Hasta la más bella rosa tiene espinas {Anuar}

-sabia…de sabio no tiene mucho e contestado lo que cualquier debería contestar- aseguro con tranquilidad y esque con esos ojos lo veía el, conocer antes de juzgar y aun juzgando jamás marginar ni despreciar, y posiblemente solo fuese de aquel motivo porque el conocía el dolor de la mofa que la gente solia hacerle desde sus inicios, y quizá ese era el motivo de todo pero no aquello no era asi, no se trataba de tratar como quieres ser trataba porque a el nadie le habia ayudado y el ¿ayudaba? Dependía, como todo en la vida dependía.

-talvez la curiosidad ha de matar al gato pero este morirá feliz- le dijo como si del clima estuviesen hablando –debe comprender usted doamna que para mi la curiosidad es el peor de los males, un monstruo jamás conforme con lo que conoce, ansiado de saber mas aquello que no debería saber y de no ser asi…desdichado sea yo si no consigue lo que busca- aseguro dramatizando las ultimas palabras para seguidamente sonreir de medio lado, comparar la curiosidad con un monstruo ¿acertado o no? Asi lo veía el, siempre hambriento siempre anhelado mas, mas de lo que no poseía y de lo que podia conseguir y que aun asi en el trayecto podría perder mas importantes cosas, dar para recibir, un precio aceptable.

Le observo con seriedad ¿vampiros acaso? No, levanto su mirada al cielo cerrando los parpados para que sus ojos color de miel no fuesen dañados por el oro liquido que manaba del astro rey, sentía el calor lamerme las mejillas, y como estas adquirían color, vampiros no eran pues de ser asi hacia tiempo serian poco mas que cenizas, si sus conocimiento de las leyendas urbanas no le engañaban y si aquellas no eran mas que falsedad, bajo su mirada dirigiéndola a donde los gritos tenían lugar ¿esque el destino se encaprichaba en no saciar su curiosidad?

Andaba con paso lento detrás de ella, ya casi desganado y no solo por no recibir lo que anhelaba sino también por el dolor que de la herida surgía, era un mar de sufrimiento, tantas cosas en tan poco tiempo y aun asi ¿se atrevía a pedir mas? Porque era firme en sus convicciones y llegaría hasta las ultimas por conocer, sosegado por tantas cosas llega por fin al lado de la gemela que se ha quedado fuera –y a ser posible saber ¿Qué es eso que no puedes hacer y Cannette si?- cuestiono curioso, comenzado a creer que mejor era dejar todo como estaba pero y de ser asi aquello la curiosidad le carcomería por dentro disipando su sueño por no ser saciada con mas nada, le obligaría a pasar noches en vela atormentándose con sus pensamientos con el “ que hubiera sido si yo…” no, no es capaz de soportar aquello nuevamente.

Parpadea varias veces observado a Ankhiara ¿Por qué lucian tan parecidas y sin embargo todo en ellas parecía divergir? ¿se sentía atraído por ambas o solo por una de ellas? Negó, ni una cosa ni la otra era curiosidad, simple curiosidad.

¿Por qué parecía mirarle como si le desease el peor de los males? Sus ojos aun asi no se inmutaron por el acto, los ajenos eran como una luz trémula, aveces vibrantes en algo que le hacia querer conocer mas de ellos, añorando seguir una conversación y otras veces aprecian decirle a gritos que se alejase, que aberraba su existencia y lo que el mismo significaba, no sabia ya sin sentirse fascinado o repudiar todo aquello.

Enarco una ceja observándole con incertidumbre –cree usted que no creo en todo eso- le cuestiono sin demasiado afán por querer continuar con su parodia, porque no pretendía tergiversar lo que de sus labios habia manado y sin embargo le parecía que no todo era una banal broma, sabia mas de lo que decía o decía lo que sabia fingiendo asi no hacerlo, en ese caso y si no estaba en lo erróneo en verdad se trataba de brujas ¿Cómo aquellas a quienes cazaban? Posiblemente, un sinfín de preguntas y cuestionamientos mal formulados comenzaron a surcar su mente como estrellas fugaces que dejaban tras de si una estela de incertidumbre y descontento, comprender, razonar, saber, no hacia en aquellos momentos nada de eso.

