AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Encuentro Fortuito (Privado)
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Encuentro Fortuito (Privado)
Ya quería salir del burdel llevaba ya mucho tiempo ahí cumpliendo con mi "deber" y la verdad es que creía que Vane estaría vuelta loca porque teníamos días sin vernos; esa mocosa de poder me mandaría exorcizar para que dejara el trabajo que nos daba sustento pero aquel no era lugar para pensar en eso.
Atendí una última "cita" y después de haber dejado todo en orden con paso presuroso abandone el lugar hacía las calles parisinas y rumbo a mi humilde hogar, donde comería algo y me tiraría sobre la cama a dormir hasta no poder más… si eso haría.
El amanecer estaba cerca, si acaso faltarían dos horas o una para que los rayos del sol inundaran lentamente todo cuanto me rodeaba, gire entonces por un callejón y más delante por ese rumbo la figura de una mujer que caminaba lento y un tanto inseguro se hizo visible. Sonreí pues si andaba por las calles ya casi para amanecer era muy probable que fuese alguien que yo conociera, ya fuera por dedicarse a lo mismo que yo o porque pues bueno en algún momento hayamos pasado gratos momentos. A medida que mis pasos le daban alcance note que no era que sus pasos fueran inseguros si no que le costaba caminar, el motivo era desconocido para mi pues solo era capaz de verla de espaldas. También pude notar que no era alguien que me resultase familiar pero bueno un poco de amabilidad no le hace daño a nadie, ¿verdad?.
- Disculpe, ¿se encuentra bien? - pregunte en tono bajo, intentando no espantarla o algo así para ver que pasaba o si podía ayudarla en algo. Quizás solo me mandara al demonio pero si estaba bien pues eso no importaría mucho la verdad.
Atendí una última "cita" y después de haber dejado todo en orden con paso presuroso abandone el lugar hacía las calles parisinas y rumbo a mi humilde hogar, donde comería algo y me tiraría sobre la cama a dormir hasta no poder más… si eso haría.
El amanecer estaba cerca, si acaso faltarían dos horas o una para que los rayos del sol inundaran lentamente todo cuanto me rodeaba, gire entonces por un callejón y más delante por ese rumbo la figura de una mujer que caminaba lento y un tanto inseguro se hizo visible. Sonreí pues si andaba por las calles ya casi para amanecer era muy probable que fuese alguien que yo conociera, ya fuera por dedicarse a lo mismo que yo o porque pues bueno en algún momento hayamos pasado gratos momentos. A medida que mis pasos le daban alcance note que no era que sus pasos fueran inseguros si no que le costaba caminar, el motivo era desconocido para mi pues solo era capaz de verla de espaldas. También pude notar que no era alguien que me resultase familiar pero bueno un poco de amabilidad no le hace daño a nadie, ¿verdad?.
- Disculpe, ¿se encuentra bien? - pregunte en tono bajo, intentando no espantarla o algo así para ver que pasaba o si podía ayudarla en algo. Quizás solo me mandara al demonio pero si estaba bien pues eso no importaría mucho la verdad.
Ryley Lezarc- Cazador Clase Alta
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Re: Encuentro Fortuito (Privado)
Unas cacerías son más complejas que otras. Unas la lastiman más e incluso un par la han dejado al borde de la muerte. Pero no se rinde aunque las piernas le flaqueen y los huesos vayan siendo quebrados en medio de la disputa, el corazón le insufla la temeridad necesaria a través de la venganza y así se sigue moviendo. Pone su vida en esto porque sencillamente no tiene otra, porque las cosas no fueron como ella esperaba y ahora se ve entre la espada y la pared. Entre vampiros e inquisidores que persigue con todo su ser para aniquilar. Es una vida difícil pero con un riesgo que disfruta, porque con cada enfrentamiento se aprende más y eso le da más herramientas para ser mejor en lo que hace, pero más que nada, eso le permite aliviar en cierto sentido el dolor que le ha quedado en el alma.
Esta noche estuvo demasiado difícil, caminaba ahora a oscuras en medio de las calles parisinas ocultándose entre las sombras. Había logrado matar un vampiro pero la lucha había sido lo suficientemente fuerte como para dejarla débil luego de haber perdido sangre y tener varias lastimaduras en su cuerpo, entre eso, una quebradura en la pierna derecha. Se sostenía con esfuerzo de pared en pared y hacía uso de la mayor fuerza posible en sus brazos para evitar una caída que agravara todo. Cuando escuchaba algún ruido se ocultaba con la rapidez que podía y evitaba ser vista; no porque no necesitara ayuda, sino porque aparte de la sangre que ella había perdido, también estaban las huellas de lo que había sido del desgraciado que ahora yacía muerto y hecho cenizas por las manos de la cazadora.
Faltaba poco para llegar a su morada pero empezaba a flaquear. La visión había empezado a nublarse y un par de manchas negras reemplazaban la realidad frente a ella. Se detuvo un segundo para respirar pero se dio cuenta que era peor esperar y avanzó con mayor esfuerzo. Tenía nauseas por la debilidad y tenía muy claro que en cualquier momento podría caer y desconocía el resto de su destino. Avanzó un poco más y entre pasos torpes escuchó la voz de un hombre tras de ella. No lo había sentido venir y aunque se escuchaba sereno, Leigh dio la vuelta con tal violencia que casi perdió el equilibrio. La visión se nublaba más, necesitaba descanso. Frente al evidente mareo que le produjo tal movimiento brusco, se llevó una mano a la frente como si eso fuera a mejorar la situación y aunque no lo demostraba había tenido cierta calma al notar que este hombre que apenas distinguía entre la noche no era un vampiro, ni tampoco venía con muchas ropas como suelen hacer los inquisidores para ocultar sus armas. Tomó aire con tranquilidad y antes de responder nada recostó su cuerpo cansado y herido en la pared intentando respirar para responderle. Lo único que pudo hacer ante tal pregunta fue asentir, aunque la respuesta era obvia debido a sus movimientos. Levantó la mano más cercana al hombre como en gesto de espera por su estado, pero la otra la llevo a una de sus armas con el mayor disimulo que le fue posible. Era desconfiada, tenía motivos y sabía también que siempre, como dicen, es mejor prevenir que lamentar.
Esta noche estuvo demasiado difícil, caminaba ahora a oscuras en medio de las calles parisinas ocultándose entre las sombras. Había logrado matar un vampiro pero la lucha había sido lo suficientemente fuerte como para dejarla débil luego de haber perdido sangre y tener varias lastimaduras en su cuerpo, entre eso, una quebradura en la pierna derecha. Se sostenía con esfuerzo de pared en pared y hacía uso de la mayor fuerza posible en sus brazos para evitar una caída que agravara todo. Cuando escuchaba algún ruido se ocultaba con la rapidez que podía y evitaba ser vista; no porque no necesitara ayuda, sino porque aparte de la sangre que ella había perdido, también estaban las huellas de lo que había sido del desgraciado que ahora yacía muerto y hecho cenizas por las manos de la cazadora.
Faltaba poco para llegar a su morada pero empezaba a flaquear. La visión había empezado a nublarse y un par de manchas negras reemplazaban la realidad frente a ella. Se detuvo un segundo para respirar pero se dio cuenta que era peor esperar y avanzó con mayor esfuerzo. Tenía nauseas por la debilidad y tenía muy claro que en cualquier momento podría caer y desconocía el resto de su destino. Avanzó un poco más y entre pasos torpes escuchó la voz de un hombre tras de ella. No lo había sentido venir y aunque se escuchaba sereno, Leigh dio la vuelta con tal violencia que casi perdió el equilibrio. La visión se nublaba más, necesitaba descanso. Frente al evidente mareo que le produjo tal movimiento brusco, se llevó una mano a la frente como si eso fuera a mejorar la situación y aunque no lo demostraba había tenido cierta calma al notar que este hombre que apenas distinguía entre la noche no era un vampiro, ni tampoco venía con muchas ropas como suelen hacer los inquisidores para ocultar sus armas. Tomó aire con tranquilidad y antes de responder nada recostó su cuerpo cansado y herido en la pared intentando respirar para responderle. Lo único que pudo hacer ante tal pregunta fue asentir, aunque la respuesta era obvia debido a sus movimientos. Levantó la mano más cercana al hombre como en gesto de espera por su estado, pero la otra la llevo a una de sus armas con el mayor disimulo que le fue posible. Era desconfiada, tenía motivos y sabía también que siempre, como dicen, es mejor prevenir que lamentar.
Leigh Lezarc- Cazador Clase Alta
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Re: Encuentro Fortuito (Privado)
Ante el abrupto giro de la mujer estire mis brazos hacía ella, pues se tambaleo y temí que cayera al suelo. Sabía que parecía que me metía en lo que no me importaba pero es que no me gustaba ver a mujeres en apuros, eso me traía demasiados recuerdos nada agradables. Y al verle a ella ahora más de cerca era evidente que apuros es lo que tenía, incluso si quería demostrar que estaba bien.
Pero como iba a estar bien si aquel cuerpo femenino tenía varias heridas y cada vez que se apoyaba por poco que fuera en la pierna derecha su expresión mostraba dolor, aquello debía ser un mal chiste y en mi mente intente darle forma a lo que pudo haberle pasado para acabar así, pero ninguna respuesta fue lo suficientemente convincente como para que la aceptara. Conocía de sobra que lo que le pasara no debía ser de mi incumbencia pero su situación era algo que simplemente no podía pasar por desapercibido, ignorarle y continuar con mi camino me llevaría a posteriormente preguntarme si había sobrevivido o no.
- Incluso su tu crees que estas bien, no lo estas - di un paso hacía la pared donde había recargado ella su cuerpo herido, pero no me acerque mucho pues no quería generar en ella temor o desconfianza, solo quería ser capaz de ayudarla por lo menos un poco. Como la ayudaría yo, nada más y nada menos que un simple cortesano, en eso aún no tenía ni la menor idea, quizás buscar quien curara sus heridas y revisara su pierna o llevarla a un sitio seguro no como las calles… si yo debía hacer aquello pero primero debía enfocarme en ganar su confianza y hacer que fuera conmigo.
Levante las manos a la altura de mi cabeza y las sitúe frente a mi, para que ella pudiera ver que no tenía nada con que dañarla, no sabía de que tanto serviría hacer eso pues ella estaba herida y débil, algo que obviamente yo no además pues yo soy hombre. Sonreí ligeramente - Deja que te ayude, que tus heridas parecen graves y se que tal vez es difícil confiar en alguien que te encuentras a estas horas pero te juro que no te haré nada - sin bajar aún las manos di otro pequeño paso.
Ella lucía cansada pero de manera extraña alerta, como si estuviera acostumbrada a esas cosas. Su cansancio me preocupaba, que pasaba si se desmayaba… no tendría más opción que llevarla a mi casa, igual y si me permitía ayudarle quizás termináramos en mi casa, o en la suya todo dependería de las cosas que pasaran aún así sentí que debía saber su nombre en caso de cualquier cosa.
- Mi nombre es Ryley… Ryley Ende - la mire - Puedes decirme cuál es tu nombre? -
Pero como iba a estar bien si aquel cuerpo femenino tenía varias heridas y cada vez que se apoyaba por poco que fuera en la pierna derecha su expresión mostraba dolor, aquello debía ser un mal chiste y en mi mente intente darle forma a lo que pudo haberle pasado para acabar así, pero ninguna respuesta fue lo suficientemente convincente como para que la aceptara. Conocía de sobra que lo que le pasara no debía ser de mi incumbencia pero su situación era algo que simplemente no podía pasar por desapercibido, ignorarle y continuar con mi camino me llevaría a posteriormente preguntarme si había sobrevivido o no.
- Incluso su tu crees que estas bien, no lo estas - di un paso hacía la pared donde había recargado ella su cuerpo herido, pero no me acerque mucho pues no quería generar en ella temor o desconfianza, solo quería ser capaz de ayudarla por lo menos un poco. Como la ayudaría yo, nada más y nada menos que un simple cortesano, en eso aún no tenía ni la menor idea, quizás buscar quien curara sus heridas y revisara su pierna o llevarla a un sitio seguro no como las calles… si yo debía hacer aquello pero primero debía enfocarme en ganar su confianza y hacer que fuera conmigo.
Levante las manos a la altura de mi cabeza y las sitúe frente a mi, para que ella pudiera ver que no tenía nada con que dañarla, no sabía de que tanto serviría hacer eso pues ella estaba herida y débil, algo que obviamente yo no además pues yo soy hombre. Sonreí ligeramente - Deja que te ayude, que tus heridas parecen graves y se que tal vez es difícil confiar en alguien que te encuentras a estas horas pero te juro que no te haré nada - sin bajar aún las manos di otro pequeño paso.
Ella lucía cansada pero de manera extraña alerta, como si estuviera acostumbrada a esas cosas. Su cansancio me preocupaba, que pasaba si se desmayaba… no tendría más opción que llevarla a mi casa, igual y si me permitía ayudarle quizás termináramos en mi casa, o en la suya todo dependería de las cosas que pasaran aún así sentí que debía saber su nombre en caso de cualquier cosa.
- Mi nombre es Ryley… Ryley Ende - la mire - Puedes decirme cuál es tu nombre? -
Ryley Lezarc- Cazador Clase Alta
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Re: Encuentro Fortuito (Privado)
El joven ahora en escena se mostraba atento a ella y le proporcionaba una tranquilidad que ella no podía explicarse pero que tampoco se permitía del todo. Con los ojos a medio abrir, lo observo con el mayor detalle que le fue posible y mantuvo de todas maneras la mano sobre aquella arma oculta pero fácil de sacar a relucir para su propia defensa. Bajó la mano que había subido antes en forma de pausa a los movimientos del otro, y la apoyó en la pared para poder sostenerse mejor. Su cuerpo no cooperaba con su mente de pensamientos firmes y tomó aire de nuevo con cierta dificultad. La piel le ardía, la pierna quebrada no soportaba más el propio peso de su cuerpo, que, aunque era ligero, constituía un esfuerzo extra para un hueso que ya no resistía más sin seguirse lesionando.
