacia los ojos del líder-líder del clan Asakura...¿La tiene usted acaso?-¿Qué era entonces aflorar un poco la adrenalina? Sabía el estado enfermizo que el líder Sousuke tenía con su ego y su cuerpo. No podía haber noche que no pasara entre las piernas de una mujer. Mis manos entonces lo empujaron contra una de las paredes del pasillo de la entrada de aquel lugar-...¿O...?-Con diversión me acerque hasta estar a una corta distancia y apoyar la planta de mi pie plano sobre el centro de su entrepierna- ¿Después de tanto tiempo..es inmune?
¿Lo habría decepcionado al abrir mi boca para decir aquellas palabras? Estuve peleando durante unos segundos contra mi conciencia, pero mis labios lamí para incorporarme y quedar mirando hacia su espalda y recuperar algo de saliva-mala suerte....-Andaba con tranquilidad, quizás un poco más adelantada que el líder del clan para atrapar una flecha que vino desde uno de los pinos de alrededor-....Y tenga cuidado, se pilla antes a un mentiroso, que a un cojo...-El viento acariciaba mis cabellos cortos, aquellos de los que me despedí para tener más agilidad en mi equilibrio.
No es que tuviera un estilo, no es que siguiera una moda. Seguía mi instinto, pero reconocía que nadie tenía tanta soberbia como la que yo había tenido durante todo este tiempo. Mire de reojo al igual como me había mirado el líder del clan Asakura.
-No lo niegue....me esperaba...sabía que iba a volver....-No haría más esperas en el camino-...-No dije palabra pues lo que hice fue fijar mi mirada al frente y sonreír para comenzar nuevamente a caminar hasta una de las puertas principales la cual finalmente abrí para dejar paso a un frente mayor.
-Tenga en cuenta que no siempre le abriré...”las puertas”...-Algunas personas las cuales había conocido anteriormente de haber llegado aquí, aquel termino lo habían entendido por otro camino. Gente desvergonzada que pensaba nada más que en otra cosa que no fuera abrirse de piernas. Obviamente tampoco lo pudieron lograr. Nadie puede. Nadie- No tengo esa barata costumbre....-Aun miraba al frente, mis palabras eran firmes y severas.
Miré con firmeza hacia los ojos del líder-líder del clan Asakura...¿La tiene usted acaso?-¿Qué era entonces aflorar un poco la adrenalina? Sabía el estado enfermizo que el líder Sousuke tenía con su ego y su cuerpo. No podía haber noche que no pasara entre las piernas de una mujer. Mis manos entonces lo empujaron contra una de las paredes del pasillo de la entrada de aquel lugar-...¿O...?-Con diversión me acerque hasta estar a una corta distancia y apoyar la planta de mi pie plano sobre el centro de su entrepierna- ¿Después de tanto tiempo..es inmune?
Shina- Cambiante Clase Baja
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Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]
Sousuke cerró y abrió los ojos lentamente durante aquella intervención de la cambiaformas, sin inmutarse siquiera por la presencia de la flecha que ya conocía y de cuyo lanzador ya se había hecho cargo segundos después, a juzgar por el sonido del cuerpo inerte azotar el suelo. Era lo que tenía el ser invencible, el ser (casi) perfecto. Las puertas se abrieron acompañadas del silencio sepulcral del alto varón que caminaba con las manos atrás en semblante sereno y solitario, como si el viento nocturno hablase con él y éste le respondiera en un intercambio que sólo quedaría entre ellos en la quietud más absoluta. Aquella misma quietud existía entre la viva muerta y el muerto viviente, aunque ésta se distorsionara con el ruido de la...¿humanidad? del segundo contra la pared. - ¿Qué crees tú, Shina? ¿Crees que yo, el inigualable Asakura Sousuke, ha dejado atrás aquellas costumbres vulgares propias de la más baja calaña? - Interrogó con el tono neutro y elegante que le caracterizaba, separándose de ella para dar unos pasos aún con los brazos atrás dándole la espalda, con una sonrisa descaradamente mentirosa.- Tú, que eres tan cercana y me conoces bien...
¿No estaba siendo demasiado sarcástico? No, no era suficiente. Nada era suficiente para el voraz apetito del Daimyo, quién hacía desaparecer esa sonrisa para voltearse y mirarle con una sonrisa ladina de arriba a abajo. Hermosa, inteligente y letal; así era Shina, o Kuro como solía llamarle a los oídos de otros. Sabía que ella podría llegar más lejos que los demás en la introspección de la mente maquiavélica que tenía en frente, y por eso esperaba su respuesta con ganas de escuchar música para sus oídos.
¿No estaba siendo demasiado sarcástico? No, no era suficiente. Nada era suficiente para el voraz apetito del Daimyo, quién hacía desaparecer esa sonrisa para voltearse y mirarle con una sonrisa ladina de arriba a abajo. Hermosa, inteligente y letal; así era Shina, o Kuro como solía llamarle a los oídos de otros. Sabía que ella podría llegar más lejos que los demás en la introspección de la mente maquiavélica que tenía en frente, y por eso esperaba su respuesta con ganas de escuchar música para sus oídos.
Sousuke Asakura- Vampiro Clase Alta
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Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]
La verdad quería que la tentación entrase en el juego. Yo, solamente dirigí mis pasos hacia donde estaban las puertas cerradas, cogí de los pomos, pero solo unos segundos bastaron para distraerme de una flecha que se clavo en mi hombro y dentro de mis costillas-¡Ahg....! –Yo poco fue que gemí de dolor, me aguantaba el silencio no por pasatiempo, me habían pegado el brazo al cuerpo sin poder moverlo a penas, pero en silencio estaba prácticamente en todo el pasillo.
No veía a la figura orgullosa del líder, enseguida me apoye contra la pared para ver cómo podía no gritar. Bien, la venda que llevaba en mis ojos anteriormente la metí dentro de la boca, parte de la tela salía de mi boca, pero no podía aguantarla, la tela se cayó al suelo-Ahg...-De nuevo otro gemido. No me iba a dejar influenciar por el dolor, era bien camota, por cosas peores había pasado.
Negro. Oscuridad. Tinieblas. Me acuerdo de cuando me empalaron y después vino el líder en mi rescate.
Tenía que devolvérselo-Ahg...-Apoyada estaba aun en la pared, tenía los ojos cerrados ya no se bien por cuantos síntomas estaba pasando. Notaba el sudor si, salió bien rápido ¿Quién era aquel que lanzaba tantas flechas? Respirando estuve un rato, algún mareo tuve, pero estando apoyada en la pared, no me resultaron tan violentos. Parpadee un poco. Mirando al frente estaban las puertas cerradas, no aguantaba, pero tenía que aguantar. Ya bien notaba un fluido, seguramente carmesí cayendo por las telas negras de mí ajustada ropa.
