Capuchino de colores (Soren/Gerard/Anuar)

A medida que se iban acercando al centro de la ciudad en donde la mayoría de los cafés y restaorantes se encontraban, comenzó a sentirse más y más nervioso. Llevaba 4 días sin ver a Anuar y no era que lo viera todos los días y por ello estuviera acostumbrado, pero habían pasado tantas cosas en esos 4 días que su vida se había puesto patas-arriba de un momento para otro y la sensación no podía ser otra que desasociego. Saltó en un techo a un par de casas de distancia del café l'amour en bleu y se detuvieron en la cornisa, al lado de un callejón. No quería ser visto por algún transeunte y tener que dar explicaciones, así que salto silenciosamente al callejón detrás de unas cajas con desperdicios.

- ¿Que tal te pareció el viaje? - Comentó con una medio sonrisa permitiéndole bajarse y le hizo una ceña para que lo siguiera. Caminó hasta salir del callejón y atravesó la calle esquivando las carrosas tiradas de caballos y los Parisinos que iban para el teatro o venían de los restaurantes. Pronto estuvo frente al café en cuestión, un mesero les abrió la puerta y les dio la bienvenida como hacía con todos los visitantes. Soren condujo a Gerard hacía el segundo piso, hacía la mesa parcialmente escondida trás unas macetas con flores de diversos colores, la mesa tenía 4 asientos y como era usual estaba solitaria.

Soren se sentó acomodándose el gabán para hacer la espada aún lado sin tener que sacarla a la vista, el mantel de cuadros rojos y blancos tenía lo que parecía una pequeña mancha de café discreta en una de las esquinas. Una mesera bastante atractiva y con enormes pechos que rebotaban notoriamente mientras subía por la escalera, les atendió esperando los pedidos.

- Esperamos a alguien más - Exclamó Soren y la chica le hizo un gesto coqueto a Gerard, al parecer se había interesado en el chico y luego se alejó prometiendo regresar en unos minutos.

- ¿Viste como te miró? - No pudo evitar exclamar Soren - ¡Casi se le salen los ojos! Quien lo diría joven Gerard... al parecer has heredado algo de encanto inglés- Agregó riendo suavemente y llevándose una mano a los labios para esconder su boca.

(( 8D orden por edad, del más joven y apuesto, osea yo, le sigue Gerardo y luego San-Anuar ))

Habia estado hasta tarde acostado sobre aquella mas bien tiesa cama, debía comprar un nuevo colchon si tan solo tuviese para hacerlo nisiquiera para los pinceles y pinturas le alcanzaba habia tenido que improvisar un lienzo con un trozo de camisa, suspiro sentandoce sobre la cama observando en derredor en busca de Lit le habia hecho el agujero a la puerta como lo habia prometido, asi ella podia entrar y salir cuando quisiese y no necesitaría de volverse humana ella y su desnudez…debía ser extraño que la gente te viese de aquella manera.

Se levanto azorado, mesándose los cabellos con una fuerza tal que parecía querer arrancarlos de su cabeza, bufo andando hacia el baño cambiándose con rapidez y desacomodándose el cabello, le habia dado un recorte en la parte del flequillo y la nuca, la razón era que le incomodaban la visión, veía hilachos en la parte superior de las imágenes y de vez en vez le picaban los ojos, salió sin mas bajando los escalones de uno a uno con una caja entre las manos, una diminuta caja de cartón con algunas manchas de pintura y tinta, en una esquina se podia leer “zirkus” con una caligrafía impecable y casi afeminada.

Salio del edificio andando por las calles en dirección al café, le habia visto por fuera cierto era que jamás se habia atrevido en entrar porque asi era la vida, no tenia siquiera para darse el lujo de tomar un café cada fin de semana, no podia entrar y pedir un pastelillo como postre, suspiro ampliamente con la caja bajo el brazo y aquel andar “clap-clap” sus zapatos resonaban contra el empedrado mientras su mente llena de pensamientos le sofocaban “¿Qué le vas a decir? ¿le vas a contar de Eric, de André? ¿le vas a decir al fin tu pasado? ¿y si después lo olvidar y nadie lo ha conocido?” entrecerró los parpados masajeándose la sien con una mano.

Siguio avanzando bajo la bóveda estrellada con letargo, con los ojos color de miel fijos en el suelo, sus manos firmemente ceñidas a la caja, no hacia falta observar con detenimiento para percatarse de el hundimiento en el cartón a causa de la fuerza con que le sujetaba. Llego a fin al lugar acordado, echando la nuca sobre la espalda para leer el anuncio, aspiro profundamente inflando su pecho bajo la camisa llenando sus pulmones con aquel olor característico del café y el pan.

Entro buscando con la mirada “en el segundo piso la ultima” pensó recordando sus palabras, subió la escalinata observando a su alrededor con detenimiento, anduvo algunos pasos buscando ¿Dónde se habia metido? Su mirada se fijo entonces en una mesa antes oculta por la maceta y ahora perfectamente visible se sintió torpe pensando en arrojar la caja a un lado, el llevaba un regalo y Soren llevaba…a otra persona. Aspiro nuevamente bajando la mirada y avanzando hacia ellos pensando en que decir.