-quiza de haberle dicho esto a alguien mas te hubiese pillado por loca- aseguro con tranquilidad, como si todo estuviese ocurriendo en un segundo plano como si no estuviese implicado en todo aquello, no era solo un espectador era una pieza clave del juego y actuaba como si no lo supiese o quizá lo sabia demasiado bien –pero para tu buen o mal fortunio el destino se encargo de enseñarme lo que este mundo habita antes de conocerlas…creo lo que dices, de modo que son brujas- le dijo observándole con curiosidad mas no asi con ansias, porque era un desesperado lo sabia bien y ese tipo de emociones eran dignas de no dejarse siquiera entrever.

-no creo que valga la pena matar un alma joven por alimento…aunque fuese mas fácil o mas difícil, aveces la sencillez de la acción es lo que nos lleva a cometer el error- aseguro sin pensárselo dos veces porque no tenia tanta moral como para no verse capacitado de asesinar a alguien dada la ocasión, no le temblaba la mano ni se tocaria el corazón, eso lo tenia por seguro pero matar por simple capricho le parecía no por menos repulsivo, repulsivo en una forma conmovedora.

Relamió su labio inferior desviando la mirada a la choza de modo que en aquellos instantes dentro de ella se practicaba la brujería, sanaría a un anciano, sanaría una heridas y el estaba ahí, afuera, dejando que la curiosidad le carcomiera las entrañas como una furia encarcelada, y si no conseguía saciarse se alimentaria de sus sueños, liberaría la duda que crecería en sus pensamientos alimentada por el ¿Qué será? ¿Qué hubiera sido? No, no, negó de una forma apenas perceptible.

Recordó entonces sus palabras –la perdición, es imposible perderse si jamás uno se a encontrado…y uno tiende a perderse cuando pretende encontrarse, ¿Qué tan cierto es lo que dices? ¿y que tanta falsedad y arte hay en ello? ¿tus ojos saben mentir? Porque los mios no- pretendía encontrar la forma de saber cuanta verdad habia en sus palabras y le habia revelado algo que seguramente no debía haber hecho porque habia dos grandes incógnitas en sus acciones, cuando lo que decía no era asi lo que pensaba o sentía sus ojos se desviaban a algun punto inexistente, porque no sabían mentir y revelarían todo lo que con esfuerzo se esmeraba en hacer pasar por verdad por otro lado su flequillo permanecía sobre su frente porque para el, era una barrera que le impedía a sus pensamientos e ideas mostrarse ante los demás sin previo aviso, eran modos que habia ideado para resguardarse de una sociedad que pretendía ignorarlo y marginarlo, pero ahora su mirada estaba fija en la ajena, porque no mentia y no temia que se supiera la verdad de sus ojos.

La misma pregunta que habia formulado anteriormente escapa ahora de los labios de la gemela que yace frente a el, no puede mas que enarcar suavemente una ceja desconforme con la respuesta que pretende ofrecerle y aun asi haciéndole sentir intrigado con ansias de escuchar sus demás palabras que y pese a todo lograron encantarlo, observa su rostro estático y sereno tan cerca del propio, sin inmutarse ni un ápice, sin moverse ni un palmo sino mas bien solo observando aquellos negros ojos que mas le parecían dos cuencas, si aquella mirada revelaba su alma cualquier podría caer en el error de pensar que aquella joven no poseía una.

-es necesario- repitió después de escuchar su explicación debiendo oponerse a aquello –porque si le viese entonces en aquel estado a los ojos estos mismos me dirían el engaño que estoy sufriendo…no de mucho serviría evadir a la razón y otros medios que dejan que desear, los ojos no se conectan aquí, -le dijo señalando con su dedo índice la frente ajena –solo los de la gente de pensamientos pobres y escasa visión- aseguro encogiéndose de hombros, y el no era uno de ellos, veía con los ojos de la imaginación, lo improbable y lo indebido, su propio ser asi lo era, inigualable, insoportable, inmoralmente perfecto porque pese y a sus defectos era perfecto, perfectamente humano.

-y nada ocurre porque si, una cosa lleva a otra, una cadena y nada puede romperla porque nadie puede no hacer nada- sus pensamientos aveces le llevan a caminos que ni el mismo conocida, senderos peligroso por lo que aveces desearía no andar y que mas sin embargo decirse escarpar con ayuda de su retorcida imaginación, por un artista es incomprendido en la medida en que la sociedad asi lo dese –transparente- repitio casi carraspeando, no deseaba ser transparente no quería que ella joven supiese todo lo que su interior resguardaba, pensamientos tan privados, un pasado tan turbio que ni el mismo podia creer por verdad, sentimientos nunca antes revelados ni a la mas minima señal de vida humana, nunca, negó con suavidad desviando su mirada, casi ansiando escuchar lo contrario, sus manos le soltaron alejándose de su piel, aquellas tersas manos que no habia sentido en toda la charla, por sus palabras le embalsamaban y encandilaban de un modo tal que le sorprendía a si mismo.