Las palabras que el muchacho que había aparecido pronunciaba, daban cuenta de la nobleza del mismo. Además, había notado con perspicacia las heridas en el cuerpo de la cazadora aunque ella se esforzaba en ocultarlo en complicidad con la noche, y parecía incluso sincero con la intensión de ayudarla con cada palabra y movimiento que ejecutaba. Como fuera, quisiera o no, ella necesitaba ahora apoyo para poder llegar a destino, pues no duraría mucho tiempo en pie. Observó con detalle las manos libres de armas de él y el resto del cuerpo que no parecía ocultar nada y sopesó el dejarse ayudar con la otra opción, que era negarse y caer inconsciente dejando al destino su suerte. La segunda opción era menos inteligente que la primera y parecía no tener más elección que confiar en el desconocido que se había cruzado en su camino, pero tomando las precauciones que su estado consciente y sus manos ahora más fuertes que las piernas le permitieran tomar. Ya había decidido, no podía hacer más porque la luz se iba extinguiendo en sus ojos conforme avanzaba.
- Leigh -
Dijo esto con dificultad, como si el aire en sus pulmones no alcanzara para mencionar su apellido ni decir alguna otra cosa más. Cerró los ojos un segundo y pareció desvanecerse, o al menos, eso fue todo lo que alcanzó a sentir.
Se lamentaría si al despertar estaba aprisionada por alguno de los que perseguía. Se odiaría si todo estuviese peor al abrir los ojos de nuevo. Pero aunque intentaba fortalecer su cuerpo y mente con los días, también se había convencido de algo y se lo recordaba en situaciones como esta: "La muerte, es sólo un estadio más de la vida. Un escalón de algo que buscas sin querer encontrarlo realmente."
Las palabras que el muchacho que había aparecido pronunciaba, daban cuenta de la nobleza del mismo. Además, había notado con perspicacia las heridas en el cuerpo de la cazadora aunque ella se esforzaba en ocultarlo en complicidad con la noche, y parecía incluso sincero con la intensión de ayudarla con cada palabra y movimiento que ejecutaba. Como fuera, quisiera o no, ella necesitaba ahora apoyo para poder llegar a destino, pues no duraría mucho tiempo en pie. Observó con detalle las manos libres de armas de él y el resto del cuerpo que no parecía ocultar nada y sopesó el dejarse ayudar con la otra opción, que era negarse y caer inconsciente dejando al destino su suerte. La segunda opción era menos inteligente que la primera y parecía no tener más elección que confiar en el desconocido que se había cruzado en su camino, pero tomando las precauciones que su estado consciente y sus manos ahora más fuertes que las piernas le permitieran tomar. Ya había decidido, no podía hacer más porque la luz se iba extinguiendo en sus ojos conforme avanzaba.
- Leigh -
Dijo esto con dificultad, como si el aire en sus pulmones no alcanzara para mencionar su apellido ni decir alguna otra cosa más. Cerró los ojos un segundo y pareció desvanecerse, o al menos, eso fue todo lo que alcanzó a sentir.
Se lamentaría si al despertar estaba aprisionada por alguno de los que perseguía. Se odiaría si todo estuviese peor al abrir los ojos de nuevo. Pero aunque intentaba fortalecer su cuerpo y mente con los días, también se había convencido de algo y se lo recordaba en situaciones como esta: "La muerte, es sólo un estadio más de la vida. Un escalón de algo que buscas sin querer encontrarlo realmente."
Leigh Lezarc- Cazador Clase Alta
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Re: Encuentro Fortuito (Privado)
Con cada movimiento que llevaba a cabo la mujer era capaz de jurar que se rompería pero era más fuerte de lo que aparentaba, sino era incapaz de explicar como había llegado como estaba hasta aquel lugar; simplemente le había seguido un buen tramo y aún continuaba, otras e incluso otros en su lugar hubieran caído rendidos desde mucho antes.
Le cuidaba a pesar de mantener aquella pequeña distancia que consideraba prudente, pero ella no se rendía, incluso de espaldas a esa pared parecía querer continuar. Debía ser una mujer bastante decidida, pero también un poco torpe porque no darse por vencido demuestra un gran valor pero lo demuestra aún más el necesitar ayuda cuando se es requerida justo como ella en aquellos momentos. No podía hacer mucho solo esperar y ver como reaccionaba a lo que le había dicho, ojalá me permitiera ayudarla.
Su mirada pasaba con cierta desconfianza sobre mi ser, incluso se detuvo ligeramente en mis manos como asegurandose de que realmente estuvieran vacías y no hubiese nada que pudiera dañarla; definitivo que yo no le dañaría pero si lo pensara sería complicado lastimarla más de lo que ya estaba en aquellos momentos.
La voz femenina floto en el aire, indicando un nombre… Leigh, era bonito, tanto como lo era su portadora. Sonreí pero tan pronto como lo hice, la sonrisa desapareció al verla; la debilidad y la inconsciencia hicieron sus estragos en ella.
Sin pensarlo mucho me moví y estirando los brazos la atrape antes de que cayera al suelo; le había atrapado pero eso no indicaba que ella estuviera bien. La cargue en mis brazos, respiraba con dificultad y maldije para mis adentros comenzando a trotar para buscar ayuda, no había tiempo que perder.
- Vamos Leigh, resiste guapa - aquella era una carrera extraña contra el tiempo, algo que en ningún momento pensé que me tocaría vivir, además mientras me desplazaba por las calles con ella en brazos no podía evitar preguntarme que era lo que haría ahora? - pronto estarás bien, ya lo veras - e incluso a pesar de eso continuaba hablando. Me digo a mi mismo que es para que ella no se deje llevar por la oscuridad de la muerte, pero la verdad es que no quería que ella muriera y de esa manera me tranquilizaba por lo menos un poco.
Qué hacer?, llevarla a mi casa si esa era parte del plan pero primero necesitaba alguien que le revisara porque era obvio que un simple cortesano no podía hacer mucho. Entonces lo recorde, no muy lejos de ahí alguna vez lleve a mi hermana con un medico, gire en una calle, ahora sabía a donde dirigir mis pasos.
Llegar, eso fue lo único que corrió por mi mente hasta que observe la casa y desesperado toque en ella. El hombre que esperaba aun viviera en el lugar abrió la puerta y me miro a mi y a Leigh con sorpresa; no pregunto nada y eso me gusto, solo me pidió que pasara y la dejara en un cuarto y justo eso fue lo que hice. No dijo nada, solo me indico que saliera del cuarto pero más que eso no hubo preguntas curiosas, ni reclamos por la hora, era un buen hombre sin duda. Aquella casa era bonita, para nada parecida a la mía, era como de gente que tenía dinero suficiente para vivir bien y darse uno que otro lujo; me reí por lo bajo de mis tonterías, estaba viendo la casa intentando de nuevo no pensar en si Leigh resistiría más.
Me senté fuera del cuarto. Cuanto me toco esperar, no estoy seguro pero sonreí cuando el hombre salió.
- Necesita descanso y se pondrá bien, así que no la deje salir de su casa hasta que se recupere por completo sobre todo la pierna, ese hueso necesita sanar correctamente - asentí a sus palabras, y con un sentimiento mezclado entre alegría y pesar pague lo que todo aquello había costado.
- Gracias por todo - eso fue lo único que pude decir antes de entrar al cuarto después de que el hombre me lo indicara con una seña. Llegue hasta su lado y la contemple, respiraba con menos dificultad y eso era lo único de lo que estaba seguro, todo lo demás era una nube de incertidumbre.
Le cuidaba a pesar de mantener aquella pequeña distancia que consideraba prudente, pero ella no se rendía, incluso de espaldas a esa pared parecía querer continuar. Debía ser una mujer bastante decidida, pero también un poco torpe porque no darse por vencido demuestra un gran valor pero lo demuestra aún más el necesitar ayuda cuando se es requerida justo como ella en aquellos momentos. No podía hacer mucho solo esperar y ver como reaccionaba a lo que le había dicho, ojalá me permitiera ayudarla.
Su mirada pasaba con cierta desconfianza sobre mi ser, incluso se detuvo ligeramente en mis manos como asegurandose de que realmente estuvieran vacías y no hubiese nada que pudiera dañarla; definitivo que yo no le dañaría pero si lo pensara sería complicado lastimarla más de lo que ya estaba en aquellos momentos.
La voz femenina floto en el aire, indicando un nombre… Leigh, era bonito, tanto como lo era su portadora. Sonreí pero tan pronto como lo hice, la sonrisa desapareció al verla; la debilidad y la inconsciencia hicieron sus estragos en ella.
Sin pensarlo mucho me moví y estirando los brazos la atrape antes de que cayera al suelo; le había atrapado pero eso no indicaba que ella estuviera bien. La cargue en mis brazos, respiraba con dificultad y maldije para mis adentros comenzando a trotar para buscar ayuda, no había tiempo que perder.
- Vamos Leigh, resiste guapa - aquella era una carrera extraña contra el tiempo, algo que en ningún momento pensé que me tocaría vivir, además mientras me desplazaba por las calles con ella en brazos no podía evitar preguntarme que era lo que haría ahora? - pronto estarás bien, ya lo veras - e incluso a pesar de eso continuaba hablando. Me digo a mi mismo que es para que ella no se deje llevar por la oscuridad de la muerte, pero la verdad es que no quería que ella muriera y de esa manera me tranquilizaba por lo menos un poco.
Qué hacer?, llevarla a mi casa si esa era parte del plan pero primero necesitaba alguien que le revisara porque era obvio que un simple cortesano no podía hacer mucho. Entonces lo recorde, no muy lejos de ahí alguna vez lleve a mi hermana con un medico, gire en una calle, ahora sabía a donde dirigir mis pasos.
Llegar, eso fue lo único que corrió por mi mente hasta que observe la casa y desesperado toque en ella. El hombre que esperaba aun viviera en el lugar abrió la puerta y me miro a mi y a Leigh con sorpresa; no pregunto nada y eso me gusto, solo me pidió que pasara y la dejara en un cuarto y justo eso fue lo que hice. No dijo nada, solo me indico que saliera del cuarto pero más que eso no hubo preguntas curiosas, ni reclamos por la hora, era un buen hombre sin duda. Aquella casa era bonita, para nada parecida a la mía, era como de gente que tenía dinero suficiente para vivir bien y darse uno que otro lujo; me reí por lo bajo de mis tonterías, estaba viendo la casa intentando de nuevo no pensar en si Leigh resistiría más.
Me senté fuera del cuarto. Cuanto me toco esperar, no estoy seguro pero sonreí cuando el hombre salió.
- Necesita descanso y se pondrá bien, así que no la deje salir de su casa hasta que se recupere por completo sobre todo la pierna, ese hueso necesita sanar correctamente - asentí a sus palabras, y con un sentimiento mezclado entre alegría y pesar pague lo que todo aquello había costado.
- Gracias por todo - eso fue lo único que pude decir antes de entrar al cuarto después de que el hombre me lo indicara con una seña. Llegue hasta su lado y la contemple, respiraba con menos dificultad y eso era lo único de lo que estaba seguro, todo lo demás era una nube de incertidumbre.
Ryley Lezarc- Cazador Clase Alta
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Re: Encuentro Fortuito (Privado)
Confusión, dolor, nada, luego nada. Eso es todo lo que sabía luego de la pelea que la dejó tocar a la muerte. Recuerda, claro, sus pasos recorriendo las calles Parisinas con evidente esfuerzo hasta que él apareció... Un momento de confusión fue el que marcó su caída, la vista se le nubló, y aunque en aquél momento estaba en posición de defensa, su cuerpo pedía otra cosa.
No estaba segura acerca de cuanto tiempo había pasado desde que sintió su cuerpo así, en forma horizontal, en modo de descanso y en un lugar que desconocía. Al tiempo que iba reaccionando, una voz masculina de edad avanzada le decía que se calmara, que no se moviera con brusquedad, que la está curando, que el hueso sanaría pronto y que las demás heridas cicatrizarán con rapidez. Aunque ella formuló como pudo sus preguntas, el hombre no respondió con claridad y le indico que sus dudas serían aclaradas por el joven que la había llevado hasta aquél lugar y el cuál esperaba afuera por ella.
-Joven? que joven?- se preguntó en su fuero interno, sin hacer ningún gesto para no dar a entender nada. Recordaba a medias al chico del callejón, sí, pero también contemplaba la posibilidad que en el camino hubiesen sustituido a aquél chico frente a ella. Su mente negativa sólo podía pensar que algún vampiro había hecho lo suyo, pero, tampoco era coherente porque de ser así, ella estaría ahora muerta y no con un médico. Suponía que él destino le jugaba una mala pasada ahora y sólo sería posible aclararlo cuando aquél hombre desconocido, sea cual fuere, ingresara a aquella habitación donde había sido curada.
Una vez el médico salió, escuchó la indicación que anunciaba el médico y un agradecimiento como respuesta. Sabía ahora que él ingresaría y entonces cerró los ojos y fingió estar dormida. Su temor, sus malas ideas le hacían temer de mirar directo a quién entrara, y quizás descubrir lo que se temía, ella no estaba en condiciones de pelea y nada podía hacer. Se dejó al azar, al adivinar quién era a ojos cerrados pero con los demás sentidos atentos. Escuchó con atención cada detalle: la puerta que se abría y cerraba de nuevo, los pasos cuidadosos pero firmes de alguien que se acercaba, esa presencia masculina cerca y... una respiración. Sí, ya sabía que era humano. Con lentitud se decidió y abrió los ojos lentamente hasta contemplarlo. Era él, el muchacho del callejón. ¿Porqué habría hecho esto de llevarla como signo de preocupación por un desconocido? Dudaba mucho que gente amable existiera e incluso pensó que algo tendría tras de ello, aunque, la mirada del joven daba otra impresión, no podía engañarse aunque su mente de cazadora desconfiada la atacara con otro tipo de ideas. Por unos momentos lo contempló en silencio, como si lo escrutara con la sola mirada, hasta que finalmente, despegó los labios y dirigida a él, habló:
-Gracias...- No recordaba su nombre, vanamente sabía que lo había dicho, pero estaba mal antes para recordar aquello ahora. Ya habría momento de preguntar de nuevo. -No sé dónde estoy, pero me dijo el médico que usted me trajo. Lamento las molestias, pero le agradezco.-- Intentó levantarse aunque con dificultad -Dígame, dónde puedo enviarle el dinero correspondiente a esta atención?-
No estaba segura acerca de cuanto tiempo había pasado desde que sintió su cuerpo así, en forma horizontal, en modo de descanso y en un lugar que desconocía. Al tiempo que iba reaccionando, una voz masculina de edad avanzada le decía que se calmara, que no se moviera con brusquedad, que la está curando, que el hueso sanaría pronto y que las demás heridas cicatrizarán con rapidez. Aunque ella formuló como pudo sus preguntas, el hombre no respondió con claridad y le indico que sus dudas serían aclaradas por el joven que la había llevado hasta aquél lugar y el cuál esperaba afuera por ella.