Relamió sus labios ante de decir nada –hola- murmuro “¿hola?, si y ahora dile que es un gusto” mordió el interior de su mejilla sentándose pensando si no debía antes haber pedido permiso suponía que no a fin de cuentas habían quedado de verse.

Coloco la caja sobre la mesa y la movio con las manos hacia el lugar de Soren sonriendo de medio lado, le habia tomado bastante tiempo por lo diminuto de las piezas pero habia conseguido arreglar la mayoría e inclusive la caja. Giro entonces su rostro hacia el extraño indagándole con la mirada, aquella parda se habia clavado en el rostro del pelinegro –un gusto…soy Anuar por cierto- le indico extendiendo su mano hacia el dudosamente, la ultima vez que habia intentado saludar a alguien de esa manera le habia dicho que tenia las manos sucias…observo de soslayo sus dedos, no no habia marca alguna de carboncillo.

{esque como es sauron...xD}

((Maldita sea despues de todo el desmadre del chat de ayer, ya no soy capaz de tomarme a Gerard en serio! Dx estuve riendome como tonto mientras leía su post -_- pero el drama de Anuar me volvió a mis sentidos (?))

Rió con ganas con la broma de Gerard, por supuesto llevándose la mano a la boca, no por el joven en frente suyo sino por los demás comensales, no quería que nadie viera sus colmillos accidentalmente. Le gustaban las personas con sentido del humor, aunque era la primera vez que conocía a una que le hacía realmente reír, últimamente la gente era muy seria, quizás la dura vida les hacía olvidar de las pequeñas cosas, de como se puede disfrutar de los detalles y reír por tonterías. Soren descubría que le gustaban las bromas y le gustaba hacer el tonto a proposito de vez en cuando. Además ¿Quién había dicho que por ser vampiro tendría que ser serio, antipático y tenebroso?.

Iba a hacer algún comentario sobre su 'encanto inglés', cuando sintió la presencia de Anuar aún antes de verlo aparecer doblando la esquina, giró el rostro con una amplia sonrisa de oreja a oreja, fruto de la risa anterior y le vio llegar con una caja. Hacía mucho tiempo que su corazón no latía, pero podía jurar que en esos momentos su corazón dio un brinco digno de acróbata de circo en su pecho, cuando el chico se había acercado finalmente a la mesa. No dejaba de sorprenderle lo mucho que ese joven delgado y de apariencia seria le hacía sentir.

Antes de poderle presentar, el chico había tomado la iniciativa y le había ¿ofrecido la caja? ¿un regalo? Soren miró la caja como un niño en navidad, pero decidió que antes de abrirla debía hacer las presentaciones y eso o sería incómodo para su alumno.

- ¡Hola! - Exclamó con un inusual entusiasmo - Anuar, este es el joven Gerard Montefeltro, estudiante de artes en la Universidad y alumno mio - Explicó haciéndo un gesto con el brazo hacía Gerard - Y este es monsieur Anuar Dutuescu - Agregó con voz solemne - Gran pintor Parisino, desconocido aún, porque... la gente no está preparada para lo grandioso de su obra - Agregó con una nueva sonrisa. Olvidó mencionar por completo que era su 'pareja'. No porque le restara importancia al hecho en concreto, sino porque era despistado por naturaleza y si se entretenía con algo, podía olvidar hasta de su propio apellido.

Tomó la caja con ilusión y le dedicó una mirada llena de cariño mudo a Anuar, antes de destaparla y descubrir los animales de circo...¡Estaban todos con las patas y cabezas en su sitio!. Se quedó mudo con una 'o' en sus labios sin saber que decir o hacer ¿Se podía sentir tanta felicidad tan de repente? Pensaba, cuando la camarera había regresado de nuevo a la mesa pavoneando sus caderas. Traía ¡Pastelitos!. Soren no recordaba haber ordenado nada, pero la chica en cuestión les dejó un plato ovalado con pastelitos.

- Cortecía de la casa - Dijo la joven con su mirada insistente en Gerard, inclusive le había parecido ver un guiño fugaz dedicado a él. - ¿Que más desean los caballeros? - Agregó ignorándo el resto del mundo y sin dejar de mirar a Gerard.

- Gracias... Quiero... un capuchino - Pidió Soren, quien se había tenido que llevar el dorso de la mano para limpiar una lagrimilla rebelde que se le había escapado de los ojos por culpa del regalo de Anuar.

¿Estudiante? Enarco notoriamente una ceja observándole suponía que no de aquellos que habían levantado una ceja para ya no tenerle por maestro quería suponer aquello de lo contrario su educación se esfumaría dejando mas bien palabras cargadas de molestia y un doble sentido no parecido al que usaban los torpes sino el que pretende herir en lo profundo.

