Chain [Libre]

por **Junno Kimura** Mar Dic 04, 2012 8:48 pm

Junno resopló. En esos días no le había sido posible ir y hacerse cargo de la limpieza de la mansión. Y ahora que estaba ahí se encontraba con la desgradable vista de un jardín con un par de cádaveres que debía limpiar. Odiaba eso, pero no había tenido más remedio, sabiendo la ausencia que tendría de aquel lugar en esos días. Había envenenado el jardín con una sustancia que había pacientemente mezclado para que las plantas lo absorbieran, así la fragancia que se liberaba era tan letal como cualquier otro veneno en sus anaqueles. Entró a la casa viendo con desaprobación la capa de polvo que se había formado, se tomaría su tiempo en dejar aquello impeclable.

Pero primero, los cuerpos. Tomó una pala y algunas otras herramientas antes de volver y jalar aquellos bultos hasta la parte posterior de la mansión. No iba a dejarlos en el jardín, arruinando el césped en este. Empezó a cavar sin snetir para nada ni un atisbo de los efectos del veneno al que él estaba acostumbrado. Aún así, llevaba el antídoto consigo, a veces pasaban las cosas y era mejor estar preparado, claro que era más por si alguien o algo quedaba atrapado en su efecto. El era imposible que muriese con eso. Su cuerpo transpiraba una sustancia tóxica, y era por eso que en gran medida evitaba el contacto directo, aunque siempre traía un abrigo encima, incluso en el verano, lo cierto es que era mejor cuando el clima era fresco o frío, se sentía más a gusto de esa manera. Y para su fortuna -o bien lo contrario-, la mayoría a su alrededor eran sobrenaturales, no podrían caer bajo el efecto de esto.

Todo iba bien hasta que estaba enterrando el segundo cuerpo. Sus sentidos le alertaronde una presencia más cerca de aquel lugar. Era diestro como asesino y con las circunstancias como estaban últimamente tenía más cuidado del habitual. Deslizó una las dagas escondidas entre sus ropas hasta su mano. La hoja tenía una de sus creaciones más hermosas. Capaz de matar a todo, salvo tal vez a un vampiro. Siguió con lo que hacía, pero con la mente en su alrededor, más que en su tareade empezar a cubrir al sujeto que había tenido la mala suerte de, probablemente, querer robar en la mansión de la Medianoche.

por **Noel Rorschach** Sáb Dic 15, 2012 11:48 pm

La feliz combinación de circunstancias fortuitas...
Walter Scott

Corre que corre, aquella mujer corría esquivando todo a su paso con unos reflejos que debía agradecer a la naturaleza que poseía pero incluso de esa manera llegaría tarde, estaba segura.

- Demonios, soy una torpe. Como pudiste olvidar algo que llevabas tanto planeando -

Aquello no estaba lejos de la realidad en aquellos momentos. Layla aquella que corría intentando atrevasar a todo esperaba llegar a una cita que había olvidado completamente y solo momentos antes había sido capaz de recordar.
Esperaba con demasiadas ansias aquel encuentro con un amigo hecho recientemente dado que no podian verse mucho pero ahora todo saldría mal, ella llegaría tarde bastante tarde por como pintaba el camino por lo que opto por hacer algo fuera de lo común.

Se alejo de las calles, se acomodo su vestido color perla doblandolo y haciendole una especie de nudo extraño que le permitía moverse con más libertad, suspiro profundo preparandose para lo que vendría.
Las residencias del sitio en el que se encontraba ahora eran bastante elegantes y tenián patios enormes por lo que penso que correr entre ellos no le haría mal a nadie y le ayudaria también a llegar a tiempo.

- Bueno aqui vamos un simple juego de niños -

Se situo en un sitió donde nadie que fuese por la calle le vería solo por precausión, no fuera a ser que pensaran que iba a robar una de las extravangantes casas del lugar; pero más que casas aquellas eran simplemente mansiones.
Salto una reja metalica y aterrizo del otro lado echandose a correr una vez se sientió firme en el cesped. Corria y pasaba rejas lo más rapido que podía, tanto que sintió que podría llegar a tiempo o al menos lo penso de esa manera hasta que salto a una mansión que tenía un olor bastante peculiar. Cuando intento correr en aquel gran patio se vio forzada a abandonar la idea puesto que se estaba sintiendo un tanto extraña y no sabía porque; pero no podía detenerse ahora asi que camino esperando que la extrañeza que sentía pasara para retomar su carrera.

por **Junno Kimura** Miér Ene 02, 2013 1:22 am

Se tomó su tiempo en enterrar al sujeto al notar que el acercamiento no ocurría. Dejó la pala sobre el montículo de tierra y se dirigió hacia lo que había causado antes aquella intrusión. Cuando vio a aquella figura caminando por los jardines se detuvo un momento observando que ella empezaba a moverse con dificultad. Tras haberla observado se acercó rápidamente, ella no parecía estar ahí para robar o hacer algún daño, al menos eso le dijeron sus sentidos.

Le tomó del brazo al estar lo suficientemente cerca, no quería otro cadáver ahí y sin esperar le obligó a seguirle al interior de la casa, solo porque si se quedaban ahí ni el antídoto iba a hacer lo necesario. La puerta soltó un rechinido cuando hizo girar las llaves al abrirlas -Discúlpeme... Siento mis modales, pero no creo que sea buena idea que pasee por estos jardines - Le alzó ligeramente al sostenerle a la hora de llevarle por la sala hasta uno de los sillones, menos mal estaba decentemente en orden y aunque estaba aquella fina capa de polvo que apenas había decidido limpiar después de que se hiciera cargo de los cuerpos, de momento no era su preocupación.

Incluso si hubiese resistencia ahora por parte de ella en que le hiciese ir hasta allí, no lo notó, estaba concentrado y le sostuvo por los hombros para ver bien sus ojos y ver qué tanto veneno había aspirado -Tu cuerpo... seguro que ya no puedes moverte con libertad -Dijo irguiéndose y sacando del saco un frasquito de cristal -¿Podrías beber esto?- Se lo acercó pensando que tal vez debería explicarle un poco pero no podía perder demasiado tiempo y dejar que aquello avanzara más de la cuenta.

por **Noel Rorschach** Vie Ene 04, 2013 1:49 pm

La confianza es la tranquilidad con que la mariposa se aposenta encima de un cocodrilo.
José Víctor Martínez Gil

Con cada nuevo paso sentía más dificultad para moverse, quizás el extraño olor que ese patio emitía era la razón, pues hasta momentos antes de llegar a ese lugar se encontraba en perfecto estado.
Se mordió el labio con fuerza intentando de esa manera tener la suficiente fuerza como para caminar y lograr alejarse de ese infernal sitio donde los olores afectaban al cuerpo, se enfocaba tanto en aquello que se había propuesto que no se percato del extraño que la miraba desde la distancia y que emprendía el camino a su dirección.

