(Flashback) Zirano llega a Páris (Lydie)(+18)

por **Zirano Xanaddo** Mar Feb 19, 2013 9:40 am

Año 1700, 25 de Abril.

El barco después de 7 meses de travesía, llega a su destino. Yo me había colado como polizonte, me alimente de marineros y chicas del servicio. Y pase desapercibido todo el tiempo, una joven niña me ayudo mucho. Ella era Sophie Indirana, de 12 añitos, hija de un famoso comerciante del sur de la india. La niña hablaba perfectamente ingles, lo que me resulto cómodo, ella me traía comida cada día, yo no necesito comer, pero tan solo por que ella me lo traía hacia el gesto de comer, y después me lo guardaba, diciéndole que lo guardaría para luego. Cuando el barco estaba cerca del puerto, Sophie vino corriendo, me abrazo.

-Tito Zirano, toma esto es para que puedas pasar unos cuantos dias, son mis ahorros.- Me dice mostrando un fajo de 5000 francos en billetes, y poniendo así los ojitos azules.( ^^ )
-Pequeña, no puedo aceptarlo, es tu dinero.- Dije apartando sus manitas, con la mía.
-Tito, como crees que me sentiría, sabiendo que duermes en las frías calles!! Toma cógelos.- Me tira los billetes.
See you in parís. Mis papas viven cerca del Palacio Royale.- Me dice sonriente, con una lagrimita en el ojo. Ella no sabe de mi condición.

Aparto un segundo, una pequeña madera suelta que tapa la única entrada de luz exterior. El sol comienza a ponerse. Sera mejor esperarse un par de horas antes de salir. Y me acomodo en mi escondrijo. Con la madera retirada, esperando que la oscuridad lo envuelva todo.

La noche comienza, es hora de salir. Y así lo hago, salgo por la misma ventana por la que entre. Y ante mi descubrí admirado, un enorme puerto comercial, aun siendo el comienzo de la noche había muchísimo ajetreo. Había mucha gente obrera. Unos hombres muy musculosos cargaban unos enormes sacos, a una plataforma, para que luego la grúa manual, tirada por 5 tipos de mediana edad. y así lo subían al barco. Tengo sed, pero aun no es el momento de embarcarme en una cacería, este lugar es enorme.
Salgo de la zona de obreros, sin levantar sospecha, pues mis ropas, simples harapos, no discernían mucho de un joven marino. Y me dirigi a una taberna que vi al fondo del puerto.

por **Lydie J. Wickham** Mar Feb 19, 2013 12:04 pm

De nuevo se encuentra sola, a pesar de querer salir siempre adelante no puede, no sabe como seguir si la vida de su padre se ha extinto, es algo raro pero ella necesita seguir adelante sin embargo no hay motivo, no hay forma que ella quiera seguir viva, ha pensado incluso en matarse, pero tampoco es la mejor opción, su padre hubiera muerto de vergüenza de saber que ella quería extinguir algo tan preciado, además de que toda su educación iba basada en una vida llena de religión, aquello era un pecado, se convertía en sacrílega de sólo pensarlo.

Comenzó a caminar después de haber ido a trabajar todo el día, aquello era pesado pues no sólo cargaba con su vida, sino con la de su patrón que dependía cien por ciento de ella, las cosas se complicaban para Lydie cuando él por necio se caía o lastimaba pues levantarlo era un tormento, su pobre espalda no dejaba ver que sólo tenía veintiséis años pues podría parecer la de una anciana.

La noche va cayendo y en vez de ir camino a su casa, ella prefiere desviarse, no quiere ver las ropas de su padre que no ha podido sacar de aquél lugar, no puede ni debe volver a sumirse en aquél tormento así que decide que sus pasos la llevarán al puerto, aquél sitio es el mejor, al menos verá gente moverse, su padre era mercante, o al menos ayudaba a varios, sería recordarlo, sí, pero en sus mejores tiempos como cuando todavía se valía por sí mismo.

-No es lo mismo sin ti- mencionó mientras detenía el cabello que le volaba por la cara a causa de la brisa que se despedía de ahí. Sus piernas le fallaban así que decidió recargarse en la pared de una de las tabernas que estaba ahí, era peligroso, pero lo era mucho más seguir caminando si estaba tan débil.

por **Zirano Xanaddo** Mar Feb 19, 2013 1:53 pm

Entro en la taberna y lo primero que veo es esta imagen.

