~Colores Vivos~ {Soren K}

- Gracias - Respondió sintiéndo que le volvía el alma al cuerpo cuando el joven pintor había accedido sin dudar a acompañarlo a casa. Caminó con él atravesando la galería, siguiendole un paso por detrás, dejando atrás las esculturas y todos esos cuadros que expresaban los más profundos sentimientos de decenas de promesas juveniles. Le escuchó hablar y su corazón si es que podía llamarlo así, se llenó con una tibia y reconfortante sensación.

- Le entiendo perfectamente Joven Gerard - Comenta casi en un murmullo, él estaba muerto y Gerard acababa de resumir en un par de frases su existencia. Él sobrevivía gracias a su pasión por el arte y la literatura. No existía ninguna otra razón. ¿O sí? Quizás también era por la cobardía a morir. Por no ser capaz a renunciar al mundo.

Caminaron por las calles antes concurridas de la zona comercial, atravesando el mercado de frutas y verduras que a esas horas ya había cerrado y se encontraba más bien desolado. Los predios que rodeaban a la Universidad eran tranquilos y en cierta manera limpios, pues sólo estudiantes y profesores los recorrían, pero el corazón de la ciudad era distinto. Las calles y plazoletas se llenaban de todo tipo de variopintos comerciantes durante el día y lucían como fantasmas melancólicos en las noches.

- En realidad si hay algo que puedes hacer para ayudarme a aliviar mis penas - Comentó deteniéndose en un callejón particularmente oscuro, estaban a un par de calles de su tienda y el silencio del lugar hacía que su voz sonara más profunda de lo que quería - ¿Vez eso? - Comentó levantando un brazo y señalando con el dedo indice a un montón de cajas de verduras vacías y olvidadas - Ayudame a atraparlo - Agregó con una sonrisa...¿pícara?¿curiosa?¿divertida? más bien las 3 al mismo tiempo. Sobre las cajas había un gato adulto de color gris, moteado con rallas negras, un gato callejero común que se quedó quieto mirándolos con sus enormes ojos verdes como uvas al sentir la presencia de ambos hombres.

(( El gato es más o menos así 8D sólo que más gris ))
http://www.fotopedia.com/en/Tabby_cat

No esperó que le hiciera caso y fuera por el gato, como tampoco esperó que el gato confiara en él tan fácilmente. Los gatos callejeros desconfiaban tanto de los humanos como desconfiaría un vampiro de un hombre lobo en plena luna llena. Pero al parecer Gerard tenía ese don que pocas personas tenían con los animales y el minino había cedido más rápido de lo esperado. Si Soren hubiera intentado atraparlo él mismo, hubiera tenido que tomar ventaja de sus habilidades sobrenaturales para atraparlo antes de que escapara por un agujero en la pared.

El animalito aruño a Gerard conforme este se acercó a él y era natural, los gatos al igual que otros animales tenían un increible instinto frente al peligro.

Soren observó al gato a los ojos y se mordió el labio inferior suavemente, con ambas manos intentó tomarlo en brazos, pero el animal se herizó y dejó escapar un siseo de advertencia propio de los felinos asustados o molestos, Soren retiró la mano rápidamente y arrugó el entrecejo. Bien, intentémoslo de nuevo, pensó estirando lentamente el brazo y cogiendo al gato por el lomo.

- Ven con tu nuevo padre pequeño demoni... - Y no alcanzó a terminar la frase, pues el gato había saltado con sus garras extendidas maullándo colérico hacía su cara. Soren le atrapó en el aire con unos reflejos dignos de un felino (lo cual era una ironía) pero el animal alcanzó a rasguñarle la punta de la nariz. Genial, otra cortada para su colección. Aunque sabía que el rasguño del gato desaparecería fácilmente al contrario que los rasguños hechos por el hombre lobo que aún se veían latentes en su mejillas y en las comisuras de sus labios.

- ¡Gato malo! - Exclamó mirándo al gato seriamente a los ojos, sosteniendolo aún en el aire a unos 20 centimetros de su rostro - Ya veremos si me sigues odiando cuando te sirva leche tibia en un tazón -

Soren pareció recordar la existencia de Gerard y aún con el gato colgando entre sus manos, giró su rostro hacía él y le sonrió con gratitud.

