AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Cita (Anuar)
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Cita (Anuar)
Había leído alguna vez que Paris era la ciudad del amor. También había leído que no se que otra ciudad del noroeste de Europa era la capital del sexo. De cualquier forma nunca creyó que eso pudiera llegar a ser cierto y ahí estaba él, preparandose para la primera cita que había tenido en toda su larga existencia. Esa noche, apenas el sol se escondió tras las montañas a lo lejos, se levantó de su cama y se afeitó como de costumbre. Era sábado y tenía dos horas antes de llegar al circo para verse con Anuar. Se quedó de pie en medio de la habitación observando el desorden de su armario y entonces pareció caer en cuenta de lo que ocurriría esa noche. La gravedad del asunto lo golpeó como un puño en la cara. Se llevó las manos a la cabeza y se haló el cabello inconscientemente. ¿Que se iba a poner? ¿Que le iba a decir? ¿Que iba a hacer?
Usando sólo los pantalones de rayas de la pijama, corrió por la sala hacía su pequeña biblioteca personal. Se sentó en el suelo polvoriento a acunando entre sus piernas libros de poesía y novelas clásicas de amor. Romeo y Julieta de Shakespeare eran una buena referencia, un poco trágica, pero mostraba el tipo de comportamiento esperado en dos personas en una relación... Un momento ¿Que relación?. Ya, cálmate Soren, no estás saliendo con Anuar. Esto es sólo... un experimento tentativo de entendimiento y descubrimiento mutuo. Si no hubiera sido por el lobo, seguramente Anuar nunca jamás se hubiera interesado en ti.
Se quedó unos segundos con el libro de poesía abierto de par en par sobre sus rodillas y reflexionó sobre ello. ¿Estaría Anuar sólo agradecido por haberle salvado la vida? Tenía sentido. Soren también lo estaría. A lo mejor el humano sólo buscaba una forma de reconfortarlo debido a lo sucedido, pero eso no significaba que realmente estuviera interesado en el como persona, después de todo ¿Que sabía Anuar de Soren?. Dejó escapar un largo suspiro de frustración y se levantó de allí, atravesó la sala aún semi desnudo hasta su cuarto, tomó una camiSa blanca del algodón limpia y se abotonó un chaleco gris con el cuello y puños negros, se cambió el pantalón de la pijama por uno de pana negro y para terminar se anudó una cinta roja claro en el cuello de la camisa.
Una hora después, salió en dirección al circo, usaba un sombrero de copa negro con una cinta a juego con la de la camiza. Caminó por las calles pedregosas sin dejar de cuestionarse sobre lo que haría, diría y lo que debía esperar de Anuar. Las únicas veces que había tenido contacto físico con mujeres habían sido bastante extrañas, asi que no eran una buena referencia y con un hombre... con un hombre su experiencia era nula.
Arribó la entrada del circo, 10 minutos antes de lo convenido. Al que madruga Dios le ayuda, era lo que decían. Soren realmente esperaba recibir algún tipo de iluminación divina, por lo menos para no sentirse tan nervioso.
(( Está es la ropa que lleva puesta: http://www.crazypurchase.com/bmz_cache/5/5a0f54614c061f11001df8928a314f9f.image.272x300.jpg ))
Usando sólo los pantalones de rayas de la pijama, corrió por la sala hacía su pequeña biblioteca personal. Se sentó en el suelo polvoriento a acunando entre sus piernas libros de poesía y novelas clásicas de amor. Romeo y Julieta de Shakespeare eran una buena referencia, un poco trágica, pero mostraba el tipo de comportamiento esperado en dos personas en una relación... Un momento ¿Que relación?. Ya, cálmate Soren, no estás saliendo con Anuar. Esto es sólo... un experimento tentativo de entendimiento y descubrimiento mutuo. Si no hubiera sido por el lobo, seguramente Anuar nunca jamás se hubiera interesado en ti.
Se quedó unos segundos con el libro de poesía abierto de par en par sobre sus rodillas y reflexionó sobre ello. ¿Estaría Anuar sólo agradecido por haberle salvado la vida? Tenía sentido. Soren también lo estaría. A lo mejor el humano sólo buscaba una forma de reconfortarlo debido a lo sucedido, pero eso no significaba que realmente estuviera interesado en el como persona, después de todo ¿Que sabía Anuar de Soren?. Dejó escapar un largo suspiro de frustración y se levantó de allí, atravesó la sala aún semi desnudo hasta su cuarto, tomó una camiSa blanca del algodón limpia y se abotonó un chaleco gris con el cuello y puños negros, se cambió el pantalón de la pijama por uno de pana negro y para terminar se anudó una cinta roja claro en el cuello de la camisa.
Una hora después, salió en dirección al circo, usaba un sombrero de copa negro con una cinta a juego con la de la camiza. Caminó por las calles pedregosas sin dejar de cuestionarse sobre lo que haría, diría y lo que debía esperar de Anuar. Las únicas veces que había tenido contacto físico con mujeres habían sido bastante extrañas, asi que no eran una buena referencia y con un hombre... con un hombre su experiencia era nula.
Arribó la entrada del circo, 10 minutos antes de lo convenido. Al que madruga Dios le ayuda, era lo que decían. Soren realmente esperaba recibir algún tipo de iluminación divina, por lo menos para no sentirse tan nervioso.
(( Está es la ropa que lleva puesta: http://www.crazypurchase.com/bmz_cache/5/5a0f54614c061f11001df8928a314f9f.image.272x300.jpg ))
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Fecha de inscripción : 05/06/2010
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Re: Cita (Anuar)
Tenia todo el dia despierto, desde que una suave brisa se habia colado por debajo de la puerta de su dormitorio, aquella pieza mal iluminada, se habia levantado dando algunos traspiés y observando el lugar con detenimiento, estirando los brazos y apagando la vela que por torpe habia dejado encendida, el plato sobre el quese sostenía era de porcelana china, un recuerdo de su padre, algo que habia hurtado antes de huir, tenia cera dura por todos lados, tanto asi que le habia salido una pata del borde por lo que la superficie antes lisa era ahora inclinada.
Restregó sus parpados con sus nudillos saliendo de la habitación sin comprender el porque de aquella brisa inusual, andaba a tientas, dejándose llevar por su conocimientos sobre el lugar, un alarido salió de sus labios al tiempo que daba un salto hacia atrás con una pierna alzada, la brisa reventó contra su rostro agitándole los cabellos y helándole el desnudo torso, el trozo de cristal incrustado en la planta de su pie dejo escapar un hilacho escarlatina de sangre al tiempo que mascullaba algo en una lengua ajena, rumano quizá, alzo la mirada observando el ventanal roto –genial- mascullo arrojando el trozo de cristal a un lado y regresando a la habitación, la única puerta de aquella galería dado que la entrada no era nada mas que un arco en la pared y el balcón…la entrada era aquella puerta de cristal fragmentada.
Habia pasado la mañana limpiando el lugar, recogiendo los trozos del suelo y cubriendo el hueco con alguna manta gruesa, si llovia no quería inundarse, daban las cinco cuando habia conseguido arreglar todo, todo menos su pie, se sento sobre la cama observando su planta con detenimiento, habia dejado de sangrar por la simplicidad de la herida de modo que restándole importancia se metió en el baño, el cual era la única puerta de la habitación ademas de la entrada a la misma.
Se despojo de sus prendas observándose en el espejo que colgaba de un solo clavo, la herida en su mejilla de apenas y alguna noche atrás era aun visible asi como sus rodillas raspadas y codos magullados, mas aquello era cubierto por la ropa que vestia, la herida que exhibía en el abdomen ya nisiquiera era tangible, una fina línea de un color mas claro que el resto de su cuerpo si era aquello posible, suspiro ampliamente despejando su frente con la mano, alzando el flequillo por sobre su cabeza casi pudiendo ver como sus pensamientos salian volátiles en todas direcciones, comenzó a asearse para arreglarse.
Salio instantes después con el cabello húmedo y las piernas metidas en unos pantalones negros y una camisa blanca de lino, se tumbo sobre la cama observando el cielo raso con detenimiento ¿qué esperaba? ¿una cita…habia tenido alguna vez una? En una ocasión pero aquello nisiquiera era parecido, tenia trece años y una niña del pueblo y el habían quedado de verse cerca de un campo de fresas habían hablado y jugado como debían hacer dos niños de su edad, no habia habido ningún roce de labios ni palabras con doble sentido, habia sido todo pulcro que no parecía correcto compararlo con ningún otro recuerdo o posible cita “puedes hacerlo…” se levanto tomando el chaleco negro del mueble en la esquina “si tu puedes” abotono la prenda en su lugar rebuscando en el suelo el dinero que habia conseguido con un prestamista, le habia dejado a cambio y para no deberle nada un cuadro quizá demasiado preciado para el “es mejor dejar ir las cosas, uno no puede sentir un fuerte lazo con un objeto, terminara matándole”.
Salio al balcón ya vestido, con el flequillo sobre su perlada frente y la ropa contra su tersa piel, piso algunos trozos del cristal que bajo su peso se quebrantaron en un millón de piezas mas, apoyo sus manos en la barandilla de madera a punto de estallar, el suelo erosionado y las paredes corroídas no eran visibles desde abajo, suspiro observando el suelo lejano alzando la mirada para toparse con unos edificios viejos, de aquellos de los que siempre provenían gritos desgarradores y llantos, de esos que desgarran el alma y carcomen las entrañas, como si ningún ser humano pudiese ser capaz de reflejar tanto sufrimiento en un solo gesto, alzo aun mas la mirada observando el crepúsculo, el cielo se matizaba ya de tonos anaranjados, amarillos intensos y rojos pardos todo mezclado en un solo lienzo se quedo observando hasta que aquellos fogosos colores comenzaron a ser remplazados por un azul intermitente que no tardo en virar a un negro cenizo y cuando toco al fin aquella tonalidad decidió dejar el lugar.
Anduvo y no supo bien cuanto hasta llegar con el sitio acordado a la hora indica, observaba todo como era usual con aquella mirada decadente , habia ocurrido tanto en una semana tanto que no sabia si prefería dejarlo salir o acallar “cállate Anuar…tus problemas son solo tuyos, nadie mas necesita agobiarse por ellos” se meso los cabellos andando distraídamente, como un niño que por vez primera asiste a un sintió que en antaño no acudía, recordaba todo con claridad, talvez demasiada; -vamos Anuar, mira las bailarinas…ven vamos que no encontraremos lugar- su mano se cernía fuertemente con la propia, la que habia poseído una década atrás, se abrían paso entre el gentío entre risas y empujones, en el mar de gente se extravió, giro en derredor nervioso, no podia ocurrirle nada, no debía, un grito conocido y mas bien memorizado le hizo andar en otra dirección, interponiéndose entre el latigo y aquel perfecto rostro, la tira de cuero centello frente a sus ojos rugiendo con la fuerza de mil tambores, se encogió algunos centímetros con una mano sobre la mejilla –pretendían acaso entrar sin pagar?-la voz era inflexible, sonora, pintoresca como el rugido de un león con la edad suficiente para dar su vida por sentada –no señor…lo lamento, no ocurrirá nuevamente-.