Spoiler:

El ambiente es totalmente festivo, lo cual me anima, paso por al lado del hombre con el arpa y cantante, la verdad sabe tocar bien. y la chica que esta al lado, me ve y da un salto, cogiéndome de la mano y se pone a bailar conmigo, bailamos durante un buen rato, entonces con una reverencia, me dirigi a la barra.

-Hola señor que le sirvo?- Me pregunta con una sonrisa. Es un hombre muy gordo, y de aspecto sucio.
-Traigame una copa de un buen vino tinto.- Digo sin cambiar ni una pizca la expresion de mi rostro.
-De acuerdo señor. Un don Perignon estar bien?- me dice con aires de superioridad.
-El que sea, pero que tenga cuerpo.- Le exijo.

Sin mediar palabra se adentra en la puerta lateral, detrás de la barra, cierra la puerta.
Cogí un taburete y me senté, y observe el lugar. Todo el mundo parecía ser de clase baja, tan solo 3 chicas y 2 hombres, parecían de clase media. 2 de las chicas estaban al lado del músico. Bellas, jóvenes y provocadoras. Y la otra estaba sentada en una mesa riéndose con los dos hombres. Seguí esperando un rato a que saliera el tabernero.

por **Lydie J. Wickham** Miér Feb 20, 2013 8:14 am

A veces no podía con su propia alma, eran de esas ocasiones en las que el sentimiento la envolvía en un manto tan gélido y oscuro que sentía que podía ser el suave abrazo de la muerte, pero no, ella todavía no tenía tanta suerte como para que aquello pasara, le tocaba seguir viviendo, sufriendo, extrañando, pensando, haciendo muchas cosas que ya no quería ni necesitaba pero que el destino le había obligado al jugarle una broma muy macabra.

Hombres entraban y salían de aquél sitio con o sin mujeres, muchas con ropas demasiado diminutas, apenas cubriendo lo indispensable de su cuerpo, Lydie se enderezó pero no podría llegar muy lejos con aquellas fuerzas, aunque el sitio fuera de mala muerte seguro que un trago de agua no le negarían, ella traía el dinero para pagarlo y necesitaba recuperar sus energías antes de proseguir su camino.

Entró al sitio y los encontró bailando y tomando como era de esperar para después simplemente dirigirse a la barra, un hombre la abrazó y la sacó a bailar haciendo que ella se tambaleara pero no sabía que tanto era mejor seguirle el juego así que hizo un esfuerzo sobre humano para que sus pies se movieran al compás, al terminar la pieza ella se soltó amablemente y corrió literalmente a la barra no quería más percances -¿Tendrá un vaso de agua? Realmente me siento mal y sólo quiero recuperar fuerzas...- murmuró mientras veía al cantinero del lado opuesto esperando que se condoliera de su semblante.

por **Zirano Xanaddo** Miér Feb 20, 2013 10:18 am

Sigo esperando que el tabernero me saque la copa de vino, cuando una chica entra. Yo la veo tan solo entrar. Observo su rostro y esta se ve bellamente triste, casi embriagador.
Veo como viene casi tambaleándose en dirección a la barra, y un tipo, sin que ella pueda evitarlo, la coge de la mano y se pone a bailar con ella alegremente. Ella le sigue sonriente.

Pasan unos minutos, y el tabernero por fin sale, con una botella de vino. Esta tenia algo de polvo, lo que me agrado. Me la muestra.

-¿Es de su agrado señor?- Me dice con una sonrisa en su cara. El tipo se siente orgulloso de su pequeña, pero antigua, bodega privada.
-Perfecto caballero.- Le digo tras ver la botella, año 1635, buena cosecha, si señor.

Me sirve la copa de vino, agito la copa haciendo pequeños círculos, y observo la lagrima del vino, pequeñas lagrimas de color carmín se deslizan suavemente sin dejar marca. Comienzo a olerlo, y huele exquisito, aroma a cerezo y una mezcla cítrica. Y entonces lo saboreo. Tiene cuerpo, pero de sabor suave y fresco, nada como la calidez de la sangre de un mortal, pero esta delicioso.
Dejo la copa encima de la barra, y la chica de antes se pone a mi lado, pidiendo un vaso de agua. Solo llegar me viene un olor de tristeza y infortunio intenso, es la chica quien lo desprende. Mi lado vampiro comienza a activarse, Pum, Pum, Pum. El latido del corazón de la chica. Relájate Zirano. Me digo a mi mismo. Entonces me acerco un poco a la chica y digo.

