AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
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Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
Todo se había vuelto tan monótono y aburrido que incluso había llegado a un tono desesperante, ¿Debería de abandonar el burdel acaso?, ¿Acaso debería buscar a mi ser inmortal en otra parte?. Ya se había cumplido medio año desde que estaba ahí trabajando por una razón específica y no obtenía ninguna pista, en ocasiones hasta pensaba que quizás debí haberme quedado trabajando en la taberna recolectando mas leyendas de todos esos ancianos borrachos que se la pasaban contando historias de cazadores en busca de criaturas extrañas.
La luna había llegado a la cima de París y era hora de salir nuevamente a la misma rutina de todas las noches... Si quería un cambio tendría que empezar a hacerlo yo misma, incluso algo mínimo por muy tonto que fuera para que no me aburriese y para no abandonar ese camino que yo misma me había trazado. La paciencia se me estaba agotando pero también sabía que eso era algo esencial si quería resultados perfectos.
Esta vez no entraría al burdel junto con todas mis compañeras y no empezaría mi noche sirviendo copas como solía hacerlo cada noche desde que llegué a trabajar en ese burdel. El dueño quizás se iba a molestar y me rebajaría mi sueldo pero, sabía que si realizaba bien mi show de esta noche por lo menos lograría que su molestia fuera muy mínima.
Me tomé mi tiempo para arreglarme y salir de la habitación, quería verme perfecta y lo mas sensual posible, quería atraer mas miradas que de costumbre, quería tener la atención de todo el lugar sobre mi... pero sobre todo DESEABA que alguna de esas personas que me mirase fuera alguien elegante y con un muy buen atractivo, ya que esa era de las principales cualidades que me habían contado que tenían los vampiros.
Las luces en todo el burdel se apagaron y algunos aplausos se escucharon, pues muchos eran ya clientes recurrentes de ese lugar y sabían que la obscuridad repentina eran el llamado de Lilith...
El sonido grave de las cuerdas empezó a rebotar por el resto del local seguido de un chasquido de dedos, mientras yo me encontraba ya de espaldas hacia al publico en espera a que la luz se reflejara solo hacia mi. El suave canto del piano era mi segundo llamado para que yo empezara a moverme lentamente... meneando mis caderas al compás de su ritmo y dejándome seducir por ese sonido hipnotizante para hacer mi mas seductora creación con el baile que ahora mismo estaba interpretando... Me fui quitando lentamente de la bata que me cubría el cuerpo entero dejando ver mis hombros desnudos y mi cuello mientras me daba la media vuelta y seguía bailando hacia aquellos espectadores. Bajé un poco mas la prenda hasta que me dejó descubierta por completo el corsé blanco que portaba debajo y ya no había otra razón para mantenerlo conmigo... así que tiré a un lado esa bata mientras seguía tocándome el cuerpo y moviéndome al rededor del escenario que ahora era mío... mas no me era suficiente. Lentamente me fui agachando mientras acariciaba una de mis piernas hasta llegar a mis pies para despojarme de un zapato he hice lo mismo con el otro para poder bajarme del escenario. Todas las miradas estaban sobre mi... algunos gritando y otros tan solo sonriendo y admirando cada movimiento que hacía. Decidí complacer un poco a mi publico y me acerqué a algunas de sus sillas para bailarles mas de cerca pero cuidando de que no me tocasen o de tocarlos yo misma, no quería malentendidos o hacerlos pasar por la vergüenza de rechazar su oferta de tener una noche a sola con ellos.
La música estaba casi por llegar a su fin y mi final sería espectacular, pero necesitaba volver al escenario... me alejé de las sillas y me encaminé lentamente de nuevo hacia ese lugar hasta que sentí un jalón del brazo.
-Vamos nenita... es mi turno. -me dijo aquella voz vieja y con alto aliento alcoholico.
-Déjeme terminar mi presentación... -le susurré algo molesta mientras trataba de liberarme con mi otro brazo, pero otra mano mas joven lo sujetó como si le estuviera ayudando a aquél hombre borracho.
-Te pagaremos el doble mi amor... apuesto a que te gustará grandisima zorra. -trataba de convencerme el otro hombre mientras entre los dos me tenían como prisionera.
La música había llegado a su fin y me habían negado el poder terminar mi baile, pensé en defenderme quizás con alguna patada... pero me atemoricé al ver que más personas se habían puesto de pie y se acercaban entre risas y mirada lujuriosa hacia donde me tenían atrapada.
La luna había llegado a la cima de París y era hora de salir nuevamente a la misma rutina de todas las noches... Si quería un cambio tendría que empezar a hacerlo yo misma, incluso algo mínimo por muy tonto que fuera para que no me aburriese y para no abandonar ese camino que yo misma me había trazado. La paciencia se me estaba agotando pero también sabía que eso era algo esencial si quería resultados perfectos.
Esta vez no entraría al burdel junto con todas mis compañeras y no empezaría mi noche sirviendo copas como solía hacerlo cada noche desde que llegué a trabajar en ese burdel. El dueño quizás se iba a molestar y me rebajaría mi sueldo pero, sabía que si realizaba bien mi show de esta noche por lo menos lograría que su molestia fuera muy mínima.
Me tomé mi tiempo para arreglarme y salir de la habitación, quería verme perfecta y lo mas sensual posible, quería atraer mas miradas que de costumbre, quería tener la atención de todo el lugar sobre mi... pero sobre todo DESEABA que alguna de esas personas que me mirase fuera alguien elegante y con un muy buen atractivo, ya que esa era de las principales cualidades que me habían contado que tenían los vampiros.
Las luces en todo el burdel se apagaron y algunos aplausos se escucharon, pues muchos eran ya clientes recurrentes de ese lugar y sabían que la obscuridad repentina eran el llamado de Lilith...
El sonido grave de las cuerdas empezó a rebotar por el resto del local seguido de un chasquido de dedos, mientras yo me encontraba ya de espaldas hacia al publico en espera a que la luz se reflejara solo hacia mi. El suave canto del piano era mi segundo llamado para que yo empezara a moverme lentamente... meneando mis caderas al compás de su ritmo y dejándome seducir por ese sonido hipnotizante para hacer mi mas seductora creación con el baile que ahora mismo estaba interpretando... Me fui quitando lentamente de la bata que me cubría el cuerpo entero dejando ver mis hombros desnudos y mi cuello mientras me daba la media vuelta y seguía bailando hacia aquellos espectadores. Bajé un poco mas la prenda hasta que me dejó descubierta por completo el corsé blanco que portaba debajo y ya no había otra razón para mantenerlo conmigo... así que tiré a un lado esa bata mientras seguía tocándome el cuerpo y moviéndome al rededor del escenario que ahora era mío... mas no me era suficiente. Lentamente me fui agachando mientras acariciaba una de mis piernas hasta llegar a mis pies para despojarme de un zapato he hice lo mismo con el otro para poder bajarme del escenario. Todas las miradas estaban sobre mi... algunos gritando y otros tan solo sonriendo y admirando cada movimiento que hacía. Decidí complacer un poco a mi publico y me acerqué a algunas de sus sillas para bailarles mas de cerca pero cuidando de que no me tocasen o de tocarlos yo misma, no quería malentendidos o hacerlos pasar por la vergüenza de rechazar su oferta de tener una noche a sola con ellos.
La música estaba casi por llegar a su fin y mi final sería espectacular, pero necesitaba volver al escenario... me alejé de las sillas y me encaminé lentamente de nuevo hacia ese lugar hasta que sentí un jalón del brazo.
-Vamos nenita... es mi turno. -me dijo aquella voz vieja y con alto aliento alcoholico.
-Déjeme terminar mi presentación... -le susurré algo molesta mientras trataba de liberarme con mi otro brazo, pero otra mano mas joven lo sujetó como si le estuviera ayudando a aquél hombre borracho.
-Te pagaremos el doble mi amor... apuesto a que te gustará grandisima zorra. -trataba de convencerme el otro hombre mientras entre los dos me tenían como prisionera.
La música había llegado a su fin y me habían negado el poder terminar mi baile, pensé en defenderme quizás con alguna patada... pero me atemoricé al ver que más personas se habían puesto de pie y se acercaban entre risas y mirada lujuriosa hacia donde me tenían atrapada.
Lilith O'Hara- Prostituta Clase Baja
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Re: Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
En su cabeza sólo aparecía aquella maldita figura que le estaba cortando la tranquilidad, ¿Cómo era posible que se hubiera escapado ya dos veces a Burke? Aún el alemán no podía concebirlo, lo pensaba y le hervía la sangre haciendo que sus músculos se tensaran, haciéndolo molestar en sobre manera. El pergamino quedó arrugado entre sus dedos mientras lo aventaba de nuevo. Su oficina estaba atascado de papeles rotos que no hacían más que declarar aquella frustración que le carcomía por dentro haciendo que fuera aquella bestia que poco razonaba, se preguntaba mil y un estupideces, intentando que la perfección llegara en algún momento, intentando razonar, pensar y sobre todo preparar cada uno de sus movimientos o sabía que todo se iría por la borda.