-no digas que soy transparente- le pidió de una forma seria –porque aunque lo digas no asi lo soy, compárame mejor con un laberinto y te sonreiré dime que soy un libro y te enseñare a leerme, inclusive píntame de negro y di que no me entiendes, pero no asi que soy transparente porque dejare de serlo porque en ningun momento e pretendido eso- le observo unos instantes desviando seguramente sus amielados iris –porque han cambiado de color tus ojos- le cuestiono repentinamente.

Suspiro negando –eso difiere en cada uno, lo que para usted podría ser no aceptable podría ser para mi quizá algo rutinario- aseguro observándole, comenzaba a preguntarse si dada la ocasión el mismo podia llegar a ser tan atrayente y repulsivo como Ankhiara, por que sus palabras le indicaban que del mismo diablo se trataba, que no se fiase de ella y por el contrario que se alejara, que se fuese lejos donde nunca mas tuviese que verla, donde ella ya no pudiese arrastrarlo a su averno y sin embargo levantaban en el una curiosidad tal que debía dejar de lado aquella parte de su conciencia que le dictaba que hacer, aquella que como un susurro apagado habia decidido olvidar, la parte cuerda de su ser, la única que quedaba.

Repulsivo, aquello era como veía sus gestos, altivos, irónicos, cínicos, casi estrafalarios, casi…lo eran y aun asi bellos en su peculiar e inusual manera no pretendio ya contestar aquello, porque no veía la forma de hacerlo sin dejar que un atisbo de molestia fuese tangible en sus palabras y sus gestos, mas fácil era…no no lo era porque quedarse callado es jamás una opción para el –lamentablemente pero no se necesitan de creencias absurdas para crear en las personas una pobre visión- la curiosidad y atracción que sentía se habían mezclado ya con la repulsión y hastio de lo que jamás será y que aun asi pretende ser.

-nada lo es todo ni nadie es nada…lo se bien, pero intentas comprender lo que no sabes- le explico observando el diamante que comenzaba a formarse no por ella le hubiese dicho sino porque era un acto bello por apariencia propia –no me fiare de ti…no hay cuestión en eso- porque con lo poco que logro hablar con ella en su interior se ha levantado un sentimiento incomprensible a su conocimiento, algo que no le agrada en lo absoluto. Alzo la mano intentando tocar aquello que sobre la palma de la joven yacía, todo hasta que el fuerte sonido dentro de la choza se hace audible y sin pensarlo dos veces abrió la puerta de par en par, quizá una acción torpe, quizá demasiado precipitaba, lo que fuese lo habia hecho ya.

Entro en el lugar justo para escuchar aquellas palabras -Cannette- llamo en voz baja observando la escena con la curiosidad tangible y casi palpitandole sobre las manos aquellas que antes se habian posado sobre las ajenas alzando en su interior un sentimiento que nunca antes habia experimentado, aunque la incertidumbre no le dejaba empaz debía admitir que no estaba seguro de querer saber que era aquello que con tantas ansias esperaba descubrir, curiosidad e interés claro estaba, necesitaba saber mas de aquellas jóvenes y quiza por haber entablado cuna conversacion menos amenas y mas filosófica con Ankhiara era aquella quien le captaba su atención aunque la otra gemela no iba demasiado atras, siendo no la antagónica sino la heroina de la anécdota aunque pareciese no poder asi ayudar al anciano y su hijo.

Miro de soslayo a Ankhiara como cuestionado que era lo que debia hacer, no queria ver a la pelirroja de aquella manera en que casi le era doloroso aunque tampoco queria inmiscuirse en algo que talvez era mejor simplemente olvidar, avanzo algunos pasos apoyando su mano sobre el hombro de la gemela abriendo y cerrando repetidas ocasiones sus labios para intentar que de esos algunas palabras de apoyo saliesen y le animasen un poco, aunque no solo ella debia sentirse decepcionada sino tambien el anciano porque mas facil era jamas haber tenido una oportunidad sino solo un fin seguro, a haber sentido con tanta cercanía la salvación que efimera como habia sido se habia escapado entre sus dedos, aquello debia ser un golpe tan mortal como la muerte misma.

