I . LLegó el momento. [Sousuke]

por **Shina** Miér Abr 04, 2012 12:34 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Ya deben de estar en flor los arboles de Sakura.

Fue hace tiempo cuando quise salir a descubrir mundo, solo que el destino cambio a placer, demostrándome que tenía las riendas de mi vida y no yo misma. Que ironía, pensar en que en algún momento yo tenía control de mi vida, cuando en realidad pagaba la deuda a alguien que me salvo de un empalamiento seguro. Que cerca estuve, pero cuando todo se había vuelto oscuro, alguien, con unos colmillos afilados, me rescato, percatándose de que tendría que llevar la carga de soportarme de vez en cuando.

Ya hacía mucho tiempo que no le veía. Bien tenia ordenes de verle, de informarle cualquiera que fuesen las noticias que sucumbieran la atención de tanta gente. De camino a la Residencia Asakura, el bosque se estrechaba a mis espaldas cuando un nuevo paisaje, de aquel aspecto oriental del que tanto echaba de menos. Del que tantos días y años me separaban de mis antiguos recuerdos. No quería recordar, sino pensar en el futuro y en cómo me vería el líder de los Asakura. Bien, le conocía por varias pero secas pláticas con él, después el olvido llego a separarnos, quizás ya ni se acordaría de mí, ni de mi rostro.

Aparte, Kuro me llamaba, pero él desconocía que era yo, o posiblemente, lo sabía. Desconocía si lo hacía o no, solo que posiblemente me estuviera acobardando. Un bofetón me di, para despertar, esta no era yo misma, si tan solo me viera en algún reflejo, no me podría reconocer. Suspiré con cierta lentitud, andando lentamente por el camino de hojas secas, arraigadas al suelo como las raíces de los arboles, mis pasos eran lentos, pensativos para cuando después me pare a mas de cinco metros más o menos. Vaya, menuda sorpresa, aunque era de esperar que hubiera un muro de piedra, enorme, similar al de la muralla china rodeando la Residencia.

Seria algo gracioso de verme desnuda, en el despacho principal de mi señor y sin nada de ropa por encima, dando un escueto informe. Así que, por mucho que hubieran construido aquella gran muralla, saque unas garras con las que me servían para poder ir escalando por las montañas, a pesar de poder ir volando, solo que tenia la desventaja de que las ropas se despegaban de mi cuerpo, dejándolas sin cuerpo alguno para rellenar y quedándome yo avergonzada. Bien subí unos tramos y no esperaron en hacer sonar la alarma.

-Kuso....la noche es perfecta para matar...pero no para enturbiar...-Chasque la lengua, maldiciendo por lo bajo, lejos de los oídos ajenos de quienes venían. Uno, dos...cinco. Bien, cinco contra uno.

¿La justicia? ¿Donde se quedo?

por **Sousuke Asakura** Vie Oct 05, 2012 7:25 pm

Aparte de Eiji, había otra persona que era capaz de sacarle de su semblante tranquilo y calculador. Y aquella persona era la que ahora actuaba como caballo desbocado gritando y golpeando lo que encontraba a s u paso, botando incluso el tan adorado sake del Daimyo. Su pataleta fue tan inútil como si nunca hubiera ocurrido, por eso le observaba con esa misma indiferencia aunque por dentro sus deseos asesinos surgían burbujeantes desde su pecho. ¡Hasta osó poner una katana entre sus manos y colocarse en una posición que daba a entender algo que era imposible de suceder: desafiarle, y según su esquiva mente tenía intenciones de vencerle. Seguro se había vuelto loco. Era más fácil que el sol dejase de brillar que Sousuke fuera vencido en batalla.