Golpeó la mesa con fuerza haciendo que esta se quedara marcada por el puño, se puso de pie tomando su abrigo y su bastón siguiendo el paso hasta la salida, ignorando por completo a los sirvientes que se le quedaban viendo. El ceño del vampiro iba fruncido, mientras sus pasos eran raudos, necesitaba calmar aquella desesperación o hacer que alguien pagara por aquello que lo estaba amartillando. La garganta comenzaba a quemarle debido a la ansiedad que se le acumulaba en el interior, haciendo que sus facciones fueran más serias, mucho más duras.
Un portazo fue lo que le dio bienvenida a aquél lugar. De principio había creído que era una taberna como cualquier otra, después se dio cuenta de que no. La oscuridad invadió el sitio, mientras él terminaba de tomar asiento, dejando el bastón recargado en la mesa, observando todo a su alrededor, cuando la música comenzó a sonar sus pies se estiraron, desabrochando su saco, liberándose un poco, viendo como una de las mujeres comenzaba a menear el cuerpo. Era hombre, podía decir que era guapa, bastante atractiva, sin embargo la atención total la obtuvo su vaso de whisky cuando se lo dejaron sobre la mesa, bebió de un solo trago y pidió otro, no estaba del todo relajado, pero por algo se empezaba ¿O no?
Sus ojos se fijaron en un punto en la pared intentando matar a alguien con sólo pensarlo, de haberlo podido hacer... El número de sus víctimas hubiera aumentado de forma exorbitante. Sus dedos jugaban distraídos con el vaso que ya había quedado completamente vacío mientras a su alrededor se empezaba a hacer un bullicio -Su otro vaso, señor.- dijo la voz de una de las mujeres y él simplemente asintió con la cabeza, haciendo que volviera de nuevo al lugar donde se encontraba.
Su mirada viajó hasta donde se encontraban los hombres observando a la mujer y prácticamente sus pies lo impulsaron a levantarse casi de inmediato -Suéltala.- El tono de la voz del hombre no dejaba lugar a ninguna clase de duda, eso era una orden. -Que la suelten.- dijo una segunda vez terminando por acercarse, su mano tomó la del viejo, tirando de sus dedos con la fuerza superior que poseía, haciendo aquello una tarea fácil. -Más te vale que la sueltes.- Siseó tomando el brazo del joven, de nuevo haciendo presión, para lograr su cometido. -Vergüenza les debería de dar, se trata de una dama.- ¿En serio estaba defendiéndola? Se podría decir que sí, pero más que nada estaba buscando con quién desquitar su furia -Largo los dos...- Aventó al muchacho hacia el piso y en un movimiento que no calculó, sin disimulo y haciendo gala de su velocidad, entregó el abrigo a la mujer. -Y tú cúbrete, niña.- Dejó que su cuerpo sirviera de barrera para todo aquél que quisiera acercarse. De querer hubiera aniquilado a todos... De poder, también, pero el problema estaba en el deber.
Golpeó la mesa con fuerza haciendo que esta se quedara marcada por el puño, se puso de pie tomando su abrigo y su bastón siguiendo el paso hasta la salida, ignorando por completo a los sirvientes que se le quedaban viendo. El ceño del vampiro iba fruncido, mientras sus pasos eran raudos, necesitaba calmar aquella desesperación o hacer que alguien pagara por aquello que lo estaba amartillando. La garganta comenzaba a quemarle debido a la ansiedad que se le acumulaba en el interior, haciendo que sus facciones fueran más serias, mucho más duras.
Un portazo fue lo que le dio bienvenida a aquél lugar. De principio había creído que era una taberna como cualquier otra, después se dio cuenta de que no. La oscuridad invadió el sitio, mientras él terminaba de tomar asiento, dejando el bastón recargado en la mesa, observando todo a su alrededor, cuando la música comenzó a sonar sus pies se estiraron, desabrochando su saco, liberándose un poco, viendo como una de las mujeres comenzaba a menear el cuerpo. Era hombre, podía decir que era guapa, bastante atractiva, sin embargo la atención total la obtuvo su vaso de whisky cuando se lo dejaron sobre la mesa, bebió de un solo trago y pidió otro, no estaba del todo relajado, pero por algo se empezaba ¿O no?
Sus ojos se fijaron en un punto en la pared intentando matar a alguien con sólo pensarlo, de haberlo podido hacer... El número de sus víctimas hubiera aumentado de forma exorbitante. Sus dedos jugaban distraídos con el vaso que ya había quedado completamente vacío mientras a su alrededor se empezaba a hacer un bullicio -Su otro vaso, señor.- dijo la voz de una de las mujeres y él simplemente asintió con la cabeza, haciendo que volviera de nuevo al lugar donde se encontraba.
Su mirada viajó hasta donde se encontraban los hombres observando a la mujer y prácticamente sus pies lo impulsaron a levantarse casi de inmediato -Suéltala.- El tono de la voz del hombre no dejaba lugar a ninguna clase de duda, eso era una orden. -Que la suelten.- dijo una segunda vez terminando por acercarse, su mano tomó la del viejo, tirando de sus dedos con la fuerza superior que poseía, haciendo aquello una tarea fácil. -Más te vale que la sueltes.- Siseó tomando el brazo del joven, de nuevo haciendo presión, para lograr su cometido. -Vergüenza les debería de dar, se trata de una dama.- ¿En serio estaba defendiéndola? Se podría decir que sí, pero más que nada estaba buscando con quién desquitar su furia -Largo los dos...- Aventó al muchacho hacia el piso y en un movimiento que no calculó, sin disimulo y haciendo gala de su velocidad, entregó el abrigo a la mujer. -Y tú cúbrete, niña.- Dejó que su cuerpo sirviera de barrera para todo aquél que quisiera acercarse. De querer hubiera aniquilado a todos... De poder, también, pero el problema estaba en el deber.
Burke Eichmann- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Fecha de inscripción : 20/05/2014
Edad : 37
Re: Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
Los rostros lujuriosos de la gente me asqueaban, las risas de mis captores me enojaban, y el hecho de que me tuvieran inmovil mientras mas hombres se acercaban me atemorizaba. Mi mente trabajaba tratando de procesar la situación lo mas rápido posible para poder liberarme de aquellos brazos, a mi no me obligarían a hacer algo que yo no quisiera, prefería morir antes que eso... Y por un momento la muerte parecía ser mi única salida.
Una voz grave interrumpió mis pensamientos suicidas. Su voz sonaba con la de un ser muy dominante, mas seguía sin sentirme segura del todo, ¿Quien aseguraba que realmente llegaría a ser mi salvador? Podría tratarse tan solo de un cliente mas del burdel que me quería tan solo para el y se aprovecharía de ese fugaz momento de debilidad por mi parte.
Mis brazos fueron liberados mientras veía como el hombre mas joven salía volando, era sorprendente esa fuerza con la que los golpeaba para ese cuerpo que no aparentaba tanta energía, aunque su expresión al verme y aventarme su abrigo, expresaba una gran molestia como si necesitara quitarse de un gran peso de encima.
¿Porque había dicho que me tapara en ese tono? Normalmente me hubiera ofendido, pero en esa ocasión no lo hice y me puse ese suave abrigo para inmediatamente colocarme a las espaldas de mi salvador mientras el atemorizaba a todo humano que quisiera acercarse a mi. No sabía si esconderme detrás de su cuerpo era totalmente lo correcto, probablemente y después de eso él haría lo mismo y me tomaría a la fuerza al igual que los demás, pero defenderme de uno sería mas fácil que defenderme de toda la multitud que parecía querer atacarme momentos antes.
-Gracias... -le dije una vez que toda la multitud se había alejado y me cerraba con mis manos su abrigo apenas sobrepuesto encima de mis hombros.
-¡Lilith! ¿No puede haber un día en el que no causes desorden? ¡Regresa al tabajo! -gritó el dueño del burdel desde lo lejos ignorando lo sucedido, mas decidí ignorar sus reclamos girando un poco para darle la espalda y dirigirme una vez mas a el caballero.
-No me gusta hacer este tipo de cosas, pero en agradecimiento por haberme salvado, permítame ser yo quien atienda personalmente su mesa sin ninguna propina a cambio -le ofrecí mirándole a los ojos con mi expresión seria de siempre, pero tratando de mantener un tono amable para muestra de mi gratitud.
Una voz grave interrumpió mis pensamientos suicidas. Su voz sonaba con la de un ser muy dominante, mas seguía sin sentirme segura del todo, ¿Quien aseguraba que realmente llegaría a ser mi salvador? Podría tratarse tan solo de un cliente mas del burdel que me quería tan solo para el y se aprovecharía de ese fugaz momento de debilidad por mi parte.
Mis brazos fueron liberados mientras veía como el hombre mas joven salía volando, era sorprendente esa fuerza con la que los golpeaba para ese cuerpo que no aparentaba tanta energía, aunque su expresión al verme y aventarme su abrigo, expresaba una gran molestia como si necesitara quitarse de un gran peso de encima.