Suspiro negando con tranquilidad no era asi de grande como para recibir tantos halagos menos frente a un alumno –desconocido por la demencia de sus obras- le corrigió observando nuevamente a Gerard no pudiendo evitar cierto deje de indiferencia aunque no quería mas que saber porque Soren le habia llevado ¿Qué le hacia tan especial como para presentarle? Quizás eran amigos, o su protegido, miles de ideas surcaron sus pensamientos como estrellas fugaces con estelas de incertidumbre “su amante…no Anuar, tu no vas a dudar de el…¿y de el?” se cuestiono sin poder apartar los ojos del pelinegro –esque yo no estudio…-le explico con tranquilidad, no lo habia hecho y no planeaba comenzar justo en aquellos instantes creía que, de tener algun profesor terminaría gritándole si le decía cada cinco minutos que hacer.

-un placer Gerard- le indico tranquilamente crispando los labios en una sonrisa de medio lado, giro el rostro al ver llegar a la mujer con aquel plato de pastelillos, observo el escote de su vestido asqueándose ¿asqueándose?, desvió la mirada a la mesa escuchando lo que los demás pedían, ¿café con whisky? “Vaya ebrio” pensó mordiéndose el interior de la mejilla comenzaba a formularse una mala imagen del tercero aunque quizá solo deseaba asi hacerlo de ese modo…de ese modo los celos no le serian remordimiento.

-un café porfavor- le pidió desviando la mirada hacia Soren, le habia agradado el regalo, no habia sido tan difícil de repararlos como habia creido aunque habia tenido que indagar y debido comprar algunas cosillas, aspiro profundamente embriagándose del aroma del pan su estomago clamaba por algo de comida mas que irrespetuoso obvio era que la joven con grandes…dotes le habia llevado aquel plato al joven Gerard ademas de que no planeaba pedirle nisiquiera un pastelillo.

-seria interesante ver alguna de sus obras…- asintió creyéndose el mismo sus palabras el arte era de esas cosas que le gustaban muy pese a los creadores, las obras, los bailes, la música, la poesía, la escritura y la pintura o cualquier otro signo de intelecto no basado en las ciencias. Pateo con suavidad por debajo de la mesa el pie de Soren ¿era el de Soren cierto? Le miro de soslayo no le bastaba que le dijese que era su estudiante…no quería de ser asi que quisiese presentarle a todos sus alumnos.

(( Hahahaha como me he podido reir con el '“Vaya ebrio” de Anuar xD ashaha me calmaré y responderé que esto se está calentando muy bueno *dies*))

- ¿Bueno y no vais a comer? - Exclamó al fin cuando la mujer se había ido y ambos humanos se habían quedando contemplando los pastelillos sin moverse. Soren hubiera agarrado el de tiramisu si no fuera porque de nada le servía meterse comida en la boca si todo le iba a saber a cenizas. Volvió a mirar los animales con interés, imaginandose a Anuar pegando uno por uno con la habilidad propia de un artista, volvió a sonreír, el recuerdo de la mujer gato y de todo lo ocurrido en el piso de Anuar careció de importancia en un momento como ese, porque así de sencillo y simplón era él. Y así de fácil era hacerlo feliz.

- Gracias por reparar los animales, te han quedado perfectos, nadie diría que estuvieron rotos - Exclamó con la misma expresión de felicidad de antes y entonces notó que Gerard dió un ligero respingo, se giró y lo miró un tanto extrañado sin saber la causa de ello. La mujer regresó con las bebidas más rápido de lo esperado, de todas las veces que llevaba llendo a ese café nunca le habían atendido a tal velocidad, debía llevar a Gerard más a menudo al lugar.

- Vuestras órdenes caballeros - Exclamó la mujer de voz coqueta, distribuyendo las bebidas en la mesa y agregándo - ¿Algo más? -

- Para mi nada, por ahora gracias - Agregó, sabiendo que el capuchino se lo tendría que beber alguien más y valla si olía excelentemente, el café parecía ser Sur americano, puesto que tenía mucho 'cuerpo' como le llamaban los expertos.



(( Muahaha. Anuar patió a Gerard y no a mi *dies*. Me quedó corto, pero vamos por partes (?) ))

¿Comer? La verdad era que tenia hambre mas no tenia animos de comer sentía el estomago revuelto y una frialdad inusual en el, desconocía el motivo de aquello y sin embargo lo aceptaba se limito a negar sabiendo lo insistente que era Soren con el tema de las comidas, observo de soslayo a Gerard ¿seria igual con el? Suspiro ofuscado por no conocer el verdadero motivo que se quisiese que conociera a aquel joven no debía ser por el simple hecho de ser su alumno, suponía que no era asi –ah…ah si- murmuro regresando al lugar al escuchar la voz del vampiro –no ha sido gran cosa sabia que te gustaban y bueno…habia sido mi culpa- le indico encogiéndose de hombros.

Observo a Soren esperando voltease por su acción, mas en ningun momento se digno en mirarle, enarco una ceja girando su rostro con lentitud y distraídamente hacia Gerard ¿era acaso que le habia golpeado a el? Se lo pensó unos instantes ruborizando de una manera apenas y perceptible ¿y si le habia pateado? Que demonios si le habia pateado es porque tenia la pierna demasiado cerca de la de Soren.

