Encuentro inesperado [Fiolette Himmel]

por **Salazar Phantomhive** Mar Oct 02, 2012 4:11 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Contemplé desde mi ventana como el cielo se tornaba de un morado intenso. La noche estaba llegando y con ella llegaban los secretos más ocuros que aguardaban los hombres. Desde que me expulsaron de la inglesia me había golpeado con la realidad mil veces, y cuando vine a vivir entres los oscuros y pobres callejones de Paris... vi cosas que realmente ponían la piel de gallina. Me preparé para salir: Cogí un puñal, a Karl y una capa roida. A pesar de que era primavera a veces refrescaba por las noches, también me serviría para ocultar el puñal y a Karl.

-¿A dónde vamos jefe?- me preguntó la voz infantil de aquel muñeco.

-A cazar mi pequeño amigo.

Salí de mi casa y cuando dejé atrás las arruinadas calles de mi humilde barrio la noche se cernía sobre Paris y yo sobre la gente. Me escabullía ente callejones y cada vez que veía a un policía me escondía detrás de una esquina o usaba mi magia para hacerme invisible ante sus ojos, aunque realmente siguiera allí. Paseaba silenciosamente, me había colocado a car en el hombro, aunque él se movía a su propia voluntad.

-Escucho algo, mi señor.- me avisó mi pequeño amigo.

Me llevé un dedo a los labios para hacerlo callar. Caminé despacio para que no se me advirtiera. Me introduje más en las sombras. Al doblar una calle llegué a una pequeña plaza donde había una hermosa fuente. La luz de la Luna me dejo ver perfectamente a una joven que estaba sentada en dicha fuente. Estaba de espaldas a mi.
"Perfecto"

Me relamí los labios mientra pensaba mil forma de matarla. Primero debía hacer que no hablara ni chillara a si que le pondría un trapo en la boca. Después... después ya se me ocurriría algo. Si planeaba podía salir mal. Miré alrededor de la plaza. Era un lugar muy despejado y si solo se diera la vuelta un momento me vería. Cada paso me acercaba más a mi presa. La melena rubia le caía con gracia sobre la espalda y sus ropajes decían que era alta cuna. Eso me hiso pensarmelo una vez.

"¿Y si la echaban de menos?"

Seguramente el Padre Josep vendría a buscarme. Me mordí el labio indeciso pero al final seguí adelante.

Estaba detrás de ella, me llegaba su dulce perfume. Tragé saliva lentamente. Le iba a dar la vuelta antes de taparle la boca quería ver su expresión de terror. Le agarré el brazo bruscamente y la giré. Pero no pud llebar mi mano a su boca. Era Fiolette Himmel. Aquella chica que un día me encontré en los suburvios de Paris.

-¡¿Qué haces aquí?!- le pregunté medio cabreado por haberme estropeado la noche.

por **Salazar Phantomhive** Sáb Oct 20, 2012 7:32 am

Negué suavemente con la cabeza.- Si no le importa me gustaría recoger mis cosas ahora, no son muchas un par de libros y algo de ropa. No tengo mucho. Aunque si quiere primero la compaño a casa. No le voy hacer andar hasta los límites de la ciudad solo por unas cuantas cosas, además cosas mías. No sería propio de su mayordomo.- Sonreí cálidamente.

Estuvimos caminando un buen rato. yo la seguía aunque solo iba un paso por detrás de ella. Aunque fuera una mujer mi condición social era más baja por lo que lla debía ir delante. Entoces escuché sus palabras y me quedé un poco... como decir ¿estupefacto? ¿De verdad se había perdido de camino a su casa? Me llevé una mano a su frente y suspiré. Miré a mi alrededore conocía quel lugar. Bueno realmente conocía todo Paris.- No se disculpe, bueno dime donde esta su casa, que hay a su alrededor y yo la llevaré. Me conosco estas calles como la palma de mi mano.