¿Porque había dicho que me tapara en ese tono? Normalmente me hubiera ofendido, pero en esa ocasión no lo hice y me puse ese suave abrigo para inmediatamente colocarme a las espaldas de mi salvador mientras el atemorizaba a todo humano que quisiera acercarse a mi. No sabía si esconderme detrás de su cuerpo era totalmente lo correcto, probablemente y después de eso él haría lo mismo y me tomaría a la fuerza al igual que los demás, pero defenderme de uno sería mas fácil que defenderme de toda la multitud que parecía querer atacarme momentos antes.
-Gracias... -le dije una vez que toda la multitud se había alejado y me cerraba con mis manos su abrigo apenas sobrepuesto encima de mis hombros.
-¡Lilith! ¿No puede haber un día en el que no causes desorden? ¡Regresa al tabajo! -gritó el dueño del burdel desde lo lejos ignorando lo sucedido, mas decidí ignorar sus reclamos girando un poco para darle la espalda y dirigirme una vez mas a el caballero.
-No me gusta hacer este tipo de cosas, pero en agradecimiento por haberme salvado, permítame ser yo quien atienda personalmente su mesa sin ninguna propina a cambio -le ofrecí mirándole a los ojos con mi expresión seria de siempre, pero tratando de mantener un tono amable para muestra de mi gratitud.
Lilith O'Hara- Prostituta Clase Baja
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Re: Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
Los hombres seguían observándolo, era como si no entendieran del todo y quizá su mente no les daba para más. ¿La defendía? Sí, pero para su propio beneficio, Burke era experto en hacer que todo girara para su propio bien, podía hacer que las cuerdas se movieran lo que él decía, tensándose o vibrando justo como lo decidía. Tenía aquella vena que le indicaba matar, estaba furioso y necesitaba desquitarse con quien fuera y aquellos parecían ser los ideales. No importaba quien lo había hecho enojar, sino quien terminaría pagando por lo que ocurría en su mente y al final nadie sabría porqué lo había hecho, el pretexto estaba tirado sobre la mesa. Era un caballero. Su argumento era tan fuerte como los golpes que podía propinar, sin embargo parecían que las facciones de él habían sido suficientes como para hacer que se detuvieran, aquello había sido una lástima. Aunque el viejo todavía sostenía sus dedos ¿Habría roto alguno? Esperaba que sí.
Escuchó la voz de la joven y se giró un poco al escuchar al hombre que le gritaba. -¿Todos los días pasa esto?.- Parecía que no había escuchado las disculpas, ni los agradecimientos, mucho menos aquél agradecimiento. Era hombre, sí, también tenía necesidades, pero siempre había sido alguien que sabía exactamente como disfrazar aquél lobo que realmente era. -No necesito que me sirvas... Si no quieres estar aquí, simplemente salte.- Terminó de girar su cuerpo para observar como se ceñía el abrigo a su cuerpo, parecía una niña que ocupa la ropa de los adultos. -Pertenezco a la Iglesia, podría ayudarte a dejar esto.- Ni siquiera él se creía aquellos ofrecimientos que estaba haciendo pero se encontraba ahí, hablando con una mujer de la cual no sabía ni siquiera el nombre. -¿Te gusta que te griten? ¿Qué te toquen?- Todas sus preguntas llevaban un motivo y ni siquiera era el de ayudarla. Su gesto mostraba la dureza necesaria para que ella recapacitara acerca de lo que estaba haciendo.
-Si quieres para que te deje de joder...- Movió la cabeza en dirección al dueño del lugar. -Podemos ir a sentarnos, no quiero tu cuerpo.- Tal vez debió agregar una nota de temporalidad, pero no lo hizo, las cartas tenían que irse jugando poco a poco. Extendió el brazo sin tocarla, esperando que aceptara la invitación, aunque bien podría llegar a pasar como un gato asustado. Siempre se había cuestionado si en verdad las mujeres que estaban ahí no llegaban a disfrutarlo. Una parte de él decía que al final del día lo terminaban aceptando, pero les gustaba victimizarse, había tantas formas de ganar dinero.
Burke Eichmann- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
Parecía que el hombre había ignorado rotundamente mi propuesta. ¿Era enserio?, nunca le proponía ese tipo de cosas a los hombres de una manera tan fácil y ahora que lo hacía con uno se daba el lujo de ignorarme. Me sentí algo ofendida, mas no dije nada ya que sería grosero de mi parte después de lo que el había hecho por mi y tan solo me limité a contestar su pregunta.
-Bueno, la verdad es que ya es normal que los hombres empiecen a pelearse por mi o que uno trate de tomarme a la fuerza después de haberle rechazado. El dueño del burdel simplemente se molesta porque no me acuesto con todos los que me lo proponen al igual que el resto de mis compañeras... -le contesté de manera algo fastidiada. Si algo odiaba de la gente es que trataran de imponerme las cosas y obligarme a hacer lo que no quería, pero tal parecía que era lo que todos esperaban que hiciera.
Una expresión seria en su rostro junto con el tono de voz dominante aparecieron nuevamente en el muchacho. Parecía que todo era sencillo para el al pensar que tan solo podía abandonar el lugar como si nada, por un momento pensé en darle algunas explicaciones y decirle que yo estaba ahí por una razón en especial... pero ese pensamiento se fue de inmediato al escuchar que venía de una iglesia, tan solo me reí sin poder disimular y deseando escuchar mas de lo que tenía que decirme.
Hice caso omiso a sus preguntas para poder responderselas al final, pero sin poder borrar esa gran sonrisa de mi rostro, conocer a alguien que pertenecía a la iglesia rondando por esos lugares me causaba gracia y con eso ya había hecho mi día. Antes de poder contestar a su propuesta, lo miré a los ojos sin disimular ni un poco mi seductora mirada y entre sonrisas volví a dirigirme hacia él.
-Así que... ¿Esto es a lo que se dedican ahora en la iglesia?, ¿Ir a los burdeles a salvar a cortesanas en peligro? -le dije sin apartar mi mirada de sus ojos y dando pequeños pasos lentos hacia él hasta encontrarme tan pegada a su cuerpo que casi podía oler su aliento -¿Me va a negar que vino hasta acá a buscar algún tipo de placer...? Ese ligero aroma que sale de su aliento lo delata, mi buen caballero. ¿O me va a decir que acaba de beber la sangre de Jesucristo? -dije esta ultima frase entre pequeñas risas. -Y por cierto... -levanté un poco mi brazo para rozar la mejilla ajena -...la persona que puede tocarme tan solo depende de mi, yo decido. Y en cuanto los gritos... tan solo me gusta cuando me los provocan a mi. -susurré esta última frase sin apartar mi mirada de la de él-
Si algo había en este mundo que me fascinara mas que los vampiros era demostrar que ni siquiera la misma iglesia podía ser tan pulcra como decía ser, y si lo había... yo estaría complacida de ser el primer pensamiento lujurioso de aquella persona para así poder pervertir una mente inocente.
-Bueno, la verdad es que ya es normal que los hombres empiecen a pelearse por mi o que uno trate de tomarme a la fuerza después de haberle rechazado. El dueño del burdel simplemente se molesta porque no me acuesto con todos los que me lo proponen al igual que el resto de mis compañeras... -le contesté de manera algo fastidiada. Si algo odiaba de la gente es que trataran de imponerme las cosas y obligarme a hacer lo que no quería, pero tal parecía que era lo que todos esperaban que hiciera.
Una expresión seria en su rostro junto con el tono de voz dominante aparecieron nuevamente en el muchacho. Parecía que todo era sencillo para el al pensar que tan solo podía abandonar el lugar como si nada, por un momento pensé en darle algunas explicaciones y decirle que yo estaba ahí por una razón en especial... pero ese pensamiento se fue de inmediato al escuchar que venía de una iglesia, tan solo me reí sin poder disimular y deseando escuchar mas de lo que tenía que decirme.
Hice caso omiso a sus preguntas para poder responderselas al final, pero sin poder borrar esa gran sonrisa de mi rostro, conocer a alguien que pertenecía a la iglesia rondando por esos lugares me causaba gracia y con eso ya había hecho mi día. Antes de poder contestar a su propuesta, lo miré a los ojos sin disimular ni un poco mi seductora mirada y entre sonrisas volví a dirigirme hacia él.
-Así que... ¿Esto es a lo que se dedican ahora en la iglesia?, ¿Ir a los burdeles a salvar a cortesanas en peligro? -le dije sin apartar mi mirada de sus ojos y dando pequeños pasos lentos hacia él hasta encontrarme tan pegada a su cuerpo que casi podía oler su aliento -¿Me va a negar que vino hasta acá a buscar algún tipo de placer...? Ese ligero aroma que sale de su aliento lo delata, mi buen caballero. ¿O me va a decir que acaba de beber la sangre de Jesucristo? -dije esta ultima frase entre pequeñas risas. -Y por cierto... -levanté un poco mi brazo para rozar la mejilla ajena -...la persona que puede tocarme tan solo depende de mi, yo decido. Y en cuanto los gritos... tan solo me gusta cuando me los provocan a mi. -susurré esta última frase sin apartar mi mirada de la de él-
Si algo había en este mundo que me fascinara mas que los vampiros era demostrar que ni siquiera la misma iglesia podía ser tan pulcra como decía ser, y si lo había... yo estaría complacida de ser el primer pensamiento lujurioso de aquella persona para así poder pervertir una mente inocente.