Nego sin observar a la mujer escuchando lo que Gerard decía y lo que ella le contestaba, haciendo un gesto de sorpresa, que rápido actuaban las personas, se giro hacia Soren apenas se fue, observándole con seriedad y curiosidad, mas seriedad que curiosidad -¿me vas a decir realmente porque querías que nos conociéramos?- le cuestiono sintiendo como la boca se le aguaba por el olor del pan.

Suspiro ampliamente tomando la taza de café entre sus manos dándole un sorbo sin mas, sintiendo el amargo del mismo bajarle por la garganta con aquella calidez propia de la bebida, dejo la taza sobre la mesa nuevamente observando los panecillos “no, no soy tuyos” pensó observando entonces la taza de café ajena…negó alejando tales pensamientos regresando su atención a Soren.

(( que risa como se matan a punta de pensamientos Anuar y Gerard ahaha, bueno seriedad pues seriedad... por cierto es la segunda vez que Gerard hace pipi en un post conmigo D: ))

No se sorprendió cuando Gerard se había levantado para irse al baño, pues los humanos hacían cosas como ir al baño todos los días, la pregunta de Anuar le hizo levantar el rostro de la caja con animales la cual seguía mirándo distraidamente, se había olvidado de ese detalle, ¡Que torpe era!. Originalmente no había planeado llevar a Gerard con él, pero la vida había dado vuelcos inesperados en esa semana y lo que sucedía allí era producto de alguna fuerza mayor cosmica que siempre lograba complicarle la existencia.

- ¡Ah! Lo había olvidado - Exclama llevándose una mano por detrás, rascándose la nuca - ¡No te imaginas todo lo que me ha pasado esta semana! son tantas cosas que no se por donde empezar... - Agrega con un suspiro y cierra los ojos unos segundos organizando sus ideas - Había conocido al joven Gerard en una exposición de arte que él y los compañeros de su grupo habían realizado en la universidad - Comenzó a explicar, eso hacía bastante tiempo ya - Aquello pasó una semana después de que tu y yo nos conocieramos, ya sabes, como profesor debo asistir a ese tipo de eventos estudiantiles con los demás colegas... pero en fin, ese no es el punto... ¿No vaz a comer un pastelito? Se van a enfriar - Agregó con una sonrisa.

- Esa misma noche en la que nos conocimos, pasó algo desafortunado, unos ladrones robaron mi tienda y resulté herido de bala, tuve que fingir que estaba medio muerto, para que Gerard no se enterara de que era vampiro y Erkki tuvo que salvarme el trasero como siempre... ya te imaginarás la cara que puso hehe - Comentó y hizo una pausa para llevarse el capuchino a la boca más por instinto que por necesidad, el olor del café lo transportó a otro mundo por unos instantes, pero reanudó su relato - Un buen tiempo después, de pura casualidad, gracias al gato, que originalmente creía que era un gato ¿recuerdas que te hablé de Toulouse? pues ya vez... es como Madame Lit y no lo sabía... resultó ser un agente secreto que me espiaba y también a Gerard, porque uno de los hombres que robaron mi tienda, estaba detrás de algo más sangre... - Hizo una pausa melodramática y alzó un dedo indice al aire - Trafico de sangre vampirica y licantropa -

- Lamentablemente, Gerard fue capturado en fuego cruzado... - Prosiguió apoyando un codo sobre la mesa y la cabeza en la palma de su mano - Le secuestraron, afrotunadamente les vi, intenté salvarle, pero mi rescate no fue muy efectivo que digamos y fue el gato... que se convirtió en hombre, quien nos salvó a los dos, Gerard estaba en muy mal estado, tanto física como psicológicamente, le llevamos a mi casa y el cambiaformas, le dio una medicina que le ayudó a calmarle los nervios, pero fue inevitable que tuviera que revelarle lo que yo realmente era... - Suspiró largamente y el recuerdo de los ojos llenos de terror de Gerard y su shock inicial, aún estaban grabados en su mente tan fuertemente que de repente sentía un nudo en la garganta.

- Pobre chico... - Murmuró al fin - El agente Colfer, dijo que aún seguía en peligro por ser testigo del crimen... y no pude evitar sentirme terriblemente mal... está metido en todo este problema por mi culpa... así que se está quedando en mi casa... no pienso permitir que nada malo le pase... - Finalizó levantando finalmente el rostro para ver a Anuar.

La cabeza comenzó a darle vueltas de forma casi inhumana, sentía que todos los pensamientos se le cruzaban y terminaban por explotar dejándole nuevamente en blanco con un monton de chispas de colores frente a sus ojos aunque mas bien dentro de ellos como si quien le viese pudiese ver en la blancura de la retina aquellos destellos luminosos que parecían haberle dejadlo aturdido.