Y finalmente mis rodillas cedieron a la flexión, cayendo sobre el suelo de madera oscuro.
“¡LEVANTATE!”
Pensé antes de que nadie de alrededor sospechase. Puse la capa, el manto negro que baile hace segundos sobre el hombro, con torpeza, mire hacia atrás y aun no tenia vista del líder. No quería que se enterase. Mire a todos lados y cuando toco la izquierda el susto fue mayor al verlo de pie, haciendo que chocara con brusquedad contra la pared y finalmente haciendo que la flecha se clavase dentro mas, pero al menos salió de mis costillas-Dai..myo...-Mis jadeos eran ya imposibles de evadir. Era la primera vez que me veía estúpida y haciendo el ridículo, pero jamás pediría perdón por cómo me veía en este mismo instante.
-Enseguida estaré...unos segundos bastaran para que le siga después de usted...mi señor...-Dije arrodillándome con torpeza por falta de equilibrio, por falta de fuerza e hice como pude el saludo de respeto puesto puño bajo palma abierta.
No veía a la figura orgullosa del líder, enseguida me apoye contra la pared para ver cómo podía no gritar. Bien, la venda que llevaba en mis ojos anteriormente la metí dentro de la boca, parte de la tela salía de mi boca, pero no podía aguantarla, la tela se cayó al suelo-Ahg...-De nuevo otro gemido. No me iba a dejar influenciar por el dolor, era bien camota, por cosas peores había pasado.
Negro. Oscuridad. Tinieblas. Me acuerdo de cuando me empalaron y después vino el líder en mi rescate.
Tenía que devolvérselo-Ahg...-Apoyada estaba aun en la pared, tenía los ojos cerrados ya no se bien por cuantos síntomas estaba pasando. Notaba el sudor si, salió bien rápido ¿Quién era aquel que lanzaba tantas flechas? Respirando estuve un rato, algún mareo tuve, pero estando apoyada en la pared, no me resultaron tan violentos. Parpadee un poco. Mirando al frente estaban las puertas cerradas, no aguantaba, pero tenía que aguantar. Ya bien notaba un fluido, seguramente carmesí cayendo por las telas negras de mí ajustada ropa.
Y finalmente mis rodillas cedieron a la flexión, cayendo sobre el suelo de madera oscuro.
“¡LEVANTATE!”
Pensé antes de que nadie de alrededor sospechase. Puse la capa, el manto negro que baile hace segundos sobre el hombro, con torpeza, mire hacia atrás y aun no tenia vista del líder. No quería que se enterase. Mire a todos lados y cuando toco la izquierda el susto fue mayor al verlo de pie, haciendo que chocara con brusquedad contra la pared y finalmente haciendo que la flecha se clavase dentro mas, pero al menos salió de mis costillas-Dai..myo...-Mis jadeos eran ya imposibles de evadir. Era la primera vez que me veía estúpida y haciendo el ridículo, pero jamás pediría perdón por cómo me veía en este mismo instante.
-Enseguida estaré...unos segundos bastaran para que le siga después de usted...mi señor...-Dije arrodillándome con torpeza por falta de equilibrio, por falta de fuerza e hice como pude el saludo de respeto puesto puño bajo palma abierta.
Shina- Cambiante Clase Baja
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Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]
En la Tierra del Sol Naciente, los Asakura son sinónimo de poderío y respeto. Un ejército implacable y vigoroso es la primera valla a franquear para intentar siquiera acercarse a los Seis Hermanos, y si logras hacerlo por alguna bendición, será un auténtico milagro entre milagros que puedas sobrevivir para conseguir tus objetivos. Y ni pienses en eliminarlos, porque te cercenarán y te dejarán seco antes de dos segundos iniciado el combate, o menos tiempo aún si es el Daimyo el que está frente a ti.
Por ello no es sorpresa que lo busquen. No es sorpresa que revolucione los lugares que visita, que consiga aliados y enemigos con la facilidad de quien chasquea los dedos. Esos mismos enemigos que parecían multiplicarse en los alrededores de la Residencia Asakura y que sus letales guardias ya estaban confrontando. Sin embargo, uno pudo sobrepasar incluso aquel obstáculo de kunais y shuriken. Craso error. Su mente se vio invadida de inmediato y sus intenciones leídas gracias a la mente brillante que ignoraba deliberadamente el aparente sufrimiento de quien era su guardaespaldas más confiable. Estaba cumpliendo su función cual engranaje, tal y como todos los demás. Escuchaba su esfuerzo, y olfateaba su dolor. Le tentaba...le hacía desearla. Le hacía querer incrementar esas muestras de dolor mezclándolas con un placer que superase el razocinio; y más aún cuando caía de rodillas y sus ojos contrastaban con los suyos demoníacos. Podría haberlo hecho: haberla tomado ahí mismo, rasgar sus ropas y controlar su mente, haciéndola entregarse hasta romperse la garganta con los gemidos tan forzados como aquella voz y aquella reverencia. - ... - Su vista pasó de ella y se enfocó en el lugar de donde había provenido la flecha. - Jamás van a tocarme con tan mala puntería...- Cerró los ojos y los abrió en cosa de segundos. Esperó el alarido y el cese de la vida.
Las órdenes ya habían sido dadas.
Por ello no es sorpresa que lo busquen. No es sorpresa que revolucione los lugares que visita, que consiga aliados y enemigos con la facilidad de quien chasquea los dedos. Esos mismos enemigos que parecían multiplicarse en los alrededores de la Residencia Asakura y que sus letales guardias ya estaban confrontando. Sin embargo, uno pudo sobrepasar incluso aquel obstáculo de kunais y shuriken. Craso error. Su mente se vio invadida de inmediato y sus intenciones leídas gracias a la mente brillante que ignoraba deliberadamente el aparente sufrimiento de quien era su guardaespaldas más confiable. Estaba cumpliendo su función cual engranaje, tal y como todos los demás. Escuchaba su esfuerzo, y olfateaba su dolor. Le tentaba...le hacía desearla. Le hacía querer incrementar esas muestras de dolor mezclándolas con un placer que superase el razocinio; y más aún cuando caía de rodillas y sus ojos contrastaban con los suyos demoníacos. Podría haberlo hecho: haberla tomado ahí mismo, rasgar sus ropas y controlar su mente, haciéndola entregarse hasta romperse la garganta con los gemidos tan forzados como aquella voz y aquella reverencia. - ... - Su vista pasó de ella y se enfocó en el lugar de donde había provenido la flecha. - Jamás van a tocarme con tan mala puntería...- Cerró los ojos y los abrió en cosa de segundos. Esperó el alarido y el cese de la vida.