Lilith O'Hara- Prostituta Clase Baja
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Re: Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
Escuchó cada una de las palabras que tenía por decirle, no podía culparla, ni tampoco a ellos, si dejaban su dinero era para obtener algo, pero ya se iba a meter en muchos problemas si alguien se enteraba que estaba ahí, ahora tendría que manejar las cosas a su favor, así que empezaría a ver como hacer que las cosas giraran para beneficiarle, era a lo que se dedicaba siempre.
Sonrió de lado dejando que la mujer se acercara lo suficiente mientras una de sus cejas se levantaba haciendo de su gesto algo interesante -No, en la Iglesia se dedican a otras cosas, pero he venido aquí porque quería ver que es lo que tiene este mundo que a todos les llama la atención, no he visto nada exactamente, dejando que los demonios de la carne sean los que gobiernen la mente, no veo nada de interesante en comportarse como simples marionetas de los placeres carnales...- La sonrisa en sus labios se iba desvaneciendo cada que decía una palabra nueva mientras sus ojos seguían penetrando la mirada ajena, como si quisiera encontrar algo dentro del alma de la pelirroja, sin embargo no encontraba nada en ella, más que aquella lujuria que quiere materializarse, dejando que sus dedos le rocen.
-Se nota que ya ha decidido quien quiere que la toque, señorita, lamento decepcionarla, pero no, no he bebido la sangre de Jesucristo, sin embargo en la Iglesia no es que haya santos, tan sólo hombres que intentan servir al Señor...- Mencionó con calma, aunque el asco que sentía por dentro hacía que los demonios que existían en su interior se retorcieran a causa de lo mismo. Dejó que ella se acercara y se inclinó hacia ella, dejando un murmuro cerca de su oreja -Usted es una invitación para pecar y espero que lo tenga bien claro, sin embargo hay muchos que las respetamos, por mí no debe preocuparse, habrá alguien más que ya quiera yacer entre sus piernas, lo que yo le puedo ofrecer dista mucho de eso, pues se limita a una caminata para que le dé aire fresco o una copa que le relaje los nervios, después de eso, yo no puedo llegar a darle lo que busca.- Dejó que sus labios de manera consciente rozaran el pabellón de la oreja ajena, sabiendo que además de su tacto, estaba su aliento, pero sobre todo aquél frío invernal que llevaba por dentro.
Burke Eichmann- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
Parecía que un juego había iniciado sin haberme dado cuenta, mas no podía distinguir muy bien que tipo de juego era. ¿Seducción?, o acaso ver quién ponía en jaque al otro primero. No tenía idea... pero de lo que si estaba segura es que me estaba divirtiendo con aquel hombre que poco a poco comenzaba a simpatizarme. Si antes le había temido a lo que pudiera hacer, todo temor se había desvanecido ahora y mi instinto me aseguraba que por el momento nada que yo no quisiera pasaría.
Sonreí entrecerrando un poco los ojos mientras escuchaba lo que me decía al oído y sentía esos labios algo fríos rozar la piel de mi oreja. Por un momento dudé en el porque esos labios se sentían algo frescos sobre mi piel, pero inmediatamente mis pensamientos me dijeron que quizás lo que había tomado era alguna bebida con hielos para que sus labios se sintieran así.
Reí en voz baja al escuchar lo que me decía sin importar que pudiera escucharme y al terminar de hablar mi 'oponente', le contesté entre risas e incrédula ante todas esas palabras.
-Jaja... ¿Usted cree que ya he decidido con quien quiero pasar la noche? ¡Pero si en este lugar no hay nadie que valga la pena! -dije finalmente en un tono mas alto y casi gritando mientras estiraba los brazos expresando mi desesperación por el aburrimiento y la monotonía que me abrumaba desde ese día.
Desde que mi cuerpo se había desarrollado y me dí cuenta lo fácil que era controlar a las personas con mi simple presencia, mi seguridad había ido en aumento y supe que podía conseguir todo lo que quería. Sin embargo, todo tarde o temprano se acaba y mi juventud tanto como mi belleza no eran la excepción, el tiempo no me alcanzaría para todo lo que yo deseaba, por eso mi vida ahora giraba en encontrar a esa criatura de la obscuridad que me ayudaría a ser eterna y conservarme tal como quería.
No me podía entregar a cualquiera que no me sirviera para alcanzar mi tan anhelada meta.
Una mirada lejana y molesta me presionaba desde lejos, el dueño del burdel tan solo me veía con enojo al ver que rechazaba en voz alta a todos y tampoco accedía a servir copas o seguir bailando. Tenía que hacer algo antes de que se dirigiera a mi y me corriera de mi trabajo.
-¿Sabe algo? Tiene tiempo que no me divierto ni tomo una copa con alguien... -crucé los brazos mientras le hablaba de manera amigable -...además le sigo estando agradecida por haberme ayudado. Una copa y una caminata estaría muy bien para mi. Tampoco deseo nada mas. -sonreí.
Sonreí entrecerrando un poco los ojos mientras escuchaba lo que me decía al oído y sentía esos labios algo fríos rozar la piel de mi oreja. Por un momento dudé en el porque esos labios se sentían algo frescos sobre mi piel, pero inmediatamente mis pensamientos me dijeron que quizás lo que había tomado era alguna bebida con hielos para que sus labios se sintieran así.
Reí en voz baja al escuchar lo que me decía sin importar que pudiera escucharme y al terminar de hablar mi 'oponente', le contesté entre risas e incrédula ante todas esas palabras.
-Jaja... ¿Usted cree que ya he decidido con quien quiero pasar la noche? ¡Pero si en este lugar no hay nadie que valga la pena! -dije finalmente en un tono mas alto y casi gritando mientras estiraba los brazos expresando mi desesperación por el aburrimiento y la monotonía que me abrumaba desde ese día.
Desde que mi cuerpo se había desarrollado y me dí cuenta lo fácil que era controlar a las personas con mi simple presencia, mi seguridad había ido en aumento y supe que podía conseguir todo lo que quería. Sin embargo, todo tarde o temprano se acaba y mi juventud tanto como mi belleza no eran la excepción, el tiempo no me alcanzaría para todo lo que yo deseaba, por eso mi vida ahora giraba en encontrar a esa criatura de la obscuridad que me ayudaría a ser eterna y conservarme tal como quería.
No me podía entregar a cualquiera que no me sirviera para alcanzar mi tan anhelada meta.
Una mirada lejana y molesta me presionaba desde lejos, el dueño del burdel tan solo me veía con enojo al ver que rechazaba en voz alta a todos y tampoco accedía a servir copas o seguir bailando. Tenía que hacer algo antes de que se dirigiera a mi y me corriera de mi trabajo.
-¿Sabe algo? Tiene tiempo que no me divierto ni tomo una copa con alguien... -crucé los brazos mientras le hablaba de manera amigable -...además le sigo estando agradecida por haberme ayudado. Una copa y una caminata estaría muy bien para mi. Tampoco deseo nada mas. -sonreí.
Lilith O'Hara- Prostituta Clase Baja
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Re: Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
La mujer tenía el carácter suficiente para decir que no, aunque para el gusto de Burke lo hacía de forma demasiado escandalosa, sin embargo no podía culparla, siempre había estado rodeada de vulgaridad, era hasta cierto punto "normal" que se comportara de aquella forma, además de que siempre debía estar defendiéndose de todos aquellos que se quisieran pasar de listos. Así que por un lado le daba la razón, aunque estaba claro que parecer una señorita no le daba la educación de una, era una víctima más de aquél destino que se encargaba de tejer los hilos de forma que nadie lo podía llegar a concebir, pero algunos salían beneficiados como Burke, otros no tantos, como ella, no le tocaba más que entender, al menos ahora que estaba delante de los demás, lo que pensara siempre sería un secreto para los demás, sus planes siempre estaban más que guardados como los secretos que debía ser, aquella seguridad le hizo mantener la sonrisa en los labios, mientras escuchaba lo que la mujer terminaba por decir.
Quería ser el centro de atención y él simplemente se quedó de pie delante de ella, no valía la pena darle más importancia de la que no tenía, había logrado sentir las caricias efímeras, así como la cercanía que pretendía que su piel adquiriera algún tipo de calor, si ella ahora lo negaba, era su problema, no el de él, la sinceridad era algo que ella parecía no conocer, además del orgullo que parecía cargar, dos cualidades que generalmente iban de la mano haciendo estragos en las personalidades ajenas y que el inquisidor podía llegar a conocerlas más que nadie, cosa que también era un secreto. Él tenía aquella ventaja, podía conocer a muchos, podía analizarlos, pero él siempre sería un misterio para los demás.