Torcio los labios, molesto, preocupado, azorado, iracundo, celoso, preocupado ¿mas preocupado que otra cosa? Quizá si quizás no, apoyo los codos sobre la mesa sin importarle la falta de educación que aquello simbolizaba, cerrando los parpados para acomodar las palabras en su cabeza, eran demasiadas cosas de golpe, demasiadas experiencias con el joven, suspiro ampliamente asqueando, el revoltijo que era ahora su estomago comenzaba a producirle nauseas, el olor de los panecillos antes delicioso ahora solo hacían de aquello algo peor.

-¿te dieron con una bala y no me dijiste?- le cuestiono en primera instancia, la primera pregunta de las muchas que tenia que hacerle porque no planeaba ya callarse nada suponía que habían sido su falta de cuestionamiento la causa de su falta de comunicación -¿te robaron la tienda que no conozco?¿tienes un gato que es un cambiaformas?¿sabe el que eres vampiro?¿y sabe donde vives?- la cabeza le daba vueltas le falta el aire para segui cuestionando, sus mejillas se volvieron rojas como cualquier tomate maduro, eran demasiadas emociones encontradas.

-¿Colfer? ¿es asi como se llama el gato?¿porque te estaba espiando?¿porque quieren traficar con sangre?¿te sacaron muchas cosas de la tienda?¿hace cuanto fue eso?¿Erkki le conoce?¿no intento hacerle nada?¿vivira ahora contigo?¿le vas a proteger?¿que no es tu alumno?¿que paso con la carta?...- su mente colapso…¿Por qué no lograba entender? Apretó los parpados con fiereza al grado de parecer querer hacerlos desaparecer, sujeto su cabello tirando de el con suavidad –demonios Soren- murmuro pensando en tomar uno de los panecillos y arrojárselo al rostro era inverosímil como lograba confundirle.

(( omg!... se armo la gorda see. Gerard, puedes interrumpir cuando desees! ))

La reacción de Anuar no era precisamente lo que se esperaba, quizás era porque estaba demasiado acostumbrado a que en su vida pasaran cosas raras una tras otra y los problemas surgieran por doquier, que olvidaba que para el humano, cada pequeño detalle podría significar un gran interrogante. ¡Como reaccionaría entonces si le contara de sus años trabajando con el sheriff! ¿Se aterraría igual que Gerard cuando le había visto manejar la espada?. De repente sintió el abismo inconmensurable que existía entre él como vampiro y Anuar como ser humano.

El chico se había ahogado en sus propias preguntas, una tras otras e intentó leer sus gestos para adivinar que era lo que estaba sintiendo y atinó a creer que estaba simplemente preocupado. Recordó entonces cuando le había llevado la sandía, como había encontrado a Anuar lleno de heridas y como él chico no le había dado detalles de nada, como vagamente le había comentado que había tenido problemas, recordó su preocupación desgarradora y imaginó que debía estar sintiéndo algo similar. Soren no quería ser como Anuar, quería ser capaz de contarle lo que fuera, porque confíaba en él. Quizás era hora de empezar a cambiar ese abismo entre los dos.

- No tuve oportunidad de decirte muchas cosas - Comenzó de nuevo, intentando agarrar el tema por algún lado sencillo, pero todo parecía estár patas arriba - Sólo... hasta hace poco... comenzamos a ser sinceros el uno en el otro... - Murmuró más bajito, recordando que, siempre había existido esa barrera invisible de silencio entre ellos- Sólo después de la ida al circo... y de aquella vez en tu casa... comenzamos a decir cosas que solíamos callar - Suspiró y deseó confortarlo de alguna manera, sin sentirse culpable, porque la verdad era que no se sentía así, no se arrepentía de nada de lo que había hecho por Gerard, además.

- Pensé... que debería tomar la iniciativa...y decirte todo - Continuó y esta vez desvió la mirada al mantel de cuadros - Demasiadas cosas han pasado en estos 4 días desde el malentendido con Madame Lit... - Paseó la palma de su mano distraidamente por la superficie de la tela - Lo del gato y el secuestro pasó hace dos noches, ayer fue la primera noche que Gerard pasó en mi casa... ¡es mi alumno! ¿Que clase de profesor sería si no le protegiera? No quiero ser como esos bastardos de la universidad que sólo se follan a sus modelos luego de pintarlas y se limitan a criticar las obras de sus alumnos... - A medida que hablaba iba sintiendo como si una bola de pelos se le hubiera estancado en el cuello y su voz se iba entrecortando.

- Se que no soy humano... y...y... nunca podré ser un profesor de verdad, se que es estúpido soñar con la idea de que puedo tomar un rol activo en la sociedad y comportarme como una persona normal... pero quiero creer... que puedo hacer algo por el joven Gerard... y puedo cambiar... - Finalizó casi con un hilo de voz.

Enarco las cejas ahora semi visibles por el recorte de cabello, los pensamientos e ideas le golpeaban las sienes por dentro demostrándole asi que eran demasiadas como para verse encerradas en aquel diminuto lugar, querían salir, ser libres, explayarse a ojos ajenos como un buen libro de dibujos, con monos movibles y olores…como una experiencia bien vivida.

