||Maldito corazón, me alegra que ahora sufras||Privado +18||

por **Aldebaran Ballester** Lun Dic 16, 2013 1:01 am

Recuerdo del primer mensaje :

Se escribe y no se expresa nada, se habla pero no se dice nada, se vive pero no se siente nada… Salvo dolor, salvo soledad que alberga de manera solemne todo el marco escénico de la zona prohibida de París, una zona tan peligrosa que ni siquiera las mismas criaturas míticas osan pisar; son los vientos que levanta cortinillas de polvo que se mecen de manera inusual por todo el ambiente. La luz de la luna abraza toda la planicie con su platinada misericordia que encaja perfectamente en cada rincón de este desolado lugar.

-Y tú que te creías… El Rey de todo el mundo- es una voz débil que cita –Y tú que nunca fuiste capaz de perdonar… Y cruel y despiadado de todo te reías- Una tonalidad frívola, totalmente irónica se impregna en las palabras de un ser que es cubierto por las tinieblas –Ya ves que no es lo mismo amar que ser amado… Hoy que estás acabado, ¡Qué lástima me das!- Insiste en los reclamos y las burlas que se rompen bajo unas débiles carcajadas que se propagan por todo el lugar.

Soledad es poca a comparación de lo que se vive, el suelo es mojado por la lluvia que empieza a caer y se cuela por todo el cuerpo del alto varón quien pareciese portar solo un pantalón negro y una camisa del mismo tono; sus ojos cerrados bajo un gesto sarcástico de risas que delatan una borrachera se protegen con un antifaz azabache… ¿Sus cabellos? Un desastre, cubiertos por sudor y a la vez por las gotas de lluvia que los obligan caer por los hombros dibujando la imagen curiosa de un ser que pareciese ser derrotado.

-La vida es la ruleta en que apostamos todos… Y a ti te había tocado nomás la de ganar, pero hoy tu buena suerte la espalda te ha volteado…- Continua dialogando pues sus palabras parecen tener una fuerte dedicatoria, como si hiciera mofa o simplemente abandonara su ser bajo el infinito cinismo que toda su vida le ha acompañado. Su cuerpo cae abruptamente contra la pared, la lluvia se vuelve más intensa y pareciese que los sentidos del extranjero se empiezan a ir puesto que sus ojos se entrecierran y divagan al igual que sus labios, sus manos titubean y toda su fisionomía pareciese estar bajo algún dominio ajeno a él.

Un trueno surca el firmamento y con ello los aires se intensifican de manera instantánea. Las luces plata de la luna parecen no ser suficientes para dejar ver la verdadera situación de este hidalgo cuya presencia parece alejarse cada vez más. Sus orbes marrones se cierran, su rostro dibuja una sonrisa que asimila resignación y el tiempo devela como sus intenciones son estar ahí, a merced de lo que sea, como si no le importara alguna cosa en la vida… Su mano diestra yace en su corazón, ajustada y apretando su camisa…

-Fallaste, corazón… No vuelvas a apostar-

Y con una carcajada, la extremidad del ladrón más famoso de Europa se remueve, mostrando una profunda herida en su pecho, una herida que está provocando un desangrado que ningún mortal en su más óptimo estado físico puede afrontar y aun así, bajo cada palabra, cada tono y cada segundo… Se puede proyectar y sentir un dolor irreal, un dolor que embriaga todo y se roba el foco protagónico… Un dolor que no es por la herida física, pero si por una mucho peor justo ahí… Un lugar que ni siquiera él o alguien pudiesen imaginar que tenía… Su Corazón.

por **Aldebaran Ballester** Dom Feb 23, 2014 2:56 am

La pasión es protagonista bajo el manto nocturno donde dos amantes son cómplices del mismo crimen. Si, un crimen el cual es el desespero el uno por el otro, la tentación, el libido y la lujuria que recorre ambos cuerpos apasionados que se dan calor mutuamente entorno a un revoloteo sexual que deja ver como los ojos del enmascarado se ciñen al encontrarse con los de la dama. Sus manos que deslizan cual instrumento el cuerpo de la doncella tratan de estimularla a un punto en el que desborde toda esa necesidad y así logre fluir con la complicidad del español.

Su respiración es agitada y el sudor empieza a recorrer desde su frente hasta su cuello y parte de sus pectorales. Sus manos fuertes y grandes sostienen desde su trasero a Isobel, apretándolo como impulso al ir sintiendo cada estocada que libera un gemido ahogado desde la garganta seca de Aldebarán; Los golpes en la pared retumban y el movimiento ascendente hace que la danza de los senos de su ferviente amante sea un espectáculo hipnótico para el macho, quien muerde el labio inferior ajeno, tirando de él.

