AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
Recuerdo del primer mensaje :
-Recuerda… recuerda ese cinco de noviembre, pólvora, traición y complot…. nadie podrá decir que tal incendio en el olvido quedo- hablaba con Teobaldo, mi fiel lacayo, aquel que me veía con sufrimiento -Bien, puedes retirarte, ya no requiero de tus servicios en este momento, solo sé mi fiel mensajero y lleva el escrito a quién ha de ser la voz al finalizar el movimiento- Teobaldo obedeció serio, se fue sin antes darme un abrazo sincero -Solo cuídate compañero y no regreses hasta que no estés seguro que haya concluido esto- susurre a su oído y al irse no hubo más sonido.
Podía ver todo detrás de la máscara, podía ver lo que ocurría a mis espaldas, gracias al reflejo de la ventana, el me observa pero no me decía nada -Me alegra Solomon que jamás me dijeras nada desde que llegaste hace un mes a esta casa- hable sin corresponder a su mirada que había dejado su bebida abandonada -Y que hoy…- proseguí -Día en que probablemente tenga que morir sigas con la misma prudencia con la que te conocí- por debajo de mi rostro falso sonreí, abandone mi ventanal, el que solo en lo más alto de la casa podías encontrar y una copa de vino serví hasta rebosar -Antes de que mañana no vuelva a despertar, quiero…- guarde un minuto de silencio, pensando las palabras precisas-Agradecerte que a mis caídos los hayas querido entrenar, están listos gracias a ti y están más que dispuestos a luchar- detrás de mi escritorio me quise sentar pero su mirada impasible no dejaba de examinar, no dejaba de gritar que el Fantasma no iba a ganar y que el día de mañana junto a ellos su caída iba celebrar -Déjame de mirar, tu bien sabes que hoy es mi final y de cualquier forma no sobreviviré por un tiempo más, si, detrás de esta máscara siempre me he podido ocultar pero… puede leer a los demás, puedo saber que me dicen en secreto, con palabras vetadas por sus propios dueños… con palabras censuradas que reprimen muy en fondo de su pecho- finalmente tome asiento y frente a ese hombre solo derrame el vino en el ramo de rosas que reposaba en medio de aquel antiguo mueble, el que me cubría del que en una silla más incomoda sentado permanecía.
Deje de observar su rostro, deje de leer sus ojos y centre mi atención en el filo de aquel recipiente vidrioso que estaba tan vacío y silencioso como la habitación donde el cazador suspiraba repetitivamente -Hoy es día con el que soñé eternamente- reanude la charla -Hoy es cinco de noviembre, hoy vendrá… entendió mi señal, yo se que ya me ha mandado buscar… dentro de momentos el vendrá y su venganza querrá cobrar- cerré los ojos mientras las escenas más trágicas de nuestros enfrentamientos intentaba recordar -Si… The Phantom…. ven por mí…aterriza falso ángel de la muerte que yo te he de desmentir y juro que sino te he de destruir en esta vida en la que ha de seguir lo haré- entre pausas susurre, mientras mis puños se cerraban con rapidez -Solomon solo un favor te pediré- al fin en voz alta a la realidad regrese -Cuida de Montserrat como yo no podré hacer y trata de recuperar el tiempo perdido con tu hija… ella es una criatura divina, atrapada en una piel que no le corresponde, es mi único deseo post mortem, antes de que todo esto comience debes decirle que tu eres su verdadero padre-el veía con sorpresa -Es lo justo para la vampiresa, te he visto, no te has alejado de ella desde que te traje a mi guarida, la has cuidado mientras ella dormía y has llorado por ella mientras ella mataba y bebía y la has tratado y consentido como a una hija y ella lo sabe… es… es una mujer muy lista, antes de que te tome como un padre sustituto, asegúrate que eres el padre que al cielo ha pedido- ante el me puse de pie, acomode la silla y seguido de eso a retirarme me disponía, cuando vi que una lágrima en su rostro corría -Yo no importo ahora, ella si puesto que siempre ha estado sola- decía frente a el se posaba mi oscura sombra -No se si vuelva a verte antes de… aun me hacen falta cosas por hacer pero… de cualquier manera- quede pensativo mientras podía sentir que debajo de la máscara se dibujaba una sonrisa sincera -Fue un placer haberte conocido y haber compartido, todo tipo de secretos contigo- golpee su hombro y me disponía a salir cuando detrás de mi su voz detuvo mi proseguir.
-Recuerda… recuerda ese cinco de noviembre, pólvora, traición y complot…. nadie podrá decir que tal incendio en el olvido quedo- hablaba con Teobaldo, mi fiel lacayo, aquel que me veía con sufrimiento -Bien, puedes retirarte, ya no requiero de tus servicios en este momento, solo sé mi fiel mensajero y lleva el escrito a quién ha de ser la voz al finalizar el movimiento- Teobaldo obedeció serio, se fue sin antes darme un abrazo sincero -Solo cuídate compañero y no regreses hasta que no estés seguro que haya concluido esto- susurre a su oído y al irse no hubo más sonido.
Podía ver todo detrás de la máscara, podía ver lo que ocurría a mis espaldas, gracias al reflejo de la ventana, el me observa pero no me decía nada -Me alegra Solomon que jamás me dijeras nada desde que llegaste hace un mes a esta casa- hable sin corresponder a su mirada que había dejado su bebida abandonada -Y que hoy…- proseguí -Día en que probablemente tenga que morir sigas con la misma prudencia con la que te conocí- por debajo de mi rostro falso sonreí, abandone mi ventanal, el que solo en lo más alto de la casa podías encontrar y una copa de vino serví hasta rebosar -Antes de que mañana no vuelva a despertar, quiero…- guarde un minuto de silencio, pensando las palabras precisas-Agradecerte que a mis caídos los hayas querido entrenar, están listos gracias a ti y están más que dispuestos a luchar- detrás de mi escritorio me quise sentar pero su mirada impasible no dejaba de examinar, no dejaba de gritar que el Fantasma no iba a ganar y que el día de mañana junto a ellos su caída iba celebrar -Déjame de mirar, tu bien sabes que hoy es mi final y de cualquier forma no sobreviviré por un tiempo más, si, detrás de esta máscara siempre me he podido ocultar pero… puede leer a los demás, puedo saber que me dicen en secreto, con palabras vetadas por sus propios dueños… con palabras censuradas que reprimen muy en fondo de su pecho- finalmente tome asiento y frente a ese hombre solo derrame el vino en el ramo de rosas que reposaba en medio de aquel antiguo mueble, el que me cubría del que en una silla más incomoda sentado permanecía.
Deje de observar su rostro, deje de leer sus ojos y centre mi atención en el filo de aquel recipiente vidrioso que estaba tan vacío y silencioso como la habitación donde el cazador suspiraba repetitivamente -Hoy es día con el que soñé eternamente- reanude la charla -Hoy es cinco de noviembre, hoy vendrá… entendió mi señal, yo se que ya me ha mandado buscar… dentro de momentos el vendrá y su venganza querrá cobrar- cerré los ojos mientras las escenas más trágicas de nuestros enfrentamientos intentaba recordar -Si… The Phantom…. ven por mí…aterriza falso ángel de la muerte que yo te he de desmentir y juro que sino te he de destruir en esta vida en la que ha de seguir lo haré- entre pausas susurre, mientras mis puños se cerraban con rapidez -Solomon solo un favor te pediré- al fin en voz alta a la realidad regrese -Cuida de Montserrat como yo no podré hacer y trata de recuperar el tiempo perdido con tu hija… ella es una criatura divina, atrapada en una piel que no le corresponde, es mi único deseo post mortem, antes de que todo esto comience debes decirle que tu eres su verdadero padre-el veía con sorpresa -Es lo justo para la vampiresa, te he visto, no te has alejado de ella desde que te traje a mi guarida, la has cuidado mientras ella dormía y has llorado por ella mientras ella mataba y bebía y la has tratado y consentido como a una hija y ella lo sabe… es… es una mujer muy lista, antes de que te tome como un padre sustituto, asegúrate que eres el padre que al cielo ha pedido- ante el me puse de pie, acomode la silla y seguido de eso a retirarme me disponía, cuando vi que una lágrima en su rostro corría -Yo no importo ahora, ella si puesto que siempre ha estado sola- decía frente a el se posaba mi oscura sombra -No se si vuelva a verte antes de… aun me hacen falta cosas por hacer pero… de cualquier manera- quede pensativo mientras podía sentir que debajo de la máscara se dibujaba una sonrisa sincera -Fue un placer haberte conocido y haber compartido, todo tipo de secretos contigo- golpee su hombro y me disponía a salir cuando detrás de mi su voz detuvo mi proseguir.
Leviathán Shadow- Condenado/Vampiro/Clase Alta
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 06/10/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
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Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
-¿Eso es lo mejor que tienes Constantine?- preguntó Klarion con hipocresía -Yo solía recordarte como un rival más fuerte, con más iniciativa, supongo que fue solo teatralidad de tu parte- negó con la cabeza -Muy mal...- sonrío con malicia y de sus manos empezó a emanar energía de color violeta que poco a poco se fue tornando en una enorme esfera que al ser lanzada en contra del hechicero logró romper la pared y algunos objetos de valor -Por lo menos aún no estas tan viejo para esquivar esto, pero me gustaría haberte hecho pedazos cuando tuve la oportunidad ¿Hace cuanto fue?-enfatizó y otras vez bolas más pequeñas fueron lanzadas de sus manos, una tras otra, tiraba de ellas como si fuesen balas, sus mayores intentos por cazar un conejo en la maleza -¿Porque rayos no te defiendes? En serio me estas...- bosteza mientras sus pies despegan del suelo -Aburriendo muchísimo- ríe con una mirada asesina, levita y a su alrededor cuervos formados de energía del más oscuro color revolotean alrededor, su silueta se afirma con un rojo carmesí, las manos que poseen en sus dedos uñas de color negro se endurecen, dejan de ser algo movible para convertirse en algo rígido que toma la forma de garras de un animal carroñero, un buitre o de algo misterioso y amenazante como lo es un cuervo. La energía incrementa a proporciones desmedidas, tanto, que su energía empieza a fluir también por sus orbes que se tornan en un rojo absoluto, dos rubíes incrustados, que veían al hombre que no dejaba de fumar y cuyo ceño se marcaba mas, un muestra de incredulidad ante el poder mágico que observaba venir de Klarion -¿Que idiota? ¿Aún no crees que he mejorado lo suficiente para vencer a un insecto como tu?-inmóvil, escucha los otros enfrentamientos y sabe que sus compañeros aun no han terminado, se frustra y se enoja, desata todo su coraje contra el hombre de cabellos rubios y aunque parece hacerlo añicos en un santiamén, descubre que ese hombre ha creado una barrera impenetrable que le sirvió como espejo para que toda esa energía se le devolviera al joven malcriado, haciéndolo volar por los aires hasta romper una fino escritorio de madera.
El mueble de partió en dos, las astillas de la madera se quedaron impregnadas por todos lados de su fino traje oscuro, Klarion se levanto de inmediato, a pesar del dolor en la nuca y el desconcierto momentáneo pero, ni eso le borro la sonrisa maliciosa del rostro -Buen truco, muy buen truco- limpio con la mano la gota de sangre que salía de su la inferior abierto, volteo a todos lados, seguían igual,todos tratando de matar a todos... Debía ir mas despacio si no quería distractores que entorpecieran los planes de la Corte y su aliado -Perseverancia y espera- masculló.
La espiración entrecortada, agitado y muy enojado, así fue como se dirigió hechicero que no dejaba de bajar la guardia -Bien, pelearemos al ritmo de los perdedores- con sus manos empezó a señalar los objetos impregnándolas de su energía, mentalmente repetía las palabras correctas una y otra vez<< *Suscitat tibi mors formam noxium animal* >>, los sillones y los objetos tambaleaban, los sillones rompían sus telas para sacar de sus adentros animales, estructuras de madera que de pronto tomaron la apariencia de animales como las panteras y leones de ojos rojizos que rugían y en manada se reunían alrededor de su oponente -¿Te gustan mis mascotas Constantine?- camino entre ellas, quedando en medio como si fuese el macho alfa -Escúchalos rugir- las bestias salivaban y estaban en punto de ataque -No les he dado de comer, están hambrientas, te saborean Constantine, así como yo saborearé tu dolor y tu muerte violenta- de pronto, entre sus piernas un gato se restregaba y ronroneaba placenteramente -No, tu no, Blake, deja que la magia le cobre el precio de su poder- lo cogio y lo abrigo entre sus brazos -¡Vamos! ¿Que esperan?- exclamó al ver que las fieras estaban inmóviles, esperando una orden -¡Defiendan a su amo y creador! ¡Mátenlo!- ordenó enérgico mientras acariciaba a su gato, tan cómodamente como si nada estuviese pasando.
*Enunciado en latin que significa: "De tu muerte despierta, toma la forma de una mortal bestia"
(Créditos y agradecimientos al user de Leviathán Shadow, que me ayudó con el armado y translación de la frase a este idioma)
El mueble de partió en dos, las astillas de la madera se quedaron impregnadas por todos lados de su fino traje oscuro, Klarion se levanto de inmediato, a pesar del dolor en la nuca y el desconcierto momentáneo pero, ni eso le borro la sonrisa maliciosa del rostro -Buen truco, muy buen truco- limpio con la mano la gota de sangre que salía de su la inferior abierto, volteo a todos lados, seguían igual,todos tratando de matar a todos... Debía ir mas despacio si no quería distractores que entorpecieran los planes de la Corte y su aliado -Perseverancia y espera- masculló.
La espiración entrecortada, agitado y muy enojado, así fue como se dirigió hechicero que no dejaba de bajar la guardia -Bien, pelearemos al ritmo de los perdedores- con sus manos empezó a señalar los objetos impregnándolas de su energía, mentalmente repetía las palabras correctas una y otra vez<< *Suscitat tibi mors formam noxium animal* >>, los sillones y los objetos tambaleaban, los sillones rompían sus telas para sacar de sus adentros animales, estructuras de madera que de pronto tomaron la apariencia de animales como las panteras y leones de ojos rojizos que rugían y en manada se reunían alrededor de su oponente -¿Te gustan mis mascotas Constantine?- camino entre ellas, quedando en medio como si fuese el macho alfa -Escúchalos rugir- las bestias salivaban y estaban en punto de ataque -No les he dado de comer, están hambrientas, te saborean Constantine, así como yo saborearé tu dolor y tu muerte violenta- de pronto, entre sus piernas un gato se restregaba y ronroneaba placenteramente -No, tu no, Blake, deja que la magia le cobre el precio de su poder- lo cogio y lo abrigo entre sus brazos -¡Vamos! ¿Que esperan?- exclamó al ver que las fieras estaban inmóviles, esperando una orden -¡Defiendan a su amo y creador! ¡Mátenlo!- ordenó enérgico mientras acariciaba a su gato, tan cómodamente como si nada estuviese pasando.
*Enunciado en latin que significa: "De tu muerte despierta, toma la forma de una mortal bestia"
(Créditos y agradecimientos al user de Leviathán Shadow, que me ayudó con el armado y translación de la frase a este idioma)
Klarion Svevo- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 33
Fecha de inscripción : 08/11/2014
Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
Los poderes dé Klarion eran rápidos y con energías más poderosas que la ultima vez en que se encontraron las caras, en una subasta de objetos antiguos al sur de Alemania, en aquel accidental y fastidioso encuentro se suscitó un percance con la misma intensidad pero que dejó como vencedor a Constantine quien tuvo la osadía de fumar y tirar las cenizas del cigarrillo en el púberto que por aquel entonces no rebasaba los 15 años de edad, mismo que ahora le había tirado uno de sus cigarrillos más caros hacia las telas de unas viejas cortinas justo detrás de él -Idiota- susurro -¿Tienes la más maldita idea de cuanto costaron esos cigarros?- bramó con violencia, de pronto sus ojos se centraron en las manos de Klarion, su energía cada vez se hacía más grande y densa, tenía un espesor que sólo podía provenir del lado opuesto al cielo -Hablas de teatralidad cuando, tu estas usando ese maldito truco que de nada te servirá, no sabes nada de magia... Eres un hijito de papi que al quedar huérfano solo busca algo de atención... ¡porque no mejor mueves tu patético trasero a un circo donde acepten animales como tu!- el hechicero parecía tranquilo, como siempre, poco le importaban las opiniones, las especulaciones de un mugriento sin experiencia que conocía tan perfectamente para fiarse que no hacia ningún daño... Al menos no de hechicero a hechicero.
Sus labios se retorcían en una mueca divertida, aclaraba la garganta cada vez que sentía ese humo invisible dentro de su garganta, su postura reflejaba su calma, su cara, su mirada y sus gestos permanecían indiferentes ante el chico que incluso emanaba cuervos a su alrededor -¡Que conmovedor!- contestó en tono sarcástico, juntando sus manos, como si fuese una señora mayor elogiando a su nieto, puso los ojos en blanco y fijo su vista en el valiente cazador que defendía al enmascarado y peleaba con la muerte... Pero eso no fue lo mas llamo su atención. Constantine era un hombre que pese a su apariencia desaliñada para la época e inclusive para la seriedad de gremio de brujos sabía demasiado, había tenido un par de experiencias interesantes en el ámbito de lo etéreo, del mundo espiritual que camina y comparte camino con los vivos, inmortales y seres con condición animal... Hace mucho había atrapado varios de ellos, pero solo el mundo espectral empeñaba cierta presencia que podía hacer erizar la piel -Fantasmas errantes- dijo apenas con tono audible, volvió la vista al frente -¿Cuantos...?- ni siquiera pudo concluir la pregunta, sus orbes se abrieron al compás de una gran masa de energía púrpura que en su interior contenía un fragmento de Thanos, la deidad de muerte con la que el rubio ya tuvo la oportunidad de hablar, de la forma menos agradable, esa misma forma que lo hizo resurgir y aprender como devolver el pequeño obsequio indeseado << Obice >>* pronunció tal y como lo había aprendido de aquel mísero encuentro, una gigantesca barrera se formo a su alrededor, energía iluminada de verde claro que le sirvió de escudo y espejo y que impidió todo acercamiento de la muerte inesperada que en un intento por tomar su vida le empujó hacia donde el cancerbero veía impasible todo su entorno desde las alturas.
Constantine no pudo mas que sentirse satisfecho, Klarion también había sido sacado de balance y resulto mas herido que el, tal parecía que cancerbero le tenía estima, mas de una vez se había estrellado con una representación suya y por mas fuerte que fuese el golpe enérgico, solo recibía pocos rasguños o un ligero golpe en la nuca como era el caso, un poco mareado se puso de pie, observaba a su adversario sangrar -Yo sé educar con mano férrea Klarion- advirtió con aire triunfal pero el niño tenía otros planes.
Hacia donde estaba el brujo muebles que tomaron forma bestial, le amenazaban como una manada de lobos ambientes que le tenían completamente atrincherado entre ellos y la estatua de piedra, muy pronto se vinieron encima, podía escuchar a Klarion hablar, pero no entendía absolutamente nada, los lobos, las panteras y perros domésticos le obstruían los demás sonidos con sus rugidos, con las rasgaduras de sus ropas a cargo de dientes y garras, el también sangraba o al menos empezaba... En medio de las bestias observó que el cigarrillo había hecho de las suyas, el fuego de su punta se propagaba fugaz entre las telas de terciopelo, las alfombras y la madera de las paredes, tenía que hacer algo por dos circunstancias, la primera porque arriba estaba el tesoro por el que aceptó pelear en lo que según él era un absurdo pleito de máscaras y segundo por que el no sabia ni le gustaba perder pero de hacerlo... No caería ante un niño.
Lo que iba a hacer era arriesgado y el hechizo no era muy duradero, pero debía hacerlo si quería terminar con su parte del trato pactado con el cazador, concentrándose, sus ojos dejaron de tener pupilas para tener un color verde cubriéndole todo, pese al dolor logro que algo de su esencia se transportase hacia el objeto que miraba, mas de pronto dejo de moverse, la consciencia se perdió, hasta que las garras de algo mas grande tomaron a la jauría mixta haciéndola volar por los aires, transformándose en muebles de madera fina hecha añicos cuando caían al piso, el polvo brotó en el momento en que el cancerbero dejo su puesto para caminar al unísono con Constantine que utilizaba toda energía para posesionarse de un objeto de proporciones considerables -¿A que le temes Klarion?- hablo la bestia de roca y el hechicero a la par, Constantine seguía teniendo el control de la visión y los sentidos en su cuerpo pese a que la estatua se movía y tenía iluminados los ojos del mismo color que su poseedor, Constantine a la distancia emuló el movimiento de una pinza, la criatura de piedra hizo lo mismo con la diferencia de que el si había tomado algo en las manos... Klarion -¿A que has venido?- cuestionó con la voz de cancerbero y lanzándolo con fuerza por el aire hasta que cayó en un piano de cola negro que se partió a la mitad, el hechicero corrió con más velocidad, la roca también lo hizo, quizás la intención era matarle con ella o asustarle para obtener la información que Constantine requería.
*OBICE: Del latín que significa barrera
Sus labios se retorcían en una mueca divertida, aclaraba la garganta cada vez que sentía ese humo invisible dentro de su garganta, su postura reflejaba su calma, su cara, su mirada y sus gestos permanecían indiferentes ante el chico que incluso emanaba cuervos a su alrededor -¡Que conmovedor!- contestó en tono sarcástico, juntando sus manos, como si fuese una señora mayor elogiando a su nieto, puso los ojos en blanco y fijo su vista en el valiente cazador que defendía al enmascarado y peleaba con la muerte... Pero eso no fue lo mas llamo su atención. Constantine era un hombre que pese a su apariencia desaliñada para la época e inclusive para la seriedad de gremio de brujos sabía demasiado, había tenido un par de experiencias interesantes en el ámbito de lo etéreo, del mundo espiritual que camina y comparte camino con los vivos, inmortales y seres con condición animal... Hace mucho había atrapado varios de ellos, pero solo el mundo espectral empeñaba cierta presencia que podía hacer erizar la piel -Fantasmas errantes- dijo apenas con tono audible, volvió la vista al frente -¿Cuantos...?- ni siquiera pudo concluir la pregunta, sus orbes se abrieron al compás de una gran masa de energía púrpura que en su interior contenía un fragmento de Thanos, la deidad de muerte con la que el rubio ya tuvo la oportunidad de hablar, de la forma menos agradable, esa misma forma que lo hizo resurgir y aprender como devolver el pequeño obsequio indeseado << Obice >>* pronunció tal y como lo había aprendido de aquel mísero encuentro, una gigantesca barrera se formo a su alrededor, energía iluminada de verde claro que le sirvió de escudo y espejo y que impidió todo acercamiento de la muerte inesperada que en un intento por tomar su vida le empujó hacia donde el cancerbero veía impasible todo su entorno desde las alturas.
Constantine no pudo mas que sentirse satisfecho, Klarion también había sido sacado de balance y resulto mas herido que el, tal parecía que cancerbero le tenía estima, mas de una vez se había estrellado con una representación suya y por mas fuerte que fuese el golpe enérgico, solo recibía pocos rasguños o un ligero golpe en la nuca como era el caso, un poco mareado se puso de pie, observaba a su adversario sangrar -Yo sé educar con mano férrea Klarion- advirtió con aire triunfal pero el niño tenía otros planes.
Hacia donde estaba el brujo muebles que tomaron forma bestial, le amenazaban como una manada de lobos ambientes que le tenían completamente atrincherado entre ellos y la estatua de piedra, muy pronto se vinieron encima, podía escuchar a Klarion hablar, pero no entendía absolutamente nada, los lobos, las panteras y perros domésticos le obstruían los demás sonidos con sus rugidos, con las rasgaduras de sus ropas a cargo de dientes y garras, el también sangraba o al menos empezaba... En medio de las bestias observó que el cigarrillo había hecho de las suyas, el fuego de su punta se propagaba fugaz entre las telas de terciopelo, las alfombras y la madera de las paredes, tenía que hacer algo por dos circunstancias, la primera porque arriba estaba el tesoro por el que aceptó pelear en lo que según él era un absurdo pleito de máscaras y segundo por que el no sabia ni le gustaba perder pero de hacerlo... No caería ante un niño.