Entrecerro los parpados desviando la mirada –cierto es…no puedo exigirte lo que no te doy- murmuro recordando…habia llegado con el impulso de contarle de Angeliqueé mas como siempre algo terminaba haciéndole retroceder de ultimo instante como si del destino fuese obra no poder hablar de ella aunque ahora sabia que, entre mas acallase mas recordaba y si recordaba no podia dejarlo en el pasado sino como un presente estrafalario –no puedes asegurar eso, desde que te conoci te dije cosas que nadie mas sabe…- aseguro mesándose los cabellos para suspirar e intentar calmarse, el rojo de sus mejillas comenzaron a apaciguarse perdiéndose en la blancura de su tez.

¿penso que debía tomar la iniciativa? Bajo la mirada tensando el bien sabia que habia demasiadas cosas que Soren no sabia demasiadas cosas que quería contarle pero no eran ni los momentos ni los animos para hacerlo, le dejaría ser y asentiría ¿y que demonios le importaba a el si era su alumno, su amigo o su amante? A fin de cuentas el podia hacer lo que quisiese…era libre aun estando con el.

-un profesor no se es por su origen sino por convicción…debes ser un gran maestro por lo menos eso demuestras- murmuro distraídamente observando sus manos, bajo la uña de su dedo índice era perceptible una mancha de pintura azul, el mismo comenzaría a ser maestro de una forma inusual –solo tu mente es tu limitante…yo no te cuestione sobre Gerard…puedes hacer lo que gustes ¿quieres arriesgar tu vida por el? Hazlo ¿quieres tenerlo en tu casa? Adelante ¿vas a confiar en el? Tus motivos debes tener- le indico cruzándose de brazos era molestia lo que sentia, enojo de saber como Soren arriesgaba su vida por aquel otro, mas no de una forma obsesivamente enfermiza sino por saber que podia perderle…la idea era cada vez mas tangible y cada vez mas aterrante, suspiro profundamente no aun observándole –me aterra…la idea de no verte más- susurro como si temiese que el nulo viento del lugar arrastrase sus palabras a oídos ajenos, eran palabras pronunciadas solo para el.

Observo entonces como Gerard regresaba y sintió un olor ajeno, uno que no tenia cuando se habia marchado, lo primero que pensó fue en un posible encuentro con la camarera aquella –gracias- murmuro por su ofrecimiento no aun asi decidiendo probar nada ¿y si la mujer le habia colocado algo? Suspiro, la noticia le habia dejado paranoico, observo su café distraídamente dándole otro sorbo, tragando asi el nudo que se le habia estancado en la garganta.

(( "Algún día describiré cómo hace popo jajajajajajajajaja Advertencia"
Epic LOL. Esperaré por ese tema! ))

La poca calma que le quedaba y la manera natural con la que inicialmente había pensado que podría decir las cosas, se disolvió con las palabras de Anuar. La expresión de este, la fríaldad en sus palabras o al menos la frialdad que él creía sentir en ellas, hacían que esa bola de pelos que se había comenzado a formar imaginariamente en su garganta, creciera y creciera hasta casi impedirle respirar. Recordándole lo que se sentía estár ahogado aunque llevara tanto tiempo sin respirar.

- Intento serlo... - Murmura al escucharle hablar sobre su condición como profesor - Es... importante para mi, es algo que quiero hacer bien- Y entonces lo que siguió lo tomó completamente desprevenido. Anuar estaba claramente molesto, podía notarlo en su rostro, en el tono de su voz y en como los latidos de su corazón habían variado rápidamente, no recordaba haber visto a Anuar enojado antes, por lo menos no con él y no de esa manera tan directa. Y más importante aún, él era el causante de esa molestía en Anuar. Hasta ese momento no había sido consciente de la posibilidad de que una actitud suya pudiera molestar al otro o herirle, era extraño tener que pensar en una segunda persona cada vez y no sólo en si mismo como siempre. No sabía que decir o hacer, sólo sabía que la bola de pelos en su garganta había alcanzado un tamaño inimaginable y que le dolía en alguna parte de su interior, no muy seguro tampoco de su origen.

- No... tenemos porque dejar de vernos - Atinó a decir al fin ¿o si? ¿Y porqué? Maldita sea. Aquello se sentía como si el chico estuviera terminando con él o algo por el estilo. Una posibilidad en la que por supuesto tampoco había pensado, de repente sentía ganas de salir corriendo de allí, demasiadas cosas, demasiados sentimientos que no entendía, demasiado dolor.

–El baño es digno de ver.-
La voz de Gerard lo sobresaltó, le vio de repente sentado en su sitio y no se había dado cuenta del momento en que había llegado sumido en sus pensamientos absurdos.

- Le hecharé un vistazo entonces - Comentó levantándose de la mesa y bajando las escaleras o más bien corriendo como alma que lleva el diablo, sin dar tiempo a nada más. Quería... no, tenía que salir de allí o algo en su interior iba a explotar de verdad. Se metió en el baño y el aroma a perfume le inundó los sentidos, había un espejo allí y se paró frente a él trémulamente. Su reflejo no le saludó de regreso.