Lentamente el pasar de los segundos va perdiendo importancia y el ambiente se torna intenso así como lleno de calor. Los orbes de Rosa Negra se cierran y dibujan una mueca placentera que ahoga los gemidos que provoca placenteramente el roce íntimo entre ambos sexos. Es la piel albina de ella, es el calor de su sudor que cae tan sensualmente por todo su cuerpo de manera simultánea a los gemidos que entran por sus oídos y liberan una descarga de energía que transforma en pasión cada vez que se siente dentro de ella, cada vez que se siente uno solo a manos de su hechicera.

-Podrían pasar mil y un cosas… Pudieron haber pasado otras mil más… Pero me encuentro entre tus brazos, me he topado con tus labios y he bebido de tu cuerpo… Ahora, no quiero saber de algo más que no sean tus caricias, que no sea tu respiración agitada… No quiero saber otra cosa, que no sea el que… Eres mía- sentencia con su voz gruesa de acento español. Su piel de bronce emana cierto brillo por el sudor y su fuerte pecho demuestra esa respiración agitada que se ahoga al tomar con fuerza a la señorita para así trasladarla hacia una mesa, donde le deposita con cuidado más sin detener ni un solo instante el juego sexual.

por **Isobel Twist** Lun Feb 24, 2014 7:45 am

Deja caer la cabeza hacia adelante, su respiración cada vez más agitada, un preludio inevitables a la explosión de placer que está por llegar. Ahoga sus gemidos contra el cuello de Rosa Negra, alternando besos y mordiscors carentes de fuerza, que simplemente arañan la piel caliente del hombre.

Sus palabras llegan a ella a traves de una neblina roja de deseo y sensualidad, amortiguadas por el sonido de su propio corazon latiendo a toda velocidad, la sangre rugiendo en sus venas.

-Soy tuya- responde, unas palabras que nunca ha dicho a nadie y que sabe son producto de ese momento- y tú eres mio- demanda a su vez- eres mio... por esta noche... y por todo lo que sus horas nos den...

Cuando la apoya sobre la mesa, apenas se da cuenta del cambio de situación. Lo único que puede pensar es que quiere más, más placer, más de él. Sus manos bajan por su cuerpo en una languida caricia y se detienen en las caderas de su amante, instnadolo a ir más rápido, más profundo, hasta que sienta que se rompe por dentro.

Pero ella es más fuerte que eso, sabe que no se rompera, que no puede romperse por que se quiere quedar allí, en ese lugar cálido entre los brazos de su enmascarado, recibiendo más de lo que nunca había esperado al encontrar a un malherido en los callejones parisinos.

El olor a sudor, sexo y hombre invade sus fosas nasales, un perfome erotico que la lleva a acercarse más a él si cabe. Piel con piel, espera a que llegue el extasis cada vez más cercano que él ya le ha mostrado y del que ahora no puede tener suficiente.

-Más...-murmura y alza la cara para besarlo en los labios con una suavidad contraría a la urgente necesidad que la recorre-aprovechemos... que fui yo... y no otra... la que decidió... pararse a ayudarte...

A pesar de que trata de bromear, sus palabras salen sin apenas fuerza, menos concentrada en ellas que en corresponder las estocadas de Rosa Negra.

por **Aldebaran Ballester** Sáb Mar 01, 2014 12:03 pm

El recorrido y la exploración de sus manos son dedicadas rotundamente al cuerpo de Isobel. Su respiración que se agita más por la desesperación que por el cansancio se vuelve una con la de la hermosa mujer, quien desliza sus manos de forma placentera por el cuerpo del varón quien siente una decena de espasmos en su abdomen bien formado; sus ojos se clavan en los de ella mientras las embestidas hacen que la mesa rechine hasta parecer romperse y por ello mismo de sus labios salen distintos gemidos y suspiros de placer que se ahogan en una garganta seca y sedienta por el aliento de su ferviente amante.

Con un ritmo acelerado y el desborde de una pasión incontrolada se lleva a cabo una inminente reacción por parte de Rosa Negra al escuchar las palabras que en ese momento hacen estragos dentro de Él –Mía y solo mía… Al igual que te pertenezco por esta noche… Nos pertenecemos, es nuestra velada, nuestra pasión, nuestra necesidad- adjunta a las palabras de la señorita para así sentir como el momento se vuelve cada vez más desenfrenado.

