No hay fuego que destruya al veneno [Privado]

por **Noel Rorschach** Jue Mayo 23, 2013 12:26 am

Recuerdo del primer mensaje :

Las cartas son como paquetes que contienen sorpresas.
Doménico Cieri Estrada

Su mano sujetaba con fuerza el papel que contenía la información sobre el nuevo encuentro con Junno y en un collar cargaba a manera de un simple adorno femenino el frasco que había obtenido directamente de la mano ajena y del cual justo como se lo había pedido, no se separaba jamás.
Layla había estado aguardando recibirla y cuando sus esperanzas sobre volver a ver al joven estaban mermando sus pensamientos positivos que rara vez tenía pero que él había logrado despertar apareció de la mano de alguien que nunca antes había visto las indicaciones esperadas.

Las indicaciones le informaban de encontrarse dentro de algunas noches, y los días que siguieron al recibimiento de la carta trabajo de manera ardua y con más energía de la usual para que el día del tan esperado encuentro llegara pronto.
Particularmente el día esperado le toco salir un poco antes del restaurante y de inmediato partió con rumbo al lugar señalado y que en realidad era un sitio al que nunca antes había asistido. La forma de llegar le pareció algo confusa y extraña pero eso era lo de menos, el punto final de todo aquel viaje era hacer acto de presencia en el lugar y poder conversar nuevamente con Junno quien de manera tal vez inconsciente le hacía sentir como si fuera alguien normal de nuevo.

Cuando sus pies pisaron finalmente el punto final de aquella carta se mantuvo quieta bajo un árbol para finalmente terminarse sentado y recargando su espalda en el tronco para esperar. No le parecía del todo extraño que el encuentro que planeaba Junno fuera en un lugar tan apartado como aquel, pues conociendo las circunstancias que rodeaban a ambos era probable que un lugar con más gente simbolizara un peligro; no para ellos si no para las personas.
Había llegado antes de lo previsto, eso era obvio porque al parecer no se daban señales de que hubiera alguien más por aquellos lugares, al menos no se notaba hasta el momento; solo que respecto a eso Layla estaba completamente equivocada.

Levanto frente a si el collar con el frasquito y lo contemplo. El liquido transparente se encontraba intacto en el interior, indicando que quien se lo había dado merecía que fuera tan transparente como pudiera siempre, aunque eso le costara más que cualquier otra cosa en el mundo. La licántropa suspiro y al tomar aire un olor extraño llegó hasta sus fosas nasales lo cual la alerto y de manera instintiva se levanto, expectante a lo que estuviera pasando… o lo que estuviera a punto de pasar.

por **Noel Rorschach** Mar Nov 19, 2013 9:35 pm

Fue hasta que la pregunta de Junno fue realizada que se sintió sumamente torpe por haber pedido aquello. Se habían encontrado apenas un par de veces y ahora ella le pedía que se quedara en aquel lugar un poco más de tiempo; era obvio que el joven le preguntaría un porque pero si era sincera con ella misma ni si quiera podía responder esa pregunta, todo había sido un mero acto de su mente y la pregunta había salido antes de que lo pensara.

Por algún motivo no quería estar sola, ya no más. Era como si las cosas estuvieran cambiando y no era tan malo a como antes lo creía; ya no creía tener motivos reales para mantenerse lejos de todos y si bien quería seguir manteniendo muchas cosas en secreto de la mayoría con Junno se sentía cómoda, lo suficiente como para revelarle lo que no hacía con otros.
– Bueno es solo que… simplemente me han dado ganas de pedírtelo y ver si es que acaso estaba bien para ti el… – intentaba dar aquella explicación cuando se quedo completamente inmóvil por aquel abrazo. Cuanto tiempo había pasado desde que alguien le había abrazado… mucho tiempo, tanto que le era imposible recordar cuando eso sucedió y entonces simplemente termino por abrazarle también.

–Junno… – suspiro – No quiero estar sola – Algo en ella había cambiado quizás desde el momento en que había bebido de aquel antídoto la primera vez que se vieron. Tal vez el futuro que estaba por llegar también estaba afectando aunque Layla en esos momentos no supiera nada de lo que el destino le tenia preparado – ¿Te quedaras conmigo?… Solo unos días, por favor – habló de manera suave, si se quedaba estaría feliz y si no… se resignaría a eso.

por **Junno Kimura** Miér Nov 20, 2013 3:07 pm

Él mismo se había sorprendido por haber hecho aquello, pero justo en ese momento le pareció algo que él necesitase, más que intentar infundirle a ella algún sentimiento de calma o tranquilidad. Suspiró con cierto alivio al ver que ella le decía aquello. -Me quedaré -dijo en un volumen tan bajo que él mismo dudo haberlo dicho en voz alta.

-Me quedaré - repitió con más firmeza, sintiendo los cabellos de ella en su rostro, se había acercado más de lo que él hubiese planeado. Ahora que lo pensaba, no solía tener ese tipo de gestos con nadie, no era algo que tuviese como costumbre, como la mayoría en aquellos lugares. Para él no era de ese modo, por eso la misma extrañeza de hacerlo ahora.

Se dijo que debía apartarse, y la ligera presión en sus propias manos dijo lo contrario, aparte de que no era algo que se acostumbrase en donde había crecido, lo cierto es que tampoco se lo habría permitido por muchas razones. Pero en ese momento se sentía un tanto vulnerable. Se había fallado a sí mismo y aún no lograba ver de forma clara lo que haría a partir de ese momento.

por **Noel Rorschach** Lun Dic 02, 2013 4:44 pm

– Gracias – susurro sin apartarse un segundo de la cercanía de Junno, se estaba aferrando a él y la relativa normalidad que su cercanía le brindaba y es por eso que se permitía flaquear cerca de él, se permitía incluso sonreí y esperar la muerte a su lado. Era bastante curioso como solo una vez cerca de él le había bastado para descubrir que aún esperaba tener a alguien que puede transmitirle paz y le hiciese sentir como si nunca hubiese sido maldita.

– De verdad Junno… gracias – se movió apenas un poco, el suficiente como para verle el rostro y sonreír como antes. No sabía que era lo que le provocaba más felicidad si estar con él o saber que aunque se lo hubiese negado siempre aún tenía la capacidad de encontrar algo para ser feliz… una razón realmente por la cual vivir un poco más de tiempo.

Las heridas de ambos al parecer les habían unido pero existía más allá de ese momento algo que amenazaba la vida de la licántropo, algo que desconocía y que no le importaba. Tan desconectada estaba de aquella amenaza que se quedaron ahí ella y Junno dejando que la oscuridad diera letalmente paso a un nuevo día y a cosas diferentes para ambos.

TERMINADO

por Contenido patrocinado

No hay fuego que destruya al veneno [Privado]

No hay fuego que destruya al veneno [Privado]

Re: No hay fuego que destruya al veneno [Privado]

Re: No hay fuego que destruya al veneno [Privado]

Re: No hay fuego que destruya al veneno [Privado]

Re: No hay fuego que destruya al veneno [Privado]