Se sobresalto cuando una mano tomo su brazo, haciendola girar a mirarse el brazo y después a quien le tomaba. Un chico de cabellos negros que rápidamente le obligo a caminar en dirección a la mansión. Quedo muda ante la repentina aparición y el cambio de rumbo, a pesar de que intento zafarse del agarre le resulto imposible, por lo que como una buena chica siguió con pasos forzados al joven.
Enarco ligeramente la ceja, como si no hubiese ella notado ya que no era buena idea andar por esos jardines. Lo había descubierto y tal parecía ser que a la mala.

Fue llevada hasta la sala de aquella mansión, de haber estado en otras circunstancias sin duda hubiese mirado todo a su alrededor pero en aquellos momentos lo único que deseaba era salir de ahí con vida. Se sentía presa fácil ahora y eso no le agradaba para nada.
El joven de los cabellos negros le hizo observarle a los ojos, escucho aquello que le decía y solo acertó a asentir levemente.
De reojo se percato de que el chico sacaba algo de su saco. Su pulso se acelero, estaba segura de que aquel sería su final pero frente a ella apareció un pequeño frasco de cristal. ¿Debería beber de él? No estaba segura pero su mirada se poso nuevamente en la de quien sostenía el frasco y al mirarle decidió confíar, igual y si no lo hacía lo más probable es que acabaría muerta.

- Si puedo -

Emitió esas dos palabras con un hilo de voz, esperando lo mejor.

por **Junno Kimura** Mar Ene 08, 2013 3:54 pm

Sonrió ante la respuesta afirmativa de la chica. Él solía sonreír todo el tiempo, pero al verle antes no lo había hecho, pues aquello tenía prioridad. Realmente, tener que cavar otro hoyo en esas tierras no le agradaba en lo más mínimo. Si pudiese y tuviese el tiempo los llevaría a algún otro lugar, ese jardín era como su propiedad, los dueños de la mansión no se preocupaban de lo que él hacía en ese lugar, al fin y al cabo esos venenos no les harían daño, no el suficiente, como a ella. Pero ante todo era un mayordomo y al estar un poco más tranquilo esa actitud servicial volvía a notarse un poco más. Con sus dedos enguantados destapó el frasco. Si él no los hubiese llevado probablemente ella estaría inconsciente. Con el esfuerzo físico que había conllevado cavar, aquel veneno que transpiraba solo habría hecho un mal peor a quien estaba frente a él. Se inclinó hacia ella, sosteniendo el antídoto para hacerle beberlo. Alzó su rostro con delicadeza al tomar su mentón al acercar a sus labios el pequeño contenedor.

-Estará bien en unos minutos una vez que haga efecto - Se aseguró de que tomara lo necesario o decir eso no tendría sentido. Una vez que lo hizo se irguió frente a ella, con ese porte al que estaba tan acostumbrado, como si esperara alguna indicación. Un asesino bien entrenado, eso era lo que era para muchos, un sirviente para otros. Dependía cuál lado de la moneda terminasen viendo al encontrarse con él.

Se inclinó hacia ella en una ligera reverencia -Siento mucho esta situación. No esperaba que alguien como uste cruzase los jardines, madmoiselle - No en su presencia cuando menos. Volvió a sonreírle con una cálida sonrisa, ella estaría bien, en cualquier caso. Así que no estaba preocupándose en ese instante.

por **Noel Rorschach** Miér Ene 09, 2013 7:15 pm

Según vamos adquiriendo conocimiento, las cosas no se hacen más comprensibles, sino más misteriosas.
Albert Schweitzer

Layla estaba confiando de verdad en él, no dudo en beber el contenido del frasco incluso a pesar de que lo que le daban era completamente desconocido para ella. Pero desconocido también era el olor que antes la había dejado así.
Aquel parecía un momento lleno de cosas desconocidas, cosas que ella dudaba volver a encontrar después de aquella noche en la que su destino como sirvienta de la luna llena comenzara. Pero ¿creía acaso que lo conocía todo? Si ella lo creía, era testigo de tanto que no esperaba encontrarse nada nuevo. Que equivocada había estado.

Asintió a las palabras del joven. No poder moverse bien resultaba un infierno, ahora solo le restaba esperar unos minutos como el le indicaba para volver a sentirse normal. Llevo su mirada a él, que estaba parado frente a ella. No parecía ser el dueño de aquella mansión, olía a tierra.

Debe ser el jardinero. Simplemente excelente fui rescatada por le jardinero de una mansión venenosa.

Veneno… cierto, aquello le afectaba a ella pero él, parecía inmune a aquello pues estaba de pie, frente a ella e incluso la había llevado dentro de la mansión y no tenía ninguna dificultad a moverse. ¿Importaba realmente que pasaba ahí? Si y no. No, porque comenzaba a sentirse mejor, su cuerpo le decía que estaba preparando para emprender carrera en cualquier momento. Si, porque comenzaba a preguntarse sobre los que habitaban en aquella mansión que…
Frunció el ceño ligeramente de manera repentina, capto un ligero olor… bastante tenue como para estar segura, no provenía del jardín o de algún sitio de la casa si no del chico… un ligero olor a cadáver.
Todo aquello era muy extraño, de verdad muy extraño pero solo necesitaba aguantar un poco, sentirse mejor, salir de ahí y olvidar todo eso… justo como solía olvidarlo todo, borrando de su mente todo rastro de esa mansión, el chico, el olor hasta dejar solo un lugar en blanco…uno más de tantos.
Pero si todo aquello lo iba a borrar por lo menos saciaría su curiosidad momentánea y que mejor forma de hacerlo que comenzar con las palabras que él le dirigía. Poso su vista en los ojos ajenos, y no intento sonreír a pesar de que él si le sonreía; aquello de las sonrisas era inútil para ella, las sonrisas surgían en contadas ocasiones desde hacía años, claro que sus labios no se mantuvieron inmóviles, se movieron no para sonreír si no para hablar.

- Llevaba algo de prisa por eso he tenido que cruzar varios jardines. Pero no me esperaba cruzarme con un jardín venenoso, parece ser que esta mansión es de suma importancia y no quieren ninguna clase de intrusos - guardo silencio unos instantes sin despegar la vista de la ajena, solo para retornar a las palabras poco después - Me pregunto…¿Usted esta bien? ¿No le hace daño?

por **Junno Kimura** Vie Ene 11, 2013 2:00 pm

Junno escuchó al fin sus palabras notando que ella estaba mejor conforme pasaban los minutos, eso le dio cierto alivio. A él no le importaba demasiado responder tampoco a sus preguntas, bueno, sin llegar a dar información que no debiera caer con otras personas, más por recaución, nunca sabías a donde iba a llegar. Esa muchacha, por ejemplo, no sabías con quien más se cruzaría y si alguno de esos encuentro llegaría a relacionarlos a ellos.