Pareció volver a la realidad cuando su rostro topo con el de Soren, giro entorno suyo ¿cuánto habia andando sin percatarse? –hola- murmuro observándole unos instantes cayó en cuenta de aquel listón adornando el cuello de la camisa y no pudo evitar sonreir de medio lado alzando las cejas –decidiste arreglarte- susurro a su oído besando su mejilla con rapidez y cual niño haciéndole señas de entrar –no queremos perdernos nada- aseguro conteniendo toda aquella emoción.
Restregó sus parpados con sus nudillos saliendo de la habitación sin comprender el porque de aquella brisa inusual, andaba a tientas, dejándose llevar por su conocimientos sobre el lugar, un alarido salió de sus labios al tiempo que daba un salto hacia atrás con una pierna alzada, la brisa reventó contra su rostro agitándole los cabellos y helándole el desnudo torso, el trozo de cristal incrustado en la planta de su pie dejo escapar un hilacho escarlatina de sangre al tiempo que mascullaba algo en una lengua ajena, rumano quizá, alzo la mirada observando el ventanal roto –genial- mascullo arrojando el trozo de cristal a un lado y regresando a la habitación, la única puerta de aquella galería dado que la entrada no era nada mas que un arco en la pared y el balcón…la entrada era aquella puerta de cristal fragmentada.
Habia pasado la mañana limpiando el lugar, recogiendo los trozos del suelo y cubriendo el hueco con alguna manta gruesa, si llovia no quería inundarse, daban las cinco cuando habia conseguido arreglar todo, todo menos su pie, se sento sobre la cama observando su planta con detenimiento, habia dejado de sangrar por la simplicidad de la herida de modo que restándole importancia se metió en el baño, el cual era la única puerta de la habitación ademas de la entrada a la misma.
Se despojo de sus prendas observándose en el espejo que colgaba de un solo clavo, la herida en su mejilla de apenas y alguna noche atrás era aun visible asi como sus rodillas raspadas y codos magullados, mas aquello era cubierto por la ropa que vestia, la herida que exhibía en el abdomen ya nisiquiera era tangible, una fina línea de un color mas claro que el resto de su cuerpo si era aquello posible, suspiro ampliamente despejando su frente con la mano, alzando el flequillo por sobre su cabeza casi pudiendo ver como sus pensamientos salian volátiles en todas direcciones, comenzó a asearse para arreglarse.
Salio instantes después con el cabello húmedo y las piernas metidas en unos pantalones negros y una camisa blanca de lino, se tumbo sobre la cama observando el cielo raso con detenimiento ¿qué esperaba? ¿una cita…habia tenido alguna vez una? En una ocasión pero aquello nisiquiera era parecido, tenia trece años y una niña del pueblo y el habían quedado de verse cerca de un campo de fresas habían hablado y jugado como debían hacer dos niños de su edad, no habia habido ningún roce de labios ni palabras con doble sentido, habia sido todo pulcro que no parecía correcto compararlo con ningún otro recuerdo o posible cita “puedes hacerlo…” se levanto tomando el chaleco negro del mueble en la esquina “si tu puedes” abotono la prenda en su lugar rebuscando en el suelo el dinero que habia conseguido con un prestamista, le habia dejado a cambio y para no deberle nada un cuadro quizá demasiado preciado para el “es mejor dejar ir las cosas, uno no puede sentir un fuerte lazo con un objeto, terminara matándole”.
Salio al balcón ya vestido, con el flequillo sobre su perlada frente y la ropa contra su tersa piel, piso algunos trozos del cristal que bajo su peso se quebrantaron en un millón de piezas mas, apoyo sus manos en la barandilla de madera a punto de estallar, el suelo erosionado y las paredes corroídas no eran visibles desde abajo, suspiro observando el suelo lejano alzando la mirada para toparse con unos edificios viejos, de aquellos de los que siempre provenían gritos desgarradores y llantos, de esos que desgarran el alma y carcomen las entrañas, como si ningún ser humano pudiese ser capaz de reflejar tanto sufrimiento en un solo gesto, alzo aun mas la mirada observando el crepúsculo, el cielo se matizaba ya de tonos anaranjados, amarillos intensos y rojos pardos todo mezclado en un solo lienzo se quedo observando hasta que aquellos fogosos colores comenzaron a ser remplazados por un azul intermitente que no tardo en virar a un negro cenizo y cuando toco al fin aquella tonalidad decidió dejar el lugar.
Anduvo y no supo bien cuanto hasta llegar con el sitio acordado a la hora indica, observaba todo como era usual con aquella mirada decadente , habia ocurrido tanto en una semana tanto que no sabia si prefería dejarlo salir o acallar “cállate Anuar…tus problemas son solo tuyos, nadie mas necesita agobiarse por ellos” se meso los cabellos andando distraídamente, como un niño que por vez primera asiste a un sintió que en antaño no acudía, recordaba todo con claridad, talvez demasiada; -vamos Anuar, mira las bailarinas…ven vamos que no encontraremos lugar- su mano se cernía fuertemente con la propia, la que habia poseído una década atrás, se abrían paso entre el gentío entre risas y empujones, en el mar de gente se extravió, giro en derredor nervioso, no podia ocurrirle nada, no debía, un grito conocido y mas bien memorizado le hizo andar en otra dirección, interponiéndose entre el latigo y aquel perfecto rostro, la tira de cuero centello frente a sus ojos rugiendo con la fuerza de mil tambores, se encogió algunos centímetros con una mano sobre la mejilla –pretendían acaso entrar sin pagar?-la voz era inflexible, sonora, pintoresca como el rugido de un león con la edad suficiente para dar su vida por sentada –no señor…lo lamento, no ocurrirá nuevamente-.
Pareció volver a la realidad cuando su rostro topo con el de Soren, giro entorno suyo ¿cuánto habia andando sin percatarse? –hola- murmuro observándole unos instantes cayó en cuenta de aquel listón adornando el cuello de la camisa y no pudo evitar sonreir de medio lado alzando las cejas –decidiste arreglarte- susurro a su oído besando su mejilla con rapidez y cual niño haciéndole señas de entrar –no queremos perdernos nada- aseguro conteniendo toda aquella emoción.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Cita (Anuar)
En vista de que había llegado temprano y como no quería parecer el tipico novio feo en su primera cita, dando vueltas por ahí como un tigre enjaulado, decidió que podía matar tiempo comprando las entradas de ante mano. Se acercó a la taquilla y compró un par de entradas de mediano precio. Las de palco eran demasiado costosas y Soren estaba reservando el resto del presupuesto para la noche. El circo duraría un par de horas ¿y luego que?. Tenía que tener todo fríamente calculado o seria un desastre.
Luego de comprar las entradas regresó a su sitio y entonces vio a Anuar aparecer entre la muchedumbre. El joven se acercó directamente y acortó la distancia entre ambos de una manera muy íntima, sus palabras hicieron que un intenso rubor se instalara en sus mejillas... ¿Eso era un cumplido?. Abrió la boca azorado, intentando decir algo, pero nada llegó, bajó la cabeza y con un enérgico - ¡Entremos! - casi huyó hasta el hombre que recibía los boletos en la entrada.
Le dio las entradas al hombre sin mirar hacía atras, sabiendo que Anuar lo seguía. El hombre gordito y con cara bonachona, las observó y luego exclamó con entusiasmo:
- Sigan por este pasillo a la izquierda, ¡Bienvenidos distinguidos monsieurs al mejor Circo de Paris ¡Que se diviertan! -
- Gracias... - Respondió Soren mirándo de reojo a su acompañante, no podía leer su expresión, siempre tan misterioso e inexpresivo ¿Lo estaría disfrutando? ¿Estaría tan emocionado como él?.
No que va. Soren deja de soñar y busca la sillas antes de que algún campecino la ocupe y empieze la función.
Luego de comprar las entradas regresó a su sitio y entonces vio a Anuar aparecer entre la muchedumbre. El joven se acercó directamente y acortó la distancia entre ambos de una manera muy íntima, sus palabras hicieron que un intenso rubor se instalara en sus mejillas... ¿Eso era un cumplido?. Abrió la boca azorado, intentando decir algo, pero nada llegó, bajó la cabeza y con un enérgico - ¡Entremos! - casi huyó hasta el hombre que recibía los boletos en la entrada.
Le dio las entradas al hombre sin mirar hacía atras, sabiendo que Anuar lo seguía. El hombre gordito y con cara bonachona, las observó y luego exclamó con entusiasmo:
- Sigan por este pasillo a la izquierda, ¡Bienvenidos distinguidos monsieurs al mejor Circo de Paris ¡Que se diviertan! -
- Gracias... - Respondió Soren mirándo de reojo a su acompañante, no podía leer su expresión, siempre tan misterioso e inexpresivo ¿Lo estaría disfrutando? ¿Estaría tan emocionado como él?.
No que va. Soren deja de soñar y busca la sillas antes de que algún campecino la ocupe y empieze la función.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Fecha de inscripción : 05/06/2010
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Re: Cita (Anuar)
Observaba todo a su alrededor redescubriendo colores y olores que ya antes habia visto y sentido, su mirada se fijo en aquel aquel regordete y de menudas carnes no se parecía en lo absoluto al señor del circo anterior, aquel alto y delgado, con el latigo bien sujeto sobre una de sus esqueléticas manos, de mejillas sumidas y expresión lóbrega, por un segundo se sintió aliviado de que fuesen tan opuestos, entrecerró los parpados escuchado el rugir del cuero cerca de su rostro aunque nada habia ahí.
Su voz que casi a gritos pretendía alzarse le hizo regresar en si y buscar rápidamente a Soren, anduvo tras sus pisadas hasta ubicarse a un lado de el aun expectante de todo lo que sucedia, cavilo mientras sus ojos color de oro rebuscaban un par de asientos vacios, encontró unos aunque debía pasar por frente de las personas cuando minimo a el aquello no le incomodaba aunque no estaba seguro si a Soren.
-ven- murmuro comenzando a abrirse pasos con un apenas y audibles “compermisos” porque su educación era de esas pocas cosas que no habia perdido con el paso de los años a diferencia de muchas otras cosas, inusual era que aveces decidiera dejarla de lado y hacer las cosas porque quería y no porque debía, palpo con la palma de su mano el asiento y se sento en el consiguiente para dejarle el otro a Soren, miro de soslayo a quien estaría a un lado de el, se sintió aliviado de que no fuese un infante porque entonces se sentiría mal de hablar de aquella manera tan falta de amor a la vida o de hacer cualquier gesto a los que si bien no estaba acostumbrado habían salido sin mas la ocasión anterior en que se encontraba con el vampiro, mas no quien ocupaba el asiento a un lado de el era también un joven, quizá uno o dos años mayor, de negros cabellos y azulados iris, era observador.