Sus labios besan los de ella de forma consecuente, yendo de su hombro a su cuello, su oreja y sus mejillas hasta acabar en su barbilla y por último un beso por de más de lento y ¿tierno? –Me alegro que me hayas ayudado… Dudo que alguien más… Lo hubiese hecho- contesta con calma mientras pasa sus dedos por su espalda hasta sujetarla desde sus glúteos, dando un apretón que da lugar a un ritmo un tanto diferente a aquel juego sexual, esta vez es algo relajado y lento, como si intentara estimularle de otra manera.

-Quiero sentirte… Tu cuerpo… Tu piel… Que esta noche me pertenece a mí y solo a mí… Quiero hacerte sentir como nadie jamás lo ha hecho y como nadie lo hará… Quiero que sientas, que vivas y te envuelvas de placer…- susurra a su oído mientras sigue con aquellas estocadas de una forma lenta pero profunda, como si quisiera torturarla por un segundo para así lograr liberar toda una descarga entre ambos cuerpos –Quiero que esta noche… Jamás la olvides- finiquita para así dejar ir su cuerpo bajo una velocidad que crece gradualmente hasta hacer rechinar de nuevo la mesa y al mismo tiempo sentir como sus músculos se tensan intentando brindarle quizás un segundo orgasmo que el varón tanto desea hacerle llegar.

por **Isobel Twist** Lun Mar 03, 2014 7:09 am

A pesar de que desea corresponder sus palabras no le sale una sola palabra. Lo único que sabe es que él ya le ha dado más que cualquier hombre, que ya la ha marcado y que esa noche será un recuerdo indeleble en su memoria. Podrán pasar mil cosas pero sabe que no olvidará a su amante nocturno aunque no se vuelvan a ver nunca después de que el sol los sorprenda a ambos.

-No hables- le dice en un tono bajo y ronco- Ahora no existe… el tiempo… No hay futuro… ni pasado… No hay nada más… que esto… Que nosotros…

Sus palabras suenan como una súplica y es que no quiere pensar en nada que no sea él y ella disfrutando de sus cuerpos, el uno del otro, como si el mundo fuera acabar al dia siguiente y esa fuera su última noche en la tierra. Y, desde luego, la noche estaba siendo un verdadero festín para sus sentidos, atontados durante tanto tiempo.

El orgasmo le llega rápido y la encuentra ligeramente sorprendida. No puede sino pensar que nunca ha pasado tan poco tiempo desde que ha sentido tan intensamente durante el acto amoroso y que sin embargo con él casi natural. Sus amantes siempre fueron más un negocio que el placer por placer pero con él todo es distinto.

Sin embargo no quiere llegar egoístamente así que lo insta a seguir, sintiéndolo dentro como si fuera una parte más de ella. Sabe que él está cerca, tanto como ella y solo hace falta que le dé un pequeño empujón. Por eso baja la mano por su espalda arañándolo suavemente, ya que recuerda como ha reaccionado antes a ese contacto, aunque esta vez no lo marca.

Con una sonrisa pícara acerca los labios a su oído y le mordisqué el lóbulo antes de soplarle suavemente y pasarle la lengua. Le dedica un completo ataque a los sentidos, deseando que él llegue al orgasmo con ella ya que eso solo lo hará mejor para ambos.
Como toque final, aprieta sus músculos internos en torno a su miembro, de manera que sabe que no podrá resistirse más y de deja ir con un pequeño grito triunfal.

por **Aldebaran Ballester** Mar Mar 04, 2014 7:13 pm

La respiración del hombre es realmente agitada pues el ritmo del momento le hacen explotar toda su condición física que refleja consecuencias de desgaste en el derrame de sudor que se expande por todo su trabajado cuerpo, bajando por su frente y goteando hasta su cuello, donde un hilillo del mismo cae por sus pectorales y empieza a bañar poco a poco a la hermosa dama que le conjuga un dialogo totalmente seductivo e incitante al pecado.

Sus manos recorren las piernas de ella arriba y abajo, sintiendo como su espalda es rasguñada para así hacerle intensificar cada embestida que le brinda un placer descontrolado por todo su cuerpo que se aglomera al instante en su abdomen; distintos espasmos se van acumulando y se prolongan de manera gradual hasta lograr hacer que sus músculos se tensen totalmente y así, un fuerte suspiro ahogado logra traer consigo un orgasmo que le hacen dar una última estocada hasta sentirse totalmente dentro de Isobel.