Sonrió como si le hubiese preguntado cualquier otra cosa común, como qué hora eran a esas alturas o algo más -Ha sido una suerte que yo haya estado aquí o realmente habría estado en problemas, señorita - Como los sujetos recién enterrados en el patio, por supuesto - Justo ahora, nadie vive en esta casa, sin embargo, como puede observar... -Se refería a todo los muebles y cosas que ahí había -...Aún posee todas las pertenencias de los dueños - Al fin y al cabo los dos propietarios se habían ido y se habían llevado bien nada o algo insignificante consigo, todo seguía ahí en su gran mayoría.

Como el mayordomo que era, por supuesto que se había tomado la molestia de ir y asegurarse de que estuviese todo en orden y sin problemas, pero conforme habían sucedido las cosas, los lapsos en los que se aparecía por ahí variaban en un par o más de días -Ese veneno... es nuestro sistema de seguridad- Le hizo gracia la última pregunta, pero eso le decía que ella prestaba la suficiente atención para notarlo.

-No, madmoiselle, soy inmune a ese y a muchos otros venenos...- Se pensó un momento antes de decir algo más que eso. Aquella sustancia en el jardín, por muy poderosa, jamás le haría daño or una simple razón, llevaba mucho tiempo acostumbrado a ella -El jardín... -agregó -El veneno en él, lo he creado yo... - Dijo con tranquilidad manteniendo su postura mientras le veía con fijeza, asegurándose de que ahora el efecto hubiese en su mayoría desaparecido.

por **Noel Rorschach** Lun Ene 14, 2013 9:24 pm

Habla en voz baja, habla despacio, y no digas demasiado.
Anonimo

Todo parecía normalizares en ella con la misma velocidad con la que todo había ido mal en un principio y el jardinero comenzaba a hablar lo cual distrajo su mente de los pensamientos anteriores de huida del lugar y abrió más espacio en su curiosidad del momento.

Suerte para ella era el hecho de que no fuese una humana común y corriente, o al menos ya no. De haber estado en otras circunstancias seguramente habría muerto irremediablemente incluso a pesar de que él hubiese estado ahí.
Escuchaba atenta las palabras del joven. Una mansión solitaria era un buen punto para los ladrones y personas ventajosas así que el hecho de que hubiera seguridad era obvio… hasta cierto punto.

Una mansión abandonada por los dueños, pero aún así se mantiene en excelentes condiciones. La excepción es claro la ligera capa de polvo sobre las cosas pero por todo lo demás luce bastante habitada.

- Es una lastima, la mansión da la impresión de ser completamente hermosa por todos lados pero para que tanta hermosura si nada esta aquí para contemplarla.

Se enfocaba en ver al joven pero de vez en cuando si mirada se desviaba para poder captar más detalles de la mansión o sus habitantes cosa que no le costaba mucho por cortas que fueran sus observaciones a lo que no fuera su salvador.

- Un sistema de seguridad muy extremo ¿no lo cree? - cruzo entonces Layla los brazos sobre su pecho y enarco la ceja mientras miraba con cada vez más curiosidad ya no a la casa ni a rastros de quienes vivieron ahí, si no al que se encontraba frente a ella - Una cualidad bastante peculiar esa de ser inmune ¿A qué se debe? - la pregunta fluyó de sus labios y mordió ligeramente su lengua, ahora se estaba metiendo en cosas que la verdad no debería interesarle conocer - Lo siento, pregunte algo que no debía - se movió ligeramente en el sitio donde se encontraba sentada, ahora podía hacerlo con normalidad o eso sentía ella - ¿Es usted entonces un jardinero que hace venenos como sistemas de seguridad? - aquella pregunta era menos personal que la anterior eso la hacía más fácil de responder. Ella de verdad que ahora solo quería conocer un poco de aquel lugar y del joven incluso aunque eso significara hablar un poco de ella y sobre todo olvidar por completo que tenía una cita a la cual ya no llegaría.

por **Junno Kimura** Jue Ene 17, 2013 10:25 pm

El solo sonreía como como si sus palabras fueran algo que no le causara ningún desconcierto -¿Te parece hermosa? Cuando estaba habitada lo era aún más - Hablaba en serio, ahora tenía ese aspecto ligeramente lúgubre y si uno prestaba atención el aura en ese lugar había cambiado, fuese por que no estaban o por alguna otra razón, pero lo había hecho.

La apariencia era realmente diferente para quien la hubiese visto antes, había perdido alguna clase de luminosidad, las casas cambiaban cuando se las abandonaba. Como algunas que se derrumbaban al poco tiempo incluso si su estructura no tendría porqué haber sufrido un daño como los que mostraban en tan poco tiempo. Eran cosas que no se explicaban pero que sucedían.

Tuvo que reírse aunque recobró medianamente la compostura -No soy un jardinero, madame - Espero a que su risa se desvaneciera para poder hablar como era debido -Soy el mayordomo de esta casa, aunque debo admitir, que también hago el trabajo de jardinero cuando es necesario y de otras tantas cosas - Si, normalmente se encargaba de todo incluso de lo que no debería. Aunque tenía personas capaces bajo su mando en las que podía confiar de no estar él, pero la mansión de la medianoche había sido abandonada y nadie solía estar ahí. Kei al parecer había vuelto un par de veces, había visto los rastros de sus visitas, pero nada más.

Pareció pensarselo antes de decir mucho más -Soy inmune porque mi familia ha estado aprendiendo desde hace generaciones - Descubrió una de sus manos quitándose el guante -Mi cuerpo procesa el veneno y hay uno corriendo por mis venas- susurró contándole algo que pocos sabían. Salvo los más allegados, porque de algún modo lo habían notado -Puede ser un poco extremo, el proteger esta casa con algo como esto... pero no pensé que alguien, salvo los ladrones fuesen a acercarse...- Los animales evitaban el lugar, pero las personas podían ser más inconscientes. Le sonrió -¿Puede oler el aroma a Violetas? Le gustaba a mi abuelo, en las épocas de calor, mi cuerpo transpira veneno, es prácticamente inoloro, pero seres como vampiros o licanos podrían percibirlo...- El perfume era en parte una marca y ocultaba esa parte de él porque podría serle de utilidad en algún momento.

También era una especie de réquiem en nombre de su abuelo que había muerto hacía ya tiempo, quien le había enseñado las bases para llegar a ser tal y como era ahora. Desde sus conocimientos sobre plantas y herbolaria, hasta como comprtarse, incluso si le consideraban un loco por creer en historias que parecían más fantásticas que reales.

por **Noel Rorschach** Vie Ene 18, 2013 10:17 pm

La confianza es madre del descuido.
Baltasar Gracián

- Lo siento, pero como estabas en el patio… bueno supongo que ahí estabas si no de que otra forma me hubieras visto mientras pasaba, en fin pensé que eras el jardinero y lamento la equivocación que he tenido.