Fijo su mirada en el escenario esperando ansioso que comenzara, que las bailarinas salieran con esos trajes y movimientos tan bien memorizados, alguno de aquellos hombres que buscaban el equilibrio perfecto, la perfecta coordinación todo tan artístico, tanto asi que era de esos pocos actos que le agradaban en sobre manera, se remontaba a aquella infancia extraviada, se acomodo en su lugar mirando de soslayo a Soren –esto te encantara- aseguro sonriendo de medio lado dejando entre ver sus ansias.
Su voz que casi a gritos pretendía alzarse le hizo regresar en si y buscar rápidamente a Soren, anduvo tras sus pisadas hasta ubicarse a un lado de el aun expectante de todo lo que sucedia, cavilo mientras sus ojos color de oro rebuscaban un par de asientos vacios, encontró unos aunque debía pasar por frente de las personas cuando minimo a el aquello no le incomodaba aunque no estaba seguro si a Soren.
-ven- murmuro comenzando a abrirse pasos con un apenas y audibles “compermisos” porque su educación era de esas pocas cosas que no habia perdido con el paso de los años a diferencia de muchas otras cosas, inusual era que aveces decidiera dejarla de lado y hacer las cosas porque quería y no porque debía, palpo con la palma de su mano el asiento y se sento en el consiguiente para dejarle el otro a Soren, miro de soslayo a quien estaría a un lado de el, se sintió aliviado de que no fuese un infante porque entonces se sentiría mal de hablar de aquella manera tan falta de amor a la vida o de hacer cualquier gesto a los que si bien no estaba acostumbrado habían salido sin mas la ocasión anterior en que se encontraba con el vampiro, mas no quien ocupaba el asiento a un lado de el era también un joven, quizá uno o dos años mayor, de negros cabellos y azulados iris, era observador.
Fijo su mirada en el escenario esperando ansioso que comenzara, que las bailarinas salieran con esos trajes y movimientos tan bien memorizados, alguno de aquellos hombres que buscaban el equilibrio perfecto, la perfecta coordinación todo tan artístico, tanto asi que era de esos pocos actos que le agradaban en sobre manera, se remontaba a aquella infancia extraviada, se acomodo en su lugar mirando de soslayo a Soren –esto te encantara- aseguro sonriendo de medio lado dejando entre ver sus ansias.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 25/06/2010
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Re: Cita (Anuar)
Cuando llegaron a la ilera de sillas que les correspondía, Soren observó con terror que tendría que pasar por entre la gente. A Soren no le gustaba el contacto físico con las personas, especialmente con humanos, le ponía nervioso, le hacía sentir extraño, inclusive claustrofóbico. Anuar ya se abría paso entre la multitud y Soren tuvo que tomarse unos segundos para considerarlo antes de seguirlo, intentando en lo posible no rozar las piernas de los demás espectadores.
Finalmente llegó a su puesto y se dejó caer en el aliviado, cerrando los ojos por unos instantes para tranquilizarse. Cuando los abrio escuchó la voz de Anuar diciéndo que algo le iba a gustar, volvió su rostro hacía la tarima expectante. Un hombre vestido de negro con rallas de colores en las mangas de su traje elegante y un enorme sombrero de copa, apareció en la mitad del escenario y dio la bienvenida a los presentes, introducciendo el show.
- ¡Waah! - Exclamó cuando las luces se apagaron y todo quedó en oscuridad, aunque con sus sentidos sobrenaturales podía ver inclusive mejor ahora que todo estaba oscuro, la anticipación lo sobre cogió. Una explosión de colores le cegó por unos instantes y envueltas en serpentinas y pequeños papeles de colores que volaban por los aires, aparecieron unas mujeres con el rostro maquillado de blanco y graciosos vestidos rosados y pomposos.
-¡Parecen pasteles de tiramisu pero en rosa! - Exclamó Soren sin ocultar su emoción, las mujeres bailaron e hicieron malabares con unas pelotas y luego un hombre en un enorme monociclo salió por la puerta dando vueltas en la tarima con una simpática peluca de color verde -¡Wuaaah! ¡Yo nunca he montado en bicicleta! - Agrega agarrándose del borde de la silla y estirando el cuello para ver mejor - La verdad es porque nunca lo he necesitado... - Finaliza pensativo - ¿Sabes como montar en una? -
Finalmente llegó a su puesto y se dejó caer en el aliviado, cerrando los ojos por unos instantes para tranquilizarse. Cuando los abrio escuchó la voz de Anuar diciéndo que algo le iba a gustar, volvió su rostro hacía la tarima expectante. Un hombre vestido de negro con rallas de colores en las mangas de su traje elegante y un enorme sombrero de copa, apareció en la mitad del escenario y dio la bienvenida a los presentes, introducciendo el show.
- ¡Waah! - Exclamó cuando las luces se apagaron y todo quedó en oscuridad, aunque con sus sentidos sobrenaturales podía ver inclusive mejor ahora que todo estaba oscuro, la anticipación lo sobre cogió. Una explosión de colores le cegó por unos instantes y envueltas en serpentinas y pequeños papeles de colores que volaban por los aires, aparecieron unas mujeres con el rostro maquillado de blanco y graciosos vestidos rosados y pomposos.
-¡Parecen pasteles de tiramisu pero en rosa! - Exclamó Soren sin ocultar su emoción, las mujeres bailaron e hicieron malabares con unas pelotas y luego un hombre en un enorme monociclo salió por la puerta dando vueltas en la tarima con una simpática peluca de color verde -¡Wuaaah! ¡Yo nunca he montado en bicicleta! - Agrega agarrándose del borde de la silla y estirando el cuello para ver mejor - La verdad es porque nunca lo he necesitado... - Finaliza pensativo - ¿Sabes como montar en una? -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Cita (Anuar)
Parpadeo cuando las luces se desvanecieron y sus pupilas debieron adecuarse para no dejarle como a un ciego en el umbral, pego su espalda al respaldo observando los destellos de colores que del escenario salian despedidos atrayendo la atención de todos los ahí congregados sin perder de vista nada, porque bien sabia que ante la mas minima distracción del escenario podia perderse la magia entera, porque no cavia duda aquello lo envolvía un halo de algo mas que simple realidad una demasiado compleja aun y para el, recordaba que cuando niño su hermana le obligada ser el domador de leones, pero ciertamente los felinos no eran de su agrado, asi como cualquier otro animal “porque aun cuando uno pretende ayudar, si el otro esta cegado por el miedo el mas mínimo gesto de bondad será tachado por agresión”
Su mirada iba de una mujer a la otra intercaladamente, observando sus rítmicos movimientos y gestos siempre delicados y bien complementados con el resto del espectáculo, sonrio de medio lado al escuchar los comentarios de Soren, parecía un niño de cinco años siendo su primera vez en aquel lugar aunque debía admitir, cinco, veinte, cuatrocientos años la belleza de aquel sitio jamás se extinguiría.
Inclino su cuerpo hacia enfrente hasta que su rostro quedo a la misma altura que el borde del asiento con aquel siempre calmo rostro el cual lucia ahora apacible mas no asi rebosante de alegría o sentimiento alguno expuesto en su totalidad –no…pero no debe ser asi de complicado- murmuro para intentar no incomodar a quienes le rodean y no recibir después unos cuantos gestos faltos de educación o exclamaciones en que le palabra “cállense” estuviese presente cada cinco adjetivos descalificativos.
-pero podríamos intentarlo- aseguro esta vez mirándole de soslayo sin poder contener una risilla melodiosa que ahogo cubriendo la parte media e inferior de su rostro con una de sus manos, un sonido agudo proveniente del hombre con la peluca le hizo brindarle toda su atención, sus ojos lucian con brillo propio como si por no haber logrado finalizar su infancia se encontrase ahora en un deje de niñez atrasada, y pese a todo no habia nada tangible mas que el lenguaje de sus ojos que hiciese creer aquello –te he dicho que te encantaría- murmuro casi como si estuviese hablando consigo mismo, su mano se poso sobre la de Soren distraídamente, intentando hacer sin verlo de que soltase el asiento que con tanto arraigo sujetaba, con aquel tacto delicado y tersas manos intento separar sus dedos –disfrútalo- murmuro soltando su mano y apoyando la propia sobre su pierna " un hombre jamás admitira que se a adentrado en el alma de otro, sera un secreto que guardara celosamente".
Su mirada iba de una mujer a la otra intercaladamente, observando sus rítmicos movimientos y gestos siempre delicados y bien complementados con el resto del espectáculo, sonrio de medio lado al escuchar los comentarios de Soren, parecía un niño de cinco años siendo su primera vez en aquel lugar aunque debía admitir, cinco, veinte, cuatrocientos años la belleza de aquel sitio jamás se extinguiría.
Inclino su cuerpo hacia enfrente hasta que su rostro quedo a la misma altura que el borde del asiento con aquel siempre calmo rostro el cual lucia ahora apacible mas no asi rebosante de alegría o sentimiento alguno expuesto en su totalidad –no…pero no debe ser asi de complicado- murmuro para intentar no incomodar a quienes le rodean y no recibir después unos cuantos gestos faltos de educación o exclamaciones en que le palabra “cállense” estuviese presente cada cinco adjetivos descalificativos.
-pero podríamos intentarlo- aseguro esta vez mirándole de soslayo sin poder contener una risilla melodiosa que ahogo cubriendo la parte media e inferior de su rostro con una de sus manos, un sonido agudo proveniente del hombre con la peluca le hizo brindarle toda su atención, sus ojos lucian con brillo propio como si por no haber logrado finalizar su infancia se encontrase ahora en un deje de niñez atrasada, y pese a todo no habia nada tangible mas que el lenguaje de sus ojos que hiciese creer aquello –te he dicho que te encantaría- murmuro casi como si estuviese hablando consigo mismo, su mano se poso sobre la de Soren distraídamente, intentando hacer sin verlo de que soltase el asiento que con tanto arraigo sujetaba, con aquel tacto delicado y tersas manos intento separar sus dedos –disfrútalo- murmuro soltando su mano y apoyando la propia sobre su pierna " un hombre jamás admitira que se a adentrado en el alma de otro, sera un secreto que guardara celosamente".
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Cita (Anuar)
- Si, podríamos - Comentó sin quitar la vista del hombre que ahora terminaba su número - Tenías razón, me encanta... no puedo creer que haya... vivido tanto tiempo sin venir aqui - Entonces sintió la mano de Anuar en la suya y un corrientazo eléctrico le recorrió la espina dorsal. Se quedó quieto como si hubiera visto a medusa y esta le hubiera convertido en piedra, no sabía porque se sorprendía por el toque de Anuar si... una semana antes le había tocado de manera mucho más indebida.
Pero ese no eras tu, ese era yo. Eso es lo que pasa, ahora no tienes las pelotas para afrontar lo que sientes.
