Conociendo más el lugar (Cam)[+18]

por **Elisabeth M. Delacroix** Sáb Jul 17, 2010 7:18 am

Hacía un día bastante expléndido, demasiado para quedarme en casa por lo que fingí un dolor de cabeza ante las doncellas y me escabullí por la ventana de mi cuarto, esperando que todos estuvieran demasiado ocupados por sus vidas para preocuparse por mi estado.
Me cambié de vestido, utilizando el del servicio ya que los míos eran demasiado estravagantes, como los odiaba...
Tras mi gran hazaña me encaminé por las calles parisinas en busca de algo distinto hasta llegar a un mercado el cual prometía tener cosas suculentas y distintas.
Los puestos estaban situados en filas y sus comerciantes regateaban los precios con los tan codiciados compradores los cuales, solían aprovecharse de las necesidades de los demás. Mi vista sin embargo, se posó en uno de los tenderetes donde me paré observando una sencilla horquilla con una flor delicada en su extremo.

por **Cam Rohan** Dom Jul 18, 2010 1:57 pm

Regatear con el vendedor era una de las cosas que más odiaba. No había forma a veces de convencerlo de que el precio era lo justo. Suspiré entregándole finalemnte el dinero que pedía por unos frascos de líquidos extraños que mi abuela necesitaba para sus brebajes. Cuando los tuve en mi mano los metí en mi zurrón y até este con fuerza para poder caminar por las calles con seguirdad.

Reparé en una chica bonita de aspecto sencillo que observaba uno de los puestos. Tenía una piel pálida impropia de las mujeres de clase trabajadora. Eso me hizo extrañarme, pero aún así me acerqué a ella para ver lo que ella miraba con tanta atención.

-Bonita horquilla-murmuré. Busqué algo de dinero-¿Quieres que te la compre?-le ofrecí.

por **Elisabeth M. Delacroix** Dom Jul 18, 2010 2:06 pm

Mi atención estaba fija en el delicado complemento para el cabello pues pese a su sencillez me parecía más bello que cualquiera de las joyas que poseía. Cogí la horquilla con delicadeza, notando el suave tacto de la flor artificial. Si me la llevaba no podría lucirla teniendo cerca a mi institutriz y si no me arrepentiría por dejar pasar la opostunidad.

Una masculina voz interrumpió mis pensamientos con un alago hacia el objeto que tenía en mis manos. Aparté las vista de este para fijarla en el dueño de la voz y me permití mostrarle una dulce sonrisa.
-Sí, es hermosa-acepté algo sonrojada, reacción que siempre tenía al hablar con alguien desconocido.

Me sorprendió que se ofreciera a comprarmela, a lo que negué rápidamente con la cabeza, realmente conmovida pues no parecía un hombre muy adinerado y aun así estaba dispuesto a cumplirme ese capricho pero no lo dejaría.
-No, señor, yo puedo pagarla, no se moleste-le pedí con educación. Seguro que él necesitaba su dinero para mejores cosas que complacer a una desconocida.

por **Cam Rohan** Dom Jul 18, 2010 3:14 pm

Le sonreí al verla sonrojarse. Parecía una persona tímida. Me fijé en sus diminutas pecas esparcidas por su nariz y parte de sus mejillas. Era una dama muy bella, no me cabía duda.

Me guardé el dinero nuevamente con parsimornia. Me hubiera gustado realmente comparrle la horquilla a la joven, pero si decía que podía pagarla...Yo no era nadie para entrometerme en los deseos de la mujer. De hecho, ¿cómo se me había ocurrido ir y hablarle como si la conociera de toda la vida? Cam, últimamente estás llegando a tus puestos más altos de idiotez, pensé reprendiendome mentalmenta y sonrojándome al instante. La pobre chica tenía que estar pensando que era un tipo muy extraño o peor, pensaría que era un acosador y...

-Perdone si la he molestado-dije, acallando todas mis voces que me recordaban día sí y día también como solía estropear los mejores momentos-. Sólo la he visto ahí y me pareció que bueno, que la horquilla quedaría muy hermosa en sus cabellos. Sólo quería contribuir a que la horquilla tuviese un bonito cabello en el que ser puesta-finalicé con una ancha sonrisa de lobo.