Lo que iba a hacer era arriesgado y el hechizo no era muy duradero, pero debía hacerlo si quería terminar con su parte del trato pactado con el cazador, concentrándose, sus ojos dejaron de tener pupilas para tener un color verde cubriéndole todo, pese al dolor logro que algo de su esencia se transportase hacia el objeto que miraba, mas de pronto dejo de moverse, la consciencia se perdió, hasta que las garras de algo mas grande tomaron a la jauría mixta haciéndola volar por los aires, transformándose en muebles de madera fina hecha añicos cuando caían al piso, el polvo brotó en el momento en que el cancerbero dejo su puesto para caminar al unísono con Constantine que utilizaba toda energía para posesionarse de un objeto de proporciones considerables -¿A que le temes Klarion?- hablo la bestia de roca y el hechicero a la par, Constantine seguía teniendo el control de la visión y los sentidos en su cuerpo pese a que la estatua se movía y tenía iluminados los ojos del mismo color que su poseedor, Constantine a la distancia emuló el movimiento de una pinza, la criatura de piedra hizo lo mismo con la diferencia de que el si había tomado algo en las manos... Klarion -¿A que has venido?- cuestionó con la voz de cancerbero y lanzándolo con fuerza por el aire hasta que cayó en un piano de cola negro que se partió a la mitad, el hechicero corrió con más velocidad, la roca también lo hizo, quizás la intención era matarle con ella o asustarle para obtener la información que Constantine requería.
*OBICE: Del latín que significa barrera
Neil Constantine- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 39
Fecha de inscripción : 02/08/2014
Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
-"Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado."- Así era cono Gideon evadía la batalla que sucedía justo antes de que todo se volviera un caos, prefería recitar el Salmo 50 de una vieja Biblia forrada e cuero añejo que V le había dado una de sus eternas noches de estancia en su hogar, en ella encontró un poco de paz, comprensión y esperanza en que toda oración rezada por el en la capilla surtiera el efecto que tanto deseaba para todos: La vida.
Para todos anhelaba la vida menos para ese vampiro demoniaco que tanto pavor causaba muy dentro de su ser, que calaba dentro de su alma impura de tan solo pensar que ese podía llegar a ser su destino si tan solo sacará aquel lado oscuro que llevaba bastante reprimido, que con la religiosidad con la que fue creado obliga a ese ser montaraz a dormir en un sueño infinito.
Se sentia extraño haciendo aquello, empañando de sangre aquel objeto sagrado con el simple roce de sus dedos, sentía que la tinta, las hojas y todo lo que contenía ese antiguo libro se quemaría, por ser sin querer, una copia fiel del que era el Maligno, pero, los entrenamientos lo habían hecho cambiar, Vasari y V lo habían hecho cambiar de ideas y de costumbres, le enseñaron que para un inquisidor tan fervorosamente devoto de la Santa Iglesia debía llevar consigo una Biblia aunque fuese tan pequeña como la que V le obsequio, le enseñaron el poder y significado de la oración antes de la caza de los monstruos... si, él era inquisidor, pero ignoraba muchas cosas por la sencilla razón que el no se dejaba guiar por todos los preceptos y porque además era un vampiro que habitaba en su propio mundo, en introspección, alejado del mundo real.
También adopto una ballesta, hecha con finas maderas y flechas interminables labradas en uno de los tantos talleres de armerías que poseía el cazador de la sonrisa eterna, ahora la portaba en la espalda, se acostumbro a llevar el peso de lo que esto representaba como lo había hecho siglos atrás con el rosario que pendía de su cuello, las flechas eran de madera con plata en las puntas, puntas que también eran rociadas con agua bendita traída desde Notre Dame por el ayudante del cazador.
De pronto cerro la Biblia, contemplo con sus ojos aquello que evadió por largo rato, escucho lo que se negó a oír topándose con un caos similar al que aconteció aquella noche en el Teatro. Al ver al frente se encontró con la mirada copiadosa, tímida y al mismo tiempo decidida de Reid, que para ese entonces contenía sus emociones en el va y ven de su saliva dentro de su garganta, la orden fue clara: Debía defender el frente, después lo dejo solo, sintiendo en las manos de aquel humano un frío similar al suyo.
Vio a los alrededores, todos estaban ocupados ¿A cual frente se refería Spencer?, no encontraba el punto de defensa... hasta que se centro en el enfrentamiento entre Solomon y The Phantom, sus ojos y sus talentos innatos podían percibir la presencia de otro oculto justo a un costado de ellos, la oscuridad le ayudaba para identificar que se trataba de un hombre mayor que pretendía hacer algo con la mano levantada en contra de Solomon, entonces el ceño del inquisidor se frunció, tomo la firmeza de su cuerpo mientras guardaba la Sagrada Biblia en su morralillo de piel de cordero y desenfundo lentamente la ballesta con las flechas que eran colocadas en la cuerda atada a ambos extremos del arma y apuntando al objetivo aparentemente invisible.
Trataba de acomodarse en la mejor posición posible buscando el corazón de quien fuese, recordaba cada lección que su maestro le enseño, lo que el hombre de rodillas en que vio en el piso le insistió en aprender, Gideon espero el momento más idóneo y creía que era por inspiraciones angelicales cada paso que daba, cada movimiento seguro y firme que hacia, la forma y la fuerza con la que tensaba la cuerda para que la flecha tomará el impulso suficiente -"Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa"- susurro el ultimo fragmento que recordaba del Salmo anta de que todo se volviera blanco y vacío en su mente -Perdóname Señor- rogó, colocándose la ballesta en el lado izquierdo del rostro, inspiro profundo y dejo ir su pequeña arma que alejo al hombre de Solomon y el infeliz demonio.
Hizo lo que nunca creyó volver a intentar durante siglos atrás, levitó, las suelas de sus botas dejaron de manera remota el piso, se manejaron con velocidad entre los aires y llegaron donde un hombre se quitaba la flecha de un antebrazo << Haz lo que tengas que hacer Spencer, cuido el frente >> dijo de firma telepática al joven rubio que se hallaba con el cazador caído. Gideon estaba aterrado y sorprendido de si mismo, su pensamiento solo le decía que todo esto terminará para poder hacer el inquisidor, el casi humano y no el vampiro.
Apunto con la ballesta cargada -Si vas a matar a alguien será sobre mi cadáver- amenazo y el anciano se volvió a el inquisidor, con reto en el rostro, Gideon percibió la malicia y en aran de acabar con demonio como el tiro otra y otra flecha, sin embargo, no conseguía herirlo de muerte -¿Que trae en las manos?- se cuestión para si, percatandose que una piedra le servia como escudo, el inquisidor fue lanzado por los aires con ese pequeño mineral precioso parecido al ónix, el golpe fue duro, termino rompiendo una de las ventanas, quedando atado de las manos a merced del brujo y con los cristales sobre el resto de su pálido cuerpo, cubierto de ropajes negros, agitado intento desahacerse de la captura pero todo intento fue inútil, mientras sus contrincante se acercaba observa todas las opciones disponibles, no haya hechiceros que le sacaran del enredo aquel, entonces rezó al Señor de los Cielos por un poco más de inspiración angelical, pero nada se le venía a la mente, salvo utilizar sus poderes naturalmente oscuros, sacar a relucir su yo más perverso según su religiosidad y en eso si no estaba dispuesto.
Estando merced del enemigo ¿Moriría?
Para todos anhelaba la vida menos para ese vampiro demoniaco que tanto pavor causaba muy dentro de su ser, que calaba dentro de su alma impura de tan solo pensar que ese podía llegar a ser su destino si tan solo sacará aquel lado oscuro que llevaba bastante reprimido, que con la religiosidad con la que fue creado obliga a ese ser montaraz a dormir en un sueño infinito.
Se sentia extraño haciendo aquello, empañando de sangre aquel objeto sagrado con el simple roce de sus dedos, sentía que la tinta, las hojas y todo lo que contenía ese antiguo libro se quemaría, por ser sin querer, una copia fiel del que era el Maligno, pero, los entrenamientos lo habían hecho cambiar, Vasari y V lo habían hecho cambiar de ideas y de costumbres, le enseñaron que para un inquisidor tan fervorosamente devoto de la Santa Iglesia debía llevar consigo una Biblia aunque fuese tan pequeña como la que V le obsequio, le enseñaron el poder y significado de la oración antes de la caza de los monstruos... si, él era inquisidor, pero ignoraba muchas cosas por la sencilla razón que el no se dejaba guiar por todos los preceptos y porque además era un vampiro que habitaba en su propio mundo, en introspección, alejado del mundo real.
También adopto una ballesta, hecha con finas maderas y flechas interminables labradas en uno de los tantos talleres de armerías que poseía el cazador de la sonrisa eterna, ahora la portaba en la espalda, se acostumbro a llevar el peso de lo que esto representaba como lo había hecho siglos atrás con el rosario que pendía de su cuello, las flechas eran de madera con plata en las puntas, puntas que también eran rociadas con agua bendita traída desde Notre Dame por el ayudante del cazador.
De pronto cerro la Biblia, contemplo con sus ojos aquello que evadió por largo rato, escucho lo que se negó a oír topándose con un caos similar al que aconteció aquella noche en el Teatro. Al ver al frente se encontró con la mirada copiadosa, tímida y al mismo tiempo decidida de Reid, que para ese entonces contenía sus emociones en el va y ven de su saliva dentro de su garganta, la orden fue clara: Debía defender el frente, después lo dejo solo, sintiendo en las manos de aquel humano un frío similar al suyo.
Vio a los alrededores, todos estaban ocupados ¿A cual frente se refería Spencer?, no encontraba el punto de defensa... hasta que se centro en el enfrentamiento entre Solomon y The Phantom, sus ojos y sus talentos innatos podían percibir la presencia de otro oculto justo a un costado de ellos, la oscuridad le ayudaba para identificar que se trataba de un hombre mayor que pretendía hacer algo con la mano levantada en contra de Solomon, entonces el ceño del inquisidor se frunció, tomo la firmeza de su cuerpo mientras guardaba la Sagrada Biblia en su morralillo de piel de cordero y desenfundo lentamente la ballesta con las flechas que eran colocadas en la cuerda atada a ambos extremos del arma y apuntando al objetivo aparentemente invisible.
Trataba de acomodarse en la mejor posición posible buscando el corazón de quien fuese, recordaba cada lección que su maestro le enseño, lo que el hombre de rodillas en que vio en el piso le insistió en aprender, Gideon espero el momento más idóneo y creía que era por inspiraciones angelicales cada paso que daba, cada movimiento seguro y firme que hacia, la forma y la fuerza con la que tensaba la cuerda para que la flecha tomará el impulso suficiente -"Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa"- susurro el ultimo fragmento que recordaba del Salmo anta de que todo se volviera blanco y vacío en su mente -Perdóname Señor- rogó, colocándose la ballesta en el lado izquierdo del rostro, inspiro profundo y dejo ir su pequeña arma que alejo al hombre de Solomon y el infeliz demonio.
Hizo lo que nunca creyó volver a intentar durante siglos atrás, levitó, las suelas de sus botas dejaron de manera remota el piso, se manejaron con velocidad entre los aires y llegaron donde un hombre se quitaba la flecha de un antebrazo << Haz lo que tengas que hacer Spencer, cuido el frente >> dijo de firma telepática al joven rubio que se hallaba con el cazador caído. Gideon estaba aterrado y sorprendido de si mismo, su pensamiento solo le decía que todo esto terminará para poder hacer el inquisidor, el casi humano y no el vampiro.
Apunto con la ballesta cargada -Si vas a matar a alguien será sobre mi cadáver- amenazo y el anciano se volvió a el inquisidor, con reto en el rostro, Gideon percibió la malicia y en aran de acabar con demonio como el tiro otra y otra flecha, sin embargo, no conseguía herirlo de muerte -¿Que trae en las manos?- se cuestión para si, percatandose que una piedra le servia como escudo, el inquisidor fue lanzado por los aires con ese pequeño mineral precioso parecido al ónix, el golpe fue duro, termino rompiendo una de las ventanas, quedando atado de las manos a merced del brujo y con los cristales sobre el resto de su pálido cuerpo, cubierto de ropajes negros, agitado intento desahacerse de la captura pero todo intento fue inútil, mientras sus contrincante se acercaba observa todas las opciones disponibles, no haya hechiceros que le sacaran del enredo aquel, entonces rezó al Señor de los Cielos por un poco más de inspiración angelical, pero nada se le venía a la mente, salvo utilizar sus poderes naturalmente oscuros, sacar a relucir su yo más perverso según su religiosidad y en eso si no estaba dispuesto.
Estando merced del enemigo ¿Moriría?
Gideon Stark- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
No le importunaba en lo más mínimo que Rorschach hubiese muerte, como cualquiera de los que estaban allí, él era carne de cañón que le servia para salvar su propia piel, una vida menos o una vida más... para el hechicero solo había alguien importante el mundo: él mismo.
Como se había burlado del cuerpo pendiendo de la cuerda, se reía de su estupidez, del egocentrismo de un loco reprimido, de alguien que ni siquiera se entendía así mismo, después como gozo el sufrimiento de aquel que ahora se hallaba de rodillas, adoraba ver sus trucos de magia surtiendo el más doloroso efecto en terceros, sus hiedras eran eficaces y eran leales a la fuerza con que Nigromante ordenaba sujetar, después todo se hizo pedazos y unos a otros comenzaron a enfrentarse, era una batalla digna de admirarse, vampiros contra cazadores, humanos comunes contra vampiros, brujos contra brujos y fantasmas contra vampiros, el no estaba deseoso de participar, solo de observar con una sonrisa torcida en sus viejos y arrugados labios que así como echaban maldiciones pronunciaban hechizos que quizás usaría si el vampiro de la calavera en el rostro se dignaba a ordenarle muerte para su oponente, más sin embargo, se mostea egocéntrico como todos, sin tomarlo en cuenta, no tardaría mucho para que el brujo se aburriera de la inactividad.
Estaba a punto de matar al cazador por la espalda, pero una flecha tirada desde algún rincón de la casa osó con desafiarle, arrebatando de forma brusca el pequeño amuleto en el que todo su poder se había concentrado, miro altivo y serio alrededor hasta toparse con la mirada inconfundible de un demonio disfrazado de hombre, un inquisidor... sonrío mientras recogía la piedra mística de Zebach, un artefacto utilizado en tiempos de Merlín y que fue recuperado por la Corte de los Búhos tempo después, una joya de color violeta, muy parecida al ónix que en sus adentros albergaba el poder del quinto conocimiento recabado por el legendario brujo en los tiempos de Arturo mediante un conjuro de energías neutras y de colores contrastantemente oscuros, de esa piedra emanó la energía que le sirvió como escudo tras cada flecha tirada por el condenado -¿Te gusta jugar?- cuestiono tras la ola de tiros -Veamos si con cristales en tu espalda tienes las mismas ganas de ocuparme como tu tiro al blanco- su voz temblorosa pero profunda resonaba en la luz violeta que cada vez se hacia más grande, contenía en ese conjuro una especie de tormenta eléctrica que al ser liberada golpeo al vampiro a las lejanías de la casa donde un vitral fue roto por la silueta que cayo rendida.
El hechicero camino despacio, sacando del bolsillo unas piedras cualquiera que arrojo a la par que se escuchaban los últimos pedazos de vidrio caer al piso -¿Dígame Lord que tal se siente el ser utilizado como tiro al blanco? ¿Disfruto su viaje Sir?- preguntaba mientras las piedras se transformaban en semillas y de ellas hiedras se eregian al cielo, llevándose al vampiro con ellas -Pareces más un humano que un demonio ¿Odias tu ser?- el inquisidor apenas habría los ojos, observaba a todos lados, buscando alternativas -No las hay- advirtió Nigromante -Nadie te presta atención, en este momento tus compañeros son solo defensores de sus vidas... Si fueras un vampiro de verdad, si aplicaras el conocimiento militar divino ya habrías buscado la manera de soltarte... pero quien no se acepta como es vive siendo un imbécil y muere con la etiqueta marcada en la piel- sonrío amplia y gustosamente -Púdrete farsante- maldijo, apunto a Zabach hacia el inmortal -Fue un placer haber dado fin a tu asquerosa vida inútil- la esencia del hechizo envolvió al vampiro y se introdujo por sus pies, mientras el hechicero daba media vuelta << Petrofatic insome >> pronuncio, llenándose de placer con el sonido frío que una petrificación lenta puede reproducir.
Como se había burlado del cuerpo pendiendo de la cuerda, se reía de su estupidez, del egocentrismo de un loco reprimido, de alguien que ni siquiera se entendía así mismo, después como gozo el sufrimiento de aquel que ahora se hallaba de rodillas, adoraba ver sus trucos de magia surtiendo el más doloroso efecto en terceros, sus hiedras eran eficaces y eran leales a la fuerza con que Nigromante ordenaba sujetar, después todo se hizo pedazos y unos a otros comenzaron a enfrentarse, era una batalla digna de admirarse, vampiros contra cazadores, humanos comunes contra vampiros, brujos contra brujos y fantasmas contra vampiros, el no estaba deseoso de participar, solo de observar con una sonrisa torcida en sus viejos y arrugados labios que así como echaban maldiciones pronunciaban hechizos que quizás usaría si el vampiro de la calavera en el rostro se dignaba a ordenarle muerte para su oponente, más sin embargo, se mostea egocéntrico como todos, sin tomarlo en cuenta, no tardaría mucho para que el brujo se aburriera de la inactividad.
Estaba a punto de matar al cazador por la espalda, pero una flecha tirada desde algún rincón de la casa osó con desafiarle, arrebatando de forma brusca el pequeño amuleto en el que todo su poder se había concentrado, miro altivo y serio alrededor hasta toparse con la mirada inconfundible de un demonio disfrazado de hombre, un inquisidor... sonrío mientras recogía la piedra mística de Zebach, un artefacto utilizado en tiempos de Merlín y que fue recuperado por la Corte de los Búhos tempo después, una joya de color violeta, muy parecida al ónix que en sus adentros albergaba el poder del quinto conocimiento recabado por el legendario brujo en los tiempos de Arturo mediante un conjuro de energías neutras y de colores contrastantemente oscuros, de esa piedra emanó la energía que le sirvió como escudo tras cada flecha tirada por el condenado -¿Te gusta jugar?- cuestiono tras la ola de tiros -Veamos si con cristales en tu espalda tienes las mismas ganas de ocuparme como tu tiro al blanco- su voz temblorosa pero profunda resonaba en la luz violeta que cada vez se hacia más grande, contenía en ese conjuro una especie de tormenta eléctrica que al ser liberada golpeo al vampiro a las lejanías de la casa donde un vitral fue roto por la silueta que cayo rendida.
El hechicero camino despacio, sacando del bolsillo unas piedras cualquiera que arrojo a la par que se escuchaban los últimos pedazos de vidrio caer al piso -¿Dígame Lord que tal se siente el ser utilizado como tiro al blanco? ¿Disfruto su viaje Sir?- preguntaba mientras las piedras se transformaban en semillas y de ellas hiedras se eregian al cielo, llevándose al vampiro con ellas -Pareces más un humano que un demonio ¿Odias tu ser?- el inquisidor apenas habría los ojos, observaba a todos lados, buscando alternativas -No las hay- advirtió Nigromante -Nadie te presta atención, en este momento tus compañeros son solo defensores de sus vidas... Si fueras un vampiro de verdad, si aplicaras el conocimiento militar divino ya habrías buscado la manera de soltarte... pero quien no se acepta como es vive siendo un imbécil y muere con la etiqueta marcada en la piel- sonrío amplia y gustosamente -Púdrete farsante- maldijo, apunto a Zabach hacia el inmortal -Fue un placer haber dado fin a tu asquerosa vida inútil- la esencia del hechizo envolvió al vampiro y se introdujo por sus pies, mientras el hechicero daba media vuelta << Petrofatic insome >> pronuncio, llenándose de placer con el sonido frío que una petrificación lenta puede reproducir.
Nigromante- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 17/02/2015
Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
Unos cuantos Kilometros fuera de la masón...
Entorne los ojos y negué con la cabeza, Sherlock estaba perdiendo el juicio o quizás era la falta de sueño lo que le hacia ver y suponer cosas donde no las había y hacerlo aún más agresivo que de costumbre, prácticamente me rebato las riendas de las manos y hablaba para si en voz baja o al menos pensaba esos o yo quería suponerlo así y no pensar que la genialidad se le estaba desbordando.
-¿Quieres decirme entonces...?- hable luego de un largo silencio durante el trayecto a galope de mediana velocidad -¿Como supones que una Galería se le llame así sin serlo?- me cruce de brazos -¡Por Dios es lo más absurdo que he escuchado! ¿Estas seguro que esta bien, no te has metido esas hierbas extrañas en tu té o te has golpeado la cabeza durante mi ausencia?- el no contestaba, estaba en trance, no veja su alrededor, ni los arboles frondosos y punta llamaban su atención ni los pequeños espacios oscuros entre planta y planta donde se podía esconder cualquier malechor y quitarnos nuestras pertenencias hasta el carruaje... ¡Como no me iba a preocupar!... si en ese transporte triamos dinero, el dinero que Lestrade me dio antes de partir con tal que le llevará Holmes de regreso a Scotland Yard en Londres lo más pronto posible.
Al poco rato el pidió mi hora -Holmes- replique ante su petición -¿Te das cuenta donde estas metido?... puede ser la guarida perfecta de cualquier ladronzuelo- asentí desesperado -Aqui traemos todo encubierto de la manera más discreta posible y si... si saco el reloj de mi bolsillo- dije en tono más bajo -Alguien lo vera, sabrá que traemos algo y nos ultrajara... y si eso ocurre ¿Como lograras llegar al famoso punto?- negué y cruce los brazos -Me niego a hacerlo- tome unos cuantos minutos para reflexionar seriamente lo que le iba decir -Escucha, solo te estoy acompañando por que me comprometí a llevarte de regreso a Londres, donde verdad hay casos y no tentativas de casos, donde no hay vampiros ni mitos de esos... solo gente común y corriente- inspiré, pero tan pronto como dirigí mi mirada hacia otro punto, el transporte se detuvo sorpresivamente -¿Y ahora que vas a hacer ah?- le conteste molesto ante la mirada severa del detective -Sabes que eso no funciona conmigo Holmes- advertí -Te conozco lo suficiente, aquí tu no eres el único que ha aprendido a deducir ¡Yo también te puedo decir muchas cosas! ¡Como que has perdido el juicio y que estas llegando a la linea de lo aceptable, Sigues las pistas de unas hojas cualquiera y ni siquiera te molestaste en examinar si son genuinas! ¡Dejas ir a un asesino en serie que de la noche a la mañana se hizo una buena persona y se ofreció a la causa solo para guiarte y así pagar el favor que le hizo otro!-reclame furioso y cansado -¡Desde cuando Sherlock Holmes se deja llevar por las coincidencias!- termine mi discurso con la voz entrecortada y la reparación agitada, trate de inspirar profundo mientras Holmes seguía con la misma mirada y la misma frialdad de su rostro, seguía sin replicar, solo me observa a cada momento, abría y cerraba los ojos como si quisiera leer hasta el acento de mi lenguaje -¿Y ahora con que te vas a defender?, mas vale que se un argumento valido antes de que... solo explícate- finalice con un poco más de calma y paciencia en la voz.
Entorne los ojos y negué con la cabeza, Sherlock estaba perdiendo el juicio o quizás era la falta de sueño lo que le hacia ver y suponer cosas donde no las había y hacerlo aún más agresivo que de costumbre, prácticamente me rebato las riendas de las manos y hablaba para si en voz baja o al menos pensaba esos o yo quería suponerlo así y no pensar que la genialidad se le estaba desbordando.
-¿Quieres decirme entonces...?- hable luego de un largo silencio durante el trayecto a galope de mediana velocidad -¿Como supones que una Galería se le llame así sin serlo?- me cruce de brazos -¡Por Dios es lo más absurdo que he escuchado! ¿Estas seguro que esta bien, no te has metido esas hierbas extrañas en tu té o te has golpeado la cabeza durante mi ausencia?- el no contestaba, estaba en trance, no veja su alrededor, ni los arboles frondosos y punta llamaban su atención ni los pequeños espacios oscuros entre planta y planta donde se podía esconder cualquier malechor y quitarnos nuestras pertenencias hasta el carruaje... ¡Como no me iba a preocupar!... si en ese transporte triamos dinero, el dinero que Lestrade me dio antes de partir con tal que le llevará Holmes de regreso a Scotland Yard en Londres lo más pronto posible.