Las órdenes ya habían sido dadas.
Sousuke Asakura- Vampiro Clase Alta
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Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]
Mas que nada no iba a esperar al cese de mi vida.
Con un poco de dolor y esfuerzo que poco tenía, saque de inmediato la flecha que me hirio en el brazo, arrastre mi cuerpo por la pared de madera roja, no sabía donde estaba ¿Quien? ¿Yo? ¿quizás una sombra! Que me lo digan a mí, que yo soy quien se mueve entre ellas, mi cuerpo fue arrastrado por las pocas fuerzas que me quedaban, ignorando, no, no ignoraba, sino, intentaba no importunar aquel que era mi lider. Mi sangre..su sangre...ojo por ojo. En mi mente, imagenes rapidas de primeros planos y angulos extraños se reproducian en mi cabeza, como una pareja ¿Deseaba en tiempo carnales ahora mismo cuando agunizaba de dolor? Pero no emitia gemido o vaya, había dicho alguno, mi velo negro estaba raido por las flechas, ensangrentado por el aceite oscuro carmesi que ahora se adheria a mi segunda piel monocroma.
-Daimyo...-Gemi en un susurro casi inalcanzable para el oido ajeno, le mire apoyada en la pared, sonriendo de algun modo desconocido para el momento e iba a pedirle un favor, un último favor o peticion que me pudiera cumplir-...Hagame suya....-Dije dando un giro lento sobre mi eje, mirandole cara a cara para después dar unos pasos torpes hacia delante, hacer el intento de caer sobre su ancho torax y finalmente poder agarrarme a aquel kimono ajustado que llevaba esta noche el líder del Clan Asakura.
¿Se me notaba demasiado solicitada para aguantar el dolor que me recorría el cuerpo?
¿Moriría al instante? o ¿Mejoraría?
Solamente tendría que tener algo de suerte ¿Que puedo hacer?
Durante muchos años antes de volver a tierra ajena, vi a numerosas mujeres contoneando las caderas, controlando a los hombres a su antojo con un extraño poder de seducción. Bien podria yo saber matar como la hebra que es cortada por las Moiras del inframundo, bien puedo decir cero cuando en segundos quito la vida a los injustos, pero solamente yo no...tengo ese poder oculto que todas las mujeres tienen porque si...o quizás lo tenga no lo sé. Mi cuerpo apegado al de mi lider en todos los sentidos, su aroma era bien elevado y mi corazón latía, sí latía apresuradamente ¿Porque? Pensé que se había pasado. . .
¿o quizás este enferma para siempre?
Con un poco de dolor y esfuerzo que poco tenía, saque de inmediato la flecha que me hirio en el brazo, arrastre mi cuerpo por la pared de madera roja, no sabía donde estaba ¿Quien? ¿Yo? ¿quizás una sombra! Que me lo digan a mí, que yo soy quien se mueve entre ellas, mi cuerpo fue arrastrado por las pocas fuerzas que me quedaban, ignorando, no, no ignoraba, sino, intentaba no importunar aquel que era mi lider. Mi sangre..su sangre...ojo por ojo. En mi mente, imagenes rapidas de primeros planos y angulos extraños se reproducian en mi cabeza, como una pareja ¿Deseaba en tiempo carnales ahora mismo cuando agunizaba de dolor? Pero no emitia gemido o vaya, había dicho alguno, mi velo negro estaba raido por las flechas, ensangrentado por el aceite oscuro carmesi que ahora se adheria a mi segunda piel monocroma.
-Daimyo...-Gemi en un susurro casi inalcanzable para el oido ajeno, le mire apoyada en la pared, sonriendo de algun modo desconocido para el momento e iba a pedirle un favor, un último favor o peticion que me pudiera cumplir-...Hagame suya....-Dije dando un giro lento sobre mi eje, mirandole cara a cara para después dar unos pasos torpes hacia delante, hacer el intento de caer sobre su ancho torax y finalmente poder agarrarme a aquel kimono ajustado que llevaba esta noche el líder del Clan Asakura.
¿Se me notaba demasiado solicitada para aguantar el dolor que me recorría el cuerpo?
¿Moriría al instante? o ¿Mejoraría?
Solamente tendría que tener algo de suerte ¿Que puedo hacer?
Durante muchos años antes de volver a tierra ajena, vi a numerosas mujeres contoneando las caderas, controlando a los hombres a su antojo con un extraño poder de seducción. Bien podria yo saber matar como la hebra que es cortada por las Moiras del inframundo, bien puedo decir cero cuando en segundos quito la vida a los injustos, pero solamente yo no...tengo ese poder oculto que todas las mujeres tienen porque si...o quizás lo tenga no lo sé. Mi cuerpo apegado al de mi lider en todos los sentidos, su aroma era bien elevado y mi corazón latía, sí latía apresuradamente ¿Porque? Pensé que se había pasado. . .
¿o quizás este enferma para siempre?
Shina- Cambiante Clase Baja
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Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]
Podía escucharlo. El sonido de las llamas de la vida que se apagaban a su alrededor, unas más rápido que las otras. No le importaba ser el responsable, ser la ráfaga de viento huracanado que acababa intelectualmente con cada una de ellas; al contrario, lo disfrutaba. Si tuviera pulso, se incrementaría cada vez que experimentaba aquel goce que poco le faltaba para asemejarlo a la excitación. Y, aunque no se notare por su máscara de piel pálida perfecta, en verdad lo estaba disfrutando.
Y cómo no disfrutarlo, si el aroma a sangre era el principal protagonista, el cual embriagaba sus sentidos poco a poco y expandía sus deseos y horizontes temporales, fijándose recién en la fémina que tenía tan cerca de sus manos; su fuente de júbilo más próxima y fiel, la que no gritaba si él no lo ordenaba; la que ahora gemía con su último aliento deseándole, con esa sonrisa que intrigaba a todos igual que la suya. Y lo mejor, era que podía complacerlo aún moribunda, hacer música para sus finos oídos y hacer un banquete para su garganta con esos últimos instantes que parecían quedarle. ¡Cómo había sido capaz de soportar toda esa sangre derramarse al piso! Aquella era una nueva prueba de la fuerza del Daimyo, quien no realizó gesto alguno ante el ruego ajeno. Su kimono se fue tiñiendo de rojo igual que sus ojos que se adentraron cual estaca en la mente de la malograda mujer, cumpliendo sus más profundos deseos sin tocarle un solo dedo; sin tener siquiera que desgastarse.
