AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Capuchino de colores (Soren/Gerard/Anuar)
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Capuchino de colores (Soren/Gerard/Anuar)
Recuerdo del primer mensaje :
A medida que se iban acercando al centro de la ciudad en donde la mayoría de los cafés y restaorantes se encontraban, comenzó a sentirse más y más nervioso. Llevaba 4 días sin ver a Anuar y no era que lo viera todos los días y por ello estuviera acostumbrado, pero habían pasado tantas cosas en esos 4 días que su vida se había puesto patas-arriba de un momento para otro y la sensación no podía ser otra que desasociego. Saltó en un techo a un par de casas de distancia del café l'amour en bleu y se detuvieron en la cornisa, al lado de un callejón. No quería ser visto por algún transeunte y tener que dar explicaciones, así que salto silenciosamente al callejón detrás de unas cajas con desperdicios.
- ¿Que tal te pareció el viaje? - Comentó con una medio sonrisa permitiéndole bajarse y le hizo una ceña para que lo siguiera. Caminó hasta salir del callejón y atravesó la calle esquivando las carrosas tiradas de caballos y los Parisinos que iban para el teatro o venían de los restaurantes. Pronto estuvo frente al café en cuestión, un mesero les abrió la puerta y les dio la bienvenida como hacía con todos los visitantes. Soren condujo a Gerard hacía el segundo piso, hacía la mesa parcialmente escondida trás unas macetas con flores de diversos colores, la mesa tenía 4 asientos y como era usual estaba solitaria.
Soren se sentó acomodándose el gabán para hacer la espada aún lado sin tener que sacarla a la vista, el mantel de cuadros rojos y blancos tenía lo que parecía una pequeña mancha de café discreta en una de las esquinas. Una mesera bastante atractiva y con enormes pechos que rebotaban notoriamente mientras subía por la escalera, les atendió esperando los pedidos.
- Esperamos a alguien más - Exclamó Soren y la chica le hizo un gesto coqueto a Gerard, al parecer se había interesado en el chico y luego se alejó prometiendo regresar en unos minutos.
- ¿Viste como te miró? - No pudo evitar exclamar Soren - ¡Casi se le salen los ojos! Quien lo diría joven Gerard... al parecer has heredado algo de encanto inglés- Agregó riendo suavemente y llevándose una mano a los labios para esconder su boca.
(( 8D orden por edad, del más joven y apuesto, osea yo, le sigue Gerardo y luego San-Anuar ))
A medida que se iban acercando al centro de la ciudad en donde la mayoría de los cafés y restaorantes se encontraban, comenzó a sentirse más y más nervioso. Llevaba 4 días sin ver a Anuar y no era que lo viera todos los días y por ello estuviera acostumbrado, pero habían pasado tantas cosas en esos 4 días que su vida se había puesto patas-arriba de un momento para otro y la sensación no podía ser otra que desasociego. Saltó en un techo a un par de casas de distancia del café l'amour en bleu y se detuvieron en la cornisa, al lado de un callejón. No quería ser visto por algún transeunte y tener que dar explicaciones, así que salto silenciosamente al callejón detrás de unas cajas con desperdicios.
- ¿Que tal te pareció el viaje? - Comentó con una medio sonrisa permitiéndole bajarse y le hizo una ceña para que lo siguiera. Caminó hasta salir del callejón y atravesó la calle esquivando las carrosas tiradas de caballos y los Parisinos que iban para el teatro o venían de los restaurantes. Pronto estuvo frente al café en cuestión, un mesero les abrió la puerta y les dio la bienvenida como hacía con todos los visitantes. Soren condujo a Gerard hacía el segundo piso, hacía la mesa parcialmente escondida trás unas macetas con flores de diversos colores, la mesa tenía 4 asientos y como era usual estaba solitaria.
Soren se sentó acomodándose el gabán para hacer la espada aún lado sin tener que sacarla a la vista, el mantel de cuadros rojos y blancos tenía lo que parecía una pequeña mancha de café discreta en una de las esquinas. Una mesera bastante atractiva y con enormes pechos que rebotaban notoriamente mientras subía por la escalera, les atendió esperando los pedidos.
- Esperamos a alguien más - Exclamó Soren y la chica le hizo un gesto coqueto a Gerard, al parecer se había interesado en el chico y luego se alejó prometiendo regresar en unos minutos.
- ¿Viste como te miró? - No pudo evitar exclamar Soren - ¡Casi se le salen los ojos! Quien lo diría joven Gerard... al parecer has heredado algo de encanto inglés- Agregó riendo suavemente y llevándose una mano a los labios para esconder su boca.
(( 8D orden por edad, del más joven y apuesto, osea yo, le sigue Gerardo y luego San-Anuar ))
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Capuchino de colores (Soren/Gerard/Anuar)
Me quedé escuchándole, sintiéndome un poco culpable. Los ojos azules del profesor se tornaban grisáceos por cada segundo que pasaba. Apreté mi mano más fuerte para que supiera que estaba ahí.
No entendí porqué sí que tan importante era Anuar para él, como Anuar había abandonado la mesa, porque si yo hubiese sido él, no lo habría hecho, hay que ser leal a la amistad.
Me alegró saber que yo también era importante para él, sonreí levemente mirando hacia la caja.
Entendí perfectamente lo que dijo, no sé exactamente lo que pasó para que la noche acabara así, yo asqueado con Anuar, y obviamente yo sin agradarle. Si tal vez hubiese puesto un poco de mi parte, si tal vez me hubiera callado, o si tal vez no hubiera propuesto salir al profesor esa noche, nada de esto habría pasado.
Cogió la caja cabizbajo, yo me quedé quieto recordando, esas palabras, el puzzle de la noche iba encajando.
Uno no se pone así por nada, uno aunque sea tu amigo no finaliza la noche así, tenía que haber algo más.
Giré la cabeza mirando la puerta, ¿era posible que lo que unía al profesor y a Anuar…fuese una fuerza mucho más mayor que la mera amistad?
-No hay nada que entender…- dije apartando la mano de su hombro, volví a posar los ojos en el triste rostro del profesor.
–Antes de marcharse… - murmuré para que nadie más me escuchase.- me dijo que te dijera “te isubec”.- ¿era así? Quizá no lo pronuncié como era. – además de que lo sentía, pero debía pensar, que esto no significaba que cortara con usted.- mientras le decía aquello, me daba cuenta de lo que estaba diciendo, se me encogió el corazón, pero tenía ques eguir hablando.- Cuando esté listo le buscara donde Erkki…- terminé la frase mirando al suelo.
Esperaba que en cualquier momento abandonase el baño para buscarle, ¿no era lo propio en estos casos?
No entendí porqué sí que tan importante era Anuar para él, como Anuar había abandonado la mesa, porque si yo hubiese sido él, no lo habría hecho, hay que ser leal a la amistad.
Me alegró saber que yo también era importante para él, sonreí levemente mirando hacia la caja.
