Preservación [Cami-Neru]

por Invitado Jue Feb 07, 2013 1:17 pm

Recuerdo del primer mensaje :

La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas.
Aristóteles

Ya habían pasado casi dos semanas y media desde mi encuentro con aquella bruja asiática, le había prometido que nos volveríamos a juntar y de poder ser, que le presentaría a Camila, la hermosa cambiaformas rubia occidental que había conocido ya hace algún tiempo. Ella se había convertido en una amiga demasiado importante, pues aparte, nos habíamos enterado que estábamos en la misma organización y eso nos había unido aún más, tanto así que le había dado una parte de mí, una frasco con mi sangre para poder ubicarla, para poder estar un poco más calmado; mi sangre podría sanarla, alimentarla y si la bebía y gritaba mi nombre en su mente, el mensaje me llegaría y podría ir a donde sea que me necesitara. Situaciones que solo pueden ser del destino, fueron las que nos hicieron juntar; lo mismo que con aquella bruja tan interesante, con quien me había encontrado en la fiesta de mi padre y así como así nos habíamos enterado de nuestras habilidades los unos del otro. Mi mundo estaba conectado fuese como fuere con seres superhumanos, de eso no había dudas y la realidad era que lo aceptaba, no era algo que me generara gran inconveniente.

Y allí estaba, al fin había terminado de organizar todo. Me había hecho llevar un ataúd y unas ropas al jardín botánico, dentro de una de las pequeñas cabañas que había. También había hecho muchos tipos de comidas para ambas mujeres, en lo que había hecho un gran cartel donde estaba el nombre y lo que era cada cosa. Por suerte, sabía que al menos a la felina le gustarían algunas cosas, pues no iba a ser la primera vez que comería algo hecho por mí. A diferencia de la asiática, que solo había comido el menú dirigido por mi ser. No podía cocinar para tantos, aquella noche y solo pude hacer el menú y controlar lo que iban preparando. Aunque por lo que habían dicho todo había salido muy bien.

En el cartel había: :

Básicamente:
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Todo ello era lo que había cocinado y solo algunas cosas las había mandado a calentar, para que apenas despertara, todo estuviese en el lugar donde debía. Y así fue, ya eran casi las ocho y el sol se escondía, dejando que mi cuerpo muerto se levantara de su sueño. Estirándome, me preparaba para recibirlas. Elegir el lugar había sido realmente duro, pero después de todo me había decidido por el jardín botánico, un lugar hermoso, lleno de olores, lleno de exóticas fragancias, perfecto para exóticas personas como nosotros. Mientras me cambiaba, empezaba a acomodar las cosas. Había alquilado una parte del recinto solo para nosotros esa noche. La mesa estaba fuera de la cabaña y las cosas estaban todas acomodadas como había pedido. Los adornos a los lados, las sillas perfectamente ubicadas. Toda la comida estaba sobre la mesa, había cubiertos occidentales y orientales, coreanos y japoneses. Todo para que pudieran decidir que comer con total tranquilidad. En la mesa también había cosas típicas de parís, como fideos, pizzas y algunas que otras cosas. Había tardado mucho en hacer todo y esperaba que llegaran con mucha hambre y con muchas ganas de hablar, pues la verdad a mi no me faltaban. El hecho de poder tenerlas a ambas en el mismo lugar, era algo que no me esperaba y tenía algo de miedo y nervios de solo pensarlo.

"El simple hecho de poder verlas juntas, se me hiela la piel de ver sus hermosas presencias frente a mi. No lleguen tarde, no me hagan esperar. El tiempo que puedo estar con ustedes es limitado, saben que es verano, el sol viene antes y con ello mi presencia se debe ir. Me querrán aún con estos defectos?"

por **Thalie De Rose** Vie Abr 26, 2013 10:21 pm

El sonido de la melodía inundando el ambiente junto a la maravillosa voz de Hero, en una danza única que solo podía percibirse cuando el corazón se encontraba receptivo a todo aquello que expresaban. Continuaban mis ojos cerrados, porque de esa manera era capaz de ver en mi mente la hermosa danza que se llevaba a cabo y que me mantenía embelesada cual niña a la que un ser querido le canta para que duerma o deje de llorar.
Resulta increíble la rapidez con la que algunas personas logran alcanzar los corazones ajenos y abrirse un espacio en ellos para estar ahí por siempre; eso me pasaba con ellos. Hero tenía un lugar en mi corazón desde el momento de nuestro primer encuentro y los posteriores, ahora él había sido la entrada a Neru.

Tan sumida me había quedado en todo aquel sentimiento de paz que sentía en aquel lugar que volví a la realidad hasta que Hero estaba recogiendo algunos platos y me alarme, comencé a creer que me había quedado dormida en esos momentos y me sentí tan torpe.
- ¿Necesitas ayuda? - pregunte un poco sonrojada al pensar lo mal que se vería si en verdad me había dormido, pero cuando el sonido del piano llego de nuevo a mi y observe a Neru en el me tranquilice, todo debía ser simplemente que la canción que tenían juntos había llegado a su fin.
Cuando mi querido Hero me miro y me saco la lengua, respondí de la misma manera.