La vio abrir la boca desesperada, expandir sus pupilas y agitar su respiración en aquella ilusión ardiente que le hacía vivir como quien chasquea los dedos, y aquel ruido se replicó en los dedos del Daimyo, quien pronto se vio desprovisto de aquel agarre ínfimo, no sin antes alzar a la mujer y cerrar con deleite la herida que le aquejaba con una lamida que en otro contexto parecería orgásmica. - Llévatela - El joven salió corriendo con la mujer a cuestas, dejando a Sousuke relamiéndose los fríos labios y tragando sonoramente aquella esencia rojiza. Suspiró botando el aire tan suavemente como la danza de las hojas en otoño y sus pasos igualmente ligeros se adentraron en la mansión en búsqueda de la piel palidecida y el cabello alborotado que eran atendidos con la tranquilidad de no estar más bajo amenaza.
Y si lo estuvieran, daba lo mismo. Sousuke Asakura estaba con ellos; y su mero nombre era sinónimo de victoria.
Y cómo no disfrutarlo, si el aroma a sangre era el principal protagonista, el cual embriagaba sus sentidos poco a poco y expandía sus deseos y horizontes temporales, fijándose recién en la fémina que tenía tan cerca de sus manos; su fuente de júbilo más próxima y fiel, la que no gritaba si él no lo ordenaba; la que ahora gemía con su último aliento deseándole, con esa sonrisa que intrigaba a todos igual que la suya. Y lo mejor, era que podía complacerlo aún moribunda, hacer música para sus finos oídos y hacer un banquete para su garganta con esos últimos instantes que parecían quedarle. ¡Cómo había sido capaz de soportar toda esa sangre derramarse al piso! Aquella era una nueva prueba de la fuerza del Daimyo, quien no realizó gesto alguno ante el ruego ajeno. Su kimono se fue tiñiendo de rojo igual que sus ojos que se adentraron cual estaca en la mente de la malograda mujer, cumpliendo sus más profundos deseos sin tocarle un solo dedo; sin tener siquiera que desgastarse.
La vio abrir la boca desesperada, expandir sus pupilas y agitar su respiración en aquella ilusión ardiente que le hacía vivir como quien chasquea los dedos, y aquel ruido se replicó en los dedos del Daimyo, quien pronto se vio desprovisto de aquel agarre ínfimo, no sin antes alzar a la mujer y cerrar con deleite la herida que le aquejaba con una lamida que en otro contexto parecería orgásmica. - Llévatela - El joven salió corriendo con la mujer a cuestas, dejando a Sousuke relamiéndose los fríos labios y tragando sonoramente aquella esencia rojiza. Suspiró botando el aire tan suavemente como la danza de las hojas en otoño y sus pasos igualmente ligeros se adentraron en la mansión en búsqueda de la piel palidecida y el cabello alborotado que eran atendidos con la tranquilidad de no estar más bajo amenaza.
Y si lo estuvieran, daba lo mismo. Sousuke Asakura estaba con ellos; y su mero nombre era sinónimo de victoria.
Sousuke Asakura- Vampiro Clase Alta
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Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]
-Veo figuras humanas....de caballos, pálidos estandartes como estelas de nube, lanzas que se elevan cual espesura invernal en un sudario de bruma....
-¿Qué muertos lo sujetan?-Negó uno de los curanderos que impartían sus dotes en ese instante-...Han sido convocados...muertos...para atormentar una mano, un cuerpo frágil pese a su agilidad entre las sombras...
-¿Ninguno entonces?-Otro de los que había en la habitación intentando curar los tormentos de la que se encontraba indispuesta. Algunos se dieron cuenta de la presencia del líder, otros estaban enfrascados en su cometido, muchas manos para tan poca tarea, su líder abría sido capaz de cerrarle la herida pese que en el costado de las heridas estaba hecho en un rojo infierno-¡Sus manos!-Uno de los curanderos parecía bastante agobiado por lo que vio al borde de sus uñas, estaban amarillentas, ella parecía haberse sumido en un estado en coma.
Todos miraron el problema hasta que uno comenzó a abrir con el bisturí donde Sousuke había lamido para sanar a la dama-¿Qué hacéis?-Dijo uno de los asistentes comenzando una puja de preguntas innecesarias, mientras que el único con pensamiento y agallas para actuar, deslizaba el bisturí por las zonas dañadas y cerradas.
Enseguida dos llegaron para asistir al que hacia la operación en el brazo-Hum...lo suponía-Dijo muy a su pesar, al abrir más con el bisturí sobre la piel ajena, pudo sacar un dátil aplastado que al sacarlo con parte del kimono, salió un liquido viscoso que cuando este se lo llevo al olfato, lo aparto de inmediato-Veneno....y del grado tercero...habrá que intervenir de inmediato....-Tosió porque lo que haría enseguida, le parecía muy atrevido frente al Daymio, y muy a su pesar mando a dos de sus asistentes, que lo hicieran esperar con una taza de té en el despacho principal.
-Daymio...debe salir por favor....-Y estas palabras salieron cuando el curandero que asistía a Shina, comenzó a romperle con una navaja de piel la tela que la cubría por completo, pero solamente le corto la parte superior dejándole una banda gruesa sobre los senos y con más facilidad pudo trabajar. Había conseguido hacer que el veneno disminuyera en el cuerpo de la muchacha, sus uñas y cuerpo había recobrado su tono normal, pero ella aun parecía estar en un sueño profundo.
Había perdido mucha sangre que después se le había implantado. La respiración no volvió al cuerpo de la mujer hasta haber pasado varios eternos minutos, consiguiendo despertar al parecer de un largo sueño, uno de los jóvenes asistentes la miraban atentamente, puso una mano sobre uno de los muslos para ver la temperatura-AAGH!!!-Shina desperto mediante el dolor, grito de inmediato de dolor, el joven se alejo asustado mas el curandero se alarmo por lo que tuviera en la pierna-Masaka....-Al bajar las medias, al menos donde el joven había tocado, nunca había visto algo igual, la pierna entera estaba, había algún que otro tatuaje o al parecer Kanjis a modo de algún mensaje especial que hubiera querido plasmar.
Esto le superaba-¡Vendas!-Fue lo último que dijo hasta que vio que Shina le agarraba del gorro del uniforme y lo miraba con fiereza, con los ojos muy abiertos y lo estampaba contra la pared, sobrevivió, pero fue atrapada por un asistente por los brazos, por detrás hasta que otro que llevaba vendas largas fue rodeándole la pierna con una capa de vendas, encima algunas hierbas curativas para dar otra vuelta y vuelta de las vendas que ocuparon la piel y aquel mensaje indescifrable.