-Entonces vayamos a por la copa y después a dar una vuelta, señorita.- Dijo sin más preámbulo, dando el paso para que ella se adelantara en el camino, aunque su brazo rodeó los hombros ajenos, para así llevarla hasta donde hace unos momentos él bebía plácidamente. -Un whisky.- Ordenó al mesero mientras este se acercaba de forma apresurada, observando a la mujer de arriba a abajo. -¿Usted qué va a pedir?- Inquirió el alemán mientras le recorría la silla para que se sentara, muchos se le quedaban viendo con aquél gesto extraño, el mismo que él disfrutaba en sobremanera, paladeando la curiosidad que les carcomía por dentro, incluso representando burla, aunque el que se burlaba de ellos era el vampiro. -¿Desde hace cuánto tiempo qué trabajas en este sitio?- Cuestionó una vez que estuvo sentado en su silla, apoyando las manos sobre la mesa y estirando las piernas debajo de la mesa, sus ojos parecían estar fijos en los ojos de la pelirroja, sin embargo sus sentidos le estaban diciendo todo lo que necesitaba saber de su alrededor.
Burke Eichmann- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
Caminé por en frente del hombre y dejé que me abrazara para que me dirigiera hacia la mesa que él deseara. Las miradas de varios en el burdel no se hicieron esperar ni mucho menos las de mis compañeras cortesanas, mas yo ya estaba acostumbrada a todo eso. Hasta cierto punto me encantaba tener toda esa atención de la gente, era agradable que me adoraran, sin embargo me producía mas placer saber que alguien me odiaba tal cual lo hacían las demás cortesanas.
El mesero se acercó, mas no le presté mucha atención a su expresión o si tambien se iba a dignar a verme. Tan solo me quedé esperando a que mi anfitrión me ofreciera la silla para sentarme e inmediatamente respondí al invitarme de beber.
-Un Vino Tinto estaría bien. -respondí con un tono algo desinteresado ya que en el fondo hubiera deseado pedir algo mas elaborado como lo que acostumbraba a hacer en mis tiempos de la taberna. Me acomodé en mi silla y procedí con la plática.
-La verdad es que no tengo mas de 6 meses trabajando aquí y me he estado aburriendo ultimamente. Aunque... busco encontrar un poco de diversión en los shows que hago cada noche. -contesté mientras dejaba que sus ojos se perdieran en mi y viera cuanto quisiera. -Precisamente de mis bailes es de lo que vivo al no encontrar a nadie de mi agrado para pasar la noche... ¿Porque cree que mis demás compañeras me miran con tanto recelo? -me reí un poco mientras las señalaba con la mirada, algunas miradas aún se posaban sobre mi, pero la mayoría ya había dejado de verme y se dedicaban a hacer su trabajo: dejarse tocar frente a todos y una que otra hasta robarle dinero a los hombres mas borrachos.
El mesero llegó con las bebidas a la mesa, era sorprendente la rapideza con la que nos estaban atendiendo ya que normalmente no se comportaban así con todos. "Seguramente creen que es alguien de mucho dinero" pensé mientras nos servían e inmediatamente el mesero se retiraba.
-Pero sigo preguntándome... ¿Como es que usted le sirve al señor mientras se pierde en los vicios de el alcohol dentro de un burdel? -le pregunté mientras una larga sonrisa se marcaba en mis labios y fijaba mis ojos en su mirada.
El mesero se acercó, mas no le presté mucha atención a su expresión o si tambien se iba a dignar a verme. Tan solo me quedé esperando a que mi anfitrión me ofreciera la silla para sentarme e inmediatamente respondí al invitarme de beber.
-Un Vino Tinto estaría bien. -respondí con un tono algo desinteresado ya que en el fondo hubiera deseado pedir algo mas elaborado como lo que acostumbraba a hacer en mis tiempos de la taberna. Me acomodé en mi silla y procedí con la plática.
-La verdad es que no tengo mas de 6 meses trabajando aquí y me he estado aburriendo ultimamente. Aunque... busco encontrar un poco de diversión en los shows que hago cada noche. -contesté mientras dejaba que sus ojos se perdieran en mi y viera cuanto quisiera. -Precisamente de mis bailes es de lo que vivo al no encontrar a nadie de mi agrado para pasar la noche... ¿Porque cree que mis demás compañeras me miran con tanto recelo? -me reí un poco mientras las señalaba con la mirada, algunas miradas aún se posaban sobre mi, pero la mayoría ya había dejado de verme y se dedicaban a hacer su trabajo: dejarse tocar frente a todos y una que otra hasta robarle dinero a los hombres mas borrachos.
El mesero llegó con las bebidas a la mesa, era sorprendente la rapideza con la que nos estaban atendiendo ya que normalmente no se comportaban así con todos. "Seguramente creen que es alguien de mucho dinero" pensé mientras nos servían e inmediatamente el mesero se retiraba.
-Pero sigo preguntándome... ¿Como es que usted le sirve al señor mientras se pierde en los vicios de el alcohol dentro de un burdel? -le pregunté mientras una larga sonrisa se marcaba en mis labios y fijaba mis ojos en su mirada.
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Re: Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
Sus ojos se mantenían completamente fijos en un punto muerto que se encontraba detrás de la chica, no sabía si era la pared, si era madera, si era una cortina o simplemente el vestido de alguna mujer, de pronto se había desconectado por completo, aunque estaba poniendo atención en la hermosa pelirroja que intentaba hacerle plática, aunque sus palabras parecían ensayadas de algún tipo de libreto, pero le admiraba que al menos tuviera aquél valor. Hasta que ella no dijo algo de sus compañeras él reparó en una de ellas, terminando por encoger por completo los hombros. -Supongo que no le importa lo que piensen de usted, señorita y eso está bien, seguir las indicaciones de los demás o hacer algo por la conveniencia ajena siempre dejará el mal sabor de boca en uno mismo, así que no lo haga, aunque no creo que sea un consejo, sino reiterar lo que usted ya practica.- La mención la hizo mientras sus dedos hacían que girara el vaso entre sus dedos, moviendo el líquido en el interior de este, aunque no era lo más importante justamente en este instante.
-¿Por qué no me cree que soy de la Iglesia? No es que sea de aquellos que busque a quien salvar mientras estos se corrompen poco a poco, la realidad es que todos tenemos un rato para despejarnos... ¿No lo cree acaso?- Dijo con toda la naturalidad posible, no daría demasiadas explicaciones del por qué hacía las cosas, ya suficiente era con tener que dar reportes a la Iglesia como para también tenerle que decir a una muchachita que apenas había conocido y que tenía cambios de humor tan repentinos. -Tal vez si nos ponemos a juzgar entonces yo puedo decir que le encanta que se peleen por usted y cuando ve que no podrá defenderse sola es cuando el miedo la invade haciendo que se paralice de pies a cabeza, sin embargo siempre ha podido salir bien librada.- Sentenció finalmente, dejando que a sonrisa torcida se presentara en sus labios con total naturalidad, observando finalmente sus ojos. -¿Me equivoco acaso? Y no creo que usted quiera que la violen ¿O sí? Sólo busca un poco de diversión, aunque no siempre la encuentre.- Terminó por dar un sorbo de nueva cuenta a su bebida y se le quedó mirando esperando aquella ansiada respuesta. -Yo sólo vengo por un poco de alcohol, no creo que a nadie le haga daño, además de conocer cuáles son las necesidades de los demás, podemos saber por donde comenzar o podemos encontrarnos a alguien que vaya a misa cada domingo y sin embargo pida el placer que le pueda dar una niña como usted.- Sí, sus palabras iban intencionada, intentando encontrar algo que tal vez ni él mismo sabía que era aquello, pero le gustaba jugar con fuego, ya lo sabía controlar, pues nunca se había quemado.
Burke Eichmann- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
Escuché atentamente aquellas palabras que el hombre tenía para decirme mientras yo sonreía, pues aceptaba mi forma de ver la vida y no criticaba mi libertad como lo hacía la mayoría de la gente. Era algo que no me esperaba mucho menos de alguien que decía venir de "la iglesia". Al mismo tiempo también me sentí victoriosa al querer demostrarle que no existía nadie tan "santo" para mi y que ni siquiera él podía resistirse a esos deseos humanos a los que la iglesia rechazaba tanto y había bautizado como "pecados".
Sin embargo, mi sonrisa lentamente se fue desvaneciendo al voltear los papeles y tratar de "juzgarme". Cuando el hombre calló para beber un poco de su whisky, supe que era mi turno de hablar... mas solamente me reí en voz baja bajando mi mirada hacia mi copa de la cual aún no había bebido ni un solo trago y tan solo me encontraba acariciando el cristal mientras mi silencio se prolongaba por un momento.
-¿Acaso es malo adorar el hecho de sentirme deseada? -pregunté levantando la mirada nuevamente y mirándole a los ojos. -Bueno, para ustedes los religiosos por su puesto que debe de serlo pero... ¿Porque?, si yo disfruto de mi misma, ¿Que tiene de malo que los demás sientan la envidia de no poder tenerme? -hice otra pausa antes de volver a hablar, mi ego empezaba a sobresalir nuevamente y la verdad no esperaba que aquel hombre entendiera ese amor que tenía por mi misma.
-Y no, no se equivoca. Yo creo que nadie quisiera ser violado... mas no puede culpar a la victima de lo que le han hecho, no hay nada que justifique una violación, y si usted lo cree así... debo pensar que quizás usted sea uno de aquellos enfermos. -finalicé recargándome sobre mi asiendo y estirando mis piernas para posterior mente dar un pequeño sorbo a mi copa degustando ese fino líquido color carmesí.