Al poco rato el pidió mi hora -Holmes- replique ante su petición -¿Te das cuenta donde estas metido?... puede ser la guarida perfecta de cualquier ladronzuelo- asentí desesperado -Aqui traemos todo encubierto de la manera más discreta posible y si... si saco el reloj de mi bolsillo- dije en tono más bajo -Alguien lo vera, sabrá que traemos algo y nos ultrajara... y si eso ocurre ¿Como lograras llegar al famoso punto?- negué y cruce los brazos -Me niego a hacerlo- tome unos cuantos minutos para reflexionar seriamente lo que le iba decir -Escucha, solo te estoy acompañando por que me comprometí a llevarte de regreso a Londres, donde verdad hay casos y no tentativas de casos, donde no hay vampiros ni mitos de esos... solo gente común y corriente- inspiré, pero tan pronto como dirigí mi mirada hacia otro punto, el transporte se detuvo sorpresivamente -¿Y ahora que vas a hacer ah?- le conteste molesto ante la mirada severa del detective -Sabes que eso no funciona conmigo Holmes- advertí -Te conozco lo suficiente, aquí tu no eres el único que ha aprendido a deducir ¡Yo también te puedo decir muchas cosas! ¡Como que has perdido el juicio y que estas llegando a la linea de lo aceptable, Sigues las pistas de unas hojas cualquiera y ni siquiera te molestaste en examinar si son genuinas! ¡Dejas ir a un asesino en serie que de la noche a la mañana se hizo una buena persona y se ofreció a la causa solo para guiarte y así pagar el favor que le hizo otro!-reclame furioso y cansado -¡Desde cuando Sherlock Holmes se deja llevar por las coincidencias!- termine mi discurso con la voz entrecortada y la reparación agitada, trate de inspirar profundo mientras Holmes seguía con la misma mirada y la misma frialdad de su rostro, seguía sin replicar, solo me observa a cada momento, abría y cerraba los ojos como si quisiera leer hasta el acento de mi lenguaje -¿Y ahora con que te vas a defender?, mas vale que se un argumento valido antes de que... solo explícate- finalice con un poco más de calma y paciencia en la voz.
J.H. Watson- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/06/2012
Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
-Watson, Watson, Mi querido Watson- contestó con una calma casi imposible que pudiese existir en el detective -No grites que también los animales de los bosques tiene derecho a dormir un poco - suspira y continua -Ahora... Créeme si es así como deduces he fracasado como tu mentor- soltó la rienda de uno de los caballos y se llevó su mano a la cabeza para alborotar a un mas sus cabellos polvorientos y desaliñados que iban en desacorde a un detective consultor de su nivel -¿Acaso no te he enseñado que toda investigación debe ser lenta, que debes observar sin juzgar... ¡Ah! ¡Watson he desperdiciado tantos años de mi vida contigo!- exclamó en un acento exagerado de falso dramatismo -Ahora- retorno a su postura seria y su mirada severa hacia su compañero que no dejaba de respirar de forma agitada -Creí que eras... Eras... Mi amigo, mi compañero de aventuras pero solo veo que te importa Lestrade y su reputación... Soy un cero a la izquierda para ti- volvió a dramatizar -Pero Lestrade es un idiota que no sabe como llegar a su casa sin que yo le diga las calles exactas y se molesta fervientemente cuando lo hago, veámoslo así... Solo le estoy castigando para que se den cuanta que sin mi no son nada sobre todo Lestrade- guardo silencio mientras volvía a acomodarse en el asiento del conductor, dejando las riendas de los caballos fuera del alcance de sus manos -Sabes que necesito un descanso- asintió -Los dos necesitamos un descanso- se giró hacia la ventanilla y saco un recipiente pequeño donde guardaban agua que les servía en los momentos en que sus gargantas estaban completamente secas o durante las duras jornadas bajo el sol que habían tenido que recorrer en el nombre de la misión de hallar la "Galería de las sombras".
-Yo no entiendo doctor- dijo tras beber un sorbo -¿Como es que se muestra tan renuente ahora y un principio era toda dulzura como su encantadora Anastasia?- observo como su amigo se enfureció a un mas -Nunca me la has presentado, así que no me pidas que me sepa el nombre de alguien que no he visto ni en pintura- continuó desinteresadamente -Volviendo al tema que nos atañe... ¿Acaso no fuiste tu el que acudió a ese "asesino en serie" primero que yo? ¿quien comenzó a ser absurdo?- negó -No lo atrape en el momento por que siempre has insistido en que trate con cortesía a las visitas, era tu invitado en mi cuarto de hotel ¿qué querías? solo cumplí tus recomendaciones al pie de la letra, cumplí las órdenes de un buen militar- torció sus labios de la forma en que un bebé hace pucheros de rebeldía -Además el profesor ese... Moriarty, no ha dado ninguna señal de vida desde la ultima vez que lo vi con... Miss Adler- carraspeo la garganta a modo de aclararla -Me aburre la monotonía y las interrupciones de un crimen a otro, así que Lecter puede ser mi pasatiempo mientras Moriarty aparece de nuevo- ofreció el recipiente, que no tardo mucho en ser arrebatado por las manos poco pesadas del doctor militar.
-Prosiguiendo con el tema de discusión, no dejo este caso porque a pesar de que no recibiré paga alguna puesto que la Dominatrix que vine a buscar a muerto en todo este lío, mi cerebro se sobre estimula con la idea de que puede haber una excepción a las reglas impuestas por la sociedad y la iglesia de los parámetros de normalidad... Vampiros o no, brujos o farsantes, lo cierto es que la idea me causa una sensación de morbo, de curiosidad y de estudio completamente científico, seres así o no, debe de haber en ellos algo anatómicamente imperfecto en su anatomía craneal para que les orille a quemar un teatro y jugar al hombre misterioso- guardo silencio por un momento -Y por otro lado dígame mi querido Doctor, me gustaría saber ¿que se siente ser completamente normal, sin un poco mas de intelecto?- sonrío -No deseo que se lo tome a mal mi buen doctor, ¿pero que nunca pudo deducir que mientras usted dormía plácidamente, como un niño adentro del coche, mi mente hervía en busca de respuestas y que en vez de poner hierbas de estricto uso relajante tomaba muestras con el material científico que me trajo usted desde Londres?- hablaba con altiveza -El diario es auténtico, muy viejo pero escrito por un hombre italiano que no pasa de los 30 años, causalmente uso pólvora y ahora debe ser un experto en el arte de las dagas, adinerado pero con un pasado tan terriblemente fatal que debe llevar una máscara como recordatorio de su vergüenza y de su desgracia... Es uno de esos que se osan a llamar cazadores de criaturas, proviene de una prodigiosa familia en ese circulo y ha heredado el legado en la industria de las armerías... Busca venganza antes de su muerte... Por el momento me reservo el diagnóstico de la dolencia que le aqueja porque aun no encuentro con exactitud que pueda ser- suspiro -Lo que si se con seguridad es su nombre: Leviathán Shadow- después de un rato extenso en la platica la mirada retorno con el doctor, el hombre a su costado se mostraba sorprendido y su mano temblaba mientras sostenía el agua -Dejo ese diario plagado con pistas... El si es un buen detective, sabe mas de nosotros que cada uno de los que estamos metidos en este lío, sabe perfectamente que soy partidario de los rompecabezas y además fue tan considerado que me dio oportunidad y tiempo de avisar a la gendarmería de Londres, para que llegase después de que esto terminara, contemplando la posibilidad de que no pudiera terminar con sus propias manos al asesino de teatro- con el doctor boquiabierto, Holmes no tuvo más que reír y cerrar el recipiente del agua, jamás se percataron que los caballos aun cubiertos de los ojos por los costados se mostraban inquietos desde tiempo antes, hasta que a lo lejos el eco de unos vidrios rotos se hizo resonar kilómetros a la redonda, los caballos arrancaron a todo galope, desbocados en dirección misma del mismo ruido, Holmes en medio de los relinchos trataba de tomar desesperadamente las riendas que habían caído al suelo, mientras Watson le presionaba y gritaba que se estrellarían en algún punto del sendero.
-Yo no entiendo doctor- dijo tras beber un sorbo -¿Como es que se muestra tan renuente ahora y un principio era toda dulzura como su encantadora Anastasia?- observo como su amigo se enfureció a un mas -Nunca me la has presentado, así que no me pidas que me sepa el nombre de alguien que no he visto ni en pintura- continuó desinteresadamente -Volviendo al tema que nos atañe... ¿Acaso no fuiste tu el que acudió a ese "asesino en serie" primero que yo? ¿quien comenzó a ser absurdo?- negó -No lo atrape en el momento por que siempre has insistido en que trate con cortesía a las visitas, era tu invitado en mi cuarto de hotel ¿qué querías? solo cumplí tus recomendaciones al pie de la letra, cumplí las órdenes de un buen militar- torció sus labios de la forma en que un bebé hace pucheros de rebeldía -Además el profesor ese... Moriarty, no ha dado ninguna señal de vida desde la ultima vez que lo vi con... Miss Adler- carraspeo la garganta a modo de aclararla -Me aburre la monotonía y las interrupciones de un crimen a otro, así que Lecter puede ser mi pasatiempo mientras Moriarty aparece de nuevo- ofreció el recipiente, que no tardo mucho en ser arrebatado por las manos poco pesadas del doctor militar.
-Prosiguiendo con el tema de discusión, no dejo este caso porque a pesar de que no recibiré paga alguna puesto que la Dominatrix que vine a buscar a muerto en todo este lío, mi cerebro se sobre estimula con la idea de que puede haber una excepción a las reglas impuestas por la sociedad y la iglesia de los parámetros de normalidad... Vampiros o no, brujos o farsantes, lo cierto es que la idea me causa una sensación de morbo, de curiosidad y de estudio completamente científico, seres así o no, debe de haber en ellos algo anatómicamente imperfecto en su anatomía craneal para que les orille a quemar un teatro y jugar al hombre misterioso- guardo silencio por un momento -Y por otro lado dígame mi querido Doctor, me gustaría saber ¿que se siente ser completamente normal, sin un poco mas de intelecto?- sonrío -No deseo que se lo tome a mal mi buen doctor, ¿pero que nunca pudo deducir que mientras usted dormía plácidamente, como un niño adentro del coche, mi mente hervía en busca de respuestas y que en vez de poner hierbas de estricto uso relajante tomaba muestras con el material científico que me trajo usted desde Londres?- hablaba con altiveza -El diario es auténtico, muy viejo pero escrito por un hombre italiano que no pasa de los 30 años, causalmente uso pólvora y ahora debe ser un experto en el arte de las dagas, adinerado pero con un pasado tan terriblemente fatal que debe llevar una máscara como recordatorio de su vergüenza y de su desgracia... Es uno de esos que se osan a llamar cazadores de criaturas, proviene de una prodigiosa familia en ese circulo y ha heredado el legado en la industria de las armerías... Busca venganza antes de su muerte... Por el momento me reservo el diagnóstico de la dolencia que le aqueja porque aun no encuentro con exactitud que pueda ser- suspiro -Lo que si se con seguridad es su nombre: Leviathán Shadow- después de un rato extenso en la platica la mirada retorno con el doctor, el hombre a su costado se mostraba sorprendido y su mano temblaba mientras sostenía el agua -Dejo ese diario plagado con pistas... El si es un buen detective, sabe mas de nosotros que cada uno de los que estamos metidos en este lío, sabe perfectamente que soy partidario de los rompecabezas y además fue tan considerado que me dio oportunidad y tiempo de avisar a la gendarmería de Londres, para que llegase después de que esto terminara, contemplando la posibilidad de que no pudiera terminar con sus propias manos al asesino de teatro- con el doctor boquiabierto, Holmes no tuvo más que reír y cerrar el recipiente del agua, jamás se percataron que los caballos aun cubiertos de los ojos por los costados se mostraban inquietos desde tiempo antes, hasta que a lo lejos el eco de unos vidrios rotos se hizo resonar kilómetros a la redonda, los caballos arrancaron a todo galope, desbocados en dirección misma del mismo ruido, Holmes en medio de los relinchos trataba de tomar desesperadamente las riendas que habían caído al suelo, mientras Watson le presionaba y gritaba que se estrellarían en algún punto del sendero.
Sherlock Holmes- Humano Clase Media
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Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
No podía creer lo que salía de su boca, era imposible desde luego no podíamos estar hablando del mismo angel Si fuera asi, ya hubiera sido atrapado… Queria seguir pero cada palabra que me decía empezaba a hacer una leve mella en mi y que dudara de a quien le había entregado mi corazón Él no me mentiría, estoy segura Me lleve mis manos a mi pecho sintiendo que asi era, que quizás mintiese al resto del mundo pero no a mi. La miraba con cautela moverse, intentando anticipar cada uno de sus movimientos aunque lo lograse no serviría de mucho pues ella iba armada al contrario de mi Claro que lo traicionaste, le diste tu palabra… le descubriste el rostro, dejaste de ser su musa de la musica Me había contado de que era su estrella de sus obras y ella le había abandonado en su momento mas importante
¿Bueno? Un hombre que se vale de otras personas para desorientar a su “enemigo” y asi atacarle, no es bueno… además si como dices mi angel es malo… ¿Qué tiene de bueno un hombre que será verdugo arrebatando la vida de otro ser vivo como quiere hacer? Pregunte cuestionando sus palabras porque por mucho que mi angel hiciera daño, él tampoco era bueno si se convertia en verdugo Yo… A esas preguntas no podía responderle porque muchas veces si me lo había preguntado a mi misma y no había sabido que responderme No voy a alejarme de él, confio en él, en que no me hara daño nunca porque… porque le importo No me importaba lo que pudiera decirme porque yo había vivido con él desde aquel incidente en el teatro y sabia que de querer hacerme daño ya lo habría hecho ¿Cómo que era él? ¿Por qué te sorprendes de que siga viva? No, él no me amenazaría. No voy a huir, siempre estare a su lado pase lo que pase Ambas estábamos bastante alteradas ella no me conocía y creía que iba a hacerla algo y yo estaba muy sorprendida de encontrarla allí, pues era lo ultimo que hubiera pensado ver en un lugar como este
En ningún momento de nuestra conversación habíamos dejado de mirarnos y de buscar algo que pudiera usarse para cambiar la opinión de la otra aunque no veía que hubiera solución a eso, cada una tenia su teoría y no cederíamos, hasta que se empezó a escuchar mucho bullicio y disparos, lo cual me alarmo, preocupo y asusto demasiado haciendo que mirase hacia el picaporte. No me había dado tiempo a reaccionar cuando ella ya estaba impidiéndome el paso ¿Por mi bien? Yo solo quiero salir de aquí con mi angel, alejarle de esto… Exclame anguistia pasando saliva al ver con la maestria que manejaba la daga ¡Por favor! ¡Dejame que me lo lleve! Mi cuerpo se estremecio y perdió el color de solo pensar que aquí él encontrara la muerte, era como si ya ese puñal que tenia la mujer en su mano estuviera clavado en mi corazón Porque es mi todo… si yo me le llevo, todo esto se detendrá, no habrá muertes ni dolor Tenia que intentarlo todo y sino me dejaba salir tendría que buscar la manera y lo haría sin importar lo que ella quisiera hacerme, yo le suplicaria como estaba haciendo pero si quería guerra la tendría No lo se, pero buscare la manera de salir de aquí No era una amenaza pero tampoco una mentira ¡Por favor, por favor, dejame ir a buscarle! Algunas lagrimas salieron de mis ojos en aquella ultima suplica
¿Bueno? Un hombre que se vale de otras personas para desorientar a su “enemigo” y asi atacarle, no es bueno… además si como dices mi angel es malo… ¿Qué tiene de bueno un hombre que será verdugo arrebatando la vida de otro ser vivo como quiere hacer? Pregunte cuestionando sus palabras porque por mucho que mi angel hiciera daño, él tampoco era bueno si se convertia en verdugo Yo… A esas preguntas no podía responderle porque muchas veces si me lo había preguntado a mi misma y no había sabido que responderme No voy a alejarme de él, confio en él, en que no me hara daño nunca porque… porque le importo No me importaba lo que pudiera decirme porque yo había vivido con él desde aquel incidente en el teatro y sabia que de querer hacerme daño ya lo habría hecho ¿Cómo que era él? ¿Por qué te sorprendes de que siga viva? No, él no me amenazaría. No voy a huir, siempre estare a su lado pase lo que pase Ambas estábamos bastante alteradas ella no me conocía y creía que iba a hacerla algo y yo estaba muy sorprendida de encontrarla allí, pues era lo ultimo que hubiera pensado ver en un lugar como este
En ningún momento de nuestra conversación habíamos dejado de mirarnos y de buscar algo que pudiera usarse para cambiar la opinión de la otra aunque no veía que hubiera solución a eso, cada una tenia su teoría y no cederíamos, hasta que se empezó a escuchar mucho bullicio y disparos, lo cual me alarmo, preocupo y asusto demasiado haciendo que mirase hacia el picaporte. No me había dado tiempo a reaccionar cuando ella ya estaba impidiéndome el paso ¿Por mi bien? Yo solo quiero salir de aquí con mi angel, alejarle de esto… Exclame anguistia pasando saliva al ver con la maestria que manejaba la daga ¡Por favor! ¡Dejame que me lo lleve! Mi cuerpo se estremecio y perdió el color de solo pensar que aquí él encontrara la muerte, era como si ya ese puñal que tenia la mujer en su mano estuviera clavado en mi corazón Porque es mi todo… si yo me le llevo, todo esto se detendrá, no habrá muertes ni dolor Tenia que intentarlo todo y sino me dejaba salir tendría que buscar la manera y lo haría sin importar lo que ella quisiera hacerme, yo le suplicaria como estaba haciendo pero si quería guerra la tendría No lo se, pero buscare la manera de salir de aquí No era una amenaza pero tampoco una mentira ¡Por favor, por favor, dejame ir a buscarle! Algunas lagrimas salieron de mis ojos en aquella ultima suplica
Amaris Scander- Humano Clase Baja
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Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
No me hizo absolutamente nada ofensivo como yo lo esperaba, por el contrario, hablaba en defensa de esa...cosa, a cada argumento que le di tenia una justificación que según ella entraba en la lógica del perdón, de la compasión y ¿Del amor?, me negué a creerlo, trate de desechar la idea pero es que todo apuntaba a ese sagrado sentir del cual dudaba que The Phantom supiera el su significado -¿Que otro sentimiento puede ser capaz de cegar los ojos de una persona ante la verdad que se postra ante ella?- pensaba, pero no había otro, salvo el odio, pero ese mujer no lo detestaba por el contrario mostraba un apego a la idealización del maldito vampiro como un salvador, un héroe, un... hombre que sentía... ¿Era posible?, quede atónita, no quería, pero ella... ella parecía tener toda la razón: Estaba viva y ni siquiera le había tocado un solo cabello aún cuando The Phantom amenazo con matar al que ocupaba el palco numero cinco.
El puño fue relajandose, el arma dejaba de templar en él, por un momento baje la guardia, recordaba cada una de las palabras de la chica y de pronto ate los cabos sueltos, él no la amaba... seguramente se valió de su teatralidad innata para conseguirle como aliada, una aliada que usaba lágrimas para distraerme y ganar tiempo suficiente para matar a Leviathán lentamente, ademas esa víbora inmortal, sabia perfectamente que era un ser que pese a su transformación jamás dejó de sentir piedad como humano.
Veía las lágrimas en sus ojos, cautivas aún y aunque eso me partía el corazón debía portarme tan fría como fuese posible -Muy buena actuación de tu parte- hable con altivez -¿Te lo enseño él? ¿Te dijo como actuar ante mi?- el arco de mi ceja se levanto mientras le veja severamente -Querida refutaré de todo tu discurso verbo por verbo con la única finalidad de intentar quitar de tus ojos esa máscara invisible que él te puso en los ojos y que no te deja ver ni pensar con claridad- deje la daga en la pequeña mesita de noche donde tantas noches dejaba aquellas hojas que Leviathán me había dado noches antes y que ahora permanecían en un escondite lejos del alcance de los demonios como el fantasma - Primero- mis pasos comenzaron a retornar a donde ella estaba -Ese infeliz es demasiado astuto y se las ha arreglado durante siglos para hacerse pasar por un fantasma que no existe en el teatro, segundo... el le miente a todo el mundo y eso te incluye, es manipulador por naturaleza, un hombre capaz de todo y que nunca te mostrará su verdadera cara- masculle entre dientes, los tacones pegaban discretos en el piso, un lento andar para una efectiva intimidación de un humano cualquiera -Mi traición puede o no estar en duda, pero si tu tan solo conocieras a esa gárgola maldita, habrías hecho exactamente lo mismo, yo no era su musa iba ser solo una mujer condenada a servirle como voz, ¡Como una mujer que le tendría que ver su horripilante cara descubierto noche tras noche, obligada a amarla! ¡A alabar a ese adefesio que tiene por rostro!- exclame furiosa pero ella no parecía importarle, continuaba siendo arisca y callada, conteniendo lágrimas, pareciendo ser fuerte y de esa manera cerrar sus oídos a toda verdad de su supuesto "ángel" -Yo creo que si tu lo vieras sin nada en el rostro también saldrías corriendo- desafíe - Su muerte la tiene más que merecida, moneda con moneda se paga y así como V utiliza a otros para distraer al enemigo, The Phantom hizo lo mismo contigo y con muchos otros... debiste preguntarle primero sin no tenia un oscuro secreto en el cementerio Montmartre- fruncí el ceño, entrecerraba los ojos, analizaba sus expresiones -¿Te suena familiar?- le cuestione al ver en su rostro la sorpresa impresa en cada facción, en cada mueca -The Phantom no quiere a nadie, solo a si mismo, él mata a todo lo que encuentra en su paso le estorbe o no, es un ¡Asesino!- exclame a centímetros de de su rostro, a donde mis pasos me habían conducido, done se habían detenido, estábamos cara a cara, cada quien defendiendo al rival de su preferencia -Es un maldito asesino, si te mantiene con vida es solo hasta que le sirvas o le aburras ¡Ya parece que él se iba a fijar en alguien como tú, que no ofreces ningún atributo atisticamente atractivo!... solo eres un anzuelo, carne de cañón que me entretiene mientras trata de matar al cazador... ¿Por cierto no se te hace extraño que se a un cazador el que pretenda matarle y nu cualquier hijo de Don nadie?- el bullicio fuera de la habitación incrementaba cada vez su intensidad, lo ultimo que escuche fueron cristales rompiéndose sorpresivamente, mis ojos parecieron hacerse grande ¿Y si Leviathán esta herido?, el corazón se estremeció, la angustia acaparo mis nervios y a ella parecía causarle el mismo efecto, solo que ella lo hacia más evidente, al grado que no dejaba de mirar el cerrojo de la puerta y moverse inquieta en su mismo lugar -Por lo visto tu insistes ¿Cierto?, nada de lo que te dije te hará cambiar de opinión... ¡El es un maldito perro infeliz!.- exclame y le tome con brusquedad y fuerza desmedida el antebrazo, tal parecía que en cualquier momento se lo rompería, pero eso era lo que menos me importaba ahora -¿¡Quieres ir a verle no!?- le cuestione llevándola con agresividad de vuelta hacia la puerta, mientras ella trataba de soltarse de mis garras, casi la llevaba a rastras y todo por su odio infundado por The Phantom, pero muy pronto le devolvería el favor, quitándole una máscara mucho peor a todas las que había utilizado, porque esta vez se atrevió a enamorar con esa tela invisible a un ser inocente que solo Dios sabe que más le entrego además de su compasión -No hace falta que escapes, no hace falta nada de eso... yo te voy a llevar con él, para que veas de lo que en realidad es capaz ¿¡Entendiste!?- abro la puerta aún sabiendo, que Leviathán y Vasari me lo había prohibido terminantemente, pero tenia que hacerlo, ella debía creerme... al tornar la vista pude ver que la joven aún seguía forcejeando y quejándose, creo que gritaba su nombre, había mucho ruido para distinguir lo que se decía y también de la temperatura que reinaba la mansión. había señas de fuego, la casa se estaba incendiando lentamente.. corrí más rápido, tan veloz como la zapatillas y el peso de la chica me lo permitían, finalmente llegamos a la orilla de las escaleras, allí estaba The Phantom forcejeando con Solomon, mi corazón se lleno de miedo por él y por Leviathán que permanecía en el piso sin moverse -¡Observalo, contempla lo que ha hecho de esta casa y dime si esto es obra de un ángel!- señale con dedo acusador al vampiro que se batía con el viejo cazador -Mira como ha dejado al hombre que yace de rodillas en el piso- la tome por el mentón -¡Abre los ojos, que eso no es la acción celestial de un ángel, es el acto de un monstruo infame, que no ama a nadie, que no aprecia la vida!- reclamaba molesta, tratando de ocultar con mi cuerpo el resto de la escena, pues por dentro por más fría que tratará de ser, la aflicción y su sufrimiento me estaba partiendo el alma... De pronto unos cuantos tiros perpetraron los demás sonidos del lugar, ella intento correr, yo la detuve... le empuje esta vez con más cuidado tratando de contener sus pasos hacia el pie de la escalera -No me obligues a utilizar fuerzas que no conoces... nos meteremos en esa puerta hasta que todo esto se calme, a él no le pasará nada por desgracia... el es un vampiro- pronuncie sin pensar ¿Que había hecho? ¿Habría caído con aquellas palabras su ídolo?... no lo sé... pero no pareció importarle, ella quería asegurarse que iba estar bien, pero yo me encargaría que del segundo piso frente a la habitación de Teobaldo permaneciéramos las dos, hasta que alguna de las dos recibiéramos la noticia que Leviathán o The Phantom habían muerto.
