AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Chain [Libre]
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Chain [Libre]
Recuerdo del primer mensaje :
Junno resopló. En esos días no le había sido posible ir y hacerse cargo de la limpieza de la mansión. Y ahora que estaba ahí se encontraba con la desgradable vista de un jardín con un par de cádaveres que debía limpiar. Odiaba eso, pero no había tenido más remedio, sabiendo la ausencia que tendría de aquel lugar en esos días. Había envenenado el jardín con una sustancia que había pacientemente mezclado para que las plantas lo absorbieran, así la fragancia que se liberaba era tan letal como cualquier otro veneno en sus anaqueles. Entró a la casa viendo con desaprobación la capa de polvo que se había formado, se tomaría su tiempo en dejar aquello impeclable.
Pero primero, los cuerpos. Tomó una pala y algunas otras herramientas antes de volver y jalar aquellos bultos hasta la parte posterior de la mansión. No iba a dejarlos en el jardín, arruinando el césped en este. Empezó a cavar sin snetir para nada ni un atisbo de los efectos del veneno al que él estaba acostumbrado. Aún así, llevaba el antídoto consigo, a veces pasaban las cosas y era mejor estar preparado, claro que era más por si alguien o algo quedaba atrapado en su efecto. El era imposible que muriese con eso. Su cuerpo transpiraba una sustancia tóxica, y era por eso que en gran medida evitaba el contacto directo, aunque siempre traía un abrigo encima, incluso en el verano, lo cierto es que era mejor cuando el clima era fresco o frío, se sentía más a gusto de esa manera. Y para su fortuna -o bien lo contrario-, la mayoría a su alrededor eran sobrenaturales, no podrían caer bajo el efecto de esto.
Todo iba bien hasta que estaba enterrando el segundo cuerpo. Sus sentidos le alertaronde una presencia más cerca de aquel lugar. Era diestro como asesino y con las circunstancias como estaban últimamente tenía más cuidado del habitual. Deslizó una las dagas escondidas entre sus ropas hasta su mano. La hoja tenía una de sus creaciones más hermosas. Capaz de matar a todo, salvo tal vez a un vampiro. Siguió con lo que hacía, pero con la mente en su alrededor, más que en su tareade empezar a cubrir al sujeto que había tenido la mala suerte de, probablemente, querer robar en la mansión de la Medianoche.
Junno resopló. En esos días no le había sido posible ir y hacerse cargo de la limpieza de la mansión. Y ahora que estaba ahí se encontraba con la desgradable vista de un jardín con un par de cádaveres que debía limpiar. Odiaba eso, pero no había tenido más remedio, sabiendo la ausencia que tendría de aquel lugar en esos días. Había envenenado el jardín con una sustancia que había pacientemente mezclado para que las plantas lo absorbieran, así la fragancia que se liberaba era tan letal como cualquier otro veneno en sus anaqueles. Entró a la casa viendo con desaprobación la capa de polvo que se había formado, se tomaría su tiempo en dejar aquello impeclable.
Pero primero, los cuerpos. Tomó una pala y algunas otras herramientas antes de volver y jalar aquellos bultos hasta la parte posterior de la mansión. No iba a dejarlos en el jardín, arruinando el césped en este. Empezó a cavar sin snetir para nada ni un atisbo de los efectos del veneno al que él estaba acostumbrado. Aún así, llevaba el antídoto consigo, a veces pasaban las cosas y era mejor estar preparado, claro que era más por si alguien o algo quedaba atrapado en su efecto. El era imposible que muriese con eso. Su cuerpo transpiraba una sustancia tóxica, y era por eso que en gran medida evitaba el contacto directo, aunque siempre traía un abrigo encima, incluso en el verano, lo cierto es que era mejor cuando el clima era fresco o frío, se sentía más a gusto de esa manera. Y para su fortuna -o bien lo contrario-, la mayoría a su alrededor eran sobrenaturales, no podrían caer bajo el efecto de esto.
Todo iba bien hasta que estaba enterrando el segundo cuerpo. Sus sentidos le alertaronde una presencia más cerca de aquel lugar. Era diestro como asesino y con las circunstancias como estaban últimamente tenía más cuidado del habitual. Deslizó una las dagas escondidas entre sus ropas hasta su mano. La hoja tenía una de sus creaciones más hermosas. Capaz de matar a todo, salvo tal vez a un vampiro. Siguió con lo que hacía, pero con la mente en su alrededor, más que en su tareade empezar a cubrir al sujeto que había tenido la mala suerte de, probablemente, querer robar en la mansión de la Medianoche.