Entendí perfectamente lo que dijo, no sé exactamente lo que pasó para que la noche acabara así, yo asqueado con Anuar, y obviamente yo sin agradarle. Si tal vez hubiese puesto un poco de mi parte, si tal vez me hubiera callado, o si tal vez no hubiera propuesto salir al profesor esa noche, nada de esto habría pasado.
Cogió la caja cabizbajo, yo me quedé quieto recordando, esas palabras, el puzzle de la noche iba encajando.
Uno no se pone así por nada, uno aunque sea tu amigo no finaliza la noche así, tenía que haber algo más.
Giré la cabeza mirando la puerta, ¿era posible que lo que unía al profesor y a Anuar…fuese una fuerza mucho más mayor que la mera amistad?
-No hay nada que entender…- dije apartando la mano de su hombro, volví a posar los ojos en el triste rostro del profesor.
–Antes de marcharse… - murmuré para que nadie más me escuchase.- me dijo que te dijera “te isubec”.- ¿era así? Quizá no lo pronuncié como era. – además de que lo sentía, pero debía pensar, que esto no significaba que cortara con usted.- mientras le decía aquello, me daba cuenta de lo que estaba diciendo, se me encogió el corazón, pero tenía ques eguir hablando.- Cuando esté listo le buscara donde Erkki…- terminé la frase mirando al suelo.
Esperaba que en cualquier momento abandonase el baño para buscarle, ¿no era lo propio en estos casos?
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Re: Capuchino de colores (Soren/Gerard/Anuar)
Las palabras de Gerard lo tomaron por sorpresa, era extraño imaginar a Anuar diciéndole esas cosas a un extraño, porque era realmente comprometedor, por unos instantes el miedo lo sobrecogió como una lengua fría imaginaria que le lamía la espalda dejándosela pegajosa y enviándole un fuerte escalofrío. Gerard... se daría cuenta de que había algo más entre ellos. ¿Que pensaría? ¿Se decepcionaría? ¿Lo juzgaría como homosexual?.
- te isubec... no se que demonios es... - Comenta con frustración - Algo en la lengua de él, es de Rumania - Suspira llevándose una mano a la cabeza y revolviéndose el cabello - Definitivamente tengo que checarlo en algún libro -
Demasiada información en una frase. Y era increible como esas simples palabras parecían haberle regresado el alma al cuerpo, con la ecepción de que él no tenía alma, por supuesto, pero en sentido figurado, se podría decir.
- Gracias por el mensaje... - Dijo al final, intentando ocultar todas las emociones que se manifestaban con esas pocas palabras y quizo abrazar a Gerard con fuerza, pero temió que el gesto fuera demasiado inapropiado, se mordió el labio sin saber como explicarle aquello, pero la experiencia le había enseñado que entre más se callaba cosas, más enredos se creaban y no quería que un día cualquiera Gerard se enojara y le dejara a su suerte sin explicación alguna.
- Anuar y yo... - Comenzó a decir, caminando hacía la salida del baño - T...tenemos...no se como decirlo... - Sus mejillas se colorearon intensamente, dios hacía mucho tiempo que no se sentía tan avergonzado. Nunca le había dicho eso a nadie, ¡Ni siquiera su propio mentor lo sabía! y ahí estaba diciéndole esas cosas a su joven alumno. ¿Porque Gerard tenía la facultad sobrenatural de hacerle hablar? Era inevitable, de un momento a otro, se encontraba contándole cosas que normalmente no diría. - Nunca... me había pasado con un hombre - Comienza a decir de nuevo, sin saber como demonios abordar el tema... -Quiero decir... siempre me han gustado las mujeres y... bueno... no se... Anuar... - carraspea rascándose la cabeza.
- Te he vuelto adecepcionar... ¿verdad? - Finaliza con una mueca avergonzada.
- te isubec... no se que demonios es... - Comenta con frustración - Algo en la lengua de él, es de Rumania - Suspira llevándose una mano a la cabeza y revolviéndose el cabello - Definitivamente tengo que checarlo en algún libro -
Demasiada información en una frase. Y era increible como esas simples palabras parecían haberle regresado el alma al cuerpo, con la ecepción de que él no tenía alma, por supuesto, pero en sentido figurado, se podría decir.
- Gracias por el mensaje... - Dijo al final, intentando ocultar todas las emociones que se manifestaban con esas pocas palabras y quizo abrazar a Gerard con fuerza, pero temió que el gesto fuera demasiado inapropiado, se mordió el labio sin saber como explicarle aquello, pero la experiencia le había enseñado que entre más se callaba cosas, más enredos se creaban y no quería que un día cualquiera Gerard se enojara y le dejara a su suerte sin explicación alguna.
- Anuar y yo... - Comenzó a decir, caminando hacía la salida del baño - T...tenemos...no se como decirlo... - Sus mejillas se colorearon intensamente, dios hacía mucho tiempo que no se sentía tan avergonzado. Nunca le había dicho eso a nadie, ¡Ni siquiera su propio mentor lo sabía! y ahí estaba diciéndole esas cosas a su joven alumno. ¿Porque Gerard tenía la facultad sobrenatural de hacerle hablar? Era inevitable, de un momento a otro, se encontraba contándole cosas que normalmente no diría. - Nunca... me había pasado con un hombre - Comienza a decir de nuevo, sin saber como demonios abordar el tema... -Quiero decir... siempre me han gustado las mujeres y... bueno... no se... Anuar... - carraspea rascándose la cabeza.
- Te he vuelto adecepcionar... ¿verdad? - Finaliza con una mueca avergonzada.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Capuchino de colores (Soren/Gerard/Anuar)
Levanté la cabeza cuando le escuché hablar, yo tampoco sabía qué significaban esas palabras, pero pensé que era una frase que usaban entre ellos, pero parecía que no era así.
No debía darme las gracias, negué con la cabeza, quizá cualquiera en mi lugar habría hecho lo mismo, sino se lo decía podría haber ocasionado males entendidos, y yo nunca fui un liante, queda dicho.
- Anuar y yo... – se acercó a la puerta del baño, yo le seguí. -T...tenemos...no sé cómo decirlo...-¿se estaba poniendo colorado? Me dieron ganas de decirle que no hacía falta que me lo contase, pero siguió. - Nunca...me había pasado con un hombre –fruncí el ceño intentando comprender. -Quiero decir... siempre me han gustado las mujeres y... bueno... no se... Anuar...-Asentí con la cabeza mientras acercaba mi mano al pomo de la puerta ya que el profesor no parecía moverse.
- Te he vuelto a decepcionar... ¿verdad? – Sonreí al quedarme frente a él.
-¡En absoluto!- Di la vuelta al pomo y la abrí. –Es más, debí habérmelo imaginado antes… - dejé que el profesor saliera del baño.
-umm, he sido un poco injusto con Anuar… Hablé por pura ignorancia.- comenté achicando los ojos, recordé aquella amenaza, sí, me había pasado, pero de cualquier manera seguía manteniendo lo que contenía, ya sabía el daño que podría ocasionar ese chico en el profesor.
“El amor destruye todo a su paso”, pensé, y ese era uno de los motivos por los que yo era un enamorado del arte, porque el arte no te apuñala el corazón.