Cuando Hero termino de poner las cosas en la mesa, me sentí casi incapaz de resistir la tentación de comenzar a comer algo de todo aquello que estaba al alcance de mi mano y que resultaba absolutamente delicioso si era bañado en el chocolate.
Mire a Hero mientras me llevaba una mano empuñada a la boca, poniendo la cara más adorable que tenía basada en como lo hacía cuando estaba en forma de gato. Sabía que ya había comido mucho, pero a pesar de eso me era inevitable seguir comiendo de las cosas que Hero acercaba a la mesa, era capaz de comer hasta reventar.

Deje de mirar a Hero para volverme a Neru y aplaudir cuando la melodía ceso.
- Que lindo tocas Neru, claro que me ha gustado de hecho, me encanto, y entre ustedes dos - mire a cada uno - la música es simplemente hermosa, espero que después me toque oír de nuevo a ambos y si me dicen que no me pondré muy triste - momentáneamente había olvidado todo lo que había de nuevo en la mesa hasta que Neru me lo recordó - pues a mi no me importa engondar - dije de manera firme pues nadie podía negarse a tan delicioso postre - así que bueno… - tome una fresa y la sumergí en el chocolate, sosteniendo después y mirando a uno y otro - disfrutemos esto y coman que si no me lo acabare todo yo - concluí mientras me llevaba la fresa hasta la boca y le daba una mordida. Aquello estaba delicioso justo como la comida que había probado antes de Hero - esto esta ¡riquísimo! - sonreí a Hero al tiempo que tomaba otra fresa - ¿no lo crees Neru? - mire entonces a la bruja para ver si ya estaba deleitando su paladar con los postres tanto como yo.

por Invitado Dom Abr 28, 2013 8:13 pm

“La dulzura embriaga mis sentidos. Por mi piel se recorre el sentimiento más maravilloso jamás experimentado. Son las cuerdas de mi armonía”

Subía los hombros ante aquella mirada que Neru me había hecho, sacando la lengua cual niño travieso; estaba en mi mundo en aquellos momentos, distendido como nunca solía estarlo. La llegada del amanecer no me perturbaba, al fin me sentía calmado, estaba en una serenidad absoluta. La razón? Demasiadas cosas que me habían hecho daño en el tiempo pasado. El escape del ave que me había perturbado por demasiado tiempo, la perdida de personas que quizá no me importaban, pero habían hecho lo suyo en mí mente. Pero ahora estaba contento, ahora me sentía feliz de estar donde estaba. Pensaba “Sí, puedo soportarlo, puedo estar bien. Aún puedo esperarte”. Y eran esas personas con las que estaba, que me iluminaban tiernamente el corazón, me dejaban con la sonrisa que no podía sacar de mi rostro, eran quienes me mantenían ese brillo incondicional en los ojos. Acomodando la mesa, mirando a Cami de reojo, la gatita de mis sueños; la gatita que había conocido una noche cualquiera, cuando me levantaba para un nuevo día. Y por allí, estaba Neru, tocando con hermosura, aquellas elegantes notas, siempre la música que hacía me llenaba por unos instantes el vacío que tenía.

-Nada es justo en este mundo~~ Hahaha, tocad para nosotros y dejad de llorar, si te mueres por estar todo el tiempo sentada allí, no te hagas rogar brujilla~~

Reía en tanto terminaba de acomodar, negando con la sonrisa prácticamente tatuada en mi rostro. Pero algo de repente me desconcentró y era la mirada gatuna de la rubia. Esos ojos enormes como dos soles que me penetraban. El brillo hermoso y las pestañas que se abrían. Como una florecilla, me hacía cara de gato bonito y aquello me provocó retorcerme de la ternura, el amor y que prácticamente me daba un ataque de decir estupideces y cubrirme el rostro. Si no fuese porque estaba tan expuesto, podría haber saltado en círculos y morirme de sobredosis de dulzura. Pero solo atiné a morderme los labios, sonrojándome. Negando desvié la mirada, para no comerla viva. Le hice puchero rápidamente y en el mismo instante le di la espalda para aplaudir, pues la canción había terminado y decir que era perfecta era poco. Era simplemente la canción más bella que había escuchado. Por no decir que me llenaba el corazón más de lo habitual. La vi acercarse y con ello miré a ambos lados y sigilosamente cargué la yema del dedo con chocolate y la puse sobre la mejilla de la bruja. El tiempo se detenía. Me quedé allí mirándola con los ojos bien grandes, abrí la boca y dos segundos después de fijar mirada con la morocha, salí huyendo como buen niño, terminando al otro lado de la mesa con una frutilla en la mano.