Agacho la mirada, mirando a sus brazos que continuaban cruzados sobre su pecho. El joven era un mayordomo que si bien Layla se daba el lujo de juzgar debía ser de los importantes o él más importante pues no a cualquiera se le deja la responsabilidad de una mansión como aquella, muchas personas eran sumamente desconfiadas o quien aseguraba que las personas que contrataban no terminaran siendo los que se robaran las pertenencias de los señores de los lugares.
Volvió su mirada al joven cuando este explicaba un poco sobre su inmunidad mientras los ojos de Layla se abrían de par en par. Él estaba diciendo que por sus venas corría veneno cosa que ella creía imposible, pero viendo todo desde otro punto de vista el cuerpo se acoplaba a todo cuanto podía para mantenerse con vida fuese lo que fuese que intentara acabar con él, en el caso de él se había acoplado al veneno hasta hacerlo parte natural de si mismo.

- Vaya que interesante, debe ser en parte muy bueno ser inmune a los venenos pero ¿No es peligroso para aquellos que estén cerca eso?- descruzo entonces su brazos, en un signo inconsciente de que bajaba más la guardia ante él, o las guardias que aún intentaba mantener ya que desde que había bebido lo que él le daba gran parte de sus barreras ya estaba abajo.
Resoplo ligeramente molesta, el veneno aquel era un absoluto peligro para quienes fueran descuidados justo como ella - Pues has visto ahora que no solo los ladrones tienen la necesidad de entrar en jardines ajenos, las personas con prisa también debemos hacer cosas como esta de vez en cuando - su molestia no duro mucho, solo hasta que termino de decir aquello después de todo él no tenía la culpa de que ella hubiese sido tan descuidada.

Solo cuando él hablo del aroma de las violetas ella olisqueo para darse cuenta de que tenía razón y asintió sin darse cuenta. Doblemente descuidada por no darse cuenta de aquello antes pero las prisas le hacían olvidar que debía sobre todo cuidarse a si misma aunque fuese un poco.

- Parece entonces que eres algo más que un simple y sencillo mayordomo ¿O me equivoco? porque eres el primero que conozco que transpira veneno, bueno corrijo eres el primero con quien me topo y tienes razón el olor es casi imperceptible.

Cerro los ojos olisqueando un poco un más, ahora que descubría eso lo mejor sería no olvidar el olor para evitar futuros envenenamientos si es que existían más como él. En ningún momento cruzo por su mente el hecho de que el hablaba de vampiros y licanos, lucía como si aquello fuese algo que todos sabían cosa que no era de esa manera. Incluso mencionaba lo de su olor como si fuese lo más normal del mundo hablar así con desconocidos venenosos.

por **Junno Kimura** Lun Feb 04, 2013 3:15 pm

En realidad, la inmunidad y la condición que tenía eran producto no solo de lo que él había hecho, era por sus antecesores. Poco a poco, se había modificado en ellos ese simple hecho. Había nacido con esa exención que le libraba de preocuparse de ser envenenado. Muy probablemente esa era la razón de que él hubiese sido escogido por su abuelo para pasarle todo aquel conocimiento, no había sido su único alumno. El clan al que pertenecía tenía varias personas que se encargaban de labores como las suyas. Sin embargo, el que él estuviese ahí en París, significaba que entre todos, era el más apto para estar directamente con el vampiro al que le debía lealtad.

Ella era perspicaz. Sonrió, haciendo esa pregunta sin dudar –Lo es, pero para ello tendría una persona que estar en un contacto mayor… Cuando transpiro o si llego a sangrar, entonces debo cuidar más la forma en que me acerco a otros – Le dedicó una mirada que no dejaba ver mucho lo que pensaba –No me parece difícil, señorita, ha sido así toda mi vida, así que comprenderá que no puedo verlo de una manera distinta- Como mayordomo nadie desconfiaría de sus habilidades, incluso si era un asesino, jamás descuidaba las labores que como tal debía cubrir. Incluso si no era con la persona que debía estar, no podía dejar de comportarse de esa forma. Ahora vivía rodeado de seres sobrenaturales. No se preocupaba, sabía bien las limitaciones que tenía al ser un simple ser humano. Sin embargo podía ir y venir, aparecer sin que nadie se percatara de su presencia. Eso lo hacía peligroso y sin que lo supiera, bastante temible en ocasiones –Y normalmente las personas cerca de mi no corren ningún peligro… - En parte porque en su mayoría eran vampiros, por otra porque era bastante cuidadoso cuando debía serlo.
Se rió de forma controlada–Ciertamente puede que no solo ladrones crucen por aquí, pero debe tomar en cuenta de que tampoco deberían hacerlo…- Levantando el dedo índice como si proclamara algún punto –Incluso si hubieses captado el olor, hubieses pensado que había probablemente flores en los jardines, así que es común que dejen pasar ese factor – Se acercó, no se sentó junto a ella, permaneció de pie con esa postura perfecta –Este olor, es como mi sello – dijo viendo que seguía olisqueando –Si vuelves a percibirlo, es porque probablemente yo este cerca. Son muy pocos los venenos a los que les pongo una fragancia, es mejor que no la tengan - No sabía porqué le decía eso, tal vez por su conjetura de que no era un simple mayordomo.

-Soy el mejor mayordomo que vayas a encontrar – El esbozo de sonrisa solo aumentó la expresión llena de confianza y autosuficiencia que emanaba –No hay una orden que como tal no fuese capaz de llevar a cabo – En realidad, se suponía que ser el mayordomo de aquella casa iba a ser solo una cubierta, pero tan obstinado y serio que era con todo lo que hacía, eso aunado a su obsesión porque todo estuviese en perfecto estado u orden, le hacía bastante eficiente. Sonreía demasiado, pero lo hacía de forma inconsciente. Hasta ahora, probablemente la única cosa que no había logrado era crear un veneno que fuese capaz de matar a un vampiro, pero podía usar otro tipo de armas si se le pedía algo como eso -Me temo,sin embargo, que he interrumpido su camino, llevaba prisa y ha terminado aquí, así que debo disculparme - Dijo mientras se inclinaba ligeramente en una señal de ello.

por **Noel Rorschach** Miér Feb 06, 2013 6:17 pm

La gratitud es el único secreto que no puede revelarse por sí mismo.
Emily Dickinson

Escuchaba manteniendo completa atención a cada una de las palabras de su interlocutor, no perdía detalle alguno.
De manera inexplicable se sintió triste cuando el menciono el asunto del envenenamiento por contacto mayor, no era aquello algo que le impedía entonces estar cerca de personas normales y en algunos casos incluso de personas sobrenaturales como ella. Una existencia en soledad era el precio por una defensa tan magnifica e inesperada como aquella, bueno tal vez ella estaba exagerando y la verdad es que no conocía nada de como funcionaba el cuerpo del joven; con trabajo conocía la forma en la que su cuerpo de licántropo reaccionaba a las cosas.
Las palabras que siguieron removieron un poco de sus dudas y de la tristeza. Había vivido entonces él de esa manera toda su vida así que debía conocer perfectamente como llevar a cabo todo y como estar cerca de otros.