Al final sencillamente se quedo observando su espalda mordiendo el interior de su mejilla mientras se debatida de que decir y que callar, nunca habia sido bueno mostrando ningun sentimiento, cariño, arrepentimiento, nisiquiera brindando palabras de apoyo -intentaremos algo mas- aseguro en un tono casi inaudible, el no sabia de medicina pero seguramente podian hacer algo, cualquier cosa.

Le habia dejado ir cuando la otra gemela habia solicitado su presencia y habia observando con curiosidad, una que le consumía desde el mas profundo recoveco de su alma, prendiendo su mirada como dos tizones al rojo vivo siendo extinguidos lentamente por lenguas de fuego que encendían sus iris en un dorado que mas le hacia lucir como oro liquido, parecía que algun codicioso hubiese derretido su fortuna y sin poder separarse de ella se la habia vertido en los ojos, negó, que pensamientos tan incoherentes eran aquellos se trataba meramente de caprichos de la genética que sus ojos pudiesen diferir en esas dos tonalidades tan parecidas y que sin embargo podían diferenciarse con facilidad, el amielado para el sosiego, el dia a dia en una sociedad y una vida poco prometedora sino mas bien decadente y aquel dorado, que se mostraba solo con los sentimientos mas fuertes.

Sus labios se entreabrieron dejando tangiblemente un asombro en su mirada y el resto de su rostro que se compungía por la curiosidad la misma que le impedía apartar la vista, aquella ilusión en la mano de la joven le hizo helar la sangre por fracciones de segundos, necromancia recordaba entonces porque era que las brujas eran perseguidas cuales rabiosos animales y llevadas a la muerte en las torturas y formas menos imaginables, siendo abrazadas por el fuego o devoradas por el mar, siendo degolladas o laceradas, era barbárico todo aquello pero habia dicho ya, era una época decadente.

Aquel corazón que mas parecía una resplandeciente estrella le hizo percatarse del poder que ambas poseían, dones que ante la vista de muchos debían ser una maldición algo por lo que ser perseguidas eternamente y por eterno se refería hasta el dia en que las atrapasen porque nada era perpetuo ni perfecto todo tenia su fin, su defecto y la vida no debía ser la excepción, eran como las cuestiones ninguna incógnita no tenia una respuesta amenos que el interlocutor pereciera en el momento, solo la muerte no tenia solución…¿y la necromancia? No, eran temas que si bien no tabúes para el si demasiado complejos y revolucionarios en los cuales dentro de la medida preferiría no inmiscuirse, aunque aquello habia sido magia, el hombre antes demacrado lucia ahora rejuvenecido.

Se apresuro hacia el desvanecido cuerpo cuando este pareció caer, rodeando su cintura con una de sus manos y apoyando la otra sobre su espalda, procurando no dejar caer su cuello en aquel ángulo que de ser mas amplio algunos centímetros resultaría en la muerte, la herida le atormento por el esfuerzo de sujetarla, la piel se tiraba de los hilos estirándose hasta el punto de amenazar con desgarrarse, apretó los parpados con fuerza atrayendo el cuerpo de Ankhiara contra el suyo para que fuese su soporte, suspiro ampliamente buscando con la mirada donde poder acostarla, sus pensamientos divergían pero el asombro y curiosidad le carcomían.

Le sujetaba con firmeza sin importarle ya su dolor, habia lidiado con peores en circunstancias menos relevantes, apoyo la que tenia en su espalda en su nuca, sujetando por detrás de su hombro con el resto del brazo, bridándole un soporte que le impediría caer amenos que el la soltase y era algo que no tenia planeaba hacer, una acción tachada por su mente mucho antes de siquiera ser marcada como posibilidad.

Volteo a vera a Caneette cuando esta dejo escapar unas palabras de sus labios ¿recompensarle? Pero si no habia hecho nada, su ojos ahora color de oro se fijaron en sus acciones perturbándole hasta el punto de pensar en retroceder, seguramente tenia sus motivos y no debía desconfiar de ellos, no por el momento, sintió como sujetaba su mano obligándole a estrechar el cuerpo de Ankhiara contra el propio, de lo contrario terminaría resbalando y dando de llano contra el suelo, era una cercanía que le turbaba, el peso del inerte cuerpo recayó sobre uno de sus brazos tensándole aun mas el cuerpo, su rostro se compungió cuando uno de los puntos se solto desgarrando su piel –que- cuestiono sin lograr terminar su incógnita, cerro instintivamente su mano al sentir como de esa comenzaba a manar sangre escarlatina como si de un manantial se tratase, sentía el calido liquido manchar su mano y comenzar a gotear paulatinamente, aquel liquido vital.