La mano de Anuar se retiró quien sabe a donde, Soren no podía quitar los ojos del espectáculo y no presiamente porque fuera muy interesante (de hecho era el momento de los payasos y Soren no los encontraba particularmente graciosos). No quería mitar a Anuar porque tenía la impresión de que si lo hacía, este notaría inmediatamente lo inexperto y nervioso que estaba.Y no había nada más vergonzoso para un hombre que poner en evidencia su falta de experiencia. Al menos eso solía decir su hermano y él era el experto en esas materias.
Se quedó simplemente callado observando el espectaculo, dejando soltar exlamaciones de vez en cuando por lo que pareció fueron unos 20 minutos, ahora era el turno de los domadores de leones y habían dos tristes leones en escena, a decir verdad más que tristes, más bien parecían cansados aunque fueran sólo animales. Un hombre enorme y vestido con pieles de tigre les obligaba a hacer trucos a punta de latigazos.
- Mmm... esta parte no me gusta - Comenta finalmente en voz baja - Esos pobres animales están aterrorizados... me recuerda... a nuestros esclavos cuando vivía en el castillo - Explica meneando la cabeza como si tuviera verguenza ajena -A veces el capataz de la familia Kaarkarogf, les daba latigasos bajo la orden de mi padre...yo era pequeño y no podía hacer nada, sólo ponerme a llorar y encerrarme en mi habitación... no te imaginas como enfurecia eso a mi padre, decía que no era lo suficientemente hombre y que el día en que blandiera un látigo para darle una lección a un exclavo rebelde, estaría orgulloso de mi...-
Pero ese no eras tu, ese era yo. Eso es lo que pasa, ahora no tienes las pelotas para afrontar lo que sientes.
La mano de Anuar se retiró quien sabe a donde, Soren no podía quitar los ojos del espectáculo y no presiamente porque fuera muy interesante (de hecho era el momento de los payasos y Soren no los encontraba particularmente graciosos). No quería mitar a Anuar porque tenía la impresión de que si lo hacía, este notaría inmediatamente lo inexperto y nervioso que estaba.Y no había nada más vergonzoso para un hombre que poner en evidencia su falta de experiencia. Al menos eso solía decir su hermano y él era el experto en esas materias.
Se quedó simplemente callado observando el espectaculo, dejando soltar exlamaciones de vez en cuando por lo que pareció fueron unos 20 minutos, ahora era el turno de los domadores de leones y habían dos tristes leones en escena, a decir verdad más que tristes, más bien parecían cansados aunque fueran sólo animales. Un hombre enorme y vestido con pieles de tigre les obligaba a hacer trucos a punta de latigazos.
- Mmm... esta parte no me gusta - Comenta finalmente en voz baja - Esos pobres animales están aterrorizados... me recuerda... a nuestros esclavos cuando vivía en el castillo - Explica meneando la cabeza como si tuviera verguenza ajena -A veces el capataz de la familia Kaarkarogf, les daba latigasos bajo la orden de mi padre...yo era pequeño y no podía hacer nada, sólo ponerme a llorar y encerrarme en mi habitación... no te imaginas como enfurecia eso a mi padre, decía que no era lo suficientemente hombre y que el día en que blandiera un látigo para darle una lección a un exclavo rebelde, estaría orgulloso de mi...-
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Cita (Anuar)
El rugido ensordecedor y potente aunque cansino del animal le hizo reclinarse hasta que su espalda golpeo el asiento, sus ojos antes hastiados revelaban ahora un atisbo quiza de miedo quiza de asombro, era obvio si temia de los felinos mas chicos como los gatos que un ser como aquel levantase en el aquel sentimiento que le incitaba a resguardarse detras de algo o blandir cual arma alguna varilla, se remonto como se estaba haciendo costumbre ya a una epoca que no era la actual; -ven gatito...ven ven- aquella voz cariñosa salia de labios del peque;o de rojizos cabellos el cual acunclillado frente a un matorral extendía su mano intentando no perder el equilibrio y rasgarse la ropa y el cuerpo con las espinas y ramillas maltrechas del matorral, del otro lado aferrándose al suelo se encontraba un gato de dimensiones apenas y considerables, el hambre le habia pegado la piel a las costillas, el pelaje se le comenzaba a caer y los ojos le eran recubiertos por una laga;a que mas parecia una costra, cualquier que por su lado pasase no haria mas que alejarse murmurando lo feo que lucia el pobre animal pero no, el peque;o aquel estaba dispuesto a ayudarlo -no te voy a herir- murmuro dejando escapar un fuerte grito al sentir las garras del minino encararse en su brazo y tirar para destajarle la delicada piel de infante -estupido- bramo llevandose el brazo contra el pecho, levantandose ofendido y con los ojos enjuagados en lágrimas, el habia recibido una herida y el animal dias después habia fallecido de hambre.
-al parecer los hijos jamas logran las altas expectativas marcadas por los padres pero es inutil intentar enorgullecerlos porque no somos lo que ellos quieren que seamos, no pueden sentirse realizados por medio de nuestros logros o desdichados por nuestras derrotas, ellos han tenido sus vidas y sus oportunidades- murmuro ensimismado, nego suspirando mientras se tranquilizaba observando el espectáculo -lo lamento...se supone que es para disfrutar- aseguro secamente relamiéndose los labios que comenzaban a cuarteares como la tierra que no siendo regada se vuelve infertil y no apta para nada.
-mi padre te hubiese amado- aseguro en voz baja pensando, claramente, un joven sumiso, que pareciera siempre alegre, un artista sin caer en el terror que el mismo causaba, seguramente Angelique también lo hubiese adorado...y su madre, se meso la cien intentando evadir tales pensamientos, habia ido a pasar un buen rato no atormentándose por el poco cariño que su familia le habia brindado -quiza ahora salgan algunos caballos...?te gustan los caballos?- le cuestiono pensando...el jamas habia montado uno y si bien no le entusiasmada le parecia que podia ser una experiencia enriquecedora lo que y sin lugar aduda a;oraba era llegar a ver el mar, aquel basto suelo azul que se mece, se lo habian descrito, habia leido de el pero jamas lo habia presenciado, un cambio de sonidos le hizo reavivar el entusiasmo con el cual habia arribado al lugar, se;alo a una joven que dando piruetas y vueltas que le hacian lucir falta de cualquier hueso se abria paso por el escenario, bajo rápidamente su mano percatándose de su infantil reacción -no recuerdo haber visto algo parecido- le indico intentando excusar su comportamiento.
-al parecer los hijos jamas logran las altas expectativas marcadas por los padres pero es inutil intentar enorgullecerlos porque no somos lo que ellos quieren que seamos, no pueden sentirse realizados por medio de nuestros logros o desdichados por nuestras derrotas, ellos han tenido sus vidas y sus oportunidades- murmuro ensimismado, nego suspirando mientras se tranquilizaba observando el espectáculo -lo lamento...se supone que es para disfrutar- aseguro secamente relamiéndose los labios que comenzaban a cuarteares como la tierra que no siendo regada se vuelve infertil y no apta para nada.
-mi padre te hubiese amado- aseguro en voz baja pensando, claramente, un joven sumiso, que pareciera siempre alegre, un artista sin caer en el terror que el mismo causaba, seguramente Angelique también lo hubiese adorado...y su madre, se meso la cien intentando evadir tales pensamientos, habia ido a pasar un buen rato no atormentándose por el poco cariño que su familia le habia brindado -quiza ahora salgan algunos caballos...?te gustan los caballos?- le cuestiono pensando...el jamas habia montado uno y si bien no le entusiasmada le parecia que podia ser una experiencia enriquecedora lo que y sin lugar aduda a;oraba era llegar a ver el mar, aquel basto suelo azul que se mece, se lo habian descrito, habia leido de el pero jamas lo habia presenciado, un cambio de sonidos le hizo reavivar el entusiasmo con el cual habia arribado al lugar, se;alo a una joven que dando piruetas y vueltas que le hacian lucir falta de cualquier hueso se abria paso por el escenario, bajo rápidamente su mano percatándose de su infantil reacción -no recuerdo haber visto algo parecido- le indico intentando excusar su comportamiento.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Cita (Anuar)
Se inclinó de medio lado hacía Anuar para acercarse más a él y no tener que hablar tan fuerte, dejándo de prestarle atención a los leones, realmente no le gustaba mirarlos, le recordaban tantas cosas feas de su vida que prefería ignorarlos. Aunque no eran los leones en si mismo lo que le molestaba, le gustaban todo tipo de animales, era más bien la situación misma de humillación y opresión a los que estaban sometidos gracias a los latigazos.
- Un pensamiento bastante liberal, teniendo en cuenta que eres tan joven - Comenta con su rostro casi en el hombro de Anuar - Verás... cuando vivía con ellos quería mandarlo todo a la mierda y secretamente odiaba a mi hermano por ser el hijo perfecto que yo no podía ser- Le explicó entre susurros - La noche que escapé del castillo, lo hice sin remordimientos de consciencia, mi esclavo personal Izzak hizo la cuartada para que pudiera escapar a los guardias, odiaba tanto a mi familia que corrí y corrí sin mirar atrás en ningún momento -
En el escenario, el domador se retiraba con los mininos ¡Gracias a Dios! pensó cuando una vez más la luz se desvanecía entre los aplausos enérgicos de la gente que disfrutaba el show, aplaudió débilmente mientras escuchaba a Anuar.
- ¿En serio? ¿Porqué crees que les agradaría un chico torpe y de carácter débil como yo? - Preguntó medio en broma medio en serio. A veces era bueno burlarse de uno mismo antes de que la gente lo hiciera. Dolía menos. - Si, me gustan todo tipo de animales, los caballos... son especialmente buenos, para dibujarlos - Explica haciéndo una silueta imaginaria con los dedos, perdiéndose por completo de la acción en el escenario - ¿Sabes montar?
- Un pensamiento bastante liberal, teniendo en cuenta que eres tan joven - Comenta con su rostro casi en el hombro de Anuar - Verás... cuando vivía con ellos quería mandarlo todo a la mierda y secretamente odiaba a mi hermano por ser el hijo perfecto que yo no podía ser- Le explicó entre susurros - La noche que escapé del castillo, lo hice sin remordimientos de consciencia, mi esclavo personal Izzak hizo la cuartada para que pudiera escapar a los guardias, odiaba tanto a mi familia que corrí y corrí sin mirar atrás en ningún momento -
En el escenario, el domador se retiraba con los mininos ¡Gracias a Dios! pensó cuando una vez más la luz se desvanecía entre los aplausos enérgicos de la gente que disfrutaba el show, aplaudió débilmente mientras escuchaba a Anuar.
- ¿En serio? ¿Porqué crees que les agradaría un chico torpe y de carácter débil como yo? - Preguntó medio en broma medio en serio. A veces era bueno burlarse de uno mismo antes de que la gente lo hiciera. Dolía menos. - Si, me gustan todo tipo de animales, los caballos... son especialmente buenos, para dibujarlos - Explica haciéndo una silueta imaginaria con los dedos, perdiéndose por completo de la acción en el escenario - ¿Sabes montar?