Así pues, sus brazos envuelven con fuerza a la Dama de Negro mientras le acercan en totalidad a su pecho jadeante y satisfecho –Por unos minutos- dejando caer sus cabellos largos sudorosos con un ligero murmullo desde sus labios –Eso fue… una… delicia…- y así, un beso apasionadamente desesperado se apodera de los labios de su amante, mordiéndola en su labio inferior y recorriendo traviesamente con sus dedos cada rincón de su esbelto cuerpo.

por **Isobel Twist** Jue Mar 06, 2014 4:45 pm

No puede más que sonreír mientras siente como él llega con ella. De repente sus músculos pierden toda la fuerza y caen inermes. Dios, si, está cansada pero aun así quiere más de ese misterioso hombre, quiere exprimir cada minuto que tenga con él antes de recuperar la cordura, antes de volver a ser una mujer sensata.

-Lo fue- dice ella también en voz baja. Se deja caer hacia atrás, dejando que la pared la soporte mientras recupera el aliento.

No recuerda haber tenido nunca dos orgasmos tan seguidos y aun así seguir sintiendo esa ansia por su amante. Sin embargo necesita un moento para recuperar las fuerzas, para poder mover siquiera un dedo ya que se siente al mismo tiempo agotada y llena de energía.

Corresponde el beso con pasión. Y aunque hace apenas segundos que pensaba que necesitaba un descanso, siente como la chispa vuelve a altar pos sus nervios encendiéndola, humedeciéndola de nuevo. Contiene el aliento mientras trata de calmarse. Puede que ella esté lista para otro asalto pero puede que él necesita un poco más de tiempo.

-¿Qué me has hecho Rosa Negra?- pregunta en voz baja, más para sí misma que para él mientras trata de contenerse. Nunca ha sido así de atrevida ni se ha sentido tan ansiosa pero con él, en ese momento, parece distinto- ¿Qué hechizo has lanzado sobre mí?- murmura.

por **Aldebaran Ballester** Vie Mar 07, 2014 11:18 am

La descarga de placer es mutua, ambos logran alcanzar la plenitud del orgasmo al momento en el que jadeantes quedan observándose uno al otro, directo a los ojos mientras yacen bañados bajo el perfume del sexo, la pasión y la locura.

Los ojos del enmascarado se mantienen fijos a los de la hermosa mujer, a quien le acaricia la mejilla con sumo cuidado, como si tocara la pieza más fina de porcelana y no quisiera que le pasara ninguna clase de daño. Su sonrisa es ladina, su respiración agitada y su atención es incondicional a las palabras de murmullo que le dedica Isobel.

-No hay tal, belleza… Es tu maldición por salvarme, estás condenada a pasar esta noche conmigo y quedarte a mi lado…- musita con un tono suave más sin dejar de lado esa voz ronca y fuerte que le caracteriza; sus manos se postran sobre las caderas de ella y con un impulso la coloca de pie para automáticamente volverla a cargar en sus brazos.

-Decías que… ¿tu habitación?- dice en forma retórica mientras suelta una suave risilla, comenzando a caminar a donde ella le apuntó desde un principio y así es como en solo segundos llega a la habitación de la hechicera. Con cuidado, la deposita sobre su cama mientras no puede evitar pasar un trago de saliva al verle entre las sabanas ¡Pero qué obra de arte! Todo un ejemplo de belleza yace ahí… para él.

por **Isobel Twist** Vie Mar 07, 2014 4:57 pm

Suelta una pequeña carcajada enronquecida ante su contestación y le pasa los brazos por el cuello, sin permitirle que se aleje demasiado de ella.

-Pues si esta es una maldición- musita cerca de los labios de él- muchas desearían estar tan malditas como lo estoy yo ahora...-finaliza sus palabras con un beso ligero, tanto que si no fuera por que ella misma sabe de sus intenciones, casi podría pensar que no había existido.

Cuando tira de ella y la alza ella solo se deja llevar hasta la cama. Se teme que sus piernas apenas tendrían fuerzas para sujetarla en pie en ese momento, mucho menos para andar. Y, sin embargo, puede sentir que aun quiere más de él.

Cuando la deposita sobre la cama ella solo lo mira. Y, a pesar de su buena visión nocturna, las sombras de la habitación la molestan por lo que murmura un hechizo que enciende las velas e ilumina la estancia con la cálida luz dorada. Así, lo puede observar a placer, desde el destello de deseo en su mirada a toda esa piel expuesta. Sin poder evitarlo rie tontamente unos segundos antes de hablar.

-Eres toda una visión, milord- comenta duivertida.