Cuando recobraba el control de mi mismo podía incluso llegar a no decir idioteces durante un rato. Lo cual era un gran milagro.

-¿Me hará el favor de comprar la horquilla, madame?-le pedí en un susurro-Imagínese que la compra esa señora-señalé a una mujer con un pelo erizado y bastante feo- La horquilla no quedaría nada hermosa en ese pelo de espantapájaros...

por **Elisabeth M. Delacroix** Dom Jul 18, 2010 3:38 pm

El chico guardó de nuevo el dinero lo que logró hacerme sonreír al pensar que él había decidido aceptar mi decisión. No quería que se molestara por ello era solo que mi conciencia me decía que no era justo.
Cuando lo vi sonreír, recorrí las facciones de su rostro con mis ojos. Sus rasgos eran afilados y se me antojaba bastante atractivo pero no debía pensar así...

Estaba ensimismada conteniendo mis propios pensamientos cuando se disculpó. Mi rostro adquirió una expresión de incomprensión y extrañeza. No había sido ninguna molestia, yo no era una de esas personas con afán de superioridad hacia los demás.
-No se preocupe-dije amablemente antes de que él elogiara mi cabello haciéndome sonreír -Gracias-musité tímidamente, desviando mi mirada hacia el suelo.

Lo escuché hablar de nuevo, en un leve susurro que me causó un leve estremecimiento. Su voz sonaba grave y a la vez melodiosa. Me pedía que comprase la horquilla y la verdad, si seguía con aquella duda de hacerlo o no, se disipó por completo.
Mencionó el cabello de una señora que se encontraba a unos metros de nosotros y me hizo reír con el comentario.
-Creo que sí, sería una lástima-bromeé atreviéndome de nuevo a mirarlo antes de dirigirme al vendedor.

Pregunté el precio antes de sacar de los bolsillos del traje de doncella las monedas para pagarlo y alguna más. Dejé el dinero sobre la mano del comerciante y miré la horquilla. Ya era mía pero ahora...¿cuándo podría usarla?

por **Cam Rohan** Dom Jul 18, 2010 4:37 pm

Observé complacido como ella decidía comprarla, por fin. ¿Por qué se había mostrado tan indecisa? La horquilla era realmente preciosa, digna de toda una señorita. Vi como el vendedor se la entregaba y ella la sostenía en la mano durante un largo rato. Tras un breve intsnate de indecisión se la cogí con delicadeza y comencé a ponérsela en el cabello.

-Creo que es un bonito objeto para llevarlo puesto hoy-sonreí cuando se la hube colocado-.Por cierto, Madame. Mi nombre es Cam Rohan; entrometido sin remedio-hice una reverencia como las que había tenido que hacer tantas y tantas veces tras un agotador día en el circo a la gente pudiente. Luego me puse recto y con expresión desenfadada me atreví a preguntarle:

-Y, dígame, ¿tiene usted algo que hacer ahora mismo?- esperé no haber parecido un cerdo y me apresure a añadir:-Es para llevarla a lgún sitio divertido e interesante, si tiene la bondad de acompañarme.

El mercado se iba llenando por momentos y no quería despedirme de ella tan pronto. Era una persona agradable, se le veía. Ni siquiera me había soltado un guantazo por mi descaro y eso ya era decir mucho. Aguardé su respuesta, ansioso.

por **Elisabeth M. Delacroix** Dom Jul 18, 2010 4:56 pm

Sus manos, las cuales reflejaban dureza. arrebataron de las mías mi nueva adquisición para colocarla en mi pelo con una extrema delicadeza, la cual no correspondía nada con la primera imagen que me había hecho de estas. El gesto intensificó el rubor de mis mejillas pero, estaba agradecida de que él se hubiera atrevido a ponerme la horquilla o si no, no la habría lucido.

Asentí a su comentario, pues me parecía que llevaba razón, que ese era un buen momento para lucirla pero no pude evitar reír levemente ante el adjetivo que utilizó para sí mismo.