Me acerqué a la barra para pagar lo que habíamos tomado. – Es lo menos que puedo hacer.- después de quedarme en su casa. Saqué unos cuantos billetes del bolsillo y se los dí al encargado.
Di media vuelta y sonreí al profesor, me acerqué a él para que oídosi ndiscretos no nos escuchasen.
–Anuar debe entender lo que está ocurriendo, yo no quiero sembrar la duda, ni mucho menos. Lo vuestro no tiene porqué ser un punto y final, así que no estéis mal, todo volverá a su cauce. – Giré la cabeza para mirar a la camarera, después abrí la puerta de la salida, y el caballero nos despidió con amabilidad.
-Ya sabe el respeto que le profeso, eso no cambiará ¡ni en mil años!- me reí ante aquella frase, mientras buscaba la botella en el bolsillo de mi abrigo, "mi fiel compañera".
No debía darme las gracias, negué con la cabeza, quizá cualquiera en mi lugar habría hecho lo mismo, sino se lo decía podría haber ocasionado males entendidos, y yo nunca fui un liante, queda dicho.
- Anuar y yo... – se acercó a la puerta del baño, yo le seguí. -T...tenemos...no sé cómo decirlo...-¿se estaba poniendo colorado? Me dieron ganas de decirle que no hacía falta que me lo contase, pero siguió. - Nunca...me había pasado con un hombre –fruncí el ceño intentando comprender. -Quiero decir... siempre me han gustado las mujeres y... bueno... no se... Anuar...-Asentí con la cabeza mientras acercaba mi mano al pomo de la puerta ya que el profesor no parecía moverse.
- Te he vuelto a decepcionar... ¿verdad? – Sonreí al quedarme frente a él.
-¡En absoluto!- Di la vuelta al pomo y la abrí. –Es más, debí habérmelo imaginado antes… - dejé que el profesor saliera del baño.
-umm, he sido un poco injusto con Anuar… Hablé por pura ignorancia.- comenté achicando los ojos, recordé aquella amenaza, sí, me había pasado, pero de cualquier manera seguía manteniendo lo que contenía, ya sabía el daño que podría ocasionar ese chico en el profesor.
“El amor destruye todo a su paso”, pensé, y ese era uno de los motivos por los que yo era un enamorado del arte, porque el arte no te apuñala el corazón.
Me acerqué a la barra para pagar lo que habíamos tomado. – Es lo menos que puedo hacer.- después de quedarme en su casa. Saqué unos cuantos billetes del bolsillo y se los dí al encargado.
Di media vuelta y sonreí al profesor, me acerqué a él para que oídosi ndiscretos no nos escuchasen.
–Anuar debe entender lo que está ocurriendo, yo no quiero sembrar la duda, ni mucho menos. Lo vuestro no tiene porqué ser un punto y final, así que no estéis mal, todo volverá a su cauce. – Giré la cabeza para mirar a la camarera, después abrí la puerta de la salida, y el caballero nos despidió con amabilidad.
-Ya sabe el respeto que le profeso, eso no cambiará ¡ni en mil años!- me reí ante aquella frase, mientras buscaba la botella en el bolsillo de mi abrigo, "mi fiel compañera".
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Re: Capuchino de colores (Soren/Gerard/Anuar)
(( eso que dijiste del arte fue tan bonito :3 ))
Las palabras de Gerard lo llenaron de una inmensa tranquilidad que le parecía imposible que pudiera existir, por unos momentos había creído que el chico huiría despavorido, era un vampiro y encima homosexual, la cosa no podía ponerse peor para el joven Gerard, pensaba mientras le escuchaba hablar. Aunque no se consieraba plenamente homosexual, en la medida de que, las mujeres le seguían atrayendo, inclusive más que los hombres, pero lo de Anuar había sido diferente, no se había fijado en él por su exterior y desde un comienzo nunca ubo una atracción sexual, por lo menos no de su parte.
Las cosas se habían ido dando de manera progresiva y cuando reaccionó ya era demasiado tarde y no había marcha atrás.
Tenía intensiones de pagar él, pero Gerard se le adelantó, no pudo evitar pensar en que los pastelitos se habían desperdiciado y su capuchino también. Soren odiaba el desperdicio de comida, lo aborrecía porque sabía las terribles necesidades que la gente de las clases marginabas pasaban, odiaba la idea de que esos pastelitos fueran luego tirados a la basura, cuando ni siquiera habían sido tocados.
- No se porque Anuar actuó así... normalmente es tan... calmado - Comentá saliendo a la calle pedregosa - Es la primera vez que le veo tan molesto... realmente me sorprendió... no entiendo su actitud - Finalizó entonces mientras pensaba a donde irían, Gerard dijo, justo lo que había estado necesitando escuchar con tanta urgencia.
Fue extraño, porque hasta ese momento no sabía que deseaba tanto escuchar aquello de sus labios, no había notado lo importante que era para él descubrir que podía ser una persona respetada por otros.
El chico apenas estaba sacando la botella del bolsillo, cuando Soren lo atrapó entre sus brazos en un impulso inconsciente y lo abrazó por la espalda atrayéndolo fuertemente contra su pecho. El rostro del vampiro se perdió en el ángulo del cuello de Gerard y cerró los ojos sintiéndo la calidez de su cuerpo, comenzaba a volverse adicto a esa temperatura humana que a él le faltaba.
- Gracias joven Gerard - Murmuró luego de unos segundos de silencio - Volvamos a casa... -
Las palabras de Gerard lo llenaron de una inmensa tranquilidad que le parecía imposible que pudiera existir, por unos momentos había creído que el chico huiría despavorido, era un vampiro y encima homosexual, la cosa no podía ponerse peor para el joven Gerard, pensaba mientras le escuchaba hablar. Aunque no se consieraba plenamente homosexual, en la medida de que, las mujeres le seguían atrayendo, inclusive más que los hombres, pero lo de Anuar había sido diferente, no se había fijado en él por su exterior y desde un comienzo nunca ubo una atracción sexual, por lo menos no de su parte.
Las cosas se habían ido dando de manera progresiva y cuando reaccionó ya era demasiado tarde y no había marcha atrás.
Tenía intensiones de pagar él, pero Gerard se le adelantó, no pudo evitar pensar en que los pastelitos se habían desperdiciado y su capuchino también. Soren odiaba el desperdicio de comida, lo aborrecía porque sabía las terribles necesidades que la gente de las clases marginabas pasaban, odiaba la idea de que esos pastelitos fueran luego tirados a la basura, cuando ni siquiera habían sido tocados.
- No se porque Anuar actuó así... normalmente es tan... calmado - Comentá saliendo a la calle pedregosa - Es la primera vez que le veo tan molesto... realmente me sorprendió... no entiendo su actitud - Finalizó entonces mientras pensaba a donde irían, Gerard dijo, justo lo que había estado necesitando escuchar con tanta urgencia.
Fue extraño, porque hasta ese momento no sabía que deseaba tanto escuchar aquello de sus labios, no había notado lo importante que era para él descubrir que podía ser una persona respetada por otros.