-Joven? que joven?- se preguntó en su fuero interno, sin hacer ningún gesto para no dar a entender nada. Recordaba a medias al chico del callejón, sí, pero también contemplaba la posibilidad que en el camino hubiesen sustituido a aquél chico frente a ella. Su mente negativa sólo podía pensar que algún vampiro había hecho lo suyo, pero, tampoco era coherente porque de ser así, ella estaría ahora muerta y no con un médico. Suponía que él destino le jugaba una mala pasada ahora y sólo sería posible aclararlo cuando aquél hombre desconocido, sea cual fuere, ingresara a aquella habitación donde había sido curada.
Una vez el médico salió, escuchó la indicación que anunciaba el médico y un agradecimiento como respuesta. Sabía ahora que él ingresaría y entonces cerró los ojos y fingió estar dormida. Su temor, sus malas ideas le hacían temer de mirar directo a quién entrara, y quizás descubrir lo que se temía, ella no estaba en condiciones de pelea y nada podía hacer. Se dejó al azar, al adivinar quién era a ojos cerrados pero con los demás sentidos atentos. Escuchó con atención cada detalle: la puerta que se abría y cerraba de nuevo, los pasos cuidadosos pero firmes de alguien que se acercaba, esa presencia masculina cerca y... una respiración. Sí, ya sabía que era humano. Con lentitud se decidió y abrió los ojos lentamente hasta contemplarlo. Era él, el muchacho del callejón. ¿Porqué habría hecho esto de llevarla como signo de preocupación por un desconocido? Dudaba mucho que gente amable existiera e incluso pensó que algo tendría tras de ello, aunque, la mirada del joven daba otra impresión, no podía engañarse aunque su mente de cazadora desconfiada la atacara con otro tipo de ideas. Por unos momentos lo contempló en silencio, como si lo escrutara con la sola mirada, hasta que finalmente, despegó los labios y dirigida a él, habló:
-Gracias...- No recordaba su nombre, vanamente sabía que lo había dicho, pero estaba mal antes para recordar aquello ahora. Ya habría momento de preguntar de nuevo. -No sé dónde estoy, pero me dijo el médico que usted me trajo. Lamento las molestias, pero le agradezco.-- Intentó levantarse aunque con dificultad -Dígame, dónde puedo enviarle el dinero correspondiente a esta atención?-
Leigh Lezarc- Cazador Clase Alta
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Permanecí en silencio, observando aún pues no había nada más que pudiera yo hacer en aquellos momentos que esperar a que abriera los ojos y llevarla a otro sitio porque ahí no podríamos permanecer por siempre y el médico lo había indicado levemente con sus palabras; no no correría de ahí eso fácil adivinar pero tampoco quería verme como un abusivo dejando a la chica ahí más tiempo del necesario.
Cuando Leigh comenzó a abrir los ojos, sonreí; al menos ya había recuperado la conciencia, cosa que me tranquilizaba más. Sí ella se encontraba bien entonces valía la pena el gasto de dinero, aunque quizás aquel gasto realizado para una desconocida no le agradara mucho a mi hermana pero bueno la mujer no era una completa desconocida ella era… Leigh.
- Menos mal que estas despierta, que no supe que hacer antes cuando te desmayaste en el callejón y he tenido que traerte hasta acá para que te revisaran - y entonces escuche un gracias, aunque ciertamente sabía que era probable que me agradeciera, no sentí que hice algo fuera de lo común o algo que otros no harían al ver una mujer herida y sola por las calles.
Me reí cuando le escuche hablar del dinero no sin estirar una mano al verla levantarse ligeramente no quería que se hiciera más daño, además aquel dinero para mi estaba muy bien gastado si ella se encontraba bien y no había nada más que yo esperara que su recuperación.
- Pues, estamos en la casa del médico, aunque no se explicarle bien donde estamos. Y no hay nada que agradecer y nada que pagar, soló hice lo que creí mejor.
Algo me hacía creer que aquella mujer no estaba muy acostumbrada a recibir ayuda; primero porque en el callejón había dudado cuando se la ofrecí aunque en parte eso para mi tenía explicación lógica, segundo porque intentaba pagarme pero de no haber yo querido pagar le hubiese dejado arreglarse ella misma con el doctor que le atendió sobre los gastos pero era una fortuna que no fuese yo así.
Más ahora en lo que debía enfocarme era en si se encontraba lo suficientemente bien como para que nos fuéramos de ahí, sabía de sobra que debería llevarla cargando pero aquello era fácil lo complicado que veía ahora en la situación sería hacer que ella aceptara, a menos que pasara un milagro y dijera que si a la primera.
- Bien Leigh, te diré que tenemos que irnos de aquí y mi casa esta cerca así que en lo que te recuperas un poco más puedes quedarte en ella - entonces fue cuando pensé que sí mencionaba a mi hermana ella se sentiría más cómoda quizás con la idea - además ahí esta mi hermana y puede ayudarte con lo que necesites o si lo quieres puedo llevarte hasta tu casa en donde espero tengas quien te ayude que si no, igual deberé quedarme yo contigo porque no podrás hacer nada - cruce los brazos frente a mi y espere a ver su reacción y escuchar su decisión.
Cuando Leigh comenzó a abrir los ojos, sonreí; al menos ya había recuperado la conciencia, cosa que me tranquilizaba más. Sí ella se encontraba bien entonces valía la pena el gasto de dinero, aunque quizás aquel gasto realizado para una desconocida no le agradara mucho a mi hermana pero bueno la mujer no era una completa desconocida ella era… Leigh.
- Menos mal que estas despierta, que no supe que hacer antes cuando te desmayaste en el callejón y he tenido que traerte hasta acá para que te revisaran - y entonces escuche un gracias, aunque ciertamente sabía que era probable que me agradeciera, no sentí que hice algo fuera de lo común o algo que otros no harían al ver una mujer herida y sola por las calles.
Me reí cuando le escuche hablar del dinero no sin estirar una mano al verla levantarse ligeramente no quería que se hiciera más daño, además aquel dinero para mi estaba muy bien gastado si ella se encontraba bien y no había nada más que yo esperara que su recuperación.
- Pues, estamos en la casa del médico, aunque no se explicarle bien donde estamos. Y no hay nada que agradecer y nada que pagar, soló hice lo que creí mejor.
Algo me hacía creer que aquella mujer no estaba muy acostumbrada a recibir ayuda; primero porque en el callejón había dudado cuando se la ofrecí aunque en parte eso para mi tenía explicación lógica, segundo porque intentaba pagarme pero de no haber yo querido pagar le hubiese dejado arreglarse ella misma con el doctor que le atendió sobre los gastos pero era una fortuna que no fuese yo así.
Más ahora en lo que debía enfocarme era en si se encontraba lo suficientemente bien como para que nos fuéramos de ahí, sabía de sobra que debería llevarla cargando pero aquello era fácil lo complicado que veía ahora en la situación sería hacer que ella aceptara, a menos que pasara un milagro y dijera que si a la primera.
- Bien Leigh, te diré que tenemos que irnos de aquí y mi casa esta cerca así que en lo que te recuperas un poco más puedes quedarte en ella - entonces fue cuando pensé que sí mencionaba a mi hermana ella se sentiría más cómoda quizás con la idea - además ahí esta mi hermana y puede ayudarte con lo que necesites o si lo quieres puedo llevarte hasta tu casa en donde espero tengas quien te ayude que si no, igual deberé quedarme yo contigo porque no podrás hacer nada - cruce los brazos frente a mi y espere a ver su reacción y escuchar su decisión.
Ryley Lezarc- Cazador Clase Alta
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Re: Encuentro Fortuito (Privado)
Aquél episodio le dio no poco en que pensar, miró confusa al suelo e intentó contemplar la situación, ella no tenía remedio, se cuestionaba cada detalle. Si no quería irse con él, se iría, ella era libre y él no podía sujetarla. Pero en realidad no se podía ir así como así, tenía la pierna vendada luego de una lesión no tan simple, se debía a un hueso quebrado que le impediría apoyar bien la pierna y poder por supuesto darle la autonomía que le gustaba a su cuerpo. Miró al joven de buen aspecto que se encontraba con ella y que además parecía tan dispuesto a ayudarla y dudó sobre su aparición repentina en medio de la noche. Era poco común encontrar individuos que caminaran entre las sombras con tal confianza y aunque realmente parecía bueno, Leigh desconfiaba hasta de su sombra. Lo lamentable para ella, era que a esas horas no tenía remedio, estaba en la casa del médico y no en un hospital, era consciente que debía salir de allí y el único medio posible ahora era él, Ryley.
- Gracias por traerme, gracias por hacerse cargo.- Le dijo en forma sincera al tiempo que le miraba directamente. Lo hacía con la intensión de darle énfasis a sus palabras, pero también una seguridad que hablaba sobre una mujer que no se rendía pronto, sea lo que fuere. -Veo que el médico ha hecho lo suyo- Dijo mirándose la pierna vendada y las heridas cubiertas en los lugares más visibles. -Pero...- Retomó de nuevo la mirada hacia él frunciendo el ceño ligeramente- ¿Cuántas horas han pasado? -Por supuesto era algo que no recordaba, pero que sí le permitiría saber la gravedad de su debilidad y la situación afuera con respecto a la presencia o no de vampiros. Ella sería prevenida y realmente esperaba que estuviera en cuando menos cerca de el amanecer.
Pronto de nuevo sus palabras resonaron con razón disimulada en el lugar. Él le confirmaba la necesidad de abandonar el lugar y ella asintió. No tenía opción pero no le llevaría a su casa, prefería ir al paradero de un desconocido y defenderse al momento, antes que indicarle su morada permanente en donde sí la encontrarían siempre. Se puso de inmediato y antes de levantarse, se puso la mano en el abdomen y notó entonces que el médico había retirado su corset y con él las armas ocultas en el mismo. Esa perdida sí hubiese resultado peligrosa, pero al girar vio sobre el sillón cercano sus prendas retiradas, ¿Habría notado el médico el extraño peso del corset? era probable, aunque Leigh había reemplazado las varillas habituales por una especie de estacas más delgadas pero más firmes y resistentes; por otra parte, un arma de mano y las balas de plata estaban en un pantalón poco usado para la época pero libre para usar a gusto de noche cuando nadie de los de su clase la reconocerían y nadie hablaría de los habituales "por qué". Pensó en las palabras del joven y le dio a conocer la respuesta con prontitud.
- Le agradeceré que me permita quedarme con usted y su hermana apenas unas horas. En cuanto París esté del todo despierta, yo misma alquilaré algún carruaje o caballo para irme a mi casa. Espero realmente no causarles molestias y que su hermana no se disguste si lleva a una herida desconocida.- Pese a que Leigh no sonreía le dijo esto con tal amabilidad que nadie sospecharía de las cosas que se le cruzaban por la mente para defenderse si se requería. Tras usar aquél tono cortés, que, en teoría merecía el caballero, le hizo una última solicitud para poder buscar sus cosas sin que nadie viera.
-Le pido por favor, Monsieur, que si no le molesta me aguarde junto con el médico afuera unos instantes. Deseo ponerme las prendas que traía conmigo y una vez lo haga nos iremos y no le ocasionaremos molestias al médico ¿Le parece? -Le pidió de nuevo de modo cortés y miro de reojo el lugar para luego con la mayor cautela hacerse de sus cosas nuevamente.
- Gracias por traerme, gracias por hacerse cargo.- Le dijo en forma sincera al tiempo que le miraba directamente. Lo hacía con la intensión de darle énfasis a sus palabras, pero también una seguridad que hablaba sobre una mujer que no se rendía pronto, sea lo que fuere. -Veo que el médico ha hecho lo suyo- Dijo mirándose la pierna vendada y las heridas cubiertas en los lugares más visibles. -Pero...- Retomó de nuevo la mirada hacia él frunciendo el ceño ligeramente- ¿Cuántas horas han pasado? -Por supuesto era algo que no recordaba, pero que sí le permitiría saber la gravedad de su debilidad y la situación afuera con respecto a la presencia o no de vampiros. Ella sería prevenida y realmente esperaba que estuviera en cuando menos cerca de el amanecer.
Pronto de nuevo sus palabras resonaron con razón disimulada en el lugar. Él le confirmaba la necesidad de abandonar el lugar y ella asintió. No tenía opción pero no le llevaría a su casa, prefería ir al paradero de un desconocido y defenderse al momento, antes que indicarle su morada permanente en donde sí la encontrarían siempre. Se puso de inmediato y antes de levantarse, se puso la mano en el abdomen y notó entonces que el médico había retirado su corset y con él las armas ocultas en el mismo. Esa perdida sí hubiese resultado peligrosa, pero al girar vio sobre el sillón cercano sus prendas retiradas, ¿Habría notado el médico el extraño peso del corset? era probable, aunque Leigh había reemplazado las varillas habituales por una especie de estacas más delgadas pero más firmes y resistentes; por otra parte, un arma de mano y las balas de plata estaban en un pantalón poco usado para la época pero libre para usar a gusto de noche cuando nadie de los de su clase la reconocerían y nadie hablaría de los habituales "por qué". Pensó en las palabras del joven y le dio a conocer la respuesta con prontitud.