El puño fue relajandose, el arma dejaba de templar en él, por un momento baje la guardia, recordaba cada una de las palabras de la chica y de pronto ate los cabos sueltos, él no la amaba... seguramente se valió de su teatralidad innata para conseguirle como aliada, una aliada que usaba lágrimas para distraerme y ganar tiempo suficiente para matar a Leviathán lentamente, ademas esa víbora inmortal, sabia perfectamente que era un ser que pese a su transformación jamás dejó de sentir piedad como humano.
Veía las lágrimas en sus ojos, cautivas aún y aunque eso me partía el corazón debía portarme tan fría como fuese posible -Muy buena actuación de tu parte- hable con altivez -¿Te lo enseño él? ¿Te dijo como actuar ante mi?- el arco de mi ceja se levanto mientras le veja severamente -Querida refutaré de todo tu discurso verbo por verbo con la única finalidad de intentar quitar de tus ojos esa máscara invisible que él te puso en los ojos y que no te deja ver ni pensar con claridad- deje la daga en la pequeña mesita de noche donde tantas noches dejaba aquellas hojas que Leviathán me había dado noches antes y que ahora permanecían en un escondite lejos del alcance de los demonios como el fantasma - Primero- mis pasos comenzaron a retornar a donde ella estaba -Ese infeliz es demasiado astuto y se las ha arreglado durante siglos para hacerse pasar por un fantasma que no existe en el teatro, segundo... el le miente a todo el mundo y eso te incluye, es manipulador por naturaleza, un hombre capaz de todo y que nunca te mostrará su verdadera cara- masculle entre dientes, los tacones pegaban discretos en el piso, un lento andar para una efectiva intimidación de un humano cualquiera -Mi traición puede o no estar en duda, pero si tu tan solo conocieras a esa gárgola maldita, habrías hecho exactamente lo mismo, yo no era su musa iba ser solo una mujer condenada a servirle como voz, ¡Como una mujer que le tendría que ver su horripilante cara descubierto noche tras noche, obligada a amarla! ¡A alabar a ese adefesio que tiene por rostro!- exclame furiosa pero ella no parecía importarle, continuaba siendo arisca y callada, conteniendo lágrimas, pareciendo ser fuerte y de esa manera cerrar sus oídos a toda verdad de su supuesto "ángel" -Yo creo que si tu lo vieras sin nada en el rostro también saldrías corriendo- desafíe - Su muerte la tiene más que merecida, moneda con moneda se paga y así como V utiliza a otros para distraer al enemigo, The Phantom hizo lo mismo contigo y con muchos otros... debiste preguntarle primero sin no tenia un oscuro secreto en el cementerio Montmartre- fruncí el ceño, entrecerraba los ojos, analizaba sus expresiones -¿Te suena familiar?- le cuestione al ver en su rostro la sorpresa impresa en cada facción, en cada mueca -The Phantom no quiere a nadie, solo a si mismo, él mata a todo lo que encuentra en su paso le estorbe o no, es un ¡Asesino!- exclame a centímetros de de su rostro, a donde mis pasos me habían conducido, done se habían detenido, estábamos cara a cara, cada quien defendiendo al rival de su preferencia -Es un maldito asesino, si te mantiene con vida es solo hasta que le sirvas o le aburras ¡Ya parece que él se iba a fijar en alguien como tú, que no ofreces ningún atributo atisticamente atractivo!... solo eres un anzuelo, carne de cañón que me entretiene mientras trata de matar al cazador... ¿Por cierto no se te hace extraño que se a un cazador el que pretenda matarle y nu cualquier hijo de Don nadie?- el bullicio fuera de la habitación incrementaba cada vez su intensidad, lo ultimo que escuche fueron cristales rompiéndose sorpresivamente, mis ojos parecieron hacerse grande ¿Y si Leviathán esta herido?, el corazón se estremeció, la angustia acaparo mis nervios y a ella parecía causarle el mismo efecto, solo que ella lo hacia más evidente, al grado que no dejaba de mirar el cerrojo de la puerta y moverse inquieta en su mismo lugar -Por lo visto tu insistes ¿Cierto?, nada de lo que te dije te hará cambiar de opinión... ¡El es un maldito perro infeliz!.- exclame y le tome con brusquedad y fuerza desmedida el antebrazo, tal parecía que en cualquier momento se lo rompería, pero eso era lo que menos me importaba ahora -¿¡Quieres ir a verle no!?- le cuestione llevándola con agresividad de vuelta hacia la puerta, mientras ella trataba de soltarse de mis garras, casi la llevaba a rastras y todo por su odio infundado por The Phantom, pero muy pronto le devolvería el favor, quitándole una máscara mucho peor a todas las que había utilizado, porque esta vez se atrevió a enamorar con esa tela invisible a un ser inocente que solo Dios sabe que más le entrego además de su compasión -No hace falta que escapes, no hace falta nada de eso... yo te voy a llevar con él, para que veas de lo que en realidad es capaz ¿¡Entendiste!?- abro la puerta aún sabiendo, que Leviathán y Vasari me lo había prohibido terminantemente, pero tenia que hacerlo, ella debía creerme... al tornar la vista pude ver que la joven aún seguía forcejeando y quejándose, creo que gritaba su nombre, había mucho ruido para distinguir lo que se decía y también de la temperatura que reinaba la mansión. había señas de fuego, la casa se estaba incendiando lentamente.. corrí más rápido, tan veloz como la zapatillas y el peso de la chica me lo permitían, finalmente llegamos a la orilla de las escaleras, allí estaba The Phantom forcejeando con Solomon, mi corazón se lleno de miedo por él y por Leviathán que permanecía en el piso sin moverse -¡Observalo, contempla lo que ha hecho de esta casa y dime si esto es obra de un ángel!- señale con dedo acusador al vampiro que se batía con el viejo cazador -Mira como ha dejado al hombre que yace de rodillas en el piso- la tome por el mentón -¡Abre los ojos, que eso no es la acción celestial de un ángel, es el acto de un monstruo infame, que no ama a nadie, que no aprecia la vida!- reclamaba molesta, tratando de ocultar con mi cuerpo el resto de la escena, pues por dentro por más fría que tratará de ser, la aflicción y su sufrimiento me estaba partiendo el alma... De pronto unos cuantos tiros perpetraron los demás sonidos del lugar, ella intento correr, yo la detuve... le empuje esta vez con más cuidado tratando de contener sus pasos hacia el pie de la escalera -No me obligues a utilizar fuerzas que no conoces... nos meteremos en esa puerta hasta que todo esto se calme, a él no le pasará nada por desgracia... el es un vampiro- pronuncie sin pensar ¿Que había hecho? ¿Habría caído con aquellas palabras su ídolo?... no lo sé... pero no pareció importarle, ella quería asegurarse que iba estar bien, pero yo me encargaría que del segundo piso frente a la habitación de Teobaldo permaneciéramos las dos, hasta que alguna de las dos recibiéramos la noticia que Leviathán o The Phantom habían muerto.
Montserrat Vasari- Vampiro Clase Media
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Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
Mi forma de ser no era para nada agresiva pero si tenía que sacar fuerzas y fuego de donde fuera para poder protegerle y poder lograr mi objetivo. No podía permitirme caer ante sus palabras aunque si que me había hecho dudar en varias ocasiones con sus palabras ¿Tendría razón? Parecía tan segura de sus palabras y ella le conocía de más tiempo que yo ¿Podria tener mi angel una cara oculta?
Lo que sucedia fuera parecía otro mundo y aquí mismo teníamos el nuestro donde todo asemajaba de que vendría el relajo que podía verlo en su mano en la cual empuñaba la daga ¿Actuacion? ¿Actuar ante ti? Yo no debería estar aquí, él no quería que estuviera aqui pero vine por mi voluntad Todo parecía muy confuso entre nosotras porque quería hacerme ver algo que por mucho que intentara no conseguiría nunca Él no es asi, te confundes, no le conoces en absoluto Se estaba volviendo a molestar con cada palabra que decía Yo he visto su rostro noche tras noche desde el incendio en el teatro y no le veo nada de malo Suspire mirando el suelo porque desde la primera noche que me había dejado quitarle la mascara, me había sentido mas unida a él, había compartido aquello que mas le dolia y lo había tomado y acariciado y besado, cada cicatriz, cada marca y no había sentido repudio, ni ganas de salir corriendo al contrario, le había buscado noche tras noche ¿Oscuro secreto? Alce una ceja sorprendida al escucharla hablar de aquel luega, habia sido el lugar donde nos habíamos conocido, donde él me había protegido de la tormenta de nieve, donde había conocido a un hombre sensible y dulce.
Durante nuestra conversación había mencionado que conocía al hombre que dormia en aquel pateon donde nos refugiabamos ¿Por qué sigo viva yo entonces? Cerre los ojos al tenerla tan cerca, nunca me había pedido nada y siempre me lo había dado todo asique estaba seguro de que debía confundirse. Sus palabras me hirieron en los mas hondo cuando dijo que no se fijaría en alguien como yo pues ya me había sentido asi cuando la había visto por primera vez en el teatro y la forma en que se trataron, yo era una niña al lado de ella ¿Un caza…? No termine de preguntar cuando se escucharon mas ruidos fuera, cristales rotos, alboroto lo que me hacia preocuparme mucho mas ¿Cómo estaría mi angel? Nada, yo se lo que vi y sentí En eso era determinante hasta que ahogue un gemido de queja cuando me agarro de aquella manera, haciéndome daño Si, si quiero No me importaba lo que tuviera que sufrir si lograba mi cometido, intentando zafarme sin resultado… me arrastraba hacia algún lugar de la casa y solo podía rebelarme de la mejor manera que podía ¿Y por que me haces daño? Asenti a su “orden” siguendola aun con rebeldía pero menos que al principio mientras mascullaba quejas y peticiones de que mi angel estuviera a salvo.
La casa parecía caerse a trozos, el fuego empezaba a devorar cada resquicio que encontraba a su camino, mientras miraba al mi alrededor bastante asustada, recordaba el incendio del teatro y había quedado atrapada pero mi angel había estado para salvarme. No había visto nada con detalle hasta que nos habíamos parado al lado de unas escaleras donde segui con la vista su brazo hasta su dedo ¡Oh! Me tape la boca al ver aquel escenario, estaban peleando y el otro hombre en el suelo cerrando los ojos con fuerza y girando la cabeza hasta que ella me tomo del mentón ¡No es un monstruo! Susurre mientras mis lagrimas empezaron a salir al ver aquella escena, todo el mundo que me había creado comenzaba derrumbarse como pequeños cristales que de despedazaban al encontrarse con el suelo. No quería ver mas, no quería ser una observadora de aquella escena y cuando es escucharon mas tiros intente huir, ahora sabia que haber ido hasta allí, solo había sido un gran error, que no podía protegerle, que él deseaba estar en ese lugar, luchando por lo que fuera que creyera porque no era para protegerme como me había dicho ¿Un vampiro? Si todo tenia sentido ahora y ella probablemente tambien debia serlo pero estaba tan confusa y shockeada que no era capaz de reaccionar, solo quería volver a mi vida, una en la que no me sintiera tan dolida y estúpida como ahora Ahora ya puedes matarme, ya has cumplido tu objetivo de abrirme los ojos ¿Te sientes mejor de haberlo conseguido? ¿Te alegra verme asi, de destruir mi mundo? Ya no tenia nada sentido, ni significado, yo solo había ido con la idea de sacarle de allí, de poder vivir un cuento de hadas como los que alguna vez había leído y solo era eso un cuento, nada real ¿Dónde me llevas? Pregunte cuando volvió a tirar de mi hacia otra habitación y entrando en ella, cayendo al suelo al fallarme las piernas en cuanto estuvimos a salvo de todo lo que estaba aconteciendo
Lo que sucedia fuera parecía otro mundo y aquí mismo teníamos el nuestro donde todo asemajaba de que vendría el relajo que podía verlo en su mano en la cual empuñaba la daga ¿Actuacion? ¿Actuar ante ti? Yo no debería estar aquí, él no quería que estuviera aqui pero vine por mi voluntad Todo parecía muy confuso entre nosotras porque quería hacerme ver algo que por mucho que intentara no conseguiría nunca Él no es asi, te confundes, no le conoces en absoluto Se estaba volviendo a molestar con cada palabra que decía Yo he visto su rostro noche tras noche desde el incendio en el teatro y no le veo nada de malo Suspire mirando el suelo porque desde la primera noche que me había dejado quitarle la mascara, me había sentido mas unida a él, había compartido aquello que mas le dolia y lo había tomado y acariciado y besado, cada cicatriz, cada marca y no había sentido repudio, ni ganas de salir corriendo al contrario, le había buscado noche tras noche ¿Oscuro secreto? Alce una ceja sorprendida al escucharla hablar de aquel luega, habia sido el lugar donde nos habíamos conocido, donde él me había protegido de la tormenta de nieve, donde había conocido a un hombre sensible y dulce.
Durante nuestra conversación había mencionado que conocía al hombre que dormia en aquel pateon donde nos refugiabamos ¿Por qué sigo viva yo entonces? Cerre los ojos al tenerla tan cerca, nunca me había pedido nada y siempre me lo había dado todo asique estaba seguro de que debía confundirse. Sus palabras me hirieron en los mas hondo cuando dijo que no se fijaría en alguien como yo pues ya me había sentido asi cuando la había visto por primera vez en el teatro y la forma en que se trataron, yo era una niña al lado de ella ¿Un caza…? No termine de preguntar cuando se escucharon mas ruidos fuera, cristales rotos, alboroto lo que me hacia preocuparme mucho mas ¿Cómo estaría mi angel? Nada, yo se lo que vi y sentí En eso era determinante hasta que ahogue un gemido de queja cuando me agarro de aquella manera, haciéndome daño Si, si quiero No me importaba lo que tuviera que sufrir si lograba mi cometido, intentando zafarme sin resultado… me arrastraba hacia algún lugar de la casa y solo podía rebelarme de la mejor manera que podía ¿Y por que me haces daño? Asenti a su “orden” siguendola aun con rebeldía pero menos que al principio mientras mascullaba quejas y peticiones de que mi angel estuviera a salvo.
La casa parecía caerse a trozos, el fuego empezaba a devorar cada resquicio que encontraba a su camino, mientras miraba al mi alrededor bastante asustada, recordaba el incendio del teatro y había quedado atrapada pero mi angel había estado para salvarme. No había visto nada con detalle hasta que nos habíamos parado al lado de unas escaleras donde segui con la vista su brazo hasta su dedo ¡Oh! Me tape la boca al ver aquel escenario, estaban peleando y el otro hombre en el suelo cerrando los ojos con fuerza y girando la cabeza hasta que ella me tomo del mentón ¡No es un monstruo! Susurre mientras mis lagrimas empezaron a salir al ver aquella escena, todo el mundo que me había creado comenzaba derrumbarse como pequeños cristales que de despedazaban al encontrarse con el suelo. No quería ver mas, no quería ser una observadora de aquella escena y cuando es escucharon mas tiros intente huir, ahora sabia que haber ido hasta allí, solo había sido un gran error, que no podía protegerle, que él deseaba estar en ese lugar, luchando por lo que fuera que creyera porque no era para protegerme como me había dicho ¿Un vampiro? Si todo tenia sentido ahora y ella probablemente tambien debia serlo pero estaba tan confusa y shockeada que no era capaz de reaccionar, solo quería volver a mi vida, una en la que no me sintiera tan dolida y estúpida como ahora Ahora ya puedes matarme, ya has cumplido tu objetivo de abrirme los ojos ¿Te sientes mejor de haberlo conseguido? ¿Te alegra verme asi, de destruir mi mundo? Ya no tenia nada sentido, ni significado, yo solo había ido con la idea de sacarle de allí, de poder vivir un cuento de hadas como los que alguna vez había leído y solo era eso un cuento, nada real ¿Dónde me llevas? Pregunte cuando volvió a tirar de mi hacia otra habitación y entrando en ella, cayendo al suelo al fallarme las piernas en cuanto estuvimos a salvo de todo lo que estaba aconteciendo
Amaris Scander- Humano Clase Baja
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Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
Los sinsabores que sobraban en el cazador en aquellos momentos eran demasiado precisos y no había forma en que lo hicieran sentir como el hombre joven que alguna vez fue, el brazo comenzaba a agotarse, temblaba ante la fuerza aplicada para tratar de detener cada embestida dada con una furia desmedida, un coraje bestial del cual solo las fieras eran capaces de ejecutar si estaban hambrientas desde días atrás. Solomon no podía recordar un enfrentamiento así con un vampiro, el viejo cazador colmado de años de experiencia empezaba a decirse así mismo que su oponente era un idiota que no sabia lo que su naturaleza significaba y conllevaba, cualquier otro vampiro en su sano juicio hubiese utilizado cualquier otra alternativa en vez de la espada, ya lo hubiera despedazado con sus colmillos diabólicos, ya le hubiera quebrado a la mitad, pero allí estaba, si hacer nada de eso, se batía como un humano cualquiera - Eres un farsante ¿sabias eso?- sonrío mientras el combate seguía en pie -Otro en tu lugar ya hubiera aprovechado otros recursos, alguien como tu, que presume de ser el propio ángel de la muerte, que se jacta de tener tanto poder no hace nada para acabar con sus enemigos que no sea mediante espadas y aliados- las palabras parecían calarle porque la espada se movía más rápido, con mas fuerza como si de cortar cabezas se refería -¿Ofendí a su ilustrísima?- dijo mofándose, arqueando las cejas, con la sonrisa dibujada en los labios y en las arrugas de sus pliegues, en la mirada y las arrugas alrededor de ella -La verdad duele al final ¿no?- asintió -agradéceme- inspiro tratando de tomar oxigeno que bastante falta le hacia -Yo fui además de Leviathán, el único que te hizo ver la verdad de lo que eres, el que rasgo un poco mas de esa mascara invisible que llevas en la mente, esa muralla que se esta cayendo a pedazos demasiado rápido y te esta dejando ver el mundo tal y como es ¡Maldito infeliz!- tomo con fuerza la empuñadura de madera de la espada, con impulso dio solo un roce con los filos del dorso, pero sólo consiguió rasgarle la ropa, el daño no se hizo profundo, su oponente perdió la guardia para observar la zona rasgada y Solomon aprovecho para de una patada tirarlo al piso, el cazador le vio desde las alturas con orgullo y seriedad, toda sonrisa de su rostro se había borrado de su rostro -Tu envenenaste a mi hija... Le vendiste a Montserrat la misma farsa de tu propio mundo narcisista- el cuerpo de la espada empezó a desplazarse por el cuerpo del vampiro caído, amenazando con mortal plata el corazón de The Phantom -Querias obligar a amar ese adefesio que tienes por ¡Rostro!- rasgo con la punta la mascara que al ser tan frágil se rompió en dos, calleándose a los lados, Solomon no supo si le había rasgado también el rostro, el hombre se cubrió rápidamente soltando la espada, maldiciéndolo, deseando su muerte, pero Solomon permanecía quieto con un pie encima del cuerpo de su presa de caza, oprimiendo su pecho -¿Quién es el insecto ahora?- masculló entre dientes mientras la empuñadura era tomada entre ambas manos del cazador viejo y cansado, el cuerpo afilado del arma se alzaba justo a la altura del cuello de Solomon, mientras el cuerpo y la punta se dirigían al corazón, las pupilas se dilataban y su corazón latía cada vez más a prisa, su emoción era demasiada que ni siquiera se percató que una de las manos que cubrían el rostro se había separado de el, para tomar el arma del vampiro, mismo que embistió para rasgarle los pantalones y herirle en el muslo, tirándolo al piso al instante en que también la sangre salía a borbotones, sin embargo Solomon se movía, se levanto con dolor y el combate empezó de nuevo, entre los barrotes de la escalera, entre la cristalería que caía al suelo por su paso, viejas piezas que servían como escudos involuntarios, muebles cuyas astillas salían a relucir cada que la espada embestía por error encima de ellos, finalmente y después de una persecución interminable por las escasas sombras donde el hombre intentaba esconder su rostro, el se dejo ver, sin mascara, con la cara sangrada de la frente hasta su pómulo derecho, si... Solomon le hirió después de todo.
El cazador retrocedió horrorizado ante lo que vio, bajo la guardia mientras su boca se abría de par en par -Dios mío- murmuro y entonces el vampiro volvió a embestir esta vez en el brazo del cazador que tras el dolor del muslo y la nueva herida perdió equilibrio cayendo al piso y dejando más sangre a su paso, ahora la escena se invertía y era el vampiro el que estaba casi encima de el -¿Que esperas?- cuestiono severo - Mátame de una vez ¡Matame!- ordenó -Quitame la idea de que eres un adefesio, bueno para nada- concluyó a modo de provocación, a pesar de estar en el piso cuidaba su postura erguida y orgullosa, su respiración era rápida y entrecortada a causa del dolor y la incertidumbre y con la mirada le retaba a que lo hiciera, después de todo estaba desarmado, tras la caída la espada quedo lejos del alcance de Solomon Vasari - Adiós mi pequeña sol y aristas- murmuro mientas escuchaba el diálogo molesto del vampiro que alzaba la espada con firmeza.
El cazador retrocedió horrorizado ante lo que vio, bajo la guardia mientras su boca se abría de par en par -Dios mío- murmuro y entonces el vampiro volvió a embestir esta vez en el brazo del cazador que tras el dolor del muslo y la nueva herida perdió equilibrio cayendo al piso y dejando más sangre a su paso, ahora la escena se invertía y era el vampiro el que estaba casi encima de el -¿Que esperas?- cuestiono severo - Mátame de una vez ¡Matame!- ordenó -Quitame la idea de que eres un adefesio, bueno para nada- concluyó a modo de provocación, a pesar de estar en el piso cuidaba su postura erguida y orgullosa, su respiración era rápida y entrecortada a causa del dolor y la incertidumbre y con la mirada le retaba a que lo hiciera, después de todo estaba desarmado, tras la caída la espada quedo lejos del alcance de Solomon Vasari - Adiós mi pequeña sol y aristas- murmuro mientas escuchaba el diálogo molesto del vampiro que alzaba la espada con firmeza.
Solomon Vasari- Cazador Clase Alta
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Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
Siglos habían pasado desde que alguien osaba en levantarme una mano, cortar mis ropajes con espadas o lo peor que ese maldito había conseguido en un momento estúpido de mi parte, arrancarme la máscara sin aviso previo, con la misma agresividad y miedo que solo el hombre puede tener hacia lo que desconoce, esos sentimientos que al final de esa noche tormentosa acabaron por alejarme de la luz y ocultarme bajo el mundo invisible que poseen las sombras.
No escuchaba ninguna palabra suya, no distiguia absolutamente nada de su discurso, lo único que sabia, es que estaba en el piso, derrotado, sin máscara, sin espada, con la cara sangrando y mi mente haciendo un pequeño viaje a mi infierno pasado -Nadie debe ver mi rostro- decía mientras mis manos recorrían con asco y repugnancia cada cicatriz, cada enfermiza deformidad -Nadie debe ver esto ¡Nadie!- espete con desesperación, con rabia contenida que no tardaría en desbordarse por todos los rincones de mi ser si seguía recordando aquella fatídica noche en que conocí la malicia del hombre, su intolerancia a la fealdad, recordé como aquel perro que me crío mejor que mi propia madre, me defendió de un poblado embravecido que termino por matarla a pedradas, recordé como fui apuñalado por primera vez de forma física y herido a muerte muy dentro de un alma que mucho antes fue vilmente asesinada y mutilada sin piedad, sin compasión... a mi mente vino el recuerdo de ese momento cúspide donde los hombres, influenciados por la iglesia de mi pueblo, me dieron de palos como una bestia y que, finalmente desgarraron mi ropa hasta dejarme desnudo, arrancaron la máscara con un cuchillo añadiendo en mi rostro una herida más ¡Una maldita imperfección más que nadie amaría, ni perdonaría!... Porque mi único pecado fue haber sido diferente al resto -Pero ahora todo ha cambiado- hablaba mi voz interior -Los roles han cambiado, yo soy el juez, yo soy el verdugo ¡Yo soy el ángel de la muerte!- sonreí justo detrás de los guantes -Yo estoy por arriba del hombre, por arriba de toda la estúpida sociedad que nada perdona,que todo materializa, que ambiciona y aplasta a quien es débil- había tomado una decisión, sigiloso cogí la calavera de ojos de rubí que mi espada tenia por empuñadura -Déjame darte una lección cazador...-el ceño se fruncía,los puños se tensaban y en mi boca un cosquilleo frenético pedía sangre, pedía el sabor de la muerte -Con el demonio nadie ¡Juega!- la punta de arma corto capas de ropa y piel rancia y vieja, el retrocedió, gimió de dolor y esa fue la parte que más disfrute mientras movía mi ubicación hacia otro extremo cercano al cazador -¿Como se siente tu agonía?- le cuestione triunfante desde las sombras -¿Que tal se siente caer y que nadie te ayude?- sonreí por lo bajo -¿Se siente bien estar bajo la merced de la incertidumbre?- tome mi arma entre ambas manos, llamaba mi atención el rojo carmesí de sangre fresca que brillaba seductivamente iluminada por las llamas que se empezaron a propagar de unas cortinas viejas tiradas en el piso-Bien, todo eso que sientes ahora es solo una cálida bienvenida al infierno- amenace con malicia, mientras mis pasos buscaban aquel manto que me cubría sin condiciones, la única máscara que me quedaba -¿Duele?- pregunte desde un punto más alejado -Para tu edad, si que debe doler- lleve los filos de la espada hasta mis labios -¿Me pregunto cazador, que sabor tendrá tu muerte?- muy despacio y con el más absoluto de los cuidados, lamí la espada, el éxtasis de la sangre fresca y los alaridos de su dolor solo aumentaba mi placer, podía imaginarme que para ese entonces mis ojos se habían tornado al rojo más intenso que nunca había tenido desde la muerte de Alice, sin embargo algo opaco el momento de gloria, mi rostro podía sentirlo demasiado húmedo justo a la mitad, la sangre se escurría entrando a mis orbes, mojando mis labios, huyendo de mi horripilante rostro lo más rápido que podía hasta caer gota por gota al piso, ni siquiera la sangre toleraba esta carne podrida, mi cólera llego a su punto máximo -¡Odio a los hombres!- grite con voz ronca y corriendo volví a dar la primera de varias embestidas, que condujo al cazador y a mi a otro duelo, esta vez ya no jugaba, no ya no quería más juegos… quería su vida, quería su muerte en mis manos…¡Quería venganza!.