Así visto, parece la fantasía que toda mujer ha tenido alguna vez en la vida. El ladrón, el corsario, el bandido, que hará cumplirá todas y cada una de sus fantasías más secretas. Pero en este caso es incluso mejor, por que ella sabe que él es real. Su fantasía hecha hombre. Su enmascarado.

Con ese pensamiento en la cabeza simplemente le abre los brazos en una invitación silenciosa a unirse a ella.

por **Aldebaran Ballester** Sáb Mar 08, 2014 10:57 pm

Un suspiro que sale desde los adentros del español pronto se expande por una habitación que de manera instantánea se siente invadida por el calor y la luz de unas velas que toman el protagonismo. El rostro del enmascarado no puede evitar la sorpresa al percatarse del hechizo que la hermosa mujer lanza para iluminar todo el recinto.

-Eso de que seas hechicera… Cada vez me sorprende más- promulga al dedicarle una mirada que se entrelaza con una carcajada cuya tonalidad es gruesa y baja a la vez.

Pronto, sus pasos lo llevan hacia la mesa donde toma una pequeña toalla y pronto se acerca a la cama donde se desliza con suma lentitud observando todo el majestuoso cuerpo desnudo de Isobel; una obra de arte que es detallada por los mismos demonios de la tentación y lujuria, un cuerpo que le hace la invitación al rincón más apasionado de su mente.

-Ven que secaré un poco el sudor… Aunque diré que te ves realmente provocativa- con sus diálogos, el español va recorriendo lentamente la fisionomía de la hechicera con la susodicha toalla, más que secarle, busca estimularle con disimulo hasta llegar a sus brazos, donde este arroja el trapo al suelo y decide abrazarle con fuerza, besando muy ligeramente su cuello.

Así pues, un giro repentino logra posicionar al de cabellos largos recostado sobre la cama y la musa quedando sentada sobre él, sintiendo el rozar de sus sexos más sin tomar profundidad –No puedo evitar repetirte una y otra vez… Que te ves realmente hermosa desnuda… Eres como una pintura exquisita que proyecta el significado de la sensualidad- con cada frase Rosa Negra recorre el cuerpo de ella con una caricia traída por la yema de sus dedos.

Subiendo y bajando por su espalda, pasando por sus grandes y suaves senos, acariciando sus muslos y dando una sutil nalgada… Definitivamente el heredero español está disfrutando recorrer cada rincón de ese delicioso y erótico cuerpo.

por **Isobel Twist** Dom Mar 09, 2014 4:04 pm

Sonríe a sus palabras. Realmente rara vez usa su poder delante de la gente, bien por que sabe que no lo entendería o porque es demasiado fastidioso tener que explicar el funcionamiento de sus dones. Sin embargo frente a él, eso que para ella es innato, sale solo.

-Es algo instintivo- contesta- Lo siento si te sorprendió. Puedo controlarlo si así lo prefieres.

En realidad eso ya no importa. Él ya sabe lo que es ella, lo manifieste o no, y ese conocimiento permanecerá hasta el momento en que marche por la mañana, el momento en que tendrá que hacer que olvide que una vez conoció a una hechicera. Eso le recuerda sus palabras en el callejón, que parecían haber sido dichas hacía una eternidad. No, seguramente no era la primera bruja a la que conocía, sencillamente era más probable que no las recordara.

Sus pensamientos divagan ligeramente hasta que siente como el peso de Rosa Negra hunde el colchón a su lado y sus manos sacan de su cabeza cualquier pensamiento que no se él. Sonríe perezosamente mientras él la va secando, sintiendo como su contacto va dejando un rastro de fuego sobre su piel.

-Y yo que pensaba sudar un poco más…- contesta ella provocativamente para así demostrar la verdad detrás de las palabras de él.

Un beso interrumpe sus palabras cuando el arroja la toalla a un lado y la abraza con fuerza. Ella corresponde con alegría el beso y rápidamente se encuentra sentada sobre él, el enmascarado presionado contra la cama, una situación extremadamente íntima.

Se estira bajo sus caricias emitiendo un suave ronroneo. Inclina la cabeza para darle un beso abrasador al tiempo que su pelo cae como una cortina que los aisle del mundo exterior. Se recrea en sus labios un momento y luego, con un último beso comienza a gatear hacia abajo sobre él.

Besando cada parte de su cuerpo desciende hasta situarse sobre su miembro. En ese momento alza los ojos y lo mira, una mezcla de atrevimiento y diversión brillando en sus ojos. Su sexo ya muestra que la desea y ella quiere todo de él en ese momento.