-AaaaaaagH! ¡SOLTADME!-Dije aun haciendo fuerza para que me soltaran, necesitaba libertad, así no la podría adquirir, no quería que me empalaran de nuevo, ¡NO! No quería-¡¡No!! ¡NO ME EMPALEN! ¡NO! ¡Soltadme!-No, otra vez las niñas a mi alrededor, dejadme alrededor, ¡que alguien me salve! Suplicaba para que me dejaran en paz, pero oí mi nombre en algún lado, noté algo gélido contra mi pecho cubierto por algo que parecía ser vendas, no veía a causa de la humedad de mis ojos queriendo sacar las lagrimas por mucho tiempo, pero nada salía de mis ojos, solo note que mi cuerpo iba cediendo, flotaba en el aire para dejarme caer en manos de la oscuridad.
-¿Qué muertos lo sujetan?-Negó uno de los curanderos que impartían sus dotes en ese instante-...Han sido convocados...muertos...para atormentar una mano, un cuerpo frágil pese a su agilidad entre las sombras...
-¿Ninguno entonces?-Otro de los que había en la habitación intentando curar los tormentos de la que se encontraba indispuesta. Algunos se dieron cuenta de la presencia del líder, otros estaban enfrascados en su cometido, muchas manos para tan poca tarea, su líder abría sido capaz de cerrarle la herida pese que en el costado de las heridas estaba hecho en un rojo infierno-¡Sus manos!-Uno de los curanderos parecía bastante agobiado por lo que vio al borde de sus uñas, estaban amarillentas, ella parecía haberse sumido en un estado en coma.
Todos miraron el problema hasta que uno comenzó a abrir con el bisturí donde Sousuke había lamido para sanar a la dama-¿Qué hacéis?-Dijo uno de los asistentes comenzando una puja de preguntas innecesarias, mientras que el único con pensamiento y agallas para actuar, deslizaba el bisturí por las zonas dañadas y cerradas.
Enseguida dos llegaron para asistir al que hacia la operación en el brazo-Hum...lo suponía-Dijo muy a su pesar, al abrir más con el bisturí sobre la piel ajena, pudo sacar un dátil aplastado que al sacarlo con parte del kimono, salió un liquido viscoso que cuando este se lo llevo al olfato, lo aparto de inmediato-Veneno....y del grado tercero...habrá que intervenir de inmediato....-Tosió porque lo que haría enseguida, le parecía muy atrevido frente al Daymio, y muy a su pesar mando a dos de sus asistentes, que lo hicieran esperar con una taza de té en el despacho principal.
-Daymio...debe salir por favor....-Y estas palabras salieron cuando el curandero que asistía a Shina, comenzó a romperle con una navaja de piel la tela que la cubría por completo, pero solamente le corto la parte superior dejándole una banda gruesa sobre los senos y con más facilidad pudo trabajar. Había conseguido hacer que el veneno disminuyera en el cuerpo de la muchacha, sus uñas y cuerpo había recobrado su tono normal, pero ella aun parecía estar en un sueño profundo.
Había perdido mucha sangre que después se le había implantado. La respiración no volvió al cuerpo de la mujer hasta haber pasado varios eternos minutos, consiguiendo despertar al parecer de un largo sueño, uno de los jóvenes asistentes la miraban atentamente, puso una mano sobre uno de los muslos para ver la temperatura-AAGH!!!-Shina desperto mediante el dolor, grito de inmediato de dolor, el joven se alejo asustado mas el curandero se alarmo por lo que tuviera en la pierna-Masaka....-Al bajar las medias, al menos donde el joven había tocado, nunca había visto algo igual, la pierna entera estaba, había algún que otro tatuaje o al parecer Kanjis a modo de algún mensaje especial que hubiera querido plasmar.
Esto le superaba-¡Vendas!-Fue lo último que dijo hasta que vio que Shina le agarraba del gorro del uniforme y lo miraba con fiereza, con los ojos muy abiertos y lo estampaba contra la pared, sobrevivió, pero fue atrapada por un asistente por los brazos, por detrás hasta que otro que llevaba vendas largas fue rodeándole la pierna con una capa de vendas, encima algunas hierbas curativas para dar otra vuelta y vuelta de las vendas que ocuparon la piel y aquel mensaje indescifrable.
-AaaaaaagH! ¡SOLTADME!-Dije aun haciendo fuerza para que me soltaran, necesitaba libertad, así no la podría adquirir, no quería que me empalaran de nuevo, ¡NO! No quería-¡¡No!! ¡NO ME EMPALEN! ¡NO! ¡Soltadme!-No, otra vez las niñas a mi alrededor, dejadme alrededor, ¡que alguien me salve! Suplicaba para que me dejaran en paz, pero oí mi nombre en algún lado, noté algo gélido contra mi pecho cubierto por algo que parecía ser vendas, no veía a causa de la humedad de mis ojos queriendo sacar las lagrimas por mucho tiempo, pero nada salía de mis ojos, solo note que mi cuerpo iba cediendo, flotaba en el aire para dejarme caer en manos de la oscuridad.
Shina- Cambiante Clase Baja
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Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]
Los pensamientos multiplicados como las gotas de la lluvia empapaban la cabeza fría y seca de quien se dirigía y luego ingresaba a aquella habitación que parecía ser una pista de baile por la cantidad de movimientos y pasos que recibía su piso. Infinidad de palabras entrelazadas a teorías, pensamientos que recordaban viejas leyendas y las miradas se centraban todas en el tratamiento que se llevaba a cabo con prestancia y eficiencia para salvar la vida de la mano derecha del Daimyo. El tiempo corría en contra, y pareció ir a saltos sobrehumanos cuando la urgencia se apoderó de los médicos presentes. La vida de Shina corría un peligro serio, pero Sousuke no tenía ningún atisbo de preocupación, como si confiara en que no iba a morir. Y si confiaba en algo, era porque sucedería.
Sorprendentemente no dijo palabra, ni mucho menos hizo protesta, reclamo o atisbo de ésta cuando le ordenaron salir, porque ya había sido notificado por medio de sus habilidades mentales. Sin embargo, aún fuera acompañando a esa taza de té que no sería bebida por su persona sabía lo que estaba sucediendo. El grito de la mujer cuervo no le sobresaltó, ni tampoco el posterior estruendo del cuerpo contra la pared. Las cosas se salían de control, pero la maravilla del Daimyo era que parecía estar obligando a empeorar aún más la situación, dejando los gritos desamparados a un segundo plano con ese mínimo susurro que atravesó la cabeza pelinegra y la hizo caer lentamente en los brazos de uno de los sirvientes, quien la depositó nuevamente entre las blancas sábanas y continuó con su tarea junto con los demás que reiniciaban y redoblaban sus esfuerzos por salvarle.