Cuando quiero darme verdadera cuenta de donde estamos es demasiado tarde. Miro un gran edificio, mejor dicho una iglesia y no una cualqueira ESA iglesia. Me pongo tenso. Sería muy absurdo qu saliera ahora Josep. Si eso ocurriese habría desarrollado un sexto sentido a mi presencia. Pasé mi peso de un lado a otro. Y antes de que dijiera nada la saqué de allí a una calle paralela. Y me quedé esperando que dijiera dodne vivía.- ¿Por qué no podré leer los libros? ¿Está en su lengua natal? Bueno , me he pasado bastante tiempo sin leer nada. A si que me da igual.

por **Fiolette Himmel** Vie Oct 26, 2012 9:57 am

Le hizo reír suavemente- Un paseo bajo la noche con el manto de estrellas y la reina de la noche presidiendonos en aquel fesco paseo- No se preocupe, pero si no quiere llevarme lo entienderé- le gustaba esa sonrisa, tan familiar. Las sonrisas de las personas eran preciosas en general y era el gesto que más le encantaba de la gente- No importa que sea mi mayordomo, está como voluntariamente, le siento más como un amigo que como mayordomo.

Fui a contestarle pero no me dio tiempo, advertí que su cuerpo se puso tenso y agobiado y corriendo me llevó a una calle cercana al sitio de antes- ¿Qué.. qué ocurre porqué vamos hacia esta calle?- lo miré fijamente a los ojos sin entender esa acción, quizás no le gustaba en el lugar en donde nos paramos o vio a alguien que no quería ver. Suspiré pasando aquello- No meconozco aún estas calles, hay muchas... vivo... vivo... en la calle en la... ¡calle Canard! eso es ¡Calle Canard!- un poco más y no conseguía acordarme del nombre de la calle y eso hubiese sido la catombe de la noche en concreto después de todo.

Asentí ante su pregunta- No se preocupe Salazar, le regalaré los libros en su lengua natal que por su acento deduzco que es... inglés ¿Cierto?- sonreí creyendo hacer acertado con seguridad- No leer en mucho tiempo está mal querido...

por **Salazar Phantomhive** Vie Oct 26, 2012 5:02 pm

-Lo siento por ser tan brusco mi Lady pero aquel lugar me traía recuerdos horrorosos.- Esuché lo que supuse que era el nombre de la calle.- Bueno si no le importa daremos un breve dorreo. No queda lejos pero prefiero pasar esta noche en una cama de verdad y no lo que tengo. Y no se asusde de donde vivo. Parece un mal sitio pero la gente es un encanto.

Dicho esto me di la vuelta y me dispuse a guiarla hasta mi hogar.- Eso sería demasiadas molestia mi Lady. No quisiera que se gastase nada de dinero en mí.- la verdad es que no quería. Sería como aunmentar la deuda. Y el traro era solamente lo que se habría tratado. No quería nada que estuviera fuera de esos límites pero no se lo dije. Ya se lo comunicaría más adelante.

Caminamos por las calles y contemplé como el paisaje cambiana levemente. De las amplias y limpas calles pasamos a unas más extrechas y alguna basura por el suelo. Pero no demasiado. No le presté conversación ninguna. A pesar de que no me importaba hablar por los codos. De aquellas calles pasamos a unas que parecían que habían sido abandonadas hace bastante tiempo. Después de bastante tiempo caminando con paramos delante de una puesta. No necesitaba llave con un buen empujón se abrió.- Entre, es más seguro pasar que quedarse por estas calles solos. No sé si lo recuerda.- dije evocando a mi mente el día que nos conocimos. Subimos por unas pequeñas escaleras hasta llegar a otra puerta. No me hizo falta llave. Puse mi manos en el pomo y susurré algo. La puerta se abrió y entramos. Era una estancia pobre donde solo había una pequeña cama, una mesita de noche con un cuenco de agua pero sin agua y una cómoda comida por las termitas. Tenía una pata rota y estba ligeramente inclinada hacia un lado.