Última edición por Junno Kimura el Mar Feb 19, 2013 1:30 am, editado 1 vez
Junno Kimura- Hechicero Clase Media
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Re: Chain [Libre]
Junno sonrió antes sus palabras. Las personas que pensaban así, de las que había conocido, no eran exactamente abundantes. Le gustaba la idea, si bien para él, que había aprendido que debía prescindir de muchas cosas por una causa, no negaba que escucharle le hacía sentir bien.
-Incluso si son olvidadas, siempre hay una razón detrás de ello. Y todo se mueve justo porque debe hacerlo – No le había enseñado quien fuese su superior y su ‘amo’ de alguna forma. Que nada permanecería igual y aunque todos los cambios no serían todas las veces radicales, estos ocurrirían y en ocasiones, le darían un giro total a lo que conocía. Sintió su mirada con lo que había dicho aunque solo sonrió ampliamente como tantas veces. Esperó al siguiente diálogo para poder responderle algo que no fuese tan poco habitual y que por ahora, no tenía sentido describirle.
-Le diré ... –Acercándose como si fuese a contarle algo que no debiese ser escuchado. Para hablar en un tono más íntimo y un volumen bajo y moderado –... que incluso habitada, solo hubo un tiempo en el que las personas, allegados o conocidos de los dueños venían a esta casa –De ahí, todo había tomado un camino que aún no lograba explicarse. Los hilos se habían entrelazado y habían causado el camino que habían seguido todos ellos. Fuera de eso, las visitas no fueron ni serían comunes. Claro, los propietarios eran vampiros. Recibir a alguien a la luz del día no iba a ocurrir.
Se alejó con la misma facilidad con la que se había movido antes. Y entonces tras su pregunta, tal vez demasiado para la conversación que llevaban, escuchó la copa hacerse pedacitos. Normalmente, si aquello hubiese sucedido con Kaine u otra persona, se habría molestado, pero se daba cuenta de que ella no lo había hecho a propósito, además, habían sido sus palabras las que habían terminado causando tal cosa –No se preocupe – Le vio tomando los cristales y puso su mano sobre la de ella. Sonrió con una cierta comprensión –Disculpe si he hecho una pregunta como esa, no era mi intención alterarla – Había visto el justo momento en que aquella mano había hecho presión en el objeto tras sus palabras.
Sacó un pañuelo de su saco. Si, sin importar la época del año, nunca le verías con ropa demasiado ligera o que dejase al descubierto su piel, por lo menos no lo suficiente. No iba a arriesgarse a tal cosa. Limpió con cuidado su mano, quitando las astillas de vidrio. Incluso si era un licántropo como su amigo, sabía que sanaban rápido, pero las heridas eran lo mismo incluso para ellos –No tengo lo suficiente para hacer más que esto. Debo disculparme- Y sacó otro pañuelo y un pequeño frasco de entre los ropajes, del cual vertió una ligera porción en la tela y la puso sobre la palma de la mano de ella –No es veneno – Dijo como bromeando –No solo puedo provocar muerte con lo que sé- Después, sin inmutarse retrocedió para buscar algo con lo que limpiar la superficie sobre la que estaba el resto de la copa y su contenido –No se preocupe, no necesita pagarla, no es algo que se requiera... – dudaba que Kei, quien había visitado antes la casa, al parecer, hubiese reparado en las copas. Sabía bien que el vampiro no era muy apegado a los objetos o a los lugares, probablemente si lo fuese, sería a cosas específicas. Con más de un par de siglos sobre la tierra, de algún modo podía comprender porque era de esa manera –He de suponer que el tema no es agradable… Puedes, si quieres, preguntarme lo que cruce tu mente ahora. Una mejor plática podría surgir de ello – Cuando estuvo con las manos desocupadas de nuevo, regresó con ella sirviendo una nueva copa y sentándose con esa compostura propia, a la que estaba acostumbrado.
-Incluso si son olvidadas, siempre hay una razón detrás de ello. Y todo se mueve justo porque debe hacerlo – No le había enseñado quien fuese su superior y su ‘amo’ de alguna forma. Que nada permanecería igual y aunque todos los cambios no serían todas las veces radicales, estos ocurrirían y en ocasiones, le darían un giro total a lo que conocía. Sintió su mirada con lo que había dicho aunque solo sonrió ampliamente como tantas veces. Esperó al siguiente diálogo para poder responderle algo que no fuese tan poco habitual y que por ahora, no tenía sentido describirle.