- Gracias - Comentó y dejó esbozar una sonrisa tranquila - Eres bastante bueno atrapando gatos... ¿No haz pensado en dejar la pintura y dedicarte a esto? - Finalizó, esperó unos segundos y rió, sintio el impulso de cubrirse los labios, pero aún tenía el gato en las manos así que agachó la cabeza como intentando ocultarse de algun modo. - La... tienda está a un par de calles de aquí, ya casi llegamos... -

Gerard parecía bastante divertido con el pequeño drama causado por el gato. Aunque era ligéramente vergonzoso y sabía que el joven se burlaba de él, Soren se sentía feliz. Tenía un nuevo gato y un nuevo... ¿Amigo?. Um. Más bien alumno. Aunque realmente Soren no tenía un buen punto de referencia para comparar esa incipiente relación que nacía entre ellos.

- La verdad es que... no tengo mucha suerte con los animales - Comenta sujetándo al minino en brazos y caminando por la callejuela empedrada y oscura - Las otras cicatrices... mmm si... fueron hechas por un animal... canino - Agregó sin saber como explicarlo sin revelar algo que pusiera en evidencia su condición sobrenatural. - Me atacó un perro - Explicó y en vista de que aquello no sonaba muy gemial - ¡Un perro grandisimo! parecía más una ternera... -

Soren sintió que el calor se le subía la cara. Gerard seguro pensaría que era un miedoso quejica. Un perro es sólo un perro después de todo. Suspiró escuchando el nombre que el joven pintor le daba al gato.

- Toulouse... - Susurró pensativo y alzó al gato en alto de nuevo, este bufó molesto e intentó aruñarlo de nuevo - Ciertamente pareces una pequeña pintura impresionista de color gris - Comentó refiriéndose a la infinita cantidad de lineas y circulos que generaban la textura del pelaje del animal - Henry Toulouse Lautrec... Que nombre más apropiado para ti -

Finalmente la tienda estuvo frente a ellos. Una desvencijada y vieja fachada parecía dar la impresión de ser un lugar en el que morirías torturado. El aviso de metal ponía en Noruego "Minnen Butik" y luego en inglés 'Tienda de antiguedades y recuerdos'. Las luces estaban encendidas y Soren parpadeó rápidamente, agudizando sus sentidos. Él no había encendido las lamparas antes de salir como tampoco era el turno de su ayudante. Precibió el olor a sangre humana y sosteniendo con una sóla mano al gato, uso la otra para detener el avanze de Gerard.

- Espera - Le susurró - Parece que tengo visitas indeseadas -

Definitivamente ese olor no era un olor conocido. Soren no podía evitar oler la sangre y el aroma en general de todas las personas, su sentido del olfato no era tan bueno como el de los licántropos, pero si lo suficiente agudo como para reconocer a las personas con las que alguna vez había tenido contacto. La luz en la tienda era tenue, seguramente las personas habían encendido una de las lamparas de aceite que estaban dispuestas por toda la ciudad. Escuchó a Gerard y se giró con expresión consternada, era lo mejor, era mejor alejarle de un posible peligro.

- Si... es mejor que te quedes aquí - Comentó muy serio, demasiado serio se podría decir a comparación de la forma en como se había mostrado a Gerard desde un principio - Escuches lo que escuches no entres - Agregó frunciendo el entrecejo - Sólo si crees que realmente necesario... llama a la policía - Agregó.

Por el olor podía determinar que las personas en el interior eran humanas. Sin embargo era mejor asegurarse, cerró las manos en puños y se concentró cerrándo los ojos por unos segundos, cuando los abrió de nuevo, su visión era a escala de grises y sólo los seres vivos brillaban con diferentes colores.

Poder ver las auras de las personas era una técnica que le había enseñado su mentor años atrás. Notó el aura de Gerard de un color Azul cláro que indicaba que por el momento estaba tranquilo, giró su rostro hacía la tienda y percibió el aura de los ocupantes que en total eran 5. Cuatro de ellos de color violeta lo que indicaba estaban emocionados con lo que hacían y el quinto... era una aura con cientos de destellos vibrantes.