-Encantada, monsieur Cam, mi nombre es Elisabeth Delacroix- me presenté con una leve inclinación de mi cabeza, esperando que no reconociera mi apellido pues intentaba que la gente no me viera con otros ojos solo por mi apellido-Y debo decírle que será un placer acompañarlo.

No conocía ningún lugar divertido en París, más bien no conocía apenas ningún lugar pues si tenía que confiar en los aristócratas y las altas clases para ello, prefería quedarme en casa. Cam sin embargo parecía alguien libre, sin ataduras de ninguna clase. Alguien que vivía realmente la vida pese a la escasez de bienes materiales los cuales eran inútiles... alguien como yo misma deseaba ser.

-¿Y puedo preguntar qué lugar tiene en mente o prefiere sorprenderme?-me atreví a preguntar con una sonrisa mientras daba unos lentos pasos para quedar junto a él. Esperé que no le pareciera demasiado atrevida por el gesto que iba a hacer pero me costaba no ser simplemente yo misma. Mi brazo se enredó en el suyo, incitándolo a comenzar a caminar

por **Cam Rohan** Dom Jul 18, 2010 5:41 pm

Delacroix...Ese apellido me sonaba mucho. ¿Algún compañero del campamento los había mencionado alguna vez? ¿Tal vez negocios? Por alguna razón no encajaba con el tipo de negocios que nosotros hacíamos. Parecía un apellido casi aristocrático. La miré un momento temiendo estar metiéndome en un buen lío de los que luego me costaba horrores salir. Sin embargo, la vi tan entusiasmada que me olvidé al instante del temor a estar haciendo algo incorrecto. Cuando ella enrelazó su brazo con el mío supe que al contrario, estaba haciendo algo bueno.

-Prefiere revelárselo, madame Delacroix-le respondí sonriendo ya, divertido,. Ni siquiera habíamos llegado al sitio y ya me reía por dentro-¿Ha jugado usted alguna vez al juego de atrapa la manzana? Ese que consiste en poner un barril con agua y una manzana flotando. Te vendand los ojos y has de atraparla sin mirar-expliqué sonriendo-.Este e sun poco diferente: te vendan los ojos, tienes que buscar la manzana...en un cubo de chocolate hundiendo la cara en él-reí-. El local está cerca, e suna pequeña taberna de buena reputación. Suelen ir cuentacuentos y bardos. Nada peligroso-le prometí.

Enfilamos por la calle que nos llevaría hasta la taberna. Yo iba alegre, con ganas de empezar el juego. Sabía que nos íbamos a divertir de lo lindo.

por **Elisabeth M. Delacroix** Dom Jul 18, 2010 8:12 pm

Él parecía dudar con respecto a dar un paseo conmigo a visitar ese lugar pero al final se decidió. Sonreí animada ante la idea de hacer algo nuevo y distinto a todo lo que conocía pero prometía ser muy interesante. Esperaba con ansia su respuesta para poder conocer ese lugar de antemano o sentirme frustrada por el desconocimiento, al final, por suerte, decidió contarme todo.

Preguntó acerca del juego de la manzana. Había jugado en algunas ocasiones cuando mis amigas se quedaban en la mansión a dormir una de esas largas noches en las que mi padre decía tener que trabajar, cosa que dudaba pues ya no era una niñita inocente y conocía a la perfección a lo que él llamaba trabajo.

Habló de un lugar en el que el juego de la manzana era bastante más pringoso y desde luego divertido aun que si manchaba mi pelo sin remedio, después tendría que buscar alguna excusa antes de llegar a casa. Reí complacida por la idea de ese juego tan inocente en un lugar que, por la descripción también lo parecía.

-Espero que usted también se manche, monsieur. Incluso podemos hacer el juego más interesante con algún tipo de apuesta-dije con una sonrisa ladeada mientras comenzábamos a andar hacia el local.
Él parecía realmente divertido por aquello y yo estaba entusiasmada por la idea, realmente extraño.

por **Cam Rohan** Lun Jul 19, 2010 7:04 am

-¿Una apuesta?- casi me relamí al decirlo. Adoraba apostar con mis amigos, aunque casi siempre era algo vergonzoso. Recordé la vez que me hicieron correr desnudo en mitad de la plaza Tertre. Casi me encarcelan. Si mis rápidos pies no hubieran hecho gala de su velocidad, ahora mismo estaría muerto.-¿Y qué quiere apostar, Madame?