-Le diré ... –Acercándose como si fuese a contarle algo que no debiese ser escuchado. Para hablar en un tono más íntimo y un volumen bajo y moderado –... que incluso habitada, solo hubo un tiempo en el que las personas, allegados o conocidos de los dueños venían a esta casa –De ahí, todo había tomado un camino que aún no lograba explicarse. Los hilos se habían entrelazado y habían causado el camino que habían seguido todos ellos. Fuera de eso, las visitas no fueron ni serían comunes. Claro, los propietarios eran vampiros. Recibir a alguien a la luz del día no iba a ocurrir.
Se alejó con la misma facilidad con la que se había movido antes. Y entonces tras su pregunta, tal vez demasiado para la conversación que llevaban, escuchó la copa hacerse pedacitos. Normalmente, si aquello hubiese sucedido con Kaine u otra persona, se habría molestado, pero se daba cuenta de que ella no lo había hecho a propósito, además, habían sido sus palabras las que habían terminado causando tal cosa –No se preocupe – Le vio tomando los cristales y puso su mano sobre la de ella. Sonrió con una cierta comprensión –Disculpe si he hecho una pregunta como esa, no era mi intención alterarla – Había visto el justo momento en que aquella mano había hecho presión en el objeto tras sus palabras.
Sacó un pañuelo de su saco. Si, sin importar la época del año, nunca le verías con ropa demasiado ligera o que dejase al descubierto su piel, por lo menos no lo suficiente. No iba a arriesgarse a tal cosa. Limpió con cuidado su mano, quitando las astillas de vidrio. Incluso si era un licántropo como su amigo, sabía que sanaban rápido, pero las heridas eran lo mismo incluso para ellos –No tengo lo suficiente para hacer más que esto. Debo disculparme- Y sacó otro pañuelo y un pequeño frasco de entre los ropajes, del cual vertió una ligera porción en la tela y la puso sobre la palma de la mano de ella –No es veneno – Dijo como bromeando –No solo puedo provocar muerte con lo que sé- Después, sin inmutarse retrocedió para buscar algo con lo que limpiar la superficie sobre la que estaba el resto de la copa y su contenido –No se preocupe, no necesita pagarla, no es algo que se requiera... – dudaba que Kei, quien había visitado antes la casa, al parecer, hubiese reparado en las copas. Sabía bien que el vampiro no era muy apegado a los objetos o a los lugares, probablemente si lo fuese, sería a cosas específicas. Con más de un par de siglos sobre la tierra, de algún modo podía comprender porque era de esa manera –He de suponer que el tema no es agradable… Puedes, si quieres, preguntarme lo que cruce tu mente ahora. Una mejor plática podría surgir de ello – Cuando estuvo con las manos desocupadas de nuevo, regresó con ella sirviendo una nueva copa y sentándose con esa compostura propia, a la que estaba acostumbrado.
Junno Kimura- Hechicero Clase Media
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Re: Chain [Libre]
Si precisas una mano, recuerda que yo tengo dos.
San Agustín
De todos con quienes habló de manera discreta y oculta entre palabras su desafortunado destino, Junno era de los pocos que parecían captar el significado detrás de sus palabras y aunque en ese momento era incapaz de demostrar lo agradecida que estaba porque con lo que decía le daba tranquilidad, sus pensamientos y el agradecimiento interno no terminarían pronto.
- Crees sinceramente ¿qué si algo se olvida es por una razón?- ya no sabía que era lo correcto pensar ante sus desafortunados olvidos; podía creer que todo era para bien y un segundo después que aquello no era más que una burla cruel del destino que la odiaba y deseaba ver como se destruía a si misma lentamente.
Se inclinó al frente, esperando que le dijera aquello con su mirada prometía ser de interés para la joven, aquello parecía ser un secreto… como si la casa aquella estuviera llena de miles de oídos capaces de escuchar cada una de las palabras que pronunciaban, aunque lo que decían no fuera la gran cosa, tratar todo de aquella manera le daba un aire de misterio que le gustaba. Una vez que escucho aquello que el joven mayordomo tenía por decir le miro de reojo.
- Así que la gente que habitaba esta casa no era muy dada a recibir visitas, pues que ricos tan más controversiales debieron haber sido, todo mundo anhela después de todo visitar y conocer cada uno de los hogares de personas así - lo decía porque eso era lo que solía escuchar antes pero la verdad desconocía como eran las cosas en aquellos lugares.
Mientras recogía los cristales y continuaba parloteando un poco tratando de dejar la tensión de lado, la mano de Junno se poso sobre la suya y levanto la mirada para encontrarse con la de él. Aquella sonrisa termino de tranquilizarla, definitivamente con cada momento nuevo que pasaba estaba más convencida de que alguien más que no precisamente sufría de su maldición era capaz de comprenderla.