-Tabernero ponle un vaso de este buen vino a la dama, corre por mi cuenta. Digo sin dejar de mirar a los ojos de la chica. Su tristeza me resulta excitante. Es extraño. -Dime bella dama, por que estas tan triste?- Le digo sin dejar de mirarla a los ojos.

por **Lydie J. Wickham** Miér Feb 20, 2013 10:40 am

La vida se empeñaba en que la felicidad no llegara a la mujer que vestía de cabellos dorados, era lo único que podía relucir de aquella figura, sus ropas eran demasiado sencillas y sus ojos iban tan apagados que en verdad no creía que dieran la luz que muchos podían dar. Suspiró y tomó asiento en frente de la barra quería descansar, después de bailar su corazón se iba acelerando cada tanto, quería recuperar su compás, aquél mismo que no le causara ningún esfuerzo, ese que debía ser natural y apenas perceptible en su pecho.

-No, señor, no se moleste- espetó la joven mirando al hombre que se encontraba a su lado mientras que el tabernero servía una copa más -Será mejor esto... Además es una taberna- mencionó tendiendo el recipiente con el líquido rojizo hacia la mujer y ella asintió emitiendo un largo suspiro -¿Triste?- preguntó como si aquello no fuera evidente, no era de aquellas que vivía la vida quejándose de lo que le pasaba, no había quien quisiera escucharla, con el hombre con el que trabajaba siempre era lo mismo, gritos, llamadas de atención, pero nunca había una palabra de aliento para ella y al ser su único contacto se le había olvidado como entablar una conversación, y más si esta era para hablar de ella.

-Creo que muchas cosas, señor, pero no se preocupe, usted viene aquí a divertirse..- murmuró y observó al hombre sonriendo ligeramente, al menos aquello todavía le salía sin esfuerzo, pero no era de alegría, era sólo cortesía -Me llamo Lydie, caballero y muchas gracias por la copa- mencionó al tiempo que tomaba esta y observaba el líquido que la invitaba a probar, ¿Se emborracharía? quizá, ella no estaba acostumbrada a tomar ese tipo de cosas, era falta de costumbre y también de dinero. Bebió un poco de aquél líquido sintiendo un sabor exquisito en el paladar pero también una ligera calidez en la garganta.

por **Zirano Xanaddo** Miér Feb 20, 2013 11:39 am

Lydie se presenta, mas por simple cortesía que por otra cosa, entonces miro la copa de vino, un extraño brillo apareció en sus ojos. Un brillo triste. Bom bom, bom bom, bom, bom, bom, Los latidos de su corazón cada vez sonaban mas relajados. Entonces bebe un trago. Veo como inmediatamente después de tragar sus pómulos se sonrojan levemente, y el sabor parece resultarle exquisito.

-Parece que te gusta, verdad?- Le digo sonriente poniendo la cara asi. (^^) -Soy Zirano Xanaddo, un placer conocerla bella flor.- Digo tras besarle la mano dulce y suavemente. Pero sigo viéndote triste baby, las tristezas y infortunios en compañía son menos tristes.- le digo con encandilamiento para que se abra a mi.

Bebo un trago de vino. sin dejar de mirarla a los ojos. Esos preciosos ojos tristes. Y acaricio su brazo con suavidad, desde su hombro a su codo. Simplemente un roce que casi no llegue a percibir.

por **Lydie J. Wickham** Miér Feb 20, 2013 12:26 pm

Su garganta iba acostumbrándose lentamente a aquél sabor mientras se deslizaba poco a poco haciéndola sentir una calidez rara, sentía como sus mejillas intentaban imitar el color de aquél exquisito líquido, esperaba que aquello no sucediera, pero lo veía casi inevitable ante la poca costumbre que tenía con el alcohol, sabía sus reacciones pero casi nunca le había tocado vivirlas.

-Mucho gusto, caballero- murmuró con una sonrisa en los labios, la misma de siempre, aquella mueca cortés que se había visto en su rostro siempre, la misma que se encargaba de vestir sus penas con un toque de luz, con ese fino detalle que hacía que los demás la dejaran de cuestionar, era tan sencillo hacerlos perder el falso interés que Lydie ya había aprendido bien como manejarse -Está delicioso, debo decir que es un buen vino...- sentía el calor en su rostro mientras la sangre entintaba sus pómulos.