El chico apenas estaba sacando la botella del bolsillo, cuando Soren lo atrapó entre sus brazos en un impulso inconsciente y lo abrazó por la espalda atrayéndolo fuertemente contra su pecho. El rostro del vampiro se perdió en el ángulo del cuello de Gerard y cerró los ojos sintiéndo la calidez de su cuerpo, comenzaba a volverse adicto a esa temperatura humana que a él le faltaba.
- Gracias joven Gerard - Murmuró luego de unos segundos de silencio - Volvamos a casa... -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Capuchino de colores (Soren/Gerard/Anuar)
Si el profesor no entendía la actitud de ese chico, yo mucho menos.
Seguí caminando tranquilamente por la calle, cuando algo me atrajo hacia atrás, me asusté no sabía qué era, aún tenía ese temor por si era alguien que quisiera acabar conmigo, pero me calmé cuando distinguí por el rabillo del ojo al profesor, sonreí tontamente, al darme cuenta de que no estaba tan calmado como yo creía.
Me estaba abrazado, que sentimental era el profesor a veces, o eso me parecía, yo que a veces era un poco insensible. Me había retenido los impulsos de abrazarle más de una vez por aquello de “lo que está bien” o “lo que está mal”.
En estos tiempos que vivimos no sabes cómo va a reaccionar la otra persona, y es por eso que te reprimes más, quizá.
-Sí, volvamos.- pasé mi brazo izquierdo por encima de sus hombros, ya había sacado completamente la botella, bebí de ella mirando hacia las estrellas.
–No me dé las gracias, de verdad. – Pareceríamos dos borrachos andando por la calle, pero por lo menos no estábamos cantando…o no de momento.
- Al final no hemos tenido que hacer uso de ‘ya sabes qué’- comenté refiriéndome a las armas, yo no estaba acostumbrado aún, quizá si salía con la pistola un par de días más, sería como si nos la llevase encima, quién sabe.
Al mirar las piedras del suelo, no pude evitar recordar los pasteles que se habían quedado en el plato, me llevé la botella a los labios, “joder…” yo me los habría comido todos, pateé una pequeña piedra que había suelta.
-¡Ah! Hablemos de política. ¿Qué pensáis de Napoleón Bonaparte?- El año pasado había dado un golpe de Estado, con el apoyo del ejército y el popular.
Seguí caminando tranquilamente por la calle, cuando algo me atrajo hacia atrás, me asusté no sabía qué era, aún tenía ese temor por si era alguien que quisiera acabar conmigo, pero me calmé cuando distinguí por el rabillo del ojo al profesor, sonreí tontamente, al darme cuenta de que no estaba tan calmado como yo creía.
Me estaba abrazado, que sentimental era el profesor a veces, o eso me parecía, yo que a veces era un poco insensible. Me había retenido los impulsos de abrazarle más de una vez por aquello de “lo que está bien” o “lo que está mal”.
En estos tiempos que vivimos no sabes cómo va a reaccionar la otra persona, y es por eso que te reprimes más, quizá.
-Sí, volvamos.- pasé mi brazo izquierdo por encima de sus hombros, ya había sacado completamente la botella, bebí de ella mirando hacia las estrellas.
–No me dé las gracias, de verdad. – Pareceríamos dos borrachos andando por la calle, pero por lo menos no estábamos cantando…o no de momento.
- Al final no hemos tenido que hacer uso de ‘ya sabes qué’- comenté refiriéndome a las armas, yo no estaba acostumbrado aún, quizá si salía con la pistola un par de días más, sería como si nos la llevase encima, quién sabe.
Al mirar las piedras del suelo, no pude evitar recordar los pasteles que se habían quedado en el plato, me llevé la botella a los labios, “joder…” yo me los habría comido todos, pateé una pequeña piedra que había suelta.
-¡Ah! Hablemos de política. ¿Qué pensáis de Napoleón Bonaparte?- El año pasado había dado un golpe de Estado, con el apoyo del ejército y el popular.
[jaaaajajajajaja Napoleón, Napoléon (nadie habla de él!!!)]
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Re: Capuchino de colores (Soren/Gerard/Anuar)
(( Napoleon??? WTF! Pues dejame buscar en wikipedia porque de ese señor solo se que era bajito y que era Frances! valla manera la tuya de cortarme el rollo hahaha ))
Le agradó que el chico no se sintiera incómodo por el abrazo o por lo menos eso parecía, le gustaba que Gerard pudiera tomar las cosas con increible ligeresa, pasando de una cosa a otra sin detenerse a lamentarse por lo que no había sido, admiraba ese positivismo y esa energía que siempre parecía tener, aunque por supuesto, días atrás esa energía había desaparecido cuando le había encontrado en tal mal estado. Le soltó, aunque se mantuvo cerca a él, ya que le había pasado un brazo por sus hombros, le vió beber el vino y pensó ¿Así era como se verían los amigos? ¿tambáleandose por ahí con una botella de vino?.
- Esperemos que no tengamos que usarla a menudo - Comentó caminando con él por la calle pedregosa, algunos transeuntes les miraban con curiosidad, seguro deberían parecer dos ebrios. Ebrios y artistas ¡mala convinación!.
- ¿Napoleón? - Exclamó sorprendido y se detuvo uno segundos hacíendo que el chico se soltara del semi-abrazo - ¿Ya estás ebrio? - Agregó y una sonrisa se formó en su rostro. ¿Una sonrisa? Ah que bueno era poder sonreír por algo luego del sabor amargo de su encuentro con Anuar - Bueno... no soy muy aficionado a la política, pero me parece interesante como los humanitos juegan a conquistarse entre si - Comenta llevándose una mano al mentón.
- Ningún héroe o genio es realmente comprendido en su época... o eso es lo que dicen, quizás Le Petit Caporal Bonaparte sea alabado un par de décadas en el futuro, recordado como uno de los grandes - Dejó escapar un suspiro y agarró la botella de Gerard sin pedirle permiso, se quedó mirandola como si no se decidiera a beber y finalmente se la llevó a los labios, tomando un amargo trago de vino - Mientras tanto, los inocentes mueren por culpa de la revolución... mmm buen vino joven Gerard -
Le agradó que el chico no se sintiera incómodo por el abrazo o por lo menos eso parecía, le gustaba que Gerard pudiera tomar las cosas con increible ligeresa, pasando de una cosa a otra sin detenerse a lamentarse por lo que no había sido, admiraba ese positivismo y esa energía que siempre parecía tener, aunque por supuesto, días atrás esa energía había desaparecido cuando le había encontrado en tal mal estado. Le soltó, aunque se mantuvo cerca a él, ya que le había pasado un brazo por sus hombros, le vió beber el vino y pensó ¿Así era como se verían los amigos? ¿tambáleandose por ahí con una botella de vino?.
- Esperemos que no tengamos que usarla a menudo - Comentó caminando con él por la calle pedregosa, algunos transeuntes les miraban con curiosidad, seguro deberían parecer dos ebrios. Ebrios y artistas ¡mala convinación!.
