||Maldito corazón, me alegra que ahora sufras||Privado +18||

por **Aldebaran Ballester** Lun Dic 16, 2013 1:01 am

Recuerdo del primer mensaje :

Se escribe y no se expresa nada, se habla pero no se dice nada, se vive pero no se siente nada… Salvo dolor, salvo soledad que alberga de manera solemne todo el marco escénico de la zona prohibida de París, una zona tan peligrosa que ni siquiera las mismas criaturas míticas osan pisar; son los vientos que levanta cortinillas de polvo que se mecen de manera inusual por todo el ambiente. La luz de la luna abraza toda la planicie con su platinada misericordia que encaja perfectamente en cada rincón de este desolado lugar.

-Y tú que te creías… El Rey de todo el mundo- es una voz débil que cita –Y tú que nunca fuiste capaz de perdonar… Y cruel y despiadado de todo te reías- Una tonalidad frívola, totalmente irónica se impregna en las palabras de un ser que es cubierto por las tinieblas –Ya ves que no es lo mismo amar que ser amado… Hoy que estás acabado, ¡Qué lástima me das!- Insiste en los reclamos y las burlas que se rompen bajo unas débiles carcajadas que se propagan por todo el lugar.

Soledad es poca a comparación de lo que se vive, el suelo es mojado por la lluvia que empieza a caer y se cuela por todo el cuerpo del alto varón quien pareciese portar solo un pantalón negro y una camisa del mismo tono; sus ojos cerrados bajo un gesto sarcástico de risas que delatan una borrachera se protegen con un antifaz azabache… ¿Sus cabellos? Un desastre, cubiertos por sudor y a la vez por las gotas de lluvia que los obligan caer por los hombros dibujando la imagen curiosa de un ser que pareciese ser derrotado.

-La vida es la ruleta en que apostamos todos… Y a ti te había tocado nomás la de ganar, pero hoy tu buena suerte la espalda te ha volteado…- Continua dialogando pues sus palabras parecen tener una fuerte dedicatoria, como si hiciera mofa o simplemente abandonara su ser bajo el infinito cinismo que toda su vida le ha acompañado. Su cuerpo cae abruptamente contra la pared, la lluvia se vuelve más intensa y pareciese que los sentidos del extranjero se empiezan a ir puesto que sus ojos se entrecierran y divagan al igual que sus labios, sus manos titubean y toda su fisionomía pareciese estar bajo algún dominio ajeno a él.

Un trueno surca el firmamento y con ello los aires se intensifican de manera instantánea. Las luces plata de la luna parecen no ser suficientes para dejar ver la verdadera situación de este hidalgo cuya presencia parece alejarse cada vez más. Sus orbes marrones se cierran, su rostro dibuja una sonrisa que asimila resignación y el tiempo devela como sus intenciones son estar ahí, a merced de lo que sea, como si no le importara alguna cosa en la vida… Su mano diestra yace en su corazón, ajustada y apretando su camisa…

-Fallaste, corazón… No vuelvas a apostar-

Y con una carcajada, la extremidad del ladrón más famoso de Europa se remueve, mostrando una profunda herida en su pecho, una herida que está provocando un desangrado que ningún mortal en su más óptimo estado físico puede afrontar y aun así, bajo cada palabra, cada tono y cada segundo… Se puede proyectar y sentir un dolor irreal, un dolor que embriaga todo y se roba el foco protagónico… Un dolor que no es por la herida física, pero si por una mucho peor justo ahí… Un lugar que ni siquiera él o alguien pudiesen imaginar que tenía… Su Corazón.

por **Aldebaran Ballester** Mar Mar 25, 2014 9:51 pm

Los labios del español juguetean traviesamente en el hombro de la hermosa mujer, acariciando su pierna y respirando su esencia que instantáneamente le orillan a cerrar sus ojos y sonreír complacido al verse envuelto por el calor humano que lo invade en totalidad, sintiendo un escalofrío a tenerle tan de cerca y sentirla su protegida.