- No, es mi culpa porque me ha tomado por sorpresa y no medí mis actos. Tu no has hecho ni preguntado nada malo, todo es por mi culpa - no podía culpar a alguien más de las cosas que le pasan solamente a ella, cada vez que le preguntaban algo como aquello se alteraba igual sin importar quien fuera quien generara la pregunta.
Contemplo su mano y como con cuidado Junno se encargaba de ella, retirando los cristales que había levantado y unos otros que estaba incrustados en la piel de ella. Suspiró mientras negaba, no sabía que decirle porque estaba haciendo más por ella que cualquier otro que pudo y pudiera conocer en los siguientes días.
- Esta bien, sé que no lo es y confió en ti - dijo al tiempo que el nuevo pañuelo tocaba su mano herida. Le resultaba fascinante que lo que Junno era capaz de hacer no solo sirviera para matar, si no para ayudar a otros - igual me gustaría pagarla de ser posible así que espero comprendas que no es por resultar grosera, pero has sido tan amable que me siento mal al dejar todo así - no sabía que más decir, se sentía avergonzada y torpe.
- Si, deseo preguntarte algo… - guardo silencio unos segundo porque aquello que estaba por preguntar no era común en ella - ¿Cuándo puedo volver a verte o visitarte? - la comodidad y aceptación que sentía en aquel lugar eran increíbles y estaba dispuesta a arriesgarse con tal de sentirse tan normal como en esos momentos.
Tanta amabilidad... la compensaría, algún día.
San Agustín
De todos con quienes habló de manera discreta y oculta entre palabras su desafortunado destino, Junno era de los pocos que parecían captar el significado detrás de sus palabras y aunque en ese momento era incapaz de demostrar lo agradecida que estaba porque con lo que decía le daba tranquilidad, sus pensamientos y el agradecimiento interno no terminarían pronto.
- Crees sinceramente ¿qué si algo se olvida es por una razón?- ya no sabía que era lo correcto pensar ante sus desafortunados olvidos; podía creer que todo era para bien y un segundo después que aquello no era más que una burla cruel del destino que la odiaba y deseaba ver como se destruía a si misma lentamente.
Se inclinó al frente, esperando que le dijera aquello con su mirada prometía ser de interés para la joven, aquello parecía ser un secreto… como si la casa aquella estuviera llena de miles de oídos capaces de escuchar cada una de las palabras que pronunciaban, aunque lo que decían no fuera la gran cosa, tratar todo de aquella manera le daba un aire de misterio que le gustaba. Una vez que escucho aquello que el joven mayordomo tenía por decir le miro de reojo.
- Así que la gente que habitaba esta casa no era muy dada a recibir visitas, pues que ricos tan más controversiales debieron haber sido, todo mundo anhela después de todo visitar y conocer cada uno de los hogares de personas así - lo decía porque eso era lo que solía escuchar antes pero la verdad desconocía como eran las cosas en aquellos lugares.
Mientras recogía los cristales y continuaba parloteando un poco tratando de dejar la tensión de lado, la mano de Junno se poso sobre la suya y levanto la mirada para encontrarse con la de él. Aquella sonrisa termino de tranquilizarla, definitivamente con cada momento nuevo que pasaba estaba más convencida de que alguien más que no precisamente sufría de su maldición era capaz de comprenderla.
- No, es mi culpa porque me ha tomado por sorpresa y no medí mis actos. Tu no has hecho ni preguntado nada malo, todo es por mi culpa - no podía culpar a alguien más de las cosas que le pasan solamente a ella, cada vez que le preguntaban algo como aquello se alteraba igual sin importar quien fuera quien generara la pregunta.
Contemplo su mano y como con cuidado Junno se encargaba de ella, retirando los cristales que había levantado y unos otros que estaba incrustados en la piel de ella. Suspiró mientras negaba, no sabía que decirle porque estaba haciendo más por ella que cualquier otro que pudo y pudiera conocer en los siguientes días.
- Esta bien, sé que no lo es y confió en ti - dijo al tiempo que el nuevo pañuelo tocaba su mano herida. Le resultaba fascinante que lo que Junno era capaz de hacer no solo sirviera para matar, si no para ayudar a otros - igual me gustaría pagarla de ser posible así que espero comprendas que no es por resultar grosera, pero has sido tan amable que me siento mal al dejar todo así - no sabía que más decir, se sentía avergonzada y torpe.