- Maldición - Susurró sin pensar. Toulouse maullo débilmente como temiendo el peligro y tiritó en manos de Gerard. Soren comezó a bordear la tienda, planeando entrar por atrás.

(( Por cierto, pásate por aqui :3 https://victorianvampires.foroes.org/z-o-n-a-c-r-e-a-t-i-v-a-f12/ilustraciones-de-los-pjs-del-foro-y-soren-t1082-75.htm#26150 ))

Cuando estuvo fuera de la vista de Gerard, no se preocupó más por aparentar que era humano, se deslizó rápidamente como una sombra por la parte trasera, no había ninguna puerta, sólo la bodega cuya única entraba era desde adentro, pero Soren era un vampiro y las puertas eran lo de menos. Con una agilidad gatuna, había saltado por la pared hasta la ventana, se deslizó por ella tan fácilmente como una salamandra habría recorrido el techo de una casa. Una vez adentro, supo que aquellas personas estaban allí para robar, no les conocía y ciertamente no tenían apariencia de clientes, más el hecho de que traían una bolsa de piel en donde estaban hechando las estatuillas que reciéntemente había conseguido en el mercado gitano.

Debía proceder con calma, con cabeza fría, no le convenía que se armara un escándalo como tampoco había necesidad de que hubiesen heridos. Evitar el compate cuerpo a cuerpo a toda costa era lo mejor si querías seguir aparentando que eras un humano normal y los humanos normales, especialmente profesores universitarios, no sabían de Kungfu ni saltaban por los aires como arañas. El problema era que, para usar sus técnicas mentales debía hacer contacto visual con las victimas y los presuntos ladrones estaban dándole la espalda. Soren contempló la posibilidad de dejarles ir con el botin.

Ni una mierda Soren, esas estatuillas cuestan una fortuna y esos tipejos no las apreciarán como se debe.

- Buenas noches caballeros ¿Se les ofrece algo? - La voz de Soren causó una cómica reacción, que de no ser por la situación hubiera ameritado risas. Los hombres se sobresaltaron tanto que dieron un salto y se giraron nerviosamente. Los cuchillos no tardaron en aparecer bajo sus solapas y uno de ellos tomó el botín y salió rapidamente por la puerta.

Mierda.

- No se mueva profesor o le cortaremos el pescueso - Le amenazó uno de ellos. Soren se quedó mirándo fijamente a dos de los hombres, concentrándose en lo que el llamababa 'empujar' sus mentes. Presionándo fuertemente sus neuronas con impulsos nerviosos erráticos que distorcionaban la realidad que estaban observando. Esa era una técnica que su mentor le había enseñado y que le había costado muchisimos años en perfeccionar, la habilidad para alterar los sentidos de la presa, para confundirla. Aquella no era una técnica fácil y mucho menos si se hacía contra dos objetivos a la vez, pero no tenía otra salida, debía a toda costa evitar que alguien descubriera su naturaleza.

Unos minutos después de tensión y ambos hombres comenzaron a comportarse de manera extraña, el más alto de los dos, parecía estar viendo algo en la pared y parpadeaba confundido girándose en esa dirección, el otro, parecía estar escuchando algo desagradable, porque se había llevado las manos a los oidos. Bien, sólo quedaban otros dos y estaba preparándose para su próximo movimiento cuando el estrepitoso sonido que sólo la pólvora podía ocacionar, retumbó el local con espantosa claridad.

- A mi no me engañas bastardo - Exclamó la voz de uno de los hombres, fornido, vestido de negro, casi de un metro ochenta. - Se lo que eres - El hombre sostenía una 'Breakopen Pinfire' de esas que sólo usaba la policía o la guardia real y había disparado directamente a Soren, la bala se había encrustado en su omoplato derecho, a unos 5 centimetros del corazón. Las piernas de Soren temblaron mientras el impácto le impulsaba hacía atrás.

Mierda, mierda, mierda...

Y en esos frenéticos segundos en los que caía contra una de las estanterías de objetos, en lo único que pudo pensar fue en que hacía unos segundos, sonreía feliz al lado de Gerard y su nuevo gato Toulouse...