Mientras tanto, él sonreía desde el otro lado de la pared.
Sorprendentemente no dijo palabra, ni mucho menos hizo protesta, reclamo o atisbo de ésta cuando le ordenaron salir, porque ya había sido notificado por medio de sus habilidades mentales. Sin embargo, aún fuera acompañando a esa taza de té que no sería bebida por su persona sabía lo que estaba sucediendo. El grito de la mujer cuervo no le sobresaltó, ni tampoco el posterior estruendo del cuerpo contra la pared. Las cosas se salían de control, pero la maravilla del Daimyo era que parecía estar obligando a empeorar aún más la situación, dejando los gritos desamparados a un segundo plano con ese mínimo susurro que atravesó la cabeza pelinegra y la hizo caer lentamente en los brazos de uno de los sirvientes, quien la depositó nuevamente entre las blancas sábanas y continuó con su tarea junto con los demás que reiniciaban y redoblaban sus esfuerzos por salvarle.
Mientras tanto, él sonreía desde el otro lado de la pared.
Sousuke Asakura- Vampiro Clase Alta
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Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]
Bien entonaba la canción de la noche, de los tiempos de oscuridad, buscando almas de la humanidad que entre ellos, la mía parecía ser la más subastada del purgatorio. ¿Pero qué ley o que me hacia quedarme aquí?
¿Tiempo? No sé cuanto pasó.
¿Lugar? ¿Dónde toma lugar la muerte? Ahora me cuidan entre sabanas blancas de lino, el frio apenas entre en mi cuerpo que esta sin ropas que me puedan ocultar entre las sombras en las que debería de estar. ¿Y quién? Personas con rostros oscuros, nadie era para mí conocido de los que estaban alrededor, alejada, mire a todos lados buscando una conocida, vi, pude entrever a una persona en movimiento que salía de la habitación y parecía hablarle a otra persona. Escuche algo del Daymio... ¿Le habrá prohibido la entrada al líder? Qué valor...pero yo solo lo tenía para luchar para el Daymio...aquella persona que, bueno, es otra historia.
Alce mi mirada al techo, no sabía que veía pues aun mi cabeza daba vueltas, mi mano se puso en mi frente para parar aquellas vueltas que parecían cesar pero con mucha lentitud ¿Por qué no cesaba esta tortura del purgatorio? Aquella voz ronca pareció sacarme de mi delirio ambulante, de poco a poco el pasado comenzaba a recordarlo, me habían atacado protegiendo al Daymio, ese era mi trabajo, más bien la finalidad de mi vida. La única que tengo para conmigo misma.
-El...clan...enemigo...-Delirantes palabras que me hacían soltar lo que vine a relatar como cuento de terror-...Surgirá al alba del tercer día....-paraba lentamente, no hacía falta mirar para saber que por quien yo ahora estaba viva, me escucha atentamente-...del mes de cuando los arboles de sakura florecen como la más preciada Geisha del más bello jardín de flores...con ellos...Agh...-jadeaba pues el dolor de mi cuerpo no había cesado, solo, quizás debería de saberlo-...Una nueva alianza se suma junto con el clan Takehime...-Termine por decir, si, era lo más importante, note de que pronto tendríamos problemas, pero ninguna amenaza si estábamos bien equipados.
Silencio era mi amiga, no aguantaría mas.
Quizás el silencio de mi cuerpo tendría que aparecer
para acompañar a la soledad de la que se forma el silencio.
Solo la percusión de lo que me mantiene vida, me aleja de ella.
Digo soles en negro o digo lunas iluminando un camino erróneo.
-Daymio...-jadee aquel nombre del que había echado de menos sacar de mis labios, intente buscarle con la mirada-...Kami..sama..-Algunos le llamaban Dios por el respeto y miedo que transmitía a los demás. Quizás fue aquello lo que hizo enamorarme de él.....¿Que hablo? ¿Enamorándome de la muerte personificada? . . . Sí. En esa batalla perdí y sucumbí a su misterio, a su mirada sin sentimientos o algunas veces con una sonrisa maléfica. Solo cerré los ojos, aguantando las lágrimas que amenazaban por salir. Oh..Ie, delante de él no y nunca más habría más lágrimas.
¿Tiempo? No sé cuanto pasó.
¿Lugar? ¿Dónde toma lugar la muerte? Ahora me cuidan entre sabanas blancas de lino, el frio apenas entre en mi cuerpo que esta sin ropas que me puedan ocultar entre las sombras en las que debería de estar. ¿Y quién? Personas con rostros oscuros, nadie era para mí conocido de los que estaban alrededor, alejada, mire a todos lados buscando una conocida, vi, pude entrever a una persona en movimiento que salía de la habitación y parecía hablarle a otra persona. Escuche algo del Daymio... ¿Le habrá prohibido la entrada al líder? Qué valor...pero yo solo lo tenía para luchar para el Daymio...aquella persona que, bueno, es otra historia.
Alce mi mirada al techo, no sabía que veía pues aun mi cabeza daba vueltas, mi mano se puso en mi frente para parar aquellas vueltas que parecían cesar pero con mucha lentitud ¿Por qué no cesaba esta tortura del purgatorio? Aquella voz ronca pareció sacarme de mi delirio ambulante, de poco a poco el pasado comenzaba a recordarlo, me habían atacado protegiendo al Daymio, ese era mi trabajo, más bien la finalidad de mi vida. La única que tengo para conmigo misma.
-El...clan...enemigo...-Delirantes palabras que me hacían soltar lo que vine a relatar como cuento de terror-...Surgirá al alba del tercer día....-paraba lentamente, no hacía falta mirar para saber que por quien yo ahora estaba viva, me escucha atentamente-...del mes de cuando los arboles de sakura florecen como la más preciada Geisha del más bello jardín de flores...con ellos...Agh...-jadeaba pues el dolor de mi cuerpo no había cesado, solo, quizás debería de saberlo-...Una nueva alianza se suma junto con el clan Takehime...-Termine por decir, si, era lo más importante, note de que pronto tendríamos problemas, pero ninguna amenaza si estábamos bien equipados.
Silencio era mi amiga, no aguantaría mas.
Quizás el silencio de mi cuerpo tendría que aparecer
para acompañar a la soledad de la que se forma el silencio.
Solo la percusión de lo que me mantiene vida, me aleja de ella.
Digo soles en negro o digo lunas iluminando un camino erróneo.