- Le agradeceré que me permita quedarme con usted y su hermana apenas unas horas. En cuanto París esté del todo despierta, yo misma alquilaré algún carruaje o caballo para irme a mi casa. Espero realmente no causarles molestias y que su hermana no se disguste si lleva a una herida desconocida.- Pese a que Leigh no sonreía le dijo esto con tal amabilidad que nadie sospecharía de las cosas que se le cruzaban por la mente para defenderse si se requería. Tras usar aquél tono cortés, que, en teoría merecía el caballero, le hizo una última solicitud para poder buscar sus cosas sin que nadie viera.
-Le pido por favor, Monsieur, que si no le molesta me aguarde junto con el médico afuera unos instantes. Deseo ponerme las prendas que traía conmigo y una vez lo haga nos iremos y no le ocasionaremos molestias al médico ¿Le parece? -Le pidió de nuevo de modo cortés y miro de reojo el lugar para luego con la mayor cautela hacerse de sus cosas nuevamente.
Última edición por Leigh Lezarc el Sáb Mar 30, 2013 1:15 am, editado 1 vez
Leigh Lezarc- Cazador Clase Alta
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Re: Encuentro Fortuito (Privado)
- No necesitas agradecerme, yo solo espero que te recuperes bien y que nada malo le pase a tu pierna, pero el doctor ha dicho que todo esta bien, así que no hay de que preocuparnos; ahora solo quiero estar seguro de que usted señorita no hará nada para poner su pierna ni su salud en riesgo, dado que cuando la encontré parecía muy terca a llegar a algún sitio más no a uno donde pudieran curarle - hablaba de manera calma y serena quería darle confianza pero a la vez me sentía como responsable de ella y de su seguridad; cosa que no tenía el mínimo sentido lógico ya que ella era libre y lo suficientemente adulta como para cuidarse sola y hacer las cosas que ella creyera conveniente para su persona, incluso sabiendo eso no quería dejarla hacer alguna cosa que pudiera poner en peligro su vida como la que ella parecía llevar a cabo.
Suspire sin dejar de mirarla mientras ella analizaba cautelosa su cuerpo y las zonas que el doctor había vendado o curado de una u otra manera; vendada así como estaba parecía que las cosas habían ido mal, pero definitivamente se veían antes peor de lo que ahora podía suponerse.
- Sí, desde que llegamos ha estado cuidando de ti y cuantas horas han pasado… - levante el rostro intentando recordar de manera exacta cuantas horas habían pasado desde que la tome en aquel callejón y la lleve hasta ese sitio, hasta este momento en que la veía de nueva cuenta - la verdad es que no estoy seguro de cuanto ha pasado pero, pues ya es de mañana así que, unas 5 o 6 tal vez - aquello era al menos un aproximado de tiempo que podía darle pero no estaba seguro de si era el correcto o no.
Sonreí ampliamente cuando acepto mi propuesta de que era cordialmente bienvenida a mi hogar.
- Descuide mi hermana no se molestara en lo absoluto, de hecho estoy seguro que se sentirá muy contenta al tener quien le haga compañía mientras yo no estoy y ella… - me reí - ella adora cuidar a los demás, por lo que no tendrá que preocuparse por eso y… - la mire cambiando mi sonrisa por una mirada más sería - lamento tener que decirle esto pero nosotros la llevaremos hasta su casa, no me puedo permitir ni perdonar que se fuera usted sola y quiero asegurarme también que tiene quien la cuide de lo contrario… veremos que hacer.
Por unos instantes olvide completamente que estaba frente a una mujer que no trabajaba en un burdel y me quede ahí parado como si aquello fuese lo más normal del mundo, al menos hasta que sus palabras distrajeron mi mente de la nada para recordar que no trataba con las mujeres que ya conocia si no con una dama que merecía respeto.
- Lo siento - hice una leve inclinación - olvide por completo eso, bueno entonces señorita Lezark… cuando este lista diga para venir por usted ya que no debe caminar ni esforzarse demasiado - después de decir aquello me encamine hasta la puerta la cual abrí no son antes mirarla y sonriere una última vez antes de que las puertas se cerraran tras de mi.
Me recargue después justo en el mismo sitio que antes había estado esperando; solo que esta vez esperaba el llamado de ella.
Suspire sin dejar de mirarla mientras ella analizaba cautelosa su cuerpo y las zonas que el doctor había vendado o curado de una u otra manera; vendada así como estaba parecía que las cosas habían ido mal, pero definitivamente se veían antes peor de lo que ahora podía suponerse.
- Sí, desde que llegamos ha estado cuidando de ti y cuantas horas han pasado… - levante el rostro intentando recordar de manera exacta cuantas horas habían pasado desde que la tome en aquel callejón y la lleve hasta ese sitio, hasta este momento en que la veía de nueva cuenta - la verdad es que no estoy seguro de cuanto ha pasado pero, pues ya es de mañana así que, unas 5 o 6 tal vez - aquello era al menos un aproximado de tiempo que podía darle pero no estaba seguro de si era el correcto o no.
Sonreí ampliamente cuando acepto mi propuesta de que era cordialmente bienvenida a mi hogar.
- Descuide mi hermana no se molestara en lo absoluto, de hecho estoy seguro que se sentirá muy contenta al tener quien le haga compañía mientras yo no estoy y ella… - me reí - ella adora cuidar a los demás, por lo que no tendrá que preocuparse por eso y… - la mire cambiando mi sonrisa por una mirada más sería - lamento tener que decirle esto pero nosotros la llevaremos hasta su casa, no me puedo permitir ni perdonar que se fuera usted sola y quiero asegurarme también que tiene quien la cuide de lo contrario… veremos que hacer.
Por unos instantes olvide completamente que estaba frente a una mujer que no trabajaba en un burdel y me quede ahí parado como si aquello fuese lo más normal del mundo, al menos hasta que sus palabras distrajeron mi mente de la nada para recordar que no trataba con las mujeres que ya conocia si no con una dama que merecía respeto.
- Lo siento - hice una leve inclinación - olvide por completo eso, bueno entonces señorita Lezark… cuando este lista diga para venir por usted ya que no debe caminar ni esforzarse demasiado - después de decir aquello me encamine hasta la puerta la cual abrí no son antes mirarla y sonriere una última vez antes de que las puertas se cerraran tras de mi.
Me recargue después justo en el mismo sitio que antes había estado esperando; solo que esta vez esperaba el llamado de ella.
Ryley Lezarc- Cazador Clase Alta
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Re: Encuentro Fortuito (Privado)
- Tal vez era más una cuestión de defensa propia, ya sabe, no siempre aparece un desconocido a altas horas de la noche para ayudar precisamente. He sido afortunada y le agradezco por ello aunque me diga que no es necesario- Parecía tan sincero que Leigh prefirió ser educada y correr el riesgo de equivocarse, en vez de ser grosera y arruinar a alguien con buenas intensiones, aunque, vaya Dios a saber porqué lo hacía.
Ya había amanecido, un punto más a favor como ella esperaba. Pero un pensamiento le vino a la mente con tal rapidez que volteó a ver al joven de nuevo tras revisar sus propias heridas. Como pensó, él se veía cansado. A pesar de su rostro lozano, el cansancio se asomaba a su manera a través de sus ojos. Lo curioso era que a él parecía no importarle y de nuevo ofreció no sólo sus propios cuidados sino los de su hermana, a lo cuál Leigh asintió pero sin dejar de pensar que estaba excediéndose al aprovechar tal ayuda. Aquí, la única que necesitaba algo no era ella y fue lo suficientemente consciente como para dárselo a entender también a él.
-Monsieur, ¿Osea que usted no ha descansado desde entonces?- Sus modales en aquél momento resaltaron. Aquél hombre la había ayudado y no podía hacer menos que preocuparse al menos un poco por él. - Mire, realmente no quiero molestarles, ya usted ha hecho bastante por mí y no quiero ocasionar ninguna molestia ni a usted ni a su hermana. Ya ha sido bastante con lo que ha hecho, cargarme hasta aquí, pagarle al médico e incluso esperarme y asegurarse que siga bien. La verdad es que no puedo permitirme abusar de su buena fe. Espero no se moleste, es sólo que no quiero excederme.- Se lo dijo muy sinceramente, algo de confianza le inspiraba Ryley y no era sólo porque sí, sino porque él mismo había hecho los méritos necesarios para ello.
-Le pido que no diga nada ahora. Lo que haremos es esto...- Dijo en tono sereno antes que él saliera de la habitación- ... me vestiré, tomaré mis cosas y usted pensará en lo que acabo de decirle. Y yo... -Le miro con seguridad a los ojos- ... también pensaré lo que he dicho aunque estoy segura. Al salir lo discutiremos, sé bien que es usted un buen hombre y creo que aunque insista no me dejará ir sola. Me lo pensaré con cabeza fría y se lo diré en un momento. ¿Le parece bien?- Dijo a la vez que apoyándose con los brazos iba bajando las piernas de la camilla donde había estado acostada pero sin dejar de verle incluso hasta que desapareciera por completo tras cerrar la puerta.
No tenía más que pensar, ya había decidido que hacer, sólo daba un poco de tiempo para que él fuera consciente que necesitaba descansar. Mientras pensaba se acercó no sin esfuerzo a sus ropas y notó que sus ropas estaban intactas. Lo curioso era que bajo la ropa, encontró su arma de mano junto con las balas de plata. Observó todo con cuidado y aparentemente no faltaba nada. Extraño, pero tal vez el médico no era tan ignorante de las cosas que pasaban por ahí o era lo suficientemente prudente para no meterse. Una nueva visita había sido programada en la mente de Leigh, al estar mejor vería de nuevo al médico, había algo que agradecerle de forma particular, sobre todo porque al parecer Ryley no sabía nada.
Una vez terminó de vestirse y ocultar sus armas como de costumbre, caminó hacia a puerta y miró al médico durante unos segundos con una mirada tan serena que parecía agradecerle en silencio. Luego, miró a Ryley y sólo dijo: -Es todo, estoy lista.-
Ya había amanecido, un punto más a favor como ella esperaba. Pero un pensamiento le vino a la mente con tal rapidez que volteó a ver al joven de nuevo tras revisar sus propias heridas. Como pensó, él se veía cansado. A pesar de su rostro lozano, el cansancio se asomaba a su manera a través de sus ojos. Lo curioso era que a él parecía no importarle y de nuevo ofreció no sólo sus propios cuidados sino los de su hermana, a lo cuál Leigh asintió pero sin dejar de pensar que estaba excediéndose al aprovechar tal ayuda. Aquí, la única que necesitaba algo no era ella y fue lo suficientemente consciente como para dárselo a entender también a él.
-Monsieur, ¿Osea que usted no ha descansado desde entonces?- Sus modales en aquél momento resaltaron. Aquél hombre la había ayudado y no podía hacer menos que preocuparse al menos un poco por él. - Mire, realmente no quiero molestarles, ya usted ha hecho bastante por mí y no quiero ocasionar ninguna molestia ni a usted ni a su hermana. Ya ha sido bastante con lo que ha hecho, cargarme hasta aquí, pagarle al médico e incluso esperarme y asegurarse que siga bien. La verdad es que no puedo permitirme abusar de su buena fe. Espero no se moleste, es sólo que no quiero excederme.- Se lo dijo muy sinceramente, algo de confianza le inspiraba Ryley y no era sólo porque sí, sino porque él mismo había hecho los méritos necesarios para ello.
-Le pido que no diga nada ahora. Lo que haremos es esto...- Dijo en tono sereno antes que él saliera de la habitación- ... me vestiré, tomaré mis cosas y usted pensará en lo que acabo de decirle. Y yo... -Le miro con seguridad a los ojos- ... también pensaré lo que he dicho aunque estoy segura. Al salir lo discutiremos, sé bien que es usted un buen hombre y creo que aunque insista no me dejará ir sola. Me lo pensaré con cabeza fría y se lo diré en un momento. ¿Le parece bien?- Dijo a la vez que apoyándose con los brazos iba bajando las piernas de la camilla donde había estado acostada pero sin dejar de verle incluso hasta que desapareciera por completo tras cerrar la puerta.
No tenía más que pensar, ya había decidido que hacer, sólo daba un poco de tiempo para que él fuera consciente que necesitaba descansar. Mientras pensaba se acercó no sin esfuerzo a sus ropas y notó que sus ropas estaban intactas. Lo curioso era que bajo la ropa, encontró su arma de mano junto con las balas de plata. Observó todo con cuidado y aparentemente no faltaba nada. Extraño, pero tal vez el médico no era tan ignorante de las cosas que pasaban por ahí o era lo suficientemente prudente para no meterse. Una nueva visita había sido programada en la mente de Leigh, al estar mejor vería de nuevo al médico, había algo que agradecerle de forma particular, sobre todo porque al parecer Ryley no sabía nada.
Una vez terminó de vestirse y ocultar sus armas como de costumbre, caminó hacia a puerta y miró al médico durante unos segundos con una mirada tan serena que parecía agradecerle en silencio. Luego, miró a Ryley y sólo dijo: -Es todo, estoy lista.-
Última edición por Leigh Lezarc el Vie Abr 05, 2013 12:53 am, editado 1 vez
Leigh Lezarc- Cazador Clase Alta
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Re: Encuentro Fortuito (Privado)
No podía negar que ella tenía razón, se desconocían siempre las intenciones de otras personas y era difícil en algunas situaciones confiar en conocidos con más razón se debía tener precaución con aquellos que no tratáramos.
- Bueno, pues entonces la felicito señorita porque se defendió a este el ultimo segundo de que alguien pudiera acercarse y hacerle daño. - ya no mencione nada del agradecimiento, si me metía de nuevo a ese asunto no terminaríamos nunca de hablar de eso.
No podía alejar mi vista de ella y cuando se volvió a observare sentí como me analizaba, no como si fuera una amenaza para ella si no como si intentara ver algo que yo desconocía, las intenciones de otros son misteriosas y de las mujeres mucho más, solo que las de ellas con en mucho grado fascinantes y esperadas.
Cerré los ojos, agachando la cabeza y negando cuando escuche su pregunta… así que eso era lo que estaba analizando en mi; ella no debía preocuparse por algo que carecía de sentido sobre todo para alguien como yo que estaba acostumbrado a jornadas de no descanso, pero esto era algo que ella no sabía.