Con calma emana un suspiro mientras retoma su mirada que dirige hacia la vela postrada en el mueble de al lado. Lentamente va besando la cabeza de la hermosa chica a la cual escucha con atención, soltando inevitablemente una suave risa tras una negación rotunda con su cabeza –Oh mi bella curiosa… Mi rostro es lo que ahorita estás viendo… Esto es lo que soy, es mi símbolo, es mi idea, es mi esencia…-

Mordiendo con suavidad el lóbulo de su oreja, aquel criminal decide sencillamente abrazarla con más fuerza, retomando las caricias en las piernas de Isobel para así tratar de relajarle y consentirle un poco, quedándose en plenitud y descanso con tan preciosa doncella entre sus brazos.

por **Isobel Twist** Sáb Mar 29, 2014 5:39 am

Sus caricias la tranquilizan ligeramente y sonríe a sus palabras. Tenía que intentarlo al menos. De cualquier manera, no necesita conocer su rostro cuando conoce todo lo demás. Claro que tampoco lo dice, que sería capaz de reconocerlo con solo ver su figura, no quiere que la malentienda.

Acurrucada junto a él, aplacado el fuego que la consumía y reducido a unas cálidas brasas que arden lentamente, vuelven a su mente las cuestiones que la han llevado hasta ese momento junto a él.

Se vuelve en sus brazos hasta quedar frente a frente y posa los de dos donde ya no queda marca alguna de su herida. Bajo su mano nota el latido fuerte de su corazón, señal de que está en más que perfectas condiciones.

¿Qué le habrá ocurrido? ¿Quién querría matarlo? Sin duda esa era la intención de aquella herida y solo podía esperar que persona que se la hubiera hecho pensara que había tenido éxito en su tarea ya que otra herida como esa podía suponerle la muerte perfectamente. No sabí por que querrían matarlo, que crimen podía ser tan grave como para empujar a alguien a intentar matar. La muerte nunca es opción.

Una punzada atraviesa su corazón con ese penasmiento. Y lo aleja. Esto no es por si misma o sus pecados. Es por él. Pero tiene dudas de preguntar. Algo le dice que evadirá de nuevo la cuestión.

-¿Debería preguntar?- susurra.

por **Aldebaran Ballester** Dom Mar 30, 2014 12:16 am

Los ojos del varón se van paseando por todo el rostro, el cuerpo y la humanidad de la hechicera. Su mirada se compenetra con la de ella una vez que la anatomía de la bella mujer gira para quedar frente a frente, llevándole a sentir una súbita caricia justo en su pecho y más específico su corazón, esto, hace que una sincerada sonrisa por parte del español robe la atención del momento y asimismo unas palabras salen con toda calma –Te agradecería mucho la atención, además de que bueno… Literalmente ya lo hiciste- soltando una risilla por lo bajo, besando la frente de Isobel.

Al cabo de un pestañeo, el enmascarado acaricia la mejilla de la albina chica con dedicación, llevándole a meditar un poco y consecuente con ello empieza a explicar –Todo empezó en mi último robo… Me había salido con la mía, claro, como siempre- una risa interrumpe sus cínicas palabras para continuar –Pero alguien me había estado siguiendo el paso, se trata de un Cazador Inglés. Aparentemente busca algo y no necesariamente amistad… Nos enfrentamos, él me hirió en el corazón y sin darme cuenta me inyectó algo que me hizo perder la noción de la realidad-

El rostro de Rosa Negra se vuelve serio, como si renegara de lo que vio aun cuando él sabe bien que todo fue mentira –Él confesó que estaba jugando con mis peores miedos, con mis debilidades y lo logró… Me hizo ver lo peor que pude haber visto siquiera en pesadillas y eso me orilló a simplemente tomar una botella y ahogarme en alcohol, algo que en todos los años de mi vida nunca hice- vuelve a suspirar con vergüenza, apretando un poco su puño en vista de todas las sensaciones que recorren su cuerpo.

-Herido… Ebrio… Con mi mente jugándome la peor de las alusiones… La verdad es que iba a una muerte inminente, a una cruel… Pero tú me salvaste- finaliza con una amplia sonrisa, besando los labios de la dama nocturna.

por **Isobel Twist** Lun Mar 31, 2014 6:53 am

Suspira pesadamente mientras oye la explicación. Es lógico que sea por su “oficio”. Sin embargo calla y no dice lo que cualquier otra hubiera dicho: que es muy arriesgado y que tendría que buscarse otro mejor. Es lo suficientemente mayor para saber cuidarse solo y ella no es nadie para meterse en su vida.