Ni siquiera puedes reconocer tu propio rostro. ¿Como esperas poder entender los sentimientos de un ser humano? Ya te lo había advertido Soren. Deja de jugar a ser el humano normal y acéptalo. Nunca podrás entender esto, menos ser lo que Anuar espera que seas y mucho menos el profesor que Gerard cree ver en ti.

Dudo si esque acaso Soren habia comprendido cuando le habia dicho lo de dejar de verse, no se refería en ningun caso a terminar con el no tenia las fuerzas para dejar algo que quería tanto ni fuerzas ni ganas mas bien se refería al hecho de que expusiese tanto su vida sin parecer siquiera caer en cuenta de que si algo le pasaba la vida entera que siguiese después de ello le atormentaría, le atormentaría como no lo habia hecho en los últimos cuarto años, suspiro sintiendo que el cuerpo entero le temblaba ¿Qué era todo aquello que sentía? Se sentía desfallecer como si incapaz su cuerpo de soportar tanto fuese a colapsar.

Se levanto de la mesa tomando cualquier escusa para retirarse y dejarle con aquel a quien ni el rostro deseaba verle, estaba poniendo en peligro a Soren, quería levantarse y marcharse, correr por el empedrado hasta llegar a la galería, tener a la luna por fiel testigo que se enterase que no deseaba ya aquella vida que no deseaba seguir en aquel lugar, se masajeo las sienes con el dedo índice en movimiento circulares, el silencio comenzaba a hostigarle aunque habia sido desde siempre al igual que la soledad la única compañía que no le habia traicionado porque tarde o temprano, siempre volvían.
Jugaba distraídamente con el borde inferior de su blanca camisa, pensando en todo lo que habia dicho y cuantas de esas cosas debía haber acallado o cuantas mas debía haber pronunciado, no podia evitar asi sentir aquel frio en el estomago subiéndole por la tráquea hasta casi congelar sus labios, se estaban dañando…y eso no estaba bien.

La voz de Gerard le alejo de sus pensamientos obligándole a voltear a verle, su expresión era calma por lo menos en un principio aquel siempre letárgico rostro le observaba con extraña fijeza aunque conforme hablaba la molestia se abrió paso –me conto de sus aventuras- le escupió las palabras como si sobre sus labios quemasen y en el interior doliesen –tu nisiquiera sabes- le dijo mas bien diciéndose el mismo comprendiendo algo que anteriormente no hacia el no sabia y aun asi se ensimismaba en juzgar, usual.

-no digas lo que no eres capaz de hacer- murmuro a punto de echarle el café encima ¿Quién se creía el?¿quien era el para juzgarle cuando no buscaba nada mas que el bien de Soren? Claro estaba y como lo habían comprobado llegaban a molestarse y herirse mas jamás con la intención, se veía incapacitado de herirlo a sabiendas…mas aquel chico se preocupaba por el al grado de amenazarlo muy seguramente no sabiendo de su relación, asi como a Sophia le habia dicho que eran amigos debía haber hecho lo mismo con el, sintió una punzada en el pecho mas ya nada se habia roto porque aquello ya no le pertenecía a el “un hombre jamás admitirá…que lo ha entregado todo”.

-¿pretendes tu cuidarlo? ¿de mi?- le cuestiono sonriendo al tiempo que negaba ¿en verdad le estaba haciendo tanto mal? No pudo evitar sentir el pecho contraerse en aquel abismo no pudo evitar pensar que Soren estaría mejor con alguien como Gerard porque y pese a seguir su corazón latiendo parecía mas muerto que Soren –te hare las cosas mas sencillas- aseguro molesto, con los ojos vidriosos y la voz rasposa en aquel amargo llanto que corre por el alma y no por el cuerpo –dile “te isubec” no importa que no le digas que lo he dicho yo…dile que lo lamento- murmuro levantándose de la mesa con rapidez sintiendo un mareo y una negrura impedirle la visión, se quedo de pie unos segundos ubicándose.

¿Planeaba irse y ya?¿irse y ya? Si, porque de quedarse muy seguramente nada bueno resultaría aquello ademas que, Soren no estaba atado a el de ninguna forma si le quería a su lado hay estaría si le quería lejos…¿si le lastimaba? No pretendía herirlo no deseaba.

-se lo vas a decir…porque comprenderás que mas daño le haras si decides callarte…dile que no estoy terminando con el – “porque no tengo la fuerza para dejarle ir” –solo quiero pensar las cosas…dile que cuando este listo le buscare donde Erkki- “porque no se donde vive el” –no lo dejes solo y…cuidale bien- murmuro dando media vuelta para comenzar a andar hacia la escalinata con rapidez, bajo los escalones a grandes zancadas sujetandoce por el barandal de madera para no caer limpiando el rostro de un manotazo con la otra mano saliendo del local mas la noche no terminaba ahí, debía ahogar sus penas.

