A la hora de la cita. [James]

por Invitado Jue Ago 26, 2010 3:22 pm

Recuerdo del primer mensaje :

¿Como me había metido en esto?, ¡ah si!, gracias a mi magnifica forma de ganarme la vida, robando. Eran las seis y media de la tarde y yo seguía dando vueltas por el mercado, me encontraba muy nerviosa, como una niña pequeña, o una artista en su debut, pero yo ni era una niña, ni una artista; era simplemente una pobre gitana caminando nerviosa por las calles parisinas.

¿Cuantas veces había estirado ya mi falda negra y sujetado mejor mi camisa blanca?, pfff perdí la cuenta. Era presa del pánico en esos instantes y lo peor de todo es que no sabía por qué, "solo voy a quedar con un nuevo amigo, no con el rey de Francia" me repetía a mí misma una y otra vez. Pero lo cierto es que la idea de volver a ver a James me alteraba ligeramente, en el buen sentido, claro.

Él había sido tan amable conmigo a pesar de que yo intentara robarlo, nunca me había encontrado con nadie tan amable en mi vida, aun que a mi solo me rodeaban mi hermano Sasha y la vieja Valeria, la curandera del clan gitano a la cual ayudaba en el puestos de flores del mercado; fue ella quien nos encontró vagando por las calles de Calais e interfirió por nosotros para ingresar al clan, eso siempre se lo agradecería, le tenía mucho cariño y formaba parte de mi vida.
Pero ayer por alguna razón decidí robar al hombre más bueno con el que jamás me haya topado y él en vez de castigar mi acto, me premió, por así decirlo, invitándome a cenar y ofreciéndome su dinero, ¡su dinero! , recordé, cuando me abrazó le había dejado ese dinero en uno de sus bolsillos sin que se diese cuenta, para hoy ya se habría dado cuenta que no me quedé con él, ¿se enfadaría conmigo?, espero que no.

Esos pensamientos inundaban mi cabeza mientras caminaba ausente por las calles, mirando mis pies al andar. Cuando me dí cuenta que había llegado a la zona comercial, subí la mirada y me encontré con una carpintería, a lo alto de ella se leía perfectamente un cartel que decía "Carpintería Hoffman", sonreí para mi misma y dudé unos segundos antes de acercarme al portal.
Me decidí por fin a entrar, una campanilla en lo alto de la puerta hizo notoria mi entrada, con una cierta timidez me adentré del todo en la amplia habitación.

-¿Hola?- pregunté a la nada, alzando levemente mi voz para que se hiciera notoria. Me quedé de pie frente a la puerta esperando que alguien apareciera y ese alguien quería que fuera James.

por Invitado Mar Ago 31, 2010 3:07 pm

Sus palabras golpearon mi corazón como si esas palabras pudieran ser todo y nada a la vez. Me levanté de la silla para despedirme e hice que James también se levantar.

-Será mejor que ya me vaya...- dije mirando nuestras manos que aún seguían entrelazadas, pero enseguida clavé la mirada en los ojos del joven y por un momento se me cruzó por la cabeza volver a darle las gracias por todo lo que había hecho por mi, pero repetir tantas veces esa palabra ya no me parecía la mejor forma de decírselo. Así que en un impulso me aproximé a él y lo rodeé con los brazos, de la forma más sutil que pude.

-Te... quiero.- Logré musitar por fin, pero aquellas palabras se tornaron casi silenciosas que se me antojó que James no la escuchara. Mis mejillas se encendieron de un rojo muy vivo cuando me separé otra vez de él, decir aquello me había costado lo mío y por esa razón no me atreví a mirarlo a los ojos.

por **Narim** Mar Ago 31, 2010 6:06 pm

Acogí a Nadezhda entre mis brazos cuando sentí que me rodeaba con los suyos, y besé su pelo con cariño. Y de pronto... esas palabras. Esas palabras que me dejaron sin aliento, aturdido y con una sensación de que el tiempo se había parado momentaneamente. Una emoción estúpida me embargó. ¿Me quería? Había oido bien. ¿No? O quizás me lo había imaginado. Pero no podía ser. No lograba imaginar otras dos palabras que sonaran de esa manera. Fuera como fuera... intenté relajarme, y empecé también a ser pesimista. Nadezhda estaba agradecida, eso es todo. No había sentimientos que me correspondieran tras esas dos palabras... era un te quiero... de... cariño. No de amor.

-Yo... también a ti- musité apretándola más entre mis brazos.

Incluso cuando se fue de mi casa y ya habían pasado varias horas desde que había probado el té a su lado, la duda sobre qué habría significado realmente para ella ese te quiero me comía la cabeza y me quitaban el sueño."Maldito seas por no haber preguntado James, maldito seas." me dije a mi mismo.

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