-No quisiera atormentarlo...- siguió con aquél tono cortés que siempre había manejado, ella debía respetar, siempre le habían dicho que era menos que cualquiera y así mismo se estaba considerando. Sintió el roce de sus dedos y sus ojos observaron estos para luego dirigirse a los ojos del caballero -Mi padre falleció hace un poco de tiempo y siento que no tengo mucho porque vivir pues era el único familiar que me quedaba- murmuró sin saber por qué le había surgido aquella necesidad de contarle al hombre su situación, sintiendo como su brazo se había erizado ante el frío contacto.

por **Zirano Xanaddo** Jue Feb 21, 2013 10:23 am

Conseguí que ella me abriera su corazón. Como me gustaba esa tristeza. Tan dulce y cálida. Mire al cuello de la chica, pasando dos dedos por su cuello, su cara, sus labios y la miro a los ojos. -Soy nuevo en parís my lady, vayamos a bailar.-

Me levanto, la cojo de la mano, le hago una cortes reverencia, intentando hacerla sentir bella y adulada. Y la invito a levantarse, sin dejar de hacer la reverencia, una vez se levanta, levanto un dedo delante de su cara, dame un segundo.

Me dirijo al músico, y le susurro: Cuando saalga a bailar, toque una canción para bailar pegados. Y le doy 10 francos. Vuelvo con la chica, y le beso la mano le digo -Con quien voy a tener el placer de bailar?- Le pregunto para averiguar su nombre sutilmente. Y solo que me lo diga. -Bailemos!- Le digo casi como una orden.

por **Lydie J. Wickham** Jue Feb 21, 2013 6:44 pm

¿Bailar? ¿Otra vez? Debía aceptar que el vino había hecho su función y le había llegado a levantar los ánimos si no por completo al menos su cuerpo comenzaba a entrar en calor, aunque el frío de su alma permanecía intacto, ese era mucho más complicado de combatir pero nada se podía hacer al respecto con eso, ya algún día encontraría la cura o al menos haría lo posible porque sus ojos no reflejaran aquél sentimiento que le carcomía por dentro con todas sus fuerzas -Por supuesto caballero- se puso de pie y esperó a que regresara.

Miró a las demás parejas que bailaban mientras se arreglaba la falda del vestido que llevaba, necesitaba tomar el compás -Lydie, señor... Para servirle- murmuró mientras hacía una ligera reverencia y tomó de nuevo la mano del hombre dirigiéndose al centro para poder comenzar a bailar, sus pulmones se llenaron de aire intentando de algún modo tomar vida en esa bocanada, no sabía como alguien podía superar una muerte, a ella parecía querer arrastrarla, pero no tenía prisa por tomarla entre sus brazos, así que iba lentamente -¿Cuál es su nombre?- preguntó mientras ponía una mano sobre el hombro del caballero y la otra quedaba sujeta entre los dedos ajenos, ella no era muy diestra y el ritmo no era muy rápido, así que esperaba poder seguir el compás aunque de pronto el son cambió y la música igual tornándose un vaivén demasiado lento lo que la hizo quedarse de pie sin moverse, quizá él no quisiera bailar un ritmo así con alguien como ella.

por **Zirano Xanaddo** Jue Feb 21, 2013 7:28 pm

Yo soy Zirano, un placer conocerte mademoiselle. Le digo besando la mano que sujeto con la mía. Su mirada, aunque sus labios sonríen, aun sigue apagada, con esa tristeza que me deleita. Ella pone su mano en mi hombro, y entrelaza sus dedos con los míos, la cojo de la cintura y empiezo a bailar. Al principio la música es mas folklorica y animada, pero entonces miro al músico guiñándole un ojo, y comienza a tocar una cancion mas lenta.
Spoiler:
Ella parece no saber seguir bien el ritmo por lo que me decido a llevarla, la elevo levemente del suelo, que tan solo toque el suelo con la punta de sus pies, y le parezca estar levitando. Y comienzo a bailar siguiendo perfectamente el compás. Mientras bailamos le susurro al oído, haciendo que note mi frió aliento en el lóbulo de su oreja.
-Tu que eres mi musa triste, y no tienes ganas de vivir. Permiteme que cuide de ti. Vayámonos a tu casa!- Pongo énfasis en la ultima parte de mi frase, con mi persuasion. Sigo bailando, elevándola levemente del suelo.

por **Lydie J. Wickham** Jue Feb 21, 2013 7:42 pm

Escucha el nombre del hombre y simplemente asiente mientras deja que los pasos de él la guíen, es mejor dejarse llevar, de algún modo debe de agradecer el gesto que ha tenido al invitarle aquella copa así que una pieza de baile realmente no es mucho, a lo mejor logra animarse en algún momento pero siente que eso no pasará, el hoyo donde se ha metido es tan hondo que para salir necesita mucho más que eso.