-Daymio...-jadee aquel nombre del que había echado de menos sacar de mis labios, intente buscarle con la mirada-...Kami..sama..-Algunos le llamaban Dios por el respeto y miedo que transmitía a los demás. Quizás fue aquello lo que hizo enamorarme de él.....¿Que hablo? ¿Enamorándome de la muerte personificada? . . . Sí. En esa batalla perdí y sucumbí a su misterio, a su mirada sin sentimientos o algunas veces con una sonrisa maléfica. Solo cerré los ojos, aguantando las lágrimas que amenazaban por salir. Oh..Ie, delante de él no y nunca más habría más lágrimas.
Shina- Cambiante Clase Baja
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Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]
Tenía algo que decirle a Sousuke tras que me volvieron a descubrir solo por París, estaba harto, habría podido hacer amistades, pero enseguida ya me habían encontrado por Paris, sin saber que poder tener que hacer para que me dejaran en paz. Caminaba por los pasillos que tanto me conocía de la residencia, la Residencia Asakura, está situada entre los bosques y las montañas de París. Esta escondido, apenas los anchas extremidades de los tejados se pueden ver entre la niebla que los oculta. Está compuesta por 6 mansiones, todas ellas con las comodidades necesarias de cada propietario y la decoración al gusto. Sus jardines están bien cuidados y florecen con hermosos árboles y bonsáis exportados del lejano país del sol naciente.
La mansión mas grande es en la que reside Sousuke Asakura al igual que es donde se reúnen todos para reuniones, donde se hacen eventos, etc aparte de que tiene cada mansión su tatami de entrenamiento. Más arriba a la izquierda, Está la de Eiji Asakura, a la derecha donde está el pozo, La del menor del clan, Yuu Asakura.Cerca de la entrada se localiza las tres mansiones conectadas entre si que son las de los trillizos Yoh, Hao y Len Asakura. A la derecha ya se puede encontrar el resto que es, el jardín en flor, campos abiertos de verde, un lugar donde suelen entrenar los hermanos las artes marciales por la noche, rodeado de farolillos con símbolos de los ancestros del clan Asakura.....todo era un aburrimiento en esta casa que me hacía sentir como mis hermanos, muerto en vida.
Ya parecía estar cerca de donde el despacho de Sousuke, vendría a quejarme y a decirle varias cosas para que las tuviera claras, pero al no verle allí, me pregunte, entonces escuche un gemido de dolor que provenía del piso superior del edificio. Sin prisa fui hacia donde fue el gemido, en el pasillo vi a Sousuke que entraba a una habitación-¡SOUSUKE!-Grite sin importarme los demás, estaba harto y se lo haría ver-¡Sou...!-Iba a gritarle mas pero entonces vi a la que era la supuesta guardiana del clan Asakura. No dije nada, tan solo puse cara de asco al verla.
-Tienes mal servicio...Sousuke...-Le miro a los ojos de su hermano, con palabras irónicas que esperaba recitar finalmente-Tienes a tu guardaespaldas moribunda....-bufe hacia Sousuke-Tengo que hablar contigo.
La mansión mas grande es en la que reside Sousuke Asakura al igual que es donde se reúnen todos para reuniones, donde se hacen eventos, etc aparte de que tiene cada mansión su tatami de entrenamiento. Más arriba a la izquierda, Está la de Eiji Asakura, a la derecha donde está el pozo, La del menor del clan, Yuu Asakura.Cerca de la entrada se localiza las tres mansiones conectadas entre si que son las de los trillizos Yoh, Hao y Len Asakura. A la derecha ya se puede encontrar el resto que es, el jardín en flor, campos abiertos de verde, un lugar donde suelen entrenar los hermanos las artes marciales por la noche, rodeado de farolillos con símbolos de los ancestros del clan Asakura.....todo era un aburrimiento en esta casa que me hacía sentir como mis hermanos, muerto en vida.
Ya parecía estar cerca de donde el despacho de Sousuke, vendría a quejarme y a decirle varias cosas para que las tuviera claras, pero al no verle allí, me pregunte, entonces escuche un gemido de dolor que provenía del piso superior del edificio. Sin prisa fui hacia donde fue el gemido, en el pasillo vi a Sousuke que entraba a una habitación-¡SOUSUKE!-Grite sin importarme los demás, estaba harto y se lo haría ver-¡Sou...!-Iba a gritarle mas pero entonces vi a la que era la supuesta guardiana del clan Asakura. No dije nada, tan solo puse cara de asco al verla.
-Tienes mal servicio...Sousuke...-Le miro a los ojos de su hermano, con palabras irónicas que esperaba recitar finalmente-Tienes a tu guardaespaldas moribunda....-bufe hacia Sousuke-Tengo que hablar contigo.
Yuu Asakura- Hechicero Clase Alta
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Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]
Un cualquiera habría tomado las palabras de la cambiaformas como delirios propios de su malestar y situación actual, con su mente desorientada y a la deriva de sus pensamientos aparentemente aleatorios, los cuales se manifestaban con permiso completo de sus labios dejando en incertidumbre los rostros de quienes vigilaban su salud física, ya que de la mental se encargaba el que ahora ingresaba nuevamente a la habitación tras aquel par de llamados desesperantes de uno y otro lado; ambos deseando su presencia, pero el interés estaba en la dama que derramaba lágrimas cargadas de impotencia y angustia, como su lectura mental le había dicho. Pero en fin, eso no le importaba, sino que su palabrería previa. Por fin habría algo de basura para repeler con el filo de la espada y la horma de su zapato. Estaba pensando en eso cuando ladeó la cabeza por la actitud de aquel que la sangre hacía llamar como su hermano, mas no su mente. Inútiles como él no era parte del honor de ser llamado un Asakura, pero la sangre era infalible, por desgracia. Y esa misma desgracia ampliada a otro ámbito era la que le tenía inevitablemente enlazado a ese crío de mirada inocente y cerebro perspicaz en un tira y afloja que desde hace años no traía resultados favorables para el vampiro.