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Cita (Anuar)
Viro el rostro para poder verle con una ceja enarcada por su aseveración, se percato entonces de su cercanía mas siquiera parecía haberse inmutado o era mejor dicho que no le incomodaba ya como al mismo Soren podia ocurrirle -es acaso que me ves como a un ni;o -la incognita salio despedida de sus labios mientras sus ojos le observaban fijamente necesitaba una respuesta a aquello y quisiera o no aquello indicaría todo o una gran parte de como se siguiese comportando.
-si ahora no te arrepientes de haberlo hecho es porque ha sido lo correcto...de modo que tenias un hermano que no te agradaba- murmuro pensando, perfecto, aquello le habia tomado por sorpresa porque nadie podia ser perfecto, quiza lo que para el fuese la excelencia en todo para otra persona fuese lo mas estrafalario y repulsivo, todo diferia dependiendo cada quien como la mayoria de las cosas en la vida. No se hubiese imaginado que podria tener algo en común con Soren.
Suspiro imperceptiblemente desviando la mirada al frente nuevamente mientras pensaba en aquello, realmente no sabia era solo una corazonada que tenia ?corazonada? desde cuando el sentia aquellas cosas? -solo lo presiento...- aseguro hacia tanto que no lo veia que desconocía que era de su vida o si seguia con vida...pero les habia hecho un favor a ambos al haber huido, o por lo menos eso se hacia creer para no cargar con un peso mas.
Siguio los movimientos de la mano de Soren con la mirada y un suave movimiento de la cabeza -la verdad no- confeso con tranquilidad divergiendo su mirada de Soren al escenario y del escenario de regreso al vampiro -me gustaría ver algun cuadro tuyo...escuchar lo que tiene que contar, se pueden conocer tantas cosas de un artista por medio de sus obras- asevero mirando por el rabillo del ojo el rostro ajeno, debia mantenerse acorde a la situacion y la situación no ameritaba regresar a los andamios de la noche anterior ademas y que por como habia reaccionado por sus acercamientos era lógico pensar aquello quiza aquel era su mayor problema pensar demasiado.
-si ahora no te arrepientes de haberlo hecho es porque ha sido lo correcto...de modo que tenias un hermano que no te agradaba- murmuro pensando, perfecto, aquello le habia tomado por sorpresa porque nadie podia ser perfecto, quiza lo que para el fuese la excelencia en todo para otra persona fuese lo mas estrafalario y repulsivo, todo diferia dependiendo cada quien como la mayoria de las cosas en la vida. No se hubiese imaginado que podria tener algo en común con Soren.
Suspiro imperceptiblemente desviando la mirada al frente nuevamente mientras pensaba en aquello, realmente no sabia era solo una corazonada que tenia ?corazonada? desde cuando el sentia aquellas cosas? -solo lo presiento...- aseguro hacia tanto que no lo veia que desconocía que era de su vida o si seguia con vida...pero les habia hecho un favor a ambos al haber huido, o por lo menos eso se hacia creer para no cargar con un peso mas.
Siguio los movimientos de la mano de Soren con la mirada y un suave movimiento de la cabeza -la verdad no- confeso con tranquilidad divergiendo su mirada de Soren al escenario y del escenario de regreso al vampiro -me gustaría ver algun cuadro tuyo...escuchar lo que tiene que contar, se pueden conocer tantas cosas de un artista por medio de sus obras- asevero mirando por el rabillo del ojo el rostro ajeno, debia mantenerse acorde a la situacion y la situación no ameritaba regresar a los andamios de la noche anterior ademas y que por como habia reaccionado por sus acercamientos era lógico pensar aquello quiza aquel era su mayor problema pensar demasiado.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Cita (Anuar)
- Bueeeeno... - Vaciló haciéndo un gesto con la mano y fingiendo reparar a Anuar - Ciertamente podría ser tu bisabuelo - Agregó con ojos juguetones - En teoría todos son como niños comparados conmigo, a expeción de otros vampiros claro - Agrega dejando escapar una risita, escondida en la penumbra del lugar - Pero no te veo precisamente como uno -
¿Como podría un niño tener ese cuerpo tan desarrollado y esa mente tan centrada? Anuar podría inclusive ser más maduro que él, por lo menos había mostrado seguridad y valentía en momentos en los que él hubiera simplemente escapado. Se sintió avergonzado al notar que, era la primera vez que le prestaba atención al físico de Anuar y lo veía como un 'hombre', más no como un humano más.
- No podría pensar en ti como en un niño - Prosiguió sintiéndo que se le coloreaban las mejillas otra vez - Eres...muy... atractivo - Finalizó casi con un hilo de voz. Carraspeó y volvió su vista al escenario. La contorcionista hacía maravillas y el se lo estaba perdiendo.
Escuchó al joven preguntar sobre sus cuadros. Y recordó que Gerard le había pedido lo mismo, sus manos se agarraron al borde de la silla. Sólo Erkki había visto sus creaciones alguna vez. Tragó saliva, quizás era momento de dar un paso y cambiar, sabía que algún día iba llegar el momento.
- Nunca... muestros mis cuadros a nadie - Explica un tanto incómodo - Ser profesor de historia del arte... no me convierte en artista... no... soportaría las críticas - Finaliza. En realidad no soportaría que la gente se diera cuenta que abría su corazón através de sus cuadros y que descubrieran, lo que había ahí dentro.
¿Como podría un niño tener ese cuerpo tan desarrollado y esa mente tan centrada? Anuar podría inclusive ser más maduro que él, por lo menos había mostrado seguridad y valentía en momentos en los que él hubiera simplemente escapado. Se sintió avergonzado al notar que, era la primera vez que le prestaba atención al físico de Anuar y lo veía como un 'hombre', más no como un humano más.
- No podría pensar en ti como en un niño - Prosiguió sintiéndo que se le coloreaban las mejillas otra vez - Eres...muy... atractivo - Finalizó casi con un hilo de voz. Carraspeó y volvió su vista al escenario. La contorcionista hacía maravillas y el se lo estaba perdiendo.
Escuchó al joven preguntar sobre sus cuadros. Y recordó que Gerard le había pedido lo mismo, sus manos se agarraron al borde de la silla. Sólo Erkki había visto sus creaciones alguna vez. Tragó saliva, quizás era momento de dar un paso y cambiar, sabía que algún día iba llegar el momento.
- Nunca... muestros mis cuadros a nadie - Explica un tanto incómodo - Ser profesor de historia del arte... no me convierte en artista... no... soportaría las críticas - Finaliza. En realidad no soportaría que la gente se diera cuenta que abría su corazón através de sus cuadros y que descubrieran, lo que había ahí dentro.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Cita (Anuar)
Su rostro no se inmuto mientras aquellas palabras traspasaban sus oídos colándose en sus pensamientos y en su razón, le parecía que daba demasiadas vueltas a una simple cuestión y aun asi le dejaba hablar escuchando con atención, quizá demasiada aunque su mirada permanecía en el escenario, lo pensó unos instantes, la atracción era relativa y la belleza no venia del exterior ¿en que estaba pensando? –seria tan absurdo como que yo te viese como mi bisabuelo- aseguro pensando en lo bizarro que eso llegaría a ser al final le volteo a ver nuevamente intentando divisar en su rostro un rasgo atractivo, ciertamente lo era pero no por eso se llegaba a sentir nada, cuando las acciones iban solo por lo carnal eran vacias a su parecer, una perdida de tiempo –tu también lo eres…aunque no es eso lo mas importante- asevero con el romanticismo preciso de un artista.
Arrugo el entrecejo chasqueando la lengua –de acuerdo- aseguro con tranquilidad, no podia obligar a nadie a hacer nada pero eso le llevaba a tampoco enseñar su arte por su historia estaba plasmada en ellos aunque no era algo que quisiera decirle –no soy quien para criticar tu arte Soren…pero si prefieres no mostrarlo esta bien…habrá otras formas de conocerte- indico observando como la joven del escenario desaparecía entre el umbral impidiéndole nuevamente ver mucho mas alla de la punta de su nariz, ladeo el rostro dejando caer su rojizo flequillo de lado, no usaba el cabello excesivamente largo, le cubría parte de las orejas pero no sobrepasaba su nuca.
Penso, tenia razón no era necesario ver sus sentimientos en un lienzo porque de muchas otras formas podia conocerle, con su ultimo comentario a su parecer era muestra clara de su falta de autoestima o algun parecido, si alguien estaba seguro de si mismo y complacido con sus cosas, no tenia porque verse afectado de lo que los demás decían y con aquella reacción ante los leones y sus palabras, no necesitaba mas que diversos acontecimientos y el por el contrario, lucia siempre tan seco que le parecía prudente tener que hablar de si mismo aunque, no era asi de fácil.
Un suave trote se hizo audible y no tardaron en salir los blancos corceles, sonrio de medio lado mirando de soslayo a Soren ¿seria prudente o no? Lo que el tiempo dictase, beso su mejilla rápidamente sonriendo de medio lado –gracias- murmuro apartando la mirada con rapidez.
Arrugo el entrecejo chasqueando la lengua –de acuerdo- aseguro con tranquilidad, no podia obligar a nadie a hacer nada pero eso le llevaba a tampoco enseñar su arte por su historia estaba plasmada en ellos aunque no era algo que quisiera decirle –no soy quien para criticar tu arte Soren…pero si prefieres no mostrarlo esta bien…habrá otras formas de conocerte- indico observando como la joven del escenario desaparecía entre el umbral impidiéndole nuevamente ver mucho mas alla de la punta de su nariz, ladeo el rostro dejando caer su rojizo flequillo de lado, no usaba el cabello excesivamente largo, le cubría parte de las orejas pero no sobrepasaba su nuca.
Penso, tenia razón no era necesario ver sus sentimientos en un lienzo porque de muchas otras formas podia conocerle, con su ultimo comentario a su parecer era muestra clara de su falta de autoestima o algun parecido, si alguien estaba seguro de si mismo y complacido con sus cosas, no tenia porque verse afectado de lo que los demás decían y con aquella reacción ante los leones y sus palabras, no necesitaba mas que diversos acontecimientos y el por el contrario, lucia siempre tan seco que le parecía prudente tener que hablar de si mismo aunque, no era asi de fácil.
Un suave trote se hizo audible y no tardaron en salir los blancos corceles, sonrio de medio lado mirando de soslayo a Soren ¿seria prudente o no? Lo que el tiempo dictase, beso su mejilla rápidamente sonriendo de medio lado –gracias- murmuro apartando la mirada con rapidez.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Cita (Anuar)
Soren rió con ganas y se llevó las manos a la boca para cubrirse, no quería molestar a los demás espectadores, ¿bisabuelo?. Tuvo una divertida imagen mental de él con larga barba blanca y Anuar sentado en sus piernas esperando por el cuento antes de dormir. Lo siguiente que dijo le hizo callar inmediatamente y le recordó porque estaba sonrojado.