- ¿Napoleón? - Exclamó sorprendido y se detuvo uno segundos hacíendo que el chico se soltara del semi-abrazo - ¿Ya estás ebrio? - Agregó y una sonrisa se formó en su rostro. ¿Una sonrisa? Ah que bueno era poder sonreír por algo luego del sabor amargo de su encuentro con Anuar - Bueno... no soy muy aficionado a la política, pero me parece interesante como los humanitos juegan a conquistarse entre si - Comenta llevándose una mano al mentón.
- Ningún héroe o genio es realmente comprendido en su época... o eso es lo que dicen, quizás Le Petit Caporal Bonaparte sea alabado un par de décadas en el futuro, recordado como uno de los grandes - Dejó escapar un suspiro y agarró la botella de Gerard sin pedirle permiso, se quedó mirandola como si no se decidiera a beber y finalmente se la llevó a los labios, tomando un amargo trago de vino - Mientras tanto, los inocentes mueren por culpa de la revolución... mmm buen vino joven Gerard -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Capuchino de colores (Soren/Gerard/Anuar)
(muauajajajajajjaa Gerard_drunk)
Sí, aquella pregunta le había tomado por sorpresa, pero la verdad es que estaba a la orden del día, los revolucionarios… Uno tiene que callarse, es peligroso hablar demasiado, no sé, quizá me envalentoné, al tener a un ser sobrenatural a mi izquierda. Porque cuando iba por las tabernas siempre andaban gritando y discutiendo sobre ese tema, yo siempre me quedaba apartado pensando y sobre todo bebiendo que era para lo que yo iba allí. Ni conspirar, ni calumniar, solo beber.
Me quedé con ambos brazos a estirados mirando al profesor que se había detenido.
- ¿Ya estás ebrio? – Comencé a reírme con fuerza, pasándome la mano por las mejillas, “qué cosas tiene, cómo me conoce”, pensé mirando a un hombre con sombrero de copa que pasaba por allí, me serené al rato. “¿Humanitos dijo?” continué riéndome, tapándome la boca para dejar de alarmar a la gente. Se le veía tan concentrado al profesor, pensando en esas cosas, que ¡era para verlo!
Yo asentí con la cabeza a lo que dijo, cuando iba a contestar o rechistar, cualquiera de las dos cosas me “robó” la botella, me quedé parado por un momento, retrocediendo en el tiempo.
-Mi bo…bote…lla- tartamudeé al ver que estaba bebiendo de ella. Levanté el brazo un poco, abriendo y cerrando el puño, como un bebé, me sentí vacío sin mi compañera.
- Mientras tanto, los inocentes mueren por culpa de la revolución... mmm buen vino joven Gerard.
Vaya sí, ahora sí que estaba borracho, notaba como el asfalto se iba moviendo como si estuviéramos sobre un barco, y el profesor ahí con MI botella, sonreí.
-Me alegro que le guste, profesor.- dije volviéndome a acercar a él y quitándole la botella de su mano.
– El arte y el alcohol son mis más acérrimos amantes, no se le olvide.- moví el liquido de la botella delante de mis ojos para saber cuánto quedaba, mientras volvíamos a ponernos en marcha.
-Sí…cuando uno desea el poder,el resto pagamos un precio muy caro. Creo que esto pasará siempre, ley de vida, por desgracia.- volví a pasar el brazo esta vez por la espalda del profesor, más que nada por precaución. – Creo que el señor Bonaparte puede innovar con grandes cosas parar Francia, y espero que no se olvide de nosotros. ¡Ay profesor! Qué noche, qué noche.- repetí entusiasmado. –...mañana por la mañana no tengo clase, creo que iré a la Biblioteca a echar un vistazo.- suspiré contento, qué risueño me ponía cuando estaba en ese estado.
-¿Sabéis algo de Toulouse? Hace mucho que no sé de él… - me quedé quieto de golpe, recordando cómo habíamos llegado a la cafetería.
–Está muy lejos vuestra casa…- murmuré quejumbroso apoyando la cabeza en su hombro.
Sí, aquella pregunta le había tomado por sorpresa, pero la verdad es que estaba a la orden del día, los revolucionarios… Uno tiene que callarse, es peligroso hablar demasiado, no sé, quizá me envalentoné, al tener a un ser sobrenatural a mi izquierda. Porque cuando iba por las tabernas siempre andaban gritando y discutiendo sobre ese tema, yo siempre me quedaba apartado pensando y sobre todo bebiendo que era para lo que yo iba allí. Ni conspirar, ni calumniar, solo beber.
Me quedé con ambos brazos a estirados mirando al profesor que se había detenido.
- ¿Ya estás ebrio? – Comencé a reírme con fuerza, pasándome la mano por las mejillas, “qué cosas tiene, cómo me conoce”, pensé mirando a un hombre con sombrero de copa que pasaba por allí, me serené al rato. “¿Humanitos dijo?” continué riéndome, tapándome la boca para dejar de alarmar a la gente. Se le veía tan concentrado al profesor, pensando en esas cosas, que ¡era para verlo!
Yo asentí con la cabeza a lo que dijo, cuando iba a contestar o rechistar, cualquiera de las dos cosas me “robó” la botella, me quedé parado por un momento, retrocediendo en el tiempo.
-Mi bo…bote…lla- tartamudeé al ver que estaba bebiendo de ella. Levanté el brazo un poco, abriendo y cerrando el puño, como un bebé, me sentí vacío sin mi compañera.
- Mientras tanto, los inocentes mueren por culpa de la revolución... mmm buen vino joven Gerard.
Vaya sí, ahora sí que estaba borracho, notaba como el asfalto se iba moviendo como si estuviéramos sobre un barco, y el profesor ahí con MI botella, sonreí.
-Me alegro que le guste, profesor.- dije volviéndome a acercar a él y quitándole la botella de su mano.
– El arte y el alcohol son mis más acérrimos amantes, no se le olvide.- moví el liquido de la botella delante de mis ojos para saber cuánto quedaba, mientras volvíamos a ponernos en marcha.
-Sí…cuando uno desea el poder,el resto pagamos un precio muy caro. Creo que esto pasará siempre, ley de vida, por desgracia.- volví a pasar el brazo esta vez por la espalda del profesor, más que nada por precaución. – Creo que el señor Bonaparte puede innovar con grandes cosas parar Francia, y espero que no se olvide de nosotros. ¡Ay profesor! Qué noche, qué noche.- repetí entusiasmado. –...mañana por la mañana no tengo clase, creo que iré a la Biblioteca a echar un vistazo.- suspiré contento, qué risueño me ponía cuando estaba en ese estado.
-¿Sabéis algo de Toulouse? Hace mucho que no sé de él… - me quedé quieto de golpe, recordando cómo habíamos llegado a la cafetería.
–Está muy lejos vuestra casa…- murmuré quejumbroso apoyando la cabeza en su hombro.