- Tiene razón señorita, no he descansado pero no debe preocuparse por mi puesto que estoy acostumbrado a esta clase de situaciones - guarde silencio unos instantes - mi trabajo es muy demandante y por eso no siempre tengo la oportunidad de dormir pero es normal.
Estaba por comenzar a contradecir todo lo que decía, para mi no era molestia que se quedara, al contrario su presencia en un lugar donde pudiera verla recuperarse me tranquilizaba. Me mantuve callado esperando a que ella terminara de decir todo lo que su mente tenía planeado.
Al verla hablar notaba que era sincera, o al menos conmigo parecía serlo; lucía sería y tranquila, estaba segura de todo lo que hacía y decía. Leigh era sin duda una caja de sorpresas y misterios maravillosos, pero de manera segura debía ser muy difícil entrar en una cercanía con ella tal como para ver todos los aspectos que solo poco podían observar.
Yo por el contrario me sentía transparente, con el tiempo me había vuelto más abierto a las cosas y as situaciones, al menos más de una cosa buena salía del trabajo en el burdel.
Después que salí del cuarto y permanecía recargado esperando que saliera sus palabras retumbaban en mi cabeza, no podía creer que ella creyera que sería capaz de decirle que cada quien seguiría su camino, eso jamás, mucho menos con ella en ese estado. Ya tendría yo oportunidad de descansar, una noche más, una menos de sueño daban ya igual para mi.
El médico se acerco a mi de nuevo, me miraba con una sonrisa.
- Solo estoy esperando que salga para irnos - le indique devolviendo la amable sonrisa del hombre. Ambos permanecíamos en silencio en aquel lugar esperando a que la joven Leigh saliera del cuarto.
El silencio que se había hecho era cómodo pero al mismo tiempo ligeramente irritante por eso iba a preguntar una tontería sobre las heridas de Leigh al doctor cuando la puerta se abrió y ella apareció frente a nosotros. Hice una mueca y me acerque a ella - Señorita, le dije que me llamara para ayudarla - estire mi mano para ofrecer ayuda y sonreí de nuevo al médico para volverme a Leigh - Por cierto ya lo he pensado y como le dije antes no es molestia usted en nuestra casa, de hecho lo tomare como todo un honor, después de todo una dama tan bella en nuestra casa, eso no ocurre todos los días - mi resolución estaba hecha ahora solo faltaba ver que decía ella.
- Bueno, pues entonces la felicito señorita porque se defendió a este el ultimo segundo de que alguien pudiera acercarse y hacerle daño. - ya no mencione nada del agradecimiento, si me metía de nuevo a ese asunto no terminaríamos nunca de hablar de eso.
No podía alejar mi vista de ella y cuando se volvió a observare sentí como me analizaba, no como si fuera una amenaza para ella si no como si intentara ver algo que yo desconocía, las intenciones de otros son misteriosas y de las mujeres mucho más, solo que las de ellas con en mucho grado fascinantes y esperadas.
Cerré los ojos, agachando la cabeza y negando cuando escuche su pregunta… así que eso era lo que estaba analizando en mi; ella no debía preocuparse por algo que carecía de sentido sobre todo para alguien como yo que estaba acostumbrado a jornadas de no descanso, pero esto era algo que ella no sabía.
- Tiene razón señorita, no he descansado pero no debe preocuparse por mi puesto que estoy acostumbrado a esta clase de situaciones - guarde silencio unos instantes - mi trabajo es muy demandante y por eso no siempre tengo la oportunidad de dormir pero es normal.
Estaba por comenzar a contradecir todo lo que decía, para mi no era molestia que se quedara, al contrario su presencia en un lugar donde pudiera verla recuperarse me tranquilizaba. Me mantuve callado esperando a que ella terminara de decir todo lo que su mente tenía planeado.
Al verla hablar notaba que era sincera, o al menos conmigo parecía serlo; lucía sería y tranquila, estaba segura de todo lo que hacía y decía. Leigh era sin duda una caja de sorpresas y misterios maravillosos, pero de manera segura debía ser muy difícil entrar en una cercanía con ella tal como para ver todos los aspectos que solo poco podían observar.
Yo por el contrario me sentía transparente, con el tiempo me había vuelto más abierto a las cosas y as situaciones, al menos más de una cosa buena salía del trabajo en el burdel.
Después que salí del cuarto y permanecía recargado esperando que saliera sus palabras retumbaban en mi cabeza, no podía creer que ella creyera que sería capaz de decirle que cada quien seguiría su camino, eso jamás, mucho menos con ella en ese estado. Ya tendría yo oportunidad de descansar, una noche más, una menos de sueño daban ya igual para mi.
El médico se acerco a mi de nuevo, me miraba con una sonrisa.
- Solo estoy esperando que salga para irnos - le indique devolviendo la amable sonrisa del hombre. Ambos permanecíamos en silencio en aquel lugar esperando a que la joven Leigh saliera del cuarto.
El silencio que se había hecho era cómodo pero al mismo tiempo ligeramente irritante por eso iba a preguntar una tontería sobre las heridas de Leigh al doctor cuando la puerta se abrió y ella apareció frente a nosotros. Hice una mueca y me acerque a ella - Señorita, le dije que me llamara para ayudarla - estire mi mano para ofrecer ayuda y sonreí de nuevo al médico para volverme a Leigh - Por cierto ya lo he pensado y como le dije antes no es molestia usted en nuestra casa, de hecho lo tomare como todo un honor, después de todo una dama tan bella en nuestra casa, eso no ocurre todos los días - mi resolución estaba hecha ahora solo faltaba ver que decía ella.
Ryley Lezarc- Cazador Clase Alta
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Re: Encuentro Fortuito (Privado)
Hubo algo que continuó dando vueltas en la mente de Leigh mientras se alistaba. Eran las palabras de Ryley sobre su trabajo. ¿A que se dedicaba? lo primero que se le venía a la mente eran cosas relacionadas a lo sobrenatural. Evidentemente no era vampiro, pero podría ser cualquier otra cosa. Sabía bien cuando había luna llena y ese caso tampoco aplicaba. Podía ser un cambiaformas o un brujo, eso fue lo que llegó a su mente. Sea como fuere, Leigh no cazaba a estos últimos a menos que fuere necesario. El problema era si lamentablemente llegaba a ser inquisidor, pero por ahora no parecía. Mientras se alistaba para salir e incluso cuando salió indicando que ya estaba lista, le miraba a él y se decía a sí misma que no tenía porque saber de lo sobrenatural, tal vez era un hombre común, alguien que para bien o para mal se había cruzado en su camino, pero teniendo una mente limpia de las cosas raras que se cruzaban por París manteniéndose ocultas de la mayoría.
Al salir, se apoyó del marco de la puerta y entonces él se movió con rapidez y le ofreció su brazo. Leigh, sin dudarlo se sostuvo de él e hizo apoyo en la pierna que no tenía fracturada. Sintió deseos de buscar el mirada del médico algún dato del porqué no había mencionado lo de las armas y tampoco se había desecho de ellas, pero las palabras de Ryley la distrajeron por un momento de aquél objetivo.
- No se preocupe, he salido y no me he ocasionado ningún otro daño.- Omitió el nuevo gracias por lo que ya aquél chico había mencionado antes y tampoco dijo nada sobre el hecho de su sueño. Ya habría tiempo para ello. Con lentitud, giró su rostro hacia el doctor y tras agradecerle le miró de forma profunda, realmente estaba agradecida por lo que había hecho pero sobre todo por su silencio. El médico la miró y tras una sonrisa le hizo un par de advertencias sobre los cuidados necesarios, lo de rutina. Entonces, estuvieron listos para salir.
-Será breve mi estadía. Porque aunque es usted muy amable no quiero molestarle.- Dijo mientras salía apoyada de él de la casa del médico. Afuera empezaba a hacer frío, así que la idea no era demorarlo mucho y por ello haría su mejor esfuerzo para no quejarse aunque al momento de caminar y apoyarse en la pierna que se había fracturado, se producía un dolor que no quería mencionar. Pensó en ir a su casa, aunque él insistiera en acompañarla le podrían arreglar una cómoda habitación lista para su descanso, mientras que las mujeres al servicio de los Lezarc la cuidaban como era debido; sin embargo no dijo nada, no quería ser grosera con aquél hombre, el primero amable en mucho tiempo, que aunque generaba dudas en ella, empezaba a discutírselo a ella misma convenciéndose de lo contrario.
Al salir, se apoyó del marco de la puerta y entonces él se movió con rapidez y le ofreció su brazo. Leigh, sin dudarlo se sostuvo de él e hizo apoyo en la pierna que no tenía fracturada. Sintió deseos de buscar el mirada del médico algún dato del porqué no había mencionado lo de las armas y tampoco se había desecho de ellas, pero las palabras de Ryley la distrajeron por un momento de aquél objetivo.
- No se preocupe, he salido y no me he ocasionado ningún otro daño.- Omitió el nuevo gracias por lo que ya aquél chico había mencionado antes y tampoco dijo nada sobre el hecho de su sueño. Ya habría tiempo para ello. Con lentitud, giró su rostro hacia el doctor y tras agradecerle le miró de forma profunda, realmente estaba agradecida por lo que había hecho pero sobre todo por su silencio. El médico la miró y tras una sonrisa le hizo un par de advertencias sobre los cuidados necesarios, lo de rutina. Entonces, estuvieron listos para salir.
-Será breve mi estadía. Porque aunque es usted muy amable no quiero molestarle.- Dijo mientras salía apoyada de él de la casa del médico. Afuera empezaba a hacer frío, así que la idea no era demorarlo mucho y por ello haría su mejor esfuerzo para no quejarse aunque al momento de caminar y apoyarse en la pierna que se había fracturado, se producía un dolor que no quería mencionar. Pensó en ir a su casa, aunque él insistiera en acompañarla le podrían arreglar una cómoda habitación lista para su descanso, mientras que las mujeres al servicio de los Lezarc la cuidaban como era debido; sin embargo no dijo nada, no quería ser grosera con aquél hombre, el primero amable en mucho tiempo, que aunque generaba dudas en ella, empezaba a discutírselo a ella misma convenciéndose de lo contrario.
Leigh Lezarc- Cazador Clase Alta
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Mujeres como ella eran únicas sin duda, fuertes y decididas. Aunque había aceptado mi ayuda completamente al acercarme.
Podría no haberse ocasionado daño al salir, pero eso era lo que ella sentía, no se podía estar seguro de que eso fuera completamente verdad. La actitud del doctor me sorprendió un poco pues aunque yo había mencionado aquello, él siendo el experto entre nosotros y siendo que ya me había dicho que evitara que ella se moviera mucho, no le había reprendido en lo más mínimo, algo sin duda curioso pero que no era mi prioridad en aquellos momentos. Toda mi atención estaba en ella, no en mínimos detalles que bien pudieron ser pasador por alto por el medico debido a que yo reprendía bastante bien a la señorita Lezarc por mi cuenta.
- Incluso con eso, le agradecería que no nos cause preocupaciones y que tome en consideración que si no se cuida, tardara mucho más en poder recuperarse y volver a su vida normal - todos a fin de cuentas queremos volver a la vida normal después de un accidente como aquel. Quizás yo nunca había tenido heridas físicas como ella, pero psicológicas, ya había tenido algunas; desafortunadamente en esas era más difícil volver a como antes se era.
Salimos de la casa del medico con paso lento y rumbo a mi hogar. No nos encontrábamos muy retirado, a pesar de eso me preocupaba su pierna y el hecho de que debía dolerle y no decía nada. Demasiado fuerte sin duda Leigh, pero el ser tan fuerte tenía sus desventajas… era más fácil que soportara cosas que le llevarían a una muerte más apresurada y mucho más joven que la mayoría de las personas. Ese pensamiento me dolió en el pecho pero no podía adivinar la razón.
- A este paso tardaremos bastante en llegar - le sonreí, alejando el dolor mientras observaba su rostro - vamos señorita que ambos conocemos la forma de llegar más rápido a nuestro destino - sin esperar respuesta de ella que de manera segura sería una negativa o algo como "no quiero molestarle" la cargue en brazos como cuando la lleve a casa del medico - mucho mejor - dije sin parar de sonreír.
El camino a casa fue silencioso, no debido a que no quisiera preguntarle algo, si no porque sentía que no era el mejor momento ni la mejor manera de preguntarle algo.
No tardamos prácticamente nada en llegar a mi humilde hogar, una casa con buena presentación pero que no era claro como la de las personas ricas. Tampoco era como que necesitáramos tanto, éramos solo mi hermana y yo después de todo.
- Bueno… - la baje con cuidado para abrir la puerta y ayudarla a entrar. La casa estaba conformada por una sala pequeña, dos cuartos, la cocina y un baño; ese era el orden general de aquel lugar al que denominaba hogar - No es la gran cosa, pero creame cuando le digo que se lo ofrecemos de corazón - sonreí sin apartarme aun de ella - VANE… - grite esperando ver salir a mi hermana, pero solo el silencio respondió - Esa niña, debe andar en las afueras aún… - mire a Leigh de nuevo - ¿Desea algo de comer o beber?, ¿O dormir?
Podría no haberse ocasionado daño al salir, pero eso era lo que ella sentía, no se podía estar seguro de que eso fuera completamente verdad. La actitud del doctor me sorprendió un poco pues aunque yo había mencionado aquello, él siendo el experto entre nosotros y siendo que ya me había dicho que evitara que ella se moviera mucho, no le había reprendido en lo más mínimo, algo sin duda curioso pero que no era mi prioridad en aquellos momentos. Toda mi atención estaba en ella, no en mínimos detalles que bien pudieron ser pasador por alto por el medico debido a que yo reprendía bastante bien a la señorita Lezarc por mi cuenta.
- Incluso con eso, le agradecería que no nos cause preocupaciones y que tome en consideración que si no se cuida, tardara mucho más en poder recuperarse y volver a su vida normal - todos a fin de cuentas queremos volver a la vida normal después de un accidente como aquel. Quizás yo nunca había tenido heridas físicas como ella, pero psicológicas, ya había tenido algunas; desafortunadamente en esas era más difícil volver a como antes se era.