En las escasas sombras yo lograba moverme y defenderme lo suficientemente bien -¡No soy un farsante, que eso te quede bien claro!- mi furia crecía, se destilaba también por palabras dichas con el más profundo de los rencores -Pero me gusta jugar con mi comida, con la rancia carne humana… con la escoria que jugó primero conmigo, puedo y se que podría terminar contigo en un santiamén, pero eso me quita mi momento de placer… la muerte lenta, la agonía dolorosa… el horror impreso en los rostros, mientras su corazón bombea suficiente sangre para mi, sangre que brotara a caudales cuando les corto el cuello aún estando con vida, los colmillos son aburridos…- sonrió perverso, complacido -Y hablando de horrores ¿Has visto alguna vez a la muerte danzar en el infierno?- y en la ultima embestida del cazador mi rostro salió en mi defensa, el hombresillo retrocedió como su única defensa, imploro a Dios, bajo la guardia, que era lo que buscaba, tome la espada, rebanando su brazo, disfrute de su arrugado cuerpo cayendo al suelo -Ni tu eres inmune… esta maldita cosa suele hacerme favores interesantes en mi defensa- reí a carcajadas -Pero es inútil que llames a Dios, él también me teme, teme de la primera cosa imperfecta que creo, esconde su cara y su presencia de mi, no bajará de su escondite para salvarte… nunca lo hace cuando lo llaman para defenderlos de mi, me deja matarlos a mi beneplácito- apunte con la espada -Y tu no serás la excepción- hundí el arma para hacer más profunda la herida del muslo -Me parece que alguien es el verdadero adefesio inútil- conteste a sus ordenes de matarle con calma y mesura -¡Porque este accidente anómalo de la naturaleza, este monstruoso peso esta sobre ti ahora!- le pise la herida para que la mancha de sangre siguiera expandiendo su dominio en sus ropajes y el charco fuera cada vez más escandaloso -Nadie, ¡Nadie le ordena al ángel de la muerte cuando acabar su trabajo, nadie me ordena cuando debo asesinar! ¡Eso lo decido yo!- me di media vuelta -Solo quiero que antes de morir… veas a tu hija clamar mi piedad mientras el filo de esta espada va cortando vena, por vena su cuello hasta llegar a su yugular, quedo que veas su cabeza en mis manos, quiero que veas como la arrojo al fuego, como se evapora... porque ella también se lo busco ¡Ella quería ser como yo! ¡Pero todos son cobardes, nadie tiene las agallas para hacer lo que yo hago!...Quizás porque a nadie le arrancaron una a una las plumas de las alas, hasta déjate sin ellas, porque a nadie lo han matado en vida, porque nadie los ha abandonado...- masculle con los dientes apretados -Pero ¡Oh, que he hecho!- exclame con sorpresa falsa, tornado la fealdad de mi faz hacia el cazador -Te conté el final de los días de tu hija- sonreí - Que no podrás defender de ninguna forma porque ya vas a ¡Estar muerto!- me abalance encima de él con la punta de la espada dirigida a ser clavada en el corazón -¡Ese va a hacer el castigo por tu insolencia! ¡Por llevarme a un pasado que no quería visitar!-.
No escuchaba ninguna palabra suya, no distiguia absolutamente nada de su discurso, lo único que sabia, es que estaba en el piso, derrotado, sin máscara, sin espada, con la cara sangrando y mi mente haciendo un pequeño viaje a mi infierno pasado -Nadie debe ver mi rostro- decía mientras mis manos recorrían con asco y repugnancia cada cicatriz, cada enfermiza deformidad -Nadie debe ver esto ¡Nadie!- espete con desesperación, con rabia contenida que no tardaría en desbordarse por todos los rincones de mi ser si seguía recordando aquella fatídica noche en que conocí la malicia del hombre, su intolerancia a la fealdad, recordé como aquel perro que me crío mejor que mi propia madre, me defendió de un poblado embravecido que termino por matarla a pedradas, recordé como fui apuñalado por primera vez de forma física y herido a muerte muy dentro de un alma que mucho antes fue vilmente asesinada y mutilada sin piedad, sin compasión... a mi mente vino el recuerdo de ese momento cúspide donde los hombres, influenciados por la iglesia de mi pueblo, me dieron de palos como una bestia y que, finalmente desgarraron mi ropa hasta dejarme desnudo, arrancaron la máscara con un cuchillo añadiendo en mi rostro una herida más ¡Una maldita imperfección más que nadie amaría, ni perdonaría!... Porque mi único pecado fue haber sido diferente al resto -Pero ahora todo ha cambiado- hablaba mi voz interior -Los roles han cambiado, yo soy el juez, yo soy el verdugo ¡Yo soy el ángel de la muerte!- sonreí justo detrás de los guantes -Yo estoy por arriba del hombre, por arriba de toda la estúpida sociedad que nada perdona,que todo materializa, que ambiciona y aplasta a quien es débil- había tomado una decisión, sigiloso cogí la calavera de ojos de rubí que mi espada tenia por empuñadura -Déjame darte una lección cazador...-el ceño se fruncía,los puños se tensaban y en mi boca un cosquilleo frenético pedía sangre, pedía el sabor de la muerte -Con el demonio nadie ¡Juega!- la punta de arma corto capas de ropa y piel rancia y vieja, el retrocedió, gimió de dolor y esa fue la parte que más disfrute mientras movía mi ubicación hacia otro extremo cercano al cazador -¿Como se siente tu agonía?- le cuestione triunfante desde las sombras -¿Que tal se siente caer y que nadie te ayude?- sonreí por lo bajo -¿Se siente bien estar bajo la merced de la incertidumbre?- tome mi arma entre ambas manos, llamaba mi atención el rojo carmesí de sangre fresca que brillaba seductivamente iluminada por las llamas que se empezaron a propagar de unas cortinas viejas tiradas en el piso-Bien, todo eso que sientes ahora es solo una cálida bienvenida al infierno- amenace con malicia, mientras mis pasos buscaban aquel manto que me cubría sin condiciones, la única máscara que me quedaba -¿Duele?- pregunte desde un punto más alejado -Para tu edad, si que debe doler- lleve los filos de la espada hasta mis labios -¿Me pregunto cazador, que sabor tendrá tu muerte?- muy despacio y con el más absoluto de los cuidados, lamí la espada, el éxtasis de la sangre fresca y los alaridos de su dolor solo aumentaba mi placer, podía imaginarme que para ese entonces mis ojos se habían tornado al rojo más intenso que nunca había tenido desde la muerte de Alice, sin embargo algo opaco el momento de gloria, mi rostro podía sentirlo demasiado húmedo justo a la mitad, la sangre se escurría entrando a mis orbes, mojando mis labios, huyendo de mi horripilante rostro lo más rápido que podía hasta caer gota por gota al piso, ni siquiera la sangre toleraba esta carne podrida, mi cólera llego a su punto máximo -¡Odio a los hombres!- grite con voz ronca y corriendo volví a dar la primera de varias embestidas, que condujo al cazador y a mi a otro duelo, esta vez ya no jugaba, no ya no quería más juegos… quería su vida, quería su muerte en mis manos…¡Quería venganza!.
En las escasas sombras yo lograba moverme y defenderme lo suficientemente bien -¡No soy un farsante, que eso te quede bien claro!- mi furia crecía, se destilaba también por palabras dichas con el más profundo de los rencores -Pero me gusta jugar con mi comida, con la rancia carne humana… con la escoria que jugó primero conmigo, puedo y se que podría terminar contigo en un santiamén, pero eso me quita mi momento de placer… la muerte lenta, la agonía dolorosa… el horror impreso en los rostros, mientras su corazón bombea suficiente sangre para mi, sangre que brotara a caudales cuando les corto el cuello aún estando con vida, los colmillos son aburridos…- sonrió perverso, complacido -Y hablando de horrores ¿Has visto alguna vez a la muerte danzar en el infierno?- y en la ultima embestida del cazador mi rostro salió en mi defensa, el hombresillo retrocedió como su única defensa, imploro a Dios, bajo la guardia, que era lo que buscaba, tome la espada, rebanando su brazo, disfrute de su arrugado cuerpo cayendo al suelo -Ni tu eres inmune… esta maldita cosa suele hacerme favores interesantes en mi defensa- reí a carcajadas -Pero es inútil que llames a Dios, él también me teme, teme de la primera cosa imperfecta que creo, esconde su cara y su presencia de mi, no bajará de su escondite para salvarte… nunca lo hace cuando lo llaman para defenderlos de mi, me deja matarlos a mi beneplácito- apunte con la espada -Y tu no serás la excepción- hundí el arma para hacer más profunda la herida del muslo -Me parece que alguien es el verdadero adefesio inútil- conteste a sus ordenes de matarle con calma y mesura -¡Porque este accidente anómalo de la naturaleza, este monstruoso peso esta sobre ti ahora!- le pise la herida para que la mancha de sangre siguiera expandiendo su dominio en sus ropajes y el charco fuera cada vez más escandaloso -Nadie, ¡Nadie le ordena al ángel de la muerte cuando acabar su trabajo, nadie me ordena cuando debo asesinar! ¡Eso lo decido yo!- me di media vuelta -Solo quiero que antes de morir… veas a tu hija clamar mi piedad mientras el filo de esta espada va cortando vena, por vena su cuello hasta llegar a su yugular, quedo que veas su cabeza en mis manos, quiero que veas como la arrojo al fuego, como se evapora... porque ella también se lo busco ¡Ella quería ser como yo! ¡Pero todos son cobardes, nadie tiene las agallas para hacer lo que yo hago!...Quizás porque a nadie le arrancaron una a una las plumas de las alas, hasta déjate sin ellas, porque a nadie lo han matado en vida, porque nadie los ha abandonado...- masculle con los dientes apretados -Pero ¡Oh, que he hecho!- exclame con sorpresa falsa, tornado la fealdad de mi faz hacia el cazador -Te conté el final de los días de tu hija- sonreí - Que no podrás defender de ninguna forma porque ya vas a ¡Estar muerto!- me abalance encima de él con la punta de la espada dirigida a ser clavada en el corazón -¡Ese va a hacer el castigo por tu insolencia! ¡Por llevarme a un pasado que no quería visitar!-.
Phantom Nocte- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/12/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
Estaba paralizado del miedo una vez que salimos de la capilla, ni mis ojos ni mi mente podían aceptar todo lo que veja, todo lo que escuchaba, todo lo que se escribía en la memoria con un fuego imborrable que me llevaría a la tumba cuando llegase ese día.
¿Como era posible que existieran seres así? ¿Porque el hombre era la única especie animal que tenia la fragilidad suficiente para enloquecer o para matar a su prójimo?... era algo que ni la lógica científica me daba la respuesta exacta.
Sentia la angustia marcada en mi rostro, en mi entrecejo, en la boca seca y en los labios partidos que no conseguía devolverles su suavidad natural, podía ver la palidez de mi piel en mis manos temblorosas que de vez en cuando elevaba a la altura de mis ojos, mi respiración estaba entrecortada y de vez en cuando las cuatro paredes donde permanecíamos escondidos daba vueltas sin poder detenerle, me dolía el estomago y lo peor era que mis piernas aún temblorosas me imploraban movimiento para salir corriendo por la puerta principal.
Los ojos de aquel vampiro tenían algo distinto cuando se despertó su furia y la máscara de tela que daba forma a la calavera muy bien detallada solo daba cuenta de que su papel se lo tomaba muy en serio, era la muerte ataviada de rojo que venia por nosotros, aunque fuese un vampiro, el miedo se apodero aún más de mí.
Luego ocurrió todo, ellos salieron, nosotros permanecimos en nuestros lugares, Gideon rezaba, Nigma sonreía y ese cazador era atacado violentamente sin parar por magia y otras armas que igual de amenazantes terminaron por herirle lo suficiente para dejarlo en el piso de rodillas, en el momento descubrí que mi voz también se había marchado despavorida, intente gritar y no pude, mis labios solo se abrieron, mis párpados se cerraron al figurarme la clase de dolor que sintió en aquellos momentos.
No se si fue por el miedo, pero sentía que mis ojos destilaban lágrimas discretas que terminaron por abrir los ojos, oportunas fueron pues me permitieron ver que Solomon daba la vida por el enmascarado, me quede sorprendido de la lealtad de ese hombre, que pese a que no le conocía estaba peleando con la representación misma de un monstruo cuyo creador fue el propio hombre, reflexione las cosas -Si Frank estuviera aquí se lo que me diría- pensé -Diría que como sus ojos y sus manos materializadas en carne y hueso fuera a ayudar al caído y ayudar al desprotejido- asentí -Ayudar... para eso me hice un policía, para eso me uní a la causa, para eso estaba aquí en medio de todo este lío... para ayudar a V, a Montserrat, al coronel, a Gideon... a Alex y Mordred para que pudiesen descansar en paz- el recuerdo de ellos me partía el alma, me dolía el pecho de tan solo traer a mi presente las imágenes de sus rostros perdidos y sus ojos fijos -Tengo que hacer lo mismo que hice entonces en el circo- tuve que tragarme mi miedo, aunque este me impidiera pasar la saliva como era mi costumbre, me separe del muro y erguí mi postura... lleve mi mano a la cintura para verificar que el arma proporcionada por V estuviese en su sito, por un momento me detuve, no quería usarla, no quería matar a nadie con ella, yo no era como él, como mi secuestrador... como The Phantom, yo solo era un hombre que quería permanecer cuerdo y mantener mi conciencia tranquila... no era como ninguno de ellos, pero también si solo observaba como los demás, mientras veja morir a los justos de igual manera estaría manchada mi consciencia y sabia que jamás me dejaría vivir en paz el remordimiento, era toda una encrucijada, pero debía optar por el riesgo de matar a alguien con esto, en lugar de ver y no hacer nada.
-No..No...- respire profundo y con voz firme, imite al coronel en cuanto a la postura de las circunstancias, a los ojos de ambos vampiros tenia que permanecer fuerte -Nosotros vamos a atacar ahora, Giedon- señale -Guarda tu rosario y ve por el hombre más anciano, Nigma ve por la mujer que acaba de irse, solo procura traerla viva hasta aquí... y yo... yo- dude y con ello la fuerza de mi voz se fue por un momento - Yo iré a ayudar a Solomon y V- dije determinado y antes de que me arrepintiera salí corriendo y gritando con mis compañeros detrás como si todo fuese una guerra, oí como los demás también lo hicieron detrás mío, por una vez en mi vida me sentí orgulloso de mi propio valor, llegue con V, contemple las condiciones en las que estaba, ese infame y sus secuaces lo había dejado como un mártir -V- me hinque a su lado, la aflicción acrecento al escuchar su respiración, sus quejas de dolor tras la máscara, al ver su ropa empapada de manchas de sangre que iban en aumento y que a pesar de lo oscuro que era su traje, podía verse el contraste carmesí opaco fresco en la tela -Tienes que levantarte, esto no ha terminado- solloce, finalmente reconocía que más allá de odiarlo, siempre lo admire y ahora me dolía ver al héroe, al hombre, al enigma caído y entre la fina linea de la vida y la muerte, saque de mis bolsillos los pañuelos blancos que siempre portaba, esos pañuelos que mi madre en sus momentos de lucidez bordaba para mí -Soy médico V, te voy tratar de curar las heridas donde hay más hemorragias- le advertí alarmado, pero el no me dejo -Pero...-intente suplicar al tiempo que sus guantes apartaba mis manos, no entendía nada... ¿Porque el también se dejaba morir? -¡No te voy a dejar caer entiendes!- exclame con lágrimas en los ojos -¡Tu no me dejaste caer a mí, mirare aquí estoy venciendo mis miedos para ayudarte, para ayudarlos, recordando para lo que nací, para lo que quería hacer de mi vida!- solloce en desesperación -¡Mis amigos cayeron por ti, al final creyeron en tu causa como yo creo ahora, como el Teniente lo cree ahora! ¡Regreso de la muerte para ayudarte, sacrifico su descanso eterno para esto y su alma sufre, nosotros hedemos lo mismo!- volví a la calma poco a poco -V... levántate, por favor-tome los pañuelos entre mis manos, me di cuenta que eran insuficientes para parar la hemorragia de sus costados -Supongo que nos los quieres porque son blancos- trate de hacerme reír a mi mismo lográndolo por breves instantes, el giro su máscara en dirección a mi cara -V...- le llame por ultima vez, mientras el nudo en la garganta se hacia cada vez más grande, pero ya no hubo tiempo de decir más... Vi como Solomon cayo al piso y luego vi como The Phantom lo hirió de manera brutal, disfrutando de su dolor físico y psicológico, observe con espanto la calavera de rubíes rojos en la empuñadura de la espada dorada, que ya tenia a su alrededor sangre impregnada, observe el rostro de aquel... ni siquiera me percate en que momento la máscara yacía en pedazos en el piso, era una deformidad, carne seca, delgada, con quemaduras y cicatrices por doquier, costuras por algunas partes y la sangre corriendo entre el ojo izquierdo, la nariz y los labios, su cara, salpicada de carmesí estaba cortada a la mitad por la espada de Solomon y extrañamente aun para ser vampiro la apertura no había sanado rápidamente y en vez de darme horror despertó en mi furia, coraje... rencor -No vas a matar a ninguna persona más-, mis piernas respondieron al rápido impulso para ponerme de pie, con la mano temblorosa desenfunde el arma, quite el seguro y sin saber donde tiraba con exactitud jale del gatillo seis veces seguidas, cuando todo acabo, mire con horror el arma que aún desprendía humo del punto de mira -Soy igual que él- tire el arma -Sabia que tenía balas de plata y aun así dispare- susurre y mi tranquilidad, mi seguridad de pronto se vio apocada por el espanto.
¿Como era posible que existieran seres así? ¿Porque el hombre era la única especie animal que tenia la fragilidad suficiente para enloquecer o para matar a su prójimo?... era algo que ni la lógica científica me daba la respuesta exacta.
Sentia la angustia marcada en mi rostro, en mi entrecejo, en la boca seca y en los labios partidos que no conseguía devolverles su suavidad natural, podía ver la palidez de mi piel en mis manos temblorosas que de vez en cuando elevaba a la altura de mis ojos, mi respiración estaba entrecortada y de vez en cuando las cuatro paredes donde permanecíamos escondidos daba vueltas sin poder detenerle, me dolía el estomago y lo peor era que mis piernas aún temblorosas me imploraban movimiento para salir corriendo por la puerta principal.
Los ojos de aquel vampiro tenían algo distinto cuando se despertó su furia y la máscara de tela que daba forma a la calavera muy bien detallada solo daba cuenta de que su papel se lo tomaba muy en serio, era la muerte ataviada de rojo que venia por nosotros, aunque fuese un vampiro, el miedo se apodero aún más de mí.
Luego ocurrió todo, ellos salieron, nosotros permanecimos en nuestros lugares, Gideon rezaba, Nigma sonreía y ese cazador era atacado violentamente sin parar por magia y otras armas que igual de amenazantes terminaron por herirle lo suficiente para dejarlo en el piso de rodillas, en el momento descubrí que mi voz también se había marchado despavorida, intente gritar y no pude, mis labios solo se abrieron, mis párpados se cerraron al figurarme la clase de dolor que sintió en aquellos momentos.
No se si fue por el miedo, pero sentía que mis ojos destilaban lágrimas discretas que terminaron por abrir los ojos, oportunas fueron pues me permitieron ver que Solomon daba la vida por el enmascarado, me quede sorprendido de la lealtad de ese hombre, que pese a que no le conocía estaba peleando con la representación misma de un monstruo cuyo creador fue el propio hombre, reflexione las cosas -Si Frank estuviera aquí se lo que me diría- pensé -Diría que como sus ojos y sus manos materializadas en carne y hueso fuera a ayudar al caído y ayudar al desprotejido- asentí -Ayudar... para eso me hice un policía, para eso me uní a la causa, para eso estaba aquí en medio de todo este lío... para ayudar a V, a Montserrat, al coronel, a Gideon... a Alex y Mordred para que pudiesen descansar en paz- el recuerdo de ellos me partía el alma, me dolía el pecho de tan solo traer a mi presente las imágenes de sus rostros perdidos y sus ojos fijos -Tengo que hacer lo mismo que hice entonces en el circo- tuve que tragarme mi miedo, aunque este me impidiera pasar la saliva como era mi costumbre, me separe del muro y erguí mi postura... lleve mi mano a la cintura para verificar que el arma proporcionada por V estuviese en su sito, por un momento me detuve, no quería usarla, no quería matar a nadie con ella, yo no era como él, como mi secuestrador... como The Phantom, yo solo era un hombre que quería permanecer cuerdo y mantener mi conciencia tranquila... no era como ninguno de ellos, pero también si solo observaba como los demás, mientras veja morir a los justos de igual manera estaría manchada mi consciencia y sabia que jamás me dejaría vivir en paz el remordimiento, era toda una encrucijada, pero debía optar por el riesgo de matar a alguien con esto, en lugar de ver y no hacer nada.
-No..No...- respire profundo y con voz firme, imite al coronel en cuanto a la postura de las circunstancias, a los ojos de ambos vampiros tenia que permanecer fuerte -Nosotros vamos a atacar ahora, Giedon- señale -Guarda tu rosario y ve por el hombre más anciano, Nigma ve por la mujer que acaba de irse, solo procura traerla viva hasta aquí... y yo... yo- dude y con ello la fuerza de mi voz se fue por un momento - Yo iré a ayudar a Solomon y V- dije determinado y antes de que me arrepintiera salí corriendo y gritando con mis compañeros detrás como si todo fuese una guerra, oí como los demás también lo hicieron detrás mío, por una vez en mi vida me sentí orgulloso de mi propio valor, llegue con V, contemple las condiciones en las que estaba, ese infame y sus secuaces lo había dejado como un mártir -V- me hinque a su lado, la aflicción acrecento al escuchar su respiración, sus quejas de dolor tras la máscara, al ver su ropa empapada de manchas de sangre que iban en aumento y que a pesar de lo oscuro que era su traje, podía verse el contraste carmesí opaco fresco en la tela -Tienes que levantarte, esto no ha terminado- solloce, finalmente reconocía que más allá de odiarlo, siempre lo admire y ahora me dolía ver al héroe, al hombre, al enigma caído y entre la fina linea de la vida y la muerte, saque de mis bolsillos los pañuelos blancos que siempre portaba, esos pañuelos que mi madre en sus momentos de lucidez bordaba para mí -Soy médico V, te voy tratar de curar las heridas donde hay más hemorragias- le advertí alarmado, pero el no me dejo -Pero...-intente suplicar al tiempo que sus guantes apartaba mis manos, no entendía nada... ¿Porque el también se dejaba morir? -¡No te voy a dejar caer entiendes!- exclame con lágrimas en los ojos -¡Tu no me dejaste caer a mí, mirare aquí estoy venciendo mis miedos para ayudarte, para ayudarlos, recordando para lo que nací, para lo que quería hacer de mi vida!- solloce en desesperación -¡Mis amigos cayeron por ti, al final creyeron en tu causa como yo creo ahora, como el Teniente lo cree ahora! ¡Regreso de la muerte para ayudarte, sacrifico su descanso eterno para esto y su alma sufre, nosotros hedemos lo mismo!- volví a la calma poco a poco -V... levántate, por favor-tome los pañuelos entre mis manos, me di cuenta que eran insuficientes para parar la hemorragia de sus costados -Supongo que nos los quieres porque son blancos- trate de hacerme reír a mi mismo lográndolo por breves instantes, el giro su máscara en dirección a mi cara -V...- le llame por ultima vez, mientras el nudo en la garganta se hacia cada vez más grande, pero ya no hubo tiempo de decir más... Vi como Solomon cayo al piso y luego vi como The Phantom lo hirió de manera brutal, disfrutando de su dolor físico y psicológico, observe con espanto la calavera de rubíes rojos en la empuñadura de la espada dorada, que ya tenia a su alrededor sangre impregnada, observe el rostro de aquel... ni siquiera me percate en que momento la máscara yacía en pedazos en el piso, era una deformidad, carne seca, delgada, con quemaduras y cicatrices por doquier, costuras por algunas partes y la sangre corriendo entre el ojo izquierdo, la nariz y los labios, su cara, salpicada de carmesí estaba cortada a la mitad por la espada de Solomon y extrañamente aun para ser vampiro la apertura no había sanado rápidamente y en vez de darme horror despertó en mi furia, coraje... rencor -No vas a matar a ninguna persona más-, mis piernas respondieron al rápido impulso para ponerme de pie, con la mano temblorosa desenfunde el arma, quite el seguro y sin saber donde tiraba con exactitud jale del gatillo seis veces seguidas, cuando todo acabo, mire con horror el arma que aún desprendía humo del punto de mira -Soy igual que él- tire el arma -Sabia que tenía balas de plata y aun así dispare- susurre y mi tranquilidad, mi seguridad de pronto se vio apocada por el espanto.