Saqué una bolsa de debajo de la cama y abrí el primer cajón de la cómoda. Meti un par de prendas y saqué una llave. Después abrí el otro cajón, ya que solo había dos. Pero para abrir este cajón necesité de la llave y de algunas palabras mágicas. Entonces el cajón se abrió y dentro había tres volumenes bastantes gordos. Los guardé con cuidado.- Bien señora ya nos podemos ir.

por **Fiolette Himmel** Dom Oct 28, 2012 8:37 am

Asentí aceptando su disculpa- No pasa nada, no se preocupe- se me escapó una sonrisa cuando me dijo que daríamos una vuelta para no tener que pasar simplemente por delante de la Iglesia, me preguntaba que le había pasado allí dentro para que ni quisiera pasar al lado de ella y tuviesemos que dar una gran vuelta para rodearla- Le vuelvo a repetir que no se preocupe, al menos sé que con usted no me voy a perder y que podré volver a mi casa esta noche.

Negué- No, nunca me viene mal tener libros en otros idiomas, aunque es distinto si no quiere algo que le ofreco, que no tiene ni devolución ni esconde otros favores en un futuro próximo- suspiré odiaba que la gente se creyera que porque hiciera algo por lo demás eso significaba que quisiera algo a cambio ¿Qué nadie bueno hoy en día? Luego de aquello me callé, no quise hablar más en ese momento. Solo me situé a su lado y dejé que me llevara a su hogar.

No esperaba que viviera tan lejos de lo que era el centro de la ciudad, ni que nos acercáramos cada vez más a las afueras de la ciudad donde todo era más barato pero si más peligroso vivir, miré de vez en cuando a Salazar, me preguntaba como gente como él podía vivir allí con aquellos conocimientos que decía tener, no me cabía en la cabeza.

Cuando estuvimos delante de lo que era el edificio de habitaciones de Salazar me quedé un poco boquiabierta por la poca seguridad pues con un simple golpe seco, se había la puerta principal. Observé a Salazar de nuevo y esta vez me dio más pena aún del estado en el que vivía. Al entrar al fin en su habitación podía hacer una imagen del tiempo que podría haber pasado aquí, con una simple cama, una cómoda y poco más. Ví como en menos de un minuto había recogido todo- ¿Estás... seguro que no se te olvida nada?- le miré sin saber que cara ponerle en realidad, creo que más bien me mostré seria.

Me quedé en el marco de la puerta, sin creerme que con dos camisetas y tres grandes libros era lo único que tenía. Que triste...

por **Salazar Phantomhive** Dom Oct 28, 2012 1:05 pm

Miré a mi alrededor y después miré los ojos azules de Fiolette.- Estoy seguro.- Miré mi bolsa.- No se necesita nada más para vivir.- Me colgé la bolsa en el hombro. Y salimos de mi cuartucho. En la escalera nos encontramos una de mis vecinas. Una mujer de curvas que miró a Fiolette de arriba abajo antes de mirarme a mi.

-Señor Salazar ¿Se va usted de aquí?- dijo con voz triste. Pero después dibujó en su rostro una sonrisa pícara.- Pero ¿vendrá a verme, no?- Después me plantó un beso en la mejilla.

-Claro, Roxanne.- mentí.- Vendré a verte siempre que pueda.

Dejamos aquella mujer detrás y cuando salimos a la calle contemplé el rostro de Fiolette y solté una carcajada.- Está loca por mi. La conosco desde que me mudé a ese edifcio. He tenido ratos agradables pero en fin, ya no la volveré a ver más.- me encogí de hombros. -Vayamos ya a su casa, mi Lady.

Lo primero que hice fue que la saqué de aquel lugar. Aquellos barrios eran peligrosos y no tenía gana de encontrarme con ningún desalmado. Por lo que andé deprisa y ella, por consecuencia, también tuvo que andar deprisa. Cuando porfin dejamos la parte más peligrosa de París empecé a caminar más lentamente.- Lady, ¿tiene usted más pariente aparte de su padre? Quiero decir, viviendo con usted. Y bueno me gustaría que me hablara de las criadas que creas que son leales ati. A esas serán las priemeras que investigue. Si son inocentes y leales a ti no tomaré represarias.- Era necesario que me hiciera un plan mental de como debía actuar.

por **Fiolette Himmel** Jue Nov 01, 2012 6:55 am

Asentí mirádole cuando me sustuvo la mirada, observándome como si mi pregunta fuera un poco ilógica, no creo que yo pudiera vivir de esa manera nunca... nunca. Suspiré cuando miré por última ves el cuarto de aquel hombre, totalmente pobre y no humilde, no es que no lo fuera es que vivir así no podía ser ni digno ni humilde.- Está bien... - dejé que él saliera primero y luego salí yo para comenzar a bajar las escaleras mientrás él cerraba la puerta y me seguía. Paré cuando una mujer esperaba en el rellano, me echó una mirada que no podría describir exactamente como... como podría representarlo más bien para que lo entendiéraís...