Salimos de la casa del medico con paso lento y rumbo a mi hogar. No nos encontrábamos muy retirado, a pesar de eso me preocupaba su pierna y el hecho de que debía dolerle y no decía nada. Demasiado fuerte sin duda Leigh, pero el ser tan fuerte tenía sus desventajas… era más fácil que soportara cosas que le llevarían a una muerte más apresurada y mucho más joven que la mayoría de las personas. Ese pensamiento me dolió en el pecho pero no podía adivinar la razón.
- A este paso tardaremos bastante en llegar - le sonreí, alejando el dolor mientras observaba su rostro - vamos señorita que ambos conocemos la forma de llegar más rápido a nuestro destino - sin esperar respuesta de ella que de manera segura sería una negativa o algo como "no quiero molestarle" la cargue en brazos como cuando la lleve a casa del medico - mucho mejor - dije sin parar de sonreír.
El camino a casa fue silencioso, no debido a que no quisiera preguntarle algo, si no porque sentía que no era el mejor momento ni la mejor manera de preguntarle algo.
No tardamos prácticamente nada en llegar a mi humilde hogar, una casa con buena presentación pero que no era claro como la de las personas ricas. Tampoco era como que necesitáramos tanto, éramos solo mi hermana y yo después de todo.
- Bueno… - la baje con cuidado para abrir la puerta y ayudarla a entrar. La casa estaba conformada por una sala pequeña, dos cuartos, la cocina y un baño; ese era el orden general de aquel lugar al que denominaba hogar - No es la gran cosa, pero creame cuando le digo que se lo ofrecemos de corazón - sonreí sin apartarme aun de ella - VANE… - grite esperando ver salir a mi hermana, pero solo el silencio respondió - Esa niña, debe andar en las afueras aún… - mire a Leigh de nuevo - ¿Desea algo de comer o beber?, ¿O dormir?
Ryley Lezarc- Cazador Clase Alta
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Re: Encuentro Fortuito (Privado)
Leigh analizaba cada detalle, y en ese ir de venir de ideas, recordó en algún momento algo que le solía decir su madre, era más o menos algo así: "No debemos dejarnos guiar por los acontecimientos ocasionales, los dones de la fortuna, los giros caprichosos del destino, pues sólo son el resultado de la coincidencia de circunstancias externas que, similares a las cimas de las montañas, son las primeras que saltan a la vista. En cambio, precisamente aquellas experiencias mínimas, aquellos acontecimientos interiores a los que no damos importancia, son los que con más claridad muestran la totalidad del carácter de un individuo, pues se desarrollan según la naturaleza humana, mientras que los otros no le pertenecen, sólo están unidos con él en otras formas." En esto meditó la cazadora. No tenía motivos para sospechar de él, al menos no eran lo suficientemente contundentes y eso era algo que actuaba de base para comportarse como era debido e incluso darle a su análisis otro rumbo.
- Lo sé, pero me recuperaré pronto, esto no es nada.- Comentó con total naturalidad, como si su piel, sus huesos y todo su cuerpo estuviesen acostumbrados al dolor, en realidad toda ella estaba habituada.
Realmente hizo su mejor esfuerzo en caminar apenas apoyada de él, conteniendo incluso el más leve suspiro para no dar indicios de nada, hasta que él se detuvo y con esa sonrisa amable, dijo algo de lo cual Leigh no alcanzó a pensar la respuesta antes de descubrirse en sus brazos. Ella por lo general actuaba rápido, pero esto era algo que ella no esperaba, por unos segundo se quedó viéndolo con un gesto de evidente sorpresa, sus ojos estaban de par de par hasta que la sonrisa en él luego de aquello, logró que sus mejillas fueran sorprendidas por un ligero estupor que disimulo bajando la mirada.
-Lo lamento... - Fue lo único que dijo usando un tono de voz bajo. El resto del camino se mantuvieron ambos en silencio, y por ello estaba aún más agradecida.
Al llegar a su casa, la bajó con cuidado y sus palabras fueron el claro ejemplo de un corazón noble, aún ella con sus miles de dudas lo notaba. Realmente si sonriera, ese sería el momento para hacerlo; pero a cambio lo miró con una tranquilidad enorme y respondió pensando ahora en el descanso de él.
-No, muchas gracias. Sólo deseo sentarme para apoyar la pierna. Pero... realmente se ve usted muy cansado. Descanse tranquilo, lo veré en unas horas...- Y pareció quedarse por un segundo sin palabras, pero en lo poco dicho, quedaba claro que no intentaría irse y que aguardaría. De hecho pensó en verle de nuevo para poder recompensar tanta amabilidad para una desconocida. Ese, era un detalle que ela no iba a dejar pasar ella por alto. Pero por un segundo pareció que la visión se le nublaba y de forma impulsiva se extendió la mano hacia una pared cercana para sostenerse, intento disimularlo, pero tal parece que había perdido la sangre y la energía suficientes como para no poder disimular como se sentía. Sin embargo, como si nada pasara, levantó de nuevo su mirada a Ryley y repitió de nuevo. -Por favor, descanse usted, no me iré hasta que eso suceda.-
- Lo sé, pero me recuperaré pronto, esto no es nada.- Comentó con total naturalidad, como si su piel, sus huesos y todo su cuerpo estuviesen acostumbrados al dolor, en realidad toda ella estaba habituada.
Realmente hizo su mejor esfuerzo en caminar apenas apoyada de él, conteniendo incluso el más leve suspiro para no dar indicios de nada, hasta que él se detuvo y con esa sonrisa amable, dijo algo de lo cual Leigh no alcanzó a pensar la respuesta antes de descubrirse en sus brazos. Ella por lo general actuaba rápido, pero esto era algo que ella no esperaba, por unos segundo se quedó viéndolo con un gesto de evidente sorpresa, sus ojos estaban de par de par hasta que la sonrisa en él luego de aquello, logró que sus mejillas fueran sorprendidas por un ligero estupor que disimulo bajando la mirada.
-Lo lamento... - Fue lo único que dijo usando un tono de voz bajo. El resto del camino se mantuvieron ambos en silencio, y por ello estaba aún más agradecida.
Al llegar a su casa, la bajó con cuidado y sus palabras fueron el claro ejemplo de un corazón noble, aún ella con sus miles de dudas lo notaba. Realmente si sonriera, ese sería el momento para hacerlo; pero a cambio lo miró con una tranquilidad enorme y respondió pensando ahora en el descanso de él.
-No, muchas gracias. Sólo deseo sentarme para apoyar la pierna. Pero... realmente se ve usted muy cansado. Descanse tranquilo, lo veré en unas horas...- Y pareció quedarse por un segundo sin palabras, pero en lo poco dicho, quedaba claro que no intentaría irse y que aguardaría. De hecho pensó en verle de nuevo para poder recompensar tanta amabilidad para una desconocida. Ese, era un detalle que ela no iba a dejar pasar ella por alto. Pero por un segundo pareció que la visión se le nublaba y de forma impulsiva se extendió la mano hacia una pared cercana para sostenerse, intento disimularlo, pero tal parece que había perdido la sangre y la energía suficientes como para no poder disimular como se sentía. Sin embargo, como si nada pasara, levantó de nuevo su mirada a Ryley y repitió de nuevo. -Por favor, descanse usted, no me iré hasta que eso suceda.-
Leigh Lezarc- Cazador Clase Alta
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Re: Encuentro Fortuito (Privado)
Era consciente de que las heridas físicas sanaban tarde o temprano, todo dependía de la persona porque cada quien sana a un ritmo diferente al resto. Como no iba a conocer yo ese punto si se quedo grabado en su hombro derecho, las heridas del cuerpo eran sencillas de curarse y las cicatrices simbolizaban solo un recordatorio de un incidente desafortunado, una pelea en la que se fue muy débil, un castigo paternal… esas heridas eran superficiales incluso si llegaban casi a matar a la persona; las heridas reales se encontraban más profundo, en un lugar donde sanarlas era sumamente complicado y difícil.
- Espero que así sea Leigh, pero si no se recupera pronto no te preocupes conseguiremos remedios y alimentos que ayuden a tu pronta recuperación - yo no era nadie para tenerla en contra de su voluntad mucho tiempo en un lugar pero bueno, no podía desatenderla y si lo que quería era irse pronto buscaría la manera de lograrlo costara lo que costara.
¿Lamentarlo? Aquella disculpa me causo gracia que no exprese por respeto a ella, No era como si Leigh hubiera buscado lastimarse de manera deliberada para que alguien la cuidara e hiciera lo que yo hacía en esos momentos así que la verdad no tenía ninguna razón para expresar algo como aquello. Los pensamientos y creencias de ella era un total misterio, las de todas las personas lo son incluso las de uno mismo pero las de ella me intrigaban de manera increíble.
Centre mi mirada en Leigh, parecía que yo no era el único que no sabía que pensar o actuar frente al otro, como si fuera algo completamente desconocido que debe ser tratado con cuidado, tanteando terreno para verificar si el paso siguiente es el correcto. Eso lo comprable cuando volvió a decirme sobre mi descanso.
Sinceramente no me interesaba descansar mucho, de verdad que si estaba acostumbrado a no dormir y mis planes hasta ese momento eran cuidar de ella y al caer la noche ir al burdel mientras a Leigh la cuidaba Vane; no pensaba trabajar, si no que le pediría a alguna compañera me diera la oportunidad de dormir en donde alguna se quedara, sabía de sobra que más de una me permitirían llevar a cabo aquello que había planeado, por mi mantenerme despierto a su lado no significaba un problema.
- Estoy perfectamente, no estoy acostumbrado a dormir mucho y si lo hago ahora me sentiré mal. Dormir de día no es lo más adecuado para mi persona, pero vamos, si desea descansar su pierna la sala será el sitio adecuado - estire mi mano indicando la sala sin despegarme mucho de ella, pero note como se recargaba en la pared - Leigh… - mencione mientras estiraba mis brazos en su dirección por si colapsaba o necesitaba de mi apoyo.
Sentí como una expresión de molestia comenzaba a notarse en mi rostro, después de lo que parecía haberle pasado continuaba insistiendo en que fuera a dormir y simplemente negué. Con precaución me acerque a ella y la tome de la cintura para darle soporte.
- Que clase de anfitrión sería si mi invitada que se siente mal es abandonada por mi - dije en tono serio y guindola lentamente comencé a caminar rumbo a la sala - Leigh, debes descansar aun estas muy débil, así que no me digas que vaya yo a dormir siendo que la que casi pierde la vida eres tu - termine llegando a un sofá y con cuidado la ayude a sentarse en él para después sentarme en uno más pequeño a su lado - Debes comer algo para que te de fuerza, la necesitas… dime ¿Qué clase de comida te gusta? pide lo que quieras además soy un buen cocinero - guiñe mi ojo sin estar muy seguro del ¿por qué? pero quizás era una costumbre mía - Y lo que necesites o se antoje pideló sin pena - sonreí, eso también era algo común en mi.
- Espero que así sea Leigh, pero si no se recupera pronto no te preocupes conseguiremos remedios y alimentos que ayuden a tu pronta recuperación - yo no era nadie para tenerla en contra de su voluntad mucho tiempo en un lugar pero bueno, no podía desatenderla y si lo que quería era irse pronto buscaría la manera de lograrlo costara lo que costara.
¿Lamentarlo? Aquella disculpa me causo gracia que no exprese por respeto a ella, No era como si Leigh hubiera buscado lastimarse de manera deliberada para que alguien la cuidara e hiciera lo que yo hacía en esos momentos así que la verdad no tenía ninguna razón para expresar algo como aquello. Los pensamientos y creencias de ella era un total misterio, las de todas las personas lo son incluso las de uno mismo pero las de ella me intrigaban de manera increíble.
Centre mi mirada en Leigh, parecía que yo no era el único que no sabía que pensar o actuar frente al otro, como si fuera algo completamente desconocido que debe ser tratado con cuidado, tanteando terreno para verificar si el paso siguiente es el correcto. Eso lo comprable cuando volvió a decirme sobre mi descanso.
Sinceramente no me interesaba descansar mucho, de verdad que si estaba acostumbrado a no dormir y mis planes hasta ese momento eran cuidar de ella y al caer la noche ir al burdel mientras a Leigh la cuidaba Vane; no pensaba trabajar, si no que le pediría a alguna compañera me diera la oportunidad de dormir en donde alguna se quedara, sabía de sobra que más de una me permitirían llevar a cabo aquello que había planeado, por mi mantenerme despierto a su lado no significaba un problema.
- Estoy perfectamente, no estoy acostumbrado a dormir mucho y si lo hago ahora me sentiré mal. Dormir de día no es lo más adecuado para mi persona, pero vamos, si desea descansar su pierna la sala será el sitio adecuado - estire mi mano indicando la sala sin despegarme mucho de ella, pero note como se recargaba en la pared - Leigh… - mencione mientras estiraba mis brazos en su dirección por si colapsaba o necesitaba de mi apoyo.
Sentí como una expresión de molestia comenzaba a notarse en mi rostro, después de lo que parecía haberle pasado continuaba insistiendo en que fuera a dormir y simplemente negué. Con precaución me acerque a ella y la tome de la cintura para darle soporte.
- Que clase de anfitrión sería si mi invitada que se siente mal es abandonada por mi - dije en tono serio y guindola lentamente comencé a caminar rumbo a la sala - Leigh, debes descansar aun estas muy débil, así que no me digas que vaya yo a dormir siendo que la que casi pierde la vida eres tu - termine llegando a un sofá y con cuidado la ayude a sentarse en él para después sentarme en uno más pequeño a su lado - Debes comer algo para que te de fuerza, la necesitas… dime ¿Qué clase de comida te gusta? pide lo que quieras además soy un buen cocinero - guiñe mi ojo sin estar muy seguro del ¿por qué? pero quizás era una costumbre mía - Y lo que necesites o se antoje pideló sin pena - sonreí, eso también era algo común en mi.