- Gracias... y si, tienes razón no es lo más importante - Agregó sintiéndose un tanto frívolo por ello. Anuar decía aquello tan tranquilamente mientras él sentía que meter la cabeza por debajo de la silla sería lo más apropiado ¿Acaso no sentía atracción física por él? se pregunto, cierto era que, los besos que habían compartido habían sido apasionados, pero también las circustancias eran extrañas, Soren sabía muy bien que la sangre y la sed, volvía a los vampiros sensuales ante ojos humanos y era gracias a ello que, habían podido alimentarse a lo largo de la historia sin ser descubiertos. Pero estando allí haciendo las cosas normales que todo paisano hacía, en ese circo pintoresco en la penumbra, ¿Resultaba el atractivo ante los ojos de Anuar? ¿Le deseaba?.
Volvió su vista al escenario escuchando lo que decía el joven pintor. Dejaría ese tema de sus cuadros para después. Ahora no quería preocuparse por más cosas, suficiente tenía con intentar llevar la condenada cita.
Entonces el contacto suave de los labios de Anuar le sorprendió cuando los corceles habían salido en escena, dio un ligero respingo y se llevó la mano enguantada hacia la mejilla que ardía por sus labios. Las 'gracias' habían sido inesperadas también y el cerebro de Soren, no acostumbrado a ese tipo de situaciones reaccionó hacía lo más evidente.
- No hay de que, quería pagar las entradas yo - Habló rápidamente, claramente nervioso - Aunque... si cada que me agradeces me besaras... pagaría más cosas para ti esta noche - Agregó aturdido y no muy seguro de que sus palabras tuvieran sentido.
- Gracias... y si, tienes razón no es lo más importante - Agregó sintiéndose un tanto frívolo por ello. Anuar decía aquello tan tranquilamente mientras él sentía que meter la cabeza por debajo de la silla sería lo más apropiado ¿Acaso no sentía atracción física por él? se pregunto, cierto era que, los besos que habían compartido habían sido apasionados, pero también las circustancias eran extrañas, Soren sabía muy bien que la sangre y la sed, volvía a los vampiros sensuales ante ojos humanos y era gracias a ello que, habían podido alimentarse a lo largo de la historia sin ser descubiertos. Pero estando allí haciendo las cosas normales que todo paisano hacía, en ese circo pintoresco en la penumbra, ¿Resultaba el atractivo ante los ojos de Anuar? ¿Le deseaba?.
Volvió su vista al escenario escuchando lo que decía el joven pintor. Dejaría ese tema de sus cuadros para después. Ahora no quería preocuparse por más cosas, suficiente tenía con intentar llevar la condenada cita.
Entonces el contacto suave de los labios de Anuar le sorprendió cuando los corceles habían salido en escena, dio un ligero respingo y se llevó la mano enguantada hacia la mejilla que ardía por sus labios. Las 'gracias' habían sido inesperadas también y el cerebro de Soren, no acostumbrado a ese tipo de situaciones reaccionó hacía lo más evidente.
- No hay de que, quería pagar las entradas yo - Habló rápidamente, claramente nervioso - Aunque... si cada que me agradeces me besaras... pagaría más cosas para ti esta noche - Agregó aturdido y no muy seguro de que sus palabras tuvieran sentido.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Cita (Anuar)
Sonrio volteándolo a ver ampliamente quizá como pocas veces porque no le parecía haberlo escuchado o verlo reir antes de esa forma y no sabia si a los demás pero a el le parecía casi una sinfonía preciosa. Cierto, el no habia pagado su propia entrada aunque darle el dinero directamente, seguramente no lo aceptaria asi que llevaría y buscaría la forma de recompensarle aquello de una u otra forma ya fuese regresándole el dinero distraídamente, gastándolo en algo para el o cualquier idea relativa –y porque no pareces convencido de eso- le cuestiono ladeándolo el rostro mientras acercaba su rostro al ajeno nuevamente aunque sin tangible afán de besarle, sino de ver mejor sus facciones y sus gestos, la obscuridad del lugar no se lo permitía con facilidad –pero…no necesito agradecerte nada para besarte- le indico desviando la mirada al escenario, inclino su cuerpo hacia el asiento de Soren disimuladamente y apenas perceptiblemente, no quería sofocarle.
Los blancos caballos con pecheras y plumas sobre sus cabezas daban saltos, se paraban en las patas traseras y andaban por el escenario con un trote rítmico y balanceado, saltaban bajas vayas tan coloridas como todo lo demás, llevaban sobre sus lomos las damas que en un inicio habían salido haciendo diversas cosas, se ponían en pie clamando aplausos y sonriendo ampliamente en busca de una afirmativa por parte del público.
La risa melodiosa, fresca y aun inocente de un niño le hizo torcer el cuello para observarle sin que este se diese cuenta, no podia verle aunque intentaba enfocarle, se limito entonces a escucharle sintiendo algo moverse en su interior, porque tenia aun sentimientos, bien escondidos y en recovecos que se dejaban entrever dada la ocasión y si esta lo ameritaba ¿ameritar? Verdad era decir que eran cosas que no podia evitar y asi como aveces se inclinaba por la caridad su mente era tan frágil como para volverse frívola.
-y que necesito hacer yo para que tu te animes- le cuestiono mirando el suelo invisible a sus pies -¿sigues pensando que no es debido?¿cuales son tus limites Soren?- sus preguntas salian sin pensarlo dos veces, casi escupidas –es mejor no plantearlos…¿sabes?- no le volteo a ver en ningún momento, era aquel uno de sus mayores defectos, no ver muchas veces a los ojos al hablar y la razón la habia dicho ya en mas de una ocasión.
Los blancos caballos con pecheras y plumas sobre sus cabezas daban saltos, se paraban en las patas traseras y andaban por el escenario con un trote rítmico y balanceado, saltaban bajas vayas tan coloridas como todo lo demás, llevaban sobre sus lomos las damas que en un inicio habían salido haciendo diversas cosas, se ponían en pie clamando aplausos y sonriendo ampliamente en busca de una afirmativa por parte del público.
La risa melodiosa, fresca y aun inocente de un niño le hizo torcer el cuello para observarle sin que este se diese cuenta, no podia verle aunque intentaba enfocarle, se limito entonces a escucharle sintiendo algo moverse en su interior, porque tenia aun sentimientos, bien escondidos y en recovecos que se dejaban entrever dada la ocasión y si esta lo ameritaba ¿ameritar? Verdad era decir que eran cosas que no podia evitar y asi como aveces se inclinaba por la caridad su mente era tan frágil como para volverse frívola.
-y que necesito hacer yo para que tu te animes- le cuestiono mirando el suelo invisible a sus pies -¿sigues pensando que no es debido?¿cuales son tus limites Soren?- sus preguntas salian sin pensarlo dos veces, casi escupidas –es mejor no plantearlos…¿sabes?- no le volteo a ver en ningún momento, era aquel uno de sus mayores defectos, no ver muchas veces a los ojos al hablar y la razón la habia dicho ya en mas de una ocasión.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Cita (Anuar)
¿Porque sentia que en cualquier momento Anuar saltaría sobre él y lo devoraría? Se preguntaba mientras sentía como el joven se inclinaba hacía él y le provocaba de esa manera tan suya, con una extraña indiferencia, como si se le diera dificil expresarlo en su rostro ¿O era caso que no sentía nada?. ¿Era Soren el único que estaba muriendose de nervios? probablemente si. Anuar tenía el control de todo, con una transparencia aterradora. Mostrando todo y nada al mismo tiempo en sus palabras.
- Puedes... besarme cuando quieras - Murmuró con los ojos fijos en los caballos aunque sin verlos realmente ¿Quien podría prestarle atención al espectáculo en un momento asi?.
- No... se cuales son mis límites, porque creo que no he experimentado muchas cosas - Comenta no muy seguro de que tema específico hablaba Anuar, los limites estaban presentes en todo así no quisiera, esa era una de las reglas de la sociedad - Pero hay ciertos límites que son necesarios, la sociedad no podría sostenerse sin la moral y la ética, siempre se necesitarán reglas y límites para que las cosas funcionen correctamente - Y ahí estaba de nuevo queriéndo controlarlo todo a su alrededor para no pasar por esos momentos aterradores de desasociego e incertidumbre.
- Cuando estaba vivo - Continuó girándose de nuevo hacía Anuar e inclinandose para que el hombre gordo a su lado no escuchara la conversación - Leí muchos libros de filosofía y novelas en las que siempre se reflexionaba en torno a lo mismo, como vivir la vida y cuales eran los límites... mi familia quería que me comportara como el distinguido señorito que debía ser, así como mi hermano mayor que era el 'ideal', debido a nuestra posición social, pero una noche cualquiera me descubrieron regresando de las chozas de los esclavos y supieron que un par de veces por semana, le leía libros a mi exclavo personal Izzak - Hizo una pequeña pausa y suspiró - Mi hermano me pegó tan fuerte que casi pierdo el conocimiento y me dijo que yo no conocía los límites... ahora, casi 300 años después, con la revolución social y las nuevas teorías sobre el ser... me doy cuenta de que la exclavitud no es más que una absurda tontería, los límites están en constante cambio y todo depende del punto de vista en que los veas -
Soren cayó de repente en cuenta de que había hablado demasiado, puesto que cuando regresó su vida al escenario ya no estaban los caballos sino que un hombre vestido de rojo y con el rostro blanco, caminaba graciosamente seguido por 5 ganzos.
- L...lo lamento... hablo demasiado ¿Verdad?... disfrutemos del show -
(( Este es el hombre de los ganzos xD http://en.wikipedia.org/wiki/File:Barnum_&_Bailey_clowns_and_geese2.jpg ))
- Puedes... besarme cuando quieras - Murmuró con los ojos fijos en los caballos aunque sin verlos realmente ¿Quien podría prestarle atención al espectáculo en un momento asi?.
- No... se cuales son mis límites, porque creo que no he experimentado muchas cosas - Comenta no muy seguro de que tema específico hablaba Anuar, los limites estaban presentes en todo así no quisiera, esa era una de las reglas de la sociedad - Pero hay ciertos límites que son necesarios, la sociedad no podría sostenerse sin la moral y la ética, siempre se necesitarán reglas y límites para que las cosas funcionen correctamente - Y ahí estaba de nuevo queriéndo controlarlo todo a su alrededor para no pasar por esos momentos aterradores de desasociego e incertidumbre.