-¿Qué ocurrirá- pregunta traviesa-si hago esto?

Nada más terminar saca la lengua y le da una lamida al miembro de Rosa Negra. Y sin apartar los ojos de su cara, toma una de las técnicas que aprendió en la calle y comienza a masturbarlo con la boca.

por **Aldebaran Ballester** Lun Mar 10, 2014 1:01 pm

El rostro de Rosa Negra enmarca una sonrisa ladina justo al instante de escuchar las palabras de la hechicera, respondiendo –No… No me mal entiendas, querida. Tú eres alguien maravillosa, tal cual… Eres especial, eres única- Acariciando su mejilla para luego escuchar esos ronroneos que le hacen erizar la piel; esa imagen tan sensual de tenerla frente a él, sentada y con todo su cuerpo desnudos expuesto a sus ojos llenos de una llama apasionada.

Sus manos siguen jugando con toda su anatomía, la verdad es que disfruta cada segundo que toca esa piel albina de porcelana y se gozoso de pasear traviesamente por sus senos. De pronto, un beso es depositado en su boca y al instante sus rostros se ven bajo la cortina de aquella larga cabellera, un escondite que en verdad le resulta atractivo.

Poco a poco los besos van bajando por su anatomía hasta situarse en su miembro, el cual, alargado y endurecido recibe las caricias de Isobel, reflejándose en un espasmo por parte del ladrón, el cual responde –Puedes… averiguarlo… uhmmm- Y así, se calla bajo un gemido al sentir como le empiezan a masturbar con la boca. Sus manos se dirigen a sostener la cabeza de su amante para luego tomar sus cabellos y retirarlos con suavidad para que no le incomodaran –Isobel… Eso se siente… delicioso… Sigue… Sigue por favor- demanda con sus ojos cerrados mientras un titubeo lo sumerge en un viaje de placer.

por **Isobel Twist** Mar Mar 11, 2014 5:00 am

Sonrie antes de seguir proporcionandole sus atenciones. Una pequeña risa queda en su garganta ante sus palabras y dedica una mirada caliente al hombre que indica que es precisamente eso lo que va ha hacer, averiguar que puede provocar en él de esa manera, ver hasta donde puede hacerlo enloquecer con por su boca.

Animada por su gemido y las palabras que le dedica, comienza a jugar con él, primero con toques "inocentes" de su lengua y luego con los labios. Desliza las manos por los muslos de Rosa Negra, ascendiendo lentamente y pasa peligrosamente cerca de esa parte que esta tan dura por ella pero sin llegar a tocarla.

Mientras lo toma con la boca, su propia excitacion va creciendo. Su sabor se añade el cúmilo de sensaciones que la van asaltando y un suave gemido sale de sus labios al tiempo que lo toma por entero. En ese momento no es capaz de recordar por que en el pasado aquel acto la desagradaba. Con su enmascarado parece que esa intimidad no es sino otro juego más, tan atracitivo y excitante como los que han estado praticando antes.

Las manos que le apartan el pelo a un lado le indican que él lo esta disfrutando tanto como ella pero no es solo eso lo que busca. Posa una de sus propias manos sobre las de él y se aparta un momento para sonreirle con una inocencia que no cuadra en su escena privada.

-No te contengas- susurra antes de volver a asaltarle los sentidos con todo lo que tiene.

por **Aldebaran Ballester** Mar Mar 11, 2014 12:11 pm

Las mil y un sensaciones que invaden el cuerpo del español no disminuyen en lo más mínimo pues con los jugueteos de la hermosa mujer, este no hace otra cosa más que despertar la sed por ese cuerpo y esa musa que está haciendo y deshaciendo con él a su propio y travieso antojo.

Lentamente las manos que sostenían aquellos cabellos se trasladan hacia los hombros de la fémina, sintiendo como la misma intensifica aquellos movimientos que no tardan en hacerle tensionar sus músculos a un punto donde un fuerte calambre se viene en todo su cuerpo y le hace sentir diferentes golpes internos que solo dan lugar a un par de gemidos ahogados.

Al escucharle hablar, este no puede pronunciar otra cosa salvo un fuerte suspiro que lo obliga a echar su rostro hacia atrás, cerrando sus ojos y así por inercia empezar a masturbarse él solo para en un solo ápice de segundo, sienta de nuevo esa explosión que probablemente ella le provoque puesto que un fuerte orgasmo se sitúa en la escena, corriéndose de forma abundante y atreviéndose a hacerlo en el rostro de la preciosa hechicera.

por **Isobel Twist** Mar Mar 11, 2014 3:26 pm

Sin poder evitarlo una risa escapa de ella al verlo venirse. Se siente como si estuviera borracha por la emoción que la causa tener a ese hombre a su merced de esa manera, poder hacer y deshacer a su gusto sabiendo que él no le negará nada.