- Si, deseo preguntarte algo… - guardo silencio unos segundo porque aquello que estaba por preguntar no era común en ella - ¿Cuándo puedo volver a verte o visitarte? - la comodidad y aceptación que sentía en aquel lugar eran increíbles y estaba dispuesta a arriesgarse con tal de sentirse tan normal como en esos momentos.
Tanta amabilidad... la compensaría, algún día.
Noel Rorschach- Vampiro Clase Alta
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Re: Chain [Libre]
Junno asintió –Todo sucede por una causa. Sea que traiga bendiciones o desgracias. Todo ello te lleva a un punto, todas esas experiencias siempre te servirán de algo – Cuando la veía de repente, le parecía como una niña y sin embargo, también estaba consciente de que probablemente el camino que ella había recorrido era más largo que el suyo. Justo como aquel licano.
Todo sucedía por una razón. El hecho de las cosas que había podido elegir y las que no. Nacer con esa maldición que en su caso podía ser también una bendición. Su condición era sin duda como debía ser. Así lo veía él. Probablemente solo aceptación y adaptarse a lo que venía a él, según le habían enseñado en su clan.
Ladeó el rostro –Tenían y tienen riquezas, pero la razón no son sus excentricidades – La sonrisa del muchacho tenía ahora ese toque que no era nada más que de intriga –Era porque no podían recibir visitas durante el día – La insinuación en ello era más que obvia, pero cada gesto de su parte era como si quisiera decir que era lo común.
-No creo que se eche de menos aquella copa, probablemente, incluso si dices que son como personas, ha tenido un mejor sitio terminando de esa forma que olvidada entre estas paredes – vendándole con el pañuelo que había rociado con aquel líquido le miró a los ojos –Ha sido en parte mi culpa, fuese de forma indirecta o no – Limpió cualquier rastro y pareció pensarse un poco lo que iba a decir.
-¿Quisieras encontrarte conmigo de nuevo? -Junno se debatió en la respuesta que daría y eso dibujo una expresión en su rostro que era más bien graciosa –No suelo venir aquí a menudo ahora. Suelo estar en la taberna o en … -Se detuvo a media frase. Aunque fuese la opción más viable, guiarla a Rose Red era peligroso. Yudea era caprichoso y a veces no quería confiar en que las cosas irían bien cuando se trataba de él. Llevar a alguien ahí era mucha responsabilidad –Tal vez si fuese el caso, podría encontrarte en las afueras de la ciudad – No tan cerca, pero lo suficientemente lejos de la mansión –Solo con ponernos de acuerdo, creo que podría suceder ahí o en otro sitio fácilmente.
Él no solía frecuentar a las personas, salvo en el círculo de su trabajo. Pero por alguna razón pensó, que siendo ella menos vulnerable que una persona común, podría ser posible al menos, encontrarse de nuevo con ella. Le agradaba y siguiendo sus instintos había decidido responder aquello –Me encantaría verte de nuevo, si es posible- Tomó una de las copas servidas y bebió parte del contenido.
Todo sucedía por una razón. El hecho de las cosas que había podido elegir y las que no. Nacer con esa maldición que en su caso podía ser también una bendición. Su condición era sin duda como debía ser. Así lo veía él. Probablemente solo aceptación y adaptarse a lo que venía a él, según le habían enseñado en su clan.
Ladeó el rostro –Tenían y tienen riquezas, pero la razón no son sus excentricidades – La sonrisa del muchacho tenía ahora ese toque que no era nada más que de intriga –Era porque no podían recibir visitas durante el día – La insinuación en ello era más que obvia, pero cada gesto de su parte era como si quisiera decir que era lo común.
-No creo que se eche de menos aquella copa, probablemente, incluso si dices que son como personas, ha tenido un mejor sitio terminando de esa forma que olvidada entre estas paredes – vendándole con el pañuelo que había rociado con aquel líquido le miró a los ojos –Ha sido en parte mi culpa, fuese de forma indirecta o no – Limpió cualquier rastro y pareció pensarse un poco lo que iba a decir.
-¿Quisieras encontrarte conmigo de nuevo? -Junno se debatió en la respuesta que daría y eso dibujo una expresión en su rostro que era más bien graciosa –No suelo venir aquí a menudo ahora. Suelo estar en la taberna o en … -Se detuvo a media frase. Aunque fuese la opción más viable, guiarla a Rose Red era peligroso. Yudea era caprichoso y a veces no quería confiar en que las cosas irían bien cuando se trataba de él. Llevar a alguien ahí era mucha responsabilidad –Tal vez si fuese el caso, podría encontrarte en las afueras de la ciudad – No tan cerca, pero lo suficientemente lejos de la mansión –Solo con ponernos de acuerdo, creo que podría suceder ahí o en otro sitio fácilmente.