¿A qué podía retarla yo? No quería ponerla en una situación comprometida, eso no estaba bien hacérselo a una dama. La miré largo rato decidieno que podía pedirle que hiciese. Quizás cantar alguna canción grosera o pintarse la cara con chocolate y andar así por todo París. No quería hacerla pasar verguenza para nada.

Llegamos a la inocente taberna. Una de las pocas inocentes tabernas de aquí, en la que ni siquiera dejaban entrar a prostitutas porque habían niños. La frecuentaba de cuando en cuando, pero menos que las de mala reputación, pues era en esas donde yo podía hacer mis intercambios de objetos robados por dinero. Una persona tenía que sobrevivir en este mundo y Dios me había dado el don de robar con maestría. Aunque tenía algún que otro trabajo, como en la abastecedora, las viejas costumbres eran difíciles de erradicar.

Con un gesto algo teatral le hizo una revrencia a Eisabeth. Extendí el brazo para darle paso a la taberna.

-Usted primero, Madame. El juego debe de estar a punto de comenzar.

por **Elisabeth M. Delacroix** Lun Jul 19, 2010 11:15 am

off: acabo de caer... Elisabeth, como en piratas del caribe xD

Me encogí de hombros sin saber exactamente el qué apostar. Yo tal vez no pudiera acceder a cualquier cosa que él me pidiera si era algo en público ya que, si alguien me reconocía, tendría serios problemas y mi padre me haría volver a España. Y yo a él...¿a qué podría retarlo?
-Si yo gano usted deberá...vestirse de dama y pasear por París- dije sonriendo divertida al imaginármelo. Yo me encargaría de vestirlo y darle la apariencia, él solo debía aceptarlo -Y si usted gana...ponga el precio que desee- le sugerí

Mis ojos vagaban por toda la calle, observando cada letrero, a cada persona que circulaba por el lugar hasta que paramos frente a un local con aspecto de taberna, justo lo que era. Cam hizo una reverencia exagerada que me produjo una leve risa pues tenía un aspecto bastante cómico aun que decidí seguirle el juego e hice yo otra sujetando la falda de mi vestido y agachándome levemente. Tal y como se saludaban las personas hacía años.

-Gracias, monsieur-dije caminando hacia el interior donde pude contemplar todo a la perfección. Era un ambiente sencillo y acogedor. Nada frívolo como los locales que me obligaban a visitar. Las personas que se encontraban allí tenían al igual que el lugar un aspecto humilde que consiguió encoger mi corazón. Odiaba que unos tuvieramos tanto y otros tan poco pero al final, ellos eran realmente felices y nosotros no... los envidiaba...

por **Cam Rohan** Lun Jul 19, 2010 3:49 pm

-Eres cruel, pasaré una verguenza terrible-fingí enfado. Luego sonreí animado-Pero, ¿qué sería la vida sin riesgo? ¡Un aburrimiento! Creo que el vestido de mujer realzara mi belleza.

Parpadeé varias veces y fingí taparme con un abanico imaginario. Me eché a reír de mis propias tonterías y sacudí la cabeza mientras pensaba en su reto. ¿Qué podía proponerle? Una pareja de un rincón captó mi atención. Se besaban tímidamente. Ajá.

-Le propongo un beso-mis ojos relucían traviesos-Tendrá que darle un beso a alguien de esta taberna, a quien usted elija. ¿Hay trato? Los hombres son jóvenes y guapos.

Y era verdad. El tabernero no era mucho mayor que yo y poseía una melena rubia y rizada que le daba aspecto de niño. Había bastante gente joven y niños revoloteando. Los pocos ancianos eran cuentacuentos profesionales.