Di un ligero suspiro del placer que me ocasionaba ese sabor, aunque en el fondo hubiera deseado haber preparado una bebida con mis propias manos como solía hacerlo en la taberna.
Escuché lo que tenía para decirme un poco extrañada. ¿Me había dado una indirecta? Sin duda la había captado, mas no podía afirmarle nada a mi acompañante ya que aún ni siquiera lo había conocido lo suficiente.
-¿Sabe una cosa? Me ha comenzado a caer bien, sin embargo creo aún que no me ha dicho su nombre y usted ya ha escuchado el mío... -me enderecé nuevamente y recargué ambos codos sobre la mesa sosteniendo entre mis dedos la copa de vino para hablarle mas de cerca en casi un susurro. -Estoy ansiosa por conocer a ese hombre que cada semana se reune a cenar con Dios. -bebí otro pequeño trago sin alejarme ni un poco, frente a frente para luego lamerme lentamente ese ligero rastro de vino de había quedado en mis labios.
Sin embargo, mi sonrisa lentamente se fue desvaneciendo al voltear los papeles y tratar de "juzgarme". Cuando el hombre calló para beber un poco de su whisky, supe que era mi turno de hablar... mas solamente me reí en voz baja bajando mi mirada hacia mi copa de la cual aún no había bebido ni un solo trago y tan solo me encontraba acariciando el cristal mientras mi silencio se prolongaba por un momento.
-¿Acaso es malo adorar el hecho de sentirme deseada? -pregunté levantando la mirada nuevamente y mirándole a los ojos. -Bueno, para ustedes los religiosos por su puesto que debe de serlo pero... ¿Porque?, si yo disfruto de mi misma, ¿Que tiene de malo que los demás sientan la envidia de no poder tenerme? -hice otra pausa antes de volver a hablar, mi ego empezaba a sobresalir nuevamente y la verdad no esperaba que aquel hombre entendiera ese amor que tenía por mi misma.
-Y no, no se equivoca. Yo creo que nadie quisiera ser violado... mas no puede culpar a la victima de lo que le han hecho, no hay nada que justifique una violación, y si usted lo cree así... debo pensar que quizás usted sea uno de aquellos enfermos. -finalicé recargándome sobre mi asiendo y estirando mis piernas para posterior mente dar un pequeño sorbo a mi copa degustando ese fino líquido color carmesí.
Di un ligero suspiro del placer que me ocasionaba ese sabor, aunque en el fondo hubiera deseado haber preparado una bebida con mis propias manos como solía hacerlo en la taberna.
Escuché lo que tenía para decirme un poco extrañada. ¿Me había dado una indirecta? Sin duda la había captado, mas no podía afirmarle nada a mi acompañante ya que aún ni siquiera lo había conocido lo suficiente.
-¿Sabe una cosa? Me ha comenzado a caer bien, sin embargo creo aún que no me ha dicho su nombre y usted ya ha escuchado el mío... -me enderecé nuevamente y recargué ambos codos sobre la mesa sosteniendo entre mis dedos la copa de vino para hablarle mas de cerca en casi un susurro. -Estoy ansiosa por conocer a ese hombre que cada semana se reune a cenar con Dios. -bebí otro pequeño trago sin alejarme ni un poco, frente a frente para luego lamerme lentamente ese ligero rastro de vino de había quedado en mis labios.
Lilith O'Hara- Prostituta Clase Baja
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Re: Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
El vaso rueda entre sus dedos haciendo un pequeño ruido con los hielos, lo cual es casi imperceptible, escucha las palabras de la chica y simplemente reprime la risa que quiere salir de sus labios, sin embargo se mantiene callado, pensando en lo que dirá próximamente, así que ladea la sonrisa que aparece en sus labios, dejando que el mesero se acerque de nuevo. -Deja la botella.- Ordena cuando comienza a servir, siendo obedecido, el mismo deposita la botella en la mesa, así él tiene que dar menos vueltas y Burke por su lado puede beber sin que nadie le esté cuidando, lo cual en ocasiones resultaba por demás molesto.
-Nunca dije que estuviera mal sentirse de ese modo, pero creo que debe considerar que es más importante, el que la vean o que usted corra peligro por andar provocando algo que no dará porque no está dispuesta.- Dio un nuevo sorbo a su bebida, la verdad es que no sentía absolutamente nada, era como si bebiera simplemente por hacerlo, tirando el dinero a la basura pues no le iba a provocar ningún grado de embriaguez, tampoco le tenía algún gusto en específico, pero ya habían pasado demasiados años fingiendo ser algo que no era, ya la costumbre era demasiada como para romperla en esos momentos.
-Sus ideas son algo...Complicadas, ya he dicho que no veo el motivo por el cual deba ser malo, tampoco creo que provocar envidia en los demás sea algún tipo de pecado, sin embargo vivir de la opinión de los demás, en verdad que deja mucho que desear, que la vida la hagan los otros y no uno mismo, habla de tantas cosas que... Es mejor no retomar en esta plática.- La sonrisa en sus labios se ensanchó, mientras le miraba finalmente, los dedos tamborilearon en la mesa, sus ojos no se movían de los ajenos.
-Nunca pensé que una violación fuera justificada, sin embargo vivir en este tipo de lugares hace que todo pueda pasar, además... Claro que les puedo culpar, porque usan aquellas ropas que muestran demás, aunado a los bailes que provocan y todavía cuando se niegan a hacer lo que ellas mismas se han buscado... Creo que no es que quieran ser violadas, ni que tengan la culpa de que existan ese tipo de personas, pero sí la tienen al provocar los instintos más primarios para después decir que no.- Concluyó, mientras sus ojos decidían mirar a su alrededor, nada interesante como en un principio, pero quizá ya se acostumbraría a ello.
Cuando la miró de nuevo, vio aquella cercanía que había aparecido de nueva cuenta entre ellos, sus labios se torcieron en una mueca que pretendía ser una sonrisa, logrando ver a la perfección el rostro ajeno. -No lo había preguntado, mi nombre es Burke.- Respondió de forma seca, sin ahondar demasiado en eso. Sus ojos se desviaron y miró hacia atrás de ella. -Observe al hombre que se encuentra en la barra.- La verdad que las condiciones en las que se encontraba eran deplorables, pero eso a él no le interesaba. -Cada domingo se presenta en la Iglesia con su familia, dos niños y la mujer, los cuatro comulgan y dejan el diezmo que les corresponde... Y míralo ahora... Completamente ido... ¿En serio quieres conocerlo?- La pregunta era más retórica que real, pero eso era lo de menos.
Burke Eichmann- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
Empezaba a incomodarme un poco la forma tan déspota de hablar de aquel hombre, eran tan obvias las diferentes opiniones que teníamos acerca de aquellos temas que tampoco tenía ganas de insistir para retomarlos.
A pesar de las diferencias que teníamos, el hombre tenía algo que atraía mi atención... ¿Sería su atractivo?, ¿O sus pensamientos tan conservadores que tenía tantas ganas de destruir al no creer yo en cosas de la iglesia?.
Me giré un poco hacia donde señalaba Burke para poder observar al hombre de mis espaldas sobre una barra.
-Oh... El buen Señor Stephenson -contesté mientras lo veía caerse ahogado en alcohol y perdido entre sus propios pensamientos. -Al parecer viene aquí desde hace un año y se ha acostado con todas mis compañeras para que le quiten algo mas que el dinero. Claro, con todas excepto conmigo... -estiré mi brazo para tomar nuevamente mi copa de vino y seguir observando al pobre hombre mientras bebía. -De cualquier forma yo no puedo hacer nada por él mas que animarlo a salir del clóset... ¿Entiende? -pregunté finalmente entre risas.
Me acabé mi copa de vino y di un gran suspiro de lástima por aquel hombre.
-La gente debería ser mas libre... pero a todos parece darles miedo seguir sus pasiones ya que serán juzgados. -le dije mientras mi índice jugaba con la orilla del cáliz de mi copa y recordando a todas esas personas que había conocido en mi pasado. Tan tristes y desdichadas... muchos siguiendo un camino impuesto incluso desde nacimiento. -¿Usted tiene algun sueño Burke?
Lilith O'Hara- Prostituta Clase Baja
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Re: Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
-Por supuesto que sé de lo que está hablando, señorita, es uno de los secretos que se escuchan cada semana en los confesionarios, es uno de los tormentos más grandes y uno de los motivos principales para que él prefiera mantenerse ebrio a vivir una realidad que no le corresponde, pero como bien sabe ese tipo de prácticas no son bien vistas por Dios, ni sus enseñanzas muestran tales cosas, por lo tanto merece el castigo que tiene, que es ese tormento con el que se levanta todas las mañanas y la culpa que lleva cargando en las espaldas durante el día, para terminar entregándose a un cuerpo que nunca será de su agrado.- Menciona sin ningún tipo de condescendencia mientras juzga a alguien, nunca se ha tentado el corazón, a pesar de no ser el santo que dice ser, Burke tiene una ventaja, puede mentir sin que le remuerda la consciencia, mirando a los ojos, jurando por lo más sagrado y no le importa, ni siquiera se arrepiente cuando hace algo así, es parte de él.