- Entiendo - si las personas cerca suyo no corrían peligro todo estaba bien e igual y debía ser momento de dejar de preguntar tanto sobre eso, volverse simplemente alguien agradecida de haber recibido ayuda en el momento justo. De hecho comenzaba a hacer memoria y si esta no le fallaba era una completa grosera, pues en ningún momento agradeció la ayuda recibida. No era que no fuese su intención no agradecer si no que se sumió en otros asuntos que considero más importantes primero.

Asintió a lo que él decía, era cierto que nadie debía cruzar por jardines ajenos pero aquella era una situación de emergencia así que en esos casos todo era valido.
Aquel olor ya estaba grabado en ella, solo había que ver que tan grabado como para que en ningún momento se borrase, igual y su mente solo eliminaba lo que no le agradaba y aquel olor era necesario recordarle por lo que no tenía duda que el recuerdo de ese olor duraría un buen tiempo en si memoria.
No emitió comentario alguno sobre los venenos, pero algo dentro de su ser le dijo que el que los venenos no llevaran olor se debía a que de esa manera no daban advertencia alguna y se volvían más letales; pues aquellos que olían, incluso aunque fueran a cosas agradables como flores ya estaban dando cierta advertencia y uno no puede saber, quizás exista alguien suficientemente listo como para saber que el olor trae consigo algo malo.

La tristeza anterior se desvaneció por completo, generando en ella una sensación de gozo, pocas veces era capaz de toparse con alguien que se sintiera tan orgulloso con respecto a lo que hacía y eso era simplemente digno de admirarse.
Ladeo ligeramente el rostro cuando se disculpo con ella, igual y las cosas habían pasado por algo. Ya tendría tiempo para disculparse con quien había quedado de verse; así que bueno ahora ella debía mostrar el agradecimiento que había olvidado completamente.

- Y yo he interrumpido tus labores solo por mi descuido, ni si quiera he recordado darte las gracias por la ayuda - suspiro - si no hubieses estado aquí, no se que hubiera hecho o como hubiera terminado… gracias y por favor no te disculpes que la que ha ocasionado esto fui yo - miró a los ojos al joven para de esa manera dar su presentación formal - por cierto, mi nombre es Layla un placer conocer a tan excelente mayordomo - inclino de manera leve la cabeza, para después mirarle de nuevo.

por **Junno Kimura** Mar Feb 19, 2013 1:30 am

Se enderezó observándole -No se preocupe, su presencia ha sido en realidad algo bueno. Inesperado y tal vez un peligro para usted, pero no debe preocuparse por haberme interrumppido - Porque se había tomado su tiempo antes de ir a ver quién había entrado. Se había asegurado de que el cádaver estuviese bien enterrado antes de ir a auxiliarla, también en parte por eso pedía disculpas, si hubiese tardado más, habría sido fatal.

Ladeó el rostro apenas perceptiblemente -Ahora que lo pienso, has avanzado hasta esa parte del jardín, tienes una buena resistencia -sonrió esta vez de una forma un poco diferente. Tal vez debía poner otro tipo de barreras en la casa diferentes a ese veneno. No quería matar a un despistado o un vagabundo que entras epor ahí solo perdiéndose. Era difícil con las rejas, pero ella le había hecho ver que aún así era posible.

O tal vez uno menos potente, dejarlos inconscientes y que se quedaran así hasta que él pudiese ir y verificar a los intrusos. Pódría ser últil, ya vería. Eso pensaba mientras ella le ofrecía esa expresión, el color de su piel y sus labios ya se veía de un tono normal y saludable. Ella amablemente se estaba presentando, eso rara vez ocurría, claro, porque justamente era un mayordomo, moviéndose de forma casi imperceptible por la Mansión de la Medianoche o bien por la Mansión Rose Red, apenas se le necesitaba, salía de las sombras casi como un fantasma.

-Señorita Layla - Se inclinó nuevamente en señal de respeto - Kimura Junno... A su servicio - Sus amables facciones en ese momento eran algo natural en él. Podía cambiar en un instante de ser necsario, pero ella no le despertaba ningún instinto de alerta o peligro -¿Pero está bien que se entretenga aquí conmigo? - No sabía si aún debía ir a algún sitio -Tal vez quiera descansar un poco, siéntase en confianza de hacerlo - No sabía como se sentiría ahora, que no tuviese más problemas para moverse no significaba que tal vez no estuviese cansada o algo similar.

Después de pensarlo un momento, se sentó a su lado, sus movimientos fueron pausados y lentos, si veía que ella se sentía incómoda con ello se detendría antes de hacerlo -Disculpe mi atrevimiento. Su apuro, ¿Vería a alguien importante?- No quería ser entrometido en aquella plática, pero le había ganado la curiosidad.

por **Noel Rorschach** Miér Feb 20, 2013 10:11 pm

Las cosas más importantes de la naturaleza parecen ser resultados del azar o de accidentes.
Richard Phillips Feynman

Su resistencia no tenía nada que ver con ser buena, aquello simplemente era un beneficio que ser licántropo traía consigo. Pero al final de cuentas algo bueno debía salir de todo aquello, no era como que todo lo que surgiera de tan peculiar condición fueran a ser cosas malas. Se encogió de hombros para de esa manera restar importancia a ese asunto.

Por un momento casi sonríe, aquel joven que se presentaba como Junno era sin duda un mayordomo en toda la extensión de la palabra, pues aunque ella era una invasora de aquel territorio aún podía el mostrarse servicial y no solo lo mostraba si no que se lo decía. Comprendió un poco en esos momentos como debían sentirse los ricos que eran atendidos todo el tiempo por sirvientes, aunque aquello pintaba a ser bastante tentador lo era más aún poder hacer uno sus cosas o al menos para ella era así.

- Gracias, pero ya me siento muy bien y descuida que ya no tiene caso que me vaya, seguramente se ha ido ya. Pero si me presencia en este lugar es inaceptable durante más tiempo me iré, no quiero causar problemas a nadie y mucho menos a ti que has sido tan amable.