Spencer Reid- Humano Clase Media
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Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
Todo había resultado a la perfección pese a que fue un fruto de la improvisación, nadie, ninguno de mis aliados podía entender el porque de mi acción pero yo sabia que era la única forma de mantener ocupado al infame vampiro traidor, nunca pensé que tan intenso podía ser el dolor que el mismo The Phantom bajo sus ordenes me causó, hace mucho que no tenía tal sensación, desde aquel día en que mi rostro se quemó.
El dolor termino por arrodillarme, pero sabia que en cualquier momento podría recuperarme para envestir y a mi enemigo matar, supongo que pensé mal, debí levantarme desde ese mismo momento y al vampiro asesinar, debí trazar en mi improvisado plan que Solomon se iba adelantar, nunca pensé encontrar hombres con tanta lealtad como lo era aquel hombre de mediana edad, que interpuso su espada mientras yo el aliento intentaba recobrar... cuanto sabia que me sentía fatal, que sentía aun los rezagos de las heridas mágicas, de las balas y de un puñal, podía sentir mi cuerpo sangrar, podía percibir como de a poco los ropajes se mojarían y como los quejidos involuntarios de mi boca salían, mis músculos se endurecían, se contraían y de todo movimiento ellos me impedían, tras la máscara mis párpados titubeaban y toda la realidad de a poco me privaban, los oídos se cerraron, no escuchaba nada de lo que estaba pasando, me di cuenta que detrás de esta máscara, el hombre del rostro olvidado estaba agonizando.
De pronto Reid apareció a mi lado, mis ojos le vislumbraron, le vieron angustiado y sollozando, no podía consolarlo, ni siquiera las fuerzas me daban para alentarlo, le escuche hablar y mi mente tan ágil como siempre trataba de descifrar, comprendí solo la palabra curar, abro mis ojos para observar sus intenciones de a mi cuerpo sus pañuelos atar, por su puesto que me negué a cooperar, alguna vez me contó del significado y valor que a esas prendas él le da, además no tenia caso que lo hiciera porque lo poco que había recuperado de vida y de fuerza en el intento por acabar con The Phantom, la sangre que poseía ahora la iba derramar y mi cuerpo iba colapsar -Gracias- fue lo único que se me ocurrió susurrar, mientras los guantes dejaban a su mano en paz, esa tranquilidad que por un momento le hizo bromear, ese pequeño chascarrillo que detrás de la máscara me dibujo la sonrisa tan fácilmente como se le puede dibujar a un niño -No combinan- le digo, mientras a él mi faz falsa dirijo -No contrastan con mi abrigo-, detrás sonrío y reflexionó que por su exclamaciones mi misión con él ha concluido.
De pronto el se levanta, llevo mi vista al frente a la zona de guerra y veo a mis soldados luchando por su vida, defiendo mi causa, defendiéndola a ella, veo al fuego propagarse por las orillas, sin ser todavía algo más que amenace sus vidas, contemplo a Solomon en el suelo y los disparos se escucharon en el momento.
Tomando aliento me puse en pie, para acercarme al joven que miraba con desconcierto, que se afligía en gran medida por lo que había hecho -Eres un justo- dije tras él -No un espíritu malévolo- erguí mi postura, corregí mi acento -Llévate a Solomon, que yo acabaré con esto- ordene molesto al ver que el vampiro estaba casi ileso, las balas solo perforaron la capa que momentos antes era empujada por el viento de sus propios movimientos, pero en su brazo derecho la bala había penetrado, le había sangrado, al igual que el rostro que de carmesí se había ensuciado.
-Desgraciado- musite agitado, mientras hice atrás a Spencer con mi mano -¿Como es posible que ni una bala te haya tocado?- de pronto mi postura parecía la de un hombre sano, mi voz tan fuerte como el de un ser enojado, era como si el hombre detrás de la máscara nunca hubiera estado agonizando -¡No te quedes allí parado! o ¿acaso te sorprende que siga vivo y contigo hablando?- mire hacia mis costados, era el arma de Vasari la que estaba buscando, el joven inglés que estaba detrás y de mi lado, el mensaje había cifrado, con sus manos temblorosas tomo la espada y me la entrego sin preguntar nada - Creo que en nuestro primer reencuentro te advertí que detrás de esto no hay carne ni un hombre insurrecto, hay simplemente una idea que busca venganza por todos los que en tus manos han muerto y también por la persona que alguna vez habito este quemado cuerpo- permanecí callado por un momento -Las heridas que me hiciste no pueden hacerme nada por que yo… ya estaba muerto… y como tal somos inmunes a cualquier ataque mortal- desenvaine la daga -Me mataste en vida maldita rata- musite mientras mi mano la daga sujetaba -Me preguntaste que como te mataría y te diré que con las manos alrededor de tu cuello, escuchando uno por uno el crujir de tus huesos, no sin antes darte un pequeño obsequio- arroje la daga en dirección a la alimaña y a pesar de que puntería no había sido tan refinada, el arma le tiro la espada y en su hombro fue clavada -¿Sientes el dolor de plata?- sonreí detrás de mi máscara -Eso no es nada a comparación de esta espada, que aunque sea lo ultimo que haga en tu corazón estará clavada- él me observo con furia desmedida mientras con desesperación trataba de quitarse el cuchillo que que de múltiples dolores le proveía - ¿Haz saciado por fin tu sed de sangre viendo la tuya derramarse? ¿Que se siente ser el prisionero de tu misma lujuria por la carne?- pregunte mientras mis pasos iban acercándome con rapidez al hombre que yo mataría finalmente en un santiamén, con la punta de la espada hacia corazón apuntada, aprovechando la fragilidad de su guardia.
El dolor termino por arrodillarme, pero sabia que en cualquier momento podría recuperarme para envestir y a mi enemigo matar, supongo que pensé mal, debí levantarme desde ese mismo momento y al vampiro asesinar, debí trazar en mi improvisado plan que Solomon se iba adelantar, nunca pensé encontrar hombres con tanta lealtad como lo era aquel hombre de mediana edad, que interpuso su espada mientras yo el aliento intentaba recobrar... cuanto sabia que me sentía fatal, que sentía aun los rezagos de las heridas mágicas, de las balas y de un puñal, podía sentir mi cuerpo sangrar, podía percibir como de a poco los ropajes se mojarían y como los quejidos involuntarios de mi boca salían, mis músculos se endurecían, se contraían y de todo movimiento ellos me impedían, tras la máscara mis párpados titubeaban y toda la realidad de a poco me privaban, los oídos se cerraron, no escuchaba nada de lo que estaba pasando, me di cuenta que detrás de esta máscara, el hombre del rostro olvidado estaba agonizando.
De pronto Reid apareció a mi lado, mis ojos le vislumbraron, le vieron angustiado y sollozando, no podía consolarlo, ni siquiera las fuerzas me daban para alentarlo, le escuche hablar y mi mente tan ágil como siempre trataba de descifrar, comprendí solo la palabra curar, abro mis ojos para observar sus intenciones de a mi cuerpo sus pañuelos atar, por su puesto que me negué a cooperar, alguna vez me contó del significado y valor que a esas prendas él le da, además no tenia caso que lo hiciera porque lo poco que había recuperado de vida y de fuerza en el intento por acabar con The Phantom, la sangre que poseía ahora la iba derramar y mi cuerpo iba colapsar -Gracias- fue lo único que se me ocurrió susurrar, mientras los guantes dejaban a su mano en paz, esa tranquilidad que por un momento le hizo bromear, ese pequeño chascarrillo que detrás de la máscara me dibujo la sonrisa tan fácilmente como se le puede dibujar a un niño -No combinan- le digo, mientras a él mi faz falsa dirijo -No contrastan con mi abrigo-, detrás sonrío y reflexionó que por su exclamaciones mi misión con él ha concluido.
De pronto el se levanta, llevo mi vista al frente a la zona de guerra y veo a mis soldados luchando por su vida, defiendo mi causa, defendiéndola a ella, veo al fuego propagarse por las orillas, sin ser todavía algo más que amenace sus vidas, contemplo a Solomon en el suelo y los disparos se escucharon en el momento.
Tomando aliento me puse en pie, para acercarme al joven que miraba con desconcierto, que se afligía en gran medida por lo que había hecho -Eres un justo- dije tras él -No un espíritu malévolo- erguí mi postura, corregí mi acento -Llévate a Solomon, que yo acabaré con esto- ordene molesto al ver que el vampiro estaba casi ileso, las balas solo perforaron la capa que momentos antes era empujada por el viento de sus propios movimientos, pero en su brazo derecho la bala había penetrado, le había sangrado, al igual que el rostro que de carmesí se había ensuciado.
-Desgraciado- musite agitado, mientras hice atrás a Spencer con mi mano -¿Como es posible que ni una bala te haya tocado?- de pronto mi postura parecía la de un hombre sano, mi voz tan fuerte como el de un ser enojado, era como si el hombre detrás de la máscara nunca hubiera estado agonizando -¡No te quedes allí parado! o ¿acaso te sorprende que siga vivo y contigo hablando?- mire hacia mis costados, era el arma de Vasari la que estaba buscando, el joven inglés que estaba detrás y de mi lado, el mensaje había cifrado, con sus manos temblorosas tomo la espada y me la entrego sin preguntar nada - Creo que en nuestro primer reencuentro te advertí que detrás de esto no hay carne ni un hombre insurrecto, hay simplemente una idea que busca venganza por todos los que en tus manos han muerto y también por la persona que alguna vez habito este quemado cuerpo- permanecí callado por un momento -Las heridas que me hiciste no pueden hacerme nada por que yo… ya estaba muerto… y como tal somos inmunes a cualquier ataque mortal- desenvaine la daga -Me mataste en vida maldita rata- musite mientras mi mano la daga sujetaba -Me preguntaste que como te mataría y te diré que con las manos alrededor de tu cuello, escuchando uno por uno el crujir de tus huesos, no sin antes darte un pequeño obsequio- arroje la daga en dirección a la alimaña y a pesar de que puntería no había sido tan refinada, el arma le tiro la espada y en su hombro fue clavada -¿Sientes el dolor de plata?- sonreí detrás de mi máscara -Eso no es nada a comparación de esta espada, que aunque sea lo ultimo que haga en tu corazón estará clavada- él me observo con furia desmedida mientras con desesperación trataba de quitarse el cuchillo que que de múltiples dolores le proveía - ¿Haz saciado por fin tu sed de sangre viendo la tuya derramarse? ¿Que se siente ser el prisionero de tu misma lujuria por la carne?- pregunte mientras mis pasos iban acercándome con rapidez al hombre que yo mataría finalmente en un santiamén, con la punta de la espada hacia corazón apuntada, aprovechando la fragilidad de su guardia.
Leviathán Shadow- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
¿Porque los humanos son tan reverentemente insolentes?, ese idiota, también había osado en ofender la integridad del hijo del demonio, pero como el buen padre que es, el mismo infierno me proporciono la suerte de salir ileso, un movimiento aparto mi atención de esperpento del anciano, Leviathán hallábase erguido justo detrás del hombre rubio -¿Como es posible?- cuestione entre dientes, la ira volvía a florecer -¡Idiotas sean ustedes!- señale con mirada inquisitiva a los que seguían pelando contra los aliados de propio enemigo -¡Todo siempre debo hacerlo yo!- arroje con fuerzas sobrehumanas al cazador hasta una pared cercana, cayo sin percatarme si había muerto -Me encargaré de cobrarte más tarde- la mano forrada de piel oscura, trataba de limpiar inútilmente mi rostro, la desesperación llego a los grados mas insuperables de mi ser, frote mi cara son la tela, ahora hueso y piel estaban siendo humectadas por mi propio carmesí. Aun traía la espada en el puño, sujeta con he fuerza e intensidad que tenía el color malva de mis ojos, mirada que en vez de ser severa, le amenazaba a palabras calladas,al compás de mis pasos que se detuvieron muy cerca de su faz infernal -Será por que mi padre es el diablo y mi madre es la muerte- conteste altivo a su pregunta, sin rastro de burla o sonrisa triunfal, solo con severa seriedad -Más bien pienso que tu rostro debe ser aun más putrefacto y horrendo que el mío para que ni en el cielo ni en el infierno quieran recibirte...- más allá de una sorpresa lo que sentía era impotencia de no pensar con suspicacia una manera astuta para deshacerme de ese monstruo, le que me el rostro, el cuerpo, lo herí en el teatro, lo había fusilado aquí mismo y seguía en pie... solo había una manera de que cayera... sin cabeza.
Una de sus armas vino directo hacia mí, escuchaba el aire golpear contra el cuerpo de metal , levante la vista, preparé la espada, pero esta vez todos mis demonios se habian ido, la espada cayo en el momento en que la daga se clavo profundo en mi hombro, la sangre salpico a las mejillas y al suelo, la mancha se propago tan rápido como el veneno de la plata, parecía como si el brazo estuviera quemándose a fuego lento -¡Maldito seas Leviathán!- exclame en sustitución de un alarido como cualquier vampiro y mortal del que yo jamás formaría parte, con torpeza en mi mano logré sacar los filos, la herida era profunda y la mancha de mi sangre iba en aumento, torne la mirada, el infame todavía venia a matarme con toda la hipocresía sosteniendo la daga con firmeza -El miedo siempre ha sido mi compañero de juegos- reí aparatosamente -¿Que esperas?- pregunte y el se dejo venir, la daga detuvo el impacto mientras la sangre por el movimiento salpico toda su máscara finamente pintada de blanco -Mi sed de sangre jamás será saciada, hasta que todo Paris me muestre el respeto que nunca me dio, ¡Toda una sociedad me confino al encierro!- le observaba entre las dos armas cruzadas, temblorosas por la fuerza ejercida por nuestras manos, transpiraba sangre o al menos era lo que sentía mojar mi frente, pero aunque terminará seco y muerto, ese infeliz lo quería retorciendose el las llamas vivas del infierno -¡Un maldito cazador y toda comitiva de imbéciles no me va a detener para cumplir mi promesa de venganza contra todo ser viviente, con la raza humana! ¡La única culpable de enseñarme a odiar, a sentir ese vehemente deseo de sangre, el incontrolable e insaciable impulso de matar, matar y matar sin piedad!- separe el arma, esquive su siguiente jugada recogí del piso mi espada y volvimos a batirnos con más furia cada vez, la máscara no caía al piso, solo de las telas y la piel era herido superficialmente.
A tropiezos habíamos subido las escaleras, no separábamos la vista del movimiento del otro, en mi boca podía sentir la salivación excesiva ante el deseo que sucumbía el matarle entre, en hacer con su sangre un escándalo, una obra de arte que le dejará a todo París en claro que el que osara a meterse con El Fantasma de la Ópera de Paris acabaría en las mismas o en peores circunstancias que la de él enmascarado cuya cabeza aparecía antes del amanecer en la plaza para que finalmente todos empezaran a complacerme con su propio temor. Llegamos al oscuro pasillo, a pesar del humo y el olor del hierro de la sangre impregnado en mi piel, llegaba hasta mi una fragancia familiar -¿Selena?- cuestione en mis adentros, la pregunta paso a segundo termino cuando el cazador volvió a abalanzarse sobre mi, perseguía mi rostro como un perro con rabia -¡No... me... toques!-, detuve su impacto con mi defensa que tomo impulso para arrojarle con fuerza a un mueble viejo con cristalería fina, que termino por romperse, le contemple satisfecho, con la respiración agitada por el esfuerzo y la cólera, lo tome por el cuello separando del piso sus pies -¿Quien tiene las manos en el cuello ahora?- sonreí con mi horrorosa y desgraciada sonrisa -Según tu ideología nosotros, los ángeles no deberíamos existir... pero eres tan soberbio que no contemplaste que harás de ti mismo- reí con dolor, mientras sentía sus cuerdas frágiles entre mis manos, el latido sonoro y rápido de su corazón podía percibirse en sus venas, en su yugular -Pero no te preocupes porque yo ya he pensado en uno- sonrío complacido -Si me culpas de haberte matado en vida, si me culpas de haber desfigurado tu rostro... si llevas contigo el rencor vivo hacia la muerte... ¿porque no llevas eso y más por una eternidad? ¿Porque no vives lo que yo he sufrido desde el confín de mis tiempos?- lo que había maquilado en mi cabeza era un castigo mejor que la muerte que tanto saboreaba poseer -Como el ángel de la Muerte, como tu juez y verdugo he preparado una condena mejor de la que tenia en mente Leviathán- apretaba con más fuerza su cuello, sofocándole de tal manera que perdió toda fuerza, el pedazo de cristal que pensaba introducirme cayó al piso haciendes añicos, había dejado de luchar -¿Ahora detestas ser un humano?- pregunte con sarcasmo -Que se escriba con sangre lo que he de dictar... que en tu mente se grabe con fuego lo que quiero decirte: En todos tus años por venir, en tus momentos más privados recordarás que yo fui el único que te venció y que te condeno al infierno estando aún con vida hasta que las sombras se agoten..-susurre a su oído, del piso jamás le baje mi mano lo tenia contra el muro y la mordida letal del demonio quedo impresa en su cuello, los culmillos se hundían mas en su piel, la sangre resbalaba por mi lengua y nadaba en mi garganta, es la sangre que menos he disfrutado, el castigo también a mi me lo estaba aplicando pues seria al único que con vida dejaría, el único al que yo transformaría , no se cuanto tiempo paso, pero seria el suficiente para dejarle seco y por mucho que quería acabar con él, tuve la fuerza para dejarle, la gratificación de esto era mucho mayor, retire su máscara sin importarme lo vi, vertí en el mi sangre a la fuerza, no pudo luchar contra eso porque fuerzas ya no le quedaban, aun temblando y el en piso renegando, contemple mi obra, no tardaría en surtir efecto pero aún con ello el trabajo ya estaba hecho.
Una de sus armas vino directo hacia mí, escuchaba el aire golpear contra el cuerpo de metal , levante la vista, preparé la espada, pero esta vez todos mis demonios se habian ido, la espada cayo en el momento en que la daga se clavo profundo en mi hombro, la sangre salpico a las mejillas y al suelo, la mancha se propago tan rápido como el veneno de la plata, parecía como si el brazo estuviera quemándose a fuego lento -¡Maldito seas Leviathán!- exclame en sustitución de un alarido como cualquier vampiro y mortal del que yo jamás formaría parte, con torpeza en mi mano logré sacar los filos, la herida era profunda y la mancha de mi sangre iba en aumento, torne la mirada, el infame todavía venia a matarme con toda la hipocresía sosteniendo la daga con firmeza -El miedo siempre ha sido mi compañero de juegos- reí aparatosamente -¿Que esperas?- pregunte y el se dejo venir, la daga detuvo el impacto mientras la sangre por el movimiento salpico toda su máscara finamente pintada de blanco -Mi sed de sangre jamás será saciada, hasta que todo Paris me muestre el respeto que nunca me dio, ¡Toda una sociedad me confino al encierro!- le observaba entre las dos armas cruzadas, temblorosas por la fuerza ejercida por nuestras manos, transpiraba sangre o al menos era lo que sentía mojar mi frente, pero aunque terminará seco y muerto, ese infeliz lo quería retorciendose el las llamas vivas del infierno -¡Un maldito cazador y toda comitiva de imbéciles no me va a detener para cumplir mi promesa de venganza contra todo ser viviente, con la raza humana! ¡La única culpable de enseñarme a odiar, a sentir ese vehemente deseo de sangre, el incontrolable e insaciable impulso de matar, matar y matar sin piedad!- separe el arma, esquive su siguiente jugada recogí del piso mi espada y volvimos a batirnos con más furia cada vez, la máscara no caía al piso, solo de las telas y la piel era herido superficialmente.
A tropiezos habíamos subido las escaleras, no separábamos la vista del movimiento del otro, en mi boca podía sentir la salivación excesiva ante el deseo que sucumbía el matarle entre, en hacer con su sangre un escándalo, una obra de arte que le dejará a todo París en claro que el que osara a meterse con El Fantasma de la Ópera de Paris acabaría en las mismas o en peores circunstancias que la de él enmascarado cuya cabeza aparecía antes del amanecer en la plaza para que finalmente todos empezaran a complacerme con su propio temor. Llegamos al oscuro pasillo, a pesar del humo y el olor del hierro de la sangre impregnado en mi piel, llegaba hasta mi una fragancia familiar -¿Selena?- cuestione en mis adentros, la pregunta paso a segundo termino cuando el cazador volvió a abalanzarse sobre mi, perseguía mi rostro como un perro con rabia -¡No... me... toques!-, detuve su impacto con mi defensa que tomo impulso para arrojarle con fuerza a un mueble viejo con cristalería fina, que termino por romperse, le contemple satisfecho, con la respiración agitada por el esfuerzo y la cólera, lo tome por el cuello separando del piso sus pies -¿Quien tiene las manos en el cuello ahora?- sonreí con mi horrorosa y desgraciada sonrisa -Según tu ideología nosotros, los ángeles no deberíamos existir... pero eres tan soberbio que no contemplaste que harás de ti mismo- reí con dolor, mientras sentía sus cuerdas frágiles entre mis manos, el latido sonoro y rápido de su corazón podía percibirse en sus venas, en su yugular -Pero no te preocupes porque yo ya he pensado en uno- sonrío complacido -Si me culpas de haberte matado en vida, si me culpas de haber desfigurado tu rostro... si llevas contigo el rencor vivo hacia la muerte... ¿porque no llevas eso y más por una eternidad? ¿Porque no vives lo que yo he sufrido desde el confín de mis tiempos?- lo que había maquilado en mi cabeza era un castigo mejor que la muerte que tanto saboreaba poseer -Como el ángel de la Muerte, como tu juez y verdugo he preparado una condena mejor de la que tenia en mente Leviathán- apretaba con más fuerza su cuello, sofocándole de tal manera que perdió toda fuerza, el pedazo de cristal que pensaba introducirme cayó al piso haciendes añicos, había dejado de luchar -¿Ahora detestas ser un humano?- pregunte con sarcasmo -Que se escriba con sangre lo que he de dictar... que en tu mente se grabe con fuego lo que quiero decirte: En todos tus años por venir, en tus momentos más privados recordarás que yo fui el único que te venció y que te condeno al infierno estando aún con vida hasta que las sombras se agoten..-susurre a su oído, del piso jamás le baje mi mano lo tenia contra el muro y la mordida letal del demonio quedo impresa en su cuello, los culmillos se hundían mas en su piel, la sangre resbalaba por mi lengua y nadaba en mi garganta, es la sangre que menos he disfrutado, el castigo también a mi me lo estaba aplicando pues seria al único que con vida dejaría, el único al que yo transformaría , no se cuanto tiempo paso, pero seria el suficiente para dejarle seco y por mucho que quería acabar con él, tuve la fuerza para dejarle, la gratificación de esto era mucho mayor, retire su máscara sin importarme lo vi, vertí en el mi sangre a la fuerza, no pudo luchar contra eso porque fuerzas ya no le quedaban, aun temblando y el en piso renegando, contemple mi obra, no tardaría en surtir efecto pero aún con ello el trabajo ya estaba hecho.
Phantom Nocte- Vampiro Clase Alta
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Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
No importaba lo que me dijera, incluso la forma en como me viera, me daba por bien servido si la eada en su piel se hundiera, su su corazón en dos lo partiera, como hace años con lógica no estaba pensando, me deje llevar por el rencor, por cada provocación, por la abierta invitación que el mismo fantasma me ofreció, que mas daba mi físico dolor, a quien le importaba hacia donde terminaría yo.