-Ah! Gusta? El chocolate estuve muuucho tiempo hasta encontrar la temperatura ideal, se me quemó unas dos veces y quedó como una bola negra de algo. Y luego se me hicieron unos grumos extraños. No sé qué es lo que pasaba con él. Pero al parecer tuve suerte. Hahaha Mmm… La frutilla es rica, que rico olor.

Olisqueaba la frutilla que había cogido y la lamía con cuidado, sonrojado la mordisqueaba con los colmillos, buscando sacarle el jugo. No podía comerla, o me daría dolor de estómago, ya que no tenía la suficiente sangre en mi cuerpo para que este funcione y digiera aquel alimento. Y por otro lado siempre era más fácil cuando lo que “comía” era líquido. Parecía un niño que no sabía comer, pero lo estaba disfrutando, lo mojé apenas en chocolate y volví a hacer lo mismo. Las cosas dulces no me agradaban del todo, pero nunca estaba mal probarlo, ya que en unos cincuenta o cien años, probablemente no sentiría más gusto a nada. Y sería todo como polvo para mi boca. La verdad el solo pensamiento me daba tristeza. Pero era la realidad y al fin y al cabo la terminaría aceptando.

-La habéis pasado lindo? Yo lo he disfrutado… Gracias, lo necesitaba. Últimamente las cosas están complicadas, todo… En general, me alegra poder soltarme con vosotras. Ah! Deberíais verme en el trabajo “nuevo” que he cogido. Tengo que ensayar las conversaciones para que produzcan efecto hahaha.

Jugué en chiste y me cubrí los labios, empezando a sentarme en el asiento. La juntada pronto llegaría a su fin, aunque la verdad esperaba que no termine nunca más. Pero ellas debían ir a dormir y yo debía salir a alimentarme. Odiaba demasiado no poder salir al sol con ellas, tendría mucho más tiempo para estar y no tener que “obligarlas” de alguna forma a tras-nochar para poder pasar el tiempo conmigo.

“Pero los amigos siempre están allí, siempre te acompañan, siempre te acurrucan entre sus brazos. Sin importar momento o circunstancia”

por **Neru Le Course** Miér Mayo 01, 2013 8:07 pm

¿Por dónde empezar? Jae había hecho tanto y todo se veía tan bien que no podía decirme en absoluto, paseaba la mirada por la mesa y cuándo parecía que iba a coger algo veía otro tipo de dulce que me ponía indecisa una vez más. Hasta que sentía algo en mi mejilla y parpadeé sorprendida. Ladeando la cabeza para mirar a Jae con una expresión que no sabía bien como definir, y entonces el vampiro huyó hacia el otro lado de la mesa. Llevé un dedo a mi mejilla y… oh, era chocolate. Lamí mi dedo saboreando el dulce.

- Esta delicioso… Pero… ¡Jae ven aquí!

Le grité mientras iba tras él, que en esos momentos se llevaba mordisqueaba cuidadosamente una frutilla. Le salté encima sin mucho cuidado quitándole la fruta de la mano y metiéndomela a la boca para luego sacarle la lengua en un gesto bastante infantil.

- Me lo debes… ¡Ah! Tienes razón Cami, ¡esta riquísimo!

Exclamé al notar el sabor en mi boca. Y es que todo lo que preparaba Jae era delicioso, nadie podría pensar siquiera que todo eso había sido hecho por un vampiro. Me senté en la silla descuidadamente, con las piernas cruzadas y continué comiendo dulces tranquilamente con una sonrisa, ¿los modales? Se me habían olvidado.

- Me encantará volver a tocar el piano para ti, Cami al igual que para Jae.

Le aseguré sinceramente. Adoraba tocar el piano y adoraba aún más que hubiese personas deseando escucharme. Al volver a oír a Jae me giré un poco sosteniéndome en la silla.

- No que va, ha sido un desastre ¿que no ves mi expresión de disgusto?

Bromee con él pues de hecho le estaba mostrando una gran sonrisa.

- Me alegra mucho el haber vuelto a verte, comenzaba a pensar que quizá te había imaginado ¿sabes? Y me ha encantado conocerte Cami, quizá la próxima vez que nos veamos te vea metida en un vestido blanco.

Le guiñe un ojo, traviesa, en tanto me metía una última fresa con chocolate a la boca.

Ojalá el tiempo se detuviera, ¡que dejara de correr! ¿no veía acaso que nos deseaba dejarlos? Pero no podía evitar tan fácilmente ser humana, me cansaba, necesitaba dormir y no podía ocultarlo. Pronto llegaría el momento de decir adiós, ¡no! Sería un hasta luego, puesto que definitivamente los vería en otro momento.

por **Thalie De Rose** Jue Mayo 02, 2013 10:43 pm

La expresión de Hero al mirarme había sido tan bella que me sonroje, aunque estoy segura de que como se giro rápido no se dio cuenta de eso y para mi mejor pues me hubiera sentido torpe.