De manera esta vez inevitable, sonrió mientras le veía sentarse. De aquella manera lucía todo menos formal y se sentía más cómoda. No le molestaba que él se tomara su papel de mayordomo con toda la seriedad posible, pero no debía hacerlo con ella porque no era dueña de nada más que de su persona y todas aquellas formalidades le parecían reservadas solo a grandes señores como los que debían ser dueños de aquella mansión.

- Podría decirse que si y no - ladeo el rostro y puso expresión confundida pues con aquello que había dicho ni ella misma sería capaz de entender - Veras, iba a verme con un amigo pero lo olvide completamente y como lo recordé tarde temía que se me hiciera tarde por eso termine saltando cercas y corriendo por jardines; pero ahora ya es tarde y seguramente se ha ido, después me disculpare con él. - movió su cabeza de nuevo para dejarla derecha - Bueno al menos este contratiempo me ha hecho ser capaz de conocer a alguien tan interesante y peculiar como tú Junno.

por **Junno Kimura** Vie Feb 22, 2013 9:15 pm

Ah, así que un amigo, bueno, esperaba que la relación entre ambos fuese de ese tipo y que no tuviesen problemas por algo como eso -Ya veo, así que ha sido por eso - sonrió con un asentimiento - Ten cuidado, aunque seguro que no habrá otro jardín como este, puede haber otros peligros para ti - Claro, eso iba casi para cualquiera, incluso para alguien como él. Decía que era su amigo y había contestado si y no a su pregunta, así que no pudo deducir la posible relación que tendrían entre ellos Tampoco iba a interrogarla, sobre todo cuando ella decía que no había problema con quedarse ahí a estas alturas y quien le esperaba ya no estaria ahí. tuvo que aceptarlo sin más.

-No me causas ningún problema al estar aquí, de hecho es de algún modo agradable - Después de ponerse a enterrar cadáveres, en realidad hablar con un vivo era realmente algo que agradecía. Sobre todo alguien que no fuese uno de ls vampiros que solían rodearle o el licano que le hacía la vida de cuadritos a veces -Hace tiempo que no hablo con nadie de esta manera, al menos no fuera del negocio- De la taberna que había puesto y que a veces le generaba más problemas que dejarle algo bueno, sobre todo por ciertas dos personitas, que a veces iban más seguido de lo que esperaba, aunque nunca juntos. Se preguntaba si acaso esas eran sus propias amistades. Pero las de ella debían ser personas un poco más normales que las de él. Había muchas cosas en su entorno, pero lo que él mismo llamaba normalidad dudaba que lo fuese.

Por cierto, ela tenía ese aroma muy parecido al de él. Lo había notado pero se le había olvidado or la situación. Giró su rostro hacia ella -Layla... ¿Eres un licántropo? -Podía percibirlo, su olfato era realmente bueno, agudo como el de pocos seres humanos 'comunes', aunque seguía siéndolo.

Se había aventurado a preguntarlo directamente porque justo lo que acababa de pasar sentía le daba esa posibilidad. No era su asunto, ero bien sentía curiosidad. Tal vez sus sentidos le engañaban o lo que percibía de afinidad con el aroma de Kaine era algo diferente a su natiraleza lobuna.

por **Noel Rorschach** Lun Mar 04, 2013 8:36 pm

La realidad no es otra cosa que la capacidad que tienen de engañarse nuestros sentidos.
Albert Einstein

Layla no solía hablar mucho, por lo general estaba más tiempo callada que nada. Solía pensar que era debido a que antes de su transformación había hablado lo de toda su vida pero la verdad era que aparte de no querer gente cerca de ella, ya no sentía lo mismo al hablar con los demás. Otros lycanos y seres sobrenaturales eran la excepción, aunque claro odiaba tener que entablar conversaciones con vampiros.
Junno era ahora el humano con quien más tiempo hubiera hablado en mucho tiempo además de ser alguien que despertaba en ella la curiosidad dormida de muchos ayeres. Así que escuchar que a él le parecía agradable de alguna manera su presencia en aquel lugar le agradaba en el fondo de su ser.

- Sí, es bastante agradable poder entablar conversaciones con otros de esta manera. Disculpa que confine preguntado cosas pero… ¿Tienes un negocio?¿Puedo saber de qué?

Aquella pregunta tenía dobles intenciones, pues a pesar de que de verdad quería saber a que más se dedicaba Junno, también la situación de que tuviera un negocio podría serle beneficiosa si en algún momento necesitaba de buscar otro trabajo, cosa que conforme pasaba el tiempo se volvía más frecuente. Su casi ausencia de envejecimiento, no le permitía permanecer mucho tiempo en el mismo lugar a menos que deseara despertar sospechas que al final atraerían a los inquisidores y cazadores sobre ella.

Como un acto reflejo al escuchar su nombre miro en dirección a Junno, se levanto del lugar donde antes se encontraba sentada y miro al joven con sorpresa. Su oído y su cerebro no pudieron jugarle una broma como aquella, lo que había escuchado debía ser exactamente lo que él preguntaba.

- ¿Cómo es que lo has notado? ¿Estoy segura aquí?

De manera abrupta se sintió alarmada y comenzó a observar todo a su alrededor con mas detalle buscando indicios de quien pudiera resultar el verdadero dueño de aquella mansión deseando que no fuese alguien que pudiera poner su vida en peligro.

por **Junno Kimura** Lun Abr 01, 2013 12:45 pm

Puedes intentar ocultarlo, pero siempre serás capaz de reconocer el final de los tiempos, cuando tu destino se acerque a pasos ligeros y agigantados, como las nubes de una tormenta antes de que la luvia se precipite sobre las calles tranquilas y serenas

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Tuvo que sonreír ante la pegunta -Una taberna y debo decir que a pesar de su nombre, no es peor que las otras -Soltó una risa tranquila, amable. Y es que el nombre había sido cambiado por su amigo -"Taberna de Mala Muerte" es su nombre- Un mal chiste de su amigo, pero que había terminado dejando ser -Puedo enseñarle el lugar, si le apetece, un día de estos.

Le siguió con la mirada cuando se levantó y le hizo un ademán de que estuviese en calma -No corres ningún peligro en este sitio. Probablemente solo alguien muy ingenuo o que no sepa que sucede con esta casa se aventuraría a entrar para hacer daño a quien este en su interior - Y si alguien entraba él se haría cargo, por supuesto -Es sólo que tiene ese olor peculiar. No sabría describirlo, pero he estado tan cerca de otros licanos -Aunque solo fuese un par de ellos - Que ahora se me ha hecho familiar - Probablemente no era algo que un humano debiese notar, pero el dependía de la sensibilidad de su olfato para lograr muchas cosas.