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Re: Capuchino de colores (Soren/Gerard/Anuar)
(( ahaha borrachoooooo borrachooooo! No te me vallas a vomitar encima o_ó))
El gesto de Gerard cuando le había quitado la botella era sumamente gracioso, parecía que realmente la necesitarla, un auténtico borracho pensó, pero no fue hasta que lo vió tambalearse ligéramente que fue consciente de que el joven realmente lo estaba.
- El alcohol... valla peligroso acompañante has escogido - Comentó aún con la sonrisa en sus labios, la risa de Gerard era de alguna manera contagiosa, le hacía sentir mejor, aún cuando supiera que ese estado de 'alegría' fuera temporal y efímero - ¿Como es que no has terminado medio muerto por ahí?- Agregó dándole un golpe amistoso en la espalda, como había visto hacer a los jóvenes de la época con sus cámaradas.
- El poder... valla cosa más peligrosa, seduce por igual a humanos y a inmortales, al parecer, todos sienten una facinación enfermiza por demostrar que son más fuertes que otros, luchan por atención y pisotean a todos a su alrededor por conseguirlo... en mi opinión es patético - Dictaminó agarrándo a Gerard del brazo porque le pareció que se iría de bruces contra la gravilla, le agarró la botella de la mano y se la quitó de nuevo, esta vez no porque quisiera beber, sino porque comenzaba a preocuparle el estado del chico. - No quiero decir que Napoleón me paresca patético... algunos tienen ideales por los cuales vale la pena luchar y son necesarios para la evolución misma de la sociedad -
Bebió largos tragos del líquido, algunos tipos de alcohol, especialmente el vino, eran de las pocas bebidas que su lengua (que había perdido la capacidad para distinguir sabores hacía ya tanto tiempo), podía degustar, la ventaja era que, no le haría el mismo efécto que a un humano, tendría que beber demasiado para sentirse ebrio o en su defecto beber sangre de algún borracho.
La idea de beber sangre de repente lo sobrecogió. No había bebido en varios días y hacía un par de noches que había perdido mucha sangre por las estacas. Se relamió los labios sintiéndo el sabor a vino, deseando poder morder un cuello esa noche.
- Si no tienes clase mañana, entonces, quedáte despierto conmigo hasta el amanecer ¡y bebamos! - Exclamó alzando la botella al aire como si le estuviera haciéndo esa promesa la boveda celeste y no al chico.
El gesto de Gerard cuando le había quitado la botella era sumamente gracioso, parecía que realmente la necesitarla, un auténtico borracho pensó, pero no fue hasta que lo vió tambalearse ligéramente que fue consciente de que el joven realmente lo estaba.
- El alcohol... valla peligroso acompañante has escogido - Comentó aún con la sonrisa en sus labios, la risa de Gerard era de alguna manera contagiosa, le hacía sentir mejor, aún cuando supiera que ese estado de 'alegría' fuera temporal y efímero - ¿Como es que no has terminado medio muerto por ahí?- Agregó dándole un golpe amistoso en la espalda, como había visto hacer a los jóvenes de la época con sus cámaradas.
- El poder... valla cosa más peligrosa, seduce por igual a humanos y a inmortales, al parecer, todos sienten una facinación enfermiza por demostrar que son más fuertes que otros, luchan por atención y pisotean a todos a su alrededor por conseguirlo... en mi opinión es patético - Dictaminó agarrándo a Gerard del brazo porque le pareció que se iría de bruces contra la gravilla, le agarró la botella de la mano y se la quitó de nuevo, esta vez no porque quisiera beber, sino porque comenzaba a preocuparle el estado del chico. - No quiero decir que Napoleón me paresca patético... algunos tienen ideales por los cuales vale la pena luchar y son necesarios para la evolución misma de la sociedad -
Bebió largos tragos del líquido, algunos tipos de alcohol, especialmente el vino, eran de las pocas bebidas que su lengua (que había perdido la capacidad para distinguir sabores hacía ya tanto tiempo), podía degustar, la ventaja era que, no le haría el mismo efécto que a un humano, tendría que beber demasiado para sentirse ebrio o en su defecto beber sangre de algún borracho.
La idea de beber sangre de repente lo sobrecogió. No había bebido en varios días y hacía un par de noches que había perdido mucha sangre por las estacas. Se relamió los labios sintiéndo el sabor a vino, deseando poder morder un cuello esa noche.
- Si no tienes clase mañana, entonces, quedáte despierto conmigo hasta el amanecer ¡y bebamos! - Exclamó alzando la botella al aire como si le estuviera haciéndo esa promesa la boveda celeste y no al chico.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Capuchino de colores (Soren/Gerard/Anuar)
“El alcohol me escogió a mí”, siempre lo pensé, pero me resigné a ello tiempo atrás.
Me encogí de hombros ante su pregunta con una sonrisa amarga, seguiría vivo hasta que el mundo me tirase a patadas de él.
Volví la cabeza hacia el profesor cuando me dio un ligero golpe en la espalda, yo se lo respondí divertido.
Tanto andar me agotaba las energías, aunque con el paso que llevábamos posiblemente llegásemos a su casa dentro de tres horas, en ese momento no mei mportó demasiado, puesto no pensaba mucho en las cosas elementales, además que lo que pensaba no era filtrado por ningún tipo de colador mental, tal como lo pensaba así lo soltaría, se me soltaba la lengua cuando iba así, a veces era bueno, otras no tanto, aún así no tuve miedo porque no pensé que fuera a decir nada malo.
Me quedé con la cabeza apoyada a su hombro mientras escuchaba su opinión, yo miraba los balcones de las casas que cruzábamos a paso lento, nada podría hacerme más falta.
Sí, la imbecilidad abunda en todos los lados, da igual de dónde seas o lo que seas. Repulsión era lo que podías a llegar a sentir por tener algún parentesco con aquellos que se creían los reyes del mundo.
El egoísmo podías encontrártelo hasta en las clases más bajas, a veces los humanos se comportaban peor que las bestias.
Podría haber comenzado a quejarme y a maldecir a todos (eso era lo que solía hacer cuando estaba ‘contentillo’), pero simplemente me quedé con la boca abierta, y cuando el profesor me quitó la botella ni sentí siquiera su ausencia, era muy posible que de no haberlo hecho la botella cayera de mi mano provocando un estruendo en esa oscura avenida, iluminada cada diez pasos por una débil farola.
-¡Totalmente de acuerdo!- dije sonriendo a los geranios de los balcones. Escuchaba de fondo cómo el profesor tragaba el vino, ¿los vampiros también podían beberlo?
- Si no tienes clase mañana, entonces, quédate despierto conmigo hasta elamanecer ¡y bebamos! – Miré como alzaba la botella hacia arriba, me eché a reír por lo que había dicho, bajé la cabeza sacudiéndola un poco.
-Joder profesor…parece que te has comido un pirata.- me metí la mano que me colgaba en el bolsillo. – ¡El ron grumete!- exclamé al suelo, recordando los libros de piratas.
-Con lo que bebéis no creo que nos dé para los dos.- señalé con la cabeza a la botella.