Dejo que moviese su mano a su antojo, sintiendo dos tactos diferente contra la misma, soltó un insonoro jadeo al tiempo que algo se revolvía en su interior, una fuerza que habia estado dormida toda su vida o algo que acaba de nacer, cual fuese el motivo se encontraba ahora observando el inerte rostro de la joven a la cual aun sujetaba con arraigo, por si bien poco tenia de conocerla su muerte seria algo trágico, no como si un extraño pereciera ante sus ojos sino como a alguien a quien celosamente se le guarda algun tipo retorcido de aprecio, su sangre se mezclo en los cuerpos ajenos y asi recíprocamente.

Observo aquellos reacios ojos sintiéndose aliviado de que Cannette hubiese logrado despertarla de aquel letárgico sueño al cual parecía haber entrado como las princesas en los aberrantes cuentos de hadas, aquellos que le enseñaban a los inocentes infantes una vida que no existía, una felicidad tan lejana como el inicio mismo, bajo un hechizo de su propia cuenta –estas bien- le cuestiono en voz baja soltándola con lentitud para que se apoyase del suelo y mantuviese el equilibrio, sin percatarse que el blanco de su camisa habia sido teñido con su propia sangre, apenas y un manchón causado por el desgarre de la herida.

Por un segundo le pareció haber sentido otra clase de conexión con aquellas dos jóvenes, una que se desvaneció tan pronto como pensó sentirla.

No hizo amago algun por detenerle cuando comenzó a desabotonar y mejor dicho romper asi su camisa, porque estaba ya manchada con su propia sangre vertida de la mas reciente de las heridas y mentir o intentar cubrir la misma seria tan inútil como pretender que no estaba ahí y no dolia, negó suavemente observándola ante aquella incógnita que sin ser pronunciada parecía manar bien formulada de sus ojos en aquel lenguaje que conocia por ser los propios igual de expresivos, porque habia veces que las palabras quedaban de mas –es algo que ni yo comprendo- se limito a decirla con seriedad y era la verdad, no sabia a que se habia debido su rápida reacción o su inútil preocupación por las gemelas, por una mas que por la otra pero a fin de cuentas por ambas.

Giro el rostro rápidamente al escuchar aquellas exclamaciones, su facciones se vieron surcadas por el enojo, uno que muy a su pesar no debía estar ahí porque no le ofendían a el y sin embargo le molestaban sus palabras y sus gestos de desprecio hacia la ayuda brindada, habían arriesgado sus vidas por aquel desdichado hombre y ahora asi sin mas después de ser sanado pretendía gritar su verdad a los cuatro vientos, ojala el mundo colapsara sobre el y nadie mas volviese a pretender tender su mano.

Se levanto con rapidez andando hacia el hombre para empujarlo con fuerza y alejarlo asi de su búsqueda, no sabia que debía hacer huir era ahora una idea tentadora pero habia visto a las gemelas, podia dar una descripción de ellas y no seria nada difícil encontrarlas ¿Cuántas veces uno ve a un par de jóvenes de fogosa cabellera y rasgos tan similares? Cuando mínimo para el, era su primera. El joven hijo del anciano le ayudaba a su padre mientras el pelirrojo aprovechaba la conmoción para correr hacia las gemelas y sujetar la mano de una y otra y tirar de ellas hacia el exterior de la choza, huir era la opción mas tentadora hasta el momento pero todo seria decisión de las brujas, ayudaría solo si asi ellas decidían hacer algo, correría a su par si necesitaban esconderse mas si por el contrario sus mentes planeaban un fin mas siniestro…no las abandonaría, no a aquellas alturas.

{sin cuidado =)}

Todo sucedió tan aprisa y tan sin previo aviso que los sentidos le flaquerón y el raciocinio le abandono por un efímero momento que le pareció mas una eternidad por la situación en la que se encontraba debía haber actuado rápidamente y sin darle tiempo a las gemelas de oponerse mas ser posesivo y dominante jamás habia sido lo suyo les habia permitido a ambas zafarse y habia visto lo iracunda que Cannette se mostraba ante las acciones del desdichado hombre que aun después de ser salvado de la mismísima muerte habia osado tacharlas por lo que eran y por lo que de no ser no seguiría en pie.