Sus pies apenas si logran rozar el suelo, no sabe de donde la fuerza de aquél hombre es el que guía los pasos de él y los de ella mientras siente el aliento golpear su oreja, cierra los ojos, al parecer el vino la ha mareado por completo, pero no se siente borracha -¿Qué cuide de mí? No quisiera molestarle señor...- había evadido lo de ser su musa triste, seguía pensando que el vino la hacía desvariar pero que era mejor no hacerlo notar -No quiero vivir, es verdad, pero no haré nada imprudente para quitarme la vida- murmuró mientras se sujetaba de su hombro con un poco de fuerza para evitar caer por si él se cansaba de sostenerla.

-Vayamos a mi casa...- el murmuro sale con seguridad, sigue con la cabeza embotada ¿Qué le ocurre? hace dos segundos había dicho que no y ahora lo ha invitado a su casa. Se aleja un poco de él sin quitar la fuerza en su agarre simplemente para mirarlo a los ojos -Podemos ir ahora o terminando de bailar- le dice con total confianza mientras parpadea un par de veces, el vino no podía tener nada ¿O sí? Realmente es su falta de costumbre por beber cosas como esas.

por **Zirano Xanaddo** Jue Feb 21, 2013 8:09 pm

Sigo bailando cuando ella simplemente me pide que vayamos a su casa. Se ve con mas confianza hacia mi. Era mi primera noche en París. La nombrada ciudad del amor. Y esta triste dama, había llegado por si sola ami camino y por ello cuidare de ella. Mantendré esa tristeza en ella, mi musa triste.
Me pregunta que si nos vamos ya, a lo que le respondo. -Si pero dame un solo segundo.- Sin perder tiempo voy a la barra. -Tabernero, dame la botella de vino y quédese con el cambio. Y le dejo 1000 francos en la barra.
El tabernero sin mediar palabra, coge el dinero, lo cuenta incrédulo, y corre a la bodega, a los segundos sale con una botella con muchissimo polvo. -Señor ñlevese esta, es lo menos que puedo darle por lo que me esta dando. Estoy seguro de que le gustara señor.- Me dice muy sonriente.
Cojo la botella. Vuelvo con Lydie. -Cuando quieras Lydie. Me vuelvo a a acercar a su oído, con miradas, susurros y sonrisas galantes y seductoras. -¡ Llévame a tu casa!- Es un simple susurro inaudible, tan solo ella lo escucha. Retiro mi cara, y la invito a besarme con mi mirada. Mientras la voy guiando ala salida.

por **Lydie J. Wickham** Jue Feb 21, 2013 8:29 pm

Entrecierra los ojos cuando él se separa de un modo u otro necesita saber si se está comenzando a embriagar, parece que no, todavía las imágenes no se le distorsionan, eso es buena señal, tampoco siente que el piso se mueva así que va bien, se pasa una mano por la frente y no parece tener fiebre, pero está enferma de tristeza, es todo lo que puede lograr sentir en ese momento, una profunda y real tristeza que le embarga su pecho amenazándola con hacerla llorar, ¿Qué pasaría si su padre viera que estaba metida en una taberna contándole sus penas a alguien que no conocía? Seguro se sentiría mal porque esa no era la educación que le había dado, decepcionar a su padre le causaba un dolor profundo.

-Vamos- dijo mientras volvía a sonreír manteniendo una capa cristalina en sus ojos que amenazaba con querer salir, quería dejar de pensar pero no podía, necesitaba dejar de hacerlo o no sería buena compañía para nadie, de eso estaba segura -Iremos a mi casa...- vuelve a murmurar mientras siente un escalofrío recorrerle la espina dorsal. Mira al hombre y se queda contemplando sus ojos mientras su mirada recorre hasta llegar a sus labios, la cercanía era suficiente como para poder sentir un poco su respiración tocando su piel y cerró los ojos negando con la cabeza, parecía que hubiera salido de un letargo.