Última edición por Ryley Ende el Vie Abr 26, 2013 7:57 pm, editado 1 vez
Ryley Lezarc- Cazador Clase Alta
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Re: Encuentro Fortuito (Privado)
A Leigh le sorprendía demasiado la amabilidad de este hombre, de este que empezaba a salir de lo desconocido paso a paso y con el esfuerzo de aguantar el carácter, la disimulada antipatía y desconfianza de la cazadora, a pesar de su situación. Era sorprendente como tenía en la mente la idea de darle descanso, de conseguir medicamentos y comida de ser necesario... frente a esto ¿De qué otra forma podría reaccionar? en principio, cediendo, dándole la posibilidad de confiar en él por cada cosa que hacía por ella desde el mismo momento en que accidentalmente se cruzaron.
Las palabras de Ryley durante el tiempo de mareo en donde intentó mantenerse conciente fueron difusas, apenas logró captar algo hasta que sientió que él la sostenía por la cintura. Esto comenzaba a ser más extraño para ella debido a que el único hombre que había tenido tanta cercanía a ella de forma no violenta era su padre y él hace mucho que había muerto. Ella carecía de cualquier expresión mínima de afecto desde entonces y su frialdad había ido en aumento desde entonces, a tal punto de no aceptar nada de nadie, pero ahora no estaba en condiciones y de hecho, no estaba molesta, aunque no tenia muy en claro el nombre para aquél motivo.
Mientras era casi llevaba camino a la sala no pudo contener algo -Creo que no conozco otro mejor anfitrión- Dijo sin mirarle, pues intentaba ver el suelo que desconocía evitando chocar debido a la circunstancia.
Se acomodó en el sofá con cuidado y con ayuda de él y fue entonces cuando aquél comentario sobre sus habilidades culinarias y posteriormente el guiño, casi le sacaron una sonrisa, de no ser porque no lo hacía. Frunció los labios ligeramente contenidos y con mirada completamente amable y tranquila y tuvo algo más en mente.
- No soy... quisquillosa con la comida.- Dijo con un tono que pareció estar rozado por una ligera vergüenza. -Lo que quiera está bien, lo comeré con gusto y bueno, creo que de seguro le queda muy bien, de verdad.- Ella siempre midiendo sus palabras, aunque hace bastante que no era tan tranquila de forma tan natural, eso se llamaba agradecimiento a pesar que siguiera pareciendo distante.
Cuando él mencionó algo de pedir lo que sea, algo se le vino a la mente y al pensar que era lo mínimo que podía hacer se lo dio a conocer. -Quiero proponerle algo... luego dormiré un poco, de hecho este lugar está perfecto, es cómodo.- Dijo con sinceridad con respecto al sillón. -Pero descansaremos juntos- Frunció el ceño y aclaró con rapidez lo siguiente para no parecer atrevida aunque no era su intensión. -Es decir, yo descansaré acá un poco y usted irá a su cama, descansará también, y yo le esperaré hasta que despierte. Sí?- Parecía obstinada, al igual que él, pero supuso que de alguna manera ambos querían tener su conciencia tranquila acerca del bienestar del otro, aunque se acabaran de conocer.
Hasta ahora, desde que llegó a la casa de Ryley, había sido completamente sincera. Ya había abandonado la idea de fugarse cuando le fuera posible. Ella deseaba esperarlo y verle descansado, luego, se podría ir tranquila. Además, realmente estaba débil y no iba a tirar por la borda todo lo que él había hecho por ayudarle. Tal vez era fría en cierta medida, pero no maleducada, jamás desagradecida.
Las palabras de Ryley durante el tiempo de mareo en donde intentó mantenerse conciente fueron difusas, apenas logró captar algo hasta que sientió que él la sostenía por la cintura. Esto comenzaba a ser más extraño para ella debido a que el único hombre que había tenido tanta cercanía a ella de forma no violenta era su padre y él hace mucho que había muerto. Ella carecía de cualquier expresión mínima de afecto desde entonces y su frialdad había ido en aumento desde entonces, a tal punto de no aceptar nada de nadie, pero ahora no estaba en condiciones y de hecho, no estaba molesta, aunque no tenia muy en claro el nombre para aquél motivo.
Mientras era casi llevaba camino a la sala no pudo contener algo -Creo que no conozco otro mejor anfitrión- Dijo sin mirarle, pues intentaba ver el suelo que desconocía evitando chocar debido a la circunstancia.
Se acomodó en el sofá con cuidado y con ayuda de él y fue entonces cuando aquél comentario sobre sus habilidades culinarias y posteriormente el guiño, casi le sacaron una sonrisa, de no ser porque no lo hacía. Frunció los labios ligeramente contenidos y con mirada completamente amable y tranquila y tuvo algo más en mente.
- No soy... quisquillosa con la comida.- Dijo con un tono que pareció estar rozado por una ligera vergüenza. -Lo que quiera está bien, lo comeré con gusto y bueno, creo que de seguro le queda muy bien, de verdad.- Ella siempre midiendo sus palabras, aunque hace bastante que no era tan tranquila de forma tan natural, eso se llamaba agradecimiento a pesar que siguiera pareciendo distante.
Cuando él mencionó algo de pedir lo que sea, algo se le vino a la mente y al pensar que era lo mínimo que podía hacer se lo dio a conocer. -Quiero proponerle algo... luego dormiré un poco, de hecho este lugar está perfecto, es cómodo.- Dijo con sinceridad con respecto al sillón. -Pero descansaremos juntos- Frunció el ceño y aclaró con rapidez lo siguiente para no parecer atrevida aunque no era su intensión. -Es decir, yo descansaré acá un poco y usted irá a su cama, descansará también, y yo le esperaré hasta que despierte. Sí?- Parecía obstinada, al igual que él, pero supuso que de alguna manera ambos querían tener su conciencia tranquila acerca del bienestar del otro, aunque se acabaran de conocer.
Hasta ahora, desde que llegó a la casa de Ryley, había sido completamente sincera. Ya había abandonado la idea de fugarse cuando le fuera posible. Ella deseaba esperarlo y verle descansado, luego, se podría ir tranquila. Además, realmente estaba débil y no iba a tirar por la borda todo lo que él había hecho por ayudarle. Tal vez era fría en cierta medida, pero no maleducada, jamás desagradecida.
Leigh Lezarc- Cazador Clase Alta
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Re: Encuentro Fortuito (Privado)
Existe algo en Leigh que me parece hermoso, no sabría si decir si es su rostro, su voz, su forma educada de hablar, lo fuerte que es, lo sería que intenta ser o lo sincera y vergonzosa que luce muchas veces. Todo eso había notado en poco tiempo, pero era inevitable para mi que notara cosas como esas, después de todo gracias a mi trabajo de cortesano había aprendido mucho acerca de las personas y de la naturaleza humana.
- Bueno, yo solo hago lo que puedo e intento ser buen anfitrión pero gracias sus palabras me halagan - quizás lo que me parecía hermoso en ella era la perfecta combinación de esos aspectos y muchos otros que conformaban lo que era Leigh en su totalidad.
Que estuviera sentada en el sofá me tranquilizaba, de esa manera me sentía seguro de que no colapsaría y no se golpearía o se lastimaría más de lo que ya estaba. Sin apartar mi vista de ella y con la sonrisa aún en mi rostro espere a escuchar que era lo que podía yo prepararle para comer. Una vez que la escuche negué de nuevo, al parecer aquello seguiría así entre nosotros.
- Esto no se trata de si eres o no quisquillosa, se trata de que quiero preparar para ti algo que te guste así que vamos con confianza puedes decirme que es lo que te gustaría comer - la mire directo a los ojos - me sentiré muy contento de preparar algo que sé de antemano que te agrada - sus intentos de tampoco crearme molestias eran asombrosos de una forma o de otra encontraba la manera perfecta de desligarse de las cosas, pero para su desfortuna yo era perfectamente capaz de volver hasta ella para que las cosas se hicieran a su modo.
- ¿Proponer algo?… - pregunte antes de mantenerme en silencio para que ella siguiera hablando y me dijera cuál era esa propuesta que tenía y que por ahora me intrigaba. Mi mirada continuaba en ella y se torno un poco de sorpresa cuando escuche sus palabras pero luego reí de manera leve - No, eso no puede ser de esa forma. Ambos descansaremos si, pero definitivamente no te quedaras aquí a dormir este lugar no es el apropiado para alguien con tus heridas de hecho - me lleve una mano al mentón - ya he planeado como será como nos quedaremos para que nadie deba dormir en el sofá. Leigh dormirás en el cuarto de mi hermana Vane y ella dormirá conmigo, así todos felices… - claro que no debía mencionar el hecho de que por la noche yo no estaría en casa, lo cual significaba que ambas se quedarían en un cuarto y yo en otro lugar completamente diferente.
Aquello que proponía me parecía lo más adecuado para todos, principalmente para ella y sus heridas.
- Así que en el momento en el que te parezca más conveniente dime y te llevare hasta el cuarto de mi hermana para que puedas descansar y dado que quieres que yo también descanse después de que prepare comida y te alimentes iré a descansar, antes de eso no haré nada más que estar a tu lado -recargue mi espalda en el asiento del sofá en el que me hallaba esperando que aceptara aquella idea o la refutara por completo.
- Bueno, yo solo hago lo que puedo e intento ser buen anfitrión pero gracias sus palabras me halagan - quizás lo que me parecía hermoso en ella era la perfecta combinación de esos aspectos y muchos otros que conformaban lo que era Leigh en su totalidad.
Que estuviera sentada en el sofá me tranquilizaba, de esa manera me sentía seguro de que no colapsaría y no se golpearía o se lastimaría más de lo que ya estaba. Sin apartar mi vista de ella y con la sonrisa aún en mi rostro espere a escuchar que era lo que podía yo prepararle para comer. Una vez que la escuche negué de nuevo, al parecer aquello seguiría así entre nosotros.
- Esto no se trata de si eres o no quisquillosa, se trata de que quiero preparar para ti algo que te guste así que vamos con confianza puedes decirme que es lo que te gustaría comer - la mire directo a los ojos - me sentiré muy contento de preparar algo que sé de antemano que te agrada - sus intentos de tampoco crearme molestias eran asombrosos de una forma o de otra encontraba la manera perfecta de desligarse de las cosas, pero para su desfortuna yo era perfectamente capaz de volver hasta ella para que las cosas se hicieran a su modo.
- ¿Proponer algo?… - pregunte antes de mantenerme en silencio para que ella siguiera hablando y me dijera cuál era esa propuesta que tenía y que por ahora me intrigaba. Mi mirada continuaba en ella y se torno un poco de sorpresa cuando escuche sus palabras pero luego reí de manera leve - No, eso no puede ser de esa forma. Ambos descansaremos si, pero definitivamente no te quedaras aquí a dormir este lugar no es el apropiado para alguien con tus heridas de hecho - me lleve una mano al mentón - ya he planeado como será como nos quedaremos para que nadie deba dormir en el sofá. Leigh dormirás en el cuarto de mi hermana Vane y ella dormirá conmigo, así todos felices… - claro que no debía mencionar el hecho de que por la noche yo no estaría en casa, lo cual significaba que ambas se quedarían en un cuarto y yo en otro lugar completamente diferente.
Aquello que proponía me parecía lo más adecuado para todos, principalmente para ella y sus heridas.
- Así que en el momento en el que te parezca más conveniente dime y te llevare hasta el cuarto de mi hermana para que puedas descansar y dado que quieres que yo también descanse después de que prepare comida y te alimentes iré a descansar, antes de eso no haré nada más que estar a tu lado -recargue mi espalda en el asiento del sofá en el que me hallaba esperando que aceptara aquella idea o la refutara por completo.
Ryley Lezarc- Cazador Clase Alta
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Re: Encuentro Fortuito (Privado)
La desconfianza es algo que para un cazador es escencial, porque le salva la vida en muchas ocasiones; pero, es un arma de doble filo porque puede herir a quienes no la merecen.
Leigh le sostuvo la mirada cuando él le especificó el porqué pretendía que ella eligiese la comida, y definitivamente era curioso como uno podía sobrepasar al otro en terquedad y así sucesivamente, era un ciclo esperando a que alguno cediera y era entonces cuando empezaban otro. La cazadora intuyó de su mirada lo que creyó ser el motivo de la insistencia de Ryley y comprendió que no había otro camino más que dejarse ayudar, de eso se trataba todo y era necesario que ella cediera o sería por completo descortés en una situación inapropiada y con la persona incorrecta.
- Está bien- Dijo sin desviarle la mirada. -Yo realmente como de todo, pero supongo que una ensalada estará bien o... no lo sé, tal vez Spaguettis.- Por lo general sí era lo que más solía comer y por supuesto acompañado de carnes como era necesario para su actividad física exigente, pero sabía medirse y prefirió darle con disimulo otra alternativa a la idea inicial para que él, tal vez sin saberlo, pudiera elegir también.
Por suerte él la escuchó atento con aquella idea de la propuesta e incluso se ve que había pensado en algo similar. Pero si había algo que le preocupaba.
-Y...- comenzo y luego hizo una pausa breve. -Su hermana no se molestará? osea, este lugar es cómodo de verdad y no quiero molestarla también a ella, tal vez no le agrade encontrar a una desconocida en su habitación, no lo sé...- Contrajo en sus labios en un claro signo de duda y una ligera vergüenza al pensar en sus palabras, esperaba no molestarle con su obstinación, pero prefería expresar lo que tanto pensaba.
Ryley no planeaba dejarla sola y ella se lo había ganado porque desde que se vieron ella andaba a las caídas. No de forma voluntaria o de costumbre, sólo había sido un momento difícil y comprendía bien la postura de aquél hombre.
- Comeremos, descansaremos y luego prometo no causar molestias, me iré luego de ello.- Dijo en tono más calmo y se sinceró un poco más sobre ella. -Vivo no del todo lejos de aquí y puedo enviar a alguien del pueblo a que avisen en casa, alguno de mis siervos vendrá por mí y luego, cuando yo mejore, los enviaré de nuevo para que le lleven a mi casa, tengo mucho que agradecerle y espero que no se niegue o se moleste.- Y aún le sostuvo la mirada. Este tipo de cosas no eran típicas en Leigh, incluso para otro momento creería que había hablado demás, pero ahora razonaba de otra manera, reaccionaba como fue educada para ser, como fue criada por sus padres antes de que murieran y que ella se forjara a las malas una educación distinta a la inicial.