Seguí bajando las escaleras y salí a la calle mientras el señor Salazar se despedía de su vecina o conocida mejor dicho más bien por su petición hacia él, no quise saber nada de ese tema. Claramente que no me esperaba que saliera tan pronto por lo que mi cara de asombro hizo que tuviera que darme una breve explicación que en realidad no quería y que además sobraba- No se preocupe, su vida y sus conocidos están fuera de mi conocimiento y en también de su trabajo, si quiere verla o no, no es de mi incumbencia querido- sonreí de medio lado comenzando a seguirle el rápido paso hasta que de un callejón en mejores condiciones que las de su barrio y salímos hacia una de las calles principales de la ciudad. Fue entonces cuando tuve que detenerme un segundo para cambiar mi paso a uno más lento.

Suspiré y negué aliviada por lo que dijo- No, no vivo con mi padre. Para mi suerte él vive lejos y muy al norte. No hay ninguna criada que pueda ser amiga o de confianza, quizás... no, no lo creo. Puede ser que la cocinera pueda serlo, pero no hablo con ella, las criadas andan por toda la casa y según el protocolo la cocinera no puede salir de la cocina y tiene que salir por la parte trasera. No creo que sea mala persona, solo hace su trabajo que por cierto es exquisito y se va a su casa a hacer sus quehaceres- le miré de reojo- Usted al ser hombre y mayordomo podrá entrar y salir por donde desee, es el mayor rango de un criado, usted mandará a partir de ahora sobre las criadas en vez de yo y así mantener la casa intacta, la comida preparada, me servirá y se preocupará de reunir a las criadas cuando venga algún invitado a mi casa y den la bienvenida- sonreí aliviada Y no, no vivo con nadie más, ni tengo familiares en Paris tampoco- "ojalá no fuera así" pensé dolida.

por **Salazar Phantomhive** Lun Nov 05, 2012 5:06 pm

Bueno, había que admitir que la idea de que Fiolette viviera sola, es decir, sin ningun familiar, facilitaba mucho las cosas. Ella no tendría que darle explicaciones a nadie y yo... podría ir a mis anchas. Fiolette tenía prohibido hacerme preguntas y eso era lo mejor. Aunque siempre tendría preparada alguna escusa. La chiquilla no es tonta y cuando empezaran a desaparecer sirvientas me pediría explicaciones. Aunque también me podía ganar el silencio de algunas jóvenes con un poco de lujuría. Nadie era un santo. Fue entonces cuando me paré a pensar en todas las responsabilidades que me acababa de echar encima. ¿Sería capaz de hacerlas? Claro que sí. Yo podía hacer muchas cosas y si todo estaba bien organizado sería fácil. Lo mejor de todo es que podría comer. Me llevé una mano al pecho. Se me notaban algunas costillas. ¿Sería capaz de dormir todos los días? Me había aconstumbrado a dormir solo unas horas. Y bueno me podría bañar todos los días. No me pasaba eso desde que había estado en la Iglesia. Me alegré. Quizás alargara mi trabajo solo para poder vivir bien todo aquel tiempo.

Las calles cada vez eran más limpias y más amplias. Se notaba que estabamos entrando ya en los mejores barrios. ¿Cómo podía ser tan distinto una misma ciudad? Bueno teniendo la débil situación política que estaba viviendo en estos momentos Francia no era de extrañar que estuviera así la ciudad.