- Cuando estaba vivo - Continuó girándose de nuevo hacía Anuar e inclinandose para que el hombre gordo a su lado no escuchara la conversación - Leí muchos libros de filosofía y novelas en las que siempre se reflexionaba en torno a lo mismo, como vivir la vida y cuales eran los límites... mi familia quería que me comportara como el distinguido señorito que debía ser, así como mi hermano mayor que era el 'ideal', debido a nuestra posición social, pero una noche cualquiera me descubrieron regresando de las chozas de los esclavos y supieron que un par de veces por semana, le leía libros a mi exclavo personal Izzak - Hizo una pequeña pausa y suspiró - Mi hermano me pegó tan fuerte que casi pierdo el conocimiento y me dijo que yo no conocía los límites... ahora, casi 300 años después, con la revolución social y las nuevas teorías sobre el ser... me doy cuenta de que la exclavitud no es más que una absurda tontería, los límites están en constante cambio y todo depende del punto de vista en que los veas -
Soren cayó de repente en cuenta de que había hablado demasiado, puesto que cuando regresó su vida al escenario ya no estaban los caballos sino que un hombre vestido de rojo y con el rostro blanco, caminaba graciosamente seguido por 5 ganzos.
- L...lo lamento... hablo demasiado ¿Verdad?... disfrutemos del show -
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Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Cita (Anuar)
Giro a verlo nuevamente no logrando asimilar lo que escuchaba –los limites son mentales Soren- aseguro no sabiendo si sentirse alegre o entristecido por su aseveración ¿era asi con las demás personas? Debía suponer aunque a el eso de besar a las besar no se le daba nada bien ni tampoco solia hacerlo, a sus veintiun años mantenía aun su castidad ¿asi de difícil de creer era? En una época decadente en que la gente se excusaba hipócritamente bajo las normas morales de una sociedad que caia en el pecado y la lujuria, la debilidad humana, una vil mentira tampoco era típico verle hablar con esa soltura quizá si pero no asi que tuviese que contener por no decir nada mas que lo necesario, entrar en el dilema de seguir encerrándose era mejor asi, le criticarían entonces por su poca elocuencia y no se sentirían apenados o aterrados del melodrama que era su vida-quien realmente sea moral y éticamente decente no lo ira pregonando como si fuese un privilegio o un reconocimiento y aunque no existieran normas seguirían dirigiéndose en la misma dirección porque cada uno fija su propios limites…aveces es mejor no hacerlo porque los limites que pretenden que sigamos nisiquiera sus creadores asi lo hacían, es un cuento que intentar volver realidad a base de mentiras, aveces las mentiras se vuelven realidades para algunos- ladeo la cabeza nuevamente estaba vez azorado de sus propio razonamiento poco convencional.
Escucho con atención su anécdota ¿Cómo le era tan fácil revelarle ese tipo de experiencias? El no habia siquiera haber podido contar un poco de Angelique porque y pese a ver ocurrido hace años el dolor seguía latiente como si hubiese sido aquel mismo instante su perdida –no tiene nada de malo ofrecer a otros lo que ellos solos no pueden darse- aseguro reflexionando el comportamiento de su hermano, con lo poco que contaba sentía ya aberrarlo aunque prejuzgar jamás estaba en su criterio –y seguramente aun cuando para la sociedad era bien visto tener esclavos para algunos pocos no, uno no debe dejarse llevar por lo que la sociedad dicte, no leyes morales, no estrafalaria imágenes, uno es lo que es…y que la moral de cada quien hable, no la que pretenden ponernos como jueza- se percato entonces de algo –lamento escuchar eso…aunque supongo entonces que le tenias un gran aprecio a tu esclavo- aseguro evidenciando aquello o queriendo que el mismo Soren lo aceptase.
-prefiero prestar atención a tus palabras antes que ver el espectáculo- le indico de forma casual encogiéndose de hombros observando el nuevo espectáculo, enarco una ceja dejando escapar una suave risa que ahogo en una maltrecha sonrisa, que poco ordinario era ver aquello.
Escucho con atención su anécdota ¿Cómo le era tan fácil revelarle ese tipo de experiencias? El no habia siquiera haber podido contar un poco de Angelique porque y pese a ver ocurrido hace años el dolor seguía latiente como si hubiese sido aquel mismo instante su perdida –no tiene nada de malo ofrecer a otros lo que ellos solos no pueden darse- aseguro reflexionando el comportamiento de su hermano, con lo poco que contaba sentía ya aberrarlo aunque prejuzgar jamás estaba en su criterio –y seguramente aun cuando para la sociedad era bien visto tener esclavos para algunos pocos no, uno no debe dejarse llevar por lo que la sociedad dicte, no leyes morales, no estrafalaria imágenes, uno es lo que es…y que la moral de cada quien hable, no la que pretenden ponernos como jueza- se percato entonces de algo –lamento escuchar eso…aunque supongo entonces que le tenias un gran aprecio a tu esclavo- aseguro evidenciando aquello o queriendo que el mismo Soren lo aceptase.
-prefiero prestar atención a tus palabras antes que ver el espectáculo- le indico de forma casual encogiéndose de hombros observando el nuevo espectáculo, enarco una ceja dejando escapar una suave risa que ahogo en una maltrecha sonrisa, que poco ordinario era ver aquello.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Cita (Anuar)
Cuando Anuar comenzó a hablar, refiriéndose a los límites, Soren tuvo la impresión de estar hablando con una persona de otro siglo completamente distinto. El vampiro sueco había sido testigo de los cambios de pensamiento y la evolución de la humanidad por casi 300 años, observando como las corrientes artisticas cambiaban expresando los distintos modelos de pensamiento. Pero esa era la primera vez que escuchaba a un humano hablar de una manera tan revolucionaria desde Karl Heinrich Marx.
- Anuar... - Susurró Soren observándole facinado, como si hubiera sido preso de un embrujo mágico, se inclinó de nuevo para hablarle a la altura de la oreja - Si hubieses crecido en un bosque, alejado de toda civilización y sin ningun agente externo que te dictara lo que está bien y lo que no, sería natural en ti como individuo seguir tus propias leyes, sin una tercera opinión y sin saber si haces daño a otros con tus acciones, no podrías tener nunca un juicio de valor - Comenta, su voz cargada de la solemnidad y seguridad que caracteriza a los catedráticos, pero sus ojos absortos en la facinación - Pero vivimos en una sociedad y el individuo la construye y re-inventa a través de la moralidad y la ética -
Escuchó lo que dijo sobre su esclavo y cerró los ojos por unos segundos recordando el rostro color aceituna de Izzak. Sus ojos siempre fijos en el suelo, su cabello callendo en graciosas ondas tiezas, tan negras como el infierno.
- Así es, se llamaba Izzak, su familia era toda Africana, pero él había nacido en Suecia, fue mio desde que yo tenía 8 años - Explica con un deje claro de nostalgía en sus palabras - Le quería... me atrevo a decir que más que a mi propio hermano... pero nunca se lo dije o supe como demostrárselo, supongo que tenía miedo a ser castigado por mis padres y enseñarle a leer era la única forma... -
Entonces cuando Anuar dijo que prefería escucharle a ver el espectaculo, sintió una exploción de colores en su pecho. Si colores y eran azules claro y otros amarillos transformándose en naranja. Sus mejillas volvieron a colorearse y toda la seguridad del académico de antes se desvaneció, Soren se inclinó un poco más y en un impulso venido quien sabe de donde, depositó un rápido beso en los labios de Anuar.
- Anuar... - Susurró Soren observándole facinado, como si hubiera sido preso de un embrujo mágico, se inclinó de nuevo para hablarle a la altura de la oreja - Si hubieses crecido en un bosque, alejado de toda civilización y sin ningun agente externo que te dictara lo que está bien y lo que no, sería natural en ti como individuo seguir tus propias leyes, sin una tercera opinión y sin saber si haces daño a otros con tus acciones, no podrías tener nunca un juicio de valor - Comenta, su voz cargada de la solemnidad y seguridad que caracteriza a los catedráticos, pero sus ojos absortos en la facinación - Pero vivimos en una sociedad y el individuo la construye y re-inventa a través de la moralidad y la ética -
Escuchó lo que dijo sobre su esclavo y cerró los ojos por unos segundos recordando el rostro color aceituna de Izzak. Sus ojos siempre fijos en el suelo, su cabello callendo en graciosas ondas tiezas, tan negras como el infierno.
- Así es, se llamaba Izzak, su familia era toda Africana, pero él había nacido en Suecia, fue mio desde que yo tenía 8 años - Explica con un deje claro de nostalgía en sus palabras - Le quería... me atrevo a decir que más que a mi propio hermano... pero nunca se lo dije o supe como demostrárselo, supongo que tenía miedo a ser castigado por mis padres y enseñarle a leer era la única forma... -
Entonces cuando Anuar dijo que prefería escucharle a ver el espectaculo, sintió una exploción de colores en su pecho. Si colores y eran azules claro y otros amarillos transformándose en naranja. Sus mejillas volvieron a colorearse y toda la seguridad del académico de antes se desvaneció, Soren se inclinó un poco más y en un impulso venido quien sabe de donde, depositó un rápido beso en los labios de Anuar.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Cita (Anuar)
Le volteo a ver abiertamente cuando su nombre mano de sus labios asiéndole quizá titubear, no era usual que alguien se refiriese a el simplemente por su nombre se percato entonces de cómo era que le observaba, enarco sutilmente una deja divagando, sabia bien que no hablaba con la propiedad de alguien de su edad o con los ánimos de vida de la misma, pero no le habia ocurrido lo que a las mayoría de las personas le sucedían ni pensaba remotamente como aquellas lo hacían, tenia una basta mente sin fronteras abierta a todos sin juzgar no sin antes experimentar, la curiosidad, el mayor de sus dones o sus males “todos tenemos una obligación que nos maldice”.
Dudo enormemente, porque la sociedad no podia hacer de las personas, que estrambótico seria aquello de ser verdad aunque ¿Quién era el para decir que era verdad y que no?, si aquello sonaba mejor, el individuo como persona y no como sociedad sino integrada por seres, suspiro enredándose con sus propios pensamientos, era inteligente y hábil pero como cualquier persona tenia un limite razonable –tu debes saber mas de eso que yo- aseguro teniendo en cuenta los siglos que Soren le sacaba y con facilidad.
“Fue mio” entrecerró los parpados pensando en lo despectivo y casi arrogante que era aquello, uno no podia ser dueño de otra persona no por esos medios, cada cual era libre y asi debía ser, una libertad que gozaría hasta el fin de sus días y la humanidad hasta el fin de los tiempos –no hubiese sido bien visto- farfullo sin demasiado entusiasmo, no comprendía como a las personas podían importarles esas cosas, se cuestiono entonces aunque no debía asi ser, si en esas épocas se castigaba tan duramente como en antaño se habia hecho, recordaba alguna vez haber leído algo sobre una organización en el reino de Aragón donde las personas eran sometidas a las mas duras penas y torturas al hacer actos “que atentaban contra la moral y la iglesia”, recordaba haber leído algo sobre las penas al adulterio, de las madres solteras y la relaciones entre mismos sexos ¿Qué les hacían? Su cuerpo se estremeció, prefería no recordar –los lazos mas fuertes no son los de sangre sino los que hacen- era dificil imaginar que alguien como Anuar pudiese creer en esas cosas de cuentos de hadas.