Se levantó, lo hizo despacio para no alterar los sentidos de la joven -¿Quieres algo de beber? - Le hizo una seña para que le siguiera. Le señaló los bancos en la barra que daba a la cocina. Un capricho de uno de los habitantes de la casa, pero era bastante conveniente en ocasiones. Quería preguntarle unas cuantas cosas, pero su mente se distrajo al ver el lugar. La mansión de la medianoche, como habían terminado por llamarle, al inicio no enía ningún apego hacia ese o cualquier otro lugar, pero de algún modo aquello le traía ciertos recuerdos. Eso era extraño, no era el ipo de hombre que sintiera nostalgia al ver una habitación o una casa. Suspiró y se puso del otro lado de la barra, era casi la misma imagen que él daría en la taberna probablemente. Subió las mangas de su camisa, doblándolas de una forma que denotaba su obsesión por el orden. Le sonrió esperando que se sentase frente a él.

-Puedes preguntarme si es lo que deseas – Sacó y limpió los vasos, todo lo hizo con cierta meticulosidad y al mismo tiempo sus movimientos le daban un aire despreocupado, era natural para él pensar que si parecía mu serio o rígido, las personas no se sentirían a gusto, así que cada movimiento era casi calculado, casi, porque lograban sorprenderlo también o hacerle salir de esa forma de actuar muchas veces. Delgado y alto, con ese porte elegante, ciertamente ser mayordomo parecía haber sido hecho para él. Siempre y cuando no tuvieses que verle durante sus trabajos, con esa misma sonrisa amable podía también anunciar la muerte a quien fuese su blanco. Le observó como esperando que ella le dijese que prefería. Los dueños de la casa habían abandonado el lugar, pero las botellas de vino y otros licores, estaban intactas desde que todos habían partido. Puso atención, de forma más que disimulada en sus ropas y en los detalles que podría captar a través de cosas triviales como esa ¿Por qué? Para elegir de ella no decidir, algo adecuado para la muchacha.

por **Noel Rorschach** Mar Abr 02, 2013 10:24 pm

Bueno, para quienes confían,
la espera siempre es efímera,
aun cuando dure cincuenta, cien años...
Kobo Abe

¿Una taberna? de todos los lugares que imagino que podría liderar Junno, aquello era de lo ultimo que pensó, aunque no debía ser mala idea que él estuviera interesado por un sitio como aquel, pues la imagen que daba estaba muy acorde a lo que un trabajador, administrador o dueño de una taberna debía ser. Aunque el nombre del lugar era sin duda alguna de lo más cómico.

- El nombre debe ser parte del encanto que posee la taberna, igual y es en parte lo que hace que la gente vaya al sitio. Bastante llamativo, por eso espero que de verdad pueda ir contigo un día, me encantaría ver la "Taberna de Mala Muerte"- No pudo evitar repetir el nombre, no por hacer burla al mismo, si no porque no dejaba de parecerle curioso el asunto.

Su mirada cambio del lugar en general a centrarse de nuevo en Junno, quien aseguraba que nada malo le pasaría en aquel lugar, pero a pesar de eso no se podía estar seguro completamente, él en sus palabras lo había dicho, no de manera directa pero al menos en parte.
Al menos conocía su aroma no por otra razón más que conocía a otros lycans, debía ser fácil reconocer las cosas y personas con tan buen olfato, era incluso mejor que el de ella misma.

- Bueno, si tu dices que no hay peligro, te creeré, no me has dado razones para dudar de tus palabras por ahora y también porque me tranquiliza el saber que ha conocido más lycans, entonces debes ser buena persona para algo como eso.

Asintió y lo siguió hasta la barra, antes su corazón había saltado como loco ante la idea del peligro pero ahora comenzaba a relajarse de manera lenta y paulatina; no debía temer a nada en esos momentos, lo más peligroso en aquella casa parecía ser ella después de todo.
Ingenua de nuevo… cuantas veces le iba a pasar eso en ese día; tampoco era como que pudiera culparse pues casi moría envenenada, así que la paranoia era relativamente normal.
Se sentó enfrente de la barra observando con detalle todo lo que allá había al igual que a Junno y cada movimiento que este realizaba, se preguntaba muchas cosas en su mente y al escuchar que él la invitaba a preguntar se complació.
A ella no le gustaba mucho que preguntaran sobre su vida y pensaba que ya había preguntado demasiado respecto a él, así que decidió continuar con otro tema menos personal, al menos eso creía.

- Primero debo decir que si así luces cuando estas en la taberna el lugar debe ser un éxito; sin duda cuando sepa donde es seré una cliente regular. ¿Podemos tomar de estas botellas?… parecen caras y no estoy segura de que sea buena idea de que yo terminé bebiendo algo de aquí siendo que no soy más que una intrusa en este lugar.

Había dicho todo aquello pero aun así sus ojos se alejaban de vez en cuando de Junno para dirigirse a las cosas que exilian ahí.

por **Junno Kimura** Sáb Abr 13, 2013 9:29 pm

Eres lo que creas, eres lo que quieras...
Lo que tu mente visualice, será la realidad que todos vean, pero innegablemente tu pasado decidió la clase de persona en la que te has convertido y en tu presente seas

Asintió. El nombre en un inicio le había parecido una broma pesada de Kaine, pero luego encontró en ello, de alguna forma, un punto positivo de dejarlo ser. Y su establecimiento, entre toda esa neblina de ilusión, en realidad ocultaba lo que mejor sabía hacer, era el lugar en donde el preámbulo a la muerte podría adivinarse paraquien le conociese. Además, de cualquier forma, aunque lo hubiese cambiado, seguramente su pesadilla eterna lo hubiese hecho de nuevo – Dependiendo de la hora, suele ser un lugar bastante tranquilo…– Cuando el alcohol aún no hacía todo el efecto tras demasiadas copas en sus clientes comunes.

El letrero, como tachado por el licano que había escrito, con esa caligrafía imperfecta sobre la madera, le había parecido algo singular y que le iba perfecto, pues su local no era sino algo inusual para la mayoría, pero no podía negar que de todo lo que fingía o había terminado por ser tras sus años trabajando en todo lo que la familia le encomendaba -y había aprendido más de una cosa en el proceso-, su especialidad eran justamente las armas y los venenos, sobre todo los venenos…

-Créame, no existe un peligro mayor de lo que ya ha sucedido – Tomó una de las botellas que había señalado –No se lo ofrecería de no ser así… Por supuesto quees posible – Con movimientos fluidos en sus manos, se encargó de quitar el corcho, y servir en una de las finas copas –Todo aquí ha sido olvidado, incluso si es un vino muy caro o una casa que podría ser hermosa – Porque antes lo era aún más que ahora –Dicen que las casas, cuando nadie vive en ellas pierden su brillo… muchas veces se ve un lugar como este, bien edificado y construido, derrumbarse en poco tiempo tras haberlas dejado solas… - No necesitaba estar diciéndole cosas como esa, así que se enfocó en lo que ella había dicho –No conozco a muchos, a decir verdad… y probablemente he causado la muerte de más de uno de forma indirecta – Porque vendía aquellas sustancias a cazadores. Quería lograr un veneno que tuviese lo suficiente para afectar a un ser que ya no tenía vida, los vampiros eran los únicos que no habían muerto a causa de uno de sus experimentos nunca y dárselos a un inquisidor o cazador le había parecido la mejor forma de ver sus propios avances en acción.