(( Lamento lo largo D: pero eran varios pjs a manejar, por cierto, esta es una 'Breakopen Pinfire' arma usada en Francia por esas épocas:
http://www.hlebooks.com/pinfire/pin01.htm ))

{{ Off: Menuda escena de peli, lo he vivido y todo }}

(( - Y el premio al mejor actor extranjero es para.... ¡¡Gerard Montefeltro!! - *Una modelo rubia y tetona le entrega la estatuilla del oscar a Gerard mientras en el publico Soren se levanta y aplaude emocionado secandose una lagrimilla* 'Ese es mi alumno!' *Grita* ))

Habían pocas formas de matar a un vampiro, si es que se le podía llamar a eso morir. Dejar de existir era quizás más apropiado. El fuego y cortarles la cabeza eran las más certeras de todas, pero ciertamente podías incapacitar a uno, con una bala o una estaca en el pecho o partiéndole los huesos. Valla suerte de mierda tenía Soren, hacía tan sólo una semana el hombre lobo casi lo mata y ahora recibía de lleno un cañón de bala. Pero todo había sido error suyo, había calculado mal y había subestimado al enemigo, ese tipo que le había disparado sabía con certeza que el era un inmortal, como solía decir su Padre en las escasas oportunidades en las que hablaban en el castillo 'Antes de hecharle la culpa a los demás, afronta tus errores como un hombre'.

Así es Soren, afronta tus errores como el estúpido payaso que eres.

Abrió los ojos y se encontró con la negrura a su alrededor, segundos después escuchó la voz de Gerard llamándole y seguido a esto, Gerard en persona, abriéndose camino entre la infinidad de objetos que habían caido desde la estantería, gracias al impacto de la bala. ¿Maldita sea que haría con Gerard? No podría escapar a algún lugar seguro para recuperarse, pues en general las personas que reciben heridas de bala no se levantan y salen corriendo. Ahora Gerard parecía estar... ¿Llorando? y le sostenía en brazos. Aún entre el espantoso dolor causado por la herida y sin poder moverse muy bien, Soren sintió un calorsito llenarle el pecho.

Pocas veces sentía eso... era ¿ternura?. Soren nunca supo si alguien había llorado por su desaparición o muerte. Cuando se había convertido en vampiro, se había alejado de su familia así que nunca supo como habían reaccionado. Aquella era la primera vez que alguien lloraba por él. Sonrió, se sentía tan feliz que la sensación misma lo confundía. ¿Que debía hacer? Gerard era demasiado valioso como para exponerlo, si le revelaba que era vampiro... ¿Gerard seguría apreciandole como maestro? No, seguro se espantaría. Soren no quería imaginarse lo doloroso que sería ese rechazo.

- Estoy bien... gracias Gerard- Murmuró sonriendo con una cara de felicidad impropia para una situación así, como si le dispararan todos los días en el corazón - No dejes que Toulouse se escape - Atinó a decir.

Luego cerró los ojos y se concentró en una de las técnicas más complejas y útiles de los vampiros. La telepatía. Soren no podía enviar mensajes telepáticos a quien quisiera, conectarse con otra mente ya era bastante difícil, una cosa era conectarse o sintonizarse con las ondas cerebrales del otro individuo, pero otra completamente distinta era lograr formar un concepto, imagen o palabra, en la mente de esa persona para así poder comunicar un mensaje. Pero esa era literalmente una situación de vida o muerte. Tenía que salir de ahí antes de que la policía y los médicos llegasen o se descubriría lo que era. Pasara lo que pasara debía proteger a Gerard.

Frunció el ceño intentando llamar a Erkki desesperadamente...

Ese día el hospital estaba especialmente activo. A la sala de emergencias había llegado una mujer rompiendo fuente y prácticamente dando a luz en el corredor y un hombre al que le habían abierto la cabeza de un hachazo en una pelea en un bar. Erkki era psiquiatra, esa era su área y se suponía que había sido transferido al hospital Frances desde Finlandia, para trabajar con los casos crónicos de enfermedades mentales, sin embargo no dejaba de ser cirujano y debido a las emergencias, había tenido que atender el parto.