Mordisqueaba cuanta frutilla caía a mis manos con su correspondiente cobertura de chocolate, aquello era el paraíso, me gustaba tanto como jugar con una bola de estambre cuando estaba en mi forma de gato, con una fresa en la boca mire a Hero llenar la mejilla de Neru, la expresión de sorpresa de la bruja me hizo casi atragantar con la fresa y entonces la vi ir tras él. De uno de mis ojos escapo una lágrima y comencé a reír desde mi sitio una vez que pude finalmente pasar la fresa.
- Niños, comportense que acabare ahogada por su culpa - dije entre risas, claro que mis palabras eran completamente mentira pero eso era lo que me provocaban a decir con sus actitudes.

Aplaudí cuando Neru dijo que estaría encantada de volver a tocar para nosotros, yo no olvidaba cosas como aquella y si en algún momento lo dudaba podía preguntar a Hero y a la promesa que habíamos hecho, así que debería de aprovechar esa oportunidad.
- Bueno Neru, pues entonces no descansare hasta poder escuchar una vez más tu talento y creo que Hero también sería feliz de escucharte de nuevo - sonreí mirando a Hero y le saque la lengua - no le digas nada a Neru que de verdad que toca hermoso, así que no digas que ha sido un desastre - le dije a la bruja mientras tomaba otra frutilla y la sumergía en el chocolate.

Comí aquella ultima fresa mientras la masticaba lento y las palabras de Hero llegaban a lo profundo de mi corazón. Detestaba dejarle y el paso de las ocasiones de verdad que no volvían más sencillas las separaciones entre ese vampiro y yo… ahora para terminar de empeorar el asunto tampoco quería despedirme de Neru, pero también conocía las situaciones que nos rodeaban. Yo y la bruja debíamos descansar, yo por lo menos un poco y Hero debía ocultarse de los ingratos rayos del sol que indicaban la separación.
El tiempo había volado, pero eso es lo que suele hacer cuando uno disfruta de la compañía ajena, de las buenas charlas, de la rica comida y las bromas.
- Claro que la pase lindo, no pudo haber sido mejor nada de esto y me alegro de haber sido invitada - sonreí mirando a los dos - algún día espero verte en tu nuevo trabajo Hero y escucharte cantar de nuevo, sabes que lo adoro… aunque con verte y platicar me basta - negué veloz - aaaa ¡no!, Neru aún no, nos veremos antes de eso así que no digas eso - suspire entonces - parece que la hora de decir adiós realmente se ha acercado más pronto de lo que pensé…

Me mantuve en silencio sin dejar de verlos, quería guardar sus expresiones y sus voces hasta la siguiente ocasión que me tocara toparme con cada uno de ellos, ya fueran juntos o separados.

por Invitado Lun Mayo 06, 2013 11:31 am

“La dulzura se mezcla con chocolate y la amistad es una mezcla de dulzura y pasión”

Mis ojos se quedaron muy abiertos cuando la bruja me robaba mi frutilla y vi como en cámara lenta esos dientes destrozaban mi rosada fruta. Con la sonrisa tatuada en mis labios bufé y me hice el enojado como un niño. Entre risas negué, sacándole la lengua, que solo la empujaba divertido por sus acciones. Me había robado! Ahora tendría que ir a buscar otra frutilla! Que trabajo, tenía que estirar mi mano y tomarla. De ese modo lo hice y procuré sentarme en la silla, apoyando mis codos en la mesa, volviendo a mordisquear con cuidado, licuando todo aquel sabor, tan delicioso, sentía el dulce correr por mi garganta y luego de unos momento bebía de mi copa para pasar todo aquello, sería un problema si me agarraba una indigestión por haber comido cosas de humanos sin cuidado. Dejando salir un suspiro miré a Camila, reí y moví mi cabeza tonteando mientras la escuchaba.

-No he dicho eso~ Ay sí, mira que hasta ella sabe que ha tocado desastroso, mira esa cara de que tiene ganas de llorar… Hahahaha, ya ya. Ella toca muy bello, esa gente que tiene dones y yo casi debo cambiarme de cerebro para poder afinar en las canciones. Mi alumna de canto también, ama el pianoforte, algunas veces no puedo creer que haya aprendido tan rápido. Supongo que cada uno tiene sus tiempos.

Susurré pensando en Larisa y me quedé tonteando con la comida que había en la mesa, las chicas aún se esforzaban en comer y en estar despiertas por principal, aquello era adorable, pero no las forzaría a estar más tiempo, ya era hora de dormir para ellas. Mientras hablábamos me servía algo de whisky, dejando la botella de sangre de la compañía a un costado, saboreando aquel líquido caliente, cerraba mis ojos y me deleitaba, riendo divertido por las acusaciones que me hacían. Como podía decir que había sido una imaginación! Bueno, en realidad todo había sido bastante turbio, nos habíamos movido, nos habíamos metido en problemas y hasta había querido que ella no me conozca. La vergüenza me embriagó un poco y negué, sonriendo con dulzura.