Él no solía frecuentar a las personas, salvo en el círculo de su trabajo. Pero por alguna razón pensó, que siendo ella menos vulnerable que una persona común, podría ser posible al menos, encontrarse de nuevo con ella. Le agradaba y siguiendo sus instintos había decidido responder aquello –Me encantaría verte de nuevo, si es posible- Tomó una de las copas servidas y bebió parte del contenido.
Junno Kimura- Hechicero Clase Media
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Re: Chain [Libre]
Alegre cosa es llegar al logro de nuestros deseos.
Séneca
¿Qué causa oculta podría haberla llevado a ser lo que era? una pregunta a la que aún le parecía difícil encontrarle respuesta. Difícil pero no imposible, debía existir como lo decía Junno una causa para que ella fuera ahora lo que era, incluso debía existir una razón por la cual había acabado en aquella casa.
- Supongo que tienes razón, todo debe tener una razón para ser como es y para enfrentar las situaciones futuras siempre debe haber experiencias… bueno de esas tengo varias -miro al joven con una sincera gratitud en sus ojos; porque le daba ánimos de continuar buscando la razón por la cual ahora era lo que era.
- Ahora entiendo - fue lo único que respondió. Aunque no le gustara ser lo que era lo prefería a terminar como un vampiro, esos que solo son capaces de salir de noche y alimentarse de sangre. Layla podía comer lo que quisiera y solo debía cuidarse de una noche en particular, de ahí en fuera todo era prácticamente normal pero para los vampiros siempre debía existir la precaución de no exponerse al sol; simplemente no podía imaginar como sería el vivir siempre envuelta en sombras.
Observo su mano, cuidadosamente vendada por Junno y la empuño.
- Al menos salve una copa de ser olvidada - abrió lentamente la mano, era solo cuestión de tiempo para que estuviese completamente recuperada - Bueno, si nos sirve de consuelo a ambos, fue culpa de los dos así estaremos a mano - si continuaban con eso ambos terminarían queriendo tener la culpa de lo sucedido y entonces podría generarse una discusión.
Asintió un tanto avergonzada, escuchar su pregunta de labios de Junno le hacía sentir extraña pero aun con eso no se arrepentía de la petición de verlo de nueva cuenta.
- Podemos vernos donde quieras y te sientas cómodo, claro eso si te parece que nos veamos - desvió su mirada para que no fuera tan notoria su vergüenza más al escuchar aquellas palabras que parecían ser una aceptación de la petición de la joven licántropa, miro a Junno de reojo, para después mirarle directamente.
- Claro, en las afueras de la ciudad me parece perfecto y… será cuando tu gustes estoy dispuesta a ir cuando sea y prometo que llegare no como esta cita que tenía con mi amigo - deseaba dejar en claro que no faltaría, ninguna casa envenenada se metería en su camino ahora.
Suspiro - Y también creo que es hora de que me vaya… - permaneció en silencio contemplando a Junno.
Séneca
¿Qué causa oculta podría haberla llevado a ser lo que era? una pregunta a la que aún le parecía difícil encontrarle respuesta. Difícil pero no imposible, debía existir como lo decía Junno una causa para que ella fuera ahora lo que era, incluso debía existir una razón por la cual había acabado en aquella casa.
- Supongo que tienes razón, todo debe tener una razón para ser como es y para enfrentar las situaciones futuras siempre debe haber experiencias… bueno de esas tengo varias -miro al joven con una sincera gratitud en sus ojos; porque le daba ánimos de continuar buscando la razón por la cual ahora era lo que era.
- Ahora entiendo - fue lo único que respondió. Aunque no le gustara ser lo que era lo prefería a terminar como un vampiro, esos que solo son capaces de salir de noche y alimentarse de sangre. Layla podía comer lo que quisiera y solo debía cuidarse de una noche en particular, de ahí en fuera todo era prácticamente normal pero para los vampiros siempre debía existir la precaución de no exponerse al sol; simplemente no podía imaginar como sería el vivir siempre envuelta en sombras.
Observo su mano, cuidadosamente vendada por Junno y la empuño.
- Al menos salve una copa de ser olvidada - abrió lentamente la mano, era solo cuestión de tiempo para que estuviese completamente recuperada - Bueno, si nos sirve de consuelo a ambos, fue culpa de los dos así estaremos a mano - si continuaban con eso ambos terminarían queriendo tener la culpa de lo sucedido y entonces podría generarse una discusión.