Hambre, toda muestra de aquella sensación se habia desvanecido en sus sentidos por que la adrenalina habia frenado cualquier otro sistema que ocupase una fuente de energía esencial para reaccionar aunque también habia perdido toda razón y reflejo. Observo la rojiza melena de Ankhiara mecerse atraves de la habitación y salir con rapidez, entregándole una hogaza de pan para volver a la choca mientras gritaba y proclamaba algunas palabras que parecían casi blasfemias por el modo en que expelidas al aire parecían chocar con el ambiente cargándolo de un aire denso, difícil de respirar, sofocante.

Aquello no habia sido causado por las palabras de la bruja por lo menos no de la que se encontraba con el en aquellos instantes, el calor de de adentro provenía comenzó a hacerle sudar ardiéndole la herida por la sal que su puerto despedia, el flequillo se le humedeció, los labios se le cuartearon su cuerpo quería huir pero su mente le indicaba a adentrarse, no podría dejarles sola no después de tanto, no por nada se habia quedado hasta aquel instante y no por nada no pretendía partir.

Se pregunto entonces si dentro hardian padre e hijo, aunque aquel ultimo la culpa alguna tenia no se podia castigar a un hijo por las atrocidades que sus ascendencia pudiese o no haber cometido, habían sido sus logros o sus fracasos y no podia heredarlos como si de una fortuna o un teatro se tratase, no eran su responsabilidad, una cuestión se formulo entonces, una que le atravesó fugaz como una parvada de negras aves turbándole la razón ¿estaba adentro Cannete ardiendo? No lo pensó dos veces se adentro nuevamente en la choza entrecerrando los parpados por acto reflejivo.

Las columnas de humo subiendo al cielo teñido ya con colores que indicaban el ocaso, el humo que respiro apenas entro le obligo a toser incontrolablemente, cubriendo a como pudo la nariz y la boca con la camisa, esforzándose por ver mas alla de la cortina de humo que se abria paso frente a sus ojos ardiéndole como limón sobre una herida, los ojos se le enjuagaron en lagrimas que no atinaron a salir, porque hacia mucho que no lloraba y suponía que su cuerpo habia olvidado como hacerlo.

Sintio un golpe en el hombro y giro ¿Ankhiara? No…era solo aquel joven que llevaba a cuestas a su decrepito padre, sintió el incontrolable arrebato de lanzarse sobre el y propiciarle unos buenos golpes que le dejasen en e mismo estado en el que se encontraba antes de que hubiesen llegado, antes de que le hubieran ayudado, antes de que la gemela hubiese puesto su vida en riesgo por salvarle solo por algo de comida, la salud y bienestar de una persona valían mucho mas que una comida pero menos al parecer que la vida de dos brujas, observo de soslayo su mano herida, sintiendo como el humo se colaba por ella intoxicándole la sangre ¿podria ser aquello capaz? Suponía que eran jugadas de su activa imaginación.

¿irse y dejarlas morir a ellas? ¿Por qué su cuerpo le impedía hacer aquello?¿tenia acaso pensamientos suicidas? Sentía como el calor comenzaba a lamerle el cuerpo haciendo rogar a cada poro de su piel que se alejara como las palabras de la peliroja le habían indicado, sus pulmones comenzaban a llenarse de humo y sus ojos pese y a arder mantenían las lágrimas reprimidas, negó sin ser visto, hablo sin ser escuchado, grito sin ser auxiliado.

Apretó los parpados con fuerza deseando y no pudiendo irse, rodeo con sus brazos los cuerpos de ambas brujas intentando protegerles inútilmente de las lenguas de fuego sintiendo un amargo dolor en la herida su cuerpo comenzaba a despedir agua salada por las altas temperaturas misma que comenzaba a hundirse en la herida escociendo, no tanto como el fuego sino solo ardiendo –si ustedes no salen yo no lo hare- le dijo al oído besando inconscientemente la mejilla de Ankhiara no logrado y no queriendo asi tocar ninguna otra zona con sus labios.

Su perlada frente al igual que su ahora húmedo cuerpo se sentían abrazar por el infernal calor ¿se sentiría asi estar en el averno? La idea de aterrorizo ¿pasaria asi la eternidad? Porque moriría, comenzaba a ser un hecho tangible, moriría quizá mas de una forma en que el habia decidido, cerro los parpados con fuerza aguardando.