La espada contra la daga, el choque de dos armas era la que anunciaba el principio de la batalla, mis ojos le observaban atentos detrás de la mascara mientras escuchaba sus estupideces innatas, era un hombre con un delirio, jamás caería en la cuento de que es un vampiro, siempre se comportaría como no un maldito.
De sus comentarios hice caso omiso, a mi lo único que me importaba era clavar el cuchillo, las defensas se hacían más veloces y las acciones para matar al otro eran más feroces, los metales chocaban por brutalidad, detrás de la mascara, mi mirada desprendía la misma maldad, por los pasillos incendiados empezamos a batallar, ni siquiera el suelo debíamos mirar o cualquiera un descuido podía aprovechar para matar, los zapatos y las capas comenzaron a volar, los zapatos y las botas comenzaron a escalar, de uno a uno inseguros los escalones comenzamos a pisar, muy pronto a mis aliados de nueva cuenta los volví abandonar, pero esta vez estaba seguro que por sus vidas iban a luchar, a pesar de todo mis oídos captaban cada sonido que producía la batalla, la forma en como los cristales estallaban y como se rompían la mueblería tallada, percibía aun como como el fuego aumentaba y la desesperación por matarle en cada defensa brotaba.
En la parte alta, donde los barandales comenzaban el hombre con su sangre logro salpicarme, la máscara termino por ensuciarse, pero nada me importaba, ni siquiera el horror que su rostro me provocaba, la deformidad que a la mi a recordaba, era como verme en el espejo, ese enemigo diario que también odiaba con toda mi alma, de pronto la fuerza del fantasma aumentaba, en mi presentía que había cambiado la jugada, pero por mas que intentaba no lograba descifrarla, de pronto como el vampiro que es jugaba, con sus verdaderas habilidades atacaba, la fuerza aumentaba y yo no lograba controlarla, la ultima vez que daga choco con la espada, The Phantom me arrojo de una patada al muro donde la cristalería fina se clavo en mi espalda, un grito ahogado se dibujo en mis labios, mientras cientos de intentos fallidos por ponerme en pie eran ejecutados.
La respiración era esporádica, y aun poca conciencia supe que el se acercaba, en vano trate de buscar la espada, no encontré nada, en su lugar tome uno de los pedazos de cristal de una vieja lampara labrada, lo único que me dictaba la imaginación era clavarla, donde fuera incluso en su cara, pero mi cuerpo y mi alma estaba desangrada, del cuello el me tomo, provocando alaridos de dolor, la mirada se fijaba en su rostro sin mascara mientras por la cabeza la idea pasaba de que esta batalla por tanto tiempo planeada en vano había sido ejecutada, con fragilidad humana, la victoria para el ya estaba dada, creí por momentos que el me mataría, di por sentado que con mi propia arma la perdería.
-Matame... De una vez- con escaso aire le susurre, mi garganta estaba casi aplastada, como mi silueta contra la pared estaba acorralada, cada vez tenía que respirar con una enorme bocanada -Yo también soy un monstruo como tu, para encontrar al culpable de mi desgracia a muchos tuve que matar con saña, a otros tuve que sacrificar aun sabiendo lo que en tus manos les esperaba... - dije antes de que mis cuerdas fueron estrujadas, sin permitirme decir mas nada.
En mi su mordida sentí clavada, mi sangre sentí succionada -¿Y ese es el plan del que tanto me hablas?- fue el ultimo pensamiento antes de que mi mente se debilitará, de que todo mi cuerpo se vaciaba -Termina de una vez- suplique, pero entonces, con dificultad pudo detenerse, no podía ser cierto la única posibilidad que se me venia en mente, ¡No, no...!, me arrojo al suelo, y a base de golpes me obligo a tragarme su veneno, con su pie en mi mano, logró que exclamará un grito acalorado, la sangre que el fantasma que se vertía de la cortada que el se había provocado, contra mi voluntad fu implantado, escupía y ni aun así el sabor se iba, finalmente tras una lucha sin ventaja alguna bajo su poder fui sometido, su castigo y sus palabras había cumplido.
Todo en estaba ardiendo por mis adentros, era un fuego rápido que carcomía mis huesos, que impedía que mi corazón siguiera latiendo, que me sofocaba al sentir que la vida entre las manos del fantasma se estaba escurriendo, la ansiedad me hizo preso al no sentir aire que me pudiera tener despierto, de mi caída logre levantarme y busque mi mascara como si fuese un ciego, a tientas, a gatas logre encontrarla, me la coloque rápidamente antes de que llegara mi muerte.
Allí de cuclillas observe a The Phantom, diciéndose a si mismo maravillas, detrás de la mascara, detrás de mi verdadera cara, mi mente maquilaba con la poca consciencia que me quedaba -Aún tengo fuerza y un poco de valor, para que por lo menos mi recuerdo lo lleves muy marcado en tu interior-, tome el fragmento de espejo que había tomado en el enfrentamiento anterior, mi puño lo sujetaba con fervor y le dije con acento aterrador -En medio del clamor, en medio de la insurrección, jamás olvidare quien fui y la razón por la que en esto me convertí... No se si seré un héroe, pero para mi todo hombre que hace lo que puede me parece que lo es- En ese momento con dificultades me puse de pie, tambaleándome pude arrojarme a el y dejar marcado el cristal, en su párpado, de arriba y abajo y después cerca del cuello logre clavarlo, lo tome por los brazos y a pesar de todo lo que en mi estaba pasando tuve la fuerza suficiente para arrojarle contra la primera puerta del cuerpo, el impacto fue demasiado y consigo el fantasma la puerta había derribado, presuroso observe el cuadro, allí estaba oculta Montserrat con otra mujer al lado, la expresión de aquella desconocida parecía afligida con solo ver a The Phantom en ese estado, mientras Montserrat con la cabeza solo estaba negando -Mueres siendo un héroe o vives lo suficiente para convertirte en un villano- susurre con debilidad mas que evidente, pensé que The Phantom vendría a matarme determinado, pero al ver como a la desconocida estaba mirando, el se puso en pie y aun con el rostro sangrado, la aparto de Montserrat e interpuso su cuerpo por si a ella se me ocurría a atacar -Veo que te lo has tomado como has querido interpretarlo-.
La espada contra la daga, el choque de dos armas era la que anunciaba el principio de la batalla, mis ojos le observaban atentos detrás de la mascara mientras escuchaba sus estupideces innatas, era un hombre con un delirio, jamás caería en la cuento de que es un vampiro, siempre se comportaría como no un maldito.
De sus comentarios hice caso omiso, a mi lo único que me importaba era clavar el cuchillo, las defensas se hacían más veloces y las acciones para matar al otro eran más feroces, los metales chocaban por brutalidad, detrás de la mascara, mi mirada desprendía la misma maldad, por los pasillos incendiados empezamos a batallar, ni siquiera el suelo debíamos mirar o cualquiera un descuido podía aprovechar para matar, los zapatos y las capas comenzaron a volar, los zapatos y las botas comenzaron a escalar, de uno a uno inseguros los escalones comenzamos a pisar, muy pronto a mis aliados de nueva cuenta los volví abandonar, pero esta vez estaba seguro que por sus vidas iban a luchar, a pesar de todo mis oídos captaban cada sonido que producía la batalla, la forma en como los cristales estallaban y como se rompían la mueblería tallada, percibía aun como como el fuego aumentaba y la desesperación por matarle en cada defensa brotaba.
En la parte alta, donde los barandales comenzaban el hombre con su sangre logro salpicarme, la máscara termino por ensuciarse, pero nada me importaba, ni siquiera el horror que su rostro me provocaba, la deformidad que a la mi a recordaba, era como verme en el espejo, ese enemigo diario que también odiaba con toda mi alma, de pronto la fuerza del fantasma aumentaba, en mi presentía que había cambiado la jugada, pero por mas que intentaba no lograba descifrarla, de pronto como el vampiro que es jugaba, con sus verdaderas habilidades atacaba, la fuerza aumentaba y yo no lograba controlarla, la ultima vez que daga choco con la espada, The Phantom me arrojo de una patada al muro donde la cristalería fina se clavo en mi espalda, un grito ahogado se dibujo en mis labios, mientras cientos de intentos fallidos por ponerme en pie eran ejecutados.
La respiración era esporádica, y aun poca conciencia supe que el se acercaba, en vano trate de buscar la espada, no encontré nada, en su lugar tome uno de los pedazos de cristal de una vieja lampara labrada, lo único que me dictaba la imaginación era clavarla, donde fuera incluso en su cara, pero mi cuerpo y mi alma estaba desangrada, del cuello el me tomo, provocando alaridos de dolor, la mirada se fijaba en su rostro sin mascara mientras por la cabeza la idea pasaba de que esta batalla por tanto tiempo planeada en vano había sido ejecutada, con fragilidad humana, la victoria para el ya estaba dada, creí por momentos que el me mataría, di por sentado que con mi propia arma la perdería.
-Matame... De una vez- con escaso aire le susurre, mi garganta estaba casi aplastada, como mi silueta contra la pared estaba acorralada, cada vez tenía que respirar con una enorme bocanada -Yo también soy un monstruo como tu, para encontrar al culpable de mi desgracia a muchos tuve que matar con saña, a otros tuve que sacrificar aun sabiendo lo que en tus manos les esperaba... - dije antes de que mis cuerdas fueron estrujadas, sin permitirme decir mas nada.
En mi su mordida sentí clavada, mi sangre sentí succionada -¿Y ese es el plan del que tanto me hablas?- fue el ultimo pensamiento antes de que mi mente se debilitará, de que todo mi cuerpo se vaciaba -Termina de una vez- suplique, pero entonces, con dificultad pudo detenerse, no podía ser cierto la única posibilidad que se me venia en mente, ¡No, no...!, me arrojo al suelo, y a base de golpes me obligo a tragarme su veneno, con su pie en mi mano, logró que exclamará un grito acalorado, la sangre que el fantasma que se vertía de la cortada que el se había provocado, contra mi voluntad fu implantado, escupía y ni aun así el sabor se iba, finalmente tras una lucha sin ventaja alguna bajo su poder fui sometido, su castigo y sus palabras había cumplido.
Todo en estaba ardiendo por mis adentros, era un fuego rápido que carcomía mis huesos, que impedía que mi corazón siguiera latiendo, que me sofocaba al sentir que la vida entre las manos del fantasma se estaba escurriendo, la ansiedad me hizo preso al no sentir aire que me pudiera tener despierto, de mi caída logre levantarme y busque mi mascara como si fuese un ciego, a tientas, a gatas logre encontrarla, me la coloque rápidamente antes de que llegara mi muerte.
Allí de cuclillas observe a The Phantom, diciéndose a si mismo maravillas, detrás de la mascara, detrás de mi verdadera cara, mi mente maquilaba con la poca consciencia que me quedaba -Aún tengo fuerza y un poco de valor, para que por lo menos mi recuerdo lo lleves muy marcado en tu interior-, tome el fragmento de espejo que había tomado en el enfrentamiento anterior, mi puño lo sujetaba con fervor y le dije con acento aterrador -En medio del clamor, en medio de la insurrección, jamás olvidare quien fui y la razón por la que en esto me convertí... No se si seré un héroe, pero para mi todo hombre que hace lo que puede me parece que lo es- En ese momento con dificultades me puse de pie, tambaleándome pude arrojarme a el y dejar marcado el cristal, en su párpado, de arriba y abajo y después cerca del cuello logre clavarlo, lo tome por los brazos y a pesar de todo lo que en mi estaba pasando tuve la fuerza suficiente para arrojarle contra la primera puerta del cuerpo, el impacto fue demasiado y consigo el fantasma la puerta había derribado, presuroso observe el cuadro, allí estaba oculta Montserrat con otra mujer al lado, la expresión de aquella desconocida parecía afligida con solo ver a The Phantom en ese estado, mientras Montserrat con la cabeza solo estaba negando -Mueres siendo un héroe o vives lo suficiente para convertirte en un villano- susurre con debilidad mas que evidente, pensé que The Phantom vendría a matarme determinado, pero al ver como a la desconocida estaba mirando, el se puso en pie y aun con el rostro sangrado, la aparto de Montserrat e interpuso su cuerpo por si a ella se me ocurría a atacar -Veo que te lo has tomado como has querido interpretarlo-.
Leviathán Shadow- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
Durante siglos había ejecutado almas y siempre presumía de condenarlas a muerte, aún sabiendo que yo tenía la certeza de que había un castigo mucho peor: La desgracia, el rechazo y la carga de llevar hasta el final de los tiempos la deformidad de un rostro, de un cuerpo, de todo un mundo que se retuerce con el pasar de los años, con el castigo inhóspito y cruel de la soledad y la indiferencia del silencio.
La penitencia de saber que mi primer ser creado era mi peor enemigo pesaba más que las cadenas mismas del infierno que me condenaban al oscuro velo de las sombras, al placer sublime y a la vez amargo de la sangre, pero todo se compensaba con el simple hecho de saber que se convertía en lo que más detestaba, con aquello que aborrecía de la manera más infame y la razón porque hace años me busco para matarme, ahora era tan maldito como yo, con la delgada linea que separa al cielo del infierno.
Me di vuelta sin prestarle la más mínima atención después de que mi sangre se introdujera a la fuerza, que solo las porrillas y patadas podían hacer, lo vi tendido en el piso, con los cristales rodeando su silueta, con manchas y charcos de sangre derramados en el intento salvaje de hacerle mí esclavo, de aplicarle su merecido castigo que disfrutaría tanto como el lo odiaría, era toda una escena, el cuadro perfecto del santo, de un mártir, pintado por Da Vinci, Boticelli o Miguel Angel, solo le falta su aureola y un terreno más arenoso y desértico -¡Patético!- decía dandole la espalda -Tanta fanfarria,tanto alboroto que armaste para acabar en eso... el vivo retrato del fiasco humano- en mi boca todavía se propagaba el sabor de sangre solo que en menor intensidad que cuando le vacíe, ese metálico y a la vez salado condimento que caracterizaba a la espesa sangre humana se confinaba con la mía que no dejaba de brotar en las cortadas profundas que los cazadores habían logrado hacer con sus espadas, lineas dibujadas en media sonrisa que parecía dibujarse en la cara, pero a pesar de que un espejo estaba muy cerca de mi, no me asome, en vez de eso lo rompí, solo porque los detesto.
El cazador o mejor dicho el ex cazador, era un completo desconcierto para mí, pero mi pensamiento proliferaba por que el en estos momentos tuviese ya una agonía lenta y una muerte tan dolorosa para su alma y su mente, eso sonaba bastante atractivo para mí y más en palabras dictadas cual susurro terrorífico de media noche, así que me gire pateando los fragmentos del espejo, pero el ya no estaba en su sitio, estaba en cuclillas, con la máscara puesta y pese al dolor de su agonía humana, parecía erguido y enfurecido -¿Tan enojado estas?- mofando le discutí -Te hice un favor... ¡Vivirás por siempre!- exclame con falso jubilo y más hipocresía, sin embargo la mueca retorcida se borro y se abalanzo como un gato con la bravura del celo, me tomo de sorpresa y logro cortarme el párpado, lo más doloroso, la sangre se derramó por esa grieta entro a mi pupila y ardía como si se estuviese quemando, alcance ver con aquel otro ojo encerrado en la cuenca sin piel como toma fuerza otra vez para clavarme lo que sea con lo que me partió la piel, pero esta vez no escatimo ni en él, ni en su dolor... y como sea aun atiendas la punta fría de un cristal tibio estaba en mis adentros muy cerca de la yugular, otra vez, sentí sus manos en las mías, ¡Maldito toque descariñado de los mortales desde que tengo uso de razón, igual que hace años con violencia logro arrojarme contra la primera puerta que vio, mi cuerpo quedo boca abajo y el cristal que me habían incrustado voló por los aires junto a la madera rota que caía como gotas mortales y astillosas a los lados.
Levante mi rostro ensangrentado y lo primero que vi fue a ella, a la traidora de Montserrat contemplado mi estado -¿Hasta ahora te lamentas de todo maldita serpiente?- pregunto con voz entrecortada, la sangre sigue escurriendo y cae al suelo cuando me pongo de pie, en la pose de un asesino, con la máscara real de lo que era -¿¡Porque demonios lo hiciste Montserrat!?- brame -¿Este rostro te daba tanta repugnancia para aventurarte a representar el papel de Judas?- la vampiresa se limito a bajar la cabeza y negar todo cuanto escuchaba, además prefería cerrar los ojos, no podía disimular la expresión de horror que mi cara inspiraba -¡N tu ni Leviathán jamás serán libres mientras yo viva! y ¡Te juro que una vez que veas lo que del cazador he hecho, esta cara en vez de rechazarla la vas aborrecer!- levanto la mirada, miro hacia el frente y luego a hacia su costado, toda furia se detuvo de golpe, el único ojo que estaba atento se centro en ella -Selena- susurre su nombre con la sorpresa y el miedo a lo peor... ¿Era miedo?, su mirada se rompía como los cristales del espejo, fragmento por fragmento su cristalina mirada iba derramando lágrimas de dolor, pase saliva tan pronto como me fue posible, la respiración se regulaba y a la par de sus lagrimas mi rostro derramaba gotas de sangre -Selena... yo...¡Te dije que te quedarás!- exclame de la forma más fallida que había tenido en mi vida, por primera vez mi voz se apagó con su aspecto, con el dolor que expresaba en una mueca triste y sin color, no sabia porque era... ella no decía nada, un absoluto silencio se adueño de ella, no se si era por el estado de mi putrefacto rostro o por lo que seguramente gracias a esa infeliz había descubierto la verdad sobre mí.
Iba a dar unos pasos hacia ella, cuando el enmascarado aparentemente había recobrado fuerzas, supuse que aquello que de su boca cubierta destilaba iba dirigido hacia Selena, alarmado la tome del brazo y la puse tras de mi estaba desarmado y la única manera de proveerle de protección era interponiendome como escudo, la forma en como el demonio había cedido a la presencia de la joven le daba demasiado para deducir los más indiscreto que he hecho -¡Bienvenido a mi mundo!- dije por respuesta, intentando que olvidara lo que de mi vio hacia ella -¡Bienvenido al punto donde no hay retorno!-.
La penitencia de saber que mi primer ser creado era mi peor enemigo pesaba más que las cadenas mismas del infierno que me condenaban al oscuro velo de las sombras, al placer sublime y a la vez amargo de la sangre, pero todo se compensaba con el simple hecho de saber que se convertía en lo que más detestaba, con aquello que aborrecía de la manera más infame y la razón porque hace años me busco para matarme, ahora era tan maldito como yo, con la delgada linea que separa al cielo del infierno.
Me di vuelta sin prestarle la más mínima atención después de que mi sangre se introdujera a la fuerza, que solo las porrillas y patadas podían hacer, lo vi tendido en el piso, con los cristales rodeando su silueta, con manchas y charcos de sangre derramados en el intento salvaje de hacerle mí esclavo, de aplicarle su merecido castigo que disfrutaría tanto como el lo odiaría, era toda una escena, el cuadro perfecto del santo, de un mártir, pintado por Da Vinci, Boticelli o Miguel Angel, solo le falta su aureola y un terreno más arenoso y desértico -¡Patético!- decía dandole la espalda -Tanta fanfarria,tanto alboroto que armaste para acabar en eso... el vivo retrato del fiasco humano- en mi boca todavía se propagaba el sabor de sangre solo que en menor intensidad que cuando le vacíe, ese metálico y a la vez salado condimento que caracterizaba a la espesa sangre humana se confinaba con la mía que no dejaba de brotar en las cortadas profundas que los cazadores habían logrado hacer con sus espadas, lineas dibujadas en media sonrisa que parecía dibujarse en la cara, pero a pesar de que un espejo estaba muy cerca de mi, no me asome, en vez de eso lo rompí, solo porque los detesto.
El cazador o mejor dicho el ex cazador, era un completo desconcierto para mí, pero mi pensamiento proliferaba por que el en estos momentos tuviese ya una agonía lenta y una muerte tan dolorosa para su alma y su mente, eso sonaba bastante atractivo para mí y más en palabras dictadas cual susurro terrorífico de media noche, así que me gire pateando los fragmentos del espejo, pero el ya no estaba en su sitio, estaba en cuclillas, con la máscara puesta y pese al dolor de su agonía humana, parecía erguido y enfurecido -¿Tan enojado estas?- mofando le discutí -Te hice un favor... ¡Vivirás por siempre!- exclame con falso jubilo y más hipocresía, sin embargo la mueca retorcida se borro y se abalanzo como un gato con la bravura del celo, me tomo de sorpresa y logro cortarme el párpado, lo más doloroso, la sangre se derramó por esa grieta entro a mi pupila y ardía como si se estuviese quemando, alcance ver con aquel otro ojo encerrado en la cuenca sin piel como toma fuerza otra vez para clavarme lo que sea con lo que me partió la piel, pero esta vez no escatimo ni en él, ni en su dolor... y como sea aun atiendas la punta fría de un cristal tibio estaba en mis adentros muy cerca de la yugular, otra vez, sentí sus manos en las mías, ¡Maldito toque descariñado de los mortales desde que tengo uso de razón, igual que hace años con violencia logro arrojarme contra la primera puerta que vio, mi cuerpo quedo boca abajo y el cristal que me habían incrustado voló por los aires junto a la madera rota que caía como gotas mortales y astillosas a los lados.
Levante mi rostro ensangrentado y lo primero que vi fue a ella, a la traidora de Montserrat contemplado mi estado -¿Hasta ahora te lamentas de todo maldita serpiente?- pregunto con voz entrecortada, la sangre sigue escurriendo y cae al suelo cuando me pongo de pie, en la pose de un asesino, con la máscara real de lo que era -¿¡Porque demonios lo hiciste Montserrat!?- brame -¿Este rostro te daba tanta repugnancia para aventurarte a representar el papel de Judas?- la vampiresa se limito a bajar la cabeza y negar todo cuanto escuchaba, además prefería cerrar los ojos, no podía disimular la expresión de horror que mi cara inspiraba -¡N tu ni Leviathán jamás serán libres mientras yo viva! y ¡Te juro que una vez que veas lo que del cazador he hecho, esta cara en vez de rechazarla la vas aborrecer!- levanto la mirada, miro hacia el frente y luego a hacia su costado, toda furia se detuvo de golpe, el único ojo que estaba atento se centro en ella -Selena- susurre su nombre con la sorpresa y el miedo a lo peor... ¿Era miedo?, su mirada se rompía como los cristales del espejo, fragmento por fragmento su cristalina mirada iba derramando lágrimas de dolor, pase saliva tan pronto como me fue posible, la respiración se regulaba y a la par de sus lagrimas mi rostro derramaba gotas de sangre -Selena... yo...¡Te dije que te quedarás!- exclame de la forma más fallida que había tenido en mi vida, por primera vez mi voz se apagó con su aspecto, con el dolor que expresaba en una mueca triste y sin color, no sabia porque era... ella no decía nada, un absoluto silencio se adueño de ella, no se si era por el estado de mi putrefacto rostro o por lo que seguramente gracias a esa infeliz había descubierto la verdad sobre mí.
Iba a dar unos pasos hacia ella, cuando el enmascarado aparentemente había recobrado fuerzas, supuse que aquello que de su boca cubierta destilaba iba dirigido hacia Selena, alarmado la tome del brazo y la puse tras de mi estaba desarmado y la única manera de proveerle de protección era interponiendome como escudo, la forma en como el demonio había cedido a la presencia de la joven le daba demasiado para deducir los más indiscreto que he hecho -¡Bienvenido a mi mundo!- dije por respuesta, intentando que olvidara lo que de mi vio hacia ella -¡Bienvenido al punto donde no hay retorno!-.
Phantom Nocte- Vampiro Clase Alta
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Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
Después de que entramos a esa pequeña alcoba me sentía un poco más segura hacia el bienestar de esa pobre que tras la impresión de la noticia sus piernas habían fallado dejándola caer al suelo, era como si su cuerpo me estuviese echando en cara lo que por dentro le había hecho, pero por el momento solo ignore, la arrastre y cerré la puerta con todos los seguros dispuestos en ese viejo armazón de madera recién restaurada.
La paz inundo mi ser cuando vi detenidamente la serenidad con la que las flamas de las tres velas sobre la mesita noche iluminaban el lugar lo suficientemente para ver, el secreter, un cama angosta y pequeña, mientras en la esquina más cercana un pequeño librero se eregía descuidado con unos cuantos libros acomodados en estantes distintos, una taza de cafe vacía en la parte inferior y un par de ropa doblada que aún quedaban por todas partes de ese viejo mueble, sabia que esta alguna vez fue de ese hombre tan noble, la mano derecha de Leviathán y que ahora solo Dios sabia su suerte.