Alguien hizo sonar una campana y el local se quedó en absoluto silencio. Nos volvimos hacia la bara, donde una camarera de cabello pelirrojo y pecas sonreía alegre y blandía la campanita. Cuando hubo captado la atención de todos, habló:

-¡Sentaos todos en vuestras mesas! En cada una pondremos un cubo enorme lleno de chocolate y manzanas enterradas. Ya sabéis lo que toca. Gérard os dará pañuelos para la cabeza las damas-señaló al rubio tabernero-.Y también vendas para los ojos. Las manos en la espalda y nosotros vigilaremos. Quien encuentre las tres manzanas de cada cubo primero, será el ganador y se llevará...¡Un premio sorpresa!

Todos aplaudimos y esperamos a que Gérard pasase con los pañuelos y fuesen trayendo los cubos. Me relamí al oler el chocolate líquido cuando lo tuvimos delante y miré a Elisabeth sonriendo.

-Voy a ganar-dije sacando la lengua como un niño.

off: Cierto!!! jajaja Orlando Bloom está predestinado a que su vida se llene de Elisabeths!

por **Elisabeth M. Delacroix** Lun Jul 19, 2010 5:14 pm

Al principió parecía como si no fuera a aceptar el reto pero terminó bromeando, logrando hacerme reír sin control. Sus gestos femeninos eran bastante acertados lo cual lo hacía más divertido aún.Su risa acompañó a la mía mientras caminábamos por la taberna de forma pausada y tranquila.

Esperé a que él pensase mi reto. Un beso. Sonreí envalentonada ya que solo se trataba de un juego y yo podría elegir a quién quisiera aun que, claro, a la hora de cumplirlo si no ganaba, me vería en un gran aprieto...
-Acepto el reto-dije con una idea rondando mi mente.

Me regodeé feliz en mis pensamientos. Él era realmente atractivo o, tal vez, yo lo veía así por lo que no elegiría a otro a no ser que el tuviese a alguien ya. Cuando llegase el momento aclararía esas pequeñas dudas. Un sonido tintineante llegó a mis oidos y nos giramos hacia la barra, de donde procedía.

Una joven camarera nos explicó el juego. Por suerte mi cabello no se mancharía aun que no entendía el porqué de vendarnos los ojos. La última frase captó mi atención, ¿un premio sorpresa?, el premio que yo recibiría por perder era mucho mejor... Sacudí la cabeza sonrojada por ese pensamiento y miré a Cam, el cual me hizo burla regodeándose en que iba a ganar.
-Eso está por verse-respondí para sacarle yo también la lengua y tirar de él hacia una de las mesas donde los sentamos esperando que nos repartieran los utensilios necesarios para jugar.

por **Cam Rohan** Lun Jul 19, 2010 6:21 pm

Nos sentamos en la mesa que Elisabeth escogió y esperamos hasta que estuvimos provistos de lo necesario. Ayudé a Elisabeth a atarse el pañuelo de la cabeza, sin dejar ni un solo pelo fuera y luego volví a mi sitio.

-¡Vendaos los ojos! En cada cubo hemos metido seis manzanas...Tres para cada uno de los dos-la camarera hizo una revrencia-¡Sacad tres los primeros y ganaréis! Pero, recordad que están muy bien escondidas...

Comencé a vendarme los ojos a prisa al igual que todo el local. El vendaje lo complicaba todo porque si al menos tuviésemos la vista y una manzana sobresaliese tras un rato, podríamos cogerla. Al tener los ojos vendados podíamos tener la manzana a un milímetro y no darnos ni cuenta.

Metí la cara en el chocolate y aproveché para comer un poco. Estaba realemnte bueno, pero debía concentrarme en hallar la ri primera manzana. Hundí más el rostro sintiendo como se me pringaban las mejillas y la nariz. Di con algo duro, pero se me escapó el intentar atraparlo. Saqué la cara para coger aire y la volví a introducir buscando una manzanita que no tardó en llegar.

La cogí con la boca y la dejé a un lado en la mesa ientras gritaba:

-TENGO UNA

por **Elisabeth M. Delacroix** Lun Jul 19, 2010 6:33 pm

Por fin nos trajeron todo lo necesario para el juego. Miré el pañuelo y el vendaje, esperando ganar o al menos perder con dignidad, habiendo cogido al menos dos manzanas. Cam colocó el pañuelo en mi cabello, gesto que le agradecí con una sonrisa.