Escucha sus palabras con los labios ligeramente fruncidos. Veneno… Si ese es el caso tal vez no esté tan bien como aparenta. No había previsto que le hubieran inyectado algo. Claro que si no había actuado ya mortalmente duda que lo haga.

Tal vez al contacto con la magia se ha evaporado o a cambiado. Quien sabe, ni suiquera ella conoce la reacción de todas las cosas, por muchos años que haya estudiado.De cualquier forma aquello no es bueno.

-Asi de primeras se me ocurren muchas plantas toxicas que podrían haber usado. Si no es envenenador experto, posiblemente allá recurrido a la Belladona, que es el más común. Claro que no es completamente mortal. Hay otras…- niega rápidamente con la cabeza- No, son demasiadas posibilidades para enumerarlas todas. En cualquier caso, si sientes el más ligero cambio dímelo inmediatamente.

Acepta su beso y posa la mano en su mejilla. Poco a poco va aumentando la intensidad del beso, las azuzadoras llamas del deseo reavivándose en ella. Las palabras que tenía en la cabeza se evaporan en el aire mientras despacio lo va empujando hasta quedar tendida sobre él, sin separar nunca sus labios de los de él.

-No me arrepiento en absoluto de haberlo hecho- contesta un momento después, recordando sus últimas palabras- al final está resultando ser una noche muy… productiva- dice mientras su voz se vuelve más ronca por momentos.

por **Aldebaran Ballester** Miér Abr 23, 2014 2:15 pm

La sonrisa ladina del español no tarda en dibujarse al cabo de algunos besos por parte de la hechicera. Sus manos acariciando con suavidad sus torneadas piernas mientras va mordiendo el labio inferior de la musa –Una noche más que productiva, me animo a decir- interrumpe para después ir subiendo hasta su oreja donde muerde su lóbulo con sumo cuidado.

Un suspiro sale de su boca y sus ojos se cierran paulatinamente. Con prontitud la llama de la pasión retoma vida dentro de su abdomen y se expande por todo su cuerpo hasta canalizarse en su miembro masculino que al cabo del instante retoma el grosor y alargamiento hasta ir rozando la feminidad de Isobel.

-Su misión era matarme lentamente, de la forma más cruel… Lo conozco, si sigo vivo es gracias a ti porque dudo que haya dejado una mínima posibilidad de salve- abraza con fuerza a la de piel blanca para apegarla a su pecho y así añadir –Fuiste mi heroína esta noche y debo de corresponderte… de pagarte y yo, estoy más que complacido- mordiendo con cierto desespero su boca, tratando de ahondar aquellos besos apasionados.

En la mente del Ladrón yacen aun varias cosas que nublan su conciencia como por ejemplo, ¿Qué es lo que vio? ¿A quién vio? ¿Por qué aun cuando la noche es más que una delicia, sigue sintiendo una fuerte culpa que no se atreve a confesar? La herida en su corazón realmente no es más que una simple metáfora.

por **Isobel Twist** Lun Abr 28, 2014 11:33 am

Sonrió cuando Rosa Negra se entregó de nuevo al momento y no a los pensamientos. Eso lo haría todo más fácil.

Posó ambos manos en la cara de él y llamó a su poder. Mientras posaba suavemente los labios sobre los de él borró uno por uno los recuerdos de esa noche: la gravedad de la herida, la sangre, la magia,... Uno por uno sustituyó esos recuerdos por algo más lógico, menos sobrenatural. Dibujó en su mente el pro¡ceso de coser la herida, de darle calmantes, de decirle que durmiera.

Para cuando terminó, él ya dormía profundamente. Se separo de él y se vistió rápidamente. Recorrió la casa a oscuras en busca de la ropa de ambos y luego regresó junto a él para vestirlo y vendarlo. Así, el mismo no notaría que no tenía herida alguna hasta que las retirara. Después lo arropó y volvió al lugar donde todo había empezado.

Tomó de las baldas uno de los viales que hacía años que no había usado y lo bebió de un solo trago. Así no habría rastro nunca de lo que había ocurrido aquella noche.

-Adiós milord- susurró en la oscuridad con una sonrisa cansada mientras recordaba sus palabras en el callejón- Tratad de que al menos uno de los dos recupere lo que algún dia perdió.

Spoiler:

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