-¡Compremos más y no pensemos en las consecuencias!- “A tomar por culo” pensé mientras me ría. Solté al profesor y me dirigí dando tumbos a un niño que había vendiendo botellas de distintos licores, era ilegal, eso seguro. Me giré para sonreír al profesor.
Saqué lo que me quedaba en el bolsillo. –Oye niño, ¿cuánto me darías por esto? – le pregunté, algunos billetes se me cayeron al suelo, el niño no dudó en tirarse al suelo a por ellos.
-Le doy la caja entera, señor.- murmuró el niño con una sonrisa de oreja a oreja. Así, le di todo, y cogí la caja con las dos manos, no sé qué tendría dentro, ya lo miraríamos luego.
Volví donde estaba el profesor y me apoyé en él.
–Mire, el tesoro de esta noche. – dije imitando la voz de un pirata.
Me encogí de hombros ante su pregunta con una sonrisa amarga, seguiría vivo hasta que el mundo me tirase a patadas de él.
Volví la cabeza hacia el profesor cuando me dio un ligero golpe en la espalda, yo se lo respondí divertido.
Tanto andar me agotaba las energías, aunque con el paso que llevábamos posiblemente llegásemos a su casa dentro de tres horas, en ese momento no mei mportó demasiado, puesto no pensaba mucho en las cosas elementales, además que lo que pensaba no era filtrado por ningún tipo de colador mental, tal como lo pensaba así lo soltaría, se me soltaba la lengua cuando iba así, a veces era bueno, otras no tanto, aún así no tuve miedo porque no pensé que fuera a decir nada malo.
Me quedé con la cabeza apoyada a su hombro mientras escuchaba su opinión, yo miraba los balcones de las casas que cruzábamos a paso lento, nada podría hacerme más falta.
Sí, la imbecilidad abunda en todos los lados, da igual de dónde seas o lo que seas. Repulsión era lo que podías a llegar a sentir por tener algún parentesco con aquellos que se creían los reyes del mundo.
El egoísmo podías encontrártelo hasta en las clases más bajas, a veces los humanos se comportaban peor que las bestias.
Podría haber comenzado a quejarme y a maldecir a todos (eso era lo que solía hacer cuando estaba ‘contentillo’), pero simplemente me quedé con la boca abierta, y cuando el profesor me quitó la botella ni sentí siquiera su ausencia, era muy posible que de no haberlo hecho la botella cayera de mi mano provocando un estruendo en esa oscura avenida, iluminada cada diez pasos por una débil farola.
-¡Totalmente de acuerdo!- dije sonriendo a los geranios de los balcones. Escuchaba de fondo cómo el profesor tragaba el vino, ¿los vampiros también podían beberlo?
- Si no tienes clase mañana, entonces, quédate despierto conmigo hasta elamanecer ¡y bebamos! – Miré como alzaba la botella hacia arriba, me eché a reír por lo que había dicho, bajé la cabeza sacudiéndola un poco.
-Joder profesor…parece que te has comido un pirata.- me metí la mano que me colgaba en el bolsillo. – ¡El ron grumete!- exclamé al suelo, recordando los libros de piratas.
-Con lo que bebéis no creo que nos dé para los dos.- señalé con la cabeza a la botella.
-¡Compremos más y no pensemos en las consecuencias!- “A tomar por culo” pensé mientras me ría. Solté al profesor y me dirigí dando tumbos a un niño que había vendiendo botellas de distintos licores, era ilegal, eso seguro. Me giré para sonreír al profesor.
Saqué lo que me quedaba en el bolsillo. –Oye niño, ¿cuánto me darías por esto? – le pregunté, algunos billetes se me cayeron al suelo, el niño no dudó en tirarse al suelo a por ellos.
-Le doy la caja entera, señor.- murmuró el niño con una sonrisa de oreja a oreja. Así, le di todo, y cogí la caja con las dos manos, no sé qué tendría dentro, ya lo miraríamos luego.
Volví donde estaba el profesor y me apoyé en él.
–Mire, el tesoro de esta noche. – dije imitando la voz de un pirata.
(ahí va xDDD comienzan la noche loca!!!)
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Re: Capuchino de colores (Soren/Gerard/Anuar)
(( LOL ahah Gerardo-ebrio es dioso! pero a este paso llegaremos mañana haha ))
¿Comerce a un pirata? Pensó abriendo los ojos de par en par sintiéndo la cabeza del chico sobre su hombro, demadejado como si no pudiera sostenerse en pie, lo que dijo de los piratas le causó realmente gracia, ¿A que sabrían los piratas? se preguntó por unos instantes y una risita se le escapó de los labios, probablemente a pescado rancio. Lo vió caminar por ahí tambaleándose como una marioneta diciéndo tonterías propias de los humanos.
Vivir el momento sin pensar en un mañana.
Valla cita más simpática, muy propio de los seres humanos, de las personas que si tenían miedo a morir y que sabían que si no disfrutaban del presente, luego envejecerían y enfermarían, un sentimiento que, él había olvidado por completo. ¿Cuanto tiempo había pasado ya desde que había sentido ganas de dejarse llevar, sin pensar las cosas más de mil veces?
Se llevó una mano a los labios con una expresión de sorpresa cuando le vio regresar con la caja, el niño había corrido dando saltitos de contento por la generosa suma, agarró bien la caja con animales bajo su brazo derecho y esbozó una sonrisa, seguro Gerard creía que con todo ese licor podría embriagarse.
- La verdad es que necesitaría de mucho licor para embriagarme - Comentó comenzando acaminar su lado de nuevo - Porque el alcohol tendría que entrar directamente en mi sangre para que hiciera efecto, ¡estoy muerto!- Exclama sin dejar de sonreír - No puedo digerir el líquido de la misma manera, es por eso que muchos vampiros beben de humanos ebrios o drogados, para así poder sentir el estado de embriages- Le explica, temiéndo que Gerard se enredara caminando y las botellas fueran a parar al suelo.
- Te llevaré a casa y allí beberemos - Dictaminó, pensándoselo mejor, en su refugio estarían seguros y Gerard podría bailar en calsonsillos si quería, pero Soren no tendría que preocuparse por ataques o algo más - Sube a mi espalda - Le ordenó halándolo del brazo y conduciéndolo a un callejón desolado y oscuro, en donde no serían vistos cuando saltara a los techos.
¿Comerce a un pirata? Pensó abriendo los ojos de par en par sintiéndo la cabeza del chico sobre su hombro, demadejado como si no pudiera sostenerse en pie, lo que dijo de los piratas le causó realmente gracia, ¿A que sabrían los piratas? se preguntó por unos instantes y una risita se le escapó de los labios, probablemente a pescado rancio. Lo vió caminar por ahí tambaleándose como una marioneta diciéndo tonterías propias de los humanos.
Vivir el momento sin pensar en un mañana.
Valla cita más simpática, muy propio de los seres humanos, de las personas que si tenían miedo a morir y que sabían que si no disfrutaban del presente, luego envejecerían y enfermarían, un sentimiento que, él había olvidado por completo. ¿Cuanto tiempo había pasado ya desde que había sentido ganas de dejarse llevar, sin pensar las cosas más de mil veces?