Asintió un tanto avergonzada, escuchar su pregunta de labios de Junno le hacía sentir extraña pero aun con eso no se arrepentía de la petición de verlo de nueva cuenta.
- Podemos vernos donde quieras y te sientas cómodo, claro eso si te parece que nos veamos - desvió su mirada para que no fuera tan notoria su vergüenza más al escuchar aquellas palabras que parecían ser una aceptación de la petición de la joven licántropa, miro a Junno de reojo, para después mirarle directamente.
- Claro, en las afueras de la ciudad me parece perfecto y… será cuando tu gustes estoy dispuesta a ir cuando sea y prometo que llegare no como esta cita que tenía con mi amigo - deseaba dejar en claro que no faltaría, ninguna casa envenenada se metería en su camino ahora.
Suspiro - Y también creo que es hora de que me vaya… - permaneció en silencio contemplando a Junno.
Noel Rorschach- Vampiro Clase Alta
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Re: Chain [Libre]
La realidad es solo una ilusión que se construye a partir de las decisiones de quienes la viven
Amabilidad para quienes no eran sus enemigos. Destreza contra los que si lo eran y la letalidad de sus venenos para llevarlos a un punto en el que un humano como él pudiese acabar con sus existencias. La familia a la que pertenecía, al inicio como cualquier otra. Sin ese trato con el vampiro, probablemente habrían desaparecido. El agradecimiento se había convertido en algo difícil de entender. Junno, que era lo que se veía como un simple sirviente, era probablemente el mejor de sus asesinos y uno de los pocos que poseía esa cualidad tan poco habitual en su cuerpo.
-Me parece más que perfecto, Señorita Layla. Nos encontraremos de nuevo en unos días. Le haré llegar una nota ¿Le parece? - Había que decir que su trabajo en realidad era ser un informante para el vampiro al que servía y para sus superiores. Un par de personas le servían como ayuda a él para llevar a cabo cualquier tarea que le fuese encomendada. Lo que se consideraba un peligro latente debía ser eliminado y ellos harían se trabajo en París. Aunque había cosas que no estaban a su alcance, podía llevara cabo un asesinado si era la orden del consejo familiar pero no podía ir en contra de una orden directa de Koizumi. como el hecho de que le hubiese dicho que se quedara en Rose Red junto a aquel vampiro y obedeciera sus órdenes. Eso sería por mucho, lo que le llevaria pronto a una situación contradictoria.
Obervó a Layla cuando dijo que se iría y se puso de pie casi al instante. si no le decía ahora el momento de un encuentro era porque tenía que librarse de cualquier tarea que tuviese -Le acompañaré a la puerta -sonrió con amabilidad ofreciéndole su brazo. Sacó de su abrigo otro frasco, pequeño, el cristal transparentedejaba ver un líquido casi traslúcido. Los venenos tenían por lo regular ese color violeta intenso, dependiendo de cuál fuese, era su forma de diferenciarlos, sin necesidad de observarlos con detenimiento o usar etiquetas. Ese no era uno de ellos.
Le pasó el pequeño envase de vidrio -... Es un antídoto... por supuesto no es una cura universal, pero funciona con los que creo son los venenos que usan con mayor regularidad - Eso y había incluído algo en él que anulaba el que había en los jardines de Rose Red, solo por si se daba el caso. El lugar de encuentro que propondría sería cerca de la mansión, así que le pareció conveniente -Mantenlo contigo ¿de acuerdo? - no era mucho, pero se sentía tranquilo de esa forma.
Junno Kimura- Hechicero Clase Media
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Re: Chain [Libre]
Una promesa es un concepto vago hasta el momento en que entra en juego el concepto de lealtad.
Yukio Mishima
No tenía nada por perder con querer ver a Junno una vez más, además… ¿No le había demostrado ya que podía confiar en é?, lo había hecho, y en grande así que se alegro al saber que podía verlo de nueva cuenta y realmente no le interesaba donde fuera que se vieran; ningún lugar le parecía inadecuado para un encuentro, bueno, ninguno le parecía menos adecuado que la mansión en la que ahora se encontraba.
Se sentía como que su nuevo encuentro sería todo misterioso y secreto, generando en ella una sensación de interés enorme. Quería saber de una en donde sería el encuentro pero al parecer las cosas no funcionaban de esa manera con Junno.