¿Aceptaría él ir luego? la verdad que no sabía siquiera si podría irse como planeaba. Este hombre al final hacía cambio de planes y lograba ser lo suficientemente convincente como para que ella accediera a su voluntad, porque, a pesar que las decisiones las tomaba él, era lo que al final, o mejor dicho, más claramente le convenían a ella.
Leigh le sostuvo la mirada cuando él le especificó el porqué pretendía que ella eligiese la comida, y definitivamente era curioso como uno podía sobrepasar al otro en terquedad y así sucesivamente, era un ciclo esperando a que alguno cediera y era entonces cuando empezaban otro. La cazadora intuyó de su mirada lo que creyó ser el motivo de la insistencia de Ryley y comprendió que no había otro camino más que dejarse ayudar, de eso se trataba todo y era necesario que ella cediera o sería por completo descortés en una situación inapropiada y con la persona incorrecta.
- Está bien- Dijo sin desviarle la mirada. -Yo realmente como de todo, pero supongo que una ensalada estará bien o... no lo sé, tal vez Spaguettis.- Por lo general sí era lo que más solía comer y por supuesto acompañado de carnes como era necesario para su actividad física exigente, pero sabía medirse y prefirió darle con disimulo otra alternativa a la idea inicial para que él, tal vez sin saberlo, pudiera elegir también.
Por suerte él la escuchó atento con aquella idea de la propuesta e incluso se ve que había pensado en algo similar. Pero si había algo que le preocupaba.
-Y...- comenzo y luego hizo una pausa breve. -Su hermana no se molestará? osea, este lugar es cómodo de verdad y no quiero molestarla también a ella, tal vez no le agrade encontrar a una desconocida en su habitación, no lo sé...- Contrajo en sus labios en un claro signo de duda y una ligera vergüenza al pensar en sus palabras, esperaba no molestarle con su obstinación, pero prefería expresar lo que tanto pensaba.
Ryley no planeaba dejarla sola y ella se lo había ganado porque desde que se vieron ella andaba a las caídas. No de forma voluntaria o de costumbre, sólo había sido un momento difícil y comprendía bien la postura de aquél hombre.
- Comeremos, descansaremos y luego prometo no causar molestias, me iré luego de ello.- Dijo en tono más calmo y se sinceró un poco más sobre ella. -Vivo no del todo lejos de aquí y puedo enviar a alguien del pueblo a que avisen en casa, alguno de mis siervos vendrá por mí y luego, cuando yo mejore, los enviaré de nuevo para que le lleven a mi casa, tengo mucho que agradecerle y espero que no se niegue o se moleste.- Y aún le sostuvo la mirada. Este tipo de cosas no eran típicas en Leigh, incluso para otro momento creería que había hablado demás, pero ahora razonaba de otra manera, reaccionaba como fue educada para ser, como fue criada por sus padres antes de que murieran y que ella se forjara a las malas una educación distinta a la inicial.
¿Aceptaría él ir luego? la verdad que no sabía siquiera si podría irse como planeaba. Este hombre al final hacía cambio de planes y lograba ser lo suficientemente convincente como para que ella accediera a su voluntad, porque, a pesar que las decisiones las tomaba él, era lo que al final, o mejor dicho, más claramente le convenían a ella.
Leigh Lezarc- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 21/01/2012
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Re: Encuentro Fortuito (Privado)
Ante las primeras dos palabras me conocí ganador de aquel primer encuentro de terquedades, sabía que sonreía pero intentaba no hacer tan notoria la alegría que me provocaba haber hecho que la Leigh aceptara a pedir algo, ya después conforme fueran surgiendo más cosas como aquella veríamos quien era el ganador entre nosotros.
- Espaguetis y ensalada… excelente - di un aplauso y me frote las manos - haré mi mayor esfuerzo porque sea una comida deliciosa y sobre todo que le de energía, si se desmaya no por cansancio si no por mala alimentación entonces me sentiré culpable por no cuidar a una dama como es debido - pensaba levantarme a comenzar a preparar la comida cuando su voz me detuvo, interrogando de nuevo sobre si a Vane no le interesaría que ella se quedara en nuestro hogar - De verdad que ella no se molestara, al contrario se sentirá contenta de que usted este bien después de lo que ha pasado y estoy seguro que aunque yo no lo hubiese ofrecido su cuarto igual ella lo hubiera hecho - conocía a mi hermana tanto como a mi mismo y ella me conocía a mi de la misma manera, las desventuras de nuestra juventud nos habían unido a tal punto que las decisiones de uno eran tomadas como las de ambos.
De nuevo cuando me disponía a pararme su voz llegó a hasta a mi, solo que esta vez hice una mueca al escuchar lo que me decía.
Increíble que alguien rica como ella, que deduje porque mencionaba a sus siervos saliera a esas horas a las calles y para empeorar las cosas sola… por eso es que andaba herida por ahí. La mire fijamente antes de siquiera pensar en responder algo, yo no era nadie para mantenerla ahí en contra de su voluntad y ahora que mencionaba aquello… ¿No estaría mejor con sus siervos que conmigo? definitivamente, si; yo no podía hacer nada más de lo que estaba realizando en aquellos momentos pero en su hogar las cosas al parecer serian diferentes.
- Bueno, si tiene alguien que la cuide entonces no me sentiré tan preocupado… después de comer y descansar haremos lo que me pide… - mi tono era un tanto desalentado e intente utilizar eso a mi favor para que no dijera más sobre que fuera a su casa; si era una joven rica como ahora estaba finalmente notando, le podría traer muchos problemas que alguien que me reconociera ubicara que ella tenía algo que ver conmigo.
- Por ahora… voy a preparar los espaguetis - sonreí y finalmente me levante dirigiendo mis pasos hasta la cocina, en donde busque las cosas que necesitaba para llevar a cabo mi cometido.
- Señorita Lezarc… - hable desde mi ubicación y comenzando a picar cosas para la ensalada - si no es indiscreción… ¿Qué es lo que hacía una joven de cuna privilegiada como usted a solas por las calles? es muy peligroso y más para alguien como usted. Siempre hay maleantes dispuestos a lastimar a las bellas damas - dejé lo que picaba de la ensalada para comenzar a poner las cosas para los espaguetis.
- Espaguetis y ensalada… excelente - di un aplauso y me frote las manos - haré mi mayor esfuerzo porque sea una comida deliciosa y sobre todo que le de energía, si se desmaya no por cansancio si no por mala alimentación entonces me sentiré culpable por no cuidar a una dama como es debido - pensaba levantarme a comenzar a preparar la comida cuando su voz me detuvo, interrogando de nuevo sobre si a Vane no le interesaría que ella se quedara en nuestro hogar - De verdad que ella no se molestara, al contrario se sentirá contenta de que usted este bien después de lo que ha pasado y estoy seguro que aunque yo no lo hubiese ofrecido su cuarto igual ella lo hubiera hecho - conocía a mi hermana tanto como a mi mismo y ella me conocía a mi de la misma manera, las desventuras de nuestra juventud nos habían unido a tal punto que las decisiones de uno eran tomadas como las de ambos.
De nuevo cuando me disponía a pararme su voz llegó a hasta a mi, solo que esta vez hice una mueca al escuchar lo que me decía.
Increíble que alguien rica como ella, que deduje porque mencionaba a sus siervos saliera a esas horas a las calles y para empeorar las cosas sola… por eso es que andaba herida por ahí. La mire fijamente antes de siquiera pensar en responder algo, yo no era nadie para mantenerla ahí en contra de su voluntad y ahora que mencionaba aquello… ¿No estaría mejor con sus siervos que conmigo? definitivamente, si; yo no podía hacer nada más de lo que estaba realizando en aquellos momentos pero en su hogar las cosas al parecer serian diferentes.
- Bueno, si tiene alguien que la cuide entonces no me sentiré tan preocupado… después de comer y descansar haremos lo que me pide… - mi tono era un tanto desalentado e intente utilizar eso a mi favor para que no dijera más sobre que fuera a su casa; si era una joven rica como ahora estaba finalmente notando, le podría traer muchos problemas que alguien que me reconociera ubicara que ella tenía algo que ver conmigo.
- Por ahora… voy a preparar los espaguetis - sonreí y finalmente me levante dirigiendo mis pasos hasta la cocina, en donde busque las cosas que necesitaba para llevar a cabo mi cometido.
- Señorita Lezarc… - hable desde mi ubicación y comenzando a picar cosas para la ensalada - si no es indiscreción… ¿Qué es lo que hacía una joven de cuna privilegiada como usted a solas por las calles? es muy peligroso y más para alguien como usted. Siempre hay maleantes dispuestos a lastimar a las bellas damas - dejé lo que picaba de la ensalada para comenzar a poner las cosas para los espaguetis.
Ryley Lezarc- Cazador Clase Alta
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Re: Encuentro Fortuito (Privado)
Era increíble como Ryley podía mostrarse así de animado en medio de las situaciones vividas; con cada gesto era su caballerosidad y buen carácter las que salían a flote y lograban que Leigh contestara cosas y hablara un poco más de lo que por lo general solía hacer. Aquí, ella no tenía mérito alguno, él se los llevaba todos.
La elección con respecto a la comida parecía haber dado en el clavo, incluso la respuesta corporal y verbal de Ryley ante ello, lograron que Leigh se sintiera sorprendida e incluso un gesto que duró poco comprobaba aquello. -Oh no, culpable no, más bien todo lo contrario- acotó rápidamente en un tono bajo del cuál no estuvo segura que él la hubiese escuchado. -Está bien, me quedaré tranquila, seguramente su hermana es igual de amable y educada que usted, osea, por lo que me dice.- De nuevo intentaba dejarlo tranquilo, ya era hora de parar de llevar la contraria porque él tenía respuesta para todo; y no cualquier respuesta, sino unas que dejaban a Leigh con un "Ok" como contestación inicial y como si no pudiese objetar nada más.
-Ya no le pondré más peros, realmente no tiene porque preocuparse. Definitivamente me siento mejor que cuando nos encontramos y eso se lo debo a usted completamente- y le miró de nuevo con absoluta calma como forma de compensar la ausencia permanente de su sonrisa e intentando cambiar el nuevo tono que había usado él que era evidentemente menos alentador que el inicial.
Cuando él se levanto y se dirigió a la cocina, ella aprovechó para acomodarse un poco mejor sin lastimar la pierna y sopesó sus palabras en busca de la falla; pero entonces vino aquella pregunta que había olvidado pensar para tener una respuesta creíble. Había llegado el momento de mentir aunque no quisiera, pero siempre le fue absolutamente necesario cuando se trataba de sus actividades nocturnas. No podía decir que estaba perdida porque llevaba mucho viviendo en París y nadie va por un callejón cuando se pierde, así que no era buena idea. Pero, al final se le ocurrió la respuesta más tonta de todas pero también una que podría dentro de todo sonar creíble.
-Yo... estaba con mi dama de compañía y mi perro.- Comenzó armando la historia en aquél mismo momento. -Pero mi perro escapó de repente y yo simplemente corrí tras él, sola. Pareció correr hacia los callejones en donde usted me encontró, pero minutos antes yo no medí mis pasos y caí en la zanja en la que me lastimé.- Y guardó silencio. Se molestó consigo misma porque las incoherencias de la historia eran bastantes, pero no hubo mayor tiempo, sólo podría corregirlo sobre la marcha si él encontraba los errores que según ella eran obvios y se los daba a conocer a través de sus inquietudes. Leigh no pudo evitar sentirse tensa y empezar a pensar en todo, por lo menos, agradecía que él no estaba justo allí para ver sus gestos que podrían llegar a ser contradictorios. -Eso....-
La elección con respecto a la comida parecía haber dado en el clavo, incluso la respuesta corporal y verbal de Ryley ante ello, lograron que Leigh se sintiera sorprendida e incluso un gesto que duró poco comprobaba aquello. -Oh no, culpable no, más bien todo lo contrario- acotó rápidamente en un tono bajo del cuál no estuvo segura que él la hubiese escuchado. -Está bien, me quedaré tranquila, seguramente su hermana es igual de amable y educada que usted, osea, por lo que me dice.- De nuevo intentaba dejarlo tranquilo, ya era hora de parar de llevar la contraria porque él tenía respuesta para todo; y no cualquier respuesta, sino unas que dejaban a Leigh con un "Ok" como contestación inicial y como si no pudiese objetar nada más.
-Ya no le pondré más peros, realmente no tiene porque preocuparse. Definitivamente me siento mejor que cuando nos encontramos y eso se lo debo a usted completamente- y le miró de nuevo con absoluta calma como forma de compensar la ausencia permanente de su sonrisa e intentando cambiar el nuevo tono que había usado él que era evidentemente menos alentador que el inicial.
Cuando él se levanto y se dirigió a la cocina, ella aprovechó para acomodarse un poco mejor sin lastimar la pierna y sopesó sus palabras en busca de la falla; pero entonces vino aquella pregunta que había olvidado pensar para tener una respuesta creíble. Había llegado el momento de mentir aunque no quisiera, pero siempre le fue absolutamente necesario cuando se trataba de sus actividades nocturnas. No podía decir que estaba perdida porque llevaba mucho viviendo en París y nadie va por un callejón cuando se pierde, así que no era buena idea. Pero, al final se le ocurrió la respuesta más tonta de todas pero también una que podría dentro de todo sonar creíble.
-Yo... estaba con mi dama de compañía y mi perro.- Comenzó armando la historia en aquél mismo momento. -Pero mi perro escapó de repente y yo simplemente corrí tras él, sola. Pareció correr hacia los callejones en donde usted me encontró, pero minutos antes yo no medí mis pasos y caí en la zanja en la que me lastimé.- Y guardó silencio. Se molestó consigo misma porque las incoherencias de la historia eran bastantes, pero no hubo mayor tiempo, sólo podría corregirlo sobre la marcha si él encontraba los errores que según ella eran obvios y se los daba a conocer a través de sus inquietudes. Leigh no pudo evitar sentirse tensa y empezar a pensar en todo, por lo menos, agradecía que él no estaba justo allí para ver sus gestos que podrían llegar a ser contradictorios. -Eso....-
Leigh Lezarc- Cazador Clase Alta
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