Sus pies se dirigieron a la salida mientras miraba de un lado a otro, cuando el viento tocó su cara de nuevo sintió un mareo, el alcohol hacía de las suyas en su interior -No está muy lejos de aquí, sólo tenemos que salir del puerto y dos cuadras más y estaremos en mi casa- se gira para ver al hombre, agradece que llegue un fuerte viento haciendo que su cabello se alborote y le impida por unos segundos la vista, ¿Qué pasa? no lo logra comprender -Por aquí...- menciona y evitando la mirada del hombre comienza a caminar para alejarse del puerto mientras detiene su cabellera con los dedos y mira al piso, es incapaz de verle, siente vergüenza ¿Qué tal que se dio cuenta que miró sus labios? ¡Que horror!

por **Zirano Xanaddo** Vie Feb 22, 2013 10:05 am

Ella mira mis ojos, parece presa de un hechizo, sus labios hacen el gesto de querer besarme. Pero aparta la cara diciendo que no tímidamente. Me coge de la mano, y tira de mi hacia la calle. Cuando salimos una gran ventolera se levanta, el cabello de Lydie, comienza a alborotarse mecido por el viento. Me dice donde esta su casa. Lo cual me alegra y me agrada la confianza que me demuestra.
Entonces me acerco a Lydie, me pongo delante de ella, alzándole la vista del suelo, le sonrió sensualmente, y le coloco mi sombrero de Cowboy, coloco bien su pelo, para poder ver su rostro, y acaricio su mejilla, besándosela. Le rodeo por el hombro con uno de mis brazos, acercándola a mi intentando protegerla del viento. -Vamos mi musa, hace frió.- Y comienzo a caminar en dirección a la salida del puerto. Cuando llegamos. Me detengo y observo al rededor buscando las cuadras.

por **Lydie J. Wickham** Vie Feb 22, 2013 11:16 am

Sigue pensando que no sabe que está haciendo, es algo extremadamente raro pero los mareos se empiezan a desvanecer, parece que comienza a entrar en razón aunque las miradas que él le da la logran poner un tanto nerviosa ¿Será normal? Seguro que sí, es normal que alguien se ponga nerviosa cuando no está acostumbrada al trato con otras personas, cuando nunca habla y sobre todo siempre obedece, pero ahora no tiene que hacerlo, simplemente debe platicar y conocer a alguien, pero no sabe si es capaz de lograr tal cosa.

Se le queda viendo y sonríe mientras observa como le acomoda el sombrero, su respiración se aceleró justo en ese momento mientras sus brazos se pegan a su cuerpo para no tocarle, no es capaz de abrazarle, no podría, eso sí sería una falta total de respeto -¿Su musa?- preguntó, ya era la segunda vez que decía algo así y entonces la curiosidad de la rubia había crecido más, seguro que aquello era una broma de parte del caballero, pero quería saber al menos para reírse -Es por aquí- caminaba pero no se movía demasiado por temor a rozar el cuerpo ajeno y al final llegó al 269 de la calle que estaba buscando, sacó sus llaves y se separó con cuidado de su abrazo -Es humilde señor, pero siempre que usted quiera será bienvenido...- dijo mientras encendía la luz del sitio y pasaba a encender la fogata, cuando él le puso el brazo encima lo sintió demasiado frío -¿Traeré una copa para usted?- cuestionó dejando el sombrero en uno de los percheros y acomodándose los cabellos.

por **Zirano Xanaddo** Vie Feb 22, 2013 1:02 pm

-Si tu seras mi musa esta noche, Mi dulce y triste musa Lydie.- Le digo mientras aparto un mechón rebelde de su frente. Al cabo de unos instantes llegamos a su casa, esta me suelta, mientras abre la puerta, yo iba a preguntarle si podía pasar, pero ella se me adelanto y me invito a entrar. Oferta que acepté gratamente. Cuando entramos, vi que era una pequeña casa con un salón, una habitación, y una pequeña cocina. Lydie se acomoda, enciende la chimenea. y me pregunta si saca una copa de vino.
Lydie saca 2 copas! Le digo permisivamente, sin dejar de sonreír y sin alzar la voz. -Y también tráeme una sabana blanca. Le pido, mientras me acerco a la chimenea, me agacho y comienzo a observar el fuego. Miro como el fuego acaba con los troncos, deshaciéndose poco a poco, entonces cojo unas pinzas de la chimenea y retiro uno de los troncos que esta mas quemado, poniéndolo a un lado apagado, para que se enfrié. Y me siento en la mesa esperando que vuelva Lydie.