Arrastrándose sobre la cama se estira hasta la esquina de la cama para coger el paño que Rosa Negra antes ha descartado y limpiarse aunque no sin antes sacar provocativamente la punta de la lengua y probarlo ligeramente.

-Sin duda, estas, literalmente, para comerte- bromea mientras se estira en todo su esplendor femenino y se sienta con las rodillas flexionadas bajo ella. Por primera vez en mucho tiempo se vuelve a sentir cómoda con su piel, esa mujer tentadora dela que él habla se hace realidad en esa efímera fantasía que han construido a base de algo más que besos.

Sentada frente a él inclina la cabeza hacia un lado mordiendose el labio inferior mientras se pregunta qué más puede hacer hasta que se acabe esa fantasía. Sabe que esa noche será irrepetible para ella pero también quiere que sea algo imborrable en la memoria de él.

por **Aldebaran Ballester** Mar Mar 11, 2014 4:51 pm

El suspiro ahogado y largo del ladrón se expande por todo el recinto mientras que su cuerpo se mantiene aún relajado y con disfrute por cada una de las sensaciones que ha dejado aquel fuerte orgasmo. Sus ojos se cierran y una risilla gruesa se escapa de sus labios para así girar sus ojos a la hermosa mujer.

Con lentitud, este se apoya en sus codos para alzar un poco su rostro y observar a la provocativa mujer dedicarle unas palabras –Eso fue… Increíble, no sé qué haces o cómo lo haces… Pero es una verdadera delicia cada vez que me haces venirme- su sonrisa vuelve a ser ladina mientras que con una mirada de lujuria repasa la fisionomía de Isobel.

Así pues, lentamente este se estira para acariciar la mejilla de la musa con su mano diestra, depositando un sublime y provocador beso en sus labios mientras va deslizando las yemas de sus dedos por el cuello, el hombro, rodeando sus senos y terminando por bajar hasta su cadera, obligándola a recostarse ahora ella –Sé que tú también… Estás para devorarte, preciosa- sugiere con calma mientras este se recuesta sobre ella, besando una vez más su boca.

De manera sutil, este va bajando sus besos por la barbilla de la doncella, paseándose por su cuello y llegando a sus pechos donde mordisquea muy suavemente sus rosados pezones. Consecuente con este jugueteo, él continua su sendero por el abdomen de la señorita hasta encontrarse en su pelvis, donde acomodando su cuerpo decide empezar a acariciar el sexo de su hechicera con la punta de su lengua, esperando estimularla lo suficiente para que empiece a mojarse y así, él pueda disfrutar de la calidez y la humedad de su feminidad.

por **Isobel Twist** Miér Mar 12, 2014 3:17 pm

Sonríe al alago. Al principio no estaba del todo segura de lo que debía hacer, al fin y al cabo hacía mucho que no yacía con un hombre y sin duda ninguno la había tratado como él lo había hecho.

Responde a su beso con calma, temblando de anticipación bajo el contacto de los dedos de Rosa Negra y se deja arrastrar hasta estar ella de espaldas y él sobre ella. Se estremece cuando su boca se empieza a deslizar sobre su cuerpo deteniéndose en sus pechos para luego seguir hacia abajo.

Sus brazos caen inertes sobre la cama y sus manos aprietan la sabana mientras ella se muerde el labio. Sus caderas se arquean hacia él, buscando más de esas caricias húmedas. Un pequeño gemido sale de sus labios, mitad súplica mitad suspiro. El deseo se va encendiendo con más fuerza acumulándose en su cuerpo, deseosos de ser liberado.

-Si ese es el caso...- dice entre jadeos- Puedes darte… un festín- la última palabra termina de manera aguda, casi un grito, reflejo del placer.

por **Aldebaran Ballester** Dom Mar 16, 2014 3:51 pm

Las palabras coquetas de la hechicera hacen que el español solo emita una suave sonrisa que pronto se interrumpe al momento en el que su lengua empieza a recorrer el sexo de Isobel. De forma ascendente empieza a estimular toda aquella piel suave y rosada; sus manos se ajustan al trasero de la fémina para dar ligeros apretones en el mismo mientras que sus ojos se cierran a la par de que varios respiros son soltados desde su nariz.