-Lo siento princesa, soy real~ Organizaré alguna reunión más, pero con más gente, les parece? Quizá puedas traer a tu prometido, le haré un plato especial… Con veneno… Digo con lo que a él le guste!! Jajajaja. Podrían invitar a los que quieran, me mandan una carta para avisarme~ Quizá hasta pueda hacer que el Duque de Escocia venga. Él también está por casarse, no? Esas son las noticias que me han llegado. Tan emocionante…

Murmuraba con una sonrisa y a pesar de ello, sentía que me torturaba el dolor de no tener a nadie a mi lado, estaba tan solo… El ave negra se había ido hacía bastante tiempo y no había vuelto y de todos modos, era una relación que aún si se formaba, sería siempre demasiado secreta, nadie podía saberla. Y aquello me torturaba aún más. Tomé una larga bocanada de aire y whisky e intenté calmar todo aquel dolor que tenía, Neru estaba allí y podría saber mis sentimientos y no quería ni siquiera que los pueda tener en cuenta. Empecé a reír y asentí con cuidado, sacando la lengua, en tanto me ponía a levantar algunos platos vacíos. Buscando que mi mirada no se note, a pesar de todo, no había logrado contener mi sensación de soledad. Pero de ese modo estaba bien, las tenía a ellas, a los trabajos que me sacaban de mi rutina. Los libros, el canto, todo me distraía y eso era realmente bueno, de no ser así en cuestión de días terminaría enterrado en la tierra.

-Mi carruaje está afuera, las llevaré a ambas a vuestras casas, si? No me digáis que no, es muy tarde y si os vais solas me dejaréis preocupado.

“El final del camino, es solo el principio de una aventura nueva. Recorreremos el mundo juntos? Nunca os separéis de mí. Yo las necesito”

por **Neru Le Course** Vie Mayo 10, 2013 6:41 pm

La reacción de Jae cuando vio cómo le robaba la frutilla fue la que esperaba y quería lograr por lo que le mostré una gran sonrisa, y no pude hacer más que mirar divertida a Camila que había reído demasiado con lo sucedido.

Ya los tres en las sillas comiendo de aquellos maravillosos dulces me dediqué a escucharlos, riendo un poco con las palabras de la cambiaformas, era tan buena, por momentos increíblemente inocente y luego mostrándose más madura, realmente esperaba tocar para ella en otra ocasión. Y Jae, no me importaba que pensara él pues para mí sí que tenía talento para la música.

¿Tan raro era que pensara que quizá había imaginado todo? Pero yo fácilmente podía creer que todo había sido un sueño. ¿Cuántas posibilidades había de que encontrara a alguien cómo Jae en una de esas fiestas a las que no me gusta asistir, y encima resultaba ser un vampiro? Él podía decirme que París estaba lleno de seres sobrenaturales, pero hasta hace muy poco que tenía contacto con ellos, extraño siendo yo una bruja. ¿Otra reunión? Bien, la idea en general me gustaba, sólo tenía un pequeño problema con lo de más gente y… ¿¡Duque!? Palidecí un poco al escucharlo mencionar al Duque de Escocia, una parte de mí se preguntaba cómo lo conocía Jae pero lo que realmente estaba en mi mente era que seguro me comportaría terriblemente a los ojos de alguien de la realeza.

- ¿Rea…leza…?

Murmuré para mí misma ya imaginándome en los peores escenarios posibles, tan metida en mis propios pensamientos que había dejado de prestar atención a lo que sucedía a mi alrededor. Tardé y mucho en volver a la realidad por lo que miré desconcertada a mi alrededor por unos segundos.

- ¿Eh…? ¿Carruaje?

En mi mente tuve que esforzarme por recordar las palabras del vampiro y entender lo que pasaba. Bueno… o bien era muy tarde o demasiado temprano, era cierto que caminar de regreso podía no ser una buena idea.

- Gracias Jae.

Quizá le habría dicho que se preocupaba demasiado, pero en realidad el que lo hiciera me hacía sentir protegida, no era el tipo de sentimiento que deseaba alejar por lo que le sonreí de una manera tierna. Me paré y fui a por los tacones que me había quitado al llegar, no tenía ganas de ponérmelos ahora y además no iba a caminar tanto de manera que solo los sostuve en una mano. Pero luego, no sabía que hacer realmente y me quedé parada en donde estaba.