Ignoró sus palabras que a otro hubieren ofendido y no se molestó en alzar una ceja con intenciones de hacer ver al más pequeño de los Asakura los múltiples errores que había cometido en tan poco tiempo – Primero voy a enseñarte unas cuantas clases de modales. – Dijo secamente, tomando al niño del cuello de la camisa para arrastrarlo a pesar de sus protestas hacia afuera de la habitación consiguientemente hacia su oficina, mientras recitaba reglas que sabía que tendrían poca atención, porque conocía bien el carácter del crío, aunque no pudiera leer su mente como todos los demás. – Debes tocar la puerta antes de entrar. Segundo, no puedes entrar a gritos, es molesto. Tercero – tomó aire y lanzó suavemente a Yuu al piso alfombrado, cerrando la puerta corrediza tras él – No vuelvas a hacer comentarios tan desatinados. – Rodeó el costado de la habitación sin mirarle y se sentó en su trono con una pierna cruzada sobre la otra a la usanza masculina, cogiendo el tazón traído de su tierra natal exclusivo para su sake, dándole un sorbo – Habla ahora, y que sea rápido. – Ordenó después de escuchar el sonidito de la madera recibir el utensilio a medio llenar, dejado allí por uno de sus sirvientes por orden tácita y robótica suya. Se acomodó un mechón del cabello negro y le esperó. – No tengo tu tiempo para desperdiciarlo. – Le aclaró antes de silenciarse y escucharle.
Ignoró sus palabras que a otro hubieren ofendido y no se molestó en alzar una ceja con intenciones de hacer ver al más pequeño de los Asakura los múltiples errores que había cometido en tan poco tiempo – Primero voy a enseñarte unas cuantas clases de modales. – Dijo secamente, tomando al niño del cuello de la camisa para arrastrarlo a pesar de sus protestas hacia afuera de la habitación consiguientemente hacia su oficina, mientras recitaba reglas que sabía que tendrían poca atención, porque conocía bien el carácter del crío, aunque no pudiera leer su mente como todos los demás. – Debes tocar la puerta antes de entrar. Segundo, no puedes entrar a gritos, es molesto. Tercero – tomó aire y lanzó suavemente a Yuu al piso alfombrado, cerrando la puerta corrediza tras él – No vuelvas a hacer comentarios tan desatinados. – Rodeó el costado de la habitación sin mirarle y se sentó en su trono con una pierna cruzada sobre la otra a la usanza masculina, cogiendo el tazón traído de su tierra natal exclusivo para su sake, dándole un sorbo – Habla ahora, y que sea rápido. – Ordenó después de escuchar el sonidito de la madera recibir el utensilio a medio llenar, dejado allí por uno de sus sirvientes por orden tácita y robótica suya. Se acomodó un mechón del cabello negro y le esperó. – No tengo tu tiempo para desperdiciarlo. – Le aclaró antes de silenciarse y escucharle.
Sousuke Asakura- Vampiro Clase Alta
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Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]
Me había cogido del cuello de la camisa- ¡GYABOOO!!-Grite a modo de grito pidiendo ayuda de la que no iba a poder obtener-Oni chan sugoooi baka ri desu ne!!-Me levante rápidamente del suelo produciendo mi ira contenida en el manotazo que use para tirar de la mesa la botella de sake-¡BUSOUSUKE! Añade una “Bu” de feo y Sousuke para formar “BU-Sousuke! -¡BUSOUSUKE! -¡BUSOUSUKE! -¡BUSOUSUKE!...-Gritaba y gritaba entre pataletas formando el alboroto que me gustaba darle a quienes no me complacían del todo, lo odiaba con todo mi ser además de tener un servicio nefasto, golpe la mesa del escritorio con las palmas de las manos exigiendo una explicación al porque de su actitud tan odiosa, estaba harta.
-Los comentarios desatinados sabes bien que son ciertos para después no darles creencia, ignorando lo que pasa a tu alrededor ¡no baka!-Era un idiota egocéntrico y soberbio líder que dirigía ahora el nombre de nuestra familia, preferiría que fuera Eiji quien lo hiciera, aunque a veces se las diera de solitario e y nada soluble mantener conversación con ambos.
- ¡OS odio! ¡OS odio! ¡OS odio! .....¡¡¡¡BAaAAAAKAAA!!!!-Golpe con la pierna la mesa del escritorio para después hacer crujir mis dedos y coger una katana del expositor de la pared, poniéndome en posición- Siempre poniéndote detrás del escritorio como si fueras un cobarde, con tu botella de sake y tus comentarios absurdos que no tienen cabida en lo que tiene que.... ¡Ni siquiera te das cuenta de que pierdes a una de los nuestros por tu culpa! ¡Por qué no haces nada! NO BAKA!! –Era idiota y me obligaría a gritarle una y otra vez para que reaccionara.
-Ahora Shina esta descansado de un ataque enemigo el cual tú no te has dado cuenta, ahora seremos un blanco fácil y más si te descubren intimando con ella, podrías caer en una red para ellos....-Le miraba con la katana en la mano, en posición y dispuesto a enfrentarme a él si hiciera falta. No le tenía miedo por lo inútil que fuese y lo severo que era conmigo- Aunque podrias impatizar con ella cuando ahora nos necesita, ha hecho mucho por nosotros, bien lo sabes, ONI CHAN!-No entendia porque la defendía si momentos antes la habia llamado inútil, pero algo en la mirada impasiva de Sousuke me hizo cambiar las palabras que podría decir a continuación.
-Los comentarios desatinados sabes bien que son ciertos para después no darles creencia, ignorando lo que pasa a tu alrededor ¡no baka!-Era un idiota egocéntrico y soberbio líder que dirigía ahora el nombre de nuestra familia, preferiría que fuera Eiji quien lo hiciera, aunque a veces se las diera de solitario e y nada soluble mantener conversación con ambos.
- ¡OS odio! ¡OS odio! ¡OS odio! .....¡¡¡¡BAaAAAAKAAA!!!!-Golpe con la pierna la mesa del escritorio para después hacer crujir mis dedos y coger una katana del expositor de la pared, poniéndome en posición- Siempre poniéndote detrás del escritorio como si fueras un cobarde, con tu botella de sake y tus comentarios absurdos que no tienen cabida en lo que tiene que.... ¡Ni siquiera te das cuenta de que pierdes a una de los nuestros por tu culpa! ¡Por qué no haces nada! NO BAKA!! –Era idiota y me obligaría a gritarle una y otra vez para que reaccionara.
-Ahora Shina esta descansado de un ataque enemigo el cual tú no te has dado cuenta, ahora seremos un blanco fácil y más si te descubren intimando con ella, podrías caer en una red para ellos....-Le miraba con la katana en la mano, en posición y dispuesto a enfrentarme a él si hiciera falta. No le tenía miedo por lo inútil que fuese y lo severo que era conmigo- Aunque podrias impatizar con ella cuando ahora nos necesita, ha hecho mucho por nosotros, bien lo sabes, ONI CHAN!-No entendia porque la defendía si momentos antes la habia llamado inútil, pero algo en la mirada impasiva de Sousuke me hizo cambiar las palabras que podría decir a continuación.
Yuu Asakura- Hechicero Clase Alta
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