La pelirroja siguió dando instrucciones y cogí la venda para anudarla frente a mis ojos con fuerza, no me gustaban las trampas por lo que yo misma no las hacía. Cuando ya estaba a oscuras, reparé en que mi torpeza no favorecería aquello, es más, ¿y si le daba al pobre chico un cabezazo sin querer?. Me sonrojé al pensarlo pero al olisquear el chocolate, mi perdición y me centré en ganar...

Enredé mis manos por detrás de mi espalda antes de sumergir el rostro en aquel espeso líquido tras haber cogido el aire suficiente para algunos segundos. Mi boca buscaba las manzanas por el fondo pero cada vez que iba a coger una, esta se escurría que mis dientes.

Escuché la exclamación de Cam, me iba ganando y eso consiguió ponerme nerviosa, tenía que conseguir las manzanas y con cuidado de que no siguieran acercándose a él por mi culpa. Arrinconé una de ellas contra la pared del recipiente tras sumergirme por tercera vez. Saqué la manzana y la puse sobre la mesa con cuidado de que no saliera rodando.
-Y yo-dije feliz, sonriendo victoriosa antes de adentrarme de nuevo en el chocolate. Él llevaba cierta ventaja de rapidez pero al menos, poco a poco, yo también lo estaba logrando.

por **Cam Rohan** Lun Jul 19, 2010 6:57 pm

Reí cuando escuché la dulce voz de Elisabeth que acababa de atrapar otra manzana. Algunas voces más dijeron un "yo" y "Yo también". Vaya, había tenido la sensación de que éramos los únicos en aquel lugar.

Me sumergí nuevamente sintiendo el chocolate en mi boca. Tomé un poco más sin que se me notara, como u niño travieso que le roba bombones a su madre. Busqué a tientas una nueva manzana que se me escapaba una y otra vez. De repente mi cabeza chocó con algo; Elisabeth, supues. Saqué un poco la cara para murmurar:

-Hemos ido a por la misma manzana-reí antes de meter de nuevo la cara en el cubo y buscar la manzana nuevamente. Arrincon´a una cerca de mí y la saqué al segundo intento. La dejé sobre la mesa mientras murmuraba "Dos" para que me oyese la camarera. Con una gran bocanada de aire,´fui a por la tercera manzana, la de la victoria.

por **Elisabeth M. Delacroix** Lun Jul 19, 2010 7:08 pm

Escuché reír a Cam con mi cabeza sumergida y no pude evitar sonreír pero me contuve ya que debía de acelerar a la hora de coger las manzanas. Mi boca notó la superficie de una nueva y la perseguí por el barreño hasta que mi cabeza chocó torpemente contra la de mi acompañante. Saqué el rostro y llevé una mano a mi cabeza quejándome levemente antes de reír al oírlo.

Froté con mi mano varias veces el golpe, no dolía pero lo hacía por la fuerza de la costumbre que desde pequeña había tenido. Caí de golpe en la cuenta de que estaba perdiendo inútilmente por lo que me apresuré a sumergir de nuevo el rostro cuando escuché un "dos" por parte del hombre.

El tiempo ahora corría en mi contra y cuanta más veces se me resbalaban las manzanas, más torpe me sentía. Encontré otra y la empujé hacia un costado con mi nariz para poder atraparla. Saqué la cabeza de nuevo para respirar. Si no la conseguía capturar rápido entre mis dientes, perdería pues él ya demostraba la gran maestría que tenía con ese juego en comparación con mi inexperiencia.

Logré capturar la manzana y sacarla fuera del barrño posicionándola junto a la otra.
-¡Otra, otra!-dije sonriendo animada como una niña pequeña.

por **Cam Rohan** Mar Jul 20, 2010 5:26 am

Elisabeth atrapó la segunda manzana. Oh, no. Al final iba a tener que ir por todo París vestidito de mujer, que verguenza. Lo cierto es que la chica había sabido tenderme la trampa. Hundí mi rostro con desesperación en el cubo buscando a tientas la última manzana, la de la victoria. La necesitaba ya o tendría que ponerme unas bonitas enaguas y un vestidito elegante, A lo mejor descubría que me gustaba ir así, pensé riéndome para mis adentros al saberlo como imposible.