Mencionaba a Shina una y otra vez, pero el vampiro lejos de sensibilizarse mantuvo esa aterradora indiferencia, ni siquiera se motivaba a responderle en la típica pelea de hermanos que subía de tono con gritos y luego a golpes. Uno porque no podía hacerlo al ser Yuu el único capaz de producir al nuevo Líder del Clan; y dos, estaba aquel motivo tan recóndito como los verdaderos pensamientos del pelinegro: no quería hacerle daño.

Se levantó pesadamente, en un silencio tenso para variar, mirándole con una seriedad que no parecía para nada compasiva; incluso podía verse en su mirada las ansias asesinas que habían surgido contra aquel jovencito de la katana - Antes de atreverte a criticar a otros, deberías dejar de ser tan ciego y mirar los problemas que tú has causado.- Le apuntó, con el dedo simulando ser una cuchilla que hubiera atravesado su garganta de no ser por la distancia – Tú estás bajo mi cargo sólo porque necesito tu semen para engendrar al que va a sucederme, y te doy todo lo necesario para que vivas bien: comida, abrigo, ¡Hasta sirvientes! – Se acercó y le cogió del cuello alzándolo para dejar a la misma altura sus ojos de humano con los del vampiro que se enfurecía conforme avanzaban sus palabras, sin importarle que tuviera una katana en mano, ya que apenas sabía blandirla – ¿Y cómo me pagas? Causando problemas una y otra vez, y teniendo affaires con varones…-La mano se apretó más en su cuello, cambiando su mirada negruzca a rojiza. – Cuando cumplas tu parte histórica en la familia…podrás marcharte y ser libre, ni siquiera voy a perseguirte, puedes morir abandonado en un callejón comido por ratas. Cuando cumplas con el Destino que te tocó, tendrás derecho a insinuar una crítica en mi contra. Antes no. – Finalizó tajante, arrojándole contra una pared para dedicarle una mirada que era capaz de derrumbar también valor y moral – Eres un puto malagradecido, Yuu…eres tan inútil como el resto de tus hermanos…y eso me hace hervir la sangre. – Terminó enseñando los colmillos, gruñéndole en una amenaza más que clara. – Ahora lárgate de aquí, no quiero verte hasta que cumplas con tu deber. – Apuntó hacia la puerta, como el amo molesto que echaba a su mascota a la calle.

por **Shina** Miér Nov 21, 2012 6:39 pm

De alguna manera no conseguía calmar el dolor que en mi cuerpo estaba presente. Había habido una calma, pero seriamente, esto no terminaba. En algún modo de ultraje desdicha, mi cuerpo ahora se manifestaba como si el diablo lo poseyera...Habían dejado libertad a mi cuerpo, vi a varias personas en las esquinas pero ninguna se atrevía a acercarse hacia donde estaba agonizando interiormente- ¡KYAAAAAAAAAAA!! –Un grito desconsolador retumbo en mis pulmones sacándolo hacia afuera con todas las fuerza de mi cuerpo, mis pies no los notaba, intente moverlos a un lado pero las ordenes de mi cabeza apenas respondían, comencé a moverme aleatoriamente, lo que podía de las piernas y mis brazos a modo de protesta.

Ya enseguida pude ver a varias personas tomándome de los brazos, colocándolos contra el suelo y atándome las manos con cuerdas sobre mi cabeza, pero aun, aun seguía moviéndome como si estuviera sobre una plancha de carbón al rojo vivo, encorvando mi torso y poca de mi escueta ropa echa harapos deslizándose por mi cuerpo, no estaba pendiente de si me dejaba al aire, pero sentía mi piel erotizarse, encogía las piernas como si la mano invisible del diablo agonizase por meterse entre mis piernas lentamente sin que me diera cuenta.

-Ahhh!! Daimyo! ¡Sousuke-sama!-Grite el nombre de mi líder, pues no sabía de mas en ese momento que se cruzo en ese instante. No sabía si iba a socorrerme o a hacerme caso o a quedarse a mirar tan solo desde el umbral de alguna puerta, pero de nuevo esa sensación contra mi cuerpo, ya parecía faltar poco, ahora sentía escalofríos por mi cuerpo. Las personas que había a mi alrededor parecían no entender nada de lo que me pasaba, dos a cada lado sujetándome los brazos, otros los pies que de nuevo hacia que me soltaran pero después volvían a cogerme los pies.