Se encontraba labandose las manos, limpiandose los pedacitos de placenta que se le habían quedado entre las uñas, cuando un poderoso impulso eléctrico le sacudió el cerebro obligándole a sostenerse al borde de madera para no caerse. Sacudió la cabeza y de inmediato supo quien era el causante. Llevaban comunicandose así por más de centena de años. Le había enseñado esa técnica recién le había convertido porque era la manera más práctica de tenerse en contacto, aunque no fuera precisamente agradable. Usar la telepatía por mucho tiempo le producía ganas de vomitar. El mensaje de Soren no era una frase clara, era más bien un concepto abstracto de lugar, cerró los ojos captando la imagen que se producía en su cerebro, escuchando el agua correr por el fregadero.

Tienda, problemas, ayuda.

Claro y directo como el agua. Pensó Erkki con un suspiro de frustración. Ese pequeño idiota suyo no paraba de meterse en problemas, en momentos como ese, estresado por el trabajo, era cuando se preguntaba si había sido una buena idea convertir a Soren en vampiro. Erkki subió hasta su consultorio privado en el último piso y luego salió a la terraza sin ser visto, dejando alguna justificación tonta por su ausencia en horas de trabajo. La maldita tienda estaba casi al otro lado de la ciudad y con una maldición, el vampiro de greñas negras, saltó por los techos a toda velocidad, buscando acortar la distancia en el menor tiempo posible.

15 minutos después llegó al lugar y observó desde el techo a la policía reunida alrededor de la tienda. Meneó la cabeza pensando Si el imbecil de Soren seguía con vida se encargaría de cortarle las pelotas él mismo.

Bajó del techo sin ser visto y uno de los policías le informó que había ocurrido un asalto a la tienda, que tenían dos sospechosos descritos por unos testigos y que al parecer había un herido debido a la sangre que manchaba el suelo de la tienda. De vez en cuando Erkki trabajaba como médico forense, por lo que no le fue difícil conseguir la colaboración de la policía. Una vez dentro, untó su dedo indice con la sangre en el suelo y la probó. Cerró los ojos y se concentró en el sabor y la información que este contenía.

Vampiros viejos como él tenían la habilidad de leer los objetos. Imagenes aleatorias de lo ocurrido llegaron a su mente como flashes cegadores. Cuando abrió los ojos tenía una vaga idea de lo sucedido y estaba seguro de que un tercero había arrastrado el cuerpo de su vastago a algún lugar. Dejó a los policías hacer su investigación y salió al patio trasero que conectaba con una oscura y desolada calle, el rastro no era difícil de seguir considerando que, la sangre de Soren estaba impregnando el camino para él. Quizás invisible para ojos humaos pero evidente para él. Corrió por las calles con su bata de médico oneando al viento y el estetoscopio aún colgando de su cuello.

Y entonces fue cuando lo vio. Un chico de cabellos rebolcados, tenía notables problemas para cargar el pesado cuerpo inerte de Soren Kaarkarogf.

- ¡Hijo de puta! - Gritó Erkki cuando estuvo a pocos metros señalándolo con un dedo indice acusador - ¡Estaba en medio de una operación! -

Soren sentía un dolor espantoso en el corazón y no era precisamente por la bala. Era la carga de consciencia tan grande que sentía cada que Gerard se lamentaba por su muerte. Sentía que se le oprimia el corazón cada que el joven pintor se mostraba perturbado y triste. Aquello debería ser traumático para él, pero si quería protegerlo tenía que fingir que era un humano normal y estaba en peligro de morir. Además temía mucho más a la reacción de Gerard si se enteraba de que él no era precisamente un profesor mortal y que dentro de él se escondía un monstruo asesino.

¿Que haría Gerard si se saba cuenta? Seguro escaparía y nunca jamás se pasaría por una de sus clases, a lo mejor le contaba a la policía y si eso sucedía, tendría que abandonar su trabajo, la tienda, su vida en francia y mudarse a otro pais para comenzar desde 0. Notó con frustración como Gerard amarraba al gato y le arrastraba hasta un callejón, contaba los minutos para que Erkki se dignara a aparecer, aunque con lo sucedido con Anuar y el lobo semanas atrás, Erkki tendría unas cuantas razónes para patearle el trasero en vez de ayudarlo. Quizo responderle a todas esas cuestiones, pero se limitó a mirarlo con tristeza y angustia. Le estaba haciéndo sufrir innecesariamente, pobre chico.