por **Lydie J. Wickham** Vie Feb 22, 2013 1:21 pm

Escucha la orden del caballero y va hacia la cocina buscando dos copas, para dejarlas en una de las mesas que hay en su casa, se dirige a la habitación y coge un par de sábanas blancas, no había preguntado para que eran así que llevaría una extra por si el hombre llegara a necesitarlas, ella no es de las que cuestiona, simplemente obedece, digamos que está en su naturaleza ser de ese modo, abre la ventana de su cuarto, la que da a la calle para que el aire fresco le siga reparando los mareos que había tenido por el vino.

Se acicala el cabello antes de salir de su habitación pues el viento ha hecho de las suyas en su larga cabellera mientras que cierra la puerta y toma las dos copas -Aquí están, monsieur- dice sonriéndole a él mientras observa como se acomoda en la mesa y le tiende las sábanas -¿Necesita que las ponga en algún sitio en particular?- pregunta mientras se queda viendo los ojos del vampiro -Si usted gusta y no tiene donde dormir...- se aventuró a decir aunque no sabía bien la situación del hombre -Puede dormir en mi cuarto y yo me quedaré en la sala- la hospitalidad que podía dar la rubia era mucha, a pesar de que sus ingresos fueran pocos, siempre buscaba la comodidad de todos. Se sentó en la silla que estaba al costado derecho del hombre y espero que le diera alguna instrucción.

Observa el fuego crepitante en la chimenea dejando que sus ojos se pierdan en la calidez de las flamas mientras sonríe de forma tranquila, recordaba las veces que se sentaba en el regazo de su padre y le contaba uno que otro cuento fantástico, un largo suspiro salió de sus labios, eso no volvería a suceder.

por **Zirano Xanaddo** Vie Feb 22, 2013 2:49 pm

Veo como Lydie sale con dos sabanas y dos copas en la otra mano. me entrega las sabanas, yo solo las dejo en mi regazo. Abro la botella de vino. Y lleno las dos copas. Y observo a Lydie. La chica refleja las llamas en su mirada, y su sonrisa esta vez parece feliz de verdad, entonces suspira, y su rostro vuelve a estar triste. Cojo una copa, y la otra se la ofrezco a Lydie, poniendo la copa delante de ella en alto.

-Estoy seguro que te agradara este caldo. Y la inspiración viene a mi como si de magia se tratase. Me levanto sin mediar palabra. Cojo un cuadro de la pared y lo descuelgo, entonces cojo una de las sabanas, la parto por la mitad, y la pongo en el reverso del cuadro bien estirada. Cojo el tronco que deje en un rincón para que se enfriara, y lo parto en pequeños trozos de carbón, meto todos los trozos en un trozo de la sabana. Me acerco a la mesa, y me siento mirando a Lydie. Cojo un carbón y empiezo a pintar en el lienzo.

por **Lydie J. Wickham** Sáb Feb 23, 2013 9:30 am

Estaba ahí, su cuerpo estaba en el comedor de su hogar, pero su mente estaba un par de años atrás cuando papá estaba con ella en la sala y mamá preparaba la comida en la cocina, ella en los brazos del señor Wickham luchando por no quedarse dormida para que la señora de la casa no los regañara a ambos, cuando en esa misma casa había esa misma pobreza, se estaba feliz, había muchas más cosas que el dinero ni siquiera interesaba.

Cuando él le habló la sacó de sus pensamientos y tomó la copa -Muchas gracias...- dio un pequeño sorbo sintiendo de nuevo aquella sensación en la garganta y el pecho que le iba recorriendo poco a poco -¿Qué hace?- preguntó mientras veía como se movía por la casa y usaba la sábana y un carbón.

Observó las primeras líneas en aquél lienzo improvisado -¿Es pintor? Vaya...- se quedó viendo la sábana que poco a poco se iba tiñendo de negruzco dejando a su paso a algo aunque ella todavía no sabía muy bien a que, en su ensimismamiento llevó de nuevo la copa a sus labios dando un nuevo sorbo que cortó cuando el sabor le volvió a quemar.

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