Cuando querimos darnos cuenta ya estabamos delante de la puerta de la mansión de Fiolette. Miré a mi nueva jefa.- ¿Me imagino que yo debo entrar por la puerta de atrás? - le sonreí amablemente. Lo que más me apetecía era un baño y dormir. Porque seguro que si comía algo me pondría malo. Tenía tan cerrado mi estómago que debía empezar abrirlo poco a poco.

por **Fiolette Himmel** Miér Dic 19, 2012 9:34 am

Estuvimos los dos totalmente callados, ninguno dijo nada de nada, yo de vez en cuando daba algún que otro suspiro sopesando mis pensamientos dentro de mi mente. El señor Salazar debía parecer un buen mayordomo, sino... la tendría cruda ante la apariencia de aquel hombre que parecía y vivía como un varón humilde no lo siguiente podría decirse. Contanto que lo que era suyo solo podía meterlo en una sola bolsa. Elevé la mirada observando una vez más la fachada de mi lujosa casa, las luces estaban apagadas, las dos sirvientas dormían en la parte trasera de la casa, la cocinera estaba en su casa con sus hijos asique tendrían vía libre para entrar.

Fiolette giró su rostro con una sonrisa muy cálida- No querido señor Salazar, los mayordomos entran y salen por la puerta principal de la casa sin problemas- dí un paso, cogiendo mi bolsa y agarrando rápidamente mis llaves, escogí la pieza metálica determinada para abrir la puerta- Espero que le guste el olor de las violetas señor Salazar...- sonreí más pues tenía casi por todos lados violetas, la casa había terminado acogiendo aquel aroma tan especial y calmante. Tenía violetas de muchos tipos, cada una tenía un toque especial en su olor y en conjunto el olor era tan... sosegante, con un toque cálido... cuando entraba en su casa, ella creía sentía paz nada más entraba en su hogar, aunque no fuera exactamente así pero bueno.

Abrió la puerta fácilmente con la luz de las farolas que había y entraron los dos, luego cerró para que nadie entrara a robarle. Al entrar Fiolette aspiró hondamente, inhalando el aire aromático de sus flores preferidas- Señor Salazar, me ayudará a prepararle un baño caliente porfavor y mientras, usted se bañara y le iré preparando un caldo suave de mi tierra, no es para nada algo... difícil de tomar, además le dejará la barriga llena y caliente listo para acostarse y descansar en la habitación de invitados. Mañana le llevaré a una tienda para comprarle ropa nueva y pueda tirar esa más...- no quería herirle del todo con sus palabras- Bueno... ¿Está de acuerdo?

por **Salazar Phantomhive** Mar Ene 22, 2013 2:59 pm

Desde luego la fachada de la mansión era sorprendente. Daba clara muestra de poseer una buena suma de dinero y yo había pasado de vivir en una habitación cutre a una mansión. Me prgunté cómo sería la mansión que habría tenido mi familia en tiempos pasados. Seguramente habría sido más grande que ésta y más lujosas. Cierto era que el dinero nunca me había llamado, no lo consideraba importante. Esa educación la recibí del padre Josep. Un cura no podía desear tener posesiones. - Bueno, no he sido mayordomo y nunca he tenido uno, desconozco algunas cosas pero no se preocupe se adaptarme muy bien a las nuevas situaciones. - Violetas... la realidad era que las flores también me daban igual pero si el olor era agradable no tendía problemas para convivir con ellas.

Entramos en la casa todo aquel lujo me cohibió un poco. No estaba aconstumbrado a tanto. No tardó en llegarme ese aroma delicioso de las flores. La verdad que hacían un efecto relajante. Quizás debía intentar usar las esencias de las flores para algunas de mis pocimas. Una pocima del sueño era muy útil en muchos casos. Acepté la bienvenida de Lady Fiolette con una sonrisa en los labios. - Solo tienes que decirme donde están las cosas, Lady Fiolette y yo prepararé mi baño.- No pude evitar sonreír. Ahora, en aquel ambiente, se debía verme menos saludable que antes.- Si así lo deseas iré con usted a comprar ropa. Pero esta las guardaré, my Lady. Nunca se sabe cuando debes ir de incóndito por las callejuelas de Paris, y creo que usted, si da esos paseos nocturnos, debería aprender.- Pasearse con sus ropas por la noche eras como decir: "Robadme soy una dama idefensa". Pensé divertido. Seguramente aquella noche no dormiría. Nunca dormía la primera noche bueno, casi nunca dormía.

Entonces ambos empezamos a caminar hacia algún lugar, debía conocer aquella casa si quería coger a más de una espía.

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