-¿Usted es libre, Lilith? ¿Por qué hace esto? ¿Qué busca además de placer? ¿Dinero? ¿Qué todo mundo se peleé por usted? ¿Qué es lo que realmente quiere de vivir en un mundo de pecado? ¿Cuál es el regalo prometido que este infierno le tiene preparado?- Sus ojos inquirieron en los de la mujer mientras intentaba buscar sus propias respuestas, pues a pesar de ser tan borde, ella seguía ahí, debía haber algo y lo tenía que descubrir, no porque le importara, no porque le corrompiera las venas, sino porque le estaba dando la real gana meterse en la vida ajena, no sabía el motivo, pero ahí estaba cuestionando.
-Un sueño...- La voz salió en un murmuro grave, dejando que su ceño se frunciera casi de inmediato, los dedos hacían rodar el vaso de un lado a otro sin que se cayera o tropezara sobre la mesa, los sentidos agudos que poseía le hacían la batalla perfecta para que ningún incidente pasara. -Tal vez he tenido algunos, entrar a la Iglesia y servir a Dios es uno de los más grandes y ya lo estoy cumpliendo.- Sentía como las palabras le estaban quemando la garganta, pero no había más que decir que eso, sus ojos mostraban la serenidad necesaria, dejando que en sus labios se dibujara una sonrisa esperanzadora. -¿Usted aquí persigue su sueño?- Ahora fue él quien se reclinó sobre la mesa, acortando la distancia, dejando que la calidez de la piel humana lograra sentirse muy cerca de la suya.
Burke Eichmann- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
Al escuchar tales palabras, mis ojos no pudieron disimular gran sorpresa y desacuerdo. Aunque no sabía bien porque estaba tan sorprendida si todas las personas dedicadas a la iglesia eran de ese tipo de gente que juzgaba sin pensar en nadie mas que su propio dios.
-Creo que sus ideas religiosas no lo dejan ver mas allá de lo que son las cosas Burke -le dije tranquilamente expresando mi opinión. -Tan solo espero que no se ahorque con sus propias palabras el día en que accidentalmente se encuentre haciendo algo... "No bien visto por Dios" y nunca cargue con culpas sobre la espalda. -le sonreí mientras fijaba mi vista en la mirada mi compañero para atraparle e instantaneamente miré su vaso de Whisky. -...si no es que ya vive con ellas.
Algo dentro de mi me decía que aquel hombre escondía algo mas que predicaciones religiosas dentro de sí. Además de que recalcaba mucho lo que estaba bien y lo que no desde el momento en que me rescató, como si quisiera aparentar que él era una persona muy correcta y buena.
Lástima que para mi no existían ese tipo de personas.
-Jaja, ¡Tranquilo! ¿Enserio le intereso tanto? -le pregunté en forma burlona mientras me reía. -Sí, me siento libre... puedo decidir que hacer y que no hacer sin importar quien me juzgue por mis acciones, incluso sin importarme lo que opine un ser imaginario. -volví a reír. -Y bueno como ya le dije... estoy aquí por gusto y ni siquiera necesito acostarme con alguien que no sea de mi agrado. -desvié mi mirada de la de mi acompañante para observar a unos hombres que se encontraban en la mesa de a lado, del cual alcanzaba a escuchar un poco de su conversación y de como sus hijos se casarían en algunos años para por fin poder unir sus negocios. Me repugnaba su forma de pensar y mi cara no pudo ocultarlo al observarlos, una vez mas agradecí no haber conocido a mis padres. -Lo demás no creo que le interese, pero probablemente después lo descubra... -volví a dirigirme hacia el. -No todo es tan malo en este lugar como cree Burke, de vez en cuando hay que vigilar de cerca los pasos de satanás... ¿No lo cree? -le dije finalmente remarcando el tono de mi pregunta.
Desde hace rato había notado la forma en como él hombre jugaba con su vaso, mas no le daba tanta importancia... sin embargo a estas alturas de la converzación sentía que el vaso se iba moviendo cada vez mas rápido y que en cualquier momento se rompería pero para mi sorpresa Burke parecía tenerlo todo bajo control, aunque su cordinación aún me mantenía algo dudosa... ¿Sería una habilidad que había adquirido desde niño?
"¿Será posible que por fin lo haya encontrado y tan solo use a la iglesia para tapar lo que verdaderamente es?" Pensé como si un rompecabezas se fuera armando en mi cabeza, aunque mientras no estuviera segura de nada, no estaba dispuesta a cantar victoria y tenía que seguir observando los pequeños detalles sin distraer mi atención ni un solo momento.
De pronto me di cuenta de que me había hundido tanto en mis pensamientos que, ni siquiera había escuchado la respuesta de Burke sobre seguir su sueño. Algo de "servir a dios" era todo lo que recordaba y la pregunta que me hizo después al tenerlo tan cerca.
-Digamos que... Mi sueño es algo "eterno" -remarqué la última palabra y reí en voz baja por la palabra que había usado para describirlo, pues tenía mucha relación con la criatura que yo buscaba. -Puede estar en cualquier parte, pero aquí es mas fácil encontrarlo. -le contesté clavando mi intensa mirada sobre sus ojos sin moverme un milimetro mas ni uno menos tratando de poner especial atención en si sentía algún tiempo de calor por su piel... o no. -¿Quien sabe? Si usted dice que soy la invitación a pecar... Entonces puedo facilmente invitar a "Mi sueño eterno" a caminar conmigo sin temor. -me quedé en ese mismo lugar sin ceder ni tampoco alejarme para esperar la reacción de él o en su defecto... la respuesta a la invitación que le estaba haciendo.
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Re: Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
Sí, Burke se estaba divirtiendo, podía jugar con la mente de aquella mujer sin hacer demasiados esfuerzos, ella sabía que era bueno, pero no tanto, además de que parecía que estaba lo suficientemente confundida para que el inquisidor reflejara su buen humor dejando que una sonrisa le adornara los labios, al menos un momento, escuchando cada una de las palabras que ella tenía por dedicarle, en cualquier instante podría llegar a sacarle de quicio, aunque la verdad no había motivos ni ganas para hacer algo de ese tipo.
-Jesús bebió vino y no por ello ha cometido pecado, así que no veo el por qué usted me tenga que juzgar, además, veo que mis cinco sentidos siguen perfectamente en sus lugares, puedo ver, oír y pararme a la perfección, ¿Hay algo de malo en consumir un poco de alcohol si nuestro Padre ha permitido que su hijo lo haga como un sacramento?- Cuestionó mientras sus palabras salían con la calma suficiente, tomando entre sus dedos el vaso para darle un sorbo grande, para así casi concluir con el líquido ámbar que tenía como contenido.
-Simplemente cuestiono, es a lo que me dedico en la Iglesia, a cuestionar todo y por todo, se ha quedado arraigado en mi ser, es parte de mi naturaleza.- La sonrisa se tuerce en sus labios a medida que las palabras son pronunciadas. -Cuando se está cerca de Dios, los pasos de Satanás quedan en inframundo, pues se confía en que nada pasará, nunca, son esos ojos que vigilan lo que hace que uno se sienta protegido.- De nuevo esas arcadas que se quedaban en su garganta completamente ahogadas le hacían marcar la sonrisa de una forma más amable, incluso más esperanzado en todo lo que estaba diciendo, aunque sus demonios internos se retorcieran como si estuvieran bebiendo agua bendita.
-Si su sueño fuera eterno entonces seguiría por el camino que Dios ha tejido, pues bien sabe que la promesa que ha hecho es que habrá una vida eterna después de la muerte, debería confiar más en ello.- Se regresó hacia su posición inicial, mientras observaba los ojos de la muchachilla, la realidad es que algo le había dicho, y lo había comprendido. -¿En serio cree que aquí encontrará la mano de nuestro salvador? Quizá sólo el día de hoy ha corrido con suerte y a pesar de que Dios está en todos lados y que siempre vigila por aquél que se encuentra más lejos de su mano, no debería demostrarle que busca su redención de esta manera.- Quien lo escuchara diría que era un devoto fiel de la Iglesia y en ocasiones así tenía que ser, todo su comportamiento debía ser firme si quería obtener lo que tanto deseaba, poder. -Si me permite llevarle a la Iglesia verá que encontrará la eternidad sin tener que vender su cuerpo, a ricos o pobres.- Un nuevo sorbo, dio fin a su trago mientras volvía a rellenar el vaso sin esperar demasiado tiempo.
Burke Eichmann- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
Su modo de hablarme me empezaba a fastidiar un poco.
No era la primera persona que criticaba mi forma de vida ni mucho menos iba a ser la última. Sin embargo el hecho de que siguiera insistiendo con su iglesia empezaba a molestarme... Desde hacía tiempo que yo había dejado de simpatizar con ella.