por **Thalie De Rose** Dom Mayo 12, 2013 9:51 pm

Sonreí aunque me pasaba el hecho de tener que alejarme de la presencia de ambos para volver a los asuntos diarios. Tenía cosas que me agradaban hacer pero de mis favoritas era encontrarme con aquellos a quienes consideraba mis amigos, solo que no sabía cuando era cuando podía verles y debía planear reuniones con alguno o simplemente buscarlos hasta encontrarlos con otros.
- Claro, con más gente me parece una buena idea - hice una mueca - que cruel… no puedes envenenar a mi prometido, eso es algo que debo hacer yo - comencé a reír por aquella broma y sacudí la cabeza, que cosas me hacían decir - cuenta con mi carta y mi presencia para lo que sea que se planee. Si necesitas después ayuda para organizar algo dime y con gusto te ayudare Hero - la entrecortada voz de Neru llamó mi atención y la mire - Neru, pero que cara es esa… vamos que la realeza no es tan mala, bueno no es que haya tratado con muchos pero mientras seas tu misma estarás bien si no ahi estare yo para intentar cuidarte todo lo que me sea posible- al menos eso era lo que yo creía, que si se era sincero todo salía bien… al menos la mayor parte del tiempo.

Yo no tenía inconvenientes por irme sola ya que no creía que algo o alguien fuera a atacarme, pero no quería deshacerme del vestido por querer viajar más rápido y terminar como gata. De verdad que de un tiempo en adelante me había visto en la necesidad de no perder más vestidos, por lo que intentaba por todos los medios permanecer humana cuanto más tiempo pudiera y dejar la ropa solo en casa, saliendo así como gato. También el viajar con ellos era la manera de estar más tiempo a su lado así que como negarme.
- Todo sea por no dejarte con preocupaciones y tener más tiempo para compartir al lado de ustedes. Así que yo acepto al igual que Neru - mire a la bruja que ya se había levantado y con los tacones en la mano permanecía parada esperando que nos fuéramos. Me levante de la silla contemplando a Hero mientras levantaba algunos platos y tomando yo unos los deje más cerca de él, pues no sabía que era lo que debía hacerse con ellos y no deseaba terminar arruinando las cosas; aunque estaba acostumbrada a trabajar con cosas delicadas como platos y tazas por el café, no eran lo mismo aquellas cosas a las de Hero.
Después de haber dejado las cosas sonreí a Hero - ¿Qué hacemos con las cosas? - no entendía que era lo que haríamos con todo lo que había llevado, si dejarlo ahí e irnos o recoger todo. Mientras esperaba la respuesta de Hero observe a Neru que lucía como una pequeña perdida, pero una pequeña sumamente hermosa.

por Invitado Miér Mayo 15, 2013 1:44 pm

“El horizonte más hermoso se encuentra en los ojos de las personas que amas, por mi parte, yo veo el sol que me falta en ustedes”

Empezaba a estar inquieto, el hambre hacía presencia en mi estómago y con ello mis movimientos se aceleraban, al punto de que en menos de dos segundos terminaba de hacer tres pequeñas pilas con lo que habíamos usado y observaba como el último plato era apoyado por los dedos de la gata. Aquello provocó que mi sonrisa se formara dulcemente, ella era siempre tan cuidadosa y buscaba ayudar no importaba como. Me mordí ligeramente los labios y apoyé un dedo en aquella naricita ajena, negando entre risas mientras me disponía a enrollar el mantel. Lo dejaría todo preparado para que luego el ama de llaves deje las cosas en un carruaje para volver a dejar las cosas en la casa, pero por ahora debíamos irnos. Empujé despacito a la gata por la cintura y con algo de sorpresa nos quedamos mirando a Neru, ambos nos veíamos asombrados, aunque Cami estaba más bien alarmada o preocupada, no entendía bien aquella mirada que hacía, pero como fuere, la bruja se había quedado tildada y fue hasta verla con los tacones en la mano que pudimos escuchar como hablaba. Algo desorientada, como si le costara volver a la realidad. ¿Nuevamente perdida en sus pensamientos o es que estaba preocupada?

-Oye, no os preocupéis, solo bromeaba, veréis que si lo invito ni siquiera llegaréis a notarlo, es que ese hombre tiene un olor horrrriiible, parece salido de un callejón con mugre, lo juro (?) jajajaja. No es un duque como la palabra lo amerita, igual está muy ocupado últimamente, no creo que venga.

Tranquilicé a la muchacha y con cuidado empecé a caminar hacia la salida, sonriendo en tanto las veía detrás de mí, negando a la gata, haciendo alusión a que las cosas se quedarían allí, deseaba poder estar más con ellas pero el tiempo pasaba volando y no quería ni pensar en que tendría que correr del sol como lo había hecho aquella vez con la gitana que había conocido. Aquella muchacha que hacía bastante tiempo no veía. Estaría bien? Me preocupaba, pero más cosas bordeaban mi cabeza y no tenía tiempo para estar en todos lados, con suerte y podía reunirme con las personas que quería como ellas cada tanto. Acomodé mis cabellos en una pequeña coleta y la tensé para así empezar a caminar, apoyando las manos en la nuca, mirando al cielo, no estábamos muy lejos del carruaje, pero quería disfrutar la despedida, qué, aunque esperaba que no fuese la última, tampoco estaba seguro. Cualquier cosa podía pasar en solo segundos, que me atormentarían por años.