Por fin la sentí. Algo duro en auqel mar de chocolate. Lo mordí hincándole el diente a la primera y la saqué corriendo. Cuando grité "Tres", Elisabeth también lo hizo. Nos quitamos el vendaje de los ojos para poder vernos y me eché a reír al ver su cara, exceptuando los ojos, pringadísima de chocolate.

-Creo que hay un empate-dijo la camarera riéndose de nuestras risas-Tendréis que compartir el premio, entonces.

La miramos mientras se introducía tras la barra y sacaba dos entradas de aspecto cuidado. Nos las enseñó con una sonrisita.

-Son para poder ir al palacio Royal a cenar y echar unos bailecitos-dijo guiñándonos un ojo-Era para el ganador y el o la acompañante que eligiese, pero vais a tener que ir junto a no ser que alguno ceda el premio al otro.

Gérard nos trajo una palangana con agua para lavarnos y traspos secos para limpiarnos el rostro. La camarera pelirroja dejó las entradas en la mesa y se llevó el cubo de chocolate. En cuanto se fueron miré a Elisabeth.

-¿Tienes pensado ir con alguien?-dije señalando las entradas mientras me quitaba el chocolate del rostro.

por **Elisabeth M. Delacroix** Mar Jul 20, 2010 6:31 am

Pensé que estaba todo perdido pero no, encontré la última manzana que necesitaba. Tal vez la competividad me ayudó a capturarla pero lo hice con rapidez, y cuando grité "tres", tras dejar a un lado la manzana, la voz de Cam renosonó a la vez que la mía como si todo hubiera estado planeado.
Reí divertida al quitar la venda de mis ojos y observar la cara del chico toda recubierta de chocolate excepto en la pequeña franja de los ojos. Reparé en que yo debía de verme igual de mal pero, no me importó, estaba demasiado entusiasmada y divertida. Deslicé uno de mis dedos por su mejilla para después llevarlo a mis labios y probar el chocolate.
-No esta mal-bromeé antes de que la camarera nos hablara sobre el premio.

No me importaba compartirlo en absoluto, no era una persona egoísta por lo que no me importó pero cuando dijo de qué regalo se trataba me sonrojé por la mentira de ir vestida de doncella. Si aparecía en el palacio me reconocerían aun que...podía contarle la verdad ahora y así ir con él.
-Pues no ¿y tú?¿tienes a alguien?-pregunté informándome antes de soltar todas las palabras que luchaban por salir como locas de mis labios.

La seriedad se había apropiado de mí y también cierto sentimiento de culpa que intenté disipar retirando todo el chocolate de mi piel. ¿Cómo se tomaría que yo fuera de alta clase? Yo a él no lo juzgué ni me importaba que fuera menos adinerado que yo pero...no todas las personas eran iguales ¿Me despreciaría al saber quién era yo?

por **Cam Rohan** Mar Jul 20, 2010 6:46 am

-A mi perro, pero me pisa cuando bailamos así que creo que no lo invitaré-bromeé ayudándola a quitarse los restos de chocolate.-Creo que me gustaría acompañarte a ese baile. Estarás muy hermosa con un vestido de fiesta.

Le sonreí dulce.Estaba hermosa hasta pringada de chocolate, pero si le decía eso igual se reía de mí. Cogí las entradas y le tendí una sonriente.

-Estoy deseando ir. Hace poco me compré un traje para hacer negocios...y al final voy a darle bastante uso-dije suspirando-Aunque es muy incómodo.

Me quedé observándola en silencio unos segundos. Estaba siguiendo la línea que sus pecas formaban alrededor de sus ojos cuando recordé nuestra apuesta. Al ser un empate sólo había dos soluciones: o se anulaba o ambos tendríamos que cumplirla.

-¿Y nuestra apuesta?-dije en tono desenfadado, sonriéndole como un lobo con los brazos cruzados-¿La anulamos o lo hacemos los dos?

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