- Me parece perfecto de hecho en estos momentos estoy trabajando en un restaurante se llama El jardín de las rosas… - la licántropa siempre pensaba que el nombre del restaurante era algo tonto, pero ese no era su problema ya que solo era trabajadora y momentánea. Varias veces a lo largo de los años había regresado a ese sitio y el pésimo nombre seguía sin cambiar - y mi casa… bueno, es más probable que me encuentres en el restaurante - no existía otro sitio más adecuado para que la encontrara.
Antes de levantarse de la silla contemplo la figura de Junno que le ofrecía el brazo, y levantando su cuerpo rápido de la silla, comenzó a caminar tomada de su brazo. Contemplo con atención el frasco que sacaba, ignorando completamente cual era el contenido de este aunque cuando lo estiro hacía ella lo tomo sin pensar dos veces.
- ¿Qué es esto? - lo miro sin saber que esperaba él que ella hiciera con eso, pero al escuchar la respuesta comprendió cual era la finalidad de aquello que ahora tenía entre las manos - Un antídoto… - el frasco no tenía nada que indicara que aquello era algo que podría salvarle la vida justo como el anterior lo había hecho. Asintió a la petición de que lo cargara con ella, de ese momento en adelante sabía que cada lugar era potencialmente mortal para ella y que mejor que tener en sus manos un antídoto hecho por aquel amable joven - lo mantendré siempre a mi lado… muchas gracias Junno - llegaron a las puertas de la mansión rápido. Era increíble para ella el haber aparecido en aquel lugar por los jardines y ahora salir por la puerta principal, conociendo a alguien nuevo y sobre todo con una promesa de un nuevo encuentro - … nos vemos pronto… - en cuanto las puertas de la mansión se abrieron sonrió un poco a Junno y salió corriendo rumbo al que en esos momentos era su hogar.
Corría por las calles con una nueva promesa hecha y un frasco que le decía que aquello que había pasado era verdad y que siempre lo sería en la mano. Al menos por ahora, su mente tendría algo que le recordaría a Junno durante un buen rato.
Yukio Mishima
No tenía nada por perder con querer ver a Junno una vez más, además… ¿No le había demostrado ya que podía confiar en é?, lo había hecho, y en grande así que se alegro al saber que podía verlo de nueva cuenta y realmente no le interesaba donde fuera que se vieran; ningún lugar le parecía inadecuado para un encuentro, bueno, ninguno le parecía menos adecuado que la mansión en la que ahora se encontraba.
Se sentía como que su nuevo encuentro sería todo misterioso y secreto, generando en ella una sensación de interés enorme. Quería saber de una en donde sería el encuentro pero al parecer las cosas no funcionaban de esa manera con Junno.
- Me parece perfecto de hecho en estos momentos estoy trabajando en un restaurante se llama El jardín de las rosas… - la licántropa siempre pensaba que el nombre del restaurante era algo tonto, pero ese no era su problema ya que solo era trabajadora y momentánea. Varias veces a lo largo de los años había regresado a ese sitio y el pésimo nombre seguía sin cambiar - y mi casa… bueno, es más probable que me encuentres en el restaurante - no existía otro sitio más adecuado para que la encontrara.
Antes de levantarse de la silla contemplo la figura de Junno que le ofrecía el brazo, y levantando su cuerpo rápido de la silla, comenzó a caminar tomada de su brazo. Contemplo con atención el frasco que sacaba, ignorando completamente cual era el contenido de este aunque cuando lo estiro hacía ella lo tomo sin pensar dos veces.
- ¿Qué es esto? - lo miro sin saber que esperaba él que ella hiciera con eso, pero al escuchar la respuesta comprendió cual era la finalidad de aquello que ahora tenía entre las manos - Un antídoto… - el frasco no tenía nada que indicara que aquello era algo que podría salvarle la vida justo como el anterior lo había hecho. Asintió a la petición de que lo cargara con ella, de ese momento en adelante sabía que cada lugar era potencialmente mortal para ella y que mejor que tener en sus manos un antídoto hecho por aquel amable joven - lo mantendré siempre a mi lado… muchas gracias Junno - llegaron a las puertas de la mansión rápido. Era increíble para ella el haber aparecido en aquel lugar por los jardines y ahora salir por la puerta principal, conociendo a alguien nuevo y sobre todo con una promesa de un nuevo encuentro - … nos vemos pronto… - en cuanto las puertas de la mansión se abrieron sonrió un poco a Junno y salió corriendo rumbo al que en esos momentos era su hogar.
Corría por las calles con una nueva promesa hecha y un frasco que le decía que aquello que había pasado era verdad y que siempre lo sería en la mano. Al menos por ahora, su mente tendría algo que le recordaría a Junno durante un buen rato.
Noel Rorschach- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 10/12/2012
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