El grito de la inconfundible voz (por no decir que las inapropiadas palabras) de Erkki le devolvieron a la realidad. Joder, ¿Porque era siempre tan impulsivo y directo? Gerard se daría cuenta de todo si Erkki soltaba la lengua, lo cual no era novedad.

- Doctor Aliranta - Murmuró Soren y levantó un brazo con lentitud, si bien le dolía el pecho y había perdido demasiada sangre, podía aguantar un par de horas más, pero Gerard debía creer que estaba al borde de la muerte - Gerard...es mi alumno... me ha ayudado - Explica, intentando que el vampiro más viejo entendiera lo que realmente queria decir entre líneas.

(( Por cierto, Soren te dedica esta canción: https://victorianvampires.foroes.org/j-u-e-g-o-s-f10/dedica-una-cancion-a-otro-pj-t1180-30.htm#27402 ))

Lo primero que Erkki notó fue el miedo de Gerard. Como buen depredador, oler las feromonas liberadas en el sudor humano cuando se entraba en pánico era parte de su instinto. El chico debía estar muy asustado por todo lo sucedido a su vastago. Menudo lio, Soren si que sabía como joder todo a su alrededor. Reprimió las ganas de soltar otro improperio al convaleciente vampiro más joven, pues este había llamado 'alumno' al tal Gerard y Erkki sabía muy bien lo que significaba un alumno para Soren.

Erkki podría decir que conocía a Soren tanto como así mismo. Todo y nada. Habían estado tanto tiempo juntos que aveces era innecesario hablar. El mensaje erea claro, Soren había jodido todo y Erkki tenía que limpiar la mierda. Contó mentalmente hasta dies como siempre hacía cuando ese tipo de situaciones le sucedían y se arrodilló al lado del joven humano, quien evidéntemente necesitaba más atención que el mismo Soren.

- Tranquilo - Exclamó Erkki, posando una mano sobre la espalda de Gerard, palmeándolo para calmarlo - Soy el... doctor personal de Soren, todo va a estár bien, os aseguro que vivirá, ahora me encargaré de él- El vampiro más viejo, experto en mentir a los pascientes que sólo necesitaban escuchar una voz de cargada de experiencia para vivir sus últimos agonizantes momentos de vida en tranquilidad y felicidad, moduló su voz de la mejor forma posible para brindarle esa sensación a su interlocutor.

Observó la herida de Soren, puso la mano sobre el pecho que tenía un improvisado vendaje y de inmediato supo que sólo bastaria que bebiera sangre humana para estar como nuevo al día siguiente, luego de un reconstructor sueño diurno. Pero dadas las circustancias y teniendo en cuenta de que el joven era un alumno, la sangre no podría ser usada. La segunda opción era darle de la suya propia, la sangre vampirica era casi tan potente como la humana para un vampiro, sin embargo no podía hacerlo en frente del humano o este terminaría convirtiendose en uno de sus pascientes en su sanatorio.

Sin pensarlo más, con la velocidad propia de los de su clase, Erkki le dio un golpe seco en el inicio del cuello de Gerard y observó como el desdichado muchacho resbalaba inconscientemente en el suelo.

- ¿Tenías que ser tan rudo? ¿Es que todo lo tienes que solucionar a golpes? - Le reclamó Soren levantandose lentamente, llevándose una mano al pecho adolorido. Comenzaba a sentir la falta de sangre, puesto que el improvisado vendaje se había humedecido y no había parado del todo la hemorragia.

- Una palabra más y los recibirás tu también mocoso - Respondió Erkki amenazandolo con el dedo indice. Se quedaron unos segundos en silencio y Soren dejó escapar una risita.