Se sorprendió por su acción mas no asi lo demostró, sonrio de medio lado sin amago ni afán de intensificar aquello porque si bien la sociedad le importaba poco no veía el porque de dar muestras en Publio, ademas y sin lograrlo asi dudar prefería abstenerse hasta donde pudiese, habia comprendido, que era mas débil de lo que creía –y de donde ha salido eso- le cuestiono en voz baja observándolo largos instantes, dirigiendo su mirada de sus ojos a sus labios repetidas veces, frenándose por ultimo sobre sus azulosos iris, observándolos como si en estos intentase descubrir la verdad del asunto.
Dudo enormemente, porque la sociedad no podia hacer de las personas, que estrambótico seria aquello de ser verdad aunque ¿Quién era el para decir que era verdad y que no?, si aquello sonaba mejor, el individuo como persona y no como sociedad sino integrada por seres, suspiro enredándose con sus propios pensamientos, era inteligente y hábil pero como cualquier persona tenia un limite razonable –tu debes saber mas de eso que yo- aseguro teniendo en cuenta los siglos que Soren le sacaba y con facilidad.
“Fue mio” entrecerró los parpados pensando en lo despectivo y casi arrogante que era aquello, uno no podia ser dueño de otra persona no por esos medios, cada cual era libre y asi debía ser, una libertad que gozaría hasta el fin de sus días y la humanidad hasta el fin de los tiempos –no hubiese sido bien visto- farfullo sin demasiado entusiasmo, no comprendía como a las personas podían importarles esas cosas, se cuestiono entonces aunque no debía asi ser, si en esas épocas se castigaba tan duramente como en antaño se habia hecho, recordaba alguna vez haber leído algo sobre una organización en el reino de Aragón donde las personas eran sometidas a las mas duras penas y torturas al hacer actos “que atentaban contra la moral y la iglesia”, recordaba haber leído algo sobre las penas al adulterio, de las madres solteras y la relaciones entre mismos sexos ¿Qué les hacían? Su cuerpo se estremeció, prefería no recordar –los lazos mas fuertes no son los de sangre sino los que hacen- era dificil imaginar que alguien como Anuar pudiese creer en esas cosas de cuentos de hadas.
Se sorprendió por su acción mas no asi lo demostró, sonrio de medio lado sin amago ni afán de intensificar aquello porque si bien la sociedad le importaba poco no veía el porque de dar muestras en Publio, ademas y sin lograrlo asi dudar prefería abstenerse hasta donde pudiese, habia comprendido, que era mas débil de lo que creía –y de donde ha salido eso- le cuestiono en voz baja observándolo largos instantes, dirigiendo su mirada de sus ojos a sus labios repetidas veces, frenándose por ultimo sobre sus azulosos iris, observándolos como si en estos intentase descubrir la verdad del asunto.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Cita (Anuar)
Al escuchar la corta y resignada respuesta de Anuar, Soren se sintió un poco culpable de abrumarlo con sus teorías, más se lo tomó como una invitación jugetona para provocarle.
- ¿Así sin más aceptas mis ideas?, ¿vaz a permitir que este anciano anticuado te enseñe donde están los límites? - Preguntó incitándole, burlándose un poco de si mismo y usando la sátira como arma. Apoyó un brazo en el respaldar de la silla de Anuar, como acorralándolo, facinado con esa creatura que tenía frente a él, queriéndo descubrir todos sus secretos y misterios.
Anuar tenía razón sobre los lazos de sangre, Soren era una prueba de ello. En vida nunca se había llevado bien con sus padres o con su hermano, había llegado a odiales, a desear que estuvieran lejos y cuando había sido convertido en vampiro, no había mirado atrás ni un sólo momento para volver. Les había abandonado por completo y nunca había sabido que había pasado con ellos después.
Luego del beso, Anuar reaccionó justo como esperaba, con una calma y control de la situación envidiables. Esa calma sólo lograba ponerlo nervioso, cuando sentía que había avanzado algo, la mirada de Anuar le hacía retroceder un paso duditativamente.
- Porque me gustan tus... - Y no alzanzó a terminar la frase, cuando el hombre al lado suyo, le había puesto una mano en el hombro con fuerza. Soren inconscientemente sacudió el hombro como si la mano del hombre pudiera tener una infección peligrosa.
- ¡Callaos de una vez! - Exclamó el nombre claramente molesto por el cotilleo y constante murmullo de ambos a su lado - No me dejais disfrutar del show - Soren bajó el rostro y tragó saliva avergonzado, pues otros espectadores hacían el inconfundible sonido de 'SHHHH' cuando quieres que alguien se calle.
- Lo siento Monsieur... - Comenzó Soren, entonces el hombre intentó ponerle la mano en el hombro de nuevo y esta vez Soren lo exquivo para evitar el contacto físico que tanto le incómodaba y el hombre abrió los ojos claramente ofendido.
- ¿Que le pasa? ¿Es que acaso su cochino dinero le hace superior al resto? ¿Le doy tanto asco por ser un simple campecino? ¡Pues podeis sacar vuestro culo aristocrático de aquí ahora mismo! ¡Este no es un sitio para los de tu clase! -
Soren no supo que hacer.
- ¿Así sin más aceptas mis ideas?, ¿vaz a permitir que este anciano anticuado te enseñe donde están los límites? - Preguntó incitándole, burlándose un poco de si mismo y usando la sátira como arma. Apoyó un brazo en el respaldar de la silla de Anuar, como acorralándolo, facinado con esa creatura que tenía frente a él, queriéndo descubrir todos sus secretos y misterios.
Anuar tenía razón sobre los lazos de sangre, Soren era una prueba de ello. En vida nunca se había llevado bien con sus padres o con su hermano, había llegado a odiales, a desear que estuvieran lejos y cuando había sido convertido en vampiro, no había mirado atrás ni un sólo momento para volver. Les había abandonado por completo y nunca había sabido que había pasado con ellos después.
Luego del beso, Anuar reaccionó justo como esperaba, con una calma y control de la situación envidiables. Esa calma sólo lograba ponerlo nervioso, cuando sentía que había avanzado algo, la mirada de Anuar le hacía retroceder un paso duditativamente.
- Porque me gustan tus... - Y no alzanzó a terminar la frase, cuando el hombre al lado suyo, le había puesto una mano en el hombro con fuerza. Soren inconscientemente sacudió el hombro como si la mano del hombre pudiera tener una infección peligrosa.
- ¡Callaos de una vez! - Exclamó el nombre claramente molesto por el cotilleo y constante murmullo de ambos a su lado - No me dejais disfrutar del show - Soren bajó el rostro y tragó saliva avergonzado, pues otros espectadores hacían el inconfundible sonido de 'SHHHH' cuando quieres que alguien se calle.
- Lo siento Monsieur... - Comenzó Soren, entonces el hombre intentó ponerle la mano en el hombro de nuevo y esta vez Soren lo exquivo para evitar el contacto físico que tanto le incómodaba y el hombre abrió los ojos claramente ofendido.
- ¿Que le pasa? ¿Es que acaso su cochino dinero le hace superior al resto? ¿Le doy tanto asco por ser un simple campecino? ¡Pues podeis sacar vuestro culo aristocrático de aquí ahora mismo! ¡Este no es un sitio para los de tu clase! -
Soren no supo que hacer.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Cita (Anuar)
Sonrio de medio lado negando –¿permitirá usted que este jovenzuelo le demuestre que no deberían existir?- le cuestiono indudablemente con aquel picaresco y tan poco usual tono en el, no decidia hablar asi sino que propiamente dicho, fluia –esa es la verdadero cuestión- asevero divertido hasta donde podia estarlo, no solo con la situación sino con el mismo Soren, sus reacciones aveces le hacían creer que el se trataba del humano y asi alrevez, observo de soslayo su brazo que le impedía muchos movimientos y aun asi decidió no inmutarse por aquello ¿se sentiría Soren frustrado por su indiferencia y casi frigidez? Claramente no, le habia demostrado ya lo contrario a aquello ¿cierto?
¿Qué? Sintió que algo dentro de el crecia y no sabia si por la frase inconclusa o el desafortunado corte de la misma quizá eran ambos enojo por lo no terminado y por la culpa de quien habia ocurrido, asomo el rostro para ver la escena con mayor nitidez aunque la claridad del lugar dejaba mucho que desear ¿lo sentía? ¿Por qué se disculpaba después de cómo le habia hablado?, eso sencillamente no tenia porque ser y aunque no quisiese su raciocinio le abandono.
Aquellas palabras fueron su perdición, sentía que las mejillas se le coloraban tiñéndose de un rojo pardo parecido al que las damas de sociedad se esparcían a modo de maquillaje, haciéndole ver iracundo en la obscuridad -¿y le dira lo mismo a alguien que goza de la misma suerte que usted señor?- le cuestiono secamente y por lo bajo sin pretender seguir interrumpiendo el espectáculo –saque usted su culo de aquí si pretende dar ordenes déselas usted mismo- esbozo un gesto con desdén levantándose de su asiento y haciéndole señas a Soren para que le siguiera, no se iba porque el hombre le dijera sino porque se habia enojado y quizá por vez primera era tangible aquella emoción, no se sentiría agusto de quedarse y dejar solo a Soren tampoco le parecía una idea brillante, pero nadie debía hablarle de esa forma a otra persona con igual dignidad, mucho menos a Soren…-no da asco por ser campesino…sino por comportarse como un animal- mascullo cuando andaba frente a el para salir del lugar.
¿Qué? Sintió que algo dentro de el crecia y no sabia si por la frase inconclusa o el desafortunado corte de la misma quizá eran ambos enojo por lo no terminado y por la culpa de quien habia ocurrido, asomo el rostro para ver la escena con mayor nitidez aunque la claridad del lugar dejaba mucho que desear ¿lo sentía? ¿Por qué se disculpaba después de cómo le habia hablado?, eso sencillamente no tenia porque ser y aunque no quisiese su raciocinio le abandono.
Aquellas palabras fueron su perdición, sentía que las mejillas se le coloraban tiñéndose de un rojo pardo parecido al que las damas de sociedad se esparcían a modo de maquillaje, haciéndole ver iracundo en la obscuridad -¿y le dira lo mismo a alguien que goza de la misma suerte que usted señor?- le cuestiono secamente y por lo bajo sin pretender seguir interrumpiendo el espectáculo –saque usted su culo de aquí si pretende dar ordenes déselas usted mismo- esbozo un gesto con desdén levantándose de su asiento y haciéndole señas a Soren para que le siguiera, no se iba porque el hombre le dijera sino porque se habia enojado y quizá por vez primera era tangible aquella emoción, no se sentiría agusto de quedarse y dejar solo a Soren tampoco le parecía una idea brillante, pero nadie debía hablarle de esa forma a otra persona con igual dignidad, mucho menos a Soren…-no da asco por ser campesino…sino por comportarse como un animal- mascullo cuando andaba frente a el para salir del lugar.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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