Con calma, este va saboreando cada parte de ella, sintiendo como la calidez y la humedad de la señorita va creciendo gradualmente y por eso mismo la dirección de su lengua va cambiando siendo ahora de manera circular, enfocándose primordialmente en el clítoris.

Poco a poco las sensaciones de placer llegan al cuerpo del español, quien pareciese disfrutar a más no poder del suculento momento pues su respiración se agita y pronto todo su cuerpo vuelve a revestirse con el placer que le llena cada vez más, propiciándole la inspiración suficiente para proseguir con los lengüetazos que buscan hacerla llegar a lo más alto del placer.

por **Isobel Twist** Mar Mar 18, 2014 4:41 am

Cierra los ojos y se deja arrastrar por las atenciones de Rosa Negra. Suaves gemidos salen de su boca entremezclados con temblorosos suspiros y monosilavos sin sentido que quieren animarlo a continuar.

En ese momento siente que no podría sobrevivir si se alejara de ella. De hecho, si alguien tratara de llevarselo esta segura de que le haría daño. Mucho. Y no sentiría remordimiento alguno por ello.

Mientras una mano aferra la sabana la otra se mueve con suma lentitus hasta la cabeza del ladrón, manteneindolo en ese lugar con suavidad. Las caricias la van incendiando de manera irremediable, haciendo que se derrita en las manos de él, moldeable como la arcilla.

Los jadeos se intensifican cuando él cambia el ritmo. La hechicerase remueve ligeramente buscando la liberación. Cuando ésta finalmente llega juraria que puede ver las estrellas mientras el orgasmo la recorre hasta la punta de los dedos, más intenso de lo que ha sentido nunca nada y que la deja desmadejada sobre la cama.

Tarda unos minutos en recuperarse y poder pensar con meridiana claridad.

-Eso fue...-calla un segundo y luego sacude la cabeza. no se... Creo estoy demasiado aturdida para describirlo. Aunque dudo que exista una palabra para describir lo que me has hecho.

por **Aldebaran Ballester** Vie Mar 21, 2014 9:47 am

Las manos del ladrón se aferran con fuerza a los senos de la hermosa hechicera al sentir como ella se remueve ante las sensaciones que tan placenteramente invaden por igual a su cuerpo. Sus ojos cerrados muestran un gesto de disfrute al probar cada rincón de la cálida y húmeda feminidad de su preciosa amante, recorriendo su lengua una y otra vez hasta enfocarse de nuevo sobre el botón que dispara al orgasmo femenino.

Sus manos bajan y se aferran a los glúteos de la chica al sentir como esta suelta un sinfín de gemidos hasta que por fin su rostro literalmente se ve bañado por su orgasmo, dejando que Rosa Negra saboree el momento de forma placentera y reflejándose en un hondo suspiro que sale sin ninguna clase de vergüenza.

Una sonrisa de satisfacción se sitúa en su rostro, limpiándolo un poco con la sabana para así escuchar el dialogo de Isobel, a lo cual responde –Eso, querida mía… Me gusta llamarlo… Placer- subiendo lentamente por todo su cuerpo con besos hasta tocar sus labios y así, colocarse detrás de ella y abrazarla posesivamente, acurrucándola en su pecho y manteniendo una respiración calmada.

por **Isobel Twist** Lun Mar 24, 2014 3:55 pm

-Placer...- finge pensarlo antes de soltar una pequeña risa y sacudir débilmente la cabeza- Me temo, milord, que tenemos conceptos muy distintos de esa palabra. Yo pasé el término placer volando hace mucho rato. Creo que sería más adecuado decir éxtasis.

Con los miembros agradablemente cansados no se mueve mientras él la va besando todo el camino hasta sus labios. Sin embargo, el cansancio no influye en una reacción más natural en ella que el respirar: tensarse cuando se situa tras ella y la abraza.

Toma una lenta respiración y se concentra en relajarse. No tiene nada que temer de él, si quisiera hacerle algo ya lo habría hecho. Desde luego tampoco se pueden decir que le hayan faltado oportunidades para ello.

Así que poco a poco sus músculos vuelven a quedar laxos mientras el calor de él se va filtrando en ella por su espalda. Suspira mientras sus ojos se clavan en la vela que ve ahora ante ella.

-Hay algo que tengo que preguntaros- dice, con la voz tranquila y mira por encima de su hombro para verlo a los ojos, mientras una sonrisa ladina decora sus labios- ¿aun necesitais conservar esa máscara? La curiosidad me carcome.

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