-Luego vendrán a recoger las cosas, no tengo tiempo para llevar todo a la casa y volver, se hará de día y mi barriga esta hambrienta, hace poco tuve que correr del sol y creedme no fue nada divertido. Muy bien, vamos entonces.

Sonreí y las esperé, para abrirles la puerta del carruaje, apoyándome en el borde mientras las veía pasar, sacando la lengua juguetonamente a ambas, al tiempo que me subía por detrás y cerraba. Sentía como los caballos empezaban a moverse y al cabo de unos segundos nos alejábamos del jardín botánico, dirigiéndonos hacía la ciudad. Suspiraba y con algo de sueño me apoyaba en la comodidad de los asientos, acurrucándome, mirándolas desde esa posición, ladeaba la cabeza, las examinaba, observaba todos sus gestos. La verdad es que había espacio de sobra, el carruaje era de los más innovadores y amplios, entraba una persona acostada en cada lado, así que no había duda que estaríamos bastante cómodos.

-Se han divertido? Las quiero… Buuu~~

“Y con un leve gesto, humildad, amor, satisfacción, el vampiro que nunca crecerá se despide. Pero nos volveremos a encontrar, no? Podremos volver a jugar juntos? Nos entrelazaremos una y otra vez. Sé que nuestros destinos están unidos”

por **Neru Le Course** Vie Mayo 17, 2013 7:35 pm

No puedo negar que me pareció divertido y extraño lo que decía Jae del duque, de alguna manera me tranquilizaba (creo…) y me daba a entender que el vampiro lo conocía bien, a mi pesar, aquello me parecía curioso. Si no fuese por el cargo de realeza… bueno, realmente es que podría llevarme bien con esa persona si tanta confianza le tenía Jae.

Pero entonces me encontré en una situación en la que no sabía qué hacer, por el simple hecho de que no quería despedirme. Miré como el vampiro terminaba de poner platos en tres pilas en segundos, su velocidad me dejó sorprendida, sabía que debía esperármelo pero seguía siendo la primera vez que le veía hacer algo así… bueno, estaba la vez que nos conocimos y arrancó la puerta ¿la habría reparado ya? Otra vez pensaba en cosas que no venían a cuento puede que estuviese realmente cansada.

- Si… vamos…

Contesté pensando en el vampiro huyendo de la luz solar, según él no era divertido pero mi mente lo hacía ver bastante cómico así que no pude reprimir una pequeña risa. Fui hasta el carruaje y al pasar junto al vampiro le saqué la lengua de igual manera para luego sonreír y sentarme al lado de Camila. Al cerrarse la puerta y cuando el carruaje comenzó a moverse miré por la ventana, el jardín botánico quedaba atrás y aparecían nuevamente las calles de París, sentía como si fuesen los mundos totalmente diferentes ¿me pasaba solo a mí? Volví a mirar a Jae al escucharlo hablar.

- Me divertí.

Le aseguré con una tierna sonrisa que era una mezcla de la felicidad y el sueño que tenía. Poco a poco mis ojos se cerraban a pesar de que no quería, quedaba aun tiempo hasta que llegáramos a casa pero al sentir los cómodos asientos mi cuerpo decidió por su cuenta que debía descansar, me dormí a los pocos segundos.

Desperté pocos segundos después (bueno yo lo sentía de esa manera al menos) y me restregué uno de mis ojos con la mano mientras miraba algo confundida alrededor, preguntándome que pasaba, la respuesta acudió a mí poco después: el carruaje había dejado de moverse lo que significaba que debía de bajarme. Suspiré resignada a ello.

- Hasta luego…

Me habría gustado decir algo más pero mi cerebro no tenía ganas de pensar así que en lugar de palabras los abracé, primero a la cambiaformas que tenía a mi lado y luego al vampiro antes de bajarme del carruaje. Estaba bien, pronto volveríamos a vernos.

por **Thalie De Rose** Lun Mayo 20, 2013 8:50 pm

Bueno, estaba acostumbrada a recoger cosas de comidas así que no se me podía pedir mucho; era en parte lógico que estuviera ahí para levantar platos y hacer lo que se necesitara, después de todo el trabajo como mesera al final de cuentas deja algunas costumbres bastante extrañas como esa y el poder cargar muchos platos de postres o tazas de café a la vez.
- Lo entiendo - me encogí de hombros, porque no quería tardarme más y que Hero terminara por irse todo apurado hasta su casa; así que camine detrás de él y al lado de Neru hasta que llegamos al carruaje.