Pero por el momento no era la ocasión más adecuada para traer añoranzas de un pasado que lucía tan lejana como la luna que en ese pieza no tenia acceso a fisgonear, como lo hacia en las otras salas, aquí todo era tan distinto en ese momento como ahora. Mientras en la parte de abono podía escuchar el bullicio y los gritos ahogados de una guerra sin dueño y sin victorias , todavía se podían oír disparos, gritos, gemidos, espadas defendiendo a su bando y acá yo estaba luchando por una vida que ni siquiera era la mía, quizás aquella joven que contemplaba desde el extremo donde la puerta estaba cerrada, era el ejemplo mismo de lo que fui alguna vez, inspire profundo, admitiendo que esa posibilidad estaba tan lejana como a otras tantas.
No quise acercarme a ella, no ese fatídico momento, mi alma, si es que eso aún tenia se llenaba de jubilo al tener la certeza de que finalmente de la forma que fuera logre quitarle la venda a esa mujer de cualquier forma y por otro lado, mi debilidad como la humana que todavía era en espacios breves de tiempo no dejaba de proporcionare, remordimientos culpas, cuestionándome si era lo más justo haberle confesado la verdad sin previo aviso ¿A que costo lo había pagado yo?, yo lo había pagado de la manera más dolorosa, el flagelaje ocurrió en el que vi su mirada perder el color que tenía antes de conocerme, antes de conocer realmente a su salvador.
Abandone la puerta y despacio como si de un cervatillo se tratara me acerque lo más lento que pude para que no se asustará -No voy a matarte- inspire -Ya lo hice más de lo que me debía- asentí -Pero de cualquier forma debes saber que para mi fue un monstruo y siempre lo será hasta no ver lo contrario- le levante como pude y de la forma que pude llevándola a donde permanecía el secreter orillado y abandonado en el rincón más oscuro de la habitación -Lo siento- dije con vergüenza apartandome de ella en aras de esperar quien era el muerto en el tiroteo.
Diez, quince, veinte minutos y nadie había gritado en la misión de enunciar el nombre del caído y el insurrecto, pero nada paso, por el contrario parecía que alguien había camino hasta allí y ahora se estuviesen peleando perros en jauría, oí que la cristalería cayo al piso y golpeteaban el muro, The Phantom no tardaría de encontrarnos y si, así fue como nos encontró, lanzado por los aires, rompiendo la única tela material que nos aislaba de la realidad exterior,, t¡The Phantom había caído a nuestros pies sin la máscara y con la cara llena sangre, pensaba posibilidades remotas, me negaba a pensar que esa sangre era de Leviathán y que la siguiente seria la de la chica o la mía, retrocedí unos pasos en cuanto me hecho en cara rada mi traición, que de un tiempo a la fecha prefería llamarlo un acierto entre miles de errores que he cometido en mi corta existencia.
La furia del fantasma aunado con los reproches me impidieron hablar y por el contrario bajar la mirada pa evitar su psique ¡Vaya intimidación!, no le conteste nada cuando vio a la joven, Selena, era su nombre y tal parecía que con solo pronunciarlo como con la marea alta se calmaba tras las caricias de viento su bravura baja, con ese hombre solo basto con oír su nombre pronunciado de los sus escasos labios para domar a la bestia, cuando la máscara de Leviathán, ese hombre apareció en la escena y quede inmóvil, porque ni mis piernas respondieron, quería correr hacia el cazador pero no obtuve éxito, quizás por la impreso de verle o porque ese infeliz, esta interponiendo su cuerpo como un escudo para proteger a una simple mortal ¿Y ahora que sigue?.
La paz inundo mi ser cuando vi detenidamente la serenidad con la que las flamas de las tres velas sobre la mesita noche iluminaban el lugar lo suficientemente para ver, el secreter, un cama angosta y pequeña, mientras en la esquina más cercana un pequeño librero se eregía descuidado con unos cuantos libros acomodados en estantes distintos, una taza de cafe vacía en la parte inferior y un par de ropa doblada que aún quedaban por todas partes de ese viejo mueble, sabia que esta alguna vez fue de ese hombre tan noble, la mano derecha de Leviathán y que ahora solo Dios sabia su suerte.
Pero por el momento no era la ocasión más adecuada para traer añoranzas de un pasado que lucía tan lejana como la luna que en ese pieza no tenia acceso a fisgonear, como lo hacia en las otras salas, aquí todo era tan distinto en ese momento como ahora. Mientras en la parte de abono podía escuchar el bullicio y los gritos ahogados de una guerra sin dueño y sin victorias , todavía se podían oír disparos, gritos, gemidos, espadas defendiendo a su bando y acá yo estaba luchando por una vida que ni siquiera era la mía, quizás aquella joven que contemplaba desde el extremo donde la puerta estaba cerrada, era el ejemplo mismo de lo que fui alguna vez, inspire profundo, admitiendo que esa posibilidad estaba tan lejana como a otras tantas.
No quise acercarme a ella, no ese fatídico momento, mi alma, si es que eso aún tenia se llenaba de jubilo al tener la certeza de que finalmente de la forma que fuera logre quitarle la venda a esa mujer de cualquier forma y por otro lado, mi debilidad como la humana que todavía era en espacios breves de tiempo no dejaba de proporcionare, remordimientos culpas, cuestionándome si era lo más justo haberle confesado la verdad sin previo aviso ¿A que costo lo había pagado yo?, yo lo había pagado de la manera más dolorosa, el flagelaje ocurrió en el que vi su mirada perder el color que tenía antes de conocerme, antes de conocer realmente a su salvador.
Abandone la puerta y despacio como si de un cervatillo se tratara me acerque lo más lento que pude para que no se asustará -No voy a matarte- inspire -Ya lo hice más de lo que me debía- asentí -Pero de cualquier forma debes saber que para mi fue un monstruo y siempre lo será hasta no ver lo contrario- le levante como pude y de la forma que pude llevándola a donde permanecía el secreter orillado y abandonado en el rincón más oscuro de la habitación -Lo siento- dije con vergüenza apartandome de ella en aras de esperar quien era el muerto en el tiroteo.
Diez, quince, veinte minutos y nadie había gritado en la misión de enunciar el nombre del caído y el insurrecto, pero nada paso, por el contrario parecía que alguien había camino hasta allí y ahora se estuviesen peleando perros en jauría, oí que la cristalería cayo al piso y golpeteaban el muro, The Phantom no tardaría de encontrarnos y si, así fue como nos encontró, lanzado por los aires, rompiendo la única tela material que nos aislaba de la realidad exterior,, t¡The Phantom había caído a nuestros pies sin la máscara y con la cara llena sangre, pensaba posibilidades remotas, me negaba a pensar que esa sangre era de Leviathán y que la siguiente seria la de la chica o la mía, retrocedí unos pasos en cuanto me hecho en cara rada mi traición, que de un tiempo a la fecha prefería llamarlo un acierto entre miles de errores que he cometido en mi corta existencia.
La furia del fantasma aunado con los reproches me impidieron hablar y por el contrario bajar la mirada pa evitar su psique ¡Vaya intimidación!, no le conteste nada cuando vio a la joven, Selena, era su nombre y tal parecía que con solo pronunciarlo como con la marea alta se calmaba tras las caricias de viento su bravura baja, con ese hombre solo basto con oír su nombre pronunciado de los sus escasos labios para domar a la bestia, cuando la máscara de Leviathán, ese hombre apareció en la escena y quede inmóvil, porque ni mis piernas respondieron, quería correr hacia el cazador pero no obtuve éxito, quizás por la impreso de verle o porque ese infeliz, esta interponiendo su cuerpo como un escudo para proteger a una simple mortal ¿Y ahora que sigue?.
Montserrat Vasari- Vampiro Clase Media
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Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
No me importaba lo que pudiera decirme, de hecho su voz se escuchaba a lo lejos como un leve resquicio de lo que en verdad era. Mi mente habia sucumbido a lo que habia visto y no era capaz de reaccionar, solo miraba hacia el vacio a pesar de que frente a mi se encontraran demasiadas cosas frente a mi. Me llevo hasta una esquina donde se disculpo aunque ya tampoco tenia mucho sentido disculparse cuando habia conseguido lo que deseaba por lo tampoco entendia que lo hiciera. Desde mi sitio no escuchaba nada, lo cual me hacia pensar lo peor... que no habia salido vivo de aquello pero tampoco el contrincante y aunque no lo pareciera por mis escasas reacciones, me dolia que la mujer tambien estuviera sufriendo al mismo nivel que yo y podia comprenderla.
Estaba en mi mundo esperando a no sabia bien que cuando un golpe se escucho haciendo que girara mi mirada y quedara mas blanca de lo que ya pudiera encontrarme. Era mi angel, estaba tirado pero aun asi al verme triste, dolida, apenada... se habia puesto en pie delante mia como para protegerme de algun enemigo inexistente porque si pensaba en que ella pudiera hacerme algo, ya lo habria hecho en cualquier momento. Aun seguia bastante perdida en el limbo pero fue escuchar mi nombre de sus labios y reaccionar al instante Lo siento, lo siento mucho... Me disculpe ante mi angel mientras mas lagrimas caian de mis ojos rozando mis mejillas, llegando al suelo como agujas que se clavaban, no sabia ni que hacer, solo queria que terminara Por favor, mi angel, vamonos... no quiero seguir aqui pero tampoco ire sin ti, voy a estar a tu lado, por favor accede a mi peticion, quedate conmigo Tome su mano desde atras esperando aceptara mirando a Montserrat y al otro hombre Dejen que nos vayamos, si nos vamos no habra mas muertes hoy Busque en la mirada de la mujer algun atisbo de compasion y de entendimiento hacia mi porque a pesar de lo que habia visto le necesitaba, necesitaba a mi angel en mi vida Tú lo entiendes ¿cierto? Sabes lo que es la vida sin esa persona especial en tu vida Implore a los sentimientos de la vampira, sabia que si ella aceptaba intercederia con aquel hombre que queria matarle No me condenes a perderle, ya me mostraste tu realidad pero aun asi le quiero Era algo extraño de comprender, que pudiera haber visto el horror que habia causado y a pesar de ello siguiera enamorada o incluso mas al ver que era mas humano de lo que habia parecido siendo tan perfecto para mi.
Despues mire al otro hombre desde atras de mi angel, asustada pero decisiva a entregar mi vida de ser necesario auqnue confusa de lo que pudiera pasar pero fuera lo que fuera seria siempre con él, no me importaba el resto en este momento. Todo era subrealista, como una pesadilla de la que queria despertar, abrir los ojos y verle a mi lado sin la sangre, sin el calor del fuego que iba devorando la casa, sin las miradas de las otras dos personas que se hallaban a nuestro alrededor
Estaba en mi mundo esperando a no sabia bien que cuando un golpe se escucho haciendo que girara mi mirada y quedara mas blanca de lo que ya pudiera encontrarme. Era mi angel, estaba tirado pero aun asi al verme triste, dolida, apenada... se habia puesto en pie delante mia como para protegerme de algun enemigo inexistente porque si pensaba en que ella pudiera hacerme algo, ya lo habria hecho en cualquier momento. Aun seguia bastante perdida en el limbo pero fue escuchar mi nombre de sus labios y reaccionar al instante Lo siento, lo siento mucho... Me disculpe ante mi angel mientras mas lagrimas caian de mis ojos rozando mis mejillas, llegando al suelo como agujas que se clavaban, no sabia ni que hacer, solo queria que terminara Por favor, mi angel, vamonos... no quiero seguir aqui pero tampoco ire sin ti, voy a estar a tu lado, por favor accede a mi peticion, quedate conmigo Tome su mano desde atras esperando aceptara mirando a Montserrat y al otro hombre Dejen que nos vayamos, si nos vamos no habra mas muertes hoy Busque en la mirada de la mujer algun atisbo de compasion y de entendimiento hacia mi porque a pesar de lo que habia visto le necesitaba, necesitaba a mi angel en mi vida Tú lo entiendes ¿cierto? Sabes lo que es la vida sin esa persona especial en tu vida Implore a los sentimientos de la vampira, sabia que si ella aceptaba intercederia con aquel hombre que queria matarle No me condenes a perderle, ya me mostraste tu realidad pero aun asi le quiero Era algo extraño de comprender, que pudiera haber visto el horror que habia causado y a pesar de ello siguiera enamorada o incluso mas al ver que era mas humano de lo que habia parecido siendo tan perfecto para mi.
Despues mire al otro hombre desde atras de mi angel, asustada pero decisiva a entregar mi vida de ser necesario auqnue confusa de lo que pudiera pasar pero fuera lo que fuera seria siempre con él, no me importaba el resto en este momento. Todo era subrealista, como una pesadilla de la que queria despertar, abrir los ojos y verle a mi lado sin la sangre, sin el calor del fuego que iba devorando la casa, sin las miradas de las otras dos personas que se hallaban a nuestro alrededor
Amaris Scander- Humano Clase Baja
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Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
El mundo giraba bastante rápido que incluso en mi postura de apoco parecía perjudicado, debajo de la máscara un hombre cualquiera estaba agonizando y en silencio estaba gritando, de carmesí toda mi ropa se había manchado pero el sangrado había parado, la respuesta era más que obvia un monstruo me estaba trasformando y ese era mi enfado que llevo a romper esquemas de la imagen de un ser humano que en vampiro se estaba transformado, esa fue la única razón que me impulso a lanzar a The Phantom, ese motivo era el que mantenía aún con mi ultima arma en mano pero algo más en la escena posterior me dejo completamente helado, mi enemigo a muerte se rendía frente a la joven que veía vilmente, esa misma que ahora era tan valiente para rogarnos a mi y a Montserrat, a su ángel poderse llevar, pero pese a todo la vampiresa permaneció callada, por más que aquella le buscará, sabía que solo en mi estaba la respuesta tan ansiada.
-Esto no es un ángel, esto es un ser infame sediento de sangre.. ¡Este es el hombre que destruyo mi vida y de miles de desconocidas... ese hombre a matado miles día a día! ¿Y aún así me pides que le perdone la vida?- pero detrás de The Phantom observe su mirada decidida -Yo vine aquí con un propósito y ese es matar el demonio y para que se cumpla lo que a mi mismo prometí a él... a... él y a mi debo... debo... destruir- al suelo caí y él arma cayo frente a mí, Montserrat corrió a mi lado, de la máscara sus manos me habían liberado, solo por un momento me le quede observando-Montserrat.. te amo- susurre cuando el ultimo latido por mi corazón fue dado, cayendo justo frente a los pies de The Phantom, me fui con la certeza que regresaría como la bestia que en mi viviría por el resto de mi vida.
The Phantom había ganado, quizás no me había matado como en sus más oscuros sueños hubiera anhelado, pero me había transformado, me había condenado a ser su creado, me había condenado a ser la criatura que tanto había odiado, desde que criaturas como ellos a mis padres habían asesinado y aunque podía quitarme la vida como única salida, el muy en el fondo sabía que yo tendría cobardía y tendría que vivir quitando vidas para sobrellevar la mía... esta noche la agonía jamás terminaría, esta noche mi calvario apenas comenzaría.
-Esto no es un ángel, esto es un ser infame sediento de sangre.. ¡Este es el hombre que destruyo mi vida y de miles de desconocidas... ese hombre a matado miles día a día! ¿Y aún así me pides que le perdone la vida?- pero detrás de The Phantom observe su mirada decidida -Yo vine aquí con un propósito y ese es matar el demonio y para que se cumpla lo que a mi mismo prometí a él... a... él y a mi debo... debo... destruir- al suelo caí y él arma cayo frente a mí, Montserrat corrió a mi lado, de la máscara sus manos me habían liberado, solo por un momento me le quede observando-Montserrat.. te amo- susurre cuando el ultimo latido por mi corazón fue dado, cayendo justo frente a los pies de The Phantom, me fui con la certeza que regresaría como la bestia que en mi viviría por el resto de mi vida.
The Phantom había ganado, quizás no me había matado como en sus más oscuros sueños hubiera anhelado, pero me había transformado, me había condenado a ser su creado, me había condenado a ser la criatura que tanto había odiado, desde que criaturas como ellos a mis padres habían asesinado y aunque podía quitarme la vida como única salida, el muy en el fondo sabía que yo tendría cobardía y tendría que vivir quitando vidas para sobrellevar la mía... esta noche la agonía jamás terminaría, esta noche mi calvario apenas comenzaría.
Leviathán Shadow- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: The darknest night (Le due maschere della notte PARTE FINAL)
Estaba atónita, con sentimientos encontrados, es que aún no podía entender ¿Como era posible que ese niña lo amará?, después de todo lo que le dije, después de que su mundo se destruyó por mi insolencia en un momento máximo de desesperación... ¿Como era posible que le perdonará todo, desde la muerte a la mentira y que aún así rogará por él, abogara por su vida, tomará esas manos entre las suyas, que ensuciara su piel, su alma, su vida humana por alguien como él?
En el fondo y aunque pegara en lo más profundo de mi ego es que realmente esa chica estaba perdidamente enamorada de él y que quizás ignorara cosas sobre The Phantom pero no la verdad que hay dentro de él, ella había visto más allá del rostro, más allá del físico, había visto el humano que nadie en siglos pudo ver tras esa faz, ella lo veía con él corazón, los demás éramos los que teníamos tapujos en el rostro, éramos los que veíamos a través del prejuicio.
Leviathán me preocupaba en demasia y a pesar de que esa reflexión tan llena de perdón hubiera llegado hasta mí, le volví a ver con rencor, con odio, en poco tiempo había hecho a Leviathán un completo ser agonizante, lleno de sangre en sus ropajes, en su máscara, cuanto me arrepentía de no haberle propuesto un huída antes de que todo esto pasará, pero es que nunca supe decifrar el lenguaje de mi pecho y ya no entendía que era lo que sentía por Alessandro, ya no sabía lo que sentía por Leviathán, ya no sabía si era por amor que me había acostado con el cazador o si era... si era... por amor.
La joven de quien ahora conocía su nombre, Selena intuyo en mi aflicción evidente que Leviathán me interesaba tanto como a ella el fantasma sino ¿De que otra forma sus palabras y la mirada que insistentemente me buscaban tendrían semejante contenido?. La entendía, sabia perfectamente o que sentía y lo que se refería... por dentro me dolía el dolor de Leviathán, en silencio sufrí por él más de una noche antes y después de... y sin embargo tenía la mirada clavada en el piso, evitando la de Selena, levante la vista a Leviathán, esa sonrisa pintada en la máscara no decía nada y a la vez lo decía todo -Lo siento- rompí el penetrante silencio -No puedo... no puedo hacer nada- mi mano quiso alcanzarla, pero detrás del que me consideraba traidora y la ella la creía suya.
Leviathán tomaba con fuerza su arma, entre sus puños parecía, que desharía pero nada pasaba, el único que se desvaneció fue el cazador, su muerte había llegado y The Phantom que sonreí triunfante había ganado la batalla, la desesperación no pudo contenerse más en mí y corrí a su lado, mis manos sostenían su antebrazo que al igual que el puño que sostenía el arma se habían vuelto flácidos y débiles, tras su máscara se escuchaba la pobre y entrecortada respiración del hombre, la máscara que durante tanto tiempo mantuvo ante mi el misterio oculto, se la quite, de golpe, rompiendo la cinta que le sostenía a su cabeza -¿V?- le llame, con una timidez parecida a la de un niño cuando ha hecho alguna travesura, actitud que incremento cuando vi lo atractivo y pálido que se estaba volviendo, mis ojos quedaron pendiendo de los suyos que brillaban con ese tono esmeralda que vi la única noche que estuve tan cerca como ahora -Hiciste tu mejor esfuerzo- el fantasma de una sonrisa intento romper con la tristeza y las lagrimas que se desprendían del pequeño nudo en mi garganta -Todo termino- pero decía mentiras, para Leviathán el sufrimiento y la agonía apenas comenzaban, él se iba a convertir en un monstruo, en alguien como yo... en alguien como The Phantom. Finalmente el cazador fue cazado cuando se desplomo entre mis manos sin que pudiera ser capaz de sostenerle -Todo ha pasado ya, la muerte se ha ido- solloce mientras la idea de lo que esperaba me cruzaba por la cabeza -Yo... yo también te amo- susurre con mi mano acariciando su cabello, al ver hacia arriba Selena se retiraba de la escena por orden de The Phantom, en su rostro un gesto afligido me decía adiós y el vampiro solo dijo unas cuantas palabras más, pero ni siquiera le preste atención a su tono o su contenido... tenia razón -¡Aborrezco tu maldito rostro! ¡Lo odio, lo repudio y lo rechazo como el primer día en que tuve la desgracia de tener que ver tu adefesio!- él, solo sonrío y yo torne mi mirada a mi cazador... pobre de mi sonrisa pintada, su mala suerte y su segunda derrota frente al The Phantom, aún más trágica que la primera.
En el fondo y aunque pegara en lo más profundo de mi ego es que realmente esa chica estaba perdidamente enamorada de él y que quizás ignorara cosas sobre The Phantom pero no la verdad que hay dentro de él, ella había visto más allá del rostro, más allá del físico, había visto el humano que nadie en siglos pudo ver tras esa faz, ella lo veía con él corazón, los demás éramos los que teníamos tapujos en el rostro, éramos los que veíamos a través del prejuicio.
Leviathán me preocupaba en demasia y a pesar de que esa reflexión tan llena de perdón hubiera llegado hasta mí, le volví a ver con rencor, con odio, en poco tiempo había hecho a Leviathán un completo ser agonizante, lleno de sangre en sus ropajes, en su máscara, cuanto me arrepentía de no haberle propuesto un huída antes de que todo esto pasará, pero es que nunca supe decifrar el lenguaje de mi pecho y ya no entendía que era lo que sentía por Alessandro, ya no sabía lo que sentía por Leviathán, ya no sabía si era por amor que me había acostado con el cazador o si era... si era... por amor.
La joven de quien ahora conocía su nombre, Selena intuyo en mi aflicción evidente que Leviathán me interesaba tanto como a ella el fantasma sino ¿De que otra forma sus palabras y la mirada que insistentemente me buscaban tendrían semejante contenido?. La entendía, sabia perfectamente o que sentía y lo que se refería... por dentro me dolía el dolor de Leviathán, en silencio sufrí por él más de una noche antes y después de... y sin embargo tenía la mirada clavada en el piso, evitando la de Selena, levante la vista a Leviathán, esa sonrisa pintada en la máscara no decía nada y a la vez lo decía todo -Lo siento- rompí el penetrante silencio -No puedo... no puedo hacer nada- mi mano quiso alcanzarla, pero detrás del que me consideraba traidora y la ella la creía suya.
Leviathán tomaba con fuerza su arma, entre sus puños parecía, que desharía pero nada pasaba, el único que se desvaneció fue el cazador, su muerte había llegado y The Phantom que sonreí triunfante había ganado la batalla, la desesperación no pudo contenerse más en mí y corrí a su lado, mis manos sostenían su antebrazo que al igual que el puño que sostenía el arma se habían vuelto flácidos y débiles, tras su máscara se escuchaba la pobre y entrecortada respiración del hombre, la máscara que durante tanto tiempo mantuvo ante mi el misterio oculto, se la quite, de golpe, rompiendo la cinta que le sostenía a su cabeza -¿V?- le llame, con una timidez parecida a la de un niño cuando ha hecho alguna travesura, actitud que incremento cuando vi lo atractivo y pálido que se estaba volviendo, mis ojos quedaron pendiendo de los suyos que brillaban con ese tono esmeralda que vi la única noche que estuve tan cerca como ahora -Hiciste tu mejor esfuerzo- el fantasma de una sonrisa intento romper con la tristeza y las lagrimas que se desprendían del pequeño nudo en mi garganta -Todo termino- pero decía mentiras, para Leviathán el sufrimiento y la agonía apenas comenzaban, él se iba a convertir en un monstruo, en alguien como yo... en alguien como The Phantom. Finalmente el cazador fue cazado cuando se desplomo entre mis manos sin que pudiera ser capaz de sostenerle -Todo ha pasado ya, la muerte se ha ido- solloce mientras la idea de lo que esperaba me cruzaba por la cabeza -Yo... yo también te amo- susurre con mi mano acariciando su cabello, al ver hacia arriba Selena se retiraba de la escena por orden de The Phantom, en su rostro un gesto afligido me decía adiós y el vampiro solo dijo unas cuantas palabras más, pero ni siquiera le preste atención a su tono o su contenido... tenia razón -¡Aborrezco tu maldito rostro! ¡Lo odio, lo repudio y lo rechazo como el primer día en que tuve la desgracia de tener que ver tu adefesio!- él, solo sonrío y yo torne mi mirada a mi cazador... pobre de mi sonrisa pintada, su mala suerte y su segunda derrota frente al The Phantom, aún más trágica que la primera.
Montserrat Vasari- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 15/06/2011
Localización : En cualquier lugar donde viva el arte parisino
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