- Esta estuvo bien cerca - Comentó observando como Erkki se hechaba al hombro el cuerpo inconsciente del pintor. El vampiro más viejo le dio una desaprovadora mirada, seguida por una mueca y se llevó las manos a la cintura, Soren entendió el mensaje - Esta bien...lo siento... gracias por ayudarme... otra vez -

- ¡Maaaaadre de Dios! - Exclamó Erkki llevándose una mano a la frente de manera floripondia. La cosa era más grave de lo que pensaba, pero le daba igual si la recuperación era más dolorosa o lo que fuera, lo importante era que Gerard estaba a salvo. Erkki se descubrió la mano que no estaba ocupada sosteniendo al humano y se la ofreció. Soren enterró los colmillos sin pensarlo dos veces en esas deliciosas venas de su delgada y pálida muñeca. La sangre bajó por su garganta ofreciéndole una inexplicable sensaciónde alivio y placer - Tengo unas reservas de sangre humana en mi consultorio, mueve el trasero antes de que nos encuentre la policía -

Soren sintió como la sangre aliviaba un poco de su dolor, la recuperación no sería instantánea, pero si mucho más rapida, cuando terminó de beber, pudo ponerse de pie, aún dolía pero por lo menos podría caminar y moverse con más libertad. Su mentor le ayudó a saltar al techo más cercano y sosteniendose de su espalda, recorrieron la distancia que los separaba del hospital, con cada salto Soren sentía una espantosa punzada de dolor subiendo por su espina dorsal, pero la esperanza de beber sangre humana en el hospital le mantenia con la boca cerrada y sin quejarse...

(( Estaba pensando que abrieramos el tema en el hospital, pero debido a que no abrimos otro con lo de la tienda, podemos seguir aquí y no como no sabía si Gerard iba a despertarse en el camino o en el hospital, lo dejé hasta aquí ))

Erkki nunca había tenido hijos y ahora que era vampiro y en vista que no podría engendrar a uno, creyó que nunca llegaría a entender el sentimiento de un padre. Pero con tantos problemas que causaba Soren, comenzaba a admirar la pasciencia de los padres biológicos para con sus hijos, así se debía sentir tener un hijo rebelde. Aunque Soren no era precisamente rebelde, más bien 'docil', el problema era que ser tan 'docil' y 'tonto' atraía todo tipo de circustancias indeseadas. De cualquier modo, se encontraban por segunda vez en un hospital en dos semanas. Habian tenido que esconder a Tolouse para poderlo entrar al hospital y el condenado gato le había mordido y aruñado para escapar, abriéndole un feo agujero a su bata de doctor.

Ahora el gato se encotraba escondido bajo el escritorio, con el pelaje herizado, extrañado por el olor a anticéptico y la presencia de ambos. Erkki le ignoró y se concentró en lo más importante, acomodó al humano inconciente en una camilla y buscó sus provisiones de sangre que almacenaba para emergencias. En realidad se suponía esa sangre era para transfuciones en pascientes convalecientes, pero de vez en cuando servían a otros propositos, justo como en ese momento. Soren se había sentado en otra camilla y se había quitado la camisa, su torso desnudo exibía un espantoso color rojiso, volviéndose morado hacía la parte infectada por la bala.

- ¿Como es que terminas siempre metido en problemas? - Comentó Erkki poniéndose guantes y tomando unas extractor de balas* de metal - No te muevas - Le indicó, metiéndo el metal en la herida. Soren se extremeció y dejó escapar un quejido - Dije que no te movieras... - Le repitió, pero esta vez la voz de Erkki era un poco más suave, eso de ser padre le hablandaba el caracter, pensaba mientras revolvía la piel desgarrada hasta encontrar la bala incrustrada casi en el hueso. - 7 centimetros del corazón -

- ¿Viviré doctor? - Comentó Soren con voz melodramática y una media sonrisa. Erkki sintió ganas de golpearlo con la bandeja que tenía las vendas y toallas bañadas en anticéptico. Y sacó las pinzas con rudesa, estralléndo la bala de un sólo tajo. El grito de Soren esta vez si fue en serio.

- Soren Kaarkarogf ¡mocoso!- Aseveró el doctor aún con el instrumento y la bala ensangrentada con trositos de carne resbalando por la superficie, en su mano, amenazándolo con ella - Esta vez tuviste suerte, pero la próxima v...-

–Profesor, no te vayas… -

La voz de Gerard hizo a ambos regresar la vista hacía la camilla, donde el humano parecía haber despertado.

(( Esto es un estractor de balas del siglo 19: http://www.randolphcountyillinois.net/sub100.htm ))