-¡yamete!...-Un rubor toco mis mejillas, un calo extraño acontecía por mi cuerpo, intente abrir los ojos, pero en cuanto los abría para ver si aun estaba en la habitación y no en el limbo, me di cuenta de que todo estaba oscuro, no veía texturas ni detalles exactos en los que me pudiera quedar fija mirando. Parpadee dos veces y de nuevo me encontré con la habitación- ¡El veneno!- Escuche de uno de los señores de la sala, y al que vi enseguida tomar un ungüento de extraño color verde hoja.

por **Sousuke Asakura** Vie Nov 23, 2012 7:33 pm

Por fin había quedado solo, otra vez. El incompetente de mierda se había marchado con el rabo entre las patas, y eso le valió al Daimyo un suspiro por mero protocolo, porque aquel niñato no merecía ningún gesto, ni siquiera el desprecio era suficiente para expresar lo que sentía por él. Miró el sake derramado, con un movimiento sutil de sus pupilas negras sinónimo de tinieblas y luego se desvió hacia la katana manchada de fracaso, la cual recogió con un paño proveniente de su bolsillo. Él no iba a tocar los centímetros que Yuu había palpado con sus dedos, oh no. Se le contagiaría lo incompetente y lo inútil…no, eso era imposible. Él es perfecto. E inigualable.

De pronto, una inquietud generalizada. Un grito que cualquiera le hubiera erizado la espina dorsal, pero que para él fue tan irrelevante como una hoja de cerezo que caía ante su mirada. Ella estaba sufriendo, ¿Y qué? A él le era indiferente. Todos sufrían, menos él. Todos lloraban, menos él. Todos morían tarde o temprano…menos él. Podía escuchar la inquietud, oler la desesperación, leer la angustia de esa habitación a la que tendría que volver con la katana en su mano, arrojándosela a uno de los demases incompetentes que justo había gritado que el problema era el veneno. Por el amor de Sí Mismo, ¿Por qué el sentido común no era parte de aquellos que no habían sido bendecidos con la inmortalidad? – Qué inútiles…- Murmuró y al tiempo que el frasco con el ungüento se esparcía en el piso tenía a la cuervo entre sus brazos completamente paralizada por Su Voluntad. Era como si la hubiera matado con la mirada, pero la respiración agitada y el dolor parecían presentes aún en la mujer. Le miraba fijamente, pero esos ojos parecían estar vacíos de piedad. ¿Acaso quería que muriera?

¿Por eso fue que la sangre empezó a correr por su cuello hasta el canalillo entre sus senos? ¿Por eso fue que empezó a degustar su sangre?

por **Shina** Jue Dic 13, 2012 7:06 am

Más no deseaba que parase este momento....El Daimyo me tenia sujeta entre sus brazos por espalda y muslo sentía yo su cuerpo contra el mío...y apenas con gesto de dolor alguno, yo misma comencé a dejarme llevar por los movimientos que sus colmillos peligrosos se hincaban cada vez más en mi cuerpo. Estaba estática, sin poder moverme, al rato, si, ya mis cinco sentidos se habían convertido en un dulce postre delicado y que temblaba bajo el toque poderoso del Daimyo- ...Ah...a...-Un gemidito, las ropas que me cubrían el cuerpo junto con mi cabeza, se fueron hacia abajo disfrutando del cosquilleo que se introducía lentamente por mi cuerpo, no pude evitar agarrar, tocar y enredar mis manos por dentro de la densa cabellera de mi señor y amado Sousuke, de mi amo, encorvando mi cuerpo, mi torso, mis senos hasta una proximidad absoluta contra el uniforme monocromático del Daimyo.