Se llevó una mano a los labios con una expresión de sorpresa cuando le vio regresar con la caja, el niño había corrido dando saltitos de contento por la generosa suma, agarró bien la caja con animales bajo su brazo derecho y esbozó una sonrisa, seguro Gerard creía que con todo ese licor podría embriagarse.
- La verdad es que necesitaría de mucho licor para embriagarme - Comentó comenzando acaminar su lado de nuevo - Porque el alcohol tendría que entrar directamente en mi sangre para que hiciera efecto, ¡estoy muerto!- Exclama sin dejar de sonreír - No puedo digerir el líquido de la misma manera, es por eso que muchos vampiros beben de humanos ebrios o drogados, para así poder sentir el estado de embriages- Le explica, temiéndo que Gerard se enredara caminando y las botellas fueran a parar al suelo.
- Te llevaré a casa y allí beberemos - Dictaminó, pensándoselo mejor, en su refugio estarían seguros y Gerard podría bailar en calsonsillos si quería, pero Soren no tendría que preocuparse por ataques o algo más - Sube a mi espalda - Le ordenó halándolo del brazo y conduciéndolo a un callejón desolado y oscuro, en donde no serían vistos cuando saltara a los techos.
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Re: Capuchino de colores (Soren/Gerard/Anuar)
¿Intentaba desilusionarme? “Vamos a beber hasta caer al suelo, y no se hable más.”, pensaba mientras estaba hablando, porque yo ya me lo estaba imaginando, él para apaciguar su espíritu y yo haciéndole compañía, porque era todo un caballero.
No me desmotivaron sus palabras, quizá se le podría echar algo más a la bebida, una combinación o algo para que le causase efecto.
Era extraño que por más que me recordaba que estaba muerto, a mi no me lo parecía, él estaba presente, podía tocarle, podía escucharle. Quizá era una nueva raza evolutiva y nadie se había enterado, pues si vivían eternamente ¿para qué quieres más?
El único inconveniente que veía era el de la sangre.
¿A los vampiros les gusta emborracharse? No paraba de enterarme de cosas en esa noche.
Me dijo que me llevaría a su casa, como temiéndose que no fuésemos a llegar a tiempo, o algo así, sí, yo también lo pensé, seamos sinceros.
-¿Otra vez?- pregunté pataleando el suelo, las botellas empezaron a chocar unas con otras, de nuevo me llevó hasta un callejón oscuro, eso de esconderse aún no lo llevaba bien. Ahora el problema era colocarse de tal manera que las botellas no corrieran peligro. Me quedé parado pensando, “uno, el profesor tiene la caja en sus manos; dos, yo tengo esta en las mías.” ¡Qué dilema!
-¡Vale! Si me permite yo llevo vuestra caja, y a ti te toca llevar las botellas.- le quité la caja de sus manos, cambiándosela por la de las botellas.
- No se preocupe mientras no les pase nada a las botellas, vuestra caja estará sana y salva conmigo.- comenté sarcástico haciendo aquella comparación, me reprimí el hecho de reírme a carcajadas en aquel callejón, cualquiera que pasase por algún extremo pensaría que allí debía haber un loco, aunque no estarían muy lejos de la realidad.
Me subí como pude sobre su espalda, habría sido mejor tener una silla de montar, pero no se puede tener todo en esta vida, rodeé el cuello del profesor con la caja en ambas manos.
-¡En marcha!- exclamé ahogándome en mi propia risa, parecía que estaba a punto de echar a cabalgar, pero realmente íbamos a galopar por los aires, tragué saliva al recordarlo.
Aún con todo tenía unas ganas locas de saber qué sabor tendrían aquellos licores, y las sorpresas nos depararía.
(Seguimos aquí?? :
https://victorianvampires.foroes.org/residencia-kaarkarogf-f125/tomando-responsabilidades-gerard-t2936-15.htm
Game over xD )
No me desmotivaron sus palabras, quizá se le podría echar algo más a la bebida, una combinación o algo para que le causase efecto.
Era extraño que por más que me recordaba que estaba muerto, a mi no me lo parecía, él estaba presente, podía tocarle, podía escucharle. Quizá era una nueva raza evolutiva y nadie se había enterado, pues si vivían eternamente ¿para qué quieres más?
El único inconveniente que veía era el de la sangre.
¿A los vampiros les gusta emborracharse? No paraba de enterarme de cosas en esa noche.
Me dijo que me llevaría a su casa, como temiéndose que no fuésemos a llegar a tiempo, o algo así, sí, yo también lo pensé, seamos sinceros.
-¿Otra vez?- pregunté pataleando el suelo, las botellas empezaron a chocar unas con otras, de nuevo me llevó hasta un callejón oscuro, eso de esconderse aún no lo llevaba bien. Ahora el problema era colocarse de tal manera que las botellas no corrieran peligro. Me quedé parado pensando, “uno, el profesor tiene la caja en sus manos; dos, yo tengo esta en las mías.” ¡Qué dilema!
-¡Vale! Si me permite yo llevo vuestra caja, y a ti te toca llevar las botellas.- le quité la caja de sus manos, cambiándosela por la de las botellas.
- No se preocupe mientras no les pase nada a las botellas, vuestra caja estará sana y salva conmigo.- comenté sarcástico haciendo aquella comparación, me reprimí el hecho de reírme a carcajadas en aquel callejón, cualquiera que pasase por algún extremo pensaría que allí debía haber un loco, aunque no estarían muy lejos de la realidad.
Me subí como pude sobre su espalda, habría sido mejor tener una silla de montar, pero no se puede tener todo en esta vida, rodeé el cuello del profesor con la caja en ambas manos.
-¡En marcha!- exclamé ahogándome en mi propia risa, parecía que estaba a punto de echar a cabalgar, pero realmente íbamos a galopar por los aires, tragué saliva al recordarlo.
Aún con todo tenía unas ganas locas de saber qué sabor tendrían aquellos licores, y las sorpresas nos depararía.
(Seguimos aquí?? :
https://victorianvampires.foroes.org/residencia-kaarkarogf-f125/tomando-responsabilidades-gerard-t2936-15.htm
Game over xD )
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Re: Capuchino de colores (Soren/Gerard/Anuar)
(( Game over Monsieur Montefeltro así que NEEEEEXT! lol
crearé un nuevo tema allí mismo para que no se mezcle todo el rollo. Gerardo, Gerardoooo no me dejas deprimir! mira que tengo que llorar por Anuareeee
http://www.victorianvampires.com/residencia-kaarkarogf-f125/comamos-y-bebamos-que-manana-moriremos-gerard-t3152.htm#45416 ))
crearé un nuevo tema allí mismo para que no se mezcle todo el rollo. Gerardo, Gerardoooo no me dejas deprimir! mira que tengo que llorar por Anuareeee
http://www.victorianvampires.com/residencia-kaarkarogf-f125/comamos-y-bebamos-que-manana-moriremos-gerard-t3152.htm#45416 ))
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