- Gracias - sonreí a Hero y subí, para después sonreír también a Neru que seria mi compañera de asiento - yo también me divertí y mucho… fue todo un placer poder estar con ustedes - pero igual aunque hubiéramos retrasado la despedida todo debía terminar, tarde o temprano.
Contemple a las dos personas ahora ten especiales para mi dentro del carruaje y cuando Neru durmió no pude evitar reír por lo bajo, lucía tan hermosa y cansada; igual a mi me cansaba un poco el ajetreo nocturno pero como estaba más acostumbrada a andar de noche que la bruja, pero mucho menos que Hero en definitiva.
El viaje de camino a la casa de Neru fue más rápido y silencioso de lo que esperaba, pero no por eso menos agradable que toda la velada; por eso cuando Neru despertó y prácticamente salto del carruaje.
- Hasta pronto Neru… - fue de lo que alcance a decir antes de que comenzáramos a movernos de nuevo y me quede mirando al exterior, la oscuridad que pronto se desvanecería.

Cuando las calles y olores se comenzaron a tornar conocidos observe a Hero y sonreí, aquel vampiro de nuevo se ganaba mi corazón y ahora había llevado a alguien más a invadirlo a su lado.
El olor de lo que era mi casa anuncio el inminente momento de la despedida real.
- Pues estamos por llegar… - acomode un poco la falta del vestido - gracias por la invitación Hero, de verdad que me la pase muy bien en compañía de ustedes - sonreí sincera, como lo era siempre cuando estaba a su lado; cuando no existían preocupaciones. El carruaje se detuvo entonces y sin saber si era conveniente o no bese su mejilla - cuida de ti… nos veremos después - y tan rápido como Neru antes baje del carruaje y entre a casa para escuchar como se alejaba de ahí.

Si bien las cosas que nos hacen sentir plenos no duran demasiado, el recuerdo que es igual de poderoso permanece en el interior y para mi esa noche sería una que atesoraría mucho tiempo.

por Invitado Mar Mayo 21, 2013 10:36 am

“Esta es solo una dulce despedida”

Neru dormía, tan hermosa como siempre, plácidamente estaba soñando, me preguntaba que pensaba, que es lo que pasaba por su mente. Me reía al verla de ese modo, parecía una niña y eso me complacía. A su lado, la gata seguía despierta, era evidente la diferencia que había entre nosotros dos y la bruja, ambos seres que vagábamos por las noches, ella como una felina, yo como un maldito chupa sangre. Pero habíamos encontrado el equilibrio. Estaba feliz de no ser un maldito como muchos lo eran. Me sentía alegre de poder convivir con las personas a mi alrededor, con seres vivo y no con los no muertos.

-Si… Ambas cuidaros. Sabéis que si necesitáis algo estoy por las noches todos los días para ustedes~ Hahaha, Vayan a dormir, os quiero mucho.

La sonría se formaba en mi rostro al verlas bajar, tan hermosas ambas, primero Neru, frente a su residencia, una hermosa mansión realmente, la tía era algo extravagante así que no me sorprendía. Pero si lo hacía el hecho de que no estuviese allí para recibir a su sobrina y probablemente preguntarle si ya le había propuesto matrimonio, es que esa mujer parecía tan apegada a las costumbres de la época. Al contrario, nosotros no nos podíamos apegar, principalmente yo. Un esposo que no envejecía? Seguro me quemaban a los pocos años de matrimonio. De pensarlo me echaba a reír. Para luego suspirar y acomodarme en mi asiento. El viaje no era muy largo, la casa de Cami no quedaba muy lejos de la de Neru, por lo que en unos minutos ya estábamos allí. La despedí de igual forma, con esos besos en las mejillas a los que me habían acostumbrado. Claro en mi país no era del todo normal, pero allí era lo mismo que un apretón de manos. La miré y con cariño le acaricié los cabellos, sacudiendo la mano en tanto la veía bajar. Ahora iría a cenar, probablemente a alguien del teatro. Como siempre solo bebía y luego borraba las marcas, sin matar a nadie, con el suficiente cuidado. Ello me llevaba tiempo y por eso siempre tenía que tener al menos unas cinco horas para cenar antes de que llegara el sol.

-Nos veremos pronto mi bella gata. No olvides eso… Recuerda utilizarlo tonta~ Os quiero.

Dije haciendo referencia a aquel frasquillo de sangre y sin más la vi partir. Quería quedarme, pero antes debía alimentarme. Necesitaba fuerzas para el día siguiente o estaría demasiado hambriento para poder controlarme en no matar a ninguno. Los humanos, a pesar de ser yo bastante débil, eran muy frágiles y más aún cuando se les chupaba la sangre. Debía mantenerme sentado, haciendo fuerzas en otras partes para poder comer como era debido. Por ello me marché, sonriéndole como quien dice un te quiero sin decirlo. Pero ella ya lo sabía. Mi preciosa felina, había pasado bastante tiempo de conocernos, aún no podía creer que ella no haya escapado de mí. Aunque claro, el trabajo también nos unía. No podía dejar de imaginarme como seguiría esta historia. El tiempo iba a pasar y con ello nos íbamos a volver a encontrar. París era realmente un mundo pequeño.

“Cuando se den cuenta, nos volveremos a encontrar.”

CERRADO

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