Hizo un ademán con la mano como si negara algo –Pero no le digo eso para que se ponga nerviosa, esté tranquila… ¿Sabe una cosa? Creo que es bueno estar aquí con compañía… No creo que se hubiesen recibido visitas en un tiempo – Las cosas cambiaban, pero desde la llegada de aquel vampiro que los había atrapado en aquella telaraña que era guiada por su egoísmo y sus deseos, las cosas se habían movido deprisa. Ignoró la leve nostalgia que le invadió al decir eso. Como si no fuese a pisar jamás aquel lugar de nuevo, aunque eso no era exactamente algo que hubiese meditado

Incluso si era un sirviente y actuaba lo más que podía como tal, escucharle aquello último dibujo una media sonrisa que decía claramente que estaba seguro de lo que hacía, su confianza en sí mismo era alta, demasiado a veces, tenía su ego y era bastante notorio dependiendo de la situación en la que estuviese involucrado, pero se esmeraba y esforzaba en que todo fuese perfecto, compulsivamente a veces, pero le gustaba el reconocimiento, si bien muchas veces no era un comentario tan directo, le hacía sentir satisfecho.

Le acercó la copa, nunca pensaba en ello, se le había enseñado a hacer eso, a servir vino u otros licores de forma adecuada, las medidas, el tipo de copas, todo eso estaba grabado en su mente como si fuese lo más común, la copa de cristal que deslizó con suavidad sobre la superficie, el ligero movimiento en el líquido y el rostro de la joven tras ese comentario, estaba atento a cada detalle –No sé cómo me veo tras una barra, pero confío en que si va conmigo me ayudará a averiguarlo – Negó con la cabeza –No es ninguna intrusa además, he sido yo quién le ha invitado – Solía tomarse las libertades que se le habían marcado como posibles cuando se presentó como el mayordomo de esa casa. Incluso sin los amos ahí, no perdía de vista ese hecho.

–Disculpe mi atrevimiento… - susurró viéndole directamente a los ojos -¿Hace cuánto fue transformada en un licántropo? Es algo confuso para mí, cuando conozco a algún par, ignorar el hecho de que no son l que aparentan en cuanto a su apariencia, solo me ha dado curiosidad – tampoco era necesario que le respondiera pues no sentía la necesidad de tener una respuesta como esa si bien le causaba la duda lo suficiente para preguntar.

por **Noel Rorschach** Dom Abr 28, 2013 8:13 pm

Que el pasado muerto entierre sus muertos.
Henry Wadsworth Longfellow

No existía nada mejor que un lugar tranquilo en el cual se pudiera uno relajar y pensar en la nada, o pensar en todo, pero eso dependía de las cosas que tuviera cada uno en su mente. Por eso el que la "Taberna de Mala Muerte" fuera en palabras de Junno bastante tranquilo le animaba más a ir. Además contando con lo inusual que era el joven y todo lo que parecía conocer y ocultar no seria de extrañar que el lugar tuviera visitantes poco usuales.
Con los licántropos no había problema, al menos no con la mayoría y otras razas la tenían sin cuidado pero los vampiros no le agradaban nada, bastante había tenido ya con encontrarse en algunas ocasiones con esos chupa sangre y con la mayoría los encuentros no habían sido muy cordiales por no decir que todo una batalla.

Siguió con la mirada aquella mano hasta una de las botellas, era increíble como los movimientos de Junno eran como una danza en el aire, parecía una obra maestra cada cosa que le veía hacer muy al contrario de como era ella, que no tenía el tacto ni la gracia necesaria al parecer para lograr que algo tan simple y común como destapar una botella y servirla en una copa luciera tan bien. - Es un desperdicio que hayan sido olvidados, nadie debería dejar las cosas buenas detrás aunque tampoco si son malas deberían quedarse aquí - miro la copa y el vino dentro de ella, eso que decía no solo iba enfocado en el hecho de las botellas ahí, si no en parte a las cosas que le pasaban a ella. Paso sus dedos con calma por la barra - Es que las cosas son como las personas, o al menos eso creo. Si en algo no corre energía entonces no hay motivo para que exista por eso es que las casas por más bellas que sean si se encuentran solas tarde o temprano no serán más que escombros.

Parpadeo y miro a Junno - ¿Muertes indirectas? - entrecerró los ojos levemente. Ya sabía a lo que se refería y la pregunta no era para cerciorares de eso, si no porque quería saber que más hacía Junno con sus venenos y en que clase de manos caían estos; definitivamente no se podía estar seguro en ningún lado. - Esta bien, no me pondré nerviosa - abrió entonces los ojos de manera normal para continuar escuchando - Si, debe ser difícil que alguien venga a visitar esta casa cuando se sabe que esta vacía y la curiosidad por entrar puede costar cara con los venenos…

Sonrío de la manera más normal al ver la copa deslizarse por la barra; cuando sonreía sin darse cuenta le gustaba aunque era rara la ocasión en la que se percataba de que lo hacía porque una vez que eso pasaba se tensaba de nuevo y no podía mostrar su sonrisa por más que quisiera hacerlo, era tan cruel ese destino pero al final ella se había enfrascado en eso así que no le quedaba mucho por lo cual quejarse. Tomo la copa en su mano. - Gracias, y sí, te diré como luces… - observo el vino en la copa y dio un sorbo. No estaba acostumbrada a beber continuamente de esa clase de vinos pero el sabor le agradaba además de que podía beber simplemente disfrutando del sabor sin que el alcohol que poseía este le afectara en lo más mínimo.

Alejó la copa de sus labios, sosteniendo en su mano y con visible curiosidad observo a Junno, quien le miraba fijamente.
La pregunta la tomo por absoluta sorpresa… Layla, que tanto le disgustaba hablar de la noche de su conversión y el no poder recordar todo lo que a ella se refería ahora era interrogada por eso. Su mano se cerró con más fuerza de la que esperaba de manera inconsciente, volviendo la bella copa que sostenía a un montón de añicos.
- Lo siento… - se disculpo - es solo que no me esperaba esa pregunta y bueno… parece que no medí mi fuerza - comenzó a recoger algunos de los fragmentos de la copa - Bueno pues, tenía 17 años - respondió como si fuera cualquier cosa, intentando restarle importancia a que llevaba más de la mitad de su vida siendo el monstruo de las lunas que era - Junno, de verdad que lo siento mucho. Pagaré la copa a tus dueños lo prometo.

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