Ah, sentía por mi cuerpo cada gemido queriendo llegar a salir por mis labios pero que se quedaban en mi garganta volviéndose en jadeos, mi mano, mi otra mano fue entonces a la espalda del Daimyo sin poder evitar meter la mano por dentro del uniforme, acariciando cada musculo, cada forma de su brazo, para libremente tomar el nudo del obi y desatarlo lentamente pero con torpeza, oh si..ahí estaban. Sus cicatrices, sus golpes de guerra y sus abdominales que ahora estaban al descubierto. Satisfacer al Dimyo, satisfacer al clan Asakura, satisfacer a quien en verdad le debo la vida. En la noche no se dejaban ver más luces que sombras se pueden ver, en la luz no se pueden ver más sombras que luces se muestran.

Tiraba ahora de los cabellos del Daimyo, que sin darme cuenta, le moví hacia mi misma haciendo que ambos nos tumbásemos sobre aquel lecho de plumas y de satén negro, rodee al fin mis piernas alrededor de la cadera de mi señor, si, podría decirse que era suya completamente, porque él la salvo a ella de un empalamiento seguro que finalmente no llego a completarse. Tenía aquel miedo pero a la vez estaba en problemas de querer más de él, cosa que desconocía si me lo iba a ofrecer, podría resultar algunas veces un poco caprichosa. Cosa que veo, cosa que quiero con insistencia.

por **Sousuke Asakura** Mar Dic 18, 2012 5:24 pm

¿Cuántos habían tenido entre sus sueños más húmedos y calientes estar bajo el yugo de alguien como Él? Sentir Su cuerpo junto al propio, Su excitante frialdad erizándote piel, músculo y hueso…y qué decir de esos pequeños y a la vez grandes piezas de poderío que aclamaban como Suyo ese cuello y esa sangre contaminada que no paraba de brotar. Aquellos colmillos hacían posible lo que la mente maestra ordenaba, por muy descabellado o imposible que pareciese; porque para Él, para el Daimyo, para Sousuke Asakura no existen imposibles. Ellos se arrodillan ante él, pero son pisoteados como polvo en tierra. Nadie puede siquiera aspirar a acercársele en grandeza, NADIE.

Y como era costumbre, el milagro estaba sucediendo: la mujer cuervo empezó a reaccionar, llevada obviamente por la adrenalina que suponía estar tan cerca de un Dios, llegando a atreverse incluso a coger los cabellos negros tan brillante y perfectamente arreglados, como Él en su totalidad. En pocos momentos quedó comprobada la efectividad (indudable por cierto) de su accionar, ya que la mujer ahora estaba sobre él, aferrándose a las caderas masculinas con la fuerza de la que había sido privada a causa del veneno que permanecía ya en cantidades mínimas en la sangre cuya cantidad también manifestaba una pérdida importante. La temperatura corporal de la mujer se debatía entre el calor del deseo sexual y la frialdad de quien está pronto al desmayo, pero el vampiro impuso su puño de hierro para zanjar aquella disputa.

La zurda se cerró contra el mentón alzándole con fuerza, manteniendo cabeza y cuello tensos mientras degustaba las últimas gotas de vitae de la cambiaformas, lamiendo para cerrar esa fuente lamentablemente agotable de alimento – Shina. Valoras la vida que he prolongado, ¿no?

Y antes de que pudiera responder, la pelinegra yacía en soledad con la vista en el techo, teniendo su lecho de frente la espalda que volvía a cubrirse de sus ropas, ciñéndolas a la escultura pálida del Señor Máximo del Clan Asakura.

No había un solo ruido. El Silencio le reverenciaba.

por Contenido patrocinado

I . LLegó el momento. [Sousuke]

I . LLegó el momento. [Sousuke]

Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]

Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]

Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]

Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]

Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]

Re: I . LLegó el momento. [Sousuke]