Sin duda era un hombre muy creyente a todas esas leyes religiosas y absurdas o eso quería demostrarme, pero la bondad era algo que se notaba a lo lejos y Burke no me daba esa impresión del todo. Quizás era porque desde hace mucho tiempo dejé de creer en que existe una persona sin ningún tipo de maldad en el fondo.
-Quizás tenga razón y este no es el lugar exactamente apropiado para encontrar lo que busco... Pero si de algo estoy completamente segura, es que la iglesia tampoco es el lugar apropiado. -le contesté seriamente mientras notaba como ese líquido empezaba a extinguirse de su vaso sin causar ni un solo cambio en el. La mayoría ya se hubiera embriagado por lo menos un poco.
-Le aconsejo que no siga insistiendo con sus ideas religiosas para poder abandonar mi trabajo Monsieur. -le dije mientras me recargaba en mi silla nuevamente y veía como se servía un poco mas. ¿Cuánto tiempo duraría sobrio despues de tanto alcohol? -Ya le he dicho que no vendo mi cuerpo a cualquiera, y además soy lo suficientemente libre para salir a mi antojo de aquí -sonreí mientras alzaba mi mano derecha con la copa vacía entre los dedos hasta que un mesero se me acercó con la botella de vino para servirme, necesitaba un poco de aquello para lo que podría venir. -Aunque si usted insiste... recuerde que por esta noche prometí servirle personalmente en agradecimiento. Puede llevarme incluso a la iglesia si ese es su deseo, pero no prometo nada en un futuro que no pase de esta noche. -finalicé muy decididamente y luego tomé un gran trago de vino.
Estaba dispuesta a acompañarlo aunque en el fondo... odio esos lugares.
Lilith O'Hara- Prostituta Clase Baja
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Re: Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
Sabía que sus palabras iban mermando en la chica, al menos en la paciencia de ella, eso le hacía sentirse satisfecho, pues podía tener toda la tolerancia que quisiera, aunque sólo en ocasiones, en otras tantas podría ser su propio enemigo, al ser tan impaciente, queriendo todo al instante o casi perfecto, cosa que casi nadie podía lograr, excepto él, por hoy podía darse por satisfecho y eso era suficiente.
El vaso quedó limpio de nueva cuenta, dejando que su sonrisa mantuviera en sus labios después de dar ese último trago. -Podemos ir a la casa de Dios, ya sea en Notre Dame o en la biblioteca en donde paso la mayor parte de mi tiempo, ahí es en donde casi puedo decir que vivo, pero al menos para dormir salgo hacia mis aposentos, después de todo para hablar de Dios no hace falta demasiado, sólo alguien que de verdad le quiera recibir, usted puede ser una de ellas, no necesito más de una noche para demostrarle que el paraíso que le digo existe, pero que ha buscado en el sitio equivocado.- Si alguien supiera todo lo que pasaba por la mente del vampiro justo en ese momento, seguramente terminaría espantándose, creyendo que Satanás realmente ya había vuelto al mundo, sin embargo eso nadie lo podía hacer y por eso estaba tan confiado.
-Así que usted puede decidir, aunque si seguimos aquí me estará robando tiempo de mi noche y deberé solicitar que se me compense.- Una sonrisa ladeada se dibujó en sus labios y se puso de pie, esperando que la mujer le siguiera, algunas miradas cayeron sobre él casi en el instante, principalmente de aquellos que habían percibido la pelea inicial y de algún modo habían sido víctimas, pero simplemente les ignoró, buscó en su saco un par de billetes que dejó sobre la mesa, sin realmente llegar a contarlos, pero sabiendo que era más de lo que realmente había consumido.
Burke Eichmann- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
Escuché a Burke mientras jugueteaba con mi copa entre los dedos y lo miraba con mi expresión seria ya que el jueguito de "el santo" empezaba a ser cada vez mas molesto. Hice una mueca de desaprobación al escuchar sobre aquel paraiso existente del cual hablaba y según yo necesitaba, parecía que mi compañero no había entendido aún que no quería nada que viniera de su Dios.
Estaba a punto de contestarle y repetirle que aunque me llevara a su iglesia, no formaria parte de ella, pero las palabras del hombre se atravesaron antes de que pudiera hablar nuevamente para indicarme que podía elegir el lugar de destino.
-¿Una... compensasión? -susurré en voz baja mientras veía como Burke se levantaba de la mesa y dejaba unos billetes en la mesa, eran muchos los que había sacado y nisiquiera se tomó la libertad de contarlos. Sonreí.
-De acuerdo -dije sin borrar la sonrisa de mi rostro y me empine el resto de la copa de vino de un solo trago antes de levantarme de mi asiento, el abrigo que me había prestado hace un tiempo resbaló lentamente por mi cuerpo al pararme dejando mi corsé blanco y brillante al descubierto, pero inmediatamente el mesero que nos atendía la mesa se acercó para recojerlo y entregarmelo.
-Gracias... -le contesté a mi compañero mesero mientras me doblaba el abrigo en mi brazo. -¿Le ofende a su dios si me estoy con usted naturalmente como soy, o prefiere que me cubra nuevamente? -le pregunte mientras tomaba a Burke de su brazo con mi mano libre y acercaba mi boca a su oído. -He de confesar... que me intriga la forma de como quiere ser compensado, pero la verdad es que no he salido del burdel por las noches desde hace mucho y extraño ver las luces de las calles. Aunque preferiría ir a su casa y conocer la biblioteca antes que ir a una iglesia... mientras salga de aquí no importa a donde me lleve. -le dije muy de cerca para que pudiera escucharme mientras sentía las miradas envidiosas de los alrededores.
Estaba a punto de contestarle y repetirle que aunque me llevara a su iglesia, no formaria parte de ella, pero las palabras del hombre se atravesaron antes de que pudiera hablar nuevamente para indicarme que podía elegir el lugar de destino.
-¿Una... compensasión? -susurré en voz baja mientras veía como Burke se levantaba de la mesa y dejaba unos billetes en la mesa, eran muchos los que había sacado y nisiquiera se tomó la libertad de contarlos. Sonreí.
-De acuerdo -dije sin borrar la sonrisa de mi rostro y me empine el resto de la copa de vino de un solo trago antes de levantarme de mi asiento, el abrigo que me había prestado hace un tiempo resbaló lentamente por mi cuerpo al pararme dejando mi corsé blanco y brillante al descubierto, pero inmediatamente el mesero que nos atendía la mesa se acercó para recojerlo y entregarmelo.
-Gracias... -le contesté a mi compañero mesero mientras me doblaba el abrigo en mi brazo. -¿Le ofende a su dios si me estoy con usted naturalmente como soy, o prefiere que me cubra nuevamente? -le pregunte mientras tomaba a Burke de su brazo con mi mano libre y acercaba mi boca a su oído. -He de confesar... que me intriga la forma de como quiere ser compensado, pero la verdad es que no he salido del burdel por las noches desde hace mucho y extraño ver las luces de las calles. Aunque preferiría ir a su casa y conocer la biblioteca antes que ir a una iglesia... mientras salga de aquí no importa a donde me lleve. -le dije muy de cerca para que pudiera escucharme mientras sentía las miradas envidiosas de los alrededores.
Lilith O'Hara- Prostituta Clase Baja
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Re: Why don't you do right...? {w/Burke Eichmann}
Y ahí estaba la mujer, mostrando aquellas curvas que podían tentar al más santo, aunque en ese momento era lo que menos importaba, al menos para Burke, porque los demás poco faltaba para que se soltaran como en jauría tras un pedazo de carne, al final del día eso era lo que Lilith representaba, algo que se compra, que se puede adquirir sin el mayor de los problemas, algo que se usa y se desecha. Lástima por ella, porque aunque escogiera a sus clientes siempre sería sólo eso, una más, alguien que se olvida fácilmente.
Aferró el brazo hacia su cuerpo, encorvando este de forma ligera para que a la mujer no le fuera tan complicado acercarse a su oreja mientras escuchaba lo que decía. La sonrisa se curvó en sus labios de forma precisa y negó lentamente con la cabeza, haciendo lo propio, girando un poco para dejar que sus labios fríos rozaran la piel tersa de la mujer. -Sólo un par de horas más, nada que implique algo que usted no quiera.- Dijo de nueva cuenta y le quitó el abrigo del brazo para llevarlo en el propio. -La naturalidad es lo mejor, espero que no le preocupe enfermarse, por lo demás yo no tengo ninguna clase de problema al respecto.- Un guiño apareció en su ojo de forma ocurrente y abrió la puerta de aquél lugar permitiéndole el paso a la señorita, él mismo se sorprendía de como podía comportarse de diferentes formas según la conveniencia que él tenía en el momento.
-Pues iremos a mi casa, tengo una biblioteca en donde podré enseñarle demasiadas cosas, aprenderá, se lo aseguro.- Salió del burdel y se encaminó con la mujer por la callejuela que se encontraba bastante oscura, se escuchó el sonido de una botella quebrarse y Burke observó por encima de su hombro esperando que nadie osara a acercarse, sabía como era todo aquello, las venganzas idiotas, sobre todo cuando el alcohol hacía mella en el cuerpo dejando a los humanos más inservibles que de costumbre.
Burke Eichmann- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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