¿Cuanto tiempo se había quedado en el baño? la verdad era que no lo sabía, podían haber sido segundos, minutos o horas y el resultado habría sido el mismo, el espejo reflejaba la puerta de madera trás de él y el acabado de la pared, sin ningún rastro del vampiro. En momentos como ese, era cuando sentía que no existía y la sensación de ser sólo una mera ilusión se afianzaba a su cuerpo haciéndole sentir inpotente y estùpido.

Al principio todo vampiro se sentía ebrio de poder, adquiriendo nuevas habilidades, descubriendo el poder que tenía sobre los humanos y entregandose a sus instintos primarios de luguria y sadismo, porque era natural, muchos humanos deseaban en vida ser mejores que otros y el poder era algo que seducía a todas las creaturas por igual, al convertirse en vampiro esas personas no podían más que entregarse por completo a ello y olvidar todos sus valores éticos y morales, porque al fin y al cabo estaban por encima de la humanidad y no tenía sentido seguir rigiéndose por sus reglas.

Algunos vampiros se quedaban eternamente en esta étapa, pero otros, con el paso del tiempo, comenzaban a buscar su lugar en el mundo, la razón de su existencia, porque cuando sabes que vivirás eternamente y no tienes que preocuparte por las enfermedades o la vejez, dejas de vivir para simplemente existir. Y había una gran diferencia entre vivir la vida y ser sólo un observador que existe en las sombras. Cada que se miraba al espejo, justo como en ese momento, recordaba que realmente no vivía, que no tenía un alma y que no tenía derecho a sentir como el resto.

No ser capaz de reconocer su propia imagen, no recordar de que color eran sus ojos o si llevaba el cabello bien peinado, le hacía sentir como si no fuera parte de ese mundo al que no podía más que amar. La contradicción no podía ser más dolorosa y aterradora, amar a las creaturas de las cuales debes alimentarte. Buscar un lugar en el mundo, cuando ni siquiera tienes un reflejo en el que confiar.

Anuar y Gerard, ambos, eran algo así como un par de espejos imaginarios en los que de alguna forma lograba reflejarse. Porque, estando con ellos, se sentía vivo, se sentía parte de un todo y lo más importante, sentía que encontraba un sentido a esa letárgica existencia vacía y monotona. Dejaba de ser un demonio que se alimentaba de sangre escondido entre las sombras, para convertirse en un amigo, en un profesor y un amante.

Suspiró agarrándose de los bordes del lavamanos de porcelana, bajando la cabeza para no seguir observando el espejo vacío, sin fuerzas para salir de ese lugar.

(dios... que casi se me sale el corazón por la nariz escribiendo este post *O*)

(( Supongo que sigo yo, porque Anuar se fue (?) ))

Se quedó un rato más allí, sin poder mover sus pies ni el cuerpo, perdido en pensamientos que daban vueltas y vueltas en su cabeza como un caleidoscopio roto. Algún día encontraría todas las piezas y lo pondria en orden, algún día...
De repente sintió una mano en su hombro y levantó el rostro sobresaltado, pues una vez más, sumido en sus pensamientos no se había dado cuenta de la aparición de Gerard, le vió reflejado en el espejo y algo se revolvió dentro de su estómago mientras le escuchaba hablar.

- Estropear... no... ¡No! - Comenzó a decir con la voz receca como si fuera la primera vez que hablara en décadas - No has estropeado nada... - Entonces escuchó que Anuar se había ido. Por unos instantes fue como si todo se hubiera quedado en silencio a su alrededor, no escuchaba a la gente charlando tranquilamente en las mesas afuera, ni el tintineo de los cubiertos en la porcelana, en ese momento, sólo podía observar el rostro de Gerard y escuchar sus palabras, que parecían retumbar dentro de su cabeza como un tambor.

- ¿Yo? - Exclamó como si no fuera obvio, giró su rostro de medio lado y se recostó contra el lavamanos observando la caja con animales de circo. Todo se había ido a la mierda y él seguía sin entender porqué demonios había terminado así.

- Me siento extraño - Comenzó sin mirar a Gerard - Anuar... es una persona importante para mi - Agregó con un hilo de voz, aquella sería la primera vez que aceptaba su relación con el joven pintor y le avergonzaba sobremanera que fuera precisamente Gerard quien se enterara, pero Gerard había descubierto muchas cosas de él en poco tiempo y nada podía ser peor que saber que era un demonio bebedor de sangre humana - Lo mismo que tu, joven Gerard - Agregó, no sabía porque se encontraba diciéndo aquello, quizás estaba demasiado cansado de fingir y ocultar cosas.

- Por eso quería que os conocierais - Continuó dejando escapar un largo suspiro - Porqué ambos sois parte importante de mi existencia - Se mordió el labio inferior con nerviosismo - Pero las cosas no salieron como pensaba... realmente no entiendo nada... realmente me cuesta entender... los sentimientos humanos - Finalizó tomando la caja entre sus manos.